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Si reflexionamos sobre ello, ser evidente que esta argumentación parte de un supuesto importante que Platón no expone de modo

explícito. Se supone que las capacidades individuales son de tal tipo que, desarrolladas mediante una educación adecuadamente
planteada controlada, darán por resultado un grupo social armónico. Lo malo de los estados existentes es que la educación ha sido
equivocada; un rico o en todo caso, si se necesita una herencia mejor - y Platón cree que se necesita -, una mejora de las estirpes
existentes conseguirá esta finalidad. En otros términos, da por sentado que no hay en los seres humanos normales nada radicalmente
asociada o antisocial que pueda producir desarmonía, precisamente por un desarrollo perfecto y complejo de las facultades
individuales. Este supuesto no es cierto de modo evidente que muchos pensadores posteriores a Platón lo han discutido; algunos han
llegado a suponer lo contrario, a saber, la reparación socializada tiene que reprimir en mayor o menor grado la expresión del individuo.
Pero esa posibilidad no entre los cálculos de Platón. Aunque él supuesto que acabamos de mencionar expone de modo explícito,
entra en la argumentación de la República en un punto en el que es probable, de no darse explicaciones, que resultan un tanto
desconcertante. Este es el punto en el que se supone que el estado no es sino el individuo "descrito en caracteres mayores" y en él
supone, en consecuencia, el problema de la justicia se transforma cada de una virtud individual en búsqueda de una propiedad del
estado. La dificultad de la transición, que al lector moderno le parece artificial, la enmascara Platón con la presunción de que es
inherente a la naturaleza humana una amplitud para la sociedad y a la sociedad una educación a la naturaleza humana, e interpreta
esto es como paralelismo. La subyacente, tanto el hombre como el estado, es la misma y ello impide el bien del uno sea
esencialmente distinto al bien del otro.
Hay que admitir que a este supuesto se debe buena parte de lo que hay de más atractivo el ideal ético de la ciudad-estado y la
representación de que ella hace Platón. Ello explica por qué en la ética platónica de una separación última entre la inclinación y deber
o entre los intereses de los individuos y los de la sociedad a que pertenecen. Cuando surgen tales conflictos-y la República vivió
porque surgen-el problema es cuestión de desarrollo y ajuste, no de represión y fuerza. Lo que necesita el individuo insocial es una
mejor comprensión de su propia naturaleza del desarrollo más completo de sus facultades a la luz de reconocimiento. Su conflicto
interno no es una lucha insoluble entre lo que desea lo que debe hacer, porque, el último término, la plena expresión facultades
naturales es tanto lo que realmente desea como lo que tiene derecho a tener. El problema del estado bueno y el del hombre bueno
son dos aspectos del mismo problema, y la solución de uno debe dar a la vez la del otro. La moralidad debe ser a la vez pública y
privada y, cuando no ocurre así, la solución consiste en corregir el estado y mejorar individuo hasta que alcance su posible armonía.
Puede dudarse con razón si, en términos generales, se ha expuesto alguna vez una ideal moral mejor que ese. A la vez el intento
platónico de hacer un análisis que sirva al propio tiempo para el individuo y para el estado, conduce a una teoría demasiado simplista
a resolver el problema. El análisis del estado de muestra que es necesario que se realicen tres funciones. Hay que satisfacer las
necesidades físicas latentes y el estado debe ser protegido y gobernado. El principio de esta especialización exige que se extingan los
servicios esenciales y de ellos sigue que hay tres clases: los trabajadores que producen y los "guardianes" que a su vez se dividen,
aunque no de modo tan tajante, en soldados y gobernante o -si se trata de un solo gobernante- el filósofo-rey. Pero, de división de
funciones se basa en la diferencia de aptitudes, las tres clases se basan en el hecho de que existen tres especies de hombres: los que
son por naturaleza para el trabajo, pero no para el gobierno, y los que son aptos para gobernar, pero sólo bajo el control y la dirección
de otros y, por último, los que son actos para los más altos deberes del hombre de estado, tales como la lección de más de medios y
fines. Ésas tres aptitudes están en el aspecto psicológico de facultades o "alma" vitales, a saber, lo que incluyen las facultades
apetitivas y nutritivas, que Platón supone que residen más bajo del diafragma, la ejecutiva o "valerosa" para Platón encuentra en el
pecho y, la que conoce o piensa, el alma racional, situada en la cabeza. Parecería natural en cada una de estas almas estuviera la
excelencia o virtud esencial propia, y Platón realiza en parte este plan. La sabiduría es excelencia del alma racional y la valentía la de
la activa, pero Platón duda de si la semblanza puede limitarse al alma nutritiva. La justicia es la interrelación propia de las tres
funciones, tanto si se trata de las clases del estado modelo facultades del individuo. Sería probablemente equivocado dar demasiada
importancia a esta teoría de las "tres almas". Platón no parecen haber tratado nunca de desarrollarla seriamente, y con frecuencia no
la utilizaban en sus estudios psicológicos. Por otra parte, no es cierto que en la República se distingan a las tres clases del modo tan
tajante como deberíamos esperar dada su exposición esquemática de la teoría. Las clases no son, sin duda, castas, ya que la
pertenencia a ellas no hay hereditaria. Por el contrario, su ideal parece ser una sociedad en la que se da a cada niño la educación
más elevada de sus méritos (su capacidad, su educación y experiencia) le permiten desempeñar adecuadamente. En la República,
Platón se muestra notablemente libre de todo prejuicio temperamental de clase- mucho más libre, por ejemplo, que Aristóteles-y
mucho más libre de lo que es esta en el esquema del estado el segundo lugar en escala de preferencia escrito en Las leyes. Pero una
vez reconocido todo esto, subsiste el hecho de que el paralelismo y que por supuesto las capacidades mentales y las clases sociales
es una influencia restrictiva que le impidió tratar en la República de modo adecuado la complejidad de los problemas políticos que
estudiaba. La teoría lo obligó a suponer que toda inteligencia del estado se concentraban los gobernantes, aunque sus repetidas
referencias a la habilidad de los artesanos demuestran que no tomaban al pie de la letra el principio. Por otra parte, en su capacidad
política los trabajadores no tienen otra obligación sino la de obedecer, lo que casi equivale a decir que propiamente no tienen en
absoluto capacidad Política. La oposición que se les asigna no puede ser corregida ni siquiera por la educación, ya que no parece
necesitar educación para la actividad cívica ni para la participación en actividades autónomas de la comunidad. En esta parte de la
vida del estado no son más que espectadores. Con frecuencia se ha atribuido este resultado-así lo hace, por ejemplo, Edwar Zeller - a
un desprecio por los artesanos y las manufacturas en comparación con el trabajo intelectual, pero en verdad Platón mostró una
admiración más auténtica que Aristóteles por la habilidad manual. La explicación de ello debe encontrarse, sobre todo, en el supuesto
de que el buen gobierno no es sino una cuestión de conocimiento y que el conocimiento lo posee siempre una clase de técnicos, lo
mismo que ocurre en la práctica de la medicina. Según Platón, la mayor parte de los hombres se encuentra de modo permanente en
relación con sus gobernantes en la misma situación que el enfermo con su médico. Aristóteles planteó a este respecto un problema
muy oportuno al preguntar si no hay casos en que la experiencia es una mejor guía del conocimiento de un técnico. El hombre tiene
que vivir en una casa no necesita el constructor de la misma le diga si es cómoda o no. Pero las ideas de Platón respecto al
conocimiento sólido cuando escribió la República daban poca importancia de experiencia. El resultado fue que no pudo percibir uno de
los aspectos políticos más significativos de la ciudad-estado, la vida civil de la cual deseaba perfeccionar. Su desconfianza respecto
de la "feliz despreocupación" era tan grande que pasó al extremo opuesto y no concedía a los artesanos ninguna capacidad para el
servicio público, salvo en sus oficios. La antigua discusión libre de la asamblea y el Consejo de las polis han desaparecido por
completo y hay que desarraigar por entero de las masas este aspecto de la personalidad humana que el demócrata ateniense
estimaba por encima de todo. Por lo que se refiere a sus actividades superiores de la vida, aquellas se encuentran sometidas a la
tutela de quienes son más sabios que ellas.
CAPACIDAD INDIVIDUAL – DESARROLLADO - GRUPO SOCIAL ARMÓNICO
ACTUALIDAD: EDUCACION EQUIVOCADA
EN O NORMAL NADA PRODUCE DESARMONÍA
NO ES EXPLICITO, ES SUPOSICIÓN
CAPACIDAD INDIVIDUAL - EDUCACIÓN PLANTEADA CONTROLADA - GRUPO SOCIAL ARMÓNICO
LO MALO - ACTUALIDAD: EDUCACION EQUIVOCADA – UNA MEJORA DE LA ESTIRPE - ARMONÍA
EN SERES HUMANOS NORMAL (DESARROLLO PERFECTO Y COMPLEJO DE LAS FACULTADES INDIVIDUALES) NADA
PRODUCE DESARMONÍA

OTROS PENSADORES - REPARACIÓN SOCIALIZADA TIENE QUE REPRIMIR EN MAYOR O MENOR GRADO LA EXPRESIÓN DEL
INDIVIDUO

EL PROBLEMA DE LA JUSTICIA - BÚSQUEDA DE UNA PROPIEDAD DEL ESTADO - NO ES DEL ESTADO, SINO DEL INDIVIDUO.

TANTO EL HOMBRE COMO EL ESTADO, ES LO MISMA

EL IDEAL ÉTICO DE LA CIUDAD-ESTADO

EL PROBLEMA DEL ESTADO BUENO Y EL DEL HOMBRE BUENO SON DOS ASPECTOS DEL MISMO PROBLEMA, Y LA
SOLUCIÓN DE UNO DEBE DAR A LA VEZ LA DEL OTRO.

LA MORALIDAD DEBE SER A LA VEZ PÚBLICA Y PRIVADA

NO HAY – SE DEBE CORREGIR EL ESTADO Y MEJORAR INDIVIDUO HASTA QUE ALCANCE SU POSIBLE ARMONÍA.

EN EL ESTADO – ES NECESARIO TRES FUNCIONES


 SATISFACER LAS NECESIDADES FÍSICAS LATENTES
 PROTEGER EL ESTADO
 EL ESTADO DEBE SER GOBERNADO

TRES CLASES
 LOS TRABAJADORES QUE PRODUCEN
 SOLDADOS
 GOBERNANTE

LA DIVISIÓN DE FUNCIONES SE BASA EN LA DIFERENCIA DE APTITUDES – LAS APTITUDES SON FACULTADES DEL ALMA.

La sabiduría es excelencia del alma racional

VALENTÍA

JUSTICIA – INTERRELACION DE LAS TRES FUNCIONES


EL PARALELISMO - LAS CAPACIDADES MENTALES Y LAS CLASES SOCIALES SON INFLUENCIA RESTRICTIVA - IMPIDIÓ
TRATAR EN LA REPÚBLICA DE MODO ADECUADO LA COMPLEJIDAD DE LOS PROBLEMAS

INTELIGENCIA DEL ESTADO SE CONCENTRABAN LOS GOBERNANTES

LOS TRABAJADORES – ARTESANOS - NO TOMABAN AL PIE DE LA LETRA EL PRINCIPIO

SU CAPACIDAD POLITICA DEL TRABAJADOR ES OBEDECER (NO TIENE CAPACIDAD POLITICA)


ARISTÓTELES PLANTEÓ - LA EXPERIENCIA ES UNA MEJOR GUÍA DEL CONOCIMIENTO

RESULTADO DEL PLANTEAMIENTO DE PLATÓN – NO PUDO PERCIBIR - LA VIDA CIVIL DE LA CUAL DESEABA
PERFECCIONAR

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