Está en la página 1de 25

Institución Educativa Integrada Montelibano

Educación Religiosa----grado 7
Asignatura: Religión Tiempo: horas Inicio y finalización Guía: 01-
02-28-03-2021

Docente: Lissette Martínez o.


correo electrónico: lichecorazon@yahoo.com
WhatsApp:3162910501
LINK https://www.youtube.com/watch?v=LUmc62p_PQU
PAGINAS WEB

Lea la guía y copie un resumen de los temas que se encuentra en esta guía, con gráficos imágenes y
preguntas y resuelva las actividades que se presentan.

TEMA:1
ESTANDAR BASICO: Confronta los conocimientos con su propia realidad familiar y la de su
medio próximo.

TEMA: EL PLAN DE DIOS SOBRE LA PAREJA, SEGÚN LA REVELACIÓN DEL


ANTIGUO TESTAMENTO.

El plan de Dios sobre el matrimonio y la familia


El matrimonio es un proyecto de Dios:

“Al principio… los creó hombre y mujer” (Mt 19,4). De este modo Jesucristo presenta a
susinterlocutores la existencia de un plan que sólo puede ser plenamente conocido y
desarrollado por los creyentes y que concierne al matrimonio y a la familia. Jesucristo, al hacer
referencia a la creación, manifiesta la unidad del designio de Dios sobre el hombre y se introduce
en el modo humano de comprenderse a sí mismo y de construir la propia vida. Con esta respuesta
evangélica, la Iglesia sale al paso de las interpretaciones torcidas que de esta realidad han
realizado algunas corrientes de pensamiento basadas solamente en los datos
sociológicos y psicológicos.

De este modo se establece una relación intrínseca e inseparable entre la Revelación divina y la
experiencia humana, que van a ser los dos ejes imprescindibles para el conocimiento completo de
la realidad del hombre y el sentido de la misma. El culmen de esta conjunción se realiza en Cristo.
En el encuentro con Él entramos en la comunión con Dios Padre que, por su Espíritu Santo, nos
capacita para descubrir y realizar “el beneplácito de su voluntad” (Ef 1,5).

El matrimonio, unión de hombre y mujer, fundamento de la familia


“Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre se unirá a su mujer y serán una sola carne”
(Gén 2,24). Con estas palabras se nos manifiesta una gran verdad: el matrimonio es el
fundamento de la familia. La realidad del mutuo donde sí de los esposos es el único fundamento
verdaderamente humano de una familia. Se ve así la diferencia específica con cualquier otro
pretendido “modelo de familia” que excluya de raíz el matrimonio. De igual modo, el matrimonio
que no se orienta a la familia, conduce a la negación propia del don de sí y a la negación de su
propia misión recibida de Dios, para sustituirla con un equivocado plan humano.

El matrimonio, en la historia de la salvación

El anuncio del “evangelio de la familia” no se puede desvincular del anuncio del


“evangelio del matrimonio”, que es su origen y su fuente. Para penetrar en la verdad y bien
últimos del matrimonio es necesario partir siempre de la consideración del mismo en la historia
de la salvación. El conocimiento de esta profunda verdad del matrimonio se ofrece al hombre por
medio de su propia historia, vivida como una “vocación al amor”.

2. La vocación al amor

Inscrita en el cuerpo y en todo el ser del hombre y la mujer

La “antropología adecuada” de la que partimos tiene como afirmación primera el que la persona
sólo se puede conocer, de modo adecuado a su dignidad, cuando es amada. “El hombre no puede
vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de
sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace
propio, si no participa en él vivamente”.

El plan de Dios que revela al hombre la plenitud de su vocación se ha de comprender entonces


como una verdadera “vocación al amor”. Es una vocación originaria, anterior a cualquier elección
humana, que está inscrita en su propio ser, incluso en su propio cuerpo. Así nos lo ha revelado
Dios cuando dice: “a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó” (Gén 1,27). En la diferencia
sexual está inscrita una específica llamada al amor que pertenece a la imagen de Dios. Se trata,
por consiguiente, de una llamada a la libertad del hombre por la que éste descubre, como fin de
su vida, la construcción de una auténtica comunión de personas. De este modo y con estos pasos,
la vocación originaria al amor va a permitir la construcción de la vida del hombre en toda su
plenitud. El mensaje y la palabra de Dios se insertan en lo más íntimo del corazón del hombre y lo
iluminan desde dentro. Es ésta una característica esencial que debe guiar siempre el anuncio del
plan de Dios en la Pastoral de la Iglesia.

Llamados al amor

Vocación fundamental e innata de todo ser humano

Como imagen de Dios, que es Amor (cfr. 1 Jn 4,8), la vocación al amor es constitutiva del ser
humano. “Dios (...) llamándolo a la existencia por amor, le ha llamado también al mismo tiempo al
amor (...). El amor es, por tanto, la vocación fundamental e innata de todo ser humano”. La
persona llega a la perfección, a que ha sido destinada “desde toda la eternidad”, en la medida en
que ama. Cuando descubre que ha sido llamado por Dios al amor y hace de su vida una respuesta
a ese fin.

Incluye la tarea de la integración corpóreo-espiritual

Ese hombre, creado a imagen de Dios, es todo hombre (todos y cada uno de los seres humanos) y
todo el hombre (el ser humano en su totalidad unificada). El hombre es llamado al amor en su
unidad integral de un ser corpóreo-espiritual. Nunca puede separarse la vocación al amor de la
realidad corporal del hombre. Los espiritualismos, a lo largo de la historia, han sido destructivos
y anticristianos. Igualmente se supera todo materialismo: la sexualidad es un “modo de ser”
personal, nunca puede reducirse a la mera genitalidad o al instinto; afecta al núcleo de la persona
en cuanto tal; está orientada a expresar y realizar la vocación del hombre y de la mujer al amor.
Se trata de una realidad que debe ser asumida e integrada progresivamente en la personalidad
por medio de la libertad del hombre. Se da así una íntima relación de carácter moral entre la
sexualidad, la afectividad y la construcción en el amor de una comunión de personas abierta a la
vida. Ese es el sentido profundo de la sexualidad humana, incluido en la imagen divina.

La diferencia sexual, ordenada a la comunión de personas

La diferenciación del ser humano en hombre y mujer, es decir, la diferenciación sexual, está
orientada a la construcción de una comunión de personas (cfr. Gén 1,27). Ni el hombre ni la
mujer pueden llegar al pleno desarrollo de su personalidad al margen o fuera de su condición
masculina o femenina. Por otro lado, esencial a esa condición es la orientación a la ayuda y
complementariedad: el ser humano no ha sido creado para vivir en soledad (cfr. Gén 2,18), sólo
se realiza plenamente existiendo con alguien o, más exactamente, para alguien. La sexualidad
tiene un significado axiológico, está ordenada al amor y la comunión interpersonal.

Sólo la redención capacita para vivir el plan de Dios

Por el pecado, la imagen de Dios que se manifiesta en el amor humano se ha oscurecido; al


hombre caído le cuesta comprender y secundar el designio de Dios. La comunión entre las
personas se experimenta como algo frágil, sometido a las tentaciones de la concupiscencia y del
dominio (cfr. Gén 3,16). Acecha constantemente la tentación del egoísmo en cualquiera de sus
formas, hasta el punto de que “sin la ayuda de Dios el hombre y la mujer no pueden llegar a
realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó ‘al comienzo’”.
La Redención de Cristo devuelve al corazón del hombre la verdad original del plan de Dios y lo
hace capaz de realizarla en medio de las oscuridades y obstáculos de la vida. Ese hombre llamado
a la comunión con Dios, pecador y redimido, es el hombre al que la Iglesia se dirige en su misión y
al cual debe devolver la esperanza de poder cumplir la plenitud de lo que anhela su corazón. “¿Y
de qué hombre se habla? ¿Del hombre dominado por la concupiscencia, o del redimido por
Cristo? Porque se trata de esto: de la realidad de la redención de Cristo. ¡Cristo nos ha redimido!
Esto significa que Él nos ha dado la posibilidad de realizar toda la verdad de nuestro ser; ha
liberado nuestra libertad del dominio de la concupiscencia”.
Necesidad de la Comunidad eclesial para vivir la vocación al amor

En el marco de ese plan de salvación, en el que la iniciativa es siempre divina, la integración de la


sexualidad, la afectividad y el amor en una historia unitaria y vocacional es una lenta tarea en la
que el fiel, movido por la gracia, debe contar con la ayuda de la comunidad eclesial. La Pastoral
familiar debe saber introducirse en los “procesos de vida” en los que cada hombre y cada mujer
van configurando su propia vocación al amor, para iluminarlos desde la fe y confortarlos con la
caridad fraterna.

Amor esponsal

Libertad del don de sí

Esta vocación al amor que implica a toda la persona en la construcción de su historia, tiene como
fin el don sincero de sí por el que el hombre encuentra su propia identidad. Se trata de la libre
entrega a otra persona para formar con ella una auténtica comunión de personas. Entregar la
propia vida a otra persona es expresión máxima de libertad.

Rasgos esenciales del amor esponsal

Realizar esta entrega de modo humano exige una madurez de la libertad que permite al hombre
no sólo dar cosas, sino darse a sí mismo en totalidad. El fundamento de esta entrega es un amor
peculiar que se denomina esponsal.

El amor esponsal es a la vez corpóreo y espiritual. En cuanto amor personal, exige la fidelidad al
compromiso y la verdad en su realización; como fundamento de una comunión, requiere la
reciprocidad que será el camino específico de su crecimiento y corroboración. Por la totalidad de
la entrega que exige va a incluir la corporalidad, que comprende en sí la afectividad y hace de este
amor de entrega un amor exclusivo. En esa entrega está inscrita, por la fuerza de la naturaleza del
amor, una promesa de fecundidad que revela la generosidad desbordante del amor creador
divino del cual el hombre participa por su propia entrega.

Aprender a amar en plenitud

Estas características del amor esponsal revelan su valor único en la vida del hombre y tienen un
significado del todo central para la vocación al amor. Por eso, el amor esponsal va a ser el fin de
todo el proceso de crecimiento y maduración que el hombre ha de realizar como preparación a la
totalidad de la entrega.

La fuente: el amor esponsal de Cristo y la Iglesia

El cristiano encuentra la última verdad de este amor en Jesucristo crucificado que entrega su
cuerpo por amor de su Iglesia. Es la revelación del amor del Esposo -Cristo- que “amó a la Iglesia
y se entregó a sí mismo por ella para santificarla” (Ef 5,25). Todo amor humano va a ser referido
a este “gran misterio” de la entrega de Cristo por la Iglesia, en el que se realiza y transmite la
salvación a los hombres. Esta realidad de amor implica de tal modo a la Iglesia que ésta sólo
puede realizar su propia misión si la entiende como la respuesta fiel al amor de su Esposo. La
pastoral de la Iglesia nace así de un amor esponsal que debe ser, en consecuencia, un amor
materno y fecundo. Así, la Pastoral familiar ayudará a mostrar el rostro esponsal y materno de la
Iglesia.

Sólo se comprende en su totalidad cuando se vive

La entrega de sí es una realidad existencial, y sólo se comprende en su totalidad cuando se vive.


No basta, pues, un simple conocimiento abstracto de sus notas; ha de hacerse vida. Una auténtica
pastoral matrimonial no puede contentarse con una información de las características del amor
conyugal, debe saber acompañar a los novios en un proceso formación hasta la madurez que los
haga capaces del “don sincero de sí”.

El matrimonio, modo específico de realizar la entrega de sí que exige la vocación esponsal

. Un modo particular y específico de realizar la entrega de sí que exige el amor esponsal, es el


matrimonio. Con la promesa de un amor fiel hasta la muerte y la entrega conyugal de sus propios
cuerpos, los esposos vienen a constituir esa “unidad de dos” por la que se hacen “una sola carne”
(cfr. Gén 2,24; Mt 19,5). Por eso se puede decir en verdad que “el matrimonio es la dimensión
primera y, en cierto sentido fundamental, de esta llamada” del hombre y la mujer a vivir en
comunión de amor. A esta comunión y como expresión de la verdad más profunda de ser “una
carne”, está unida desde “el principio” la bendición divina de la fecundidad (cfr. Gén 1,28).
Se perciben así las características propias de la vocación al amor que el hombre va descubriendo
en su propia vida, mediante el amor humano, en referencia a la sexualidad como medio específico
de comunicación entre un hombre y una mujer. Dios se sirve así de las realidades más humanas
para mostrar y realizar su plan de salvación.

Comunión exclusiva e indisoluble

Por otro lado, la “unidad de dos”, por la que el hombre y la mujer vienen a ser “una sola carne” en
el matrimonio, es de tal naturaleza y tiene tales propiedades que sólo puede darse entre un solo
hombre y una sola mujer. El amor conyugal ha de ser signo y realización de toda la verdad
contenida en la vocación al amor que ha guiado todo el proceso de descubrimiento del plan de
Dios. La fidelidad personal que se sigue a una entrega conyugal, exige que sea para siempre. La
interpretación que hace el Señor sobre el matrimonio “en el principio”, habla inequívocamente de
la exclusividad y perpetuidad de la unión conyugal: “lo que Dios ha unido que no lo separe el
hombre” (cfr. Mt 19,3-12).

El modo verdaderamente humano de vivir el compromiso conyugal, condición necesaria para que
sea sacramento

Cuando el Señor “sale al encuentro de los esposos cristianos por medio del sacramento del
matrimonio (...), el amor conyugal auténtico es asumido por el amor divino y se rige y enriquece
por la virtud redentora de Cristo y la acción salvífica de la Iglesia, para conducir eficazmente a los
cónyuges a Dios y fortalecerlos en la sublime misión de la paternidad y de la maternidad”. El
amor humano, inserto en la Historia de Amor que es el plan de salvación de Dios, es testimonio
de un amor más grande que el hombre mismo, es imagen real del amor de Cristo por la Iglesia. El
“modo verdaderamente humano” de vivir el compromiso y la relación conyugal es condición
necesaria para que sea sacramento, es decir, realidad sagrada, signo eficaz del amor de Cristo por
la Iglesia.

Vocación a la santidad conyugal, por la participación en el mismo amor de Dios

Entonces la donación de Cristo a su Iglesia “hasta el extremo” (cfr. Jn 13,1) debe configurar
siempre las expresiones del amor conyugal. El amor de los esposos es un don, una participación
del mismo amor creador y redentor de Dios. Ésa es la razón de que los esposos sean capaces de
superar las dificultades que se les puedan presentar, llegando hasta el heroísmo, si fuera
necesario. Ése es también el motivo de que puedan y deban crecer más en su amor: siempre les es
posible avanzar más, también en este aspecto, en la identificación con el Señor. Y la expresión
plena de ese amor de Cristo se encuentra en las palabras de San Pablo: “Cristo amó a la Iglesia y
se entregó a sí mismo por ella” (Ef 5,25). El camino de santidad que se abre al hombre por medio
del amor esponsal, se vive dentro de la comunión de la Iglesia.

El matrimonio y la virginidad o celibato, vocaciones recíprocas y complementarias

Dos vocaciones al amor esponsal

El misterio de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia es, en su unidad indivisible, el misterio
originario de amor esponsal, un amor que es a la vez fecundo y virginal. La Iglesia expresa la
riqueza del amor esponsal cristiano en una doble vocación al amor: matrimonio y virginidad o
celibato por el Reino de los cielos. Ambas son signo y participación de ese misterio de amor y
modos específicos de realizar integralmente la vocación de la persona humana al amor.
Por ello, “la estima de la virginidad por el Reino y el sentido cristiano del matrimonio son
inseparables y se apoyan mutuamente”. El matrimonio necesita de la luz de la virginidad y, a la
inversa, ésta de aquél para comprenderse y vivirse adecuadamente. La virginidad o celibato por
el reino de los cielos, recuerda que la vida en este mundo no es la definitiva y hace presente a los
esposos la necesidad de vivir su matrimonio con un sentido escatológico. A su vez, el matrimonio
hace presente que la donación universal, propia de la virginidad, ha de expresarse en
manifestaciones concretas, ya que sólo de esa manera puede hacerse real el amor a las personas.

Belleza y santidad de ambas

La excelencia de la virginidad o celibato “por el reino de los cielos” (cfr. 1 Co 7,38; Mt 19,10-12)
sobre el matrimonio se debe al vínculo singular que tiene con el Reino de Dios. Expresa mejor el
estado definitivo del hombre y de la mujer que tendrá lugar en la resurrección de los muertos
cuando, según dice Jesús, “no se casarán los hombres ni las mujeres, sino que serán en el cielo
como ángeles” (Mc 12,25; cfr. Lc 20,36; 1 Co 7,31). Ello, sin embargo, en modo alguno ha de
interpretarse como una infravaloración del matrimonio (cfr.1 Co 7,26.29-31). La perfección de la
vida cristiana se mide por la caridad o fidelidad a la propia vocación. Todos los cristianos, de
cualquier clase y condición, estamos llamados a alcanzar la plenitud de la vida cristiana y llegar a
la santidad.

La existencia de una y otra vocación manifiesta la necesidad de vivirlas dentro de la Iglesia; sólo
la comunión de ambas vocaciones en la diversidad, manifiesta al mundo la totalidad del amor
esponsal de Cristo. El anuncio y el acompañamiento del matrimonio, como una vocación cristiana
de santidad, es el eje básico de la pastoral del matrimonio.

El matrimonio, vocación cristiana

La llamada al amor que el hombre descubre y que le pide una totalidad en su entrega, supone la
asunción de un estado de vida ante la sociedad y la Iglesia. No se ha de entender nunca como una
realidad meramente privada que sólo concierna a los esposos; su vida común es el fundamento
de una nueva realidad social. En cuanto tal debe ser reconocida dentro de la convivencia social y
protegida por las leyes para que se fortalezca y contribuya a la construcción de la misma sociedad
y de la Iglesia.

La institución del matrimonio

Fundada por el Creador, con unas finalidades propias que deben ser reconocidas socialmente

“La alianza matrimonial, por la que el hombre y la mujer se unen entre sí para toda la vida”, ha
sido fundada por el Creador y provista desde “el principio” de sus finalidades propias que deben
ser reconocidas socialmente. El vínculo sagrado que, ciertamente, se establece sobre el
consentimiento personal e irrevocable de los cónyuges, no depende del arbitrio humano. El
matrimonio es una institución que hunde sus raíces en la humanidad del hombre y de la mujer,
en ese misterio de trascendencia de ser creados a imagen del mismo Dios (cfr. Gén, 1,27). Es una
realidad buena y hermosa, salida de las manos de Dios (cfr. Gén 1,1-25; 1 Co 7,38).

Así, del acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutua y libremente, nace, ante la
sociedad, un vínculo tan singular y especial que hace que los casados vengan a constituir una
“unidad de dos” (Gén, 2, 24). Hasta el punto que el Señor, refiriéndose a esa unidad, concluye con
lógica coherencia, “de manera que ya no son dos, sino una sola carne” (Mt 19,8). “Tanto la misma
unión singular del hombre y la mujer como el bien de los hijos exigen y piden la plena fidelidad
de los cónyuges y también la unidad indisoluble del vínculo”. Se trata de una unidad tan profunda
que abarca la totalidad de sus personas en cuanto sexualmente distintas y complementarias. Es
una unidad que, por su propia naturaleza, exige la indisolubilidad. Responde a las exigencias más
hondas de la igual dignidad personal de los esposos, a la naturaleza del amor que debe unirlos, al
bien de los hijos y de la sociedad.

Defensa y promoción de la estabilidad matrimonial

Nacido de la vocación al amor, el matrimonio es la institución del amor conyugal. La alianza de


amor conyugal tiene unas notas esenciales, como la definitivita e incondicionalidad, que
transcienden la voluntad de los cónyuges y les han de ayudar superar las crisis y dificultades por
las que pase su amor conyugal; no se comprende adecuadamente la verdad del matrimonio como
institución si se lo identifica, sin más, con la experiencia psicológica del amor mutuo; remite
siempre a un amor anterior a los esposos, del que es manifestación y del que recibe su fuerza. La
desaparición del mutuo afecto conyugal no conlleva una disolución del matrimonio. Cuando se
dice que el amor conyugal pertenece a la esencia del matrimonio debe entenderse como una
exigencia moral de esa original “unidad de dos” que ha llegado a ser por el consentimiento
matrimonial. Porque se han unido en matrimonio ha surgido entre ellos “una íntima comunidad
conyugal de vida y amor”, una comunidad que debe ser de amor, y renovarse y crecer cada vez
más con cuidadoso esmero.

De este modo se transparenta, en la vida social, el modo concreto de vivir la vocación al amor y
sus características fundamentales. La defensa y la promoción de esta vida fiel de los esposos y de
la estabilidad matrimonial son de capital importancia para toda la vida social, y merece un
reconocimiento y protección.

Esta realidad de la unión entre un hombre y una mujer, conforme al proyecto del Creador, “es
confirmada, purificada y perfeccionada por la comunión en Jesucristo dada mediante el
sacramento del Matrimonio”.

ACTIVIDADES COGNOSCITIVAS

1. Reconoce algunas características del plan de salvación de Dios entendido, como la


necesidad de revelación en la familia.

2. Señala por qué es importante entender el plan de salvación de Dios en la familia.

ACTIVIDADES PROCEDIMENTALES

3. Las siguientes imágenes presentan el plan de salvación de Dios desde la idea de la


familia, analiza porque es importante para los hombres entender esta enseñanza de vida.
TEMA:2

EL SENTIDO Y CONTENIDO QUE ISRAEL ASIGNABA AL QUINTO


MANDAMIENTO, EN SU DIMENSIONES DE VALORES, ACCIONES A REALIZAR Y
ACCIONES A EVITAR

El quinto mandamiento
Esta sección sobre la vida moral del cristiano usa como base el Decálogo, o los Diez
Mandamientos, que fue revelado por Dios a Moisés en el Monte Sinaí. Jesús mismo
confirmó el valor del Decálogo cuando dijo: "si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos” (Mateo 19,17). La enseñanza de Jesús acerca del doble mandamiento
del amor: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, es un
resumen de los Diez Mandamientos. Mientras los primeros cuatro mandamientos se
refieren al amor a Dios, los otros seis tocan el amor al prójimo.

El Quinto Mandamiento nos dice, "Honra a tu padre y a tu madre." "El quinto


mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que,
después de Él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos
hayan transmitido el conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a
todos los que Dios, para nuestro bien, ha investido de su autoridad”.[4] Aquí vemos, en
forma concreta, el paso del "amor a Dios" al” amor al prójimo", comenzando por la
familia, sede del amor entre padres e hijos que el Catecismo llama "célula original de la
vida social”

En el mundo de hoy, donde las cuestiones de orden público está muy a menudo
enfocado hacia los derechos y libertad del individuo, la iglesia trata al individuo como
miembro de una familia, y a la familia en relación con la sociedad; habla de los deberes
de los hijos y de los padres, de los ciudadanos y de las autoridades civiles. Enfatiza la
dimensión social de la existencia humana, y suministra un antídoto importante contra
la creciente visión fragmentaria, y fundamentalmente antisocial, de la humanidad

Matrimonio y familia en el plan de Dios

Uno de los grandes desafíos de los últimos tiempos, es el intento, en sociedades


secularizadas, de cambiar las leyes que, durante siglos, incluso milenios, han
reconocido el plan de Dios para el matrimonio y la familia como se presenta en el
orden de la Creación, y que constituye un patrimonio común para toda la humanidad
gobernada por la ley natural. Este hecho viene confirmado por la revelación que Dios
hizo sobre la creación, el matrimonio y la familia, desde los primeros capítulos del
libro del Génesis, al inicio de la Biblia. Allí leemos: “creó, pues, Dios al ser humano a
imagen suya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y
les dijo: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla»” (Génesis 1, 26-
28). Y en otro sitio leemos: “por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a
su mujer, y se hacen una sola carne” (Génesis 2, 24).

Por esta razón la Iglesia ha enseñado siempre la importancia de la familia como la


unidad fundamental de la estructura de la sociedad: “La autoridad, la estabilidad y la
vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de
la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad”. Por lo tanto, debido a que la
familia “es anterior a todo reconocimiento por la autoridad pública; se impone a
ella”.[12] Porque el matrimonio y la familia tienen su base en el orden creado,
confirmado por la Revelación explícita de Dios, la Iglesia se opone necesariamente a la
aprobación de leyes humanas que abandonen o anulen este orden, tales como el caso
de las leyes que reconocen los “matrimonios” entre personas del mismo sexo o
también los “matrimonios” polígamos. Las leyes humanas y las decisiones judiciales
que no respeten esta enseñanza fundamental inmutable son contrarias a la ley de Dios,
y deben ser consideradas, con toda razón, injustas.

En circunstancias como éstas, podría ser útil recordar la enseñanza del Catecismo
acerca de los deberes de los ciudadanos con respecto a las leyes injustas, ilustrados
desde la perspectiva del cuarto mandamiento: “el ciudadano tiene obligación en
conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos
preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos
fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo de la
obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la
recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el
servicio de la comunidad política. «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es
de Dios» (Mateo 22,21). «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5,
29)”.

Es particularmente importante, hoy en día, que los esposos y padres conozcan la


enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia para poder dar su legítimo
aporte a la vida política de la sociedad en la que viven. Es parte de la vocación de la
familia cristiana contribuir efectivamente a la creación de una sociedad con leyes
justas.[14] Para esta tarea el Catecismo constituye una ayuda indispensable.

ACTIVIDADES COGNOSCITIVAS

1. Explica con tus propias, palabras que entiendes por el quinto mandamiento

2. Resalta 10 palabras descocida y defínelas.

ACTIVIDADES PROCEDIMENTALES
3. Elige unas imágenes o unos dibujos para recrear el quinto mandamiento, en varios
contextos de la vida
4. Realiza un cuadro comparativo entre como aplicarías el quinto mandamiento en tu
vida adolescente y adulta

ACTIVIDADES ACTITUDINALES
5. Prepárate para sustentar la clase en video llamada al profesor.
LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD

¿Qué es la personalidad?
La personalidad es un conjunto de formas de comportarse y pensar que suponen diferencias
individuales y que se ven afectadas por el desarrollo de la persona. Incluye actitudes, formas de
relacionarse con los demás, habilidades, hábitos y formas de pensar.

Se trata de un constructor, que al igual que la inteligencia, ha generado numerosas


investigaciones. A lo largo de la historia, numerosas personas han intentado definirla, así como
plantear posibles teorías que faciliten la comprensión de un concepto, que a simple vista parece
fácil.

El concepto personalidad es utilizado en la vida diaria por muchas personas, como dijo Burham
en 1990, “todo el mundo sabe lo que es la personalidad, peor nadie puede expresarlo con
palabras”.

¿Cuántas veces hemos utilizado la palabra personalidad en nuestra vida diaria? Se suele
utilizar en diferentes ámbitos:
-Para definir aquellas personas competentes en su vida “Mateo es un chico con mucha
personalidad”.

-Para referirnos a alguna eminencia que ha realizado algo importante “Eysenck es una
personalidad en su campo”.

-Para referirnos a alguien que es diferente a los demás, y que no se deja llevar por lo que otros
digan “Marta tiene mucha personalidad”; o bien lo contrario “Rocío no tiene ninguna
personalidad”…

Definición de personalidad

Como vemos el término es utilizado para designar diferentes aspectos pero, realmente, ¿qué
entendemos por personalidad? Realmente no existe unanimidad al definirla y existen diferentes
definiciones:

Se trata de la organización dinámica o conjunto de procesos que integran el flujo de la


experiencia y la conducta.

Otros la definen en relación al auto concepto (cómo se define el individuo), o el sentido del
individuo de quien es él.

Forma característica de pensar y comportarse, como hábitos, actitudes, o, en general, peculiar


forma de adaptación al entorno.
Por su parte, Pervin y Jhon definen la personalidad como las características que dan cuenta de los
patrones consistentes de sentir, pensar y actuar. Estos patrones cumplen la función de
adaptación del individuo al entorno, mostrando su forma habitual de afrontar las situaciones.

Allport decía que se trataba de la organización dinámica interindividual de los sistemas que
determinan su ajuste único al ambiente.

Por otra parte, Eysenck entiende la personalidad como la suma de los patrones de
comportamiento determinados por la herencia y el ambiente que se originan y desarrollan a
través de la interacción de los sectores: Cognitivo o inteligencia, actitud o temperamento,
carácter y constitución.

En definitiva, en base a las definiciones de personalidad que se han propuesto a lo largo del
tiempo, se extraen los siguientes aspectos fundamentales:

La personalidad se trata de un constructo hipotético que incluye una serie de rasgos,


relativamente estables a lo largo del tiempo y consistentes (no varían de una situación a otra) y
que permite predecir la conducta.

En la personalidad se incluyen otros elementos como cogniciones, afectos y motivaciones que


determinan la conducta y que pueden explicar que a veces la personalidad no sea tan consistente
y estable en algunas circunstancias.

Abarca la totalidad de las funciones y las manifestaciones conductuales, las cuales serán fruto de
elementos estables y dinámicos, influencias personales, sociales y culturales. Es algo distintivo y
propio de cada individuo y éste buscará adaptar su conducta a las características del entorno, a
esto se le denomina “coherencia conductual”.

Para entender la personalidad es importante tener en cuenta qué es un rasgo, qué es el


temperamento y qué es el carácter, ya que son conceptos relacionados.

Rasgo de personalidad

Entendemos por rasgo de personalidad, aquellos elementos fundamentales para entender la


personalidad. Son elementos no son observables directamente, que se infieren de los
comportamientos.

Además son disposiciones latentes, es decir, que no están presentes normalmente, sino que
dependen de la relevancia de la situación. Son de carácter general y son continuos en el tiempo
(estables) y presentan continuidad en distintas situaciones (consistencia transituacional).

Como ejemplo podemos pensar en una persona extrovertida, de la que diríamos que es alguien
que busca el contacto con los demás, pero nos podemos plantear, ¿siempre busca el contacto con
los demás?.
La respuesta sería no (carácter disposicional). Por otro lado podríamos plantearnos, ¿a simple
vista se puede ver si alguien es divertido o no? No, es algo que se tiene que inferir (carácter
subyacente).

Temperamento

El temperamento se refiere al estilo constitucional del comportamiento, es decir, a las diferencias


de carácter constitucional que se dan en los procesos de reactividad fisiológica y autorregulación,
y que están influidas a lo largo del tiempo por la herencia, maduración y experiencia.

Carácter

El carácter, a diferencia del temperamento, está en función de los valores de cada sociedad, de su
sistema educativo y cómo son transmitidos.

Se trata de un conjunto de costumbres, sentimiento, ideales, valores… que hace relativamente


estables y predecibles las reacciones de un individuo.

Incluye valores (componentes afectivos y cognitivos) y componentes motivacionales y


comportamentales.

Un ejemplo sería: “si yo tengo una idea, una costumbre, un valor, eso puede hacer o va a influir en
el comportamiento que yo tenga o en las metas que pretendo alcanzar.

ACTIVIDADES COGNOSCITIVAS
1. Que es la personalidad

2. Como se utiliza la personalidad, en diferentes ámbitos .

3. Cuáles son los diferentes definiciones de los autores, sobre la personalidad,


interprétalas.

4. Cuáles son los rasgos, el temperamento y el carácter en la personalidad.


ACTIVIDADES ACTITUDINALES
5. Realiza una investigación detallada, en la web. Donde investigues, los pro y los
contra sobre la personalidad. Saca tus propias conclusiones

Personalidad

6. Material: lápiz y hojas de papel.

La finalidad de este ejercicio es la de promover un mejor conocimiento de uno


mismo en una reflexión sobre la propia realidad, captada por uno mismo y por los
demás.

Se organizan subgrupos de 6 a 8 personas; cada participante toma


hojas y escribe:
· ¿quién pienso que soy?
· ¿qué es lo que mis compañeros piensan que soy?
· ¿qué desearía ser yo?
· Qué desearían los demás que yo fuera?
· ¿qué hay de común en lo que todos dicen positivamente de mí?
· ¿qué hay de común en lo que todos dicen negativamente de mí?
· Reflexionando sobre todo: ¿quién soy yo?

Libremente, cada participante puede exponer en el grupo la síntesis de lo que contestó.

Luego se hace una conversación de ayuda recíproca o de profundización.


DIVERSAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN RELACIONADA CON LA

José Eulícer Mosquera Rentería

Colombia al igual que todas las sociedades de las Américas, se construyó sobre la base de las
ambiciones personales, la violación de los derechos humanos de los pueblos ancestrales y la
violencia. Pues los denominados conquistadores europeos realmente fueron invasores que
vinieron en la búsqueda de oro y de materias primas básicas para darle continuidad a sus
procesos de desarrollo industrial. Procesos que habían dejado andando árabes, moros y judíos al
ser expulsados de los territorios europeos.

También buscaron alimentos para resolver las hambrunas generadas con la violenta expulsión
del campesinado pobre y los medianos productores de las tierras agrícolas, por la migración
hacia las ciudades o áreas urbanas, en el violento proceso de desmonte del feudalismo e
instauración del capitalismo. Esas mismas prácticas violentas las aplicaron los invasores
europeos para despojar a las comunidades indígenas y africanas de sus más valiosos
patrimonios materiales construidos durante milenios, y de sus mejores tierras, e interrumpir
sus procesos de desarrollo autóctono. Para imponerles dinámicas socioeconómicas y políticas
favorables a las metrópolis colonialistas.

Para lo cual, los invasores, se inventaron las teorías de las razas humanas para poder ubicarse
ellos, la “raza blanca”, como la superior y representante de Dios en la tierra, y, por ende, con
derecho a dominar, explotar y oprimir a las otras. Llegaron al punto de someterlas a la
esclavitud para poder disponer de su fuerza de trabajo gratuitamente. Esta concepción racista se
ha mantenido a pesar de que hace mucho rato que la ciencia antropológica demostró que no
existen ni han existido razas humanas, sino una diversidad étnica y cultural que enriquece a la
humanidad y a cada sociedad en particular.
Pero una de las causas fundamentales para que estas concepciones cavernarias se mantengan es
la persistencia de los modelos educativos eurocéntricos, individualistas y de corte
capitalista que inferiorizan a los no europeos; así como de las dinámicas de funcionamiento de
nuestras sociedades, que privilegian a los más cercanos descendientes de europeos
mientras se marginaliza a los más cercanos a África e Indo américa.

Junto a ellos, se continúa discriminando y violentando a las mujeres con base en teorías y
prácticas machistas de origen esclavista-feudal, que inferiorizan a la mujer en las diferentes
esferas y roles de la sociedad, llevando a muchos hombres a considerarse dueños y con derecho a
maltratar a la mujer con quien establecen una relación de pareja.

La opresión de la mujer negra es más de tres veces superior a la de la blanca, por su condición
de mujer, de ser negra o afro descendiente, y de ser pobre. Igualmente, se discrimina y
maltrata a las personas que tienen inclinaciones sexuales diferentes. Esto genera conflictos, en
ocasiones, violentos, porque ninguna persona que se respete, admite en forma pasiva que se le
violen sus derechos y se le maltrate.

Las sociedades republicanas de las Américas, que resultaron de las guerras independentistas, no
solo heredaron las características violentas, represivas, esclavistas, racistas, machistas,
discriminatorias y expoliadoras de las sociedades coloniales, sino que también pusieron en
práctica unos regímenes neocolonialistas, criollos y republicanos. En el caso de Colombia, los
africanos y sus descendientes tuvieron que dar continuidad a sus luchas por la libertad y la
justicia social por más de 300 años. Y posteriormente han tenido que luchar contra el despojo
y el saqueo de sus territorios ancestrales.

Las comunidades indígenas han tenido que luchar contra el despojo de sus territorios, que
habían quedado amparados por la Corona Española bajo la figura del resguardo. Igualmente, el
campesinado pobre tuvo que luchar contra el despojo de sus pequeñas propiedades. Esas han
sido las prácticas violentas y neocoloniales puestas a andar por los más cercanos descendientes
de la clase colonialista/esclavista ibérica, que se quedaron con el control del poder al lograrse la
independencia e instaurarse la República, a partir del siglo XIX.

A la vez, entre los diferentes sectores de la clase dominante republicana se inició una serie de
enfrentamientos mortales por el control absoluto del poder, en los cuales involucraron a los
sectores de capas medias y pobres, previa su contaminación con el fanatismo politiquero,
alrededor de los dos partidos copiados de Europa: el Liberal y el Conservador. Con lo que se dio
una serie de guerras partidistas intestinas signadas por la crueldad. La última de las cuales es la
que se está tratando de resolver con las actuales negociaciones de paz.

En este orden, es de suma importancia que en estas negociaciones de paz se estén teniendo en
cuenta las reivindicaciones y puntos de vista de los discriminados, marginalizados y excluidos
de siempre. Han existido formas injustas que generan violencia, formas de relacionamiento y de
negación de los derechos naturales, constitucionales y legales de amplios sectores de la
población, y es evidente que no puede haber paz duradera sin respeto de los derechos y sin
justicia social.

Como dijera en un artículo de prensa, en 1910, el intelectual y líder de las luchas reivindicatorias
de los afrocubanos, Julián V. Sierra: “Es preciso que lo sepa el mundo, ni Martí era el único
cubano capaz de vivir junto con sus hermanos negros, ni Maceo era el único jefe cubano de color
que tenía valor, honradez y capacidad suficiente para exigir la igualdad de Cuba (…) y nosotros
sus discípulos, fieles al cumplimiento del deber, decimos; mientras haya una sola injusticia en
nuestra patria que reparar, la revolución redentora no ha terminado”.

Y como dijera en 1889, África C. de Céspedes, la dirigente de las luchas de las mujeres
afrocubanas por su dignidad, la igualdad real y la justicia social: “La mujer negra sañudamente
tratada por sus viles explotadores, viene hoy a ser blanco más saliente a donde dirigen sus
saetas envenenadas, aquellos mismos que más traficaran con su noble sangre en los
luctuosos días de esclavitud. Por eso, enervado nuestro espíritu por el duro tratamiento de
ayer y el torpe juicio de hoy, nos preparamos a la defensa en el constante batallar porque
estamos pasando; y tal haremos hasta que se nos considere tal como somos…¡Nos invitáis a
luchar? Pues luchemos. Reflexionemos, pues, sin hacer separación alguna de razas, sobre el juicio
que de la mujer tienen formado la mayoría de los hombres y hasta de algunas maritornes de baja
esfera, al mismo tiempo que a nosotras, las de la raza negra, se nos considera en las últimas capas
de ese infame juicio…”.

Los individuos que discriminan tienen una visión distorsionada de la esencia del hombre y se
atribuyen a sí mismos características o virtudes que los ubican un escalón más arriba que ciertos
grupos. En su acepción más coloquial, el término discriminación se refiere al acto de hacer una
distinción o segregación que atenta contra la igualdad.
El prejuicio a cierto tipo de comunidades hace que los individuos que pertenecen a estas sean
prejuzgados antes de ser conocidos. Son generalizados y rechazados. La intolerancia, el rechazo y
la ignorancia en la mayoría de los casos son determinantes para el nacimiento de conductas
discriminatorias.

Muchas veces quienes discriminan lo hacen por el color de la piel o las diferencias biológicas
(Racismo y xenofobia), por el género de la persona (sexismo, machismo), por su origen o
nacionalidad, creencias religiosas, condición social, orientación sexual (Homofobia), discapacidad
o enfermedad, su edad, afiliación política. La Discriminación positiva: política social dirigida a
mejorar la calidad de vida de grupos desfavorecidos, proporcionándoles la oportunidad de
conseguir alimentos y de disponer de derechos civiles.

El racismo suele estar estrechamente relacionado y ser confundido con la xenofobia, es decir el
"odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros". Sin embargo existen algunas diferencias
entre ambos conceptos, ya que el racismo es una ideología de superioridad, mientras que la
xenofobia es un sentimiento de rechazo; por otra parte la xenofobia está dirigida sólo contra los
extranjeros, a diferencia del racismo.
El racismo también está relacionado con otros conceptos con los que a veces suele ser
confundido, como el etnocentrismo, los sistemas de castas, el clasismo, el colonialismo, el
machismo e incluso la homofobia.

Al ser el racismo una construcción histórica que forma parte de la ideología dominante e
intrínseca en todo el orden social y económico dominante, las manifestaciones del racismo se
van transformando o empiezan a presentarse nuevas formas, de acuerdo al desarrollo mismo de
las sociedades. Mientras que el racismo es una ideología basada en la superioridad de unas razas
o etnias sobre otras, la discriminación raciales un acto que, aunque suele estar fundado en una
ideología racista, no siempre lo está.

La discriminación racial es ejercida por todas aquellas personas e instituciones que se colocan
desde la perspectiva del grupo racial dominante blanco y que defienden sus intereses y la forma
en que se organizan las relaciones humanas entre las personas para perpetuar la supremacía
blanca.

Queda evidente entonces que la discriminación racial puede tener manifestaciones evidentes o
solapadas y que de igual manera lo que trata de sostener es una estructura racista de poder y de
relaciones. La discriminación racial es una realidad social, económica, cultural y política que se
manifiesta a lo largo y ancho del Continente Americano, su erradicación implica un
cambio estructural en el modelo de desarrollo imperante y la cultura predominante.

Las actitudes, valores y sistemas racistas establecen, abierta o veladamente, un orden jerárquico
entre los grupos étnicos o raciales, utilizado para justificar los privilegios o ventajas de las que
goza el grupo dominante.
DISCRIMINACIÓN RACIAL CONTRA LOS AFRO LATINOS

En la sociedad española había imperado durante siglos la ideología basada en la limpieza de


sangre que servía para imponer su «religión» frente a moriscos, judíos o indígenas americanos y
fue fundamento de la colonización y requisito indispensable tanto en la carrera militar como en el
funcionariado público.
En las colonias españolas en América, el mestizaje fue un proceso paradójico, prohibido y al
mismo tiempo masivo. Pese a la prohibición y a las consecuencias legales negativas, los varones
españoles solían mantener relaciones sexuales irregulares con las indias encomendadas y las
esclavas africanas, a la vez que varones y mujeres indígenas, afroamericanos y
mestizos, mantenían relaciones sexuales entre sí. En muchos casos las "cruzas" se ocultaban y se
registraban a los niños como "criollos". Muchas veces para los indígenas y negros, el mestizaje
era un modo de acceder a una situación social a la que sus hijos nunca hubieran podido acceder
debido a su clasificación racial.

Las "castas" o "cruzas" (mestizos, mulatos, castizos, etc.) representan las variedades de mezclas
entre las tres etnias europea, indígenas y negros y sus descendientes, sobre la que se creó una
sociedad colonial estratificada. La extensión del cristianismo de la península fue empleada por el
Imperio Español en América como justificación de la conquista de las antiguas
civilizaciones indígenas. Así en las colonias españolas en América, se estableció un sistema de
estratificación social que estableció roles y privilegios entre las personas.

Un elemento que contribuye a la aceptación social de la actitud racial en la Latinoamérica, fue la


distribución desigual de las riquezas, el trabajo y la raza. El mayor poder político y económico,
estaban en manos de los españoles procedente de España. Junto a ellos, pero con menor
influencia política, estaban los criollos: españoles nacido en la isla española que
generalmente eran latifundistas y tenían pleno acceso a la educación. En el estrato medio, casi
siempre artesanos o pequeños propietarios de tierras, estaban los mestizos: estos eran una
mezcla de indígena y español. En escala descendiente había un gran número de otras "castas" o
mezclas raciales: mulatos (negro y español), zambos (negro e indígena), etc. Al finar solo quedan
lo que hacían los trabajos más duros en las minas y la agricultura, estaban los esclavos africanos.
Esta desigualdad en las riquezas entre las diferentes razas, creo divisiones sociales entre las
misma clase sociales, creando preferencia entre una raza y otra. La mujer para obtener una mejor
posición social y económica en la clases elite de la época, influencia por la relación que existía
entre riqueza y el color de la piel, a la hora de escoger parejas. La mujeres criolla de piel blanca
tenía como preferencia a los españoles procedente de España por su poder económico y político,
en deprimente de los españoles criollos. La mujer mulata de piel clara tenía preferencia por el
español criollo de raza blanca, la mujer negra tenia preferencia por el mulato con la piel clara y su
mejor posición social.

Este estilo preferencial también se extendió entre los zambos y los negros, donde el color de la
piel de los negro esclavos se convirtió en un factor negativo a la hora de elegir pareja, dado la baja
posición que ocupaban en la sociedad. La relación que existe entre el color de la piel y la posición
económica de la personas, todavía es parte de la cultura en Latinoamérica, a la hora de escoger
parejas, pues “mejorando la raza “es garantía de tener una mejor posición económica.

¿COMO PREVENIR LA DISCRIMINACIÓN RACIAL?

Los medios de comunicación están sujetos a las leyes otorgadas por el país donde desarrollan su
actividad comercial, por ende se proponen medidas apropiadas para evitar que diferentes
medios muestren discriminación contra personas o sociedades que son afectadas por el mal
manejo de la información por parte de estos.

Uso adecuado de medios de comunicación:

- Educación a los medios de comunicación, en vista de que manejan conceptos prediseñados y


discriminatorios.
- Las percepciones y actitudes públicas deben de ser reenfocadas a través de una campaña
masiva de sensibilización y la elaboración de programas de comunicación que enfaticen los
costos de la exclusión y los beneficios del pluralismo.

Promoción de educación y cultura:

- El racismo debe de abordarse desde un enfoque integral que incluya, derechos humanos,
necesidades de derechos humanos insatisfechos, promoción de la participación y derechos
ciudadanos individuales y colectivos.
- Elaboración de un programa educativo que apoye la pluralidad de culturas y la lucha contra el
racismo televisado.
- Que las universidades de las regiones promuevan un plan sobre temas de investigación sobre el
racismo y que participen en programas educativos y de intercambio multicultural.
- El racismo y la discriminación igualmente debe abordarse al crear un programa de capacitación
para trabajadores/ras en el área de servicios públicos, tales como hospitales, centros de salud,
escuelas, cortes, prisiones, universidades, etc.

Participación Social:

- La reorientación de la globalización hacia un modelo basado en la solidaridad, que tenga como


objetivo el desarrollo social equitativo.
- La articulación de una red internacional de la sociedad civil, donde se incluyan organizaciones
de los pueblos indígenas, grupos afro y migrantes para el fomento de relaciones interculturales.
- Red de la sociedad civil que monitoree las manifestaciones de racismo.
- Fortalecer la capacidad de las instituciones y organizaciones de pueblos indígenas,
comunidades afro y sociedad civil en general en la lucha contra el racismo en los medios de
comunicación.
- Que los gobiernos aseguren en sus delegaciones la participación de autoridades comunales,
municipales, funcionarios públicos, miembros de instituciones locales y nacionales en la
supervisión de los programas de televisión y la difusión de información impresa.

ACTIVIDADES COGNOSCITIVAS
1. ¿Qué nos dice la historia, sobre la situación de discriminación étnica en Colombia?
2. ¿Como evitarías la discriminación racial.? Argumenta tu respuesta.

3. ¿Qué entiendes por discriminación social y étnica?.

4. Como interpretas la siguiente frase que aparece en el texto: “La mujer negra
sañudamente tratada por sus viles explotadores, viene hoy a ser blanco más saliente
a donde dirigen sus saetas envenenadas, aquellos mismos que más traficaran con su
noble sangre en los luctuosos días de esclavitud.
ACTIVIDADES PROCEDIMENTALES
5. Elabora un ensayo argumentativo, sobre el tema en cuestión.

6. Elabora la siguiente actividad de la imagen.

ACTIVIDADES ACTITUDINALES
7. Realiza una investigación detallada, en la web. Donde investigues, los pro y los
contra sobre de la discriminación. Saca tus propias conclusiones.

8. Elabora un cuadro comparativo, de cómo vez la discriminación racial en Colombia y


en américa latina.

También podría gustarte