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Leishmaniasis
Neomar Fernández 27.968.962
 Dairama Ruiz 30.194.800
 Marianna Briceño 29.925.789
 Alismar Barrero 30.052.959
 Kellys Torres 30.882.511

Introducción
Las leishmaniasis son un grupo de enfermedades parasitarias zoonóticas, producidas por diferentes especies de protozoarios
hemoflagelados del género Leishmania. La enfermedad es transmitida por insectos dípteros hematófagos, que corresponden a diferentes
especies de flebótomos o lutzomyias, y el reservorio son animales vertebrados. Estas enfermedades se caracterizan por comprometer la piel,
mucosas y vísceras, según la especie de leishmania y la respuesta inmune del huésped. Son enfermedades crónicas de patogenicidad baja y
morbilidad relativa. La leishmaniasis es una enfermedad de prevalencia alta en muchas regiones tropicales y subtropicales del mundo, tales
como el este y sureste de Asia, Oriente Medio, norte y este de África, el sur de Europa (cuenca del Mediterráneo) y América Central y
Sudamérica. Es endémica en 88 países en áreas tropicales, 72 de los cuales están en vías de desarrollo. Descrita en 24 países de América,
extendiéndose desde el sur de Estados Unidos (Texas) hasta el norte de Argentina. Se estima que la leishmaniasis afecta a 12 millones de
personas en el mundo, con 1,5 a 2 millones de nuevos casos cada año. Existen 350 millones de personas expuestas al riesgo de infección. La
distribución geográfica de la leishmaniasis está limitada por la distribución del vector. El número de casos de leishmaniasis está aumentando
debido principalmente a los cambios del medio ambiente generados por el hombre, lo que aumenta la exposición humana al vector.

Generalidades
La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria diseminada por la picadura de un mosquito infectado. Existen varias formas distintas
de leishmaniasis. Las más comunes son la cutánea y la visceral. El tipo cutáneo causa llagas en la piel. El tipo visceral afecta los órganos
internos, tales como el bazo, el hígado y la médula ósea. Las personas con esta enfermedad suelen tener fiebre, pérdida de peso y aumento de
tamaño del bazo y el hígado.

La leishmaniasis se encuentra en algunas áreas de 88 países aproximadamente. La mayoría de estos países se encuentra en zonas
tropicales y subtropicales. Es posible, pero poco probable, que adquiera esta enfermedad en los Estados Unidos. Pero debe estar pendiente de
ella si viaja al Medio Oriente o a regiones de América Central, América del Sur, Asia, África o el sur de Europa.

El tratamiento consiste en medicinas que contienen antimonio, un tipo de metal o potentes antibióticos. La mejor forma de prevenirla es
protegerse de las picaduras de mosquito:

 Evitar estar al aire libre desde el anochecer hasta el amanecer

 Use pantalones largos y camisas de manga larga cuando este afuera

 Use repelente de insectos y mosquiteros cuando sea necesario


Agente etiológico
El agente etiológico de la leishmaniasis es un protozoario dimórfico del género Leishmania, que pertenece al reino Protista, subreino
Protozoa, orden Kinetoplastida y a la familia Trypanosomatidae. En la actualidad, el género Leishmania se divide en dos subgéneros, según su
desarrollo en el intestino de los flebótomos vectores: Leishmania, en el intestino medio o anterior, y Viannia, en el intestino posterior, medio y
anterior de los flebótomos. Morfológicamente las distintas especies de leishmania no se pueden identificar. Para llegar a la clasificación de las
especies del género leishmania se debe considerar ciertas características: a) biológicas: morfología, tipo de desarrollo en el flebótomo
vector, crecimiento en los medios de cultivo, desarrollo en el hospedador vertebrado; b) bioquímicas: electroforesis de isoenzimas, análisis
del ADN del núcleo y del cinetoplasto; c) inmunológicas: reactividad del parásito con anticuerpos monoclonales y serotipificación del factor de
excreción y taxonomía numérica para definir mejor la evolución molecular y la relación filogenética de los parásitos del género leishmania.
Las leishmanias se presentan bajo dos formas diferentes. Una, promastigota, que es móvil y flagelada, comúnmente encontrada en el vector
invertebrado, libre, alargada, de 10 a 14 por 1,5 a 3,5 mm, se multiplica en el vector y migra a la parte anterior del mosquito y está allí hasta
ser inoculada. Y la otra, amastigota, es inmóvil, intracelular, dentro de los macrófagos y otras células del sistema retículo endotelial del
huésped vertebrado, redondeada u ovoide, de 2,5 a 5,0 por 1,5 a 2,0 mm

Hospedadores
Humanos, mamíferos (cánidos, roedores, felinos, equinos, etc.), insectos (mosca de la arena).

Características morfológicas
 Promastigote, forma alargada con un flagelo anterior, que se multiplican de forma extracelular en el intestino del invertebrado vector.
 Amastigote, forma esférica con un flagelo muy corto que no sobresale de la bolsa flagelar, de modo que sólo es apreciable en el
microscopio electrónico. Se multiplica dentro de macrófagos y células del sistema retículo endotelial del huésped vertebrado.
Aunque a primera vista las formas promastigote y amastigote parecen ser muy diferentes, la estructura celular está muy conservada.
Por delante del núcleo, se encuentra el kinetoplasto, una región de la mitocondria donde se localiza el ADN mitocondrial formado por miles de
moléculas circulares concatenadas. El kinetoplasto está conectado con el cuerpo basal, del que emerge el flagelo. En la base de flagelo, se
encuentra una invaginación de la membrana celular, que recibe el nombre de bolsillo flagelar, lugar especializado en los procesos
de endocitosis y exocitosis y conectado con el aparato de Golgi.

Ciclo vital
1. Las personas se infectan cuando son mordidas por una mosca de la arena hembra infectada. Las moscas de la arena inyectan
una forma de los protozoos (llamados promastigotes) que puede causar infección.

2. Los promastigotes son ingeridos por ciertas células inmunitarias llamadas macrófagos. (el proceso mediante el cual una célula
ingiere un microorganismo, otra célula o fragmentos celulares se conoce con el nombre de fagocitosis y las células que los
ingieren se denominan fagocitos).

3. En estas células, los promastigotes se desarrollan en otra forma (los llamados amastigotes).

4. Los amastigotes se multiplican dentro de los macrófagos en varios tejidos.

5. Cuando una mosca de la arena pica a una persona o a un animal infectados, se infecta al ingerir sangre que contiene macrófagos
con amastigotes en su interior.

6. Los amastigotes se convierten en promastigotes en la parte media del intestino de la mosca (intestino medio).

7. En el intestino medio de la mosca, los promastigotes se multiplican, se desarrollan y migran a las partes bucales de la mosca. Se
inyectan cuando la mosca pica a otra persona, completando el ciclo.
Reproducción: Transmisión del parasito
El mosquito se infecta al ingerir sangre con formas amastigote del parásito, contenidas en sangre de mamíferos. Durante 4-25 días,
el parásito sigue su desarrollo y se transforma en promastigote, comenzando a dividirse por fisión binaria, aumentando su número y
migrando hacia la faringe y boca, para ser inyectadas en la siguiente picadura. Después de ésta, las formas promastigote entran en contacto
con la circulación sanguínea del vertebrado y son fagocitadas por células del sistema retículo endotelial, para transformarse en amastigotes
y comenzar a multiplicarse también por fisión binaria, hasta que rompen la célula y quedan libres en la circulación siendo fagocitadas de
nuevo y repitiéndose el ciclo en el hospedador vertebrado hasta que son ingeridas por un nuevo mosquito.

Principales especies de vectores de Leishmania en Venezuela.


A través de los años se han señalados en Venezuela cambios epidemiológicos importantes y aparición de nuevos factores de riesgo
relacionados con aumento de la población y éxodo del área rural a las grandes ciudades (Scorza, 1988), con consecuente urbanización tanto
de la leishmaniasis cutánea (LC) (Bonfante et al., 1987), como de la leishmaniasis visceral (LV) (Aguilar et al., 1998) o dispersión por
transporte de animales domésticos reservorios (Aguilar, 1984), así como emergencia (Scorza, 1988) y re-emergencia en zonas rurales
(Delgado et al., 1998) en áreas de riesgo de nueva o mayor explotación agrícola o industrial y cercanía de las viviendas a zonas silvestres
(Feliciangeli et al., 2006 ). Todas estas situaciones observadas también en otros países latinoamericanos, resaltan la dispersión y el
establecimiento de la transmisión doméstica y peridoméstica de las leishmaniasis (CampbellLendrum et al., 2001; Desjeux, 2001; Maroli et al.,
2013), por lo tanto la posibilidad y necesidad de establecer lineamientos para el control de los vectores

Se han señalado para Venezuela alrededor de 100 especies de flebótomos, de las cuales unas 30 son antropofílicas. Lutzomyia
longipalpis, L. pseudolongipalpis y L. evansi son reconocidas como vectores de LV. Igualmente, con base en evidencias sobre infección natural
y relación hombre-vector-reservorios, se han demostrado o incriminado como especies vectoras de LC, L. ovallesi, L. gomezi, L. panamensis,
L. spinicrassa, L. migonei, L. youngi, L. flaviscutellata, L. anduzei, L. umbratilis, L. olmeca reducta, L. olmeca bicolor, L. trinidadensis y L.
rangeliana (Feliciangeli, 2006; Maroli et al., 2013).

Formas Clínicas de Leishmaniasis


Las leishmaniasis son zoonosis que pueden afectar la piel, las mucosas o las vísceras, resultado del parasitismo del protozoario
flagelado del género Leishmania en los macrófagos, introducido al organismo por la picadura de un insecto flebótomo. Las presentaciones
clínicas de la enfermedad varían de acuerdo con: la especie de Leishmania, la respuesta inmune del hospedero y el estado evolutivo de la
enfermedad. La especie infectante está determinada por el vector que la transmite; y a su vez la presencia del vector está determinada por
las condiciones ecológicas de cada región. Las formas de presentación clínica de leishmaniasis son: la forma cutánea, mucosa o mucocutánea
y visceral. La leishmaniasis tegumentaria es una enfermedad polimorfa de la piel y de las membranas mucosas. Comienza con una pápula que
se agranda y típicamente se transforma en úlcera indolora. Las lesiones pueden ser únicas o múltiples y, ocasionalmente, no ulceradas y
difusas. Pueden cicatrizar espontáneamente en término de semanas o meses o persistir durante un año o más. La leishmaniasis visceral es
una enfermedad crónica generalizada. Se caracteriza por fiebre, hepato-esplenomegalia, linfadenopatía, anemia, leucopenia, trombocitopenia
y debilidad progresiva. La fiebre tiene comienzo gradual o repentino, es persistente e irregular, a menudo con dos exacerbaciones al día. La
infección al hombre se puede dar a partir de parásitos provenientes de un reservorio animal (ciclo zoonótico), ó, a partir de parásitos que el
vector ha tomado de otro hospedero humano (ciclo antroponótico)

Existen tres tipos de leishmaniasis:

 La leishmaniasis cutánea. Este tipo afecta a la piel y a las membranas mucosas. Las llagas que pueden aparecer en la piel
empiezan, normalmente, en la región donde se ha producido la picadura del flebótomo.

 La leishmaniasis sistémica o visceral. Afecta a todo el cuerpo y suele desarrollarse entre dos y ocho meses después de la
picadura del flebótomo.

Es frecuente que el paciente no haya advertido la presencia de llagas en la piel, pero puede tener complicaciones que
resulten mortales ya que el parásito daña el sistema inmunitario, disminuyendo el número de células que combaten la enfermedad.

 La leishmaniasis mucocutánea. Conduce a la destrucción total o parcial de las membranas mucosas de la nariz, la boca y la
garganta.

En el caso de la leishmaniasis cutánea, los síntomas dependen de dónde estén localizadas las lesiones y abarcan:
 Dificultad para respirar y para deglutir.

 Úlceras y desgaste en la boca, la lengua, las encías, los labios, la nariz y el tabique nasal.

 Congestión nasal, rinorrea y hemorragia nasal.

 Llagas en la piel propensas a convertirse en úlceras que se curan muy lentamente.

En la leishmaniasis visceral, en el caso de los niños, la infección comienza con tos, diarrea, fiebre y vómitos. Los adultos generalmente presentan
fiebre que dura entre dos semanas y dos meses, acompañada de fatiga, debilidad que aumenta a medida que avanza la enfermedad y pérdida del
apetito.

Otros síntomas de este tipo de leishmaniasis son:

 Molestia en el abdomen y pérdida de peso.

 Sudores fríos y disminución del volumen del cabello.


 Piel escamosa y oscurecida.

Epidemiología y prevención
Son causadas por protozoos del género Leishmania y transmitidas a los animales y humanos por vectores de la familia Psychodidae.
Su distribución es mundial y es endémica en 89 países. En 2021, un total de 51 países reportaron a la Organización Mundial de la Salud cerca
de 222.000 casos nuevos autóctonos.

Entre los 9 países del mundo con mayor número de casos


de leishmaniasis cutánea, 3 se encuentran en las Américas: Brasil,
Colombia y Perú. En esta Región se ha registrado un promedio de
52.645 casos de leishmaniasis cutánea y mucosa/mucocutánea en
los últimos 20 años con tendencia gradual de reducción a partir de
2005. En el 2021, fueron reportados un total de 37.786 casos de
leishmaniasis cutánea y 22,5% se presentaron en zonas fronterizas.

La leishmaniasis cutánea se registra en 21 países y es endémica


en 19 de ellos, (Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa
Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana Francesa, Guyana, Honduras, Nicaragua, México, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam y Venezuela),
sin embargo, Guyana Francesa reporta sus datos directamente a Francia.

La prevención y el control de la propagación de la leishmaniasis es una empresa compleja, que requiere el uso de muchas herramientas.
Las principales estrategias reposan en los procedimientos enumerados a continuación.

 El diagnóstico precoz y la rápida administración de un tratamiento eficaz reducen la prevalencia de la enfermedad y previenen
la discapacidad y la muerte, ayudando a reducir la transmisión y a vigilar la propagación y la carga de morbilidad. Existen fármacos
muy eficaces y seguros contra la enfermedad, especialmente contra la forma visceral, aunque a veces son difíciles de utilizar. El
acceso a estos medicamentos ha mejorado sensiblemente gracias a un mecanismo de precios negociados por la OMS y a un
programa de donación de medicamentos por conducto de la Organización.
 La lucha antivectorial ayuda a reducir o interrumpir la transmisión de la enfermedad reduciendo el número de flebótomos. Entre
los métodos de lucha destacan la fumigación con insecticidas, el uso de mosquiteros tratados con insecticida, la gestión de las
condiciones del medio y la protección personal.
 La eficaz vigilancia de la enfermedad es importante para seguir de cerca su evolución y actuar rápidamente en caso de epidemia
o cuando se registren elevadas tasas de letalidad en personas bajo tratamiento.
 El control de los reservorios animales es una tarea compleja, que conviene adaptar al contexto de cada lugar
 Para la movilización social y fortalecimiento de las alianzas se requieren intervenciones eficaces de movilización y formación de
las comunidades que induzcan cambios de comportamiento, adaptándolas siempre a las condiciones locales. Las alianzas y la
colaboración con diferentes interlocutores y con otros programas de lucha contra enfermedades transmitidas por vectores son un
aspecto absolutamente esencial.

Leishmaniasis Visceral
La leishmaniasis visceral (kala-azar) afecta los órganos internos, en particular la médula ósea, los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo.
Se produce en la India, en África (en particular, en Sudán y Kenia), en Asia Central, en la cuenca mediterránea, en América del Sur Central y,
con escasa frecuencia, en China. Los parásitos se diseminan desde la piel a los ganglios linfáticos, al bazo, al hígado y a la médula ósea. No
todas las personas infectadas desarrollan síntomas. Los niños son más propensos a presentar síntomas que los adultos en muchas zonas y es
más probable que la enfermedad evolucione en personas con un sistema inmunológico debilitado, en particular las que tienen sida, que en
personas con un sistema inmunológico sano.

El inicio es insidioso y el periodo de incubación muy largo, generalmente de varios meses. Los síntomas
principales son fiebre, aumento del tamaño del bazo (esplenomegalia) e hígado (hepatomegalia), anemia y
disminución del número total de leucocitos en sangre (leucopenia) con aumento relativo de monocitos. La
evolución sin tratamiento es mortal, los niños desnutridos y los pacientes infectados por el virus de la
inmunodeficiencia humana son población de alto riesgo, en ellos la enfermedad suele ser de mayor gravedad.

Si no es tratada de forma oportuna, puede evolucionar hacia la muerte en más del 90% de los casos. En
los últimos cinco años se registró un promedio de cerca de 2.850 casos de leishmaniasis visceral, con una
tasa media de letalidad del 8,2%. La leishmaniasis visceral se ha registrado en 13 países (Argentina, Bolivia,
Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela), sin embargo 93% de los
casos están ocurriendo en Brasil. A pesar de la tendencia en la reducción de los casos de LV en la Región, se observa la expansión geográfica
de la enfermedad.

Métodos de Diagnóstico parasitológico y Tratamiento


El aislamiento e identificación de los parásitos a partir de lesiones de leishmaniasis, reviste gran importancia, tanto para la
interpretación del diagnóstico clínico y epidemiológico de la enfermedad, como para la adecuada evaluación de los resultados obtenidos con el
tratamiento. La identificación de los parásitos del género Leishmania requiere de una serie de parámetros, los cuales evaluados
conjuntamente permiten además una aproximación más firme al grupo especie y subespecie. El diagnóstico parasitológico comprende los
siguientes parámetros:

1. Visualización directa de los parásitos a través de frotis por aposición y por escarificado, cultivo del parásito, e histología de las
lesiones
2. Identificación y taxonomía del parásito Leishmania
3. Diagnóstico rápido utilizando el método de la reacción en cadena de la polimerasa. Visualización directa de los parásitos a partir de
biopsias tomadas a pacientes:
a) frotis por aposición
b) por escarificado
c) cultivo
d) inoculación a hámster
e) estudio histopatológico

La biopsia es tomada del centro de la lesión cuando la misma está cerrada y no presenta ulceración ni signos de contaminación.
Cuando la lesión está ulcerada el material se toma de los bordes cerrados de la misma pero cuando exista evidencia de contaminación, debe
realizarse frotis (coloración Gram) y cultivo de la secreción, para indicar el tratamiento antiséptico y/o antibiótico antes de tomar la biopsia.
Una vez tomada la muestra, se divide en tres partes: una para frotis, una para cultivo y otra para estudio histopatológico, manteniendo en
todo lo posible las condiciones de esterilidad.
a) Frotis por aposición: Se realiza presionando suavemente el trozo más pequeño de la biopsia sobre una lámina porta objeto en
varios sitios. Se deja secar a temperatura ambiente, se fija durante 10 minutos con alcohol metílico y posteriormente se colorea con
Giemsa.
b) Frotis por escarificado: Se realiza presionando con una pinza hemostática el borde de una lesión, de donde se tomará con una hoja
de bisturí la linfa; esta se coloca en la lámina porta objeto y se sigue luego el mismo procedimiento de secado y tinción del frotis por
aposición. Los frotis son evaluados al microscópico de luz utilizando el objetivo de 100 x, con el objeto de determinar la presencia o
no de la forma amastigote del parásito.
c) Cultivo: El cultivo de los parásitos leishmánicos se realiza a partir de un trozo de biopsia, la cual es macerada estérilmente en 1 a 2
mil de solución tampón fosfato salino pH 7,2 usando una tijera de punta fina. Parte del macerado es sembrado en medio base agar
sangre (Difco), 4% peso/volumen al cual se le agrega 10% de sangre de conejo desfibrinada y 200 unidades de penicilina por ml. El
cultivo es evaluado al cuarto o quinto día para detectar la presencia o no de promastigotes de Leishmania.
d) Inoculación en hámster: Otro de los criterios utilizados en el diagnóstico de la leishmaniasis es la inducción de la enfermedad en
animales de experimentación. Parte de la suspensión preparada para el cultivo se inocula a razón de 0,1 ml en la almohadilla plantar
de las patas traseras de hámsteres. Cada 15 días se examinan los hámsteres para observar el desarrollo de lesiones en el sitio de la
inoculación. Si después de 1 año no se ha producido lesión, se suspende la observación y se considera el caso como negativo. Si bien
este procedimiento, no constituye un criterio de diagnóstico práctico, es muy valioso como apoyo a otros criterios utilizados de
rutina, y además, lo que es muy importante, resulta muy útil en algunos casos donde las infecciones secundarias asociadas con la
leishmaniasis son difíciles de controlar especialmente en los casos mucosos.
e) Los estudios histopatológicos: constituyen otro criterio diagnóstico en la leishmaniasis. La tercera parte de la biopsia se fija en
formol al 10%, y después de un tratamiento apropiado se realizan cortes histológicos los cuales son coloreados con la tinción
hematoxilina-eosina que permitirá evaluar las condiciones histopatológicas y la presencia o no de parásitos en el tejido. Sin
embargo, se ha determinado que los procesos granulomatosos producidos por la leishmaniasis no son distinguibles de otros
procesos del mismo orden tales como los que ocurren en la esporotricosis ya que el infiltrado celular no parece ser diferente, por lo
que el diagnóstico se restringe a la identificación del parásito.

Ahora bien, El tratamiento de esta enfermedad debe realizarse bajo control médico. Se utilizan los antimoniales pentavalentes, como
el estibogluconato sódico o el antimoniato de meglumina, administrándose por vía intravenosa o intramuscular en dosis única diaria.

Estos tratamientos están contraindicados en personas que padezcan una insuficiencia renal, hepática o cardiaca y en aquellas
afectadas por una tuberculosis. Puede necesitarse cirugía plástica para corregir la posible desfiguración que se haya producido en la piel a
causa de las llagas en la leishmaniasis cutánea.

Con poca frecuencia, los pacientes con leishmaniasis viral resistente a los medicamentos pueden necesitar la extirpación del bazo
(esplenectomía). La OMS señala que la leishmaniasis es una enfermedad que se puede tratar y curar, pero para ello es necesario un
sistema inmunitario competente, dado que los medicamentos por sí solos no son capaces de eliminar el parásito del organismo. De ahí el
riesgo de recidiva en caso de inmunodepresión.

Conclusión
La Leishmaniasis es una enfermedad muy grave que afecta la salud y el bienestar del hombre; siendo transmitida por la picadura del
flebótomo hembra, mediante el cual se desplazan a cortas distancias de sus criaderos; que se ubican en el suelo, troncos de árboles, hojas de
pequeños arbustos, madrigueras de mamíferos, cerca de arroyos y ríos; también es posible encontrarlos en las paredes húmedas de
viviendas, en gallineros, chiqueros. Además representa la segunda enfermedad endémica de tipo tropical y la tercera causa de morbilidad por
enfermedades transmisibles. Esta enfermedad se presenta en tres formas principales: L. Visceral, L. Cutánea y L, Mucocutánea.

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