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Universidad Tecnológica de Honduras

Nombre de los estudiantes:

● Kimberly Sarahi Lara Chávez. 201810030233. (Coordinadora)


● Ivania Jaquelin Guerrero Soriano 201630110129.
● Silvia Lizet Barahona Amador. 0808197300002.

Catedrática: Abog. Julissa Aguilar.

Asignatura: Derecho Internacional Privado.

Contenido: Tarea grupal

Grupo: #4

08 de noviembre del año 2019.


1. Exequatur o Auto Pariatis

Definición

Es un procedimiento jurídico internacional por el cual un Estado solicita a otro


Estado el reconocimiento, la ejecución u homologación de una sentencia que
se dictó en el Estado requirente a efectos de asegurar la eficacia extraterritorial
de la misma. Es decir, se procura la ejecución de la sentencia en virtud a los
principios de seguridad jurídica, mutua cooperación y reciprocidad
internacional, y en caso de existir, a los Tratados y Convenios Internacionales
como fuente directa del Derecho Internacional Privado, cuya aplicación es
obligatoria cuando un Estado es parte de dicho tratado o lo ha suscrito y
facultativa cuando no es parte del tratado.

Objeto y fin

Son objeto del exequátur todos los actos judiciales pronunciados en forma de
fallo o sentencia, los cuales son susceptibles de ser reconocidos siempre que
cumplan los requisitos de ser de carácter privado en materia civil, comercial o
laboral y hayan sido dictados por autoridades judiciales competentes del
Estado requirente.
El fin del reconocimiento internacional de fallos o sentencias extranjeras es
garantizar la seguridad jurídica o cosa juzgada, es decir, lograr que la sentencia
traspase las fronteras del Estado en donde fueron dictadas y se reconozca en
el extranjero, sin que ello signifique que el Estado requerido vulnere con ese
acto su soberanía.
En el caso de la ejecución de las sentencias de Pensión Alimenticia, la
competencia radica en el Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia en
aplicación a la Convención sobre Obtención de Alimentos en el Extranjero.
Principios aplicables
Para la homologación de sentencias extranjeras se deben observar los
siguientes principios doctrinarios de Derecho Internacional Privado:
Verificación de Tratado. - Es decir si existen tratados en la materia con el
Estado del cual emana la sentencia se debe atener a estos, caso contrario, se
aplicará el principio de reciprocidad.
Principio de Reciprocidad. - Implica que el Estado exhortado brindará auxilio
judicial al Estado exhortante en la medida que éste último le proporcione ante
determinada causa con características internacionales, similar apoyo.
Regularidad Internacional de los Fallos. - Es decir que exista compatibilidad
entre la sentencia y las leyes del país donde se solicita que sea reconocida,
cumpliendo los siguientes requisitos:

● Que no contenga nada contrario a la legislación del país donde se


tramita.
● Que no se oponga a la jurisdicción del país donde se tramita.
● Que la parte contra quien se invoca la sentencia haya sido notificada
conforme a derecho.
● Que la sentencia se encuentre ejecutoriada conforme a la ley del Estado
de donde se otorgó.

2. Resoluciones que necesitan exequátur


El procedimiento de exequátur es un procedimiento que existe para el
reconocimiento de sentencias extranjeras en el país. Así, lo que se hace en
este procedimiento es comprobar que la sentencia extranjera reúne los
requisitos indispensables para que esta sea reconocida y homologada en
España.

El fin último del exequátur es tanto el reconocimiento como la ejecución en


España de una sentencia dictada por los tribunales de un país extranjero.

Este procedimiento de exequatur está regulado por las normas de la Unión


Europea y los tratados internacionales en los que España sea parte además de
en la Ley de cooperación jurídica internacional en materia civil.

3. Tribunal competente para conceder el exequátur


La ejecución de sentencia extranjera debe pedirse a la Corte Suprema de
Justicia. Sin embargo, como en la actualidad, por mandato constitucional, el
Tribunal Supremo se ha dividido en Salas, el tribunal competente para otorgar
el execuátur o auto de pareatis
Es la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia

4. Como se realiza la ejecución de las siguientes resoluciones:


a) Ejecución de sentencias dictadas en países no centroamericanos

Honduras proclama como ineludible la validez y obligatoria ejecución de las


sentencias arbitrales y judiciales de carácter internacional
El tribunal aplicará primero los tratados internacionales que haya celebrado
el país con el Estado de donde proviene la sentencia que se trata de ejecutar
Entre estos tratados tenemos la Convención de Derecho Internacional
Privado que contiene el Código de Derecho Internacional Privado
(denominado Código de Bustamante).
Esto significa que si la sentencia que se pretende ejecutar en Honduras fue
dictada en cualquiera de los países signatarios de esa Convención, habrá
que resolver el caso de acuerdo con ella.
Si no existe tratado con el Estado en que fue dictado el fallo que se pretende
ejecutar, se aplica el criterio de la reciprocidad: es decir, se ejecutará si
igualmente se acepta la ejecución de sentencias de Honduras en el país de
origen cumplimiento a los fallos expedidos por tribunales nicaragüenses, no
tendrá fuerza en Honduras.
Cuando faltan los tratados y no existen precedentes que permitan aplicar el
principio de reciprocidad, la sentencia se podrá ejecutar en Honduras si
reúne las circunstancias señaladas
a.- Que la sentencia ejecutoriada se haya dictado a consecuencia del
ejercicio de una acción personal; Esto es porque son los jueces y
tribunales nicaragüenses los competentes territorialmente para
conocer de acciones reales sobre bienes existentes en Honduras
b.- Que la obligación sea lícita en Honduras
c.- Que la ejecutoria reúna los requisitos necesarios en la nación en
que se haya dictado para ser considerado como auténtica y los que
las leyes nicaragüenses requieran para que hagan fe en Honduras;
d.- Que en el proceso se haya dado intervención al reo, salvo que
conste que fue declarado rebelde por no comparecer una vez

b) Ejecución de sentencias o autos centroamericanos

Tratándose de sentencias o autos dictados en un Estado centroamericano,


reglas especiales, disponiendo que tendrán en el país la misma fuerza que
en su país de origen cuando:
1º Sean expedidos por tribunal competente (según su legislación interna);
2º Tengan ya carácter de ejecutoriados en el lugar de donde proceden;
La parte vencida haya sido citada y representada en el juicio, o declarada
rebelde.
3º La parte vencida haya sido citada y representada en el juicio, o declarada
rebelde
4º El fallo extranjero no se oponga al orden público o a las leyes.
5º Se haga constar la autenticidad de la sentencia por el Tribunal Superior
ordinario del país de origen del fallo.
6º Que la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, previa
comprobación de lo anterior, conceda el correspondiente exequátur

c) Ejecución de sentencias de tribunales internacionales


Las ejecutorias de sentencias definitivas expedidas por tribunales
internacionales reconocidos por nuestro país en virtud de tratados
debidamente ratificados serán de obligatorio cumplimiento en el territorio
nacional, previa resolución del auto de pareatis o exequátur dictado por la
Corte Suprema de Justicia. La misma Corte señalará el juez de primer grado
que dará cumplimiento a la misma.
Si la solicitud del auto de pareatis o exequátur se hiciere directamente por el
tribunal internacional a través de la vía diplomática, la resolución se emitirá
sin gestión de parte o sin sustanciarla, correspondiendo al Ministerio de
Relaciones Exteriores remitir a la Secretaria de la Corte la documentación
correspondiente.
En el caso de los Estados parte de la Convención de Derecho Internacional
Privado, se aplicará el procedimiento previsto en el Código de Bustamante a
la ejecución de las sentencias civiles dictadas en cualquiera de ellos por un
tribunal internacional, y que se refieran a personas o intereses privados

d) Ejecución de laudos arbitrales extranjeros


Tratándose de laudos arbitrales dispone que son aplicables las tres reglas
precedentes en el orden establecido, exigiéndose además el visto bueno del
Tribunal Superior del país en que se dictó el laudo; la razón de esta exigencia
es que los árbitros son jueces particulares nombrados por las propias partes
y, en consecuencia, se pide ese visto bueno para comprobar que el laudo es
auténtico y tiene fuerza ejecutiva en el país de origen.
Además, en el caso particular de los laudos dictados en el extranjero deben
considerarse las reglas especiales establecidas por la Ley de Mediación y
Arbitraje De acuerdo a dicha Ley, un laudo arbitral, cualquiera que sea el
país en que se haya dictado, será reconocido como vinculante por los
tribunales nicaragüense y, a petición escrita del interesado ante el tribunal
competente (que lo es la sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia),
será ejecutado en conformidad con las disposiciones establecidas en la
propia Ley de Mediación y Arbitraje y otras leyes pertinentes. Para ello, la
parte que invoca el laudo o pida su ejecución debe presentar:
1º El original del laudo debidamente autenticado o copia debidamente
certificada del mismo, y
2º El original del acuerdo de arbitraje, o copia debidamente certificada del
mismo.
3º La traducción debidamente certificada de dichos documentos, si el laudo o
el acuerdo no están redactados en idioma español de la referida Ley dispone
que sólo podrá denegarse el reconocimiento o la ejecución del laudo arbitral
a instancia de la parte contra la cual se invoca, si ésta prueba que:
4º Una de las partes en el acuerdo de arbitraje, estaba afectada por alguna
incapacidad que vició su voluntad, o que el acuerdo es inválido en virtud de
la ley a que las partes.

5. Procedimiento del exequátur o autopariatis en Honduras. Debe


explicarse paso a paso el procedimiento.

Ya sabemos que es el Poder Judicial y no la Administración Pública ni los


notarios, quienes emiten sentencias, los demás, resoluciones. La Constitución
de la República no habla de sentencias, aunque sí de la función jurisdiccional:
“Corresponde a los órganos jurisdiccionales aplicar las leyes a casos
concretos, juzgar y ejecutar lo juzgado. El procedimiento de homologación se
conoce como pareatis, auto de pareatis o exequátur. Exequátur significa
ejecutar, distinto a la otra concepción que tenemos; la autorización que da el
Estado para ejercer el notariado.
Los estados, como medio de cooperación internacional, se comprometen a
reconocer validez y fuerza a las sentencias extranjeras que deben cumplirse en
el territorio nacional, previendo un procedimiento especial para la ejecución de
las mismas, si no existe tratado.
El Código de Derecho Internacional Privado o Código de Bustamante (La
Habana (1928), se refiere en el título décimo, a la ejecución de sentencias
dictadas por tribunales extranjeros, Toda sentencia civil o contencioso
administrativo dictado en uno de los estados contratantes (América), tendrá
fuerza y podrá ejecutarse en los demás. Se exige aquí además, la traducción
de los documentos por intérprete oficial del estado en que ha de ejecutarse. El
Código de Procedimientos Comunes ha exigido además la legalización de los
documentos. Hay algo interesante que incluye Bustamante, y es que se puede
pedir la ejecución a las sentencias dictadas por árbitros o amigables
componedores. Otra cuestión interesante que incluye Bustamante, es la
materia penal: “Ningún estado contratante ejecutará las sentencias dictadas en
uno de los otros en materia penal, en cuanto a las sanciones de ese orden que
impongan”. Aunque sí pueden ejecutarse dichas sentencias en lo que toca a la
responsabilidad civil.
En 1969 se suscribe la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados
y entró en vigencia el 27 de enero de 1980. Un estado no podrá invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de
un tratado (26). Un tratado prevalece sobre el derecho interno; en caso de
conflicto entre un tratado y la ley, prevalece el tratado. (Artículo 18
constitucional). A nivel internacional si hay conflicto entre un tratado y la
Constitución de la República, los tribunales van emitiendo jurisprudencia en el
sentido de que prevalecen los tratados.
En 1958 se suscribe en Nueva York la Convención sobre el Reconocimiento y
la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras o Convención de Nueva
York. La finalidad principal de la Convención es evitar que las sentencias
(laudos) arbitrales, tanto extranjeros como no nacionales, sean objeto de
discriminación, por lo que obliga a los estados partes, a velar porque dichas
sentencias sean reconocidas en su jurisdicción y puedan ejecutarse en ella, en
general, de la misma manera que las sentencias o laudos arbitrales nacionales.
En esta Convención mejora la petición que debe hacerse ante el órgano
competente del país receptor, de una sentencia o laudo arbitral. Se pide
primero el reconocimiento y luego la ejecución del laudo y no como lo planteó
Bustamante y como lo hemos venido haciendo en Honduras, desde 1906, en el
sentido de pedir solamente la ejecución de la sentencia extranjera. “La
presente Convención se aplicará al reconocimiento y la ejecución de las
sentencias arbitrales dictadas en el territorio de un estado distinto de aquel en
que se pide el reconocimiento y la ejecución de dichas sentencias, y que tenga
su origen en diferencias entre personas naturales o jurídicas”. (Artículo I).
El Código Procesal Civil, publicado en el Diario Oficial La Gaceta del 26 de
mayo del 2007, pero entró en vigencia hasta el 1 de noviembre del 2010. Se
indica que son títulos de ejecución, entre otros, las sentencias judiciales firmes
de condena, y los acuerdos y transacciones juridiciales aprobados y
homologados judicialmente. (Artículo 751).
Se incluye todo un capítulo dentro del libro sexto, ejecución forzosa
denominado “Títulos de ejecución extranjeros”. Entonces tenemos nuevas
disposiciones sobre el auto de pareatis:
Solo serán títulos de ejecución extranjeras las sentencias y las demás
resoluciones judiciales extranjeras que pongan fin en el fondo a un asunto con
carácter definitivo, en cuanto sean firmes, así como las sentencias arbitrales
dictadas fuera de Honduras, tendrán en la República la fuerza ejecutoria que se
derive de los tratados internacionales…
Cuando no hubiere tratados aplicables, las sentencias se reconocen si
concurren al menos los siguientes requisitos:
1. Que la sentencia haya sido dictada por tribunal competente.
2. Que la parte demandada contra la cual se pretenda ejecutar la sentencia
hubiere sido personalmente emplazada.
3. Que la sentencia tenga los requisitos necesarios para ser considerada como
tal en el lugar donde hubiere sido dictada.
4. Que la sentencia no afecte los principios de orden público del derecho
hondureño.
5. Que la sentencia no resulte incompatible con otra pronunciada con
anterioridad o simultáneamente, por un tribunal hondureño. (Artículo 754).
El tribunal competente ante el cual hay que presentar la solicitud (no demanda)
es la Corte Suprema de Justicia La ley, similar a la de 1906, sigue ordenando
que se ponga en conocimiento de la parte contraria la solicitud presentada.
Como la sentencia viene del extranjero, normalmente la otra parte está en el
país donde fue dictada la sentencia, por lo tanto prepárate para esperar unos
tres años. Bonito es escribir, la realidad es muy distinta.
Por último, la Corte Suprema de Justicia dicta sentencia dentro de un plazo de
10 días, reconociendo y otorgando plenos efectos a la resolución extranjera o
denegando su reconocimiento. Esta sentencia es irrecurrible. Aquí hay un gran
cambio con relación al Código de Procedimientos Comunes de 1906, al
aceptarse el reconocimiento hoy se dicta sentencia y no auto como siempre lo
hemos hecho. De nuevo, igual como comenté anteriormente cuando me refería
al auto de prisión relacionándolo con el Código Procesal Penal, el Artículo 193
del Código Procesal Civil, no es claro cuando se define un auto o una
sentencia, que se incluya el reconocimiento de sentencia extranjera.
El Tribunal Supremo no ejecuta sino el Juzgado de Letras del domicilio del
condenado.

6. Como se regula la ejecución de sentencias en el Código de Derecho


Internacional Privado (Código de Bustamante).

La ejecución de sentencias dictadas por tribunales extranjeros se regula de la


siguiente manera:
Toda sentencia civil o contencioso-administrativa dictada en uno de los
Estados contratantes, tendrá fuerza y podrá ejecutarse en los demás si reúne
las
Siguientes condiciones:
a) Que tenga competencia para conocer del asunto y juzgarlo, de acuerdo con
las Reglas de este Código, el juez o tribunal que la haya dictado;
b) Que las partes hayan sido citadas personalmente o por su representante
legal, para el juicio;
c) Que el fallo no contravenga el orden público o el derecho público del país en
que quiere ejecutarse;
d) Que sea ejecutorio en el Estado en que se dicte;
e) Que se traduzca autorizadamente por un funcionario o intérprete oficial del
Estado en que ha de ejecutarse, si allí fuere distinto el idioma empleado;
f) Que el documento en que conste reúna los requisitos necesarios para ser
considerado como auténtico en el Estado de que proceda, y los que requiera
para que haga fe la legislación del Estado en que se aspira a cumplir la
sentencia.
La ejecución de la sentencia deberá solicitarse del juez o tribunal competente
para llevarla a efecto, previas las formalidades requeridas por la legislación
interior.
Contra la resolución judicial, en el caso a que el artículo anterior se refiere se
otorgarán todos los recursos que las leyes de ese Estado concedan respecto
de las sentencias definitivas dictadas en juicio declarativo de mayor cuantía.
El juez o tribunal a quien se pida la ejecución oirá antes de decretarla o
denegarla, y por término de 20 días, a la parte contra quien se dirija y al Fiscal
o Ministerio Público.
La citación de la parte a quien deba oírse, se practicará por medio de exhorto o
comisión rogatoria, según lo dispuesto en este Código, si tuviere su domicilio
en el extranjero y careciere en el país de representación bastante, o en la
forma establecida por el derecho local si tuviere el domicilio en el Estado
requerido.
Pasado el término que el juez o tribunal señale para la comparecencia,
continuará la marcha del asunto, haya o no comparecido el citado.
Si se deniega el cumplimiento se devolverá la ejecutoria al que la hubiese
presentado.

Cuando se acceda a cumplir la sentencia, se ajustará su ejecución a los


trámites determinados por la ley del juez o tribunal para sus propios fallos.
Las sentencias firmes dictadas por un Estado contratante que por sus
pronunciamientos no sean ejecutables, producirán en los demás los efectos de
cosa juzgada si reúnen las condiciones que a ese fin determina este Código,
salvo las relativas a su ejecución.

El procedimiento y los efectos regulados en los artículos anteriores, se


aplicarán en los Estados contratantes a las sentencias dictadas en cualquiera
de ellos por árbitros o amigables componedores, siempre que el asunto que las
motiva pueda ser objeto de compromiso conforme a la legislación del país en
que la ejecución se solicite. Se aplicará también ese mismo procedimiento a las
sentencias civiles dictadas en cualquiera de los Estados contratantes por un
tribunal internacional, que se refieran a personas e intereses privados.

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