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Movimientos sociales:
de la psicología social
a las identidades sociales
Una revisión teórica
• Luis Fernando Villafuerte Valdés
Resumen
El estudio de los movimientos sociales ha partido de desarrollos teóricos
diversos, los cuales incluyen aproximaciones tan alejadas entre sí, las cua-
les podemos situar desde tres grandes perspectivas: (a) una conductista,
la cual basa el desarrollo de los planteamientos de la psicología social y
la sociología estructuralista de mediados de años del siglo veinte, en la
cual se sitúa a los movimientos sociales como respuestas emocionales
-muchas veces irracionales- ante problemáticas sociales, por lo cual (b) la
escuela europea, la cual parte del desarrollo de los movimientos sociales
como respuesta a los procesos de quiebre sistémico de la estructura social,
por lo que entonces, la sociedad se organiza de acuerdo a necesidades de
construir identidades políticas o sociales que den respuesta a la necesidad
de construir estos nuevos referentes, que le den cohesión a la estructura
social y, finalmente, (c) la escuela norteamericana que parte de la visión
instrumental de que los movimientos sociales son la respuesta social
ante las oportunidades de obtener algún beneficio, a partir de una fisura
del sistema político, por lo que esta teoría remite específicamente a las
Revista de Ciencias Humanas • UTP • No. 36 • Junio 2007
Palabras claves
Movimientos sociales, psicología social, identidades políticas, estructuras so-
ciales
Abstract
The study of social movements has started from diverse theoretical developments,
which include approximations so distant from one another, that we can place
in three big perspectives: a) a conductive perspective base don the discussions
of social psychology and structuralist sociology of the middles of the twentieth
century, where social movements are placed as emotional responses –sometimes
irrational-; b) the European school, which discusses the social movements as a
response to the processes of systemic ruptures of the social structure. Here the
society is structured according to the need to build political or social identities,
which in turn respond to the need to build new referents that shape the social
structure; and finally, c) the North American school which starts from the instru-
mental vision that the social movements are the answer before the opportunities
to get some benefit from the rupture of the political system. For this reason, this
theory refers specifically to the transformation of political spaces, without going
beyond the psychological aspects within social imaginaries. This vision reduces
the social participation exclusively to political transformations.
Key words
Social movements, Social psychology, Political identities, Social structures.
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La conducta colectiva y
los orígenes de los movimientos sociales
El interés académico centrado en los procesos de los comportamientos co-
lectivos, tuvo un gran auge a principios del siglo XX, debido a los intentos
sistemáticos de construir un marco teórico sólido que permitiera explicar
las crecientes olas de acciones colectivas que surgen durante los años ya
mencionados. La constante expresada en estas acciones va a ser una inusi-
tada violencia y cólera, las cuales Moscovici definirá en términos del precio
a pagar por la inexorable masificación de la sociedad.
El objeto de estudio era el intentar explicar el cómo era posible que grupos
158 sociales aparentemente apacibles, podían de un momento a otro convertirse
en multitudes histéricas y violentas, que ponían en peligro no solamente la
estabilidad del sistema, sino su vida misma, por lo que el autor ya mencio-
nado los categoriza como las enfermedades correspondientes y lógicas a las
sociedades de masas. Para él, estos tipos de acciones no eran otra cosa más
que los indicadores más representativos de esta transformación radical que la
gente podría sufrir ante situaciones colectivas, en las que el individuo perdía
su propia individualidad y se convertía en un ser anónimo y sin ningún con-
trol social, lo que permitía cambiar de una manera total su comportamiento,
y que muchas veces convertía a la persona en presa de un entusiasmo sin
precedente, que se volvía el detonante de marchas, linchamientos, euforia
colectiva, actos tumultosos y, en los casos más extremos, se convertía en
orígenes de revoluciones.
Es así que la sociología. y la psicología social se ocuparon de- “estudiar estos
comportamientos colectivos y, básicamente, centraron su atención en la gran
capacidad desestructurante que contenían estos entusiasmos colectivos, ya
que los comportamientos políticos derivados de éstos, estaban generando
una serie de conductas bastante peligrosas, que amenazaban la estabilidad
de la forma de vida tanto a nivel individual como institucional. Así, en los
Estados Unidos y los países europeos occidentales, los sistemas económicos
y políticos estaban siendo fuertemente presionados -por estos movimientos,
los cuales se estaban identificando con ideologías comunistas y fascistas,
imperantes en los primeros treinta años de este siglo.
Las escuelas norteamericanas que conceptualizaron el fenómeno de los
movimientos sociales fueron el estructural-funcionalismo, representada por
Parsons, y la escuela del interaccionismo simbólico por Blumer. Las escuelas
norteamericanas establecerían el consenso de que los movimientos sociales
se pueden definir como una serie de conductas colectivas capaces de generar
nuevas formas de identidad y “como producto del impacto diferenciado
que la modernización produce en el sistema de acción social”. (Quiñones,
1997: 15)
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Escuelas europeas
Para la sociología europea también era de vital importancia la comprensión
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este autor plantea la “ley de la unidad mental de las multitudes”, la cual fue
una justificación teórica que servía para argumentar que las masas actuaban
bajo la hipnosis colectiva, que es generada por el excesivo colectivismo que
conformaba la sociedad industrial.
La ley de la “unidad mental de las multitudes” está conformada por tres
factores que son:
a El primer principio esta conformado por la idea de que el individuo actúa
bajo un principio de anonimato, lo que le origina un sentido de supe-
rioridad sobre los principios de regulación positiva de la sociedad. Esto
significa que los individuos actúan bajo un principio de “irracionalidad”,
los que los mueve a anteponer sus emociones, por lo que las normas o
valores que rigen la sociedad son puestos en un segundo plano.
La teoría racional
Quizá la teoría más norteamericana, o profundamente liberal, es la de la
elección racional (rational choice) la cual no sólo permea el estudio de los
movimientos sociales, sino también distintos campos de la política, como:
las políticas públicas, e incluso la vida cotidiana, en la cual se maximizan las
decisiones individuales; “el punto de vista de la elección racional es que las
revoluciones y otras formas de acciones ‘colectivas’ no vienen motivadas por
sentimientos psicológicos de privación o interés en relación con fines sociales;
sólo la expectativa de un derecho particular da motivos a los individuos para
comprometerse políticamente”. (Dalton y Kuechler, 1990: 25).
El problema de una elección racional radica en que los individuos no partici-
pan en él, a menos de que haya una garantía de que sus recompensas superen
los distintos costos de la participación. No obstante, esta definición es muy
superada por los mismos movimientos sociales, ya que la mayoría de los
planteamientos contienen una serie de bienes colectivos, lo que contradice
completamente la lógica de un interés propio.
Movilización
La movilización se entiende como el “proceso por el cual un grupo obtiene el
control de una manera significativa de bienes, sobre las cuales no tenía control
previamente” (Etzioni, 1968: 388). Estos bienes pueden ser tecnologías, dinero
o miembros. Los recursos disponibles de los movimientos dependen de dos
factores, la cantidad de recursos controlados por los miembros de un grupo,
y la proporción de los recursos que los miembros estén dispuestos a aportar
para contribuir al movimiento. Entonces, la movilización puede proceder por
el incremento del tamaño de los miembros, incrementando la proporción de
los objetivos, que los miembros están dispuestos a dar al grupo.
Hay un estado máximo de movilización, que se alcanza cuando prácticamente
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La movilización en bloque
La movilización también utiliza el alineamiento de organizaciones, la cual es
conocida como la estrategia de la movilización en bloque, que opera en térmi-
nos de reclutamiento a otras organizaciones, para apoyar al movimiento. Este
tipo de movilización es muy efectiva en relación a la obtención de recursos
para el movimiento, tanto a nivel económico, como de bases de apoyo. Sin
embargo, esta forma es efectiva en movimientos en que manejan un nivel
razonable de demandas, es decir, demandas técnicamente razonables, las
cuales además les exigen poco tiempo a sus miembros, razón por la cual estas
medidas no son efectivas en movimientos radicales o extremistas.
haber entre los actores sociales y el cambio, y en esa medida, los intentos para
comprender los movimientos sociales, se inscriben dentro de esta tradición de
recuperar la importancia del sujeto en relación a la estructura. El pensamiento
de uno de los más grandes teóricos sobre los movimientos sociales, Alain
Touraine, sigue esta línea conceptual, ya que recupera el debate acerca de que
la realidad social esta construida por relaciones sociales, las cuales superan
la visión determinista de que las estructuras están sobre los hombres, por lo
que su concepto de sociedad es dinámico, en constante movimiento. Es por
ello que a esta escuela se le va a denominar nacionalista, la cual va a tener
su punto de partida en una crítica a la ideología de la modernidad.
Touraine, como ya se dijo, contradice esta teoría de la supremacía de las es-
tructuras, por lo que tratan de explicar desde la perspectiva de que los actores
son los constructores del orden social. Es en este contexto, que se empieza
a desarrollar el concepto de movimientos sociales, el cual es interpretado
174 como una tensión social inherente a una sociedad construida sobre las clases
sociales, por lo que los movimientos sociales tratan de recuperar el control
de su propia situación social en la estructura. Es decir, tratan de impactar
no sobre las estructuras políticas, sino en los ámbitos culturales y simbólicos
que conforman la vida cotidiana, por lo que aparecen nuevos temas que no
son precisamente económicos o políticos, sino que son valores universales,
morales o éticos, que tienen su condensación en temas como la ecología, las
identidades, las preferencias sexuales, etc.
Este autor no parte desde una perspectiva de la estructura social, sino de la
acción social, la cual incluye tres niveles que van a adaptarse al funciona-
miento de la sociedad Estos son: el de su autoproducción, el de su adaptación
y, el de su organización, teniendo un motor de cambio condensado en los
movimientos sociales. Pero el problema ahora radica en saber cómo es que
surge un movimiento social. De inicio, no toda acción colectiva nos conduce
a un movimiento social, sino que este debe cumplir una serie de requisitos
para ser considerado como tal. El proceso de gestación está conformado por
tres principios. Primero, un movimiento social nace a partir de la gestación
de una identidad que le permita al individuo construir y consolidar una
cierta conciencia que le va a servir para definirse y afirmarse con respecto a
su papel y a su situación concreta en el movimiento.
Por lo anterior, era indispensable que con la creación de la identidad se
definiera un principio de oposición, es decir, la capacidad del movimiento
para nombrar e identificar a sus oponentes. Por último, se construye el
principio de totalidad. No hay movimiento social, nos dice Touraine, que
se define únicamente por el conflicto, el principio de totalidad es el sistema
de acción histórica cuyos adversarios “situados en la doble dialéctica de las
clases sociales, se disputan el dominio de la sociedad”. (Touraine, 1992: 252).
En este sentido, Touraine, define al movimiento social en términos de “una
acción colectiva organizada, entablada contra un adversario social, a través
de los cuales una sociedad actúa sobre sí mismo y sobre las relaciones en
su entorno” (1992: 253). Así que en síntesis, este autor definió a los nuevos
movimientos sociales en términos de su carácter cultural y su consecuente
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Conclusiones
Los movimientos sociales son productores de significados y estrategias que
dotan de sentido a las acciones sociales con respecto a las esferas políticas,
económicas o administrativas (Dalton y Kuecheler, 1992). Estas acciones
en medida en que son una recreación y resignifación de los universos sim-
bólicos de la sociedad pueden ser significados tanto democráticos como
autoritarios.
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