Está en la página 1de 2

METODOS DE CONSERVACION DE ALIMENTOS

Deshidratar

Una opción, muy buena y poco usual, es deshidratar:


algunas frutas y verduras pueden ponerse en el horno
a fuego muy bajito durante un rato largo y con la
puerta entreabierta. El alimento, en este proceso, va
concentrando t odo su sabor, y pierde los jugos que
provocan la descomposición, retrasando su
caducidad. También existen aparatos específicos para
realizar este procedimiento, los deshidratadores. Pero en un horno normal se puede hacer
perfectamente. Podés probarlo con frutas y verduras de estación, hongos y hierbas frescas.

Congelar

Lógicamente, el congelado es un proceso que


se viene usando hace tiempo como método
predilecto de conservación de los alimentos. Es
práctico y fácil de hacer, pero existen algunos
tips que pueden hacerlo todavía más útil. Por
ejemplo, considerar qu e ciertas frutas y
verduras pueden congelarse frescas así como
vienen de la verdulería, y saber bien cuáles son
las que mejor soportan este proceso. O tener
en cuenta, sin embargo, que siempre quedarán
mejor las verduras que se congelan luego de haber sido cocidas o blanqueadas. Siempre es
conveniente chequear los tiempos que cada alimento tolera en el freezer, y, sobre todo, no
congelar aquellos que no se llevan bien con las bajas temperaturas, o que pierden su textura y
sabor al ser descongelados: la papa y la mayonesa son ejemplos de ellos. Un consejo muy valioso
es etiquetar o rotular todo lo que congelemos: al momento de hacerlo parece que sí o sí vamos a
recordar qué estamos congelando, pero unas semanas después puede que nos venga bien contar
con un ayudamemoria.

Fermentar

Los fermentos se están convirtiendo en un gran


ícono de la alimentación contemporánea. Estos
preparados contienen probióticos que pueden
contribuir, según el tipo de organismo que
tengamos, a mejorar el funcionamiento
intestinal, entre otras ven tajas. Siempre lo ideal
es consultar a un médico clínico o
gastroenterólogo antes de embarcarnos en su
consumo regular. Igualmente, muchos fermentos son un alimento típico de la dieta de las
personas desde hace cientos y miles de años: el yogur, el chucrut, los pickles y otros encurtidos...
El principio básico es el de generar un medio donde el alimento fresco pueda subsistir durante
mucho más tiempo. Para avanzar un poco más en la técnica, se puede investigar sobre el miso,
una pasta de soja fermentada espectacular para saborizar sopas y guisos. Otro ítem muy utilizado
son las bebidas probióticas, como el kéfir o la kombucha.

Conservar a baño maría

Prácticamente cualquier alimento, fresco o


preparado que queramos conservar por un tiempo
puede envasarse en un tarro cerrado
herméticamente mediante una pasteurización
casera, como suele utilizarse en los procesos de
envasado de mermeladas o dulces caseros: se
sumerge el frasco en agua hirviendo, para eliminar
las posibl es bacterias que pueda contener.

Realizar mermeladas o conservas

De un modo muy tradicional, si compramos alguna fruta


o verdura que esté de estación o en promociones,
podemos aprovecharla y hacer que rinda más si la
convertimos en una mermelada, jalea o conserva.
Conserva en almíbar (para quinotos, membrillos,
zapallos…), mermelada (para naranja, manzana, limón…
¡o tomate!) o jalea (para ciruelas), todas siguen un
proceso similar, fácil de hacer, y que requiere muy
pocos ingredientes. ¡Anímense!

También podría gustarte