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Maya Angelou
Como humanidad, hemos sido moldeados por historias que nos identi can. La tradición oral fue la forma en
que se enseñaban leyendas, mitos y relatos de diversos personajes que trascendieron épocas, muchas hasta el
día de hoy.
Estamos hechos de historias, y estos nos han permitido aprender de aquello que nos ha ocurrido.
A continuación te invitamos a ver el siguiente video en el que podrás sumergirte e inspirarte con el poder de los
relatos.
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¿Qué relato te llamó más la atención? ¿Por qué crees que conectaste con esa historia?
Pasemos a nuestro cotidiano. ¿Qué conversaciones son las que más recordamos? Probablemente esas que
nos inspiraron, donde había una historia de esfuerzo y de superación, esa historia de un amigo o conocido que
superó una enfermedad catastró ca, o ese emprendedor con una Pyme que supo navegar la pandemia con
éxito. Nuestra propia vida está en gran parte compuesta por estas historias que nos conmueven, nos conectan
y nos inspiran.
Como vemos, el storytelling tiene que ver con nosotros, no tanto con los otros. Se trata de una creación que va
desde lo personal hacia el compartir a otro. Asimismo, el storytelling no tiene que ver tanto con el producto
sino con la conexión emocional.
Este concepto busca perfeccionar la forma en que contamos historias hasta convertirla en una práctica
consciente, recurrente, efectiva. Si conectamos con ese potencial interno de crear relatos, aprovechando
nuestras propias vivencias y las logramos transmitir de forma efectiva a nuestro público, sea quien sea,
estaremos creando arte con las historias.
Muchas empresas han perecido y muchas otras están enfrentando escenarios difíciles. Y aquellas que siguen
subsistiendo, lo han hecho en gran parte gracias a su capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones del
mercado, pero también gracias a que han podido sostener sus historias.
Miremos a una empresa exitosa como Coca Cola: ¿Cómo crees que
una compañía que vende agua carbonatada puede seguir siendo la
bebida que está presente en el 98% de los hogares?Pues Coca Cola
trasciende el producto y nos habla de la Navidad, de la familia, de
cómo nos mantenemos unidos.
Por sobre el producto, Coca Cola nos mantiene cautivos por sus historias. Y probablemente si te pregunto por
alguna marca que hoy te apasiona o te encanta, probablemente es por su historia, ya sea la del emprendedor
que la lidera o lo que la marca comunica. ¿Es así, verdad?
A continuación te invitamos a ver el siguiente caso de una emprendedora que desea utilizar el storytelling en
su empresa:
Ejercita lo aprendido
¿De qué forma crees que Violeta podría atraer público a su restaurante desde el storytelling?
E) B y C son correctas
La alternativa correcta es E)
La respuesta correcta es E, ya que Violeta debe tener en cuenta que las historias conectan con
las emociones y generan identi cación y memoria con las personas. Las otras alternativas
pueden servir pero no generarán una conexión duradera con su público objetivo.
Reconocer nuestra sabiduría personal: ¿Qué relatos tenemos en nuestra mochila de vida?, ¿qué relatos de familiares,
amigos, colegas tenemos en nuestra consciencia del día a día?, ¿qué marcas, películas o hasta publicidad tenemos
presentes hasta el día de hoy? Probablemente te des cuenta que no hay que pensar mucho para acceder a esa
sabiduría personal que tienes.
Memorabilidad: Otro elemento clave es la memorabilidad, el recuerdo indeleble del que hablamos al inicio. Lo que
tienen las historias es que sobreviven al tiempo. Tenemos historias de miles de años, historias de personajes u obras
literarias que hasta el día de hoy recordamos. El Quijote de Cervantes, la Divina Comedia de Dante Alighieri, la Odisea
de Homero. Y podríamos seguir con la lista. El poder de las mejores relatos es que no las olvidamos. Como dice
Angelou, nunca olvidamos cómo nos hicieron sentir. ¿Te imaginas poder crear relatos que tus clientes, audiencias,
colegas, oyentes nunca puedan olvidar?
Por lo tanto, si queremos ser buenos contadores de historias o “storytellers”, necesitamos conectar no sólo con
la razón sino también con las emociones. Y bien decía Humberto Maturana que no somos seres racionales, sino
seres emocionales que usamos la razón para explicar nuestras emociones.
La invitación entonces está en abrirnos a los relatos, a utilizar las historias que traemos, con esas historias que
nos conmueven. Recuerda que para convertirte en un mejor storyteller la clave no está en buscar afuera sino
en ti mismo, recordar, re exionar, pensar en los relatos que te conmueven, pues son esas mismas emociones
movilizadoras de las historias, las que te permitirán crear mejores ofertas, generar una conexión emocional
con el otro, poder movilizar a otros, generar mayores ventas, y, por último, involucrar más y mejor a otros. A que
no olviden nuestros relatos. Que no olviden cómo les hicimos sentir. Todo está dentro de ti, sólo necesitas un
pequeño empujoncito. Bienvenido al arte de contar historias.
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