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PSICOLOGIA SOCIAL DE LA ENSEÑANZA Y LA EDUCACION.
Introducción.
Al considerar el aula como una realidad psicológica nos permite un enfoque distinto
frente a las tendencias que depositan en reformas pedagógicas o en las recetas de "lo
que se debe y no se hace" en la solución a los problemas del sistema educativo.
Una dificultad con la que tropieza el psicólogo es que la parte demandante de ayuda
generalmente vivencia que el problema no está en ellos sino en los otros, depositando
en los alumnos identificados como los problemáticos la responsabilidad de que no
aprenden o que tienen trastorno de conducta. El colectivo pedagógico no tiene
conciencia de su implicación en el problema, para el cual la institución llama al
psicólogo como el que puede "mágicamente" saber y dar soluciones siendo colocado
en el lugar del saber y reducido a la impotencia porque se parte del presupuesto falso
de que el psicólogo "va a poder donde el no pudo". Si el psicólogo no interpreta estos
datos y es incapaz para asumir su parte de responsabilidad en esta situación
inmoviliza a todos los implicados en el proceso y se deja atrapar en estas redes
creyendo que desde afuera puede provocar cambios o introducir modificaciones, se
genera un psicólogo frustrado ante los fracasos, evaluándose la situación como que es
necesario segregar al niño porque ni el psicólogo "pudo", separándolo en el aula o
remitiéndolo a una escuela especial. Aunque existe otra alternativa y es que el
psicólogo se limite a dar recetas metodológicas indicando como actuar ante cada
situación de disciplina, de aprendizaje, impidiendo el crecimiento personal del maestro
operándose más inmovilidad en los docentes que frena su creatividad e iniciativa,
manifestándose inseguridad para enfrentar estos problemas. Cualquier alternativa de
solución que incluya protagónicamente a los docentes crea una fisura entre ese
programa de intervención que se propone y su ejecución a cargo de los docentes.
El interés por los factores sociales del proceso de educación se explica por el
convencimiento creciente que para comprender la realidad escolar hay que rebasar los
límites de las teorías del aprendizaje e introducción y concebir los procesos de
enseñanza y aprendizaje en el contexto social en que se desarrollan.
Esta es una disciplina joven, sus inicios están muy cercanos. Representa una
disciplina científica fronteriza entre la psicología social y la educación. Algunos tienden
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a creer que es la aplicación de la psicología social a los problemas de la educación.
Nosotros creemos que es algo más. ¿Cuáles serían las razones que explicitan este
razonamiento?
PRIMERO: Significa una perspectiva diferente, una forma nueva de observar que está
dirigida a poner la mirada en los procesos de interacción interpersonal. Esto no quiere
decir que sean la única perspectiva para observar un problema, sino que es una
manera particular de hacerlo. Para una comprensión más completa de un problema
social como es la educación, la observancia de diferentes perspectivas, o un enfoque
multidisciplinar sería una estrategia acertada.
Como el objetivo nuestro es examinar los aspectos educativos desde una perspectiva
psicosocial, nos limitamos a plantearnos solo un grupo de cuestiones otras requerirían
de una perspectiva distinta.
Si las teorías son buenas y útiles nos permitirán predecir que ocurrirá dentro del área
de aplicación en la que estamos trabajando e interpretar lo que se está estudiando.
Una psicología social de la educación supone todas las posibles relaciones con las
personas e instituciones que influyen en la educación de niños, adolescentes y
jóvenes en los niveles micro y macrosocial como los profesores, los padres, y las
autoridades de educación, el personal administrativo y de servicio de la escuela, los
periodistas pos su papel en los medios de comunicación masiva y numerosos
individuos que son agentes del proceso de educación formal, institucionalizada y la no
formal y espontánea.
En la red de subsistemas que envuelven la madeja de hilos que están contentivos en
la educación, la psicología social de la educación estudiaría los subsistemas
compuestos por las relaciones entre los profesores, entre ellos y sus dirigentes, entre
los profesores y alumnos y entre los propios alumnos.
El salón de clases es un ambiente variable y complejo que exige del profesor una
visión amplia de los fenómenos que tiene ante sí, que los enfrente desde distintas
perspectivas. Nuestro interés es brindarle los instrumentos para que desde una
dimensión psicosocial observe e interprete las alteraciones que ocurren en la clase
para lograr mayor eficiencia en el proceso de enseñanza al tomar decisiones que
contribuyan a elevar la calidad del proceso.
Sobre la necesidad de este enfoque existe consenso entre los educadores pero aún
tenemos mucho por andar para lograrlo.
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efectos en el proceso de enseñanza, la problemática de los roles, la autoridad del
maestro, y los conflictos escolares.
La escuela valora los avances individuales referidos al rendimiento. Así los trabajos
realizados en clases son ejecutados como actos individuales por personas que están
juntas pero no cooperan entre sí para realizar el trabajo.
Esta interpretación estará en concordancia con las expectativas del profesor acerca de
la conducta en el aula, y tales expectativas influirán en los alumnos.
Esto nos conduce a cuestionarnos ¿qué son las expectativas y cómo repercuten en el
proceso de enseñanza-aprendizaje?
Vivimos en mundo social. La interacción con otras personas, forma parte de nuestra
cotidianidad con ribetes diferentes en dependencia de las personas, del momento y del
tiempo que media de una situación a otra. En el establecimiento de la interacción con
los demás lo hacemos sobre la base de diversas expectativas de lo que va a ocurrir,
ello hace posible predecir la conducta de las otras y ajustar nuestra propia conducta.
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No siempre somos conscientes de nuestras expectativas sobre los demás y
concientizamos este conocimiento cuando la conducta de los otros nos sorprende,
indicador de que esperábamos un comportamiento diferente. En la interacción con los
demás respondemos no solo a la conducta percibida sino también al significado que le
atribuimos. Una forma sencilla de comparar esta afirmación es la siguiente. Ante un
grupo de profesores describa esta situación de clase: Un alumno suelta el lápiz y está
mirando por la ventana. Todos han "visto" lo mismo. Solicítele a cada uno que explique
esa conducta. Las respuestas irían desde que está reflexionando sobre un problema
difícil, ya sea académico o personal. Otros que terminó sus deberes y espera nuevas
instrucciones. Los habrá que lo evalúen como que está aburrido, sin interés por el
estudio o que la clase es muy compleja, no entiende nada y decidió "irse" del salón. En
condiciones reales estas interpretaciones estarán influidas por las expectativas del
profesor sobre alumno.
De todos modos, para poder hablar de un posible efecto de las expectativas habrá que
atender tanto a la información que tiene el profesor sobre un alumno dado, como a sus
características personológicas y la interacción entre ambos.
Es oportuno exponer el significado que tiene el término "efecto de la expectativa" el
término fue definido por Merton (1967, citado por Ovejero 1989) de esta forma: la
profecía autocumplida" es, al principio, una definición falsa de una situación desarrolla
una nueva conducta que hace que se vuelva verdadera la concepción originalmente
falsa". Aunque las expectativas de un profesor sobre el alumno concreto no son "a
priori" tampoco hay razón suficiente para suponer que estas expectativas provocarán
una cadena de acontecimientos que llevará a la profecía autocumplida.
Sin embargo, conocer la naturaleza de los eslabones de esta cadena nos facilitará la
comprensión de los efectos en la conducta del alumno. Destacamos entre los
eslabones más significativos de la cadena: la fuente de las que provienen las
impresiones (directas o indirectas); los tipos de expectativas académicas y sociales;
efecto de la conducta de los profesores que es percibida por los alumnos que influyen
tanto en su motivación de logro como en su autoestima.
Alumno 2. Pues yo estoy alante y soy de los que están por encima (esto acompañado
de un movimiento con las manos como de un avión que despega).
Alumno 1. ¿es que no te das cuenta que a ti la maestra casi ni te pregunta porque
sabe que vas a equivocarte y te dice que tu tienes muchas dificultades, que tienes que
estudiar más que nadie? Eres de los atrasados.
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Después de esta conversación se fueron alejando y el alumno 3 comenzó su marcha
con pasos más cortos, con una expresión seria y triste. A partir de este hecho
indagamos con la maestra sobre el criterio que tenía para agrupar a sus alumnos y
nos comentaba que era un criterio de heterogeneidad.
Sin embargo, la dinámica que yo observé en el aula y el propio fragmento que
transcribí anteriormente no coincidía con lo que ella refería. Profundizando un poco
más en el hecho, llegó a expresar que para atender mejor a los alumnos con
dificultades para aprender o con problemas disciplinarios los organizaba de manera
que en el centro colocaba a los aventajados, a la derecha que eran promedio y al
izquierda a los que requieren de un tratamiento más individualizado, porque están por
debajo del promedio. Esta distribución me explicaba la maestra no era conocida por
los alumnos ¿que creen ustedes?
“Al hombre de la calle deben serle permitidas sus opiniones y profecías respecto de
los niños desgreñados que ve haraganeando en desolados patios de escuela. Pero el
maestro en el aula necesita aprender que esas mismas profecías, si las alimenta
pueden complicarse; pues el no es un transeúnte ocasional.
Quizás su papel en el aula sea más el de Pigmalión".
En las percepciones que tienen los profesores de sus alumnos juega un papel
importante "el emparejamiento con el objetivo ideal". El profesor construirá su opinión
sobre cual será su tipo ideal de alumno. En su concepto de ideal - alumno se incluirán
los juicios sociales que integran la cultura del profesorado y la que existe en la escuela
en cuestión. Durante sus interacciones con los alumnos valorará a estos en función de
las características distintivas de su ideal de alumno.
De tal forma, que aquellos alumnos que se acercan más a los índices representativos
de su ideal serán mejor valorados por el y mantendrán una relación más directa y
estrecha que los percibe más alejado del ideal.
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sesiones de trabajo que conforman el experimento formativo que durante la década
del 80 llevamos a cabo.
Para una eficiente labor educativa del profesor es condición fundamental la conciencia
entre la percepción de sí mismo y la percepción que de él tienen sus alumnos, lo que
permite la identificación entre ambos.
De la imagen que se forme el alumno de su maestro depende la comprensión de la
información que brinda, además de la asimilación de las normas y valores propuesto
por el maestro.
En la complejidad del salón de clase, las relaciones interpersonales pueden ser más
funcionales, si en la preparación mutua se considera la acepción del otro; la forma en
que es percibido el compañero de comunicación; la imagen que nos formamos de él, y
la manera en que creemos que somos percibidos por él.
La percepción que del alumno se forma el profesor depende de factores tales como la
primera impresión que ocurre al contactar con él. En este proceso se establecen
inferencias acerca de sus características de personalidad, cualidades morales, la
interpretación de los motivos de su conducta y la predicción de su actuación en
situaciones típicas que son manifestaciones de estereotipias en el conocimiento del
otro. Los estereotipias se explican psicológicamente porque en su percepción del
alumno intervienen las circunstancias en las que tiene ligar la comunicación, su
experiencia anterior, sus preferencias y necesidades, las características
personológicas de los alumnos y de los profesores.
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Las características personológicas de los profesores inciden en este proceso de
percepción porque el mismo transita por varias etapas la primera impresión a las que
hemos hecho referencia anteriormente, un segundo momento de emparejamiento con
el ideal y una etapa final en que las impresiones se vuelven más elaboradas, como
resultado de la interacción entre profesor-alumno y es aquí donde actuarán por
primera vez los efectos de la expectativa del profesor.
A este proceso las características del profesor le imprimirán un matiz particular, así si
el profesor es dogmático posee un sistema de creencias más concretas y menos
flexibles que otros profesores, mostrándose menos ingeniosos, más autoritario, y más
punitivo en el aula con los alumnos con mayores dificultades en la actividad de
estudio. En estos maestros el proceso de formación de las impresiones pueden
encasillar al alumno y que la "etiqueta" que le adjudicó en los primeros momentos no
puede cambiar, en alguna medida porque la interacción con el alumno no ha sido
suficiente en comparación con la que ha mantenido con los alumnos de los cuales se
creó una impresión cerca a su ideal de alumno.
Al tratar el tema de las percepciones mutuas sería apropiado examinar no solo las
percepciones que tiene el profesor de los alumnos, sino también las percepciones que
tienen los alumnos de sus profesores. En este momento al realizar una revisión de las
investigaciones sobre este otro polo: el de los alumnos encontramos que son menos
numerosos que las que estudian las percepciones de los maestros. Se aluden
diversas razones entre ellas de índole metodológicas, sin embargo, en nuestra
opinión, una causa poderosa que impone un sesgo a la investigación educativa es el
enfoque de la educación que teoriza sobre un proceso que no es concebido como
consecuencia de la interacción en el que todas sus particularidades son sujetos, sino
que semejanzas de una gran fábrica, la escuela recepciona materia prima que será
elaborada en ese entorno, cuyo producto son los alumnos que han estado sometido a
las influencias educativas? ¿pero qué piensan, qué sienten? ¿Cómo esto repercute en
el aprendizaje, en su conducta, en fin en la formación de su personalidad). Es posible
aceptar que esa materia prima en bruto no es homogénea, que unos ingredientes son
mejores que otros, que su procesamiento es más fácil con unos que con otros, más en
ninguno de los casos se concibe la participación activa de estos elementos.
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Por supuesto, que el paradigma de nuestra investigación no sigue esos derroteros.
Comentamos algunos resultados.
Después de esto le pedimos que nos plasmaran por escrito que es lo que desearían
que se quedara o que se fuera de la Escuela. Los trabajos rotarían y serían leídos por
otra persona. Al final someteríamos las respuestas a debate.
En el papelógrafo se recogían estas respuestas agrupándolas por su frecuencia de
aparición. Entre los datos más significativos están lo que deseaban que se llevara el
rabo de nube el 67% mencionó los maestros, el 53% a los libros y el 47% al director,
mientras que deseaban que se quedaran los amigos y compañeros (83%) y (75%) el
horario de receso. Este cuadro muestra que en el escolar no se siente satisfecho y que
la interacción maestros - alumnos pudiera no ser funcional. Aunque para un estudio de
clima institucional el abordaje requeriría un pesquizaje más fino, esta aproximación al
problema nos revelaba las características del escenario en el que nos proponíamos
penetrar.
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Empleamos con este fin diferentes técnicas a nivel grupal e individual como son:
entrevistas, completamiento de frases, diferencial semántico, dibujo del aula y
dinámicas grupales. En una sesión grupal exploramos el ideal de profesores que
tienen los alumnos resultó ser un elemento clarificador para comprender como
determinadas expectativas influyen en la calidad de la interacción interpersonal. Los
alumnos apuntaban hacia un ideal de profesores: "más afectuosos "que no regañen
tanto" que no griten", "que no me obliguen hacer cosas que no deseo" que me den
independencia" .
Al comparar estas valoraciones con las que se incluían el ideal del alumno de los
profesores aparecen expresiones tales como: "que se dejen aconsejar" "que sean más
comprensivos" "menos rebeldes" más disciplinados". A continuación le solicitábamos
que nos comentaran cómo eran sus profesores o sus alumnos, según el grupo con el
que estuviera trabajando. Se constató que cada uno aspiraba a un modelo con
características que no poseen sus profesores o sus alumnos en la realidad. Se
observaba una distancia entre esa aspiración y la realidad y la no correspondencia
entre los patrones ideal y real.
Entendimos la dificultad para interactuar y comunicarse e intuimos que la distancia
entre el profesor y el alumno puede aumentar y convertirse en personas extrañas que
coexisten en el mismo escenario: el aula.
A este aspecto le dedicamos nuestra atención por los efectos conductuales que
pueden tener estas metapercepciones tanto en la autoestima del sujeto como en la
interacción interpersonal" Quien se siente rechazado no intenta aproximarse al otro, se
evitan los contactos se limita la posibilidad de conocimiento mutuo y en el maestro se
disminuye la influencia educativa que debe ejercer en sus alumnos.
¿Qué distinto sería si en vez de querer ajustarle a nuestros alumnos esa camisa de
fuerza que puede ser el ideal de alumno, lo aceptamos como es, logramos una
identificación con él nos proponemos comprenderlo; en esa relación es que
adecuamos, orientamos y guiamos, pero desde la aceptación, y con la intención de
transmitir al otro esa experiencia de aceptación? Resalto este elemento porque en
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ocasiones el alumno piensa que es rechazado por sus maestros no obstante, ello no
es así, pero en el afán de que el alumno sea mejor no nos percatamos que le
trazamos metas inalcanzables, ya sea por la edad o por sus características
personológicas y el niño o el adolescente siente que no puede responder a esas
expectativas esto genera angustia y ansiedad expresadas de diferentes formas: ante
el temor del supuesto rechazo y adopta conducta y actitudes negativas como vía para
llamar la atención del profesor. Este fenómeno es muy interesante porque a los
adultos se les tornan inexplicables esas conductas negativas y las interpretan como
una manifestación de rebeldía como un reto a su autoridad, cuando en el fondo es un
grito desesperado del menor para no sentirse solo.
En esta investigación que nos ha servido de hilo conductor para exponer algunas
reflexiones sobre el tema de las percepciones y sus efectos conductuales una vez
concluida la etapa diagnóstica programamos la intervención en cada subsistema de
relaciones y le concedimos un espacio.
¿Qué sucedería si el alumno opina y da sus criterios igual que yo? Nos preguntó una
maestra en una dinámica grupal. Sin esperar mi respuesta expresó:
¿Por ese camino no estaremos estimulando que pueden ser irrespetuosos, que lo
discutan todo, que no acaten las normas de los mayores, que se rebelan? sí y no, fue
mi respuesta. ¿Por qué nos inquieta tanto la rebeldía de ellos, que puedan tener un
criterio personal que no coincida con el maestro, que no acepten pasiva y dócilmente
las normas. ¿Será por su seguridad o por temor de no saber como enfrentarla o por la
angustia de no poder orientarlos o no saber como educar esa independencia que nos
hace experimentar una pérdida de poder, de autoridad?
Esta responsabilidad de educar que adquirimos los maestros no lleva implícito que en
el desempeño del rol se logre siempre el éxito ya que asumimos ese papel con una
preparación en ocasiones incompletas, porque nos especializamos en disciplina de la
ciencia, pero poco o nada sabemos de cómo relacionarnos con el otro, cómo
comunicarnos en la solución de los problemas de la vida escolar.
Pero qué le está pasando al maestro, cuáles sus angustias por qué esos temores?
¿Cómo discutir con él problemas tales como la disciplina, el fracaso escolar sin
contextuar la problemática de su rol?
Como habíamos señalado anteriormente, la función de la escuela que implica una
propuesta de formación de hombres libres, independientes, creativos, cultos, capaces
de apropiarse de los avances de la ciencia se hace desde un diseño del proceso de
enseñanza enciclopedista y autoritario, desde la posición de poder que le confiere el
saber del maestro, visto el sujeto que aprende como un receptor de información,
pasivo, sin considerar que en el proceso de enseñanza-aprendizaje el conocimiento se
construye y que el alumno también posee un saber que hay que considerar para
estimular la apropiación creativa de conocimientos y el desarrollo de habilidades y que
en esa interacción maestro-alumno es que se alcanza un aprendizaje eficiente.
Aunque aparecen intentos de cambios en esta dirección se quedan en el
cuestionamiento de algunas consecuencias, que no revierten el orden de la realidad
escolar al mantenerse el abismo entre las atractivas palabras de democracia,
creatividad e innovación en la enseñanza y la práctica educativa.
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Como parte del trabajo de intervención en la escuela formamos un grupo de reflexión
sobre el papel del educador, le pedimos a los maestros que nos fueran expresando
sus ideas para completar la frase "Un buen maestro es quien..." Nuestra experiencia
nos ha reportado que el listado de palabras tiende a configurar un ser importante:
- sea ejemplo
- paciencia sin límite
- receptor de todo tipo de demandas
- formador de los hombres del mañana.
- resolver los conflictos familiares de los alumnos
- artista en el arte educar
- consejero, orientador, un poco psicólogo
- mantenga una dinámica grupal sin tensiones, ni conflicto
- contribuya a la formación integral de la personalidad de los alumnos.
- cumplidor de los planes y programas de estudio.
- responder a las demandas de los padres de cada padre de los niños, de cada
niño; de la institución, de la autoimagen interrorizada como modelo.
- Esto con "una sonrisa a flor de piel" sin dar muestra de desgaste con la
intención de alcanzar un producto ideal que lo ha incorporado a su proyecto
personal de maestro.
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El vivir como personal un rol asignado socialmente e incorporarlo a su proyecto de
vida es que lo provocan inquietudes tales como ¿mis alumnos entendieron todos la
explicación? ¿Debo pasar por alto o no la conversación que se escucha al final ¿del
aula? ¿Qué será mejor, cambiar de lugar a ese alumno que me caotiza el aula o
mantenerlo en su puesto? ¿cuánto se dañará mi autoridad, mi prestigio si permito un
comportamiento determinado de uno de los alumnos?
En el trabajo con los maestros, cada vez que esclarecemos como funciona el
interjuego de roles asignados - asumido estamos siendo más autónomo y rompiendo
vínculos de dependencia.
Creemos que saber qué es, para qué sirve la autoridad de los maestros, es superar
una importante limitación personal. Sin embargo, no basta que los maestros sepan
que la posición que ocupan en el proceso de educación le confiere autoridad,
necesitan también saber que son capaces de ejercerla y que deben hacerlo por el
compromiso personal con sus alumnos; para ayudarlos a crecer.
Los niños también tienen contradicciones hay que enseñarles a elegir, si ellos logran
eso, aprendan a integrar experiencia de los bueno y lo malo, aprendan a elegir y a
reconciliarse con su elección, aunque una de las partes se frustre. Si esto no se da se
distorsiona la realidad, no se forman procesos integrativos de pensamiento, sino una
disociación al no aceptar que el otro también tiene necesidades que pueden entrar en
contradicción con las suyas.
b)Mantener el dilema.
Por otra parte, la comunicación disfuncional tiene efecto en el propio individuo, ya que
posee menos recursos psicológicos para enfrentar un problema puesto que las
posibilidades de manejar adecuadamente sus dificultades aumentan si puede
establecer un modelo armónico de comunicación con los demás.
Ahora bien, a menudo se utiliza el término autoridad y se conecta con prestigio con lo
cual coincidimos y es por ello que a la percepción que tienen los alumnos del maestro
le otorgamos mucho valor para el trabajo educativo. Los maestros, los padres tienen
autoridad por el hecho de ser maestros, de ser padres, pero la autoridad no es un
título que se nos confiere de por vida sino que es susceptible de ser perdida, de ser
recobrada o de ser mantenida. En este campo intervienen algunas de las variables
mencionadas y otras que estarán gravitando en las relaciones interpersonales que se
establecen entre el profesor y los alumnos en el ámbito escolar.
Asumir que el desarrollo de la libertad personal pueda ser acelerado por la educación
y que esto estimule una mayor autonomía y responsabilidad en los educandos nos
conduce al binomio autonomía-autoridad en el cual la autonomía de los alumnos
necesita de la autoridad de los profesores.
Esto es un reto al cual nos enfrentamos, cuando decidimos está hermosa y difícil
profesión en la que inevitablemente aparecen conflictos y de su manejo dependerá el
logro de los objetivos educativos y la satisfacción personal por lo que hacemos.
Conflictos escolares
El conflicto del rol puede reducir la satisfacción del maestro al vivenciar ansiedad,
tensión lo cual interfiere su actividad y eficiencia de su labor profesional.
En la solución de los conflictos en la escuela existen distintas propuestas que
provienen de los modelos psicodinámico, humanistas, cognitivos, social, ecológico,
entre otros. Cada uno de ellos nos aporta una arista en la solución del problema que
sin absolutizar las bondades de un modelo, si nos posibilita contar con “herramienta”
para la administración de los aspectos funcionales del conflicto.
Hemos acumulado experiencia en el empleo de estrategias grupales, orientando el
trabajo en la relación profesor – alumno, hacia la problemática de los roles y las
expectativas en unos casos, así como utilizando la negociación de un convenio entre
las partes en conflicto.
De otro lado, cabe señalar que los aspectos del medio ambiente influyen en el
comportamiento del individuo y que el maestro a de considerarlos para comprender la
conducta de sus alumnos y en la búsqueda de alternativas para optimizar el proceso
de enseñanza-aprendizaje.
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La intervención en la escuela
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Hemos observado supervisando trabajos de intervención que en ocasiones se le ha
dedicado menor tiempo y esfuerzo a definir y enunciar claramente los objetivos y se
han desgastado en el qué hacer (el conjunto de actividades) y en como (las técnicas
a emplear).
A manera de conclusiones.
Muchas son las tareas que implica el ser educador, desde la enseñanza de los
rudimentos de la ciencia que forma a los obreros, profesionales, y científicos del futuro
hasta que aprendan a pensar y reflexionar sobre sí mismo y los demás. El aprender a
elaborar juicios y valoraciones acerca de su propio yo y de los otros. Está en manos de
los maestros las semillas que bien cultivadas, regada y atendidas con amor y
dedicación cosechan los hombres del mañana y en esta hermosa y noble tarea los
maestros junto a la familia y la comunidad asumen el reto de elevar la calidad de la
formación de las nuevas generaciones en un mundo que se desarrolla
vertiginosamente y la labor de educar pareciera que pierde espacio cuando lo que
exige es que se revitalice, con una visión más amplia de la educación.
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Bibliografía.
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ROL DEL PROFESOR
En este marco, la escuela emerge como una institución abierta a las demandas de su
contexto y con grados crecientes de autonomía, manifestación de uno de los cambios
más significativos que se sucedieron en los sistemas educativos.
En consecuencia, si el rol del maestro está dibujado como una persona autoritaria, no
crea el espacio para el intercambio entre los alumnos o lo que es lo mismo impide los
vínculos horizontales y solo a través de él, como centro del proceso de enseñanza, se
producirán los contactos en el salón de clase. La interpretación y comprensión de
eventos que no estén incluidos en este esquema serán evaluados como violación de
lo establecido, de la norma y pudiera generar angustia cuando desde su historia
profesional no tiene los registros necesarios para asumir la actitud que la situación
demanda y existe el temor de perder autoridad si es demasiado tolerante; o a ser
catalogado de tiránico si impone un castigo excesivo con relación al hecho en cuestión
Sin embargo, estas mismas ansiedades son experimentadas también por un maestro
con experiencia sólo que este acude a sus registros anteriores, pero, siempre en
comparación con lo que idealmente se ha diseñado como la disciplina y el orden que
deben caracterizar un aula, ideal, dónde al parecer se concibe como un salón en que
sólo está el maestro y el mobiliario escolar olvidando que lo que realmente le da vida a
esa instalación son los alumnos, niños o adolescentes que piensan, ríen, hablan..,
viven; qué triste esa escuela en que sólo se escucha la voz monótona del maestro,
trasmitiendo información y los objetos-alumnos reservorio de esos mensajes!.
Y no es que aboguemos por el caos, la indisciplina, el desorden. Entendemos que
como en toda relación humana debe establecerse límites que clarifiquen que es lo que
se puede o qué es lo prohibido; espacio en el que cada uno crezca y tenga la
oportunidad de reafirmar su identidad y estén en mejores condiciones de aprender a
ser sujetos activos del proceso, que participen en la construcción del conocimiento
junto a su maestro y al resto del grupo lo que lleva implícito el intercambio de ideas y
opiniones en el aula.
Si en el rol del maestro, el aprendizaje es visto así, la conversación en el aula no
necesariamente es interpretada como indisciplina y él no sentirá que pierde autoridad
si facilita el intercambio, sino que lo comprenderá como un momento necesario del
trabajo conjunto y ese maestro como agente reflexivo será capaz de imaginar
soluciones y de decidir en forma práctica lo que conviene en una u otra situación.
Los maestros que convocan sus alumnos a la construcción del conocimiento tienen
mayores probabilidades de establecer relaciones basadas en una red de
conversaciones "ruido productivo" que se genera en la sala de clases. El aula es un
espacio de interacción social donde se generan conversaciones entre maestros y
alumnos y entre los propios estudiantes.
La enseñanza entre pares es significativa aunque, poco empleada como
procedimiento pedagógico. Refuerza los vínculos interpersonales, propicia una
relación más flexible y dinámica entre los alumnos y con el profesor. Además estimula
a este a la búsqueda de nuevos estilos de comunicación con los alumnos.
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En tiempos de cambio la figura del profesor alcanza mayor relieve que en otras
épocas. Se le reconoce como artífice y protagonista en la introducción de
transformaciones en la educación. En consecuencia con ello, se le otorga más
importancia a su capacidad creativa y de enfrentarse a situaciones inesperadas con
soluciones de efectividad para el proceso. Sin embargo, sería utópico pensar en el
profesor al margen del contexto social y escolar en que está inmerso ya que este
último facilitará u obstaculizará los movimientos del profesional de la educación.
Mas redimensionar el rol del profesor supone comprender el ámbito escolar y las
exigencias que se derivan de su ejercicio profesional.
En investigaciones realizadas hemos observado que empleando diferentes técnicas
abiertas, cerradas, individuales y grupales los resultados arrojan que el desinterés y
aburrimiento en los alumnos es un problema de la práctica cotidiana en las aulas. En
una sesión grupal con adolescentes al solicitarles que cada uno de ellos imaginaran
ser la ventana de una escuela a la que se asomaría un visitante deseoso de conocer la
“Escuela de hoy” mostraban imagen tales:
"niños conversando bajito de cualquier tema"
"niños escondiendo los libros a otros"
"niños dormidos"
"niños mirando por la ventana"
"niños mirando el reloj"
"niños leyendo una revista"
"niños con las cabezas bajas"
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Investigaciones acerca de la práctica pedagógica en las escuelas de América Latina
(Schiefelbein, 1992) destacan los siguientes rasgos:
- "La mayoría de los maestros jamás han visto los procesos que ocurren en un aula
organizada de manera flexible. Un buen número de profesores puede citar el uso
activo del pensamiento a partir de la visión de distintos pioneros en la educación
(Aristóteles, Pestalozzi, Herbart, Dewey, Freinet, Makarenko, Montesori y otros) pero
muy pocos han observado una escuela que haya operado con algo cercano a esos
enfoques creativos.
- Existe un grupo de maestros que puede generar experiencia de aprendizaje
extraordinarias con materiales muy simples. Hay otros que carecen de la creatividad,
persistencia y experiencia del primer grupo y constituyen cerca del cuarenta por ciento
del total de docentes.
- Son pocas las clases que motivan realmente a los alumnos a aprender... y el que no
tengan oportunidad de tomar decisiones aprender reduce el interés y, además el
tiempo que se dedica a aprender.
En su opinión quizás haya maestros que piensan haber desempeñado bien su trabajo,
con independencia de que sus alumnos hayan aprendido o no.
Si bien, no nos parece válida la analogía, ella sugiere la necesidad de atraer la
atención de los alumnos y convocarles a ser protagonistas de su formación, mediante
acuerdos establecidos con ellos acerca de lo que realmente es significativo para sus
aprendizajes en el contexto escolar.
¿Estará preparado el profesor para esto, podrá correrse del lugar del poder? ¿Asumir
un espacio profesional diferente?
Diferentes autores (Serrano G y Olivas B, 1989) relacionan las características
esperadas del profesor.
En una entrevista a una maestra de 7mo grado refería: “Cuando leo o escucho lo que
se espera del maestro me asusto. Esto lo hemos comentado mis compañeras y yo;
nos parece que es tal el cúmulo de cosas que nos pide que creo escapan de nuestra
capacidad y preparación para resolver o diagnosticar y dar tratamiento a los alumnos.
No podemos ser padres de 30 0 40 muchachos aunque que sí ayudarlos hasta donde
lo permitan ellos y sus padres”.
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La redefinición del rol es un proceso complejo, sujeto a cambios que implica la ruptura
de vínculos, esquemas, estereotipos y creencias propias de una cultura escolar que
afortunadamente está a la zaga y paralelamente emerge una nueva cultura escolar, la
cual supone una democratización mayor de las relaciones interpersonales en la
Escuela, incremento del protagonismo del alumno en la construcción del conocimiento,
una apertura a la diversidad, desarrollan la conciencia y la tolerancia que no significa la
ausencia de conflicto sino la ocurrencia de otros y diferentes maneras de enfrentarlos.
Las reflexiones en torno a las sobrexigencias del rol del maestro tributan en una
explicación que es multicausal de un fenómeno complejo.
En los últimos años, según los expertos, aparece un nuevo paradigma, el del
aprendizaje, que como todo lo nuevo provoca resistencia al cambio, incertidumbre.
Este nuevo paradigma no se centra ni en la enseñanza ni en el profesor, sino en el
aprendizaje y en el alumno que aprende (Beltran y Genovard, 1996).
Dada las características de las tareas que acomete el maestro, dedica largas jornadas
de trabajo con una remuneración que no siempre se corresponde con el esfuerzo,
dedicación y calificación profesional. En este último aspecto debe mantenerse
actualizados sus conocimientos por lo que requiere la superación sistemática e invertir
tiempo de otras esferas de su vida personal para responder a las demandas.
Muchos son los esfuerzos que en nuestro país se realizan para atenuar el impacto
de la crisis económica mundial y los efectos del bloqueo, de manera tal de continuar
priorizando la educación y ampliar el aseguramiento escolar.
36
En las últimas décadas han aparecido un gran número de estudios sobre la
satisfacción docente en los que se pone de manifestación la pluralidad teórica y
metodológica que existe en el abordaje del tema.
Dimensión Psicológica
Los trabajos que se agrupan en esta línea se centran en explorar las causas y
manifestaciones psicopatológicas que presentan los profesores que se ven
expuestos a procesos de ansiedad, de stress.
El concepto “burnout” acuñado en 1929 por Bardo ha sido empleado por diferentes
autores. El estado de “burnout” no afecta de la misma manera. Algunos comienzan
a manifestar conductas propias de ciclo, como son ausentismo frecuente, bajas
laborales, apatía, etc.
Según Polaino – Lorente (1982) citado por Susinos T. (1994) atribuye la ansiedad
que manifiestan algunos profesores a características de orden estrictamente
personal como:
Estos son algunos autores que se incluyen en la corriente del malestar docente desde
una perspectiva psicológica. Como se expuso anteriormente otros estudiosos
consideran que este fenómeno de insatisfacción docente afecta a los profesores como
grupo social diferenciado.
Dimensión Sociológica
38
Lo visto hasta aquí demuestra que en cada estudio del malestar docente han sido
contempladas diferentes variables. Algunos autores (Abraham 1987, Estere 1981)
concluyen que existen dos tipos de fuentes de tensión en el docente:
Estrategias de intervención
“El investigador debe dirigir sus esfuerzos a comprender los vínculos intrínsecos en
40
las tareas externas y la dinámica del desarrollo” (Vigotsky, LS, 1981).
Otro elemento a contemplar es el momento del ciclo profesional por el que transita
el maestro. Uno de los autores que ha estudiado la evolución de la vida profesional
es Huberman (1986, citado por Abrile de Vollmer, (1994) ha identificado las
siguientes fases:
41
BIBLIOGRAFIA
Abrile de Vollmer, M.I. (1994). Importancia Social y Efectos dela carrera docente. En
Revista Pensamiento Educativo vol 14, Santiago de Chile.
42
CONVIVENCIA ESCOLAR : UN ARTE DE PROFESORES Y ALUMNOS
● Autoconocimiento
El conocimiento de si mismo permite pensar ,sentir sobre los puntos de vista y
valores personales posibilitando una valoración de si.
● Autonomía y autorregulación
El sujeto no actúa en dependencia de las regulaciones externas como pueden ser
las normas del grupo que las ha incorporado a su mundo interno y autocontrola
sus acciones.
● Capacidad de dialogo
La capacidad de ponerse en el lugar del otro ,de entender, de enfrentar los
conflictos no desde posiciones de fuerza sino a través de la negociación ,el respeto
al otro y el diálogo.
44
Afortunadamente, han quedado atrás la época “gorro de burro”, arrodillarse encima
de piedrecitas o granos o frijoles, el látigo o la vara del maestro para sancionar un
fracaso escolar o un acto de indisciplina .
En la actualidad en nuestro país , ni maestro o maestra, ni las madres, ni los padres
adoptan métodos de educación cuyos recursos expresen la máxima la “letra con
sangre entra”.Esto no implica que desconozcamos la evidencia de que aun
persisten en la cotidianidad de las escuelas y las familias manifestaciones violentas
para resolver conflictos.¿por qué? Porque en el discurso de los educadores se ha
incorporado un lenguaje democrático, flexible y creativo que no siempre se
corresponde con su quehacer diario.
Por otra parte, la divulgación de esas ideas más progresistas de la educación han
encontrado eco en nuestra sociedad y se expresan en los medios de comunicación
masiva, en los diseños de planes ,programas y otros documentos rectores de la
educación institucionalizada, las organizaciones sociales, el aparato jurídico , o lo
que es lo mismo, se conoce el comportamiento esperado socialmente lo que
indiscutiblemente ello representa un paso de avance si lo comparamos con otros
momentos de la cultura educativa.
Si bien concebimos los límites como una categoría psicológica , que se pone de
manifiesto en la interacción social representa la frontera psicológica que se
establece entre lo que es permitido y lo que se prohíbe en esa relación durante un
período en el cual el educador las explícita y concreta en ellas, los valores de una
cultura con la intención de inculcar los mismos en niños y jóvenes para propiciar
una manera de vivir lo más feliz posible.
45
Situaciones coyunturales la hora de entrada a clase está establecida pero
situaciones (enfermedad del alumno) modifican esta regla hasta tanto perdure el
hecho que provocó este cambio temporal de la misma.
A manera de ejemplo relaciono unas normas que pudieran servir de referente para
ajustarse en los entornos particulares.(ver anexo)
Frecuentemente el psicólogo escolar es convocado a la Escuela para intervenir en
la solución de problemas de disciplina que alteran el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Más exacto sería expresar que existen algunos con problemas de
disciplina. El enfrentamiento al conflicto no es excluir, ni marginar al alumno /a con
problemas de comportamiento comenzar así es perder, y nuestra divisa ha de ser
ganar ,ganar ,ganar , ello implica atender a sus necesidades, orientar en función de
las diferencias individuales y develar las causas de ese comportamiento.
Ala par que se dominen las normas resulta necesario establecerán sistema de
estímulos (reconocimiento y correcciones) para ayudar al desarrollo de la
responsabilidad y la tolerancia de los alumnos . Las normas de convivencia intentan
estimular los recursos personales de los escolares y corregir las manifestaciones
que no favorecen la convivencia ordenada y solidaria entre todos.
Desde esta perspectiva la figura del maestro ocupa su verdadero lugar, no como un
mero guardián del orden en una “estructura forzada” como suelen acuñar a la
escuela, sino destacando el impacto de la autoridad y de los recursos del profesor
en este proceso formativo.
47
posición y cree que los demás lo comparten, aunque los adultos los exhorten a
ponerse en el lugar del otro , desconoce las necesidades de los demás.
En los adolescentes, el lugar que ocupa en el grupo y las normas del mismo,
representan un significativo resorte de la conducta de ellos. El tránsito de una moral
heterónoma a un a autónoma no ocurre espontáneamente requiere del sistema de
influencias que ejercen los diferentes agentes de socialización en los sujetos .
Si el acatamiento a la norma es resultado sólo de la exigencia externa, sin mediar
explicaciones retrasa el proceso, lo lentifica e incluso la capacidad de
autorregulación moral no se desarrolla, independientemente de existir las
potencialidades dada la etapa del ciclo vital del desarrollo en que se encuentre el
individuo.
48
• Cultura del presentismo .
• Exacerbación de la violencia .
• Situación de Aprendizaje
Otro pivote de dominio teórico y metodológico de la materia por parte del maestro lo
constituye la programación de las actividades de enseñanza y aprendizaje. Ello
supone una visión anticipatorio de lo que va a enseñar y qué han de hacer los
alumnos para aprender y distribuir el trabajo en función de las posibilidades
individualidades de éstos. La atención diferenciada lleva implícito que el maestro
exija acorde con las condiciones y recursos personales de cada uno. Al observar un
aula en la que los alumnos conversan , duermen, leen libros que no tienen que ver
con la materia, piden permiso para ausentarse inventando excusa, o sea reina el
desorden .Diversas pueden ser las causa. Estas conductas pudieran ser indicadores
de aburrimiento y ante esa vivencia los comportamientos no pueden ser otro pero ,
¿los alumnos conocen qué tienen que hacer y cómo lo han de hacer?
En la intención de desarrollar una cultura escolar que incluye entre otras cosas
normas de convivencia, el maestro ha de establecer relaciones respetuosas y
cordiales con sus alumnos. La preparación del maestro no sería factible si los
vínculos interpersonales con sus alumnos fueran distantes. La proximidad afectiva
entre profesores y alumnos es una variable que puede despertar el interés hacia el
estudio de los segundo s y elevar el aprovechamiento del tiempo en el aula al
sentirse identificado con el maestro.
52
Uno de los aspectos que dañan a los niños y adolescentes en su proceso formación
de la personalidad es la falta de consistencia entre lo que dice y lo que hace, entre
los ideales de la escuela y los que el maestro asume y practica en su vida diaria.
Cuando ello ocurre los alumnos pueden desconcertarse ante la pérdida de prestigio
de los maestros ante sus ojos.
◘ en la toma de decisiones
◘ en la organización de las actividades
◘ aportando iniciativas, opiniones y soluciones a problemas
◘ responsabilizándose de tareas
53
● Creación de un ambiente de trabajo distendido.
M.L. (10 años, 5to grado) “Yo no sé quien grita más si mi maestra P. o los niños
cuando se están fajando. A veces salimos a buscar a la maestra R, ella sí lo arregla
todo sin tanto “lío”. “
● Indisciplina colectiva.
Por lo general, las causas de estos incidentes colectivos están en las condiciones
ambientales que al ser identificadas serán atendidas adecuadamente para atenuar
su efecto.
56
BIBLOGRAFIA
Beltrán, J. A. y Pérez, L.F. 2000. Educar para el Siglo XXI. CCS, Madrid.
Ibarra, L (1993) Nos comunicamos con nuestros hijos. Edit Política. La Habana
57
ANEXO
1.- Establece un trato con tus profesores en el marco del respeto, la confianza y el
diálogo franco y comprensivo.
2.-Si tienes que formular alguna sugerencia, crítica o preocupación , acude a quien
corresponda en el momento oportuno.
Sé delicado (a) y cortés con el personal que trabaja en la escuela.
1,- Evita que tus palabras , gestos o escritos puedan herir la sensibilidad o creencias
de los demás .Además son manifestación de pobreza de expresión y de falta de
respeto a los demás.
2.- Basa tus relaciones en la sencillez , el respeto a su persona y sus cosas, en la
ayuda y colaboración .
3.- Mantén una adecuada higiene personal y cuida la limpieza de las áreas
colectivas, facilita el encuentro ,ayuda la convivencia.
Vida en la Escuela
59
El grupo: un espacio para crecer.
Es sabido que el grupo tiene su propia identidad, una dinámica particular que
trasciende la sumatoria de las identidades personales de sus integrantes. Ello
implica que el especialista requiere de una formación en teoría de comportamiento
grupal para comprender qué está sucediendo al interior del grupo. Tal formación, a
su vez, contribuye a legitimar al dispositivo grupal como una forma más eficiente
para el crecimiento y el aprendizaje.
¿Qué es el grupo?. Como noción de partida, debe ser definido como el conjunto
de personas que interactúan en función de una TAREA en un espacio y tiempo
determinado, y que se interrelacionan desde un interjuego de adjudicación y
asunción de valores.
El grupo tiene una trama propia (Pichón Riviere), mientras que en el espacio grupal
hay aspectos dinámicos y temáticos referidos a la Tarea.
Lo nuevo supone un aprendizaje que significa cambio. Toda nueva Tarea genera
ansiedades porque ello implica precisamente cambio. Autores como Bleger (1961)
afirman que "las pautas de conductas estables nos permiten mantener la identidad".
60
Puede mantenerse un determinado nivel de ansiedad en el grupo, pero este nivel
puede no ser el adecuado para el desarrollo de la Tarea.
La persona que actúa como coordinador del grupo debe observar otros aspectos,
como son la Tarea explícita e implícita.
Debiéndose considerar el punto de partida del grupo, ya que unos necesitan más
reuniones para llegar a la Tarea, mientras otros les es suficiente con una.
La Tarea supone la inclusión de algo más que trabajar el tema de la clase. Supone
asimismo la toma de conciencia a través de la elaboración de los miedos básicos.
En la estructura de la Tarea hay una implícita, en la que se reelabora la información,
y otra explícita en la cual se elaboran las ansiedades y se produce una ruptura de
los mecanismos de disociación que perturban el proceso de aprendizaje. La primera
no puede dar bien sin la segunda.
El proceso grupal admite una doble lectura: aquello que lo singulariza frente a otros
grupos y al mismo tiempo el producto manifiesto que resulta de la relación de los
grupos internos.
Es a través del vínculo que lo grupal y lo social pasa a ser individual. Transitamos
por la vida y nuestro crecer se produce a través de varios vínculos.
Cuando el vínculo no es consciente, si uno no concientiza el vínculo con el objeto
(ya sea cosa o persona), si no se sabe cómo se relaciona con la profesión, la pareja,
la maternidad, etc., entonces el vínculo puede atar.
2.- Es una relación particular. Con un objeto de esta relación surge una determinada
conducta que tiende a repetirse (si no se hace consciente se repite toda la vida)
Los vínculos pueden ser internos y externos. Los internos tienen su origen en
cómo se ha vivenciado la realidad en el mundo interno del individuo, pero también
63
en cómo aquélla fue transformada en los grupos, así como en el sistema de valores
predominantes en esa realidad. Los externos se refieren a la conducta.
Cualquiera de las partes que entienda el vínculo de otra manera puede modificar la
relación. Veamos la siguiente escena:
- Dos madres charlan sobre sus hijos. Una es sobreprotectora, en tanto la otra es
independiente.
64
Los Roles prototípicos (según P. Riviére) permiten entender una dinámica grupal y
corregirla. Categorías básicas son las siguientes:
- Saboteador.
- Mayoría silenciosa.
Los roles no pueden ser vistos de manera tecnocrática. El concepto de Tarea aquí
resulta clave para no dar una especificación dicotómica de los ROLES. Es necesario
concebirlos como el interjuego dialéctico entre la horizontalidad y la verticalidad.
Para hacerse cargo tiene que haber una disposición personal, los líderes no nacen,
se hacen desde una trama grupal.
Desde su radar capta señales que van más allá de lo que uno siente, cosas incluso
indiscretas (capta una tensión en el ambiente y la explicita). El Portavoz tiene la
capacidad de ver el Talón de Aquiles de lo que está pasando en el proceso.
La coordinación, pues, más que leer situaciones aisladas, tiene que saber qué tiene
que ver con el proceso grupal en general.
En el ejemplo llama la atención el que algunas personas tuvieran que hacerse cargo
de que iban lentas, que eran tonterías lo que hacían y no pensaran en ella como
persona sino en su rol, que cada una de ellas revisara la parte de rechazo hacia la
metodología, para que ella pudiera decir la parte de aceptación que encontraba,
porque esa predisposición personal a portavocear algo no es sólo de ella, sino
expresión de la dinámica grupal que a veces no es evidente.
Lo malo es interpretar como personal algo que es general o grupal, o leer como
grupal lo que puede ser en gran medida individual. Lo que ocurre es que lo
individual ya está conectado con lo grupal y con la Tarea.
Mientras siga siendo mayoría silenciosa no sabemos qué tipos de reflexión está
haciendo, si no en otro rol, en otra dinámica no creció si se produce una rotación y
se inclina hacia los aspectos positivos de la Tarea, lo que no es indicador de que el
grupo creció.
Estos roles hay que entenderlos como emergentes grupales. Solo son importantes
cuando están frenando la Tarea. No significa estar buscándolo constantemente.
Una persona insegura ante cualquier cosa nueva que le inestabiliza, el grupo puede
ayudar a corregir.
Los grupos son los mejores lugares para hacer los procesos correctores
66
¿Por qué los procesos comunitarios tienen resultados?. El abordaje comunitario
tiene eficacia porque estamos trabajando en la capacidad de génesis y
transformación de los grupos.
La comunidad con posibilidad de ser organizada por pequeños grupos, con una
buena coordinación que mueva los roles (parte dinámica) y trabajos con indicadores
diagnósticos (parte temática).
No debemos ser directivos, pero al grupo al que darle pistas, claves, para asegurar
los procesos correctores sin molestar ni violentar. El saber que con cada grupo se
incorporan nuevos recursos del anterior, se perfecciona ese saber si se tiene la
tolerancia de la escucha y la atención constantes.
Lo individual se enriquece cuando se está en ritmo con los demás, en tanto los
demás no lo anulan; uno se siente mal cuando no acopla con una construcción
social mayor. Cada uno trata que un sonido inarmónico salga bien.
El coordinador cuenta con los recursos técnicos que posibilitan ese acercamiento y
ver más allá de lo que el grupo está en posibilidades de ver en ese momento. El
requerimiento de un rol técnico se justifica por sí mismo. El grupo necesita un lugar
en el cual pueda ser asesorado.
La mejor intervención es aquella que no hay que hacerla (porque el propio grupo en
su producción, en su crecimiento, ha logrado un aprendizaje, una comunicación, un
código común) o la que cuando se hace no se parece a una interpretación porque
hilvana el discurso grupal y no lo corta. Es intervenir desde el grupo y no desde
fuera de él (Foladori, C. 1991).
67
El coordinador debe favorecer que se produzca la discrepancias, el debate, esa
"agresión".
Por eso el desempeño del rol de coordinador se hace más complejo. El debe anotar
los sentimientos del grupo, por lo que expresa verbalmente, gestualmente,
espacialmente. Esto puede indicar depresión, no comprensión del tema. Hay que
descodificar sorpresas, rabia, admiración, pleno rendimiento.
El discurso del grupo es sagrado, por ello no se debe señalar lo que se debe o no se
debe, lo que inhibiría la participación de todos, sino propiciar condiciones para que
el grupo arribe a una síntesis de las aportaciones de los otros.
También hay que anotar las propias vivencias del coordinador, lo que uno está
sintiendo ("creo que el tema fue demasiado denso y no lo entendieron bien", "me
enfado", "me entristezco", etc.)
68
Esquema de vectores que constituyen una escala básica de evaluación de los
procesos de interacción grupal.-.
Afiliación Comunicación
Pertenencia
Cooperación Aprendizaje
Pertinencia Tele
Se mide por el grado de eficacia real con que cada uno de los miembros del grupo
participa para contribuir al logro o fracaso de la tarea. Se determina quién coopera y
quién obstaculiza.
69
mismo tiempo sin escucharse: caos; todos con todos respetándose, escuchando al
otro: buena comunicación
Estos sujetos no toleran que el otro pueda dar o no dar, no toleran la ambivalencia
(gratificante o frustrante al mismo tiempo) y tampoco toleran que el otro no responda
a su deseo.
No hay miedo a la pérdida porque no hay conciencia de que se pueda perder al otro.
La sorpresa viene cuando el otro se cansa de dar siempre y dice basta. Estos
sujetos no valorizan al otro hasta el momento en que lo pierden; es como si recién
entonces pudieran reconocer todo lo que el otro les da y todo lo que significa para
ellos. El vínculo es de dependencia.
En la otra vertiente del caso, cuando encontramos una Telé negativa que perturba la
marcha del grupo, paraliza e inhibe la relación entre los integrantes, algo ocurre con
el aprendizaje.
71
Este proceso permite pasar al análisis de la realidad que representa lo escenificado
contando con el juego de resonancias grupales, pero también con un grado de
distancia operativa de lo más personal.
En este sentido, hay que señalar la relación entre el fenómeno grupal y el aprender.
Lo grupal es inherente a todo aprendizaje de vida, entender que la familia es un
grupo, que nacemos y aprendemos en grupo, y que las instituciones se nutren
siempre de la realidad grupal.
Esto supone atender a los aspectos tanto dinámicos como temáticos de la tarea, es
decir, el tema y la particular forma de elaborarlo para ser realmente instrumentado.
72
Bibliografía._
73
El trabajo de grupo en la educación ¿una propuesta realista?
Las puertas del nuevo milenio se han abierto. La palabra de orden es CAMBIO en
lo económico, lo cultural, lo social y lo científico-tecnológico, algunos de estos
cambios significan desarrollo; otros francamente constituyen involución.
Precisamente, por la influencia que los niños y adolescentes reciben en los diversos
entornos educativos, la Escuela ha de ser un espacio donde ayuden a interpretar la
realidad que le rodea, los mensajes que reciben de diferentes ámbitos (amigos, TV,
calle, música, etc.).
Lo hacemos? ¿lo logramos? Son algunas de las interrogantes que nos planteamos.
Desde el discurso expresamos que hemos de preparar a los estudiantes para el
cambio, no obstante, lo que hacemos es enseñarles conocimientos concretos que
tienen poca aplicabilidad.
Las relaciones entre los integrantes permiten la constitución del grupo como tal y
la realización de las tareas que llevan al cumplimiento del objetivo. Las
dificultades con el objetivo conllevan a introducir conflictos en las relaciones. Ej:
si no se pueden lograr las metas propuestas, pierden motivación comienzan las
ausencias y ante las ausencias el grupo se desintegra como tal. (García, D.
1997)
De tal forma que la escuela es reconocida como una de las instituciones en que
sucede este tipo de aprendizaje y se considera la clase como grupo con las
características psico-sociales de los pequeños grupos.
Estereotipos
Enclaustramiento
Se conocen posibles formas de agrupar a los alumnos. Cada una de ellas presenta
fortalezas y debilidades. La experiencia demuestra que no es conveniente referirse
en términos de buenos ni malos, depende de la situación, del contexto, de los
objetivos y de los propios recursos del maestro. Según (Fabras, M 1994) estas
formas son:
Resulta una variante del anterior, pero se intenta evitar las desventajas para lo cual
el profesor interpone restricciones relativas al número de alumnos que integran los
subgrupos, al sexo y al nivel académico.
81
Por iniciativa del docente
◊ A dedo
El profesor evaluará las posibilidades de los alumnos y les agrupará de modo tal
que se potencien sus habilidades y se sientan aceptados en su subgrupo.
Esta modalidad los prepara para trabajar en equipo en el futuro, momento en el cual
ellos no participan de esa elección.
Los resultados del test no se comparten con los alumnos, los efectos pudieran
reforzar los liderazgos y la marginación de los estudiantes crear un clima de
malestar. Si explicarles que la información obtenida será utilizada para tratar de
confeccionar grupos en los que puedan sentirse a gusto y sean más eficaces.
◊ Aleatoriamente
• Métodos intermedios
Constituye un método intermedio entre los de libre decisión de los estudiantes y los
que se basan en la decisión del docente. Combina la elección del tema con la
preferencia afectiva con las que uno quiere trabajar; posibilita la intervención del
docente atendiendo a lo académico más que a lo personal.
El profesor elige los coordinadores de los subgrupos entre los estudiantes menos
aceptados. La ventaja estriba en que facilita la integración de los alumnos con
dificultades, los que apoyará en la realización del trabajo para que no sean
desplazado por otros.
83
Frecuentemente se escucha la pregunta acerca de la heterogeneidad en los grupos.
La heterogeneidad se asocia a la interdisciplina aspecto que enriquece el proceso
grupal. Esta tarea interdisciplinaria en un grupo heterogéneo se produce por la
interdependencia entre los miembros del grupo, a través del desempeño de roles o
funciones diferenciadas y complementarias. En consecuencia, a mayor
heterogeneidad entre los integrantes, mayor homogeneidad se logra en la
productividad del grupo y en la realización de la tarea .
Los métodos, las técnicas y los procedimientos son herramientas. Su valor reside
en el uso que se les dé, son útiles si se les emplea adecuadamente en función de
los propios objetivos.
Una técnica es una estrategia que impele a poner en juego una combinación de
capacidades y habilidades encaminadas a un determinado objetivo. La introducción
de técnicas en toda actividad grupal facilita el proceso de integración de los
miembros de un grupo, promueve la reflexión y permite el desarrollo de un
aprendizaje activo.
Para la aplicación de una técnica, no basta con pensar en el objetivo, también tener
en cuenta el procedimiento a seguir: número de participantes , los materiales a usar
y el tiempo disponible para su realización. Es necesario conocer muy bien la
técnica, esto da seguridad en el momento de su aplicación. La posibilidad de
haberla experimentado personalmente conlleva a una práctica eficiente.
Un momento importante del trabajo lo constituye la selección de las técnicas, ya que
de la elección o creación de las mismas dependerá el despliegue o la inmovilidad
grupal.
En esta misma dirección, es imprescindible evaluar hasta dónde quiero llegar con la
implementación de la técnica. Una técnica aparentemente “inocente” en
determinado grupo, moviliza en demasía y se pierde de vista el objetivo. El
coordinador debe estar preparado para medir durante todo el proceso hasta dónde
llegar con la movilización. De igual forma, visualizar el momento en que el clima
emocional logrado facilita u obstaculiza el aprendizaje.
Las experiencias negativas de profesores que han aplicado las técnicas de trabajo
en grupo no se explican por los objetivos de las técnicas, ni por las propias técnicas,
sino más bien por la manera cómo las han utilizado los docentes en las clases y el
papel que han desempeñado durante el proceso.
• Estilos de Coordinación
1.Estilo Autocrático
2. Estilo Abandónico
3. Estilo Acompañante
Proporcionando información
Confirmar o rectificar. Es muy importante sobre todo en grupos con muy baja
autoestima ej: “este es un buen trabajo”
Clarificar
Recapitulación
Directivas: tratando de proteger la estabilidad del grupo ”si continúan con esta
actitud…”
Según Fabra M. (1994) el modelo de profesor que exige el trabajo en equipos reúne
las características siguientes:
● Es agente de socialización
● Planificar y organizar
87
● Intervenir para lograr que se alcancen los objetivos de las personas, del grupo y
los que están ligados a la Tarea
Y le respondí con las palabras de Pablo Picaso que una colega me las leyó al
cierre de un grupo:
88
BIBLIOGRAFÍA
Pichón Riviere, E. (1977) El proceso grupal, Buenos Aires, Edic. Nueva Visión
89
Una Mirada a la Orientación desde el enfoque histórico-cultural
Hemos de tener en cuenta que el niño que está en la escuela objeto (y sujeto) de la
influencias sociales no es un conjunto de piezas como parece si analizamos el
tratamiento que le damos, sino que al estructurar un programa de orientación
debemos partir de que estos niños o adolescentes crecen y responden como un
organismo íntegro y que de esa manera asimilarán la experiencia, lo que significa
que ellos, no sólo necesitan orientación para el empleo con éxitos de los
conocimientos y de las habilidades formadas en el escenario escolar, sino también
para conocerse así mismo, aceptarse y ser aceptado por el grupo.
91
La consideración de la situación social del alumno hace efectiva la orientación
porque atenderá la necesidades, intereses, capacidades, habilidades entre otras
propiedades y procesos psíquicos y se estructurará en función de la s diferencias
individuales de los sujetos cada individuo es único e irrepetible.
La orientación en la escuela.
92
La orientación ha de reconocerse del proceso de enseñanza. El encuentro entre el
profesor y el alumno no crea únicamente una situación de aprendizaje, en el mismo se
crean condiciones para la orientación. Entre las áreas tradicionalmente establecidas
en la orientación se encuentran la educativa, personal y la vocacional. Detengámonos
en esta última.
Ante el término orientación como con otros han surgido diferentes posiciones,
acudimos a rescatar algunas de ellas con la intención de aproximarnos a nuestra
definición .
“es un proceso de ayuda al individuo, en orden a sus problemas existenciales , a la
elección de la profesión y de estado , a fin de que alcance su plena identificación
entre sus capacidades y motivaciones con sus posibilidades, de modo que,
mediante esta coherencia o ajuste , consiga su personal bienestar, el de sus
congéneres y su plena integración en la sociedad en que vive. Orientar , en sentido
más breve ,será encauzar las posibilidades con las aspiraciones; será lograr
armonizar nuestra personalidad con un proyecto adecuado de existencia;
consistirá , en suma , en saber elaborar nuestro proyecto de vida de acuerdo con
nuestras posibilidades…”(Roig Ibáñez,1982,28).
“La orientación debe ser considerada como el servicio destinado a ayudar a lo9s
alumnos a escoger sabiamente entre varias alternativas ,ayudarlos a adaptarse ala
sociedad donde viven” (Jacobson (1980, citado por Weimberg, 1982).
Al señalar que el profesor podía realizar una labor informativa que oriente a sus
enseñantes no supone que éste sea una enciclopedia cosa harto difícil por el
extraordinario desarrollo de la ciencia y la técnica, pero sí estimularlos para que
busquen por sí mismo la información que necesitan, las instituciones que pudieran
visitar, especializados de tal manera que se pudieran evitar errores en la elección por
falta de conocimiento sobre la profesión elegida.
Los orientadores vocacionales que poseen la formación técnica para realizar el estudio
psicológico del alumno, estimulan el conocimiento de sí mismo, la autoreflexión, su
autoreflexión, su autoaceptación, a través de un trabajo grupal que contribuye además,
a comprender la relación interpersonal. La divulgación de la información profesional es
otra de las tareas de estos servicios despertando en los jóvenes nuevos intereses y
descubriendo nuevas áreas.
El asesoramiento a los profesores es una dirección importante del trabajo porque la
orientación experta potenciaría la influencia educativa del profesor.
95
La estructuración de un programa de orientación con una concepción integradora en
oposición a un enfoque atomista de servicios aislados, es lo que garantiza la
universalidad, la coherencia y la continuidad del proceso.
Por otra parte, puede ocurrir que concluir el programa evaluemos positivamente el
trabajo en correspondencia con los cambios que hemos observado. Esta
autocomplacencia por los efectos del programa puede sustentarse sobre bases
ficticias porque ¿no es de esperar que al introducir una serie de cambios en el proceso
educativo se produzcan modificaciones en los participantes? ¿hasta que punto lo
alcanzado demuestra la efectividad del programa si no formulamos los objetivos de
manera que fueran evaluables para poder retroalimentarnos de la calidad del trabajo
realizado? Esto reafirma esa segunda condición de los objetivos de que sean
mediables o evaluables.
Muchas son las tareas que implica el ser maestro. Desde la enseñanza de los
rudimentos de las ciencias que forma a los obreros, profesionales y científicos del
futuro hasta el pensar y reflexionar sobre sí mismo y los demás, al aprender a
elaborar juicios y valoraciones acerca de su propio yo y de los otros, estando en las
manos de los maestros las semillas que bien cultivadas, regadas, atendidas con amor
y dedicación, cosechan del mañana. En esta hermosa y noble tarea, los maestros
asumen el rol profesional de orientadores el que en colaboración con la familia, la
comunidad y los especialistas hacen creíble que el futuro puede ser luminoso y que las
nuevas generaciones que se formas asuman el reto de elevar la calidad de la vida en
una sociedad que se desarrolla vertiginosamente y que exige cada día más de los
alumnos que al egresar de las escuelas estén preparados para los cambios y
contribuyan al desarrollo científico-técnico y a que el crecimiento personal y la
subjetividad encuentren el espacio que les corresponden para los valores como la
libertad, la justicia, la igualdad reinen en este mundo.
97
BIBLIOGRAFIA:
Willie, R. (1982) Guindance in Elementary Education, Harpes & Brothers New York.
98
La orientación profesional: una experiencia participativa.
Por mucho tiempo se consideró que la orientación profesional era una actividad que se
programaba para el período de la vida correspondiente a la elección de la profesión.
Por suerte este enfoque ha ido quedando atrás, se considera que la orientación
profesional es un proceso permanente que debe ofrecerle al niño, al adolescente, al
joven y también al adulto. De manera tal, que la elección profesional no es una
solución rápida para un problema urgente para el cual el sujeto no tuvo preparación
previa. Esto lógicamente impone un reto a la institución educativa pues su misión es
que el joven vaya preparándose para la elección de la carrera y que ello constituya un
verdadero acto de autodeterminación. Para lograr autenticidad en ese momento esto
debe ser resultado de un aprendizaje que se ha producido a lo largo de años y ha de
proporcionar una serie de conocimientos preparatorios, de información sobre el medio
social, laboral y educativo, así como vivencias y reflexiones sobre sus características
personológicas y su afinidad o no con las exigencias de la carrera que desea estudiar.
El período en que los adolescente deben terminar ¿cuál será el camino a seguir o qué
estudiar? presenta sus problemas, pues no sobreponen dos crisis, propia del evento
vital por el cual están transitando que es el de la adolescencia y otra, por ser
precisamente en ésta época de menos ajuste emocional, cuando debe concretarse el
destino profesional de una persona. Este hecho justifica aún más la conveniencia de
integrar la orientación vocacional a la escuela y contribuir a que profesores, alumnos y
padres asuman la responsabilidad que les cabe para ayudar al proceso de orientación.
Para un adolescente elegir es difícil porque está demasiado cerca y a veces encerrado
en su individualidad a sí mismo, viviendo su interioridad por encima de todas las
cosas, una decisión en función de las oportunidades que le ofrece la sociedad, cuando
el tiende en ese período a autoanalizarse, a crear un mundo de fantasía y su imagen
de la realidad está permeada de sus vivencias personales. El adolescente es inseguro,
tiene muchas dudas y teme equivocarse. La habilidad de intereses lo llevan a expresar
"que no sé que me gusta" ni para que sirve" obviando otros factores de la elección, e
incluso idealiza las profesiones para educar la realidad a sus fantasías. A la pregunta
por qué seleccionas esa carrera responden que las características que ellos poseen
están en correspondencia con la profesión elegida. Así, F.V. se autovalora como
comprensivo, solidario, con deseos de ayudar a los demás y por eso considera que
debe estudiar medicina, orientándose solo por una visión parcializada de esta
99
profesión desconociendo que es una carrera que supone sacrificio desde los tiempos
de estudiantes, hasta la abnegación que exige un horario de vida no normal, la
sensibilidad en su relación con los pacientes a la vez, que la firmeza para enfrentar al
contacto con el dolor y la muerte. Pero este adolescente como muchos otros tienen
una información pobre que puede tener consecuencias cuando al cursar los primeros
años de la especialidad se percatan de que "esto no es lo que yo pensaba", a mí no
me gusta" y se siente frustrado y quiere reorientarse profesionalmente (Ibarra, L.
1988). Quién responde por este tiempo perdido en el que la sociedad hizo una
inversión de recursos humanos y materiales y el joven regresa a una etapa que ya
debió haber vencido.
En el costo personal y social que ocasiona esta situación todos tenemos una cuota de
responsabilidad.
¡Qué está ocurriendo! Hasta ahora todos han decidido por él: a que escuela debe ir,
que amigos son aceptados, que diversiones está autorizado a tener, que come, que
ropa debe usar, a que hora debe regresar. Depende económicamente de sus padres y
los profesores a cada momento qué es correcto hacer. De pronto debe elegir que
carrera seguir. Quizás esta sea la primera decisión importante en su vida ¿qué
experiencia tiene en tomar decisiones? Si a esto se une la comunicación disfuncional
con sus padres, que con los amigos se habla de temas variados que ajenos a la
elección de carreras y que se siente distante de sus profesores ¿a quién acude? Esto
sería un caso extremo pero con diversos matices aparecen otros que nos compulsan a
revisar lo que estamos haciendo al orientar profesionalmente a nuestros adolescentes
y jóvenes, a delimitar que le corresponde a la escuela y qué a la familia en este
proceso de tal forma, que no sea al asar quien determine que unos estén más
maduros que otros vocacionalmente.
100
Una elección reflexiva y madura es el fruto de una personalidad equilibrada y segura
en la cual las determinantes extremos como las relaciones familiares y la formación
escolar han condicionado en gran medida este resultado. Un joven que ha tenido una
adecuada comunicación con sus padres desde niño, que ha podido asumir
responsabilidades por sus actos, acorde con las características psicológicas de la
edad, primero pequeñas y luego cada vez más importante, que ha sido escuchado por
sus padres cuando ha necesitado su ayuda, habrá tomado decisiones y aprendido a
interpretar sus éxitos y fracasos como productos de su esfuerzo personal. En el
momento de la elección, también sentirá dificultades y podrá experimentar angustia y
dudas de sus capacidades, sus intereses y sus objetivos en la vida, como es típico de
cualquier adolescente. No obstante, tendrá ya alguna experiencia y será este
problema como uno más que puede ser enfrentado del mismo modo que otras. Y ser
sujeto de su elección y no objeto de las contingencias del entorno.
Una escuela formalista, con normas externas, con profesores que no se sienten
motivados por la labor que realizan, que no tienen tiempo de conversar, ni de conocer
a sus alumnos, con planes de estudios compuesta por programas rígidos que no
conceden espacio para hablar al joven de su futura responsabilidad como ciudadano y
de la elección profesionales una escuela con disciplina que se imparten y no son
ubicadas en el lugar que ocupan en los marcos de la ciencia, donde no se aprovechan
al máximo las potencialidades creativas y en la cual el joven se coloca en una posición
pasiva, donde no toma decisiones, no se despiertan sus intereses, ni la
responsabilidad individual de los estudiantes, ni se movilizan para la búsqueda de
información por sí mismo, el proceso de orientación vocacional es formal y no
promueve el crecimiento personal de los alumnos.
El trabajo de varios años en el que hemos constatado científicamente esta realidad
nos impulsa a explorar otras vías, la investigación.
- Movilizar a los jóvenes en la búsqueda de información sobre las carreras, cursos que
correspondan a sus inclinaciones con sentido realista y de futuro, a tener con las
potencialidades individuales y las necesidades sociales, promoviendo la reflexión en
esta dirección y destacando la afinidad que existe entre algunas especialistas, de
manera que al orientarse hacia familia de profesiones el círculo de posibilidades por
las que opta corresponde más a sus intereses.
De tal manera, que concebimos un modelo en que a través del entrenamiento a los
maestros y profesores, en grupos de reflexión con los adolescentes y jóvenes y en
Escuelas de Padres empleando la investigación participativa hemos podido promover
cambios, que no dependen del tiempo en que esté funcionando el grupo sino que se
operan modos de comportamiento, de reflexión, de elaboración de ideas nuevas que
de manera gradual se van produciendo en los sujetos, sembrando unas semillitas que
al florecer darán los frutos que necesitamos.
103
BIBLIOGRAFIA:
104
La comunicación en el proceso de enseñanza: realidad y perspectiva de sus
influencias en la formación de motivos profesionales en los estudiantes.
105
La influencia recíproca que se alcanza en los encuentros entre los alumnos y
profesores, se caracterizan por la estimulación de la acción y de las emociones
positivas que vinculadas a un contenido como la profesión constituye un elemento
para el diagnóstico y formación de los motivos profesionales de los estudiantes.
105
extraordinario valor en surgimiento y desarrollo de los intereses hacia el estudio y la
profesión.
107
Objetivos: La identificación con actividades propias de la profesión; sensibilizarlos
con las actitudes, conductas, cualidades de los especialistas que garantizan el
cumplimiento de las misiones.
El empleo de filmes, sirve para vincular los conocimientos teóricos con la práctica y
de esa manera la información de estructura de una forma emocional más efectiva.
El debate promueve la participación activa de los estudiantes los que tiene que
analizar las situaciones que observan en las películas y manifiestan sus opiniones al
respecto.
Estas son entre otras algunas de las actividades que realizamos y que pueden
adecuarse a las condiciones concretas del centro de enseñanza, pero que
materializan las vías que seguimos para el desarrollo de los motivos profesionales a
partir de la integración de los sistemas actividad -comunicación.
110
Bibliografía
111
EDUCAR EN LA ESCUELA, EDUCAR EN LA FAMILIA. REALIDAD O UTOPIA?
Los padres deben acometer las acciones necesarias para su participación activa en la
educación de sus hijos y de sí mismo. Históricamente se ha depositado la
responsabilidad de la educación en la escuela y en los maestros como una tarea un
trabajo en particular cuando educar es un acto de creación, de placer, de implicación
personal que transciende el mero desempeño de un profesional.
Las instituciones educativas acogen al niño, desde edades temprana, a partir de ese
momento regulan los contenidos de las materias en una secuencia temporal
determinada. En estas condiciones se establecen una relación particular entre alumno
y profesor en la cual el primero hace demandas de afectos que pudieran no ser
satisfechas en el grupo familiar y que puede o no lograrlas en el ambiente escolar.
El desempeño de los roles de padre y madre no son suficiente para cumplir con la
demanda social de educar adecuadamente, de prepararlo para la vida, porque puede
existir quien no lo haga de esta forma. Lo que supone que para cumplir la función
familiar educar a los hijos no basta con lo aprendido en la familia de origen de los
padres. Por otra parte, no siempre los progenitores desean reproducir esos modelos
en la crianza de sus hijos. Sin embargo, deséenlo o no, hayan sido aprendido en una
familia con una dinámica funcional armónica o todo lo contrario esos son los recursos
y los medios que poseen los padres para adoptar uno u otro estilo de crianza con sus
hijos.
*******Empero, los padres aspiran a que sus hijos disfruten de buena salud, y estén
preparado para un futuro exitoso, sean felices y en gran parte esto será posible con el
concurso de los padres, aunque no se agota en el espacio familiar.
De tal manera, las influencias de los distintos agentes socializadores que intervienen
en la formación de las nuevas generaciones desde diferentes escenarios debieran
coincidir en los objetivos, los recursos y los procedimientos educativos que potencian
el desarrollo de la personalidad del sujeto de forma más armónica y consistente.
114
En tal sentido, la escuela agencia de socialización es de las instituciones de la
comunidad agencia de socialización que por excelencia está en condiciones de asumir
el reto que le impone la sociedad en la preparación de los hombres del mañana.
Sin embargo, para responder a esta demanda deben operarse cambios en la escuela,
en el personal calificado con que cuenta y en la propia concepción de la educación,
para ser el escenario donde hijo-alumno se apropian de conocimientos y habilidades y
se forman en un ambiente agradable y realmente desarrollador que les permita
insertarse a la sociedad.
Por su parte, la familia, cada día más, solicita ayuda de los especialistas para afrontar
los conflictos que se generan de la inter-acción de sus integrantes y en particular con
los hijos.
Al evaluar este hecho se impone con mayor fuerza el nivel de atención primario,
preventivo de orientación a la familia el que puede adoptar diferentes formas, mas en
nuestro trabajo privilegiamos las Escuelas de padres por los logros que hemos
alcanzado tanto cuando la desarrollamos en los escenarios escolar o en el
comunitario.
El riesgo, por parte de los especialistas es actuar dicha depositación explicando a los
padres que es lo que deben hacer con los hijos, sin intentar desentrañar en conjunto
qué es lo que a ese padre le sucede con ese hijo? o sin mostrarles cuáles son sus
conflictos y dificultades para manejarlas de acuerdo con lo que sea más adecuado
para la familia.
Las consecuencias de un enfoque de ese tipo coloca a los padres en una posición
pasiva, receptiva, se sienten incapaces de educar bien a sus hijos, los inmoviliza. En
tal sentido, las Escuelas de Padres dejan de ser una vía para potenciar la influencia
educativa de la familia para transformarse en instancias hipercríticas, que culpabilizan
a los padres, los que vivencian su acción educativa así:
-"Yo quiero ser un buen padre dígame que tengo que hacer. Usted es el que
sabe como enderezar a mi hijo.
Situación 1: Mostrar los errores que comete un padre en los primeros años de vida de
su hijo.
Situación 2: Mostrar las acciones de los padres a partir de las necesidades básicas de
los niños en esa etapa del desarrollo.
En el primer caso, seleccionó los errores para poner de manifiesto a los padres una
imagen, que de no ser conducida adecuadamente puede generar culpa e incapacidad
para educar bien a los hijos o conllevar a una conducta reactiva y a la inercia.
Las respuestas delimitan dos grupos que se adhieren a una u otro ámbito. A nuestro
modo de ver este protagonismo le corresponde a la familia.
117
BIBLIOGRAFIA:
118
ORIENTACION FAMILIAR: un debate permanente.
Introducción:
La familia hoy esta sometida a las exigencias que impone el desarrollo social y en
esas nuevas condiciones la realización de su tarea educativa y de formación de sus
miembros se complejiza de tal forma, que no es suficiente el sentido común y el
conocimiento de características del desarrollo humano para satisfacer esta
demanda social y es por eso que el dotar de recursos a la familia para la realización
exitosa de esta misión es una tarea profesional que asume la Orientación familiar.
De tal manera, los influjos familiares son complejos y se ejercen aún sin que los
padres, ni ninguno de sus miembros hayan recibido una preparación previa
específica para esta función,
Ante los criterios de la pérdida de funciones de la familia en el mundo de hoy
emerge con fuerza la función educativa despojada de otras tareas que
sobrecargaban la institución familiar.
La dinámica de la vida moderna la libera por una parte, por otra le exige un mayor
protagonismo en la formación y desarrollo de la personalidad de sus hijos.
En estas condiciones, es válido afirmar el carácter permanente de la educación
familiar. La interacción familiar es continua e inevitable, sin embargo, debe cambiar
y transformarse acorde con el ciclo evolutivo de la familia y de sus miembros lo que
demanda reajustes en las pautas de comportamiento, en los códigos de
comunicación y en toda la vida de relación.
En este sentido, al tratar la educación admitimos la dimensión social del proceso.
Asimismo, la familia se manifiesta en dos niveles:
119
- nivel macroestructural la familia como unidad psíquica es un grupo humano
particular, con una dinámica específica, sujeta a una evolución, a una historia
que transciende la mera sumatoria de las indidualidades que la integran y en
la que se teje una madeja de interconexiones que le confiere esa
especificidad.
La familia es una experiencia única, irrepetible, que no es intercambiable.
La noción de familia está sobre cargada de afectividad. Es una ofensa muy grande
atacar a alguien en relación a su familia. Al indagar acerca de la representación
familiar que poseen los sujetos, observamos como tendencia que éstos brindan una
imagen favorable de su grupo familiar. No obstante, si profundizamos en el estudio
pudiéramos identificar los problemas, las insatisfacciones y las angustias familiares
que estarían indicando la no funcionabilidad de la dinámica familiar, lo que
contradice la imagen idílica expuesta al inicio. Es como si el sujeto necesitara
proteger a su familia de las miradas de otros, de quienes invaden la intimidad
familiar. A la vez, no entrar en una disonancia con el mito de la familia "remanso de
paz", "ajena" a los intercambios de ideas y opiniones diferentes y hasta
contrarios propio de cualquier grupo humano, y de los cuales la familia no escapa en
su cotidianidad.
De hecho, cada persona está sujeta a una diversidad, de efectos educativos. Cada
persona, cada día está sujeta a la influencia de una multitud de elementos
educativos. Cuando un elemento adquiere significación para el sujeto, lo interioriza y
lo incorpora a su vida psíquica.
A veces a los padres (y algunos especialistas) les ofrece más seguridad las
alternativas extremistas, no despojadas de perfeccionismo, pero poco operativos en
la vida cotidiana y en el quehacer profesional.
121
La orientación requiere una teoría.
122
demandas explícitas para iniciar la intervención, sino identificar grupos de riesgo o
las necesidades del grupo para actuar.
En este sentido, el orientador afronta el reto de adquirir nuevas competencias para
interactuar con sujetos que no han solicitado ayuda o que no tienen conciencia de
sus carencias.
Entendemos como programa acción planificada encaminada a lograr unos objetivos
con los que se satisfacen unas necesidades .
124
Niveles de la Orientación Familiar.
Nivel educativo:
Objetivos:
- Dotar de la información necesaria sobre los procesos del desarrollo personal de los
miembros de la familia.
- Dotar de la información necesaria acerca de las etapas del ciclo de la familia por el
cual debe transitar.
Instrumentos:
Nivel de Asesoramiento.
Objetivos.
126
BIBLIOGRAFÍA
127
METODOLOGIA DE LA INTERVENCION COMUNITARIA.
El concepto básico de salud mental es una noción cada vez más controvertida y tal
vez no muy útil; está basado en gran parte en la premisa filosófica de la distinción
entre cuerpo y alma. Sin embargo, partiendo de esta dicotomía nació la idea de salud
mental como paralela al concepto de salud física de la medicina tradicional en la que
salud se ha definido como la ausencia de síntomas específicos o de una patología
identificable. (Blocher, 1986).
En 1936 Laurence Frank escribió en "Society as patient" que lo que aquejaba a los
miembros de nuestra sociedad eran resultado de la manera imperfecta de organizar y
administrar nuestra sociedad. Las intervenciones psicológicas de naturaleza
intrapsíquicas, que desconocen el contexto en que se origina y se manifiesta la
conducta tienen un efecto limitado y conllevan a perpetuar el problema.
128
Cuando hablamos de Programas de Intervención con un enfoque comunitario en el
ámbito familiar, escolar y otros nos referimos,, a proyectos, planes de acción tendentes
a aliviar, reducir o prevenir la existencia de situaciones sociales.
Esto significa una nueva concepción de cómo distribuir servicios, de cuáles deben ser
los roles de los profesionales de ayuda, e implica también una nueva ética de cómo
ayudar a la gente a diferencia del paradígma de la salud mental comunitaria que parte
de la premisa de que los problemas sociales existen porque las instituciones
existentes fallan en su función socializadora y, el fallar no logran integrar a un número
plural de miembros de la sociedad, quienes se convierten, en marginados (Escovar, L.
1979). A este proceso lo llaman Ryan (1971, citado por Escovar L. 1994) "culpar a la
víctima".
129
percepciones, a fin de analizarlos con cierta profundidad, determinar causas y diseñar
alternativas de acción.
Todos los sistemas tienen una cierta inercia funcional. Por tanto, un intento de cambio
demasiado brusco o extenso que no tenga en cuento esto (o intento "cambiarlo todo")
puede encontrar reacciones contrarias o fuertes resistencias que suelen tender a
hacer retornar al sistema a su estado inicial o incluso a un estado más distante en la
dirección pretendida por el cambio, frustrando el esfuerzo transformador o haciendo lo
regresivo.
Sin embargo, cuando se interviene- investigando el quehacer científico consiste no
sólo en la comprensión de los, aspectos de la realidad existente sino también en la
identificación de las necesidades y las relaciones que están detrás de la experiencia
humana.
Si se entiende la realidad social como la conexión entre la objetividad (la forma en que
los personas se hayan envolucradas en los hecho y su percepción e interpretación de
dicha realidad, habría que plantear para la investigación de los métodos que impliquen
el estudio de las personas en esta área como si fueran investigadores. Implica un
aprendizaje propio.
Al saber desde donde nos acercamos a desarrollar una tarea y para qué; conocer las
bases conceptuales teóricas y metodológicas relacionadas con nuestro objeto de
130
estudio e intervención; manejar los aportes del diagnósticos, poseer un conocimiento
de los recursos humanos y materiales con que contemos; podemos realizar un
planteamiento general estratégico de la acción comunitaria. A partir de aquí estamos
en condiciones de plantearnos los objetivos posibles medibles y avaluables.
131
Atendiendo a los niveles tendríamos:
- Individual o centradas en la persona. Las causas están dadas en los carencias de los
individuos para ajustarse eficazmente a un contexto social, la estrategia estará dirigida
a potenciar la competencia social y adaptativa. Se emplea la intervención en crisis,
terapia breve, adiestramiento individual.
- Grupal. Las deficiencias se explican por conflicto interpersonales entre los individuos
a través de terapia familiar, trabajo grupal, adiestramiento de los agentes
socializadores (maestros, padres).
- Comunitario. El origen de los problemas está en las actitudes, valores, fines y política
social que rige la comunidad. Las estrategias de cambio social serán la abogacía
social y organización comunitaria.
El abordaje del ámbito institucional permita penetrar en las relaciones de los miembros
del grupo familiar con las Instituciones a las cuales pertenecen en las que el sujeto se
inserta con una subjetividad que tiene la impronta de su familias, asimismo el refleja lo
que en el interior de las instituciones sucede, produciéndose un interjuego de
influencias entre estos niveles que conformar en el tipo de relaciones que expresan su
pertenencia,, su implicación personal en las mismas.
Un enfoque holístico nos indica considerar estos niveles porque son coexistentes y
permanentemente se sucederá un transitar desde lo comunitario hacia lo individual de
aquí a lo que comunitario a través, del grupo familiar, privilegiando al nivel grupal por
ser un pasaje de interconexión de lo individual a lo social y viceversa
133
Dentro de esta perspectiva de intervención se ubica al profesional a la comunidad
y a la familia en su encuentro cualitativamente diferente al modificar las relaciones
de poder y entender el saber social como el mayor saber de la comunidad acerca
de su problemática. Cuando solo es reconocido el saber del profesional se coloca a
los sujetos individual o social en una posición pasiva aunque en el discurso se esté
convocando a su participación en el programas desde el diagnóstico. Quienes
venimos del "afuera" no podemos saber con la misma exactitud que los de "adentro"
donde es que duele, cuál es el problema más graves ,que es lo que más importante,
cual solucionar primero.
Esto de ninguna manera significa que quede vacío de contenido el lugar del
profesional ni lo lleva a falsas paridades sino que interventor o intervenido desde
roles diferentes y complementarios posibilitan un encuentro diferente, enriquecedor,
que promuevo el crecimiento en su acción transformadora de su realidad y lograr
que el programa de intervención sea más pertinente en la medida que garantice la
no perdurabilidad del mismo o sea cuanto menos se haga necesario asimismo con
el paso del tiempo porque se ha potenciado al individuo, el grupo y a la comunidad
para enfrentar las contradicciones de la vida cotidiana con sus propios recursos
representando un momento altamente gratificante en nuestro quehacer profesional.
134
BIBLIOGRAFIA:
135
¿NOS COMUNICAMOS CON NUESTROS HIJOS?
Le propongo que me acompañe un rato para acercarnos a ese difícil, pero bello
mundo que componen nuestros hijos. Pero antes de continuar conversando ¿por
qué no se detiene y piensa acerca de la relación con él? ¿Se siente satisfecha de
ella?, ¿lo estará su hijo? Creo que podemos seguir y reflexionar juntos sobre un
tema tan apasionante como es la comunicación padres e hijos.
Etimológicamente el término comunicación proviene del latín comunis que significa
común. Al comunicarnos pretendemos establecer una comunidad con el otro, nos
proponemos compartir una información, una idea, una actitud. Para una mejor
comprensión valdría la pena enmarcar teóricamente el proceso de comunicación,
definiéndolo como la interrelación entre das o más personas en la que todos los
interactuantes son sujetos, es decir, que ninguno será simplemente objeto de las
influencias del otro, sino que estarán tan involucrados, que darán y recibirán a la
vez. En un sistema familiar las relaciones entre las personas que lo integran son
tangibles en la forma de la comunicación. Como consecuencia de esas relaciones
que perduran, se establecen patrones de comunicación, y es su comprensión lo que
nos va a permitir evaluar apropiadamente el sistema familiar.
¿Y esto qué significa en relación con mi hijo? —me preguntó en cierta ocasión una
mamá—, ¿es acaso que él opine, dé sus criterios igual que yo? Sin esperar mi
respuesta, expresó: ¿Por ese camino no estaremos estimulando que puedan ser
irrespetuosos, que lo discutan todo, que no acaten las normas de los mayores, que
se rebelen? Sí y no, fue mi respuesta. ¿Por qué nos inquieta tanto la rebeldía de
ellos, que puedan tener un criterio personal que no coincide con el nuestro, que no
acepten pasiva y dócilmente las normas? ¿Será por la seguridad de ellos o por
temor a no saber cómo enfrentarla o por la angustia de no poder orientarlos o no
saber cómo educar esa independencia que nos hace experimentar una pérdida de
poder, de autoridad? Esta responsabilidad de educar, que adquieren los padres
desde el nacimiento de sus hijos, no lleva implícito que el desempeño como tales
signifique éxitos, ya que asumen este papel sin una preparación previa y descansa
en la experiencia que traen de su familia de procedencia, al ensayo y posible error
en la aplicación de uno u otro método de educación y en la búsqueda de alternativas
para la solución de los problemas de la vida familiar y en particular los que se
derivan del subsistema paterno-filial en el que la comunicación es esencial.
Lógicamente el problema no consiste en que en esa comunicación con el otro
(nuestro hijo) haya una distorsión de funciones y que no se sepa quién desem peña
la función de padre y quién la de hijo. En ese caso la función regulativa que como
padres ‘Les corresponde se perdería. Los límites o fronteras entre padres e hijos
deben ser precisos y claros, aunque flexibles, lo que implica que nuestros hijos se
den cuenta de que ser padre significa tener ciertos derechos relacionados con la
autoridad, con la posibilidad de guiarlos que le da la propia experiencia y a su vez
los padres deben darse cuenta de que los hijos no son seres totalmente
desprovistos de derechos, sino que son de otra naturaleza, pero que en esta
relación para que crezcan han de tener libertad.
Al investigar sobre el contenido de la comunicación padres-hijos constatamos que
entra los temas más frecuentes de conversación estaban: la escuela en primer
136
lugar, en el 96 % de las familias, el cumplimiento de normas de disciplina,
higiénicas, la alimentación y la recreación. Como se observa estos se refieren a la
problemática del hijo, pero no se comparten las temáticas que tienen que ver con la
familia en general y quedan fuera otros temas de interés para el propio hijo. Al
indagar con los adolescentes si conversaban con sus padres sobre el trabajo, la
situación familiar, la salud, o si programan actividades familiares para las
vacaciones, en el 89 % respondieron que: “era un problema de los mayores”, “no me
dejan opinar”, “mi opinión no es tenida en cuenta”. En este grupo hay diferencias; el
27 % considera que ellos no están preparados para intercambiar ideas sobre esos
temas; otros (12%) opinan que siempre ha sido así y el resto (61%) desean ser
considerados como una persona que puede entender y apodar ideas sobre los
problemas de la familia. En la discusión grupal con estos adolescentes, con el
objetivo de profundizar acerca de la percepción que tenían de la comunicación con
los padres, unos expresaban que querían que los dejaran opinar, que los
escucharan, que no hubiesen cosas que pueden hablar con ellos y otras no, que
valoraran lo que dicen y que les permitieran tomar decisiones. Otros manifestaban
que la causa radicaba en que los padres querían protegerlos, evitar que se
equivocaran, que fracasaran. Estas dos ideas se convirtieron en el centro de la
discusión y al final, de manera mayoritaria, manifestaron la necesidad de participar
activamente en el sistema familiar; poder involucrarse en esa dinámica, ser sujetos
en el proyecto familiar, tanto en la concepción como en la consecución de sus
objetivos. La forma más gráfica de mostrar el sentir de esos adolescentes es la
opinión de uno de ellos: “Quiero que me dejen equivocarme, yo sé que mis padres
estarán cerca de mí y me ayudarán si los necesito. Dicen que de los errores también
se aprende, yo quiero tener ese derecho.”
Por otra parte, en las familias cuyas pautas de enseñanza son rígidas y autoritarias
encontramos hijos que se rebelan contra ese estilo que no les da autonomía, ni
independencia y que constituyen motivo de preocupación para los padres por el
comportamiento que asumen, caracterizado por inestabilidad afectiva, respuestas
muy explosivas, falta de respeto para tratar de reafirmarse y alcanzar por esas vías
el espacio que como persona le niegan sus padres. Más inqu4etante aún es la
situación de los niños o adolescentes que asumen una conducta contraria a la que
sienten o piensan para evitar el enfrentamiento con los padres, pero que “por
detrás”, a “sus espaldas” se sienten más libres y se comportan como realmente son.
Asimismo, algunos maestros nos han referido que muchos padres no aceptan la
valoración que ellos hacen de la conducta de sus hijos en la escuela, negándose a
admitir el criterio contrario a la imagen que poseen del adolescente y dicen: “Mi hijo
no es así”. Cabría preguntar ¿cuál de los comportamientos es el real?, ¿conocemos
137
efectivamente a nuestros hijos? Hasta cuándo el niño podrá sostener esta situación
que puede estallar en la adolescencia, edad de crisis, cuando el adolescente
reclama mayor independencia y como padres no estamos siempre preparados para
concedérsela y nos angustia el perderlos y dejarlos que batan sus alas por temor a
que asuman actitudes irresponsables ante el estudio, el sexo, la familia, la sociedad
en general y que adopten conductas que nos sorprenden porque no se
corresponden con las normas en que los hemos educado. Sin embargo, sabíamos
lo que pensaban de esas normas, cuál era el sentido personal que cobraba esa
norma o ese valor social, creamos un clima afectivo cálido en que tanto ellos como
nosotros nos sintiéramos cómodos al conversar de cualquier tema sin que mediaran
estereotipos o tabúes que redujeran el contenido de la comunicación a ¿cómo estás
en la escuela?, ¿cómo te portaste?, ¿sacaste buenas notas?, ¿qué dieron de
comida en el comedor?, ¿por qué te ensuciaste tanto el uniforme?
Ahora bien, para que los hijos asimilen las normas y valores se requiere de una
identificación de estos con sus padres, que en un inicio se presenta como imitación
de la conducta del modelo, y de la percepción mutua entre los interlocutores para la
cual es preciso conocer cómo es percibido el otro, qué imagen nos formamos de él y
cómo creemos que somos percibidos por él.
Los criterios de niños y adolescentes sobre el ideal de padres, dados en una sesión
grupal, representan un elemento clarificador para comprender cómo determinadas
actitudes y expectativas influyen en la calidad de la comunicación interpersonal.
Sin embargo el haber interactuado con ambos me demostró una vez más que las
palabras, los gestos o cualquier forma que empleemos para comunicar afecto son
imprescindibles. No dar por sentado que el otro capta mi interés, mi afecto, sino que
debo lograr comunicarle mi esfuerzo por comprenderlo y que el otro se sienta
aceptado.
Es posible que consideremos que aún es muy niño para hacer análisis de este tipo,
que nos parezca que no es capaz de reflexionar de esa forma porque esté
interesado por otras cosas, sin embargo, cuando por motivos laborales, personales
u otros los padres están preocupados, la atención puede desviarse a la tensión en
que viven por su conflicto y se cierran al exterior, no lo escuchan, no responden a su
reclamo, lo que es percibido como que no lo quieren lo suficiente porque no vale
mucho, porque no es como desean sus padres y desciende la autoestima del
individuo de tal manera que aunque el propósito de los padres es pro mover el
desarrollo personal del hijo lo que transmitieron fueron mensajes contradictorios que
pueden interpretarse como muestra de indiferencia afectiva, lo que aumenta la
distancia entre los subsistemas paterno-filiales y por tanto será más difícil fa efectivi-
dad de los métodos de educación que empleemos.
Claro que es mejor. Comprender las necesidades del niño y aceptar que también los
adultos las tienen, así como que en determinamos momentos la satisfacción de
ambas entra en contradicción, exige resolver ese conflicto, eligiendo una de ellas y
expresando con claridad esta elección, como concluía la niña en su reflexión, y no
diciendo que sí que la va a atender cuando en realidad, la tarea que está ejecutando
en ese momento es jerárquicamente más importante y es la que requiere de toda su
atención. Sin embargo, la mamá de la escena le comunica un doble mensaje o
mensaje de doble lazo, dice sí cuando lo que desea decir es no. Esto se refleja
también en pautas de enseñanza ambivalentes que incorpora el niño y que genera
inseguridad e inestabilidad en sus patrones de comportamiento y en la aceptación
de las normas.
Aquí se encierran ideas que a nuestro modo de ver son cruciales. No es suficiente
141
amar, sino que es necesario expresar, manifestar el afecto porque en contraste con
el caso anterior hay padres que nos han referido, que: “La vida es muy agitada yo
no tengo tiempo para nada, pero si quiero mucho a mis hijos aunque no recuerdo la
última vez que los besé, creo que eso no es tan importante, yo me preocupo por
darles de todo, yo trabajo y no les falta nada.” Como si los bienes materiales
pudieran reemplazar las muestras de afecto que necesitan nuestros hijos.
Ante su incapacidad para dar afecto brindan lo que está a su alcance. No están
preparados para expresar amor.
142
Bibliografía
143