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- J--` `-
 Óüdo la Antigüedad y la Tar
tigüedad, entramos de lleno en la Edad Media, para abo un periodo crucial en la hi
europea. Si Jordanes llamó a Escandinavia "matriz de s", siglos después sus habit
se encargari'an de refrendar esta afirmación. Desde ls Constantinopla, y des
glaterra a esa Rusia a la que dieron nombre, rus, dan{ gos o normandos mar
buena parte de la historia de los territorios donde se ¡Y eso sin contar su pa
pación en la Primera Cruzada, que hemos obviado :e;#s¥ih:n:
conseguido reflejar esa diversidad de escenarios y de c ulo
#úrno`tearg°:n:zrae:o:°pSo:::t:Í
cendientes de los vikingos. Hemos contando otra vez n esriFcialistas internacionales qu
pensamos, consiguen transmitir con su pluma esos mpo§\vibrantes en que se ganaba
reinos a punta de espada y donde guerreros de fábulá' robabah tesoros con los que merec
la mano de una princesa. Mención aparte merece el extraordi,hario trabajo de nuestros
tradorespuntalimprescindibledeDespertaFerro,yenespec,i'allaencomiablelaborde
er vivo el insustituible legado de Dionisio Cueto.
unas felices fiestas y una buena eritrada en el 2011 !
 Dos guardias descansan en el puerto, en el que podemos ver
atracados varios barcos largos vikingos, esperando quizás para
embarcar. El que permanece sentado, y que luce tatuajes en sus
antebrazos, lleva pantalones bombachos y una cota de malla de
tipo bizantino, más corta que los pesados hauberks normandos.
Juntoaéldescansansusarmas,unaespadaylatípicahachavarega
que les hacía inmediatamente reconocibles y que les ganó el ape-
lativo de peJekypJioroí., "portadores de hacha". Un yelmo cónico,
de tipo romano oriental, como el de Pernik, Bulgaria, datado en
la segunda mitad del siglo XII, completa su panoplia. Su compa-
ñeroerguidollevatambiénpantalonesyunatúnicaescarlata,ade-
más de una corta clámide militar ceñida por una fibula. De su
cintocuelgauntípicocuernonórdicoparalabebida.Sucascocó-
nico cuenta con nasal y almófar de malla para proteger cuello y
hombros,ycuelgadesuespaldaunescudocubiertoconsufiinda
decuero,imprescindibleparaprotegerlamaderadelasinclemen-
cias meteorológicas.

v L[ÓH I)EL PIREO, hoy en el Arsenal de Vene(ia. Aún e§ posible percibir la inscripción

rúnica.

n determinadas ocasiones, especialmente en su época más

E temprana, el emperador bizantino empleaba a miembros

destacados de la GUARDIA VAREGA para comandar sus
tropas,yafiieraparasofocarrevueltasoparacombatiralenemigo
más allá de sus fronteras. Así, en el siglo Xl encontramos un des-
tacamento de tropa regular operando en Grecia al mando de un
guardia llamado Ragnvald. Puede que fuera en esta ocasión
cuando algún varego grabó una inscripción rúnica sobre el león
de mármol que desde el siglo 11 guardaba el puerto del Pireo, en
Atenas, y al que daba nombre como ``El puerto del león". Otros
autoressostienenquelasrunaspudieronhabersidograbadaspor
los varegos que acompañarían a Basilio 11 en su entrada triunffl
en Atenas en 1018. En cualquier caso, el paso del tiempo ha des-
gastado tanto la inscripción que las lecturas que se han querido
hacer de la misma parecen un
tanto aventuradas. El león fue
transportado a Venecia en 1687-
'3 1688comopartedelbotíndelal-

mirante Francesco Morosini tras

el saqueo de Atenas durante la
guerraentreellmperiootomano
y una serie de potencias euro-
peas agrupadas en la Liga Santa.
Actualmente puede contem-
plarse en el Arsenal de Venecia,
como un símbolo más de San
Marcos, patrón de la ciudad de
los canales.
 DEspHTAFEmn | 5

UN AÑO RECORRIDO, TOD0 UN MUNDO POR RECORRER

ejemplares, va
T:i:_c;:c:ioa,::s,avña:.:::|o.nce.:sneafflTda::l;f::aain.vri:a,cióa:e: por el mismo ca-
propósitos de fiituro. Podéis estar seguros de que 2010 ha sido mino. Mientras
un año intenso para nosotros desde que, hará algo más de 12 escribo estas lí-
meses, los tres coeditores (o el triunvirato, como hemos sido neas estamos de-
bautizados por nuestro portadista) nos reunimos en Zaragoza cidiendo qué
por vez primera. Poco tiene que ver aquel inocente bosquejo de hacer con el pre-
proyecto inicial, que incluso carecía de nombre, con la forma ac- sente n°3, aunque
tual que ha asumido Desperta Ferro, una iniciativa editorial que lo más probable
^ Bautismo de fuego en Tarraco Viva, amablemente apadri-
ha cobrado vida propia y crece imparable día tras día. es que volvamos a
nados por Fernando Quesada.
Nuestra actividad en estos meses ha sido frenética: tres nú- dar un paso ade-
meros comerciales en el mercado más un anticipo de descarga lante y apostar por las 3.000 copias. Por otro lado, contamos con
gratuita, presentaciones formales en Tarraco Viva, nuestro bau- presencia en la mayor parte de las capitales de provincia y princi-
tismo de fiiego en toda regla, y Barcelona, una prolífica presencia pales ciudades de todo el Estado a través de nuestro centenar de
en la Web, etc. Nuestro esfiierzo y desvelos no han sido en vano, puntos de venta, cuya relación completa, que se actualiza cada se-
ya que, humildemente, creo que hemos conseguido transmitir mana, podéis encontrar en nuestra página web. Por último, pero
nuestro entusiasmo a un grupo de extraordinarios colaboradores no por ello menos importante, debemos dar las gracias al apoyo
y a una comunidad de lectores que nos ha recibido con los brazos incondicional de nuestros suscriptores, que ya suman más de 300,
abiertos. La generosa contribución de los primeros, motivo de or- y de todos los que nos seguís a través de los diferentes foros, nues-
gullo para nosotros, ha tro blog y nuestro Facebook.
hecho posible dar forma En cuanto a los retos que nos depara el año entrante, cree-
y dotar de contenido a mos que lo más importante es seguir haciendo las cosas como
nuestra revista, mientras hasta ahora y tratar de mantener, si no elevar, el listón de cali-
que la cálida recepción dad que nos hemos autoimpuesto. También trataremos de re-
de los segundos, es decir, doblar nuestros esfuerzos para tener un contacto lo más
vosotros, ha propiciado directo y fluido posible con vosotros, tanto a través de la Red
el éxito comercial, y por como mediante nuevas presentaciones que haremos en dife-
ende la pervivencia en el rentes ciudades y
tiempo, de Desperta quién sabe, qui-
Ferro. zás nos decida-
Nuestro nol, del que mos a ampliar
imprimimos 2.000 ejem- horizontes con
plares, se encuentra ago- algún Desperta
tado desde hace semanas Ferro Especial. Y

y el no2, cuya tirada am- hasta aquí puedo

pliamos hasta los 2.500 contar.
^ Desp`erta.[erro en la Feria del Libro de Madrid. ^ El triunvirato en Alpha Ares 2010, Barcelona.

ESPECIALIZADOS EN LIBROS DE ARMAMENTO Y MILITARIA

E | DESPERTAFERRU

¿Qué quedó de los vikingos?

Asimilación y transformación
de los pueblos postlvikingos
VIKINGO HA SIDO SINÓNIMO DE GUERRERO, PIRATA, SAQUEADOR Y EXTORSIONADOR, PERO TAMBIÉN DE-
BERÍA sERLO DE COLONO DE ISLAS DESHABITADAS y UN TANTO INHÓSPITAS (FEROE, isLANDm), FUNDADOR
DE CIUDADES QUE AÚN SON IMPORTANTES (DUBLÍN, NOVGOROD), EXQUISIT0 LITERATO (SAGAS, EDDAS)
Y CONSTRUCTOR DE LOS MEJORES BARCOS DE SU TIEMPO (LANSKJP, KNARR). UNA VIDA CORTA E INTENSA
PARA ESTE PUEBLO QUE ACABÓ DISOLVIÉNDOSE ENTRE UNOS DESCENDIENTES ESCANDINAVOS QUE PRONTO
SE OLVIDARON DE SUS ANTEPASADOS 0 ENTRE AQUELLOS PUEBLOS CON LOS QUE CONVIVIERON Y TRANS-
FORMARON, COMO ANGLOSA}ONES, IRLANDESES, FRANCOS 0 ESLAVOS.

por Manuel Velasco

come (bienvenido), aunque la mayoría quedaron obsoletas, sobre

N
ormalmente se considera el año 1066, con la derrota del
reynoruegoHaraldHardradaenlabatalladeStamford todo los numerosos términos agrarios caídos en desuso.
Bridge,comoelfindela"eravikinga''.Estaesunafecha Las tierras cercanas a Jorvik se dividieron administrativa-

históricaqueponefinacasitressiglosdeunadeterminadaforma mente en ri.dí.#gs (tercios), que en la región de Yorkshire se man-

de vida de un pueblo que, surgido de las lejanas brumas septen- tuvieronhasta1974,cuandodejarondeexistirpormandatooficial

trionales,cambiólaformadevidademediaEuropa(ynipodemos bajo las protestas de los ciudadanos de esta zona, orgullosos de

imaginarquéhubierasucedidodehaberprosperadolacoloniade
Vinland). Pero, si bien la batalla de Stamford Bridge es un final
``histórico", el auténtico fin de la forma de vida vikinga había em-
pezado mucho antes, sin una fecha fija, con el asentamiento de
contingentes vikingos en otros países, donde asimilaron las cos-
tumbres locales y, sobre todo, con la paulatina conversión al cris-
tianismo, que fiie imponiendo otra visión de lo humano y lo
divino entre aquellos que fiieron el último gran pueblo europeo
en ser convertido. Asimilación y transformación, aunque en al-
gunos casos su influencia en aquellos territorios periféricos per-
maneció hasta llegar a nuestros días.
INGLATERRA E IRLANDA
Tal vez sea en lnglaterra -tengamos siempre en cuenta que allí
tuvo lugar el comienzo y el final de la "era vikinga''- donde más
influencias dejaron los vikingos y donde menos asimilación tu-
vieron de las costumbres locales, en este caso las anglosajonas.
Ellegadovikingoquedómáspatenteenelnortedelnglaterra,
en torno a York, la Jorv¡.k nórdica, donde han quedado numerosos
topónimosyunacentoespecialdesugentealpronunciarelinglés.
Tambiénhayquetenerencuentaquehubomilesdepalabrasque,
a través de la administración del territorio que se denominó Dc!-
"Jag/DancJaw (``Ley Danesa"), entraron a formar parte del len-
sus tradiciones heredadas de los nórdicos. De igual modo, aún
perduran los wapc#fake, que en tiempos vikingos eran un lugar
de encuentro de los hombres libres para tomar determinadas de-
cisiones (el nombre viene a significar el recuento de votos según
lasarmasquelosvotanteslevantaban).Todavíaquedanvariosde
estoswape#Íakequemantienenalgunasfiincionesadministrativas
regionales.MuchascallesdelcentrodelactualYorktienenelsufijo
-gc]Íe(Coppergate,Fossgate)quenovienedelgt2íeinglés(puerta),
sino del gaífl nórdico (camino, calle). También en las regiones de
Yorkshire,LancashireyLincolnshireperduranalgunossufijosen
las toponimias, como -Z7y (originariamente granja, aunque más
tarde pasó al nombre de aldeas o ciudades), -virke (muralla), -
Íhorpe (aldea), -beck (corriente), -sfr¢Íid (playa), -ey (isla), -daJ
(valle), -#ess (promontorio en la costa como señal para los nave-
gantes).
A pesar de la cristianización y de la consiguiente sustitución
delosnombrespropios,losdíasdelasemanapermanecieronde-
dicadosalosviejosdiosessajonesyvikingos.Tambiénquedópara
siempre el recuerdo de los vikingos en una popular canción, que
se cantaría durante siglos rememorando el derribo del puente de
Londres por Olaf Haraldson.
En la isla de Man aún existe el T/' nwaJd, el viejo parlamento
de los tiempos vikingos, aunque las reuniones en el solsticio de
verano sólo sean de carácter ceremonial, al igual de lo que ocurre

guaje sajón hasta llegar al inglés actual; muchas de ellas enelAJíh¡.#gislandésoelLogf!.ngferoés.Encualquiercaso,todos

relacionadas con el comercio, la legislación y la navegación. Aún ellos pueden ser considerados como los más viejos parlamentos
sobreviven unas seiscientas, como/Zqg (bandera), kí.jj (matar), weJ- del mundo.

A pesar de haber tanto noruegos como daneses, y que la ma-
yoría de los reyes del DaneJag fiieran originarios de Noruega, el
término ``danés" prevaleció para denominar a todos los nórdicos
en territorio inglés. Todo lo contrario de lo que ocurrió en lr-
landa, donde supieron diferenciar entre noruegos y daneses, a
los que dieron los nombres gaélicos de/¡.##-g¢J/ y d%J!b-gczJJ res-
pectivamente. El rey irlandés Brian Boru, casado con una mujer
vikinga, derrotó a los vikingos en la batalla de Clontarf en 1014,
pero para entonces había miles de descendientes de colonos nór-
dicos establecidos en las ciudades portuarias por ellos creadas.
Aquellos medio-vikingos eran designados como ga7.J-gz7cdhi./. La
mayoría de ellos, ya completamente asimilados, se dedicaron al
comercio, siguiendo las rutas abiertas por las costas europeas.
También hubo mucha presencia irlandesa en la colonización de
lslandia, como lo atestiguan tanto los actuales análisis de ADN
como los nombres de personajes de sagas, algunos tan impor-
tantes como Njal o Cormac.
NORMANDÍA
Este condado franco fiie el primer intento de un rey cristiano por
impedir las invasiones vikingas entregando a otros vikingos unas
tierras que desde entonces tenían que defender. La entrada al Sena
quedó prácticamente sellada al transformar el condado de Neus-
tria en Normandía, bajo la administración del conde Rollo. Aquel
antiguo vikingo noruego llamado Hrolf Ganger tuvo que bauti-
zarseycasarseconunamujerftanca,ejemploquefiieseguidopor
los suyos. Pronto se "affancesaron" aquellos normandos, pero el
abandono de los antiguos dioses no fiie radical. Resulta significa-
tivo el texto del historiador Adhemar, que cuenta cómo Rollo, al
intuir su cercana muerte, mandó hacer sacrificios a los dioses vi-
kingos y al mismo tiempo repartió mucho oro entre las iglesias
cristianasdesuterritorio.Ély,esmuydesuponer,todoslossuyos,
estuvieron "entre dos aguas" en cuestiones religiosas. Aun así, y
con una rapidez inusitada, el idioma nórdico se fue perdiendo,
adoptando los hijos de aquellos hombres de sangre vikinga las
costumbres de la Euopa medieval, exceptuando la poligamia, que
era llamada more d¢#!.co por los clérigos cristianos.
Cuando, siglo y medio más tarde, sus descendientes tomaron
lnglaterratraseltriunfoenlabatalladeHastings,pocascosasha-
cían recordar su ascendencia nórdica.
VAREGOS Y RUS
Las batallas en territorio inglés del 1066 también influyeron en un
lugar tan lejano como Bizancio, donde, desde siglos antes, encon-
tramos a la Guardia Varega como guardia personal y principal
fiierza de choque de los emperadores bizantinos. El impacto de la
derrota de Harald Hardrada en Stamford Bridge y de la victoria
de los normandos en Hastings hizo que los miembros nórdicos
de la Guardia Varega fiiesen siendo reemplazados por anglosajo-
nes (y entre ellos, anglo-daneses) que no querían vivir bajo el
dH&uelvelascoesautordeocholibros,seisdedlosdetemáticavtkinga,cultivandotan±olaficcióncomoladivulgaciónristóriSf:
más una obra de teatro escrita para la Romería Vikinga de Catoira, y docenas de artículos publicados en revístas especializadas
a¿ +arios países. Más infiormación en su blog Tetrrto[bo V.íkingo: www.elDrakkar.blogspot.com.
DEspERTAFERRn | 7
mandato normando, y así permaneció este cuerpo de elite, que
entonces también recibió el nombre de E#gJi.#barrflngo!.. De ma-
nera paralela, el idioma nórdico de los varegos fiie reemplazado
poco a poco por el anglosajón, según quedó recogido en el ma-
nuscrito De o#Í.c¡.¡.s (pseudo-Codinus).
Los varegos dejaron su recuerdo rúnico, al modo de un graffiti
para dejar constancia de que "estuvieron allí", en la iglesia Hagz.a
Sophz.a de Costantinopla (la inscripción mayor es un tal Halfdan,
y la menor, menos conocida, de un tal Ari, que solía ser un nom-
bre islandés). También tauaron runas en la gran estatua de un león
de mármol que estaba en el puerto ateniense de EI Pireo, aunque
siglos más tarde fiie trasladada a Venecia; en este caso fi]eron va-
rios los autores y lo hicieron al modo de las piedras rúnicas de su
tierra de origen: en memoria de un familiar muerto. La memoria
de los varegos también quedó reflejada en algunos libros ilumi-
nados, frescos y mosaicos bizantinos donde aparecen estos gue-
rreros portando hachas de mango largo, el arma más característica
de aquel cuerpo.
En el territorio rus, tras la unión de los reinos de Novgorod y
Kiev, se produjo una asimilación similar a la de Normandía. Vla-
dimir 1 de Füev, cuarta generación de monarcas vikingos en aque-
11as tierras, ayudó al emperador Basilio 11 de Bizancio con 6.000
guerreros a defender su trono. A cambio recibió a su hija Ana, es-
trechándose así los lazos entre ambos pueblos, que hasta ahora
sólo habían sido comerciales. Esto estuvo complementado por la
consiguiente cristianización. Vladimir llevó a toda su gente al río
Dniéper, donde fiieron bautizados en masa. Esta dinastía se man-
tendría en el poder hasta el siglo XVI, siendo lván el Terrible su
último soberano (zar, en este caso). Aquellos rus, ahora pertene-
cientes a la lglesia ortodoxa, adoptaron nombres eslavos y el
idioma se ft perdiendo hasta que se rompieron los contactos con
las metrópolis nórdicas.
Terminada la ``era vikinga" y cristianizado el norte europeo,
se acabaron los asaltos vikingos (las costas escandinavas llegaron
a sufrir entonces ataques de piratas eslavos). La germánica Liga
Hanseática tomó el relevo de las rutas comerciales vikingas. Los
islandesesemprenderíanlaelogiabletareadetranscribirlassagas
pasadas por tradición oral durante generaciones. Pasarían siglos
hasta que los vikingos fiiesen redescubiertos y reivindicados por
sus lejanos descendientes, después de que otros más cercanos hu-
biesen renegado de ellos hasta olvidarlos.
BiBLinERAFÍA BÁsi[A
[arlsson, 0., nlwyn, n. (lEgB): Fülli]w the Vikings! (Viking HEritagB). [ouni:il
nf Eurüpe.
W.AA.. (1991): 7bg VÍ.Ai.og. Norbok.
11±
Haywaad . J. (IqHE).. ThB PBnguin historiBí]l atlBs of thB Vikings. HiNWQod.
E | DESPERTAFERRn

Vikingos en el este
La penetración escandinava
en la Europa oriental
durante la Era Vikinga
EL PAPEL QUE LOS ESCANDINAVOS DESEMPEÑARON EN EL ESTE SE
ENCUENTRA GENERALMENTE ECLIPSADO POR SU ACTIVIDAD EN EL
OESTE. ESTE HECHO SE PUEDE EXPLICAR POR DIFERENTES RAZONES.
UNA DE LAS MÁS SIGNIFICATIVAS ES QUE IIABÍA MUCHAS MÁS FUENTES
ESCRITAS EN OCCIDENTE QUE EN ORIENTE. TODOS LOS PUEBLOS QUE
LOS VIKINGOS SE ENCONTRARON EN OCCIDENTE POSEÍAN CUIJTURAS ES-
CRITAS, QUE DEJARON PATENTE EL CON FRECUENCIA ATROZ COMPORTA-
MIENTO DE ESTOS VIKINGOS. POR CONTRA, EN EL ESTE LOS ESCANDINAVOS
DEBIERON RECORRER AMPLIAS DISTANCIAS ANTES DE TOPARSE CON PUEBLOS QUE DEJA-
RAN CONSTANCLA DE ELLO, LO QUE SOLO PARECE HABER PASADO CUANDO SE APROXI-
MARON A LAS COSTAS DE LOS MARES CASPIO Y NEGRO Y ESTUVIERON AL ALCANCE DE
LOS TENTÁCULOS DEL CALIFATO Y DEL IMPERIO BIZANTINO.

por John H. Lind

Syddansk Universitet, Dinama;i.ca

or tanto, estos escandinavos debieron recorrer miles de ki- viene de "pirata'', dicho término no ha aparecido en el este

P lómetros sin que nadie pudiera dar prueba de ello y, por

otro lado, las menciones de árabes y bizantinos están li-
mitadas a su entorno geográfico. Lo que pasó en ese vasto territo-
rio que se extiende entre Escandinavia y Bizancio y el Califato
quedó, generalmente, sin registrar, al menos hasta que la expan-
sión del cristianismo por dicha región durante el siglo X dio lugar
al nacimiento de una cultura escrita (eslavo y ruso antiguo) im-
pulsada por la lglesia.
Una consecuencia de este hecho fue que la actividad escan-
dinava en el este y en el oeste fue registrada en bloques lingüís-
ticos completamente diferentes: latín, inglés antiguo y otras
lenguas europeas en Occidente, y árabe, griego y, más tarde,
ruso antiguo en el este. Esta división lingüística también con-
dicionó una ruptura similar en cuanto al estudio de la actividad
escandinava durante la Era Vikinga. Mientras que los estudio-
sos concentrados en Occidente generalmente piensan en los
escandinavos como vikingos, concepto que originalmente pro-
hasta tiempos muy recientes. Por el contrario, en Oriente los
escandinavos fueron denominados tanto por las fuentes como
por la posterior historiografia primero como "rus" (con varia-
ciones dependiendo de la lengua: ros en griego, aHz# en
árabe) y, hacia finales del siglo X, como varegos (v4ra#go!. en
griego, aJ-bflr!.ngm en árabe), cuando el término rus comenzó
a denominar también al conjunto de la población eslava do-
minada por el estado rus.
LA PRIMERA APARICIÓN DE LOS ESCANDINAVOS
EN EL ESTE
lmfuentesescritw
Podemos contar dos historias acerca de la penetración escandi-
nava en la Europa del Este: una historia tradicional, basada en las
fiientesescritasyenocasionesilustradaconloshallazgosarqueo-
lógicosmássignificativos,yunahistoriamoderna,enlaqueseda
prioridad a las evidencias arqueológicas.

^ Pl[DRA RúllICA de Hag§tugan, primera mitad del s. Xl, §ódermanland, §uecia."Cuatro[hijos] organizaron la pompa en memoria de [§u] biien padre, en memoria del valeroso

Dómari. el jüeL de dis-curso gentil y liberal con el alimento ... Él (ayó [en] Garóar(?) (Rusia)". liografía del libro Jw€njAa /Ün-u/4unde/ de Dybeck, R. (1855).
 DESFIERTAFERR0 | 9

De las dos, es la primera la que nos encontramos en la
mayor parte de los relatos populares, según la cual la presencia
escandinava en el este comenzó medio siglo después de que los
merodeadores vikingos comenzaran sus incursiones en Europa
occidental, dando comienzo a la Era Vikinga. Así la primera
mención a los escandinavos en el este no nos llega hasta el año
839, a través de los anales francos. En ellos leemos de un grupo
denominado rbos que en 839 acompañó a emisarios enviados
hasta entonces les habían obligado a pagar tributo. Pero estas
tres tribus se percataron de su incapacidad para autogober-
narse, por lo que decidieron una vez más mirar hacía Escandi-
navia, de donde invitaron al príncipe Riurik y sus hermanos a
venir e imponer orden.
Se dice que la llamada de Riurik habría sucedido en 862.
Tras su muerte en 879, su sucesor Oleg (el escandinavo
"Helgi») junto con su hijo lgor ("Ingvarr"), niño aún, decidie-

por el emperador bizantino Teófilo a su contraparte en Occi-
dente, Ludovico Pío. Según el emperador bizantino, estos rftos
habían sido enviados "como muestra de amistad" por su rey.
El emperador pidió a Ludovico Pío que les garantizara un sal-
voconducto a través de su imperio en su vuelta a casa, ya que
la ruta por la que habían llegado a Constantinopla estaba ahora
bloqueada. Pero algo sospechó Ludovico Pío, y una pesquisa
más profunda desveló que estos rhos eran de origen sueco. Este
desenmascaramiento llegó justo cuando otros escandinavos
depredaban las costas del lmperio franco, lo que no ayudó a
disminuir las sospechas de Ludovico. No sabemos que ocurrió
finalmente con estos rhos, que podemos presumir mercenarios
al servicio de Bizancio como
ron marchar hacía el sur, donde conquistaron Kiev y mataron
a Askold y Dir. De este modo Oleg combinaba dos regiones
que hasta la fecha habían sido gobernadas por dos grupos dis-
tintos de escandinavos, una más nórdica y cercana a Escandi-
navia y otra meridional y fronteriza con Bizancio. A
continuación Oleg convirtió a Kiev en el centro del Estado rus
que acababa de crearse.
Así es como la penetración escandinava en Europa oriental
se ha explicado tradicionalmente, en fimción de las fiientes es-
critas, conocidas y estudiadas desde hace siglos: un proceso que
habría comenzado a mediados del siglo IX y que se habría com-
pletado hacia finales del X.
© Carlos de la Rocha Prieto

parte de la guardia rhos, la pre- o Ladoga

cursora de la más famosa Staraia Ladoga \\\`` Haciael marcaspio
Guardia Varega. Irak Persia etc.
La siguiente ocasión en que
tenemos noticia de estos rus es
en 860 cuando, salidos de la
nada, atacaron la mismísima
Constantinopla. Este suceso
memorable se conoce sobre
\
<=``-:O:``+TGjLIAN`:S
todo por fuentes griegas, pero
\ ` ._.`

i\\``:\````````p:.E>ELosBÁL#8é\
C~3~ SELONI
es también el primer hecho,
con rus escandinavos implica- ``` .._.._..__ \
''`''C,CSMORDfirNOS
\
LITU_A_NOS `\
dos,mencionadoenlamásan- r' \
tiguacrónicarusa.Allísenos '
cuentaquelosdoslíderesdela |
incursión, que en este tiempo
gobernaban en Kiev, se llama-
ban Askold y Dir. Los dos
nombres son fácilmente reco-
nocibles como escandinavos:
"Hóskuldr" y "Dyri". En las
DREGÓVICHES`````

DR[vllA"s
``o\`.,"
8hcmigov I
VOLYNI0S SEVERIANOS
crónicas rusas a esto sigue el fa-
moso relato de la llamada del VIKINGOS EN EL ESTE /ÁZAROS
semi-legendario príncipe rus ```-- Rutas comerciales, por mar
Riurik (o "Hrórikr», en escan-
dinavo), y sus dos hermanos.
Esta se produjo después de que
una confederación de tribus fi-
_
"'h.

`+L
`~-
Rutas comeroiales. por tierra

Rutas comerciales fluviales

Estadorus, año900
Estadorus,año l015
HUNGAROS

nesas, bálticas y eslavas de la \¥& FÍ^ Territorio esiavo

regiónnorteñadondeestaríala `
] o RVATo s Pueblos eslavos
futura Novgorod hubiera ex- •-/ _ lllar
r A Bizancio
pulsado a los escandinavos, que
In i DESPERTAFERRO

> Un núcleo de mer(enarios de oíigen es(andinavo, los vare-

gos, componian la élite del ejército rus. Nuestro RII§ YAREGO

(siglos Xll-XllI) lleva el cráneo aíeitado, dejando tan solo

crecer una trenza o mechón al estilo oriental tal y {omo

se describe en la§ crónica§. §e adornaban también (on pen-

dientes y tatuajes. El ca§{o, {óni(o y con media más{ara.

sigue el diseño de los hallados en Lykovo (que §upuesta-

mente habría pertene(ido al prín(ipe laroslav V§evolodovich),

Nikol§koie y Kiev (§iglo§ Xll-Xlll). La espada y el ha(ha §on

de tradi(ión escandinava, mientra§ que la maza procede de

Kiev. La cota de malla de media manga (que en esta época

podía incorporar reíuerzos de láminas de hierro) y el es-

cudo. ya de cometa, completan la panoplia del soldado va-

rego. A lo largo de los siglos Xl-Xll lo§ príncipe§ rus

bus{aron alistar elementos de caballería, ya fueran germa-

nos, polaco§, húngaro§ o pechenegos, tanto {omo mer(ena-

rios (omo mediante alianzas. Lo§ jinetes de los pueblos

nómadas de la e§tepa eran muy valorados por §us habili-

dade§ como arqueros a caballo, y e§te era el caso de los

CAPUCIIA§ N[GRA§ (o "(hernye klobuki"), un pueblo semi-

nómada entre cuyas tribus estarían los berendei y los tortis

y que Íormaron la mayor parte de la caballería de los

ejercitos rus. E§te "capucha negra" se ha reconstruido a

partir de una tumba cumana o chernye-klobuki del siglo

Xlll qiie (ontenía una panoplia (ompleta: casco (ónico-pi-

ramidal con máscara. camisa de malla, §able curvo al estilo

de los posteriores sables tur(os y es(udo redondo con de

umbo reíorzado con herraje§ en cruceta.

LOS TESTIMONIOS
ARQUEOLÓGICOS
IArutaí)orelvolgahaciadcalffitio
Sin embargo otra historia ha emergido en las
últimas generaciones, basada en recientes ex-
cavaciones arqueológicas llevadas a cabo tanto
en Escandinavia como en Europa oriental.
Aunque el propio concepto de una "Era Vi-
kinga», en la que los escandinavos jugaron un
papel dominante en la historia Europea, fue
concebido por arqueólogos que a mediados del
siglo XIX encontraron enormes similitudes
entre hallazgos en Escandinavia, las islas Britá-
nicas y Normandía, dichos arqueólogos eran
aún incapaces de datar esos materiales con pre-
cisión. Por tanto, como todavía hoy, la datación
de la Era Vikinga se basó en las fiientes escritas.
Así, los primeros ataques escandinavos contra
monasterios en las islas Británicas a finales del
siglo VIIl se ven aún como heraldos que anun-
cian el comienzo de dicha época, aunque el
sentido común sugeriría que precisamente la supervivencia en cidad creciente, acompañado por medios más refinados para
forma escrita de estos testimonios pudo ser bastante fortuita, y datar e interpretar este material. Por tanto, para tener una visión

que los ataques escandinavos contra esas regiones probablemente coherente de la Era Vikinga los testimonios arqueológicos nos
sucedieron desde mucho antes. obligan a revisar muchos aspectos de nuestra visión, tanto de la
Pero, mientras que los testimonios escritos siguen siendo, ma- naturaleza de la actividad escandinava como del marco cronoló-

yormente, los mismos hoy que los que se conocían en el siglo XIX, gico del periodo. En primer lugar las dataciones dendroconoló-
el caudal de testimonios arqueológicos ha aumentado a una velo- gicas desvelan que los escandinavos estuvieron presentes en varios

de los lugares que formarían parte del mundo vikingo mucho
antes de los primeros ataques a monasterios de finales del siglo
VIII. En particular, este es el caso en lo que respecta a Europa del
Este. Aquí las dataciones dendrocronológicas en Staraia Ladoga,
en el río Volkhov, al sur del lago Ladoga, muestran que los escan-
dinavos estaban ya presentes cerca del 750. Por tanto, los escan-
dinavos habían comenzado a penetrar en el sistema fluvial de
DESFIERTAFERRn | H
Europa oriental más de una generación antes de los primeros ata-
ques registrados en las islas Británicas y casi cien años antes de
que su presencia en Europa del Este fiiera registrada por escrito.
El emplazamiento de Staraia Ladoga lo convirtió en un exce-
lente punto de arranque para una expansión posterior a través de
los muchos ríos navegables que dominan las vastas llanuras de
Europa oriental, y que los escandinavos no se demoraron en usar.
IZ | DESFIERTAFERRD
En el oeste los escandinavos se dieron a conocer, sobre todo, por
sus pillajes de ricos asentamientos y monasterios, la justificación
misma para llamarlos ``vikingos" (o sea, piratas). Pero no sucedió
lo mismo en el este. Aquí, los asentamientos ricos, por no hablar
de monasterios, se ha]1aban lejos, muy lejos. De hecho, los saquea-
dores escandinavos debían alcanzar las fronteras del Califato o las
del lmperio bizantino antes de que el pillaje mereciera la pena. Así
que la penetración escandinava por la red de ríos tuvo poco que
ver con la piratería. En cualquier caso los piratas no podían espe-
rar escapar con su botín desde aquel alejado sistema fluvial, salvo
acumulando un poder que las gentes locales no pudieran igualar.
Ese difícilmente era el caso antes de que los escandinavos crearan
su Estado rus y, a partir de ese momento, no se llamó piratería, se
llamó impuestos. En lugar de botín, lo que indujo a los escandi-
navos a explorar el sistema fluvial de Europa oriental fiieron las
pieles y los cueros.
Hoyendíalosdatosarqueológicosdeotrasregionesdeestared
fluvial nos permiten seguir el proceso por el que los escandinavos
crearonunaredcomercialdelargadistancia,delqueStaraiaLadoga
y otros asentamientos más alejados formaban parte. Pero antes de
que los escandinavos extendieran su red comercial por los ríos del
este de Europa ya habían creado una red en la región báltica, con
la población local como socios. La fimdación de Ribe, en la costa
sudoccidentaldelaJutlandiadanesa,enlaprimeradécadadelsiglo
VIII> puede verse como uno de los arranques de este proceso. Fue
desdeaquídesdedondesemandabanbienesreunidosenelBáltico
a los mercados de Europa occidental. A Ribe pronto siguieron la
fimdación o el crecimiento repentino de otros centros comerciales
enlaregiónbáltica,comoReric,RalswiekyWolinentreloseslavos;
Truso,WiskiautenyGrobinentrelosbaltos;Áhusenskáne,varios
lugares en Gotland y Birka entre los suecos. Lo que caracteriza a
todosestosemporiosesque,ademásdelapoblaciónlocal,elúnico
otro grupo presente eran los escandinavos. Un fenómeno que se
acentúa cuanto más al este nos desplazamos.
Así que ya alrededor del 800, cuando los primeros ataques en
el oeste comienzan a ser registrados, desde Staraia Ladoga los
mercaderes escandinavos habían fiindado enclaves comerciales
en dos importantes lugares de la fiitura Rusia, próximos a la ruta
del Volga hacía la capital de los búlgaros del Volga, y, más allá,
hacía el Califato. Los conocemos como Sarskoe Gorodishche, pre-
cursor de Rostov, y Timerévo, precursor de laroslavl, ambos em-
plazados a algunos cientos de kilómetros del actual Moscú. A
través de estos emporios la moneda árabe en plata inundó partes
de Escandinavia y la región báltica. Fue también en esta ruta
donde lbn Fadlan, embajador del Califato para los búlgaros del
Volga, encontró en la década del 920 a mercaderes escandinavos
rus: "los especimenes fisicamente más perfectos" que Fadlan había
visto. Parece que esos rus dispondrían de un emporio permanente
enlacapitaldelosbúlgarosdelVolgadesdealgúnmomentoaco-
mienzos del siglo IX. Su principal mercancía eran esclavos que
luego se transportaban al Califato. Durante la estancia de lbn Fa-
dlan murió un rus de alto estatus, e lbn Fadlan proporciona una
famosa y detallada descripción de los múltiples rituales que com-
poníanelentierro,incluyendolamuertedeunadelasescl.avasfa-
voritas del finado tras haber tomado parte en un ritual sexual.
El ascenso de esta red comercial y su expansión por Europa
oriental debe verse como una respuesta a la creciente demanda
desde Europa occidental, durante el siglo VIII, de bienes disponi-
bles en la región báltica y más al este. El particular papel que los
escandinavos jugaron en esta red puede quizás deberse a innova-
ciones navales que les permitieron llevar a cabo comercio a larga
distancia. En la red así creada, las poblaciones nativas llevaban sus
productos a los emporios locales, mientras que los escandinavos
lostrasladabanadestinoslejanos,beneficiándoseasíambos.Debe
haber sido esta comunidad de intereses entre nativos y escandi-
navos la que permitió a estos penetrar tan profiindamente en Eu-
ropa oriental, aparentemente sin resistencia, y, a la postre, la que
les permitió comenzar a tener influencia política.
LarutadelDriéperhadaBizanciooElcaminodebsvaregos
alosgriegos"
El deseo o la necesidad de disponer de ese poder político se con-
virtió en un factor a lo largo de otra ruta comercial dentro del sis-
tema fluvial de Europa oriental, que se desarrolló ligeramente más
tarde que la ruta del Volga. Fue la ruta hacia Bizancio, conocida en
las crónicas rusas como "el camino de los varegos a los griegos". Se
traficaba en esta ruta al menos desde la primera mitad del siglo IX,
pero fiie sólo alrededor del 900 cuando realmente ganó en impor-
tancia. En ese momento los escandinavos comenzaron a disponer
enclavesmilitaresqueprotegieranelcomercioalolargodelaruta.
Además de Staraia Ladoga, estaban Bjurikovo Gorodishche, cerca
del fiituro Novgorod, Gnézdovo, antecesor de Smolensko, y Kiev,
además de un buen número de fortines y emporios menos cono-
cidos y que se están siendo excavados actualmente, como Shesto-
vitsa en el Desna, cerca de Chernigov. Fue la creación de estos
puestosmflitaresbajoelcontroldeunpríncipefiierteyelcomercio
con Bizancio, al que servían, lo que dio nacimiento al Estado rus.
Mientras que en las viejas crónicas rusas no hay mención de
la más antigua ruta hacía el Califato, es precisamente en este pro-
ceso de formación estatal a lo largo de la "ruta de los varegos a los
griegos';conKievcomocentro,enlaquehacenfoco.Comotantos
otros historiadores medievales deseaban investigar y describir
como surgió su Estado o su nación. En cualquier caso, escritas
con doscientos o trescientos años de distancia, el relato que en-
contramos en estas crónicas es, en muchos aspectos, dudoso. Lo
mismo puede decirse del marco cronológico que los cronistas su-
perponen a su relato. Sin embargo, las mismas crónicas incluyen
copias bastante fieles de algunos documentos tempranos, de ex-
tremaimportanciaparanuestracomprensióndelimpactoquelos
escandinavos tuvieron en los primeros tiempos del Estado rus.
Esto aplica a las copias de los tratados que los príncipes rus cerra-
ron con los emperadores bizantinos en 907, 911 y 914.
Estos tratados son importantes en varios aspectos. Lo primero,
el mismo hecho de que los príncipes rusos, 0leg en 907 y 911 e
lgor en 944, aparezcan a la par que los emperadores bizantinos en

un tratado internacional muestra que para los bizantinos los rus
constituían ya un Estado. Además de mencionar al príncipe por
el lado rus, los tratados también mencionan un centenar de nom-
bres de personas como emisarios rus o potentados en Kiev. Con
pocas excepciones, todos los nombres son claramente de origen
escandinavo. Esto indica que el primer Estado rus estaba domi-
nado por gentes de ascendencia escandinava. Además, mientras
los rus que cerraron los dos primeros tratados son presentados
como puramente paganos, que juraban sobre sus armas igual que
los vikingos hacían en el oeste, la situación cambia radicalmente
en el tratado del 944. Aquí tanto algunas de sus cláusulas como
las estipulaciones para su ratificación diferencian entre rus que to-
davía son paganos y rus que se han convertido al cristianismo. En
particular, el hecho de que se considere necesaria una ratificación
separada del tratado por parte de un rus cristiano muestra que el
cristianismo tenía ya estatus oficial en 944, incluso aunque el prín-
cipe gobernante lgor fiiera todavía pagano, algo que persistió una
generación más, hasta que su nieto Vladimir decidiera bautizarse
en 988/89. Este sorprendente, por lo temprano, estatus oficial del
cristianismo entre los rus es explicado por un cronista del siglo
XIl diciendo que "muchos varegos se convirtieron en cristianos".
Un creciente número de evidencias arqueológicas confirma que
este desarrollo temprano del cristianismo entre los rus tuvo lugar
entre gentes de raigambre escandinava.
El tratado del 911 contiene otro punto interesante, parcial-
mente repetido en el del 944, por el que los emperadores bizanti-
nos, en caso de encontrarlo necesario, podían invitar a guerreros
rus a entrar a su servicio. Esto debe referirse a la Guardia Rus, que
precedió y luego coexistió con la más famosa Guardia Varega.
Como ya se ha dicho, probablemente es a esta Guardia Rus a la
que pertenecerían los rf!os que encontramos en la corte de Ludo-
vico Pío en 839. Sabemos por fiientes griegas que 700 mercenarios
rus lucharon con el ejército bizantino en Creta en 902, y una cifia
similar se menciona para 949.
El origen de la Guardia Varega de Constantinopla se data
normalmente a finales del siglo X. Incluso después de que los
escandinavos establecieran el Estado rus, de cuando en cuando
contrataron a mercenarios escandinavos, a lo que ahora las
fuentes rusas llaman invariablemente varegos; por ejemplo
cuando surgían conflictos sobre la sucesión al trono de Kiev o
cuando los príncipes rusos debían luchar contra enemigos ex-
ternos. Así, cuando Sviatoslav, hijo del príncipe lgor, murió en
972, tres hermanos pugnaron por el trono. Fue finalmente ga-
nado por Vladimir después de haber sido expulsado a Escandi-
ri-fi i,ind,Jriaciáo.`éft-1§45::.sLé+1;érit6á.h.óhi§toÁddbryesiavistaeniau;ii
Ühijér:ídad d;`éñSáffHái£ff.e -éñ I g73 , doctordndtisE
ütimbíén allí en 1993 con una tesis acerca del Prímer tratado entre Suecía y Novgorod en 1323. Ha trabajado como profiesor e ín-
vestigador en varias universidades de Finlandia, Suecia y Dinamarca, actualmente como Profiesor Asociado en el Centro de Es-
tudios Medievales de la Syddansk Universitet. Ha escrito extensamente sobre las relaciones entre Escandinwia y Rusia a lo largo
de todo el Medievo, las Cruzadas Bálticas, y, últimamente, sobre la cuestión de las posibles influencias varegas en el cristianismo
t*to en Rusia como Escamdinavia durante la Era Vikinga.
":8±..ú.± :¿.!:L ....,.. ;..' ..--..±-üáTi£.ü:*±J-=iii==±* i = .'`:`7.i'~i. ±=:íüé;= S3;;i£`.= ::_¡.=..
DE§pmTAFERRn | 13
navia, probablemente a Dinamarca. Desde aquí volvió con un
ejército de varegos, con los que derrotó a su hermano laropolk,
asesinado por dos de estos varegos de Vladimir. Cuando Vladi-
mir murió en 1015, dejando una multitud de hijos detrás, estalló
una vez más una guerra sucesoria. Y también esta guerra fiie ga-
nada por laroslav el Sabio con la ayuda de una fiierza varega im-
portada. Un problema que tras la victoria se planteaba
invariablemente era cómo pagar y licenciar a estos mercenarios
varegos cuando ya no eran necesarios. Se le planteó a Vladimir
en 980, y lo resolvió enviando a la mayor parte de los varegos a
Bizancio, en lo que a menudo se ha visto como el origen de la
Guardia Varega.
CONCLUSIÓN
El papel que los escandinavos jugaron en el este ha sido general-
mente oscurecido por su actividad en el oeste. Sin embargo, el
hecho de que fiieran capaces de formar un Estado a lo largo del
sistema fluvial de Europa oriental, que actualmente es el mayor
del mundo al menos territorialmente, y el hecho de que este Es-
tado haya desempeñado un papel tan importante a lo largo de la
historia, es sin duda la consecuencia más notable de la actividad
escandinava durante la Era Vikinga. De hecho es difícil imaginar
cómo Rusia, tal y como la conocemos hoy, podría haber surgido
si los comerciantes escandinavos y sus socios locales no hubieran
enlazado una parte nororiental de Europa dominada por fineses
y baltos con una sudoriental eslava. Por tanto, es en buena me-
dida este hecho el que justifica el que denominemos a una época,
que cubre aproximadamente entre el 700 y el 1000 d. C., como
Era Vikinga.
BIBLlnERAFÍA BÁsl[A
rJucrkaw. (Imu).. Viking Rus. Studies i]n thB presBncB of ScandinEiviEins in
EastBrn EuropB. Ltiiden
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The [hristianizatinn of Ni]rth-and Easti3rn EuropE c. EIEin-lnEin. A PIEa
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04/lind.html
"Bpard J.. (T"]).. "Rus" . Bri ChristianizEitii]n and the RisB i]f ChristiEin
bMr::::C::_{CEag".:/,"Eav/df£flfra/furúpp=
_.i`:_.,.`i=i*á:*:;.Lí ±:±:.:: :,` `` :,..;_: ;`:`::`.i:;:a±=±
14 | DESPERTAFERRD

La guardia varega
Los hombres del norte
del Emperador de los romanos=
98811453
A FINALES DEL SIGLO IX, KÓNSTANTINOPOLIS/CONSTANTINOPLA, LA CAPITAL DEL IM-
PERIO ROMANO [N.D.T.: ``ROMANOS" ERA COMO SE SEGUÍAN CONSIDERANDO LOS HA-
BITANTES DEL IMPERIO QUE LA HISTORIOGRAFÍA IIA APELLIDADO "BIZANTINO"] ERA LA

MAYOR Y MÁS RICA CIUDAD DE EUROPA. SU POSICIÓN ÚNICA EN EL BÓSFORO, DONDE

MÚIJTIPLES RUTAS COMERCIALES CRUZAN 0 FINALIZAN, ATRAJO DESDE ESCANDINAVIA Y

RUSIA A GUERREROS Y AVENTUREROS QUE TRAZARON EL ``CAMINO DE LOS VAREGOS A LOS

GRiEGoS". Y ES QUE ``vAREGOS" ( VERiNG/AR EN NÓRDico ANTiGuO, BAfAr" EN GRiEGO)

ES EL APELATIVO QUE LAS FUENTES DIERON A ESTOS HOMBRES. QUIZÁS EL TÉRMINO PRO-

VIENE DE VÁR/VÁRAR, REFIRIÉNDOSE A UN GRUPO DE HOMBRES QUE SE HAN JURADO LE-

ALTAD. ESTABAN DESTINADOS A SER RECORDADOS COMO MIEMBROS DE UNO DE LOS
CUERPOS DE MERCENARIOS MÁS LEGENDARIOS DE LA HISTORIA: LA GUARDIA VAREGA DEL
BASJLEOS (BAZJAEYZ, EMPERADOR) DE KÓNSTANTINOPOLIS.

Por Raf f dele D'Amaio

HISTORIA DEL REGIMIENTO inquebrantableyenlaquepoderconfiar,conexcepcionalesdotes

Desde comienzos del siglo X encontramos a rus y escandinavos para el combate, bien disciplinada y entrenada por él mismo.
sirviendo en el ejército romano. Constantino Porfirogénito (De En 1040 un destacamento de la Guardia Varega, comandado

Ceremo#!.!.s, 11.579) menciona ``rusos bautizados" en el 949, como por el legendario Harald Sigurdsson, luchó bajo la bandera de
una compañía individualizada junto a los dálmatas y los guardias Jorge Maniakés en Sicilia. Harald fiie luego empleado contra el
navales. En el 987-988, de acuerdo con las fiientes romanas y la rebelde Delianos en Bulgaria en el 1041 y recibió en Mosinopolis

Pr¡.mentz Cnó#!.ca Rws¢ o Cróri.cci de Nesfor, compuesta en el siglo (en el río Strymon) el rango de Spaí#arokmdí.daíos de manos del
XI, el gran príncipe (sfoJ#y K#yaz) ruso-varego de Kiev, Vladimir emperador Miguel el Paflagonio por sus hazañas. Según las sagas,

el Grande (980-1015), recibió una petición de ayuda militar por
partedelemperadorBasilioll(976-1025)parasofocarlarebelión
del general Bardas Focas. Vladimir mandó una fiierza de 6.000
hombres, y estos varegos derrotaron al ejército del usurpador en
debido a su valentía mereció el título de "BOJgtzrfl Brc##¡.r", esto
es, el "azote de los búlgaros». En 1054 los turcos selyúcidas del
sultán Torgrul-Beg invadieron Armenia, pero fiieron derrotados
en un choque con los guerreros ruso-varegos de la czrow/.i.Íia (sé-

las batallas de Crisópolis y Abidos. Vladimir se convirtió al cris-
tianismo ortodoxo, desposó a la hermana de Basilio 11, la princesa
Ana Porfirogénita y cambió para siempre el destino de Rusia.
Los rus enviados en apoyo de Basilio se convirtieron en el nú-
cleo de la guardia personal del emperador, conocida después
quito). Mencionados junto con los Vardflr!.oíaí. como regimientos
fimcionales de la guardia desde el 1068, la Guardia Varega parti-
cipóenlascampañasdelsaacComnenoyRomanoIVDiógenes,
y estuvieron presentes en el terrible desastre de Manzikert en el
1071. Los varegos fiieron la unidad de elite de mercenarios ex-

comoGuardiaVarega,ydesdeentoncessupresenciaenelcampo tranjerosenelpequeñoperoefectivonúcleodeejércitoquehubo
de batalla, blandiendo sus hachas, se convirtió en signo de la pre- de restaurase tras dicha batalla. Bajo Alejo I (1081-1118), los va-

senciadelsoberano.Estenecesitabaunaguardiaforáneadelealtad regos lucharon en 1081 en Dirraquio contra los normandos, con-

< PumA 1)[ LAIIZA con decoración nielada, encontrada cer(a de Drastar, noreste de

Bulgaria. §iglo§ X-Xl. Cortesia de los proíe§ores Boyan Totev y Valeri Yotov.

> EI Gran Príncipe YIADIMIR DE klEY (958-1015) y su sequito, de un Íre§(o del siglo

Xl en la nave derecha de §anta §oíía, Kiev.

tra los pechenegos en el losl y en la recaptura de Nicea junto a

las fiierzas combinadas del lmperio y de los ffancos [N.d.t.: esto
es, los cruzados occidentales] en el 1097.
Entre el 1118 y el 1122, hacheros ingleses acompañaron a Juan
11 Comneno en sus campañas contra turcos y pechenegos. Los
varegos también estuvieron presentes durante el reinado de Ma-
nuel 1: en 1149 en la fdlida defensa de Tebas, en Grecia, contra
Roger 11 de Sicilia; en 1155-1156 derrotaron a Reinaldo de Chá-
tillon, príncipe cruzado de Antioquia, que había atacado Chipre;
y en 1159 acompañaron a Manuel 1 en su entrada triunfal en An-
tioquia. Aparecen también mencionados con el monarca en la de-
rrota de Miriocéfalos en 1176 y en la victoria de Claudiópolis tres
años después.
Y cuando, el 24 de junio de 1203, los cruzados aparecieron
frente a Kónstantinopolis, 6.000 varegos se apostaron en las mu-
rallas para enfrentarles. Tras la caída de la ciudad hay indicios de
que una unidad de la Guardia Varega sirvió al lmperio romano
exiliado en Nicea, del 1205 al 1261, y también en el Despotado
del Epiro. Después de la restauración de Kónstantinopolis como
capital, los varegos sirvieron de nuevo como la principal unidad
palatina, aunque no disfrutaron del prestigio anterior. Las prin- expresamente menciona Gaudefroy de Malaterre. Pero esta pre-
cipales referencias a varegos en el siglo XIV están ligadas al cere- sencia de ingleses no supuso el fin del reclutamiento de escan-
monial cortesano y las tareas de guardia en la ciudad. Hay incluso dinavos: en l los muchos noruegos entraron al servicio del
indicios de que mercenarios ingleses y varangopo%Jo¡. (descen- emperador, y la crónica de Godofredo de Villehardouin men-
dientes de varegos de sangre mezclada) lucharon como Guardia ciona daneses e ingleses ("d'A#gJc#.s e£ de Da#o!.s") el 1204. Sin
Varega en las últimas décadas de Kónstantinopolis. embargo estos últimos, junto con escoceses, fiieron el principal
componente de la Guardia durante los siglos XIIl y XIV, llama-
COMPOSICIÓN ÉTNICA dos por \aLs fientes Englinovarangoi y Keltai Pelekophoroi ("ha-
El nombre más temprano que se aplicó a los varegos fiie el de fa- cheros celtas''). Un pequeño grupo étnico que también se enroló
vroskyíba¡., y también los de r7ios, rJzosz.. Inicialmente la Guardia en la Guardia en época tardía fueron los tocarios, famosos por
fiie reclutada principalmente entre los rus, pero muy pronto no- su estatura, ojos azules y verdes y cabello pelirrojo.
ruegos, islandeses y suecos engrosaron sus filas, seguidos, en la
segunda mitad del siglo XI, por daneses e ingleses de ascendencia ORGANIZACIÓN Y FORMACIONES DE BATALLA
vikinga. Generalmente, hasta el tiempo de los Comnenos, el nom- En un principio la mayor parte de los mercenarios foráneos que
bre de rtios tuvo el mismo significado que el de vara#go¡., refirién- servían en el ejército eran incorporados, probablemente, en la Me-
dose ambos a hombres de origen nórdico. ga/Í. HeícH.rz.c¡ de la guardia imperial. Psellos (Cro#ogra/i'a,1.9) cla-
Para los escandinavos, servir en la Guardia se convirtió en ramente dice que " [ . . . ] el emperador Basilio [ . . . ] como una fiierza
una tradición familiar y el cuerpo contó a veces con príncipes de tauro-escitas se le había unido recientemente [ . . . ] los entrenó
nórdicos, que ofrecían sus servicios al emperador de Miklagard y colocó en una división con otras tropas extranjeras''. La rácí!.cc¡
("la gran ciudad"), su nombre para Kónstantinopolis. El más fa- de Nicéforo Urano (990-1000) dice que la unidad de rtios siempre
moso de ellos fiie el joven Harald Sigurdsson (Hcmczrczc!ci, "go- acompañaba al emperador, siendo algunas veces empleada como
bernante severo''), más tarde rey de Noruega e invasor de infantería y otras como caballería. El contingente de Basilio 11 en
lnglaterra, donde en el 1066 encontró la muerte en la batalla de el 989-999 contaba quizás con 6.000 hombres y, con seguridad,
Stamford Bridge. Tras el 1070 fiieron en parte reemplazados en con más de 4.000. Ese primer número es todavía el mismo para
los batallones varego-rusos del ejército imperial por anglo-sa- los varegos que defienden Kónstantinopolis en el 1203. Ciffas me-
jones, forzados al exilio por la conquista normanda de lnglate- nores aparecen en los ejércitos de campaña: en Dirraquio quizás
rra. Con Alejo 1 los ingleses fiieron el elemento de más confianza solo alcanzaran los 1.400 hombres y en la batalla de Veria ( 1122)
en la Guardia, luchando en la batalla de Dirraquio ( 1081), como habrían sido 4.500 (iaunque hay fiientes que los dejan en 540!).
lE | DESFIERTAFERRn
En el reorganizado ejército romano del lmperio de Nicea, los va-
regos y iJardar¡.ofa!. eran el pilar del Íflx¡.s (núcleo de las tropas),
consistente en 12 c[JJ¢gbz.a de 500 hombres, así que probablemente
cada uno de dichos cuerpos contara con 3.000 miembros.
El comandante de la Guardia era el akoJowíhos (literalmente
"el seguidor", esto es el hombre más cercano al emperador). EI
De Cc7.emo#Í.i.s lo describe en el 949 como un oficial que escoltaba
al emperador, con un hacha sobre su hombro como símbolo dis-
tintivo de su rango. No tenía que ser necesariamente un rus o nor-
mando, pero sí un hombre que hablara el lenguaje de los
"bárbaros armados con hachas" o acompañado de un intérprete.
Estos intérpretes de los varegos estaban dirigidos por el megfl/o-
dz.hcrmene#Íes, o gran intérprete. Los de rango inferior eran lla-
mados prí.mí.kcr!.oÍ., y un oficial romano, el pc!#sebczsfos, era su
responsable en los aspectos administrativos. Mientras el cuerpo
principal de la guardia permanecía en la capital, varios destaca-
mentos de varegos eran diseminados como guarnición en plazas
fi]ertes y agrupados en caso de expediciones militares o servicios
marinos.
En el campo de batalla los varegos luchaban como infantería
de elite, normalmente en fiinciones defensivas y cerca del empe-
rador. Cuando el bas!.Jeos marchaba a la guerra, un contingente
varegosiempreleseguíacomoguardaespaldas.Además,confre-
cuenciaseasignabanvaregosalosejércitosdecampañacomotro-
pas de choque. En Dirraquio los varegos, que formaron en dos
columnas,fiieronposicionadosenlavanguardiadelaformación,
para defender el centro que era mandado por el propio empera-
dor. Los vardari.ofc#. formaron la segunda línea tras ellos. Alejo
Comneno pretendía enviar primero a sus arqueros montados
contra Roberto Guiscardo, habiendo dado órdenes a Nampites
(el comandante varego) para abrir sus filas rápidamente (despla-
zándose a derecha e izquierda) cada vez que aquellos quisieran
avanzar contra los normandos, para cerrarlos después y avanzar
en orden cerrado una vez que hubieran retirado. En Drastar los
varegos formaron la línea de reserva tras el centro, constituido
porinfanteríapesadalatina.Probablementesupapelfi]eradefen-
der el tren de bagaje imperial.
SERVICIO DE PALACIO Y 0TRAS TAREAS
Como guardaespaldas de elite, los varegos participaban en todas
las ceremonias imperiales. Eran los
encargados de vigilar las
puertas de bronce del Gran Palacio y de cuidar de la propiedad
imperial. Eran también responsables de guardar las cámaras de
recepción y oficinas del emperador en el palacio de Blanquerna y
permanecían alrededor del trono durante las recepciones.
Otra de sus tareas era el servicio de policía civil en Kónstan-
tinopolis, así como la vigilancia de algunos prisioneros, especial-
mente en la prisión aneja al Gran Palacio (NózJmera). Por esta
razón los varegos aparecen a menudo ilustrando los mosaicos que
representan el arresto de Cristo.
CARÁCTER, COSTUMBRES Y VIDA DIARIA
Los varegos eran famosos por su lealtad ciega al emperador, en
contraste con otros regimientos de la guardia imperial. Por esa
lealtad y su bravura eran extremadamente bien recompensados.
Supagaregularysusprimasextraordinariasestabanmuyporen-
cima de los emolumentos del resto del ejército y, además de esto,
se permitía a los guardias realizar un saqueo ritual de las cámaras
del emperador cuando este ascendía al trono. En el reparto del
botíndeguerralosvaregoseransiemprefavorecidos,yaestocabe
añadirlasincontablesoportunidadesdeenriquecimientoquedie-
ron derrocamientos y pillajes.
La vida del varego estaba lleno de sentido del honor. Tenían
el derecho a juzgar a sus propios miembros, un poder sólo con-
ferido a la autoridad imperial. En un episodio famoso narrado
por el cronista del siglo XI Jorge Kedrenos, una mujer anatolia
mató en 1043 a un varego que iba a violarla y "[. . . ] los varegos
honraron a la mujer y le entregaron todas las pertenencias del
hombre que había tratado de violarla, y arrojaron su cuerpo sin
entierro, de acuerdo a la ley sobre los suicidas". Las fiientes des-
criben también su ferocidad, como en las campañas de Basilio 11
en Armenia, Georgia y Abjasia, en las que los mercenarios occi-
dentales del emperador fiieron particularmente brutales al cum-
plir la orden imperial de matar a cada hombre, mujer y niño.
Los varegos eran famosos por su amor al vino, itanto que en
las fiientes contemporáneas son conocidos como "los odres del
emperador"! Estos textos están llenos de historias de embriaguez
varega.ElmanuscritodelaS!.#ops¡.sdeJuanSkylitzeslosmuestra,
para el siglo XII, barbados, con un gran mostacho y abundante
cabello oscuro. El tatuaje fiie en ellos una moda adoptada de los
turcos. Las fiientes hablan de su imponente estatura y habilidad
en el combate, y así, según Psellos: "hombres de los mercenarios
extranjeros, tauro-escitas de aspecto terrible y gran envergadura,
deojosazules[...]losvaregosluchancomolunáticos,llameantes
de ira, no se preocupan por sus heridas, desprecian sus cuerpos
[. . .]"
Los varegos compartieron con los bizantinos el
amor por las carreras de carros y los espectácu-
los del hipódromo, por los burdeles y por las
< POMO DE E§PADA de un guardia varego. en bronce dorado
con decoraci^ón, del tipo § de Petersen. §iglo§ X-Xl. Muzeul
Dunárii De Jo§ Calaraii, Rumanía.

^ GllARI)lA§ YMEGO§ repre§entados en la entrega de Cristo, Íres(o de Íinale§ del
s. Xl. lglesia de Panaghia Myriokephala, Creta.
bellezas griegas. En la capital se acuartelaban como parte de la
Tagma£c} o ejército permanente, y tenían sus propias iglesias. La
más famosa de esta era la conocida como Ptz#czg!.a Vcmfl#gbí.ofi.ssa
(``Nuestra señora de todos los santos de los varegos"), construida
cerca a Santa Sofia en cumplimiento de un voto de súplica hecha
por el regimiento en la batalla de Veria.
ARMAS DEFENSIVAS
Los rusos bautizados que menciona el De Cere77?o#i.Í.s portaban
lanzas, espadas, escudos y estandartes ``de su propia tierra''. Los
varegos luchaban al principio con su equipo tradicional, pero
rápidamente recibieron el mejor equipo disponible de los arse-
nales imperiales.
Los yelmos con que se cubrían los primeros mercenarios
rusos y primeros guardias eran de tipo spa#ge#¢e/m, a veces do-
tados de protección nasal y enganches para plumas. Ejemplares
bellamente decorados han aparecido en la actual Ucrania. Cascos
cónicos equipados con nasales sobre la cofia de malla, de clara
inspiración nórdica, estuvieron extendidos entre los guardias
entre los siglos X y XII, y uno de ellos apareció en el campo de
batalla de Drastar. También los yelmos de los arsenales imperiales
fiieron comunes. La miniatura 26v de Skylitzes muestra en la ca-
beza de algunos guardias varegos un yelmo que enlaza con la tra-
dición tardorromana de cascos tipo "cresta" ("rí.dge rie/meís"),
cuyo empleo está también atestiguado por los frescos de la cate-
dral del Kiev que representan a Vladimir y su séquito. También
se empleaban cascos con almófares, una especie de cortina de es-
camasparaprotegercuelloyhombros,seguramenteelPerifrtzc#i.-
Jz.o# mencionado en las fi]entes.
DESPERTAFERRD | 17
La mayoría de los guardias irían pesadamente protegidos con
cotas de malla (Jori.k¡.o#) o armaduras de láminas y de escamas
(kJÍ.va#¡.o#, sosa#z.or!), aunque otros combatirían con equipo más
ligero. La cota de malla larga, o ftawberk, era la protección más
corriente. En el manuscrito islandés del siglo XIV FJafc;;¡.¢rbók
(CodexFlateyensis),".418,yenlaLLjósvetningasaga,104,seüce
que Harald Sigurdsson llevaba una armadura romana, llamada
"Emma": esta cota de mallas bizantina le protegía hasta las pan-
torrillas ("d mztí be!.# '). A menudo la cota de maua, así como otras
armaduras, se usaba en combinación con un arnés que consistía
en sendas protecciones de cuero para pecho y espalda conectadas
por dos tiras, también de cuero, que pasaban sobre los hombros.
Debido a su peso, las cotas de malla bizantinas solían ser relativa-
mente cortas, con mangas hasta el codo, y a veces portadas bajo
un pequeño coselete de láminas o escamas. Además se combina-
ban con grebas de hierro (podopseJJa) y brazales (chez.ropse//cz). Las
armaduras de láminas o escamas podrían ser largas, hasta la ro-
dilla, o más cortas, hasta la cintura, y se llevaban sobre camisas de
lino o algodón llamadas zo#pc}Í..
Nicéforo Brienio escribió que los varegos eran guerreros de
probada lealtad y asp!.d¡/oro!., "equipados con escudos". Estos eran
probablemente, en sus inicios, de tipo escandinavo, circulares y
ligeramente convexos, provistos de correas para el hombro, y con
un diámetro de alrededor de 80-100 cm. Un umbo de bronce en-
contrado en Drastar, de tipología nórdica, medía 13,5 cm de diá-
metro. Un escudo redondo y profusamente decorado, de
fabricación bizantina, se pone en manos de Bolli Bollasson (el pri-
mernórdicodelaGuardiaVarega,segúnlaislandesaSagflczeLflx-
dagJa del siglo XIII) al describir su regreso a Escandinavia desde
Kónstantinopolis en el 1030: ``[. . .] llevaba un yelmo dorado y
tenía un escudo rojo a su costado, en el que había dibujado un ca-
ballero en oro (que él había traído de Bizancio)". Los escudos de
cometa del siglo Xl también aparecen en manos de varegos y los
``largos escudos" mencionados por el historiador bizantino Nice-
tas Coniates para los varegos ingleses deben de haber sido de ese
tipo, visible en relieves occidentales de comienzos y mediados del
siglo XIl y adoptado por el ejército de los Comnenos para su ca-
ballería e infantería.
Al emplearse armas como el hacha de dos mandos o la rom-
pha¡.a, el escudo debía descartarse o colgarse a la espalda para
tener ambas manos libres. Una referencia temprana a los blasones
empleados por los rus nos la proporciona el príncipe M. M.
Shcherbatov (1733-1790), que al narrar la historia del segundo
ataque ruso contra Bizancio escribió: "Antes de su partida de re-
greso a Kiev, 0leg, tomando su escudo, sobre el que un guerrero
galopando estaba representado, lo colgó en las puertas de Galta,
en Kónstantinopolis". Es de destacar su coincidencia con la des-
cripción anterior del escudo de Bolli Bollasson. Algunos escudos
estaban ostentosamente decorados con perlas, como describen
las fiientes para los de la guardia imperial, y con la imagen de un
cuervo, probablemente un blasón nórdico conservado por los va-
regos como el distintivo del regimiento.
18 | DESF'ERTAFEFIRO
ARMAS OFENSIVAS
Los varegos son frecuentemente mencionados en las fiientes
como "los portadores de hacha" o "los bárbaros hacheros" o "la
guardia de los hacheros". Se les llamaba peJekypboroz., de peJekys,
estoes,elhachaquellevabansobresushombros,tambiénnamada
dz.sfraJi.on porque normalmente se llevaba sobre el hombro dere-
cho, montada sobre un largo mango. Las hachas de los varegos
ingleses en Dirraquio son descritas por Gaudeffoy de Malaterre
como "b¡.de#ÍÍ.bws ca%da£i.s", de doble hoja con cola, por lo que
podemos suponer que usarían penachos o plumas para decorar
susmangos.Elhachadanesademangolargo,conunfiloenforma
de creciente, fue el principal símbolo del regimiento, normal-
mente esgrimida a dos manos, de alrededor de 120-140 cm de
largo. La cabeza tenía unos ls cm de ancho, y sobre 17 cm de
punta a punta de la hoja. Varios ejemplares de hacha datados en
lasegundamitaddelsigloXlsehanencontradocercadeDrastar.
Algunaspresentaninteresantesletrasrúnicasinscritasenlahoja,
que es esbelta en su centro y con un filo muy largo. En Bulgaria
se han encontrado ejemplos de los siglos X-Xl con hojas nieladas
con hilo de cobre y plata, creando composiciones con aves y bes-
tias.¡Sonhachasvirtuálmenteidénticasalasdefiescoscapadocios
que, supuestamente, representarían guardias varegos ! Los varegos
que defendieron Bizancio contra los cruzados en 1203 lucharon
conhachasyespadas,yGodoffedodeVillehardouinrecuerdaque
los delegados de los cruzados entraron en la ciudad por una vía
flanqueada por altos hacheros varegos. Durante los siglos XIIl y
XIV el hacha siguió siendo su arma principal.
Las sagas transmiten como muchos escandinavos retuvieron
sus propias espadas al entrar en la guardia. En Bulgaria y Ru-
mania se han recuperado en niveles de finales de siglo X y co-
mienzos del XI, ejemplares de espadas completas, hojas y
pomos. La empuñadura (Jczvj,khop¡.) estaba a menudo cubierta
con hilo, para evitar que la mano resbalase. Muchas vainas es-
taban ricamente decoradas, pero poco se ha conservado aparte
de las chapas de metal. Las vainas varegas de finales del siglo X
y comienzos del Xl encontradas en Bulgaria son típicamente vi-
kingas en su decoración, el llamado "estilo germánico del ave"
y "estilo germánico de la bestia de cuatro patas''. Una segunda
serie son de un estilo "romano-vikingo", llamado de "palmeta
oriental", a veces decoradas con un halcón. La vaina podía col-
gar de un tahalí (vaJfi.d!.o#), que pasaría sobre el hombro derecho
a la manera romana, o de correas del cinturón. De Rowsokasíro#
("castillo de los rus», en Bulgaria) proviene un estupendo ejem-
plar de daga nórdica. Los cuchillos de los arsenales imperiales
eran ampliamente usados, guardados en fiindas de cuero que a
veces eran decoradas con placas de bronce.
Psellos nos dice que los guardias de la o!.ki.a ("casa") imperial
eran una raza de #p!.cíop#oro¡. (armados con escudos), llevando
sobre sus hombros una r4omphz!.¢: "una hoja de un solo filo de
pesado hierro". También Ana Comnena describe los r#ompbc#.a!.
como pesadas armas de hierro que algunos varegos portaban
como alternativas a las espadas (xz.PJ!o!.) y las lanzas (czorflfc!). Du-
ranteelsigloXlálgunosvaregosestabanarmadosconrtiomptia!.¢¡.
en campaña. La r#omphaz.c!, de origen tracio-dacio e incorporada
alejércitoromanodesdeelsiglo11d.C.,eraunalargahojadehie-
rro con un solo filo, recta o ligeramente curvada, y un mango de
madera de manzano de igual longitud, que sumaban alrededor
de 104 cm.
Los guardias empleaban tanto jabalinas como lanzas (kon-
farafo!.), y los primeros rhos eran seleccionados en el ejército
como c¡ko#f!.síaz., expertos en el uso de un cierto tipo de jabalina,
el flko#fj.o#. La arqueología y la iconografia confirman el uso de
los varegos de lanzas largas con cruceta; anchas cabezas de lanza
nieladas; cabezas foliadas, típicas de la tradición mediterránea;
cabezas dentadas y jabalinas con un mango metálico con dos
aberturas por donde insertar el asta de madera; cabezas cua-
drangulares. Algunas de las lanzas, como las hachas y espadas,
eran nieladas en plata con motivos geométricos (hogg:spy.of en
noruego antiguo).
Antes de la batalla de Drastar, en el 1087, el emperador Alejo
1 envió la tienda y bagaje imperiales a Betrinum (quizás la mo-
< lmagen de un centurión en la (ru(ifixión, repre§entando iin VAREGO. Esmalte ro-
mano-oriental, §. XI. (olección del aiitor, ex-§{hlumberger.

• CABEZA D[ HAcllA nórdi{a (de tipo §keggox). entontrada {er(a de
Drastar, noreste de Bulgaria. Finale§ del s. Xl. Cortesía
proíesores Boyan Totev y Valeri Yotov.
derna Vetrin, en el Da-
nubio). }unto a algunos
tesorillos de monedas
de oro, relacionados
con esta campaña y
que han aparecido a lo
largo de las viejas ca-
rreteras del distrito de Silistra, cerca de Vetrin, apa-
recieron cerámica, armas y equipo, algunos de claro
origen o características nórdicas: un horno de fiindi-
ción de campaña completo, con martillos, forja, un
cepo, escoplos y herramienta en hierro que tienen sus
paralelos en el cofre de herramientas de Gotland.
VESTIMENTA
Los primeros varegos rusos llevaban en invierno su vestido na-
cional, compuesto de dos túnicas, a menudo finamente tejidas
y teñidas, sobre pantalones bombachos de origen turco. Tam-
bién capas y gorros de cuero con el reborde en pieles. La moda
romana supuso una cierta uniformidad, con una túnica llegando
un poco más arriba de la rodilla. Su forma era simple, en forma
de "T'', y a menudo eran decoradas al modo romano con bor-
dados y apliques, incluso a veces con metales preciosos e hilo de
oro. Los tejidos incluían algodón, lino, lana y seda, brocado y
damascos. Particularmente la iconografía relacionada con la
guardia muestra el naranja, escarlata, blanco crudo, gris verdoso,
rosa pálido y azul grisáceo como los principales colores de sus
túnicas. Encima se llevaba una capa rectangular o semi-circular,
la criJc!mys o clámide, cuya versión militar, más corta, se deno-
minaba sflgi.o#, y que se abrochaba en el hombro derecho por
una fíbula (normalmente circular).
En cuanto a los tocados, la iconografia muestra a los varegos
con el turbante militar romano (phakeoJ¡.os), la capucha (kowkow-
J!.o#, del latín cwcw//#s) y el chal, una pieza de tela doblada que
podía atarse bajo la barbilla o en la nuca. Nomalmente eran blan-
cos, y probablemente acolchados, para colocarse bajo el yelmo.
Ropa interior (esó/orz.fl) y pantalones (a#c!xyr¡.cza o fo#b¡.a) a la
moda romana eran de uso común. Las miniaturas de Skylitzes
muestran perneras púrpuras combinadas con botas oscuras. Estos
pantalones de algodón o lino cubrían completamente la pierna
del guerrero, del muslo a los dedos de pie, y a veces estaban muy
decorados. En lo tocante al calzado, las botas altas de cuero eran
la norma. Sobre ellas, o con zapatos bajos, se llevan una especie
EI Dr. Raffiale D'Amato, residente en Turín, es un investigador del mundo militar antiguo y medieval. Tras obtener un doctorado
en derecho romano-bizantino y colaborar con la Universidad de Atenas, ha conseguido otro doctorado en arqueología militar ro-
mana por la Uníversidad de Ferrara, donde actualmente trabaja en el LaboratorLo sulle Aritiche province Danub±aLne con el
Livio Zerbini.
DE§FIERTA FERRÜ | |9
de ``polainas" o kampoío#v4), como se ve en los ffescos de Santa
de los
Sofia en Kiev, o bandas de tela enrolladas hasta la rodilla.
En varias áreas del mar Negro se han encontrado placas áe
cinturón espléndidas de los siglos XI-XIl de origen ruso-escan-
dinavo. Muchos varegos mantuvieron ornamentos nórdicos tra-
dicionales, como amuletos del "martillo de Thor", broches
nórdicos iy sus inseparables cuernos para beber!
BANDERAS Y ESTANDARTES
Dado que es muy probable que los varegos remplazaran a los e:¥-
cwbí.Íores como guardia imperial, es altamente posible que tam-
bién tomaran su bandera, el estandarte de dragón del Bajo
lmperio, compuesto de una escultura hueca de bronce simulando
una cabeza de dragón, de la que pendía una manga de tela hecha
de secciones de seda cosidas que se retorcía y siseaba al viento.
Estandartes con forma de dragón al viento están bien ilustrados
en el tapiz de Bayeux del siglo XI, empuñados por los huscarles
anglosajones. En la pared exterior de la iglesia de Mesopotami, en
lo que hoy es Albania, también del siglo XI, se puede ver grabado
un estandarte de dragón casi idéntico al de Hastings. Teniendo
en cuenta el importante papel que los varegos ingleses jugaron en
la lucha contra los normandos en esa zona y época, podemos su-
poner que un artista anónimo inmortalizó allí el estandarte del
famoso regimiento, que pudo ver con sus propios ojos.
Además había otras banderas de cada compañía, llamadas
banda o flamoula, y llevaidas por el bandophoroi. Unai mi.nLa;turaL
del siglo Xl del folio 136r del códice número 14 de la biblioteca
del monasterio Esphigmenou (monte Athos, en Grecia), muestra
a un guardia sujetando un pequeño/amo#/on rojo, decorado con
brocado, con una punta plateada y asta marrón. Las banderas va-
regas de mediados del siglo XIl están ilustrados en la famosa mi-
niatura del folio 12v del manuscrito de Skylitzes conservado en
la Biblioteca Nacional de Madrid.
EIBLII]ERAFÍA BÁ§IEA
Bl@ndal, S., BBnEdikt S. 8. (1978): 777g Va«ng/.ans o/B/zaní/um, London.
Uh"+H,R.(I")..ThEvarangianBUBrd.gBB-1453.Hy:fard.
Yr]t" . V . (I"S).. ThE Vikings Dn thB BBlkBns.Varm
YútDv. V.. YütDV Y., TütEV E. (En prEnsa): "ThB varangian Euard and the DBfgat
i]f Ali:xii]s 1 Ki]mngnDs nBar Drastar in lnE!7", En Acía Musg/. Vamgns/.s,
Eicts of thB Zth intBrnatii]nBl confBrBnce Military EampBigns. WBBponry
and MilitBry EquipmBnt (Antiquity Eind Middle AgBs),Varna.14-1£ dB
"yü, Znn9 I
ES ESTA UNA FECIIA QUE TODOS LOS ESCOLARES INGLESES CONOCEN, DADO QUE FUE UN AÑO
TRASCENDENTAL EN LA HISTORIA INGLESA, UNO EN EL QUE LOS TRES GUERREROS MÁS SOBRESA-

LIENTES DE EUROPA RIVALIZARON POR LA CORONA INGLESA Y EN EL QUE TRES GRANDES BATALLAS

SE LUCHARON EN SUELO INGLÉS PARA DECIDIR QUIEN GOBERNARÍA. PARA PONER LA ÉPOCA EN
PERSPECTIVA, ESTOS HECHOS ACAECIERON CUANDO UN IOVEN DE 26 AÑOS, RODRIGO DÍAZ DE
VIVAR, EL CID CAMPEADOR, ESTABA AL SERVICIO DEL REY SANCHO 11 DE LEÓN Y CASTILLA, AÚN
NO CONVERTIDO EN UN GUERRERO DE LEYENDA.
por Paul MCDonnell-Staf f

omenzaremos nuestra historia presentando a estos tres roslav, que tenía relaciones con el fenecido Olaf. Duante tres años

C famosos guerreros, examinando brevemente como ha-

bían llegado a ser gobernantes en ese año legendario. De
los tres, Guillermo resultó ser el más despiadado, Harald Hardrada
el más exuberante y Haroldo Godwinson el más infortunado.
HARALD SIGARDSON
Harald Sigardson, al que se conoció como Hardrada (``gobernante
firme" o "implacable"), ha sido llamado a menudo "el último vi-
kingo",yestabadestinadoaconvertirseenelmásfamosodetodos
ellosenlassagas.Eraexcepcionalmentegrandeyaltodesdejoven
luchóparaél,yestoleenvalentonóparapedirlamanodesuhija,
Isabel, a lo que Yaroslav respondió que antes de ser digno de tal
princesa necesitaría ser más notable en fama, riqueza y reputa-
ción. Así que en 1034 Harald y sus leales compañeros marcharon
para unirse a los reputados mercenarios nórdicos al servicio del
emperador de Constantinopla, los varegos.
Harald y sus compañeros se alistaron en la Guardia Varega,
lacremadelejércitobizantinodelaépoca,quenuncaabandonaba
laciudadyprotegíaalemperador,comolospretorianosromanos
de tiempos pretéritos. Estaban muy bien pagados, y gracias al

(medía 1,95 m en una época en que el hombre medio alcanzaba
los 1,72 m), con una melena larga y dorada, guapo, de ojos azules
y con una de sus cejas más elevada que la otra. Nacido en el 1015,
Harald fiie el hermanastro menor del rey Olaf y el tercero en la
línea de sucesión al trono noruego. Pero en el 1030 el rey Canuto
de Dinamarca (y después de lnglaterra y Noruega), invadió No-
ruega,yconl5añosunjovenHaraldcombatióensuprimeraba-
talla, en Stiklestad, en julio de ese mismo año. 0laf fiie derrotado
botín un hombre podía enriquecerse. Aunque había reglas al res-
pecto, no se llevaba una adecuada contabflidad, así que el avari-
cioso Harald pudo fácilmente estafar d sistema. Lo hizo tan bien
que ascendió a oficial de la Guardia. Pero entonces el emperador
Miguel IV fiie derrocado por Miguel V, que licenció a los varegos
ylosreemplazóporuna"GuardiaEscita"denómadasdelaestepa.
El tesoro ilegalmente amasado por Harald no había pasado des-
apercibido, y fiie rápidamente encarcelado junto con sus compa-

ymuertoporlospartidariosnoruegosdeCanuto.Haraldfúegra-
vemente herido y dado por muerto, pero consiguió arrastrarse
hasta una zanja donde uno de sus compañeros pudo encontrarle,
para dejarle al cuidado de una familia campesina mientras sana-
ban sus heridas. Finalmente pudo escapar a Suecia y en 1031 par-
tió con un grupo de compañeros para la meca para los exiliados
escandinavos: Kiev, en la actual Ucrania, donde llegó a través de
las mtas de comercio fluvial. Allí entró al servicio del príncipe Ya-
ñeros.Afortunadamente,MiguelVfiieprontodepuestoyHarald
aprovechó los disturbios para liberar a sus varegos. En la subsi-
guienteguerracivfl,Haraldyestosmilitaronenelbandovencedor
y, siguiendo las órdenes del nuevo gobiemo, cegó personalmente
a Miguel V y a su tío Constantino. Se convirtió además en el co-
mandante de toda la fiierza varega. Dado que no se le permitía
abandonar Constantinopla, se encontró con el problema de cómo
hacer llegar a casa su, ahora enorme, tesoro de oro y plata.
 Es`®6íX+e% 1NGLOSAJONA,1006
Mcrcid (Edwin)

• Hic ceciderunt Lewine e[ Gyrth Írate§ Haroldi regi§.TML Dt ""1" escRna 6Z,
= East Mglia (CyTth)

siglo xl.
D Kcnt (Lcofwii.c)

_\T%-Éümam D 0 Wessex (Haroldo)

Nor{hamptonshirc (WdllhcoD

En 1043 Harald sabía que Yaroslav tenía intención de con-

wesomormd É`+
Té, -`
H Northumbria (^^orcdr)

quistar el lmperio, y también que su medio-sobrino de ls años,

Magnus, era ahora rey de Noruega y Dinamarca. Compró barcos t£"dcsmford Brid«,25dcScpt
en secreto y huyó a Rusia. Allí por fin desposó a lsabel. Con 28
;,,:fMm
Fdfoh, 2o dc scpt.
años, era el guerrero más famoso de su tiempo. Dos años después, H'arald H.ardrada `
isla de
en 1045, volvió a casa vía Suecia para gobemar Noruega y Dina- AJ]glcsey
Haro]do ma[cha con su €jército
marca, primero junto con Magnus y, tras la repentina muerte de contTa los normandos, 2ó dc oc[:
6vyDedd Haroldo se dirige al norte
aquel por enfermedad, en solitario. Despiadadamente eliminó a n sü cjército. 20-24 dc scpt.

todo rival potencial entre los señores vikingos, enviando a muchos

>,`
J= EAST Ngwí.c.h
al exilio yjactándose de haber asesinado a no menos de 13.
En 1064 ya tenía 50 años de edad y dos hijos adultos fruto de
Éo5,- ANom ,,`
su segundo matrimonio bígamo, 0laf y Magnus, pero pese a gue-
1

-,.--, ps®tii.áh'
rrear constantemente no pudo conservar Dinamarca, que ganó
su independencia. Estaba listo para nuevos objetivos de conquista
y aspiraba a reunir el viejo imperio escandinavo de Noruega, Sue- Londres
cia, Dinamarca e lnglaterra. Canterbury

GUILLERM0 DE NORMANDÍA
Fundado por los vikingos casi 150 años antes, el ducado de Nor-
mandía era independiente de Francia. Los normandos ("hombres
de norte") estaban para esa fecha plenamente establecidos y se ha- de Normandía
bían asimflado bien con la población local, hablándose el ffanco- campaña del año 1066
© Carlos dc la Rocha Prieto
normando. Guillermo nació en el otoño de 1027, fruto de un
a#aí.re entre el joven duque Roberto de Normandía, de 17 años, antecedentes, Guillermo tuviera una reputación ganada a pulso
y Herleve, de 16 años, probablemente hija de un oficial de la corte. de füta de piedad, crueldad, astucia y avaricia; poseía sin medida
Por esa época Normandía estaba sumida en el caos, con señores esa famosa "hambre de tierras" nomanda que los diseminó como
rivales batallando constantemente; por ejemplo el hermano conquistadores por toda Europa.
mayor de Roberto gobernó brevemente tras derrotarle en una
guerra civil, para morir envenenado por su hermano. Roberto HAROLD0 GODWINSON
reinó solo 9 años antes de morir repentinamente en 1035, mien- El tercer protagonista de este drama fiie Haroldo Godwinson. En
tras peregrinaba a Tierra Santa, con el veneno también como el reino de lnglaterra, durante el largo reinado del medio-nor-
principal sospechoso. Guillermo, con s años, era ahora duque. mandoEduardo,UamadomástardeelConfesorysantificadopor
Normandía se sumió en una crisis todavía peor, con una pléyade
su piedad, sus fiindaciones monásticas y la construcción de una
de asesinatos y conflictos en la lucha por el poder de cada familia
gran catedral y abadía, tres poderosos earb (del escandinavo/.arD,
rival. Los cuatro tutores de Guillermo fiieron asesinados, e incluso
Godwin,LeofficySiward,competíanentresíporpodereinfluen-
su leal camarero fiie muerto en su propia alcoba. En 1040, tras
cia. Para cuando murió Godwin su familia ya había superado a
estos asesinatos, sus enemigos propagaron que Guillermo era un
sus rivales, e incluso al rey, en poder y riqueza. Poseían no menos
bastardo de madre de baja cuna, y desde su niñez este se dio
dedosterciosdelatierrapropiedaddelose¢rbenlnglaterra.Ha-
cuenta de que no era más que un peón entre facciones rivales.
roldo, medio danés, medía cerca de 1,80 m, era rubio y con mos-
En 1047 Guy de Borgoña reclamó el ducado y se desató otra
tacho. Tenía una reputación fomidable como guerrero, habiendo
guerra civil que comenzó con un intento de asesinato de Gui-
conquistado el siempre turbulento Gales (que a los normandos
llermo, del que escapó por los pelos huyendo a caballo en medio
luego les llevaría varias generaciones reconquistar). Al final del
de la noche perseguido por los sicarios. Guillermo pidió ayuda a
reinado de Eduardo, se vio obligado a exiliar a su hermano Tostig
Enrique 1 de Francia, que le apoyó con un ejército a cambio de
instigado por los em/s norteños, Edwin y su hermano Mortar,
que le reconociese como su señor feudal. Los rebeldes fiieron des-
molestos por que Tostig había traído ley, orden e impuestos al re-
truidos en Val-es-Dunes, la primera batalla campal de Guillermo,
voltoso norte, así como por colocar a un odiado sajón occidental
a sus 19 años. Para entonces media 1,77 m y era fornido, de pelo
sobre ellos. Tostig se convirtió en un acerbo enemigo de su her-
oscuro, rostro afeitado y la famosa tonsura normanda. Como
mano. Haroldo era el hombre más poderoso de lnglaterra.
Hardrada, había recibido su bautismo de sangre aún en la ado-
lescencia,ycomoélmismodiría,"Fuiinstruidoenlaguerradesde
la niñez". Para 1066 Guillemo tenía también una reputación for- LOS E|ÉRCITOS
midable como un comandante que jamás había perdido una ba- Examinaremos ahora brevemente los ejércitos que competirían
talla o no tomado un castillo. No sorprende que, dados sus en la lucha por lnglaterra.
zz i DESFIERTAFERRn

IÁ)s norwgos mandos también adoptaron. Su infantería iba armada en gran

HaraldHardradadisponíadelatípicafiierzareducidadesoldados
p[o£esiondes, el Hird. Los hirdmen o thingmen e[a,n un séquLto
permanente a sueldo, compuesto sobre todo por súbditos del rey,
pero que también podía incluir extranjeros. Estaban también los
huscarles (literalmente ``hombres de la casa», guerreros amados
que actuaban como guardaespaldas). Las tropas domésticas de
Harald consistían solo en 30 huscarles y 60 J¡!.rdme#.
La mayor parte del ejército nacional consistía en hombres li-
bres, tanto campesinos como bo7.d!. (granjeros terratenientes).
Estos hombre eran convocados por el JcÍ.dang, que era una leva
de barcos, hombres y provisiones en fimción de la riqueza; una
granja grande o un grupo de granjas pequeñas tenían que pro-
porcionar un hombre totalmente pertrechado, que debía presen-
tarse en al cubierta del barco en 5 días. Los barcos se obtenían de
manera similar entre los distritos costeros. Para las expediciones
ultramarinas se reclutaba un medio Je¡.da#g, y así Harald pudo
disponer de alrededor de 250-300 barcos para su invasión de
1066, tripulados por entre 7.000 y 10.000 hombres.
Cada hombre libre de la leva iba armado con un gran escudo
circular o uno más moderno de tipo bizantino ("de cometa''), y
con una lanza de ffesno o una espada (muy apreciadas, solo los
más pudientes podían disponer de ellas, quizás un hombre de
cada veinte) o un hacha (la variante de a dos manos por la que los
vikingoseranfamosos).Yelmosycotasdemallaeransoloporta-
dos por los más ricos o por profesionales como los huscarles o
hz.rdmen. Los yelmos eran a veces un capacete de hierro de una
pieza, pero normalmente eran del tipo spmgeririeJm, de cuerno o
hierro con refierzos de hierro. La mayoría disponían de guardas
nasales y los más caros contaban con una decoración elaborada,
cubrenucas de malla, etc. Muchos hombres llevaban como pro-
tección corporal jubones de piel de reno o de cuero endurecido y
gorros del mismo material. Muchos también contaban con arcos
largos de olmo o tejo, que disparaban flechas de solo 60 cm de
longitud. Estos se tensaban hasta el pecho, por lo que no resulta-
ban tan poderosos como los posteriores arcos largos bajomedie-
vales. Evidentemente, los ejércitos nórdicos eran todos de
infantería, pero tan pronto como desembarcaban adquirían ca-
ballos locales para desplazarse a la batalla y para crear pequeñas
fiierzas de exploración y tareas similares.
Los normamdos
Los fi.anceses/ffancos tenían una larga tradición de caballería pe-
sada que, a través de Carlomagno, llegaba hasta la caballería del
Bajo lmperio y que, una vez instalados en Normandía, los nor-
parte como la nórdica, pero contaban además con una fierza for-
midabledehombresdearmasequipadoscon#awberks,c¿tasde
malla que llegaban hasta la rodilla o incluso más abajo, yelmos,
escudos "de cometa" y lanzas cortas de entre 2,1 m y 2,4 m, apro-
piadas tanto para ser arrojadas como para esgrimirse por encima
o por debajo de la cabeza.
El "arma secreta" normanda era el desíri.er, o caballo de bata-
lla. Los normandos eran afamados por su cría selectiva y sus ca-
ballos de batalla sobrepasaban las 14 "manos" (1,40 m) de alzada
hasta la cruz, lo que contrasta con las 12 "manos" habituales de
otros caballos de batalla o las 10 "manos" propias del caballo
común en el norte de Europa. Cada señor (condes o vizcondes)
tenía un séquito de caballería que formaba en un grupo denomi-
nado conroí.s, el cual podía cargar, girar o retirarse al unísono.
Cada hombre de armas tenía 3 o 4 caballos: el desír!.er, reservado
para el combate, y tres caballos normales, uno para montar, otro
para su escudero y otro para la panoplia y el bagaje. Como vere-
mos, esto creaba ciertos problemas logísticos. Hacía 1060, gracias
engranparteasuscaballosmásgrandesymejorcriados,losnor-
mandos estaban reputados como la mejor caballería de Europa.
Guinermo llevó entre 1.000 y 2.000 caballeros a lnglaterra (pro-
bablementelacifrainferior),lamitadprovenientesdeNormandía
y el resto aliados ffanco-flamencos y mercenarios comandados
por Guillermo Fitzosbern y Eustaquio de Bolonia, además de un
contingente de bretones. Llevó además unos 7.000 infantes, que
incluíantambiénffanco-flamencosybretones,armadoscomolos
noruegos y los ingleses, y también a unos 4.000 marineros, sir-
vientes, etc.
Losindeses
Seríamásacertadollamarles"anglo-daneses",dadoquelnglaterra
nevaba siendo objeto desde hacía más de 200 años de razias vi-
kingas, invasiones y, finalmente, del gobierno de reyes daneses.
La población estaba mezclada, con el sur y el oeste predominan-
tementeanglo-sajónyelnorteyestemayoritariamentedanés.La
unidad de lnglaterra en el siglo Xl era fiágil y los eczrk norteños
Morcar y su hermano Edwin conspiraban por la independencia.
Como los vikingos noruegos, los reyes ingleses y sus herma-
nos disponían de un séquito doméstico de huscarles. que consistía
en guerreros profesionales tanto sajones como daneses. Debían
ser 1 .000 o más, ya que la lnglaterra de la época era un país rico,
de ahí lo que Harald Hardrada y Gufllermo estaban dispuestos a
invertir y los riesgos que estaban dispuestos a correr.

> LO§ lm§ORE§. E§ta magnifica ilustración mue§tra periectamente la diver§idad en el equipamiento empleado durante el siglo Xl. El jinete que apunta al otro lado del Canal representa

a uno de lo§ líderes del ejér(ito nomando.Va protegido "cap-a-p/.ed" (de cabeza a los pies), (on iin ^auóeti de malla §obre una camisa acolchada, un típi{o yelmo con nasal, pintado

(omo muchos de lo§ que aparecen en el Íamoso tapiz de Bayeux, y amadura adicional para los antebrazos y las piernas /G^a«jfoj/. La pieza de su garganta es un aMcnffi/./ aflojado,

que al atarse cubn'a la parte iníerior del ro§tro. El resto de §u equipo §e compone de e§(udo "de (ometa", espada y lanza. Esta no era la lanza de posteriores tiempos medievales.
sino una más corta qiie podía §er arrojada esgrimida por en{ima de la cabeza o asida bajo el brazo. El pendón que le (uelga es un goníalón, usado probablemente para identificar

a los líderes. El hombre a la izquierda es un Jeüeaní del sequito de un caballero, que podía luchar montado o comandando la infantería. No e§tá tan bien equipado, ya que vi§te

un ^auóeri de cuero reíorzado {on grandes anillas de hierro. (omo todos los nomandos va afeitado y tiene el extraño corte de pelo típicamente nomando, con la nuca rasurada.

La tercera figura miiestra iin amamento más antiguo. (on e§cudo circular, laHa hacha y protección corporal acolchada. Esta panoplia era típica de la infantería pesada, como lo§

mer(enario§ al servicio normando, lo§ vikingo§ del ejér(ito de Hardrada o los Í^am (nobleza menor) que (omponían el "f/nJ escogido" inglé§.
DESFIERTAFERRn | Z3
24 | DE§PERTAFERRD

Como los noruegos, el ejército consistía en su mayor parte
en campesinos (ceoarJs) y terratenientes más ricos (fJieg#s).
Como en los otros dos ejércitos, pocos dispondrían de cota de
malla o casco. La leva se dividía entre el "Fyrd escogido", aque-
llos que por ley debían ser provistos de armas, y el ``gran Fryd",
la recluta de todo hombre capaz en caso de emergencia, con las
levas bisoñas empleadas en labores de segunda línea, como
Mientras tanto, el hermano de Godwinson, Tostig, apareció
con 60 barcos y mercenarios piratas flamencos, además de sus
partídaríos,ycomenzóahostígar,acostaíng]esa.parecesérque
tras ser recibido ffíamente por Guillermo, Tostig se había aliado
con Harald Hardrada para recuperar sus tierras arrebatadas por
Morcar y Edwin. Rechazado por estos en la costa de Northum-
bria, se refiigió con el rey Malcom de Escocia, desde donde pla-

guarniciones o reparación de puentes y carreteras. La carga que
suponía el ejército no era muy onerosa: un soldado totalmente
equipado por cada 12 familias, basándose en la tenencia de tie-
rra, lo que equivale aproximadamente a uno por cada 100 habi-
tantes. Haroldo Godwinson, empleando el "Fyrd escogido'',
neó la campaña con Hardrada. Guillermo, mientras tanto,
continuó reuniendo su ejército y compró, alquiló y construyó
alrededor de 700 u 800 naves, la mayoría pequeños barcos mer-
cantes de 12,5-15,3 m de eslora y otros más grandes capaces de
transportar caballos.

podía reclutar un ejército de alrededor de 1.000 huscarles ade-
más de más de 10.000 f*gí'!s y sus acompañantes, con los más
pudientes equipados como huscarles, con yelmo, cota de malla
(el nuevo tipo más largo, hasta las rodillas, o el tipo anterior de
camisa, ZJymí.e), lanzas, espadas y hachas de dos manos. El resto
se contentarían con escudo y lanza, jubones y gorros de cuero,
o incluso nada de protección corporal.
Se puede así comprobar que los tres ejércitos eran similares
tanto en tamaño como en equipo, ya que consistían en una mi-
noríadeguerrerosprofesionalesfiiertementearmados(huscarles
o los hombres de armas normandos), una mayoría de infantería
"pesada" con escasa protección corporal y un pequeño número
deinfantesligeros(arqueros,honderosylanzadoresdejabalina).
Los normandos incluso tenían un puñado de banesteros que aún
tensaban manualmente sus amas, todavía no convertidas en las
Haroldo no estaba tampoco ocioso, movilizó a su ejército y
dispusosuflotade700barcosdeguerra(queGuillemonopodía
igualar) a patrullar las aguas entre lnglaterra y Normandía. Gui-
llermo realizó entonces una jugada maestra de logística que al
final se demostraría decisiva. Construyó un gran campamento en
Dives, en un emplazamiento ideal para reunir cosechas y forraje,
con la flota a salvo de tomentas, y allí espero pacientemente. Para
tener una idea de la enorme empresa que esto suponía, podemos
calcular que, diariamente y solo para alimentar a los hombres, se
habrían necesitado 30 toneladas de trigo sin moler y 63.500 litros
deagua,ysabemosqueprobablementeseconsumíaunacantidad
similardevinoyalrededorde7toneladasdecarne.Estoequivale
aproximadamente entre 75 y 100 carros diarios para la comida,
siasumimosqueelaguaveníadeunrío.Loscaballosnecesitarían
más de 15 toneladas de alimento, 5 toneladas de paja para los es-

poderosas bauestas medievales.
LA CAMPAÑA
El año 1066 comenzó con la muerte de Eduardo, rey de lnglaterra.
Se eligió como su sucesor a Haroldo Godwinson, cuyos partida-
rios y aliados eran aplastante mayoría en el WÍ.£ari, o asamblea
nobiliaria. Guiuermo alegó inmediatamente que el trono le había
sidoprometidoyqueHaroldolehabíaaseguradorespaldoenesta
aspiración cuando, tras haber nauftagado en Nomandía, fiie su
"huésped". Incluso dijo que Haroldo lo juró sobre un relicario,
aunque dado que fiie un acto privado y no hay certeza sobre
dóndeocurrió,esprobablequesolofiierapropagandanomanda.
Gracias a este "juramento sagrado" y a su promesa de nombrar
en lnglaterra obispos más afines al Papa, Gumermo ganó la ben-
dición de este y un sagrado estandarte papal que le guiaría. Gui-
llermo comenzó de inmediato a preparar la expedición y a
presionar a sus reticentes nobles para que se le unieran.
tablos y, dado el caluroso clima estival, más de 204.000 litros de
agua. . . ia diario! Para mantener el campamento libre de infec-
ciones (y, lo que es raro, no sabemos de estas en Dives), habría
que deshacerse de miles de litros de orina equina, miles de kilos
de estiércol y las 5 toneladas de paja pisoteada de los establos.
TambiénenlnglaterrayNoruegasellevabanacabosimilares
esfiierzos hercúleos, y los tres países resonaron ese verano con
estaslaboresyconlastareasencaminadasaconstruirymantener
marineros cientos de barcos.
Guillermo estaba apostando a que una tormenta de verano
anulara temporalmente la flota inglesa, o que esta necesitara rea-
provisionarse y le diera una ventana de 24 horas para cruzar el
canal. Ser atrapado por la flota inglesa o por una tormenta eran
los riegos principáles que Guillermo arrostró en ese memorable
año. El cielo mismo pareció reconocer lo que estaba sucediendo,
ya que en abril se mostró un presagio a los tres contendientes en
laformadelbrillantecometaHalleyllameandoenelfimamento.

> LO§ DEFEN»RE§. El artista captura muy bien en esta ilustración la atmósfera de las onduladas (olinas de §u§sex, alrededor de Hastings. La figura central es un §eñor inglés.

como el propio Llaroldo Godwin5on. Lleva una larga (ota de malla ^aüÁc/k o ó/m/.€, §imilar a las nomanda§ (de h€cho Guillermo le había regalado en su día a Llaroldo

armas normanda§), y porta una panoplia muy parecida a la de esto§, solo que normalmente (ombatiría a pie. También se di(e de Hardrada que llevaba una larga b/m/.c

como esta y §eguramente portan'a un largo es(udo "de cometa". A la derecha apare(e un tipico huscarle, o un tAanp con po§ibles, armado también (on una 4/mi'c (pero sin

la capucha que protegería {abeza y rostro), un e§cudo ``de (ometa" y el ha(ha de mango largo por la que nórdi(os e ingleses eran famosos. §e esgrimía a do§ manos por

los hombres que permane(Ían en §€günda línea. tras el muro de escudo§, (on sLis propios escudo§ (olgados de la e§palda y eran (apa(e§ de d€rribar a un tiempo a caballo

y jinete. La figura de la izquierda qLie apunta ha(ía el mar es un Íhanc §ajón más pobre, sin prote((ión §alvo el yelmo y §u es(udo circular, y (uenta también con un ha(ha
de mango largo. De " cintura como arma sccundaria (uelga un (Üchillo largo o espada (orta llamado J€2#. Gucrreros de e§te tipo formarían la mayor parte de la iníant€ria

de los tres ejércitos. (asi todo§ los ingle§e§ y vikingos, al contrario que los normandos, iban barbado§ o {on mosta(ho§.
DESFIERTA FERRU | ZE
ZE | DESPERTAFERRÜ
Para el s de septiembre, habiéndolo retrasado tanto como fiie
posible, la flota de Haroldo Godwinson hubo de regresar a Lon-
dresparaaprovisionarse,debiendoloshombresvolveracasapara
la cosecha. Desgraciadamente la primera de las tormentas de
otoñosoiprendióalgunosdelosbarcosyloshizonauffagar.Con
la flota inglesa ida, y los pastos alrededor de Dives agotados, Gui-
llermosetrasladóaSaintValery-sur-Somme,dondetambiénper-
dióalgunosbarcosporelmaltiempo.Loscaballosprobablemente
hicieron la ruta por tierra. De cualquier manera, Guillemo había
ganado la trascendental batalla logística.
LA BATALLA DE FULFORD
Justo antes de esto, Harald Hardrada movió ficha y cruzó el mar
del Norte con entre 300 y 500 barcos largos para encontrarse con
TostigenladesembocaduradelTyne.Navegaronhacíaelsur,sa-
queando a su paso, hasta que entraron por el río Humber y re-
montaron el Ouse hasta Ricall, a unas diez millas de York (por
entonces una ciudad tan vikinga como Dublín en lrlanda). Reu-
nieron vituallas, caballos y ponis y marcharon hacía York, para
encontrarse en Fulford enfrentados con un ejército norteño de
unos 5-6.000 hombres, comandado por los hermanos Morcar y
Edwin, los rivales de Tostig. Lamentablemente, la única descrip-
ciónrealdeestabatallaylasubsiguientedeStamfordBridgepro-
viene de una saga islandesa, pero su relato parece plausible. Los
nórdicos marchaban río arriba cuando se encontraron con los
anglo-daneses,yformaronunalíneaconsuizquierdaapoyadaen
el río y su derecha en una zanja de drenaje que corría en paralelo
a el. El mismo Hardrada desplegó su famoso estandarte del
cuervo,llamado"eldesolador'',enelcaminojuntoalrío,ysuejér-
citosedesplegóasuderecha,conlastropasmásdébiles,queiban
marchando en retaguardia, en el extremo derecho. Cuando las lí-
neas chocaron, los ingleses al principio tuvieron éxito, haciendo
retroceder el ala derecha noruega; pero el ala izquierda de Har-
drada, compuesta por sus tropas domésticas y la fiierte vanguar-
dia, prevaleció, ayudada además por superior número, y tras un
combatelargoysangrientolosinglesessedesbandaron.Lasbajas
en ambos bandos fiieron elevadas. Se tomó York, y tras haber ga-
nado la primera batalla y destruido la resistencia norteña, Har-
drada y Tostig estaban, comprensiblemente, satisfechos.
LA BATALLA DE STAMFORD BRIDGE
Harold Godwinson reunió a su disperso ejército en unos 10-12
días y, en cuanto llegó noticia del desembarco noruego, viajaron
a marchas forzadas por la vieja vía romana. En 5 días cubrieron
308 km y el 24 de septiembre llegaron a Tadcaster, al sudoeste de
York, donde pasaron la noche. Mientras tanto, la principal base
del ejército vikingo seguía en Riccall, pero algo más de la mitad
delastropas,cercade5.000hombresmandadosporHaraldHar-
drada, había marchado en dirección noreste hasta un lugar cono-
cido como Stamford Bridge ("el puente de Stamford"), un
importantecrucedecaminos.Allíesperabanencontraramuchos
delosfheg7#locales,emplazadospararendirhomenajeyentregar
rehenes, y también para proporcionar comida y provisiones.
Dado que era un día caluroso y no esperaban combatir, aqueuos
=ia
que disponían de pesadas cotas de malla y yelmos los habían de-
jado en el campamento de Ricall, donde estaban los barcos, que
había quedado al mando de Eyestein Orre y Olaf, hijo de Harald.
Mientrasesperabantranquilamenteaambosladosdelpuente,
hacia el mediodía una nube de polvo apareció a unos 1,5 km en
dirección sudoeste. Al principio los noruegos pensaron que los
destellantes titfleos de armas -"como destellos de sol sobre hielo
quebrado"-proveníandelrestodesuscompañeros,peropronto
fiie evidente que, por increible que pareciera, iera otro ejército in-
glés! Se mandaron rápidamente jinetes a Ricall, distante 19 km,
parapedirrefiierzos.Lasagarecogeunencuentro,probablemente
legendario,deunaentrevistaentreloslíderes.Paraganartiempo,
Hardrada y Tostig offecieron parlamentar y negociar. Con unos
pocos acompañantes, los líderes se encontraron y Haroldo God-
winson, haciéndose pasar por su propio mensajero, siempre
según la saga, ofieció devolver a Tostig su señorío, e incluso más,
a cambio de paz.
¿Qué entregarás a mi amigo y aliado, Harald de Noruega? -
habría replicado Tostig.
¡Solo 7 pies de tierra inglesa, pero ya que es un hombre alto,
quizás un poco más! -replicó Haroldo.
Las negociaciones acabaron así rápidamente. Mientras cabal-
gabandevuelta,HaraldpreguntóaTostigsiconocíaalmensajero.
EsteledijoqueeraelmismísimoreyHaroldoenpersona,aloque
Harald respondió riendo que, de haberlo sabido, el rey no habría
vuelto con vida. Es posible que el breve encuentro tuviera lugar
mientras las tropas formaban, aunque Haroldo seguramente no
perderíaeltiempo,trasconseguirlasorpresa,sinoquehabríaata-
cado inmediatamente. La mayor parte de las tropas noruegas es-
taban en la ribera oriental y formaron en el terreno elevado que
ahora se llama "Battle Flats". A los puestos avanzados en la ribera
occidental del río, en el camino de la avalancha enemiga, les quedó
la sombría tarea de contener a los ingleses mientras tanto. Los
nórdicos se defendieron desesperadamente, con la esperanza de
aguantarhastaquellegaralaayudadesdeRicall.Enlasagasehace
hincapié en su carencia de armaduras y yelmos, pero dado que
solo una minoría los poseía, es probable que lo decisivo fiiera la
diferencia en efectivos, ya que, aunque estos no se mencionan ex-
presamente, es probable que los anglo-daneses fiieran 8.000 o
más, mientras que los nórdicos presentes serían unos 5.000. Se
produjo otro arduo combate de infantería. Los vikingos conti-
nuaronpeleandoinclusocuandoHardradacayómortalmentehe-
rido con un flecha atravesándole la garganta. También Tostig fiie
muerto.FinalmentellegóEyestein,demasiadotardepararescatar
a su rey, pero decidido a vengarle. Se desató una segunda batalla,
con ambos bandos exhaustos, uno por la batalla, el otro por la
marcha forzada de 19 lm bajo el calor del sol de mediodía. No se
pidió ni concedió cuartel. También Eyestein sucumbió, y al caer
la noche los descabezados nórdicos finalmente rompieron líneas
y huyeron hacía sus barcos. Los ingleses los persiguieron y, tras
recibir juramentos de no regresar nunca y entregar rehenes, se
permitiópartiraOlafylossupervivientes.Sepuedeevaluarelnú-
merodebajasporelhechodeque24barcosbastaronparadevol-
verlos a casa, de los 250-300 con los que habían llegado. Haroldo

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Odón de Bayeaiix
• pa,.`tiln
tenía sentimientos encontrados: había ganado una victoria deci-
siva y capturado una flota que en un fi]turo haría imposible la in-
vasión de Guillermo, pero a un coste terrible en bajas, sobre todo
entre sus irremplazables huscarles.
Sus peores temores de materializaron, porque el 1 de octubre,
posiblemente durante el banquete de celebración por la victoria,
un mensajero llegó. Guillermo había desembarcado, pese a lo
avanzado de la estación.
LA BATALLA DE HASTINGS
Quizás por coincidencia, unos días después de que Haroldo mar-
chara al norte, sobre el 27 de septiembre, las mareas y el viento
eran óptimos para el cruce. La marea alta fiie a media tarde,
cuando los barcos pudieron acercarse a la costa para cargar caba-
llos, pertrechos y hombres. La flota partió con la puesta de sol,
aprovechandoelreflujodelamareayunabrisadelsudoeste,para
cruzar las 56 minas en un viaje de entre 12 y 16 horas. El amanecer
encontróaGuillemosolojuntoalacostainglesa,yaquesubarco,
el "Mora", el más grande y rápido, se había adelantado a la flota.
Gradualmente se fiie avistando un bosque de mástiles, y se realizó
un desembarco sin oposición en Pevensey, junto a las ruinas del
fiierte romano de Anderida. Se repararon sus defensas con ma-
dera y una zanja. Guillermo no avanzó tierra adentro por miedo
a que se cortaran sus comunicaciones, y deseaba luchar con Ha-
roldo cerca de la costa. Para mayor seguridad, Guillermo se tras-
ladó al cercano Hastings, sito en una península y con un puerto.
DESPERTAFERRH | Z7
p(1ntanos
T) Asam de k\s posidones anglosaionas.
Z)#n#n#hx%3ti#m#L#angkffijones
3) E/ cenm nomando bmbjón comó/iza a ceder.
4) Odón de Bayseux ngftierza eMsnco amsnBZBdo.
5) Guilbrmo _reune a un grupo de caballeros y ¥ Ianza
contrti el nanco de h llnea de avEinco enemig8. Los
anglosajones son derrolEidos y remceden predpid\-
damonte colina arriba.
Continúa el aJaque nomando en lodo el ñenle.
6bLa%a#d#c#d#n#bgNa##n##5
Ios abques. Los anglosajones comienzan a oeder
en lodBs paries. Es el principio del fin.
Haroldo y su guardia de huscaries mueren delendl-
9,oS _, endo su posicion central. ¥>&
Guillermo Fitzosbern
Eustaquio de Bolonia
h;' -._ -. {¡igii
Desde aquí procedió a saquear los alrededores, matando a los
hombres, violando y esclavizando a las mujeres y los niños, que-
mandolosedificiosyreuniendovituallasyganado.Sabíadesobra
que estas tierras eran el señorío personál de Haroldo, y esperaba
así impelerle a venir a protegerlas, además de obtener provisiones
y botín para sus hombres.
Entretanto,Haroldonoperdíaeltiempo,yotravezamarchas
forzadas llegó a Londres en 5 días, dando órdenes para que Edwin
y Morcar le siguieran con sus fiierzas. Esperó impaciente allí du-
rante 5 o 6 días, mientras llegaban las descorazonadoras noticias
sobre los saqueos de los invasores. Tan pronto como tuvo tropas
suficientes corrió hacía el sur, sin Edwin y Morcar, tanto para
poner final a las depredaciones como para "embotellar" a Gui-
llermo antes de que pudiera trasladarse a otra zona. Una vez más
sumarchafiiemuyrápidayexitosa,cubriendo96kmensolodos
días para llegar al punto de reunión, un cruce de caminos al sur
de un bosque que bloqueaba la salida de Guiuermo de la penín-
sula. Pronto la flota, que también había par[ido desde Londres,
llegaría a su retaguardia, cercándole. Todo lo que tenía que hacer
Haroldo era esperar, porque su ejército crecería a diario, sin po-
sibilidad de refiierzos para Guinermo.
Este había tenido demasiado éxito en su intento de atraer a
Haroldo, ya que al anochecer los exploradores normandos infor-
maron de su presencia a solo 13 km. Un atrapado y alamado Gui-
llermo ordenó a sus hombres permanecer alerta por si se producía
un ataque noctumo. Antes del amanecer del domingo 14 de octu-
ZE | D[sFIERTAFERm
bre de 1066, Guillermo oyó misa, y el ejército se puso en marcha
hacia el norte, en dirección al cuello de boteua de la península. Pa-
raron para amarse y llegaron a la vista de los ingleses, a solo 750
m de distancia. La zona tenía forma de martillo, con Guillermo
avanzadoporelmangohacíalosingleses,enuncerro.NosoloHa-
roldo había obtenido la ventaja estratégica, sino que ahora tenía
también la táctica. Todo lo que tenía que hacer era aguantar, un
empate le bastaría, con más tropas llegándole cada día, mientras
que Gumermo tenía que derrotarle colina arriba o encarar la des-
trucción total. Los 5.000-7.000 ingleses formaron un "muro de es-
cudos», de unas 6-8 filas de profiindidad, con los diezmados
buscarles (menos de un millar, probablemente no muchos más de
500) fomando solo las dos primeras filas aunque incapaces de cu-
brir todo el ffente, por lo que los flancos eran guamecidos por los
hombres, mayoritariamente sin armadura, del Fyrd. Sobre ellos
flameaba el estandarte del dragón de Wessex, del tipo que remon-
taba a los romanos, y el estandarte personal de Haroldo, "el Lu-
chador''. Guillemo avanzó contra ellos. Su ejército era ligeramente
superiorennúmero,conlosarquerosytropaligeraenvanguardia,
seguidos de la infantería, muchos de ellos mercenarios (y por eso
con mayor proporción de amadura corporal que los ingleses), y
en retaguardia sus aproximadamente 1.000 cabaueros.
Los arqueros vaciaron sus aljabas, con poca efectividad, contra
el muro de escudos y se retiraron para que la infantería avanzara,
mientras los ingleses gritaban "Olicrosse!" (isanta Cruz!) y "Go-
demite" ( iDios todopoderoso!), así como su canto de "Ut, Ut!"
(iFuera, Fuera!), y lanzaban una lluvia de flechas, piedras, jabali-
nas y hachas arrojadizas. Como la infanteria normanda no hacía
progresos, los contingentes (conro!.s) de caballeros se lanzaron a
ladesesperadahaciadelanteparaañadirsuempuje,sinresultados.
En un momento dado fiieron los bretones del flanco izquierdo
los que rompieron filas y retrocedieron. Con su flanco expuesto,
los normandos del centro también se retiraron y el inexperto Fyrd
de la derecha inglesa les persiguió con un rugido. En este mo-
mento crítico se mató al cabauo de Guillermo, y se difúndió el
rumor de que este estaba muerto. Gumermo tomó otro caballo y
cabalgó entre sus tropas, quitándose el yelmo y tratando deses-
peradamente,juntoconsuhermanastroOdónyEustaquiodeBo-
lonia, de alentar a sus tropas. Guillermo estaba al borde del
desastre, pero los normandos se reagruparon y él encabezó a un
gran grupo de caballeros contra el flanco de los ingleses persegui-
dores. Pocos de los estos pudieron regresar a la colina, donde los
huscarles, demasiado curtidos como para haberse unido a la per-
secución, habían permanecido.
Debió de producirse una pausa en la batalla mientras ambos
bandossereorganizaban.Habíallegadolatarde,ylosestandartes
ingleses aún flameaban sobre el "muro de escudos" en la cima de
la colina. Tras conseguir destruir al Fyrd perseguidor, Guillemo
Paul MCDo:mell-Staff ha ejercido como abogado tanto en Australia como en lnglaíerra, aunque ya está prácticamente retirado. IhA-
rantetodasuvidahasidounapasionadoporlahístoriamilitm,yhaescritoalgunosljbrosygrancantidaddeartículossobreeltema.
ActualmenteviveenAustraliaconsumujer,iydisftutaviendocomosushijosvivenemancipados!HavisitadoEsÍ)añaengrannúmero
de ocasiones, un País que le gusta, y ahora mismo está escribiendo el libro F\oman Conquest o£ SpaLin, que editará Pene+Sword.
intentó volver a incitarles a descender con huidas fingidas, con los
co#roi.scabalgandohastalaslíneasinglesasyluegoretrocediendo,
con escaso éxito. Contrariamente a lo que muestra el tapiz de Ba-
yeux, que presenta sobre todo a nobles montados, se trató primor-
dialmente de una batalla de infantería. El desgaste de los huscarles,
que formaban la primera línea del muro de escudos, con la se-
gundalíneablandiendolashachassobresuscabezasparaalcanzar
a hombres y monturas, comenzó a ser evidente. La línea tuvo que
cerrarse y se acortó. Los normandos estaban cada vez más deses-
perados, como demuestra que a Guillermo le mataron nada
menosqueatrescabanosyquemuchosdeloscaballerosnorman-
dos luchaban ya desmontados. Finalmente, al contraerse la línea
inglesa, pusieron pie en el lado oeste del risco. Guillermo ordenó
entonces un asalto total, incluyendo a los arqueros, que se habían
reabastecido de flechas. Los hermanos de Haroldo, Gyrth y Leof-
wine, habían ya caído, pero los estandartes ingleses resistían cada
asalto. Guillermo mandó a sus mejores caballeros contra los cada
vez más menguados huscarles que rodeaban a Haroldo, consi-
guiendo finalmente romper su línea y alcanzarle. Con su muerte,
lacaídadelosestandartesylanocheacercándose,losinglesesco-
menzaron a dispersarse, excepto los leales huscarles, que resistie-
ron hasta el final alrededor del cuerpo de su rey.
CONCLUSIÓN
Aunque la historia inglesa cambió para siempre con la batalla de
Hastings, la última vez que un invasor tuvo éxito, a Guillermo le
llevó varios años "pacificar" a los descabezados ingleses (ya que
la mayor parte de los £tiegr# también había perecido) y destruir a
los traicioneros earJs norteños. Guillermo se mostró tan implaca-
ble como de costumbre. El envejecido Hardrada también fiie exu-
berante hasta el final, hallando una "muerte de vikingo" apropiada
para el guerrero más grande de su época, y Harold Godwinson
fiie muy infortunado, porque pocos monarcas ingleses hubieron
de encarar un invasor de ultramar, y solo él dos a la vez. E incluso
así, estuvo a punto de prevalecer.
BIBLlmRAFÍA BÁslEA
Br.idyghrd. A. (I"U).. 1088 - ThB HiddBn history of thB BayEux tapBstry.
HarpBr Pt!rEnnial.
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> Bibliografía BomplBta En www.dBspgrtafEm-Edi[ionEs.cüm
 DESFIERTAFERRn | Zg

Los normandos
frente a los
bizantinos lo81E1085
LOS NORMANDOS IRRUMPEN EN LA HISTORIA HACIA EL 911, CUANDO EL REY FRANCO

CARLOS 111 EL SIMPLE ENTREGÓ NORMANDÍA COMO FEUDO AL JEFE VIKINGO RO-
LLÓN. SU ASENTAMIENTO NO SÓLO NO AMANSÓ EL AVENTURERO ESPÍRITU VIKINGO,

SINO QUE LO ENRIQUECIÓ CON NUEVAS FACETAS Y POSIBILIDADES CUANDO A SU RE-

PERTORIO MILITAR SE UNIERON EL MAGNÍFICO MANEJO DE LOS CABALLOS PROPIO DE

LOS NORMANDOS Y EL ACCESO A UNA SUPERIOR EDUCACIÓN OCCIDENTAL.

por el Dr. Ilkka Syvanne

CONTEXTO llegado, el primer objetivo de su fiierza de 30.000 hombres y 150

Los primeros normandos llegaron a ltalia hacia el 1017-18, em- naves fiie Corfú. Ni siquiera el derrocamiento de Nicéforo por

pleados como mercenarios por los duques lombardos para hacer
frente a los bizantinos. Aunque algunos no tardaron en cambiar
de bando, los bizantinos también les parecieron débiles, por lo que
los siempre oportunistas normandos pronto se volvieron contra
ellos. La ciudad de Bari, último bastión bizantino en ltalia, cayó
en sus manos en el 1071, el mismo año en que los bizantinos fiie-
ron contundentemente derrotados por los turcos selyúcidas en la
batalla de Manzikert.
La situación era trágica para Bizancio, acorralado entre dos
enemigos formidables, desangrado por la guerra civil y acosado
por las incursiones nómadas. Por consiguiente, en 1075-76 firma-
ron la paz con el duque normando Roberto Guiscardo, que se selló
con un compromiso matrimonial entre el hijo de Miguel VII,
Constantino Ducas, y la hija de Roberto, llamada Olimpia o He-
lena. Pero esta alianza se quebró en 1078, cuando Nicéforo Bota-
niates derrocó a Miguel. Roberto comenzó a planear su venganza.
Durante 1080 y comienzos del losl reunió una flota y un ejército
de campaña de considerable tamaño y, en un vano intento por di-
vidir las lealtades de su enemigo, apoyó a un falso pretendiente al
trono bizantino.
Roberto inició sus operaciones militares en el invierno de
1080-81 con el envío de una vanguardia, bajo el mando de su hijo
Bohemundo, al otro lado del Adriático. Bohemundo conquistó
Vdona, Canina y Jericó pero fracasó en la toma de Corfií. Por con-
siguiente, cuando el equipamiento y entrenamiento de sus nuevos
reclutas italianos satisfizo a Roberto y su esposa Sigelgaita hubo
Alejo I Comneno en abril de losl y las propuestas de paz consi-
guieron cambiar los planes de Roberto. Tras derrotar a una pe-
queña armada bizantina, Roberto conquistó Corffi, se unió a su
hijo en valona y juntos marcharon hacia Dirraquio. Sin embargo,
la calamidad les golpeó en forma de tormenta, nada habitual en
esa época del año, que dañó gravemente la flota y arrastró consigo
la mayoría de los pertrechos. Esto tampoco frenó la resolución de
Roberto y Dirraquio fiie sitiada.
LOS E|ÉRCITOS
Para el 1080 los ejércitos italo-normandos consistían en una leva
feudal de caballeros normandos y caballeros normandos merce-
narios, auxiliados por una leva general de reclutas italianos, de-
sertores bizantinos, milicias urbanas, lombardos y mercenarios.
Los caballeros normandos constituían la fiierza de combate mon-
tada más efectiva de la época, y aunque la calidad del resto de sus
fiierzas era inferior, su contribución numérica, especialmente en
forma de infantería (lanceros y arqueros), era fiindamental.
Los caballeros iniciaban su entrenamiento de niños, cuando
se les enseñaba equitación, manejo de armas, tiro con arco, lucha,
natación, caza, movimientos en grupo, las reglas de la guerra y un
código de comportamiento. Una vez entrenados, los jóvenes se
convertían en escuderos y, finalmente, aquellos con derecho de
cuna o que habían probado su valía en batalla alcanzarían el rango
de caballeros o incluso un estatus nobiliario mayor. El equipo tí-
pico del caballero consistía en una cota de malla, espada, lanza,
3u | DEspERTAFERRn

un casco metálico y un largo escudo en forma de cometa. Los ca-

THEMA 0E DIRRAQU[O
balleros más acaudalados podían incluso permitirse bardas para
sus monturas [N. del T.: llamados "catafractos" por Ana Com-
nena] y la elite también podría emplear el arco a caballo, aunque
E !I-n Ocrida MACEDONIA
EriE=i=
1 Bítolj
era más frecuente que combatieran con sus lanzas. La lanza era • |üth.h iiE "A[Úwm
empleada como arma de acometida (asida bajo el brazo), de es- Ostrovo
ILIRIA 11
toque o incluso arrojadiza, según fiiera menester. Sin embargo,
f%lona
Vbdena
Vorria
Tó¥t,,
1

existen ejemplos en los que los normandos emplearon arqueros 1

` Ilcanina
a caballo o filas de arqueros montados tras sus lanceros (ej. Gui-
;,Joricó
llermo de Apulia en su crónica "La gesía de Robcrío Gw¡.scardo" I
Glavhjtza
Servía
1
2.148-256,especialmente2.210-215;tapicesdeBayeuxescena73).
Por último, los caballeros también estaban preparados para des-
montar y reforzar las unidades de infantería.
wÑ"pqbFm.#:F
THEHA llE IE§AI,m
La principal formación de batalla normanda consistía en el
Butinto J Tricala
co#roi. (unos 20-50 jinetes) agrupados en bafía¡.J/es. Los co#ro¡.s cORFÚ 1
podían ser desplegados en líneas de dos a cinco filas de profiin- .,..

didad o en cuñas, dependiendo de la situación táctica. Las baf- Arta

fa!./Jes podían consistir en caballería, infantería o una Nicópolis
is -}t:
combinación de ambas. Una línea de batalla típica estaba for- 1
~ Vbn.hsaoundicia
mada por tres divisiones (vanguardia, contingente principal y
•lEB-
retaguardia), cada una compuesta por tres baífai.JJes desplegadas
@ñ+,
en fimción de las necesidades. Phiskardo
caóó-Ári-e'ritQ\P.,
`fflJ+;,i+ THEHI DE HII,Ll§
NÉupacte
Las fiierzas bizantinas estaban compuestas por los restos de
cEFMON'A,j-É¡b" _0 25
las unidades de los Íhemas [N. del T.: tropas provinciales] y los
Tc!gmafa [N. del T.: unidades de elite acantonadas en Constanti- hbÉ ..~.r____És¡[ámetros

nopla],reforzadasporlaGuardiavarega,mercenariosturcos,re-
clutas, otros mercenarios y aliados. Los ejércitos bizantinos de
finales del siglo Xl empleaban diferentes tipos de fálanges de in-
fantería junto con las formaciones de caballería. Estas últimas so-
lían estar formadas por dos líneas, divididas a su vez en ko%rsores
("corredores", arqueros empleados para hostigar y perseguir) y
de/e#sores (habitualmente desplegados en orden cerrado). Estas
formaciones también podían incluir cuñas de cataffactos como
fiierzas de choque. La Guardia Varega era ffecuentemente em-
pleada como infantería montada, con la finalidad de proteger las
formaciones de caballería de la caballería pesada enemiga. A di-
ferencia de épocas pasadas, el comandante se emplazaba ahora en
el centro de la primera línea. La principal debilidad de los bizan-
tinos era la escasez de hombres capaces de resistir el impacto fisico
ypsicológicodelacargadecaballeríanormanda,mientrasquesu
única ventaja era su mayor número de arqueros a caballo.
LA GUERRA DE 1081-1083
IA2 batalh de Dirraquio, 18 de octubre de 1081
Cuando Alejo usurpó el trono, el fiituro del lmperio bizantino
no pintaba nada bien. La mayor parte de Anatolia se había per-
dido, la armada se encontraba en un estado lamentable y el ejér-
cito estaba hecho trizas como consecuencia de las derrotas, la
guerra civil y las pérdidas territoriales. Por consiguiente, Alejo
comenzó inmediatamente a reclutar nuevas tropas a la vez que
trataba de encontrar aliados. De hecho, Alejo logró dos éxitos
diplomáticos cruciales en el curso de esa primavera y comienzos
del verano: se ganó el apoyo de Venecia y aseguró la paz con el
Sultanato selyúcida de Rüm de Nicea.
La llegada de la flota veneciana cambió temporalmente la
suerte de los acontecimientos. Los normandos sufrieron dos de-
rrotas navales a consecuencia de las cuales se vieron atrapados
por un bloqueo marítimo. Hasta tal punto padecieron de ham-
bre y enfermedades que se dice que 10.000 normandos, inclu-
yendo 500 condes y caballeros de elite, perecieron. Una vez más
esto no disuadió a Roberto, que se valió de su amplia experiencia
en guerra de sitio para aumentar la presión sobre la ciudad. Sin
embargo, Alejo llegó antes de que pudiera tomarla.
Alejo I Comneno había reunido todas las fiierzas que esta-
ban a su disposición y se había puesto en marcha de inmediato
para socorrer a Dirraquio. Su ejército consistía, al menos, en la
caballería de los Tagmafci bajo el mando de Pacurianos, unos
1.000-2.000 jinetes de la guardia exc#bí.fae bajo Constantino
Opus, caballería de los Íhemas de Macedonia y Tesalia bajo An-
tíoco y Alejandro Cabasilas respectivamente, caballería ligera
mercenaria turca bajo Taticio, 2.800 maniqueos bajo Xantas y
Kuleon, la caballería vesfi.arí.Íae (guardia personal del Empera-
dor), mercenarios francos bajo Nicetas Panoukomites y Cons-
tantino Humbertopoulos, arqueros a caballo tracios (llamados
peltastas por Ana Comnena) y los 3.000 (¿?) guardias varegos
comandados por Nampites. El rey serbio Constantino Bodin y
su ejército también se unieron a Alejo, que tras las pérdidas que

habían sufrido los normandos por enfermedad, hambre y com-
bates parecía gozar de franca superioridad numérica.
Para mejorar su comprensión sobre la situación, Alejo envió
en tareas de reconocimiento una vanguardia de 2.000 jinetes tur-
cos escogidos, comandados por Basilio Mesardonites. Cerca de
Butrinto la vanguardia se topó con un convoy de suministros ene-
migo. Los arqueros turcos acosaron a distancia a los sorprendidos
normandos, que se organizaron lo mejor que pudieron y carga-
ron. Los turcos huyeron despavoridos y Basilio fiie capturado e
interrogado. Roberto, ahora sabedor del tamaño y composición
exactos del ejército enemigo, decidió actuar con cautela.
El 15 de octubre, mientras se aproximaba a Dirraquio desde
el sur, Alejo decidió reconocer el terreno en persona para poder
elegir su propio campo de batalla, y decidió establecer su cam-
pamento entre el mar y la montaña en previsión de una batalla
de caballería. A continuación llamó a consejo a sus oficiales.
Jorge Paleólogo recomendó acometer una guerra de guerrillas,
pero Nampites y la vasta mayoría de los oficiales jóvenes se pro-
nunciaron a favor de aceptar batalla. Imprudentemente, el joven
Alejo aceptó el consejo de los últimos y se preparó para el com-
bate. Su plan consistía en sorprender al enemigo con un ataque
nocturno desde dos frentes. Para ello envió a la mayoría de sus
bárbaros a través de las marismas para atacar la retaguardia nor-
manda mientras él se preparaba para trabar el frente enemigo.
Pero el plan no funcionó. Roberto, advertido de los planes ene-
migos, había trasladado a su ejército a través de la laguna. Todo
lo que consiguió Alejo fiie dividir sus propias fiierzas, dejando
a su disposición unos 25-30.000 hombres para enfrentarse a los
18-22.000 normandos.
El 18 de octubre ambos ejércitos se dispusieron para la batalla.
Los normandos emplearon su tradicional despliegue tripartito
(vanguardia, centro y retaguardia), cada uno de ellos formado por
infantería y caballería. Roberto, que usó como insignia el estan-
darte papal con la cruz de san Pedro, comandó el centro, mientras
que Amicetas dirigió el flanco derecho (vanguardia) y Bohe-
mundo el izquierdo (retaguardia).
Alejo dispuso a sus guardias varegos en el centro para, des-
montados, bloquear el ataque de los caballeros normandos. Tras
ellos emplazó arqueros a caballo, que debían avanzar a través de
las filas varegas para hostigar a los caballeros enemigos. El resto
de su ejército fiie desplegado en fflanges, lo que en este caso sig-
nificaba dos líneas de batalla divididas según los tipos de tropa
disponibles. Alejo asumió personalmente el mando del centro de
lalíneafiontal,escoltadoporsuscatafi.actosdeelite,yencomendó
su derecha al césar Nicéforo Melisenos y su izquierda al Gran Do-
méstico Pacurianos. Parece que ambas alas estaban compuestas
por caballería regular, dividida en lanceros pesados y cataffactos
empleados como cJe/c#sores y arqueros a caballo (peltastas) en
fiinciones de ko#rsores. En cuanto a la segunda línea, los extremos
estarían formados por turcos, cuya misión sería proteger los flan-
cos de la primera línea, mientras que en el centro desplegaron las
tropas dálmatas de Bodin. Roberto inició la batalla lanzando su
caballería frontalmente contra los varegos con la intención de
DE§pERTAFERRn | 31
atraerlos hacia sí y que abandonaran su lugar en la línea. Alejo
respondió con el envío de un gran número de arqueros a caballo
para contrarrestarles. Mientras que los arqueros hostigaban al
contingente normando, el resto del ejército enemigo se aproxi-
maba rápidamente. El primero en llegar fiie Amicetas, cuyo ala -
formadaporlombardos,calabreses,marinosyalgunoscaballeros
normandos- cayó sobre el flanco izquierdo de los varegos. Arras-
trado por el ímpetu del momento, tratando de derrotar a los va-
regos con un ataque de flanco, un intento de finta para atraer y
desordenar a los enemigos o simplemente alejarse de los proyec-
tiles arrojados por la flota enemiga, sea cual fiiere la motivación
de Amicetas, sus hombres fiieron rechazados por los varegos y
perseguidos hasta el mar, donde tuvieron que suplicar a los ma-
rinos bizantinos y venecianos que les recogieran. Justo en este
momento apareció en escena Sigelgaita, la esposa de Roberto, que
a lomos de un caballo bardado y blandiendo una lanza larga con-
siguió reagrupar a los fiigitivos y lanzarlos de nuevo al combate.
Por otro lado, los varegos, equipados con armaduras pesadas, de-
bían estar exhaustos tras haber avanzado tanto desde sus propias
líneas. Roberto explotó la situación enviando un contingente de
infantería contra el flanco y la retaguardia enemigas, ahora ex-
puestas. Tanto los varegos como los arqueros a caballo fiieron ma-
sacrados. Los últimos supervivientes buscaron refiigio en el
santuario del arcángel Miguel, que los normandos incendiaron
quemando vivos a sus ocupantes.
El temerario ataque de los varegos había dejado expuesta la
línea principal bizantina a la carga de la caballería normanda, que
arremetió contra ellos con toda su fiiria. Según Ana Comnena, la
línea bizantina fiie hecha trizas pero el centro, liderado por el Em-
perador, aguantó durante más tiempo. Parece que las alas, o al
menos sus secciones de arqueros a caballo, más débiles, fiieron
los primeros en huir. Alejo, que durante la batalla demostró su
valor personal en repetidas ocasiones, no tomó la decisión de re-
tirarse hasta que se vio rodeado por el enemigo y le resultó evi-
dente que ni Bodin ni los turcos vendrían en su ayuda.
3Z | DESPERTAFERRD
1.F@so *-
`¿;ffi# i
entre la caballerla normanda
Con/osarqu.
ros y peltastas bizantinos
. 4\ F@se
.-
^ [A§E§ de la batalla de Dirraquio.
AlejocontinuósuhuídahastaquealcanzóOcrida,dondedes-
cansóyreagrupólosrestosdesuejército.Acontinuaciónmarchó
hacia Constantinopla vía Tesalónica, donde había ordenado que
se reunieran el resto de sus fiierzas. EI Emperador necesitaba de-
sesperadamente hombres y recursos. Sus parientes y otros miem-
bros de la aristocracia contribuyeron con dinero, pero la situación
eratalqueAlejosevioobligadoaconfiscarlosbienesdelasiglesias.
Mientras tanto, la ciudad de Dirraquio se rindió a Roberto tras un
sitiodecuatromeses,yestetratódeexplotaresteéxitomarchando
hacia el este. Sin embargo, Enrique IV de Alemania aprovechó la
ausencia del duque e invadió Lombardía, lo que obligó a Roberto
a regresar a ltalia en asistencia del papa. El ejército de 30.000 in-
fantes y 6.000 caballeros que consiguió reunir fiie suficiente para
forzar a Enrique a retirarse sin siquiera plantar batalla.
IA. batalh de Janina, mayo de 1082
En ausencia de su padre, Bohemundo, al mando de su contin-
gentedeitalianos,desertoresbizantinosycaballerosnormandos,
había continuado sus operaciones en Epiro. En mayo de 1082,
'Ly°es,%bs€8'edre°6adcea'baa.%arftar!nSoardma?.%aad#gcahnsy
-aplastan las formsoiones I)izanlinas
Los flancos de la
formación bizantii ``i®i.±==t
%odr%na:¿3:Puje
Los normBndos
atraviesan ahor\
Psrümeenrea%í:eas 3:Lgaí,#y#a#u:,,aAy'#a?Ía#'::es:
Alejo salió a su paso en Janina. EI Emperador, esta vez en inferio-
ridad numérica, inició una campaña de hostigamiento con la
doble intención de envalentonar a sus hombres y poner a prueba
las habilidades de Bohemundo. También planeó colocar carretas
ligeras frente a sus tropas a fin de bloquear la carga normanda.
Como de costumbre, Alejo ocupó su posición en el centro de la
primera línea. Parece que Bohemundo supo de este plan, ya que
envezdecargardefientedividiósusfiierzasendosyatacóambos
flancos enemigos simultáneamente. Alejo volvió a emplearse a
fondo, cabalgando de un lado a otro en un intento por mantener
firmes sus alas que a la postre resultó vano. Tras duros combates,
el Emperador tuvo que huir con apenas un puñado de hombres.
La batalh de Aria, juüo (¿?) de 1082
AlejovolvióareagruparasushombresenOcrida,trasloquemar-
chó hacia el río Vardar, donde se reunió con el resto de sus fiier-
zas. Acto seguido, marchó de nuevo contra Bohemundo con un
nuevo plan para frenar la carga normanda. Esta vez, la noche
antes de la batalla Alejo esparció abrojos de hierro por las rutas

más propicias para un ataque. El plan era usar a los lanceros bi-
zantinos por delante de los abrojos, dejando caminos despejados
para su retirada mientras que los peltastas lanzarían continuas
lluvias de flechas desde la distancia, a la par que ambas alas trata-
rían de flanquear a los normandos (comparar Sírflfeg!.ko# 2-4, 6.3
con Ana Comnena 5.4.5,13.8.1). Sin embargo, una vez más pa-
rece que Bohemundo estaba al tanto de las intenciones de Alejo,
ya que mantuvo su centro inmóvil y cargó contra las alas enemi-
gas, que se derrumbaron. Cabalgando de un lado a otro, Alejó
trató desesperadamente de salvar su ejército, que se desintegraba
por momentos. Derrotado, huyó a Constantinopla para reunir un
•' .uevo ejército mientras sus fiierzas trataban de mantener los fiier-
tes y ciudades que Bohemundo había procedido a sitiar.
h batalla de IA.risa, mayo de 1083
Los progresos de Bohemundo se estancaron cuando tuvo que fi.e-
nar su avance para poner sitio a Larisa, cuyos heroicos defensores
concedieron a Alejo el tiempo necesario para reorganizar de
nuevo los restos de su ejército, reclutar y entrenar nuevos soldados
y adquirir nuevos mercenarios, que incluían 7.000 turcos. Su ejér-
cito llegó a Larisa en mayo para tratar de poner fin a un sitio que
duraba ya seis meses.
La posición de Alejo era crítica, necesitaba vencer a un ene-
migo que le había derrotado en tres ocasiones. Un lugareño le
mostró un lugar donde podía ocultar tropas bizantinas, por lo que
Alejo entregó el mando del contingente principal a Nicéforo Me-
lisenos y a Basilio Curticio, mientras que él dirigiría la fiierza de
DESPERTAFERR0 | 33
emboscada. Para que su estratagema resultara creible, entregó los
estandartes imperiales a sus generales y les ordenó desplegar de la
misma manera que había hecho en ocasiones anteriores. Sus ór-
denes consistían en iniciar la batalla con una escaramuza, tras la
cual cargarían salvajemente para, a continuación, ejecutar una
huída fingida hacia Licostomo. Los estandartes imperiales debían
ser colocados en el centro, como cebo. La finalidad del plan era
alejar al enemigo de Larisa, lo que permitiría a Alejo saquear el
campamento normando y liberar la ciudad. El ejército principal
bizantino debería hostigar constantemente al enemigo para ocultar
el intento de Alejo de rebasar las posiciones normandas. La estra-
tagema fimcionó según lo planeado y el Emperador consiguió po-
sicionar sus tropas de elite en la retaguardia del enemigo (1). A la
mañana siguiente el ejército principal bizantino y los nomandos
desplegaron sus fiierzas en sendas líneas de batalla. La fomación
normanda (8) consistía en dos líneas formadas exclusivamente
por caballería, la primera compuesta por caballeros "catafiactos"
bajoBohemundoylasegundaporcaballeríaregular(mercenarios,
escuderos, lombardos, caballeros menores, etc.) bajo el conde de
Brienne (también condestable de Apulia). Parece que los bizanti-
nos también se desplegaron en dos líneas (2).
La batalla comenzó como Alejo había planeado. Bohemundo
mordió el anzuelo y persiguió al ejército bizantino en retirada.
Cuando este estaba lo suficientemente lejos (C), Alejo ordenó a
su caballería atacar el campamento normando. Una vez masa-
crada la infantería que había quedado a su custodia, el Emperador
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 DESFlmTA FERFID i 35

• La Ílu§tración mue§tra el choque entre un CABALL[R0 P[flD0 NO"AD0 y un CA"FMCT0 MERCEHMI0 BIZAH"O de origen latino o normando (dete(table por el alto

borrén de §u silla). §in embargo, salvo la silla de montar alta, el Íesto del equipo empleado por el mercenario e§ de origen bizantino. §u panoplia defensiva consiste en

un yelmo, escudo redondo, grebas, {ota de malla bajo un peto de lámina§ y protección acolchada debajo de la cota. Protege a §u caballo contra Íle(has y lanzas {on

una armadura de e§camas de cuero de bi§onte y iina testera. El armamento típi(o del mercenario latino al §ervicio de Bizancio con§i§tiri'a en lanza y espada. pero e§te

mercenario lleva tanto tiempo contratado que emplea la maza (ama tipica de los catafractos bizanti") tra§ haber quebrado su lanza en un en{uentro previo. Por lo

que re§pecta al (aballero normando, lleva yelmo, cota de malla sobre cami§a acolchada y un largo e§{udo de cometa. §u caballo va protegido (ontra los letales arquero§
montados bizantinos por una armadura a(olchada de fieltro, ifijaos en la§ fle(has colgando de ella! El armamento oíen§ivo típi(o del caballero normando consi§tía en

lanza y e§pada, y de hecho en la ilustración §e muestra cómo u§aba §u lanza para la acometida, con el a§ta asida bajo el brazo, técnica por la que lo§ normandos

Íueron tan renombrado§ en su tiempo.

ordenó a Jorge Pirro, que era un arquero famoso, junto con otros
peltastas y guerreros destacados, disparar contra la caballería de
Brienne a larga distancia apuntando a los caballos, ya que consi-
deraban que los normandos, con sus espuelas y grandes escudos,
estarían desasistidos a pie.
El ataque resultó sumamente exitoso. La caballería ligera bi-
zantina flanqueó la segunda línea normanda, aprisionándolos
en una apiñada y horrorizada masa de hombres. El desesperado
conde consiguió enviar tres mensajeros a Bohemundo, cuya pri-
mera reacción al oír lo que estaba pasando fiie de incredulidad.
Sin embargo, cuando el desastre se cernía sobre él en toda su
amplitud, no desesperó y envió algunos de sus catafractos a la
cresta montañosa opuesta a Larisa (D) para salvar los restos de
su segunda línea de la carnicería, mientras que comenzó a reor-
ganizar sus fiierzas personalmente. Alejo, satisfecho de los re-
sultados que había cosechado hasta el momento, trató de evitar
que sus hombres atacaran a los catafractos normandos, pero por
un momento perdió el control sobre sus envalentonadas fiierzas,
que cargaron contra su enemigo colina arriba. Los normandos
cargaron contra ellos inmediatamente, matando a 500 y po-
niendo al resto en fiiga. Como consecuencia, los restos de las
fuerzas de Brienne estuvieron en disposición de reunirse con el
contingente de Bohemundo. Alejo trató de nuevo de bloquear
la línea de retirada enemiga con el envío de algunos de sus sol-
dados de elite y los turcos de Migideno. Tan pronto como los
últimos entablaron contacto con el enemigo, los normandos
cargaron inmediatamente, los derrotaron y los persiguieron
hasta el río.
A la mañana siguiente Bohemundo marchó a lo largo del río
cercano a Larisa (E) y tras pasar por un desfiladero, instaló su
campamento en una llanura. Al amanecer, Miguel Ducas les dio
alcance (3). Sus instrucciones eran bloquear la retirada enemiga
ladero y a Ducas no le quedó más remedio que seguirles junto con
el resto de sus hombres. En este preciso momento los catafractos
normandos lanzaron su devastadora carga. Tras perseguir a los
derrotados bizantinos hasta el río, los normandos pusieron rumbo
a Tricala.
La captura del campamento normando prácticamente decidió
el resultado de la guerra. Alejo envió cartas a los condes merce-
narios normandos sugiriéndoles que reclamaran sus soldadas por
estos cuatro años, cosa que hicieron. El desesperado Bohemundo
se retiró a Valona, y de ahí a ltalia. Para finales de año sólo Dirra-
quio y Corffi permanecían en manos normandas.
LA GUERRA DE 1084-1085
La segunda fase de la guerra se inició en 1084, cuando Roberto y
sus hijos iniciaron una nueva invasión. Consiguieron conquistar
Válona y Butrinto, pero a pesar de vencer en una decisiva batalla
naval contra venecianos y bizantinos la campaña terminó en fra-
caso. Una vez más el ejército sufrió una epidemia que acabó con
10.000 hombres y le arrebató la vida al propio Roberto, el único
hombre con la suficiente pericia y carisma para derrotar al astuto
Alejo. A su muerte, la causa normanda se vino abajo y los restos
de su aterrorizado ejército se rindieron al Emperador después de
que ambas partes decidieran decretar la paz.
Los caballeros normandos pudieron haber sido la fiierza de
combate más efectiva del momento, pero a la postre fiieron de-
rrotados por la maestría estratégica de Alejo y la muerte de su
único líder incontestable.
BIBLlmRAFÍA BÁsl[A
hud. E.A. (Zn"): Wo4grí £uÍ.scart/. Harli]w.

pero no entrar en el desfiladero, así como de combatir sólo a dis- Malamut, É. (ZHn7): A/£xÍ.s frfomnÉng. Paris.

tancia. Ducas envió algunos arqueros a caballo para acosar a sus Saw.idBs.M.L.(I"H)..ByzBntinB-NormnnicB.ThBNormn[apturBofltaly
enemigos con flechas, pero Bohemundo ordenó a sus hombres 1ühmüqmHhEmm"iHim
(to A.0. 1081) and thB First Two lnvasions in ByzBntium (A.D. 1081-1085

permanecer en sus filas, "escudo con escudo", y esperar. Sin em- andllol-lloB).LBwen-Pariis-r"Agv.
bargo, los indisciplinados bizantinos cargaron a través del desfi-

EI Dr. Ilkka Syvame se licenció en Historia Finesa en 1997 y doctoró en Historia Universal en 2004. Actualmente es vicepresidente
de la Sociedad Finlandesa de Estudios Bizantinos. Entre sus publicaciones destacan The ALse o£"ppotoxotai, artículos en SLínsshot,
y entradas en la Blaickwe[1 EncyclopaieüaL o£ E\omaLn Army, de próxima aparición. Tdmbién imparte conftrencias en universidades.
`Sias aficiones incluyen el wargame, los viajes, caminar, nadaT, el fútbol, y la esgrima, y no dice no a la buena comida y bebida.
3E | oE§pERTAFERRn
1 escudo empleado durante la mayor parte de la Alta Edad
E Media europea poseía forma circular y estaba fabricado
en madera, con un orificio central donde se fijaba un asa
que en su parte exterior quedaba protegida por una cúpula de hie~
rro, a la que los romanos habían llamado wmbo (de "ombligo'').
Esta es la pieza que con más frecuencia se conserva y presenta di-
versas variantes tipológicas a medida que evoluciona desde el siglo
111 hasta el XII. En el periodo que nos ocupa, suele ser semiesfé-
rica, en ocasiones muestra un borde dentado y se fijaba a la tabla-
zón mediante cuatro o seis remaches. Más allá de esto, los escudos
procedentes de la turbera de Thorsberg (Dinamarca), datados en
el siglo 111, no son muy distintos al recientemente hallado en las
inmediaciones del fiierte de Trelleborg (Slagelse, Dinamarca), se-
tecientos años posterior.
Li.#cJ, que en antiguo nórdico significa ``tilo", es también sinó-
nimo de "escudo" tanto en el VjJwspá como en Beow% y el tér-
mino J!.ndi.sAjóJdr, "escudo de tilo", resulta frecuente en las sagas.
Sin embargo, los hallazgos procedentes del Báltico acostumbran
a estar fabricados por entre tres a nueve tablas de coníferas, como
pino o abeto, encoladas por los cantos. Suelen contar con un diá-
metro variable de entre 80 a 90 centímetros, un grosor de entre 6
a 10 milímetros y, cuanto mayor es la primera medida, la segunda
tiende a disminuir proporcionalmente, sin duda para evitar un
peso excesivo. El laminado formado por tabillas superpuestas, tan
común en época romana, al parecer dejó de emplearse tras la caída
del lmperio, sólo retomándose en la Edad Media plena.
±ÉM# porYeyoBalb
EI Clan del Cuervo
Se han encontrado vestigios de escudos de un tamaño más re-
ducido, de entre 46 a 66 centímetros, en casi la cuarta parte de las
tumbas masculinas anglosajonas, antes de que en el siglo VIl
abandonaran la costumbre del enterramiento con armas a causa
de su cristianización. Basándose en este importante registro ar-
queológico, J. Watson realizó un exhaustivo estudio a 148 restos
y sus análisis revelaron que casi la mitad habían sido fabricados
en chopo o sauce, una cuarta parte en tilo y el resto en aliso,
ffesno, haya, abedul, arce o roble.
Las representaciones artísticas de la época, desde los códices
carolingios hasta el Tapiz de Bayeux, muestran escudos con una
forma inequívocamente convexa, aunque casi la totalidad de los
ejemplos arqueológicos conservados son planos, salvo el hallado
en Niederstotzinger, Alemania. Diversas evidencias, como al-
gunos wmbos provistos de un ala con cierta inclinación, que po-
dría ser el arranque de la curvatura, sugieren que tal vez, en su
origen, al menos una parte de ellos fueran convexos y sufrieron
una alteración post-deposicional que modificó su forma, a causa
de la presión de los sedimentos. No obstante, también se ha con-
siderado que dicha inclinación facilitaría el remachado del wmbo
a la madera.
Algunas tablazones aún conservan parte de su revestimiento
de cuero que cubría una o dos de sus caras, algo que, como ase-
gura EJ Cc!#far de VaJfarí.o, hacía que ésta permaneciera unida y
no se astillase. Es frecuente encontrar restos de piel de vaca adhe-
ridos a los ejemplos anglosajones, algo que coincide con las espe-
< La iníantería §ajona del rey Haroldo se despliega en lo alto de la colina

de §enlac, formando el MUR0 DE E§CUDO§. Recreación de la batalla de DEspmTAFERRD | 37

Ha§tings, 2009.

cificaciones de las leyes de Ethelstan (926-930), que además se- del mismo modo que en él se continuaron pintando espirales,
ñalan que no debía emplearse la de oveja. Se ha descubierto una aunque estos diseños no se ajustaran demasiado bien a su forma.
capa de hierba prensada que servía como acolchado entre esta cu- En general, la simbología preheráldica que dan testimonio las
bierta de piel y la tablazón de abeto en uno de los ejemplares del representaciones de la época, tanto códices como capiteles ro-
siglo IX hallados en Tira Bog (Letonia). El escudo de Trelleborg mánicos, no es muy compleja y los dragones que muestra el
cuenta con una línea de pequeños agujeros que servía para coser Tapiz de Bayeux suponen una excepción.
el refiierzo de piel cruda que se encontraba a lo largo de todo el Por último, aunque menos popular, también existió otro es-
perímetro: no hay evidencias de rebordes metálicos de época vi- cudo embrazado de forma oval, igualmente representado en el fa-
kinga, tal y como es habitual en la anterior cultura Vendel. Sobre moso tapiz. Un ejemplo arqueológico es el hallado en Trondheim
esta cubierta se pintaban diversos símbolos, siendo frecuentes los (Noruega), de finales del siglo Xl a principios del XII. Sus dimen-
deformadeespiraly,ajuzgarporlassagas,uncolormuypopular siones son 100 por 50 centímetros, y cuenta con 10 milímetros de
era el rojo, algo que corroboran los análisis químicos, pues revelan espesor. Levemente curvado, está compuesto de dos capas de ta-
la presencia de ocre (óxido férrico) en los hallados en Válsgarde blillas de roble encoladas, formando un ángulo de 90°, cubiertas
(Uppsala, Suecia) y Thorsberg. Las leyes del Gulathing, redactadas de cuero crudo por ambas caras. Una serie de agujeros recorre su
en Noruega en el siglo X, especifican que los escudos debían ser perímetro a intervalos de un centímetro, presumiblemente para
pintados en rojo y blanco. coser el reborde de cuero, hoy perdido.
A comienzos del siglo XI, el escudo circular comienza a ser Redactado hacia el año 1300, el RoyaJ Armor¡.es MS J.33 es el
sustituido por el de cometa o de lágrima, conocido en Escandi- primer tratado de esgrima conservado en Europa, centrado en
navia como tio%m-sÁ/.oJdr, que permanecerá en uso hasta prin- espada y broquel, un pequeño escudo circular que, entre los si-
cipios del siglo XIII. La innovación no sólo residió en su forma, glos XIIl al XVI, fiie muy popular dentro del ámbito de la defensa
ahora provista de un vértice inferior destinado a proteger la piema personal. No obstante, sus reducidas dimensiones hacen que su
izquierda, sino además en el sistema de sujeción, que pasa a ser filosofia de empleo sea completamente distinta a la un escudo al-
embrazado, algo que hasta entonces en Europa sólo se había dado tomedieval. Aunque no han fdtado quienes se han basado en tra-
en casos excepcionales, como el aspí.s griego. Este nuevo diseño tados posteriores, centrados en grandes escudos destinados a
es de origen bizantino y aparece citado en varios tratados del siglo duelos judiciales, los grupos de recreación histórica que intenta-
X, como el SyJ/ogé Tc¡kí!.kó#, además de estar representado en di- mos reconstruir el uso de este arma nos hemos visto obligados a
versos códices y relieves de marfil. Curvado y fa- recurrir a vagas descripciones en los tex-
bricado en mimbre o cañas tos de la época, pero, sobre todo, a
entrelazadas, los manuales nos tratar de establecer una distin-
hablan de dos tamaños, de 110 ción honesta entre lo posible y
y 95 centímetros de altura. lo imposible, o lo probable y
Se cree que su adopción lo improbable.
en Europa occidental res- El escudo normalmente
ponde a las necesidades de se sostiene con el brazo iz-
una caballería cada vez más quierdo fomando un ángulo
acorazada que requería un recto y el asa sujeta de forma
escudo con una sujeción más perpendicular al suelo, en lo
firme, aunque los infantes que sin duda es el agarre más
también combatieran con él. El firme. Tiende a moverse co-
único ejemplar conservado es el rrigiendo la posición me-
de Arnold von Brienz, de hacia diante pasos o gracias a cargas
el año 1200, cuya curva superior de peso, es decir, empleando
fue recortada décadas después todo el cuerpo e intentado que
para adaptarse a las nuevas modas, no entorpezca nuestra visión del
iniciadas a mediados del siglo XII. Su contrario. Extendiendo el brazo se
altura actual es de 87 centímetros, puede cubrir aún más su ángulo de
aunque se estima que originalmente lle- ataque, o incluso emplearlo para gol-
garía a los 109, presentando un ancho
máximo de 67 y un grosor de 1,5: fabricado
en madera de tilo y recubierto de cuero, re- • E§CIID0 DE HAROLD0 VON BRIENZ, finale§ del

sultaría muy pesado. Inicialmente, en Occi- s. Xll. Lande§museum Zurich. Hecho de tilo y cii-

dente este escudo mantuvo de forma residual un bierto de cuero, pre§enta un león heráldico dorado

moldelado en gejjo duro sobre fondo azul.

pequeño #mbo, que con el tiempo desaparecería,
38 | DESPERTAFERRD
pear, ya sea con el #mbo o el propio canto, pero, a causa de su peso
(de entre tres a siete kilos), resulta imposible hacerlo de forma con-
tinuada, incluso para una persona robusta.
Existió un ken#!.#g que describe al escudo como ``red de lan-
zas'': esgrimiendo un arma de asta con ambas manos es posible
perforarlo, incluso contando con revestimiento de cuero, pero, al
hacerlo, el arma puede quedar inmovilizada. Con una sola mano,
las formas de sujetar una lanza no son distintas a las que muestran
las representaciones vasculares de la Grecia clásica, aunque la in-
existencia del clásico regatón de bronce, que hacía de contrapeso,
muchas veces obliga a apoyar el asta sobre el borde del escudo. En
el Tapiz de Bayeux podemos ver a varios ft%scarJ anglosajones uti-
lizando sus hachas danesas protegidos tras una línea de escudos.
En combate con hacha o espada, la posición de guardia viene
a ser ligeramente ladeada, mostrando el costado izquierdo, algo
frecuente en las miniaturas de la época. Los blancos más eviden-
tes son, por orden de importancia, la cabeza, el antebrazo dere-
cho y la pierna izquierda, que asoma por debajo del escudo.
Mientras que la cabeza del oponente normalmente se encuentra
a una altura que optimiza el alcance de nuestro brazo, el cual fi-
naliza su recorrido en una posición horizontal, para poder al-
canzar a la pierna es preciso encontrarse mucho más cerca, a
causa de que, al rotar en el hombro, nuestra
extremidad ha de formar un ángulo, y
eso hace que perdamos alcance: en
un combate conservador, desarro-
llado en el límite de distancia, esto supone un problema. Herir
el brazo derecho del enemigo puede hacerse desde una distancia
mucho mayor y por tanto no implica tanto riesgo. Una finta muy
habitual es amagar un tajo alto para que el contrario alce su de-
fensa y, cambiando el plano, intentar que nuestra arma pase por
debajo de él, buscando el costado. Más allá de otras abracada-
brantes técnicas, sólo posibles gracias al conveniente aligera-
miento de las réplicas modernas, estos escudos, concebidos para
grandes formaciones, no permiten un desarrollo técnico mucho
más complejo.
La práctica nos hace creer que el hacha podía ser utilizada
como gancho para hacer a un lado esta defensa; gracias a ello,
el trabajo en equipo con un lancero suele lograr buenos resul-
tados. Asimismo, si es golpeado con fuerza en determinados
puntos, el escudo circular puede abatirse como si tratase de una
puerta, siguiendo el eje que forma su asa, y para evitarlo nor-
malmente se intenta corregir su posición, girándolo. Por su
parte, al estar sujeto firmemente al antebrazo, el escudo de lá-
grima no presenta este problema, aunque tampoco posibilita
extender el brazo y resulta difícil cubrir la cabeza, por lo que su
forma de empleo es sensiblemente distinta. Su mayor peso sólo
puede ser soportado gracias al tiracol, un tahalí que pasa sobre
el hombro y además permite cargarlo a la espalda. Las minia-
turas y ejemplares conservados muestran que las correas
de sujeción pueden estar dispuestas para que el ante-
brazo permanezca horizontalmente, en sentido ver-
tical o formando un ángulo de 45°. Otros tipos de
embrace, popularizados en determinados ámbi-
tos de reconstrucción, no tienen ninguna base
documental.
En los últimos años, ha cobrado cierta pu-
janzai laL teoría de los disposable shields, los escu-
dos "de usar y tirar». El conjunto más importante
de escudos de la Era Vikinga son los del enterra-
miento de Gokstad (Westfold, Noruega) de
hacia el año 900, hallados en los costados de una
embarcación que formaba parte del ajuar fune-
rario. Se han encontrado restos de pintura ama-
rilla y negra aplicada directamente sobre su
tablazón de pino, de lo que se deduce que care-
cían de revestimiento. Esta circunstancia, en una
madera tan blanda y propensa a astillarse, habría
hecho que se hicieran literalmente pedazos du-
rante un combate.
Las referencias a escudos destrozados son
abundantes en las sagas, y en la de Cormac se
describe un duelo en el que se entregaba tres a
cada combatiente. Sin embargo, no se debe olvi-
< Miembros del Clan del Cuervo remachan el umbo a
un E§CUD0 combado Íabri(ado con tablas de abeto.
 DESFlmTA FERF!D | 3g

• Vario§ miembros del Clan del (uervo y

Westcentinga§ DE§CAN§AND0 EN"E DO§

CARGA§ D[ CABALLERIA NO"ANDA du-

rante el ti.anscurso de la recrea{ión de

la batalla de Hastings.

mente sólido, que se vería reforzado

dar su carácter literario, repletas de descripciones hiperbólicas
o imágenes evocadoras. Los especialistas tienden a considerar a
los escudos de Gokstad simples elementos ornamentales para
adornar la nave y las fiientes textuales también hablan de otros
que eran conservados durante años. En muchos casos, los ex-
humados presentan huellas de uso en combate o reparaciones,
sustituyéndose alguna tabla o claveteando pequeñas chapas de
metal. Nuestros ensayos con réplicas nos dicen que una simple
cubierta de piel cruda les otorga una enorme resistencia y, como
hemos visto, su uso se encuentra sobradamente documentado.
Tácito describió la rudimentaria falange que ya era emple-
ada por los germanos de su tiempo. La revolución armamentís-
tica acaecida en torno al siglo VII, en el que se reduce el uso
por el empuje de los combatientes de
las líneas posteriores.
Los vikingos y sus sucesores de-
mostraron poco interés en la caballe-
ría, y su empleo por parte de los
normandos de Francia responde a
un influjo local, estrechamente li-
gado a su feudalización. Resultaba
complicado transportar caballos en
barco, las razas propias del norte de
Europa eran de escasa alzada y, aun-
que en sus incursiones los escandi-
navos siempre trataban de proveerse
de monturas, parece ser que eran
empleadas para lograr una mayor movilidad estratégica, pues
normalmente descabalgaban para combatir. Por ello, resulta in-
cuestionable la importancia, no sólo táctica, sino también sim-
bólica del muro de escudos dentro del mundo nórdico: al
combatir a pie, codo con codo junto a hombres, la aristocracia
renunciaba a la posibilidad de una huída fácil, lo cual acrecen-
taba la moral de su ejército. En su Germa#z.a, Tácito ya había
señalado que la mayor desgracia para un guerrero germano era
perder su escudo en batalla.
BIBLlül;RAFÍA BÁSIBA

proyectiles, dejándose de utilizar la francisca o el angón, a la vez BBatson, P: "ThE 'Viking Shield' frDm ArchaEOIDgy''. ArtíBulo en línE@:

que se hacen más robustas las empuñaduras de las espadas, apa- http://mmbBrs.Dzemail.Bom.@u/~[hrisandpEter/shield/shield.html

recen las hachas barbadas y el seax aumenta de tamaño, segura-

KDhlmDrgEn,J,(ZDDZ):4grw/.Ííg/a/Ígr//.4hg«g/.Ígr§4A/./d.K@rfunkEIVBrlag.
mente esté asociado a un cambio en el modo de lucha que, siglos
Nabbefeld, A, (ZDM): AÍüm/.schp §4Á/./dg, Verlag M@riB Leidorf.
más tarde, desembocaría en el skjaJdborg o ``muro de escudos",
"tiirig\an, S. (I"H).. The English Warrior: fri]m EarliEst timBs till loEiEi.
muy conocido gracias a las sagas nórdicas y poemas anglosajo-
AnglD-SaxDn Bi]i]ks.
nes, que las fi]entes escritas en latín normalmente llaman Íesf#do
o pftaJa#x. En esta disposición, los guerreros formaban una línea Siddorn, LI. K. (ZDm): VÍ.ÁÍ.ng WEapDns £ War/ar£. TEmpus Publishing.

en la que cada escudo se superponía sobre el anterior, de forma StBphEnsDn.1. F'. (ZDnz): 7bp Ang/o-saw £bí.g/J. TBmpus Publishing.

que a la fiierza de cada uno se sumaba la de su compañero de la > BibliDgrafía [Dmpleta En www.dEspErtafErro-Bdi[iünBs.[Dm
derecha, y así sucesivamente, creando un frente extremada-

BalbásesmiembrodeEIClandelCuervo,grupoderecreaciónhistóricacentradoenlaTlardoantigüedadyAltaEdadMedid
que reconstruye diversos aspectos de la vida cotidiana y militar de dicho periodo, buscando siempre la máxima autenticidad. En ! i.
sus diez años de existencia, han participado en numerosos eventos dentro y fuera de España, así como en varios documentales y . .-

Pdáculas. Más infiormación en: www.clandelcuervo.com.

 en la Sicilia normanda
TRAS DOS SIGLOS DE DOMINIO ISLÁMICO (827-1060), SICILIA (SJQJLLJyAH, EN ÁRABE) IIABÍA
SIDO Y ERA UNA AMALGAMA DE ETNIAS Y RELIGIONES: ORTODOXOS (GRIEGOS Y ALBANESES),

MUSULMANES (DE ORIGEN ÁBABE, ANDALUSÍ, BEREBER Y SICILIANO), MINORÍAS CATÓLICAS

(LOMBARDOS, ITALIANOS PENINSULARES) Y JUDÍAS.

por Mabel Villagra

a ley musulmana amparaba legalmente a estos grupos ét- conde Roger 1 sienta las bases que van a consolidar el futuro

L nicos como d!.mm!'es o "protegidos" por ser pueblos del

Libro mediante el tributo de la yazdi.fl mientras que el
Islam era la religión oficial. Esta situación social y religiosa es la
Reino de Sicilia.
La variada diversidad de clases y estatus sociales que nos en-
contramos en la Sicilia normanda se corresponde con la manera

que se encuentran Roger y Roberto de Hauteville al comienzo en la que capitularon las poblaciones arabo-sicilianas. En un
de sus campañas en 1060 cuando llegan a Mesina. Con la con- caso similar a la Reconquista española, en la mayoría de las ciu-
versión del territorio conquistado en el Condado de Sicilia dades se pactó una rendición con unas condiciones benévolas

( 1071 ), la conquista de palermo ( 1072) que rápidamente se con- para los vencidos, por la que sus habitantes pasaron a ser con-
vierte en la capital gubernamental y económica de la isla, y la siderados b#rge#sz.s, gozando de mayores libertades frente a las
culminación de la conquista normanda en Butera (1091), el poblaciones de zonas rurales donde la conquista se hizo me-

• PAmcRAmR del ábside central de la catedral de Ceíalú,1148. La adaptación del mo§aico bizantino y de elemento§ árabe§ a iina arquitectura propia de la Europa franq
así como el uso conjunto del latin y el griego, dan miiestra de las distintas realidades religiosas, ciilturales y étnica§ de la i§la.
diante acciones bélicas y en la que los habitantes griegos y mu-
sulmanes quedaban a merced de un señor, bien como esclavos
(como ocurrió con los prisioneros de guerra) bien como "siervos
de la gleba" (c[cZscrí.p£!.c!.Í.) o en un estatus de hombres semilibres
(hom!.nes), feudatarios de un señor a cambio de un tributo y un
periodo de servicio militar. Bajo Roger 1 se restablece la división
política de la isla en tres provincias, heredada de la habida en
época musulmana: Val Demone, Val de Noto y Val de Mazara.
Se reorganiza también el sistema gubernamental y territorial tras
el vacío de poder en el que había quedado sumergida Sicilia tras
la derrota musulmana, cimentado en el funcionariado de origen
griego local y de ltalia meridional; se instaura una corte con un
protocolo y costumbres bizantinas; se restituye el sistema de dió-
cesis primeramente entre parroquias y monasterios, en su mayor
parte de rito sículo-bizantino, y surge una especie de ``Iglesia de
frontera". Con ello los nuevos dominadores buscaron la creación
de una red de aliados y grupos de apoyo locales para ir consoli-
dando su poder en la isla.
IGLESIA LATINA Y FEUDALISMO NORMAND0
En 1098 el papa Urbano 11 concede mediante bula el estatus de
legado pontificio a Roger 1. Con el patrocinio de Roma se fo-
menta la implantación de parroquias y monasterios de rito la-
tino que servirán como núcleos de repoblación junto a las
existentes de rito sículo-ortodoxo. Así, bajo su mecenazgo, se
construyen numerosas catedrales (Mesina, Troina, Catania) e
iglesias (Paternó), se reinstauran la lengua latina y la liturgia
católica, y vienen desde el norte de ltalia, Normandía, Inglate-
rra y Provenza numerosos religiosos y monjes de origen latino
para ocupar los arzobispados y las iglesias de nueva fundación,
normalmente en áreas rurales. Por otro lado, tras la conquista,
numerosas comarcas se habían convertido en autenticas Í¡.errfls
dc #c!dí.e a causa de la huida o el exilio de sus habitantes mu-
sulmanes. Para recompensar la ayuda militar ofrecida durante
la conquista normanda se reparten feudos, normalmente pue-
blos, fortalezas y latifundios, a amigos y parientes relacionados
con la familia ducal, como los Hauteville y los Alemáricos, así
como a miembros de la alta nobleza normanda y lombarda,
que establecen en sus dominios el sistema feudal de origen eu-
ropeo. Surge así una nueva élite social, formada por familias
nobiliarias, como fue el caso de los Bonello en Mastretta o los
Malcovenant en Racalmuto.
Se fiindan villas de nueva planta, como fiie el caso de Nicosia
o Randazzo, con gentes venidas de ltalia (en su mayoría lombar-
dos), norte de Europa y Francia. Estos nuevos asentamientos, a
diferencia de la población musulmana o greco-ortodoxa sici-
liana, que estaba reducida a la servidumbre, tenían menos cargas
OESPERTAFERRD | 41
fiscales y de servicio militar y mayores libertades (de asenta-
miento, movilidad, etc.).
ROGER 11: DE CONDAD0 A REINO
Tras la muerte de Roger 1, su viuda, Adelaida del Vasto, se con-
vierte en tutora del primogénito Simón, pero éste muere siendo
aún un niño y su segundo hermano, Roger, es nombrado here-
dero del Condado de Sicilia. Este ejercerá como tal a partir de
1112, con dieciséis años, como Roger 11. Educado con precep-
tores musulmanes y griegos, se mostró desde el principio como
un gobernante sabio, hábil y muy tolerante, abierto a todas las
culturas de su Estado y especialmente a la musulmana. Se dice
que hablaba con fluidez latín, griego, árabe y el franco-nor-
mando. Se rodeó de una corte multicultural y en su palacio dis-
ponía de un harem así como de una guardia personal de esclavos
negros y de eunucos üz.£yd#) que poco a poco se harían con par-
celas importantes de poder y ayudarían a la creación de un Es-
tado más centralizado y burocratizado. En 1117 se casa con la
infanta Elvira de Castilla, hija de Alfonso VI.
En 1127 la muerte sin descendencia de Guillermo, duque
de Apulia, anima a Roger 11 a expandir sus dominios de Sicilia
a la ltalia meridional. Sin embargo, los barones de Apulia, uni-
dos a la oposición del Papado hacia quien definían como un
"rey medio pagano", no pusieron el camino fácil al conde,
quien, tras pacificar Apulia y Calabria, consigue que el anti-
papa Anacleto 11 le reconozca Sicilia como reino mediante bula
y es coronado en Palermo en la Navidad de 1130. La siguiente
década no fue nada fácil para Roger 11: nuevamente los barones
del sur de ltalia le rechazaban como monarca y se alzaban
constantemente en rebelión, mientras que el recién elegido
Papa lnocencio 11 establecía alianzas en su contra y llegó a ex-
comulgarle en 1138. Tras años de guerra contra los barones y
doblegar militarmente al Papa tras invadir sus posesiones, con-
sigue que éste le reconozca oficialmente como monarca legí-
timo de Sicilia.
Para controlar el poder abusivo de la nobleza y centralizar su
poder, Roger 11 promulga en 1140 los Edí.cíos íAss¡.zes) cJe Ari.a#o,
basados en el corpus judicial justinianeo y romano con algunos
elementos del derecho consuetudinario, donde se regulaban la
vida burocrática, económica y social del Reino. En ellas, el rey nor-
mando recibía poderes absolutos similares al de los emperadores
bizantinos y sentaba las bases para la convivencia entre las distin-
tas religiones y etnias asentadas en la isla, reconociendo a cada
súbdito la libertad de culto, lengua y costumbres. También en los
Ass!.zes se establecen unas bases para la aparición de los gremios
y su reconocimiento por el rey, y se instituye el d#cc[do como mo-
neda del Reino junto a las ya existentes, como el fari', para acu-
ñarse con leyenda en árabe y latín. Bajo el gobierno de Roger 11 se
 4Z | DESpERTAFERRn

1050/60 • Desarrollo de la CONQulm de §icilia.

¢ T" ca®1 20 ah® de

ouom cMl, la Slclü 'n ,, r T i r r , ,' ('
musulman® (Sk])llwah)
8® ®ncuonb dMdk)e ®n
cinoo teffas enfnentada. crea un elaborado aparato burocrático, el díwd# o cancillería, en
•---__#_am'pa/O-'
ontr® 81. lbn aüi.
Thumneh se ®xpand. T\Sft \V\ma'ribFp¡hrm±_ cguú la que colaborarían numerosos fiincionarios de origen musulmán
con Óx¡to a co®ta d. le8
ot"üíftpL^£mc;iw/ih/#)„/to y griego, y se instituye el árabe como lengua diplomática y pala-
1060 r+:.i,_,__,iL
EEtnE""L ciega. Figura preeminente de la misma será el admí.raí#s adm¡.m-
¢áb#n#',-v?®m*be:?bTta?-9
ath-Thumnah.

1061
,.
sé/.cá

¢®
--€3W€=i .Cam/e
Íorwm, derivada de la de "emir» o gobernador de Palermo, que
unía en un mismo cargo la del Almirante de la flota normanda y
Sl,a-
^v/ lbn ath-Tt`umnah eo dlbe a la del primer gobernante. El primer cidm!.mfws, durante la juven-
Ceb)Ma. conqulstBde eii eeo®
momemoe por lcl r`ormanoo®. tud de Roger 11, fiie Cristódulo, posiblemente un converso mu-
Allí ®etableoe une nar`za cor`
Rogor do H®uO`/lllo: Ambo8, ®n
coaliclón, atacadn, conqumn
sulmán o greco-ortodoxo, quien fue sustituido por Jorge de
y 8® rep®rürin Sldlle.
Antioquía, de origen greco-oriental. Jorge de Antioquía también
1061/62 lslos
estuvo varios años como embajador ante la corte fatimí egipcia,
n '' r T i r r , ,' ''
¢ Pnmras campahas
d® "uB®. Lo® rnr- quizás fiie por esto por lo que la corte sículo-normanda adoptó
u-m-.d®',.p#
mandoBo~
y':#h`:b-'c:" un ceremonial, modas y formas de gobernar inspiradas en Bizan-
p#hu=#uoocaaFMn"(~) cio y, sobre todo, en el mundo islámico. En el aspecto cultural, la
üook)varin|. m..
Em®'',
protección de Roger 11 atraerá a artistas y hombres de ciencias

1062 0+
p>~
-; qFEyÁ*FJ±mi#* ```` como el ceutí Al-Idrisi, que le dedica su conocido libro de geo-

¢ i"heto do lbn
oü+ThumneJi
t*.,AawatiD =`mEEm graLfiai Kitdb Ruyár.

dumn® un au"uo e
b ®ft d® 'bT'
Mankad. c>>__ p* E|ÉRCIT0 Y EXPANSIÓN
1063 La autoridad real será más visible en lo administrativo sobre
/+ D®8d® Áhka. Ios zirl® de
Túnoz dec.den inbr\ientr todo en las grandes ciudades y en los principales puertos co-
®n 1. Gsta. Ayyob y M lbn
Tiemlm d®eomban=n en
Pak- y 1. n" d.
Agrigerito. S. Cormsl®Cec..i.ii.mm\ro
„\ merciales. En el interior de la isla se continúan creando nuevas
villas de repoblación y se conceden más privilegios a monas-
terios e iglesias, lo que favorecerá la llegada de nuevos colonos
'/ Cala.ciboii.(i07A)
venidos sobre todo de la ltalia continental y allende los Alpes.
Constituyen una nueva clase social de hombres libres (serv!.e#-

/ Ícs de/e#sczf!.), dueños de una pequeña parcela de tierra (Í.qfc!"),

-ñu-riá5 -Triiá y
4> Olenslva musulmaru\,

PoaaMa, Ios r+ormendoa zniEs

•üá;:iií¿.ñ¿.i5-
4+
sc'océ:

- ct
A,Aoe"Ío
(Cmnaokiv"I)
B--,,-=n\o,\,\"h

ao'o.
1- capaces de costearse un equipamiento mínimo militar ("una
cota de malla», como recoge el Cafc}Jogws B¢ro##m), y que con-
seguían su libertad, sus derechos y posesiones a cambio de ser-
R- vir en el ejército real durante unos meses al año. Junto a las
levas locales obligatorias para todo hombre, sea noble o sea
siervo, aparecen mercenarios a sueldo de los normandos que
1066/75 poco a poco dan paso a un ejército profesional, en el que se en-
+ Conqinsu\ d® TrolnB y Pe€rBm\ (1066). MIMrnon (108e). En 1071 ceo C.tanlo. y en 1072 Mazan. y; Oas un
lorgo y cru.nto esodlo. Palom. cuentra una guardia palaciega y de élite, formada por arqueros
Pen. as.ourme h\ dehriso d® 1. nuova homer. corm lo. mii.ulm.nes. F`oger opna ®nsuulr_ Pri;elo=a.
on Palemo y Caslellammoro d.I Gollb (1072). Meizoro (1073), PSoemó (107.) y Colasclbota\ (107.) onLm
y soldados musulmanes, dedicada a proteger al monarca, su
oIJ-.
otra8. pam hac®r ffont® o 1. poderose Enna quo rosbgt® con AIJ2aslm lbn Hemmod. suc®8or ao lbri

Sli` ombargo on b fi`oniora d. CaamF. on 1. \h\I de Nob. apar®oo un nuo`n. cala, Ibn 'Abbad (o Be".\m T
harem y el Tesoro Real.
las coónlcos k\üriBs) qu® ocupa les onl}guos tiom. do lbn .Ui:Thumnah y c"il.nza a caus®r tigos er\ Ia
Se impulsa la construcción de una flota real que continuaría,
TJlíll 178 además, la expansión territorial del Reino de Sicilia fuera de sus
¢ Feso firu\I d. Ia ooriqulalo d® SlclllEi: van ca)nndo suoesl`iomont.: mrapanl (1077). TiaorTnlrLa (1078) y Jeti)
y C" (1079'. límites europeos al conquistarse toda la franja del Magreb que

1081 va desde Bona (Argelia) a Trípoli (Libia). En años sucesivos esta

4.B®"ii®rllogiaapodersise m o r 1` i r r r ii r) flota llegará en distintas campañas militares hasta las islas del
d® Ca6anLB oeb3nlóndola

Egeo, Constantinopla y Alejandría. Las tierras recién conquis-

tadas en el Magreb atraen a nuevos colonizadores y mercaderes

1o86¿ y se fundan una serie de puestos comerciales y fuertes en tierras

+ Lo no® ~nda ñ- .I.9Ífl@ africanas y en Malta que favorecerán la aparición de un comercio
dorroia ei la mueulmana
enaguasd®Slmcusa. Wue floreciente entre ambas orillas del Mediterráneo.
Muerto do BemaMerL
Calda d® Sln\cuei..
En 1149, la reina Elvira de Castilla muere tras dejarle seis
1087/91 Bum'm'. hijos, cuatro varones y dos mujeres, de los cuales sólo sobrevivirá
4'fn##°#nstROTb„'##£e=i /z2, 08b`
Guillermo. Roger 11, sumido en una depresión por la muerte de
aFiitularó modlmte pac® oon los nomandoe
y haró ervanzx\r h\ front®ra hacla d eur. Tien 47,
sólo fBIlan: Bu". qu. caeró on 10eg y No®. o,,
quo sers la ulürr.a cludi\d em .or conqublado
m 1091.
 DESPERTAFERRÜ | 43

> §oldado§ de iníanteria a sueldo del rey Roger 11, c.l 150. §u equipo e indumentaria reflejan una mez{la de influencias nomandas, bizantinas y árabes. A la izquierda,

un "FANTE §lalLOJloRMANDO, un fewt.ení de/eníaí/., con la cabeza al descubierto para mo§trarnos la cofia de armar, agambe§onada, que protege la cabeza y ajusta

mejor el yelmo nomando acanalado de tipo frigio y con nasal que lleva en las mano izquierda. Una capucha metálica que in(orpora el lorigón de mallas y que

lleva por lo§ hombros da una protección extra a la (abeza. A diíeren(ia de las cotas de mallas del norte de Europa. de mangas m᧠largas, este lorigón de mallas

es {orto por influencia árabe y bizantina. para adaptarse mejor a las condicio" climáticas de §i(ilia. Por debajo del lorigón viste el gambe§ón, iina túnica acolchada

que reíuerza la Íunción deíensiva de la cota de malla. Ciñe un cinturón doble que sujeta una espada de una mano de pomo almendrado. La faja de algodón que
lleva anudada en su torso sigue moda§ i§lámicas. En §u mario lleva un escudo de cometa con un león propio de la incipíente heráldica sículo-nomanda. y lleva en

§u reverso abrazaderas y un tiracol. Una larga lanza ideal para los combates a pie (ontra la caballería completa el armamento ofensivo. A su dere(ha tenemos a un

ARQUERO §lcuLO-MU§ULMAH, (uyo§ (ontigentes Íueron el nútleo principal del ejército normando de §icilia. Bajo lo§ reye§ nomandos se instauró en Palemo una

industria de Íabricación de armas que e§ la qLie ha suministrado §u panoplia. Ueva en la cabeza un capacete (óni(o que adorna (on un turbante de algodón o lino

largo a la manera Íatimí.Viste una túnica. po§iblemente de lino o algodón, que lleva en los brazo§ Iemas coránicos /Í/.mz/. Para proteger el tronco, lleva una loriga

es(amada hecha de tuero hervido, lo que le da ligereza y movilidad pero también una excelente protec(ión. En §u mano izquierda lleva una rodela /ÍuÜ/ he(ha (on

varias capas de cuero engrudado de vacuno u oveja. qiie usa de protección mientras tira con su arco compue§to /qaw(í/, hecho en ciierpo de madera con "oreja§"

de hueso o cuerno para insertar la cuerda. de tripas de animal. En su cintura lleva las flechas en un carcaj de cuero o tela con Íorma de tubo y en su lado

izquierdo, una espada /jaw sin gavilanes y de filo recto, de iníluen(ia fatimí, para defenderse en un combate {uerpo a ciierpo.
 44 | DE§FIERTAFERRn
'1
í _r _tz{ ``
^ Pomda de la üT[DRAL DE CEFAIÚ. consagrada por Roger 11 en
ini(ialmente {omo mausoleo de los reyes de §icilia, §us do§ podero§as torres le
coníieren el aire de una fortaleza.
su esposa y obsesionado por la descendencia, se casará dos veces
más, para solo tener otra niña con su tercera esposa. Tras la
muerte de Jorge de Antioquia, es nombrado en 1150 como ad-
mj.rflfc# un antiguo eunuco de palacio, Felipe de Mahdiyya, que
será muerto en extrañas circunstancias al poco tiempo de ser
acusado de apóstata, y será sucedido por Maio de Bari. Pocos
años después, en febrero de 1154, Roger 11 muere en Palermo.
Le sucede en el trono su cuarto hijo, Guillermo (llamado por sus
detractores, "EI Malo''), que recibe en herencia un Estado con-
solidado social y políticamente.
GUILLERMO I "EL MALO"
Arabizado también en sus costumbres palaciegas, Guillermo I
pasa su infancia y adolescencia en Palermo. Carismático para
el pueblo, fue sin embargo presentado por algunos cronistas,
como Hugo Falcando, debido a su carácter benévolo y fácil-
mente influenciable, como un vividor, amante de los placeres
de la vida palaciega, y como un irresponsable, al dejar el poder
real en manos de sus hombres de confianza y de su esposa, la
reina Margarita de Navarra. Sin embargo, estas opiniones ne-
gativas no se corresponden, con la realidad histórica. Entre
1156 y 1158 el monarca sículo-normando debe hacer frente a
varias amenazas: por el norte, el poder creciente de Federico I
Barbarroja, y en el sur de ltalia, la invasión y conquista de
Campania y Apulia por fuerzas bizantinas y papales. Los ba-
rones normandos locales, contrarios al poder centralizado de
Guillermo 1, conspiran con Bizancio y, contrariamente a la
imagen negativa que nos presenta Hugo Falcando de este rey,
Guillermo 1 en persona decide sofocar la rebelión. Derrota a
las fuerzas bizantinas en Brindisi y destruye Bari hasta sus ci-
mientos. En la primavera de ese año, obliga a Manuel I Com-
neno a firmar una paz secreta.
La conquista almohade de Mahdiyya, a principios de 1160,
traerá negativas consecuencias para el comercio mediterráneo,
y en lo político, en Sicilia, el distanciamiento del rey y su valido,
el admj.raf#s Maio de Bari, de una gran parte de la nobleza se-
ñorial y de las ciudades de mayoría lombarda y normanda. En
cambio, contó con gran estima entre las minorías hebrea, sí-
culo-musulmana y ortodoxa. Un miembro de una de estas fa-
milias feudales, Mateo Bonello, que rechazaba la presencia de
estas minorías sociales en la Curia y la Cancillería, se alza en
armas junto con otros barones y rebeldes procedentes de ciu-
dades con mayoría lombarda y latina. Durante una de estas re-
vueltas, en noviembre de ese año en Palermo, el propio Bonello
asesina a Maio de Bari. Meses después, el cabecilla rebelde, re-
fugiado en su castillo de Caccamo, vuelve a conspirar contra
el rey e instiga revueltas en numerosas ciudades sicilianas,
entre ellas Palermo, donde el Palacio y la Cancillería Real re-
11}1. Pensada sultan saqueados e incendiados y los eunucos de la corte y cor-
tesanos de origen sículo-musulmán son asesinados. En este
gran pogromo de 1161, en el resto de la isla, un gran porcentaje
de población musulmana es diezmada y los supervivientes se
verán obligados a buscar refugio en la zona occidental de la
isla, montañosa e inaccesible y los más afortunados, a exiliarse
al Magreb. Sin embargo, el rey legítimo, gracias al apoyo del
pueblo y de milicias reales leales y musulmanas, logra reha-
cerse y reconquistar Palermo, aunque su hijo muere en el ata-
que. Repuesto en el trono, logra mediante una estratagema
capturar al traidor Bonello, a quien hace ajusticiar en su castillo
de Caccamo.
En 1166, Guillermo 1 muere, y será sustituido en el gobierno
del Reino por su viuda, Margarita de Navarra, con quien se había
casado en 1150, y que ejercerá como regente hasta la mayoría de
edad de su hijo Guillermo 11. Ya en los años de vida de Guillermo
1 la reina había sido de gran apoyo, y su mano derecha en los
momentos de mayor debilidad política. Esta experiencia se de-
mostró en los cinco años de regencia de Margarita, que se ca-
racterizaron por una política pacificadora y clemente hacia los
nobles rebeldes, a quienes liberó de su prisión o trajo de su exilio
y restituyó en sus posesiones y títulos. Pero por otro lado la in-
estabilidad política, la carestía de la vida y la subida de impuestos
le granjeó antipatías entre el clero, el pueblo y un sector de la
nobleza. Ante la falta de apoyos a su gobierno, hace venir ese
mismo año desde España y Francia a numerosos caballeros y fa-
miliares para que instalen en Sicilia y constituyan una nueva élite
cortesana afín a su política real. Se nombra un nuevo ¢dmi.rflf#s,
Margarito de Brindisi.
GUILLERMO 11
En 1172 Guillermo 11 es coronado rey. Se reconstituye el Díwá#
o aparato burocrático y de gobierno de inspiración fatimí que
instituyera Roger 11; se reconocen los privilegios jurídicos locales
basados en leyes anteriores pero también en la costumbre (coíi-
s%ef%c!jnes) y se fomenta el uso del latín, el árabe y el griego en
la Cancillería y como lenguas cooficiales del Reino. En el ámbito
internacional, el RegnLfm Sz.cj./!.ac recupera gran parte de su es-
 oESFIERTAFERRn | 4E

plendor como potencia política y económica, contando con la

alianza del papa y las ciudades italianas del norte contra su gran SICILLA NORWIANDA Lslas:[`ich4s
división administratwa
enemigo: Federico I Barbarroja.
m ar T ir r c 7ió `ci
A pesar de los intentos iniciales de Guillermo 11 de prote-

ger mediante leyes y privilegios a la ya cada vez más desarrai- pelormo p".:;m,O,.-xt
Tra:Penl. Mcu¥ ia.; Tarmpi C°T" __
gada minoría sículo-musulmana, las secuelas del pogromo de
1166 y el gran poder de la lglesia Católica en la Sicilia de fines
± ""'8.<ddcMazam
del s. XIl contribuyen a la homogeneización social y política e ®` <T;.#,oÍ"fiTr" (

del Reino hacia un Estado mayoritariamente latino y de reli- casmiovauirii `6atania

sc'a6c£-
_Aorlp*
gión católica que comienza a desplazar a la hasta ahora multi- E=
C®
cultural sociedad sículo-normanda. La creación de la E= üUdeNoto
' S'racu"
archidiócesis de Monreale en 1174 consolida el poder eclesiás- ~ r3ri8.i.
C®

tico a costa de las posesiones reales y las antiguas diócesis J+ F,og& "®0®
J+
e-
greco-ortodoxas, y se culmina en estos años un fenómeno de e
latinización y feudalización que comienza a aislar en territorios
dependientes de castillos y monasterios a v!.JJc!n!. semilibres
musulmanes y greco-sicilianos convirtiéndolos prácticamente
en siervos de la gleba. casada con Enrique VI, hijo de Federico I Barbarroja, como su
Como recoge en su libro de viajes el andalusí lbn Yubayr a heredera. Sin embargo, la nobleza normanda y el papa se opo-
su paso por Sicilia, hacia 1180 existiría ya un importante número nen a esta decisión y respaldan como rey a Tancredo. Su breve
de fúncionarios y cortesanos reales de origen islámico conver- reinado (1189-1194) y el de su hijo Guillermo 111 ( 1194) mar-
tidos al catolicismo, bien por presión social, bien por mejorar can la decadencia política de la dinastía de los Hauteville. Esta
socialmente o por sincera devoción. Aunque lbn Yubayr señala circunstancia será aprovechada por Enrique Vl para reclamar

que estos fiincionarios eran en su mayoría cripto-musulmanes, su derecho al trono siciliano, emprendiendo ese mismo año
es una prueba importante de que la latinización cultural y reli- una campaña militar en la que conquista Palermo y derrota al

giosa del Reg##m Sz.ci./i.ae era imparable y estaba casi comple-
tada. Estas circunstancias presagian la tragedia que sobrevendría
a la minoría islámica años después. Es interesante reseñar que
esta situación de marginación social que sufría la minoría sí-
culo-musulmana contrasta, no obstante, con la marcada arabi-
zación de las cortes de Roger 11 y, especialmente, de la de
Guillermo 11. Para Jeremy Johns la tesis más plausible es la de
czdm!.raí%s Margarito de Brindisi; logra capturar a Guillermo
y a su madre, la reina viuda Sibila de Acerra, a quienes deporta
y encarcela en Alemania. Con el destronamiento de Guillermo
111 y la autoproclamación como rey de Sicilia de Enrique Vl
desaparece el Rcg#wm S¡.cÍ./!.ae normando como entidad polí-
tica independiente para incorporarse como una provincia más
al Sacro lmperio Romano-Germánico.

que la Cancillería real o DíwÓ# proyectara una especie de pro-

paganda y exhibición de poder de la nueva monarquía siciliana
ante las potencias musulmanas del Mediterráneo, con una po-
BIBLmERAFÍA BÁsl[A
lítica exterior basada no tanto en la guerra como en la diploma-
Hhs. J. (I"H).. ArEitiiB Administratii]n in NormE]n Sicily: ThB RoyBl OiwEin.
cia y los intercambios culturales y comerciales.
[ambridge UnivBrsity PrEss.
Los últimos años del reinado de Guillermo 11 conocieron
N.iiia+lE. D. (1"1).. ThB Normans: WarriDr Knights and their BastlBs. DsprEv.
la inestabilidad política y social a causa del creciente poder de
la lglesia y de la nobleza feudal, y van a producirse revueltas NDrw.i&h, J. J. (IH").. lln rBino al sol: Sit:iliB 1130-1194. NiT\ed.

como la de los "Vendicosi'', una especie de secta secreta for- NDrwich, J. J. (ZDDB): ¿É7§ nomandos gn §Í.c/.//.a. AlmEd.

mada entre las clases más bajas de la sociedad que fue dura-
Taka[:rd:.nH(lEE""m/nísíraííamf=
mente reprimida por el rey. Guillermo 11 muere en 1189 sin
descendencia directa, pero designa a Constanza de Hauteville,

-:,5ff

;fipbel V.i\Ilagra es licenciada en Hblogía Árdbe e lshm p" la UAM, actualmente está f inalizando sus estudios de doctora4€
sobre la Sicilia musulmana y normanda, que ha.n incluido una estancia de año y medio irwestigando en la Universídad de Palermo. ..: i
A,Ilí conoce el recreacionismo histórico medieval, pasión que sigue cultivando actualmente como integrante del grupo "Caballeros =,
del Duero''. Participa de eventos de recreación histórica y como asesora histórica ha colaborado con la Asociación Española de
.Fiestas y Recreaciones Hjstóricas en FITUR 2004 y 2005 así como en obras de teafto y guiones de cine.
4E | OE§PERTAFERRD

> "§CNpqóN RÚNICA de Ribby, §ódemanland, §uecia: "§veinn hizo

erigir e§ta piedra en memoria de Mróogísl, §u padre".

La transformación
DEEScandinavia=
Monarquías y cristianización
LA ERA VIKINGA FUE UN PERIODO DE GRAN EXPANSIÓN PARA LOS ESCANDINAVOS, QUE IRRUMPIERON
EN LOS CIRCUITOS DE INTERCAMBIO DE BIENES QUE VINCULABAN LA EUROPA OCCIDENTAL CON
ORIENTE Y EL IMPERIO CAROLINGIO CON EL CALIFATO ABASIDA. REALIZARON INCURSIONES DE
PILLAJE NAVALES A LO LARGO DEL BÁLTICO Y EL MAR DEL NORTE, Y OCASIONALMENTE EN LAS COSTAS
DEL ATLÁNTICO E INCLUSO DEL MEDITERRÁNEO. MONASTERIOS Y CIUDADES FUERON SAQUEADOS,
Y LAS EXPEDICIONES MÁS ORGANIZADAS CONSIGUIERON INCLUSO DEMANDAR TRIBUTO REGULAR A
INGLATERRA. POR OTRO LADO, SE ASENTARON EN NORMANDÍA, EN DIFERENTES ENCLAVES DE LAS
ISLAS BRITÁNICAS Y EN LA ACTUAL RUSIA, COLONIZARON ISLAS HASTA ENTONCES DESHABITADAS

COMO ISLANDIA Y LAS FEROE Y ESTABLECIERON PEQUEÑOS ASENTAMIENTOS TEMPORALES EN

GROENLANDIA Y TERRANOVA.

Por Thomas Lindkvist

Universidad de Gotemburgo

ero este fue también un periodo de profundas transfor- PRIMERAS FASES DE LA CRISTIANIZACIÓN

P maciones para las sociedades escandinavas. Los contac-

tos y la organización de las expediciones, no siempre
agresivas ni belicosas, propiciaron cambios culturales y políticos
en sus propias patrias. Antes de la era vikinga, Escandinavia es-
taba estructurada en señoríos menores liderados por caudillos
que, con frecuencia, rivalizaban entre sí. El fin de la era vikinga
dio paso al nacimiento de las monarquías cristianas de Dina-
marca, Noruega y Suecia, al establecimiento de una iglesia de-
pendiente del Papado e integrada en la Cristiandad occidental
y al surgimiento de una nueva clase dominante, la aristocracia
terrateniente. Los escandinavos se habían integrado en la cul-
tura europea.
Fuentes escritas más o menos contemporáneas mencionan la
llegada de misioneros de las islas Británicas y del continente para
convertir a los paganos a la nueva fe. El primer misionero co-
nocido fue Ansgar, un monje de la abadía de Corvey, en Wes-
tfalia, que hacia el 830 se trasladó a Birka en un viaje relatado
por su colaborador Rimbert. Birka era un lugar muy especial,
ubicado en una pequeña isla en el lago Málaren y que ha sido
descrito como la primera ciudad de Suecia. No era una ciudad
en el sentido bajomedieval, pero sí un importante lugar de in-
tercambios. En el eje de las rutas comerciales que provenían del
mar del Norte, el Báltico, los ríos de la actual Rusia y Ucrania e
incluso del Caspio y el mar Negro, los comerciantes acudían a
 oESFIERTAFERm | 47

Birka para intercambiar sus valiosos pro- ` =,,,`1;\ _ f

ductos, como pieles, marfil de morsa y } Batalladesti

-±-Nidarbs'(1029) +apor,es LA CRISTIANIZACIÓN DE
esclavos. ESCAmlNA:VLL
-(,,54)& 1 ©Ardiidbcosb,confediadefiirnadón
Birka estaba bajo la protección de un
rtTV lago storsjón • DIóeesls: Iundadoms hBsta el aho 1000
• Dióo8sb: hindBc]ones ond® el aho 1000 y 1050
rey que residía cerca, pero fiiera de la ciu-
|ÁMTLAND - Dlócesls: hindadones enbe d aho 1050 y 1100
dad. Sabemos muy poco de dicho rey ni • DIÓcesls: fiindadonos po5briores a 1100

de qué poderes tendría, aunque tenía que

consultar a una asamblea antes de tomar
decisiones. Ansgar había venido a con- ;.\
vertir, y le fiie permitido predicar. Pronto Hamar(1152)
Bergon(1063)
nació una pequeña comunidad cristiana J,
y una de las primeras conversas es men- VESTFOI.D UPPLAND
cionada especialmente en las fiientes, una ó=io`-(io73)_..S_y_F4_±_AM#eBs(i_o#2P)st.'8'(!%&)
pía mujer llamada Frideborg. Sin em- VARMI,AND iago.MTar.en
Stavanger(1130)
bargo, el cristianismo no era algo total- Strangnas (1130) Birka
ROGALAND
mente nuevo en Birka que, como
importante enclave comercial que era, al- /-,v,S,g
Skarajioi4) Lin.kóping (1100)

bergaría cristianos con anterioridad. Sin VÁSTERGÓTI,AND

embargo, Ansgar no era un simple mi- Borglum (1065)
ÓsTERGÓTLAND Wi.Sby Gtiiand

sionero, también era emisario del rey ; ' HAI,LAND

-`;,,;`\\,
Luis, del reino de los francos orientales, Vaxjo(1180)

que a través del monje trataba de estable-

cer contactos con el rey y los paganos del ]W'`#(.`€5):\, -.
.{€LmNS,:LAND
SCANIA
ólmd
norte. A pesar de todo la misión de Ang- Aarhuus (951)

sar no tuvo porvenir y la comunidad cris- iuTI,AND.IAodense(101 2#k,,%,,:;:,É!i,o"

Ribe (948) Fuúu&
tiana de Birka se fue desvaneciendo
durante el siglo IX, por lo que a largo
plazo no tuvo demasiada importancia en /=-`:``&r=.;_ ' q -_-TÉS_ __rio
la fiitura cristianización de Suecia o Es- Q sE Jr 5 /-' KjlóiÉetros
<.,. _,

© Carlos de la Rocha Prieto

candinavia.
La cristianización fue un proceso largo y complejo, no solo
basado en la conversión deliberada de reyes y señores, sino
también en una gradual transformación de las creencias y men-
talidades. Cuando los primeros misioneros llegaron, el cristia-
nismo no era algo desconocido, ya que había sido adoptado y
llevado a Escandinavia por los propios escandinavos a través
de sus muchos e intensos contactos con el mundo exterior. Los
escandinavos no solo se habían topado con la nueva religión
durante sus expediciones, sino que los jefes vikingos empleados
en la Guardia Varega habían experimentado la grandiosa litur-
gia bizantina.
Hay evidencias arqueológicas de enterramientos cristianos
en Escandinavia en los siglos VIl y VIII, pero probablemente
estas prácticas tan tempranas no se corresponderían con nin-
guna organización eclesiástica compleja. La siguiente fase, en la
que misioneros que gozaban del apoyo de las elites políticas co-
menzaron a predicar y a organizar una iglesia, se desarrollará
vos estaban familiarizados con el cristianismo oriental. Sin em-
bargo, no se dio una actividad misionera intensiva desde Cons-
tantinopla. Los misioneros, que provenían principalmente de
las islas Británicas y del continente, eran enviados por obispos,
poderosos abades e incluso por reyes, y su objetivo era, como
en el caso de Angsar, tanto civilizar a los paganos escandinavos
como establecer contactos. La influencia de las islas Británicas
fue muy importante, especialmente en Noruega, y de lnglate-
rra vino el obispo Sigfrid, que bautizó al primer rey cristiano
de Suecia.
EL NACIMIENT0 DE LAS MONARQUÍAS
CRISTIANAS
La cristianización fue, por tanto, parte de un proceso político.
Según las fiientes escritas, los reyes y señores poderosos abraza-
ron la nueva religión e impusieron el cristianismo a sus cliente-

fimdamentalmente durante los siglos X y XI. Durante estos años las y súbditos. El fiituro rey Hakon de Noruega (cÍ.rcc[ 934-61)

se construyeron iglesias, se fundaron parroquias y varios de
estos obispos misioneros serán posteriormente considerados
santos.
La cristianización llegó a través de varias vías. Existieron
contactos con el lmperio bizantino y los caudillos escandina-
fue criado en lnglaterra bajo la protección del rey Aethelstan de
Wessex, donde fi]e bautizado. A su vuelta, Hakon actuó como
un rey cristiano y promovió la nueva religión y una precaria or-
ganización eclesiástica por medios pacíficos. Gobernantes no-
ruegos posteriores también fiieron bautizados en el extranjero,
48 | DESPERTAFEF]RD
^ De izquierda a derecha: CA§to CÓHIC0 con "al, §egún el juego de ajedrez de la i§la de Lewis. de fabricación norLiega, s. Xll (Museo Británico). YE"0 üRRADO, §egún
figurilla de bron(e de (aballero, francia. s. Xlll (Museo Nacional de Copenhague). (abezas de lIAcllA§ DE GUERRA es(andinayas. §s. Xl-Xll. PUH" D[ lA" espe(ialmente
di§eñada para penetrar en cotas de malla.
como Olaf Trygvasson (995-1000) y Olaf Haraldsson (1015-
1028). Como reyes cristianos trabajaron para unificar los dife-
rentes señoríos en un reino noruego, promover la nueva religión
y combatir el culto pagano, aunque a diferencia del rey Hakon,
los dos Olafs emplearon la fuerza para instituir el cristianismo.
El rey Erik de Uppsala (muerto hacia el 995), en Suecia, era
el típico caudillo guerrero vikingo que realizaba expediciones
navales de saqueo y extorsión. Se dice que fue bautizado en Di-
namarca, pero retornó al paganismo tan pronto como regresó a
casa ya que se encontró con dificultades para ser reconocido
como rey y cristiano a la vez. Su hijo y sucesor, 0lof (ci.rca 995-
1022), fue, sin embargo, el primer rey cristiano de Suecia. Según
la tradición, fue bautizado en la provincia de Vástergótland y
tuvo, al menos en determinados momentos, dificultades para
mantener su posición en la zona del lago Málaren, corazón de
la poderosa área precristiana y de los reyes marineros.
En cuanto a la organización eclesiástica, hubo una gran in-
fluencia de lnglaterra, especialmente en Noruega. En cambio,
las iglesias de Suecia y Dinamarca fiieron fiindamentalmente or-
ganizadas desde el sur. El obispado de Hamburgo, cuya sede fue
luego trasladada a Bremen, reivindicó que Escandinavia perte-
necía a su esfera de interés y que había tenido gran influencia en
el desarrollo de su organización eclesiástica.
Sin embargo, en 1103 Escandinavia se convirtió en una dió-
cesis independiente con sede en Lund, Dinamarca. En 1 153 No-
ruega consiguió constituirse como arzobispado, con sede en
Nidaros (actual Trondheim), al que también pertenecían lslan-
dia y otras islas como las Feroe o las Órcadas. Suecia fue el úl-
timo reino en tener su propio arzobispo, cuya sede se establecerá
en 1164 en Uppsala. La creación y delimitación de estas diócesis
contribuyó a la definición y reconocimiento de los tres reinos
escandinavos en el continente.
CRISTIANIZACIÓN Y PODER POLÍTICO
Tras la conversión de las elites, el verdadero proceso de cristia-
nización vino de la mano del surgimiento de los reinos como
unidades políticas, y los reyes se valieron del cristianismo para
acrecentar su poder. La religión precristiana estaba frecuente-
mente relacionada con los poderes políticos locales, ya
que los caudillos eran a la vez señores de una región y ca-
bezas del culto. Por tanto, destruir un culto pagano significaba
también acabar con el poder político de un caudillo local. Sin
embargo, muchos jefes locales y magnates se convirtieron al cris-
tianismo. De hecho, muchas de las primeras iglesias fueron
construidas por iniciativa privada, fundamentalmente para las
grandes casas señoriales.
Las inscripciones rúnicas constituyen una fuente única
para la historia de Escandinavia. El alfabeto rúnico inventado
por los escandinavos, que era una adaptación de la escritura
latina, se preserva fundamentalmente a través de inscripciones
en monumentos de piedra de la era vikinga, aunque probable-
mente fueran más comunes las inscripciones en madera, per-
didas en su mayoría. Las inscripciones en piedra son más
frecuentes en Suecia, especialmente en la provincia de Up-
pland. Este tipo de monumentos se erigieron en las provincias
que rodean el lago Málaren hasta la década del 1120 o 1130.
De estas inscripciones, que suelen ser breves conmemoracio-
nes de un difunto, se extrae que el cristianismo estaba plena-
mente extendido desde al menos el siglo XI. Más de la mitad
de las inscripciones rúnicas de Suecia tienen alguna connota-
ción cristiana y muchas incluyen oraciones cristianas, como
"Que Dios se apiade de su alma". La mayoría de estas inscrip-
ciones rúnicas provienen del periodo anterior al desarrollo de
una organización eclesiástica compleja.
En Jelling, en Jutlandia, encontramos un excepcional mo-
numento de la década del 960 en el que el rey Harald Diente-
azul, que se convirtió al cristianismo y a su pueblo con él,
proclamaba que había cristianizado a todos los daneses. La ins-
cripción rúnica más septentrional de toda Suecia se encuentra
en la isla de Frósón, en el lago Storsjón (provincia de Jámtland).
Era un antiguo lugar de reunión, probablemente emplaza-
miento de un culto precristiano, cuyo nombre proviene del
dios pagano Fró. La inscripción reza: ``Óstman, hijo de Gud-
fast, hizo erigir esta piedra y construir este puente, e hizo Jám-
tland cristiana". Desconocemos quién fue este Óstman, pero
podemos deducir que fue un caudillo local que en asamblea
consiguió que los habitantes de la zona, o los campesinos libres,
 DESPERTAFERRn i 4g

aceptaran la nueva religión. Ambos son
ejemplo de cómo las elites sociales, ya fueran
reyes o caudillos, tomaron la iniciativa y su
conversión precipitó la de las gentes de sus
dominios.
Islandia fue colonizada por escandina-
vos, que establecieron una comunidad de
agricultores liderados por algunos cabecillas.
Hacia el año 1000, se decidió en asamblea ge-
neral (AJJfw#g) adoptar el cristianismo como
religión oficial de la comunidad islandesa
para evitar conflictos, aunque se permitió, sin
embargo, la celebración de ciertos sacrificios
paganos si estos se hacían en secreto.
El puente mencionado en el monumento de
Frósón fue probablemente construido sobre un
estrecho entra la isla y tierra firme. La cons-
trucción de puentes era probablemente
vista como un acto de piedad o como una
forma de indulgencia. Muchas mujeres
hicieron construir puentes (en ocasiones
frecuentemente tomaron la iniciativa a la hora de construir
iglesias.
La cristianización de Escandinavia se edificó fundamental-
mente sobre las premisas e iniciativas de los propios escandi-
navos, especialmente de los reyes, que buscaban la consecución
de unidades políticas de mayor envergadura, para los que la
conversión fue un elemento más del proceso de centralización
de sus reinos. La Escandinavia de la era vikinga se caracterizó
por pequeños señoríos, frecuentemente en conflicto entre
ellos, cuyo poder se basaba en el control del comercio, en la
guerra y en las incursiones de saqueo en tierras lejanas. Era, por
tanto, una sociedad guerrera muy competitiva. Mientras que al-
gunos jefes cayeron en desgracia y terminaron exiliados, otros
consiguieron controlar grandes territorios y se convirtie-
ron en reyes que terminaron por favorecer la nueva
religión. Este fue el principal elemento diferencia-
dor con respecto a la cristianización
de la costa meridional del Bál-
> CABALLEko §ÜECO, siglo Xll.

el "puente" era un camino elevado sobre EI (ontraste de esta nueva

elite militar (on la de

terreno pantanoso) en memoria de un pa-
épo{as anteriores no puede
riente fallecido. Las mujeres tuvieron un
ser más evidente, fruto de

papel muy activo en el proceso de cristiani- uÍ`a transforma{ión radical

zación de las sociedades locales y en los Íundamento§ mi§mo§

del poder político, social y

e(onómico. La importancia

de los señores de la giierra

ya iio se cuantificaba en el
número de barcos y

guerreros que po§eían,

traducido§ en potencial de

saqueo, §ino que el poder

de esta nueva aristocracia

terrateniente manaba de la

pose§ión de tierras y del

mantenimiento de la paz

§ocial a través de la

cíistianiza(ión.

i--- tt=---J-:-,-. o
5n i DESFIERTAFERRD
i De izqui€rda a dere(ha: E§RADA N0kuEG^ de Kmódsgarden, s. Xll. E§PADA DE ÜN »L0 FILO, s. Xl (Mu§eo Nacional de Reikiavik).
tico, donde el cristia-
nismo fue impuesto
desde el exterior por
medio de la conquista
y la ocupación ex-
tranjera.
REYES Y
SANTOS
En los tres reinos
emergentes el culto
a los santos patro-
nos fue muy im-
portante. Cada
reino tenía un
santo real, de los
que el más impor-
tante fue San Olaf
de Noruega. El rey
Olaf Haraldsson par-
ticipó en varias expe-
diciones vikingas, en
el curso de las cuales
fue bautizado. Al re-
gresar como rey en
1015 se vio envuelto en
una serie de disputas con
los caudillos locales. Tras
su exilio en Rusia, murió en
la batalla de Stiklestad en
1030. Su capilla en la catedral
de Nidaros se convirtió rápida-
mente en el principal sitio de pere-
grinaje de Escandinavia y San Olaf se
convirtió en patrón del reino de No-
ruega. Su culto se extendió por todo el norte de Europa, espe-
cialmente por Suecia, y se convirtió en el prototipo del rey
justo.
El santo real danés fue el rey Canuto IV (1080-86), que en
1086 fiie asesinado en la catedral de Odense durante un levan-
tamiento. Su principal logro fue legitimar su dinastía.
El rey Erik Jedvardsson (década de 1150) fue asesinado por
causas dinásticas hacia 1160, después de asistir a una misa en
Uppsala. Según la leyenda, lideró una cruzada para convertir a
los fineses, aunque se ha discutido mucho sobre la existencia real
de la misma. Sea como fuere, el cristianismo no era algo desco-
nocido en la actual Finlandia a mediados del siglo XIl y fue a
partir de este periodo cuando Finlandia comenzó a integrarse
gradualmente en el reino de Suecia por medio de la conquista y
la colonización. Sin embargo, San Erik no lo tuvo fácil a la hora
de asumir el papel de santo patrón nacional. Durante mucho
tiempo fiie el patrón de su dinastía y de la catedral de Uppsala,
y su culto se limitaba a la región de Uppland. San Olaf seguía
siendo, también en Suecia, el santo que representaba el buen rei-
nado y no fiie hasta el siglo XV que Erik fiiera reconocido como
patrón nacional.
Los santos reales sirvieron para legitimar las nuevas monar-
quías cristianas y, de este modo, el nuevo orden político. Nues-
tros conocimientos sobre las monarquías precristianas son
limitados. Los reyes, al igual que otros señores, lideraban el culto
pagano, por lo que en ocasiones adquirían connotaciones sacras.
Tras la conversión surgieron nuevas formas de legitimación re-
1igiosa del reinado, especialmente la ceremonia de coronación.
La primera coronación conocida fiie la de Magnus Erlingsson
en 1163 o 1164, en Noruega. Este ritual servía para sellar la
alianza entre la iglesia y el rey, ya que mediante la coronación la
iglesia señalaba al rex i.#sÍ#s, el monarca virtuoso, pero también
especificaba cuáles eran las obligaciones del rey con respecto a
la iglesia y a su pueblo.
Conversión y cristianización fueron, por tanto, procesos
en gran medida políticos que involucraron activamente a la
mayoría de los hombres. Sin embargo, la nueva religión tuvo
también muchos adeptos entre las mujeres. La religión pagana
era muy adaptable y la era vikinga fue un proceso de guerra,
conflictos y centralización del poder. Por tanto, los aspectos
masculinos y marciales cobraron importancia en el seno del
paganismo en detrimento de las divinidades relacionadas con
la femineidad, lo que dejaba a las mujeres en una situación de
inferioridad.
PAGANISM0 Y RESISTENCIA
En las fiientes escritas nos encontramos con ejemplos de resis-
tencia frente a la nueva religión, aunque no sabemos a ciencia
cierta si dicha oposición era contra el cristianismo o contra el
deseo de los reyes de obtener mayor control de la sociedad.
La tradición sueca afirma que el rey lnge (década de 1070-
1110) se negó a practicar los rituales paganos (b/óÍ) y fiie expul-
sado de Svealand, en el área del lago Málaren, a la provincia de
Vástergótland. Durante unos años fiie reemplazado por su cu-
ñado, el presunto pagano Blót-Sven, hasta que lnge regresó con
tropas y mató a Sven. Puede que la historia, solamente transmi-
tida por una saga islandesa tardía, sea una mera construcción
literaria, pero otras evidencias apuntan que un rey cristiano tuvo
dificultades para controlar Svealand durante la década de 1080.
Según la leyenda de San Botvid, una nueva reacción pagana tuvo
lugar en Svealand en la década de 1120.
En Suecia, las provincias de Vástergótland y Óstergótland
fiieron la principal residencia de los reyes cristianos hasta me-
diados del siglo XIIl y donde primero se estableció una organi-
zación eclesiástica. El primer obispado de Suecia fue Skara, en

Vástergótland, seguido por Linkóping, en Óstergótland. Tam-
bién fue en estas áreas donde se fundaron los primeros monas-
terios. Por contra, Uppland y la zona del lago Málaren en Suecia,
y Trondelag en Noruega, fueron las regiones que mostraron
mayor resistencia contra los reinos emergentes y, como conse-
cuencia, contra la cristianización. Sin embargo, las numerosas
inscripciones rúnicas que salpican la zona del lago Málaren ha-
blan del gran número de adeptos que el cristianismo tenía en
Uppland. Sea como fuere, los centros de las iglesias sueca y no-
ruega fueron establecidos en aquellas zonas donde pudo haber
mayor resistencia o desafecto hacia las monarquías cristianas.
La constitución de Suecia y Noruega como diócesis propias ter-
minó por vencer esta resistencia regional.
La religión precristiana es dificil de aprehender. Las fuentes
son escasas y nuestro conocimiento sobre ella muy parco. Las
fuentes escritas son tardías y obra de autores cristianos exclusi-
vamente. La mayor parte de lo que se sabe sobre mitología pro-
viene de los escritos del siglo XIIl del islandés Snorri Sturluson.
Sin embargo, los nombres de los dioses precristianos, como
Odín, Fró y Tor, está presente en muchos topónimos. Sin ir más
lejos el nombre de la ciudad de Odense, también sede episcopal,
significa vc (lugar de culto) de Odín.
La religión precristiana tenía muchas variantes regionales.
Dado que era una religión sin escritos y estrechamente vincu-
lada a las estructuras sociopolíticas, estaba constantemente
abierta al cambio. El culto ejercía una función muy importante,
aunque las fuentes escritas son mudas a este respecto y apenas
hay referencias a edificios destinados al culto. Lo que es evi-
dente es que el poder político estaba conectado con el liderazgo
del culto y los caudillos eran los intermediarios entre el pueblo
y las divinidades.
LA CONSOLIDACIÓN DE LOS REINOS
Los líderes políticos de la era vikinga eran mayoritariamente
caudillos militares cuya posición social dependía en parte de
su capacidad para disponer de hombres y barcos con los que
realizar expediciones comerciales, de saqueo o de extorsión. EI
control sobre el intercambio de mercancías fue durante mucho
tiempo de importancia capital, pero la ruta del norte que unía
Europa Occidental con el Califato abasida declinó hasta des-
aparecer en el siglo X. Esto desató una crisis entre las elites es-
candinavas que desembocó en un auge de una política y una
economía basada en el pillaje. Los reyes daneses y noruegos
organizaron expediciones a gran escala en todo el mar del
Thomas Lindkvist nació en 1949 y se doctoró en la Universidad de Uppsala en 1979. Profiesor de Historia Medieval en la Uni- ..~=
versidaddeGotemburgodesdel999,suprincipaláreadeinvestigaciónsecentraenlahistoriaescandinava.Haescritosobretodo=..
acerca de historia agraria y social, especialmente sobre las condíciones económicas y jurídicas del campesinado. También ha ±
escríto sobre la cristianización de Suecia y las formas tempranas del Estado. Otros de sus intereses son las Cruzadas y la integración .
de Finlandia en el reino de Suecia.
DESPERTAFERRD | 51
Norte. EI Dcz#egeJcZ, un cuantioso tributo, fue demandado a ln-
glaterra durante muchos años y, por un corto periodo de
tiempo, los monarcas daneses no solo controlaron lnglaterra,
sino que fueron reconocidos como sus reyes.
La emergencia de los reinos fue consecuencia de las pro-
gresivas ganancias territoriales de pequeños reyezuelos sobre
áreas cada vez más amplias, para los que el cristianismo servía
para legitimizar su nueva forma de dominio. A fin de cuentas,
la emergencia de un reino se sustenta en una creciente capaci-
dad para controlar hombres, tierras y recursos, sobre los que
los reyes cristianos establecieron una forma de dominio más
estable y permanente.
El surgimiento de las monarquías cristianas también propi-
ció una transformación del sistema militar. El poderío militar
en época vikinga se fundamentaba, como acabamos de ver, en
los barcos y en el control del mar. Sin embargo, para las monar-
quías cristianas era más importante controlar la tierra. El poder
comenzó a estar cada vez más fundamentado en la capacidad
de demandar tributos y obligaciones por las tierras. Fue el ori-
gen de la economía "manorial". La lglesia y los monasterios in-
trodujeron nuevas formas de administración y tributación de
la tierra y las elites guerreras vikingas se transformaron en aris-
tocracias terratenientes.
Los reyes vikingos precristianos, antaño señores de los
mares, dieron paso a los monarcas cristianos, reyes de las tierras.
El nuevo poderío bélico se basaba en el servicio militar prestado
por sus aristócratas como caballeros, y el control sobre los terri-
torios y sus habitantes se ejerció a través de la construcción de
castillos, especialmente a partir del siglo XIII. El poder residía
ahora en la tierra, no en los barcos ni en el mar.
BIBLlmRAFÍA BÁslBA
BE"A.N. (Bd) (I"H).. EhristiBnization Bnd thB RisE of [hristian MonarBhy.
ScBndinBvia, [BntrBI EuropB í]nd Rus' G. goo-1300.r:arnhr.idgE IJriiver-
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Si]BialChangBlooD-M00.Üxhr.dlJriNBrstikNPress.
> BibliDgrafía [DmplEta En www.dEspErtafB"-Bdi[iDnBs.[Dm

ISBN: 978-18-460-3956-0
Idioma: Inglés
Páginas: 64
Autor: Carola Vogel
llustrador: Brian Delf
Editor: Osprey Publishing
Web editor:
www.ospreypublishing.com
Autor reseña: Nerea Tarancón
Huarte
ISBN: 978-84-350-2688-8
Páginas: 320
Autor: Barry Strauss
Editor: Edhasa
Web editor: www.edhasa.es
The Fortifications of Ancient Egypt
3000-1780 B.C.
Nuevo título de la editorial Osprey, que supone la continuación de su serie dedicada al mundo
militar egipcio, con una monografia centrada en las fortalezas construidas entre la primera y la
segunda catarata del Nilo. Dichas fortificaciones, cuya importancia se fiie reduciendo duante el
Reino Nuevo, fiieron fimdamentales para la expansión de Egipto por el sur. Así, duante el Reino
Antiguo y en mayor medida, en el Reino Medio, este sistema de fortalezas fiie la piedra angular
de la política militar y económica egipcia respecto el país de Kush, con hitos tales como las cam-
pañas dé Senusret 111, la defensa de la ffontera meridional o el control en la extracción de oro.
Carola Vogel, especializada en poliorcética egipcia, realiza una notable labor de síntesis de
la información disponible hoy en día. Dedica una especial atención a la fortaleza de Buhen, la
mejor preservada hasta que la creación del lago Nasser sumergió muchas de estas estructuras
e imposibilitó una investigación pormenorizada de las mismas en la actualidad. La obra recoge
con precisión datos puramente militares como la descripción técnica de las diversas fortalezas,
la distribución interior de las mismas o sus estructuras defensivas (puertas, muros, torres de
vigilancia...). No obstante, también aborda temas colaterales pero de obligada inclusión, como
la vida cotidiana de las guarniciones o elementos tan ligados a este contexto como los llamados
Textos de Execración. Se percibe un interés por hacer llegar la información al lector, a través
de un lenguaje claro acompañado de tablas cronológicas, glosarios y listas de las fortalezas. Sin
embargo, probablemente el aspecto más llamativo es el apartado gráfico, con una variedad de
mapas, planos y dibujos que ilustra adecuadamente el texto, y un material arqueológico no
siempre fácil de encontrar. Cuenta con una bibliografía muy específica y relativamente extensa,
en la que quizá se eche en fdta a alguna figura clave del mundo militar egipcio (como A. Spa-
linger), pero que incluye a los mejores especialistas en el tema. Así, la obra recoge la información
más relevante sobre estas fortificaciones, constituyendo una excelente introducción global a la
materia. Para completar esta visión y siguiendo en la misma línea, sería interesante la publica-
ción en el fiituro de una monografia dedicada al otro gran foco de interés de la política exterior
egipcia, esta vez durante el Reino Nuevo: la poliorcética aplicada a la conquista de fortalezas
asiáticas realizada por los faraones de las dinastías XVIIl y XIX.
La guerra de Espartaco
La rebelión sen7il desatada en el 73 a. C. por los gladiadores huidos de la escuela del lanista
Batiato en Capua, que duante más de dos años incendió la península ltálica, sigue despertando
nuestra fascinación. Barry Strauss, profesor de la Universidad de Cornell y especialista en libros
de divulgación de episodios claves del mundo clásico (Salamina, La guerra de Troya), recopila
las escasas fiientes que nos hablan del Be//#m Sparíflc¡.%m (sobre todo Apiano, Plutarco y Floro)
y las conjuga con lo que sabemos acerca de la esclavitud en Roma y con su peregrinar por los
lugares donde se desarrolló, para realizar un ensayo que podríamos llamar de "historia
novelada': Algo quizás necesario dada la ya mentada parquedad de noticias sobre esta guerra,
vergonzante para los romanos, y así el autor recurre a aventurar hipótesis plausibles (bien
fiindadas en la adecuada bibliografía que maneja), en un libro que se lee de un tirón, con
abundancia de detalles y adiciones sobre diversos aspectos de la época que Strauss incluye al
socaire del relato principal y que lo condimentan para que gane en amenidad. Por tanto, un
lúcido y entretenido relato de un episodio que ha germinado ya en mito.

ISBN: 978-84-9827-193-5
Páginas: 174
Autores: Carmen Blánquez y
Ángel del Río
Editor: Editorial Dilema
Web editor: www.akal.com
ISBN: 978-84-460-3216-8
Páginas: 208
Autor: Philip Matyszak
llustradores: Peter lnker (b/n) y
Peter Connolly (color)
Editor: Akal
Web editor: www.akal.com
Petra. Historia y arqueología
Estamos ante una completa obra monográfica sobre la ciudad de Petra a cargo de dos con-
sagrados especialistas en la historia y arqueología de Jordania, Carmen Blánquez (Profesora
Titular del Departamento de Historia Antigua de la UCM) y Ángel del Río (Doctor en His-
toria Antigua por la UCM e investigador especializado en Próximo y Medio Oriente). El
libro se divide en dos partes fimdamentales. La primera está dedicada al desarrollo histórico
de la ciudad, desde su fundación por los nabateos hasta su última ocupación, por parte de
los beduinos, que se extendió desde el siglo XIX hasta 1985, cuando la ciudad fiie designada
Patrimonio de la Humanidad. Este preludio cubre sucintamente las diferentes etapas ro-
mana, bizantina e islámica y presta especial atención al redescubrimiento de Petra en 1812
por el suizo J. L. Burckhardt.
La segunda parte, con mucho la más extensa, está consagrada a realizar un exhaustivo
recorrido desde el punto de vista arqueológico de Petra: planificación urbana y adaptación
al medio, principales monumentos y tumbas, los diferentes accesos a la ciudad, su entorno
y alrededores, etc., todo ello magníficamente ilustrado con sencillos pero aclaratorios mapas
y un ingente volumen de fotografías, algunas de las que incluyen vistas parciales de la ciudad
en las que se señala el emplazamiento de los diferentes monumentos. Como no podía ser
menos en una obra en la que la fotografía desempeña un papel protagonista, todas sus pá-
ginas son a color.
Legionario. El manual del soldado romano
Atención, que el tono informal y en ocasiones humorístico de este libro no nos lleve a engaño,
estamos ante una obra que, en mi opinión, cumple con creces con su objetivo, acercar la his-
toria de la vida en las legiones al gran público de forma amena y rigurosa. Ambientado en la
época de Trajano, este "manual del buen soldado romano" se dirige al lector como si de un as-
pirante a legionario se tratara, aportándole una información completa de todo lo que va a ro-
dear su vida castrense, desde el reclutamiento, entrenamiento y equipo hasta los diferentes
destinos,ladescripcióndesusdiferentesenemigos,laduravidadecampañaeinclusoalgunas
sugerenciasparaquetulápidasealaenvidiadelavíaApia.Sondeespecialinterésloscapítulos
dedicadosalaexperienciaencombate,quedescribencontododetallelasdiferentesfasestanto
de un asedio como de una batalla campal.
El texto se apoya en unas imprescindibles ilustraciones a plumilla de gran capacidad
descriptiva y fotografias en blanco y negro, fimdamentalmente de la Columna Trajana. Ade-
más, el libro incluye dos bloques de láminas a color (31 en total), uno que recoge algunas
de las clásicas -pero no por ello menos maravillosas- ilustraciones de Peter Connolly y otro
dedicado a fotografias de reconstrucción histórica. Es una edición muy cuidada, bien tra-
ducida y llena de agradables detalles, desde los más serios, como las abundantes citas de au-
tores latinos, los cuadros de texto aclaratorios o el obligado glosario de términos, hasta
algunos más originales, como la paginación en números romanos o la inclusión de divertidas
frases en latín (con su correspondiente traducción al pie de página) al principio de cada ca-
pítulo. En definitiva, si bien es un libro que no va a descubrir gran cosa a aquellos que co-
nozcan a fondo el tema, a buen seguro resultará una lectura agradable y constituye un
perfecto regalo para ese sobrino que todos tenemos al que queremos inculcar nuestra pasión
por la Historia.
 Juegos de tabler
COMMANDS & COLORS ANCIENTS
Commands Ó Colors Ancients (en a.de-
lante, CCA) se presenta como un juego
para dos personas que nos permite re-
crear las batallas de la Antigüedad. En la
caja básica tenemos batallas de la Repú-
blica romana contra Cartago, de Cartago
contra la rebelión de los mercenarios de Mathos, y de Cartago contra
Siracusa. Hasta la fecha se han publicado además 5 cajas de expan-
siones que abarcan las guerras entre griegos y persas, las guerras ci-
viles de Roma, los bárbaros de la Galia, Germania y Britannia, y el
Bajo lmperio.
Los elementos básicos del juego son el tablero hexagonado de
gran calidad y las fichas, que son piezas de madera de varios tamaños
sobre las que colocaremos etiquetas adhesivas por su anverso y re-
verso para convertirlas en tropas de diversos tipos. Encontramos
todos los tipos de unidades históricas: infantería (pesada, media, li-
gera, auxilia y "guerreros''), caballería (ligera, media, pesada), carros, cluyen reglas para reflejar las ventajas de los ataques por los flancos o
elefantes o máquinas de guerra (móviles o pesadas). Los generales
más importantes de cada batalla también están representados con fi-
chas. Las fichas se colocan de pie consiguiendo un efecto visual que
nos recuerda a las batallas con miniaturas. Elemento clave en el juego
son las cartas: cada carta que juguemos determina cuantas unidades
podremos activar, su tipo (cualquiera, o solo tropas ligeras, o solo tro-
pas pesadas, etc.), y en qué sector del tablero (izquierda, centro, de-
recha o sin restricciones). Hay numerosas cartas con efectos especiales
como por ejemplo reagrupar unidades, lanzar ataques extra con pro-
yectiles, o atacar y retirarse inmediatamente con tropas ligeras. Los
jugadores van empleando sus cartas alternándose (juegas, repones
carta, y el turno pasa al adversario). Cada jugador tiene una mano de
cartas limitada que va renovando: los mejores generales históricos
suelen permitir manos de hasta 6 cartas, los peores no suelen pasar
de 4. De esta forma se modula la capacidad de control sobre los ejér-
citos. El límite de la mano de cartas y el mayor o menor número de
generales que se conceden a cada bando en cada batalla
permite sutilezas como que un ejército tenga un mando
global mediocre pero brillantes mandos subordinados.
Los mecanismos empleados son siempre sencillos y
rápidamente asimilables tras unas partidas, pero sor-
prende el grado de sofisticación alcanzado en la clasifi-
cación de los tipos de unidades y como ello afecta a las
tácticas que deberemos emplear en cada batalla. Las uni-
dades pueden mover, lanzar proyectiles a distancia si dis-
ponen de ellos, o entrar al choque. Las unidades que se
encuentren en contacto con al menos otras dos y las que
estén cerca de generales tienen un aguante mayor, y con
algunas cartas también pueden mover en grupo. Los ge-
nerales también aumentan la efectividad de nuestras tro-
pas en el choque, y permiten la recuperación de bajas si
jugamos la carta apropiada. Todo ello nos incita a pensar
en grupos de unidades, a aprovechar al máximo a los generales, y a
evitar en lo posible el movimiento descoordinado, que es una receta
segura para la derrota. Otra pincelada reseñable es la posibilidad de
que las tropas más ligeras se evadan frente al ataque de tropas más
pesadas. También están contemplados los avances tras el combate.
Las unidades forzadas a retirarse pueden llegar a salir del tablero (y
de la partida), y sufren bajas adicionales si no pueden retirarse la dis-
tancia exigida. En este aspecto nos parece correcta la volatilidad de la
caballería, ya que sus retiradas son necesariamente más largas que las
de la infantería.
Sin embargo, no nos engañemos, CCA no pretende ser una si-
mulación 100°/o histórica. Las restricciones que el juego impone sobre
el control de las unidades, al tener que restringirnos a las cartas que
tengamos en nuestra mano, hacen que a veces sea difícil aplicar un
plan de batalla y pueda resultar más práctico aprovechar las oportu-
nidades que surjan o "poner parches" a nuestra línea. Tampoco se in-
la retaguardia (aunque el flanqueo en general sí es una táctica correcta
en el juego ya que nos permite "acogotar" con ataques a las unidades
rodeadas). La imposibilidad de retirar a nuestras tropas ligeras (ex-
cepto mediante el empleo de alguna carta especial) a través de hexá-
gonos ocupados por unidades amigas tampoco nos convence del
todo. Podríamos seguir con esta lista de pequeños "desajustes" histó-
ricos... Pero si lo que queremos es pasar un buen rato jugando entre
legionarios y elefantes, espadas y caballos, con partidas siempre dis-
tintas y emocionantes, CCA cumple como el mejor. ¿Y no se trataba
al fin y al cabo de eso. . . ?
 The King Sword of Rome
Commands Deluxe
Z-MAN GAMES GMT GAMES

De entre la miríada de novedades La primera edición de este título ya

recientes, nos ha llamado la aten- ganó hace unos años varios premios
ción este pequeño juego de cartas importantes: International Gamers

que usa como ambientación la fan-
tástica historia de Camelot, el rey
Arturo y sus caballeros. El autor del juego nos explica que el Arturo
ha muerto, Merlín ha desaparecido y el tesoro ha sido saqueado, y
ahora los caballeros (los jugadores) se disputan las últimas bolsas
de oro. Encontramos objetos como la corona de Arturo, la bola de
cristal de Merlín y la espada mágica Excalibur.
Hay que jugar combinaciones de cartas de espadas para poder
robar bolsas de oro a los demás jugadores (que pueden bloquear o
defenderse de los golpes). Los objetos mágicos tienen habilidades
especiales. Al final de la partida, quien haya conseguido más puntos
será coronado rey. Contiene 114 cartas. Diseñado para 2-6 jugadores
de 10 años en adelante.
Award en 2005, Origins Awards, Besf
Historical Board Game (2004), Charies
S. Roberts awards, Best Pre-World War 11 Boardgame (2004). Esta
nueva edición ampliada incluye mapa tablero montado en lugar de
papel, fichas más gruesas y una expansión para el 5° jugador.
Swond o/Rome pertenece al ya consolidado género de juegos de
escala estratégica en los que el mecanismo básico es la utilización de
cartasdeestrategiaparahaceravanzarlaacción(eventosestratégicos)
eimplementarvariasfiincionesdeljuego.Eljuegonospermiterecrear
las luchas a través de las cuales Roma acabó dominando la Península
ltálicaySicflia.Losbandosdisponiblesson:romanos,etruscos,griegos,
galos y cartagineses. Cada bando tiene peculiaridades muy marcadas
con sus ventajas o desventajas. Contiene 2 planchas de fichas, 1 tablero
de 55x85cm., 152 cartas, ayudas de juego, 2 librillos de reglas y dados.

Chalons: The Fate of Europe DEcisioN GAMEs

Decision Games fue publicando a lo largo de los años la serie de juegos Battles of the Ancient World/Batallas
del Mundo Antiguo. Primero salieron 3 volúmenes que luego desaparecieron y fiieron reunidos en una única
caja. Aunque por desgracia dicha caja está actualmente descatalogada, al menos este nuevo lanzamiento (que
vendría a ser el volumen 4 de la serie) nos ofrece la posibilidad de jugar una batalla con dicho sistema. El for-
mato físico es el de juego en carpeta en lugar de en caja, circunstancia que abarata los costes y que nuestro
bolsilloagradecerá.Estamosanteunwargamecuyasreglasseleenenunospocosminutosyquesehadiseñado
para jugarse en 1 hora.
La batalla elegida es la de los Campos Cataláunicos, también conocida como de Chalons. En ella se en-
frentan los hunos de Atila y sus aliados contra las fiierzas tambaleantes del lmperio. El diseño se centra en los
aspectosclavesparaconseguirunabuenasimulación,aunqueobviamenteprimalasencillezylajugabilidad.
Incluye un mapa de 43x56 cm,100 fichas, reglas exclusivas y reglas de la serie.

En vfi©j® T©ff©i® s®L®

DISTRIBUCIÓN DE |UEGOS DE MESA,WARGAMESY LIBROS

Tlf. 918060157 '[-

5E | DE§PERTAFERRU

Miniaturas
®M#;## MiNiATURAS ANDREA ®Mr#,.#:
Actualmente no es muy corriente encontrar una em- • La Edad Media ha §ido §iempre uno de los temas más apre(iado§.

Este busto medieval, `De§pué§ de la batalla (1250)', elegido {omo

presa española que cumpla más de un cuarto de
cubierta del actual catálogo es un buen ejemplo de ello. Ret §9-82ó.
siglo de existencia, sobre todo si se trata de una
marca de figuras en miniatura. En ese caso más que
tras mes, salen todas las creaciones de Andrea que
hablar de éxito podemos hablar casi de un milagro.
más tarde veremos en los concursos y en las revistas
Ya en 1984 los responsables de la marca, además
especializadas de todo el mundo. Actualmente se
de poner toda su pasión en cada figura, en cada
lanzan al mercado hasta cinco novedades cada mes.
libro, revista, creación, encargo o empresa, com-
Aparte de las más de 1.500 figuras en forma de
prendieron que para hacer de este mundo del kit para montar y pintar, Andrea ha ido añadiendo
hobby una forma de vida había que salir al exte-
a su catálogo todo lo necesario para su realización,
rior y vender las creaciones por todo el mundo.
empezando con una gama de pinturas acrílicas, y más
Desde el taller en la casa familiar, partiendo de
tarde en forma de gamas de colores específicas (tonos
la nada, hasta el estudio en la actual fábrica, tanto Carlos
de piel, set de blancos, negros, rojos, azules, metálicos, tin-
Andrea, el director de la marca, como su hermano, Fernando, a
tas...), pinceles y peanas. Para facilitar la tarea a los principiantes
base de invertir todo su tiempo y entusiasmo, han construido una
se han creado transferibles con distintos motivos, heráldicos, de-
empresa internacional de reconocido prestigio.
coraciones etc. y productos indispensables para los decorados,
En el catálogo de Andrea podemos encontrar figuras realiza-
como nieve o agua artificial, e incluso lana de acero para pulir el
das a diferentes escalas, desde la de 30 mm del ejército romano y
metal.
sus adversarios galos, con espectaculares dioramas de cientos de
Una nueva línea de foy soJdi.er, o figuras ya pintadas, nace bajo
figuras, o húsares franceses de la época napoleónica, hasta la escala
la marca `Black Hawk' y presenta colecciones de figuras como Lit-
de 54, 70, 80, 90 y 120 mm.
tle Big Horh, Zama, Northfield, The LAH Goose Stepping Parade,
Hoy en día Andrea se ha convertido en una gran empresa
los Templarios, etc. Figuras de gran calidad y realismo ensal-
industrial que se encuentra a la cabeza de la creación de
zadas en concursos, foros, revistas especializadas y exposi-
figuras en miniatura así como de libros ilustrados de his-
ciohes internacionales.
toria militar y de modelismo. La sociedad se encuentra
Otra actividad importante de la sociedad es la for-
actualmente implantada en el Polígono lndustrial de
mada por los trabajos especiales, que algunas empresas
Alpedrete, a unos cuarenta kilómetros de Madrid ca-
le encargan para reforzar su imagen y desarrollar sus pro-
pital. El edificio está compuesto por una nave principal
yectos de marca. Desde las colecciones de piezas de arti-
de dos pisos donde se encuentran las instalaciones de
llería de Planeta hasta otros encargos específicos de
lo que denominan `el estudio', y un almacén donde
instituciones y organismos, regalos de empresa, mer-
se desarrolla la otra actividad principal de Andrea,
chandising, juegos etc.
la edición de publicaciones y libros de historia o
consagrados a determinados aspectos del mode- < El (id, (§8-F51) en 90mm. aparece en abril de 2010 y e§ la ter(era

lismo y de la miniatura en general. figura del catálogo dedicada a esta leyenda medieval.

El departamento de creación de figuras sigue siendo

la piedra angular del estudio, pues en torno a el funcionan el resto
de los servicios: pintura, producción, comercial, administración,
almacén, etc. El departa-
mento de pintura tiene evi-
dentemente una relación
directa y privilegiada con los
creadores de las miniaturas.
De estos dos servicios, mes

<lmagen promo(ional de la serie

prepintada de Black Hawk `Los

Templario§'. f igura central BH0508.
[BIÉR©E§ ®®©§
www.mdsteemlriattmes.com SACRIFICI0 A LOS DIOSES
Referencia: DAG02
Gama: Goths/Germanic www.baucda.com
Estala: 28mm Referencia: 28SAC
Material: metal blanco Gama: Kleos
Formato de venta: bíster de Escala: 28mm
2 figuras a caballo Material: metal blanco
Precio: 9£ Formato de venta: pack
de varias piezas
bidas y pintadas por
Thomhiu Precio: 10,50€
Esculpidas por
C. Berni y S. Cavani
y pintadas por
C. Berni

&T::l
HOPLITAS
CLÁSICOS Y
ESPARTANOS
www.immortalminiatures.com
Referencia: Classic Greek Hoplites y Spartan Hoplites
Gama: The Peloponnesian War
Escala: 28mm
Material: plástico
Formato de venta: caja de 24 Gama: Sassanids
min iaturas multicomponente Escala: 15mm
Precio: 12£ Material: metal blanco
Esculpidas y pintadas por Formato de venta:
Stephen May Pack de 3 figuras a caballo
Precio: 3£
Esculpidas por Michael Lovejoy y pinta-
das por Simon Clarke
 #
`_Tci:::-*--1`,.,.`-?._ H --.=` :-,-: --)_._ jiL

SPARTA 11: TRAS LOS PASOS DE ALEJANDR0

Por Juan Segura
La historia del héroe mar. Sparffl 2 es un título adonde prima la acción sobre cualquier
macedonio que, hace otra faceta, inclusive la táctica.
2.000 años conquistó
un vasto imperio al MODOS DE JUEGO
frente de sus ejércitos, Este título ofrece mucho más que un modo historia. Su modo online
está en nuestras es interesante pero no pasa de notable. Permite jugar a varios usuarios
manos. Ahora pode- a través de una red local o de lnternet, pero no añade nada nuevo al
mos escribirla con las fiincionamiento del modo historia y además el número de mapas es
pulsaciones de nues- 1imitado pues no contiene edi-
tro mando. La secuela tor. Así que solo podremos ele-
de Sparta, la batalla de las Termópilas nos pone en \a.
gir entre los mapas de las
piel de Alejandro Magno y nos traslada a las campañas diferentes facciones. Sobre estas
y batallas más significativas de su vida. decir que los desarrolladores
Un tutorial, sencillo donde los haya, nos servirá han optado por el equilibrio, así
para aprender el sistema de control. Todas las selec- que no esperéis diferencias sig-
ciones se realizan con el botón izquierdo del ratón nificativas. Los héroes serán el
mientras que las órdenes y acciones se solicitan con el principal reflejo de cada civili-
derecho. Además, las construcciones fiincionan de zación. A pesar de que tienen
manera automática y no es necesario controlar las ta- construcciones y armamento
reas que se desempeñan en ellas. Las construcciones diferente no existen diferencias
serán importantes, aunque no abunden. Las minas nos proporcionan en su uso. El desarrollo será muy similar y por tanto es fácil que el
recursos y los cuarteles, nuestros preciados soldados. No faltarán desarrollo se vuelva monótono.
templos y demás edificios, aunque su importancia es relativa y se tra- Los gráficos son buenos, aunque menos espectaculares que los
duce en desbloquear algunas mejoras que harán más potentes y efi- de otros títulos. Lo más logrado son los cambios que sufrirán los es-
caces a nuestras tropas. El tamaño de las ciudades es limitado. No cenarios como consecuencia de nuestros actos. Ver un choque de bar-
podremos aumentar el número de habitantes de las villas constru- cos en alta mar es algo simplemente espectacular. Una refriega en un
yendogranjas;paraaumentarelnúmerodeciudadanosypodercrear bosque o una villa puede acabar con el lugar seriamente destrozado,
más soldados deberemos conquistar las aldeas que salpican el mapa. y los efectos de los disparos de las máquinas de guerra están muy tra-
Tenemos efectivos de dos tipos: héroes y soldados. Los primeros bajados.
suelen ser personajes famosos de cada civilización. La interfaz es clara y nos permite
Poseen habilidades que les convierten en luchadores avistar en un momento qué tropas
letales y su muerte puede significar la derrota. Entre están en peligro, o qué campesino se
los soldados normales podremos elegir entre 6 tipos encuentra ocioso. A nivel sonoro, la
de tropa. Eso sí, no habrá diferencias visuales. Cada música no pasa de buena en compara-
tipo de soldado se diferencia por el armamento. ción con la que ofrecen otros títulos si-
Las máquinas de guerra nos permitirán asediar milares como la saga Jmpcrz.vm, aunque
ciudades, derrumbar sí se debe destacar el excelente doblaje
murallas y llevar a nues- al castellano. En cualquier caso, no es
tras tropas al asalto de las un título

grandes capitales de la que introduzca demasiadas novedades

Antigüedad. La flota nos respecto a su precuela, es una conti-

permite combatir en el nuación en el sentido literal y mantiene

agua y abordar otros na- la misma mecánica de juego. Aunque
víos, pero su principal si os g\istó \a sa.ga. Imperivm o Caesar,
fiinción es la de transpor- no dejéis de comprarlo, no os decep-
tar a nuestras huestes por cionará.
 Filipo 11
asedia Bizancio
Los orígenes de la
poliorcética helenística
FILIPO 11 DE MACEDONIA FUE EL SOBERANO QUE DARÍA EL IMPULSO DEFINITIVO AL DESARROLLO
DE LA MAQUINARIA DE ASEDIO DURANTE LA ANTIGÜEDAD, AL AUNAR A UNA ENORME AMBICIÓN
LOS FONDOS NECESARIOS PARA ASUMIR UN PROYECTO DE TAL ENVERGADURA. DESDE QUE ASUMIÓ
EL PODER SE PROPUSO COMO META LA CREACIÓN DE UN EJÉRCITO PLENAMENTE EFECTIVO,
ACOMPAÑADO DE UN TREN DE MÁQUINAS CAPAZ DE DOBLEGAR LA RESISTENCIA DE CUALQUIER
RECINTO AMURALLADO. BIZANCIO, LA CIUDAD QUE LUEGO SERÍA CONSTANTINOPLA Y AHORA
ESTAMBUL, FUE UNA DE LAS PRIMERAS PLAZAS EN EXPERIMENTAR UN ASALTO CON ESAS NUEVAS
ARMAS QUE, SIN EMBARGO, NO FUERON CAPACES DE CONQUISTARLA.

por Rubén Saez

s relativamente poco lo que se conoce acerca del empleo ciones exitosas, como la captura de Selinunte e Hímera durante

E y de las características técnicas de la maquinaria de asedio

en el mundo griego, así como de las condiciones en las

que estos ingenios eran puestos en fimcionamiento. No obstante,

es posible esbozar una pequeña evolución de los avances obrados
en este campo.
ORIGEN DE LAS PRIMERAS MÁQUINAS
Las primeras evidencias relacionadas con las máquinas de asedio
las encontramos en los relieves del palacio de Asurnasirpal 11 de
Nimrud, datado en la primera mitad del siglo IX a. C. Entre la
abundante iconografia militar representada en sus escenas, des-
taca la aparición de numerosas torres móviles dotadas de arietes.
Pero sería el territorio griego la cuna de las principales innova-
ciones militares operadas durante la Antigüedad en el campo de
lapoliorcética,yenconcretolaciudaddeSiracusadesempeñóun
el año 409 a. C., gracias en parte a la presencia de poderosas torres
de asedio. A causa de la fdta de resultados en el bando siracusano,
la Asamblea de la ciudad eligió un nuevo cuadro de generales,
entre los que se encontraba Dionisio. Éste, tras deshacerse del
resto de mandos, convirtió Siracusa en un gran arsenal. La pre-
sencia de abundantes técnicos especialistas fii]ctificó en la apari-
ción de las primeras innovaciones de consideración.
La principal novedad llegó con la puesta en marcha de los
primeros ejemplares de piezas de artillería portátiles. Se cono-
cían con el nombre de gasfmp#efes ("vientre-arqueado") y su
fimcionamiento se basaba en la tecnología de tensión. El gczsfrfl-
p#efes no dejaba de ser más que un arco compuesto de grandes
dimensiones dispuesto horizontalmente sobre un marco de ma-
dera, a semejanza de las ballestas medievales. Al conjunto se le
habían añadido varios mecanismos complejos, entre los que

papel fiindamental. El fracaso ateniense en su expedición a terri- destacaba un trinquete lineal que permitía, apoyando el arco
torio siciliano entre los años 415 y 413 a. C. provocó que Cartago contra el suelo, forzarlo en movimientos sucesivos hasta llegar
intentara por todos los medios ampliar su área de influencia en la a su punto máximo de cargado. El alcance del nuevo ingenio se
isla. La campaña militar púnica dio comienzo con varias opera- situaría alrededor de los 250 metros, 50 metros por encima de

las posibilidades que ofrecía el arco compuesto, un incremento
enormemente significativo para el periodo. Por otro lado, gracias
a la complejidad de sus mecanismos, también era posible apun-
tar de forma más precisa.
Partiendo de estos diseños iniciáles, no tardaron en ser creadas
piezas de artillería cada vez más poderosas. Las máquinas de ten-
DESFIERTAFERRn i Ei
< Las l"E§ MWILE§ eran las máquinas
de asedio de mayor tamaño empleadas
en la Antigüedad. Con§tituían máquinas
tecnológicamente muy (ompleja§, al
acumular un elevado número de
ingenios menores en §u interior:
normalmente, disponían de ariete§
basculantes en sLis pi§os iníeriore§,
destinados a la apertura de brechas en
las muíallas ata(adas; en los pi§o§
siguiente§ contaban (on piezas de
artillería para tareas de bombardeo; a
la altura de la muralla se ubicaba el
puente de de§embar{o. protegido por el
fuego de cobertura eíectuado desde
baterias de {atapultas, (uya misión era
limpiar las almena§ de enemigos. EI
coronamiento de la torre solia verse
(ompletado con el de§pliegue de
iníantería ligera en tareas de apoyo.
Además se §olia disponer en §u interior
de odres o barriles de agua para
apagar los incendios (on que los
deíen§ores trataban de inutilizarlas.
siónposterioresalgflsírflphefesañadíandoselementosadicionales
quetambiénvolvíanaresultarfiindamentales:setratabadeltorno
ydelabase.Pormediodeltornoelartilleropodíaejercerunapre-
sión ilimitada, lo que conducía a la construcción de arcos más
grandes y potentes. Motivado por el aumento de peso se hizo ne-
cesarialapresenciadeunabase,cuyajuntauniversalpermitíadis-
EZ | DEspERTAFERRn

parar en cualquier dirección y a cualquier altura. Estas innova-
ciones se pusieron en marcha en torno al 350 a. C., tan sólo unos
años antes de la aparición de la revolucionaria tecnología de tor-
sión. El alcance de estas máquinas, así como su potencia, suponía
un verdadero salto cualitativo, al ser capaces sus flechas de perfo-
rar las armaduras de los soldados a una distancia de hasta 400 me-
tros. No obstante, la innovación más importante de esta segunda
fase evolutiva llegó con la adaptación de la máquina para lanzar
piedras, lo que exigió la introducción de algunos cambios signifi-
cativos en el diseño del arco con el objeto de dotarlo de una mayor
resistencia y potencia. Algunos de estos ejemplares eran capaces
de disparar piedras de hasta 13 kilos a unas distancias en torno a
los 275 metros.
FILIPO 11, ARTÍFICE DEL TREN DE
MACEDÓNICO
Existen muchas discrepancias acerca de si ya existía un arsenal
macedónico de maquinaria bélica cuando se produjo el ascenso
de Filipo 11 al trono, aunque las evidencias existentes al respecto
hacen pensar que no. El primer contacto del monarca macedo-
nio con la artillería le resultó bastante adverso: en su enfrenta-
miento contra Onomarco de Fócide el 354-353 a. C., su
contrincante dispuso varias piezas de tensión en una zona de co-
linas. Apoyándose en el fuego proporcionado por estos ingenios
consiguió derrotar a Filipo. Aunque las piedras arrojadas por
estos ingenios serían de pequeño calibre, de en torno a unas 5
libras ( 1,6 kilos), lo que impedía su utilización contra recintos
amurallados, sí tenían la suficiente potencia como para resultar
letales como arma antipersonal.
Este primer y desafortunado encuentro tuvo consecuencias
inmediatas, pues ese mismo año Filipo 11 creó un cuerpo de in-
su parte superior e inferior, destinados a alojar en su interior una
madeja de cuerdas de tendón trenzadas. Los marcos se ensambla-
ron por medio de diferentes piezas hasta dar rigidez y cohesión al
conjunto. El núcleo de las catapultas de torsión quedaba consti-
tuido por un bastidor de madera de forma rectangular, dotado de
dos largueros y de cuatro postes. Junto a cada uno de los extremos
de los largueros se ubicaba un orificio Ülontzmc#), tanto en la parte
inferior como en la superior, que servía para alojar los dos muelles
de cuerda. Si bien en un primer momento no estarían presentes,
un poco posteriormente en cada uno de esos orificios se situaría
un mod¡.oJws (cojinete cilíndrico y hueco de bronce o hierro) con
un ep!.z/g!.s (barra de hierro) que actuara como retén de la madeja
de cuerda. Respecto al resto de elementos de las piezas de artilleria,
seguía manteniéndose la caña que había caracterizado a las piezas
SITI0 de tensión anteriores. Se trataba de una barra de madera con una
ranura longitudinal de sección en cola de milano en su cara su-
perior. Encajada en esa ranura había otra barra móvil conocida
como corredera que, justo en su parte superior, poseía una ranura
para guiar la dirección de la flecha. En la parte posterior se dispo-
nía el dispositivo de gatmo bífido y el torno consistente en un trin-
quete lineal. Para poder armar las catapultas se desplazaba la
corredera hacia delante, de modo que la garra pudiera atrapar la
cuerda, inmovilizando el gatillo. Acto seguido, se hacía retroceder
la corredera hasta la posición retraída con la ayuda del torno, de
tal manera que se lograran tensar los brazos. Al soltar el gatillo, la
cuerda quedaba liberada e impulsaba la flecha por el canal de la
corredera.
El principal valor de las nuevas maquinas de torsión residía
en que su potencia era muy superior a las de tensión, a lo que se

genieros al mando de Polibio el Tesalónico, el primer técnico del

que se tiene constancia dentro del ejército macedónico. El resul-
tado de esta concentración de medios y esfiierzos fructificó en la
puesta en marcha de las primeras piezas de artillería de torsión,
que supusieron una revolución tecnológica tan significativa como
el propio descubrimiento de la catapulta. A pesar del considerable
avance que había supuesto la aparición de las máquinas de tensión
de diseño avanzado, las potencialidades del arco compuesto no
tardaron en alcanzar sus límites máximos. Del estudio de los di-
ferentes materiales que componían los arcos compuestos se llegó
a la conclusión de que eran los tendones los responsables de pro-
porcionar la potencia al arco, lo que derivó en el desarrollo de las
máquinas de torsión. Los nuevos ingenios tenían una mecánica
totalmente diferente a los anteriores, utilizando como elemento
propulsor la torsión de haces de tendones animales, crines o ca-
bellos humanos alrededor de bastidores de madera.
El arco de las máquinas de tensión fiie sustituido por dos ar-
mazones de madera, dentro de los cuales se hicieron agujeros en

> CABEZA DE ANET[ en bron(e, 0limpia, {omienzo§ del s.V a. (. (Museo de Olimpia).

Nótese la (abeza de carnero que adornaba ambos laterales del ariete.

 DESPERTAFERRD | E3

< Hoplitas AmL"lID0 LO§

MUROS de una ciudad,

390-380 a.C. Monumento a

la§ Nereidas, Xantho§, Licia

(Museo Británi(o).

Tracia sería la si-

guiente presa de las

sumaba una mayor precisión en el tiro. Al contar con un incre-
mento significativo en cuanto a su energía, se basaban en un sis-
tema de fiiego más directo y menos parabólico, lo que permitía
extraer de ellas un mayor rendimiento. La complicación tecnoló-
gica de los nuevos diseños pronto acarreó significativas transfor-
maciones dentro de las tropas macedónicas, y así los ingenieros
pasaron a acompañar al ejército en sus expediciones, y aparecen
también unidades permanentes especializadas en las diferentes
tareas de asedio. Estos contingentes serían los encargados del
mantenimiento de las máquinas en un estado de operatividad óp-
timo, así como de su montaje y desmontaje.
Desde que alcanzó el poder, Filipo había buscado extender
sus dominios por medio de la fiierza de las armas. Durante la
Guerra de los Aliados (357-355 a. C.) logró poner fin al poderío
naval ateniense y de sus aliados en el norte del Egeo, y en la Ter-
cera Guerra Sagrada (356-346 a. C.), unido a la anfictionia dél-
fica, encabezada por Tebas, conquistó Tesalia, extendiendo sus
dominios hacia el corazón de Grecia. Fue, precisamente durante
este conflicto armado cuando se produjo el bautismo de fiiego
del tren de asedio de Filipo ante los muros de Olinto en el año
348 a. C. En este sitio, el monarca macedonio desplegó sus nue-
vas catapultas de torsión para lanzar flechas, máquinas que le
ayudaron a tomar la ciudad. El ataque ha quedado documentado
arqueológicamente con la presencia de puntas de flecha de
bronce de hasta 7 centímetros de longitud y con un eje de 1 cen-
tímetro de diámetro, que llevan grabado el nombre de Filipo en
un claro caso de propaganda política.
armas macedonias
entre los años 343-
342 a. C. Tras el so-
metimiento del
territorio tracio sólo
era cuestión de
tiempo que el área del
Bósforo entrara den-
tro de las ambiciones
del soberano, y más
cuando sus ciudades
establecieron una
alianza con Atenas,
archienemiga de Ma-
cedonia. Fue frente a
Perinto el año 340 a. C. cuando se utilizaron a gran escala los me-
dios técnicos disponibles en el arsenal macedónico. Allí Filipo des-
plegó sus J¡eJepoJ¡.s o torres de asedio de hasta 24 m de altura y que
a distintos niveles contaban con arietes basculantes. En los pisos
correspondientes al nivel de la muralla se situaron baterías de ca-
tapultas de torsión, mientras que en lo alto, en posición domi-
nante, había cuerpos de arqueros y lanzadores de jabalina. Sin
embargo, la llegada de refiierzos procedentes de Bizancio obligó
al ejército macedonio a retirarse. Las cosas no le irían mucho
mejor a Filipo durante el posterior sitio de Bizancio. La ciudad
ocupaba un lugar de elevado valor geoestratégico al hallarse a la
entrada del Bósforo, lo que le permitía controlar las rutas comer-
ciales entre Europa oriental, los Balcanes y el Egeo e impedía que
nadie accediera al Ponto Euxino sin su consentimiento.
Losasaltantesmacedonioslograronabrirunabrechaenelpri-
mer recinto por medio del empleo de arietes y de las obras de mi-
nado. No obstante, tras superar este primer escollo, las fuerzas
macedónicas hallaron frente a sí una enorme resistencia que les
impidió seguir progresando. La situación quedó estabilizada hasta
queseprodujolaintervencióndeAtenasydesusaliadosenayuda
de los habitantes de Bizancio. La flota aliada que acudía en auxilio
de los sitiados al mando de Cares fiie derrotada inicialmente por
el navarca macedonio Amintas y obligada a retirarse, pero Cares
fiie sustituido por el general ateniense Foción, que finalmente
obligó a Filipo a replegarse sin haber conseguido sus objetivos. La
supremacía naval de los atenienses resultó fimdamental para obli-
gar a los sitiadores a levantar su campamento, y así el asedio ma-
cedonio de Bizancio fue la primera ocasión en la que quedó
E4 | DEspERTAFERRn
demostrado empíricamente que una ciudad costera bien abaste-
cida de tropas y de víveres era imposible de ser rendida por la
fiierza de las armas, aún cuando se concentraran sobre ella consi-
derables medios materiales y humanos. Durante este asedio se
forjó la leyenda acerca de la intervención sobrenatural de Hécate
Fósforos en ayuda de los sitiados: esta divinidad habría agitado
las antorchas en medio de la oscuridad, descubriendo la presencia
de las tropas macedonias que intentaban asaltar los muros. Los
perros de la ciudad respondieron ladrando, lo que alertó a los sol-
dados bizantinos de que se estaba produciendo el ataque. En re-
cuerdodeestaayudadivinalasautoridadesdeBizancioordenaron
erigir un monumento y adoptaron como símbolo de la ciudad la
media luna, símbolo de la Hécate, que empezó a aparecer en sus
acuñaciones monetales.
A pesar de la enorme ventaja táctica que le proporcionaba su
considerable tren de asedio, Filipo 11 jamás pudo tomar ninguna
ciudad de consideración con la ayuda de sus nuevos ingenios. Esta
probadaineficaciasirveparademostrarque,apesardelosavances
obrados en el campo de la poliorcética, las estrategias defensivas
seguían imponiéndose sobre las ofensivas.
ALEJANDR0 MAGNO, DIGNO SUCESOR DE SU
PADRE
Alejandro Magno no despreció la herencia militar recibida de su
padre y prosiguió con el empleo de la maquinaria bélica diseñada
por los ingenieros macedonios, intentando introducir todas las
mejoras posibles en cuanto a sus diseños. Para ello se valió de los
servicios de ingenieros altamente cualificados como Quereas, Dia-
des, Posidonio o Filipo, discípulos de Polibio el Tesalónico.
Los técnicos que operaban al servicio de Alejandro fiieron un
paso más allá, mejorando el diseño de las piezas de artillería de
torsión hasta lograr crear la máquina conocida como J!.fJ¡oboJos.
Si bien, hasta ese momento los ingenios sólo habían permitido el
lanzamiento de flechas, la nueva creación introducía en su arma-
zón las modificaciones necesarias para arrojar piedras. El calibre
de los proyectiles arrojados por el jz.fhoboJos resultaba muy ele-
vado, desde los 3 hasta los 58 kg de peso. Este considerable incre-
mento en cuanto al peso de los proyectiles tendría importantes
consecuencias desde el punto de vista poliorcético. La potencia y
capacidad de fiego de esta nueva máquina provocaban que, tras
concentrar sus proyectiles sobre un deteminado punto, pudieran
incluso provocar daños de consideración sobre los recintos amu-
rallados. Atrás habían quedado las máquinas de escasa potencia
que tan sólo podían fiincionar como arma antipersonal, que ac-
tuaban como elemento de apoyo en el avance de las grandes torres
de asedio y en las operaciones de asalto.
El primer gran asedio llevado a cabo por Alejandro Magno
tuvo como escenario la ciudad de Halicarnaso el 334 a. C. En él
tomó parte el tren de asedio desarrollado por los ingenieros de Fi-
lipo 11, así como las piezas de artillería de nueva creación. La im-
portancia de este sitio resultó fimdamental de cara a las
operaciones fiituras, pues le permitió al caudillo macedonio ad-
quirir la experiencia necesaria para abordar el complicado asedio
de Tiro tan sólo dos años después. Frente a esta plaza, Alejandro
ordenó a su ingeniero Diades la construcción de una ricJq)oJi.s de
53 m de altura, a imitación de los diseños empleados en Macedo-
nia hasta entonces. El ingenio contaba con veinte pisos de altura
y se desplazaba por medio de ocho ruedas de grandes dimensio-
nes.Duranteelasedio,laspiezasdeartillerialan2adorasdeflechas
se emplearon para limpiar las almenas, mientras que las que arro-
jaban piedras fueron usadas para batir los muros. Este empleo
combinado, simultaneado con el desplazamiento de las torres a
través del espigón y con el ataque desde el mar, permitió doblegar
la resistencia de los sitiados después de muchos meses de asedio.
Por fin, y tras intensos años de mejoras, el arsenal de maquinaria
macedónico empezaba a proporcionar los resultados esperados,
permitiendo la captura de uno de los enclaves mejor defendidos
de todo el mundo antiguo.
EPÍGONOS Y DIÁDOCOS, LA DIÁSPORA DE LA
TECNOLOGÍA MILITAR
La verdadera difusión de la tecnología
militar en lo que a conocimientos polior-
céticos se refiere se produjo después de
la muerte de Alejandro Magno. La diás-
pora de las tropas griegas que habían to-
mado parte en la campaña asiática, en su
vuelta a casa, incidió notablemente en la
dispersión de la tecnología monopoli-
zada hasta entonces por Macedonia.
• Defensores de una ciudad LAHZAHDO PIEDRA§ contra
los ata{antes desde la5 muíalla§, almenadas. }90-
380 a.(. Monumento a la§ Nereidas, Xantho§, Li(ia
(Museo Británico). Entre los guerreros §e puede ob-
servar a una figura Íemenina gritando y (on gesto
horrorizado.

Como consecuencia directa casi todas las ciudades griegas incor-
poraron las piezas de artillería a sus sistemas defensivos.
Los soberanos que sucedieron a Alejandro concedieron una
notable importancia a las investigaciones en el campo de las téc-
nicas de asedio. Generales de la talla de Pirro y Alejandro del
Épiro, Antígono Go#aías, Antíoco I Sofer, Ptolomeo 11 F!.JadeJ/o o
Demetrio PoJ!.o7icefes dedicaron buena parte de sus recursos a la
investigación sobre tácticas militares y maquinaria bélica. Fruto
de este interés por las artes militares se desarrollaron las máquinas
deasediomásgrandesquehabríadecontemplartodalaAntigüe-
dad. Sólo dentro de este marco de constantes innovaciones es po-
sible comprender el porqué de que Demetrio pronto acompañara
su nombre con el apelativo de PoJ¡.orcefes que, literalmente, signi-
fica "tomador de ciudades''. Esta asimilación de un concepto mi-
litar al reinado proporcionaba un elemento de prestigio y servía
como gesto de propaganda política, buscando infundir temor
entre sus rivales por la supremacía continental.
A finales del siglo IV a. C. Antígono Mo#ofiflJmo y Demetrio
PoJz.orcGf€s mantuvieron la supremacía militar, en cuanto a medios
técnicos, entre los sucesores de Alejandro. No obstante en el siglo
111 a. C. esta hegemonía pasó a la dinastía Ptoloméica, que regía
los destinos de Egipto. Los arsenales de Alejandría adquirieron
un gran peso, descubriéndose en su interior las fórmulas de cali-
bración para las piezas de artillería de torsión y floreciendo nota-
bles técnicos como Ctesibios. Ingenieros como Agetor de
Bizancio, Dionisio de Alejandría, Caronte de Magnesia, Ninfo-
doro, Democles, Difilos, Abdaraxos o Dorio estuvieron al servicio
del ejército de Alejandro Magno o, más probablemente, de sus su-
cesores, y es que con los conocimientos actuales resulta imposible
ubicarlos con precisión en el tiempo. El elevado número de inge-
nieros operativos así como la creciente importancia que adquirie-
ron durante este periodo, también resultan reveladores del papel
que ocuparon las técnicas de asedio. Fue tal la consideración social
que adquirieron, que podían acceder a los banquetes oficiales e
incluso disponer de una pensión anual que garantizara su fideli-
dad. Todo esto conducía a que en un asedio, a menudo, se enfren-
taran frente a frente no sólo los ejércitos sino también las
capacidades de los diferentes cuadros técnicos.
En el asedio de Rodas del 305-304 a. C. chocaron los talentos
de algunos de los ingenieros más cualificados de su tiempo. En el
ejército atacante, bajo las órdenes de Demetrio PoJz.orcefes, se en-
contraban el ateniense Epímaco y Zoilo, mientras en el bando de-
fensor quedaban alineados primero Calias de Arados y, más tarde,
Diogneto. De cara a completar el asedio con éxito, Demetrio or-
denó la construcción de una torre a gran escala que pesaba en
"én Saez Doctor en Historia por la Universidad Compluteme de Madrid, es autor de una docena de libros relacionados con:,:`':
la guerra de sitio a lo largo de la Historia. Galardonado con el Premio Nacional de Defiensa en el año 2004, ha dedicado buena
parte de su investigación a la reconstrucción de máquinas de asedio a escala real. Este trabajo práctico se ha plasmado en la cre-
ación del Parque Histórico de máquinas de asedio en la localidad de Albarracín (Tleruel), que reúne más de 45 modelos de difierentes
#cas históricas. Más infiormación en: www.rubensaez.com
DESFIERTA FERRn | E5
torno a las 150 toneladas y estaba poderosamente armada con más
de 16 catapultas de diversos calibres. Para contrarrestar este inge-
nio, Rodas contaba con uno de los mayores arsenales artilleros de
la Antigüedad. En última instancia, el ingenio del principal técnico
defensor impidió que la plaza pudiera ser tomada, lo que revela
que, la disposición de un amplio tren de asedio y de técnicos cua-
lificados no era garantía suficiente para lograr el éxito.
Muy interesante resultó también el renacer tecnológico
obrado en Siracusa a finales del siglo 111 a. C., principalmente de
la mano de Arquímedes. Este sabio aplicó sus conocimientos ma-
temáticos al mundo militar para crear ingenios poderosos, mu-
chos de ellos especialmente curiosos. Desarrolló piezas de
artillería de grandes dimensiones, capaces de arrojar piedras de
un tamaño descomunal, e interesantes resultaban también las pie-
zas dotadas de contrapesos, algunas de ellas capaces de levantar
los barcos en el aire, para volver a dejarlos caer sobre las aguas.
Arquímedes también construyó artilugios con series de espejos
metálicos en forma de parábola que, por medio de reflectores so-
lares, permitían incendiar embarcaciones desde la distancia. Las
innovaciones obradas en Siracusa van indisolublemente unidas a
la presencia de un genio como Arquímedes. No obstante, los ar-
senales de la ciudad todavía continuarían en uso incluso después
de la conquista romana, siendo tal su importancia que proporcio-
naron gran parte de las máquinas de asedio que las legiones em-
plearon durante la Segunda Guerra Púnica. Roma prosiguió la
carrera armamentística comenzada varios siglos atrás en la propia
Siracusa y que había tenido como escenario de excepción el Reino
de Macedonia.
BIELmERAFÍA BÁslEA
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