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AMPARO DIRECTO 32/2017

QUEJOSO: **********.

PONENTE: MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA


SECRETARIO: ARTURO BÁRCENA ZUBIETA

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia la Nación, correspondiente al día 28 de febrero de
2018.

VISTO BUENO
MINISTRO:

VISTOS los autos del expediente 32/2017 relativo al amparo


directo promovido por **********, en contra de la sentencia dictada el 24
de junio de 2016 por la Primera Sala Familiar del Tribunal Superior de
Justicia de la Cuidad de México dentro del toca relativo al recurso de
queja **********.

RESULTANDO:
COTEJÓ:

PRIMERO. Juicio de divorcio. El 25 de mayo de 2016,


**********promovió demanda de divorcio incausado en contra de la
señora **********. Mediante auto de 26 de mayo de 2016, el Juez
Cuadragésimo Primero de lo Familiar en la Ciudad de México registró
la demanda bajo el número ********** y, con fundamento en el artículo
266 del Código Civil para la Ciudad de México, determinó no dar
trámite a la demanda de divorcio, en virtud de que los cónyuges aún
no cumplían un año de casados.

SEGUNDO. Recurso de queja. Inconforme con tal


determinación, mediante escrito presentado el 2 de junio de 2016, el
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actor interpuso recurso de queja que fue radicado con número de toca
**********. El 24 de junio de 2016, la Primera Sala de lo Familiar del
Tribunal Superior de Justicia de la Cuidad México resolvió confirmar la
resolución recurrida.

TERCERO. Trámite del juicio de amparo ante el Tribunal


Colegiado. En contra de la decisión emitida en el recurso de queja,
********** presentó demanda de amparo directo en la que señaló como
preceptos violados los previstos en los artículos 1º, 14, 16 y 133
constitucionales. Por acuerdo de 18 de agosto de 2016, la Presidenta
del Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito
admitió a trámite la demanda y la registró con el número **********.

CUARTO. Solicitud y trámite del ejercicio de la facultad de


atracción. El 17 de octubre de 2016, el Noveno Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito dictó sentencia en la que solicitó a
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ejerciera su facultad de
atracción para conocer del amparo directo 629/2016, toda vez que
estimó que el mismo satisfacía los requisitos de importancia y
trascendencia, por lo que ordenó remitir los autos relativos a la
Primera Sala de este Alto Tribunal.

Por auto de 28 de octubre de 2016, el Presidente de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación admitió a trámite la solicitud de facultad
de atracción, ordenó registrar el asunto con el número 599/2016 y
enviar los autos al Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo para la
realización del proyecto correspondiente. Posteriormente, por acuerdo
de 15 de noviembre de 2015, la Ministra Presidente de la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación decretó el avocamiento
del asunto.

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En sesión de 26 de abril de 2017, la Primera Sala determinó que


debía ejercerse la facultad de atracción para conocer del juicio de
amparo directo 629/2016, del índice del Noveno Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito. Finalmente, por auto de 4 de agosto
de 2016, el Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
ordenó formar y registrar el amparo directo 32/2017 y lo turnó al
Ministro Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea para la elaboración
del proyecto respectivo.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación es competente para resolver el presente
asunto en atención a que se ejerció la facultad de atracción de
conformidad con lo dispuesto por los artículos 107, fracción V, inciso
c), y segundo párrafo del inciso d) de la Constitución; 40 de la vigente
Ley de Amparo; y 21, fracción III, inciso b), y 14, fracción II, párrafo
primero, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

SEGUNDO. Oportunidad. La sentencia que constituye el acto


reclamado fue notificada a parte quejosa el 27 de junio de 2016. 1 La
notificación surtió sus efectos el 28 de junio 2016 y el término para
interponer la demanda transcurrió del 29 de junio al 2 de agosto del
mismo año, descontándose del cómputo los días 2,3 9 y 10 de julio,
así como del 16 al 31 del mismo mes y año al ser días inhábiles de
conformidad con el artículo 19 de la Ley de Amparo, 163 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial y 74, fracción III, de la Ley Federal del
Trabajo.

1
Cuaderno de apelación **********, foja 133.

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. Por tanto, si el escrito de demanda se presentó el día 14 de


julio de 2016,2 la demanda es oportuna porque se interpuso dentro del
plazo de quince días previsto en el artículo 21 de la Ley de Amparo.

TERCERO. Elementos necesarios para resolver el presente


asunto. En el presente considerando se sintetizan las consideraciones
de la sentencia dictada por la Sala responsable, así como los
argumentos planteados por el quejoso en la demanda de amparo.

I. Sentencia del recurso de queja 1182/2016.

A continuación se sintetizan las consideraciones que utilizó la Primera


Sala Familiar del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México
para declarar infundado el recurso de queja interpuesto por la parte
actora en contra del auto del Juez Cuadragésimo Primero de lo
Familiar en la Ciudad de México en el que determinó no dar trámite a
la demanda de divorcio:

(1) La determinación del juez de primera instancia de no dar trámite


a la demanda de divorcio incausado que interpuso el actor es
correcta, toda vez que de conformidad con el artículo 266 del
Código Civil para la Ciudad de México únicamente se podrá
solicitar el divorcio por cualquiera de las partes cuando haya
transcurrido un año desde celebrado el matrimonio. Así, en la
especie, se advierte que al momento en que se interpuso la
demanda el actor únicamente había estado unido en matrimonio
por 8 meses, de ahí que fuera correcto que se determinara no
dar trámite a su demanda.

(2) El hecho de deban cumplirse ciertos requisitos de fondo para


poder divorciarse no afecta el derecho de acceso a la justicia del
recurrente, dado que ese derecho no es ilimitado y en atención a
que se deben cumplir con ciertas exigencias que la ley establece
para instar a un órgano jurisdiccional a resolver una determinada

2
Cuaderno del amparo directo **********, foja 30 vuelta.

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controversia a fin de dotar de seguridad jurídica y legalidad al


fallo que se emita.

(3) El auto que se combate no vulnera el artículo 1° constitucional,


toda vez que el principio pro persona no implica que sea posible
omitir observar los requisitos mínimos que la ley exige para que
un conflicto sea resuelto por la vía jurisdiccional, como en el
caso es el requisito de estar casado por al menos un año para
solicitar el divorcio.

(4) El artículo 266 del Código Civil para la Ciudad de México no


vulnera el derecho al libre desarrollo de la personalidad, pues al
momento de la celebración del matrimonio, los contrayentes
conocen los derechos, obligaciones y deberes que tendrán para
con el otro, así como la temporalidad que establece el artículo
cuya regularidad constitucional se controvierte.

II. Demanda de amparo.

En contra de la determinación anterior, el actor interpuso demanda de


amparo en la que expresó los conceptos de violación que a
continuación se sintetizan:

(1) La Sala responsable vulneró los derechos previstos en los


artículos 1, 14, 16 y 133 constitucionales, tales como la dignidad
humana y el libre desarrollo de la personalidad, además de que
omitió considerar las circunstancias de los divorciantes, como el
hecho de que su cónyuge genera violencia familiar. En este
sentido, la sentencia combatida impone al quejoso la obligación
de mantener un vínculo jurídico con una persona que daña su
integridad. Lo anterior implica que al exigírsele permanecer
unido en matrimonio por al menos un año antes de solicitar el
divorcio de conformidad con el artículo 266 del Código Civil para
la Ciudad de México, su libertad se encuentra condicionada por
decisión del legislador sin atender a las circunstancias
especiales de cada caso, atentando contra sus derechos
humanos, toda vez que no existe ningún tipo de justificación
lógica o científica que sirva para determinar que el matrimonio
debe prevalecer al menos un año.

(2) La temporalidad de un año para solicitar el divorcio previsto en


el artículo 266 del Código Civil la Ciudad de México vulnera lo
dispuesto en el artículo 1° de la Constitución, toda vez que lo

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que se pretende es hacer efectiva una acción que se desprende


del derecho humano al libre desarrollo de la personalidad, esto
es, el poder elegir continuar o no con el vínculo matrimonial que
le une con la tercero interesada, razón por la que el requisito
previsto en el artículo en cuestión, al limitar el ejercicio de dicha
libertad, es inconstitucional, por ser contrario al libre desarrollo
de la personalidad y en atención a que la norma local limita el
ejercicio de dicho derecho humano al imponer el requisito de
temporalidad.

(3) Aunado a lo anterior, se vulneran sus derechos pues éstos no


pueden restringirse por una norma local, siendo que en el caso
concreto el derecho al libre desarrollo de la personalidad implica
que únicamente el gobernado debe decidir el momento en el que
ya no quiere o ya no puede continuar unido en matrimonio. Así,
en atención a que con la implementación del divorcio incausado
se buscó proteger el derecho al libre desarrollo de la
personalidad, no se le debe imponer temporalidad o requisito
alguno para decidir en qué momento puede disolver el vínculo
matrimonial, pues atentaría contra ese derecho cuya protección
ya se ha decretado.

(4) Por otra parte, la Sala responsable perdió de vista que el


divorcio no es más que el reconocimiento estatal de una
situación de hecho respecto de la desvinculación de los
cónyuges, cuya voluntad de no permanecer unidos legalmente
debe respetarse y no debe condicionarse a una temporalidad,
pues ello vulnera los derechos al libre desarrollo de la
personalidad y, consecuentemente, la dignidad humana. De esta
manera, el artículo 266 del Código Civil para la Ciudad de
México al exigir que haya transcurrido un año de matrimonio
para poder solicitar su disolución, incide en el libre desarrollo de
la personalidad y se trata de una medida legislativa que restringe
injustificadamente este derecho fundamental, toda vez que no
resulta idónea para perseguir ninguno de los límites que
imponen los derechos de terceros y de orden público.

CUARTO. Estudio de fondo. En el presente considerando se


analizarán de manera conjunta los argumentos del quejoso en los que
centralmente aduce que el artículo 266 del Código Civil para la Ciudad
de México es inconstitucional —en la parte que señala que podrá
solicitarse el divorcio sin causa “siempre que haya transcurrido cuando

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menos un año” desde la celebración del matrimonio— porque vulnera


el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Estos argumentos son
esencialmente fundados. Al respecto, conviene advertir desde ahora
que la cuestión que se plantea en este asunto guarda una estrecha
relación con un problema abordado anteriormente por esta Primera
Sala: la constitucionalidad de las normas de los Códigos Civiles de las
entidades federativas que exigían la acreditación de una causal para
poder decretar el divorcio.

En los asuntos en los que se ha abordado esta cuestión, esta


Suprema Corte ha sostenido de manera reiterada que el régimen de
disolución del matrimonio que exige la acreditación de causales
vulnera el derecho al libre desarrollo de la personalidad. En esta
misma línea, esta Primera Sala entiende que el requisito para solicitar
el divorcio sin expresión de causa consistente en haber estado casado
“cuando menos un año” es inconstitucional por violar el derecho en
cuestión. Para justificar esta decisión, a continuación se examinará la
constitucionalidad de la medida impugnada con apoyo del test de
proporcionalidad. Ahora bien, antes de emprender el estudio de fondo,
es necesario hacer algunas precisiones con la finalidad de aclarar la
metodología que se utilizará para hacer el examen de
constitucionalidad de la porción normativa impugnada.

En este orden de ideas, es importante señalar que la moderna


teoría de los derechos fundamentales traza una distinción
indispensable para entender la forma en la que los tribunales
constitucionales suelen hacer el control de constitucionalidad de las
normas infraconstitucionales a través del principio de proporcionalidad:
el alcance del derecho fundamental y la extensión de su protección.3
De acuerdo con esta distinción, el examen de constitucionalidad de
3
Barak, Aharon, Proportionality. Constitutional Rights and their Limitations, trad. Doron
Kalir, Nueva York, Cambridge University Press, 2012, p. 19.

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una medida legislativa debe realizarse a través de un análisis en dos


etapas.

En una primera etapa, debe determinarse si la norma impugnada


incide en el alcance o contenido prima facie del derecho en cuestión.4
O dicho en otros términos, debe establecerse si la medida legislativa
impugnada limita el derecho fundamental.5 En esta etapa del análisis
es necesario recurrir a la interpretación de las disposiciones
normativas correspondientes. Por un lado, debe interpretarse la
disposición legislativa impugnada con la finalidad de determinar los
alcances de la prohibición u obligación que establece. Por otro lado,
también debe interpretarse la disposición constitucional que aloja el
derecho fundamental en cuestión, con la finalidad de fijar el alcance o
contenido prima facie de éste. De esta manera, en esta primera etapa
se precisan las conductas cubiertas prima facie o inicialmente por el
derecho fundamental en cuestión.

Una vez hecho lo anterior, debe decidirse si la norma impugnada


incide o no en el ámbito de protección prima facie del derecho aludido.
Si la conclusión es negativa, el examen debe terminar en esta etapa
con la declaración de que la medida legislativa impugnada es
constitucional. En cambio, si la conclusión es positiva, debe pasarse a
otro nivel de análisis.

En una segunda etapa del análisis, debe determinarse si la


norma que efectivamente interviene en el contenido prima facie del
derecho fundamental es constitucional. Así, en esta fase del análisis
debe examinarse si en el caso concreto existe una justificación
constitucional para que la medida legislativa reduzca la extensión de la

4
Bernal Pulido, Carlos, El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales,
Madrid, CEPC, 2007, p. 45.
5
Barak, op. cit., p. 26.

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protección que otorga inicialmente el derecho. Este ejercicio implica


que se analice si la intervención legislativa cumple con las exigencias
derivadas del principio de proporcionalidad: una finalidad
constitucionalmente válida, idoneidad, necesidad y proporcionalidad
en estricto sentido de la medida.

I. Análisis de la incidencia de la medida legislativa impugnada en


el contenido prima facie del libre desarrollo de la personalidad

En este apartado se analizará si la porción normativa del artículo


266 del Código Civil para la Ciudad de México que señala que podrá
solicitarse el divorcio sin causa “siempre que haya transcurrido cuando
menos un año” desde la celebración del matrimonio incide en el
contenido prima facie del derecho al libre desarrollo de la
personalidad. Para poder llegar a una conclusión sobre esta cuestión
es necesario reiterar la doctrina constitucional de esta Suprema Corte
sobre los alcances de este derecho expuesta centralmente en el
amparo en revisión 237/2014.6

En primer lugar, debe destacarse que la Constitución mexicana


otorga una amplia protección a la autonomía de las personas, al
garantizar el goce de ciertos bienes que son indispensables para la
elección y materialización de los planes de vida que los individuos se
proponen.7 Así, en términos generales puede decirse que los derechos
fundamentales tienen la función de “atrincherar” esos bienes contra
medidas estatales o actuaciones de terceras personas que puedan
afectar la autonomía personal.8 De esta manera, los derechos
6
Sentencia de 4 de noviembre de 2015, resuelta por mayoría de cuatro votos de los
señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), José Ramón Cossío Díaz, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en contra del
emitido por el Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
7
Nino, Carlos, Ética y Derechos Humanos. Un ensayo de fundamentación, 2ª ed., Buenos
Aires, Astrea, 1989, p. 223.
8
Ibídem, p. 223.

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incluidos en ese “coto vedado” están vinculados con la satisfacción de


esos bienes básicos que son necesarios para la satisfacción de
cualquier plan de vida.9

En este orden de ideas, el bien más genérico que se requiere


para garantizar la autonomía de las personas es precisamente la
libertad de realizar cualquier conducta que no perjudique a terceros.10
En este sentido, la Constitución y los tratados internacionales
reconocen un catálogo de “derechos de libertad” que se traducen en
permisos para realizar determinadas acciones que se estiman valiosas
para la autonomía de las personas (expresar opiniones, moverse sin
impedimentos, asociarse, adoptar una religión u otro tipo de creencia,
elegir una profesión o trabajo, etc.), al tiempo que también comportan
límites negativos dirigidos a los poderes públicos y a terceros, toda vez
que imponen prohibiciones de intervenir u obstaculizar las acciones
permitidas por el derecho fundamental en cuestión. 11

Ahora bien, el derecho al libre desarrollo de la personalidad


brinda protección a un “área residual de libertad” que no se encuentra
cubierta por las otras libertades públicas.12 Como explicó el Tribunal
Constitucional alemán en el caso Elfes,13 estos derechos
fundamentales protegen la libertad de actuación humana de ciertos
“espacios vitales” que de acuerdo con la experiencia histórica son más
susceptibles de ser afectados por el poder público, sin embargo,
cuando un determinado “espacio vital” es intervenido a través de una
medida estatal y no se encuentra expresamente protegido por un
9
Garzón Valdés, Ernesto, “Algo más acerca del ‘coto vedado’”, Doxa. Cuadernos de
filosofía del derecho, núm. 6, 1989, p. 209.
10
Nino, op. cit., p. 223.
11
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, trad. Carlos Bernal Pulido, Madrid,
CEPC, 2007, pp. 197-201.
12
Díez-Picazo, Luis María, Sistema de Derechos Fundamentales, 2ª ed., Cizur Menor,
Thomson Civitas, 2005, p. 70.
13
BVerfGE 6, 32, sentencia de 16 de enero de 1957. Citada por la traducción contenida en
Kommers, Donald P., y Miller, Russel A., The Constitutional Jurisprudence of the Federal Republic
of Germany, 3ª ed., Durham, Duke University Press, 2012, p. 402.

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derecho de libertad específico, las personas pueden invocar la


protección del derecho al libre desarrollo de la personalidad. De esta
manera, este derecho puede entrar en juego siempre que una acción
no se encuentre tutelada por un derecho de libertad específico.14

En el ordenamiento mexicano, esta Suprema Corte ha entendido


que el libre desarrollo de la personalidad es un derecho fundamental
que deriva del derecho a la dignidad, que a su vez está previsto en el
artículo 1º constitucional y se encuentra implícito en los tratados
internacionales de derechos humanos suscritos por nuestro país.15 Al
respecto, en la sentencia que resolvió el amparo directo 6/2008,16 el
Pleno de este Alto Tribunal sostuvo entre otras cosas que “[e]l
individuo, sea quien sea, tiene derecho a elegir en forma libre y
autónoma, su proyecto de vida, la manera en que logrará las metas y
objetivos que, para él, son relevantes”.

En dicho precedente se explicó que el derecho al libre desarrollo


de la personalidad permite “la consecución del proyecto de vida que
para sí tiene el ser humano, como ente autónomo”, de tal manera que
supone “el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda
persona a ser individualmente como quiere ser, sin coacción, ni
controles injustificados o impedimentos por parte de los demás, con el
fin de cumplir las metas u objetivos que se ha fijado, es decir, es la
persona humana quien decide el sentido de su propia existencia, de
acuerdo a sus valores, ideas, expectativas, gustos, etcétera” (énfasis
añadido); criterio que posteriormente fue recogido en la tesis aislada

14
Eberle, Eduard J., “Human Dignity, Privacy, and Personality in German and American
Constitutional Law”, Utah Law Review, 1997, p. 979.
15
Sobre este punto, véase la tesis de rubro “DIGNIDAD HUMANA. EL ORDEN JURÍDICO
MEXICANO LA RECONOCE COMO CONDICIÓN Y BASE DE LOS DEMÁS DERECHOS
FUNDAMENTALES” [Novena Época; Registro 165813; Instancia: Pleno; Tipo de Tesis: Aislada;
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XXX, Diciembre de 2009,
Materia(s): Constitucional; Tesis: P. LXV/2009; Página: 8].
16
Sentencia de 6 de enero de 2009, resuelta por el Pleno de la Suprema Corte.

11
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de rubro “DERECHO AL LIBRE DESARROLLO DE LA


PERSONALIDAD. ASPECTOS QUE COMPRENDE”.17

En este orden de ideas, en la línea de lo expuesto por el Tribunal


Constitucional alemán en el caso Eppler,18 puede decirse que la
libertad “indefinida” que es tutelada por el derecho al libre desarrollo
de la personalidad complementa las otras libertades más específicas,
como la libertad de conciencia o la libertad de expresión, puesto que
su función es salvaguardar la “esfera personal” que no se encuentra
protegida por las libertades más tradicionales y concretas. En este
sentido, este derecho es especialmente importante frente a las nuevas
amenazas a la libertad individual que se presentan en la actualidad.

Ahora bien, la doctrina especializada señala que el libre


desarrollo de la personalidad tiene una dimensión externa y una
interna.19 Desde el punto de vista externo, el derecho da cobertura a
una genérica “libertad de acción” que permite realizar cualquier
actividad que el individuo considere necesaria para el desarrollo de su
personalidad.20 En cambio, desde una perspectiva interna, el derecho
protege una “esfera de privacidad” del individuo en contra de las
incursiones externas que limitan la capacidad para tomar ciertas
decisiones a través de las cuales se ejerce la autonomía personal.21

Como se muestra más adelante, si bien en un plano conceptual


puede trazarse esta distinción entre los aspectos externos e internos,
17
Novena Época , Registro: 165822, Instancia: Pleno, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, Diciembre de 2009, Materia(s): Civil,
Constitucional, Tesis: P. LXVI/2009, Página: 7.
18
BVerfGE 54, 148, sentencia de 3 de junio de 1980. Citada por la traducción contenida en
Kommers y Miller, op. cit., p. 406-407.
19
Eberle, Eduard J., “Observations on the Development of Human Dignity and Personality in
German Constitutional Law: An Overview”, Liverpool Law Review Journal. of Contemporary Legal
and Social Policy, vol. 33, núm. 3, 2012, p. 211.
20
De acuerdo con el Tribunal Constitucional alemán, el libre desarrollo de la personalidad es
un derecho fundamental independiente que garantiza una genérica libertad de acción. Al respecto,
véase la sentencia BVerfGE 6, 36.
21
Eberle, “Observations...”, op. cit., p. 211.

12
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resulta complicado adscribir los casos de ejercicio de este derecho a


una sola de estas dimensiones. Ello es así porque las acciones que
realizan los individuos en el ejercicio de su autonomía personal
suponen la decisión de llevar a cabo esa acción, al tiempo que las
decisiones sobre aspectos que en principio sólo incumben al individuo
normalmente requieren de ciertas acciones para materializarlas. En
todo caso, parece que se trata de una cuestión de énfasis. Así,
mientras que hay situaciones en las que el aspecto más relevante de
la autonomía personal se aprecia en la acción realizada, existen otras
situaciones en las que el ejercicio de la autonomía se observa más
claramente a través de la decisión adoptada por la persona.

Por lo demás, vale la pena señalar que en el derecho comparado


también existen otros derechos fundamentales que cumplen una
función similar al libre desarrollo de la personalidad. En el derecho
norteamericano, por ejemplo, a partir del derecho al debido proceso en
su aspecto sustantivo se ha desarrollado lo que se conoce como
“decisional privacy”.22 Esta vertiente del derecho a la privacidad está
directamente relacionada con la autonomía personal, puesto que no
sólo garantiza un ámbito de libertad en la toma de decisiones que sólo
le conciernen al individuo, sino que también da cobertura a una
genérica libertad de acción, que incluye aspectos como la manera de
comportarse en público o los estilos de vida de la persona.23

De acuerdo con lo expuesto hasta ahora, parece evidente que el


derecho al libre desarrollo de la personalidad es un derecho cuyos

22
Vale la pena destacar que en el derecho norteamericano la “decisional privacy” se
distingue lo que se conoce como la “physical privacy” y la “informational privacy”. Mientras el
derecho a una privacidad física comporta una protección para el domicilio y la integridad personal
en contra de intervenciones injustificadas de terceros, el derecho a la privacidad informativa otorga
a al individuo el control la información relacionada con su propia persona. Al respecto, véase
Mayer-Schönberger, Viktor, “Strands of Privacy: DNA Databases and Informational Privacy and the
OECD Guidelines”, en David Lazer (ed.), The Technology of Justice: DNA and the Criminal Justice
System, Cambridge, MIT Press, 2004.
23
Rossler, Beate, The Value of Privacy, Cambridge, Polity Press, 2005 p. 89

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contornos deben irse precisando jurisprudencialmente. En el derecho


comparado, la forma en la que se ha llevado a cabo ese proceso de
especificación consiste en preguntarse a partir de casos concretos si
una determinada acción o decisión individual se encuentra protegida
por este derecho. Así, por ejemplo, el Tribunal Constitucional alemán
ha sostenido que el libre desarrollo de la personalidad da cobertura a
actividades “recreativas” como viajar fuera del país, cazar o montar a
caballo,24 al tiempo que en casos relacionados con personas
transexuales ha considerado protegida la decisión en relación con el
sexo y el género con el que un individuo desea que se le identifique.25

En sentido similar, la Corte Suprema estadounidense ha


establecido que el derecho a la privacidad en la vertiente antes
señalada protege de interferencias externas una gran variedad de
decisiones personales,26 como las relacionadas con la contracepción,27
la educación,28 el cuidado de los niños,29 y las relaciones familiares.30
Así, estas decisiones están cubiertas por el derecho a la privacidad
precisamente porque pertenecen a la esfera de autonomía de la
persona. Como se señaló anteriormente, la protección que otorga el

24
Kommers y Miller, op. cit., pp. 400- 404.
25
Kommers y Miller, op. cit., p. 413.
26
Brashear, Bruce, “Marijuana Prohibition and The Constitutional Right of Privacy: An
Examination of Ravin v. State”, Tulsa Law Review, vol. 11, 1975, p. 571.
27
La Corte Suprema norteamericana ha reconocido en varios casos el derecho de las
personas a decidir sobre la utilización de métodos anticonceptivos. Al respecto, véanse entre otros
Griswold v. Connecticut, 381 U.S. 479 (1965), en el que declaró inconstitucional una ley estatal que
prohibía la distribución de información sobre control natal a personas casadas; y Eisenstadt v.
Baird, 405 U.S. 438 (1972), en el que sostuvo que el derecho a la privacidad protege las decisiones
individuales relativas a la contracepción.
28
En relación con temas educativos, en Wieman v. Updegraff, 344 U.S. 183 (1952), la
Corte Suprema sostuvo que el derecho a la privacidad daba cobertura a las libertades de
investigación, pensamiento y enseñanza; en Martin v. Struthers, 319 U.S. 141 (1943) se señaló que
el derecho a la privacidad también comprendía el derecho a distribuir, a recibir y a leer información;
y en Meyer v. Nebraska, 262 U.S. 390 (1923) se estableció que el derecho a la privacidad también
comprendía el derecho a acceder todo el espectro de conocimientos disponibles con base en la
primera enmienda.
29
Sobre este tema, la Corte Suprema norteamericana determinó en Pierce v. Society of
Sisters, 268 U.S. 510 (1925), que el derecho a la privacidad protegía a su vez el derecho educar a
los propios hijos como uno prefiera.
30
Al respecto, en Prince v. Massachusetts, 321 U.S. 158 (1944) se reconoció que el
derecho a la privacidad protege de interferencias estatales un ámbito privado de la vida familiar ;y
en Loving v. Virginia, 388 U.S. 1 (1967) se sostuvo que el derecho a la privacidad comprendía
también el derecho a decidir con quién desea casarse una persona.

14
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derecho no sólo comprende esas decisiones, sino también las


acciones necesarias para materializar esa decisión.

Ahora bien, esta manera de precisar el contenido del derecho al


libre desarrollo de la personalidad, consistente en reconocer en casos
concretos que cierto tipo de conductas o decisiones se encuentran
protegidas por el derecho, lo que a su vez se traduce en el
reconocimiento de un derecho a realizar esas conductas o a tomar
esas decisiones sin interferencias del Estado o de terceros, resulta
congruente con la manera en la que esta Suprema Corte se ha
aproximado a los problemas relacionados con el alcance del derecho
en cuestión.

En efecto, en la sentencia del citado amparo directo 6/2008 el


Pleno de esta Suprema Corte sostuvo que “la ‘reasignación sexual’
que decida una persona, que puede comprender o no una cirugía para
ese fin, con el objeto de adecuar su estado psicosocial a su físico y, de
ahí, vivir en el sexo con el que se identifica plenamente,
innegablemente constituye una decisión que forma parte del libre
desarrollo de la personalidad, en tanto es una expresión de la
individualidad de la persona, respecto de su percepción sexual ante sí
mismo, lo que influye decisivamente en su proyecto de vida y, por
ende, en sus relaciones sociales” (énfasis añadido); criterio que
posteriormente fue recogido en la tesis aislada de rubro
“REASIGNACIÓN SEXUAL. ES UNA DECISIÓN QUE FORMA
PARTE DE LOS DERECHOS AL LIBRE DESARROLLO DE LA
PERSONALIDAD”.31

31
Novena Época, Registro: 165698, Instancia: Pleno, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, Diciembre de 2009, Materia(s): Civil,
Tesis: P. LXIX/2009, Página: 17.

15
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Por lo demás, vale la pena recordar que en dicho precedente el


Pleno de esta Suprema Corte también señaló en obiter dictum que “el
derecho al libre desarrollo de la personalidad, comprende, entre otras,
la libertad de contraer matrimonio o no hacerlo; de procrear hijos y
cuántos, así como en qué momento de su vida, o bien, decidir no
tenerlos; de escoger su apariencia personal; su profesión o actividad
laboral; y, por supuesto, la libre opción sexual, pues todos estos
aspectos, evidentemente, son parte de la manera en que el individuo
desea proyectarse y vivir su vida y que, por tanto, sólo él puede decidir
en forma autónoma” (énfasis añadido).

Posteriormente, esta Suprema Corte ha reiterado en varias


ocasiones que la decisión de permanecer o no casado encuentra
cobertura en el derecho al libre desarrollo de la personalidad. Así, en
la sentencia del amparo directo en revisión 917/2009,32 al analizar la
constitucionalidad del divorcio sin causa en la legislación civil del
Distrito Federal, esta Primera Sala sostuvo que “el respeto al libre
desarrollo de la personalidad justifica reconocer mayor trascendencia
a la voluntad del individuo cuando ya no desea seguir vinculado con su
cónyuge, por ello, el derecho a tramitar la disolución del vínculo
matrimonial, no puede hacerse depender de la demostración de causa
alguna, pues aquella determinante no es más que el fin de esa
voluntad expresada en la demanda, resultando inadmisible que el
Estado se empeñe en mantener vigente el matrimonio de quienes
solicitan el divorcio al considerar que su situación particular se torna
irreconciliable” (énfasis añadido).

32
Sentencia de 23 de septiembre de 2009, resuelta por unanimidad de cuatro votos de los
señores Ministros José Ramón Cossío Díaz, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas (Ponente) y Presidente Sergio A. Valls Hernández. Ausente el Ministro José de Jesús
Gudiño Pelayo.

16
AMPARO DIRECTO 32/2017

En términos similares, en el amparo directo en revisión


1819/2014,33 esta Primera Sala explicó que “con la expresión de la
voluntad de no continuar con el matrimonio, se ejerce el derecho al
libre desarrollo a la personalidad, pues decidir no continuar casado,
cambiar de estado civil, constituye, la forma en que el individuo desea
proyectarse, vivir su vida; la forma en que el individuo decide de
manera libre y autónoma su proyecto de vida” (énfasis añadido),
criterio que posteriormente fue recogido en la tesis aislada de rubro
“DIVORCIO SIN EXPRESIÓN DE CAUSA. CONSTITUYE UNA
FORMA DE EJERCER EL DERECHO AL LIBRE DESARROLLO DE
LA PERSONALIDAD”.34

En la misma línea, al analizar a la luz del libre desarrollo de la


personalidad la constitucionalidad del sistema de divorcio a través del
cual se exige la acreditación de causales para poder disolver el vínculo
matrimonial, esta Primera Sala volvió a reiterar en la contradicción de
tesis 73/201435 que “que la decisión de un cónyuge de no permanecer
casado, con independencia de los motivos que tenga para ello,
también forma parte de un plan de vida elegido de manera autónoma,
el cual no debe ser obstaculizado por el Estado ni por un tercero,
como ocurre cuando el otro cónyuge se niega a otorgar el divorcio, lo
que significa que esa decisión también está amparada al menos prima
facie por este derecho” (énfasis añadido).

33
Sentencia de 22 de octubre de 2014, resuelta por mayoría de cuatro votos de los
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas (Ponente) y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidente: José Ramón Cossío Díaz,
quien reservó su derecho para formular voto particular.
34
Décima Época, Registro: 2008492, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 15, Febrero de 2015, Tomo II ,
Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a. LIX/2015 (10a.), Página: 1392.
35
Sentencia de 25 de febrero de 2015, resuelta por mayoría de cuatro votos de los
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), Jorge Mario Pardo Rebolledo, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena en contra del emitido por el
Ministro José Ramón Cossío Díaz, por lo que respecta a la competencia y por mayoría de tres
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), José Ramón Cossío Díaz (quien se
reserva el derecho de formular voto concurrente) y Olga Sánchez Cordero de García Villegas, en
contra de los emitidos por los Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo y Presidente Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena (quienes se reservaron el derecho de formular voto particular), por lo que se
refiere al fondo.

17
AMPARO DIRECTO 32/2017

Como puede observarse, los precedentes citados muestran una


línea jurisprudencial en la cual esta Suprema Corte ha reconocido que
el derecho al libre desarrollo de la personalidad da cobertura en
principio a una gran variedad de acciones y decisiones conectadas
directamente con el ejercicio de la autonomía individual. En el tema
que nos interesa, la doctrina constitucional de este Alto Tribunal ha
reconocido con toda claridad que la decisión de un cónyuge de no
permanecer casado está amparada por el derecho al libre desarrollo
de la personalidad.

Ahora bien, en el presente caso la primera cuestión que debe


determinarse es si la porción normativa del artículo 266 del Código
Civil para la Ciudad de México que señala que podrá solicitarse el
divorcio sin causa “siempre que haya transcurrido cuando menos un
año” desde la celebración del matrimonio incide en el contenido prima
facie del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Al respecto,
esta Primera Sala entiende que la norma impugnada efectivamente
limita el derecho que tienen las personas a decidir permanecer
casadas, puesto que impone a los cónyuges el plazo de un año para
poder solicitar el divorcio sin causa. De esta manera, al obligar al
quejoso a permanecer casado al menos un año, resulta evidente que
el artículo 266 incide en el contenido prima facie del derecho al libre
desarrollo de la personalidad.

18
AMPARO DIRECTO 32/2017

II. Examen de proporcionalidad de la medida impugnada

Como se explicó anteriormente, en una segunda etapa del análisis de


constitucionalidad debe determinarse si la norma que interviene en el
ámbito inicialmente protegido por el derecho fundamental es
constitucional. Así, en esta fase del análisis debe examinarse si en el
caso concreto existe una justificación desde el punto de vista
constitucional para que la medida legislativa limite el contenido prima
facie del derecho. Este ejercicio implica que se establezca si la
intervención legislativa persigue una finalidad constitucionalmente
válida y, en caso de que se supere esa grada del escrutinio, se analice
si la medida supera sucesivamente un análisis de idoneidad,
necesidad y proporcionalidad en estricto sentido.

En este orden de ideas, en primer lugar es preciso identificar los


fines que se persiguen con la medida impugnada para posteriormente
estar en posibilidad de determinar si éstos resultan
constitucionalmente válidos. Esta etapa del análisis presupone la idea
de que no cualquier propósito puede justificar la limitación a un
derecho fundamental.36 En efecto, los fines que pueden fundamentar la
intervención legislativa al ejercicio de los derechos fundamentales
tienen muy diversa naturaleza: valores, intereses, bienes o principios
que el Estado legítimamente puede perseguir.

Al respecto, hay que recordar que el libre desarrollo de la


personalidad no es un derecho absoluto, de tal manera que puede ser
limitado con la finalidad de perseguir algún objetivo
constitucionalmente válido. Al respecto, resulta importante identificar
los límites a este derecho que han sido reconocidos por este Alto
Tribunal. En relación con este tema, en el citado amparo directo

36
Barak, op. cit., p. 245.

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6/2008 el Pleno de esta Suprema Corte explicó que este derecho “no
es absoluto, pues encuentra sus límites en los derechos de los demás
y en el orden público” (énfasis añadido). Como puede observarse, se
trata de límites externos al derecho que funcionan como cláusulas que
autorizan al legislador a intervenir en el libre desarrollo de la
personalidad para perseguir esos fines.37

Ahora bien, en el presente caso la porción normativa del artículo


266 del Código Civil para la Ciudad de México que señala que podrá
solicitarse el divorcio sin causa “siempre que haya transcurrido cuando
menos un año” desde la celebración del matrimonio ni siquiera supera
la primera grada del escrutinio, toda vez que la medida legislativa no
persigue una finalidad legítima de conformidad con los límites externos
del derecho a libre desarrollo de la personalidad: ni la protección de
derechos de terceros ni la protección del orden público. Para poder
justificar esta decisión, a continuación se reiteran con algunos matices
la doctrina contenida en la contradicción de tesis 73/2014.38.

Al margen de lo complicado que resulta definir un concepto tan


vago como el “orden público”, no parece posible imaginar de qué
forma una medida como la que se analiza pudiera ser adecuada para
promover ese fin. En cambio, sí es posible sostener que la medida
enjuiciada tiene como objetivo la protección de otros derechos,
específicamente los derechos de la familia establecida a partir del
matrimonio que se pretende disolver. Así, para poder determinar si la
medida persigue ese fin es necesario primero precisar los alcances
37
Sobre esta manera de entender la forma en la que operan los límites externos a los
derechos, véase Prieto Sanchís, Luis, Justicia constitucional y derechos fundamentales, Madrid,
Trotta, 2003, p. 222
38
Sentencia de 6 de enero de 2009, resuelto por unanimidad de once votos de los
Señores Ministros Sergio Salvador Aguirre Anguiano, José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz
Luna Ramos, José Fernando Franco González Salas, Genaro David Góngora Pimentel, José de
Jesús Gudiño Pelayo, Mariano Azuela Güitrón, Sergio A. Valls Hernández (Ponente), Olga
Sánchez Cordero de García Villegas, Juan N. Silva Meza y Presidente Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia.

20
AMPARO DIRECTO 32/2017

que esta Suprema Corte ha atribuido al derecho a la protección de la


familia.

El artículo 4º constitucional contiene un mandato de protección a


la familia al establecer que la ley “protegerá la organización y el
desarrollo” de ésta. No obstante, como se muestra a continuación, la
doctrina de esta Suprema Corte se ha encargado de establecer con
toda claridad que de este mandato no se desprende que el matrimonio
deba considerarse necesariamente la base del núcleo familiar
protegido por la Constitución, ni menos aún que de él se derive una
exigencia para que el legislador diseñe un régimen de divorcio en el
que la disolución del matrimonio deliberadamente se dificulte bajo la
premisa de que esta situación sólo puede permitirse de manera
excepcional.

Al respecto, debe recordarse que en la acción de


inconstitucionalidad 2/201039 esta Suprema Corte se encargó de
precisar el alcance de este mandato constitucional de protección a la
familia. El Pleno de este Alto Tribunal sostuvo, a partir de una
interpretación evolutiva del artículo 4º constitucional, que este precepto
no alude a un “modelo de familia ideal” que tenga como presupuesto al
matrimonio heterosexual y cuya finalidad sea la procreación. En este
sentido, esta Suprema Corte aclaró que la protección de la familia que
ordena la Constitución no se refiere exclusivamente a la familia
nuclear que tradicionalmente ha sido vinculada al matrimonio: padre,
madre e hijos biológicos.

En dicho precedente, el Pleno afirmó que la Constitución tutela a


la familia entendida como “realidad social”, lo que significa que esa
protección debe cubrir todas sus formas y manifestaciones existentes

39
Sentencia de 16 de agosto de 2010, resuelta por el Pleno de la Suprema Corte.

21
AMPARO DIRECTO 32/2017

en la sociedad: familias nucleares compuestas por padres e hijos


(biológicos o adoptivos) que se constituyan a través del matrimonio o
uniones de hecho; familias monoparental compuestas por un padre o
una madre e hijos; familias extensas o consanguíneas que se
extienden a varias generaciones, incluyendo ascendientes,
descendientes y parientes colaterales; y desde luego también familias
homoparentales conformadas por padres del mismo sexo con hijos
(biológicos o adoptivos) o sin ellos.

En términos similares, en la Opinión Consultiva 7/2002,40 al


establecer los alcances del derecho a la protección de la familia
previsto en el artículos 17 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos,41 la Corte Interamericana destacó la importancia
de determinar “el alcance que tiene el concepto de familia”. Con apoyo
en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
sostuvo que el concepto de vida familiar “no está reducid[o]
únicamente al matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de
hecho donde las partes tienen vida en común por fuera del
matrimonio” (párrafo 69).

Posteriormente, en el caso Atala Riffo y niñas v. Chile,42


siguiendo el criterio de diversos órganos de derechos humanos

40
Opinión Consultiva OC-17/2002, 28 de agosto de 2002, solicitada por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos sobre la Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño
41
Artículo 17. Protección a la Familia
1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por
la sociedad y el Estado.
2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una
familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida
en que éstas no afecten al principio de no discriminación establecido en esta Convención.
3. El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los
contrayentes.
4. Los Estados Partes debe7n tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de
derechos y la adecuada equivalencia de responsabilidades de los cónyuges en cuanto al
matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se
adoptarán disposiciones que aseguren la protección necesaria de los hijos, sobre la base única del
interés y conveniencia de ellos.
42
Caso Atala Riffo y Niñas vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 24 de
febrero de 2012. Serie C No. 239. Fondo, Reparaciones y Costas Sentencia del 24 de febrero de
2012. Serie C No. 239

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AMPARO DIRECTO 32/2017

creados por tratados, dicho tribunal internacional explicó que “no


existe un modelo único de familia” de tal manera que “la imposición de
un concepto único de familia debe analizarse no sólo como una
posible injerencia arbitraria contra la vida privada, según el artículo
11.2 de la Convención Americana, sino también, por el impacto que
ello pueda tener en un núcleo familiar, a la luz del artículo 17.1 de
dicha Convención.” (párrafo 172, énfasis añadido).

En esta línea, en el amparo directo en revisión 1905/2012,43


esta Primera Sala afirmó que el orden jurídico mexicano ha
evolucionado “hacia un concepto de familia fundado esencialmente en
la afectividad, el consentimiento y la solidaridad libremente aceptada
con la finalidad de llevar a efecto una convivencia estable” (énfasis
añadido), lo que significa que sólo “se puede seguir afirmando que la
familia es la base de la sociedad si la misma se equipara a una
estructura básica de vínculos afectivos vitales, de solidaridad intra e
intergeneracional y de cohesión social, pero parece claro que esa
estructura descansa sobre una base muy diversificada, en la cual el
matrimonio es sólo un elemento posible, pero no necesario” (énfasis
añadido).

En este orden de ideas, esta Primera Sala sostuvo en el amparo


directo en revisión 917/2009,44 precedente donde se analizó por
primera vez la constitucionalidad de una legislación que establecía el
divorcio sin causa, que “el Estado a través de la figura del divorcio ha
buscado solucionar las relaciones disfuncionales de maltrato o de
violencia familiar que pudieran suscitarse con posterioridad a la unión

43
Sentencia de 22 de agosto de 2012, resuelta por unanimidad de cinco votos de los
Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
44
Sentencia de 23 de septiembre de 2009, resuelta por unanimidad de cuatro votos de los
señores Ministros José Ramón Cossío Díaz, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas (Ponente) y Presidente Sergio A. Valls Hernández. Ausente el Ministro José de Jesús
Gudiño Pelayo.

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matrimonial, cuando los cónyuges estimen ya no convivir; de ahí, que


debe otorgar los medios necesarios para disolver esa unión y
solucionar las desavenencias existentes, sin que sea su objetivo crear
candados para mantener unidos a quienes han decidido por su propia
voluntad no cohabitar ni cumplir con los deberes del matrimonio sino
que por el contrario uno de los objetivos que persigue al proteger a la
familia es evitar la violencia, ya sea física o moral como consecuencia
de la controversia suscitada con motivo de los divorcios necesarios”
(énfasis añadido).

De acuerdo con lo anterior, la protección de la familia no puede


conseguirse en ningún caso “creando mecanismos” para mantener
unidas a dos personas que han celebrado un matrimonio cuando al
menos una de ellas decide romper esa relación. En este sentido, en
este último precedente de esta Primera Sala se señaló
específicamente que el “divorcio sin causales no atenta contra la
sociedad sino por el contrario el Estado en su afán de protegerla trata
de evitar conflicto en la disolución del vínculo matrimonial a través de
una cuestión declarativa, sin que exista controversia en la causa que
justifica el que uno de los consortes lo solicite”.

Así, esta Primera Sala concluyó que el sistema de disolución del


matrimonio sin causa constituye un “un régimen de fácil acceso al
divorcio, en el que es suficiente la solicitud unilateral de la disolución
del matrimonio, para que el juez la decrete aun sin causa para ello,
donde incluso no importa la posible oposición del diverso consorte, y
todo ello con la finalidad de evitar enfrentamientos entre personas y
familias que alientan con demasiada frecuencia entre ellos odio,
violencia egoísmo y acciones maliciosas, lo que suele trascender al
equilibrio anímico no tan sólo de los hijos sino también de los
miembros que integran ese núcleo familiar”.

24
AMPARO DIRECTO 32/2017

Si bien este pronunciamiento se realizó a propósito del análisis


de la constitucionalidad de una legislación que establecía el divorcio
sin causa, esas consideraciones resultan relevantes para este asunto
porque descartan expresamente que el mandato de protección a la
familia derivado del artículo 4º constitucional imponga al legislador la
obligación de dificultar la disolución del matrimonio, incluso si lo único
que hace la medida impugnada es exigir el trascurso de un plazo para
que se pueda solicitar la disolución el matrimonio.

De esta manera, si se parte de la forma en la que esta Suprema


Corte ha entendido el mandato de protección a la familia, parece
evidente que imponer a los cónyuges el plazo de un año para poder
solicitar el divorcio sin causa no es una medida que persiga un fin
constitucionalmente legítimo. El hecho de que se obligue a una
persona a permanecer casada en contra de su voluntad —incluso si
esta obligación sólo se impone durante un año como lo hace la norma
impugnada— no contribuye de ninguna manera a proteger los
derechos de los miembros de la familia.

En consecuencia, esta Primera Sala concluye que la porción


normativa del artículo 266 del Código Civil para la Ciudad de México
que señala que podrá solicitarse el divorcio sin causa “siempre que
haya transcurrido cuando menos un año” desde la celebración del
matrimonio resulta inconstitucional por vulnerar el derecho al libre
desarrollo de la personalidad, sin que sea necesario proseguir el
examen de proporcionalidad de la medida al constatarse que no
persigue una finalidad constitucionalmente legítima.

25
AMPARO DIRECTO 32/2017

QUINTO. Efectos de la sentencia

En atención a las consideraciones expuestas en el presente


considerando, esta Primera Sala concede el amparo al quejoso para el
efecto de que la Sala responsable realice lo siguiente: (i) deje sin
efectos la resolución reclamada; (ii) dicte otra resolución en la que
considere que la porción normativa del artículo 266 del Código Civil
para la Ciudad de México que señala que podrá solicitarse el divorcio
sin causa “siempre que haya transcurrido cuando menos un año”
desde la celebración del matrimonio resulta inconstitucional y, en
consecuencia, no la aplique al caso concreto; y (3) una vez hecho lo
anterior, vuelva a ocuparse de dar respuesta a los agravios del recurso
de queja del actor en los que combatió el auto del juez de primera
instancia en el que determinó no dar trámite a la demanda de divorcio
en virtud de que los cónyuges aún no cumplían un año de casados.

Por lo antes expuesto, esta Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación,

RESUELVE

ÚNICO. La Justicia de la Unión ampara y protege a ********** en


contra de la sentencia de la Primera Sala Familiar del Tribunal
Superior de Justicia de la Cuidad de México dictada dentro del toca
relativo al recurso de queja ********** para los efectos precisados en el
último considerando de esta ejecutoria.

26
AMPARO DIRECTO 32/2017

Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los


autos relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el
toca como asunto total y definitivamente concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), José Ramón Cossío Díaz,
Jorge Mario Pardo Rebolledo y Ministra Norma Lucía Piña Hernández
(Presidenta). Ausente el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

Firman la Presidenta de la Sala y el Ministro Ponente con la


Secretaria de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA:

MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ.

P O N E N T E:

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.

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SECRETARIA DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA.

En términos de lo previsto en los artículo 133 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a
la Información Pública, y 10 y 113 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública; así como en el Acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la
Federación, en esta versión pública se suprime información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuesto normativo.

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