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El desarrollo emocional comprende la capacidad creciente de sentir, comprender y

diferenciar de manera progresiva emociones más complejas, al igual que la


capacidad de autorregularlas con el fin de adaptarse al entorno social o para
alcanzar metas presentes o futuras. A menudo los niños afrontan situaciones que
los llevan a elegir una opción entre varias que compiten (por ejemplo, terminar sus
tareas antes de jugar o comer una colación ahora en vez de consumir alimentos
más sanos durante la comida servida más tarde). Al tomar tales decisiones, los
niños deben reconciliar las opciones conflictivas disponibles a la luz de las
expectativas y de las reglas específicas que ellos deben respetar, y ellos deben
regular sus impulsos para escoger la gratificación inmediata en beneficio de una
opción menos inmediata y automática. Este tipo de control cognitivo y del
comportamiento está ligado el concepto de funciones ejecutivas. Las funciones
ejecutivas se refieren a procesos de control cognitivo multidimensionales que
resultan de un esfuerzo voluntario importante. Estas funciones incluyen la
capacidad de evaluar y de organizar su entorno, de alcanzar objetivos y de
adaptar su comportamiento con flexibilidad durante situaciones inéditas. Algunos
resultados de investigaciones sobre el desarrollo cognitivo y en neurociencia del
desarrollo cognitivo han mostrado que el desarrollo de la regulación emocional
está sustentado considerablemente por varias funciones ejecutivas
fundamentales, específicamente el control de la atención, la inhibición de los
comportamientos inapropiados, la toma de decisiones y otros procesos cognitivos
de alto nivel solicitados en contextos exigentes en el ámbito afectivo.

La regulación emocional y la función ejecutiva están conectadas en más de un


sentido. El desarrollo de las habilidades socioemocionales incluye la conciencia de
sí mismo y las habilidades de autocontrol, entre otras áreas. La regulación de esas
emociones es fundamental para las tareas cognitivas de funcionamiento ejecutivo.
Cuando regulamos la conducta, el lóbulo frontal trabaja con el control de los
impulsos, la iniciación, el autocontrol y otras habilidades cognitivas. Además, el
desarrollo de las habilidades emocionales incluye la capacidad de autorregulación.
Estas habilidades maduran y se desarrollan a lo largo de la infancia y hasta la
edad adulta.

La regulación emocional es esencialmente la capacidad de una persona para


gestionar el estrés. No es una habilidad con la que nacemos.

Para los niños, sobre todo los que padecen ansiedad, autismo, TDAH, TEA,
traumas en la primera infancia, trastorno del procesamiento sensorial y otras
necesidades especiales, puede ser especialmente difícil.

Una mala regulación emocional puede dar lugar a problemas sociales, crisis
nerviosas, problemas en casa y en la escuela, comportamientos negativos,
ansiedad y, más adelante en la vida, incluso adicciones y dificultades en las
relaciones.
A veces, las emociones se vuelven intensas y fuera de control. Se convierten en
desregulados y afectan a la capacidad de gestionar las conductas y los procesos
de pensamiento cognitivo, para las habilidades de funcionamiento ejecutivo. La
desregulación emocional dificulta numerosas habilidades mentales como la
concentración o el seguimiento de instrucciones. Cuando las emociones toman el
control, nuestro cerebro tiene problemas de comunicación entre el sistema límbico
y el lóbulo frontal.

El aprendizaje socioemocional se define como un proceso para ayudar a los niños


a adquirir habilidades críticas para la eficacia de la vida, como el desarrollo de
relaciones positivas, el comportamiento ético y el manejo de situaciones difíciles
con eficacia. Las habilidades específicas que permiten a los niños funcionar y
llevar a cabo las ocupaciones diarias (como jugar, aprender, participar en
situaciones sociales, descansar, vestirse, escribir, montar en bicicleta, interactuar
con los demás…) son aquellas habilidades socioemocionales que ayudan a los
niños a reconocer y gestionar las emociones, a interactuar con los demás, a
pensar en sus sentimientos y en cómo deben actuar, ya regular el comportamiento
calculando en la toma de decisiones reflexivas.

Muchas veces, nos encontramos con niños en nuestros casos de terapia o en


nuestras aulas (o incluso en nuestras propias casas) que tienen problemas en un
área… o en varias. Recordemos que debajo de los comportamientos, los
problemas con las transiciones, la actuación, la irritabilidad, los problemas de
sueño, los pensamientos inflexibles, las frustraciones, etc… puede haber
componentes de regulación emocional.

Consideramos algunas de las formas en que nuestros alumnos pueden tener


dificultades con las competencias sociales y emocionales. Podemos ver niños con
dificultades en algunas de estas áreas de desempeño ocupacional (desempeño
ocupacional = las cosas que hacemos… las tareas que realizamos):

 Académico/aprendizaje
 Gestión del estrés en el aprendizaje/tareas cotidianas
 Creación de objetivos personales en el trabajo escolar o en los intereses
personales y seguimiento de los mismos
 Tomar decisiones basadas en normas éticas y sociales en el juego, el
aprendizaje o el trabajo.
 Comprender/interpretar las expectativas sociales (normas sociales) al
vestirse, bañarse, asearse, etc.
 participación social
 Resolución de conflictos con los amigos
 Empatizar con los demás
 Responder a los comentarios en las tareas escolares, domésticas o
laborales.
 Tomar decisiones de buen juicio y seguridad en la comunidad
 Mostrar modales
 Comprender las sutiles normas sociales de la comunidad o del juego.
 Transiciones en las tareas en la escuela o en casa
 Capacidad de filtrar las entradas durante las tareas
 Cooperación en el juego y en el aprendizaje en grupo
 Considerar el contexto en la comunicación
 Control emocional durante los partidos

Existe una conexión entre las habilidades socioemocionales y las habilidades de


funcionamiento ejecutivo. Cuando se lee esa lista de ocupaciones, muchas de las
áreas de lucha tienen un componente relacionado con el control de los impulsos,
la memoria de trabajo, la atención, la concentración, la metacognición y la
persistencia, etc.

Las habilidades de regulación sensorial y emocional dependen de varias


subcategorías de habilidades de funcionamiento ejecutivo, como la
inhibición/control de impulsos, la iniciación de tareas, la memoria de trabajo, la
flexibilidad mental y el autocontrol. Sabemos que todas estas habilidades mentales
están profundamente interconectadas y que el funcionamiento ejecutivo es como
el centro de control del tráfico aéreo del cerebro… nos mantiene operando como
deberíamos.

Control de los impulsos: la atención y los impulsos son otro conjunto de


habilidades del funcionamiento ejecutivo que están muy relacionados. Cuando el
niño distraído no puede concentrarse en una tarea o conversación específica, o en
una situación, entonces la tendencia a responder impulsivamente es bastante
probable. Una gran herramienta para evaluar y controlar los impulsos en el niño
con problemas de atención es el diario de control de impulsos.

Memoria de trabajo – Esta habilidad del funcionamiento ejecutivo es la capacidad


de actuar sobre recuerdos pasados y manipular la información en una situación
nueva. Procesar los recuerdos a corto plazo y utilizarlos nos permite responder en
situaciones nuevas.

Atención – Las funciones ejecutivas dependen en gran medida de la atención. Las


distracciones pueden presentarse de muchas formas. El niño que es demasiado
sensible a los estímulos sensoriales puede responder de forma exagerada a los
más mínimos sonidos, texturas, vistas, olores, sabores o movimientos. Los niños
que están excesivamente distraídos por sus necesidades sensoriales tendrán
dificultades para atender a órdenes sencillas. Otros niños son capaces de
“mantener la compostura” en el aula o en casa, pero su concentración es un reto.

Autocontrol – Esta habilidad del funcionamiento ejecutivo va de la mano de la


atención y la concentración. La autovigilancia nos permite mantenernos a raya en
una situación. Tenemos que mantenernos en la tarea y concentrarnos en lo que la
persona está diciendo y responder de manera apropiada. Si el niño con problemas
de atención no puede concentrarse en lo que dice una persona durante más de
unos minutos, la capacidad de responder adecuadamente puede ser un verdadero
problema.

Control emocional – Los niños con problemas de atención pueden no ser capaces
de atender durante largos períodos de tiempo a una situación que les permita
controlar sus emociones. Pueden perseverar en las emociones de una situación
específica o pueden no estar “al día” con la situación que se está viviendo o ser
capaces de procesar sus emociones mientras atienden a una situación diferente.
Los problemas de control emocional pueden dar lugar a respuestas conductuales
cuando se esfuerzan por mantener sus emociones bajo control.

Priorizar – Planificar y elegir las tareas más importantes de un proyecto puede ser
una lucha para el niño con problemas de atención. Puede ser fácil sentirse
abrumado y distraído por las opciones de importancia.

Velocidad de procesamiento –se refiere a la capacidad de recibir, comprender y


procesar información para tomar una decisión o dar una respuesta. También
implica el uso de la memoria de trabajo en una situación o experiencia. Los niños
que experimentan problemas de atención de pueden tener dificultades para
recuperar la información (utilizando la memoria de trabajo) y para responder
utilizando esa información (iniciación). Esto se traslada a la pérdida de
información, a la dificultad para seguir una conversación o una lección en la
escuela, o un juego o actividad que avanza rápidamente.

Iniciación de la tarea: los niños con dificultades de atención pueden tener


dificultades para iniciar las tareas. Puede ser difícil extraer el punto de partida o las
partes más importantes de un proyecto de varios pasos, de modo que el mero
hecho de empezar es una verdadera lucha.

Finalización de tareas- De forma similar a la iniciación de tareas específicas,


completar una tarea o proyecto puede ser un verdadero reto para el niño que tiene
una atención limitada. La lectura de un libro de varios capítulos puede parecer
abrumadora y bastante difícil y nunca se termina. Limpiar una habitación puede
ser un gran reto cuando hay distracciones visuales, auditivas o de otro tipo
relacionado con los sentidos que componen el proyecto.

El desarrollo del funcionamiento ejecutivo y la regulación emocional puede


fomentarse con los métodos aquí descritos, así como con algunas estrategias
básicas:

 Rutinas
 Modelar el comportamiento
 Establecer un sistema de apoyo
 Juego creativo
 Estrategias de regulación emocional
 Oportunidades para el movimiento y el desarrollo de habilidades motoras
 Practicar el bienestar, los hábitos saludables y el bienestar
 conexión familiar
 Mindfulness y mentalidad de crecimiento.
 Redes sociales y juego interactivo
 Herramientas de afrontamiento para las preocupaciones, el estrés o los
cambios en las rutinas.

 Memoria de trabajo: capacidad de almacenamiento temporal de


información y su procesamiento. Se trata de un espacio en el que la
información específica está disponible para su manipulación y
transformación durante un periodo particular de tiempo.
 Planificación:capacidad de generar objetivos, desarrollar planes de acción
para conseguirlos y elegir el más adecuado en base a la anticipación de
consecuencias.
 Razonamiento: facultad que nos permite resolver problemas de diversa
índole de manera consciente estableciendo relaciones causales entre ellos.
 Flexibilidad:habilidad que nos permite realizar cambios en algo que ya
estaba previamente planeado, adaptándonos así a las circunstancias de
nuestro entorno.
 Inhibición: capacidad de ignorar los impulsos o la información irrelevante
tanto interna como externa cuando estamos realizando una tarea.
 Toma de decisiones:proceso de realizar una elección entre varias
alternativas en función de nuestras necesidades, sopesando los resultados y
las consecuencias de todas las opciones.
 Estimación temporal:capacidad de calcular de manera aproximada el
paso del tiempo y la duración de un suceso o actividad.
 Ejecución dual: capacidad de realizar dos tareas al mismo tiempo (dichas
tareas deben ser de diferente tipo), prestando atención a ambas de manera
constante.
 Branching (multitarea): capacidad de organizar y realizar tareas
óptimamente de manera simultánea, intercalándolas y sabiendo en qué
punto están cada una en cada momento.

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