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Llamar a nuestro idioma tanto español como castellano es como elegir entre “cola”
y “refresco” en diferentes regiones; ambos términos se refieren a lo mismo, solo
cambia el nombre. En este caso, es más una cuestión de preferencia regional y
tradición histórica que de diferencias sustanciales en el idioma en sí.
1. Latín Vulgar
4. Dominación Romana
5. Siglo IX – Reconquista
- Expansión del español como lengua global con diversas variantes regionales.
- Características:
2. Sureño:
- Características:
3. Costeño:
- Características:
Comparación:
Semajanzas:
Diferencias:
Conclusión
En este viaje por el laberinto lingüístico del español, descubrimos que llamarlo
español o castellano es como debatir si la pizza hawaiana debería existir: al final
del día, ambos términos son deliciosamente válidos. Y hablando de sabores, las
variantes dominicanas son como ingredientes únicos en el festín del lenguaje,
donde el cibaeño le da el toque picante, el sureño suaviza las consonantes como si
fueran postres, y el costeño añade ese ritmo caribeño que hace bailar las palabras.
En este juego de palabras, las similitudes y diferencias son como las especias en
una paella: es lo que las hace irresistiblemente deliciosas. Hasta aquí este reporte,
nos vemos en una próxima entrega.