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SECCIÓN ESPAÑOLA
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1
FUNDAMENTACIÓN ANTROPOLÓGICA Y BÍBLICA
DEL AMOR
1
Las encíclicas son cartas solemnes sobre asuntos de la Iglesia o determinados puntos
de la doctrina católica dirigidas por el Papa a los obispos y fieles católicos de todo el
mundo.
2
La encíclica está articulada en dos grandes partes. La primera, titulada: "La unidad del
amor en la creación y en la historia de la salvación", presenta una reflexión teológico-
filosófica sobre el "amor" en sus diversas dimensiones -"eros", "philia", "ágape"-
precisando algunos datos esenciales del amor de Dios por el ser humano y del ligamen
intrínseco que ese amor tiene con el amor humano. La segunda, titulada: "Caritas, el
ejercicio del amor por parte de la Iglesia como "comunidad de amor", trata del ejercicio
concreto del mandamiento del amor hacia el prójimo.
2
Como lo indica Juan Fernando Sellés (2013), en su escrito
Trascendentalidad del amor personal humano. Un estudio sobre la
antropología de L. Polo:
Dios crea al hombre por amor, para hacerlo partícipe del resto de su
creación, y como Padre, está siempre cerca de sus hijos, con gestos y
hechos que llevan al hombre a buscar a Dios, a encontrar a Dios y a amar a
Dios con todas las fuerzas, como única respuesta adecuada a su amor, que
le lleva a entregar a su Único Hijo.
El hombre es espiritual por naturaleza, y muestra su afán por
comunicarse con dioses a través de ceremonias y ritos, tal como sucedía en
las culturas antiguas. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “El
deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha
sido creado por Dios y para Dios”5, es decir, si Dios es amor, el hombre fue
creado por el mismo Amor, y para el mismo Amor. De Él venimos y hacia
Él vamos, porque como dejó escrito San Agustín en las Confesiones6 “nos
4
Gelabert Ballestar, M. 2007. Creados desde y para el amor. Veritas. Vol. 2. Núm. 16.
p. 9-24. Facultad de Teología San Vicente Ferrer. Valencia, España.
5
Catecismo de la Iglesia Católica, 27.
6
Entre las obras de Agustín, el libro Confesiones es uno de los más conocidos,
apreciados e influyentes. Escrito entre el 397 y 398, como una oración a Dios, es una
autobiografía donde el autor relata aspectos de su vida antes y después de su conversión.
4
hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse
en ti”.7
Esto indica la naturaleza sociable del ser humano, que fue creado
para compartir con sus semejantes y no estar aislados. Así mismo, la
indisolubilidad de esa relación, que al convertir un solo cuerpo, se
convierte en unidad inseparable hasta que Dios los llame de este mundo.
Por último, está la procreación, como fin primordial de esa unión, donde
los hijos son la prolongación de la existencia, como el querer de Dios de
multiplicarse y poblar la tierra.
7
San Agustín. (2017). Las Confesiones. Madrid, España. Filosofía y Teoría Social.
Editorial Palabra.
8
Gn 2,18
9
Gn 2,24
10
Gn 1,26
5
El amor entre varón y mujer, y el matrimonio que esto conlleva, es la
imagen visible de amor entre Dios y el hombre, y a su vez muestra la
vocación que el hombre tiene de amar de amar al prójimo como nuevo
mandamiento, culminando con la unión eterna con Dios.
11
Los autores de este libro llevan a pensar sosegadamente en la visión optimista de la
institución matrimonial divina, llena de implicaciones sobrenaturales y de perspectivas
humanas. Es un libro especialmente interesante para quienes se preparan para casarse, y
para los esposos que desean ser más felices en su matrimonio.
12
Español, nacionalizado colombiano, Doctor en derecho canónico y médico.
13
Trabaja, desde su ordenación sacerdotal, en pastoral universitaria y matrimonial; tiene
una larga experiencia como capellán en los colegios de la Asociación para la Enseñanza
[ASPAEN], de la que fue Asesor Doctrinal. Como periodista, ha sido colaborador de
diversos diarios en Colombia: El Tiempo, La Patria, El País. Actualmente es columnista
habitual de El Heraldo de Barranquilla.
14
Fenoy, E. y Abad, J. 2012. Amor y matrimonio. Decimotercera Edición. p. 53.
Madrid, España. Editorial España.
6
como lo expresan Jorge Miras15 y Juan Ignacio Bañares16 en Matrimonio y
familia17 (2006):
15
Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y doctor en Derecho y en
Derecho Canónico en la Universidad de Navarra. Desde 1986 es profesor de Derecho
Administrativo en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra. Ha
dirigido, junto con otros autores el Comentario Exegético al Código de Derecho
Canónico, del que ya hay publicadas tres ediciones y está traducido al inglés. Ha escrito
además diversos artículos en revistas especializadas.
16
Licenciado en Filosofía e Historia de la Educación por la Universidad Central de
Barcelona y Doctor en Derecho Canónico por la Universidad de Navarra, donde es
Profesor de Derecho Matrimonial desde 1984. Es subdirector del Instituto de Ciencias
para la Familia, de la misma Universidad, y desde su ordenación en 1979 ha trabajado
con la juventud universitaria.
17
Este breve Manual ofrece, en sus 15 lecciones, una introducción sintética a los temas
fundamentales sobre el matrimonio y la familia en la revelación cristiana. Los autores
muestran razonadamente, a la luz de las enseñanzas más recientes del magisterio
eclesial, la profunda coherencia de la doctrina y de la moral católicas con una visión
integral de la persona humana.
18
Miras, J. y Bañares, J.I. (2007). Matrimonio y familia. Quinta Edición. p. 16-17.
Madrid, España. Editorial Rialp.
19
Los judíos eran realmente el «pueblo elegido» de Dios, elegido para una misión doble.
Eran ellos los que tenían que mantener viva la idea del Dios único; un pueblo pequeño,
rodeado de vecinos poderosos, que creían en los numerosos dioses de la naturaleza.
7
“Dios es el Esposo que se ha unido a Israel en una alianza exclusiva
y perpetua; que ama a su Pueblo con un amor que no puede fallar.
Su ternura, su cercanía, su deseo de hacerles compartir su vida para
siempre, su fidelidad irrevocable, su dolor y su paciencia ante las
debilidades y traiciones, su misericordia y su prontitud para la
reconciliación, son características de ese amor esponsal, que exige
una correspondencia igualmente fiel.”20
Por otra parte, en una carta escrita por el escritor J.R.R Tolkien 22 a su
hijo Michael, donde habla del matrimonio y aquella relación con la pareja
que ha elegido para pasar el resto de su vida, se expresa que el hombre es
20
Miras, J. y Bañares, J.I. 2007. Matrimonio y familia. Quinta Edición. p. 18. Madrid,
España. Editorial Rialp.
21
Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n. 11.
22
John Ronald Reuel Tolkien, conocido popularmente como J.R.R. Tolkien, nació el 3
de enero de 1892 en la ciudad de Bloemfontein, en el estado libre de Orange, en la
República Sudafricana. Autor de libros famosos como El Hobbit y la trilogía de El
Señor de los Anillos.
8
polígamo por naturaleza, pero es precisamente esa negación hacia uno
mismo por ser fiel en el matrimonio, lo que lleva a la “gran mortificación”:
23
Tolkien, J.R.R. 1993. Cartas. Londres, Inglaterra. Ediciones Minotauro.
24
Gn 1,22
9
En Familiaris Consortio25 San Juan Pablo II26 habla sobre la gracia
del matrimonio, para también vivir la sexualidad:
25
El texto se refiere a los medios de comunicación y, en particular, a los programas
dirigidos a la familia. Familiaris Consortio cita ampliamente los mensajes pontificios
para las Jornadas mundiales de la comunicación social de 1969,1980 y 1981.
26
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la
Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se
reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia
se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él
en 1994.
27
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, n.33.
28
Gn 2,18
29
Gn 21-22
10
ayuda para su vida, que permitiera una persona fortalecer a la otra, apoyarla
y ayudarla con amor, y de esta forma alcanzar la meta que Dios quiere que
alcancemos, de santificación en la vida matrimonial.
30
Cepeda Vargas, V.M. 2010. El matrimonio camino de santidad. Trabajo para optar por
el título de Doctor en Derecho Canónico. p. 25. Facultad de Derecho Canónico.
Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, D.C.
31
Catecismo de la Iglesia Católica, 1602.
11
Por su parte, en las Sagradas Escrituras está impreso el Plan que
Dios32 tiene para los hombres, cuyo objetivo es la Salvación 33, enviándonos
a su Hijo para morir por nuestros pecados, pues solo alguien puede
amarnos tanto, hasta el punto de mandar a su propio Hijo a sacrificarse por
nosotros.
Pero son variados los acontecimientos que se desarrollan a lo largo
de la Biblia, y que se preparan desde el Antiguo Testamento, como por
ejemplo la relación de Dios con los hombres, fundamentada en el amor de
un padre a sus hijos.
Otros planes son el mandamiento nuevo que nos dejó Jesucristo:
“Amaos unos a otros. Como yo os he amado, así también vosotros debéis
amaros unos a otros"34, y el matrimonio: “Por tanto el hombre dejará a su
padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” 35
Estas dos realidades presentes desde el Antiguo al Nuevo
Testamento están unidas entre sí, ya que en la vida matrimonial debe estar
presente el amor, también el amor eros, como lo define Benedicto XVI “(el
amor eros) orienta al hombre hacia el matrimonio”36.
Y siguiendo con la Encíclica de Benedicto XVI, hablando sobre la
relación del matrimonio con Dios y su pueblo, como un amor exclusivo,
similar al promulgado entre esposo:
32
El “plan de amor” es definido como “el misterio” de la voluntad divina, escondido y
manifestado en Cristo. Dicha iniciativa precede toda respuesta humana, es un don
gratuito de su amor que nos acoge y transforma. El acto de fe es la respuesta del hombre
a la Revelación de Dios.
33
La Encarnación no sólo manifiesta el infinito amor de Dios a los hombres, su infinita
misericordia, justicia y poder, sino también la coherencia del plan divino de salvación.
La profunda sabiduría divina se manifiesta en cómo Dios ha decidido salvar al hombre,
es decir del modo más conveniente a su naturaleza, que es precisamente mediante la
Encarnación del Verbo.
34
Jn 13, 34
35
Gn 2,24
36
Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n. 11.
12
“El matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se
convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y,
viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del
amor humano. Esta estrecha relación entre eros y matrimonio que
presenta la Biblia no tiene prácticamente paralelo alguno en la
literatura fuera de ella.”37
40
Documento por el que el papa comunica a la Iglesia las conclusiones de un Sínodo.
41
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, n. 34.
14
Se ha llegado a la cultura que llamamos “light” 42, donde las parejas
no se quieren comprometer, teniendo relaciones con cierta liberalidad o
viviendo en unión libre, dejando a un lado a Dios.
Así mismo, los matrimonios llevados a cabo por las autoridades
civiles buscan comprometer a las parejas ante la ley terrenal, eliminando su
compromiso ante la Ley Divina, siendo la primera cada vez más laxa,
convirtiendo al matrimonio más flexible, tanto en el momento de
producirse la unión, como en caso de divorcios, que la leyes de algunos
países lo llaman “divorcio exprés”43.
Pero el tipo de relaciones que más se está imponiendo en el mundo
es el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que es contrario con el
Plan de Dios, ya que se están uniendo personas que no son
complementarias. Mientras en el Génesis claramente se expresa la voluntad
divina que el varón y hembra sean una sola carne, ahora se está imponiendo
el pensamiento que matrimonios entre hombres o entre mujeres tienen los
mismos derechos.
Este tipo de pensamiento va contra la naturaleza del matrimonio, el
cual, a pesar de ser instituida por el mismo Dios, es también una institución
humana, y por lo tanto, no se aleja de los cambios culturales y sociales en
los que se ha desenvuelto el hombre a través de la historia, tal como lo
expresa el Catecismo de la Iglesia Católica:
44
Catecismo de la Iglesia Católica, 1603.
45
La vida consagrada, enraizada profundamente en los ejemplos y enseñanzas de Cristo
el Señor, es un don de Dios Padre a su Iglesia por medio del Espíritu. Con la profesión
de los consejos evangélicos los rasgos característicos de Jesús—virgen, pobre y
obediente— tienen una típica y permanente «visibilidad» en medio del mundo, y la
mirada de los fieles es atraída hacia el misterio del Reino de Dios que ya actúa en la
historia, pero espera su plena realización en el cielo.
16
El Plan de Dios en el matrimonio queda claro en el mismo Catecismo
de la Iglesia Católica:
48
Catecismo de la Iglesia Católica, 1643.
49
El matrimonio válido, rato y consumado, no puede disolverse ni por la voluntad de
uno o de ambos esposos que lo contrajeron (indisolubilidad intrínseca) ni por la
voluntad de ninguna otra autoridad humana (indisolubilidad extrínseca), sino sólo por la
muerte.
50
La generación humana posee características específicas en virtud de la dignidad
personal de los padres y de los hijos: la procreación de una nueva persona, en la que el
varón y la mujer colaboran con el poder del Creador, deberá ser el fruto y el signo de la
mutua donación personal de los esposos, de su amor y de su fidelidad.
19
quienes iniciaron una descendencia de hijos, que a través de la historia
fueron construyendo el camino para la venida de Jesucristo.
En Gaudium et Spes, se explica cómo se ordena el matrimonio a la
procreación, que ha sido recibido como regalo de Dios a los esposos:
51
Conc. Ecum. Vat. II. Gaudium et Spes, n.50.
20
familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del
matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con
fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien
por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente su propia
familia»”.52
52
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, n. 11.
53
Esta Encíclica se refiere a la bioética, a la cultura de la muerte, así como a temas
específicos algunos de ellos: aborto, eutanasia, anticoncepción y sexualidad.
54
Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, n 92.
21
El matrimonio tiene dos aspectos inseparables, la unión, para toda la
vida y la procreación, como perpetuidad de la especie.
Esta doctrina ha sido expuesta por el Magisterio de la Iglesia 55,
argumentada en la inseparable unión que Dios ha manifestado querer desde
todos los tiempos para el amor conyugal, y que el hombre no puede romper
por voluntad propia, para dar cumplimiento a los dos propósitos del acto
conyugal: la unicidad y la procreación.
La relación conyugal no solo une a los esposos, también los hace
aptos para la generación de otras nuevas vidas, que se unen al Plan de Dios
en la tierra. La unión y la procreación dentro del acto conyugal ordenan al
hombre hacia la gran vocación de la paternidad, la que se engrandece con
el amor mutuo y verdadero entre los esposos.
El tema de la fecundidad, según Humanae Vitae56 de Su Santidad
Pablo VI, lo trata como la prolongación de la vida:
“Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión
entre los esposos, sino que está destinado a prolongarse suscitando
nuevas vidas. "El matrimonio y el amor conyugal están ordenados
por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole.
Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y
contribuyen sobremanera al bien de los propios padres.”57
58
Pablo VI, Carta Encíclica Humanae Vitae, n. 12.
23
“La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la
vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus
hijos por medio de la educación. Los padres son los principales y
primeros educadores de sus hijos. En este sentido, la tarea
fundamental del matrimonio y de la familia es estar al servicio de la
vida.”59
Hay que partir del Dios Amor, para indicar la unión entre Dios y el
hombre, así como el amor que tiene hacia sí mismo, que es la base para
amar, y por supuesto en el amor al prójimo, como camino fiel y seguro para
llegar hasta Dios. Este tipo de amor es el fundamento de las relaciones
entre los humanos, lo que desemboca en una paz interior y exterior.
62
En el Antiguo Testamento Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el Sinaí
para ayudar a su pueblo escogidos a cumplir la ley divina.
25
Estos Mandamientos tienen como base el amor. Comienza con el
primero: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y
con todas tus fuerzas”, y sigue con los preceptos referidos a las personas
cercanas y al prójimo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”. En el Nuevo
Testamento, Jesús resume las Tablas de la Ley en: “Amarás a tu prójimo
como a ti mismo”63
63
Mt 19, 16-19.
64
1 Cor 13,13.
65
Ib., 13, 4-7.
26
“No podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega
recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la
profundización del amor conyugal y familiar.”66
66
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 197.
67
Jn 13, 34
68
La descripción “Hijo de Hombre” era un título Mesiánico. Jesús es Aquel a quien le
fue dado dominio, la gloria, y el reino. Cuando Jesús usaba esta frase en relación a Sí
mismo, Él se estaba adjudicando la profecía del “Hijo del Hombre” a Él mismo. Los
judíos de esa época debieron haber estado íntimamente familiarizados con la frase y a
quién se hacía referencia. Él estaba proclamándose como el Mesías.
27
culmina con la muerte en la cruz, entregando la vida por salvar a la
humanidad.
Benedicto XVI lo escribe así:
69
Cf. Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n 12
70
Cf. Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n 13
28
recuerda a la persona amada por medio de objetos, como los regalos, o
imágenes, como las fotos, hace presente al Hijo en la Comunión, porque él
lo quiso así.
En Deus Caritas Est, Benedicto XVI, escribe sobre la entrega de
amor que se da en la Eucaristía:
71
Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n 14.
72
Cf. Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n 16.
73
1 Jn 3, 15
29
encontrar a Dios, mientras que “cerrar los ojos ante el prójimo nos
convierte también en ciegos ante Dios.”74
De hecho, nadie ha visto a Dios de forma directa, tal como se ve al
prójimo, pero al enviar a su Hijo Único, el hombre lo ha hecho, porque
tanto tiempo entre nosotros y no conocemos al Padre.75
Y desde el punto de vista de la realidad, “Dios es visible de muchas
maneras”76, tal como lo ha hecho en la Última Cena, la Cruz, el Corazón
traspasado, la Resurrección, la llegada del Paráclito 77, el apostolado de la
Nueva Iglesia, las obras de caridad de la Iglesia, su Palabra, los
Sacramentos, los hermanos desprotegidos y desfavorecidos, donde se
puede ver a Dios, al mirarlos a los ojos:
74
Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal, 2013. Mensaje de la
Comisión Episcopal de Pastoral Social para la Festividad del Corpus Christi, Día de
Caridad.
75
Jn 14, 9
76
Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n. 17.
77
La palabra griega traducida “Consolador” o “Consejero” (como se encuentra en Juan
14,16, 26; 15,26 y 16, 7) es parakletos. Esta forma de la palabra es incuestionablemente
pasiva y correctamente significa “uno llamado al lado de otro”; en otros
términos, defensor.
78
Cf. Benedicto XVI, Carta Encíclica Deus Caritas Est, n 17.
30
hombre, lo enseñó con la palabra y los hechos, y siendo quien primero amó
al hombre, convierte este sentimiento como elemento de santificación.
“La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del
Matrimonio y de la Familia. No teman, porque cualquiera que actúe
a favor de la santidad del Matrimonio y de la Familia siempre será
combatido y enfrentado en todas las formas, porque ésta es el punto
decisivo.”81
79
Lucía nació el 22 de marzo de 1907 en Aljustrel, aldea de Fátima, y allí, cuando tenía
diez años, vio por primera vez a la Virgen en la Cova de Iría, mientras estaba con sus
primos los hermanos beatos Francisco y Jacinta Martos, ambos fallecidos a temprana
edad.
80
Desde el 13 de mayo de 1917 la Sma. Virgen María se apareció en seis ocasiones en
Fátima (Portugal) a tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. En un hermoso libro
titulado "Memorias de Lucía" la que vio a la Virgen cuenta todos los detalles de esas
apariciones.
81
Sor Lucía, Carta enviada al Cardenal Carlo Caffarra. Fuente: Aciprensa, 2016
31
Juan de Dios Larrú82 (2008), en el documento El designio de Dios
sobre el matrimonio y la familia, expone el desarrollo que se ha presentado
en las últimas décadas los ataques contra la familia, debido a una
generación cultural y revolucionaria que creció con las ideas de Mayo del
68 en Francia:
82
Sacerdote religioso de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María, Doctor en
Teología por el P.I. Juan Pablo II de Roma y profesor del mismo, tanto en Italia como
en España. También es Director Académico del Master en Pastoral Familiar que dicho
Instituto ofrece en España.
83
Larrú, J. de D. 2008. El designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. Iglesia y
Familia. Núm. 2. pp. 1-6.
84
Cuando perdonamos, nos liberamos de la esclavitud producida por el odio y el
resentimiento, para recobrar la felicidad que había quedado bloqueada por esos
sentimientos
32
doméstica, la atención en las diversiones, la educación de los hijos y la
religiosidad.
En cuanto el amor que los padres deben tener a los hijos, éste debe
empezar desde el momento de la concepción, ya que los hijos son el fruto
de ese amor, el cual se materializa, siendo la base del matrimonio 85.
Se debe aclarar que el amor debe ser mutuo. Así como hay un deber
de los padres en amar a sus hijos, estos también tienen el deber de amar a
sus padres.
86
Ex. 20, 12.
34
El Señor Jesucristo anunció la Buena Nueva, que es, a todos los
discípulos que lo siguieron, liberar al hombre del pecado y del maligno.
Esta Buena Nueva se alcanza por medio de su Muerte y posterior
Resurrección, donde vence a la primera y nos ofrece la segunda, para llegar
al Cielo al lado de Dios Todopoderoso.
87
Entre los documentos postconciliares más citados, Evangelii Nuntiandi es una
demostración ulterior del interés profundo del Papa Pablo VI por los problemas de la
evangelización y se considera como una continuación directa del Decreto conciliar
sobre la actividad misionera de la Iglesia "Ad Gentes".
88
Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, n. 15.
35
quedar exento de recibir la Buena Nueva. Sin embargo, Dios le da libertad
al hombre de recibir con fruto o no el mensaje.
90
El Pontificio Consejo para la Familia, instituido por San Juan Pablo II con el Motu
Proprio Familia a Deo Instituta en 1981, sustituyó al Comité para la Familia, creado por
Pablo VI en 1973. Al Consejo corresponde la promoción de la pastoral y del apostolado
en campo familiar, mediante la aplicación de las enseñanzas y orientaciones del
Magisterio eclesiástico para ayudar a las familias cristianas a cumplir su misión
educativa y apostólica.
91
Consejo Pontificio para la Familia, 2003. Temas de reflexión y diálogo sobre la
familia. Encuentro mundial de las familias. Manila.
37
matrimonio santo, donde la Fe ocupe un lugar importante, se puede
continuar con la misma misión y el mismo apostolado.
La Buena Nueva de la salvación no se debe dejar a un selecto grupo
de personas dentro de la Iglesia, por el contrario, todo los fieles que
conforman la Iglesia, tienen la obligación de anunciarla, pues desde el
estado que corresponda, como el matrimonio, se debe buscar la santidad, y
santificar a quienes a los demás.
92
Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, n. 71.
93
Ib.
38
partícipe de la misión evangelizadora, siendo apoyo para crear una
sociedad creyente y cercana a Dios.
Este concepto de Evangelización en la familia, también es
enmarcado por la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio de San
Juan Pablo II:
94
Cf. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, n. 51.
39
2.2. El Amor cristiano, criterio de una autenticidad familiar
40
Como lo dijeron Joseph Ratzinger95 y Hans Urs Von Balthasar96 en
su libro ¿Por qué soy todavía cristiano?: “Un hombre que sea privado de
toda fatiga y trasportado a la tierra prometida de sus sueños pierde su
autenticidad”.97 La importancia de esta frase radica que el amor cristiano es
una entrega total a Dios y al prójimo, llegando al sacrificio, ya que es
olvidarse de uno mismo para pensar en el otro.
95
Nació en Marktl am Inn (Baviera, Alemania) en 1927. Estudió en Freising y en la
Universidad de Múnich. Sacerdote en 1951. Profesor de teología fundamental en la
Universidad de Bonn y de dogma e historia de los dogmas en la Universidad de Münster
y posteriormente en Ratisbona. Fue nombrado arzobispo de Múnich y Freising en 1977
y promovido a cardenal ese mismo año. Durante muchos años ha sido prefecto de la
Congregación para la doctrina de la fe, presidente de la Pontificia comisión bíblica y de
la Comisión teológica internacional. El 19 de abril de 2005 es elegido papa, tomando el
nombre de Benedicto XVI.
96
Nació en Lucerna en 1905. Estudió en las universidades de Zúrich, Viena, Berlín,
Múnich y Lyon. Jesuita de 1928 a 1948. Fundó con A. von Speyr un instituto secular.
En 1971 fundó con J. Ratzinger y H. de Lubac la revista «Communio». Fue miembro de
la Comisión teológica internacional desde su fundación (1968). Murió en 1988, dos días
antes de su incorporación al colegio cardenalicio.
97
Balthasar, H. y Ratzinger, J. 1971. ¿Por qué soy todavía cristiano? pp. 109. Ed.
Sígueme. Alemania.
98
Mt 5, 43-48.
41
Por su parte, San Josemaría Escrivá de Balaguer 99 en Surco100
escribe: “No pases indiferente ante el dolor ajeno. Esa persona, un pariente,
un amigo, un colega…, ése que no conoces es tu hermano"101.
102
Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1646.
103
Conc. Ecum. Vat. II. Gaudium et Spes, n.49.
43
2.3. Espiritualidad del amor exclusivo y libre
104
Francisco, Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate, n. 141.
44
de una auténtica y profunda espiritualidad conyugal y familiar, que ha de
inspirarse en los motivos de la creación, de la alianza, de la cruz, de la
resurrección y del signo.”105
105
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, n.33.
106
Se trata de una exhortación apostólica en la que Pablo VI reflexiona, a la luz del
Concilio Ecuménico Vaticano II, el culto bimilenario a la santísima Virgen María. El
interés del documento pontificio es incrementar el culto mariano en el marco de la
renovación litúrgica promovida por la Sacrosantum Concilium, una renovación que
tiene a Cristo como punto de referencia. El documento nos presenta a María como
Madre de Cristo y Madre de la Iglesia.
45
encuentro familiar se convierta en tiempo de oración, el Rosario sea
su expresión frecuente y preferida.”107
Reformado por mandato del Concilio Vaticano II, promulgado por Su Santidad Pablo
111
51
3. EL AMOR FAMILIAR SEGÚN “AMORIS
LAETITIA”
116
El padre Nicolás Álvarez de las Asturias es catedrático de Historia del Derecho
Canónico en la Universidad San Dámaso de Madrid y desarrolla su trabajo pastoral en
Santa María de Caná, parroquia conocida como “la catedral de Pozuelo”, cerca de
Madrid.
117
Álvarez de las Asturias, N. 2016. El camino de la familia. Claves de lectura de
“Amoris Laetitia”. Recuperado de https://www.almudi.org/articulos/10857-el-camino-
de-la-familia-claves-de-lectura-de-amoris-laetitia
52
Por su parte, el Arzobispo Bruno Forte 118 (2016), en el prólogo del
libro de Jesús Martínez Gordo119 Estuve divorciado y me acogisteis,
hablando acerca de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, dice:
118
Sacerdote desde 1973 y arzobispo de Chieti-Vasto desde 2004. Estudió en Tubinga y
en París. Doctor en teología y filosofía, ha sido profesor de teología dogmática en la
Pontificia Facultad teológica de Italia meridional y consultor del Consejo pontificio para
la unidad de los cristianos y del Consejo pontificio para el diálogo con los no creyentes.
119
Doctor en Teología Fundamental y sacerdote de la Diócesis de Bilbao. Profesor de la
Facultad de Teología de Vitoria-Gasteiz y del Instituto Diocesano de Teología y
Pastoral de Bilbao. Es miembro del Cento "Cristianisme i Justícia", de Barcelona, y
profesor invitado en la Facultad de Teología de Italia Meridional, en Nápoles.
120
Gordo, J.M. 2016. Estuve divorciado y me acogisteis. Para comprender Amoris
Laetitia. Editorial PPC. pp. 5-8. Madrid.
53
obligación, o repitiendo una doctrina, sino afianzándolo gracias a un
crecimiento constante bajo el impulso de la gracia”.121
En la introducción se lee:
121
Cf. Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 134
122
Esta Exhortación Apostólica es fruto de los Sínodos celebrados en 2014 y 2015; y
que entre otras cosas, reafirma que el matrimonio es la unión entre un hombre y una
mujer, y llama a sacerdotes y agentes pastorales a acompañar a los fieles en situación
irregular para sepan y sientan que son parte de la Iglesia.
123
El Jubileo consiste en que durante un año se conceden indulgencias a los fieles que
cumplen con ciertas disposiciones eclesiales establecidas por el Vaticano. El Jubileo
puede ser ordinario o extraordinario. La celebración del Año Santo Ordinario acontece
en un intervalo de años ya establecido. En cambio, el Año Santo Extraordinario se
proclama como celebración de un hecho destacado.
124
Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, n. 5.
54
La vida familiar en la actualidad es compleja, por lo que se requiere
un acompañamiento más cercano por parte de la Iglesia y sus ministros, sin
importar el estado de las personas ni su alejamiento de la fe, por lo cual, se
pretende que este documento esté cercano a la realidad de las familias.
125
Por excomunión, como se ha dicho, se entiende la pena que excluye al reo de delito
de la comunión con la Iglesia.
126
Olano, H. 2017. (Agosto 26 de 2017). El Papa y los documentos pastorales. El Nuevo
Siglo.
55
Se da por entendido que un propósito de la Exhortación Apostólica
es acercar la Iglesia a las personas, que, por diferentes circunstancias, pasan
dificultades, desde el punto de vista familiar o de relaciones, dándoles a
conocer que hay una comunidad comprensiva y a la espera de tenderles la
mano y escucharlos.
129
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 59.
130
Ib., n. 89.
131
Ib., n. 165.
132
Ib., n. 199.
133
Ib., n. 259.
57
Acompañar, discernir e integrar la fragilidad, es el título otorgado al
capítulo octavo, donde se plantee el difícil hecho de matrimonios que no
cumplen con la voluntad de Dios, como la propia ruptura, entendiendo,
que, aunque la meta es la perfección espiritual, la Iglesia “también es
consciente de la fragilidad de muchos de sus hijos”.134
134
Cf. Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 291.
135
Ib., n. 291.
58
tienen en el hogar, y el amor que estos se brindan mutuamente, inclusive a
los propios hijos.
136
El individualismo considera al hombre – a cada hombre – como una entidad
independiente y soberana que posee un derecho inalienable a su propia vida, un derecho
derivado de su naturaleza como ser racional.
59
Por otro lado, José María Pardo Sáenz 137 (2018), hablando sobre
Amoris Laetitia, escribe:
137
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra, bachiller en
Teología por la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, licenciado en Teología Moral y
Espiritual por la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, doctor en Medicina
(Bioética) por el Istituto di Bioetica. Facoltà di Medicina e Chirurgia “Agostino
Gemelli”. Università Cattolica del Sacro Cuore.
138
Pardo Sáenz, J.M. 2018. Sentido e implicaciones de la sacramentalidad del
matrimonio a la luz de “Amoris Laetitia”. Recuperado de
https://www.almudi.org/articulos/12435-sentido-e-implicaciones-de-la-sacramentalidad-
del-matrimonio-a-la-luz-de-amoris-laetitia
139
Consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Vicepresidente del Instituto
Juan Pablo II en Roma. Miembro de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María
(DCJM). vicepresidente del Instituto Pontificio Juan Pablo II para los Estudios sobre el
Matrimonio y la Familia, con sede en Roma.
140
Profesor asociado de Antropología Filosófica en el Pontificio Instituto Juan Pablo II
para estudios sobre el Matrimonio y la Familia en Roma. Es uno de los coordinadores
del Máster en Bioética y Formación organizado por el Instituto Juan Pablo II y la
Universidad del Sagrado Corazón, Roma.
141
Licenciado en Teología especialidad de moral por la U.P. de Comillas, con la
tesina, Libertad para amar. Diálogo con Santo Tomás de Aquino. Doctor en Teología
por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios de matrimonio y familia (sede
de Roma) y perteneciente a la Pontificia Universidad Lateranense.
60
necesarios de coherencia del documento”, que los califican de la siguiente
forma:
61
interpretación de todo el escrito. Aquí se encuentran sobre todo
el capítulo cuarto y quinto, que son la referencia principal con la
que comprender coherentemente el capítulo octavo.
- La última coherencia para leer el texto nos la da la tradición de
la Iglesia. Francisco mismo señala que no hay un cambio
doctrinal ni disciplinar, porque no siempre se debe encontrar
una respuesta en esta dirección. El tercer capítulo se dedica,
todo él, a recoger la enseñanza sobre la familia a partir del
Vaticano II. La unidad de la doctrina y la enseñanza queda
preservada, y no se puede cuestionar desde una pretendida
“creatividad pastoral” que la negase. Las citas en los pasajes
principales son de Familiaris Consortio, del Pontificio Consejo
para los Textos Legislativos y, para sostener la argumentación,
se usa sobre todo el Catecismo de la Iglesia Católica y de la
Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino. Sería difícil
encontrar una lista más “tradicional” como marco de
comprensión que la que ha querido proponer el Papa Francisco.
Rige el principio de continuidad: donde haya, en Amoris
Laetitia, un texto ambiguo o discutido, la única interpretación
válida es la que lo lea en continuidad con el magisterio
anterior.”142
142
Granados, J., Kampowski, S. y Pérez-Soba, J.J. (2016). Acompañar, discernir,
integrar. Vademécum para una nueva pastoral familiar a partir de la Exhortación
Apostólica Amoris Laetitia. Fonte Grupo Editorial. p. 11-12. Burgos.
62
alegrías y la convivencia en pareja, que el mismo Papa escribe con
delicadeza lo referente al amor humano.
143
Licenciado en filosofía y teología moral por la Universidad Pontificia de Comillas y
es doctor en derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Es profesor de Moral
de la persona, Historia de la teología moral, de la Ética del matrimonio y la familia, de
la Ética del amor y la sexualidad y de la Ética del comienzo de la vida, en la
Universidad Pontificia de Comillas.
En este escrito, San Pablo realza las principales virtudes que tiene el
amor, y que, de ponerse en práctica por parte de los esposos, se llegará al
final del camino juntos, tal como lo define la Doctrina de la Iglesia
Católica: “Hasta que la muerte los separe” 146, y también expresado por
Jesús en Marcos: “Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre”147
145
Cf. Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 90.
146
Según el rito del matrimonio, se lee lo siguiente: ¿N., aceptas a N. como tu legítima
esposa (esposo), amarlo y respetarlo, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso,
en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los
separe?
147
Cf. Mc 10, 2-16.
64
“Habla de la indisolubilidad de una manera bellísima; no como un
yugo, una condena perpetua… Él habla de las señales que hay en el
corazón humano, del deseo de indisolubilidad. Quien está
enamorado no se plantea que esa relación pueda ser solo por un
tiempo. Cuando alguien está apasionadamente enamorado de otro
no le dice “te quiero hasta el próximo año”… le quiere para toda la
vida.”148
149
Actual Obispo de la Diócesis de San Luis, Argentina elegido para tal cargo por Su
Santidad Benedicto XVI.
150
Martínez Perea, P.D. 2017. Matrimonio, nuevas uniones y Eucaristía en el capítulo 8
de Amoris Laetitia. Carta Pastoral a los Sacerdotes de la Diócesis de San Luis.
Argentina.
151
Cf. Jn 14, 6.
152
Ib., 8,32.
66
En cuanto a la justicia, San Josemaría Escrivá de Balaguer escribió:
“Es verdad que Dios Nuestro Señor es infinitamente misericordioso, pero
también es infinitamente justo: y hay un juicio, y Él es el Juez” 153, donde se
muestra que, en el amor y la misericordia de Dios, también hay justicia, la
cual será de acuerdo con nuestros actos.
153
San Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, n. 747.
154
La paciencia es una virtud potencial o derivada de la fortaleza, cuya misión es
facilitar el vencimiento de la tristeza para no decaer ante los sufrimientos ya físicos, ya
espirituales, anejos a la práctica de cualquier virtud y mucho más, al seguimiento de las
virtudes enseñadas por Cristo.
155
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 91.
156
El egoísmo es lo contrario del verdadero amor, ya que este nos hace salir de nosotros
mismos y nos hace darnos a lo que amamos transformándonos en la cosa amada, en
cambio el egoísmo tiene como centro de todas las cosas a nosotros mismos.
67
“Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también
tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. No
importa si es un estorbo para mí, si altera mis planes, si me molesta
con su modo de ser o con sus ideas, si no es todo lo que yo
esperaba. El amor tiene siempre un sentido de profunda compasión
que lleva a aceptar al otro como parte de este mundo, también
cuando actúa de un modo diferente a lo que yo desearía.”157
“El amor amable genera vínculos, cultiva lazos, crea nuevas redes
de integración, construye una trama social firme. Así se protege a sí
mismo, ya que sin sentido de pertenencia no se puede sostener una
entrega por los demás, cada uno termina buscando sólo su
conveniencia y la convivencia se torna imposible. Una persona
antisocial cree que los demás existen para satisfacer sus
necesidades, y que cuando lo hacen sólo cumplen con su deber.”164
162
Orgullo es un término que denota un sentimiento de autosuficiencia, usualmente
manifestado en la arrogancia propia y el desprecio del valor de otros.
163
Ib., n. 98.
164
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 100.
69
Se ha recomendado que, en la vida matrimonial, uno de los
elementos más importantes es el perdón, si se tiene en cuenta que esta
sagrada institución está conformada por seres humanos, lo que implica que
cada uno de sus miembros tienen defectos y debilidades, con todo lo que
esto conlleva, como el cometer errores y tener actuaciones que no agradan
a los demás, por lo que no es ajeno a dificultades de parejas, que deben ser
subsanadas para llevar el matrimonio a feliz término.
Vida Religiosa.
71
Por esto, los miembros de la Iglesia no pueden dejar de presentar, el
día de hoy, la vida matrimonial como una gran vocación, el cual está
basada en el amor y bendecida por Dios, lo que se refleja en los hijos,
quienes son el fruto materializado del sentimiento de los padres, y quienes
a la vez, reflejarán, ante la sociedad, lo vivido en la familia.
72
sacerdote para siempre -en esta vida y en la otra-, el del Matrimonio
empieza y termina en esta vida.”168
Mirar al cónyuge con la mirada del amor de Dios, quien nos ama a
pesar de nuestros defectos y nuestras debilidades, conociendo que si
caemos, nunca será tarde para volver a Él, pues nos estará esperando con
los brazos abiertos. Y precisamente, si el Matrimonio es bendecido por
Dios y se presenta como un modelo de relación entre Él y la Iglesia, se
debe actuar perdonando al otro.
En cuanto al desprendimiento, el mismo Papa Francisco nos enseña
que: “Hemos dicho muchas veces que para amar a los demás primero hay
168
Blog Catholicus, 2016. Análisis de la Exhortación Apostólica Postsinodal “Amoris
Laetitia”, del Papa Francisco. Recuperado de
http://catholicvs.blogspot.com.co/2016/04/analisis-de-la-exhortacion-
apostolica_12.html
169
Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, n. 100.
73
que amarse a sí mismo. Sin embargo, este himno al amor afirma que el
amor « no busca su propio interés », o « no busca lo que es de él »” 170,
indicando que primero se debe amar, antes que sentirse amado, es decir, es
una entrega total al otro.
Álvarez de las Asturias (2016), propone que el matrimonio, que da
inicio a la vida familiar, prolongándose durante toda la vida, “es un
proyecto que comporta una serie de elementos constitutivos y que es
camino de felicidad y plenitud solo si dichos elementos se asumen y se
viven adecuadamente a lo largo del tiempo”. Por esta razón, el mismo
Álvarez de las Asturias, invita a que la felicidad en la familia se produzca
contemplando “dichos elementos como caminos de plenitud más que como
dificultades.”171
171
Álvarez de las Asturias, N. 2016. El camino de la familia. Claves de lectura de
“Amoris Laetitia”. Recuperado de https://www.almudi.org/articulos/10857-el-camino-
de-la-familia-claves-de-lectura-de-amoris-laetitia
74
3.3. Dificultades para vivir el amor en la vida familiar
La vida matrimonial exige renuncia y sacrificio. Las dificultades se
presentan desde el mismo momento del inicio de la relación. En un buen
noviazgo se debe conocer la personalidad de cada uno de los cónyuges,
siendo este el punto inicial para que ambos diluciden si es la persona
adecuada para pasar el resto de su vida.
Posteriormente, en el matrimonio, con el Sí en el altar, empiezan a
florecer las contrariedades diarias de la vida, las cuales van desde la parte
económica, tan importante para sacar adelante la familia, hasta la salud y la
educación de los hijos, los cuales cuentan en la actualidad con grandes
desafíos, debido a las influencias dañinas de medios de comunicación y la
sociedad en general, que ponen en peligro la institución familiar.
En la actualidad, las crisis dentro del matrimonio, en vez de ser
causales de divorcio y separación, deben fortalecer más los lazos de unión
entre los esposos, al sacar adelante el proyecto por el que decidieron luchar
hasta el final de sus vidas:
“La historia de una familia está surcada por crisis de todo tipo, que
también son parte de su dramática belleza. Hay que ayudar a
descubrir que una crisis superada no lleva a una relación con menor
intensidad sino a mejorar, asentar y madurar el vino de la unión. No
se convive para ser cada vez menos felices, sino para aprender a ser
felices de un modo nuevo, a partir de las posibilidades que abre una
nueva etapa. Cada crisis implica un aprendizaje que permite
incrementar la intensidad de la vida compartida, o al menos
encontrar un nuevo sentido a la experiencia matrimonial.”172
172
Cf. Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 232.
75
La felicidad es la meta del ser humano, pero esta no debe significar
la ausencia de problemas, sino la alegría de superarlos en unión con el
cónyuge. Lo que el día de hoy se convierten en duras dificultades en la
familia, llegará el día cuando este andar esté finalizando, ambos mirarán
con satisfacción el haber podido sacar adelante la empresa que iniciaron,
que se convirtió en su mejor inversión.
174
Ib., n. 235.
77
Ante las dificultades que se generan en el matrimonio, como
económicas, espirituales o laborales, la vida familiar puede verse afectada,
ante la incomprensión y la desesperación. Por esta razón, se exige “un
camino de perdón y reconciliación”175, y como dice San Josemaría Escrivá
de Balaguer (1973) en Es Cristo que pasa: “Evitad la soberbia, que es el
mayor enemigo de vuestro trato conyugal: en vuestras pequeñas reyertas,
ninguno de los dos tiene razón.”176
181
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 34.
82
proyecta a la vida de nuevos individuos, y son estos los que conforman las
realidades sociales de los países.
182
El término inglés "gender" apareció hace unos años en la literatura dedicada a las
relaciones entre hombre y mujer. Traducido al español como género sería más
fácilmente comprensible si se tradujese como "sexo". El discurso sobre el género niega
importancia a la diferencia genital entre hombre y mujer y recoge la interpretación de
Friedrich Engels al concepto de lucha de clases.
83
“La vida familiar y el matrimonio no sólo están sostenidos y
fortalecidos por la naturaleza, sino que también lo están por la
gracia. Para los bautizados, el matrimonio es un sacramento y trae
consigo la gracia sacramental y la gracia de estado para ayudar y
asistir, fortalecer y convertir.”183
Sample, A. 2016. Una escultura viva y auténtica. Carta Pastoral sobre la lectura de
183
85
6. El carácter abierto de la vida familiar, que se manifiesta en su
inserción en la propia familia en sentido amplio, pero también en su
capacidad de tejer relaciones con otras familias con quienes
comparten vecindad o amistad y en su preocupación concreta y
generosa por quienes atraviesan dificultades materiales. Sólo
aprendiendo se evita el riesgo de que el amor, excesivamente
cerrado en sí mismo, se estanque; y se logra que las familias
cristianas, viviendo con naturalidad su propio camino, se hagan
testigos del evangelio de la familia para quienes conviven con
ellas.”184
186
De la Torre, J. 2016. La alegría del amor: Continuidad y novedad. Aula de Teología.
Campus Cultural. Universidad de Cantabria.
187
De la Torre, J. 2016. La alegría del amor: Continuidad y novedad. Aula de Teología.
Campus Cultural. Universidad de Cantabria.
88
El fin del matrimonio es la procreación, por lo que en el Génesis,
Dios deja como consecuencia que el hombre dejará a sus padres por la
mujer, serán una sola carne, y poblarán toda la tierra, resaltando que los
hijos son la materialización del amor, por lo tanto, no se puede negar el don
de la vida para quienes están dispuestos a conformar una familia, siendo los
hijos “la prolongación de la existencia”.
La vida es el regalo más grande y gratuito que Dios nos da. Es por
esto, que no se puede entender la actitud de algunas personas, que,
abrazando ideologías modernas, le niegan la existencia a nuevos seres, que
traen alegría a los hogares y satisfacción al mismo Dios, ya que Él ama a
cada uno desde la eternidad, a quien le tiene un plan preparado, utilizando a
cada padre como guía en la tierra.
188
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 167.
189
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 168.
90
Dios, que son puestos en el camino para santificación de todos, y para el
cumplimiento de un Plan Divino, que no puede interrumpirse sin la
voluntad y acción directa del Creador.
Los niños aprenden más con el ejemplo que con la palabra. Si estos
ven unos padres que se aman, aprenderán de estos a amar al prójimo, y
generar entre sus expectativas la conformación de futuras familias
cristianas, continuando con un círculo cristiano que se inició desde el
Génesis.
190
Ib., n. 171.
91
“Además, ellos (los padres) juntos enseñan el valor de la
reciprocidad, del encuentro entre diferentes, donde cada uno aporta
su propia identidad y sabe también recibir del otro. Si por alguna
razón inevitable falta uno de los dos, es importante buscar algún
modo de compensarlo, para favorecer la adecuada maduración del
hijo.”191
191
Ib., n. 172.
192
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 173.
92
Es triste ver en la actualidad, hogares abandonados y niños
“huérfanos” por unos padres más interesados en adquirir bienes materiales,
que, en adquirir sabiduría para llevar un hogar cristiano, donde los hijos
ocupen el lugar que necesitan para su propio desarrollo integral.
193
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 179.
93
en el Creador su origen y, en ellos, sus colaboradores y
ministros.”194
Marsich, M. 2016. “Amoris Laetitia”: sobre la alegría del amor en la familia. México.
194
La relación que debe existir entre padres e hijos debe ser cercana y
respetuosa durante toda la vida, pues se ha presentado el caso de hijos que
196
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 187.
95
abandonan a sus progenitores, olvidando todo lo que estos hicieron por
ellos en los primeros años de existencia. Así mismo, es igual de
reprochable los padres que abandonan a sus hijos, evitando todo tipo de
responsabilidad en su crecimiento y educación.
197
Ex 20, 12.
198
Gn 2, 24.
199
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 190.
96
tomar sus propias decisiones, sin interferencias de la familia, quienes ya
han tenido su propio hogar.
200
Ib., n. 192.
97
Testamento, donde quienes recibieron y comprendieron la llegada de la
Salvación al mundo, ya contaban con edad avanzada.
201
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 193.
202
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 193.
98
En cuanto a los hermanos, la importancia de tenerlos radica en
despertar el valor de la convivencia humana. Entre los hermanos, se
aprende la cooperación con el prójimo, que se ha perdido en la actualidad,
debido a la visión egoísta del ser humano, donde primero es él mismo,
antes que los demás.
“Esta familia grande debería integrar con mucho amor a las madres
adolescentes, a los niños sin padres, a las mujeres solas que deben
llevar adelante la educación de sus hijos, a las personas con alguna
discapacidad que requieren mucho afecto y cercanía, a los jóvenes
que luchan contra una adicción, a los solteros, separados o viudos
que sufren la soledad, a los ancianos y enfermos que no reciben el
apoyo de sus hijos.”204
203
Ib., n. 195.
204
Francisco, Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, n. 197.
99
En la actualidad, la crisis familiar no ha permitido que mucha gente
conozca el concepto de familia, debido a las separaciones, divorcios y otros
modelos que no se adaptan al querer de Dios, por lo que es necesario dar un
buen testimonio, donde se incluyan el amor y los hijos.
100
“El amor no se puede limitar sólo a dos personas que se aman ya
que está llamado a crecer. Los hijos son un don de Dios, y cuando
no se pueden tener hijos existe la posibilidad de la adopción. Es
importante que las madres vivan su embarazo con alegría. En todo
matrimonio es importante la figura masculina y femenina.
Finalmente el Papa dice que hay que tomar en cuenta la “gran
familia” donde entran los abuelos, tíos, primos, demás familiares e
incluso vecinos que también nos deben ayudar a crecer.”205
(Sánchez, 2016)
205
Sánchez, F.J. 2016. La alegría del amor: síntesis y comentario. Recuperado de
http://elobservadorenlinea.com/2016/05/la-alegria-del-amor-sintesis-y-comentario/
101