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Infantería de línea
mm .,. Y próximamente:
Guerra Civil
Española 15mm
Gunboats
É JE. .É` _É
ldeales para:
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Superado el Trece#fo, dad de hierro que con s de peste negra y calamidades parece lla-
mar a difuntos al Medievo, el Qw Íroce#fo fue en ltalia un riodo de efervescencia. En el plano político
la miríada de estados ita]ianos s
e compitiendo ferozmen sin que se produzca la transición a una
monarquía nacional como sucede n otras partes de Europa; 1 individualismo de las com«77e, las aspi-
raciones papales y las ambiciones e los señores siguen fracc onando a la península, campo abonado
para que algunos de nuestros protag nistas, como Francesco Sf za, se labren su propio estado. EI Sforza
es quizás el ejemplo señero de cond tiero, hábil en los asuntos e la guerra, pero no menos en la diplo-
macia y la gestión económica de su ompañía de fortuna. Y es ue también las realidades económica§
cambiaban, y los condotieros van a r tanto guerreros como -j ás hubieran consentido ser así llama-
dos- casi comerciantes o banquero gestionando con una vis fi anciera muy aguda sus recursos. En el
plano cultural eclosionó el Huma mo, con la recuperación de os modelos clásicos y el lento desplaza-
miento del teocentrismo mediev por una visión del mundo ue colocaba al hombre en el centro del
Universo. Las lecturas de las obr históricas grecolatinas infl irán en la visión de la guerra de los con-
dotieros tanto como el arte c o en la decoración de sus ar aduras, que se ornan aJJ 'a#Íi.ca.
Y la guerra, la guerra sie re presente. Pero una en la que el recurso a los mercenarios, por
oneroso que fuera, sirve que los estados puedan div sificar sus energías, y que la convierte en un
fenómeno en cierta me( a menos carnicero que en latitudes. Los capitanes de ventura, los con-
dotieros, articularán incesante guerra, con sus ca ios de bando, sus capturas y rescates, y su men-
talidad aún cabal esca pero ya trufada dem/nidad capitalista. A esos hombres dedicamos este
/,/SíguenosenEyenww.despertsterro-ediciones.com
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> EI DESARROLLO DE L^ MMADUR^ €n la ltalia del oüd#roc£nío condujo a que lo§ jinete§ y §u§ monturas i
adquirie§en e§te a§pecto acorazado. La armadura de acero de niiestro condotiero §e in§piía en la ÁManí
amovr del Kelvingrove Mu§eum, Glasgow, asi conocida porque tiene inscrita la palabra ayaní -iadelante!-,
elaborada en el taller milané§ de Giovanni Corio alrededor de 1440. §u casco es una óa¢vfl de tipo
italiano, y a §u die§tía cuelga iina e§pada "bastarda" o de mano y media. Estas e§padas, que coniaban {on
hojas de entre 85 y 110 {m, podían §er empuñadas con una o dos mano§, dado que el de§arrollo de la§
proteccione§ corporale§ hizo que a menudo se de§ectiara el escudo. Las protec{iones ecuestíe§ también evo-
Iucionaron y de las anteriores bardas de mallas §e llegó a otra§ de placas, nece§aria§ para píoteger a la
montura del ataque de alabarda§, pica§ o de la artillen'a. Sabemo§ que en 1445 el duque felipe "el Bueno"
de Borgoña pidió una "barda de acero hecha a la manera de una brigandina". La que aqui repre§entamos r*L._
es la primera amadura (ompleta de caballo que se con§erva, producto del taller milanés de Pier lnnocenzo
ti.#
capizari# Ü +riEF#
Gola
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Testera
Grupera
DESPERTAFERRO
presenta
XVI. EN ESTE ESQUEMA, LA INVASIÓN DE ITALIA POR EL REY FRANCÉS CARLOS VIII EN 1494 FUE
UN ACONTECIMIENTO QUE EVIDENCIÓ LA DEBILIDAD DE LA ORGANIZACIÓN MILITAR ITALIANA Y EL
PODERÍO DE LOS INCIPIENTES ESTADO NACIÓN FRENTE A LA CIUDAD ESTADO. EL HISTORIADOR RO-
MÁNTICO iuLES MICHELET INCLUSO ACREDITABA LA EXPANSIÓN mcLA EL NORTE DE LAS CORRIENTEs
CULTURALES E INTELECTUALES RENACENTISTAS A LOS EJÉRCITOS FRANCESES.
sta visión tradicional de la guerra en ltalia sigue viva y re- tos internos y extemos a la península ltálica, remarcando que es
E flejalaprofiindainfluenciadeNicolásMaquiavelo(1469-
1527), que condenó enérgicamente el empleo de
mercenarios por parte de los estados italianos en buena parte de
necesariocomprendereldesarrouomilitaritalianoensuspropios
términos. Los mercenarios han comenzado a verse como parte
de la sociedad en la que sirvieron y como una faceta más de un
sus obraLs -EI Príncipe, 12, 13; Del arte de la guerra, 1., Discursos sistema mihtar mucho más
sobre la primera década de Tito Livio, 2.20-. MaquiaNelo vda, en complejo y variopinto.
ese empleo la causa de la pérdida del espíritu marcial nativo, que Esta reinterpretación de la
directamente condujo a la humillación militar a manos de poten- guerra en ltalia, aún en
cias extranjeras, algo de 1o que él mismo fiie testigo. La historio- curso, intenta compren-
gadoreshanintentadoreducirladistanciaentrelosacontecimien-
de la sociedad ita- -:¥ri-',``
DESPERTAFERRU | 7
tificación de §a§soíorte. que acaba de §er conquistada (§obre una de sus torre§ aparece
sitiador. Hay muchos y variados elementos en e§te original fresco, aunque es presa de
de los estados y fiieron precursores de los ejércitos más perma- ñón en 1305 creó un vacío de poder que los papas trataron de su-
nentes de la segunda mitad de dicho siglo. plir con legados, entre los que estuvieron Betrand du Poujet
(1320-24) y Gil Albornoz (1353-1367). La situación se vio agra-
EL TRECENT0 vada por las intromisiones de los emperadores del Sacro lmperio,
Los ejércitos "nativos" del s. XIIl consistían en unidades de in- que rutinariamente ``descendían" a la península, a veces aliados
fantería que reflejaban el orgullo y belicosidad locales. El cambio delpapa,avecessusoponentes.ElemperadorEnriquedeLuxem-
burgo vino a ltalia en 1310-11, causando estragos; el emperador
> Fortaleza de CAmlwEC0Ilo, Verona. Era el castillo m᧠importante perteneciente a la Ludovico de Baviera lo hizo en 1328 y ayudó a que Castruccio
Íamilia DELLA §CALA (§caligera), que a la sazón gobemaba §obre la ciudad. Es de mediados
Castracane capturara Pisa, otorgándole el título de duque. Las in-
del siglo XIV, y realizado §egún las premi§as má clási{as de la ingeniería militar del mo-
cesantes guerras del primer Trecenfo hicieron que los contempo-
mento. El rasgo más peculiar es el puente Íortificado, una de cuyas Íunciones §ería la
de pÍoporcionar una huida §egura a la guarni{ión, aunque también una entrada directa
ráneosclamaranporlapaz:DanteAlighieri(m.1321)yMarsilio
para la ayuda a la mi§ma. La Íamilia Della §cala fue una de la§ más poderosa§ di"tías de Padua (m. 1342) condenaron este estado de las cosas, del que
dirigentes durante el §iglo XIV, llegando a englobar bajo su
culpaban a las ambiciones seculares del papado.
gobierno a un buen número de ciudades del norte de la
_ ,JLL
talanes; los primeros asociados
con los Angevinos de Nápoles,
los segundos con la rama an-
gevina de Hungría y los últi-
mos con el Reino de Aragón,
que dominaba Sicilia. Gran
número de soldados ingleses
llegaron en la segunda mitad
del s. XIV, aprovechando tre-
guas durante la Guerra de los
Cien Años: la famosa Compa-
ñía Blanca y John Hawkwood,
© Wikimediacommons el capitán más grande de la
> LA BA"lJA DE " ROMANO, de Paolo Uccello,145ó. Realizada en tres parte§, representa época, llegaron a ltalia en 1361, tras la paz de Brétigny. Pero la
en tre§ epi§odío§ la batalla entre florentinos y siene§es. eitcuentro que finalizó con la
mayor parte de los mercenarios eran nativos, a menudo proce-
victoria de los florentinos.
dentes de regiones como Romaña o Umbría, incluyendo los go-
Unciclodepesteyhambrequecomenzóenlaterceradécada bemantesdepequeñosestados,comoelclanMalatestadeRímini
del s. XIV empeoró la situación, desatando una competición por o los Este de Ferrara, o poderosas familias como los Orsini y Sa-
los menguantes recursos que intensificó el ritmo de la guerra. Pese velli de Roma.
a los riesgos y problemas logísticos, se movilizaban ejércitos para Se ha relacionado la transformación en la naturaleza del ser-
intentar golpear al enemigo aprovechando sus horas bajas. La vicio mercenario desde el empleo de individuos aislados en el
D%ece#fo a las bandas del Trece#fo con la expansión de las ligas
peste negra de 1348 fiie una catástrofe demográfica que redujo la
militares, en las que los estados entraban para combatirse y de-
población en un tercio, si no a la mitad. Pero las rivalidades entre
fenderse de las incursiones de príncipes extranjeros. Las ligas, o
ciudadesparecenhaberserecrudecido,sobretodoaresultasdelas
ÍagJ!.e, componían ejércitos conjuntos a los que cada participante
agresivas políticas de los Visconti de Milán, que ampliaron sus
aportaba un contingente -fagJÍ.a-. Esta tradición se remontaba
miras más allá de Lombardía, enfrentándose al papado y a buena
al s. XIl y la gran liga lombarda que derrotó al emperador Fede-
parte de la península, en particular a Florencia y a sus aliados a
rico 1 en Legnano, en 1176. Hacia la segunda mitad del s. XIIl se
finales del s. XIV y comienzos del XV. El historiador Hans Baron
crearon una serie de ligas güelfas, encabezadas por los angevinos
describió a los milaneses de la época como una fiierza maligna,
de Nápoles y su aliado, el papado. Daniel Waley sostiene que las
comparándolos con los nazis de la Segunda Guerra Mundial,
ligas suponen una "fase central" en la extensión del sistema mer-
mientras veía en Florencia a la defensora de la libertad y las vir-
cenario, al offecer empleo durante largo plazo a soldados que pa-
tudes republicanas.
saron de estar ligados a un estado a ligarse a su capitán. La liga
Pese a la notoriedad de las guerras de los Visconti, en realidad
güelfa toscana de 1305 incluía un contingente de 300 caballeros
lamayoríadelosconflictosenltaliafiieronlocales,entreciudades
mercenarios al mando directo del capitán aragonés Diego de La-
y sus feudatarios y pueblos sometidos, y no han recibido la ade- rrat. De Larrat permaneció con la liga hasta 1313, con sus tropas
cuada atención por parte de los investigadores. La violencia ex-
de cabauería fluctuando entre 200 y 300 hombres y con un grupo
terna estaba intrínsecamente unida a las rivalidades dentro de los
de 300-500 infantes almogávares. Durante parte de ese tiempo
estados. Los gobernantes desterraban a sus opositores, que se
de la Rat residió en Florencia, donde se convirtió en una figura
unían entonces a los enemigos en campaña contra sus ciudades conocida: Boccaccio lo hace aparecer en su Decameró# como un
natales. intrigante que gana los favores de la sobrina del obispo con di-
Esta situación incrementó el recurso a los mercenarios. Los nero fálsificado.
continuos conflictos creaban una demanda de soldados, mientras La carrera de Diego de Larrat presagió la de los grandes ca-
queelfaccionalismoloshacía,alserforasteros,másatractivos,ya pitanes de mediados del s. XIV, que mandaron ingentes bandas
queeramenosprobablequeinterviniesenenlosasuntosinternos autónomas de mercenarios, las compag#Í.e d]. ve#£#r¢. El mismo
de la ciudad contratante. Esta lógica ya estaba presente en la tra- fenómeno sucedió en Francia, con las compañías libres fomadas
dición, que se retrotraía al s. XI, de emplear a un podcsíó no ciu- durante las treguas de la Guerra de los Cien Años (1337-1453).
dadano como responsable del gobierno de las comunas. EnltalialosejemplosseñerosdeestefenómenofiieronlasGran-
La ya mentada implicación de los emperadores del Sacro lm- des Compañías que operaron entre 1340 y 1360, compuestas
perioenltaliasupusolallegadadetropasforáneas,queamenudo principalmente por alemanes y con una organización a medio
permanecían en la península y buscaban allí empleo. Según un camino entre un séquito feudal y un negocio, ya que se autode-
investigador, unos 10.000 alemanes habrían estado activos en lta- nominaban soc¡.e£cz íes -sociedades-, el mismo término empleado
lia entre 1320 y 1360. A ellos se unieron ffanceses, húngaros y ca- porlasfirmascomerciales.Seestructurabandeacuerdoaunaje-
DESFIEím FERFID | g
rarquía interna, con un tesorero que distribuía los beneficios, se- alemanes. Fue reemplazada en la segunda mitad del s. XIV por la
"lanza", consistente en tres hombres, caballero, escudero y paje,
cretarios para redactar cartas y notarios que se encargasen de los
temas legales. En época de paz, las compañías se dedicaban a su y tres caballos. La "lanza" se convirtió en la unidad estándar de
ocupación más rentable: saquear la campiña y extorsionar a ciu- caballería en la ltalia del Q#c!ffroce#Ío, creciendo en la segunda
dades y pueblos. mitad del siglo hasta incluir cuatro, cinco e incluso seis hombres
Se ha escrito mucho sobre las compañías, cuyos excesos reci- ycabauos.
bieron abundante atención por parte de los cronistas italianos, Lapagaeradesembolsadabiencomounmontantetotalalca-
pero las causas precisas que e]plican su existencia no están claras, pitán, que lo distribuía entre sus hombres, o más habitualmente
ya fiiesen factores como las plagas y hambrunas de la época, ya como mensualidades que el estado pagaba a cada miembro de la
fiiesen tendencias intemas en la profesión. Los investigadores ita- compañía.Loscapitanesnormalmenterecibíanunpagoporade-
lianos han asociado la emergencia de las bandas como el punto lantado en calidad de préstamo que les ayudase a reunir a su
másbajodelaorganizaciónmilitarlocal,cuandolainfanteríana- banda, una suma que se deducía de su fiitura remuneración. Los
tivaysusvirtudesdesaparecieron.Peroestepuntodevistaesuna contratos también establecían la división del botín, el pago de bo-
hipérbole ya que, de hecho, solo hubo unas pocas grandes com- nificaciones, la compensación por caballos heridos -me#dc!-, así
como un programa mensual de inspecciones al contingente para
pañías activas en la península; las milicias cívicas y la infantería
nativa siguieron presentes, aunque fiiese en una forma bastarda. cerciorar que estaba adecuadamente pertrechado y en orden.
Además, las compañías, pese a su pésima reputación, fiieron a Estos contratos muestran la naturaleza capitalista de la guerra
menudofiierzasdecombatemuyefectivas;laindómitaCompañía en ltalia. Había recompensas monetarias -paga doble- por vic-
Blanca inglesa al servicio de Pisa en 1364 provocó miedo y admi- torias "significativas", compensación por las monturas heridas y
ración en toda ltalia, sus técnicas fiieron muy imitadas y uno de penalizaciones por no conservar el equipo en estado de revista. A
sus capitanes, }ohn Hawkwood, fiie el comandante más eficaz de los soldados nomalmente se les permitía quedarse con todo bien
su época. mueble que capturasen, así como con una parte de los rescates, y
Sea cual fiiese su valor militar, la amplia participación de sol- el estado contratante recibía tierras y castillos, aunque a menudo
dados extranjeros en las guerras de ltalia tuvo una destacada im- había desavenencias sobre estos temas.
Durante todo el s. XIV la mayor parte de los contratos fiieron
portancia en términos sociológicos y culturales. Los ejércitos
italianos acercaron a hombres de diferentes orígenes y lenguas y de corta duración, entre cuatro y seis meses. Un tipo especial de
de distintas extracciones sociales, y se convirtieron en uno de los contrato, la co#doífw Í.r¡ aspe#o, oftecía periodos más largos, per-
espacios de interacción más particulares de Europa, lugares de mitiendo a un capitán, habitualmente uno destacado, que pelease
autodefinición en los que operaban las nociones de etnicidad y para otros empleadores siempre y cuando regresara cuando se
nación. necesitase. Por este compromiso recibía un salario continuo, nor-
malmente un tercio de su paga regular. La coÍ.do## i.# aspeífo ser-
víaparaquelosestadosseasegurasenserviciosmáspermanentes,
CONDOTTE
Una de las fiientes de información más completas con que con- yhaciaels.XVladuacióndeloscontratos,especialmentelosde
Venecia y Milán, se incrementaron, extendién-
tamossobrelosmercenariosylasrelacionesconsusempleadores
dose al año. Estos contratos se han con-
son los contratos, o co#doffe. Han sobrevivido muchos, la mayor
siderado como un avance
parterelacionadosconcapitanesdecaballeríamercenarios,yde-
importante hacia los ejércitos
tallan minuciosamente las obligaciones entre soldados y estados.
I.a primera cláusula normalmente estipulaba el número de sol- permanentes de mediados
de siglo.
dados que debía aportar un capitán, expresado en caballos o en
Pero, como con
unidades como barb#fe o "lanzas". La barb#Ía estaba compuesta
todas las fiientes lega-
pordosjinetesydoscaballos,yerahabitualentrelosmercenarios
les, los contratos
constituían un
> MlülEL[1T0 AT"DOLO, detalle de la obra £a Baía//a d€ Jan Aomano, de Paolo Uccello,
145ó. En el contexto de una de las guerra§ entre Florencia y §iena §e da e§ta batalla ideal y no pue-
de §an Romano, en la que el ejército florentino al mando de Niccoló da Tolentino soÍ- den conside-
prendió a la§ fuerzas siene§as y lanzó (ontra ella§ un osado ataque. §olo la oportuna
llegada de una fuerza aliada bajo Micheletto Attendolo, aqui repre§entado, decantó la
una guía
jomada a Íavor de los Ílorentinos. La (ompañía de este (ondotiero, de la que ha §o.
brevivido excepcionalmente parte de §u documentación administratíva, enroló durante para la or-
su larga existencia (unos treinta años) a uiio§ ó00 condotieros menore§. Gra(ia§ a e§tos
ganiza-
papeles, sabemos que de todo e§te número solo de§ertaron }1. De lo§ caído§ en acto
ción y
de servicio, Z5, solo 15 lo hi(ieron en batalla. Los archivo§ de e§ta compañía de ventura
§irven de reíerencia para el estudio de la épo(a y otro§ de los grande§ condotieíos práctica
contemporáneos, como Gattamelata. Piccinino o §an§everino, por poner tres ejemplos militar:
{aracteíístico§.
In i DESPERTAFERRn
es más importante, los contratos a corto plazo, de cuatro a seis que eran vistos como opuestos. Mientras que Sforza, de una adi-
meses, no significaban forzosamente empleo temporal y desmo- nerada familia terrateniente, era conocido por su buena planta y
vilización una vez vencidos. El ejército florentino durante el s. desdejovenemergiócomouncapitáncontodaslasdelaley,Brac-
XIV, por ejemplo, retenía a sus mercenarios duante largos pe- cio da Montone, un exiliado de Pemgia, cojeaba y tuvo una carrera
riodos, volviendo a contratar a los mismos hombres con contratos oscura hasta bien entrado en la treintena. Empero ambos tuvieron
de corta duración una y otra vez. Esta continuidad iba acompa- mucho éxito. Sforza confiaba en un leal cuadro de tropas reclutado
dados, con los oficiales quedándose con aquellos que más se y desplegaba con cautela en contraataques. Braccio, al contrario,
fiaba en la velocidad y la osadía, y dividía a sus hombres en pe-
habían distinguido. Así, estas co#doííe servían para controlar el
estado de las tropas, aunque de facto eran servicios a largo plazo, queños escuadrones que iba gradualmente sumando a la batalla.
Esto mantenía a su ejército fiesco y facilitaba su control, que al
al margen de los términos del contrato.
contrario que los de Sforza no provenían de sus tierras.
La evidencia contractual también tiende a sobreestimar el
Los s/orzesch¡. y bmcceschi., tal y como se conocía a sus segui-
papel de la caballería, ya que la mayor parte de las co#c!offe que
dores, han atraído mucha atención investigadora. No eran tan an-
han sobrevivido se refieren a dicha arma. Algunos investigadores
titéticos como pueden parecer a primera vista. Ambos confiaban
sostienen que la caballería superaba a la infantería en diez a uno
en una férrea disciplina y coordinaban los movimientos de la ca-
en la segunda mitad del s. XIV, pero la infantería siguió siendo
ballería con los de la infantería, que jugaba un papel importante.
una parte importante de los ejércitos y, de hecho, la realidad es
Es mejor entender a s/orzeschi. y brflcceschi. como facciones que
quelascifias,cuandosomoscapacesdeverificarlas,muestranuna
apoyaban a condotieros rivales, fiindadas en amistades y lugares
granparidad.Y,enalgunoscasos,lainfanteríaessuperiorennú-
de origen. Incluyeron a la mayor parte de los capitanes más des-
mero, incluso en ejércitos actuando en las llanuras de Lombardía:
tacados del siglo, y perduraron en el siguiente, tiempo después de
elejércitomflanésquederrotóálcondedeArmagnacenAlessan-
que los hombres que les dieron nombre hubiesen muerto.
dría, en 1391, consistía en 1.000 lanzas y 4.000 infantes.
SforzayBracciosevieronlascarasenjuniode1424enAquila.
Normalmente la infantería estaba compuesta por portadores
El primero salió victorioso, en parte gracias a que uno de sus ca-
de pavés y ballesteros, e incluía también gwflsfaíori. y zapadores
pitanes, Jacopo Caldora, había combatido junto a Braccio y cono-
que minaban las fortificaciones, limpiaban caminos y hacían cía bien sus prácticas. El propio Braccio fiie capturado y muerto.
mucho del trabajo sucio. Habitualmente no estaban encuadrados
En el choque participaron un rosario de nombres ilustres, muchos
en unidades, aunque su número era a menudo significativo, en
de los cuales tendrían luego notables carreras. Entre otros estaban
particular durante los asedios. Los ballesteros solían trabajar in- Niccoló Piccinino y Erasmo da Narni (conocido como Gaffame-
tegradosconlospaveseros,quesecolocabandelantedeellospara
Jaí¢),quecombatieronenelbandobñflcccscJ#.,yNiccolóTolentino,
protegerlosmientrasdisparaban,unatácticaquesehabíademos- que estaba con los s/orzesch¡.. La batalla destacó también por su
trado muy efectiva en la batalla de Campaldino, 1289. La ballesta crudeza y algunas crónicas afirman que casi 3.000 hombres mu-
era un arma importante, empleada tanto en batalla como contra rieron. Esto contradice el famoso dicho de Maquiavelo sobre ba-
aquellos que intentaban escalar los muros de una ciudad. Otros tallas "incruentas" debido al desinterés de los mercenarios en las
misileseranpiedraslanzadasdesdeedificiosomediantetrabucos. mismas.
Para la defensa de las muallas de Pisa en 1363 se emplearon rocas, Tras la batalla de Aquila, el periodo entre 1424 y 1454 fiie im-
ballestas y hasta un avispero que se lanzó contra el enemigo.
portante en el desarrollo de los ejércitos y la guerra en ltalia, con
una intensificación de los conflictos entre ciudades. Venecia, que
EL QUATTROCENTO durante el s. XIV se había preocupado sobre todo por sus activi-
El arte de la guerra durante el s. XV ha recabado la mayor parte dades ultramarinas, comenzó a implicarse en los asuntos terrestres
del interés académico. Mantuvo muchos de los rasgos anteriores, y se embarcó en una serie de guerras contra Milán, en las que se
perolosinvestigadoreshantendidoaanalizarsudesarrolloenre- vieron envueltas Florencia y buena parte del centro y norte de la
lación estrecha con el resto de Europa, conceptuando a ltalia península. Los estados papales seguían convulsos, y el papa Mar-
como atrasada. Pero la época fi]e testigo de cambios importantes: tín V, tras su elección -que puso fin al cisma de Occidente- in-
la escala y el alcance de los conflictos creció, acompañada por in- tentó restaurar el orden. Mientras tanto, Alfonso V de Aragón
novaciones en artillería y fortificaciones. Los estados comenzaron ( 1396-1458), rey de Sicilia, heredó en 1421 el trono de Nápoles y
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DINÁMICAS DE EXPANSIÓ
EN LA PENÍNSULA ITÁLIC
contexto en el que se desarrolla
Ia era de los-condotieros
SIGLOS XIV/XV
HUNGRÍA
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IMPERIO
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comenzóaguerrearparaconsolidarsuposiciónenlaregión,cosa
que consiguió con éxito hacia 1442. Italia también debía de hacer
ffente a una amenaza extema, la de los turcos otomanos, que en
B-unquBlavictariafihuBsparalosara-
su avance hacia el oeste habían tomado Constantinopla en 1453.
gonBSBs. quB Bxpulsa
La paz de Lodi, en 1454, estabflizó la realidad política en la penín-
cBSBs 8 imponBn una
sula, pero no fienó las rencillas locales ni el avance otomano. Ve- frBntB dBl rBini] dB N
necia hizo fiente a ofensivas turcas en Friul -1470-y Dalmacia BntoncBs, Ias aragan
-1477-. BIBmBnti] más en la li
SuprBmEl'a.
Ante estos retos, los ejércitos aumentaron en tamaño. Michael
Mallett ha estimado que las fiierzas venecianas y milanesas, que \_t t_\,_.\\ Casa de/
\-&J
en la década de 1420 contaban con 10-12.000 jinetes, crecieron
hasta 20.000 en las de 1440 y 1450. Este aumento estuvo acom- si_tilia
pañado del recurso a co7¡cZoííe anuales, que ahora incluían explí- másduaderas\conlainfantería,empleqhdounareservamásper-
citamente cláusulas detallando el servicio a prestar en periodos manemle de Prowisionati.
de paz. Venecia se puso a la vanguardia, y hacia 1433 mantenía En cualquier caso los -condotieros sigúieron siendo una parte
en época de paz una fiierza de 5.000 jinetes y 2.000 infantes. En importante de los ejércitos, con relaciones de servicio más pro-
su caso hay que tener en cuenta factores adicionales, como su uni- longadas: Piccinino estuvo al fiente de los ejércitos milaneses du-
dad política, sus escasos territorios para el reclutamiento en ltalia rante 20 años; Gattamelata trabajó la mayor parte de su carrera
y sus ffonteras en expansión, que requerían vigflancia constante. para Venecia. Un grupo de condotieros leales a la ciudad de los
Esta tendencia hacia fierzas más permanentes también sucedió canales acabo siendo conocido como los manchesctii., por san Mar-
en Milán. Bajo Filippo Maria Visconti (1412-1447) la ciudad se cos, patrón de Venecia. Los responsables políticos trabajaban para
dotó con un cuerpo de/flm¡.gJ!.ari., una unidad de caballería reclu- mantener atados a estos hombres a su estado con recompensas
tada directamente de entre los círculos cercanos a Filippo. Milán como pensiones y entregas de tierras. Esto último, una especie de
empleó Janze spezzafe, "lanzas rotas", que no estaban al servicio feudalismo,loemplearontantoMiláncomoVenecia,yservíatam-
deningúncondotierosinoqueerancontratadasdirectamentepor bién para proporcionar proyección a zonas fronterizas. Los vene-
el estado, que designaba a sus capitanes. En la década de 1420, la cianos, por ejemplo, otorgaron al condotiero Carmagnola los
ciudad lombarda tomó 700 Jfl#zc spezzaíe del antiguo ejército de pueblos de Chiari y Sanguinetto, el primero en la frontera con
BracciodaMontoneenAquilaylosdispusoensqwadrealmando Brescia y el segundo controlando el cruce del Po y las rutas hacia
de un comandante escogido. Los venecianos hicieron lo mismo, Verona desde el sureste. Así se honró a Carmagnola y, además, se
creando así un núcleo de caballería permanente al servicio del es- reforzaron las defensas venecianas en puntos clave. En Milán, con
tado. Además, tanto Venecia como Milán incidieron en relaciones Francesco Sforza (1450-1480), esta entrega de feudos creó un
IZ | DESF'ERTAFERRU
grupo de condotieros/vasallos directamente ligados a él, lo que le aparición de coJc¡ÍcrflJ!., oficiales permanentes responsables de la
permitió consolidar su control sobre la ciudad. administración global del ejército, y que reemplazaron a los pro-
Pese a todo el debate sobre la ``domesticación" de los condo- vveczi.£or!. del siglo anterior, nombrados ad hoc. En Venecia, Bel-
tieros durante estos años por las autoridades estatales, está claro petro Manelmi ocupó el cargo de coj4ferflJe durante 30 años, con
que también se asistió a un incremento del estatus personal de amplios poderes. En Milán el puesto ganó relevancia con Fran-
estoscapitanes,aunquelarelaciónexactaentreambosfenómenos cesco Sforza, que lo empleó para crear un cuadro permanente de
no está clara. La evidencia contractual muestra que los capitanes oficialesprofesionales,queincluíasoldadosentareasadministra-
renombrados conseguían cláusulas más favorables que antes, in- tivas. En ambas ciudades el aumento de fiierzas permanentes es-
cluyendo el derecho, como en la co7zcZo#a ad prov!.si.oítem, de for- tuvo acompañado por un sistema más normalizado de
mar su propia banda en la manera en que desease. El condotiero alojamiento para la soldadesca. Milán contaba con un comm!.ssa-
Bartolomeo Colleoni estuvo durante su carrera al servicio de va- rí.o czegJ¡. aJJogi.¢me#fi. para supervisar el comportamiento de las
rios empleadores e intentó crear un dominio privado en Romaña tropas.Elestadomanteníalosalojamientosmediantegravámenes
en1476,unajugadaquerecuerdaalasdesuspredecesoresmenos impuestos a las comunidades rurales. María Nadia Covini ha su-
dóciles del s. XIV. gerido que estas tasas y en general el mantenimiento de los ejér-
También la noción de un cambio hacia ejércitos permanen- citos suponían un trasvase de recursos desde las zonas rurales al
tes debe ser analizada con cautela. Elementos de permanencia estado, por lo que la transformación del ejército de Milán estuvo
pueden rastrearse en el pasado, como en las guarniciones de íntimamente relacionado con su consolidación política.
fuertes durante el periodo de las Comunas o el empleo de mer- Pero existían notables diferencias entre ejércitos, y no todos
cenarios durante tiempo prolongado por parte de Florencia en eran tan grandes. El cronista veneciano Marin Sanudo estimaba
el s. XIV. Ya en 1369, el gobernante de Milán, Bernabó Visconti, en 1439 que los tres mayores ejércitos de la península eran los de
instituyó una fuerza permanente de prow!.sz.o#afí., formada por Milán, Venecia y Nápoles, cada uno con alrededor de 20.000 ji-
un pequeño grupo de nobles milaneses ataviados con capas netes. Los de Florencia y el papado, los otros mayores estados,
rojas, aunque puede entenderse como una especie de guardaes- eran sustancialmente menores, con menos de 4.000 caballeros.
paldas. La diferencia con el s. XV parece haber sido más de Los intentos de consolidar el control estatal sobre estos ejércitos
grado, ya que mayor número de hombres de armas entraron en no siempre tuvieron éxito. El rey Alfonso de Nápoles intentó en
servicio permanente, al margen de las guarniciones que, claro 1443 crear una fiierza permanente de 1.000 lanzas bajo su control
está, siguieron existiendo. Los cambios estuvieron acompañados directo, reclutadas de sus tierras solariegas, pero se le opusieron
por modificaciones a nivel administrativo que regularizaron los barones locales, por lo que tuvo que recurrir a capitanes mer-
> La introducción y desarrollo de la§ armas de fuego, con la artilleria como protagonista,
Íue uno de lo§ condicionantes que impul§aron iina lenta e irrever§ible evolución de los
si§temas de deíen§a e§tática. Las antig" Íortificacione§ medievales, en las que primaba
tanes mercenarios. El papado intentó organizar su ejército nom- en los asedios. Su influencia es evidente en la construcción de
brando familiares de papas y cardenales para puestos clave. Pier fortalezas, que mejoró mucho en la segunda mitad del s. XV.
Luigi Borgia, sobrino del papa Calixto 111, fiie capitán de los ejér- Los muros fiieron engrosados y se aumentó su inclinación, con
citos papales en 1457, y Antonio Piccolomini, familiar de Pío 11, énfasis en bastiones bajos. Pero estos cambios no fueron tanto
ocupó su puesto en 1460. El ducado de Saboya, un pequeño es- una respuesta directa a la pólvora como parte de un amplio
tado piamontés, apenas empleó mercenarios, manteniendo una impulso hacia la experimentación en la guerra que incluyó
caballería feudal compuesta por vasauos del duque y una infan- cambios en la castramentación, en la construcción de fortifi-
tería ciudadana. caciones temporales o en el desvío de ríos. Este impulso deri-
En cualquier caso, la noción de ejércitos permanentes era vaba de la evolución artística y humanística que se estaba
ampliamente aceptada a mediados del s. XV, al menos en teoría, dando en ltalia. Algunos de los más destacados ingenieros mi-
aunque no fiiese siempre implantada. Por ejemplo era propuesta litares eran también artistas y arquitectos renacentistas, entre
en tratados militares como el de Diomede Carafa, que trabajó ellos León Battista Alberti y Leonardo da Vinci. Entendidos
para Alfonso de Nápoles. El hijo y sucesor de Alfonso, Ferrante, en este contexto, los cambios en la poliorcética durante la era
pudo crear una fuerza permanente de 1.256 lanzas y algunas de la pólvora parecen más una evolución que una revolución.
unidades de infantería que seguían el exitoso modelo de los ejér- Este revisionismo también se ha proyectado sobre la inva-
citos españoles. También los florentinos, hacia el final del siglo, sión francesa de 1494, el momento crucial en la historia militar
comenzaron a alinearse con la práctica del resto de estados. de ltalia. El historiador humanista Francesco Guicciardini atri-
Algunos estados experimentaron con la caballería. Así, los buía el éxito francés sobre todo a sus cañones, que eran más
venecianos introdujeron caballería ligera, los sfr¢Í!.oÍ¡. de Al- grandes, más móviles y más efectivos de los hasta entonces vis-
bania, que ofrecían mayor maniobrabilidad y flexibilidad, es- tos en la península. Hay pocas dudas sobre el mayor dominio
pecialmente útiles contra los ejércitos otomanos. También se francés, y noreuropeo en general, de la artillería, pero algunos
produjeron cambios en la infantería y, aunque los estados ita- investigadores italianistas remarcan la familiaridad local con
lianos no desarrollaron nada equivalente a los piqueros suizos el arma y cuestionan su importancia en el éxito transalpino.
coetáneos, cada vez emplearon más infantes en papeles ofen- Sostienen que el ejército invasor francés no era, en sustancia,
sivos. Braccio da Montone introdujo un infante armado con diferente de las fuerzas que ya operaban en ltalia, y que su
espada y broquel, ligeramente armado para un combate ofen- avance fue fundamentalmente facilitado por la quiebra de la
sivo cuerpo a cuerpo. Cada vez se emplearon más armas de red de alianzas en ltalia. Florencia se ha llevado gran parte de
fiiego y, en la década de 1430, los ejércitos venecianos y mila- la culpa por no ser capaz de bloquear adecuadamente sus pasos
neses introdujeron compañías especializadas de escopeteros, a través de los Apeninos, lo que permitió que los franceses lle-
schi.oppcfi.cri.. También surgieron capitanes de infantería que, garan casi sin impedimentos hasta Nápoles.
como sus pares de caballería, establecieron relaciones durade-
ras con los estados empleadores. Diotisalvi Lupi fue capitán de
algunas unidades de infantería veneciana durante 30 años y
BIHLlnERAFÍA BÁslBA
hecho caballero de la República en 1447.
El papel exacto de las armas de fuego sigue siendo un tema HalE, J. R. (lgEn): EUErra y sD[iEdad E!n la Eumpa del RBmEimiento.14Ein-
debatido. Los cañones ya se empleaban en el s. XIV durante lEizn. MEidrid: MinistEriD dE DEfE!nsa.
los asedios, a menudo junto a los trabucos que lanzaban rocas. MallEtt, M. (1974): Wgrcgnar/.gs and Í^£/.r Masí£rs. TDtDwa: RDw"n and Lit-
para defender las murallas de una ciudad. A mediados del s. P.igra, F . (+#ER:)..11 RinasBimBntD 8 la crisi militBrB italiana.Tor.im.. Ei"utii.
XV la artillería había ganado en tamaño y movilidad, y los ejér-
W"Mi,E.(lRqL-Üm.,Sti]riadBllBcDmpagniBdivBnturainltaliazvals.Turii"..
citos disponían de trenes de artillería a gran escala. El precio
Pümba.
de la pólvora bajó, y con ello la fiabilidad de las armas. Pero
StEphan,S.(ZODI):Ogvíschg£Zj/dngrí.m/fE/Í.Endgsrrg4gníü.TübingEn:NiE-
tal y como aceptan la mayor parte de los investigadores italia-
mE!yer.
nos, los efectos de la revolución de la pólvora fueron limitados
en la península. Cañones y armas de fuego no decidían, toda- > Bibljografía cDmplEta i3n www.dBspertafe"-EdiciünEs.Büm
#mamcqfienoesprofiesordeHistoriaMedíevdenlavanderbtiturtiversity,Estadosurtidos,yestáespecjatizadoenlatransicióm
entre el Medievo y el Renacimiento en ltalia. Ha investigado en profundidad el papel de los mercenarios en la península itálica,
desfacmdo a esfe respccfo sws J!.bros Mercenary Companies and the Decline of Siena Íj998) y John Hawkwood, English Mer-
cenary ín Fourteenti Century ltaLy (2006), que ganó el premio Otto Grundler de la Western Michingan University en 2008 como
mejor libro en estudios medievales.
14 | DESPERTAFERRH
DENOMINACIÓN Y SU MODO DE
VIDA A LA CONCESIÓN DE UNA CON-
DorT:A, 0 CONTRATO, POR UN EM-
PLEADOR, NORMALMENTE UN
PRÍNCIPE, BARÓN 0 CIUDAD, AL QUE
PROVEERÍA LOS SOLDADOS QUE LU-
que podían esperarse de una milicia nacional. ¡Incluso afirmaba condotieros y la guerra que llevaban a cabo, y en este
que esas guerras no eran guerras reales! Sus batallas habrían sido artículo veremos lo adecuadas que eran algunas de sus concep-
meros encuentros incruentos, parodias de batallas entre merce- ciones tácticas y lo sangriento de sus batallas. Incluso el ejército
narios rivales preocupados tan solo en aparentar ante sus emple- de César Borgia, que Maquiavelo veía como el modelo de tropa
adores, que serían luego amenazados con el empleo de la fiierza, profesional y permanente por el que los estados italianos debían
esta vez real, si el dinero no fluía. ``Las guerras comenzaban sin optar, contaba con una elevada proporción de mercenarios
miedo, continuaban sin peligro y concluían sin pérdidas': escribió entre sus filas. Y respecto a las batallas en que combatieron, sim-
en un £aimoso pa.saL;e (Historia de Florencia, V.L). plemente las listas de bajas ponen en evidencia la etiqueta de
DESPERTAFERRü | 15
> Estatua e(uestre en bron(e del condotiero BARTOLOME0 COLLEONl (c.1400-1475), por Andrea del Verrochio y Ale§§andro Leopardi.1488. Asesinado §u padre y expulsado del Íeudo de
Trezzo §ull'Ada, Bartolomeo comenzó §u (arrera (omo e§(udero con (atorce años. Militó junto a diver§os capitanes ha§ta qiie en 1431 pasó al §ervicio de la república de Venecia. Bajo
sus banderas, al mando de 300 lanza§, luchó (ontra Milán, sucesivamente a las órdenes de Carmagnola. Gríanírancesco Gonzaga y Gattamelata. En 1441, Íirmada la paz entre Venecia
y Milán, pasa con 1.500 lanzas al §ervicío de su gobernante Filippo María Vi§conti, pero este lo hizo en(arcelar en 144Ó acusado por §u rival Piccinino de (onnivencia con su antiguo
empleador. Libre tras la muerte del Vi§{onti en 1447, lucha al mando de France§co §forza para la eíímera repúbli(a Ambro§iana, y en 1448 vuelve al §ervicio vene(iano con 500 lanzas
y 400 infantei. Pero otra vez las intriga!. en este {aso de Gentile da Leonessa. hacen que tenga que abandonar la §eñoría y volver al §ervicio milanés. junto a Francesco Síorza, ya
§eñor de la ciudad. En 1453 regre§ará a Venecia. en lo que los milane§e§ con§Íderaron una traición, y al servi(io de la ciudad de lo§ canale§ amasará Íortuna y honor. En 1475,
presintiendo la muerte, entregará el bastón de comandante. Legaba la mayor parte de su§ bienes a la §eñoria, a cambio de qiie §e erigiese una estatua ecue§tre.Y aunque Verrochio
no retratase §us fa(cione§ +s dudo§o que sc (ono{ie§en-, ese roitro duro y arrogante "exulta titáni{o poder y energía" (Pa§savanL G., (19Ó9): yw/oc(A/.o.. jcv/píur£J, pa/.ní/.mgJ and
dmw//.ngí, london). §in duda un testimonio plá§tico imponente de Lina vida dedicada a la! armas.
> BIA§óN de Bartolomeo Colleoni. en el que campean tres pare§ de te§tículo§. Capitel del castillo de Malpaga pro-
piedad de§de 145ó del (ondotiero Bartolomeo (olleoni, que lo convirtió en §u residencia. (olleoni e§taba orgullo§o
de §u patronímico: Íimaba lo§ documentos oficíale§ como co/ew Jel latín para testículo- y él mismo de§{ribe
su e§cudo de ama§ como "nuestro bla!ón y el de nue§tra Íamilia. en el que §e pueden ver arriba do§ cojone§
-co//.ono+ blancos en campo rojo y abajo un cojón rojo en campo blan{o".
© Wikimediacommons/Giorces
IE | DESFIERTAFERRn
Guerra de los Cien Años, dejó a muchos soldados franceses e años más tarde Werner estaba de vuelta, esta vez al servicio de los
ingleses sin empleo, y gran número aprovecharon la oportuni- húngaros, que habían contratado a su compañía para que les ayu-
dad de combatir en pos de beneficio. dase en su invasión de ltalia.
Y más allá de simplemente aterrorizar a las ciudades vecinas,
estas actividades de las aparentemente incontroladas bandas pa- HAWKWOOD: TÁCTICAS DESMONTADAS
rece que las hacían atractivas para determinados empleadores, y En 1361 una nueva fuerza apareció en la escena italiana en la
sus contratos crecieron. El caballero suabo Werner of Urslingen
guisa de la famosa Compañía Blanca, así llamada porque sus
es un buen ejemplo: él y sus hombres fueron empleados por vez
miembros mantenían sus armaduras brillantemente bruñidas.
primeraenltaliaporlafamiliadellaScaladeVerona,otrosdeesos También fiieron conocidos como los !.ngJes!. porque eran, fun-
tiranos locales cuyos castillos les servían de protección contra su
damentalmente, hombres que habían participado en las guerras
propia gente. Cuando el famoso Cangrande della Scala murió en de lnglaterra en Francia y porque fue bajo el mando de un in-
1329, Werner continuó sirviendo a su sobrino Mastino 11, que dis-
glés, sir John Hawkwood, con el que la compañía ganó su mayor
gustó a sus mercenarios al sellar una paz humillante con sus ene-
renombre.
migos. Sin necesidad de tropas a sueldo, Werner y sus hombres
Los caballeros de la Compañía Blanca preferían combatir a
fiieron pagados y despedidos, pero en lugar de regresar al hogar
ofrecieron de inmediato sus servicios a Pisa, amenazada entonces pie en unidades de tres: dos hombres de armas y un paje que
quedaba con sus caballos dispuestos. Una característica muy
por Florencia. Ese año de 1342 fue testigo de cómo esta recién "inglesa" era el uso del arco largo, pero también se equiparon
bautizada "Gran Compañía" de 3.000 hombres vagabundeó por
toda la ltalia central, luchando por cualquiera que quisiera em- con armas de asedio, constituyendo un ejército disciplinado,
listo para cualquiera que quisiese emplearlo. Su reputación era
plearla o extorsionando a quien no lo hiciese. Solo los boloñeses
resistieron lo bastante como para conseguir una tregua sobre sus tan formidable que en una ocasión, cuando se retrasaron para
tierras, por la que la banda transitaba pacíficamente hasta entrar luchar a favor de Pisa contra Florencia, los pisanos disfrazaron
en otro territorio. Al final las ciudades lombardas pagaron a la a sus propios hombres para que pareciese que eran la Compañía
Gran Compañía para que se marchara a casa. Sin embargo, cinco Blanca y consiguieron que los florentinos se retirasen.
por lo que le regatean suministro§ y recursos. También algunos FramBscD §forza llEga a la zona
de §u§ condotiero§ (lo§ hermanos Piccinino) maniobran {ontra
amBnazada miEntras dBsdB la rBt@-
él, acto§ de cua§i rebeldía que no puede castigar habida cuenta
guardia sB prEparan los rBfuErzos.
de la diíícil §ituación en la que §e encuentra. En cuanto a lo§ DE la rEsisteni:ia Bn 81 fnsD dBPBndE
prBciDSO.
DESFIERTA FERRÜ | 17
Sir John Hawkwood y su Compañía Blanca proporciona- las bombardas no habían disparado y que las murallas de la
ron un servicio mercenario de alta calidad y fiabilidad a sus Toscana seguían en pie, así que con bastante razón retuvo la
patrones italianos. Pero hubo muchas quejas, porque ser un paga de Hawkwood, una situación que duró hasta que el noble
soldado de fortuna significaba tener que hacer fortuna siendo sir John raptó a un cardenal y lo retuvo hasta conseguir su res-
soldado. El saqueo era una necesidad económica, ya fuese para cate.
conseguir bienes para su patrón con los que este pudiese pagar En 1385 sir }ohn luchó con Padua contra Verona y consi-
la tarifa estipulada, ya fuese para hacer frente a cualquier ne-
guió una espectacular victoria en la batalla de Castagnaro, tras
cesidad en caso de retrasos en el pago. En mayo de 1375, al ser-
abandonar el sitio de Verona con una falsa retirada y atraer al
vicio del papa, Hawkwood marchó hacia Toscana con un
ejército veronés a su destrucción junto al río Adigio. Con esta
ejército que incluía las últimas versiones de bombarda para de-
batalla el poder de la familia della Scala de Verona se extinguió,
moler las murallas de Florencia. No le sorprendió cuando en-
y las habilidades de Hawkwood como comandante y héroe mi-
viados florentinos salieron a su paso en la frontera de su
litar se vieron muy realzadas. Siguieron más campañas, y a su
territorio; aunque no intentaron persuadirle para que cam-
muerte en 1394 el mismísimo rey Ricardo 11 de lnglaterra,
biara de bando, le preguntaron cuál sería el precio para que
nada más y nada menos, pidió que se mandara a su patria el
Florencia quedase incólume. Sir John dio su precio y los flo-
cuerpo del "último soldado valiente" para ser enterrado con
rentinos consiguieron negociar que su ciudad quedase in-
honores. Ningún mercenario podría haber pedido más.
demne durante cinco años por esa suma. Las noticias del
acuerdo rápidamente se propagaron, y no mucho después
Hawkwood había negociado pactos de no agresión similares LAS DOS ESCUELAS RIVALES
con Siena, Arezzo, Pisa y Luca. Fue la campaña más rentable Con la muerte de Hawkwood el tiempo de los condotieros ex-
y menos belicosa de todas las que el bravo sir John había em- tranjeros en ltalia comenzaba a apagarse, y los nombres que
prendido, y por una vez se confirmó la caricatura de "batallas descollan en los anales ya no serán ingleses o alemanes sino
fingidas" que más tarde pintaría Maquiavelo, salvo que ni si- italianos. Andrea Fortebraccio, más conocido como Braccio
quiera hubo esos choques fingidos. Pronto el papa supo que da Montone, fundó una escuela de pensamiento militar, la
Lb:a§rgddB:r:daeB:!gBn%a°;°:Cca:O#or:sue#;aBD:TB;s::
La batalla:
Ó'5io#--,n.
braccescfl, que tendría un enorme impacto en la guerra en lta- prometido desde tiempo atrás la mano de la hija del duque. En
lia. Era reputado por su precisión táctica y su énfasis en la ve- los primeros años de la década de 1430 se mandó a Sforza para
locidad, el choque y la rápida rotación de pequeñas unidades, que se pusiera del lado de las ciudades de las colinas contra el
como resumía el dicho "A tus soldados los guía un brazo - nuevo e impopular papa. Tuvo tanto éxito que Filippo María
br%cÍ.o-, al resto sus pies", en comparación con otros capita- Visconti se alarmó ante los seguidores y las tierras que su em-
nes incapaces de controlar a sus hombres.
pleado estaba reuniendo y, en una ruptura de su contrato, las
Su rival Muzio Attendolo hacía hincapié en la cautela y retuvo para sí. Mientras tanto Piccinino había sido enviado en
prefería acumular fuerzas en el campo de batalla en un es- una misión similar pero, obedientemente, entregando todas
fuerzo coordinado para noquear al enemigo. Estos enfoques sus conquistas a su patrón.
no eran en modo alguno tan rígidos como pudiera parecer, y
Según sus relaciones con el Visconti se deterioraban y em-
de hecho ambos se mezclaban a menudo para permitir las va-
peoraba la perspectiva de casarse con su hija, el oportunista
riaciones que las circunstancias dictasen. Realmente los brac-
Francesco, verdaderamente un condotiero, se pasó al gran rival
ceschi. y los s/orzeschi. fueron sobre todo facciones de
de Milán, Venecia. Una guerra a gran escala entre ambos es-
condotieros, unidos o no por camaradería, lugar de naci-
talló en 1438, pero Sforza se mantuvo prudentemente en un
miento, amistad o rivalidad. Muzio Attendolo era un soldado
segundo plano, permitiendo que los famosos condotieros Gat-
rudo e iletrado que se ganó el sobrenombre de S/orza -``la
tamelata y Colleoni llevaran la voz cantante en los choques de
fuerza"-gracias a sus proezas como capitán mercenario, y ese
las tropas venecianas contra su viejo colega y rival Piccinino.
mote se convirtió en el nombre de una gran familia. Su hijo
Finalmente se enfrentó con este en la batalla de Anghiari, en
Francesco heredó su mando y su tradición de servicio para los
1440, un sangriento encuentro que más tarde fue despreciado
Visconti, duques de Milán. Fue uno de los dos condotieros que
los Visconti emplearon, siendo el otro Piccinino, con lo que por Maquiavelo diciendo que el único muerto lo fue por una
entre ellos creció una rivalidad que ha sido descrita como esa caída de caballo. En cualquier caso la mayor baja fue la repu-
rivalidad entre las dos escuelas de los s/orzesc#!. y los bracccschí., tación de Piccinino que, derrotado, pidió al Visconti retirarse.
aunque como hemos dicho, las diferencias eran tenues y pudo El duque se dio cuenta de que era el momento para negociar
haber sido espoleada por los Visconti como un medio para evi- con Sforza, y los términos fueron bastante claros: si Francesco
tar que se revolviesen. Piccinino tenía el mando global sobre mediaba para conseguir la paz con Venecia, recibiría la pro-
las fuerzas de los Visconti, mientras que a Sforza se le había metida hija de Filippo María Visconti y con ella una gran dote.
7) Lln dEvastador Bi]n-
traataquB h@cB rBtm-
EEder al cBntro milanés
DESPERTA FERRÜ | 19
y lo lanza i:i]ntra 81 ri'o.
Los milanBst!s sB rBtiran
en ordBn, 3unqLie dBjan
atrás a muchos hombres hambre hizo mella, los simpatizantes del condotiero azuzaron
atrapados entrB g1 río y
la idea de una rendición honorable y así, en febrero de 1450,
EI BnBmigo.
Francesco Sforza cabalgó triunfante a través de las puertas de
Milán. Un condotiero, hijo de un soldado iletrado, había as-
cendido hasta convertirse en uno de los grandes príncipes del
Renacimiento, la mayor victoria y ejemplo de una forma de
servicio militar que se desvanecería para siempre en apenas
medio siglo, dejando un amargo legado tras de sí.
aplastante que Venecia se vio obligada a pedir la paz. Fue el EafBira.W . (T"E).. John Hawkwood, An English NBrcBnBry in FourtBE!nth-
y, como tantos otros, se rompió fácilmente. Al ver que tras casi BriiMa, F\. (I"H).. CavaliEri 8 pDPDli in armi: 18 istituziDni militEiri nEill'ltaliB
un año Sforza no cumplía lo pactado, Venecia firmó un tratado md/.gva/g. RümE-Bari: LEitBrza.
CUANDO JOHN ERA NIÑO Y HABIENDO TRAÍDO AL MUNDO A SIETE HIJOS: TRES NIÑOS Y CUATRO
NIÑAS. JOHN ERA EL MEDIANO DE LOS NIÑOS Y RECIBIÓ EL MISMO NOMBRE QUE SU HERMANO
MAYOR, QUE HEREDÓ LAS PROPIEDADES FAMILIARES CUANDO SU PADRE GILBERT MURIÓ EN 1340.
LE FUE BIEN Y AMPLIÓ LAS TENENCIAS FAMILIARES, EN PARTE GRACIAS AL DINERO ENVIADO POR
ste John heredó una modesta cantidad de dinero en efec- afirman que Hawkwood comenzó su carrera en el séquito mili-
> |0HN N^WKW00D en el Íresco del Ouomo de Floren(ia repíntado en 143Ó por PAOL0 UCCELL0 sobre el original de Agnolo Gaddi y Giuliano Arrighi. El (apitán inglés aparece (on
que normalmente se acepta que luchó en las famosas victorias invierno de 1363-64. La primera campaña de Hawkwood no fue
inglesas de Crécy ( 1346) y Poitiers (1356). Tras Poitiers, Hawk- un éxito. Condujo a sus hombres duramente a través de nevadas
wood se unió a otros soldados desmovilizados para formar una y con un tiempo gélido, y no fue capaz de encontrar forraje ade-
"compañía libre'', que recorrió Francia saqueando y extorsio-
cuado, por lo que retrocedió, perdiendo hombres y caballos du-
nando. El cronista italiano Matteo Villani habla de las activida- rante la retirada. Pero Hawkwood se repuso bien y en el verano
des en 1359 de un mercenario inglés, G¡.c!mí. deJJAg#gJ¡.a, quizás de 1364, junto a una compañía mercenaria alemana, penetró
nuestro hombre, que habría realizado incursiones en la Francia hasta los mismos muros de Florencia. Es de ese momento la pri-
meridional, cerca de Pau. mera descripción del inglés con que contamos, gracias al cro-
Finalmente Hawkwood se unió a la llamada Gran Compa- nista florentino Filippo Villani, hijo de Mateo, que
ñía, una gran banda de bandoleros que llegó a Aviñón, sede del sorprendentemente incluye un acertado análisis de sus orígenes:
papado en ese momento, a finales de otoño o en el invierno de su pa.dre era un ``gentiluomo mercatante e antico borghese". Vi-
1360-61. El 28 de diciembre la Compañía se hizo con el puente llani describe a Hawkwood como un "gran maesfro cZz. g#erra"
del Espíritu Santo, uno de los principales accesos a la ciudad, a que, a la manera de los ingleses, era "voÍp¡.gmz [artero] e asíw£e",
unos 40 km al norte, y permaneció allí durante tres meses, hos- y le dio el sobrenombre de Gí.ovcz##z. Acc¿Ío -"Juan el Astuto"-,
tigando al papa y a las poblaciones circundantes. Al final, el papa que acompañó al capitán durante toda su carrera. Algunos his-
lnocencio Vl sobornó a la Compañía y mandó sus diversos con- toriadores angloamericanos han sostenido que dicho apelativo
tingentes a sus aliados. John Hawkwood partió con los hombres fue fruto de la incapacidad de traducir Hawkwood al italiano,
enviados a ltalia para luchar junto con el marqués de Montfe- aunque es solo uno verdad a medias, ya que JAc%£o hacía honor
rrato, aliado del papa, que estaba en guerra con Milán y su go- a su mejor virtud: su agudeza e ingenio.
bernante, Bernabó Visconti. En agosto de 1364 Hawkwood dirigió al ejército pisano en
Es entonces cuando el nombre de John Hawkwood aparece un ataque total contra Florencia, pero la ofensiva se estancó ya
por vez primera en los archivos italianos, en un contrato con el que los dirigentes florentinos sobornaron a la mayor parte de
marqués de Montferrato, como caporal de la banda llamada la sus tropas. Hawkwood fue de los pocos que fueron leales a su
Compañía Blanca. El capitán general de la banda era un alemán, empleador, y cabalgó hasta Pisa para protegerla del contraataque
Albert Sterz, pero sus componentes eran mayoritariamente in- florentino. Este episodio le ganó una reputación de honestidad
gleses, y así 15 de los 17 caporales llevaban nombres ingleses; el en una profesión afamada por lo contrario, una reputación que
liderazgo de Sterz, como apuntó el cronista milanés Azario, de- sigue viva hoy en día. Reducido a la mínima expresión, el ejército
rivaba en parte de que podía hablar inglés. La Compañía Blanca, de Hawkwood fue derrotado por los florentinos en el pueblo de
que sir Arthur Conan Doyle idealizó en sus ficciones, se distin- Cascina, no lejos de Pisa, en 1365. Las fuentes indican que el in-
guió en suelo italiano por su ferocidad y brutalidad. Impresionó glés, en lo que quizás es un eco de Crécy, intentó disponer a sus
a sus oponentes con sus estentóreos gritos de guerra, su habili- tropas con el sol a su espalda, para que deslumbrase al enemigo;
dad para los ataques nocturnos, su disciplina interna y su inmo- pero su ejército, escaso de efectivos y pobremente coordinado,
derada crueldad. El cronista florentino Mateo Villani otorga a perdió la jornada.
esta banda el crédito por la introducción de una nueva forma- Hawkwood permaneció al servicio pisano durante la mayor
ción, la "lanza», en ltalia. La "lanza" consistía en tres hombres: parte de la década de los sesenta, directamente empleado por su
un hombre de armas o caballero, un escudero -más ligeramente gobernante, Giovanni dell'Agnello, que se había hecho con el
equipado- y un paje, normalmente un joven. Esta formación control de la ciudad durante los aciagos días de la guerra contra
cuadraba con la tendencia inglesa para combatir a pie en lugar Florencia. Hawkwood apoyó su toma de poder y Agnello le hizo
de a caballo, y sus tácticas quedaron claras en la victoria de la padrino de su hijo. El inglés alternó en estos años ese servicio y
Compañía Blanca sobre un ejército milanés en Canturina, el 22 el pillaje por su cuenta y riesgo. Estar empleado por Pisa impli-
de abril de 1363. En esta batalla los miembros de la Compañía caba también servir a Bernabó Visconti de Milán, aliado enton-
bajaron de sus monturas y derrotaron al enemigo, compuesto en ces de la ciudad toscana, y que sería a la postre uno de los
su mayor parte por mercenarios alemanes y húngaros. mayores benefactores de Hawkwood y su suegro.
PADUA
FAMILIA DA CARRARA FAMILIA SCALIGERl
numerosas ciudades, incluida Siena, que sería un objetivo fre-
COMMD^NTE: !-F COMANDANTE:
cuente durante toda su carrera. En abril de 1366 el papa promo- lollN
vió una liga panitálica que extirpase a las compañías de la H^WKWOOD
batalla, junto con Bernabó Visconti y un contingente de solda- 111. Tías criizaí la zanja, los aíqueros y ballesteros
dos ingleses, para asistir a la boda de Lionel, duque de Clarence, de Hawkwood dispaTan sobre el flanco izquierdo
veronés, seguidos por la caíga de caballería que
hijo de Eduardo 111, con Violante, la sobrina de Bernabó. La
golpea la retaguardia enemiga.
boda fue uno de los mayores espectáculos del siglo XIV, a la que
IV. El cuerpo principal del ejéícíto veronés intenta
acudieron algunos de los hombres más famosos de la época, replegarse para ayudar a contener el ataque de
la caballen'a de Hawkwood, pero solo crea des-
comoelgrancronistaflamencoJeanFroissart,ellaureadopoeta
orden y confusión.
italiano Francesco Petrarca y, posiblemente, el escritor inglés Ge-
V. Ordelaffl ordena a su caballen'a contíatacaí, pero
offrey Chaucer. Tras la ceremonia, Hawkwood regresó a la lid
su carga se ve ob§taculizada por la retirada de la
en Burgoforte, donde le hizo frente el emperador Carlos IV, infanteTía veronesa.
aliado del papa, que había bajado a ltalia para oponerse al Vis- V[. Hawkwood sigiie atacando, llega hasta el Ca-
conti. Presionado por su oponente, el capitán inglés defendió su mocc/.o veronés y carga después conúa la milicia
enemiga, que finalmente nuye o es destruida.
posición rompiendo un dique del Po, cuyas aguas cayeron arro- Hawkwood obtiene una victoria aplastante y cap-
lladoramente sobre el ejército imperial. La "gran victoria de Bur- tura el Cam%cÍ.o veíonés, su anillen'a y a todo su
alto maíido.
goforte" supuso que en Lombardía se llegara a un punto muerto,
por lo que Hawkwood pudo marchar al sur, a la Toscana y la
Umbría, para enfrentarse allí a las fuerzas papales. La campaña
fue la más infructuosa de su carrera, y por primera y única vez
elinglésfiiecapturadoenbatallaporaliadospapalesenlasafue- ¿¥i=í¿::::ÍL:i:3fr¥``:±-:±
ras de la ciudad de Arezzo (junio de 1369).
Hawkwood permaneció dos meses en cautividad y después 1372 Hawkwood cambió de bando: el papa Gregorio Xl le pro-
marchó brevemente al norte para conferenciar con Bernabó Vis- metió mejores condiciones económicas, más hombres y conti-
conti. Luego volvió al sur al frente de un ejército de 3.000 jinetes nuar la guerra de manera más rigurosa.
El capitán inglés permaneció al servicio papal hasta 1377. Lo
y lanzó un ataque directo contra la residencia papal de Viterbo
hizo bien, consiguiendo varias victorias durante esos años. El
y Montefiascone. A continuación, en noviembre de 1369, ca-
balgó hasta el pueblo de San Miniato al Tedesco, que se había 21 de enero de 1373 Hawkwood derrotó a las fiierzas de Visconti
rebelado contra el control florentino, y venció a las fuerzas de junto al pueblo de Crevalcuore, cerca de Bolonia. Allí atacó al
Florencia en Cascina -ya en diciembre-, resarciéndose de su an- enemigo mientras este intentaba cruzar el río Panaro, le infligió
terior derrota en el mismo lugar. Pero Hawkwood fue, sin em- graves bajas y se hizo con todo su botín y armas. Hawkwood
bargo,incapazdesacarpartidoasuvictoriaypasólaprimavera consiguióotrograntriunfoenMontechiari,alsurdeBrescia,el
de 1370 intentando reinstalar en Pisa al depuesto Giovanni dell 7 de mayo de 1373, en el que capturó a los capitanes enemigos.
Agnello; avanzó hasta las mismas murallas de la ciudad pero no Pero su relación con el papa, como con todos sus empleadores,
seresintióporlaintermitenciadelapagaydelaacción.Durante
pudo traspasarlas, y Agnello partió al exilio en Génova, donde
murió al poco. una de esas pausas, en el verano de 1375, Hawkwood condujo
Hawkwood trabajaba por entero ya para Bernabó y Milán, una razia espectacular en la Toscana, donde consiguió extorsio-
nar más de 200.000 florines a las ciudades de Siena, Pisa, Flo-
y entre 1370 y 1372 combatió contra el papado. Fue en cualquier
caso una guerra intermitente, caracterizada por largos periodos rencia y Arezzo en poco más de dos semanas. Este ataque
de inactividad que desgastaron las finanzas de Hawkwood. El injustificado provocó la ira de Santa Catalina de Siena, que es-
autor de los A##aJes Medi.oJa#e#ses comenta que el inglés se que- cribió al inglés -27 de junio de 1375-exigiéndole que abando-
nase la Toscana y marchara como cruzado, "tal y como debe
jabaabiertamentedelos"escribasysusgarabatos»deMilán,que
no le permitían seguir con la guerra de forma más agresiva. En hacer un caballero cristiano». Esta incursión provocó la guerra
I -...-:Í--`-.. ``--. !Í----- pA|A-LL4DE--CA-STAQ -,---.=-+r-.ÍE ..it €iü.EH -r--|
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MCCCLXXXVII
MNO DOMINI
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entre las ciudades víctimas -encabezadas por Florencia- y el pa- asesinato, bajo órdenes del cardenal de Génova, de sus indefen-
pado. sos ciudadanos, incluidos mujeres y niños.
A un nivel más personal, la razia convirtió a Hawkwood en
un hombre rico. Según una fuente contemporánea, tenía casi CASTAGNARO
100.000 ducados depositados en bancos en Venecia. Además, se Tras la masacre de Cesena -y quizás por ello-, el capitán inglés
había hecho con un apabullante patrimonio inmobiliario, que dejó el servicio papal y se empleó para Florencia, con la que per-
incluía propiedades cerca de Bolonia y de Perugia, tenencias en maneció, intermitentemente, ya durante el resto de su carrera.
territorio milanés y en los alrededores de Mantua y Cremona. Como parte de las condiciones de servicio Florencia otorgó a
También recibía desde 1373 una pensión anual de la reina Juana Hawkwood una pensión anual vitalicia de 1.200 florines, que fiie
de Nápoles y, en lugar de los atrasos que le debía el papa, consi- abonada puntualmente. Fue en esta época cuando el capitán
guió en 1374 un cargo eclesiástico en lnglaterra para su hijo bas- selló una alianza matrimonial con Bernabó Visconti, casando a
tardo. Hawkwood mandaba una parte de sus ganancias al hogar su hija ilegítima, Donnina, en mayo de 1377. La dote de Don-
familiar de Sible Hedingham, a su hermano tocayo, y a la parro- nina incluía una gran cantidad en efectivo, así como propiedades
quia de San Pedro en dicha localidad. cerca de Cremona. El matrimonio trajo al mundo cuatro hijos:
Con su patrimonio y su estatus en la cúspide, Hawkwood tres niñas -Janet, Catherine y Anne- y un niño, llamado John,
sopesó regresar a lnglaterra para disfrutar de un confortable re- como su progenitor.
tiro, pero decidió permanecer en ltalia, al frente de las fuerzas La Guerra de los Ocho Santos acabó de manera indecisa y,
papales en la Guerra de los Ocho Santos (1375-1378) que su pese a todas las concesiones que se le hicieron, Hawkwood hizo
razia toscana había provocado. El conflicto fue duro, y en 1377 poco por sus aliados. En julio de 1378 cabalgó hasta Verona para
el inglés participó en los brutales saqueos de las ciudades de combatir por Bernabó contra dicha ciudad, pero la ofensiva se
Faenza y Cesena. En esta última a Hawkwood se le acusó del estancó, algo de lo que el irascible Visconti acusó al inglés, y le
despidió -febrero de 1379-dando fin a su asociación. Los dos Hawkwod fiie también empleado como embajador en ltalia por
hombres jamás se reconciliarían. Hawkwood se retiró a sus cas- el rey Ricardo 11 de lnglaterra, negociando tratados, lo que ro-
tillos de Cotignola y Bagnacavalo, en la Romaña, que le había busteció sus lazos con su patria.
concedido el papa Gregorio Xl como pago en 1377, donde pa- En 1386 entró al servicio de Padua, en guerra con la vecina
rece que quiso vivir como señor. Pero se encontró con que los Verona. Fue aquí donde Hawkwood, con ya más de sesenta
señores vecinos le hicieron lo que él antes había hecho a otros, años, consiguió su mayor triunfo táctico en los campos de ba-
realizando incursiones contra sus tierras. Hawkwood vendió sus talla italianos: Castagnaro. El historiador militar Charles Oman
lollamó``afn.#mpho/oJd¢ge[untriunfodelosviejostiempos]"
propiedades y volvió al servicio activo.
G.ovc]n#¡.AcwfotrabajóparaFlorenciaenl38l,comocapitán y lo comparó al éxito de los ingleses sobre los franceses en Poi-
de guerra durante un periodo de agitación interna. En 1388 vol- tiers en 1356, que marcó una época. Hawkwood se unió a las
vió brevemente al servicio papal, luchando en el reino de Nápo- tropas patavinas cuando la guerra ya estaba en marcha; Padua
1es, dividido entre las ramas francesa y húngara de los angevinos. ya había vencido en la batalla de Brentelles, el 25 de junio de
DESPERTAFERRn i zE
El efecto de esta estratagema fue decisivo. El cuerpo princi- Fue entonces cuando JAc#fo realizó la última gran hazaña de su
pal del ejército veronés corrió hacia atrás para ayudar, pero solo ilustre carrera. Necesitando salir del territorio milanés y evitar
creó desorden y confusión. Hawkwood aplastó al enemigo y no al ejército enemigo dirigido por Jacopo dal Verme, Hawkwood
solo capturó el cwrocc¡.o veronés sino a todo su alto mando. La concibió una treta. Anunció a dal Verme su deseo de entablar
crónica patavina estima que 4.620 combatientes enemigos fue- batalla, pero, a cubierto de la noche, marchó hacia el sur en se-
ron capturados, mientras que el cronista de los Este de Ferrara creto, dejando sus estandartes atados en la copa de algunos ár-
da la cifra más conservadora de 2.000. Entre el botín estaba la boles y los fuegos del campamento encendidos. La retirada
artillería, que o bien no funcionó o bien era demasiado pesada implicó el cruce de tres grandes ríos -el Adigio, el Oglio y el
Mincio-, crecidos por lluvias recientes. Dal Verme le persiguió
y voluminosa para ser empleada en el campo de batalla.
Hawkwood fue aplaudido a lo largo y ancho de ltalia. El cro- pero Hawkwood pudo escapar, evitando así una derrota segura
nista florentino Minerbetti le da crédito no solo por efectuar la que habría supuesto para Florencia un golpe fatal.
maniobra crucial, sino por hacerlo según un plan cuidadosa- El inglés pasó el resto de la guerra en tareas defensivas en la
mente preconcebido. Pese a todas las similitudes con Poitiers, Toscana, y cuando la guerra acabó, en enero de 1392, se retiró a su
las tácticas del capitán inglés en Castagnaro deben también con- propiedadenSanDonatoinPolverosa,enlasafiierasdeFlorencia.
siderarse en relación a las empleadas ya en sus anteriores cam- La documentación deja claro que Hawkwood preparaba ahora su
regresoalnglaterra,pararetirarsealosseñoríosquehabíaamasado
pañas, y ese conocimiento del terreno es un sello de la casa.
Tanto la victoria de Hawkwood en la segunda batalla de Cascina con la ayuda de su hermano mayor. Pero en marzo de 1394 murió
(1369) como la conseguida contra un ejército papal en Rubiera de repente, probablemente de un ataque al corazón.
(1372) implicaron maniobras de flanqueo. En la primera, el in- El postrer servicio de Hawkwood a Florencia en el campo
de batalla fue quizás el más emblemático de su carrera. Su dura-
glés superó a un ejército florentino superior en número emple-
ando el río Arno y sus orillas embarradas en provecho propio. dera reputación no solo se debía a sus victorias, sino también a
Hay que recordar que el que los caballeros desmontaran antes su habilidad para evitar pérdidas en el campo de batalla y man-
de la batalla era una práctica común en ltalia en la segunda tener intacto a su ejército. Hawkwood poseía un talento especial
mitad del siglo XIV, tal y como hizo Hawkwood en esta batalla. para mantener la cohesión de sus filas, para conseguir informes
de reconocimiento fiables y para extender falsos rumores sobre
sus movimientos e intenciones. Esa cohesión de sus tropas tenía
CAPITÁN DE FLORENCIA
lnmediatamente tras la victoria de Castagnaro, Hawkwood dis- que ver con el cuadro de caporales ingleses , cuidadosamente es-
cogido, que sistemáticamente sirvió con él; no en vano Hawk-
cutió con su empleador, Padua, y retornó al servicio de Floren-
cia. Salvo la breve e improductiva expedición a Nápoles en 1388,
wood fue durante toda su carrera el adalid de los mercenarios
ingleses, que se congregaban bajo su bandera.
en favor del papa Urbano VI, aliado florentino, JAc#fo perma-
Pero su funeral fue un asunto florentino: la ciudad orquestó
neció con Florencia hasta su muerte, acaecida en su casa de las
una elaborada ceremonia en la catedral el 20 de marzo de 1394;
afueras de la ciudad en 1394. La última campaña del inglés
se cantó por sus calles una canción en ri.ma oífava que celebraba
(1390-1392) fue contra Giangaleazzo Visconti de Milán, el so-
sushazañas;AgnoloGaddiyGiulianoArrighipintaronenlaca-
brino de su en otra época suegro Bernabó. La guerra de Floren-
tedral un fresco en su honor. En 1436 el fresco fue repintado por
cia contra Milán estalló en abril de 1390, y la propia
el renombrado Paolo Uccello, y hasta el día de hoy permanece
supervivencia de la ciudad estaba en juego. Florencia luchó en
como el legado más visible del capitán inglés.
dos frentes: en el sur contra Siena, aliada de Milán, y en el norte
directamente contra la ciudad lombarda. Hawkwood se hizo
cargo de las fiierzas septentrionales, y avanzó a través de las tie-
rras milanesas durante la primavera y el verano de 1391. El plan
BIBLIDGRAFÍA BÁSIBA
de batalla florentino preveía una unión de estas tropas con un
EdlErrT].W . (ImE).. John Hawkwood, An English MBrGBnary in Fi]urteBnth-
ejército francés dirigido por el conde de Armagnac, que descen-
É7gnfur/ /Ía//. BaltimDre.
día hacia el sur. Ambas lanzarían luego un golpe decisivo contra
Milán. Pero las tropas de Armagnac, una indisciplinada turba- Hall. El. S. (1997): Wgapons and Waríarg /.n Hpna/.ssam furopg. Ealti"rt!.
multa de mercenarios, se retrasaron, dejando las líneas de Hawk- D"ii. B. (lBBE).. A HistDry Df WE]r in thB Middle AgBs. vi]l Z.
ñ=m=tái==:i:jisordehistoriaü;diw;1en,ava;derbí,fúhri;;;iriEstad;;Uriid;s,j-riie@ec;alizad¿en,atranstción
entre el Medievo y el Renacimiento en ltalia. Ha investigado en profundidad el papel de los mercenarios en la península itálica,
desíaca#do fl csfe respecfo sw JÍ.bros Mercenary Companies and the Decline of Siena í£ 998) y John Hawkwood, English Mer-
cenaryLnFouiteemthCenturyftaly(2006),queganóelpremioOttoGrundlerdelaWesternMichinganUníversityen2008como
mejor libro en estudios medievales.
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de los condotieros
DURANTE LA EDAD DE ORO DE LOS CONDOTIEROS, EL OFICIO DE LAS ARMAS ERA ALGO MÁS QUE
UNA PROFESIÓN, PUES A ESA OCUPACIÓN ESTABA LIGADO TODO UN ESTILO DE VIDA. DURANTE
LOS SIGLOS XIV Y XV, EN LAS CIUDADES ESTADO ITALIANAS, MUCHOS NOBLES SE DEDICABAN TEM-
PORALMENTE A ESTA OCUPACIÓN PARA AUMENTAR SU HACIENDA Y PRESTIGIO PERO, POR OTRO
LADO, HABÍA AUTÉNTICAS CASTAS MERCENARIAS QUE SE PERPETUABAN DE MANERA HEREDITARIA.
a influencia del Renacimiento italiano también se dejó evolucionaron con el paso del tiempo, ubicándose en lizas y pa-
Hemos de recordar que el juego de las armas se concebía de en las estructuras de los mismos, había una serie de pruebas co-
maneras muy diferentes dependiendo del contexto en el que se munesquepermitíanaloscabauerosyhombresdearmasconsu-
usara, ya que poco tenían que ver un campo de batalla, una pa- ficiente linaje realizar rutas por diferentes eventos, ya fiiesen en
lestra, un duelo o un posible asalto en una calle solitaria. Sin em- una ciudad cercana o en otro reino.
bargo, todos esos marcos eran posibles dentro de la azarosa vida No solamente era una cuestión de fama y prestigio el ganar o
de un condotiero, por lo que su formación en todas estas lides
perder en un torneo, ya que otro de los motores de esta actividad
debía de ser extremadamente rigurosa, pues de no ser así su pres- era el dinero. Además de las recompensas por ganar un torneo es-
tigio, en unos casos, y su vida, en otros, quedaba a merced de al-
tabanlasapuestas-siemprehechasdemaneradiscreta,yaqueera
guien más diestro. de mal gusto en unos casos y delito en otros hacerlas pública-
Habíamultituddejuegosdearmasyalardes,loscualesserea-
mente-y,dependiendodelaépocaenlaqueserealizaraeltorneo,
lizaban por toda Europa y, salvo contadas excepciones, eran bas-
cabía la posibilidad de que el vencido en una justa perdiese arnés
tante similares entre sí. En sus comienzos, estas actividades
estaban enfocadas principalmente al adiestramiento marcial de ycaballoamanosdelapersonaquelohubieradesmontado,aun-
las gentes de armas en tiempos de paz, pues simulaban enfrenta- quegeneralmentesesolíaestipularunacompensaciónconlaque
mientosenbatalladedosgruposdejinetesarmados.Sinembargo, el caballero vencido pudiese rescatar sus bienes.
DESPERTAFERRn i zg
> Grtiiüdo deJ rihro llJMIERBual. mTTER"ELE GEIIAL]EN WN MA15ER FRJEDRM «1 UND NN5ER MAX]MILJAN I IN DEN jAHREN 140P-15 l I {Libro de torneo5. |uegos de caballeros celebrados por
/oJ em/emdow feJen.m /// / Mrí.m/./i.am / en /oj añaJ /4W-/J/n. impre§o probablemente en Au8§buHo a mediados del s. Xvl. La5 amadura§ para justa eran diíerentes de las usadas en el
campo de bata]la. ya que e§taban diseñadas para ese juego específico, dejando myor libertad en el brazo derecho para el mejor manejo de la lanza y aumentando la prote{ción en el izquierdo,
zona donde la probabilidad de recibir el impacto del ama del adversario era mucho mayor. Lo§ yel" también e§taban adaptados, paía que la punta de la lanza del advmario se desviara en
vez de impactar de lleno, ademáj de redu(ir el vi§or para eritar accidentes cuando §e astillaran las puntas. §obre el pre(io que podía tener un arnés de justa, en 1441 §ir john Cressy compró
uíia amadura milaneia por s libra§, Ó (helines y s peniques. Eran comunes la§ deuda5 que §e contraían con los armeros para equíparse, que §e acrecentaban si el participante perdía §u amé§
y tenían que adquirir om nuevo: por ejemplo en 148} Giovanni Antonio Forti adeudaba 50 liras al amero milané§ Giacomo da Cantono por la compra de un arnés (ompleto para ju§tar.
JUSTAS Y TORNEOS muestra pública en la que ambos litigantes debían defender sus
Normalmente se suelen confundir los términos de justa y torneo derechos mediante el uso de las armas. Por tanto no era de extra-
y, a pesar de que ambos se usan para referirse a enfrentamientos ñar que algunos de ellos se realizaran en un torneo donde la flor
a caballo, el primero se refiere a combates singulares y el segundo y nata de la caballería, además de las figuras principales que lo
a combates en grupo. Si bien es verdad que la palabra que deno-
presidían, serían los testigos perfectos para el resultado del mismo.
minaba al conjunto de todas las pruebas que se realizaban en una EnnumerosostratadosalemanesdelsigloXIVyXVpodemosver
o varias jornadas era "torneo", eran normalmente las justas las que descritos gran cantidad de estos lances que, en muchos casos, se
señalaban el fin de un torneo. resolvían con la pérdida de la vida de uno de los participantes.
Además de los combates se realizaban diferentes pruebas de Los duelos por honor se conocen desde antiguo; sin embargo,
habilidad a caballo, como las pruebas de las anillas o sortijas, que
en el Renacimiento italiano ya estaban muy reglamentados y se
consistían en, con el caballo al galope, ensartar con una lanza ani-
seguía un estricto protocolo entre ofensor y ofendido. Un buen
llas de diferentes diámetros suspendidas en el aire. También se ju-
ejemplo podrían ser los cinco duelos en los cuales Fiore Furlano
gaba a la quintana, que consistía en acometer a galope un dei Liberi afirmó haber participado, cuyo motivo común fiie el de
estafermo, un muñeco giratorio que portaba un escudo en la
no querer enseñar su arte o para negar públicamente la habilidad
mano izquierda y una correa con bolas o saquillos de arena en la
en el juego de las armas de los que él consideraba fálsos maestros.
derecha. El escudo debía golpearse con la lanza a cierta velocidad
Las armas usadas eran espadas de mano y media totalmente afi-
ya que, de no entrar con la necesaria, el estafermo giraba con ra-
ladas, en contraposición a las armas embotadas que se solían uti-
pidez y golpeaba al jinete en la espalda.
lizar en los torneos, y como únicas protecciones se permitían un
No todos los alardes que se realizaban eran a caballo, aunque
sí los principales, puesto que la habilidad a caballo era lo que dis- gambesón acolchado para el torso y los brazos y unos guantes de
cuero para las manos. Este maestro italiano no menciona en sus
tinguía la manera de hacer la guerra entre un noble y un villano.
En los pasos de armas, sin embargo, participaban caballeros mon- memorias si los duelos fiieron a primera sangre o a ultranza, lo
tados y a pie. Esta prueba consistía en la simulación del ataque y que sí confirma es que salió de todos ellos sin un solo rasguño.
defensa de una posición militar o un lugar de paso importante.
Aunque la realidad de los torneos distaba mucho de la del •:F,A,bmd,d.;
campo de batalla, esta actividad deportiva estaba lejos de ser se-
gura, ya que la dureza de muchas de las pruebas llevaba a que fiie-
ran comunes las heridas de gravedad y, en algunos casos, incluso
a perder la vida. Por esto, a lo largo de la historia de estos juegos,
la lglesia los condenó y prohibió en múltiples ocasiones, llegando
alextremodenegarelenterramientoensagradoalosqueÉáuecían
a raíz de uno de estos juegos de armas. Sin embargo, estas prohi-
biciones generalmente o bien eran ignoradas o las normas de los
torneos se adaptaban a las mismas para asegurar una mayor se-
guridad de los contendientes.
> Escena del J/4ff Of ÁA7E 6MD«7ZJ« D«Í/"O/ de Filíppo di Vadi, (Ódex 1}24 de la
Biblioteca Nazionale Centrale di Roma. E§te manual de esgrima Íue e§crito entre 1482 y
1487, en buena medida bebiendo del f/oJ Dvo//aíowm de Fiore Furlano dei Liberi.
F#i`:¿hr8"hLoñb"r# g:crhcpi:Ét=#nri`.±p¥
> Una de la§ escenas que aparecen en el /toJ Düf[lÁ"MH obra de Fiore Furlano dei U-
beri, que lo completó el 10 de febrero de 1409. (olección de la familia Pi§ani-Dosi. La
a la esgrima a caballo.
ro vwc®x#£cuertiacommásdeveánüañosaswe#dee*mía##gssü"E#=ftÉE#E±h
asu inierésporhHistoi.ia,comenzóairwestigara£ercadesistemasdecombatedesarro[1adosenEuropadwantehEdadMedi;á
Moderna.Enelaño2006fundóenCórdobalasaladearmas"GranCapitán"dondeseorganizóelprimergrupodeirwestigaciónde
esgrima y lucha histórica, dentro del contexto de las AMTE (artes marciales tradicionales europeas). En el año 2008 fundó An:he
Bd+m,proyectomuüidjscipHnardondesehanvertidorealizandoproyectosderecreaciónyreconstrucciónhistórica,haciendoespeciql
hincapié en la vertieriti ot.com.es
íT,11ur
La revista de la antigua Roma
La revista de la Hispania romana
§ p,Á:, +-_: +.
1---
El emp®rador venldo d® HISpanla
=±=i±=á\
--_===TÍ-
Por Juan Luis Posadas
ñapánlca#Áan::ijp:##e'z#:e#do
talia había sido en la Edad Media uno de los principales a sus creaciones, a pesar de ser concebidas como defensas en
EL TRECENT0
EI Trece#Ío fue el periodo clave en el desarrollo de las arma-
giones septentrionales se encontraban sin duda entre las más
ricas y prósperas del continente, con un alto número de ciuda- duras, no solo en ltalia sino también en el resto de Europa.
Hasta entonces, las tropas mercenarias no podían aportar no-
des-estado bien organizadas desde un punto de vista financiero
vedades importantes porque el armamento corporal defensivo
y comercial. Estas ciudades articulaban un amplio territorio
europeo era muy homogéneo, basado en estructuras de mallas
que, sin embargo, fue objeto de innumerables guerras locales
a partir de tramas de anillos entrelazados. A finales del siglo
en las que participaban mercenarios procedentes de diversos
XIIl la búsqueda de soluciones llevó a la adopción parcial de
puntos de Europa. La concurrencia de estas tropas en suelo ita-
placas metálicas rectangulares que reforzaban las estructuras
liano fue un factor importante en el desarrollo de las armadu-
de malla, primer paso evolutivo hacia la creación de las arma-
ras utilizadas por los condotieros. Para entonces sus armeros
duras. En la primera mitad del siglo XIV estas soluciones se
contaban con una larga tradición, enriquecida gracias a las
vieron acompañadas por los primeros elementos metálicos rí-
armas que habían llegado con estas tropas mercenarias. Estas
gidos destinados a proteger las extremidades superiores e in-
permitieron confrontar diversas soluciones que en el siglo XV feriores, en un principio fijados sobre la malla y
se traducirían en unas armaduras de gran perfección técnica y
posteriormente unidos entre sí articulándose. Antes de 1350
una gran fiierza visual debido a su belleza, haciendo del Qwczffro- ya se habían creado defensas corporales que cubrían el torso y
ce#fo el periodo más atractivo de la historia del arte de la ar- los hombros, compuestas hasta por veinte placas rectangulares
madura. La tradición italiana y el influjo externo estuvieron o cuadradas dispuestas horizontal o verticalmente y unidas
acompañados por una incesante propuesta de innovaciones, mediante prominentes remaches. Este proceso se documenta
cristalizadas en armaduras que formalmente se caracterizaban de manera simultánea en toda Europa tras una intensa bús-
por el sentido escultórico y artístico que los armeros conferían queda de soluciones para resolver las carencias de las estruc-
DESFIERTA FERRD | 33
> Fre§(o del {i{lo de personajes ilustre§ pintado por Andrea del (a§tagno en la villa Ílorentina Carducci di Legnaia entre 1448 y 1451, y actualmente conservado en la Galeria de lo§
Uíizzi. Representa al CONDO"ER0 PIPPO 0ZORA (también (onocido (omo filippo §(olari o Pippo §pano, por /Jpa'n, título húngaro equivalente al de conde), que entre 1382 y 142ó
e§tuvo al servicio del rey §egi§mundo de Hungría, combatiendo en la fallida cruzada contra los turco§ que acabó en el desastre de Mcópolis (l}9ó), además de en jmumerables
campañas, ya fue§e contra Ladislao de Nápole§, {onti.a lo§ vene(ia" o (ontra los hu§itas. La armadura re§ponde a modelo§ italiano§ de mediados del s. XV. con §us cara{terísticas
turas de malla. No se sabe de dónde partieron las pri- v C[LADA milane§a, con marcas similare! a las de la Íamilia de ar-
cionaba el movimiento. Las claves de su éxito fueron su menor punzón de la familía 11[-
GROLI. a partir de ejem.
peso, inferior al de las mallas, y su movilidad. Esta última se con-
plos (on§ervado§ en
seguía mediante la ingeniosa unión y articulación de las piezas
diversas piezas salidas de
mediante correas, pasadores, remaches -en ocasiones visibles este taller milané§.
34 | DEsp[RTAFERRn
dura se aproxima más que ninguna a la producción italiana del ños lapsos de tiempo y de una forma específica en cada centro
Quattrocento. de producción producto de los gustos y modas locales. Por ello
La resolución de la defensa de la cabeza fue uno de los pun- se puede distinguir en la actualidad la procedencia y cronolo-
tos clave del trabajo de los armeros, que no eran considerados gía de las armaduras conservadas.
como maestros hasta que no pudieran forjar una de estas piezas. Las armaduras no fueron las únicas defensas corporales, ya
En el siglo XIV el tipo predominante fue el bacinete, compuesto que su proceso evolutivo fue paralelo a las estructuras de pla-
por una calva apuntada completada con una visera de gran ta- cas, que fueron disminuyendo progresivamente de tamaño y
maño que protegía la totalidad de la cara y estaba dotada de una por tanto aumentando en número. Estas defensas estaban
ranura de visión. Hacia 1400, en Toscana o Lombardía se dio construidas mediante placas que podían superponerse ligera-
un importante paso con la invención del almete, compuesto mente, estando fijadas mediante remaches sobre una base de
por la calva, dos quijeras o yugulares articuladas que podían cuero revestida de un tejido de mayor o menor riqueza. Cono-
abrirse o cerrarse, un ventalle que protegía la frente y una vista cidas como brigandinas, o coracinas en castellano, eran com-
que cubría la cara. Este casco era más anatómico que los ante- parables externamente con una prenda de indumentaria, de la
riores, proporcionaba una defensa integral cerrando comple-
que se diferenciaban gracias a los remaches externos de suje-
tamente la cabeza y era más ligero. Junto a los almetes se ción de las piezas. Milán también destacó en la producción de
desarrollaron diversos modelos de celada, término que designa estas defensas hasta bien entrado el siglo XVI.
a las defensas que dejan la cara expuesta, incluyendo a las que En este periodo las armaduras eran polivalentes para la
pueden alzar una vista que cubra la cara. Junto a ellas otros de- guerra y para ser usadas a pie o a caballo, aunque la combina-
signan tipos inspirados en modelos helénicos de la Antigüedad ción de cascos y yelmos abiertos o cerrados y el equipamiento
clásica, como las barbutas, completamente cerradas salvo una o no con todos sus elementos pudiera conferir un carácter más
abertura en forma de T con una ranura para la visión que se ligero o pesado. La defensa de los caballos también se benefició
abría verticalmente en línea con la nariz y la boca.
de este proceso. Las bardas, o armaduras de caballo, de malla,
En el siglo XV el torso se defendía con un peto y un espal-
que se habían usado desde inicios del siglo XIII, fueron paula-
dar, reforzados en la cintura con dos estructuras de launas rec-
tinamente reforzadas y sustituidas por elementos metálicos rí-
tangulares superpuestas llamadas respectivamente pancera y
gidos como las testeras de acero, a las que se fueron añadiendo
guardarrén. De la primera colgaban mediante correas las es- otras piezas para lograr su defensa integral. La primera barda
carcelas, destinadas a proteger el extremo superior de los mus-
completa conocida es obra de Pier lnnocenzo da Faerno, da-
los superponiéndose a los quijotes. También se crearon petos
tada hacia 1450 y conservada en el H£síori.sches M#setm der
con ristre y dos estrechas piezas alargadas de sección rectan-
S£adí de Viena. En ella la testera está compuesta de diversas
gular dispuestas en V en el tercio superior del campo para re-
piezas articuladas para permitir cualquier movimiento de la
peler los golpes de lanza que pudieran llegar al cuello. A finales cabeza de la montura. El cuello se protege con un conjunto de
del siglo surgió un modelo muy particular, en una sola pieza,
launas articuladas divididas en dos grupos que cubren su frente
con arista central, caracterizado por el desarrollo en altura y la
y dorso, mientras que el petral y la grupera ya aparecen com-
sección cuadrangular de los bordes del cuello y de las axilas,
puestos por diversas piezas ensambladas mediante remaches,
que venía a dar otro tipo de respuesta a estos problemas. Este
según una solución que básicamente se mantuvo en la si-
modelo tuvo gran trascendencia en la Península lbérica, donde
guiente centuria.
se producían armas de clara influencia italiana. Su adopción
fue paralela a la aparición de barbotes independientes que cu-
brían el mentón y el cuello formados por varias piezas articu-
FORMA Y DECORACIÓN
Las armaduras de este periodo carecían generalmente de de-
ladas. Estos barbotes se combinaban con las distintas formas
de cascos abiertos para aumentar la protección de la cabeza.
coración, en gran parte innecesaria por el espléndido resultado
La defensa de las articulaciones había sido solucionada a estético de sus formas suaves y redondeadas, reforzadas por el
finales del siglo XIV. La gran innovación italiana del momento espectacular efecto de sus superficies brillantes fuertemente
fue la creación de guardabrazos asimétricos para los hombros, bruñidas. A finales del siglo XIV la única decoración consistía
el izquierdo de mayor desarrollo que el derecho. Ello se debía en bandas de latón perimetrales en todas las piezas o verticales
a que los golpes se recibían sobre el guardabrazo izquierdo, por en el peto, cuyos campos, o estaban estriados, o albergaban
lo que el derecho podía ser de menor tamaño, facilitando el motivos geométricos espigados o inscripciones. En el siglo XV
manejo del arma. Sobre ellos se fijaron rodeletas para cubrir algunas zonas de la armadura podían ser grabadas y parcial-
las axilas, el punto más débil de la estructura. A lo largo del mente doradas, pero estas soluciones no eran usuales. El
siglo XV estos elementos fueron variando, sobre todo la pan- adorno se limitaba al cambio de color que proporcionaba el
cera y el guardarrén, que acabó integrándose en el peto y en el latón dorado de los remaches de articulación de las piezas y de
espaldar. La evolución se llevó a cabo de forma regular y con- los ojales por los que pasaban gruesos cordones polícromos
tinua en los talleres, que introducían innovaciones en peque- para sujetarlas, a los que debemos sumar las vistosas correas
DESPERTAFERR0 | 35
forradas de tela, generalmente roja, que fijaba los diversos ele- > Un lNFANTE VENEmllo, identiíi{ado como tal por el león de §an Marcos que campea
mentos al cuerpo. sobre §u es(udo. ataviándo§e, segunda mitad del §. W. Para proteger el torso cuenta
(on una (ota de malla, §obre la que di§pone una brigandina o (ora{ina, compuesta
La cuestión estética también era resuelta por la forma de
por placas de metal fijada§ iobre (uero y reve§tidas (on tela, con iina §erie de hebillas
algunos modelos de cascos y otros elementos que
para abrocharla. Cubre la§ pierna§ (on quijotes (para el mu§lo), rodillera§, grebas y
dotaban a la armadura de cierto carácter decora- puntas de es(arpe (cubriendo 1o§ dedo§ de lo§ pie§), y la cabeza con un capa(ete que
tivo. Entre ellos destacaban las cimeras, artifi- , no es de un tipo espe(íficamente italiano. Un escudo de madera completa su ar-
cos, generalmente en forma de animales narios bal(ánicos-, con §u típico pomo en Íorma de ``cabeza de gato".
ITALIA Y LA PRODUC-
CIÓN DE ARMADURAS
EN EUROPA
En la Europa de los siglos XIV y
XV destacaron un reducido grupo
de centros de producción que re-
querían hombres y maquinaria
especializada, como fraguas o
molinos para pulir o amolar, ma-
terias primas como cauces de agua,
abundancia de leña y mineral de hie-
rro. Geográficamente destacaban en
el norte de ltalia las ciudades lom-
bardas de Milán y Brescia; en el sur
de Alemania Augsburgo, Núrem-
berg, Passau y Landshut;
en el Tirol lnnsbruck;
y en España el País
Vasco. Al igual
Ventana
Almete
Barbote
Brazal
Alabarda Dediles de
manopla
Antebrazo
Escarcela
Celada
Almófar
Rodillera
Navaja de
Rodillera
t
Greba
> La CARALLERh PESAD^ formaba el núcleo de los ejér(itos (ondotieros, jinetes
aqui carga contra un iníante. El caballero carga con el almete cerrado para
mano podían lloverle durante la batalla, a§í como contra los golpes tajantes
iníante tampoco va mal pertrechado, ya que cuenta con una (ota de malla
y amé§ de piernas.
DESFIEímFERRn | 37
guía entre los talleres dedicados a la producción de armas de compuestas por iniciales, coronadas o inscritas por una cruz
lujo, hechas a medida, caracterizadas por su elevada calidad, y sobre una base en forma de V invertida, en cuyo interior se si-
otros que forjaban una suerte de producción primaria, en túan dichas iniciales. En otros casos las iniciales están inscritas
masa, es decir, armaduras más baratas, de talla estándar. Los por un círculo. Entre los punzones más reputados a finales del
armeros gozaban de cierto prestigio social, acrecentado en el siglo XV se encontraba el de la familia Negroli, compuesto por
caso del primer tipo de taller, que solían dar lugar a dinastías dos llaves cruzadas trazando una equis.
de gran reputación. En el Qwc¡fíroce#ío la producción más afa-
mada correspondía al taller milanés de la familia Missaglia, FAMA Y TRASCENDENCIA
que sirvió a los diferentes príncipes de Milán, Mantua, Ferrara Los talleres del norte de ltalia exportaron sus producciones
o Florencia y que incluso llegaron a abrir tienda en ciudades prácticamente a toda Europa. En ocasiones estas exportaciones
como Roma, Nápoles, Barcelona o Tours. Missaglia es en rea- respondían no a modelos propiamente italianos, sino a arma-
lidad un apodo de la familia Negroni da Ello, es decir, de Ello, duras según la moda de los países a los que se exportaba,
una localidad al norte de Milán, de la provincia de Como. Esta dando lugar a denominaciones como c¡mc¡fwre c¡JJa íeczescc¡ o
no se debe confundir con la familia Negroli, también milanesa, c!rmaf#re aJJci/rcmcese cuando correspondían a gustos alema-
que lideró la producción de la ciudad en la primera mitad del nes o franceses. En el caso de España las armas italianas se in-
siglo XVI. troducían principalmente a través de la Corona de Aragón por
Los talleres más reputados facilitaban piezas a mercaderes los puertos de Barcelona y Valencia. La influencia italiana tam-
que respondían a encargos procedentes de casi toda Europa y bién se materializó por la emigración de algunos de sus arme-
que acrecentaron el prestigio de estos centros. Las producciones ros a otras zonas del continente, como Francia o Borgoña,
italianas pronto pasaron a formar parte de este comercio inter- donde a su vez dejaron huella mediante algunos de sus rasgos
nacional, que requería de una fuerte concentración de esfuerzos formales o constructivos.
y capitales logrando una gran difusión e influyendo sobre cen- La principal aportación de este periodo radicó en que se
tros periféricos, en especial los españoles, deudores en parte, cimentaron las bases del predominio y trascendencia de los
hasta donde sabemos, de las formas y gustos italianos. Diversa centros italianos en el Renacimiento, no solo por la tradición
documentación española contemporánea permite conocer el de su producción, sino también por la experimentación esté-
éxito de las producciones italianas en los reinos peninsulares, li- tica y el influjo de sus reinterpretaciones de la Antigüedad en
derados por las importaciones de armas milanesas. Milán era las armas de lujo. Esta eclosión en pleno Renacimiento fue pa-
también el centro al que recurría parte de la nobleza española, ralela paradójicamente al ocaso de los condotieros, elemento
francesa, alemana y por supuesto del resto de ltalia. esencial en el desarrollo del arte de la armadura italiana pero
En el taller la fabricación de las armaduras concernía a di- incompatible con la creación y desarrollo de los ejércitos de los
versos especialistas formados bajo un sistema gremial. Cada estados modernos.
centro podía caracterizarse por unos rasgos propios, pero una
de las grandes virtudes de las armaduras de este periodo fue la
versatilidad de sus elementos. Visualmente aparentaban uni-
BIBLmERAFÍA BÁsl[A
formidad, haber sido hechas en un solo taller, pero en muchas
Boc[ia, L. B„ [DElhD E. T, (lgE7): £ 'aríg dg//'amaíz/ra /.n /fa//.G. MilanD.
ocasiones sus piezas respondían a procedencias diversas que
BocBia, L RDssi F.. MDrin M. (lgBD): Am/. g Amaíurg £Dm4art/g. MilanD.
podían haber sido reunidas por un solo taller formando una
sola armadura. También influía el gusto de su propietario, que U"tiia, L. 8. (IHH2:).. 18 armaturE di S. Maria dBlle BraziB di EurtatDnB di
podía utilizar en su composición piezas de distintas armaduras Mantova 81' armatura lombarda dBl ' 400. "a".
para su mayor comodidad o movilidad. GambEr, 0„ ThDms, 8. (1958): "L' Arte mil@nESE dell ' armatura", §fflr/.a d/.
Otro rasgo distintivo de las armaduras italianas es la forma
Milano. Vol. Xl.11 dBclino spagnolD (lEi30-lloE;).W[Em.
Álvaro Soler del Campo es Doctor en Geografta e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Conservador de la Real
Armería y Jefie de Servicio del Área de Conservación de Patrimonio Nacional. Codirige la revista Gla.dj"s del CSIC y es autor de
diversas publicaciones científicas sobre armamento entre los siglos v y xvIII. Ha comisariado exposiciones sobre la Real Armería
en el Palacio Real de Madrid y en el Museo del Prado, en la National Gallery de Washington y en el Museo Palacio de la Ciudad
Ñohibida de Pekín.
ffl¥...,H`.,...„.ffl:.:,.Hi.L:.`.`:.....E....,,ffi.,
®Esp®nEbi®Scm\WW\MLi31`=p3ii
deve"ta
y en nuestros puntos
por Maria Nadia Covini
Universitd degli Studi di Milano - Dipartimento di Studi Storici
EN LA ITAm DEL QUATTRocENTo SE TRiBUTABA uNA GRAN ADMiRAcióN A Los CApiTANES MÁs
FAMOSOS, FUESE POR PARTE DE LOS LITERATOS Y HUMANISTAS FASCINADOS POR LAS CUALIDADES
E quehabíasentidocuandosiendojovenvioaFacinoCane,
consufigurasolemneeimperiosa.Enelrecuerdo,laima-
genrefiilgentedelcondotieropiamontésevocabalagloriadeAle-
y pronta obediencia.
Pero al condotiero no se le pedían solo las cualidades típica-
mentebélicas,sinotambiénotrascompetencias,delascualesque-
remos ocuparnos aquí. No hay que olvidar que el jefe de una gran
jandroMagno,cuyasgestaseranmuyleídasenlaépoca.También
compañíadearmasdebíagestionarlaconcontenciónycapacidad
el famoso humanista Flavio Biondo evocaba en una carta la gran
emprendedora. La compañía militar era un tipo de empresa que,
impresiónquedeniñolehabíacausadoelencuentroconAlberico
porvariasvíasydemuchosmodos,hacíacircularmuchodinero.
y Giovanni da Barbiano, dos personalidades carismáticas que le Requeríacapacidadesdegestiónyadministrativas,paraorganizar,
habían dejado un recuerdo imborrable. Las dotes celebradas en
manteneryhacerprosperarunacompañíanumerosadecaballeros
un capitán eran el carisma en el mando, el valor y la experiencia e infantes, dotada de armamento caro que había que renovar a me-
militar,ymuchosliteratosescribieroncomme#fc}r!.!.yobritaspara nudoysujetaaconstantescontrolesymosfre.Competíaalcapitán
celebrar sus gestas: movido por su admiración por Francesco negociarlasco#doííeconlosempleadoresyobtenerlascondicio-
Sforza, el humanista y secretario Giovanni Simonetta narró sus nes más favorables en tratos a cara de perro; y después, enrolar,
accionesylodescribíacomouncapitánnolibrededefectos,pero seleccionar, reclutar y pagar a los soldados, anticiparles dinero y
rodeado de un aura de gloria, de sagacidad y de sapiencia militar. equipo, aprovisionarles y, no menos importante, enriquecer a sus
En las páginas del biógrafo, el Sforza brilla por la calidad en el tropas,satisfaciendosuse}pectativasconlaorganizaciónderazias,
mando: una palabra suya bastaba para animar a sus soldados y accionesdesaqueoadyacentesalasempresasmayores,distraccio-
DESFIERTAFERRU | 41
> Fre§co del (a§tillo de Malpaga atribuido a Girolamo Romani, // Aomant.no. que representa la BfflAllA DE IA RICCARDlllA En 14ó7,Venecia, junto (on algunos pequeños estado§ de la
Romaña. recelando del expan§ioni§mo florentino y milané§ decidió apoyar a un grupo de exiliado§ de Florencia para hacer§e con la ciudad. La tarde del 25 de julio. Colleoni ion
7.000 jinetes y Ó.000 infante§- fue sorprendido mientras levantaba §u campamento por el ejército de la liga fomada por f loren{ia, Milán. Bolonia y Fernando el Católico -7.000
jinete§ y }.500 iníantes -, comandado por Federico de Monteíeltro. Este dividió a su§ tropa§ en cinco e§cuadrones de caballería, de los que (uatro ata(arían frontalmente y un quinto,
de jinete§ ligero§, rodearía al enemigo para tomarle por la retaguardia. Avi§ado por §u§ exploradores, Colleoni pudo disponer a §us tropa§ en tre§ es(uadrones de (aballería Írente al
enemigo, con otro de reserva Íormado por sus soldados de élite y la infantería guardando el campamento. La izquierda veneciana Íue rechazada y el enemigo llegó al campamento,
pero Colleoni mandó a su re§erva y parte de lo§ iníante§ y equilibró la situación. Pero en su flanco derecho Montefeltro, con dos e§cuadrones, habi'a con§eguido ha(er retroceder a las
tropas veneciana§ mandada§ por A§torre Maníredi. Colleoni ordenó entonces adelantar §u§ piezas ligera§ de artillería. montada§ sobre (ureñas, que con §us descarga§ pudieron contener
a los a§altantes. §olo la noche puso Íin a la brega. que §e había (obrado m᧠de ó00 muerto§. Colleoni ganó fama -injusiifi(ada- de §er el primero en emplear art"ería en una
batalla campal (o iníamia, según la mentalidad caballeresca que despreciaba e§e matar a distancia).
nes que convertían la guerra en un buen negocio y en una fiiente tálico, sin contar con los señoríos territoriales, los castillos, los pa-
de enriquecimiento. Todas estas tareas debían abordarse con la lacios y las obras de arte que había comisionado. En sus últimos
capacidad y la actitud de un emprendedor. años había servido a la señoría de Venecia, y fue el mismo go-
Es casi paradójico observar cómo algunos capitanes, feroces bierno de la Serenísima el que expropió la mayor parte de la
pañía.
de capitanes de cierto rango que narran las vicisitudes de sus res-
í't •/ '';,
•, `:.1_, , , ;.,;\":-, , í,' :l.H\". :, ,- ,
i-
oEspmTAFERRD | 43
> Esta" en las primeras décadas del Ouaííroí€nío. Un CONDO"ER0 y su §ECRETARI0 en-
trevistan a posibles soldado§ para §u compañía en la vivienda de iin campe§ino que han
»agos de Ma§ac(io (142Ó); va {ubierto con el ti'pico gorro de (ampaña -bgnpíía-qiJe co-
noce" por tanto§ retratos y vi§te (amisa de lino -cami.íÍ.a-, §obre la que lleva una ho-
ar(o largo de la espalda, cubierto por su funda protectora; porta la5 Íle{ha§ en una gavilla
§ujeta a §u cinto, y (ueíita con una e§pada para el ca§o en que deba (ombatir ciierpo a
protege el pecho con una brigantina y la (abeza con un capa{ete de tipo italiano. con el
ro§tro abierto. De su cinturón (uelsa su aljaba para los dardo§ y sostiene un pavé§, tras
pavéi va de(orado con la imagen de iina mdom El e§copetero §e toca con una capellina
-Aen/£ ^e/meL y §ostiene §u {añón de mano sobre el hombro. En la cintura, un bracamarte
Prado. Madrid. Que el dinero e§ el nervio de la guem ya lo §abía Ci(erón -n€m óe///.,
plificado en las compañía§ de ventura de lo§ condotieros. Pese a eso, §e §iguen enarbolando
los viejo§ ideales caballeresco§ y perviven los prejuicio§ hacia camtiista§ y banquero§, que
laprácticadeincursionesyelrescatedeprisionerosemnlanorma,
un hecho estructural y no ocasional, ya que la entrada regular de
los salarios acordados no estaba siempre garantizada. Botines, res-
cates y presas eran la compensación necesaria de una remunera-
ción irregular e incierta. Como muchos estudios recientes han
puesto en evidencia, las expediciones que se hacían c! J¢Íere de las
operaciones de guerra eran útiles por distintos aspectos: de una
sostuvieron con tenacidad, para obtener las mejores condiciones partedebilitabanelterritorioylamoraldelapoblación,dañando
respectoalaco#c!o£Ía,lacompensación,lostérminosycondicio- laactividadeconómicayagrícola;porotraerandistraccionesque
nes del empleo, el tamaño de la compañía, los premios y las re- los soldados esperaban realizar, ya fiiese por la ventaja práctica
muneraciones. Finalmente Micheletto obtuvo lo que quería: una que reportaban o porque constituían una especie de momento
co#czofía de 630 lanzas y 400 infantes y el prestigioso título de ca- agonístico, un juego bélico con el que se engañaba al tiempo du-
pitán general, que los florentinos no le otorgaron de buen grado, rante las pausas en el combate.
temerosos de sus ambiciones políticas. Sobre la entidad de los botines se ha escrito mucho, pero serán
Además de secretarios y embajadores, los condotieros más suficientesalgunosejemplossignificativos.Algunosdelosbotines
reputados disponían a menudo de espías para descubrir los mo- reunidosporFacinoCaneysucompañíadearmashicieronépoca.
vimientos del adversario y para preparar el terreno con el fin de Contaban los cronistas patavinos que, en el 1386, cuando todavía
estipular las co#doífe: en Malpaga, su feudo de Bérgamo, Bar- estaba al inicio de su prometedora carrera, el capitán piamontés
tolomeo Colleoni tenía cerca de sí informadores que lo tenían interceptó una columna de 137 carros de mercaderes alemanes,
al tanto de cuanto sucedía en los distintos campos de batalla y plenosdemercaderíasybienesvarios,unverdaderoregalodivino:
en las habitaciones del poder de los estados italianos, aunque a sacos de especies, ropajes con hilos de oro y plata, pieles, tejidos
su vez era espiado por algunos de sus/cimi.gJ¡.ar!., que tenían un de raso y de seda preciosa. Los cronistas calculaban que el valor
doble juego y que comunicaban al duque de Milán todos sus de la presa podía ascender a cerca de 80.000 ducados, una cifra
movimientos. considerable si pensamos que una bala de lana inglesa de unas
La buena organización de la compañía era fiindamental pero 250 libras de peso costaba alrededor de 50 ducados. No menos
no bastaba por sí sola. Para asegurar éxitos e incremento de efec- rentables eran los rehenes, a veces prisioneros que eran devueltos
tivos era necesario un trabajo constante, evitando a toda costa la o cambiados o, más frecuentemente, liberados a cambio de un
pausa y la suspensión de la actividad bélica. Durante los largos conspicuo rescate. Duante la campaña de 1397 en Piamonte, Fa-
periodosdeinactividadlossoldadosempezabanasuffirescaseces cinoCanecapturódoscientosdelosmásimportantesciudadanos
de todo tipo: para arañar algún dinero empeñaban armas y caba- deChieriypidióunrescatede80florinesporcadauno,sumiendo
llos, e incluso los vendían a precios ridículos. Si la inactividad se a la ciudad en la desesperación.
prolongaba los soldados comenzaban a buscar a su alrededor Lospillajeseranamenudonevadosacaboconbrutalidadsis-
cualquier empleo más atrayente. Los más reputados no tenían temática: en el 1403 Facino tomó la ciudad de Alessandría y la sa-
problema en encontrar ofertas interesantes y marchaban a em- queó metódicamente, comenzando primero con las casas de los
plearseaotraparte.Aquellosmenosfamososoconunavocación ciudadanos más ricos del partido güelfo, para luego entrar con
más endeble dejaban la carrera militar para volver a ser campesi- violencia también en las moradas de los gibelinos, donde a veces
nos o artesanos. Incluso las compañías más sólidas, por tanto, se los güelfos habían escondido sus bienes. La ciudad entera fi]e ex-
arriesgaban a una rápida disgregación. poliada, el saqueo duró ocho días y reportó a la compañía de Fa-
cino un enorme botín. Los bienes saqueados eran tantos que los
RAZIAS Y B0TINES soldados, incapaces de llevarse todo, vendieron buena parte a los
Otro aspecto verdaderamente "económico" de la compañía mili- mercaderes que en gran número habían llegado de las ciudades
tar del Q#afíroce#fo italiano -y no solo italiano, naturalmente- vecinas. Objetos y mercancías fiieron embarcados y vendidos en
eran las razias y el botín. Es bien sabido que a menudo las pagas otroslugares.Esteepisodiotanclamorosopareceformarpartede
de las co#doffe no llegaban con puntualidad y que el condotiero una guerra violenta y arcaica, pero hay que tener en cuenta que
debía buscar sus ganancias con actividades predatorias, organi- estas prácticas no buscaban otra cosa que maximizar la ganancia
zando razias y diversiones colaterales a la empresa principal. Po- económica. El mercado de la guerra tenía sus leyes, y los soldados
dríamos también decir que en el arte de la guerra de estos siglos servían de buena gana a los capitanes que proporcionaban mayo-
D[spERTAFERm | 4E
res oportunidades de enriquecimiento y de hacer fortunas: se solía los, dirimiendo conflictos y tensiones. Facino Cane fiie un capitán
decir que se hacía la guerra grflssa -rica, abundante-. El mejor ca- resuelto y a veces brutal, pero muchos testimonios revelan que sus
pitán era aquel que sabía encontrar ocasiones de ganancia extra, hombres le tributaban admiración y reconocían su carisma y au-
aquel que tras las razias y la captura de prisioneros ricos sabía re- toridad, aunque fiiese porque sabían que militando a su mando
partir el botín con equidad, evitando los litigios entre compañeros ganarían fácilmente dinero y fama. Conocemos también algunos
y contentando a todos según su "mérito': Los discípulos de Fran- episodios de fidelidad extrema: en el 1407, tras la tremenda de-
cesco Sforza decían que su conocimiento militar se reconocía en rrota que sufrió en Binasco, uno de sus cabos, un tal Marcovaldo
la habilidad de hacer conducir "ordenadamente» y sin disputas las della Rocca, se negó a revelar dónde estaba escondido su capitán
operaciones de saqueo y los repartos subsiguientes. a Jacopo dal Verme, por lo que fiie castigado duramente y brutal-
El buen condotiero sabía también hasta qué punto podía apre- mente asesinado por Ottobuono Terzi. En el lecho de muerte, Fa-
tar. En 1407, Ottobuono Terzi, condotiero de Parma, controlaba cino Cane recomendó a un obispo amigo suyo que cuidase de sus
la importante posición de Brescello sobre el Po: afirmando que compañeros de armas, aquellos a los que había "nutrido" durante
tenía atrasos impagados por los señores de Milán, decide hacerse muchos años: su último pensamiento fiie para su compañía y para
con lo adeudado secuestrando algunos barcos de mercaderes lom- esos recios lazos de solidaridad que la habían mantenido unida.
bardos cargados de mercancías preciosas que descendían el río De no tratarse de ambientes de guerreros, a menudo salvajes y
con destino a Venecia. Alguna crónica habla de dos naves inter- violentos, no sería inapropiado hablar de sentimientos de afecto
ceptadas y secuestradas, otras de cinco o de siete, pero todas col- y solidaridad, alimentados por la experiencia de la guerra y por
haberatravesadojuntospeligrosyadversidades.Avecesloshom-
madas de bienes que fiieron saqueados por los soldados de Terzi,
bres de armas de una compañía se hermanaban entre ellos me-
que no tuvo respeto alguno por los salvoconductos que él mismo
diante ceremonias formales, en las cuales juraban y se
había concedido. Sin embargo, en este caso se sobrepasaron los lí-
comprometían mutuamente a apoyarse en las situaciones dificiles.
mites: interceptar y saquear barcos en el Po significaba, de hecho,
A estas amistades "vitalicias" se oponían las enemistades y odios
bloquear los intercambios comerciales en la llanura padana y ce-
mortales, también frecuentes en el seno de las compañías, que ob-
rrar un comercio riquísimo que conectaba en el área adriática
viamente eran focos de rivalidad y de competencia y que, de vez
controlada por Venecia, conocida como Golfo, la Lombardía con
en cuando, desembocaban en espectaculares duelos o encuentros
los mercaderes próximo orientales. A la larga estas iniciativas hos-
privados. Otras veces venían seguidas de solemnes reconciliacio-
tiles fueron la ruina de Terzi, que quedó aislado: atacado por una
nes, sancionadas por ceremonias oficiales en las que los "enemi-
coalición de potencias pudo resistir, pero emboscado en 1409 fiie
gos» hacían la paz y se concedían perdón. En conclusión, el tejido
atrozmente asesinado.
relacional de la compañía, que se fiindaba especialmente sobre la
fama y el carisma de su comandante, era un elemento decisivo en
RELACIONES
la calidad de su desempeño militar: una compañía unida y man-
Un último punto. En la moderna teoría de la gestión empresarial
tenida cohesionada por lazos robustos era la mejor premisa para
de la "ventaja competitiva" se presta mucha atención al elemento
la acción común y para los éxitos de la "empresa" militar.
relacional. Y bien, también en las compañías militares de los con-
dotieros italianos del Q#a#rocenfo el aspecto relacional, no menos
El éxito de una compañía, o sea el aumento de sus efectivos y Ma"". M. (lH] 4).. MBrBE!naries Bnd thBir mBstBrs: warfarB in RBnaissBnce
tán. Este debía ser hábil no solo en el mando, sino también en > Bibliügrafía cDmplEta en www.dEspErtaferro-Edi[innEs.cDm
Francesco Sforza[
Un condotiero
de éxito
por Andrea Gamberini
Universitd degli Studi di Milano
NEOS. EN EL GÉNERO LITERARIO, TÍPICO DEL HUMANISMO, QUE SON LAS BIOGRAFÍAS EJEMPLARES
-A MENUDO TITULADAS DE VJRJS JLLUSTRJBUS, A LA MANERA INAUGURADA POR SUETONIO EN EL
1 recuerdo de sus empresas seguía vivo a comienzos del pontífice -que por otra parte 1o había investido conde de Cotig-
UN CAPITÁN DE 0RÍGENES MODESTOS. . . recordaban los otros miembros del cabildo, descendía de aquel
Como otros muchos condotieros de su tiempo, Francesco Sforza Attendolo Sforza di Cotignola que "no había tenido más título
tampoco descendía de una progenie noble, si bien es cierto que que el de capitán de guerra".
su padre, Muzio degli Attendoli, llamado S/orza (por su fuerza Y es que el oficio de las armas podía reportar fama y gloria,
o, como otros decían, por su arrogancia) había reunido gracias y también poder y riqueza, pero no nobleza que brillara: incluso
a sus extraordinarias dotes de mando el título de Gran Condes- los mayores condotieros, que habían alcanzado las más altas dig-
table del reino de Nápoles. La falta de un pedigrí verdadera- nidades, seguían siendo vistos como pflrve#ews a los que no se
mente aristocrático fue un elemento que afloró periódicamente perdonaba su humilde origen.
en la historia del linaje, como una suerte de mancha que la altiva
aristocracia de la época consideraba indeleble. Los bien posicio- . . .PER0 DE FORMACIÓN PRINCIPESCA
nados -pero no nobles- Attendoli, ricos poseedores de la villa A pesar de su procedencia, Francesco había frecuentado desde
de Cotignola en Romaña, se convirtieron en boca de los detrac- joven el ambiente cortesano, donde recibió una educación prin-
tores de los Sforza en sinónimo de una rwsíí.c!.f¢s ("pueblerinos'') cipesca. Nacido en San Miniato en 1401, había después viajado
incompatible con cualquier tentativa de ennoblecimiento. "Vi- con su madre Lucia Torsciano -que Muzio había entregado en
llano de Cotignola": así el papa Juan XXIIl va a definir a Muzio matrimonio a uno de sus capitanes, Corrado da Fogliano- a Fe-
tras la decisión del condotiero de interrumpir su relación con el rrara, donde había compartido preceptores con los hijos del mar-
Belluo
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PDSESIDNES DE FRANCESCD SFDRZA EN ITÁLIÁ
:\SG,_Liuform::a2cBD/n%N,ián
• DotB dB la primBra esposB dB Francesco
Torritorio mili]nés y aliado (aprox. 1426). (PolissBna Ruffo. fallBcida Bn 1420).
• FBudos dB Muzio. padrB dB Francesco, quB
TBrritorio pBrdido par Nilán a mani]s dB VBnBi:iB pasan a ól tras su muBrtB (1424).
tras h paz dB Ferrara. quB ponB fin al ci]nfl.icto • FBudos BntrBgados porBl duquB d_B Nilán BI Affonsó,deAiagóri
(1428). promBtBrlBlamanodesu hijB Biama(143I). Sici|ia
qués de Este. No fiie Ferrara la única corte frecuentada por Fran- En los años siguientes, que vieron a Alfonso de Aragón y
cesco en su juventud. En 1412 marchó a Nápoles, donde su padre Luis de Anjou combatir por la sucesión de Juana al reino de Ná-
prestaba servicio para el rey Juan de Anjou, y permaneció allí por poles, Francesco siguió a su padre en los cambios de bando, lu-
cerca de seis años, experimentando situaciones alternativas, ora chando alternativamente por el aragonés o por el angevino. De
este último obtuvo el título de virrey y fue enviado a combatir a
gratificado con feudos y honores, ora rehén como garantía de la
fidelidad de su padre hacia la nueva soberana, Juana 11. Calabria, donde reprimió la insurrección de la población local
Es solo tras esta época cuando las crónicas lo presentan con y el amotinamiento de alguno de sus capitanes.
responsabilidades militares junto a su padre Muzio. El primer El cambio llegó inesperadamente en 1424 cuando su padre
choque en el que le vemos mencionado se produjo contra la Muzio murió cruzando el río Pescara; la gran compañía que había
creado reconoció en su hijo a su sucesor natural. Desde este mo-
tropa de otro célebre condotiero, Braccio da Montone, que es-
mento Francesco no era solamente único árbitro de su destino,
taba saqueando tierras papales. Al igual que Muzio, Braccio
sino que además se encontró al frente de una máquina de guerra
había sido alumno del gran Alberico da Barbiano, cuya compa-
experimentada y cohesionada, de las más potentes del momento,
ñía de ventura había sido la palestra de los más grandes condo-
a la que supo imprimir su personal impronta. En un tiempo que
tieros de finales del Trcce#Ío. Pero nunca hubo amistad entre los
veía la cada vez mayor difiisión de las armas de fuego, también las
dos: las diferencias personales y quizás también sus distintas
de pequeño calibre, Sforza comprendió rápidamente su impor-
aproximaciones al campo de batalla -más impetuoso Braccio,
tancia y como ejemplo es bien conocida su preferencia por la es-
más prudente Muzio, si bien estas diferencias han sido matizadas
pingarda, "que valía por cuatro ballestas" según él.
por la historiografía más reciente- alimentaron una rivalidad A la muerte de su progenitor, la mayor parte de sus intereses
entre escuelas militares destinadas a sobrevivir a sus creadores
gravitaban sobre el reino de Nápoles, donde tenía los feudos de
y a teñirse de connotaciones políticas, definiendo grupos de con- Benevento, Ariano, Manfredonia y otros castillos, y donde, sobre
dotieros que no solo militaban siempre en bandos opuestos, sino todo, contaba con el favor de la reina Juana, que se apresuró a
que perseguían objetivos antagónicos. Fue por esos múltiples reconocerlo como sucesor de Muzio. Así Francesco decide con-
significados que tenía el inminente enfrentamiento con Braccio tinuar la guerra contra el rey Alfonso, al que infirió un golpe du-
da Montone por lo que Muzio quiso que su hijo Francesco estu- rísimo con la toma de Nápoles, gracias a la traición del alcaide
viese con él. Y las expectativas paternas no fueron defraudadas: del castillo Giacomo Caldora.
Francesco se distinguió por su ímpetu y coraje, hasta el punto Tras cumplir sus tareas para con la reina Juana, el Sforza
de merecer el cinturón militar y ser nombrado capitán. Tenía podía evaluar otras co#cJoííe. Pasó brevemente al servicio del
dieciséis años y era el principio de una extraordinaria carrera. papa -para reducir a la obediencia a Corrado Trinci, señor de
> REPÚBUCA AMBR0mNA. Tras la muerte del A LA CONQUISTA DEL ESTADO
último de lo§ Visconti, y con §Íorza lejo§ de
La perspectiva que se abría con esa promesa era cuando menos
Milán, se produjo Lin repentino vacío de poder.
tentadora. El duque no tenía más herederos que Bianca, nacida
El duque, ante§ de morir. había legado el ducado
1426 y 1428 las ciudades de Brescia y Bérgamo. Para el duque siguientes el Sforza militó en la liga compuesta por Florencia,
de Milán fue un duro golpe. Francesco cayó en desgracia y solo Venecia y el papa para combatir al duque de Milán.
el éxito de una misión en Toscana -donde impidió que Luca ca- Solo la oferta de dar finalmente curso al matrimonio indujo
en 1438 a Francesco Sforza a suspender las hostilidades, pero se
yese en manos de Florencia, aliada de Venecia y por tanto ene-
miga de Milán- le permitió redimirse a ojos de Filippo Maria. trataba otra vez de una treta del duque: mientras negociaba con
Este seguía necesitando capitanes eficaces para continuar la gue- Francesco, mandaba al capitán Niccoló Piccinino, brflcccsco, a
rra contra la Serenísima, especialmente tras la imprevista deser- que arrasara a sangre y fuego sus dominios en Romaña. Como
ción de Niccoló da Tolentino, y ante esta necesidad de retener a resultado de esta política se produjo un acercamiento entre Ve-
necia y el Sforza, al que se le ofreció el mando de la liga anti-mi-
quien pudiera dar un vuelco a la guerra prometió en matrimonio
al Sforza a su única hija, Bianca María, y le con- lanesa, la adscripción al patriciado de la Serenísima, así
cedió algunas tierras en feudo y el privilegio como la promesa de reconocimiento del dominio
de adoptar desde entonces el apellido Vis- sobre los territorios que el capitán sustrajese a Fi-
años de edad, Bianca María Vi§conti, hija ilegitima de f i- sencia de los esponsales, celebrados en Cre-
lippo Man'a Vi§(onti, duque de Milán, e§ prometida al {on- mona -ciudad que constituía la dote de la
dotieío Francesco §forza. Moneda de (ambio en la
esposa-el 24 de octubre de 1441.
enreve§ada politica de su padre, Bianca María e§ prometida £
En los años sucesivos las relaciones entre
a otros pretendientes, aunque Íinalmente en 1441, con
ló años, contrae matrimonio con el §forza, que llega a suegro y yerno siguieron siendo tensas, e in-
lo¡ 40. dujeron al Sforza a implicarse cada vez
En 81 año 1441 Sfi]rza abandi]na
'dao#n%#rvau:|VsBB:v#!i/Énü,BB|a Hungría
B_fírq?rg RBpúqlipa hbrosianEi.
EF1448sB_r?b_B!ay\paÉtaÉ
E±
VBnBciEi. En 1451 Bh{rBí\eñ ís,__ =
Tras la victi]ria milanBSB Bn
su'z0?*.*Lg BBBsstcBaí;to!i!npeosrBv#4n%!á:f"za
o:u:#eMÉ.cÉff:#
`,1
ii Ancona
`-- 0 `-`-+J,iü-a Q_-
SFORZA
al podBrDso con,dotjero. A LA CONQUISTA
T.T\\:\j:a+Éíff;.e,m ,0 •, I B*o DEL ESTADO `
'JrL 1428/1450 '
pe:#,sps#e=: p*ü,---- ----- ___,¡
-"£a::ri£l:i::-
\`C)y
Apuiia (Las Pullas)
-7.¥-f'¥'',:éQ¿
I
H
•`\ .TBrritorio milanÉs y E]I.iEido (aprDx. 1435)i
BonquistadBgranpartBdB la MarEadBAnBona,, .:.fi
mano: cuando las tropas milanesas asediaban Cremona -dote (inclu§o trató de asesinar a §u enemigo), por m᧠que en mu(has ocasiones militaron
de Bianca y por tanto dominio s/orzesco- la Serenísima decidió en el mi§mo bando. Físicamente, Pi{(inino no tiene el porte de §Íorza. a quien las
respecto a los decenios precedentes: ino era ya el control de al- le describe como o§ado y belico§o. siempre preparado para lanzarse a la lu(ha. La ve-
locidad e§ una de §Lis armas, haciendo u§o tambíén del {ontinuo hostigamiento a la
gunos territorios fronterizos, sino la conquista de Milán! Frente
Íuerza adversaria como método para debilitarla. Por todo ello, sentía predílección por
a esta gravísima amenaza, a Filippo Maria no le queda más re-
el u§o de la (aballería ligera, cuerpo al que pre§taba toda §u atención. Nun(a le acom-
medio que buscar de nuevo un acuerdo con el Sforza, al que pañó la §uerte en su enírentamiento casi pmonal con §forza (normalmente terminaba
nombra capitán general. derrotado o burlado por este).
Eu | DEsflERTAFERRn
sobre el campo de batalla. Rechazó las contraofertas hechas por miento de la Liga ltálica ( 1455). Frente a la imposibilidad de crear
Venecia, deseosa de atraerlo a su bando, y comenzó la recupera- un gran estado nacional, los poderosos de la Península convinie-
ción de los dominios milaneses, que en pocos meses concluyó casi ron que la única solución capaz de garantizar el mantenimiento
totalmente, amenazando seriamente a la Serenísima. de la paz era la creación de un sistema político que autoregulase
AI Sforza se le abrían ahora dos posibilidades: apuntar al du- las tensiones y los conflictos, y que en la consecución de este fin -
cado de Milán o conquistar la Tem2/erma veneciana. La decisión en un tiempo de poderes universales, !.# prc.m!.s el lmperio- en-
no era fácil, pero -como con una distancia de veinte años de los contrase su legitimidad internacional. De este nuevo sistema, que
hechos narraba el dux Cristóforo Moro- al final prevaleció en el con oscilaciones fiincionó hasta final de siglo, Francesco Sforza
condotiero la conciencia de que solo el ducado de Milán, gracias fiie artífice y pilar. Como observó Maquiavelo, la Liga ltálica per-
a su forma de gobierno principesca, podía ser legado ``cz' swoz. mitió al Sforza conservar ``sin excesivo esfuerzo" aquello ``que con
/i.gJ!.oJÍ."-"a sus hijitos''-. Francesco, por tanto, hizo las paces con sumos afanes» y ``por su gran valor y los recursos que su ingenio
la Serenísima y a cambio obtuvo carta blanca para la adquisición podía suministrarle" había adquirido (E/ Pr!'#c!.pe, VII).
del ducado. EI Sforza acampó fiera de Milán hasta que esta se rin- Un presupuesto para el fiincionamiento eficaz del sistema de
dió: hasta ese momento no asumió el gobierno como duque. la Liga ltálica era el mantenimiento de una estrecha conexión
De todos los problemas que se le planteaban al nuevo príncipe, entre las distintas cortes, que garantizase una especie de supervi-
el mayor era seguramente el que concernía a los fundamentos de sión recíproca. De esta exigencia surge la institución de la figura
lalegitimidaddesupoder.Elemperadorsehabíaguardadodere- -hasta entonces desconocida-del embajador residente, encargado
novar la investidura ducal en Francesco, mientras que reivindica- no solo de mantener las relaciones diplomáticas sino, sobre todo,
ciones sobre el ducado de Milán fiieron avanzadas tanto por el rey de comunicar informaciones, rumores o sospechas. También en
de Francia (en virtud del matrimonio de fines del Trecenfo entre este campo el duque Francesco no iba por detrás de nadie: su apa-
Válentina Visconti y Carlo di Vdois) como por Alfonso de Aragón rato de información (embajadores, nuncios y espías) era tal que
(por un testamento de Filippo Maria del que, sin embargo, no podía permitir definirse, en una carta célebre, como "el señor de
había rastro alguno). las noticias".
y que culminó con el naci- del momento, la desaparición de otras (como los estados de Fa-
> 10RRE DE FILARETE, construida en tiempos de Fran(esco §Íorza por el arquitecto Antonio di Pietro Averlino en el antiguo Castillo de
Milán, y {onvertido entonces en el Ca§tello §Íorzesco, que es (omo ahora §e le coíio(e. Al po(o de §er nombrado duque de Milán,
Í France§(o §Íorza injció la re(on§tru(ción del {a!tillo, §ede de su poder. La torre aqui representada es una de §u§ pocas adicione§
personale§ que se conservan, habida cuenta de que, posteriormente, la fortaleza §uírió muchas ampliaciones de mano de sus su(esore§,
Á d [ I ,. ,
SFORZA
DUQUE DE MILÁN
Pescara
Maiifredooiria Ban¿ LÁ PAZ DF LODI
0
:' í?
J6érió``ja'
I'-.Í?+,
14S4
Apulia (Las Pullas)
Saboya J"
Saluzzo
iviterbo
C0H\o Reino de Nápoles
go'ÍO
{, 0
de Génoia df' rdrpnio
Piombino
1 , 1 1 íl lt
LA LIBA ITÁLIBA
sus i:láusulBs.
Cerdeña Sicilia
cino Cane o de Ottobuono Terzi) son difícilmente explicables en Por esta razón, cuando el condotiero Jacopo Piccinino, hijo
clavepolítica,ytienenquevermásbienconimponderables,como de Niccoló y jefe de un puñado de inquietos capitanes en busca
la muerte imprevista y no necesariamente violenta del condotiero de tierras y fortuna, parecía poner en peligro el equilibrio traba-
en cuestión, como por ejemplo Facino Cane. En resumen, parece josamente construido en la Península, Francesco Sforza, con la
que a comienzos del Q#affnoce7?ío aún había espacio para inicia- complicidad de otro pivote del sistema italiano, el rey de Nápoles
tivas de estructuración territorial promovidas por condotieros, y Ferrante, no dudó en organizar la conjura que llevó a su elimi-
fiie solo la casualidad la que hizo que ninguna se consolidase. nación. El tiempo de los estados de condotieros había pasado
No fie así, en cambio, en la segunda mitad del siglo, cuando para siempre.
el cuadro aparece profiindamente transformado. El nuevo sistema
político, centrado en la Liga ltálica y que había estabilizado el
orden existente, parece dejar un exiguo margen a las ambiciones
de los condotieros, vistos por las potencias como elementos per-
BIBLmERAFÍA BÁsl[A
turbadores. Por una paradoja, extraña solo en apariencia, aquel
B".irii. N. (lHHH).. L'Bsercito dBl duca. OrganizzazionB militEire 8 istituziDni al
que cerró el espacio político a los capitanes de ventura fiie uno de
ellos, de hecho el único capaz de "estatalizarse" y crear una dinas- tBmpo dBgli Sforza (1450-1480),R"a.
tía: Francesco Sforza. Una vez desechada la armadura para asumir Mmrirri\\"uNrkn.A.(+E").`FrEinEBsi:osfDrza,.inoizionariDBiogrBfiBDdBglilta-
el cetro principesco, su mayor preocupación fiie la de cristalizar //.6n/., vol. EiEi, RDm, F]p, 1-15. DispDniblE en: www.trE[Bani.it/
el statu quo y vigilar para que ningún otro capitán buscase seguir EnBiBIDPEdi@/fr@nBESBD-i-sfDrza-duca-di-milano (DiziDnariD-
`ü la historia del Bajo Medievo, con tres líneas principales.. la historia pol{tica (con especial atención a las dinámicas constitutivas
del estado), la historia de la lglesia (sobre todo del obispado) y los lenguajes políticos del primer Renacimiento. Autor de varios
l`ipros y artículos, entre sus últimas publicaciones destaca "e ltali&n FLenai\ssance st&ie, junto con l. Lazzarini (Cambridge uni-
`.--`:h*rsitypress,2012).
c\,
Páginas: 645 de las piezas, reaJi.a como son, es la base de esta labor, también se aborda su representación icono-
Autor: Gustavo García Jiménez gráfica -numismática, pintura, escultura ...-, apartados que cierran cada capítulo, muy sabrosos
llustrador: Gustavo García porque ayudan a una mejor mirada sobre piezas arqueológicas en que a veces una contemplación
ocasional soslaya esos detalles. Van a abordarse así los distintos tipos de armas, con todos sus ele-
Jiménez
mentos, algo indispensable si quiere entenderse cómo la panoplia lateniense es adaptada y transfor-
Editor: Éditions Monique
mada en la Península, por ejemplo en lo que respecta a las vainas o la suspensión de las espadas en
Mergoil
la Celtiberia. Se comienza con las espadas, para seguir con el escudo oval, las lanzas y los cascos,
Web editor:
antes de dedicar un apartado a las panoplias en su conjunto, indispensable para una compresión del
www.editions-monique-mergoil.com
contextoenqueaparecenyseempleanlasarmasestudiadas.Encadaapartadoserealizaunadisección
de las piezas digna de entomólogo, ya sean hojas, vainas o métodos de suspensión en la espada, o
manillas, orlas y wmbo#es en los escudos, para valorar morfologías, tipos peninsulares, cronologías
y distribución geográfica, todo aderezado con material gráfico perfectamente ilustrativo. Entre los
apartados que personalmente me han resultado más excitantes cabe destacar el que dedica a la pe-
renne cuestión del gJadi.ws h!.spa#¡.c#ses y aquellos en los que analiza las posibles influencias externas
sobrecadatipodearma.SolorestadecirquecualquierinteresadoenelarmamentodelaProtohistoria
europea hará bien en hacerse con este libro, una joya.
EI lmperio Plantagenet,1154-1224
Durante dos generaciones la dinastía de los Plantagenet reunió diversos territorios en Europa occidental
y edificó un "imperio" (etiqueta, ya de entrada, discutible). Martin Aurell muestra una imagen de este
particular imperio y ofrece un libro que supera la habitual narración descriptiva de hechos y batallas.
Estructurado en capítulos temáticos, Aurell escudriña las disputas internas en el seno de la corte e indaga
sobre los colaboradores y oficiales al servicio de la dinastía angevina. Aún reconociendo el vasallaje a
los Capetos por sus posesiones continentales, los monarcas Plantagenet elaboraron un discurso ideo-
lógico basado en la historia reciente de la casa real inglesa y los ancestros normandos, en la evocación
de leyendas (Bruto, Arturo, Roldán) y en la recopilación de temas mitológicos troyanos. Enrique 11 y
ISBN: 978-84-7737-594-4
sus hijos (especialmente, Ricardo I Corazón de León) utilizaron la propaganda y la historiografia para
Páginas: 482 legitimar su poder, justificar sus decisiones políticas y explicar sus errores. El estudio de las aristocracias
Autor: Martin Aurell
permite al lector acercarse a la forma de gobierno del lmperio Plantagenet, al estilo itinerante de Enrique
Traductor: Bernardo Santano 11 y Ricardo I (frente a un Juan sin Tierra recluido en sus palacios) y al mantenimiento de constantes
Moreno negociaciones con las élites locales. El férreo control real en lnglaterra y Normandía contrastó con las
Editor: Sílex Ediciones-Uni- pugnas constantes y la indocilidad de un puñado de familias aristocráticas bretonas, angevinas y aqui-
versidad de Extremadura tanas, entrando Aurell en una discusión sobre los límites de la autoridad real y las complejidades del
Web editor: feudalismo. Hasta tal punto las relaciones de Ricardo 1 y Juan sin Tierra se deterioraron en Normandía
www.silexediciones.com que, cuando el ducado cayó en manos de Felipe 11 Augusto de Francia en 1204, los nobles locales prác-
Reseñador: Oscar González ticamente le abrieron las puertas. Los monarcas se rodearon de consejeros y oficiales de diversos sectores
sociales (Tomás Becket pertenecía a una familia de comerciantes), aunque concedieron mayor prefe-
Camaño
rencia a los ingleses sobre los normandos. La promoción de una pequeña nobleza de servicio nutrió el
séquito de los monarcas Plantagenet y en el ejército los mercenarios fueron un elemento esencial, en-
frentándose a las rebeliones aristocráticas. El asunto Becket, que culminó con una ostentosa penitencia
del rey, erosionó la popularidad de Enrique 11 y se planteó como una defensa de las libertades clericales
frente al autoritarismo regio. El resultado es un libro analítico y documentado sobre los engranajes del
poder de los Plantagenet, sobre su alcance y sus limitaciones.
www.lrt-editions.com un artículo de Ruben Post), pero por lo demás un libro que atraerá a todos los interesados en el mundo
militar helenístico.
54 | DESFIERTAFERRn
XYSTON
15 mm.
turas de Antigüedad de 15 mm, tan buenas como les fuera po- plazo: cogen una gama, piensan qué re-
sible, para sus ejércitos de DBA. La gama fue diseñada para ferencias le pueden hacer falta y sacan
cubrir el periodo desde las guerras de Macedonia hasta esas figuras hasta que la gama está com-
las Guerras Púnicas, y creció para incorporar una pleta. Cuando ya queda poco para ter-
serie de barcos de escala 1 :600 e incluso una pe- minar, empiezan a pensar en la
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stamos,probablemente,anteunodelosmejoresjuegosdeSte- En cada ronda cada jugador lanza dos dados -el juego trae
E fan Feld. Es lo mejor que puedo decir al comienzo de esta re- unaparejadedadosdelcolordecadajugador-yselanzaundado
blanco, que indica a qué almacén irán los mercancías que entran
seña.Comotodoslosjuegosdeestediseñador-paraaquellosque
los conozcan- posee unas mecánicas muy elegantes y tremenda- enjuegoenesaronda.Demodoquelasaccionesquelosjugadores
mente bien engarzadas y un tema pegado, que resulta casi irrele- puedenhaceresusarlosvaloresobtenidosenlosdadospara:con-
vante para el funcionamiento del juego. seguiralgunalosetahexagonaldeltablerocomún,colocarunalo-
Teóricamente, los jugadores son señores feudales en la Bor- seta de su ``banquillo" a sus dominios, vender alguna mercancía
de las que tiene en sus almacenes o contratar trabajado-
goña de la Baja Edad Media que buscan
ampliar sus dominios y desarrollarlos res. Además de usar los dados puede comprar por 2 pie-
zas de plata una loseta del centro del tablero común, que
para ganar riqueza y prestigio. Para ello
deberán construir edificios en las pobla- solo pueden ser adquiridas de esta manera, por 1o que
ciones de sus territorios, desarrollar sus conseguirplataesunanecesidadparatodoslosjugadores
rebaños de ganado, controlar la navega- (de ahí la utilidad de poner en tus dominios minas de
ción y el comercio por el Loira, adquirir plata,quetedanunapiezaporturno).Elordenenelque
nuevos castillos y explotar minas de plata se adquieren/compran las losetas es importante, de ahí
alavezquemejoransucapacidadorgani- quehayaunainevitablecompeticiónporlainiciativaque
zativa y hacen más eficaces sus acciones. va haciendo variar el orden de juego de ronda a ronda.
Los jugadores irán ganando puntos a lo Puede parecer que tiene mucho azar pero los traba-
largo de cada turno de juego y en una jadoressonunmecanismofimdamentalparacontrolarlo,
puntuación final que también añade gran yaquepermitenmodificarelresultadodeundadoen+/-
cantidad de puntos al total de cada juga- 1,demodoqueteniendotrabajado-
dor. Ir completando los propios dominios res disponibles puedes hacer que
da más puntos de victoria al comienzo tus dados sean los que necesitas
aunque la tirada no te los haya
quealfinaldelapartidaporloquehayes-
trategias a corto y a largo plazo, que pue- dado. Además, al poder usar la op-
den ser complementarias, pero no hay una "estrategia ganadora" cióndecompraylosdadosenlase-
cuencia y orden que desees, la
y ello le confiere al juego una "rejugabilidad" altísima, rasgo po-
tenciado por el resto de las mecánicas del diseño. posibilidad de establecer "combos»
La ambientación del juego es el marco en el que las brillantes muy útiles está servida y es la clave
mecánicas entrelazadas permiten que el juego fluya de modo di- del éxito en el juego. Igualmente
námico, ágil y emocionante. haylosetasdemejoras-lasdecolor
Una partida dura 5 turnos y en cada uno de los turnos se jue- amarillo- que permiten ``modifi-
car" algunas reglas a tu favor una
gan cinco rondas. Hay un tablero común, en el que se van regis-
trandolosturnosylasrondas-quesemidenporladisponibflidad vez las tienes implantadas en tus
de mercancías, una nueva por ronda- , los puntos de victoria de dominios.
cadajugadoryquetieneespaciosenlosquesecolocanlasdiversas Eljuegofimcionaestupendamentebienparatodaslasposibi-
losetas hexagonales que representan todas las adquisiciones que lidades, desde 2 a 4 jugadores. No obstante hay que decir que al-
los jugadores pueden hacer. Las losetas son de diversos tipos y se gunosjugadorespuedenverincrementadasuinquietudsijuegan
colocan al azar al comienzo del tumo. Estas losetas y los almacenes a 3 ó 2, puesto que en estos casos no se usan todas las losetas y
paralasmercancíasestánasociadosaunodelosposiblesresulta-
hayalgunasmuyvaliosasquepuedensalirenunaspartidasyotras
dos de ld6, de modo que hay 6 almacenes y 6 espacios para las no.Encasodejugar4jugadores,unjugadorconexperienciasabe
losetas, numerados del 1 al 6. Luego cada jugador tiene su propio cuántas losetas fütan por salir y cuáles,
tablero en el que desarrolla sus dominios colocando las losetas lo que es más importante.
que adquiere en el tablero común; este tablero individual puede Endefinitiva,unjuegoemocionante CASTILLOS DE
además ser diferente para cada jugador. Una vez las adquiere pri- y divertido, tremendamente exigente B0RGOÑA
mero tiene que colocarlas en una especie de "banquillo" y luego, con la capacidad de previsión de los ju-
Autor : Stefan Feld
desdeahí,yalaspuedeañadirasusdominiosyaplicarsusefectos, gadores y su flexibilidad para adaptarse Editor: Alea / Ra`'ensburger
quedependiendodequélosetaseavadesdeganarpuntosdevic- a los imprevistos, pues es muy común Año de edición: 2011
toria directos a adquirir inmediatamente otra loseta del tablero que otro jugador se te adelante al coger Para 2-4 jugadores
central o ganar piezas de plata. En este tablero cada jugador em- algo que querías/necesitabas y tengas A partir de 12 años
que cambiar de planes sobre la marcha. Duración media: 90 minutos
piezaconuncastinoyapartirdeahítienequeirexpandiendosus
Equilibrado y excelente. Complejidad: baja/media
dominios.
Clash of Cultures Cacsar 's War: The
Z-MAN GAMES ConquestofGaul,
58-52 BC. DECISION
Muchos aficionados veteranos
GAMES
recordarán el clásico G.vi.Ji.za-
f!.o# que publicó Avalon Hill
en su di'a y que llegó a tener in- Con la que está cayendo, la ini-
cluso una edición en español, ciativa de Decision Games de
o el juego del mismo nombre publicar una panoplia amplí-
que ideó Sid Meier para ordenador y que luego tuvo una versión de tablero. sima de miniwargames a precios
El juego que ahora presenta Z-Man Games ofrece algunas similitudes básica irrisorios solo puede movernos
con aquellos, que lo hacen muy atractivo: cada jugador comienza con una al aplauso. Si la colección ``folio"
civilización aún en sus primeras etapas, y la ha de conducir con todo el (carpeta), a la que pertenecen
acierto del que sea capaz a lo largo de la historia, haciéndola avanzar en dis- juegos ya reseñados aquí como
tintos "frentes" de progreso como la construcción de ciudades y su expan- Chalons, Acre y Arsufi ya ten£a
sión, la consecución de "avances» (en áreas como agricultura, educación, un formato económico, ahora se
navegación, ciencia, milicia, espiritualidad, etc), ``objetivos", "maravillas" nos presenta una nueva serie
(como grandes pirámides, gran muralla o gran biblioteca) y "eventos''. El bautizada como "mini" con jue-
juego contiene 48 tipos de "avances" distintos organizados en algunos casos gos también en una carpeta...
de forma secuencial. Aunque no se trata de un juego estrictamente de his- ipero de tamaño cuartilla! Obviamente, son idóneos para "oxigenarse"
toria (el tablero se organiza de forma aleatoria en entre juegos de más envergadura, o para introducir al hobby a las nuevas
cada partida, para aumentar su impredecibilidad) , generaciones, pero manteniendo siempre un grado de corrección histórica
sí que nos ofrece un marco que nos hará com- Para 2-4 jugadores notable. El primero de estos juegos nos lleva a la Guerra de las Galias que
A partir de 14 años tan amenamente escribió el propio César con su propio síi.Jws. Se trata de
prender mejor el desarrollo de las civilizaciones
antiguas. La edición es de gran calidad, con infi- Duración media: 3-4 un juego estratégico donde un jugador controla a los galos y las tribus bri-
nidad de miniaturas de plástico, cartas y "losetas" horas tanas y germánicas aliadas, y el otro jugador controla a los romanos. El ta-
de cartón. Complejidad: blero se organiza en un número reducido de casillas interconectadas que
baja/media definen las rutas principales de maniobra de las legiones en la Galia, así
como hacia Britania y a través del Rin hacia Germania. El corazón del
juego es el pequeño mazo de Cartas de Campaña que tiene cada jugador.
Estas cartas generan reclutas, permi-
ten mover, ayudan en los combates y
Belisarius War: The Roman Reconquest of Africa, desencadenan acontecimientos his-
AD 533-534 tóricos. En las batallas cada bando
posee ciertas cualidades propias (dis-
DECISION GAMES ciplina romana, ferocidad gala). Se
contemplan aspectos como campa-
Segunda novedad de la colección "mini" que reseñamos en este número. En el año 533, el
mentos, asedios, moral de las tropas
emperador del lmperio Romano de Oriente, Justiniano, comenzó la reconquista de terri-
e influencia de los mandos como
torios del lmperio de Occidente que habían caído en manos de los bárbaros durante el
César o Vercingetorix. Componentes:
siglo anterior. Al frente de esas campañas estaba el general Belisario. BeJi.sar¡.#s5 Wflr es
1 mapa de 28x42
un juego sobre la guerra contra los vándalos, en la que re-
cm, 40 fichas, 18
conquistó el Norte de África. Se emplea el mismo sistema Para 2 jugadores Para 2 jugadores
cartas y regla-
de juego que en Caesar 's W4r: mapa de casillas interconectadas, Cartas de Campaña A partir de 14 años.
A partir de 14 años. mento.
que son el motor del juego, sistema de combate sencillo, etc. Contempla aspectos Duración media: 1 -2 Duración media: 1 -2
como los hunos, rebeliones, emboscadas o Procopio. El diseño de ambos juegos es
horas horas
obra del siempre inquieto e interesante Joe Miranda. En fin. . . iqueremos más! Com-
Complejidad: baja Complej idad: baja
ponentes: 1 mapa de 28x42 cm, 40 fichas, 18 cartas y reglamento.
es nada fácil ya que el juego recrea muy bien el potencial humano PBEM.
de los romanos y su capacidad para sobreponerse a cualquier de- - No hay posibilidad de jugar con los
rrota dolorosa. Todo el escenario está repartido por teatros en los romanos.
Í¥:¥'.£':*£
J"*?lT:#;'lim¥®b£+%i,`gs
Lsts.iont`m`aosbgii®Sbs
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MEDIEVAL
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RRÁNEO. LA PENÍNSULA IBÉRICA FUE UNO DE LOS ESCENABIOS MÁS SANGRIENTOS DE LA GUERRA
Y UN FRENTE DE IMPORTANCIA VITAL PARA AMBOS BANDOS. LA DISPUTA POR SU CONTROL EMPEZÓ
EL MISMO AÑ0 218 A. C. CON EL DESEMBARCO DE LAS TROPAS ROMANAS EN EMPORION.
..: fi,.&
por Roger Riera
QúW`:*3*: Unwersit;t4utb-noma¢*eBarcelona , `t +\ ¢ -
edio centenar de naves de guerra romanas con casi El desembarco en Emporion comportó consecuencias positi-
grandes conflictos mediterráneos de la Antigüedad. El desem- tían ya entre la península ltálica y el norte de lberia en el siglo 111
barco se produjo sin oposición, pues la elección de Emporion a. C. (y que podemos remontar hasta época etrusca gracias a ha-
como cabeza de puente no fiie casual. Roma mantenía buenas re- llazgosarqueológicos),ydelosconocidostratadosdelosaños231
laciones con Massalia y, aunque ello no implicara necesariamente y 226 a. C. con Amílcar Barca y su yerno Asdrúbal, Roma envió,
que tuvieran el mismo trato con Emporion, ambas ciudades se en los prolegómenos de la 11 Guerra Púnica, a un par de embaja-
encontraban en medio de un conflicto donde tenían muy poco das con distintos propósitos hasta las tierras de poniente.
que decidir a nivel militar y mucho que ganar a nivel comercial, SegúnPolibio,unaprimeradelegaciónfiieenviadaaCartago
siempre, claro está, que apoyaran a la facción vencedora. Nova en el 219 a. C. para disuadir a Anibal de continuar con el
La ubicación geográfica de la colonia focemasaliota era la asedio a Sagunto. Pero Anil)al no hizo el menor caso a las ame-
mejor opción a nivel estratégico para los intereses romanos, cuyo nazas romanas y despachó a los legados romanos sin más dila-
objetivo principal, recordemos, recaía en cortar las comunica- ción. Al año siguiente, con Sagunto ya en manos cartaginesas y
ciones y vías de aprovisionamiento al ejército de Anibal. En este mientras su general preparaba la expedición a ltalia, una se-
sentido, eran varias las ventajas que ofrecía Emporion frente a gunda embajada romana fiie enviada al norte del Ebro. La mi-
otros puertos levantinos. En primer lugar, se encontraba en los sión de estos legados consistía en establecer alianzas con los
límites de la zona bajo dominio cartaginés de la Península lbé- pueblos ibéricos y galos por los que Anibal tendría que cruzar
rica, de modo que se evitaba así un posible ataque por retaguar- en el -aún hipotético- caso de realizar una expedición terrestre
dia; además, estaba adscrita dentro del territorio de los indiketes, hasta ltalia. Esta embajada tuvo escaso éxito, pues si bien consi-
los cuales, según parece, aún no habían tomado partido por los guierongranjearselaalianzadelosbargusios,enlamayorparte
cartagineses; y por último, la colonia estaba situada muy cerca de la Galia fiieron rechazados (y no debe extrañarnos, teniendo
de la antigua senda que cruzaba los Pirineos hacia la Galia por en cuenta la derrota gala en Telamón, en el año 225 a. C. -véase
el actual Coll del Pertús, una vía de alto valor estratégico. Desperta Ferro n°2-, con abundante presencia de galos transal-
DESFIEfi!TAFERRn | El
±EEE-
\.
> "R^C0 s€ (onvirtió de§de su funda(ión por 1o§ E§cipiones (PIínio, #/.JÍon.a M/ura/ 111.21) en la ba§e de opera(ione§ de Roma en la Penín§ula primero de naturaleza militar Ú^acJ/.d/.«m)
í,`
=.
paía pronto cowertir§e en ciudad, amque no será hasta el 45 a. C. (uando reciba el e§tatu§ de {olonia. La primera Ía% de §u§ MumLLA§ §e ha datado entre 217 y el 197 a. C.,
!\
3
esto es entre la Íundación del p/aef/.d/.um y el e§tallído de la gran rebelión indígena que (atón §oÍocó en 195 a. t. §e trataba de una muralla de unos Ó m de altura y 4,5 de anchura,
E- de paramento megalítico y reforzada (on torres cuadradas de alzado de §illare§, de las que se (on§ervan tres: la de Minerva, Arquebisbe y Cabj§col. En el último tercio del §. 11 a. C.
§e amplian la§ "rallas para dar cobijo a una población en expan§ión, ya que Taíraco §igue siendo el lugar de arribada de la§ tropa§ que {ombaten en la (eltiberia, junto a lo§
habitante§ indigenas y la población flotante que §igue al ejér(ito: §umini§tradores (redempíowJ), mercaderes (negoí/.Íaíowí), pro§titutas, etc. . . §e trata de un muro de laígo§ lienzo§
de o7uJ 7uadraíum elevado §obre un zó(alo de bloque§ megalíticos y §in toríes, con una an(hura de ó m y una altura que alcanza los 12 m.
pinos). Tan solo Massalia declaró abiertamente su apoyo a la gete a reemprender la ofensiva, pero aún así no debió de sentirse
causa romana. preparado puesto que seguidamente se retiró hacia el sur, aban-
donando a sus aliados. Escipión venció de nuevo a los ilergetes
y puso cerco a su capital, Atanagrum -cuya ubicación descono-
Ít íli:d.tde:T:essce;f.-;::s;;eilaTeó;iíea::r:j:íae:|:;:`;.iT:a.;:,i::i cemos- hasta que capituló. Acto seguido se dirigió hacia los au-
L¿;L ~ Ródano y detener el avance de Anibal. Sin embargo, los planes de setanos, rodeó su principal ciudad y la cercó durante un mes.
.iÉL Escipión se esfúmaron cuando descubrió con estupor que Anibal Durante ese tiempo un ejército de lacetanos acudió en ayuda de
no solamente había cruzado ya los Pirineos, sino que además sus vecinos, pero en cuanto tuvo conocimiento de lo que iba a
suceder, Escipión se adelantó, sorprendió a los lacetanos durante
k. ~ . :::íí:í;uepne:a£oa :[uríoe.r=eo[oc[:neeos:e:aedr:adceo:a [:í::;íoórn;:u:á:
`,Tt \_
su marcha y los venció. Desvanecida ya toda esperanza, Amu-
'`\ las tropas mientras él, personalmente, retornaba a ltalia por mar sico,ellíderausetano,consiguiósuperarelcercoromanoyhuyó
y esperaba al enemigo en la Galia Cisalpina. Unos días después al lado de Asdrúbal. Al poco, la ciudad se rindió. Llegado ya el
de zarpar de Massalia, Cneo Escipión Uegaba a Emporion. invierno, las tropas romanas se retiraron a la costa para hibernar.
El éxito del primer asalto romano en tierras ibéricas hizo alber-
PRIMERAS OPERACIONES gar buenas esperanzas de cara al fiituro para Roma.
Anibal había confiado la defensa del territorio comprendido En la primavera del 217 a. C., Asdrúbal inició una ofensiva
entre el Ebro y los Pirineos a su lugarteniente Hannón. Este dis- para recuperar el terreno perdido el año anterior. Dispuso un
ponía de 10.000 infantes y 1.000 jinetes, mayoritariamente afri- ejército de tierra y una flota de 40 navíos y avanzó en paralelo
canos, y del apoyo nada desdeñable del rey ilergete lndibil, hacia el norte. De nuevo, Cneo tuvo conocimiento con antela-
caudillo de uno de los pueblos ibéricos más poderosos en aquel ción de los movimientos de su enemigo y decidió utilizar la
momento. El territorio ilergete se extendía sobre la mayor parte misma táctica que en la batalla contra Hannón: concentrar todo
de las actuales provincias de Huesca y Lérida, y su fidelidad a su potencial militar contra solo uno de los ejércitos. Armó su
Cartago estaba por entonces fuera de toda duda. Para poder flota y atacó a las naves de Asdrúbal en la desembocadura del
hacer frente a las numerosas fiierzas púnicas en territorio hostil, Ebro. En cuanto la batalla naval empezó a decantarse en favor
Cneo emprendió enseguida la doble labor de someter rápida- de los romanos, los cartagineses se refiigiaron en tierra, junto
mente a aquellos opp¡.da que se oponían a Roma y de procurarse con el ejército de Asdrúbal. Por esta razón es posible que el nú-
tropas aliadas entre los pueblos indígenas más cercanos. Polibio mero de bajas púnicas no fiiera muy elevado. Sin embargo, Cneo
y Dión Casio afirman que Escipión tuvo que asediar algunas pla- capturó a 25 naves enemigas y dejó a Asdrúbal huérfano de fiier-
zas fiiertes a lo largo de la costa hasta encontrarse con Hannón zas navales, circunstancia que le aseguraba el control sobre el
en Cissa, hecho que redunda en el escaso éxito de la embajada golfo de León y evitaba así quedar incomunicado con Roma.
romana de comienzos de año. Actualmente, la mayor parte de En este sentido, pese a los recientes descalabros al norte de
los especialistas opina que Cissa era el núcleo indígena sobre el ltalia(batallasdeTicinoyTrebia)yalacadavezmáspreocupante
que después se fimdó la ciudad romana de Tarraco. Cneo Esci- proximidad de Anibal, el senado romano no quiso abandonar los
pión dio muestras de conocer a su enemigo y concentró su ata- asuntos en lberia, consciente de su importancia estratégica. Publio
que sobre las tropas africanas, estando las tropas de lndibil -más Escipión fiie enviado junto a su hermano Cneo como procónsul,
duras pero menos disciplinadas- sin luchar durante la mayor con nuevas tropas. La llegada de refiierzos y la victoria sobre As-
parte de la batalla. En cuanto la infantería romana puso en fiiga drúbal en el Ebro convenció a otros pueblos ibéricos de pasarse a
alosafricanos,losilergetesnosupieronmantenerelordenyhu- los romanos. Asdrúbal, que aún conservaba intacto el ejército de
yeron con ellos. Perecieron 6.000 hombres de la alianza cartagi- tierra, coordinó sus movimientos con lndil)il y Mandonio para
nesa y 2.000 más fueron apresados, entre los cuales estaban que estos atacaran los territorios de estos nuevos aliados de Roma.
ambos caudiuos, Hannón e lndil)il. Asdrúbal Barca -el hermano Planeabadejarsinapoyoindígenaalaslegionesromanasypoder
de Anibal- que avanzaba hacia el norte para apoyarles, llegó de- así superarlas en número. Sin embargo, los Escipiones consiguie-
masiado tarde y cruzó el Ebro una vez la batalla ya había termi- ron convencer a los celtiberos para que combatieran de su parte
nado. Como no contaba con efectivos suficientes para y, mientras Asdrúbal acampaba en territorio ilercavón (en las pro-
enfrentarse por sí solo a Cneo Escipión, instigó a la j.wve#£ws iler- ximidades del Ebro), los celtiberos atacaron a sus aliados situados
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arte de li]§ turdEtani]s. MUEhi]s dB EIli]s z~a-.`::Se;Óbo?¥a8ontrebiacah`a
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rEvuBlta§ van a ser [I]nstantE!§ Bn la
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MUErte de EneD Escipión ;/
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DESFlmTAFERRn | E3
ii:jn:e:i:s!ié:!:u;E:dírii!jtva:añ::::tt::|lie::ri:HÍ:b:d:njea#;:n,#a,sa- rece mucho más lógico pensar que todos los rehenes indí-
tiva y pasan a la i]fBnsiva atravEsando g1 Ebri].
genas estuvieran en la capital de la región, Cartago Nova, y
no en Sagunto -tanto más cuando Sagunto estaba más pró-
AÑD Z14 a. [.
ximaalterritorioenemigoyCartagoNovaestabamejorde-
Tras asEqurarsE g1 contri]l dE su flanBq, i:Errando la
fendida- y que, en realidad, Livio cometiera aquí una
ruta que atravit!sa el §a/íus Casíu/ongn§/.s, li]s
extrapolación de unos hechos ocurridos más tarde.
::#u:::ats§:e:ney#:tv!u:eíñ:ya:[S:e:!e::#:#a:i#:°iso:;s:°s"
LA BATALLA DE HIBERA
ProbablementelosEscipionesdedicaranelrestodelaño217
a. C., y parte del siguiente, a realizar incursiones de saqueo
y reconocimiento en el sur del Ebro mediante el apoyo de
tropas y guías indígenas. No hay que olvidar que el saco de
campos y aldeas enemigas era una actividad muy habitual
enlaAntigüedady,dadaladistanciadelastropasescipióni-
cas con su metrópolis -y por tanto las dificultades de su
aprovisionamiento-, podemos estar seguros de que se reali-
refuerzos [ortogineses desde Áfri[o
zaron actividades de este tipo. Por su parte, en el año 216 a.
Z13 u. (. /212 o. (. 6uem.ontmsííuxenÁfíit. C.,AsdrúbalrecibiórefiierzosporpartedeCartagoparater-
E]:rbüeens:odLe[qe,¡¡érr:j,t:e{yo#Úq#:Ssá::::dÁrí,:.O:.BTorrq.so,:,doe:::,eoz:,eosbííonxd,ot:]::¡:¡sq.
minar con la resistencia romana y trasladarse a ltalia para apoyar Pese a la buena marcha de las cosas, las bajas romanas a lo
a su hermano. Después de doblegar una rebelión al sur de la pe- largo de los últimos dos años y el esfiierzo material y económico
nínsula, encabezada por un personaje llamado Calbo (o Chalbo), para mantener al ejército obligaron a Publio Escipión a pedir
Asdrúbal se dirigió de nuevo hacia el Ebro. En ese momento, los ayuda a Roma. Las finanzas del estado romano se encontraban al
Escipiones estaban asediando la ciudad de Hibera -posiblemente límite,asíque,conscientesdelaimportanciadelfrenteibérico,el
la actual Tortosa- y el general cartaginés, con la intención de di- senado pidió ayuda a ciudadanos privados. Las fiientes no preci-
vidir a las fiierzas romanas, se dirigió a una cercana ciudad que se san el volumen de esta ayuda pero, dadas las circunstancias, no
había aliado con Roma recientemente. Livio, el único autor que debiósermuyabundante.Aunasí,losEscipionespudieronsaldar
relata estos acontecimientos, no detana el nombre de dicha ciudad, la campaña del año 215 a. C. con éxito: cruzaron el Ebro y se in-
pero en el tramo bajo del Ebro se conocen varios enclaves impor- ternaron hacia el interior de la Península. He aquí que nos encon-
tantes candidatos a serlo, como el Castellet de Banyoles (Tivissa) tramos con uno más de los episodios en que los romanos, en
o San Antonio de Calaceite. Los Escipiones decidieron levantar el inferioridad numérica y territorio hostil, lograron culminar vic-
cerco a Hibera y enffentarse a Asdrúbal con todos sus efectivos.
toriosamente su misión. Livio exagera, sin duda, los éxitos roma-
Despuésdevariasjornadasacampadosunejércitoftentealotroy
nos al afirmar que ante los ejércitos púnicos reunidos de Anibal
dealgunasescaramuzas,finalmenteseenffentaronambasforma-
hijo de Bomílcar, de Magón Barca y del propio Asdrúbal, con
ciones.Denuevo,ladisciplinayveteraníaromanaseimpusosobre
60.000hombresbajosusórdenes,loshermanosEscipiónlograron
lasrecientementereclutadastropasibéricas,quehuyeronalprimer
liberardelasedioalliturgi(enlaprovinciadeJaén)yvenceralos
enviteydejaronasumercedalastropasafficanasdeambosflan-
tres generales púnicos con unos escasos 16.000 hombres. La vic-
cos. Asdrúbal poco pudo hacer para rehacerse con el centro de su
toriaserepitiópocodespuésenlntibili,dondesehabíanrefiigiado
ejército en desbandada, por lo que huyó junto con las tropas de
los supervivientes.
caballería númida antes de quedar rodeado.
Las fechas exactas de estos acontecimientos no son claras,
La importancia de aquella victoria por parte de los romanos
fiie enorme. El momento era crucial para el desarrollo de la gue- pero todo parece indicar que al año siguiente, en la primavera
del 214 a. C., los cartagineses organizaron una ofensiva contra
rra, no solo en lberia sino en el Mediterráneo entero. Es preciso
recordar que tan solo hacía un año de la gran batalla de Cannas, algunos pueblos indígenas del mediodía peninsular -incluida,
en ltalia, donde una gran parte de las fiierzas romanas -y de su de nuevo, Iliturgi- y que Publio Escipión tuvo que intervenir en
moral-había sido aniquilada; además, en ese mismo año 215 a. la zona para evitar la pérdida de un gran número de aliados ibe-
C. se iniciaron contactos entre Anil)al y el rey Filipo de Mace- ros. En ese contexto, la importante ciudad de Cástulo, controlada
donia. Por tanto, perder lberia y permitir la entrada de .un se- por los cartagineses desde hacía casi veinte años, se pasó a los
gundo gran ejército a ltalia a manos de Asdrúbal habría puesto Escipiones. El frente romano avanzó mediante una serie de vic-
las cosas realmente muy comprometidas para Roma. En se- torias sobre las tropas de Magón y del nuevo general cartaginés
gundo lugar, en el plano diplomático, aquella victoria indujo a enviado a la península, Asdrúbal, hijo de Gisgón. Así, Akra
ungrannúmerodepueblosyciudadesibéricasadecantarsede- Leuke (¿Alicante?), Munda (¿Montilla?), Orongis (laén) y pos-
finitivamente por los romanos, manteniendo también a los siem- teriormente Sagunto, fueron cayendo bajo dominio romano. A
pre beligerantes ilergetes en jaque. tenor de las fi]entes literarias, los generales púnicos manifestaron
unagranhabilidadparalevantaryorganizarnuevaslevasdesol-
dados indígenas mediante extorsión, amenaza o diplomacia; una
habilidad tan solo comparable a su incapacidad de hacer frente
a los ejércitos romanos.
> En la antigua torre de §an Magí de la muralla de Tarragona -ahora tom de Mi-
M"ENA A"ADA C0lI "A LAHZA Y 1111 [§Cul)0. Pertenece a la primera fase de la
muralla (entrc Z17 y 197 a. (.) y se emplazó (omo cvÍíoj «b/.j,"prote(tora de la ciu-
de Tarraco, como baluarte deíen§ivo Írente a lo§ púnicos y foco (ivilizador Írente a los
pueblo§ indígena§. [n una de las troneras de dicha toríe apare(ió un grarito (on una
de las inscripciones en latín m᧠antigua§ que §e conocen en la Península: M'//BM/J/
#fwfflM4 dedicatoria de un tal Manios Vibios a la dio§a Mínerva. El relieve es, proba-
blemente, obra de un escultor local, ibéri(o, que aunqiie sigue esquemas romanos denota
influencias autócto", ya que el bla§ón del e§cudo, una cabeza de lobo, tiene paralelos
en obras (omo la pátera de Tivi§§a. E§a mezcla de elemento§ está también presente en
las cinco cabezas es(ulpidas en la paíte iníerior de la misma torre, de caíácter apo.
A medida que el dominio romano sobre el Levante penin- con los cartagineses y Masinisa. Trabó combate contra las tropas
sular se extendía y fortalecía, menor era la dependencia material de lndibil, y las habría superado con facilidad si no hubiera apa-
y humana respecto a Roma, y con Cástulo bajo su control, dis- recido el ejército de Masinisa. Las tropas romanas mantuvieron
ponían también de una base de operaciones sólida y bien si- la balanza equilibrada y el resultado era aún incierto hasta que
tuada. Una vez asegurada la mitad norte de la costa peninsular, llegaron también las fiierzas de Magón y Asdrúbal Gisgón. Ahí
Publio envió una embajada al rey númida Sífax exhortándole a terminó todo. Acosado por varios frentes y en clara inferioridad
iniciar una ofensiva contra Cartago. En un primer momento numérica, el ejército romano fiie completamente aniquilado, pe-
Sífax accedió, pero los cartagineses supieron contrarrestar rápi- reciendo el mismo Publio durante el combate.
damente este nuevo frente ganándose el apoyo de Gala, monarca Conelorgullorecobradoydeseososdeponerfinalalacraro-
del reino vecino de los masulios. Y en este sentido fiie de especial mana en lberia, los cartagineses mandaron a Masinisa y sus nú-
importancia la actuación del hijo de Gala y heredero al trono, midas contra el ejército en retirada de Cneo Escipión. Les
Masinisa. Fue este general quien derrotó a Sífax en África y acosaron día y noche, ralentizando su avance, negándoles el des-
canso, hasta que finalmente fiieron alcanzados por Asdrúbal y las
quien posteriormente se trasladó a lberia para apoyar a los car-
tagineses junto con su temible caballería númida. fiierzas de apoyo de Magón y Asdrúbal Gisgón. Cneo acampó y
preparó sus defensas en una pequeña colina cerca de llurci
(Lorca), pero no fiie suficiente para detener el ataque cartaginés,
LA OFENSIVA DEFINITIVA SE TROCA EN DESASTRE
El silencio en las fiientes relativo a los años 213 y 212 a. C. parece quefinalmentesuperóelcercoycayósobreeuos.Elsegundoejér-
cito romano fiie destruido y con él también su general. Un pe-
coincidir con un estancamiento en el ffente de guerra. Es en este
queño grupo de soldados logró escapar y avisar del desastre a la
contexto que Publio y Cneo deciden apostarlo todo y hacer algo
guarnición romana más cercana, desde la cual huyeron hacia el
que, según Tito Livio, nunca antes había hecho un general ro-
Ebro. El resto de la campaña de ese año debió de ser un paseo
mano: contratar tropas mercenarias; concretamente, celtiberos.
triunffl cartaginés, recuperando plazas y ciudades y apresando
Así, en la campaña del año 211 a. C., decididos a aplastar de forma
guarniciones romanas. Si bien Asdrúbal no pudo -o no se atre-
simultáneaalosejércitospúnicosparaevitarquepudieranseguir
vió- a cruzar el Ebro, todo el territorio al su de este se encontraba
regenerándose, los hermanos Escipión dividieron sus fiierzas. Pu-
denuevobajosudominio,ydenuevolabalanzadepoderenlbe-
blio, estacionado en Cástulo, se hizo con 2/3 partes del conjunto
ria parecía estar del lado de Cartago. Por un tiempo, al menos.
de fiierzas romanas y marchó contra Magón y Asdrúbal hijo de
Gisgón. Por su parte, Cneo, que lideraba al resto de tropas y a los
mercenarios celtil)eros, avanzó desde Orsón (Osuna) para enffen- BIBLlnERAFÍA BÁslEA
tarse a Asdrúbal Barca. Este, consciente de que la mitad del po- UhgiiNgi, J.M. Bt í]lii (lHHS).. Historia de EspBña BntiguB 11. HispBnia Ílomana.
derío del ejército de Cneo se hallaba en las tropas de choque [ÉitEdra. Madrid.
celtibéricas,consiguióponerseencontactoconeuasypersuadirles
latiiau.F. (Z"H).. HibBra in tBrra miles. Les armÉBs ri]mBinBs Bt 18 BonquÉtB
para que abandonaran a Escipión. Ante la defección de los mer- dB l'HispaniB sDus la RÉpublique (ZIB-45 Bv. J.-[.).lasa dBWJaTHHBz.
cenarios, el cazador se convirtió en presa; el ejército de Cneo
Madrid.
muy posible que hicieran más mella en la moral y en las fiierzas blishing. LIK.
fisicas del ejército romano que no en bajas reales. Poco después, nuesada sanz, F. (Z"3): "La guBrra En lEs [DmunidadEs ibÉriEas (E. Z37 -
los exploradores de Publio informaron que un ejército de 7.500 E. lE15 aE.): Lin "deln intErprEtativn", Bn MDrillD, A.; [adiüu, F.; Hi]ur-
suesetanos bajo las órdenes de lndil)il avanzaba desde el norte Tati. rJ. (i"Tds.) DBfE!nsa y tBrritDriD Bn Hispania, de los ESBipiDnBs
para apoyar a Magón y Asdrúbal hijo de Gisgón. Decidido a no aAugu§Íp, [nlnquin de la Easa dE VElázquEz (Ig-ZÜ dE marzu dE Züül):
'er Riera es licenciado en Historia por la Universitai Autbnoma de Barcelona y actualmente trabaja en proyectos de i
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gación centrados en las relaciones diplomáticas y militares en el Mediterráneo en la Antigüedad. Además, ha organizado y pa:r-
ticipado en numerosos coloquios y congresos relacionados con el estudio de la guerra en el Mundo Antiguo, tanto a nivel científico
como divulgativo.
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