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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1070/2016-S2

Sucre, 24 de octubre de 2016

SALA SEGUNDA
Magistrado Relator: Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
Acción de amparo constitucional

Expediente: 16098-2016-33-AAC
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 03/2016 de 9 de agosto, cursante a fs.172 a 177 vta.,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Oswaldo Augusto Camberos Bolaños contra Edwin José Blanco Soria,
Fiscal Departamental de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

El accionante, mediante memorial presentado el 13 de julio de 2016, cursante de


fs. 12 a 19 vta., subsanado por escrito de fs. 22 a 30, manifestó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 21 de agosto de 2015, Benjo Gonzáles Rivero y Nancy Huayllani Apala,


formalizaron querella contra su persona y otros, por supuesta negligencia médica
que habría derivado en la muerte de la hija de los denunciantes, el 2 de julio del
indicado año.

Añade que, el 31 de diciembre de 2015, la Fiscal de Materia asignada al caso,


emitió Resolución de rechazo 83/2015, misma que fue impugnada por los
denunciantes y ameritó la emisión de la Resolución FDLP/EJBS-R- 228/2016 de
6 de mayo, dictada por el Fiscal Departamental de La Paz, mediante la que
resuelve revocar la decisión de la inferior, disponiendo la continuación de la
investigación y la realización de las actuaciones necesarias para el esclarecimiento
del caso.

Dicha decisión -manifiesta-, fue dictada sin haberse realizado una adecuada
compulsa de antecedentes ni de los motivos de la objeción de los cuales se

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evidencia que su persona no causó el deceso de la menor; por cuanto el
demandado no realizó una revisión de oficio del cuaderno de investigaciones a
objeto de verificar los actos del inferior y la existencia o no de actos u omisiones
que hubieren generado que su conducta se subsumiera al tipo penal revocado.

Continúa señalando que, el Fallo emitido por el ahora demandado, no efectúa


análisis o evaluación alguna respecto a la supuesta participación del accionante en
el hecho endilgado; es decir, que no explica con claridad en mérito a qué
elementos correspondía revocar el rechazo, como tampoco expone las
justificaciones de hecho y derecho que sustenten su injusta determinación;
extremos que le impide conocer los motivos de la decisión.

Asimismo, la autoridad Fiscal, incumplió con su deber de efectuar una


interpretación y valoración sistemática de las normas,” de y en conformidad a la
constitución y al bloque de constitucionalidad”, resultando en consecuencia la
interpretación realizada insuficientemente motivada, incurriendo en argumentos
genéricos y extremadamente formalistas en inobservancia de las reglas de
interpretación utilizadas en derecho.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante alega la vulneración del derecho al debido proceso en sus vertientes


de motivación, congruencia, pertinencia, razonabilidad y exhaustividad vinculados
a la revisión de oficio; asimismo, acusa la vulneración de los principios de
legalidad, seguridad jurídica e interdicción de la arbitrariedad, citando al efecto los
arts. 115.I y II, 117.I y 178 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela, dejándose sin efecto la Resolución FDLP/EJBS-R-


228/2016 de 6 de mayo y disponiendo que el demandado emita nueva resolución
analizando todos los presupuestos invocados en la presente acción, a la luz de la
CPE, y el bloque de constitucionalidad, tomando en cuenta aspectos inherentes a
la participación u omisión que dieron lugar a la comisión del hecho antijurídico;
sea con condenación de costas.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

Efectuada la audiencia pública el 9 de agosto de 2016, conforme consta en Acta


cursante de fs. 162 a 173, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La parte accionante, efectuando una relación de los hechos, se ratificó en el


contenido íntegro de la demanda.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

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Edwin José Blanco Soria, Fiscal Departamental de La Paz, mediante informe
escrito cursante de fs. 109 a 114, manifestó lo siguiente: a) La Resolución
Jerárquica de Objeción de Rechazo FDLP/EJBS/R- 228/2016 de 6 de mayo, cuenta
con una debida fundamentación y motivación conforme a los parámetros
establecidos por la SC 0871/2010-R de 10 de agosto; en este contexto se observa
la descripción individualizada de los hechos investigados y la probable
participación de los sindicados en la intervención quirúrgica de la víctima,
habiéndose analizado cada tipo penal homicidio y homicidio culposo, efectuando
la respectiva valoración de los elementos indiciarios producidos en la etapa
preliminar; elementos que llevaron a establecer que se realizó una inadecuada e
incompleta investigación, extrañándose que el Informe de Auditoría Médica,
realizada a la víctima no lo hubiera realizado el Instituto Nacional del Tórax, como
órgano especializado a efectos de determinar si existió o no impericia de los
facultativos en el caso específico; o, en su defecto el SEDES a través de la
designación de una terna de peritos especialistas en neumología y/o
esplanctnólogo, cirujano cardio pulmonar; máxime si, en la objeción de querella
se denunció que la Fiscal asignada al caso no había considerado el Informe
emitido por la Auditora médico, habilitada por el Juez cautelar, que concluyó
evidenciando error médico en la primera cirugía que derivó en la obstrucción o
estrangulación del bronquio izquierdo producida por un hilo de sutura; asimismo,
se estableció error de omisión del neumólogo y el cirujano al no efectuar o sugerir
tratamiento correctivo inmediato y oportuno, habiéndose producido un progreso
en el deterioro de la salud de la paciente que derivo en la muerte; de la misma
forma, el Informe de Patología, tampoco fue valorado por la representante del
Ministerio Público, limitándose la misma a señalar que dicho informe no
determinaba la culpa de los querellados al no ser esa su función, extremos que
fueron considerados en la decisión jerárquica y que determinaron la revocatoria
de la resolución de rechazo y que denotan la existencia de una debida
fundamentación, motivación y valoración de los antecedentes procesales;
b) Posteriormente a la emisión de la Resolución Jerárquica, uno de los
querellados solicitó proposición de actuaciones conforme dispone el art. 306 del
Código de Procedimiento Penal (CPP), a efectos de determinarse la causa del
deceso de la víctima, pretensión que fue admitida por la Fiscal del caso, haciendo
evidente la insuficiencia de los actos investigativos en el caso; c) Sobre la
supuesta omisión de pronunciamiento respecto a los elementos de convicción
obtenidos durante la investigación, el accionante no manifiesta cuáles son las
pruebas que no hubieran sido consideradas, por lo tanto no se cumplen los
requisitos para que la jurisdicción constitucional, de manera extraordinaria,
conforme establece la SC 783/2004 de 28 de julio, pueda revisar la valoración
realizada por autoridades ordinarias; d) El accionante no fundamento
debidamente su pretensión, exponiendo por el contrario, argumentos forzados
que no condicen con la realidad del proceso penal; y, e) Al no haberse vulnerado
los derechos reclamados, solicita se deniegue la tutela solicitada, con imposición
de multas.

I.2.3. Intervención de los terceros interesados

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Nancy Huallani Apala, en calidad de tercera interesada, en audiencia, detrás a un
relato de los hechos objeto del proceso penal, señalo que se pretende favorecer
a toda costa a los querellados; toda vez, que conforme a lo establecido por el
Fiscal Departamental, en el presente caso existió una investigación inadecuada y
defectuosa, lo que no implica que se esté determinando la culpabilidad de nadie,
sino la obligación de realizar una correcta investigación; aclarando además que,
hasta el momento no se había formulado imputación.
La abogada de Edwin Dolz Vásquez, Médico Cirujano, con el uso de la palabra en
audiencia expresó que su representado se apersonó voluntariamente al proceso,
poniéndose a disposición del Ministerio Público, no habiéndose negado en ningún
momento a la investigación respecto al lamentable fallecimiento de la menor. Acto
seguido efectúo una exposición de los hechos acaecidos para, finalmente
manifestar respecto al asunto objeto de amparo constitucional que, la autoridad
demandada se funda en generalidades y no se pronuncia respecto a los
elementos de prueba aportados por los querellados y que no se cumple con una
debida fundamentación por cuanto la misma, de acuerdo a lo manifestado por el
propio demandado se sostiene únicamente en una relación de los hechos,
incurriendo en apreciaciones subjetivas en contravención del art. 72 del CPP, que
lo obliga a actuar libre de sentimientos o intereses de cualquier índole y aun
cuando el deceso de la menor resulta ser un lamentable suceso, no puede el
demandado efectuar consideraciones incriminatorias.

I.2.4. Intervención de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia

Por memorial cursante de fs. 139 a 140, y en audiencia, la Defensoría de la niñez


y Adolescencia del distrito 7 “Centro”, del Gobierno Autónomo Municipal de La
Paz, solicitó se rechace la acción de amparo constitucional, impetrada por cuanto
la Resolución de rechazo, emitida por la Fiscal asignada al caso, carecía de
fundamentos y especificidad, basada en la inoperancia de la investigación,
incurriendo en incongruencia respecto a la determinación de la muerte de la
menor, en franca desobediencia al art. 70 del CPP, al no haberse ejercido
correctamente la dirección funcional de las investigaciones extremos por los
cuales la Defensoría, también objetó dicha resolución que fue correctamente
resuelta por la instancia jerárquica superior que revocó la primera al evidenciar las
falencias de la inferior. Del mismo modo, manifestó que no se observó el principio
de subsidiariedad, por cuanto al accionante le quedaría la vía penal.

I.2.5. Resolución

Mediante Resolución de 03/2016 de 9 de agosto, cursante de fs. 174 a 177 vta.,


la Jueza Pública de Familia Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, constituida en Tribunal de garantías, denegó la tutela solicitada,
argumentando que: 1) La Resolución Jerárquica de Objeción de Rechazo
FDLP/EJBS/R- 228/2016 de 6 de mayo, cuenta con una debida fundamentación y
motivación conforme disponen los arts. 73 del CPP y 57 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público (LOMP), describiendo de forma detallada los elementos fácticos

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investigados que determinan la existencia del hecho y probable participación de
los sindicados; 2) De todo lo expuesto en el presente caso se establece que
concurre falta de investigación al existir contradicciones entre los argumentos de
los querellados y querellantes, de donde se infiere la necesidad de ampliar la
investigación, extremos que fueron debidamente apreciados por el ahora
demandado; 3) Se realizó la respectiva valoración de los elementos indiciarios
producidos en la etapa preliminar, lo que llevó a establecer la presencia de una
investigación inadecuada e incompleta; 4) La fundamentación jurídica del
demandado resulta integral en base a los elementos indiciarios, lo que lo llevó a
revocar la decisión de rechazo; y, 5) El accionante no indica sobre qué pruebas
no existe pronunciamiento que hubiera modificado la conclusión del demandado;
por lo que no se cumplen los presupuestos establecidos por la jurisprudencia
constitucional para que el Tribunal de garantías efectúe revisión alguna al
respecto.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece


las siguientes conclusiones:

II.1. El 21 de agosto de 2015, Nancy Huallani Apala y Benjo Gonzáles Romero,


formalizaron querella contra Oswaldo Augusto Camberos Bolaños y otros,
médicos de la Clínica Alemana de la ciudad de La Paz, por el delito de
homicidio – homicidio culposo (fs. 43 a 46).

II.2. Mediante Resolución de Rechazo 083/2015 de 31 de diciembre, la Fiscal de


Materia, J. Susana Boyan Téllez,, dispuso el rechazo de querella presentada
por Nancy Huallani Apala y Benjo Gonzáles Romero, notificada a 12 y 15 de
enero de 2016 (fs. 50 a 62 vta.).

II.3. Mediante memorial de 19 de enero de 2016, Nancy Huallani Apala presentó


objeción a la Resolución de Rechazo 083/2015 de 31 de diciembre;
pretensión a la que se adhirió la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del
Distrito 7 “Centro” del GAMLP, por escrito de 27 de igual mes y año
(fs. 63 a 95).

II.4. El Fiscal Departamental de La Paz, pronunciándose sobre la objeción


planteada a la Resolución de Rechazo 083/2015 de 31 de diciembre, dictó
la Resolución FDLP/EJBS-R- 228/2016 de 6 de mayo, por medio de la cual
resolvió revocar dicha Resolución por la presunta comisión del delito de
homicidio culposo, disponiendo la continuación de la investigación y la
realización de las actuaciones necesarias para el esclarecimiento del caso;
asimismo, determinó ratificar la misma, respecto al delito de homicidio,
disponiendo el archivo de obrados; decisión notificada el 14 de junio de
2016 (fs. 96 a 106 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURIDÍCOS DEL FALLO

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El accionante considera que el demandado lesionó el derecho al debido proceso
en sus vertientes de motivación, congruencia, pertinencia, razonabilidad y
exhaustividad vinculados a la revisión de oficio; asimismo, acusa la vulneración de
los principio de legalidad, seguridad jurídica e interdicción de la arbitrariedad, toda
vez que, sin efectuar una correcta valoración de los antecedentes cursantes en el
cuaderno de investigaciones, mediante una resolución carente de una debida
fundamentación y en errónea apreciación de las normas, dispuso la revocatoria de
la Resolución de rechazo de querella formulada por la Fiscal asignada al caso.

Corresponde en consecuencia dilucidar si la tutela solicitada, deber ser concedida


o denegada.

III.1. Configuración de la acción de amparo constitucional

Por disposición del art. 128 de la CPE, la acción de amparo constitucional


se instituye como un mecanismo de defensa que tendrá lugar contra
“…actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de
persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”,
precepto constitucional que implica que toda persona tiene la facultad de
activar la justicia constitucional en defensa de sus derechos
fundamentales y garantías constitucionales.

Bajo tal entendimiento, la acción de amparo constitucional se instituye


como una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para
la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías
fundamentales, dotada de carácter autónomo e independiente, con partes
procesales diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una
postura procesal distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la
protección y restitución de derechos fundamentales con una causa distinta
a la proveniente del proceso ordinario; esto es, la vulneración concreta o
inminente de derechos fundamentales a raíz de actos y omisiones ilegales
o indebidos, con un régimen jurídico procesal propio.

Características a las cuales deben adherirse los principios procesales de


inmediatez y subsidiariedad, que se hallan establecidos en el parágrafo I
del art. 129 de la Ley Fundamental, que determina que esta acción “…se
interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos
o amenazados”.

Lo señalado implica que la acción de amparo constitucional forma parte


del control reforzado de constitucionalidad o control tutelar de los
derechos y garantías, al constituirse en un mecanismo constitucional
inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la
vigencia y respeto de los derechos fundamentales y garantías

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constitucionales, siempre que no exista otro medio de protección o cuando
las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han restablecido el
derecho lesionado, por lo que, de no cumplirse con estos requisitos, no se
puede analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco
otorgar la tutela solicitada.

III.2. Interpretación de la legalidad ordinaria y valoración de la prueba

Conforme ha establecido la reiterada jurisprudencia constitucional, la


interpretación de la legalidad ordinaria es una facultad privativa de la
jurisdicción ordinaria; sin embargo, corresponde a la jurisdicción
constitucional comprobar si en esa labor interpretativa no se
quebrantaron principios constitucionales, como ser de legalidad,
seguridad jurídica, proporcionalidad, igualdad, jerarquía normativa y
debido proceso, mismos que se constituyen en rectores de la
administración de justicia ordinaria y a los cuales se halla sujetos todos
aquellos que la imparten.
Así, partiendo de la interpretación de los arts. 125 y 128 de la CPE, se
estableció jurisprudencialmente que, estas acciones de tutela (amparo
constitucional y acción de libertad), son aplicables, ante vulneraciones a
los derechos y garantías constitucionales, ocasionadas por una
interpretación que tenga su origen en la jurisdicción ordinaria, que infrinja
principios y valores constitucionales; en este sentido, la SC 1748/2011-R
de 7 de noviembre, señaló: “La interpretación de las normas legales infra
constitucionales, de manera general, es atribución exclusiva de los jueces
y tribunales ordinarios; así, a través de la presente acción tutelar, no es
posible que esta labor sea conocida por la jurisdicción constitucional como
una instancia de casación adicional o complementaria ante la que pueda
solicitarse un nuevo análisis de la interpretación efectuada, salvo que la
problemática concreta adquiera relevancia constitucional, cuando se
advierta afectación a algún derecho fundamental o garantía constitucional
y un evidente desconocimiento de los principios rectores en los que se
fundamenta la jurisdicción ordinaria”.
Con ese razonamiento la SCP 0653/2016 de 2 de agosto, estableció: “…la
acción de amparo constitucional, no está instituido como una instancia
procesal de revisión de las resoluciones pronunciadas dentro de los
procesos ordinarios o administrativos que el ordenamiento jurídico prevé,
que no es una instancia que forme parte de las vías legales ordinarias, lo
que significa que esta acción tutelar se encuentra abierta respecto a los
actos u omisiones que lesionan derechos y garantías fundamentales, pero
de ningún modo se activa para analizar el fondo del proceso”.
No obstante lo precedentemente anotado, la SC 1718/2011-R de 7 de
noviembre, estableció dos presupuestos imprescindibles para que la

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jurisdicción constitucional, de manera excepcional, ingrese a revisar el
análisis de la interpretación de la legalidad ordinaria, efectuada por los
jueces de instancia, manifestando que. “En consecuencia,
excepcionalmente puede analizarse la interpretación efectuada por los
jueces y tribunales ordinarios; empero, es necesario que el accionante a
tiempo de cuestionar la interpretación de la legalidad ordinaria cumpla
ciertas exigencias, a objeto de que la situación planteada adquiera
relevancia constitucional, como ser:
1) Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta
insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda o ilógica o
con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación
que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo,

2) Precise los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados


por el intérprete, con dicha interpretación, y

3) Establezca el nexo de causalidad entre la ausencia de motivación,


arbitrariedad u otra situación absurda, por no aplicar la interpretación que
considera debió efectuarse, y los derechos y/o garantías que conforman el
bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados con dicha
interpretación, explicando sí el resultado, cuál la relevancia
constitucional”.

De donde se infiere que si bien, la labor interpretativa de la ley


corresponde a la jurisdicción ordinaria, la jurisdicción constitucional,
puede excepcionalmente verificar si en aquella acción, se incurrió en
lesión de derechos fundamentales, mismos que deben ser acreditados por
quien los reclama, expresando los motivos por los cuales considera que la
labor interpretativa resulta lesiva a sus derechos y/o garantías
constitucionales, identificándolos con precisión y estableciendo la forma
en la que fueron vulnerados a partir de la errónea interpretación de la ley;
requisitos sin los cuales, este Tribunal se ve impedido de efectuar
verificación alguna, debido a que lo contrario implicaría la intromisión de
la jurisdicción constitucional en la órbita de la jurisdicción ordinaria, hecho
que podría generar un desequilibrio entre ambas.

Asimismo, respecto a la valoración de la prueba en jurisdicción


constitucional, la SCP 0039/2012 de 26 de marzo, señaló: “…el Tribunal
Constitucional Plurinacional, al no ser una instancia adicional o
suplementaria de los procesos, sino más bien de tutela de los derechos
fundamentales; en los casos de las acciones de defensa, no tiene
atribución para la valoración de prueba sobre el fondo del asunto de
donde emerge la acción tutelar, puesto que ello es también atribución
exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios, a menos que como
resultado de esa valoración se hayan lesionado derechos y garantías
constitucionales por apartamiento de los marcos legales de razonabilidad
y equidad o cuando se hubiere omitido arbitrariamente valorar una

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prueba…”.

Así lo entendió también con anterioridad la SC 0939/2011-R de 22 de


junio, al manifestar que “…cuando se impugnen actos y resoluciones de
los jueces y tribunales ordinarios, la jurisdicción constitucional no
puede ingresar a valorar la prueba producida durante el proceso,
por cuanto esa labor corresponde exclusivamente a las
autoridades jurisdiccionales ordinarias y no así al
Tribunal Constitucional dada su finalidad protectora de derechos
fundamentales y no de instancia de apelación o casación.
Consecuentemente, la acción de amparo constitucional no puede
constituirse en una instancia más de revisión de resoluciones, a menos
que dentro de esa valoración exista apartamiento de los marcos legales
de razonabilidad y equidad previsible para decidir o cuando se haya
omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la
lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales” (las
negrillas son nuestras).

Ahora bien, para que el Tribunal Constitucional Plurinacional pueda


ingresar al análisis de la valoración de la prueba, la parte procesal que se
considere agraviada con los resultados de la apreciación efectuada dentro
de un proceso judicial o administrativo, debe invocar la lesión a sus
derechos fundamentales y expresar: “Por una parte, qué pruebas
(señalando concretamente) fueron valoradas apartándose de los
marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para
decidir; o, cuáles no fueron recibidas, o habiéndolo sido, no
fueron producidas o compulsadas (…).

Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en


qué medida, en lo conducente, dicha valoración cuestionada de
irrazonable de inequitativa o que no llegó a practicarse, no
obstante haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia
en la Resolución final; por cuanto, no toda irregularidad u omisión
procesal en materia de prueba (referida a su admisión, a su práctica, a su
valoración, etc.) causa por sí misma indefensión material
constitucionalmente relevante, correspondiendo a la parte recurrente,
demostrar la incidencia en la Resolución final a dictarse, es decir, que la
Resolución final del proceso hubiera podido ser distinta de haberse
practicado la prueba omitida, o si se hubiese practicado correctamente la
admitida, o si se hubiera valorado razonablemente la compulsadas"
(las negrillas nos pertenecen)

(…)

Estableciendo como subreglas para la revisión excepcional de la valoración


de la prueba, que la misma será desarrollada por esta instancia
únicamente cuando “…en dicha valoración: a) exista apartamiento de los

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marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, b)
cuando se haya adoptado una conducta omisiva expresada, entre otras,
en no recibir, producir o compulsar cierta prueba inherente al caso y, su
lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales” ( SC 0965/2006-R de 2 de octubre).

De donde se concluye que, la jurisdicción constitucional, al no constituirse


en una nueva instancia procesal, no puede realizar la interpretación de la
legalidad ordinaria aplicada en el caso concreto, y tampoco puede
efectuar una nueva valoración de los elementos probatorios aportados por
los sujetos procesales, sino que, su ámbito de acción, ante estos
presupuestos, se limita a la verificación que, en esa labor, las autoridades
jurisdiccionales, no se hayan apartado de los principios del derecho y que
sus actos se enmarquen dentro de los límites de la razonabilidad,
objetividad y equidad.

III.3. La debida fundamentación y motivación de las resoluciones


vinculadas con el principio de congruencia

Conforme se ha establecido a través de la reiterada jurisprudencia


emanada por este Tribunal, el derecho a una debida fundamentación y
motivación de las resoluciones, se constituye en la garantía del sujeto
procesal de que el juzgador al momento de emitir una decisión, explicará
de manera clara, sustentada en derecho, los motivos que lo llevaron a
tomar una decisión; argumentación que deberá seguir un orden
coherente respecto a los hechos demandados y exponer con puntualidad
los elementos jurídico-legales que determinaron su posición.

Dicho de otra forma, toda autoridad que dicte una resolución, debe
imprescindiblemente exponer los hechos, realizar la fundamentación legal
y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma, por
cuanto la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no
sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso,
sino también la decisión está regida por los principios y valores supremos
rectores que orientan al juzgador, eliminándose cualquier interés y
parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no
había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que
se decidió (SSCC 0863/2007-R, 0752/2002-R, SC 1369/2001-R, entre
otras).

En cuanto a la motivación, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre,


determinó lo siguiente: "…la motivación no implicará la exposición
ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una
estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación
puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen

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razonablemente su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso
se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la
resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los
cuales se toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas",
coligiéndose que toda resolución emitida dentro de un proceso judicial o
administrativo, debe inexcusablemente contener una adecuada
motivación respecto a los hechos en los que se base, a las pruebas que se
aportaron y a las disposiciones legales en las que se sustente su decisión,
puesto que el relacionamiento de estas con los hechos que le dieron
origen, constituye la fundamentación y motivación a la que el debido
proceso se refiere.

Ahora bien, de manera inescindible, el derecho a una debida


fundamentación y motivación de las resoluciones, se halla
interrelacionado con el principio de congruencia entendido como “…la
estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo
resuelto, en materia penal la congruencia se refiere estrictamente a que
el imputado no podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en
la acusación o su ampliación. Esa definición general, no es limitativa de la
congruencia que debe tener toda resolución ya sea judicial o
administrativa y que implica también la concordancia entre la parte
considerativa y dispositiva, y que debe mantenerse en todo su contenido,
efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos
considerandos y juicios de valor emitidos por la resolución, esta
concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia
entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de
las disposiciones legales que apoyan la razón que llevó a la determinación
que se asume” (SCP 0387/2012 de 22 de junio); de donde se infiere que
las resoluciones judiciales, deben emitirse, en función al sentido y alcance
de las peticiones formuladas por las partes procesales.

III.4. Análisis del caso concreto

De acuerdo a los Fundamentos Jurídicos expuestos previamente en el


presente Fallo, la jurisdicción constitucional, en atención a los principios de
independencia judicial, autonomía decisoria, verdad material e
inmediación, construyó la doctrina de las auto restricciones respecto a la
interpretación de la legalidad ordinaria y valoración de la prueba,
determinando que ambas funciones, son exclusivamente atributivas de la
jurisdicción ordinaria y que por ende, la justicia constitucional se halla
impedida de manifestarse al respecto; sin embargo, ejerciendo su labor de
contralora de observancia y cumplimiento del contenido normativo del la
CPE, le corresponde verificar si en el cumplimiento de dicha labor, los
jueces y tribunales ordinarios, no se apartaron de los marcos de
razonabilidad, objetividad y equidad.

A este efecto, se establecieron jurisprudencialmente, subreglas que

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permiten a la jurisdicción constitucional verificar si, como emergencia de
una supuesta incorrecta interpretación de la legalidad ordinaria y/o una
defectuosa valoración de la prueba, los juzgadores ocasionaron lesión a
derechos y garantías constitucionales, debiendo en este caso, la parte
accionante, establecer con claridad por qué la labor interpretativa
impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente,
absurda o ilógica o con error evidente, identificando en su caso, las reglas
de interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o
administrativo, debiendo precisar los derechos o garantías
constitucionales que fueron lesionados por el expositor, con dicha
interpretación, y establecer el nexo de causalidad entre la ausencia de
motivación, arbitrariedad u otra situación absurda, por no aplicar la
definición que considera debió efectuarse, y los derechos y/o garantías
que conforman el bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados
con dicha interpretación, explicando sí el resultado, cuál la relevancia
constitucional.

En el caso objeto de análisis, el accionante, afirma que no fueron


observadas normas penales, constitucionales o del bloque de
convencionalidad -sin señalar cuáles-, sin identificar las reglas de
interpretación que fueron omitidas por el demandado y sin precisar los
derechos o garantías constitucionales lesionados por el intérprete, no
habiendo establecido el nexo de causalidad entre la ausencia de
motivación, arbitrariedad u otra situación y los derechos y/o garantías que
hubieran sido lesionados con dicha omisión interpretativa, explicando la
forma en que el fallo pudo resultar de haberse dilucidado una norma
específica; en este sentido, al no cumplirse las reglas previstas para que la
jurisprudencia constitucional, ingrese a revisar la labor aclarativa de la
jurisdicción ordinaria; no puede emitirse criterio alguno.

Asimismo, con la finalidad de que esta jurisdicción pueda revisar la


valoración de la prueba, se determinó que la parte accionante deberá
señalar qué pruebas concretamente fueron valoradas apartándose de los
marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; cuáles
no fueron recibidas, o habiendo sido, no fueron producidas o
compulsadas, debiendo imprescindiblemente señalar en qué medida, en lo
conducente, dicha valoración cuestionada de irrazonable de inequitativa o
que no llegó a practicarse, no obstante haber sido oportunamente
solicitada, tiene incidencia en la Resolución final.

De acuerdo a los argumentos expresados por el accionante en el memorial


de demanda y subsanación, asimismo durante el desarrollo de audiencia
de amparo constitucional, el ahora demandado, no efectuó una correcta
valoración de los antecedentes del cuaderno de investigaciones, emitiendo
una decisión carente de fundamentación y motivación que se sostiene
únicamente en elementos subjetivos y no legales; sin embargo, el
accionante, no especifica que elementos del mismo cuaderno procesal no

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fueron tomados en cuenta y si concurrieron de qué manera estuvieron
erróneamente valorados y de qué manera influyó en la decisión o como
esta pudo haber sido diferente de haber valorado la prueba de otra
manera; es decir, no cumplió con los requisitos exigidos por la
jurisprudencia constitucional para que este Tribunal revise la labor
valorativa de la jurisdicción ordinaria; por lo que, al respecto, tampoco
puede emitirse pronunciamiento.

Finalmente, respecto al argumento del accionante de que el demandado,


al haber revocado la Resolución de rechazo de querella dictado por la
Fiscal asignada al caso, vulneró su derecho al debido proceso en sus
vertientes de motivación, congruencia, pertinencia, razonabilidad y
exhaustividad vinculados a la revisión de oficio; lesionando también los
principios de legalidad, seguridad jurídica e interdicción de la
arbitrariedad; por cuanto emitió una decisión carente de la debida
fundamentación.

De la revisión exhaustiva de la Resolución, se tiene inicialmente que la


misma cuenta con una estructura organizada y ordenada, iniciando con la
síntesis de los hechos y el análisis de la decisión emitida por inferior,
elevada en revisión; para luego, efectuar un resumen de la objeción
formulada y finalmente, exponer los argumentos de hecho y derecho que
derivaron en la decisión asumida.

En este contexto, el ahora demandado, abordó el análisis dividiéndolo en


dos partes: uno referido al delito de homicidio y otro, al de homicidio
culposo.

Respecto al primero, luego de analizar la amplia doctrina que describe el


delito de homicidio, estableció que en la investigación del caso, no se
había identificado el dolo con que hubieran actuado los médicos tratantes
o se sucediera reflejado el animus conducente el tipo penal; es decir, la
intencionalidad de matar; toda vez que, los sindicados resultan ser
médicos que trataron una paciente con una afección cardio respiratoria
por mal congénito; y, si los sindicados hubieran cometido algún error
durante las cirugías, tal conducta podría adecuarse a la responsabilidad
profesional por culpa. Asimismo, de la revisión de la Historia Clínica se
tiene que los mismos no fueron los únicos que atendieron y diagnosticaron
a la víctima, lo que determina también la inexistencia de premeditación,
debiendo el Informe de Anatomía Patológica, ser valorado por la parte
querellante; dicho de otra forma, los sindicados, no tenían intención
alguna de hacer sufrir a la víctima, es así que, lo acontecido emerge a
consecuencia de las cirugías practicadas a la menor, por parte de los
mismos que son médicos especialistas muñidos de ética tal cual manda la
Ley del Ejercicio Profesional Médico del 8 de agosto del 2005 (Ley 3131),
quedando establecido en consecuencia, que no se logró establecer vínculo

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de enemistad u otra análoga, premeditación y los elementos
característicos del dolo, para causar la muerte de la víctima.

En cuanto al homicidio culposo, el ahora demandado, analizando la


existencia de una presunta negligencia médica, luego de definir el tipo
penal, establecer los conceptos de atresia esofágica y fístula
traqueoesofágica, para mejor comprender la complejidad de la cirugía que
atravesó la menor, efectuó una relación amplia y detallada de los hechos
acaecidos hasta el fallecimiento de la víctima para arribar al
convencimiento de que no había existido un adecuado tratamiento médico
en la paciente, toda vez que, no se efectuaron análisis complementarios y
actualizados; no solicitaron exámenes de rayos x, tomografías, habiéndose
intervenido a la paciente sin tomar los recaudos necesarios; tampoco se
efectuó una sutura correcta en la tabicación de la fístula branqueo
esofágica que comprometió el pulmón izquierdo, lo que derivó en la
inflamación del área operada que no fue seguida mediante tratamiento
adecuado, lo que produjo la secreción de moco que impidió la circulación
de aire en el pulmón derecho que llevó al izquierdo al colapso; en tales
circunstancias se realizó una segunda operación y de manera omisiva se
realizó una toracotomía en el pulmón derecho presumiendo que éste había
sido afectado, interin en el cual los médicos tratantes pudieron haber
ejecutado una neumocectomía si consideraron que la solución era la
extirpación del pulmón izquierdo y no escudarse en la falta de autorización
de los padres, conforme establece el art. 12.g) de la Ley 3131 y no optar
por la toracomía del pulmón derecho, o en su lugar conectar a la paciente
a vida artificial, cámara ventilatoria, by pass y solicitar trasplante de
pulmón y otras opciones menos riesgosas e imprudentes; al haber
actuado de manera diferente, demostraron violación culpable de los
deberes inherentes a la profesión, oficio o cargo, acomodando su
conducta a la previsión contenida y descrita en el art. 260 del
Código Penal (CP).

Asimismo, el ahora demandado, en la resolución que se revisa, determinó


las investigaciones fueron desarrollados de forma inadecuada,
extrañándose que el informe de auditoría médica no lo hubiera realizado
el Instituto Nacional del Tórax, como órgano especialista, o el SEDES, para
que mediante una comisión de peritos especialistas se determine si en el
caso presente existió o no impericia o negligencia en los sindicados,
conforme fue establecido por la Consultora Técnica propuesta por la parte
querellante, cuyo dictamen se desconoce hubiera sido declarado nulo por
impugnación.

Igualmente, el Fiscal de Distrito, estableció que llamaba la atención el


informe y protocolo de autopsia que establecía que la muerte había tenido
como causal “anoxia por asfixia de origen a determinar”, sin establecer
qué es lo debe “determinarse”, por cuanto los exámenes patológicos
establecieron congestionamiento masivo de infiltración hemorrágica en

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diferentes órganos, y aunque dichos resultados no comprobarían la
responsabilidad penal, se constituyen en exámenes de carácter orientativo
para los peritos en la materia o para la motivación del Tribunal de
Sentencia

Además, manifiesta el demandado, si bien cursan informes que


determinan que los médicos no pudieron actuar por no haberse autorizado
por parte de los progenitores la neumocectomía, conforme establece la
Auditoría Externa, esta tampoco era la solución debido a que el pulmón
derecho también presentaba lesiones y fallas que implican la posible
existencia de impericia o negligencia por parte de los sindicados, tomando
en cuenta que el pulmón izquierdo se encuentra más cerca del corazón, y
no obstante la paciente hubiera superado dicha intervención, los médicos
tratantes no propusieron un trasplante u otra solución. Del mismo modo,
se evidencia la existencia de placas radiográficas tomadas a la occisa; sin
embargo, no existen radiografías de ella antes de la intervención, que
pudieran servir para un análisis comparativo.

Por todos estos argumentos, el ahora demandado, en los puntos Tercero y


Cuarto de la Resolución, estableció que la Fiscal antes de rechazar la
querella por considerar que la investigación no había aportado elementos
suficientes para fundar la acusación, debió entender que la etapa
preliminar en las investigaciones tiene un carácter concreto vinculado al
hecho punible y los hechos conexos que conducen a la averiguación de la
verdad histórica y a partir de ello evidenciar que no se había realizado
todos los actos de investigación pertinentes; por lo que, el ahora
demandado sugería la realización de diligencias investigativas
complementarias a ser realizados por la directora funcional de las
investigaciones que, en aplicación del principio de obligatoriedad, debía
extremar esfuerzos para llegar a la verdad de los hechos, no pudiendo la
Fiscal basarse en una investigación incompleta para confirmar o descartar
la existencia de la comisión de los delitos denunciados, conforme
establece la SC 0969/2003-R de 15 de julio, el rechazo o sobreseimiento,
no puede fundarse en la propia inactividad del órgano investigativo,
debiendo agotarse todos los actos de investigación necesarios para sumir
la convicción que en el caso presente no se han aportado los suficientes
elementos para fundar una imputación y no determinarse la inexistencia
de ellos por ausencia de actividad investigativa; en tal sentido, al no
haberse concluido con la investigación, el demandado estableció la
pertinencia de su perseverancia a efectos de establecer la comisión de un
hecho delictivo; en tal razón, revocó el fallo de la inferior respecto al delito
de homicidio culposo y la ratificó con referencia al delito de homicidio.

De lo hasta aquí expuesto, resulta evidente para la Sala Segunda del


Tribunal Constitucional plurinacional que, el ahora demandado, emitió una
decisión debidamente fundamentada en base a los elementos fácticos del
caso concreto, habiendo realizado un análisis amplio y suficiente respecto

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a las omisiones en las cuales había incurrido la inferior al momento de
emitir la resolución de rechazo y estableciendo además qué elementos y
acciones debieron haber sido considerados y ejecutados por la inferior a
efectos de establecer si en el caso objeto de querella, existían elementos
suficientes que generen convicción respecto a la comisión o no de
determinado delito, habiendo además aplicado didácticamente la doctrina
y jurisprudencia citada así como establecido las normas inherentes a la
problemática objeto de revisión; elementos que, construyeron una
decisión clara, coherente, objetiva y razonable que permite su
comprensión a través de la simple lectura.

Es decir que, conforme a lo establecido en el Fundamento Jurídico


precedente, el ahora demandado, al momento de emitir la Resolución
FDLP/EJBS-R- 228/2016 de 6 de mayo, por medio de la cual resolvió
revocar la Resolución de Rechazo 083/2015 de 31 de diciembre, explicó de
manera clara y sustentada en derecho, los motivos que lo llevaron a tomar
esa decisión, exponiendo los hechos y el derecho que sustentan la parte
dispositiva de la misma, de forma que, las partes procesales pueden
asumir pleno convencimiento de que las razones que guiaron al juzgador a
tomar determinada decisión poseen una base jurídica sustantiva y
procesal suficiente que demuestra que no había otra forma de resolver los
hechos juzgados sino de la forma en que se decidió; y que el fallo
proferido, se halla enmarcado dentro de los principios y valores supremos
que orientan al juzgador.

Por tanto, la denuncia a la vulneración al derecho al debido proceso en


sus vertientes de motivación, congruencia, pertinencia, razonabilidad y
exhaustividad vinculados a la revisión de oficio; que derive en la lesión de
los principios de legalidad, seguridad jurídica e interdicción de la
arbitrariedad; por una decisión carente de la debida fundamentación, no
es evidente y por tal razón no puede ser tutelada.

En consecuencia, el Tribunal de garantías al haber denegado la tutela, efectuó


una correcta compulsa de los datos arrimados a la presente acción tutelar.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR
la Resolución de 03/2016 de 9 de agosto, cursante de fs. 174 a 177 vta., dictada
por la Jueza Pública de Familia Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz; y en consecuencia DENEGAR la tutela impetrada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

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Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

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