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El estilo técnico corresponde a la primera mitad del siglo XX y fue desarrollado por
agentes provenientes de otros campos diferentes al de la Psicología ya que en tal
periodo no existía aun la profesión de Psicólogo. Eran fundamentalmente
pedagogos interesados por la eficacia del sistema y requerían conocer las
características del educando para desarrollar plenamente su labor educativa. Una
suerte de especialización de este estilo se ubica aproximadamente en la década del
50` cuando fueron creadas algunas carreras menores de técnicos auxiliares en
psicotecnia, en Rosario por ejemplo, cuya labor principal fue la de evaluar,
diagnosticar y brindar orientación psicológica.
Una vez creadas las primeras carreras de Psicología en el país, a partir de la
segunda mitad de la década de los 50` se inicia el estilo clínico. Los promotores de
esas carreras pretendían formar Psicólogos orientadores que brindaran sus
servicios al campo educativo y al campo industrial y laboral, profundizando y
perfeccionando los saberes técnicos que las carreras menores no brindaban. Pero,
a pronto de surgidas, por inquietud del estudiantado y del cuerpo docente
encargado de formarlos, la orientación se inclinó hacia la clínica psicológica
priorizando en ella la práctica de la psicoterapia. Nace el Psicólogo como profesional
y su desempeño en el campo educativo da lugar al surgimiento del Psicólogo
gabinetista.
Particularidades de este profesional:
- Trasladar al gabinete escolar la modalidad clínica.
Atiende la demanda proveniente de los docentes, de directivos, en algunos casos
de la familia, en torno a problemáticas en las que está implicado un alumno:
problemas de aprendizaje, problemas de conducta, desajustes de algún tipo que
afectan el desempeño escolar.
- El foco está puesto en el alumno.
No en la institución o el entorno social como factores que pueden generar lo que
hoy en día se denomina barreras para el aprendizaje y la participación. Tomando el
modelo de Chevallard, su mirada recae en la terna didáctica, y más precisamente
en el alumno. Interactúa con el estudiante y lo hace también con sus docentes, los
directivos y los familiares, pero su interés se centra en el problema del niño o joven.
- Su intervención adquiere un carácter reparador.
Frente al desajuste que el niño presenta, es necesario volverlo funcional al sistema
para que la armonía se restaure.
- El sistema educativo no es cuestionado.
La actuación docente, la selección de contenidos, su secuenciación, la gestión
institucional, no presentan fisuras; es el alumno el portador del problema, y por
extensión, su grupo familiar.
- El sujeto de aprendizaje es considerado portador del problema.
Frente a la evidencia de una dificultad de aprendizaje o comportamiento, es
conducido al gabinete, allí la acción reparadora del Psicólogo gabinetista lo
repondrá para que vuelva a su espacio habitual (al aula) de modo que pueda
continuar su marcha por los aprendizajes.
- Su caja de herramientas está integrada por los instrumentos que le aporta su
experiencia clínica.
La entrevista, la observación y la aplicación de técnicas de evaluación psicológica.
Sus informes redundan en diagnósticos, asumen un carácter clasificatorio e
indican los posibles tratamientos.
- Multidisciplina.
Aunque en algunos centros educativos convive con otros profesionales
(psicopedagogos, trabajadores sociales, médicos) el enfoque no supera el nivel
multidisciplinar.
CAJA DE HERRAMIENTAS
¿Son suficientes las herramientas del gabinetista para la labor del
contextualizador? ¿La entrevista, la observación y la administración de técnicas de
evaluación psicológica, alcanzan para desplegar las intervenciones posibles hacia la
terna didáctica, hacia la noosfera y hacia el entorno social? No es que deba
desecharlas, sólo que resultan insuficientes, por lo que debe reunir en su caja de
herramientas nuevos instrumentos.
N.U.Pro.S. (N = Naturalizar; U = Universalizar; Pro = Problematizar; S =
Singularizar). Su foco no está puesto en el alumno, salvo algunas veces donde sí
debe serlo. Fundamentalmente debe estar atento a los procesos que se suceden y
coexisten en la institución educativa como en cualquier otra, pues está habitada
por sujetos que le imprimen un dinamismo incesante. Será conveniente que
reconozca los discursos y prácticas naturalizadas para ver en qué medida
contribuyen al bien común y al cumplimento de los objetivos institucionales; y
cuando no lo hacen, problematizarlas. Sería auspicioso que pueda analizar con los
educadores la modulación de las prácticas universalizadoras (propias del campo
educativo) y la necesaria singularización de situaciones particulares.
Formulación de proyectos, favoreciendo la mayor participación de la comunidad
educativa, buscando que sus componentes (fundamentación, objetivos, metas, etc.)
adquieran el mayor nivel de coherencia.
Formación de redes interinstitucionales, orientar al centro educativo en relación
a romper el aislamiento. Para ello debe estar atento a las diferentes fases o
momentos de su conformación, propiciando el diálogo, el intercambio de ideas y
propuestas, identificando las resistencias al cambio, a las que son proclives las
instituciones que acometen la tarea de formar redes. Debe ayudar a la lograr un
lenguaje común y a sostener la red en el tiempo; en suma debe favorecer que la
vida en red se naturalice.
Mediación escolar.Debe conocer y prepararse en las herramientas y
procedimientos de Resolución Alternativa de Disputas, o Conflictos (R.A.D., o
R.A.C.), mediante la cual se es capaz de identificar los conflictos y su grado de
complejidad, ya sea para prevenirlos en algunos casos, resolverlos en otros y
aportar para una adecuada gestión en aquellos casos en que no es factible
encontrar una solución.
Trabajo interdisciplinario. El trabajo en equipo, la contrastación de discursos, la
construcción de marcos referenciales comunes, todo ello sostenido en el tiempo,
hacen a la superación de los modelos multidisciplinarios que solo logran dividir al
sujeto de aprendizaje en múltiples miradas que no confluyen, no armonizan e
incluso a veces se contradicen.
Construcción de canales de comunicación. Facilitar la vinculación el sistema
educativo con su entorno, que la terna didáctica no funcione como una isla dentro
del sistema y permita ingresar a su escenario, no sólo lo dispuesto por la noosfera,
sino también los elementos del entorno social. Que la noosfera funciones de modo
democrático y no autocrático, que el poder se distribuya de modo equitativo, que la
convivencia supere el modelo disciplinar de control, vigilancia y sanación punitiva.
Que el entorno social, por último, encuentre en la escuela un referente para la
trasmisión del ser ciudadano y la cultura.
PEREZ, M. EL TRABAJO DEL PSICÓLOGO EDUCACIONAL
Universalización
Se trata de prácticas que homogenizan, igualan, consideran a los agentes del
sistema iguales y sin diferencias. Todos los ciudadanos debían aprender y
estudiar con los mismos programas, leer los mismos libros, estudiar las mismas
lecciones. Con la universalización se borran las fronteras regionales, los
modismos, la identidad local, y por supuesto lo autóctono.
No hay que ver la universalización en sentido negativo. Solo es negativa si resulta
de una imposición y obliga a los sujetos a renunciar a su singularidad. Se vuelve
positiva cuando permite el acceso a la mayor cantidad y calidad de recursos para
una mayoría de sujetos potenciales.
Problematización
Problematizar es un tipo de práctica que constituye una actitud que tiende a
cuestionar, indagar, investigar, a no considerar nada como dado desde siempre.
Busca la explicación, el origen y sentido de otras prácticas y se ubica como un
proceso opuesto al de naturalizar. Permite reconocer lo naturalizado y evaluar su
grado de pertinencia en el contexto del sistema, si contribuye al bien común o lo
lesiona. Permite tomar decisiones, alerta las consciencias de los agentes sobre el
estado del sistema en un momento dado. Implica instantes de detención para
observar el conjunto.
Tiene un alto valor positivo pero también negativo; se vuelve negativa si se
mantiene como constante, dicho en términos sencillos, no se puede ir cuestionando
todo, todo el tiempo. Es necesario establecer los momentos de problematización
para que estos no paralicen y permitan introducir los cambios y modificaciones que
el sistema requiere mientras se movilizan otros procesos.
Singularización
Se trata de considerar a cada sujeto en su singularidad, en sus rasgos distintivos,
propios, sus necesidades, sus potencialidades, sus dificultades. Es opuesto al de
universalizar donde lo mismo vale para todos.
En cambio, en la singularización importa lo que para cada sujeto es necesario
tener en cuenta y aportarle desde el sistema para que alcance sus metas y sus
objetivos de aprendizaje. Invita a efectuar adaptaciones a lo universal para que el
saber sea accesible a cada sujeto de aprendizaje.
DIMENSIÓN EPISTEMOLÓGICA
Diferentes concepciones acerca de los procesos de aprendizaje y los procesos de
enseñanza, las concepciones acerca del sujeto de aprendizaje que subyacen a las
prácticas educativas concretas.
Los fundamentos científicos de las teorías del aprendizaje y la enseñanza. Esta
dimensión es la que se vincula con el análisis epistemológico de la adecuación del
saber, o lo que Chevallard denomina vigilancia epistemológica.
DIMENSIÓN METODOLÓGICA
Métodos que se utilizan en el ámbito educativo, derivados de la dimensión
epistemológica.
DIMENSIÓN OPERACIONAL
Operacionalización de los métodos de enseñanza. Es el nivel más concreto de las
prácticas educativas, pasibles de observación; implica procedimientos y acciones
concretas por parte de los agentes del sistema.
DIMENSIONES DE ANÁLISIS
Dimensiones que, de modo dialéctico, intervienen en el hecho educativo y que a
diario se despliegan en cada aula, en cualquier nivel y modalidad de la educación.
Dimensión epistemológica: encontramos aquí las diferentes concepciones
acerca de los procesos de aprendizaje y los procesos de enseñanza, las
concepciones acerca del sujeto de aprendizaje que subyacen a las prácticas
educativas concretas. Los fundamentos científicos de las teorías del aprendizaje y
la enseñanza. Generalmente se plasman en los fundamentos y los objetivos de las
propuestas docentes.
Dimensión metodológica: aquí se detallan los métodos que se utilizan en el
ámbito educativo, derivados de la dimensión epistemológica.
Usualmente se vuelcan en la planificación docente y la propuesta didáctica, la
selección de contenidos, su secuenciación y las actividades que se llevarán
adelante en el aula, o fuera de ella.
Dimensión operacional: se trata de la operacionalización de los métodos de
enseñanza. Es el nivel más concreto de las prácticas educativas, pasibles de
observación directa; implica procedimientos y acciones concretas por parte de los
agentes del sistema.
CONSECUENCIAS PEDAGÓGICAS
Jean Piaget
Dimensión epistemológica: Jean Piaget no era un Psicólogo, tampoco un
Pedagogo. Era esencialmente un Epistemólogo, por lo tanto su pregunta fue de ese
orden, a saber: ¿cómo conocemos el mundo? Quería saber cómo el hombre adulto
adquiere el conocimiento que le permite transformar el mundo. Pronto advirtió que
para descifrar ese enigma debía dedicar tiempo al estudio de la génesis de
conocimiento.
El conocimiento es una construcción que, en su génesis, parte de esquemas
elementales (reflejos) y se va complejizando, por momentos de modo continuo, por
momentos de forma discontinua. Mediante procesos de asimilación y acomodación
el sujeto humano va desarrollando esquemas mentales que se equilibran
momentáneamente y luego se desequilibran, hasta adquirir un nuevo equilibrio,
siempre inestable. Este proceso descripto por Piaget sólo es posible en la media en
que el sujeto entra en interacción con los objetos que el mundo circundante le
provea. Así, la inteligencia avanza por estadios que se suceden unos a otros
integrándose en una complejidad creciente.
Lo importante a destacar en ese devenir de la inteligencia es el modo que el objeto
debe presentarse ante el sujeto para que construya sus esquemas y abandone
progresivamente los estadios anteriores. (S-O)
Dimensión metodológica: El objeto debe presentarse siempre de manera
diferente, no repetitiva. Si fuera así, es decir, siempre el mismo objeto, bajo la
misma forma, no produciría el efecto que se espera que produzca, a saber: el
desequilibrio de las estructuras para que el sujeto busque un nuevo equilibrio, que
representa el avance, el nuevo dominio intelectual, un nivel mayor de adaptación.
Se trata de presentar los objetos del mundo de manera tal que conduzcan al
desequilibrio de las estructuras mentales, y con ello lleven al sujeto a la búsqueda
de nuevos esquemas más equilibrados, más estables.
Dimensión operacional: la introducción del conflicto cognitivo. Se trata de
problematizar los esquemas previos del alumno, o mejor dicho, que el propio
alumno problematice sus esquemas mediante algo que, cuando intenta integrarlo
mentalmente, no encaja, no armoniza con lo que sabe o lo que piensa sobre el
mundo.
La intención de la docente es introducir un conflicto cognitivo. Los alumnos
esperan encontrar el objeto como lo conocen previamente. El aula piagetiana se
convierte así en un espacio poblado de objetos, materiales y simbólicos, que el
alumno puede manipular; en un aula laboratorio, siempre renovado y
problematizador, para múltiples experiencias.
Evaluación: Se debe partir entonces de un buen diagnóstico acerca de los
esquemas mentales con los que opera el niño, luego considerar el o los conflictos
cognitivos a los que fue expuesto o es enfrentado en la instancia de evaluación, y
por último, a qué conclusiones llega.
Interrogar al niño para que dé razones de las conclusiones a las que arriba frente
a un problema. De este modo, la evaluación se convierte en una exposición
dialogada, más que en una prueba.
Lev Vygotsky
Dimensión epistemológica: La pregunta de Lev Vygotsky es básicamente ¿cómo
internalizamos el mundo? Cuando un sujeto arriba, tras su nacimiento, al orden de
la cultura, carece de instrumentos; estos están por fuera de él, son posesión de
quienes tienen a su cargo el cuidado del recién llegado. El niño se irá apropiando
de los instrumentos culturales (herramientas y signos) en la medida en que,
quienes lo poseen antes que él, se los presenten y le den la oportunidad de
internalizarlos, es decir, hacer interno lo que es inicialmente externo.
Este proceso de internalización de los instrumentos constituye sin dudas un
movimiento de subjetivación que permite que la intersubjetividad devenga en
intrasubjetividad. Ahora bien, el dato distintivo, a diferencia de la posición
piagetiana, no recae en la interacción del sujeto con los objetos, más bien, para
Vygotsky, interesa más la interacción del sujeto con otros sujetos, portadores de los
instrumentos culturales que deberá internalizar. (S-S)
El proceso de internalización de los instrumentos culturales, permite al sujeto, no
sólo apropiarse de ellos, sino, y sobre todo, modificarlos, crear nuevos, transformar
sus realidad social y cultural, más que reproducirla o adaptarse a ella.
Dimensión metodológica: implica un permanente juego de interacción entre
sujetos. Así, el alumnos toma contacto con los instrumentos de su cultura, los va
internalizando y apropiándose de ellos progresivamente. La formación de pequeños
grupos constituye el escenario principal, en el que el docente, en posición
mediadora entre los instrumentos culturales y el niño, oficia de puente entre lo que
el alumno puede realizar por sí sólo y lo que podría concretar con ayuda de otros,
pares o el propio docente. Por lo tanto, en cuanto al método, sobresalen aquí las
formas dialógicas e interactivas.
Dimensión operacional: el aula vygotskyana es un espacio dinámico en el que
los pareceres se cruzan, se debaten, se confrontan, se entrelazan. El docente
facilita la exposición de los instrumentos, permite su exploración, internalización y
transformación. Hace del aula un ambiente cordial en el que prevalece más el
diálogo que la manipulación de objetos. Es un aula con puertas abiertas, para que
entren otros, expertos sobre un tema, por ejemplo, que pueden mostrar a los
alumnos instrumentos de la cultura de los que se saben conocedores. Pero también
para que los alumnos salgan a explorar el mundo y descubrir sus posibilidades.
Evaluación: Qué mirar de ese proceso para evaluar? El movimiento que el
alumno realiza en su trabajo de apropiación de los instrumentos culturales.
Observar cómo, lo que fue externo, ahora se ha hecho interno, cómo pasa el niño
de los conceptos espontáneos a los conceptos científicos y sus interconexiones; y
sobre todo, si el niño es consciente de su propio movimiento.
Watson y Skynner
Dimensión epistemológica: el individuo debe lograr conductas adaptativas para
sobrevivir en su ambiente. El ambiente provee estímulos y el individuo debe
responder mediante conductas adecuadas. Se desprende de ello que los estímulos a
los que se ve enfrentado el sujeto tendrían que ser los más adecuados posibles para
favorecer dichas conductas; y, si las respuestas resultan satisfactorias en términos
de adaptación, será necesario reforzarlas, de tal modo que vuelvan a presentarse.
La noción de refuerzo aportada por Skynner pone de relieve el papel del
observador de la conducta del individuo. Este es el encargado de reforzarla siempre
que estime, a su juicio, si representa o no un logro adaptativo. Reforzará las
convenientes, ya sea introduciendo reforzadores positivos o reforzadores negativos,
o en ciertas circunstancias, promoviendo un programa de reforzamiento (de
intervalo fijo o variable, o de razón fija o variable) según corresponda a las
conductas esperadas.
Dimensión metodológica: El ambiente en el que se desenvuelven las conductas,
en nuestro caso, el ámbito educativo, debe proveer de suficientes estímulos para
promover conductas en los alumnos, y que estas últimas, deben ser adaptadas. El
método propio para esta teoría, es la estimulación del individuo para que
reproduzca las conductas socialmente aceptadas por el sistema. Estímulos y
Respuestas constituyen el corazón de la propuesta conductista; cuando más
adaptativas sean las respuestas, mayor refuerzo y aceptación recibe el individuo de
su medio. No interesan los procesos internos, sólo los resultados; no cómo llegó a
ellos, sólo el producto final.
Dimensión operacional: el aula es un ambiente estimulante. Los soportes de
contenidos, imágenes, mapas, soportes textuales y todo otro elemento aportado por
el docente cumplen esa función. Se le exige al alumno prestar atención a esos
elementos pues tiene que aprenderlos, reproducirlos, repetirlos, de manera
mecánica, y, en lo posible, lo más fiel e idéntico al modelo que pueda. Cualquier
variación que se introduzca será considerada anómala y pasible de castigo o
sanción.
Evaluación: La evaluación tendrá en cuenta las respuestas correctas que el
individuo es capaz de emitir frente a los estímulos presentados, su grado de
exactitud y fidelidad; en suma, el producto final. El refuerzo acompaña el acto
evaluativo, generalmente traducido en una nota o valoración cuantitativa, nunca
cualitativa. Así, el sujeto aprende a emitir respuestas correctas y adecuadas con lo
que supone encontrará la adaptación al medio.
D. Ausubel
Dimensión epistemológica: aprendizaje producido en el contexto educativo y en
el marco de una situación de interiorización, asimilación e instrucción. Se
preocupa sobre cómo, a partir de conceptos previamente adquiridos por el niño en
su vida cotidiana, se enseñan y aprenden los conceptos científicos. Estos últimos
son descubiertos por el niño en su entorno sobre la base de sus saberes previos.
Los conocimientos previos están organizados en estructuras, estas entran en
interacción con la nueva información que es dada en el proceso instructivo y
obligan al sujeto a establecer una re-estructuración de sus estructuras de
conocimiento. Para que este proceso de estructuración y re-estructuración se
desenvuelva de modo efectivo y provoque aprendizajes significativos, es necesaria
una presentación organizada y explicita de la información que pondrá en
desequilibrio las estructuras previas.
Dimensión metodológica: Ausubel trabaja la cuestión distinguiendo dos ejes.
Un eje vertical en el que se presenta un continuo que va desde el aprendizaje por
repetición o meramente memorístico, al aprendizaje significativo. En el eje
horizontal, vemos el aprendizaje por recepción, pasando por el aprendizaje por
descubrimiento guiado, hasta alcanzar el aprendizaje por descubrimiento
espontaneo. Tenemos entonces que, la instrucción debe atender el movimiento del
alumno por estos dos ejes de aprendizaje.
Dimensión operacional: todo se inicia con una adecuada organización del
material que será expuesto al alumno. Este dato es esencial para la teoría
ausubeliana, pues constituye la significatividad lógica que requiere toda
información para que promuevan, a su vez, aprendizajes significativos; para que las
estructuras previas interactúen con la nueva información y lleven al sujeto a re-
estructuraciones.
Además, otra condición. La necesaria predisposición por parte del alumno para
logar aprendizajes significativos y lo que nos conduce a la motivación; tarea, en
todo caso del docente, o del ambiente institucional, despertar.
Evaluación: La evaluación está sujeta a varios factores y depende en muchos
aspectos del contrato didáctico. Si el alumno no se encuentra suficientemente
motivado y se conforma con un aprendizaje memorístico, tal vez eso sea suficiente
para él. Si el docente acuerda en ello, tal vez no exija más que eso. Así, el alumno
podrá, sin inconveniente obtener una buena calificación. En otro caso el alumno
altamente motivado para alcanzar aprendizajes significativos, buscará establecer
relaciones de significado en los materiales escolares. El docente puede acordar con
ello y exigirá por tanto en ese nivel; el alumno podrá también obtener buenas
calificaciones.
El problema se puede presentar si no hay claridad en el contrato didáctico. Puede
suceder que el alumno se incline por aprendizajes memorísticos y el docente le
exija más; o por el contrario que el alumno aspire a los aprendizajes significativos,
pero el docente no le provea de la organización necesaria de la información para
que lo logre.
H. Gardner
Dimensión epistemológica: Con su teoría de las inteligencias múltiples, Gardner
cuestiona fuertemente tanto a la Psicología como al Sistema educativo. La noción
de CI parece haber capturado por décadas la atención y, los instrumentos
elaborados para determinarlo -según este autor- han sido elementales y en su
mayoría cuantitativos. La educación por su parte, en sintonía con ese enfoque
propone actividades formativas que priorizan las capacidades lógico-matemáticas y
lingüísticas, en detrimento de otras destrezas humanas poco exploradas.
Por ello y para abandonar estas posiciones reduccionistas propone concebir a la
inteligencia como múltiple y capaz de expresarse -si se lo permiten- de manera
diversa. Describe siete inteligencias: lógicomatemática, lingüística, musical,
cenestésica, espacial, intrapersonal e interpersonal. Según su opinión la escuela
debería dar la oportunidad a cada individuo de desarrollar, de acuerdo a sus
intereses y aptitudes, la mayoría de ellas y centrarse en aquella que descubre como
su mayor potencial humano.
Dimensión metodológica: Se trata de ofrecer al estudiante múltiples formas de
expresarse, valorando aquellas en las que manifiesta mejor desempeño, ayudarlo a
reconocer por sí mismo sus logros y orientarlo en cuanto a cómo podría desarrollar
aún más esas competencias. Como se advierte, no existe un ordenamiento de
contenidos previos y fijo a recorrer, por el contrario, el recorrido se construye con el
alumno, sólo se prefiguran ejes de trabajo posibles.
Dimensión operacional: l aula taller es quizás el escenario que mejor
se presta para despertar inquietudes y destrezas desconocidas incluso por el
propio sujeto. Seguramente, allí, en un contexto diferente a las aulas tradicionales,
encontrará una manera de decir y “decirse” lo que lo inquieta, lo que, por alguna
razón desearía desplegar como “su mundo” en el mundo. El docente, que en todo
caso acompaña, orienta, y facilita, tiene la importante tarea de diseñar estrategias
diversificadas de forma que cada estudiante encuentre y “se encuentre” en un
escenario posible.
Evaluación: La tarea del docente considerar la oportunidad de ofrecer al
estudiante múltiples oportunidades de expresión. Luego, una vez delimitado un
cierto campo de desempeño, convocar a expertos para acompañar al novato.
Cuando éste alcance cierto nivel de destrezas, otros expertos, seguramente
tomarán la posta de la formación, en lógico matemática, en lingüística, en música,
en destreza corporal, en ubicación espacial, en el conocimiento de sí mismo o en
relaciones interpersonales.
Comentario final
El eclecticismo no siempre es un buen compañero. Puede ayudarme a mí, pero si
trabajo con otros, puede en ellos generar confusiones y desorientación.
Para evitar este problema es necesario establecer cierta coherencia entre lo que
pienso acerca de qué es enseñar y qué es aprender, qué propuesta metodológica
guiará mi práctica y qué, concretamente, se plasmará en el aula. En la medida en
que yo mismo tenga en claro esta cuestión, estaré en condiciones de establecer el
contrato didáctico con mis alumnos, estaré en condiciones de generar un
documento testigo que acredite mi hacer (planificación), estaré en condiciones de
dar cuenta de mi práctica de modo reflexivo y constructivo.
MEDIACIÓN EDUCATIVA
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Al estudiar los paradigmas de la disciplina y el de la convivencia, hemos señalado
que, mientras en el primero hay una negación y minimización de los conflictos, en
el segundo, por el contrario, el conflicto es considerado como algo inherente a la
vida institucional. Pero tal reconocimiento implica que se deben disponer de
dispositivos adecuados para su tratamiento en el momento en que surjan. No es
posible suponer que un conflicto se va a diluir naturalmente o que ante su
aparición sólo se debe apaciguar o tranquilizar a las parte.
NOCIÓN DE CONFLICTO
El término se asocia frecuentemente con problemas, guerra, confrontación, pelea.
Para trabajar en la gestión de disputas, será necesario aplicar un criterio más
amplio y considerar a los conflictos como inherentes a la vida humana y, por ende,
a la institución escolar.
1. Partes involucradas
Actores principales y actores secundarios
Formas:
– Interpersonales
– Intragrupales
– Intergrupales
3. Valoración
• Valoración positiva
• Valoración negativa
4. Conciencia
• Alude a la percepción de la presencia del conflicto:
• Ambas partes creen que entre ellos existe un conflicto y realmente es así.
• Existe un origen externo del conflicto, pero una de las partes o ambas no lo
advierten.
• Una o ambas partes imaginan que existe una relación conflictiva cuando
objetivamente no existe.
5. PUREZA
Dos situaciones:
– Que existan sólo relaciones de conflicto y ninguna de cooperación. Se
denominan de suma cero o puros.
– Que existan relaciones de conflicto y de cooperación o intercambio. Se
denominan de suma variable.
6. PODER
Se refiere a los recursos de conducta conflictiva que cada una de las partes
dispone para motivar a la otra en sentido coincidente con sus metas. Se
asienta en la autoridad formal, en la competencia técnica, en la profesional, en
la idoneidad.
Otras fuentes de poder son:
– Herramientas de sanción
– Administración de recursos
– Acceso a la información
– Control de la circulación de la información
– Relaciones con la comunidad
– Poder del alumnado
(Se debe considerar la voluntad de usarlo)
7. INTENSIDAD
La intensidad marca los recursos que utilizan las partes para lograr sus objetivos
y estará directamente relacionada con los fenómenos de escalada y desescalada.
– Escalada: aumento progresivo del conflicto
– Desescalada: proceso inverso
8. VARIABLES EN CONFLICTO
También se los denomina: planos del conflicto.
– Intelectual
- acuerdos
-desacuerdos
– Volitivo
– Afectivo
- actos positivos
- actos negativos
- amistad
- hostilidad
10. OBJETIVOS
Los objetivos pueden ser concretos o simbólicos.
Concreto: El objeto propiamente dicho es la última meta
Simbólico: El objeto no es la última meta, existe un valor representado.
11. FUENTE
El conflicto existe cuando hay acciones que se oponen.
Las fuentes pueden ser: recursos, escasez, control, acceso, posesiones, territorios,
tiempo y espacio.
• Otras fuentes: relaciones, valores, datos, intereses, estructura.
• Otras fuentes: pertenencia, poder, libertad, diversión.
13. TIPOS
– Innecesarios (generados por problemas de comunicación y percepciones)
– Genuinos (diferencias concretas que exigen un mayor esfuerzo en su
administración)
– Verídicos (conflictos que existen objetivamente) – Contingentes (dependen de
circunstancias que cambian fácilmente)
– Desplazados (conflictos expresados distintos al central) – Mal atribuidos (se
expresan en partes que no corresponden)
– Latentes (el conflicto aún no sale a la luz) – Falsos (se basa en malas
interpretaciones o percepciones)
PROCEDIMIENTO DE LA MEDIACIÓN
• Introducción
• Narración de la historia
• Identificación de los hechos y sentimientos (se pone el acento en el conflicto)
• Generar opciones
• Acuerdo
• Seguimiento del acuerdo
Toda institución que aspire a la formación de redes debe atravesar una serie de
pasos que la conduzcan paulatinamente a un cambio de pensamiento de todos sus
integrantes. Este cambio de pensamiento, que se traducirá luego en acciones,
implica abandonar el modelo aislacionista que caracteriza a muchas instituciones,
para adherir a otro en el que prime la apertura, la vinculación con otros
estamentos y la posibilidad, al menos potencial, de articular sus recursos con otros
para satisfacer necesidades reconocidas como comunes.
Tipos de redes
Existen diversos tipos de redes, según los intercambios que establezcan sus
integrantes y el tipo de medio que utilicen para realizarlos.
Las redes primarias tienen como base la reciprocidad de los intercambios. En ellas
se privilegian los lazos afectivos. Las redes secundarias informales se forman a
partir de redes primarias y ante la necesidad de satisfacer requerimientos
compartidos para los cuales se organizan ayudas o servicios específicos.
Las redes secundarias formales se caracterizan por el hecho de que los
intercambios se fundamentan sobe el derecho ciudadano. Los servicios que este
tipo de red brinda están de acuerdo con las exigencias de los usuarios o
beneficiarios de la misma.
Las redes del tercer sector se constituyen como organizaciones sin fines de lucro.
Estas utilizan como medio de articulación y reciprocidad, no solo el derecho del
ciudadano, sino también la solidaridad de la comunidad.
Las redes del mercado por su parte, se fundan en la existencia de un medio de
intercambio o producto, tales como los generados por una empresa o unidades
comerciales y los negocios.
Las redes mixtas combinan dos o más modelos de redes; pueden brindar un
servicio y al mismo tiempo resultar de ello un producto.
Una red surge como una necesidad sentida por una o más instituciones para
resolver los problemas y necesidades que no pueden resolverse con los recursos del
presente. Durante un tiempo de existencia de una institución, principalmente en
los momentos fundacionales, pudieron resultar suficientes los recursos humanos y
materiales con los que contaba, y en tal sentido la necesidad de formar redes no
constituía una urgencia o un medio de promoción y crecimiento institucional. Pero
luego, os recursos existentes ya no pueden dar respuesta a las demandas que
emergen de dicha realidad. Aunque e intenten forzar a los recursos para que sigan
respondiendo, el resultado no satisface la expectativas. Surge así la posibilidad de
forma redes con otras instituciones que, de alguna manera, se encuentran ante la
misma situación.
Este modelo se relaciona con los valores esenciales que fundamentan los derechos
humanos, como la dignidad humana, la libertad personal y la igualdad, que
propician la disminución de barreras y dan lugar a la inclusión social, que pone en
la base principios como autonomía personal, no discriminación, accesibilidad
universal, normalización del entorno, diálogo civil, entro otros.
La premisa es que la discapacidad es una construcción social, una deficiencia que
crea la misma sociedad que limita e impide que las personas con discapacidad se
incluyan, decidan o diseñen con autonomía su propio plan de vida en igualdad de
oportunidades.
Rechazan la vida en instituciones apartadas y ser sometidas a programas de
rehabilitación, sin tener control sobre sus vidas. Estas personas manifiestan que se
sienten "oprimidas" y reclaman sus derechos pidiendo tomar por sí mismas las
riendas de sus vidas.
Desde esta perspectiva de las políticas emancipadoras, cobran importancia las
concepciones sobre persona y sujeto, y los derechos humanos se ubican como los
argumentos necesarios y oportunos para sacar de los límites al discapacitado y
ubicarlo dentro de la sociedad como un actor social. De este modo el problema de
la discapacidad no está en el individuo sino en la sociedad que lo rodea, en el
contexto que lo acoge o lo rechaza.
El modelo social ha enfatizado las barreras económicas, medioambientales y
culturales en el contexto. Se señala que las personas con deficiencias son
discapacitadas debido al rechazo de la sociedad a acomodar las necesidades
individuales y colectivas dentro de la actividad general de la vida, económica y
cultural.
Este modelo social de la discapacidad considera que las causas que originan la
discapacidad no son religiosas ni científicas, sino que son, en gran medida,
sociales.
Al considerar que las causas que están en el origen de la discapacidad son
sociales, pierde parte de sentido la intervención puramente médica o clínica. Las
soluciones no deben tener cariz individual respecto de cada persona concreta
afectada, sino que más bien deben dirigirse a la sociedad.
A diferencia del modelo médico, el cual pone énfasis en el tratamiento de la
discapacidad, orientado a conseguir la cura, o una mejor adaptación de la persona,
o un cambio en su conducta, situando el problema de la discapacidad dentro del
individuo, considerándose que las causas de dicho problema son el resultado
exclusivo de las limitaciones funcionales o pérdidas sicológicas, que son asumidas
como originadas por la deficiencia; el modelo social pone énfasis en la
rehabilitación de una sociedad, que ha de ser concebida y diseñada para hacer
frente a las necesidades de todas las personas, gestionando las diferencias e
integrando la diversidad. En efecto, este modelo de derechos humanos está
centrado en la dignidad del ser humano y después, pero sólo en caso necesario, en
las características médicas de la persona. Sitúa al individuo en el centro de todas
las decisiones que le afectan y, lo que es aún más importante, sitúa el problema
principal fuera de la persona, en la sociedad. En este modelo, el problema de la
discapacidad se deriva de la falta de sensibilidad del Estado y de la sociedad hacia
la diferencia que representa esa discapacidad. De ello se deduce que el Estado tiene
la responsabilidad de hacer frente a los obstáculos creados socialmente a fin de
garantizar el pleno respeto de la dignidad y la igualdad de derechos de todas las
personas.
El modelo social caracteriza a la persona con discapacidad a partir de:
a) el cuerpo, más que identificar qué tan completo está anatómicamente y qué tan
cerca funcione de acuerdo con la norma, las personas que optan por poner en
práctica este modelo se concentra en descubrir las habilidades y las capacidades
que este individuo ha desarrollado con el cuerpo que posee, para luego, a través de
procedimientos sistemáticos, potenciarlas;
b) el entorno inmediato (la familia), se tiene en cuenta el proceso por el cual
pasan sus miembros al recibir la noticia de que uno de ellos ha sufrido una lesión o
dificultad que desembocará en una discapacidad. Según cómo evolucione ese
proceso, los miembros de su familia construirán un concepto de su familiar, y
justamente este concepto facilitará o entorpecerá el desarrollo de habilidades y
capacidades que intervendrán de manera directa en su mayor o menor integración,
primero en la familia y luego en los otros entornos. Aquí cobra importancia el
proceso socializador, pues se parte del supuesto de que es éste el que puede
facilitar o entorpecer la integración de las personas con discapacidad, dependiendo
de las ideas, sentimientos e imágenes que cada miembro de la familia tenga sobre
la discapacidad y de las prácticas sociales que desarrollen para lograr el equilibrio;
c) el medio, como portador de oportunidades en términos de la equidad y de la
eliminación de barreras, o como portador de riesgos, para realizar acciones de
prevención de la discapacidad.
Según los defensores de este modelo, no son las limitaciones individuales las
raíces del problema, sino las limitaciones de la propia sociedad para prestar los
servicios apropiados y para asegurar adecuadamente que las necesidades de las
personas con discapacidad sean tenidas en cuenta dentro de la organización social.
Precisamente, desde este modelo se insiste en que las personas con discapacidad
pueden aportar a la sociedad en igual medida que el resto de personas —sin
discapacidad—, pero siempre desde la valoración y el respeto de la diferencia.
La discapacidad es una construcción y un modo de opresión social y resultado de
una sociedad que no considera ni tiene presente a las personas con discapacidad.
De igual manera, apunta a la autonomía personal de la persona con discapacidad
para decidir respecto de su propio proyecto de vida. Para ello, se propone la
eliminación de cualquier tipo de barrera, así como brindar una real igualdad de
oportunidades.
Este modelo social de la discapacidad pretende evaluar la interacción entre las
personas con discapacidad, la interacción entre ellas, el medio ambiente dentro del
cual se desempeñan y la sociedad.
Los problemas que confrontan no son originados debido a su discapacidad, sino
principalmente a las actitudes que la sociedad manifiesta hacia la discapacidad.
Por ello, es la interacción de las diferentes limitaciones funcionales con los factores
ambientales la que en realidad determina que una persona exteriorice una
discapacidad. En este sentido, la discapacidad está determinada por la diferencia
que existe entre las habilidades de una persona, las demandas sociales y las
limitaciones impuestas por el medio ambiente. Manifiesta cierta discapacidad
debido a que es confrontada con un ambiente sociocultural que le es discriminante
y hostil. Se puede afirmar, por ejemplo, que la discapacidad física o intelectual, no
es un atributo de la persona, sino más bien el resultado de una serie de elementos
condicionantes, o actividades y relaciones interpersonales restringidas por el
contexto social, económico y político de un país.
La falta de igualdad de oportunidades no es consecuencia real de la condición
médica en sí misma, sino en gran medida de las actitudes de la marginación social
y la discriminación, con la creación de estereotipos que implícitamente niegan o
rechazan las habilidades y necesidades de las personas con discapacidad. Puede
concluirse entonces que el modelo social de la discapacidad visualiza y ubica el
problema de la discapacidad dentro de la misma sociedad. El esfuerzo por lograr
una plena integración de las personas con discapacidad debe orientarse hacia
la eliminación, o al menos a la continua disminución de las barreras
ambientales, físicas e ideológicas que limitan la participación e integración de
las personas con discapacidad dentro de la sociedad.
La no accesibilidad constituye una forma sutil pero muy eficaz de discriminación.
La vida de una persona con discapacidad tiene el mismo sentido que la vida de una
persona sin discapacidad. En esta línea, las personas con discapacidad remarcan
que ellas tienen mucho que aportar a la sociedad, pero para ello deben ser
aceptadas tal y cual son, ya que su contribución se encuentra supeditada y
asimismo muy relacionada con la inclusión y la aceptación de la diferencia. El
objetivo que se encuentra reflejado en este paradigma es rescatar las capacidades
en vez de acentuar las discapacidades.
Se considera que la discapacidad no es simplemente un atributo de la persona,
sino un complejo conjunto de condiciones, muchas de las cuales son creadas por el
contexto social. En consecuencia, el manejo del tema requiere la realización de
todas las modificaciones y adaptaciones necesarias, cuyo fin sea alcanzar la
participación plena de las personas con discapacidad en la totalidad de las áreas de
la vida en comunidad. Por lo tanto, se requiere de la introducción de una serie de
cambios sociales.
La discapacidad es un problema social, implica además:
a) que la problemática debe ser entendida en un contexto social, cultural,
histórico y geográfico;
b) que la deficiencia o daño de la persona afectada implica sólo una parte de
la situación de discapacidad;
c) que la resolución del problema implica tanto una adecuada rehabilitación
como contar con una sociedad accesible;
d) que una sociedad es accesible cuando depone barreras de todo tipo;
e) que las barreras culturales constituyen la base donde se formulan las
tangibles y las de tipo físico. Una sociedad es accesible cuando practica la
tolerancia y el respeto hacia la diferencia, valorándola como algo positivo, única
forma de construir una democracia verdadera.
Es la sociedad quien sufre discapacidades para valorar lo diferente, para
entender las necesidades de quienes sufren impedimentos físicos, y para incluir a
éstos en la vida comunitaria.
BELGICH, H. REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA DOCENTE
La conceptualización de la integración
Desde nuestro punto de vista, la integración como ideología debe sostenerse en un
principio fundamental que es el de la valoración de las diferencias.
El eje de la discusión se traslada del individuo al medio y desde esta posición el
sujeto discapacitado es conceptualizado como sujeto con Necesidades Educativas
Especiales. Lo que presenta un riesgo: el de equiparar términos.
Considerar integración como sinónimo de atención a la diversidad, e introducir el
concepto de NEE, que, al incluir a todos, puede conducir a borrar las
especificidades, con el consecuente peligro de que, al incluir a todos en la escuela
común, se generen nuevas formas de discriminación.
Uno de los modelos de integración frecuentemente observados es el denominado
de intervención sectorial. Este modelo destaca que la integración es un proceso que
afecta sólo al alumno integrado y no repercute ni en los demás compañeros ni en el
sistema educativo, ya que sectoriza la intervención en los déficit del alumno.
Ciertas decisiones inapropiadas de integración nos hacen ver
que los niños integrados permanecen aislados, con pocas posibilidades de poder
interactuar con el grupo. Se desaprovecha la “clase escolar” como fuente de
variadas y ricas experiencias. La relación uno a uno propia del ámbito de la
terapéutica se traslada y transforma al alumno en un niño paciente.
De esta forma se instala en el aula una suerte de ficción, un como si, una
pretendida ilusión de que por su sola presencia en el aula es “integrante” de ella.
Consideraciones finales
Si bien existe una normativa conformada por resoluciones y circulares que
establecen una política a favor de la integración de niños con necesidades
educativas especiales en la escuela común,
La integración no depende exclusivamente de la aplicación de una normativa. La
ubicación de los niños con NEE en la escuela común los hace presentes, visibles,
reales. Pero la presencia no basta, eso no garantiza que él se beneficie con el
proceso educativo que acontece en esa aula. No basta con que él realice sus
ejercicios mientras que el resto de los alumnos sigue su acontecer.
Que se delegue en la maestra integradora la función pedagógica fundamental,
quedando ambos en un espacio interior marginal.
Si bien la normativa es el primer paso, es fundamental un segundo momento, que
implica reconocer a ese alumno como sujeto, hablarle, escuchar sus demandas.
Muchas veces, en la escuela integradora siguen produciéndose itinerarios de
exclusión para aquellos a los que adaptarse les resulta insufrible, y sigue siendo
imposible entrar en la escuela sin asumir un alto grado de negación de la propia
diferencia.
Ya no es el diagnóstico previo de deficiencia el que marca la exclusión del alumno,
sino su capacidad de adaptación a la propuesta integradora del currículo.
Desde esta perspectiva, podemos sostener que establecer límites con respecto a
las posibilidades de establecer procesos de integración escolar en el sistema
educativo actual indica una actitud de defensa de los derechos del niño a aprender
y de la responsabilidad del Estado a ofrecerle el mejor lugar para lograrlo. Será en
la escuela común, cuando haya logrado una constitución subjetiva y un desarrollo
cognitivo que le permitan apropiarse de los mismos objetos de conocimiento que los
otros niños, aunque sea de un modo diferente, aunque para lograrlo necesite todo
tipo de ayudas técnicas, de un maestro integrador o de apoyo trabajando en equipo
con el maestro común. Cualquiera de estos recursos se desdibujará si no ha
logrado hábitos sociales socialmente aceptables o si los conocimientos a apropiarse
están muy lejos de los intereses del grupo.
La integración no es un logro; por más leyes que pueda haber, la integración exige
una responsabilización personal frente a la deficiencia, frente a nuestra propia
deficiencia y la de la escuela que las contiene. Estar, permanecer toda la jornada en
la escuela común, no es garantizar su derecho a ser diferente y compartir el
espacio “normal”. El compromiso es el respeto por la diferencia, el riesgo, la
hipocresía.
INDICADORES PARA IDENTIFICAR BARRERAS - LOPEZ, A.
Del modelo que considera al discapacitado como un niño eterno se las siguientes
conductas:
— Los programas que se les organicen, aunque sean para adultos y adolescentes,
tendrán aspecto infantil. Se hará énfasis en la diversión, excursiones, religión,
música infantil, películas autorizadas, etc.
— Se evitará que se arriesguen, como se hace con los niños.