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Expediente: 33154-2020-67-AL
Departamento: La Paz
I.1.3. Petitorio
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Solicitó se conceda la tutela, ordenando el cese de su detención indebida
Elisa Exalta Lovera Gutiérrez, Vocal de la Sala Penal Cuarta del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, mediante informe escrito presentado el 31 de
enero de 2020, cursante de fs. 9 a 11, indicó lo siguiente: 1) En cuanto al debido
proceso relativo a la fundamentación y congruencia alegado por el accionante, se
debe mencionar que se puede interponer la acción de libertad cuando existe un
verdadero estado de indefensión y la falta de fundamentación sea el nexo causal
para la privación de libertad; 2) En el presente caso, los requisitos señalados no
concurren, puesto que el imputado jamás estuvo en estado de indefensión, dado
que que cuenta con un abogado que conoce el ordenamiento jurídico nacional con
el que estuvo asistido en el transcurso de la audiencia de apelación y por otra parte
no refiere como se suscitó la supuesta falta de fundamentación por lo que no existe
tal alegación, en tal razón, el Auto de Vista 07/2020, tiene la suficiente
fundamentación y motivación; 3) Tampoco señaló en que consiste la incongruencia
denunciada, siendo un deber explicar en qué parte de la resolución se suscitó dicho
extremo; asimismo, tampoco fundamentó de qué manera dichos elementos fueron
el nexo para que continúe privado de libertad 4) Se rechazó la cesación a la
detención preventiva porque el solicitante de tutela se constituye en un peligro
efectivo para la víctima, circunstancia por la que se determinó la concurrencia del
riesgo procesal instituido en el art. 234.10, convertido en 7 por la Ley 1173; 5) En
cuanto a los riesgos procesales contenidos en el art. 235. 1 y 2 del CPP, el
impetrante de tutela confundió el procedimiento, al señalar que la carga de la
prueba le corresponde a los acusadores, desconociendo que en cesación a la
detención preventiva, la carga de la prueba se invierte y le atañe al imputado
demostrar que tales riesgos ya no concurren; 6) Ante las denuncias de violencia
psicológica y económica contra una mujer como componente del grupo vulnerable
de las mujeres que el Estado debe proteger, se consideró que la víctima en su
calidad de ex esposa del imputado hoy accionante fue privada de recibir la cuota
parte correspondiente al 50 % que dispuso una sentencia dentro de un proceso
familiar de divorcio, provenientes del alquiler de un negocio ubicado en la planta
baja del edificio “Handal”, sumas de dinero que la víctima reclamó con llantos
indescriptibles en la audiencia de apelación; 7) El proceso penal de violencia
familiar iniciado por la víctima, es de extrema relevancia, ya que fue violentada en
su integridad psicológica y económica por su ex esposo, junto a sus hermanos y
también por los inquilinos que regentan el negocio del impetrante de tutela, que
genera cantidades de dinero que no le fueron cancelados a la víctima desde hace
varios años; en tal sentido, su autoridad no se basó en suposiciones, sino en
datos concretos y fehacientes que cursan en el cuaderno de investigaciones del
Ministerio Público; 8) En cuanto a la asistencia familiar como media de protección
en favor de la víctima, dicho aspecto se encuentra autorizado por la Ley 1173 en
su art. 389 bis, siendo dispuesta a petición del Ministerio Publico y de la propia
víctima; y, 9) Se debe tomar en cuenta que las decisiones asumidas en medidas
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cautelares no causan estado y pueden ser modificadas en cualquier momento
cuando cambien las circunstancias que motivaron la detención preventiva.
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIÓN
II.1. Dentro del proceso penal que sigue el Ministerio Público contra Porfirio
Elias Samuel Quispe Choque, por la presunta comisión del delito de
violencia familiar o doméstica, el 10 de enero de 2020, Sala Penal Cuarta
del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, emitió el Auto de Vista
07/2020, que confirmó la Resolución 81/2019 de 17 de diciembre,
disponiendo que el imputado continúe bajo la medida cautelar de
detención preventiva (fs. 29 a 31).
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excesiva y arbitraria, la parte dispositiva del Auto de Vista ahora observado, dispuso
una asistencia familiar en favor de la supuesta víctima, asumiendo facultades que
solo están previstas para el Juez a cargo del control jurisdiccional, conforme lo
determinado por el art. 54 del CPP.
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Sobre el particular, la SCP 0001/2019-S2 de 15 de enero indicó que: ”La
detención preventiva es una medida restrictiva de la libertad personal,
dispuesta de manera excepcional y provisional por autoridad jurisdiccional
competente, mediante resolución fundamentada, sustentada en la
necesidad de evitar la fuga del imputado, asegurar la averiguación de la
verdad, el desarrollo del proceso y el cumplimiento de la ley, donde se
garantiza la presunción de inocencia.
(…)
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libertad física y de locomoción; caso contrario, deberá ser
tutelado mediante la acción de amparo constitucional, dado que
mediante ésta no es posible analizar actos o decisiones demandados como
ilegales que no guarden vinculación con los derechos citados. Además de
este requisito, debe tenerse presente que opera igualmente el principio de
subsidiariedad, de modo que previo a su interposición, deberán agotarse
los medios idóneos dentro de la jurisdicción ordinaria donde se tramita la
causa, y no pretender su tutela en el ámbito constitucional, cuando los
reclamos no fueron activados oportunamente, habida cuenta que no
puede utilizarse para salvar la negligencia de la parte accionante.
Entendimiento que fue asumido también por las SSCC 0200/2002-R,
0414/2002-R, 1865/2004-R, 0619/2005-R y 0057/2010-R, entre otras’”
(las negrillas pertenecen al texto original).
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Resolución 81/2019 que rechazó la solicitud de cesación a la detención
preventiva peticionada por el ahora accionante, bajo los siguientes
fundamentos:
Por otra parte, el peligro efectivo para la victima aún subsiste, ya que la
misma se encuentra en situación de desventaja frente al imputado por la
situación de vulnerabilidad que demuestra, infiriéndose que se encuentra
en una situación lamentable que provoca en ella un llanto prolongado
frente a las presuntas agresiones que hubieran sido ocasionadas no
solamente por el imputado, sino también por su hermano, en la gestión
2016; también, de acuerdo a lo señalado por el Ministerio Público, tanto la
víctima como el imputado son propietarios de un negocio denominado
punto Bolivia, que genera alquileres, sobre el cual el Juez de familia
dispuso que las ganancias sean repartidas en partes iguales; sin embargo,
dicho aspecto no se cumplió hasta la fecha, lo que se constituye en
violencia económica y psicológica para la víctima, que producto de dicha
situación estaría obligada a pernoctar y alojarse en diferentes lugares,
debiendo acotarse además que al momento de pretender cobrar esos
ingresos, la víctima fue objeto de agresiones físicas y psicológicas por
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parte de los inquilinos del local antes mencionado, lo que hace denotar
que aun persiste el peligro efectivo y real para la víctima, ya que podría
ser nuevamente agredida por el imputado y su familia o por los inquilinos
del punto Bolivia, aspectos que hacen presumir que el riesgo procesal de
referencia no ha sido desvirtuado y permanece latente tal como consideró
el Juez a quo.
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de los cuales se alega que la autoridad demandada hubiera considerado la
vigencia del riesgo procesal establecido en el art. 234.7 del indicado
Código, sin fundamentar objetivamente y tampoco señalar sobre que
prueba se apoyaba para sustentar dicho extremo, al verificar los
fundamentos del Auto de Vista en cuanto a esta denuncia se tiene que la
Vocal demandada, consideró que dicho riesgo procesal se mantenía
vigente y latente debido a que en la actualidad no solamente se
encontraba en curso el proceso penal por violencia intrafamiliar, por el que
el impetrante de tutela se halla cumpliendo detención preventiva, sino que
también tomó en cuenta que igualmente existía una acusación formal por
otro proceso referido del mismo modo a violencia intrafamiliar y que
también fue denunciado por la Víctima el 16 de septiembre de 2016, que
se encontraba ya en fase acusación formal, de acuerdo al análisis y la
valoración que realizó el Juez a quo, de los elementos presentados en la
audiencia de cesación a la detención preventiva, que consistieron en
certificados de REJAP y SIPASSE, que acreditaron esa circunstancia;
entonces, bajo estos argumentos se puede afirmar que la denuncia
respecto a una supuesta falta de fundamentación y objetividad por parte
de la Vocal no son evidentes y más al contrario resulta un despropósito de
la parte accionante señalar que la autoridad demandada se hubiera
basado en elementos subjetivos y sin fundamento para mantener la
vigencia del riesgo procesal de referencia, cuando en los hechos, su
criterio estuvo apoyado no solamente en el antecedente del proceso penal
actual, sino también en otro anterior que todavía se encontraría vigente y
los elementos adjuntados a la audiencia de cesación a la detención
preventiva.
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ello, deben analizar la aplicación de las medidas cautelares, en casos de
violencia intrafamiliar o doméstica, considerando la situación de
vulnerabilidad o desventaja en la que está la víctima respecto al imputado,
teniendo en cuenta las características del delito y la conducta exteriorizada
por éste, antes y después de la comisión al delito, para determinar si su
conducta puso y pone en riesgo de vulneración los derechos de la víctima,
con la finalidad de evitar probables hostigamientos, amenazas o atentados
en su contra o de su familia; en tal sentido, se puede afirmar que el
análisis de la autoridad demandada, se enmarcó dentro los parámetros
jurisprudenciales de valoración integral de los riesgos procesales y de
protección de los derechos de las mujeres víctimas de violencia.
POR TANTO
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El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Cuarta Especializada; en virtud
de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de
la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: REVOCAR
la Resolución 28/2020 de 31 de enero, cursante de fs. 40 a 43 vta., pronunciada
por Sala Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz;
y, en consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada.
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