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DERECHO DE

OBLIGACIONES Y
CONTRATOS

Manuel Fdez. de Piérola Helguera


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PARTE I: TEORÍA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES

TEMA 1: EL DERECHO DE OBLIGACIONES. LA OBLIGACIÓN Y SUS FUENTES

1.1 CONCEPTO DE OBLIGACIÓN

Una obligación es una vinculación jurídica que surge entre dos o más personas. Estas personas son el
deudor y el acreedor. El deudor tiene el deber jurídico y el acreedor tiene el derecho a exigir el
cumplimiento de la obligación.

El contrato (Como una compraventa → Art. 1445 CC y ss.) es una posible fuente de obligaciones. La
compraventa es un contrato bilateral, sinalagmático o de obligaciones reciprocas.

Entrega

Vendedor Comprador

Precio

Deudor Acreedor

Derecho de crédito

Derecho subjetivo

Art. 1088 CC: Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer. Se trata por tanto de la prestación
de la obligación.

En el Libro IV del Código Civil se encuentra lo referente a obligaciones y contratos.

Dicho esto, un obligación se puede definir como la relación jurídica establecida entre dos personas y
dirigida a que una de ellas obtenga determinados bienes o servicios a través de la cooperación de
otra, o bien el intercambio recíproco de bienes y servicios mediante una recíproca cooperación.

Por tanto, al esquema del ejemplo anterior, se le pude denominar relación jurídica.

¿Qué ocurre si se incumple una obligación?

Si se incumple una obligación hay consecuencias, como por ejemplo la indemnización por daños y
perjuicios.

Art. 1101 CC: Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el
incumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de
cualquier modo contravinieren al tenor de aquella.

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Art. 1911 CC: Del incumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes,
presentes y futuros. Aunque no se tengan bienes en un momento presente, ya sea por ser declarado
insolvente quiebra... se continua respondiendo en un futuro por la obligación.

1.2 FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

Son la causa, el origen o el porqué de una vinculación jurídica.

Art. 1089 CC: Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos, y cuasi contratos, y de los actos y
omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia.

Por lo tanto las fuentes de las obligaciones son:

1) Ley: Según lo dispuesto en el Art. 1090 CC: Las obligaciones derivadas de la ley no se
presumen. Sólo son exigibles las expresamente determinadas en este Código o en leyes
especiales, y se regirán por los preceptos de la ley que las hubiere establecido; y, en lo que
ésta no hubiere previsto, que las disposiciones del presente Libro (Haciendo referencia al
Libro IV del Código Civil).

Es preciso en este apartado hacer la distinción entre derecho imperativo y derecho dispositivo.
Las normas con carácter imperativo son aquellas que los destinatarios no pueden incumplir ni
sustituirlas. Las normas con carácter dispositivo permiten los destinatarios establecer criterios
diferentes.

Un ejemplo de esto sería la obligación de entregar alimentos (Art. 142 CC y ss.).

2) Contratos: Según lo dispuesto en el Art. 1091 CC: Las obligaciones que nacen de los
contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, y deben cumplirse al tenor de los
mismos. Se trata de la regla Pacta sunt servanda (Las reglas del pacto deben ser conservadas).

3) Cuasi contratos: Según lo dispuesto en el Art. 1887 CC: Son cuasi contratos los hechos lícitos
y puramente voluntarios, de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces la
obligación reciproca de los interesados. Por lo tanto, se trata de un hecho lícito y voluntario
del cual surge una obligación.

Por ejemplo:

• Mis vecinos se van de viaje y me dejan las llaves de su casa por si ocurre algún incidente
y se rompe un grifo y se inunda la casa. Como tengo las llaves tengo la obligación de
entrar.
• En la misma situación, pero no me dejan las llaves y llamo voluntariamente a un
cerrajero para que abra la puerta y se pueda arreglar la avería. En este caso se rige según
lo dispuesto en el Art. 1888 CC: El que se encarga voluntariamente de la agencia o
administración de los negocios de otro, sin mandato de éste, está obligado a continuar

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su gestión hasta el término del asunto y sus incidencias, o a requerir al interesado para
que le sustituya en la gestión, si se hallase en estado de poder hacerlo por sí.

También hay que mencionar lo dispuesto en el Art. 1895 CC sobre la obligación de


restituir que tiene quien ha cobrado algo que no se le debía.

Art. 1895 CC: Cuando se recibe alguna cosa que no había derecho a cobrar, y que por
error ha sido indebidamente entregada, surge la obligación de restituirla.

4) Ilícito penal o responsabilidad civil derivada del delito: Según lo dispuesto en el Art.1093
CC: Las que deriven de actos y omisiones en que intervenga culpa o negligencia no penadas
por la ley, quedarán sometidas a las disposiciones del Capítulo II del Título XVI de este Libro.
En este artículo se establece la obligación de indemnizar que se impone al que por acción
u omisión causa daño a otro interviniendo culpa o negligencia.
Art. 109 CP: 1. La ejecución de un hecho descrito por la ley como delito obliga a reparar, en
los términos previstos en las leyes, los daños y perjuicios por él causados.
2. El perjudicado podrá optar, en todo caso, por exigir la responsabilidad civil ante la
Jurisdicción Civil.

Art. 110 CP: La responsabilidad establecida en el artículo anterior comprende:


1.º La restitución.
2.º La reparación del daño.
3.º La indemnización de perjuicios materiales y morales.

En cuanto a los delitos y falta, son considerados por el Código como fuente de obligación de
restituir las cosas objeto del delito y de la obligación de resarcir daños y perjuicios causados
por él. Este tipo de obligaciones se rigen en el Código Penal, tal y como dispone el Código
Civil en su Art. 1092 CC:

Art. 1092 CC: Las obligaciones civiles que nazcan de los delitos o faltas se regirán por las
disposiciones del Código Penal.

Por ejemplo: Se produce un robo y se tiene que indemnizar con daños y perjuicios. Se trata de
derecho civil, pero no está regulado en el Código Civil, está regulado en el Código Penal.

Otro ejemplo podría ser lo dispuesto en el Art. 1895 CC: Cuando se recibe alguna cosa que
no había derecho a cobrar, y que por error ha sido indebidamente entregada, surge la
obligación de restituirla.

5) Responsabilidad civil extracontractual: Haciendo mención al Art. 1902 CC y siguientes.


Surge una responsabilidad civil extracontractual cuando no existe una previa relación entre las
personas.

Hay una sexta fuente de obligaciones que se trata de una cuestión relativa o muy abstracta y es
la voluntad unilateral de obligarse. No se encuentra regulado en el Código Civil y es preciso

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hacer referencia al concepto de declaración de voluntad, es decir, la materialización de la
voluntad que tiene una persona.

En esta fuente de obligaciones, por el mero hecho de realizar la declaración de voluntad ya


surge la obligación. En relación con la voluntad unilateral de obligarse es preciso hacer hincapié
en dos preceptos:

1. La promesa pública de recompensa genera una obligación. La jurisprudencia del Tribunal


Supremo ha reiterado en numerables ocasiones que la promesa pública de recompensa es un
supuesto excepcional en la que cabe admitir la eficacia de la declaración unilateral de voluntad.
En la naturaleza del supuesto se encuentra que el tercero que realiza el acto u obtiene el
resultado adquiere el derecho a que la promesa le sea cumplida. Es requisito esencial de la
promesa su carácter público o divulgativo, y en cuanto a su revocabilidad, en términos
generales, cabe sostenerla siempre que se dé a la revocación la misma publicidad o divulgación
que a la promesa.

En este punto, nos preguntamos qué ocurre cuando dos o más personas alcanzan el resultado
querido por el prominente y para ello se recurre al Código Civil italiano, que dispone la división
equitativa de la recompensa atendiendo a la parte que cada una de ellas tuviese en el resultado.

Una modalidad de la promesa pública es el concurso público con premio, el cual presenta como
característica que el derecho no es adquirido por la mera realización de la actividad u obtención
del resultado sino que exige una decisión entre los diferentes concursantes. Las bases del
concurso constituyen las reglas a las que los interesados deben atenerse. No se encuentra
regulada en el Código Civil, pero cabe destacar lo dispuesto en la Propuesta de Modernización
del Código Civil en materia de obligaciones y contratos:

Art. 1092 PMCC: Las obligaciones nacen de los contratos, de los daños por los que se haya
de responder extracontractualmente, del enriquecimiento sin causa y de cualquier hecho o acto
al que las leyes atribuyan tal efecto.
La promesa unilateral de una prestación sólo obliga en los casos previstos por la ley.

Art. 1093 PMCC: La promesa, mediante anuncio público, de una prestación en favor de quien
realice determinada actividad, obtenga un concreto resultado o se encuentre en cierta
situación, obliga al promitente frente a quien haya realizado la conducta, producido el
resultado o venido a encontrarse en la situación contemplada, aunque ello haya ocurrido sin
consideración a la promesa.
La promesa pública es revocable o modificable a voluntad del promitente, pero si se la ha
sometido a un plazo de vigencia, sólo será revocable o modificable si media una justa causa.
Para ser eficaz, la revocación o modificación deberá hacerse pública en la misma forma que
la promesa, o en otra equivalente.
La revocación o modificación de la promesa es ineficaz si la conducta, el resultado o la
situación previstos se hubieren ya realizado.
Si la obtención del resultado previsto fuere debida a la actuación de varias personas conjunta
o separadamente, se dividirá entre ellas la prestación prometida en proporción a la
participación de cada uno en el resultado.

Art. 1094 PMCC: La promesa de concesión de un premio mediante concurso sólo es válida
cuando en el anuncio se fija plazo para la presentación de los aspirantes y para la decisión.
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La admisión de los aspirantes y la concesión del premio corresponderán a las personas
designadas en la promesa o, a falta de éstas, al promitente.

2. La tesis contractualista: En negocios de gran envergadura hay una parte previa (Tratos previos
o preliminares). A partir de un momento se hace una oferta (Declaración) y se tiene que aceptar,
es decir, se tiene que producir la aceptación (incluso tácita) para que se perfeccione el contrato.
En ese momento se produce la vinculación jurídica (Al aceptar el contrato).

1.3 DERECHO DE CONSUMO

Para tratar el derecho de consumo, se va a usar un ejemplo como una compraventa para estudiar las
condiciones de los sujetos, así como la regulación a la que están sujetos. En función de las personas
implicadas se irá a una regulación u otra pudiendo ser las mismas o incluso distintas.

• Si se trata de una compraventa entre particulares se regulará por el Código Civil y


concretamente por los Arts. 1445 y ss.
• Si son empresarios se trata de una compraventa mercantil y se regula por el Código de Comercio
concretamente por los Arts. 325 y ss.
• Otro tipo de compraventa, es cuando se vende a un empresario pero para su uso personal. En
este caso se trata de una compraventa de consumidores y se regula por el Real Decreto
Legislativo 1/2007, es decir, el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los
Consumidores y Usuarios (TRLGDCU).

Cabe destacar algunos artículos del TRLGDCU que definen entre otras cosas el ámbito de apl
icación, así como, los diferentes sujetos de la obligación.
Art. 2 TRGLDCU: Está norma será de aplicación a las relaciones entre consumidores o
usuarios y empresarios. Se trata de su ámbito de aplicación.
Art. 3 TRGLDCU: A efectos de esta norma y sin perjuicio de lo dispuesto expresamente en
sus libros tercero y cuarto, son consumidores o usuarios las personas físicas o jurídicas que
actúan en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional. Define el concepto
general de consumidor y usuario.
Art. 4 TRGLDCU: A efectos de lo dispuesto en esta norma, se considera empresario a toda
persona física o jurídica que actúa en el marco de su actividad empresarial o profesional, ya
sea pública o privada. Habla, por tanto, del concepto de empresario.
Art. 5 TRGLDCU: Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 138, a efectos de lo dispuesto
en esta norma se considera productor al fabricante del bien o al prestador del servicio o su
intermediario, o al importador del bien o servicio en el territorio de la Unión Europea, así
como a cualquier persona que se presente como tal al indicar en el bien, ya sea en el envase,
el envoltorio o cualquier otro elemento de protección o presentación, o servicio su nombre,
marca u otro signo distintivo. Define el concepto de productor.

Art. 7 TRGLDCU: A efectos de esta norma es proveedor el empresario que suministra o


distribuye productos en el mercado, cualquiera que sea el título o contrato en virtud del cual
realice dicha distribución. Se trata del concepto de proveedor.

Art. 8 TRGLDCU: Son derechos básicos de los consumidores y usuarios:


a) La protección contra los riesgos que puedan afectar su salud o seguridad.

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b) La protección de sus legítimos intereses económicos y sociales; en particular, frente a
la inclusión de cláusulas abusivas en los contratos.
c) La indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos.
d) La información correcta sobre los diferentes bienes o servicios y la educación y
divulgación para facilitar el conocimiento sobre su adecuado uso, consumo o disfrute.
e) La audiencia en consulta, la participación en el procedimiento de elaboración de las
disposiciones generales que les afectan directamente y la representación de sus
intereses, a través de las asociaciones, agrupaciones, federaciones o confederaciones
de consumidores y usuarios legalmente constituidas.
f) La protección de sus derechos mediante procedimientos eficaces, en especial ante
situaciones de inferioridad, subordinación e indefensión.

Son derechos básicos, pero no son derechos fundamentales.

No solo las personas físicas son consumidores, también lo son en algunos casos, las personas jurídicas.
Además nos encontramos con entes que no tienen personalidad jurídica distinta de las de las personas
físicas que las componen, como son las comunidades de propietarios. Los propietarios tienen la
condición de consumidores.

Se aplicará el TLRGDCU, aplicándose en el ámbito privado solamente, en el ámbito público se utiliza


otra regulación.

El concepto de derecho de consumo es un concepto reciente, ya que se creó por el 1964 con un discurso
de Kennedy, de ahí que en algunos países aun no tengan derecho de consumo.

Es muy importante educar a los consumidores en sus derechos es decir, informar a los consumidores
de los derechos que tienen. Dentro de los consumidores existe un grupo denominado subconsumidores
que son consumidores que actúan en un ámbito ajeno a su actividad normal, como por ejemplo: los
niños, las mujeres embarazadas... Siendo estos sectores los que deben tener una protección especial.

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TEMA 2: SUJETOS DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

2.1 PLURALIDAD DE SUJETOS DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA: REGÍMENES


TÍPICOS: SOLIDARIDAD, MANCOMUNIDAD Y PARCIARIEDAD.

Cuando hablamos de varios acreedores o varios deudores, hablamos de pluralidad en la relación


obligatoria. Es preciso decir que aunque haya pluralidad de sujetos en la relación obligatoria, no hay
pluralidad de partes. Sólo hay dos partes: Parte acreedora (A) y parte deudora (D). Pueden ser sujetos
de relaciones obligatorias todas las personas, tanto físicas como jurídicas.

Hay que diferenciar entre la relación externa y la interna entre los sujetos.

D1

A D2
RELACIÓN EXTERNA
D3 RELACIÓN INTERNA

A1

A2 D
RELACIÓN EXTERNA
A3

RELACIÓN INTERNA

Hay tres tipos:

A) Obligaciones solidarias:

Existen dos tipos de obligaciones solidarias:

OBLIGACIÓN SOLIDARIA PASIVA

En la obligación solidaria pasiva puede pedir el acreedor toda la cuantía a cualquier deudor (codeudores
solidarios). En la relación interna también se puede pedir la cuantía si uno de los deudores ha tenido
que poner por adelantado la parte de algún otro codeudor.

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En cuanto a la obligación solidaria pasiva hay dos premisas que cabe mencionar:

1) Artículos 1973 CC y 1974 CC

En primer lugar, hay que recurrir al Art. 1973 CC que dispone que: La prescripción de las acciones
se interrumpe por su ejercicio ante los Tribunales, por reclamación extrajudicial del acreedor y por
cualquier acto de reconocimiento de la deuda por el deudor. En definitiva, por reclamación judicial
o extrajudicial se interrumpe la prescripción. Además el reconocimiento de la deuda por parte
del propio deudor, sólo tiene efectos respecto al deudor que lo reconoce.

En segundo lugar, el Art. 1974 CC dispone en su párrafo primero que: La interrupción de la


prescripción de acciones en las obligaciones solidarias aprovecha o perjudica por igual a todos los
acreedores y deudores. En este artículo hay que hablar de la excepción que hace el Tribunal
Supremo sobre la no aplicación de este artículo en la solidaridad impropia siendo ésta, supuestos
de responsabilidad civil extracontractual en las que el daño lo causan varios sujetos donde los
agentes del daño responderán solidariamente. Sólo se limita el precepto a la solidaridad propia
(Proviene de la ley).

Además, existe otro efecto de la solidaridad pasiva que es la constitución en mora, que se produce
por el requerimiento del pago o intimación del acreedor al deudor, y perjudica por igual a todos los
codeudores (Art. 1100 CC y Art. 1141 CC).

2) Eficacia de la cosa juzgada

La cosa juzgada presenta dos efectos:


• EFECTO POSITIVO: Si ha habido un proceso judicial y termina con una sentencia de cosa
juzgada sobre uno de los deudores, la sentencia se puede ejecutar frente a los que no han formado
parte en el proceso (resto de deudores).
• EFECTO NEGATIVO: Si hay cosa juzgada el demandado del segundo proceso (D2 por ejemplo)
puede oponer la excepción de cosa juzgada.

La doctrina soluciona esto viendo caso por caso, pudiendo aplicar estas dos reglas:

1) Si el acreedor ha obtenido una sentencia favorable de su demanda y el fundamento puede ser


aplicable a los demás deudores, no puede interponer acción contra los otros deudores.
2) El deudor solidario demandado posteriormente (D2 o D3) no puede utilizar en el proceso
excepciones que ya puso D1 en el proceso.

OBLIGACIÓN SOLIDARIA ACTIVA


El otro tipo de solidaridad es la solidaridad activa, en la cual si hubiera una, el deudor puede ser exigido
a prestar toda la cuantía a cualquier acreedor.

A1

A2 D

A3

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En la solidaridad activa cada acreedor está facultado para exigir y recibir en su totalidad la prestación
que se debe. Al darse esto, debe de existir mucha confianza entre los acreedores. Además cada acreedor
puede hacer actos de defensa o conservativos, así como actos de disposición del crédito, como por
ejemplo cedérselo a un tercero (T). Es relevante en este caso el Art. 1141,p. 2º CC.

Los actos que se realizan en la relación externa tienen efectos. Por ejemplo, se perdona la deuda al
deudor por parte de un acreedor. Si esto se produce, en la relación interna el acreedor que perdona la
deuda al deudor, tendrá que reembolsar a los demás acreedores.

En la solidaria activa, el deudor se libera pagando a cualquiera de los acreedores. Tiene facultad de
elección en el pago salvo que sea demandado judicialmente, tal y como dispone el Art. 1142 CC. Si
tras la demanda, paga a otro acreedor, ese pago no tiene efectos liberatorios y extintivos de la
obligación. Si se produce esta situación, en la relación interna, si un acreedor cobra la deuda, se tiene
que repartir a cada acreedor su parte. Si uno de los acreedores hace algún acto perjudicial, tendrá que
reembolsar al resto, limitado a la parte que cada uno tenga en la obligación.

Además, se podría dar una pluralidad de sujetos en ambas partes, tanto acreedora como deudora, y
estaríamos ante una obligación solidaria mixta.

En el Código Civil las obligaciones solidarias se regulan en los siguientes artículos:

Art. 1137 CC: La concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores en una sola
obligación no implica que cada uno de aquéllos tenga derecho a pedir, ni cada uno de éstos deba
prestar íntegramente las cosas objeto de la misma. Sólo habrá lugar a esto cuando la obligación
expresamente lo determine, constituyéndose con el carácter de solidaria.

Art. 1140 CC: La solidaridad podrá existir aunque los acreedores y deudores no estén ligados del
propio modo y por unos mismos plazos y condiciones.

Art. 1141 CC: Cada uno de los acreedores solidarios puede hacer lo que sea útil a los demás, pero
no lo que les sea perjudicial. Obligación solidaria activa
Las acciones ejercitadas contra cualquiera de los deudores solidarios perjudicarán a todos éstos.
Obligación solidaria pasiva

Art.1142 CC: El deudor puede pagar la deuda a cualquiera de los acreedores solidarios; pero, si
hubiere sido judicialmente demandado por alguno, a éste deberá hacer el pago. Obligación solidaria
activa. Cesa la elección de pago cuando el deudor es demandado.

Art. 1143 CC: La novación, compensación, confusión o remisión de la deuda, hechas por cualquiera
de los acreedores solidarios o con cualquiera de los deudores de la misma clase, extinguen la
obligación, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 1.146. Obligación solidaria activa y pasiva.
El acreedor que haya ejecutado cualquiera de estos actos, así como el que cobre la deuda, responderá
a los demás de la parte que les corresponde en la obligación. Obligación solidaria activa.

Art. 1144 CC: El acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los deudores solidarios o contra todos
ellos simultáneamente. Las reclamaciones entabladas contra uno no serán obstáculo para las que
posteriormente se dirijan contra los demás, mientras no resulte cobrada la deuda por completo. Se
trata de una obligación solidaria pasiva.

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Art. 1145 CC: El pago hecho por uno de los deudores solidarios extingue la obligación. Hay que
distinguir entre la extinción de la obligación y la extinción del contrato porque no son lo mismo.
El que hizo el pago sólo puede reclamar de sus codeudores la parte que a cada uno corresponda, con
los intereses del anticipo. En este caso al desembolsar un solo deudor todo el pago, estaríamos ante
una presunción subrogatoria** (Art. 1210.3 CC).
La falta de cumplimiento de la obligación por insolvencia del deudor solidario será suplida por sus
codeudores, a prorrata de la deuda de cada uno. Por último, si el D1 paga la totalidad de la deuda,
D2 y D3 tendrán que pagarle sus respectivas partes de la deuda (Cada uno 100). Si D3 es
insolvente (Se produce una incidencia), D1 y D2 tendrán que hacer frente a la totalidad de la
deuda, es decir, en vez de 100 tendrán que pagar cada uno 150.
Todo el artículo hace referencia a una obligación solidaria pasiva

Art. 1146 CC: La quita o remisión hecha por el acreedor de la parte que afecte a uno de los deudores
solidarios, no libra a éste de su responsabilidad para con los codeudores, en el caso de que la deuda
haya sido totalmente pagada por cualquiera de ellos. La obligación se extingue por la condonación
o remisión, es decir, el acreedor perdona la deuda a uno de los deudores y no libra a este de la
responsabilidad para con los codeudores.

Art. 1147 CC: Si la cosa hubiese perecido o la prestación se hubiese hecho imposible sin culpa de los
deudores solidarios, la obligación quedará extinguida. El dinero no perece porque es cosa genérica.
Si hubiese mediado culpa de parte de cualquiera de ellos, todos serán responsables, para con el
acreedor, del precio y de la indemnización de daños y abono de intereses, sin perjuicio de su acción
contra el culpable o negligente. Este artículo trata la regla de la comunicación de la culpa con la
que opera la obligación solidaria pasiva.

Art. 1148 CC: El deudor solidario podrá utilizar, contra las reclamaciones del acreedor, todas las
excepciones que se deriven de la naturaleza de la obligación y las que le sean personales. De las que
personalmente correspondan a los demás sólo podrá servirse en la parte de deuda de que éstos fueren
responsables. Son de carácter personal los vicios del consentimiento (Error, dolo, violencia o
intimidación), dejando fuera las puramente personales (La menor edad y la incapacitación).
**
PRESUNCIÓN SUBROGATORIA: Se encuentra recogida en el Art. 1210 CC, Art. 1212 CC y
en el Art. 1135 PMCC y consiste en ponerse en el lugar de otra persona. Puede ser subrogación
personal o real.

Art. 1210 CC: Se presumirá que hay subrogación:


1. Cuando un acreedor pague a otro acreedor preferente.
2. Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o tácita del
deudor.
3. Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación, salvos los efectos de la
confusión en cuanto a la porción que le corresponda.

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Art. 1135 PMCC : El deudor que haya cumplido la obligación o de otra forma liberado a los demás
deudores podrá reclamar de éstos, en la parte que a cada uno corresponda, el reembolso de las
cantidades aplicadas a aquel fin, los gastos razonablemente causados y los intereses de unas y otros.
Si no pudiere obtenerse el reembolso de alguno de los codeudores, la parte de éste será suplida por
todos los demás a prorrata.
También podrá el deudor que haya cumplido íntegramente subrogarse en los derechos del acreedor
para exigir a cada uno de los codeudores la parte que corresponda.

Art. 1212 CC: La subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos a él anexos, ya
contra el deudor, ya contra los terceros, sean fiadores o poseedores de las hipotecas.

B) Obligaciones parciarias: Son deudas distintas las de cada uno de los codeudores parciarios. Las
deudas de cada uno son distintas, haciendo que el acreedor solo pueda pedir a cada deudor la
cantidad de su deuda, y no la de la cuantía total de los codeudores. Por la parte del deudor es lo
mismo, los deudores solo pueden responder por la cantidad de la deuda que es suya. En definitiva,
este tipo de obligaciones se aplica a casos donde la prestación es divisible. Además al operarse de
manera independiente no hay relación interna.

En el Código Civil las obligaciones parciarias se regulan en el siguiente artículo:

Art. 1138 CC: Si del texto de las obligaciones a que se refiere el artículo anterior no resulta otra
cosa, el crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes iguales como acreedores o
deudores haya, reputándose créditos o deudas distintos unos de otros. De este artículo se extrae
que cuando no se encuentre determinado el tipo de obligación, será una obligación parciaria.

C) Obligaciones mancomunadas: Se origina cuando el crédito o deuda está en mano común, es decir,
que el deber de la prestación ha de ser exigido por la pluralidad de acreedores conjuntamente o
cumplido por la pluralidad de deudores también conocido como conjunto (van de la mano). Por
ejemplo: se es copropietarios de un caballo. Este tipo de régimen se aplica cuando la prestación es
indivisible o cuando las partes indican que se ha querido este régimen, aun cuando la prestación
sea objetivamente divisible. Así lo dispone el Art. 1151, p. 1º: Para los efectos de los artículos
que preceden, se reputarán indivisibles las obligaciones de dar cuerpos ciertos y todas aquellas
que no sean susceptibles de cumplimiento parcial y el Art. 1151, p. 3º: En las obligaciones de no
hacer, la divisibilidad o indivisibilidad se decidirá por el carácter de la prestación en cada caso
particular. Existen dos tipos de obligaciones mancomunadas:

OBLIGACIÓN MANCOMUNADA ACTIVA

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A1

A2 D

A3

Si A1 pide al deudor la deuda, éste no se la dará porque lo tienen que pedir todos los acreedores
de manera conjunta.

Los acreedores realizan conjuntamente:


1) Reclamación del crédito.
2) Actos que les perjudiquen.
3) Actos de disposición. No se puede ceder a un tercero (T) por parte de un acreedor. Lo
tendrían que ceder conjuntamente.

OBLIGACIÓN MANCOMUNADA PASIVA

D1

A D2

D3

También en este caso los deudores tienen que actuar conjuntamente.

En la obligación mancomunada pasiva:

1) Se procede contra todos tanto judicialmente como extrajudicialmente.

2) Art. 1150 CC: La obligación indivisible mancomunada se resuelve en indemnizar daños y


perjuicios desde que cualquiera de los deudores falta a su compromiso. Los deudores que
hubiesen estado dispuestos a cumplir los suyos, no contribuirán a la indemnización con
más cantidad que la porción correspondiente del precio de la cosa o del servicio en que
consistiere la obligación. Cuando uno de los deudores mancomunados incumple la
obligación, incumplen todos. El incumplimiento produce una serie de daños que llevan
a la indemnización por daños y perjuicios. Del valor de la prestación responden los
deudores que cumplen la obligación y de la indemnización responde el deudor que no
cumplió, es decir, responden de forma distinta.

3) Art 1139 CC: Si la división fuere imposible, sólo perjudicarán al derecho de los acreedores
los actos colectivos de éstos y sólo podrá hacerse efectiva la deuda procediendo contra
todos los deudores. Si alguno de éstos resultare insolvente, no estarán los demás obligados
a suplir su falta. En caso de insolvencia de uno, no estará obligados a cubrir la
insolvencia del otro los demás deudores.

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TEMA 3: OBJETO DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

3.1 LA PRESTACIÓN Y SU CONTENIDO.

Cuando se habla de objeto de la relación obligatoria nos referimos a la prestación, esto es, aquello a lo
que está obligado el deudor y a lo que está facultado para exigir el acreedor. La prestación tiene que
ser posible, lícita y determinada.

Recordando el Art. 1088 CC: Toda obligación consiste en dar, hacer o no hacer. Ese consiste implica
que el deudor está obligado a realizar un comportamiento.

Siendo más concretos nos encontramos con tres prestaciones de las obligaciones:

1. DAR: consiste en un comportamiento dirigido a entregar una cosa. A este tipo de prestación, el
Código Civil dedica las siguientes reglas generales que son de carácter esencialmente dispositivo:
a. FRUTOS → Art. 1095 CC: El acreedor tiene derecho a los frutos de la cosa desde que
nace la obligación de entregarla. Sin embargo, no adquirirá derecho real sobre ella hasta
que le haya sido entregada.
b. ACCESORIOS → Art. 1097 CC: La obligación de dar cosa determinada comprende la
de entregar todos sus accesorios, aunque no hayan sido mencionados.
c. DEBER DE CUSTODIA → Art. 1094 CC: El obligado a dar alguna cosa lo está también
a conservarla con la diligencia propia de un buen padre de familia.

PRIMERA CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES DE DAR

A. OBLIGACIONES GENÉRICAS O INDETERMINADAS: Son obligaciones donde el objeto


de la prestación viene determinado por su género. Por ejemplo: Un vendedor vende a un cliente un
ordenador. En las obligaciones genéricas se sigue la regla Genus nunquam perit (El género nunca
perece). En cuanto a este tipo de obligaciones el Código Civil dispone en sus artículos 1096.2º CC
y 1167 CC que:

Art. 1096.2º CC: Si la cosa fuere indeterminada o genérica, podrá pedir que se cumpla la
obligación a expensas del deudor. Este artículo se conoce como el remedio del cumplimiento de
la obligación.

Art. 1167 CC: Cuando la obligación consista en entregar una cosa indeterminada o genérica,
cuya calidad y circunstancias no se hubiesen expresado, el acreedor no podrá exigirla de la
calidad superior, ni el deudor entregarla de la inferior. Es la regla de la calidad media.
Asociadas a las obligaciones genéricas hay una serie de conceptos relevantes que son:

Ÿ Concentración de la obligación: Consiste en que desde un momento determinado, una concreta


unidad será destinada a satisfacer la obligación pasando de ser una obligación genérica a una
obligación específica, es decir, en el momento en el que el deudor haga la especificación la
obligación genérica pasará a ser una obligación específica (Desaparece la regla Genus nunquam
perit), pudiéndose aplicar la regla del Art. 1182 CC. Si la concentración no se hace cumplir
inmediatamente o con la dilación temporal entre concentración y cumplimiento no trasforma la
obligación genérica en específica.
Ÿ Entrega efectiva: Se cumple con la obligación cuando se produce la entrega material de la cosa
debida.

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Ÿ Remisión: Se cumple la obligación cuando se entrega al transportista. Este es un caso de
cumplimiento de la obligación a distancia. Por ejemplo: Una tienda que vende online.
Ÿ Puesta a disposición: Por ejemplo, en una tienda el tendero llama al cliente para avisarle de que
ya tiene puesto a su disposición el producto para satisfacer la obligación.

B. OBLIGACIONES DE GÉNERO LIMITADO: Se trata de una obligación genérica pero en la


que se precisan más las características de la prestación, es decir, se especifica más. Por ejemplo:
Una persona que posee una bodega y vende vino a otra, teniendo que tener unas características
concretas y que sea del que se almacena en esa bodega. No puede ser otro vino. En este caso, sí
cabe la posibilidad de que el género perezca por ejemplo, puede caer un rayo sobre el almacén de
vino y quemar todo.

C. OBLIGACIONES ESPECÍFICAS O DETERMINADAS: Son obligaciones donde el objeto de


la prestación está claramente determinado, es decir, está especificado. Por ejemplo: Vendes tu casa.
En cuanto a este tipo de obligaciones el Código Civil dispone en sus artículos 1096.1º CC y 1182
CC y 1184 CC que:

Art. 1096.1º CC: Cuando lo que deba entregarse sea una cosa determinada, el acreedor,
independientemente del derecho que le otorga el artículo 1.101, puede compeler al deudor a que
realice la entrega. Podemos exigir el cumplimiento de la norma.

Art. 1182 CC: Quedará extinguida la obligación que consista en entregar una cosa determinada
cuando ésta se perdiere o destruyere sin culpa del deudor y antes de haberse éste constituido en
mora. (Obligación de dar)

Art. 1183 CC: Siempre que la cosa se hubiese perdido en poder del deudor, se presumirá que la
pérdida ocurrió por su culpa y no por caso fortuito, salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 1.096.

Art. 1185 CC: Cuando la deuda de cosa cierta y determinada procediere de delito o falta, no se
eximirá al deudor del pago de su precio, cualquiera que hubiese sido el motivo de la pérdida, a
menos que, ofrecida por él la cosa al que la debía recibir, éste se hubiese sin razón negado a
aceptarla.

Art. 1184 CC: También quedará liberado el deudor en las obligaciones de hacer cuando la
prestación resultare legal o físicamente imposible. Legal, crean una ley que te imposibilita cumplir
con la obligación. Me obligue a crear un edificio de 7 plantas, pero el ayuntamiento me prohíbe
construir.
Se aplica sólo a las obligaciones de hacer. El también se debe a que aclara que no solo se
extingue la obligación de dar si se cumplen los requisitos del art. 1182 CC, sino que también
sucede lo mismo para la obligación de hacer si se dan los requisitos que indica el art. 1184, y
1182 CC.

Art. 1186 CC: Extinguida la obligación por la pérdida de la cosa, corresponderán al acreedor
todas las acciones que el deudor tuviere contra terceros por razón de ésta.
Ejemplo: Vendo un terreno y el lunes que viene te lo entregaré. Un tercero, la administración
pública me expropia el terreno. Al admón. debe indemnizarme, pero esta la recibirá la persona a la
que vendí el terreno.

*Los artículos 1182 CC a 1186 CC tratan la imposibilidad sobrevenida de la prestación.

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SEGUNDA CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES DE DAR

A. OBLIGACIONES ALTERNATIVAS: Se encuentran reguladas en el Código Civil. Se trata de


una obligación donde hay una pluralidad de objetos, es decir, tiene carácter disyuntivo. Por
ejemplo: Te puedo entregar un caballo o un ordenador o tantos kilos de naranjas y se cumple la
prestación con cualquiera de los objetos. Si no se dice nada la facultad de elección la tiene el deudor,
aunque también si se hubiera pactado previamente la podría tener el acreedor. La facultad de
elección se puede ejercitar extrajudicialmente, realizando una declaración de voluntad recepticia,
es decir, una manifestación de la voluntad que entra en vigor desde que la recibe la otra parte. En
general hay libertad de forma para realizarla. En cuanto a las obligaciones alternativas el Código
Civil dispone que:

Art. 1131 CC: El obligado (Deudor) alternativamente a diversas prestaciones debe cumplir por
completo una de éstas.
El acreedor no puede ser compelido a recibir parte de una y parte de otra.
Art. 1132 CC: La elección corresponde al deudor, a menos que expresamente se hubiese
concedido al acreedor. Principio favor debitoris.
El deudor no tendrá derecho a elegir las prestaciones imposibles, ilícitas o que no hubieran podido
ser objeto de la obligación. La prestación imposible puede ser de dos tipos: Originaria (Es
imposible desde el principio) o sobrevenida (En un principio si se podía y después no).

Art. 1133 CC: La elección no producirá efecto sino desde que fuere notificada. Se trata de una
declaración de voluntad recepticia.

**Los Arts. 1134 CC a 1136 CC tratan la imposibilidad sobrevenida en la obligación


alternativa.

Art. 1134 CC: El deudor perderá el derecho de elección cuando de las prestaciones a que
alternativamente estuviese obligado, sólo una fuere realizable. Trata la facultad de elección del
deudor.
Art. 1135 CC: El acreedor tendrá derecho a la indemnización de daños y perjuicios cuando por
culpa del deudor hubieran desaparecido todas las cosas que alternativamente fueron objeto de la
obligación, o se hubiera hecho imposible el cumplimiento de ésta.
La indemnización se fijará tomando por base el valor de la última cosa que hubiese desaparecido,
o el del servicio que últimamente se hubiera hecho imposible.
Indemnización= valor equivalente pecuniario.
Art. 1136 CC: Cuando la elección hubiere sido expresamente atribuida al acreedor, la obligación
cesará de ser alternativa desde el día en que aquélla hubiese sido notificada al deudor. (Desde la
declaración de voluntad recepticia).
Hasta entonces las responsabilidades del deudor se regirán por las siguientes reglas:
1. Si alguna de las cosas se hubiese perdido por caso fortuito, cumplirá entregando la que el
acreedor elija entre las restantes, o la que haya quedado, si una sola subsistiera.
2. Si la pérdida de alguna de las cosas hubiese sobrevenido por culpa del deudor, el acreedor
podrá reclamar cualquiera de las que subsistan, o el precio de la que, por culpa de aquél,
hubiera desaparecido.
3. Si todas las cosas se hubiesen perdido por culpa del deudor, la elección del acreedor
recaerá sobre su precio.

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Las mismas reglas se aplicarán a las obligaciones de hacer o de no hacer, en el caso
de que algunas o todas las prestaciones resultaren imposibles.
Trata la facultad de elección del acreedor.

B. OBLIGACIONES FACULTATIVAS O CON FACULTAD ALTERNATIVA: no está


regulada en el Código Civil. Cuando se constituye la obligación me obligo a entregar una cosa
concreta (por ejemplo un ordenador), pero se permite que al cumplimiento, se pueda decidir
cambiar el ordenador por una moto, por ejemplo. Se diferencia de la anterior en que si en la
obligación alternativa se destruye la prestación, tiene que cumplir con otro objeto de las
prestaciones. En la obligación con facultad alternativa solo hay una prestación y si se pierde por
caso fortuito, se extingue la obligación (Art. 1182 CC), aunque se permita sustituir el bien de la
prestación al cumplimiento.

OBLIGACIONES PECUNIARIAS

CLASIFICACIÓN:

• Deudas de suma (o de dinero): se dan unas unidades monetarias, es decir, se da una cantidad de
dinero por algo. Es una obligación genérica y, por tanto, el género nunca perece (Genus nunquam
perit).

Art. 1170 CC: El pago de las deudas de dinero deberá hacerse en la especie pactada y, no siendo
posible entregar la especie, en la moneda de plata u oro que tenga curso legal en España.
La entrega de pagarés a la orden, o letras de cambio u otros documentos mercantiles, sólo
producirá los efectos del pago cuando hubiesen sido realizados, o cuando por culpa del acreedor
se hubiesen perjudicado.
Entre tanto la acción derivada de la obligación primitiva quedará en suspenso.

La moneda de curso legal en España es el Euro. El segundo párrafo hace referencia a la entrega
de documentos mercantiles (Pagarés, Letras de cambio...), y esta entrega no es potestativa del
deudor. No se puede sustituir sin la voluntad del acreedor, la entrega del dinero por la aceptación
de un documento mercantil. La aceptación del documento no significa el cumplimiento de la
obligación, salvo que lo califiquen así las partes.
• Deudas de especie monetaria: hay varias monedas y se vende algo y se pacta que se paga en
dólares. Se pacta pagar en billetes de un cierto valor concreto.
• Deudas de moneda individual: se tienen que devolver las concretas unidades. Por ejemplo,
cuando le dejas a una persona un dinero (300€) para que te lo guarde porque por ejemplo te vas
de vacaciones y posteriormente te deberá entregar esos mismos 300€ y no otros.
• Deudas de valor: a veces no se puede dar la cosa concreta que se ha pactado (se pierde el
ordenador por culpa), se puede pedir el equivalente pecuniario, sustituyendo así un servicio o un
bien que no es posible realizar o entregar.

El problema más grave que tiene este tipo de obligaciones es la pérdida de valor adquisitivo del
dinero. Existen dos doctrinas al respecto:

NOMINALISMO: el deudor entrega la misma suma fijada en la obligación, cualquiera que sea la
alteración de su poder adquisitivo considerando que las eventuales fluctuaciones del poder adquisitivo

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son riesgos normales del acreedor. (Si te presto 300.000€ me tendrás que devolver 300.000€). España
opera con el nominalismo.

VALORISMO: el deudor debe prestar al acreedor la suma que equivalga al poder adquisitivo que
tenía cuando se constituyó la obligación, aunque sea mayor.

En referencia a esto, el Código Civil dispone lo siguiente:

Art. 1753 CC: El que recibe en préstamo dinero u otra cosa fungible, adquiere su propiedad, y está
obligado a devolver al acreedor otro tanto de la misma especie y calidad.

Art. 1754 CC: La obligación del que toma dinero a préstamo se regirá por lo dispuesto en el artículo
1.170 de este Código.
Si lo prestado es otra cosa fungible, o una cantidad de metal no amonedado, el deudor debe una
cantidad igual a la recibida y de la misma especie y calidad, aunque sufra alteración en su precio.

CLÁUSULAS ESTABILIZADORAS: Operan para las operaciones de suma y son el remedio a la


graves consecuencia que llevan consigo las alteraciones del poder adquisitivo. Las cláusulas de
estabilización establecen una relación entre la suma de dinero objeto del contrato y un determinado
índice (Valor de oro o plata, moneda extranjera, el precio de determinados productos o el índice del
coste de vida).
Atendiendo a lo dispuesto en el Art. 1255 CC: Los contratantes pueden establecer los pactos,
cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la
moral ni al orden público. Se trata de los límites de la autonomía de la voluntad. En España se
opera con le nominalismo salvo pacto en contrario y si no se ha pactado nada por las partes
contratantes se operará con el mismo.

OBLIGACIONES DE INTERESES

El disfrute de un capital en dinero perteneciente a otra persona o que a ella le debía de haber sido
entregado en su momento, es evidente que constituye una fuente de beneficios para el que lo goza.
Debe pagar por ello, un precio, que es el interés en estricto sentido jurídico. Recogen las siguientes
características:

1. El interés debe ser considerado como un fruto civil y se engloba en la categoría de frutos civiles.
Esto lo dispone el Código Civil en sus artículos 354 CC y 355 CC:

Art. 354 CC: Pertenecen al propietario:


1. Los frutos naturales.
2. Los frutos industriales.
3. Los frutos civiles.

Art. 355 CC: Son frutos naturales las producciones espontáneas de la tierra, y las crías y
demás productos de los animales.
Son frutos industriales los que producen los predios de cualquiera especie a beneficio del
cultivo o del trabajo.
Son frutos civiles el alquiler de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el importe
de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas.

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2. Es una obligación accesoria respecto de la obligación de restituir o entregar el capital. Lo
accesorio sigue a lo principal, por eso una vez extinguida la obligación principal se extingue la
accesoria, pero no a la inversa. El devengo y el consiguiente pago de intereses extingue la
obligación principal.
3. El cálculo de los intereses. Se calcula con un porcentaje, que puede ser anual... Y se hace en
función del capital y durante un tiempo. También se puede hacer de manera global.

4. Los tipos de intereses:

a. CONVENCIONALES O LEGALES:

(1) Convencionales: las partes contratantes lo han pactado. Se puede pactar cualquier tipo
de interés de manera general, pero hay una ley de 23 de julio de 1908, que habla de los
intereses usúrales, los cuales prohíbe.

Art. 1 Ley Usura o Ley de Azcárate: Será nulo todo contrato de préstamo en que se
estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente
desproporcionado con las circunstancias del caso o en condiciones tales que resulte
aquél leonino, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario
a causa de su situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus
facultades mentales.
Será igualmente nulo el contrato en que se suponga recibida mayor cantidad que la
verdaderamente entregada, cualesquiera que sean su entidad y circunstancias. Será
también nula la renuncia del fuero propio, dentro de la población, hecha por el deudor
en esta clase de contratos.

(2) Legales: Se encuentran establecidos por la ley. Cuando queremos saber el interés legal
del dinero hay que ir a la Ley de Presupuestos Generales

b. RETRIBUTIVOS/ORDINARIOS O MORATORIOS:

(1) Retributivos u ordinarios: se presta dinero y se va a devolver esa cantidad más los
intereses a un tipo de interés. Se produce una retribución por hacer el préstamo. Es un
interés que retribuye.

(2) Moratorios: Al incumplir el contrato se tendrá que indemnizar por daños y perjuicios.
El Código Civil lo dispone en su artículo 1108.

Art. 1108 CC: Si la obligación consistiere en el pago de una cantidad de dinero, y el


deudor incurriere en mora, la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto
en contrario, consistirá en el pago de los intereses convenidos, y a falta de convenio, en
el interés legal. Con intereses convenidos hace referencia a los intereses
convencionales.

Nos referimos a la mora del deudor, es decir, al retraso en el cumplimiento de la deuda.


Será un supuesto de mora cuando se cumplan los requisitos del Art. 1100 CC.

Art. 1100 CC: Incurren en mora los obligados a entregar o a hacer alguna cosa desde
que el acreedor les exija judicial o extrajudicialmente el cumplimiento de su obligación.

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No será, sin embargo, necesaria la intimación del acreedor para que la mora exista:
1. Cuando la obligación o la ley lo declaren así expresamente.
2. Cuando de su naturaleza y circunstancias resulte que la designación de la época
en que había de entregarse la cosa o hacerse el servicio, fue motivo determinante
para establecer la obligación.
En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora si el
otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe. Desde
que uno de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro.

Los intereses moratorios procesales no están en el Código Civil sino que están
en la Ley de Enjuiciamiento Civil, concretamente en su artículo 576 sobre los
intereses en la mora procesal:
Art. 576 LEC:
1. Desde que fuere dictada en primera instancia, toda sentencia o resolución que
condene al pago de una cantidad de dinero líquida determinará, en favor del
acreedor, el devengo de un interés anual igual al del interés legal del dinero
incrementado en dos puntos o el que corresponda por pacto de las partes o por
disposición especial de la ley.
2. En los casos de revocación parcial, el tribunal resolverá sobre los intereses de
demora procesal conforme a su prudente arbitrio, razonándolo al efecto.
3. Lo establecido en los anteriores apartados será de aplicación a todo tipo de
resoluciones judiciales de cualquier orden jurisdiccional, los laudos arbitrales y
los acuerdos de mediación que impongan el pago de cantidad líquida, salvo las
especialidades legalmente previstas para las Haciendas Públicas.

5. Prescripción: Se recoge en el artículo 1966 CC:


Art. 1966 CC: Por el transcurso de cinco años prescriben las acciones para exigir
el cumplimiento de las obligaciones siguientes:
1. La de pagar pensiones alimenticias.
2. La de satisfacer el precio de los arriendos, sean éstos de fincas rústicas o de
fincas urbanas.
3. La de cualesquiera otros pagos que deben hacerse por años o en plazos más
breves.
6. Anatocismo: los intereses al retrasarse, se incorporan al capital y se generan
intereses moratorios en base a esa cantidad aumentada. Puede ser convencional o
legal. En el Código Civil se dispone que:
Art. 1109 CC: Los intereses vencidos devengan el interés legal desde que son
judicialmente reclamados, aunque la obligación haya guardado silencio sobre este
punto.
En los negocios comerciales se estará a lo que dispone el Código de Comercio.
Los Montes de Piedad y Cajas de Ahorro se regirán por sus reglamentos especiales.
Este artículo recoge el anatocismo legal. El anatocismo convencional se origina
por la voluntad de las partes, y se trata de un pacto lícito cuyas limitaciones las
impone la Ley de Usura.

7. Art. 1110, p.1º CC: El recibo del capital por el acreedor, sin reserva alguna
respecto a los intereses, extingue la obligación del deudor en cuanto a éstos.
2. HACER: El deudor tiene que desarrollar una actividad para que se vea satisfecha la obligación. Se
clasifican en dos criterios:

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a. FUNGIBLES E INFUNGIBLES:

(1) Fungibles: El deudor es indiferente en la realización de la actividad para que quede


satisfecho el acreedor.
(2) Infungibles: El deudor no es indiferente en la realización de la actividad para que quede
satisfecho el acreedor. (Intuitus personae).

b. MEDIOS O RESULTADO:

(1) Medios: el deudor se compromete a desarrollar una actividad desplegando toda


diligencia que le es exigible, pero no se pide un resultado. Por ejemplo un médico que
va a operar.
(2) Resultado: el deudor se obliga a un resultado, además de desplegar toda diligencia
exigible. Por ejemplo en la medicina voluntaria, una cirugía de nariz

Los casos en los que sea dudoso el encuadre de la obligación, deben de resolverse
atendiendo a la circunstancia de que el resultado esté o no al alcance de quien despliega
la actividad. Si no está al alcance será de medios.

3. NO HACER: Al deudor se le exige que omita o abstenga una conducta. Se deberían distinguir dos
tipos de obligaciones:

(1) Puras de no hacer (In non faciendo): Por ejemplo en un contrato de alquiler hay una
cláusula que dice que el arrendatario tiene prohibido hacer fiestas. Es una obligación
de abstención.
(2) Soportar (In patiendo): Por ejemplo dejas de alquilar un piso y avisas al arrendador
un mes antes y durante ese mes tienes que soportar que los inquilinos potenciales
vayan a ver el piso para un nuevo alquiler. Es una obligación de tolerancia.

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TEMA 4: EL TIEMPO DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

4.1 CLASIFICACIÓN DEL TIEMPO DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA


La idea de tiempo puede influir en la configuración de la relación obligatoria de diferentes maneras.
A. TRACTO ÚNICO O TRACTO SUCESIVO:
(1) Tracto único o instantáneas: es una obligación que automáticamente se cumple en un
momento único.
(2) Tracto sucesivo, continuas o duraderas: el cumplimiento implica un espacio temporal, es
decir, una duración. Puede ser:
a. Periódica: se celebra un contrato de suministro y se suministra durante un tiempo.
(Ejemplo de un bar).
b. Sucesivo: un contrato de suministro de agua o de gas, que es de duración continúa.

B. DURACIÓN INDEFINIDA:
La disciplina de las relaciones obligatorias duraderas plantea unos problemas que no surgen en las
relaciones puramente momentáneas. Aquellas obligaciones exigen un límite (convencional o legal) de
duración e imponen también unas determinadas consecuencias, en orden a la resolución. Si no se ha
establecido el límite de duración haciéndose indefinida, la jurisprudencia admite la resolución
unilateral, pues es contrario a la libertad estar obligado indefinidamente.

C. TERMINO INICIAL/ FINAL


(1) Término Inicial: desde el momento que empieza:
(2) Término Final: momento en el que acaba.

D. TÉRMINO ESENCIAL:
El tiempo de la prestación o del pago determina el momento de la exigibilidad del crédito y marca el
momento en que el deudor se retrasa, se coloca o puede ser colocado en situación de mora,
desencadenando para él una especial responsabilidad, pero la prestación retrasada es todavía posible,
pues el deudor puede cumplirla y el acreedor puede reclamarla. El deudor ha cumplido o puede cumplir
retrasadamente, pero el acreedor no sufre sustancialmente en su interés el cumplimiento.

Sin embargo, existen casos en los cuales, los intereses de las partes en la relación obligatoria, más en
la parte acreedora, hacen que el término sea esencial para la prestación porque tal y como está
configurada sólo es posible en un momento concreto.

E. TIPOS DE OBLIGACIONES EN FUNCIÓN DEL TIEMPO


OBLIGACIONES PURAS:
En el artículo 1113 párrafo primero del Código Civil se dispone:
Art. 1113, p. 1º: Será exigible desde luego toda obligación cuyo cumplimiento no dependa de un
suceso futuro o incierto, o de un suceso pasado, que los interesados ignoren.

El segundo párrafo de este artículo ya hace referencia a obligaciones condicionales.

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OBLIGACIONES A PLAZO O A TÉRMINO:
La idea de tiempo como momento señalado para la exigibilidad de la prestación es el punto de vista
desde el que se desarrolla la normativa que el Código Civil dedica a las obligaciones a plazo.

Se determina la fecha en la cual el deudor tiene que cumplir, venciendo la obligación y siendo exigible
jurídicamente. Hay certidumbre, es decir, tenemos claro que la obligación va a vencer en un momento
concreto.

La concepción más antigua considera el plazo como un beneficio del deudor, pues supone que el interés
del deudor es retrasar la prestación mientras que el acreedor quiere recibirla lo más pronto posible.

Las obligaciones a plazo se recogen en el Código Civil en los artículos 1125 CC a 1130 CC. En el Art.
1125 CC se establece lo ya tratado sobre las obligaciones a plazo:

Art. 1125 CC: Las obligaciones para cuyo cumplimiento se haya señalado un día cierto sólo serán
exigibles cuando el día llegue.
Entiéndese por día cierto aquel que necesariamente ha de venir, aunque se ignore cuándo.
Si la incertidumbre consiste en si ha de llegar o no el día, la obligación es condicional, y se regirá por
las reglas de la sección precedente.

En los siguientes artículos se dispone:


A) El plazo como beneficio. A pesar de lo dicho anteriormente el Art. 1127 CC dispone que:
Siempre que en las obligaciones se designa un término, se presume establecido en beneficio
de acreedor y deudor, a no ser que del tenor de aquellas o de otras circunstancias resultara
haberse puesto en favor del uno o del otro. Esto significa que ni el acreedor puede exigir el
cumplimiento antes del plazo y que el deudor no puede cumplirla de forma anticipada.
Además en el Art. 1126, p.1º se dispone una norma que no distingue a favor de que parte está
(Acreedor, deudor o ambos): Lo que anticipadamente se hubiese pagado en las obligaciones
a plazo, no se podrá repetir. Se entiende repetir como devolver.

B) El error del solvens sobre el plazo. Se parte de que el pago es válido e irrepetible porque se
paga lo que se debe, y es en este punto donde el Art. 1126, p.2º CC dispone Si el que pagó
ignoraba, cuando lo hizo, la existencia del plazo, tendrá derecho a reclamar del acreedor los
intereses o los frutos que éste hubiese percibido de la cosa. El presupuesto para aplicarlo
consiste en un error del solvens que se concreta en la ignorancia de la existencia del plazo
abarcar la equivocación en el cómputo y su duración.

C) Fijación del plazo por la autoridad judicial. A pesar de lo dicho en el Art. 1127 CC, el Art.
1128 CC permite que los Tribunales fije el plazo en dos supuestos: Si la obligación no señalare
plazo, pero de su naturaleza y circunstancias se dedujere que ha querido concederse al
deudor, los Tribunales fijarán la duración de aquél. (1) Se refiere a la ausencia de plazo.
También fijarán los Tribunales la duración del plazo cuando éste haya quedado a voluntad del
deudor. (2) Tiene plazo pero no está determinado.

D) Supuestos legales de pérdida del beneficio de plazo. Son casos donde aun habiéndose
establecido un plazo, la ley permite que el acreedor dé por vencida la deuda, y el deudor pierda
el derecho a utilizar dicho plazo. Son casos donde hay una perdida sobrevenida de la confianza
en el deudor, y hay que darle una mayor protección al acreedor. Estos supuesto se encuentran
en el Art. 1129 CC que establece que: Perderá el deudor todo derecho a utilizar el plazo:

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1. Cuando, después de contraída la obligación, resulte insolvente, salvo que garantice
la deuda.
2. Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que estuviese comprometido.
3. Cuando por actos propios hubiese disminuido aquellas garantías después de
establecidas, y cuando por caso fortuito desaparecieran, a menos que sean
inmediatamente sustituidas por otras nuevas e igualmente seguras.

En el último artículo de la regulación de este tipo de obligaciones hace referencia al cómputo del tiempo
del plazo.

Art. 1130 CC: Si el plazo de la obligación está señalado por días a contar desde uno determinado,
quedará éste excluido del cómputo, que deberá empezar en el día siguiente.

4.2 OBLIGACIONES CONDICIONALES


La incertidumbre es la característica propia de las obligaciones condicionales. Haciendo referencia a
una parte del primer párrafo del Art. 1113 C, la condición consiste en la dependencia de los efectos del
contrato (de un suceso futuro o incierto, o de un suceso pasado, que los interesados ignoren). La
condición afecta a la producción de efectos negociales, no al negocio en sí mismo. Siendo esto así, que
la condición no se dé no puede borrar el hecho de que han existido declaraciones de voluntad
negociales. Además, la condición no se presume por lo que requiere la prueba de la existencia por aquel
que la alega.

CLASES DE CONDICIONES

A) SUSPENSIVA O RESOLUTORIA

El criterio de distinción legal es el de la incidencia del evento condicionante en los efectos negociales.
En la suspensiva, la adquisición de los derechos dependerá del acontecimiento que constituya la
condición. En la resolutoria, la pérdida de los derechos ya adquiridos. En la condición suspensiva el
contrato existe desde luego, pero permanece en suspenso su eficacia. En la resolutoria se generan
efectos desde el inicio y lo que ocurre es que se resuelven.

Es posible aislar un tercer modo de funcionamiento de la condición, en el cual el evento condicionante


afecta a una parte de la misma, por ejemplo a una concreta estipulación o sobre un determinado pacto.
Ejemplo del terreno en el que se edifica, y si la Administración Pública autoriza a edificar más pisos,
se pagará más precio. El negocio tiene un contenido variable para cada una de las posibles hipótesis.
El evento condicionante lo que hace es prever, establecer variantes alternativas dentro de una misma
reglamentación general.

B) CONDICIONES POTESTATIVAS, CASUALES Y MIXTAS

Art. 1115 CC: Cuando el cumplimiento de la condición dependa de la exclusiva voluntad del deudor,
la obligación condicional será nula (Condición puramente potestativa). Si dependiere de la suerte
o de la voluntad de un tercero, la obligación surtirá todos sus efectos con arreglo a las disposiciones
de este Código (Condición casual).

(1) Condición potestativa: consiste hecho dependiente de la voluntad de uno de los sujetos del
negocio jurídico. En este tipo hay que hacer la distinción entre:

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a. Puramente potestativas: el que se cumpla el evento de la condición depende de la
exclusiva voluntad del deudor. Se trata de una voluntad de la que nace un acto que es
indiferente realizar.
b. Simplemente potestativas: Operan sobre la voluntad una serie de motivos que son de
libre estimación, pero que representan intereses o dificultades a tener en cuenta para
mover la voluntad en un sentido o en otro.
(2) Condición casual: dependen de circunstancias extrañas a la voluntad, como la suerte o un
tercero.
(3) Condición mixta: Tiene parte de potestativa y parte de casual.

C) CONDICIONES IMPOSIBLES, ILÍCITAS E INMORALES

Art. 1116 CC: Las condiciones imposibles, las contrarias a las buenas costumbres y las prohibidas por
la ley anularán la obligación que de ellas dependa.
La condición de no hacer una cosa imposible se tiene por no puesta.

(1) Condición imposible: es aquella en la que el evento no es verificable por causas físicas o
jurídicas.
(2) Condiciones ilícitas e inmorales: son aquellas que resultan de un evento cuya realización es
contraria a leyes imperativas, al orden público o a las buenas costumbres. La ilicitud o
inmoralidad se refieren a que determinen una voluntad de acometer el acto prohibido o inmoral.

A tenor de lo dicho en el artículo 1116, que estas condiciones anulen el negocio inter vivos es problema
que ha de resolverse teniendo en cuenta l solución que le demos a la cuestión de si la nulidad de algunas
disposiciones o cláusulas afecta a todo el contrato o sólo a la cláusula afecta. Si todo el negocio está
condicionado, queda anulado.

**El Art. 1124 CC se encuentra dentro de la sección que lleva por rúbrica De las obligaciones puras
y de las condicionales, pero se trata de un artículo mal situado, que regula el remedio de la resolución.

LA RELACIÓN OBLIGATORIA BAJO CONDICIÓN SUSPENSIVA

Art. 1114 CC: En las obligaciones condicionales la adquisición de los derechos, así como la
resolución o pérdida de los ya adquiridos, dependerán del acontecimiento que constituya la condición.
La adquisición de los derechos dependerá del acontecimiento que constituya la condición. Existe el
contrato pero se mantiene en suspenso su eficacia. El acreedor sub conditione es titular de un derecho
eventual. La prestación no es exigible pero sí hay que darle una protección.

En el Código Civil se dispone lo siguiente:


Art. 1121 CC: El acreedor puede, antes del cumplimiento de las condiciones, ejercitar las acciones
procedentes para la conservación de su derecho.
El deudor puede repetir lo que en el mismo tiempo hubiese pagado. El régimen de este pago se sujeta
al cobro de lo indebido, si el deudor se equivocó sobre la existencia o cumplimiento de la
condición. En primer párrafo da al acreedor condicional una protección legal para la
conservación, que son acciones muy amplias que quedan al arbitrio judicial.
El deudor condicional soporta unos específicos deberes que son los recogidos en el Código Civil:

Art. 1119 CC: Se tendrá por cumplida la condición cuando el obligado impidiese voluntariamente su
cumplimiento.

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Art. 1122.2º CC: Si la cosa se perdió por culpa del deudor, éste queda obligado al resarcimiento de
daños y perjuicios.
Art. 1122.4º CC: Deteriorándose por culpa del deudor, el acreedor podrá optar entre la resolución
de la obligación y su cumplimiento, con la indemnización de perjuicios en ambos casos.

** Los apartados 2º y 4º del Art. 1122 hacen referencia a la diligente conservación de las cosas debidas.

El deudor no pierde sus facultades dispositivas lo que ocurre es que la suerte de los negocios de
disposición que realice se somete al cumplimiento o incumplimiento de la condición. En el periodo de
pendencia de la condición el acreedor puede disponer de sus derechos expectantes.

En cuanto a las obligaciones de dar durante el periodo de pendencia el Art. 1122 CC establece:

En cuanto a la imposibilidad sobrevenida de la prestación:

Art. 1122.1º CC: Si la cosa se perdió sin culpa del deudor, quedará extinguida la obligación.

Art. 1122.2º CC: Si la cosa se perdió por culpa del deudor, éste queda obligado al resarcimiento de
daños y perjuicios.
Entiéndese que la cosa se pierde cuando perece, queda fuera del comercio o desaparece de modo que
se ignora su existencia, o no se puede recobrar.

Habrá igualmente imposibilidad sobrevenida cuando el deudor, pendiente de la condición enajena la


cosa aun tercero de buena fe, quedando este protegido. Cuando la condición suspensiva se cumpla la
obligación se purifica y despliega sus efectos ipso iure (Por virtud del derecho). Se trata del sistema de
retroactividad real en la que las partes quedan obligadas a realizar lo exigido por la naturaleza
retroactiva de la purificación. El Código Civil lo regula en el Art. 1120 CC:

Art. 1120 CC: Los efectos de la obligación condicional de dar, una vez cumplida la condición, se
retrotraen al día de la constitución de aquélla. Esto no obstante, cuando la obligación imponga
recíprocas prestaciones a los interesados, se entenderán compensados unos con otros los frutos e
intereses del tiempo en que hubiese estado pendiente la condición. Si la obligación fuere unilateral, el
deudor hará suyos los frutos e intereses percibidos, a menos que por la naturaleza y circunstancias de
aquélla deba inferirse que fue otra la voluntad del que la constituyó.
En las obligaciones de hacer y no hacer, los Tribunales determinarán, en cada caso, el efecto
retroactivo de la condición cumplida.
El régimen de los frutos de este artículo es dispositivo pudiendo las partes pactar otro.

En cuanto a los deterioros sufridos en las cosas debidas:

Art. 1122.3º CC: Cuando la cosa se deteriora sin culpa del deudor, el menoscabo es de cuenta del
acreedor.
Art. 1122.4º CC: Deteriorándose por culpa del deudor, el acreedor podrá optar entre la resolución
de la obligación y su cumplimiento, con la indemnización de perjuicios en ambos casos.

En cuanto a las mejoras introducidas en las cosas debidas:

Art. 1122.5º CC: Si la cosa se mejora por su naturaleza, o por el tiempo, las mejoras ceden en favor
del acreedor.

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Art. 1122.6º CC: Si se mejora a expensas del deudor, no tendrá éste otro derecho que el concedido al
usufructuario.
Los Arts. 1117 y 1118 CC tratan sobre la duración de la pendencia de la condición el Código Civil
distinguiendo según exista o no una expresa fijación del tiempo dentro del cual deba cumplirse el
evento que condiciona la obligación.

Art. 1117 CC: La condición de que ocurra algún suceso en un tiempo determinado extinguirá la
obligación desde que pasare el tiempo o fuere ya indudable que el acontecimiento no tendrá lugar.
Regula la condición positiva.
Art. 1118 CC: La condición de que no acontezca algún suceso en tiempo determinado hace eficaz la
obligación desde que pasó el tiempo señalado o sea ya evidente que el acontecimiento no puede
ocurrir. Regula la condición negativa.
Si no hubiere tiempo fijado, la condición deberá reputarse cumplida en el que verosímilmente se
hubiese querido señalar, atendida la naturaleza de la obligación. La regla obliga a una
interpretación de la voluntad de las partes conforme a la naturaleza del negocio y a intereses que
las partes hubieran querido reglamentar.
Además, se tendrá por cumplida (Cumplimiento ficticio) la obligación según lo dispuesto por el CC:

Art. 1119 CC: Se tendrá por cumplida la condición cuando el obligado impidiese voluntariamente su
cumplimiento. El obligado será la parte que se convierta en deudor si acontece la condición.

RELACIÓN OBLIGATORIA BAJO CONDICIÓN RESOLUTORIA

La pérdida de los derechos dependerá del acontecimiento que constituya la condición. Se generan los
efectos ab initio y lo que ocurre es que se resuelven con la llegada de la condición poniendo fin a la
relación.

Además, habría que mencionar un tercer modo de funcionamiento de la condición en la que el negocio
como tal no queda en suspenso ni tampoco resuelto, sino que el negocio tiene un contenido variable
para cada una de las hipótesis. (Ejemplo de compraventa de un terreno, en el cual se espera a que la
Administración Pública autorice a edificar un volumen superior de viviendas).
La resolución puede ser:
a. Absoluta: la resolución borra todos los efectos producidos. Es aplicable a las relaciones
obligatorias instantáneas.
b. Relativa: extingue para el futuro la relación con unos deberes anejos de liquidación pero sin
borrar los efectos ya producidos. Las relaciones obligatorias duraderas se entienden relativas.

En el Código Civil está regulado en el artículo 1123 CC:


Art. 1123 CC: Cuando las condiciones tengan por objeto resolver la obligación de dar, los
interesados, cumplidas aquéllas, deberán restituirse lo que hubiesen percibido. Si hay que restituir
dinero se restituye el valor actual, no el nominal.
En el caso de pérdida, deterioro o mejora de la cosa, se aplicarán al que deba hacer la restitución las
disposiciones que respecto al deudor contiene el artículo precedente.
En cuanto a las obligaciones de hacer y no hacer, se observará, respecto a los efectos de la resolución,
lo dispuesto en el párrafo segundo del artículo 1.120

TEMA 5: EL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN Y SUS SUBROGADOS

Antes de entrar en materia es preciso hacer referencia a lo que dispone el Art. 1156 CC:

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Art. 1151 CC: Las obligaciones se extinguen:
Por el pago o cumplimiento.
Por la pérdida de la cosa debida.
Por la condonación de la deuda.
Por la confusión de los derechos de acreedor y deudor.
Por la compensación.
Por la novación. Hay dos tipos de novación: extintiva y modificativa)

5.1 EL PAGO Y LA IMPUTACIÓN DE PAGOS

En un sentido general el pago se entiende como el acto de realización de la prestación debida en virtud
de la relación obligatoria. El pago es:
1. Un acto de cumplimiento del deber jurídico o deuda que pesa sobre el deudor.
2. La manera normal que tiene el deudor de librarse de la obligación.
3. La forma de satisfacer el interés del acreedor.

Es pago toda realización de la prestación debida. Es un comportamiento del deudor que se ajusta al
programa de prestación establecido durante la constitución de la obligación.

Para que el pago libere al deudor tiene que cumplir unos requisitos objetivos relacionados con la
prestación y subjetivos relacionados con la capacidad.

REQUISITOS OBJETIVOS

Para que el pago sea plenamente regular y liberatorio es necesario que la prestación efectuada coincida
con la prometida. Esta exactitud de la prestación se recoge en dos principios, que están regulados en el
Código Civil:

Principio de identidad del pago → Art. 1166 CC: El deudor de una cosa no puede obligar a su
acreedor a que reciba otra diferente, aun cuando fuere de igual o mayor valor que la debida.
Tampoco en las obligaciones de hacer podrá ser sustituido un hecho por otro contra la voluntad del
acreedor.

Principio de integridad del pago → Art. 1169 CC: A menos que el contrato expresamente lo
autorice, no podrá compelerse al acreedor a recibir parcialmente las prestaciones en que consista la
obligación.
Sin embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida, podrá exigir el acreedor y
hacer el deudor el pago de la primera sin esperar a que se liquide la segunda.

¿QUIEN PUEDE REALIZAR EL PAGO?: LOS SUJETOS DEL PAGO

Evidentemente el deudor al acreedor, pero también existe la posibilidad de que pague un tercero o que
se haga el pago a una persona distinta del acreedor. Lo que está claro es que ambos deben poseer una
determinada capacidad para hacer y recibir el pago.

A) Las voluntades en el pago y la naturaleza jurídica del mismo: Desde el punto de vista de la
doctrina y la jurisprudencia no se está de acuerdo en que el pago requiera una voluntad para
hacerlo y una voluntad para recibirlo. Entienden que es necesario que haya un acuerdo entre
deudor y acreedor para que la prestación tenga efectos de pago, no obstante, esta necesidad no

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se contempla en el CC porque el acreedor no es libre para no aceptar el pago, pues sólo posee
facultades de control en lo referente a que la prestación se ajusta a lo pactado y sólo por una
falta de ajuste en la prestación, podría rechazarlo. Por otro lado, al deudor se le exige que tenga
la intención de dar a la prestación la finalidad de cumplir la obligación.

B) Capacidad del solvens: Se encuentra contemplada en el Art. 1160 CC: En las obligaciones de
dar no será válido el pago hecho por quien no tenga la libre disposición de la cosa debida y
capacidad para enajenarla. Sin embargo, si el pago hubiere consistido en una cantidad de
dinero o cosa fungible, no habrá repetición contra el acreedor que la hubiese gastado o
consumido de buena fe. En este artículo se hace referencia a pagos donde se transfiera a
propiedad de una cosa, requiriendo por tanto, la disposición y la capacidad para enajenarla.

C) Capacidad del accipiens: El acreedor debe poseer capacidad para recibir el pago. Es en este
punto donde entra en juego el art. 1163, p.1º CC: El pago hecho a una persona incapacitada
para administrar sus bienes será válido en cuanto se hubiere convertido en su utilidad. Este
artículo quiere decir que si el pago se gasta sin más, es decir, sin utilidad, se tendrás que
volver a realizar el pago, a no ser que el pago sea ratificado por el representante legal del
incapaz, que es quien debía de haberlo recibido.

D) Retención del importe de la deuda: Para la validez del pago, es preciso que el acreedor pueda
disponer de él plenamente, ya que puede ordenarse la retención de la deuda y su disposición en
el Juzgado, tal y como dispone el Art. 1165 CC: No será válido el pago hecho al acreedor por
el deudor después de habérsele ordenado judicialmente la retención de la deuda.

Además del deudor, un tercero puede realizar el pago con reconocimiento del deudor, ignorándolo el
deudor o contra la expresa voluntad del deudor, no pudiendo rechazar el cumplimiento por el tercero.
Se dispone en el art. 1158 CC:

Art. 1158 CC: Puede hacer el pago cualquier persona, tenga o no interés en el cumplimiento de la
obligación, ya lo conozca y lo apruebe, o ya lo ignore el deudor.
El que pagare por cuenta de otro podrá reclamar del deudor lo que hubiese pagado, a no haberlo
hecho contra su expresa voluntad.
En este caso sólo podrá repetir del deudor aquello en que le hubiera sido útil el pago.

Aunque también se puede dar la excepción en el que la obligación tenga que ser cumplida por un
deudor concreto y no pudiéndose cumplir por un tercero.

Art. 1161 CC: En las obligaciones de hacer el acreedor no podrá ser compelido a recibir la prestación
o el servicio de un tercero, cuando la calidad y circunstancias de la persona del deudor se hubiesen
tenido en cuenta al establecer la obligación. Hace referencia a las obligaciones personalísimas
donde la obligación la tiene que cumplir una persona concreta, y sólo ésta.

El pago por el tercero, genera una serie de efectos o consecuencias que se encuentran recogidos en los
párrafos 2º y 3º del Art. 1158 CC:

Art. 1158, p. 2º y 3º: El que pagare por cuenta de otro podrá reclamar del deudor lo que hubiese
pagado, a no haberlo hecho contra su expresa voluntad.
En este caso sólo podrá repetir del deudor aquello en que le hubiera sido útil el pago.

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De este artículo se extrae que el tercero tiene una acción de reembolso si paga por cuenta del deudor
como si no (En el caso de no consentimiento no suele ser una acción de reembolso como tal, sino una
acción de repetición que tiene menor alcance ya que sólo podrá pedir al deudor lo que le hubiera sido
útil, dependiendo del caso, en el pago). Además en el caso de que haya consentimiento del deudor
podrá haber acción subrogatoria, según lo dispuesto en el art. 1212 CC:

Art. 1212 CC: La subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos a él anexos, ya
contra el deudor, ya contra los terceros, sean fiadores o poseedores de las hipotecas.

¿QUIEN PUEDE RECIBIR EL PAGO?

Art. 1162 CC: El pago deberá hacerse a la persona en cuyo favor estuviese constituida la obligación,
o a otra autorizada para recibirla en su nombre. Se entiende que también están autorizados los
representantes legítimos (en caso de incapacidad) y los voluntarios, además de todas a aquellas
personas legitimadas designadas por las partes a recibir la prestación.

A) Pago a un acreedor aparente → Art. 1164 CC: El pago hecho de buena fe al que estuviere
en posesión del crédito (Y no al que meramente tenga un documento acreditativo), liberará
al deudor. Es una medida de protección del deudor que cree honestamente (De buena fe)
que al que paga es al acreedor. La jurisprudencia exige una apariencia razonable,
adecuada y objetivamente verosímil.

B) Pago hecho a un tercero: La regla general es que a si se paga al que no es acreedor, el deudor
no queda liberado, pero la excepción se encuentra en el art. 1163, p. 2º: También será válido el
pago hecho a un tercero (Tercero no acreedor y que no ostenta título que lo legitime para
recibir el pago) en cuanto se hubiere convertido en utilidad del acreedor. Si es ratificado por
el verdadero acreedor el pago será válido y también queda liberado el deudor si el pago
ha favorecido al acreedor.

REQUISITOS SUBJETIVOS

Los requisitos subjetivos tienen que ver con la capacidad de las partes. Los requisitos subjetivos ya se
han señalado y son la capacidad de disponer y la capacidad para enajenar, es decir, las partes deben de
tener plena capacidad de obrar.

IMPUTACIÓN DEL PAGO

Para ello se recurre al Código Civil:

Art. 1172, p. 1º CC: El que tuviere varias deudas de una misma especie en favor de un solo acreedor,
podrá declarar, al tiempo de hacer el pago, a cuál de ellas debe aplicarse.

El artículo exige:
1. Existencia de varias deudas por parte de un mismo deudor.
2. Las deudas deben ser de la misma especie. Se excluyen cosas específicas y determinadas.
3. Las deudas deben ser exigibles por un solo acreedor.
4. Las deudas han de estar vencidas.

La imputación por el deudor se da en el artículo y en el párrafo que se acaba de analizar.

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Si en el primer párrafo del 1172 CC se daba la imputación por el deudor en el segundo párrafo se la
quita y le da esa facultad al acreedor (Imputación por el acreedor), teniendo que ser aceptada por el
deudor.

Art. 1172, p. 2º CC: Si aceptare del acreedor un recibo en que se hiciese la aplicación del pago, no
podrá reclamar contra ésta, a menos que hubiera mediado causa que invalide el contrato.

En definitiva la imputación por el acreedor se basa en que el deudor paga y pide un recibo, el acreedor
se lo da, y además indica cual es la deuda que se extingue.

Las reglas de imputación las encontramos en los arts. 1173 CC y 1174 CC:

Art. 1173 CC: Si la deuda produce interés, no podrá estimarse hecho el pago por cuenta del capital
mientras no estén cubiertos los intereses. Se trata de una norma dispositiva. Primero se extinguen
los intereses de la obligación y después el capital.

Art. 1174 CC: Cuando no pueda imputarse el pago según las reglas anteriores, se estimará satisfecha
la deuda más onerosa al deudor entre las que estén vencidas. Onerosa = Más gravosa
Si éstas fueren de igual naturaleza y gravamen, el pago se imputará a todas a prorrata. A prorrata =
En proporción

5.2 OFRECIMIENTO DEL PAGO Y CONSIGNACIÓN

A) Concepto: La consignación es un mecanismo, de dos etapas, que permite al deudor liberarse y


no continuar vinculado indefinidamente cuando ha realizado el esfuerzo y ha actuado
diligentemente pero el pago no se ha podido hacer realidad por una causa que no le es imputable.
Se puede decir que el deudor ha llevado a cabo el ofrecimiento del pago, por lo que habrá que
pasar a la segunda etapa, es decir, a la consignación que es la puesta de la cosa debida a disposición
judicial.
El Código Civil dispone en el Art. 1176, p. 1º CC: Si el acreedor a quien se hiciere el
ofrecimiento de pago se negare sin razón a admitirlo, el deudor quedará libre de responsabilidad
mediante la consignación de la cosa debida. Del artículo se extrae que sólo se aplica a las
obligaciones de dar.

El deudor sólo podrá recurrir a la consignación si el acreedor rechaza sin causa justa el pago, es
decir, se da la mora del acreedor.

B) Requisitos: La consignación tal y como dispone el Art. 1177, p. 2º debe ajustarse a una serie de
requisitos porque si no, La consignación será ineficaz si no se ajusta estrictamente a las
disposiciones que regulan el pago.
En ese mismo artículo se establece en el párrafo primero que: Para que la consignación de la
cosa debida libere al obligado, deberá ser previamente anunciada a las personas interesadas en
el cumplimiento de la obligación. Deberá ser anunciada a todos aquellos que de la obligación les
derive un derecho o asuman una responsabilidad (Acreedores, deudores solidarios, fiadores...)

En el Art. 1178 CC se dispone que: La consignación se hará depositando las cosas debidas a
disposición de la Autoridad judicial, ante quien se acreditará el ofrecimiento, en su caso, y el
anuncio de la consignación en los demás.
Hecha la consignación, deberá notificarse también a los interesados.

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C) Efectos: Los efectos de la consignación se recogen en los Arts. 1179 a 1181 CC:

Art. 1179 CC: Los gastos de la consignación, cuando fuere procedente, serán de cuenta del
acreedor. Serán por cuenta del acreedor porque ha sido el que ha motivado el procedimiento
de consignación.
Art. 1180 CC: Hecha debidamente la consignación, podrá el deudor pedir al Juez que mande
cancelar la obligación. Se pedirá al juez que expida el oportuno documento que acredite la
extinción de la deuda.
Mientras el acreedor no hubiere aceptado la consignación, o no hubiere recaído la declaración
judicial de que está bien hecha, podrá el deudor retirar la cosa o cantidad consignada, dejando
subsistente la obligación. La aceptación es necesaria para que la consignación sea hecha con
efectos liberatorios.
Art. 1181 CC: Si, hecha la consignación, el acreedor autorizase al deudor para retirarla,
perderá toda preferencia que tuviere sobre la cosa. Los codeudores y fiadores quedarán libres.
Esta retirada se efectúa después de haber declarado válida la consignación habiendo
extinción de la deuda, pero naciendo una nueva deuda que no es resurrección de la antigua.

D) Supuestos donde la consignación no precede al pago. De nuevo hay que remitir al Art. 1176,
pero a su párrafo segundo:

Art. 1176, p. 2º CC: La consignación por sí sola producirá el mismo efecto cuando se haga
estando el acreedor ausente o cuando esté incapacitado para recibir el pago en el momento en
que deba hacerse, y cuando varias personas pretendan tener derecho a cobrar, o se haya
extraviado el título de la obligación.
No obstante hay unos supuestos excepcionales donde no necesita ser anunciada ni notificada
cuando se haya hecho:
1. El acreedor está ausente, pero no es ausencia legal (Lo recibe el legítimo representante)
2. El acreedor está incapacitado para recibir el pago, pero no incapacitación legal (Lo recibe el
representante legal)
3. Varias personas pretenden tener derecho a cobrar.
4. Si el título de la obligación se ha extraviado.

En el caso de otros supuestos no numerados, la consignación procederá sin previo ofrecimiento


de pago cuando el acreedor sea desconocido o se negara a dar recibo o carta de pago o cuando no
se presente en el lugar convenido o designado por ley para proceder al cobro.

COMPENSACIÓN LEGAL
El concepto de compensación lo encontramos en el:
Art. 1195 CC que dispone que: Tendrá lugar la compensación cuando dos personas, por derecho
propio, sean recíprocamente acreedoras y deudoras la una de la otra.

En el Art. 1196 CC se encuentran los requisitos para que dé lugar a la compensación.

Art. 1196 CC: Para que proceda la compensación, es preciso:


1. Que cada uno de los obligados lo esté principalmente, y sea a la vez acreedor principal del
otro.
2. Que ambas deudas consistan en una cantidad de dinero, o, siendo fungibles las cosas debidas,
sean de la misma especie y también de la misma calidad, si ésta se hubiese designado. Se

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extinguen obligaciones pecuniarias y genéricas (Teniendo que ser de la misma calidad)
y no las específicas ya que son únicas. TIENEN QUE SER HOMOGÉNEAS.
3. Que las dos deudas estén vencidas.
4. Que sean líquidas y exigibles. Líquidas = Que sea una cuantía concreta
5. Que sobre ninguna de ellas haya retención (1165 CC) o contienda promovida por terceras
personas y notificada oportunamente al deudor. La retención judicial impide un pago válido
y liberatorio por lo que impide la compensación

La extinción de la obligación puede ser de modo total (Tú me debes 100 y yo te debo 100 →
Compensamos) o de la parte concurrente (Tú me debes 150 y yo te debo 100 → Compensamos 100
que es la parte concurrente y sigues obligado a pagarme 50)

El Art. 1156 CC considera la compensación como una causa de extinción de las obligaciones.

La excepción la encontramos en el Art. 1197 CC:

Art. 1197 CC: No obstante, lo dispuesto en el artículo anterior, el fiador podrá oponer la
compensación respecto de lo que el acreedor debiere a su deudor principal. El régimen que le da el
Código Civil al fiador es de deudor subsidiario.

En este artículo se trata la figura de la fianza, en la que puede haber uno o varios fiadores:
F1
300
A D F2

F3

Los fiadores tienen un beneficio de excusión, derecho de excusión o beneficio de orden que es la
facultad que tiene el fiador de oponerse a la exigencia del acreedor hasta que se acredite la insolvencia
del deudor fiado, es decir, que persiga los bienes del deudor principal previamente, siendo éste el
procedimiento de excusión. Se encuentra regulado en el Código Civil en los Arts. 1830 a 1837 CC.

Los efectos están en el Art. 1202 CC:


¿Desde qué momento se extinguen las obligaciones?
Art. 1202 CC: El efecto de la compensación es extinguir una y otra deuda en la cantidad concurrente,
aunque no tengan conocimiento de ella los acreedores y deudores.
A tenor de lo dicho en este artículo la doctrina distingue dos tesis:
1. Lo sepan o no lo sepan las partes, se produce la extinción ipso iure al cumplir los requisitos.
FALSO
2. Para que opere tiene que ser pedida, no es apreciable de oficio por el juez. Para que se extinga
se tiene que ser alegado a instancia de parte. JURISPRUDENCIA.
Tiene efectos retroactivos desde el momento en el que se produzco la compensación. Además, hay
otras normas del régimen jurídico de la compensación

Art. 1199 CC: Las deudas pagaderas en diferentes lugares pueden compensarse mediante
indemnización de los gastos de transporte o cambio al lugar del pago.

Art. 1200 CC: La compensación no procederá cuando alguna de las deudas proviniere de depósito o
de las obligaciones del depositario o comodatario.

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Tampoco podrá oponerse al acreedor por alimentos debidos por título gratuito.
No toda obligación puede extinguirse por compensación. La compensación legal no procederá cuando:
1. Haya sido excluida por acreedor y deudor de sus relaciones.
2. Cuando alguna de las deudas proviniere de depósito (guarda) o de las obligaciones del
depositario o comodatario (Art. 1200, p. 1º CC) Lo que se deposita es siempre algo específico
al igual que en el comodato.
3. Deudas de alimentos (Art. 151 CC) debidos por título gratuito (Art. 1200, p. 2º CC). Pero si
cabe la compensación respecto de las deudas de alimentos atrasadas, es decir, las devengadas
y no satisfechas.
4. Cuando el crédito frente al que se opone para extinguirlo es inembargable.

Art. 1201 CC: Si una persona tuviere contra sí varias deudas compensables, se observará en el orden
de la compensación lo dispuesto respecto a la imputación de pagos. Trata la relación entre
compensación e imputación de pagos.
COMPENSACIÓN VOLUNTARIA: son deudas que no cumplen todos los requisitos de la
compensación legal. Ejemplo: Yo te debo 100 y tu a mi 100 pero una de esas deudas ya ha vencido y
la otra no. Aquí cabe la autonomía de la voluntad. Lo que quieran las partes.

COMPENSACIÓN JUDICIAL: el juez completa los requisitos para que hubiera una compensación.
Así las obligaciones se extinguirán por compensación.

La diferencia fundamental es que la compensación legal opera retroactivamente, en cambio la


voluntaria y judicial no opera retroactivamente.

DACIÓN EN PAGO

No está regulada en el código civil, pero si se menciona en él, por lo que se admite su figura. Una parte
de la doctrina piensa que está ligada al concepto de novación que es una modificación de una obligación
ya constituida, mientras que otra parte postula que es un supuesto de compraventa y un tercer sector
sostiene que es un convenio en relación al pago. Se trata de un negocio pro soluto pues la deuda queda
extinguida con la transmisión de cosa distinta a lo convenido originariamente.
Ejemplo: yo te debo 6.000 euros y te los tengo que devolver el lunes, pero hacemos un nuevo pacto:
en lugar de darte el dinero, como pago cumplimiento una casa, moto… algo distinto y la otra parte
acepta.

Según el Art. 1166 CC el acreedor no puede ser compelido a aceptar a que reciba otra prestación distinta
de la pactada, pero si lo acepta estamos ante un supuesto de dación en pago.

Art. 1166 CC: El deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a que reciba otra diferente, aun
cuando fuere de igual o mayor valor que la debida. Tampoco en las obligaciones de hacer podrá ser
sustituido un hecho por otro contra la voluntad del acreedor.
Se ofrece otra cosa distinta, en lugar de dinero, por ejemplo. Si no se ajusta el acreedor se puede negar.
Si se rechaza no se extingue la obligación, si se acepta se extingue la obligación.

La dación en pago se menciona en el Art. 1521 CC sobre el retracto legal y en el Art. 1849 CC sobre
los fiadores.

Art. 1521 CC: El retracto legal es el derecho de subrogarse, con las mismas condiciones estipuladas
en el contrato, en lugar del que adquiere una cosa por compra o dación en pago.

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Art. 1849 CC: Si el acreedor acepta voluntariamente un inmueble, u otros cualesquiera efectos en
pago de la deuda, aunque después los pierda por evicción, queda libre el fiador.

Los efectos de la dación en pago se recogen en dos puntos importantes que son:
1. La pérdida por evicción de la cosa dada en pago. El acreedor pierde la propiedad de la cosa
dada por el deudor porque un tercero tenía derecho a ella con anterioridad (El verdadero
propietario por ejemplo). El código civil alemán obliga a responder al deudor y el italiano
concede al acreedor la opción de exigir la responsabilidad o la de cumplir la obligación
originaria resarciendo daños. En nuestro ordenamiento no se da ninguna de las dos.
2. Los fiadores no quedan liberados de acuerdo con el Art. 1849 CC hasta que no se cumpla el
convenio de dación.

Doctrina tradicional: se podrán aplicar las normas de saneamiento por evicción de la compraventa.
Doctrina moderna: no se podrá aplicar el saneamiento por evicción por la compraventa pero si los
efectos derivados del incumplimiento.

CESIÓN DE BIENES

Se ceden los bienes y se autoriza para realizar esos bienes, es decir, para que se vendan y con lo que se
obtenga se cobra la obligación. Si se consiguen vender y se obtiene más de lo que se debe hay que
devolver al deudor lo que haya sobrado. Si se obtiene menos, se sigue siendo deudor. Se trata de un
negocio pro solvendo, es decir, hecho para pago pues la extinción se producirá total o parcialmente con
la liquidación de los bienes, como ya se ha visto.

Art. 1175 CC: El deudor puede ceder sus bienes a los acreedores en pago de sus deudas. Esta cesión,
salvo pacto en contrario (Si no existe pacto y los acreedores no quedan totalmente satisfechos podrán
perseguir los bienes que posteriormente adquiera el deudor), sólo libera a aquél de responsabilidad
por el importe líquido de los bienes cedidos. Los convenios que sobre el efecto de la cesión se celebren
entre el deudor y sus acreedores se ajustarán a las disposiciones del título XVII de este libro, y a lo
que establece la Ley de Enjuiciamiento Civil (La LEC está modificada por la Ley Concursal).
CONFUSIÓN

La confusión se da cuando en un mismo sujeto se reúnen las condiciones de deudor y acreedor, y al


reunirse ambas, la obligación queda extinguida, tal y como dispone el Art. 1192 CC.

Art. 1192 CC: Quedará extinguida la obligación desde que se reúnan en una misma persona los
conceptos de acreedor y de deudor.
Se exceptúa el caso en que esta confusión tenga lugar en virtud de título de herencia, si ésta hubiese
sido aceptada a beneficio de inventario.

Uno de los ejemplos en el que ocurre este tipo de subrogado, es cuando un individuo adquiere inter
vivos o mortis causa la titularidad de un derecho de crédito, o cuando el propio acreedor al que sucede
al deudor. La obligación se extingue porque ninguna persona puede ostentar un derecho de crédito
contra si mismo.

En el propio Art. 1192 CC, en su párrafo segundo, se encuentra la excepción a la regla general de la
extinción de la obligación por confusión. Hay que entender que con la herencia a beneficio de
inventario se produce una separación entre el patrimonio que se hereda y el patrimonio propio que
tiene el heredero, sometido el primero de ellos, a cubrir las deudas o cargas hereditarias de la herencia.
Como son distintos no puede dar lugar a la extinción de la obligación.

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Art. 1023 CC: El beneficio de inventario produce en favor del heredero los efectos siguientes:
1. El heredero no queda obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia sino hasta
donde alcancen los bienes de la misma.
2. Conserva contra el caudal hereditario todos los derechos y acciones que tuviera contra el
difunto.
3. No se confunden para ningún efecto, en daño del heredero, sus bienes particulares con los que
pertenezcan a la herencia.

De la exigencia institucional de que se reúna en un mismo sujeto la titularidad de acreedor y deudor


derivan las reglas de los artículos:

Art. 1193 CC: La confusión que recae en la persona del deudor o del acreedor principal, aprovecha
a los fiadores (La fianza se extingue al hacerlo la obligación garantizada). La que se realiza en
cualquiera de éstos no extingue la obligación (Se reúnen las cualidades de fiador-acreedor o fiador-
deudor, esa obligación se mantiene). Ahora el fiador será el acreedor o deudor de la obligación
principal que se mantiene.

Art. 1194 CC: La confusión no extingue la deuda mancomunada sino en la porción correspondiente
al acreedor o deudor en quien concurran los dos conceptos. Cuando este artículo dice
mancomunada, quiere decir parciaria. Dos deudores parciales, D1, D2 y D3 deben 100 cada uno.
D1 fallece y hereda en A y reúne simultáneamente la figura de D1 y A, pero no se extingue los D2 y
D3.

CONDONACIÓN
La condonación ocurre cuando el acreedor manifiesta su voluntad de extinguir en todo o en parte
(Quita) su derecho de crédito, sin pedir nada a cambio. En definitiva, la condonación es el perdón de
la deuda por parte del acreedor.
Al tratarse del perdón de la deuda, es una causa de extinción de la obligación tal y como se veía al
empezar este tema en el Art. 1156 CC. La condonación se encuentra regulada en los artículos 1187 a
1191 CC.
La condonación de la obligación principal extinguirá también las accesorias, pero no a la inversa.

Art. 1190 CC: La condonación de la deuda principal extinguirá las obligaciones accesorias; pero la
de éstas dejará subsistente la primera.

La condonación puede ser unilateral o bilateral, siendo ésta última la que regula en Código Civil. La
condonación unilateral es aquella que vale por la propia declaración de voluntad (Se renuncia a un
derecho real por ejemplo) y la condonación bilateral que para que sea válida vale con la conducta del
acreedor dándose por perdonada. En la bilateral, el acreedor libera al deudor con su consentimiento.
Además, para que sea válida hay que tener capacidad para condonar y que se acepte dicha condonación.
La condonación puede ser de dos tipos: expresa o tácita (Art. 1187 CC).

La condonación será expresa cuando la voluntad del acreedor se manifieste expresamente y la


condonación será tácita cuando su voluntad de extinguir un crédito resulte de una conducta que no
lleve a equivocación y que se presuponga tal voluntad.
En el artículo 1187 CC, en el párrafo segundo, se someten ambos tipos de condonación a la regla de
las donaciones inoficiosas, y la expresa a las reglas de la forma de la donación, refiriéndose el legislador
a la condonación que se hace donandi causa.
Por último, el Código Civil sientas dos presunciones:

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1) Arts. 1188 y 1189 CC:

Art. 1188 CC: La entrega del documento privado justificativo de un crédito, hecha voluntariamente
por el acreedor al deudor, implica la renuncia de la acción que el primero tenía contra el segundo.
Si para invalidar (se reduce) esta renuncia se pretendiere que es inoficiosa, el deudor y sus herederos
podrán sostenerla probando que la entrega del documento se hizo en virtud del pago de la deuda.
Art. 1189 CC: Siempre que el documento privado de donde resulte la deuda se hallare en poder del
deudor, se presumirá que el acreedor lo entregó voluntariamente, a no ser que se pruebe lo contrario.
Cómo se supone una presunción de condonación la posesión de un documento, ésta estará sometida a
las reglas de las donaciones inoficiosas. Si perjudica a las legítimas de los herederos forzosos del
acreedor y sea por tanto inoficiosa la condonación se reduce, pudiendo el deudor y sus herederos
oponerse a la renuncia probando que la entrega del documento se hizo en virtud de pago de la deuda.

2) Art. 1191 CC:

Art. 1191 CC: Se presumirá remitida la obligación accesoria de prenda cuando la cosa pignorada,
después de entregada al acreedor, se hallare en poder del deudor.
La entrega de la cosa pignorada. El Art. 1191 CC presume remitida la obligación accesoria de prenda
y es más, basta con que se halle en poder del deudor después de entregada al acreedor para que opere
la misma presunción.
Te presto 60.000 euros que te devolveré dentro de 5 años, pero no me fio de ti y te pido la garantía de
prenda (pignoraticia), esto consiste en un bien mueble por ejemplo una joya, que el deudor tiene que
entregar al acreedor. Caso 1: se extingue la obligación principal y te devuelvo la prenda. Caso 2: Si no
me entrega el dinero ejecuto la garantía de prenda, pido al juez que venda a subasta pública. Si antes
de que se extinga la obligación la prenda está en mano del deudor, se presume perdonada la obligación
de prenda.
Las garantías personales: fianza.
Las garantías reales: pignorativas.

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TEMA 6: INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS

El tema se va a dividir en dos grandes estructuras:

- Concepto y tipos de incumplimiento. ¿Cuándo se produce el incumplimiento?


- Remedios por incumplimiento o derivados del incumplimiento.

6.1 EL INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN Y SUS MANIFESTACIONES. EL


RETRASO EN EL CUMPLIMIENTO. LA IMPOSIBILIDAD SOBREVENIDA. EL
CUMPLIMIENTO DEFECTUOSO

Concepto: El incumplimiento no está definido en el Código Civil, pero se entiende que hay
incumplimiento cuando lo que el deudor ejecuta no se ajusta a lo que se ha dispuesto al constituir la
obligación. No obstante, en la Propuesta de Modernización del Código Civil en materia de obligaciones
y contratos, sí que se define el concepto de incumplimiento y concretamente en el Art. 1188 PMCC.

Art. 1188 PMCC: Hay incumplimiento cuando el deudor no realiza exactamente la prestación
principal o cualquier otro de los deberes que de la relación obligatoria resulten.
Nadie podrá invocar el incumplimiento que haya sido causado por la acción u omisión del que lo
invoque.

Tipos de incumplimiento: Existen varios tipos de incumplimiento como en el que el deudor no ha


cumplido absolutamente nada de lo que le exige la obligación, o el deudor sí ejecuta algo, pero la
prestación no se ajusta a lo que exige la obligación tratándose de un cumplimiento defectuoso o un
cumplimiento con falta de conformidad.

Art. 1001 CC: Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el
cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier
modo contravinieren al tenor de aquéllas.

INCUMPLIMIENTO DEFINITIVO

Son casos en los que la no ejecución de la prestación debida ha de ser considerada como un evento
definitivo, no habiendo posibilidad de un cumplimiento tardío.
Dependiendo del tipo de incumplimiento, el acreedor dispone de todos los remedios o de solo algunos.
Cada remedio tiene sus propios requisitos de aplicación. Solo si se cumplen, tendrás ese remedio.

A) Imposibilidad sobrevenida: en el momento de constitución de la obligación si era posible


cumplirla, pero después ya no. No se trata de una imposibilidad originaria. En el Art. 1156 CC,
se hacía referencia a la Pérdida de la cosa debida, siendo éste el supuesto en el que por una causa
posterior al nacimiento de la obligación no se puede cumplir ésta. Tipos de imposibilidad
sobrevenida:

1) TOTAL: La cosa no existe, generalizándose el Art. 1122 CC. Por tanto, no sólo vale la
pérdida o destrucción de la cosa ya que éstos son hechos objetivos, sino que también debería
quedar fuera del comercio o que desaparezca de modo que se ignore su existencia o que no
pueda recobrarse. Esto se encuentra regulado en el Código Civil en sus artículos 1182 a 1186
bajo la rúbrica De la pérdida de la cosa debida. El Art. 1182 establece dos requisitos para
que se dé la extinción de la obligación por pérdida de la cosa: que no haya culpa del deudor
y que éste no se halle en mora. Si no se dan, no se extingue. En el 1185 CC se regula una

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excepción de la extinción de la obligación de dar, que es una medida de seguridad para
proteger a un sujeto pasivo de un delito. En el Art. 1186 CC hay otra excepción a las
obligaciones de dar, donde el deudor que sufre la pérdida de la cosa debida puede tener
derecho contra terceros por razón de la misma, ya que un tercero puede ser el que destruya
la cosa por ejemplo. Si el deudor ha percibido indemnización, deberá entregarla. Si se trata
de una relación sinalagmática (Obligaciones recíprocas entre las partes) el artículo no opera
automáticamente.

2) IMPOSIBILIDAD PARCIAL: No se encuentra este supuesto en el Art. 1182 CC, ni


tampoco hay precepto alguno que diga que le tiene que dar la parte de la prestación que
quede. Queda a elección del acreedor que se libere el deudor entregándole esa parte o que se
extinga la obligación ya que tiene que decidir cuánto frustra su interés por recibir una
prestación parcial.

3) IMPOSIBILIDAD SUBJETIVA: También conocida como la dificultad extraordinaria


para cumplir. No está considerada en el Código Civil a pesar de su importancia. En la STS
de 9 de diciembre de 1949 se sienta una doctrina general, en la que el deudor debe vencer
todas las dificultades que se presenten para dicho cumplimiento, pero no exige una
prestación exorbitante, es decir, dificultades equiparadas con la imposibilidad por exigir
sacrificios desproporcionados. Además, no se le puede pedir al deudor la superación de
obstáculos para el cumplimiento que sean contrarios a la buena fe (Art. 7.1 CC). No
prevalece el pacta sunt servanda. Se muere mi hijo y no puedo dar clase o me obligo a
construir un ordenador por 10 euros pero por un cambio radical en el mercado, me cuesta
construirlo 500 euros.

4) IMPOSIBILIDAD TEMPORAL O TRANSITORIA: la prestación se ha perdido en el


tiempo.

B) Cumplimiento defectuoso: Se trata de un cumplimiento inexacto de la obligación, es decir, no


se ajusta a lo pactado en el momento de constitución. El Código Civil no lo regula orgánicamente,
pero cabe destacar el Art. 1101 anteriormente mencionado. Se podría aplicar por analogía los
artículos 1166 CC y 1169 CC. Si la prestación a pesar de ser defectuosa se ha recibido hay que
ver si puede ser o no apreciada por el acreedor. Si la acepta el acreedor, queda liberado. Si su
carácter defectuoso se manifiesta después de cumplir la prestación, acreedor podrá ejercitar una
acción de rectificación para que desaparezcan los defectos o para que se vuelva a hacer la
prestación de manera exacta a lo pactado.

MORA DEL DEUDOR

En primer lugar, se procede a analizar el artículo 1100 CC:

Art. 1100 CC: Incurren en mora los obligados a entregar (Dar) o a hacer (En las de no hacer no
hay mora) alguna cosa desde que el acreedor les exija judicial o extrajudicialmente (Declaración de
voluntad recepticia) el cumplimiento de su obligación. Regla general de la mora
(Excepciones a la necesidad de requerimiento al deudor) No será, sin embargo, necesaria la
intimación (Requerimiento) del acreedor para que la mora exista:
1. Cuando la obligación o la ley lo declaren así expresamente. Norma dispositiva
2. Cuando de su naturaleza y circunstancias resulte que la designación de la época (Del tiempo en
el cumplimiento) en que había de entregarse la cosa o hacerse el servicio, fue motivo determinante
para establecer la obligación. Estipulación de una fecha de cumplimiento (término esencial).

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En las obligaciones recíprocas** (De cumplimiento simultáneo) ninguno de los obligados
incurre en mora si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe.
Desde que uno de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro. Excepción
al primer párrafo. Se trata de un caso de mora automática, ya que el cumplimiento por parte
de un obligado pone en mora sin necesidad de intimación al que no cumple.
Unos autores piensan que se recoge el termino esencial en el segundo párrafo, es de esencia que cumpla
porque si cumplo más tarde, no me interesa que cumpla.
Otros piensan que hay obligaciones que no alcanzan el término esencia, pero es muy importante
cumplir. Ejemplo: somos fabricantes de coches, hay una cadena de producción programada, si te tengo
que entregar la rueda el lunes pero no te la entrego no pasa nada porque te la puedo entregar el martes.
SOLUCIÓN DE LA PROFESORA: interpreta que es el término esencial

Art. 63 Código Comercio: Los efectos de la morosidad en el cumplimiento de las obligaciones


mercantiles comenzarán:
1. En los contratos que tuvieren día señalado para su cumplimiento por voluntad de las partes o por
la Ley, al día siguiente de su vencimiento.
2. En los que no lo tengan, desde el día en que el acreedor interpelare judicialmente al deudor, o le
intimare la protesta de daños y perjuicios hecha contra él ante un Juez, Notario u otro oficial
público autorizado para admitirla. Es un supuesto en el que se cae en mora del deudor sin que sea
necesario el requerimiento de la obligación.

Concepto: es un incumplimiento del deudor desde la perspectiva del Código Civil. El deudor no ha
cumplido, se ha retrasado. Desde la perspectiva del acreedor interesa que el deudor cumpla la
obligación. Como regla general el acreedor requiere el cumplimiento de la obligación. El concepto, y
los requisitos se encuentran en el Art. 1100 CC.
Requisitos:

1. Obligación de dar o hacer.


2. Intimación del acreedor: Requerimiento judicial o extrajudicial
3. Exigibilidad de la obligación: el acreedor podrá intimar al deudor cuando la obligación sea
exigible y esté vencida.
4. Imputabilidad de retraso al deudor.
5. Cuando la prestación es pecuniaria el TS considera como requisito de la mora que la deuda sea
líquida, es decir, que se tenga conocimiento de la cuantía exacta, llegando al extremo de
considerar ilíquida aquella deuda que en la demanda reflejara una cantidad y en la sentencia esta
cantidad se viera rebajada. Actualmente, no es aplicable el principio de que las deudas ilíquidas
no son susceptibles de mora, ni que la sentencia que no condena lo que ponía en la demanda
impida aplicar las reglas de la mora. La iliquidez se puede dar por varios motivos: rendición de
cuentas entre acreedor y deudor, la necesidad de concretar en términos monetarios los daños
provocados por una persona a otra, en caso de que no haya acuerdo entre las partes por la cuantía
(En este último habrá intervención judicial donde la sentencia determinará la cuantía).

**Sobre las obligaciones recíprocas del Art. 1100 párrafo tercero:


- Obligaciones recíprocas de cumplimiento simultáneo.
- Obligaciones recíprocas de no cumplimiento simultáneo → Operan con el Art. 1100 párrafo
primero CC.
Consecuencias y efectos: La mora no elimina la obligación de cumplir.

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Ambos sujetos son recíprocamente acreedores y deudores el uno del otro, dependiendo de la obligación
en la que me fije.
Estas obligaciones están interconectadas, es decir, la una es causa de la otra, se realizan por una razón,
yo te vendo mi ordenador porque tú me vas a dar el dinero y viceversa.
La doctrina diferencia entre sinalagma genérico y sinalagma funcional: el primero, se refiere a la
génesis, al inicio de las obligaciones, ambas están conectadas entre sí y desde ese momento están
interconectadas.
Hay una facultad resolutoria del art. 1124.I CC: (sinalagma genérico, no el funcional) se extingue el
contrato cuando el deudor incumple la obligación, el acreedor resuelve así el contrato. Esto existe
porque están interrelacionadas, solo me interesa pagarte el ordenador si me lo vas a entregar. SOLO
OBLIGACIONES RECÍPROCAS. Por otro lado, el sinalagma funcional se sitúa en el momento de
pago o de cumplimiento.
Existen las obligaciones de cumplimiento simultaneo o de cumplimiento no simultaneo. Ejemplo:
supermercado, cogemos aceite y pagamos en caja, esto es simultaneo. O una compraventa donde en el
mismo momento nos intercambiamos el dinero y el ordenador. Un ejemplo de obligación de
cumplimiento no simultaneo sería que uno entregue el ordenador el lunes y se paga el viernes, no se
cumple de manera simultánea.
El modelo general del CC es la obligación de cumplimiento simultaneo pero esto de puede cambiar
por el 1255 CC, la autonomía de la voluntad.

Art. 1101 CC: Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el
cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier
modo contravinieren al tenor de aquéllas. La indemnización seguirá las reglas generales relativas
a la responsabilidad civil contractual.

Art. 1108 CC: Si la obligación consistiere en el pago de una cantidad de dinero, y el deudor incurriere
en mora, la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago
de los intereses convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal. Es un artículo para las
obligaciones pecuniarias, que deja pactar a las partes las consecuencias de la mora. Establece
que la indemnización consistirá en el pago de los intereses convenidos y si no hay convenio, en el
interés legal.

Art. 1096, p. 3º CC: Si el obligado se constituye en mora, o se halla comprometido a entregar una
misma cosa a dos o más personas diversas, serán de su cuenta los casos fortuitos hasta que se realice
la entrega. El deudor debe cumplir pese a estar en mora, y si no puede por imposibilidad
sobrevenida de la prestación, está obligado a indemnizar por daños y perjuicios al acreedor
derivados del incumplimiento que absorberán los propios de la mora. Perpetuati obligationis.

Purga y cese: La purga de la mora es la cancelación total o parcial de sus efectos por voluntad expresa
o tácita del acreedor (Es una renuncia). En el cese del estado de mora los efectos de dicha cesación se
producen desde el momento en que ocurre (La mora deja de existir y sus efectos se producen desde la
cesación). A falta de declaración expresa de purga se presentará la cuestión de si cesada la mora, hay
aquella purga en cuanto a los efectos ya producidos. Las causas son: cumplimiento o extinción de la
obligación, la prórroga otorgada por el acreedor para que el deudor cumpla, que el acreedor incurra en
mora (Negándose sin justa causa a liberar al deudor de la obligación). NO DEFINIDO EN EL CC.
En la purga el acreedor perdona la mora, se renuncia a la indemnización de daños y perjuicios.

Perpetuati obligationis: la regla es que por un caso fortuito no tengo que responder por daños y
perjuicios, no obstante, en caso de situación de mora si se incumple la obligación por caso fortuito o

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fuerza mayor SI respondo, la obligación se perpetúa. No le podré entregar el ordenador en este caso, si
no el valor del objeto.

REMEDIOS DE INCUMPLIMIENTO

A) La excepción de incumplimiento contractual. Esta excepción es una de las consecuencias del


carácter sinalagmático de las obligaciones que se funda en la regla de la ejecución simultánea y
en la idea de que cada parte puede rehusar el cumplimiento de la obligación puesta a su cargo
mientras la otra parte no cumpla la suya. En una obligación sinalagmática ninguna de las partes
puede demandar el cumplimiento de la otra sin haber cumplido la suya propia. Para que se
proceda con la excepción de incumplimiento contractual se tienen que dar unos requisitos:
1) Que sea una relación obligatoria sinalagmática.
2) Falta del actor al cumplimiento de su obligación.
3) Inexistencia de contradicción de la buena fe en la alegación de la excepción por el
demandado.
Los casos en los que la alegación de la excepción puede ser contraria a la buena fe son:
1. Cuando el que la invoca ha motivado el incumplimiento de la otra parte.
2. Cuando el incumplimiento se refiere a obligaciones secundarias o carece de suficiente
entidad o envergadura para justificar una negativa de la prestación demandada.

B) Excepción de cumplimiento defectuoso. Deriva de la anterior y ha de ser opuesta de buena fe


y por tanto, el defecto ha de tener entidad bastante en relación con lo ejecutado y con la finalidad
perseguida en el contrato.

C) Efectos de la excepción de incumplimiento contractual y la excepción de cumplimiento


defectuoso: Ambas constituyen medidas de defensa del demandado. El efecto de la primera es
la suspensión provisional de la prestación que a cargo del legitimado para oponerlas incumbe
realizar. El efecto de la segunda es una desestimación parcial de la demanda o la imposición al
acto de las correcciones necesarias para que el demandado cumpla.

D) Resolución: Se recurre al Art. 1124 CC: La facultad de resolver las obligaciones se entiende
implícita en las recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le
incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación,
con el resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos. También podrá pedir la
resolución, aun después de haber optado por el cumplimiento, cuando éste resultare imposible.
El Tribunal decretará la resolución que se reclame, a no haber causas justificadas que le
autoricen para señalar plazo.
Esto se entiende sin perjuicio de los derechos de terceros adquirentes, con arreglo a los
artículos 1.295 y 1.298 y a las disposiciones de la Ley Hipotecaria. La resolución permite la
desvinculación del contrato. Es una excepción al pacta sunt servanda. Es excepción por la
propia desvinculación con una justa causa que es el incumplimiento de la obligación.
Requisitos:
1. No todo incumplimiento permite la resolución del contrato.
2. Se aplica a las obligaciones sinalagmáticas
3. Tiene que haber incumplimiento, siendo grave o esencial. En la actualidad el TS lo entiende
como un incumplimiento que provoca la frustración del contrato. El remedio de la
resolución opera de manera objetiva, que si no se puede cumplir la obligación, los
acreedores disponen del remedio de la resolución.

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Tradicionalmente para que lo tuviera, el deudor tenía que ser culpable en el incumplimiento.
El TS se dio cuenta de que exigir culpa era muy estricto.
4. Que el acreedor no haya incumplido o si ha incumplido que la causa sea porque el deudor
no ha cumplido.

Forma de ejercicio: Hay tres formas de ejercitar el remedio de la resolución, pero el derecho
español opera de una forma distinta.
1. Ejercicio judicial: la resolución es judicial y el juez es el que la decreta. A veces el órgano
judicial ve que hay incumplimiento, y puede haber ciertas circunstancias en las que se da
un plazo de gracia para que el deudor pueda cumplir la obligación, es decir, se le da una
nueva oportunidad.
2. Ejercicio extrajudicial de la resolución o mediante declaración unilateral de voluntad del
acreedor: se ha incumplido el contrato, y el acreedor decide extinguir el contrato dando por
resuelto el contrato por la declaración unilateral de voluntad. Si hay discrepancias se irá al
órgano judicial, pero solo sirve como mecanismo de control ya que no constituye la
resolución como en el anterior. La fecha de resolución es cuando el acreedor lo comunique
ya que la declaración es de carácter recepticio.
3. Ipso facto o ipso iure: el contrato lo resuelve la ley.

En el sistema español, los tres están, pero el remedio general está en el 1124 si no hay alguna
excepción por una ley especial. El modelo de resolución general es el judicial.

Efectos:

- Liberatorios: el deudor se libera del cumplimiento de la obligación. El contrato se extingue.


- Restitutorios, en su caso: se decide resolver el contrato porque se ha entregado la casa por
ejemplo, pero después no se paga. Se extingue el contrato, se libra de pagar, pero tiene que
restituir en este caso la casa. Pueden ser inter partes o frente a terceros. Hay dos tipos de efectos
restitutorios:
§ Efecto restitutorio ex tunc: obligaciones de tracto único, desde el inicio.
§ Efecto restitutorio ex nunc: desde entonces.

Naturaleza jurídica de la resolución

Es un remedio del acreedor derivado del incumplimiento del deudor. El deudor incumple y el
acreedor tiene un conjunto de remedios. El CC sostiene que tiene una condición resolutoria que
está presente cuando se celebra el contrato.

E) Reducción del precio. Ej: Vamos a comprar una prenda de ropa y a la hora de pagar vemos
que tiene una tara y me interesa ya que es la última prenda pero que no me puede cobrar la
totalidad del precio ya que dicho precio se ajusta al valor de una prenda en buen estado, por
ello le pido al dependiente una reducción del precio ya que no está en óptimas condiciones.
Esos defectos pueden ser aparentes o no aparentes. No está regulada con carácter general en el
CC. El Art. 1486 CC trata de vicios ocultos. La reducción del precio: Es un remedio que el
acreedor tiene ante el cumplimiento defectuoso (o falta de conformidad) del deudor. El Código
civil no regula el remedio de la reducción del precio con carácter general (esto es, dentro de la
teoría general de la obligación). Sin embargo, en la regulación de algunos contratos se
contempla el remedio de la reducción del precio. Son ejemplos de esto último:

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a) Dentro del Código civil, en la compraventa civil y para el supuesto de los vicios ocultos, el
artículo 1486.I CC dispone la acción de reducción del precio (o acción estimatoria, o acción
quanti minoris; “rebajar una cantidad proporcional del precio, a juicio de peritos”: art. 1486.I
CC). Del manual Luis DÍEZ-PICAZO/Antonio Gullón, Sistema de Derecho civil, vol. II, tomo
2, Contratos en especial. Cuasi contratos, Enriquecimiento sin causa, Responsabilidad
extracontractual, 12.ª edición, editorial tecnos, Madrid, 2018: p. 45 [la letra b) de D) del
apartado I].
b) En el arrendamiento de cosas del Código civil, el artículo 1558.II CC contempla, para cierto
supuesto de hecho, la disminución del precio (reducción del precio). Véase dicho artículo.
Aunque el Código civil no regule con carácter general el remedio de la reducción del precio (o
reducción del precio), teniendo presente que en ciertos contratos el mismo sí se contempla, se
puede admitir como remedio general del acreedor, ante el incumplimiento del deudor, y
presupone el mantenimiento del contrato (con la modificación del precio).

RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR

Según lo establecido en el Art. 1182 CC el deudor se libera de la obligación cuando se produce una
imposibilidad sobrevenida, o cuando de manera excepcional se encuentra en dificultades
extraordinarias para cumplir, pero no se libera si incurre en culpa o se encontraba en mora al producirse.
Dicho esto, el deudor no deberá ni podrá cumplir la obligación imposible pero sí que deberá responder
al acreedor por la insatisfacción de su interés. Sin embargo, éste no es el único supuesto ya que puede
suceder que el deudor no haya tenido ningún obstáculo para cumplir pero lo ha hecho de manera
defectuosa o no lo ha hecho, es decir, la inactividad, la actividad contraria o la actividad que no satisface
íntegramente el interés del acreedor.

A) Culpa y dolo como fundamento de la responsabilidad del deudor

Art. 1104 CC: La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que
exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y
del lugar. Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su cumplimiento, se
exigirá la que correspondería a un buen padre de familia.

La diligencia que en una relación obligatoria hay que prestar se deja a la convención de las partes. La
expresión de un buen padre de familia hace referencia a una diligencia media que las personas normales
suelen adoptar en el tipo de asunto que se trate. El Código Civil se inclina como criterio subsidiario
hacia una consideración objetiva de la culpa, que es aquella que se establece teniendo en cuenta los
criterios normales dentro de una comunidad. Este tipo de responsabilidad también rige en los servicios
prestados por profesionales, sin que estén sujetos a culpa levísima. La doctrina tradicional admite una
graduación de la culpa en: culpa lata (grave falta de diligencia), culpa leve (omisión de diligencia
normal) y culpa levísima (omisión que ponen las personas escrupulosas). Esta graduación no pasó al
Código Civil, aunque en numerosas leyes especiales es aceptada esta graduación.
En cuanto al dolo, el Código Civil no determina cuando el incumplimiento de una obligación es doloso,
a diferencia del dolo como vicio del consentimiento. La jurisprudencia del TS no exige que haya
intención de dañar, sino la infracción de modo voluntario del deber jurídico que pesa sobre el deudor
sabiendo que con su actuación realiza un acto antijurídico, debiéndose entender dolosamente queridos
los resultados sin ser intencionalmente perseguidos aparezcan como consecuencia de la acción.

La doctrina y jurisprudencia dominante consideran que al acreedor le basta alegar el incumplimiento


de la obligación previa prueba de éste presumiéndose la culpa del deudor aplicando por analogía el

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Art. 1183 CC y en consecuencia éste (deudor) debe probar por qué la culpa no le es imputable. Si la
obligación es de medio el acreedor ha de probar que el deudor no ha empleado la diligencia requerida.
Esta doctrina aplicada a los profesionales de la medicina no es seguida por la mayoría en la
jurisprudencia ante la dificultad de que el enfermo pruebe la negligencia profesional y la facilidad del
médico en probar que empleó la debida diligencia. Se opera con una inversión en realidad de la carga
probatoria siendo el deudor el que está en las mejores condiciones para probar que la prestación resultó
ser legal o físicamente imposible, y así liberarse de la obligación según lo dispuesto en el 1184, dándose
además las circunstancias de la presunción del 1183. Sin embargo, en el caso del dolo, éste nunca se
presume y ha de ser probado siempre por el acreedor.

B) Exoneración del deudor: Caso fortuito y fuerza mayor

En el Código Civil no se encuentra mención alguna de preceptos que eximen de responsabilidad al


deudor por caso fortuito o fuerza mayor, o ambos conjuntamente. No obstante, se establece una
disposición general en el Art. 1105 CC según la cual la imposibilidad de prever o la inevitabilidad de
lo previsto configuran los dos supuestos legales de exoneración del deudor, salvo que las partes pacten
otra cosa o se encuentre estipulado en la ley.

Art. 1105 CC: Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, y de los en que así lo declare
la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse, o que, previstos,
fueran inevitables.

La doctrina más común sitúa el ámbito de la diligencia exigible al deudor para llegar a estas dos
calificaciones del suceso. A más diligencia mayor obligación de previsión, es decir, mayor previsión
de poner medidas para que no ocurran. Así a un tipo de diligencia media como la del buen padre de
familia le corresponde una previsión y unas medidas normales.

La corriente dominante de la jurisprudencia considera que no hay distinción entre la fuerza mayor y el
caso fortuito, no obstante, se ha tendido a diferenciar ambos conceptos siendo el caso fortuito como
aquel acontecimiento que tiene lugar en el interior de la empresa o circulo afectado por la obligación
mientras que la fuerza mayor sería el acontecimiento que se origina fuera, con una violencia
insuperable y que se encuentra fuera de lo que se prevé en el curso normal de la vida.

ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN


Ante una lesión del derecho de crédito por incumplimiento o cumplimiento defectuoso el acreedor
dispone de una acción para obtener la condena el deudor a que cumpla lo debido en el caso de que haya
incumplimiento, y que cumpla con lo convenido en caso de cumplimiento defectuoso. En las
obligaciones sinalagmáticas dispone la posibilidad de resolver el vínculo jurídico según el 1124 CC si
se da el supuesto de que el deudor haya cumplido o hubiera estado dispuesto a cumplir lo que le
incumbía. No obstante, la acción de cumplimiento no se agotan las medidas protectoras al acreedor,
pues puede ocurrir que a pesar de haber condena judicial el deudor no cumpla de manera voluntaria.
A) Ejecución forzosa en forma específica: El acreedor compele judicialmente al deudor para que
sea condenado a pagar la misma prestación que se comprometió. Esta materia está regulada en la
Ley de Enjuiciamiento Civil, pero el Código Civil expone los principios fundamentales:

1. Ejecución forzosa de obligaciones de dar. Se recurre a lo dispuesto en el Art. 1096, p. 1º y


2º CC: Cuando lo que deba entregarse sea una cosa determinada, el acreedor,
independientemente del derecho que le otorga el artículo 1.101, puede compeler al deudor a
que realice la entrega.

46
Si la cosa fuere indeterminada o genérica, podrá pedir que se cumpla la obligación a expensas
del deudor.
La LEC distingue entre la entrega de cosas muebles (Determinadas y concretas o genéricas e
indeterminadas) y bienes inmuebles. Sobre las cosas muebles determinadas, si éstas no pueden
ser habidas habiéndose procedido por los trámites legales, el tribunal ordenará a instancias del
ejecutante, que se sustituya por una justa compensación pecuniaria. Si la cosa mueble es
genérica o indeterminada, manifestando el ejecutante que la adquisición tardía de las mismas
ya no satisface su interés legítimo deberán liquidarse los daños y perjuicios que le ha podido
causar. Sobre la entrega de cosas inmuebles la LEC tiene en cuenta su situación de ocupados
por terceras personas o que en el mismo hubiera cosas.

2. Ejecución forzosa de obligaciones de hacer. Se recurre a lo dispuesto en el Art. 1098 CC: Si


el obligado a hacer alguna cosa no la hiciere, se mandará ejecutar a su costa. Esto mismo se
observará si la hiciere contraviniendo al tenor de la obligación. Además, podrá decretarse que
se deshaga lo mal hecho. La LEC distingue y regula la ejecución forzosa de las obligaciones
de hacer que no sean personalísimas de las que sí lo sean. También se ocupa de la condena a
emitir una declaración de voluntad fijándose en si en el título donde surge la obligación están
o no predeterminados los elementos del contrato siendo el tribunal el que los determine si no lo
estuvieran algunos y no fuesen esenciales. Si fueran esenciales del contrato sobre el que recae
la declaración de voluntad, y el condenado no la emite, se procederá con la ejecución de daños
y perjuicios.

3. Ejecución forzosa de obligaciones de no hacer. Art. 1099: Lo dispuesto en el párrafo


segundo del artículo anterior se observará también cuando la obligación consista en no hacer
y el deudor ejecutare lo que le había sido prohibido. El CC ordena en el Art. 1099 CC que se
aplique el mismo régimen que en el Art. 1098, p. 2º. La LEC distingue entre un no hacer
susceptible de reiteración frente a otro que no lo sea. Respecto al último, si no fuera no
susceptible de reiteración y tampoco se pudiera reparar el mal hecho, la ejecución procederá a
resarcir daños y perjuicios al ejecutante. En cambio si se trata de un no hacer susceptible de
reiteración el acreedor ejecutante puede pedir que se deshaga el mal causado y, los daños y
perjuicios, y en este caso debido a que es susceptible de reiteración puede pedir que se abstenga
de reiterar el incumplimiento, apercibiéndosele al deudor de que puede caer en el delito de
desobediencia de la autoridad judicial. Se procederá de esta manera cuantas veces incumpla la
condena, siendo intimidado por el Secretario judicial con la imposición de multas.

1. Ejecución forzosa de obligaciones dinerarias. Si la obligación determina una prestación


pecuniaria a cargo del deudor, ante su incumplimiento se abre el procedimiento previsto en la
LEC.

B) Incumplimiento por equivalente: Cuando la obligación se extingue por imposibilidad


sobrevenida imputable al deudor es usual la afirmación de que la obligación se perpetúa debiendo
entonces el obligado entregar otro objeto distinto. Es la llamada aestimatio rei o valor de la
prestación que es independiente de la obligación de responder por daños y perjuicios. En el CC
no hay precepto alguno que lo imponga de manera general, ya que sólo obliga al deudor a
responder por daños y perjuicios en el Art. 1101 CC.

RESARCIMIENTO POR DAÑOS Y PERJUICIOS

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El acreedor tiene una acción para ser resarcido de los daños y perjuicios, siendo ésta una acción que es
compatible en las obligaciones recíprocas con las de cumplimiento o resolución. Esto se encuentra
dispuesto, como ya se ha visto, en el Art. 1101 CC:

Art. 1101 CC: Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los que en el
incumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de
cualquier modo contravinieren al tenor de aquella.
El esquema que seguir a la hora de estudiar la indemnización por daños y perjuicios responde a dos
preguntas:

1. Concepto y fundamentos jurídicos.


2. Tipos de daños.
3. Requisitos.
4. Extensión de daños indemnizables.
5. Mitigación del daño.
6. Deuda de valor.
7. Art. 1103 CC.

(1) ¿Cuándo se responde? ¿Qué daños son indemnizables?

Art. 1102 CC: La responsabilidad procedente del dolo es exigible en todas las obligaciones. La
renuncia de la acción para hacerla efectiva es nula.

Art. 1104 CC: La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella diligencia que
exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y
del lugar.
Art. 1105 CC: Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, y de los en que así lo declare
la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse, o que, previstos,
fueran inevitables.

(2) ¿De qué se responde?


- Art. 1103 CC
- Art. 1106 CC
- Art. 1107 CC
- Art. 1108 CC → Intereses moratorios (Visto anteriormente).

Para pedir este remedio tiene que haber unos requisitos. Por el mero hecho de incumplir no se puede
pedir la indemnización. Para que se pueda pedir tiene que haberse sufrido daños en el patrimonio. Sí
que se regula en el CC.

Criterios de imputación:
- Se incumple con dolo y hay que responder.
- Se incumple con culpa o negligencia hay que responder.
- Por caso fortuito no hay que indemnizar.

La norma establece un sistema de responsabilidad objetiva que abarca más que un sistema de
responsabilidad subjetiva.

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Dos tipos de daños:
- Daños patrimoniales: se pueden valuar en dinero. Art. 1106 CC.
- Daños extrapatrimoniales: el incumplimiento ha causado daño al acreedor en un bien
extrapatrimonial.

A) Daño emergente y lucro cesante: La indemnización por daños y perjuicios comprenderá el valor
de la pérdida sufrida y las ganancias que haya dejado de obtener el acreedor, tal y como dispone
el Art. 1106 CC. El daño emergente y el lucro cesante componen en el contenido de la
indemnización por daños y perjuicios.

Art. 1106 CC: La indemnización de daños y perjuicios comprende, no sólo el valor de la pérdida
que hayan sufrido (daño emergente), sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener
el acreedor (lucro cesante), salvas las disposiciones contenidas en los artículos siguientes.

El daño emergente se puede definir como la pérdida sufrida. La concreción de la pérdida no se


hace y los criterios empleados por la doctrina y la jurisprudencia son varios. No obstante, se trata
de un perjuicio evaluable económicamente, que afecta al patrimonio y que es fácil probarlo.
Por otro lado, el lucro cesante lo constituye la ganancia que se deja de obtener. La jurisprudencia
aplica para concretar el lucro criterios de probabilidad, derivada del curso natural de las cosas y
de las circunstancias del caso. El problema que se presenta aquí es la delgada línea entre la
realidad y la hipótesis. Por último, hay destacar la consolidación de la jurisprudencia en la
estimación de los daños morales que tienen su causa en el incumplimiento por el deudor de sus
obligaciones.

B) Nexo causal entre el incumplimiento y daño. Para que el daño sea reparado se requiere prueba
de su existencia, el nexo causal y el criterio de imputación.

C) Criterio de imputación: para que haya indemnización de daños y perjuicios debe:


1. Haber un incumplimiento.
2. Que el incumplimiento me cause un daño.
3. Un nexo causal, que los daños sean causa del incumplimiento.
4. Criterio de imputación: que mi incumplimiento lo haya causado por dolo, negligencia en caso
de ser subjetivo. En caso de ser un sistema de responsabilidad es objetivo, se me imputa también
en caso fortuito, pero no por fuerza mayor.

D) Extensión del daño resarcible o indemnizables. Para determinar la extensión del daño resarcible
hay que recurrir a lo dispuesto en el Art. 1107 CC: Los daños y perjuicios de que responde el
deudor de buena fe son los previstos o que se hayan podido prever al tiempo de constituirse la
obligación y que sean consecuencia necesaria de su falta de cumplimiento.
En caso de dolo responderá el deudor de todos los que conocidamente se deriven de la falta de
cumplimiento de la obligación.
¿Este deudor tiene que responder? Dependiendo del sistema de responsabilidad (objetivo o
subjetivo)
¿Qué cuantía tiene que indemnizar?

El artículo distingue entre deudor de buena fe (Párrafo 1º) y deudor doloso (Párrafo 2º). Según
el párrafo primero el deudor responderá por daños y perjuicios que:

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1. Se hayan previsto o podido prever al constituir la obligación.
2. Cuando sean consecuencia necesaria de su falta de cumplimiento.

Respecto al deudor doloso, éste responde de todos los daños que conocidamente se deriven la
falta de cumplimiento.

El Art. 1107 CC viene a limitar la declaración general del artículo 1106 CC que con arreglo a este
precepto sobraría toda distinción entre daños intrínsecos y daños extrínsecos. También establece
especialidades en la apreciación de la cadena causal entre el incumplimiento y el daño según que
el deudor cumpla sin dolo o dolosamente.

E) El deber de mitigar el daño. Recae sobre el que exige su resarcimiento en base al principio de
buena fe si bien el coste que ello pudiera representar, ha de soportarlo el patrimonio del deudor al
que beneficia. Tampoco esta carga ha de sobrepasar los límites de las circunstancias objetivas y
subjetivas para evitar la propagación de las consecuencias lesivas del daño que el incumplimiento
o cumplimiento defectuoso infieran. En definitiva, el principio de mitigación del daño se basa en
que el deudor ha incumplido, y el acreedor tiene que actuar para solventar las incidencias y evitar
los daños. Ejemplo: Somos fabricantes de zapatos, en dos meses se han comprometido en darme
cuero, yo ya he vendido los zapatos, pero como no me lo han entregado no puedo venderlo. No
obstante, automáticamente no se le debe pagar daños y perjuicios el deudor, se le exige un
comportamiento diligente al acreedor. Si el acreedor ha mitigado los daños, ha hecho todo lo
posible para que no tenga daño, y ha comprado rápidamente curo por 40 y el deudor se lo vendía
por 20, no le va a pedir 40, (operación de reemplazo o cobertura) le va a pedir la diferencia 20.
En caso de que no le entregue el cuero y el acreedor no realiza la carga para mitigar el daño y pide
una indemnización al deudor, no se le puede exigir al deudor porque el acreedor no ha sido
diligente.

F) Las deudas indemnizatorias como deudas de valor. Lo ha reiterado la jurisprudencia en


numerosas ocasiones.

G) Moderación de la responsabilidad. El Art. 1103 CC permite a los tribunales la moderación de


la responsabilidad que proceda de la negligencia. Esta regla es de muy difícil precisión no
teniéndose que interpretar como que queda al arbitrio judicial moderar el quantum de la
indemnización, sino en los supuestos concretos que lo permita el CC.

Art. 1103 CC: La responsabilidad que proceda de negligencia es igualmente exigible en el


cumplimiento de toda clase de obligaciones; pero podrá moderarse por los Tribunales según los
casos.

En España no se admiten los daños punitivos.

RESOLUCIÓN

Art. 1124 CC: La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas, para
el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación, con el
resarcimiento de daños y abono de intereses en ambos casos. También podrá pedir la resolución, aun
después de haber optado por el cumplimiento, cuando éste resultare imposible.
El Tribunal decretará la resolución que se reclame, a no haber causas justificadas que le autoricen
para señalar plazo. (de gracia)

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Esto se entiende sin perjuicio de los derechos de terceros adquirentes, con arreglo a los artículos 1.295
y 1.298 y a las disposiciones de la Ley Hipotecaria. INCUMPLIMIENTO GRAVE O ESENCIAL.

Consiste en la extinción sobrevenida (antes se celebra el contrato y la extinción después) de una


relación obligatoria que se produce como consecuencia de una declaración de voluntad o del ejercicio
de una acción judicial, que tiene que encontrarse fundada en un supuesto legalmente previsto como
causa de resolución.

Resolución por incumplimiento. Para las obligaciones sinalagmáticas el Art. 1124 CC regula las
facultades que tienen las partes. En su párrafo primero se entiende implícita la facultad resolutoria para
el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que incumbe. La jurisprudencia de manera reiterada
exige que el utiliza esta facultad haya incumplido lo que incumbe, o esté dispuesto a hacerlo, o su
incumplimiento haya tenido causa en la otra parte. Además debe incumplirse una obligación principal,
según la economía del contrato, y lo son si tienen entidad para resolver el contrato conforme a la
voluntad de las partes (Expresada o implícita).

Como ya se vio el 1124 está mal colocado en la redacción del Código Civil, pues el incumplimiento
no se prevé como un evento futuro e incierto del que depende la resolución de la obligación. En
realidad, el 1124 actúa como un remedio de protección de la parte que sufre inejecución de lo acordado
que le permite no quedar vinculado y recuperar lo que hubiese cumplido. De una manera más técnica
otorga una facultad de modificación de la situación jurídica, que consiste en poner fin a la relación
obligatoria. El legitimado puede utilizarla o no, según el párrafo segundo del 1124. En ese mismo
párrafo se habla de la imposibilidad que no es sólo objetiva o de hecho, sino además jurídico-
económica, refiriéndose a la frustración del acreedor por la deficiencia, anormalidad, tardanza... en el
cumplimiento por parte del deudor.

También tendrá lugar el ejercicio de esta facultad de manera extrajudicial. La resolución judicial no
produce la resolución contractual, sino que proclama la procedencia de la ya hecha.

En el tercer párrafo del 1124 se encuentra la idea de mantenimiento del vínculo. Después de muchas
tesis, la que actualmente domina es que la autoriza la resolución cuando el deudor, de manera
continuada y sin razón justificativa, deja de cumplir lo pactado o va en contra del fin del contrato. El
segundo requisito, el hecho obstativo, parece que es una circunstancia que determina la imposibilidad
sobrevenida de la prestación. No todo incumplimiento permite la resolución del contrato.

Tiene que reunir determinados requisitos. Aunque el primer párrafo parece decir que se tiene que
cumplir exactamente lo que dice el contrato, esto no es así, el incumplimiento tiene que ser esencial
para poder resolverlo, aquel que frustra el fin del contrato.

¿Cómo se puede resolver un contrato? ¿Quién lo decide? ¿Fecha de la resolución?

1. Es un artículo de resolución judicial. La fecha de la extinción del contrato es la fecha de la sentencia


judicial. Quien resuelve el contrato no es el acreedor. Es el juez quién decide la resolución.
2. Por declaración unilateral del acreedor: Es una resolución extrajudicial, no necesitamos al juez. Lo
hace por declaración de voluntad unilateral. Con la fecha de la recepción

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3. De manera automática o ipso iure. Modelo de resolución automática. Es el legislador quien decide
que se resuelve el contrato. Cuando se cumple en la realidad el supuesto de hecho de la norma jurídica.
La fecha de la resolución es la fecha del cumplimiento del supuesto de hecho.
Los efectos de la resolución están en el último párrafo, regulados de una manera insuficiente y con
remisiones a artículos de la Ley Hipotecaria.

La remisión a los Arts. 1295 y 1298 LH, significan que el efecto resolutorio no perjudica al adquirente
de buena fe, y que el de mala fe deberá devolver, y si no puede tendrá que indemnizar.

Los demás efectos de la resolución como deterioro, pérdida, mejoras de la cosa se rigen por los
preceptos sobre la retroactividad del cumplimiento de las condiciones resolutorias con el fin de volver
a la situación de la celebración del contrato. No obstante, las partes pueden pactar otras consecuencias
de incumplimiento. Otras consecuencias son las referentes al abono de daños y perjuicios. El Art. 1124,
p. 1º CC se los concede al legitimado para ejercitar la resolución.

En los contratos de tracto sucesivo, la resolución es ex nunc, pues las prestaciones a que dan lugar
gozan de autonomía, satisfacen el interés de los contratantes a medida que se ejecutan. Por tanto, no se
devuelven éstas ni sus correspectivos, el sinalagma ha funcionado hasta el momento de la resolución.

El tribunal supremo entiende que la resolución del art. 1124 responde al modelo de resolución
extrajudicial.

¿Cuáles son los efectos o consecuencias de la resolución?

1. Efecto liberatorio: se liberan las obligaciones de las partes, se liberan de ellas.

2. Efecto restitutorio (depende del caso): Si no se ha entregado la cosa no hay nada que restituir.
Solo si se entrega. El efecto restitutorio puede ser:

• Inter partes: Yo te vendo mi ordenador y tu me das dinero.


• Frente a tercero: Yo te vendo mi ordenador, te la entrego el lunes, y tu me pagas el jueves.
Yo cumplo mi obligación y te entrego el ordenador y el martes se la vende a un tercero, por
lo que la cosa la tiene ese tercero, es el tenedor. Llega el jueves y no me paga el precio por
lo que el viernes resuelvo el contrato. Consecuencia jurídica, el primer contrato se extingue
y se libera, pero además pido que me devuelvan el ordenador, pero la tiene el tercero.
¿Puedo yo exigir del tercero que me restituya el bien? Ese es el problema jurídico. Si el
tercero es de mala fe, sabía que se había resuelto el contrato, Yo si que puedo exigir que me
devuelva la cosa, tiene el tercero la obligación de devolverme el ordenador. Si es de buna
fe, el terero puede mantener la cosa y el primer comprador debe entregarte el equivalente
pecuniario de la cosa.

El efecto restitutorio puede tener efecto:

• Ex tunc: desde entonces, (en la compraventa), quiere decir que desde que se celebró el
contrato está extinguido y tiene efectos retroactivos.
• Ex nunc: desde ahora, (arrendamiento), de tracto sucesivo, en un contrato de 3 años al
año y medio dejo de pagar, se extingue desde el momento en el que deja de cumplir. El

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año y medio en el que ha cumplido no lo tiene que devolver. Pero para el futuro si se
extingue.

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TEMA 7: MEDIDAS DE PROTECCIÓN DEL DERECHO DE CRÉDITO. GARANTÍAS.
INSUFICIENCIA DEL PATRIMONIO DEL DEUDOR

7.1 TUTELA PREVENTIVA DEL DERECHO DE CRÉDITO

Los medios de tutela del derecho de crédito son el conjunto de facultades o de acciones que el
ordenamiento jurídico atribuye al acreedor para reclamar la satisfacción de su interés en la relación
obligatoria. Existen dos tipos:

- Tutela defensiva: cuando el interés se ha visto insatisfecho total o parcialmente.


- Tutela preventiva: cuando existe el peligro de que la insatisfacción pueda producirse.

No existe una regulación de carácter general en el Código Civil. Se podrían considerar de este tipo la
acción subrogatoria o la acción pauliana concibiéndolas como acciones de los acreedores para la tutela
de su garantía que es el patrimonio del deudor respondiendo éste con sus bienes presentes y futuros.
Estas medidas se encuentra en el Art. 1111 CC, y se hace dudoso el encuadre de éste artículo dentro
de las medidas de tutela preventiva porque exige como requisito la previa persecución de los bienes
del deudor.

Las medidas de defensa del acreedor son materia de Derecho Procesal (Medidas cautelares). De nada
serviría que una sentencia declarase o impusiese un deber de cumplimiento al deudor si hubiera de
quedar inefectivo.

Nota sobre el Art. 1111 CC: Hasta el; trata la acción subrogatoria, en adelante, trata la acción
pauliana.

3. DEUDOR INSOLVENTE:
La interpretación de las normas de los privilegios es de interpretación restrictiva, es decir no se puede
aplicar la analogía.
Los créditos recaen sobre el bien por lo que si un acreedor privilegiado no recibe el objeto, se podrá
embargar el bien del deudor y vender en pública subasta y ese dinero pasará al patrimonio del deudor
y EN EXCLUSIVA irá para pagar la deuda con el acreedor.
En relación con el privilegio, si embargamos la cosa pagamos la deuda y además los intereses y los
gastos (pagar al abogado) llamado costas.
El legislador puede hacer dos tipos: privilegios especiales y generales. El especial se caracteriza porque
el privilegio es sobre una cosa concreta y lo que se extraiga será para pagar la deuda. Los generales son
aquellos en los que el privilegio recae sobre TODOS los bienes de mi patrimonio sobre los que no
exista un privilegio especial.

Art. 1911: Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes
y futuros.
Art. 1921: Los créditos se clasificarán, para su graduación y pago, por el orden y en los términos que
en este capítulo se establecen.
En caso de concurso, la clasificación y graduación de los créditos se regirá por lo establecido en la
Ley Concursal.
Art. 1926: Los créditos que gozan de preferencia con relación a determinados bienes muebles
excluyen a todos los demás hasta donde alcance el valor del mueble a que la preferencia se refiere.
Si concurren dos o más respecto a determinados muebles, se observarán, en cuanto a la prelación
para su pago, las reglas siguientes:
1.ª El crédito pignoraticio excluye a los demás hasta donde alcance el valor de la cosa dada en prenda.

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2.ª En el caso de fianza, si estuviere ésta legítimamente constituida a favor de más de un acreedor, la
prelación entre ellos se determinará por el orden de fechas de la prestación de la garantía.
3.ª Los créditos por anticipos de semillas, gastos de cultivo y recolección serán preferidos a los de
alquileres y rentas sobre los frutos de la cosecha para que aquéllos sirvieron.
4.ª En los demás casos, el precio de los muebles se distribuirá a prorrata entre los créditos que gocen
de especial preferencia con relación a los mismos.
Art. 1927: Los créditos que gozan de preferencia con relación a determinados bienes inmuebles o
derechos reales, excluyen a todos los demás por su importe hasta donde alcance el valor del inmueble
o derecho real a que la preferencia se refiera.
Si concurrieren dos o más créditos respecto a determinados inmuebles o derechos reales, se
observarán, en cuanto a su respectiva prelación, las reglas siguientes:
1.ª Serán preferidos, por su orden, los expresados en los números 1.º y 2.º del artículo 1.923 a los
comprendidos en los demás números del mismo.
2.ª Los hipotecarios y refaccionarios, anotados o inscritos, que se expresan en el número 3.º del citado
artículo 1.923 y los comprendidos en el número 4.º del mismo gozarán de prelación entre sí por el
orden de antigüedad de las respectivas inscripciones o anotaciones en el Registro de la Propiedad.
3.ª Los refaccionarios no anotados ni inscritos en el Registro a que se refiere el número 5.º del artículo
1.923 gozarán de prelación entre sí por el orden inverso de su antigüedad.

LA ACCIÓN PAULIANA

1. Concepto: La rescisión de los contratos por fraude de acreedores se encuentra regulado en el


Código Civil dentro de las normas relativas a la rescisión de los contratos. En el Art. 1111 CC
se enuncia que los acreedores podrán impugnar los actos que el deudor haya realizado en fraude
de sus derechos. De esto se deriva que la acción pauliana es un recursos subsidiario (Art. 1294
CC) al que es posible acudir cuando no puedan los acreedores cobrar de otro modo lo que se
les debe.

La acción pauliana es una acción propia de los acreedores que ejercitan en su propio nombre y
derecho, conceptuándola el Código Civil como una acción rescisoria de contratos celebrados
válidamente, pero que pueden tornarse ineficaces por los resultados que produce o por los que
contribuye a producir.

La acción pauliana surge contra actos perjudiciales para los acreedores con los que se les
defrauda de manera real y no fingida. Si el deudor lleva a cabo una simulación no tendrá que
ejercitar la acción pauliana, tendrá que ejercitar la acción de simulación. Así el primer supuesto,
es un acto real que lleva a la rescisión, mientras que el segundo, es un acto fingido que lleva a
la nulidad absoluta (Todo negocio jurídico simulado es nulo de pleno derecho) o inexistencia.

2. Presupuestos de ejercicio
1. Que el deudor lleve a cabo un acto que cause un perjuicio al acreedor y de ventaja a un tercero.

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2. Que el acto se pueda calificar como fraudulento, que ocurrirá cuando el deudor actúe con el
propósito de defraudar a sus acreedores. Sin embargo, la prueba de intención de perjudicar es
muy difícil por su carácter íntimo, de ahí que la jurisprudencia le haya dado al fraude el
significado de que el deudor ha de ser consciente del perjuicio que causa, debiendo conocer que
después de realizado el acto no le quedan bienes para satisfacer sus compromisos. Este
presupuesto se tiende a objetivizar y normalmente el fraude se detecta probando la insolvencia
en que el deudor se ha colocado. Además será fraudulento el comportamiento de un tercero si
sabe que el deudor defrauda a sus acreedores. El carácter perjudicial y fraudulento del acto debe
probarse por parte del acreedor.
3. La insolvencia del deudor, aunque la jurisprudencia no exige una rigurosa persecución previa
por parte del actuante de los bienes del deudor para demostrar que es insolvente ya que no
quedan bienes libres para satisfacerse, siendo esto alegado en el mismo juicio en el que se
ejercite la acción pauliana.

3. Presunciones de fraude: El Art. 1297 CC sienta dos presunciones de fraude: Se presumen


celebrados en fraude de acreedores todos aquellos contratos por virtud de los cuales el deudor
enajenare bienes a título gratuito. También se presumen fraudulentas las enajenaciones a título
oneroso, hechas por aquellas personas contra las cuales se hubiese pronunciado antes
sentencia condenatoria en cualquier instancia o expedido mandamiento de embargo de bienes.
1. Presume celebrados en fraude de acreedores todos los contratos en virtud de los cuales el deudor
enajena bienes a título gratuito. Se trata de una presunción iuris et de iure que no admite prueba
en contrario. Las adquisiciones a título gratuito siempre son fraudulentas. Art. 642: Si la
donación se hubiere hecho imponiendo al donatario la obligación de pagar las deudas del
donante, como la cláusula no contenga otra declaración, sólo se entenderá aquél obligado a
pagar las que apareciesen contraídas antes.
Art. 643: No mediando estipulación respecto al pago de deudas, sólo responderá de ellas el
donatario cuando la donación se haya hecho en fraude de los acreedores.Se presumirá siempre
hecha la donación en fraude de los acreedores cuando al hacerla no se haya reservado el
donante bienes bastantes para pagar las deudas anteriores a ella.
2. Presume en fraude de acreedores las enajenaciones a título oneroso hechos por personas contra
las que hay sentencia condenatoria. Se trata de una presunción iuris tantum.

4. Ejercicio y plazo: El ejercicio de la acción pauliana no se tiene por qué hacer de manera
colectiva, sino que cualquier acreedor puede obtener la declaración de ineficacia del acto. El
acreedor ha de serlo por un crédito vencido, exigible y de fecha anterior al acto
fraudulento.
La acción pauliana debe dirigirse necesariamente contra el deudor y el que celebró el acto
fraudulento. Pero si el tercero adquirió el bien del deudor y después lo enajenó a otro tercero
(Tercero subadquirente) debe demandarse a este último cuando la enajenación fue a título
oneroso o a título gratuito siempre que, en este último caso conozca que es fraudulenta la
adquisición de la que trae causa.
Art. 1299: La acción para pedir la rescisión dura cuatro años.
Para las personas sujetas a tutela y para los ausentes, los cuatro años no empezarán hasta que
haya cesado la incapacidad de los primeros, o sea conocido el domicilio de los segundos.

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En cuanto al plazo la acción pauliana dura 4 años y se trata de un plazo de caducidad ya que
se trata de una alteración de la situación jurídica. El cómputo del plazo (Dies a quo) comienza
desde la fecha del acto fraudulento (Art. 37 Ley Hipotecaria), pero la jurisprudencia se
inclina por el momento en el que el acreedor haya tenido conocimiento completo del
mismo.

5. Efectos: La acción pauliana es una acción personal dirigida a la ineficacia de un acto


fraudulento en la medida en que haya perjuicio para el acreedor. La ineficacia del acto no es
total, ya que se mantiene en lo que haya perjuicio para el acreedor. El Art. 1295,p.1º CC
dispone que: La rescisión obliga a la devolución de las cosas que fueron objeto del contrato
con sus frutos, y del precio con sus intereses; en consecuencia, sólo podrá llevarse a efecto
cuando el que la haya pretendido pueda devolver aquello a que por su parte estuviese obligado.
Aplicándose literalmente también se exigiría al acreedor la devolución de lo percibido, pero se
deduce que es inaplicable ya que éstos no han percibido nada. Es, por tanto, el tercero el
obligado a la devolución sin perjuicio de las acciones que tuviera contra el deudor. El tercero
que celebró el acto fraudulento tendrá que restituir total o parcialmente al patrimonio del
deudor, para que lo restituido sea objeto de agresión por los acreedores.

Generalmente la acción pauliana beneficia a los acreedores que la han ejercitado, siendo
negativo el beneficio de la revocación a los acreedores no actuantes. Sin embargo, esto supone
conceder un privilegio para el cobro que no se asienta en ningún precepto. Por otra parte, si el
bien retorna al patrimonio del deudor, esto constituye la garantía de todos los acreedores por
lo que el privilegiado, aunque no haya actuado la pauliana podrá cobrarse sobre él con
preferencia a otros.

Hasta aquí se ha hablado bastante del tercero, pero no del tercero que adquiere a otro tercero,
al que se le denominará subadquirente y de ahí que los párrafos segundo y tercero del
Art. 1295 CC: Tampoco tendrá lugar la rescisión cuando las cosas, objeto del contrato, se
hallaren legalmente en poder de terceras personas que no hubiesen procedido de mala fe.
En este caso podrá reclamarse la indemnización de perjuicios al causante de la lesión.
De este artículo se puede extraer:

1. Que la acción rescisoria también afecta al subadquirente de mala fe (Conoce el fraude), que
deberá ser demandado junto con el deudor y el tercero adquirente.
2. La acción se transforma en una acción para exigir daños y perjuicios al causante de la lesión
si el tercero subadquirente es de buena fe, pues el tercero adquirente y el deudor son los que
han actuado de mala fe. Esta transformación no sólo se aplica al supuesto mencionado, sino
que el Art. 1298 CC: El que hubiese adquirido de mala fe las cosas enajenadas en fraude
de acreedores, deberá indemnizar a éstos de los daños y perjuicios que la enajenación les
hubiese ocasionado, siempre que por cualquier causa (Aún la perdida de la cosa por caso
fortuito) le fuera imposible devolverlas.
Los efectos mencionados no se producen si el acreedor actuante es indemnizado.

6. Actos impugnables: En primer lugar, hay que recurrir al Art. 1292 CC: Son también
rescindibles los pagos hechos en estado de insolvencia por cuenta de obligaciones a cuyo
cumplimiento no podría ser compelido el deudor al tiempo de hacerlos. Este precepto tiene
difícil coordinación con la Ley Concursal que al obliga al deudor a solicitar la declaración

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judicial de concurso de acreedores. En este artículo se incluyen los pagos de obligaciones
exigibles y los pagos anticipados. En general puede afirmarse que los actos impugnables son
los que son fraudulentos y ocasionan la insolvencia del deudor determinada no sólo por la
imposibilidad de pago completo sino por la disminución de las posibilidades económicas
efectivas para satisfacer la exigibilidad integra de los créditos. También son impugnables los
actos dispositivos aunque no sean estrictas enajenaciones como los constitutivos de derechos
reales sobre bienes del deudor en tanto que extrañen una disminución o pérdida de su valor.

LA ACCIÓN SUBROGATORIA

1. Concepto y caracteres: Subsidiariedad y ejecutividad. En primer lugar, se recurre a lo


dispuesto en el Art. 1111 CC: Los acreedores, después de haber perseguido los bienes de que
esté en posesión el deudor para realizar cuanto se les debe, pueden ejercitar todos los derechos
y acciones de éste con el mismo fin, exceptuando los que sean inherentes a su persona. (DDFF).
Del artículo se extrae que la acción subrogatoria es un poder de los acreedores para ejercitar
derechos y acciones de su deudor que está inactivo dejando de aumentar su patrimonio
frustrando la satisfacción de los acreedores.

Es una acción subsidiaria porque los acreedores no pueden recurrir a ellas más que cuando de
otra forma no obtengan satisfacción pues antes se requiere la previa persecución de los bienes
del deudor, que si resultara negativa, estarían los acreedores legitimado para actuar con la acción
subrogatoria. Actualmente, el TS ha flexibilizado su doctrina y basta con la prueba de que el
deudor es insolvente para ejercitar esta acción. Ambas interpretaciones dejan abiertas una serie
de cuestiones sobre cómo se puede decidir que el deudor es insolvente sí posee esos derechos
y acciones sobre los que se van a subrogar sus acreedores. La respuesta es que es razonable
sostener que cuando se exige la demostración de insolvencia se está pidiendo una prueba de
insuficiencia patrimonial y no la carencia total de bienes o por lo menos la prueba de que fuera
de esas acciones y derechos no existen más bienes. Dadas esas condiciones se entiende que el
acreedor está legitimado para ejercitarlos directamente sin necesidad de un embargo previo.

2. Acreedor legitimado: requisitos. Todo acreedor está legitimado para ejercitar la acción
subrogatoria y su crédito debe ser cierto, líquido y exigible porque el legislador estructura la
acción con una finalidad satisfactiva. El acreedor actuante no es un representante del deudor al
faltar el presupuesto básico de la representación que es obrar un interés del representado. El
acreedor actúa en su propio nombre y en su propio interés.

3. Objeto. El objeto de la acción subrogatoria lo constituyen derechos y acciones del deudor, lo


que ha de entenderse como un sinónimo de pretensiones de éste contra terceros, exceptuándose
los inherentes a la persona entre los que se incluyen los que son de ejercicio exclusivo del deudor
y los que exigen la previa apreciación de un interés moral o íntimo para decidir aquel ejercicio.
Algunos ejemplos donde no es posible la subrogación son: el poder de revocación de una
donación por la ingratitud del donatario, o pedir la exclusión por indignidad de un tercero
llamado a herencia a la que también se llamó al deudor o la reclamación por ataques al honor,
la imagen o la intimidad.

4. Efectos: El resultado cede en beneficio del patrimonio del deudor común. No hay un punto de
apoyo legal que afirme que el acreedor puede pagarse directamente con el objeto si es dinero.
Tampoco le confiere un privilegio sobre lo ingresado en el patrimonio del deudor para ser

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satisfecho con anterioridad a otros acreedores por el hecho de haber ejercitado la subrogatoria,
aunque estos deben contribuir en los gastos ocasionados al actuante.

7.2 MEDIDAS DE GARANTÍA DEL DERECHO DE CRÉDITO

LA CLÁUSULA PENAL O PENA CONVENCIONAL

Se encuentra regulada en los Arts. 1152 CC a 1155 CC.


Se denomina pena convencional a la prestación que generalmente consiste en dinero que el obligado
se compromete a satisfacer al que tiene el derecho de exigirle el cumplimiento o a un tercero en el caso
de que cumpla de manera defectuosa la obligación.
La penal convencional se suele establecer por una disposición negocial que se incorpora al negocio que
constituye la obligación, pero no impide que se cree después como un negocio separado siempre y
cuando el negocio que constituyó la obligación originaria no haya vencido. Esto recuerda a la idea de
obligación accesoria y obligación principal y es lo que se dispone en el Art. 1155 CC.

Art. 1155 CC: La nulidad de la cláusula penal no lleva consigo la de la obligación principal.
La nulidad de la obligación principal lleva consigo la de la cláusula penal.
Es una obligación accesoria por lo que si se extingue la obligación principal se extingue la obligación
principal.
Ejemplo: Somos propietarios de un solar y encargamos a un constructor un edificio de 8 plantas. Lo
tiene que entrgar dentro de 6 meses. Pero se introduce una clausula penal, por cada día que te retrases
por entregarme el edificio, vas a pagarme 1.000 euros.
La cláusula penal puede cumplir varias funciones, lo que da lugar a tres tipos:

• Cláusula penal sustitutiva: opera como sustitución de la indemnización por daños y perjuicios
y el abono de intereses al que todo deudor que incumple está sometido según el Art. 1101 CC.
Esta cláusula penal opera automáticamente. El acreedor no tiene que demostrar que el
incumplimiento o cumplimiento defectuoso ha ocasionado daños y perjuicios. Si no se dice
nada, la cláusula penal tiene una función sustitutoria. La ventaja es que evita al acreedor
demostrar los daños y perjuicios sufridos.

Art. 1152 CC: En las obligaciones con cláusula penal, la pena sustituirá a la indemnización
de daños y el abono de intereses en caso de falta de cumplimiento, si otra cosa no se hubiere
pactado. Si no decimos nada, esta cláusula es sustitutiva.
Sólo podrá hacerse efectiva la pena cuando ésta fuere exigible conforme a las disposiciones
del presente Código.

• Cláusula penal penitencial o con una función liberatoria: se trata de que al deudor se le
otorga la facultad expresa de librarse de la obligación pagando la pena, condición que ha de ser
expresa, ya que este tipo debe pactarse. De este pacto surge la pena de arrepentimiento o multa
penitencial. Es una excepción al pacta sunt servanda, ya que se puede hacer el contrato y
después uno se puede arrepentir. Cuando llegue la fecha de cumplimiento no entrego la cosa,
pero si una cantidad. El acreedor no se puede negar a recibirlo ya que está establecido en la
cláusula penal penitencial.
Art. 1153 CC: El deudor no podrá eximirse de cumplir la obligación pagando la pena, sino en
el caso de que expresamente le hubiese sido reservado este derecho. Tampoco el acreedor
podrá exigir conjuntamente el cumplimiento de la obligación y la satisfacción de la pena, sin
que esta facultad le haya sido claramente otorgada.

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• Cláusula penal acumulativa: tiene una función acumulativa. El deudor incumple y el acreedor
pide el cumplimiento del contrato y añade la indemnización por daños y perjuicios. Tampoco
el acreedor podrá exigir conjuntamente el cumplimiento de la obligación y la satisfacción de
la pena, sin que esta facultad le haya sido claramente otorgada.

La cláusula penal acumulativa y

Por último, es relevante y de obligada observación lo que se dispone en el Art. 1154 CC.

Art. 1154 CC: El Juez modificará equitativamente la pena cuando la obligación principal hubiera
sido en parte o irregularmente cumplida por el deudor.

La cláusula penal tiene un supuesto de hecho concreto elegido por las partes. Ejemplo: La construcción
del solar, si el constructor no construye nada, deberá pagarme 100.000. Esto tiene unos riesgos ya que
la gente puede abusar.
Otro ejemplo: pactamos que si entrega defectuosamente el edificio, el constructor pagará 100.000
La jurisprudencia dice que se debe pagar los 100.000 euros aunque los daños reales hayan sido
menores. Ya que es lo que hemos pactado. Pacta sunt servanda. El juez no puede moderar
equitativamente estas cláusulas pero HAY UN CASO en el que el juez modificará equitativamente la
pena. Supuesto de hecho: Si entrego la casa con ladrillos amarillos y no naranjas que es lo que habíamos
pedido, no se aplica la cláusula penal. El juez decidirá la cantidad

Se trata de una norma imperativa a aplicar, aunque no haya sido solicitada por quien pudiera
beneficiarse de la reducción. Tampoco será posible la moderación cuando la cláusula está prevista para
un incumplimiento parcial, irregular o defectuoso, si se produce exactamente aquel incumplimiento.
La facultad de moderación no será posible cuando el incumplimiento es total. Aprecia de oficio el
órgano judicial.

LAS ARRAS

Las arras se definen como una suma de dinero que es entregado por parte del deudor si éste incumple.
En ocasiones las arras se entregan al celebrar el contrato.
Según la función que cumplan, el fin que persigan y los efectos que generen existen tres tipos de arras:

• Confirmatorias: La entrega cumple la función de señal de celebración del contrato o la prueba


de su perfección. Te doy una cantidad de dinero como prueba de que hemos celebrado el
contrato y ese pago es a cuenta del precio, con lo cual pagaremos el resto.

• Penitenciales: La entrega permite a cualquiera de los contratantes desistir de la ejecución


(Pensárselo) de un contrato ya perfeccionado. Es relevante lo dispuesto en el Art. 1454 CC que
reconoce las arras en la compraventa en otros tipos de contratos. La finalidad es que dentro de
un plazo yo puedo decidir desistir del contrato y se pierde el dinero entregado. Si es el
vendedor quien desiste, este dinero se dará duplicado.

Art. 1454 CC: Si hubiesen mediado arras o señal en el contrato de compra y venta, podrá
rescindirse el contrato allanándose el comprador a perderlas, o el vendedor a devolverlas
duplicadas.

• Penales: Operan en caso de incumplimiento de las obligaciones, dándose la regla de que se


pierden o se devuelven dobladas en función de quien incumpla. Este tipo de arras no facultan a

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desligarse de la obligación que puede ser exigida coactivamente. A diferencia de las
penitenciarias, en las penales pierdo el dinero, no desisto del contrato.

¿Quién determina el tipo de arras?


Las partes son libres de configurar las arras como quieran, pero si no consta su voluntad, la
jurisprudencia actual se inclina por unas arras confirmatorias. Autonomía de la voluntad.

DERECHO DE RETENCIÓN

El derecho de retención es la facultad otorgada por la ley al obligado a la entrega o restitución para
retardar su cumplimiento. Este crédito del retentor no tiene siempre un mismo origen. El crédito debe
ser cierto y exigible para que opere la retención.

Art. 1600: El que ha ejecutado una obra en cosa mueble tiene el derecho de retenerla en prenda hasta
que se le pague.
El dueño del taller de coches se queda con él (retentor) hasta que pague el precio el acreedor de la
retención.
Es temporal, cuando cumpla la obligación se extinga tiene la obligación de entregar la prenda. Debe
guardarlo y cuidarlo con la diligencia de un buen padre de familia. Además, no podrá usar el coche. Si
la cosa además da frutos, deberá entregarle los mismos.

¿Se podría aplicar por analogía a casos similares a los contemplados por la ley? La doctrina se
encuentra divida en este tema, aunque prepondera la negativa, ya que se considera la retención una
medida excepcional que la hace no apta para extenderla a otros supuestos. No obstante, este principio
restrictivo queda bastante atenuado de hecho, ya que la aplicación de la retención a relaciones jurídicas
atípicas en las que para su ordenación deben entrar en juego las normas que disciplinan relaciones
afines y que contienen aquel derecho, parece indiscutible. Lo mismo que cuando se aplican a una figura
jurídica reglas de otras en las que se incluye la retención.

En cuanto a los efectos, el derecho de retención es una simple facultad sustanciada en la prolongación
de la detentación de una cosa ajena por ese título. No se confiere un derecho de preferencia o privilegio
para cobrarse por ese título antes que otros acreedores, ni un derecho a la realización del valor de la
cosa para aquel fin como si se tratara de un derecho real de garantía. La retención es una garantía
especial porque constriñe al deudor para cumplir si quiere recuperar la cosa, se trata de un medio de
compulsión. LOS PRIVILEGIOS SOLO LOS CREA EL LEGISLADOR.
Esta retención es oponible erga omnes, es decir, frente a todos (Deudor, acreedores y sucesores en su
titularidad).
El retentor es un poseedor por lo que tendrá que conservar la cosa con la diligencia de un buen padre
de familia y no podrá usarla, disfrutarla o disponer de ella. Si la cosa da frutos, tendrá que recogerlos
porque los deberá entregar.

Por último, en lo referente a la extinción las causas son: la entrega total de la deuda que garantizaba y
la restitución o entrega de la cosa de modo voluntario.

62
TEMA 8: MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

8.1 MODIFICACIONES DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

Hay un cambio de una relación obligatoria cuando se produce una alteración de sus elementos, en su
contenido o en su función o causa.

Es evidente que las partes poseen poder para modificar la relación obligatoria en virtud del principio
de autonomía de la voluntad (Art.1255 CC), pero la cuestión se centra en precisar si toda alteración de
una relación obligatoria implica la creación de una nueva relación obligatoria que sustituya la anterior
o si es posible admitir la supervivencia de la primitiva relación obligatoria con la modificación
introducida. La solución del problema está estrechamente relacionada con la novación.

8.2 NOVACIÓN

En el artículo 1156 CC (causas de extinción de las obligaciones) ya se encuentra una referencia a la


novación (extintiva). La regulación de la novación se encuentra en los Arts. 1203 a 1213 CC.

La novación se define como la extinción de una obligación mediante la creación de una nueva destinada
a reemplazarla (novación extintiva), sin embargo, el Art. 1203 CC hace referencia a una novación
basada en la modificación, lo que hace entender que al lado de la novación extintiva, se encuentra una
novación modificativa.

Art. 1203 CC: Las obligaciones pueden modificarse:


1. Variando su objeto o sus condiciones principales.
2. Sustituyendo la persona del deudor.
3. Subrogando a un tercero en los derechos del acreedor.
En el Art. 1207 también queda referenciado otro punto de apoyo, ya que el Cuándo del principio, indica
la existencia de otra novación que no produce un efecto extintivo.

Art. 1207 CC: Cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación, sólo podrán
subsistir las obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros que no hubiesen prestado su
consentimiento.

No obstante, la línea divisoria entre modificativa y extintiva la encontramos en el Art. 1204 CC que
dispone que:

Art. 1204 CC: Para que una obligación quede extinguida por otra que la sustituya, es preciso que así
se declare terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto incompatibles. Cualquier
cambio en la relación obligatoria no opera con la novación extintiva. Es la autonomía de la
voluntad la que decide de forma expresa o como resultante de la incompatibilidad entre antigua
y nueva obligación.

Del precepto anterior surge una dificultad y es la de determinar cuándo se produce esa
incompatibilidad. La jurisprudencia se mueve por dos ideas:
• Si se altera el objeto o las condiciones principales o esenciales de la obligación.
• Si es significativa la trascendencia económica de la modificación introducida.

En caso de duda sobre qué novación han querido las partes, el intérprete debe inclinarse por el efecto
más débil.

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La novación extintiva crea una serie efectos que se encuentran recogidos en los Arts. 1207 y 1208 CC.

Art. 1207 CC: Cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación, sólo podrán
subsistir las obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros que no hubiesen prestado su
consentimiento. Consagra la irrelevancia de la novación frente a terceros que son titulares de
derechos que se basan en la obligación extinguida.

Art. 1208 CC: La novación es nula si lo fuere también la obligación primitiva, salvo que la causa de
nulidad sólo pueda ser invocada por el deudor, o que la ratificación convalide los actos nulos en su
origen.

Según el 1208 CC, si la obligación que se nova es nula, también lo será la nueva obligación, salvo en
dos casos:
- Que la causa de nulidad de la obligación novada pueda ser alegada por el deudor:
Probablemente el CC se refiere a lo que denomina en otros artículos como causas puramente
personales (La menor edad o la incapacidad del que la contrajo) o por un vicio del
consentimiento, siendo un caso de nulidad relativa (Anulable). La nueva obligación seguirá
siendo tan anulable como la originaria si la novación se realizó en aquellos estados. Si se hace
al alcanzar la mayoría de edad o al haber recobrado la capacidad, la novación equivaldría a una
confirmación de la obligación novada, se sana el vicio del que adolecía.
- En caso de ratificación. Hace referencia a obligaciones meramente anulables que son
susceptibles de confirmación. La novación implica esa convalidación (Entiéndase convalidar
como confirmación), ya que una obligación absoluta y nula de pleno derecho no puede novarse
porque no produce efectos.

8.3 CAMBIOS DE ACREEDOR. SUBROGACIÓN Y CESIÓN DE CRÉDITO

Un cambio de acreedor en la relación obligatoria puede ocurrir por la cesión o la subrogación en el


crédito, siendo estos casos de novación extintiva.

CESIÓN DE CRÉDITOS

Consiste en la trasmisión por parte del acreedor de la titularidad de su derecho de crédito a otra persona,
siendo normalmente la consecuencia de un negocio jurídico en virtud del cual se produce ese
desplazamiento patrimonial. La regulación en el Código Civil (Arts. 1526 CC y ss.) se encuentra como
un apéndice dentro de la compraventa, y no como un apéndice a parte exclusivo. Esta normativa es
aplicable a la trasmisión de derechos y de acciones.

Los sujetos de la cesión de créditos son el cedente y el cesionario, dejando fuera del negocio al deudor
cedido al no tener que manifestar éste su consentimiento. El objeto de la cesión es todo crédito que sea
transmisible. La regla general es que todos los créditos son cedibles, salvo los que dispone el Art. 1112
CC: Todos los derechos adquiridos en virtud de una obligación son transmisibles con sujeción a las
leyes, si no se hubiese pactado lo contrario. Es discutible si este pacto entre las parte que prohíbe la
cesión a un tercero, hace que la cesión sea un negocio sin objeto, o por el contrario produce sus efectos
a parte de las acciones del deudor cedido por incumplimiento del pacto. Si se interpreta literalmente el
1112 CC el crédito es intransmisible.

El Art. 1528 CC dispone que: La venta o cesión de un crédito comprende la de todos los derechos
accesorios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio. Es una enumeración ejemplificativa y que

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no posee carácter imperativo, ya que las partes pueden excluir la cesión de alguna garantía o las
prestaciones accesorias (Por el hecho de ser accesorias a una obligación, y al excluirse y estar sin la
obligación principal, éstas desaparecen).

La forma de la cesión viene marcada por el negocio que justifique la misma. Con carácter general hay
que observar los Arts. 1280.6º con sujeción previa al 1279 CC.

Cesión frente a deudor y frente a terceros: Se recurre, en primer lugar, al Art. 1527 CC: El deudor
que antes de tener conocimiento de la cesión satisfaga al acreedor quedará libre de la obligación. Si
tiene ese conocimiento queda obligado con su nuevo acreedor (Cesionario). El procedimiento para que
el deudor tenga conocimiento de la cesión sería su notificación, aunque siempre será carga del deudor
comprobar que quien le exige el crédito es el verdadero titular y que al pagarle lo hace de forma válida,
ya que de lo contrario no se libera con su verdadero acreedor. Frente a los terceros el Art. 1526 CC
dispone que: La cesión de un crédito, derecho o acción no surtirá efecto contra tercero sino desde que
su fecha deba tenerse por cierta en conformidad a los artículos 1.218 y 1.227.
Si se refiere a un inmueble, desde la fecha de su inscripción en el Registro.
El crédito que se refiere a un inmueble es el crédito hipotecario y como se ve varía el criterio de
producción de efectos para terceros que comienza con la fecha de inscripción en el registro, siendo así
porque se protege a los que confían de buena fe en los datos registrales que publican como titular del
crédito al cedente.

Relaciones entre cedente y cesionario: El CC las aborda en los Arts. 1529 y 1530.

Art. 1529 CC: El vendedor de buena fe responderá de la existencia y legitimidad del crédito al tiempo
de la venta, a no ser que se haya vendido como dudoso; pero no de la solvencia del deudor, a menos
de haberse estipulado expresamente, o de que la insolvencia fuese anterior y pública.
Aun en estos casos sólo responderá del precio recibido y de los gastos expresados en el número
primero del artículo 1.518.
El vendedor de mala fe responderá siempre del pago de todos los gastos y de los daños y perjuicios.

Es dudoso el significado de garantía de la legitimidad del crédito. Un sector doctrinal piensa que el
legislador hace referencia al crédito que se haya constituido válidamente, que no adolezca de vicios
que puedan destruirlo. Otro sector sostiene que esa legitimidad se entiende como que el crédito
pertenezca al cedente y que tenga facultades para transmitirlo libremente. La responsabilidad del
cedente cesa cuando el cesionario haya sido advertido de los riesgos que podían correr la existencia y
legitimidad del crédito.

El régimen legal sobre responsabilidad por existencia y legitimidad del crédito es adecuado cuando la
cesión tienen causa onerosa, pero no cuando es gratuita, teniendo que aplicar en este último supuesto
el principio sobre el que se basa el 638 CC según el cual el cedente no responderá de nada y el
cesionario no podrá pretender nada porque no ha entregado nada, salvo seguramente en el caso de que
el cedente sea de mala fe y a consecuencia de la cesión se la han ocasionado perjuicios al cesionario.

Art. 1530 CC: Cuando el cedente de buena fe se hubiese hecho responsable de la solvencia del deudor,
y los contratantes no hubieran estipulado nada sobre la duración de la responsabilidad, durará ésta
sólo un año, contado desde la cesión del crédito, si estaba ya vencido el plazo.
Si el crédito fuere pagadero en término o plazo todavía no vencido, la responsabilidad cesará un año
después del vencimiento.
Si el crédito consistiere en una renta perpetua, la responsabilidad se extinguirá a los diez años,
contados desde la fecha de la cesión.

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Ambos artículos (1529 y 1530) se encargan de la solvencia del deudor. GARCÍA GOYENA opinaba
que una insolvencia así, debe ser conocida por lo que responsabilizar al cedente tenía por causa la falta
de un deber de información al cesionario, aunque si es pública también es posible que pudiera conocerla
el cesionario.

La regla final del 1529 CC contempla el supuesto de mala fe, y la duración de esta garantía se encuentra
en el 1530 CC.

Las excepciones del deudor contra el cesionario: El deudor puede oponer al cesionario todas las
excepciones objetivas o reales (prescripción, pago...) que pudiera oponer al acreedor primitivo. Se
tratan de excepciones que están ínsitas en el mismo derecho de crédito que es el objeto de la cesión. Si
fuera un contrato bilateral (el vendedor cede el crédito por el precio siguiendo él como parte del
contrato) el deudor puede oponer las excepciones que deriven del mismo frente a la reclamación del
cesionario.

En lo referente a la excepción de compensación el 1198, p. 1º se parte del supuesto de que el deudor


ha aceptado la cesión y determina que el deudor no puede oponer al nuevo acreedor la compensación
de aquello que le corresponde frente al cedente. Según el 1198, p. 2º si el deudor no la ha consentido,
éste podrá oponer al nuevo acreedor la compensación de las deudas que tuviese con anterioridad. Por
último, en el 1198, p. 3º, si la cesión fuera desconocida para el deudor cedido, podría oponer en
compensación al nuevo acreedor todas las deudas que tuviera contra el cedente hasta el momento de
conocer la cesión.

Art. 1198 CC: El deudor que hubiere consentido en la cesión de derechos hecha por un acreedor a
favor de un tercero, no podrá oponer al cesionario la compensación que le correspondería contra el
cedente.
Si el acreedor le hizo saber la cesión y el deudor no la consintió, puede oponer la compensación de
las deudas anteriores a ella, pero no la de las posteriores.
Si la cesión se realiza sin conocimiento del deudor, podrá éste oponer la compensación de los créditos
anteriores a ella y de los posteriores hasta que hubiese tenido conocimiento de la cesión.

La compensación aparece aquí como una excepción personal, vinculada a la persona y a las
circunstancias que concurren en el deudor, y por ello ha de consentir la cesión. Pero este requisito es
exigido para la eficacia de la cesión del crédito, no exigiendo una forma determinada ni un tiempo
concreto en el que haya de prestarse.
SUBROGACIÓN EN EL CRÉDITO

La subrogación supone el cambio de acreedor en la relación obligatoria. Según el Art. 1212 CC: La
subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos a él anexos, ya contra el deudor, ya
contra los terceros, sean fiadores o poseedores de las hipotecas. ¿Entonces cuál es la diferencia con
la cesión?
- La cesión es el cauce para realizar el interés de la circulación del crédito, considerado como bien
patrimonial susceptible de tráfico jurídico.
- La subrogación atiende a la satisfacción de un interés del subrogado para recuperar en via de
regreso un desembolso patrimonial que ha efectuado al acreedor satisfecho.

A) Subrogación legal o convencional.


- La subrogación legal es que se produce ope legis (Por ministerio de la ley), al darse el supuesto
de hecho contemplado en la norma.

66
- La subrogación convencional es aquella que procede de un acuerdo entre el acreedor y el
subrogado.

La subrogación no tiene que notificarse por ley, pero para que tenga efectos frente al deudor, le
debe ser conocida.

En el 1210 CC se recogen las presunciones de la subrogación legal:

Art. 1210 CC: Se presumirá que hay subrogación:


4. Cuando un acreedor pague a otro acreedor preferente.
5. Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o tácita del
deudor.
6. Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación, salvos los efectos de la
confusión en cuanto a la porción que le corresponda.

B) Subrogación operada por la voluntad del deudor. Según el Art. 1211 CC: El deudor podrá
hacer la subrogación sin consentimiento del acreedor, cuando para pagar la deuda haya tomado
prestado el dinero por escritura pública, haciendo constar su propósito en ella, y expresando en
la carta de pago la procedencia de la cantidad pagada. Actualmente este artículo está más
desarrollado (Ley 2/1994) que regula la subrogación en los créditos hipotecarios favoreciendo la
subrogación cuando el acreedor primitivo y el nuevo tengan la condición de entidades financieras
del mercado hipotecario con el fin de que el deudor se beneficie de una bajada de los tipos de
interés y de la competitividad entre las entidades.

La subrogación del Art. 1212 CC no queda a voluntad del deudor, pues al antiguo acreedor se le
da la oportunidad de que modifique el préstamo hipotecario evitando la subrogación de un nuevo
acreedor.

C) Efectos de la subrogación: La subrogación produce una trasmisión de la titularidad del crédito


(Art. 1212 CC). Si es una subrogación parcial, concurren como acreedores el subrogado y el
primitivo, siendo éste último el preferente frente al subrogado (Art. 1213 CC). El acreedor que
trasmite el crédito por subrogación no es un cedente por lo que no responderá de la existencia ni
legitimidad ni de la solvencia del deudor.

8.4 CAMBIOS DE DEUDOR. ASUNCIÓN DE DEUDA, EXPROMISIÓN Y DELEGACIÓN

El Art. 1203.3º alude como un supuesto de modificación el cambio de la persona del deudor. Esa
sustitución tiene que hacerse con el consentimiento del acreedor (Art. 1205 CC) porque para el acreedor
la persona del deudor no es indiferente, pues son decisivas sus condiciones de seriedad, moralidad,
solvencia y responsabilidad. El cambio de la persona del deudor no supone por si mismo una novación
extintiva, y el consiguiente nacimiento de una nueva obligación, aunque sí puede darse con el
consentimiento del acreedor.

ASUNCIÓN DE DEUDA

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Es un negocio jurídico por el cual el nuevo deudor asume la deuda del primitivo. Requiere el
consentimiento de ambos deudores y el del acreedor para que el deudor quede liberado (Asunción
liberatoria). Carece de regulación legal propia.

El consentimiento del acreedor puede ser anterior, coetáneo o posterior al negocio de asunción. En
cuanto a su forma, puede ser: expreso o tácito, aunque la jurisprudencia requiere que sea expreso. Si el
acreedor no da consentimiento se produce la ineficacia del negocio de cesión si se ha condicionado
aquel requisito. Caso contrario es el problema de interpretación de la voluntad del nuevo deudor, es
decir, si quiso permanecer obligado o no y frente a quien, si frente al deudor antiguo o frente al acreedor
originándose una asunción acumulativa.

La asunción acumulativa se caracteriza porque no produce efecto liberatorio del deudor primitivo,
sino que el deudor primitivo y el nuevo están obligados frente al acreedor. Su régimen es el de la
solidaridad pasiva.

Aceptada la asunción liberatoria por el acreedor, la insolvencia del nuevo deudor no autoriza a aquel a
dirigirse contra el antiguo deudor salvo en los supuestos del Art. 1206 CC: que fuese anterior y pública,
o conocida por el deudor al delegar su deuda. El precepto dice que la acción contra el antiguo deudor
revive, pero éste es de dudoso significado. Se puede interpretar como que es ineficaz la liberación del
deudor primitivo o que el nuevo deudor continúa estando obligado frente al antiguo que pague al
acreedor, pudiendo ejercitar éste una acción de reembolso contra el deudor o de enriquecimiento
injustificado.

El régimen de las excepciones que puede oponer al acreedor no está previsto en el CC. Parece claro
que podrá oponer aquellas que se derivan de la propia deuda asumida, también las que se fundamenten
en el propio negocio de asunción, en sus vicios. La nulidad del negocio de asunción supondrá que el
deudor primitivo no se ha liberado, y la deuda no ha sido asumida. El negocio de la asunción exige
inexcusablemente una causa (Art. 1275 CC).

Las garantías de terceros (Como el fiador) se extinguen si los garantes no consienten el cambio de
deudor, pues para ellos la persona a la que garantizado es igual de importante que lo era para el
acreedor. Además, la asunción no puede perjudicar a los acreedores del nuevo deudor, sin el
consentimiento de estos.

EXPROMISIÓN

Es un convenio entre el acreedor y el nuevo deudor que libera al deudor primitivo y que no requiere ni
el consentimiento de éste. Se puede dar una expromisión acumulativa si el deudor primitivo no queda
liberado. Aquí no tiene aplicación el régimen de responsabilidad del antiguo deudor porque su
liberación se produce sin su consentimiento.

DELEGACIÓN

Hay delegación siempre que en lugar de proporcionar a una persona directamente y por nosotros
mismos un valor cualquiera, se lo proporcionamos indirectamente, dando la orden de suministrárselo
a otra persona.

En la delegación hay tres sujetos: delegante (De quien procede la orden), el delegado (Que es quien
recibe y la ejecuta) y el delegatario (Persona en cuyo favor el delegado asume la obligación o realiza
la prestación).

68
En la delegación hay dos etapas:
1º Orden o invitación dirigida por el delegante al delegado.
2º El delegado emita la declaración de voluntad por la que se obliga o hace la prestación, lo que
es aceptado por el delegatario.

La delegación puede ser activa o pasiva, pero aquí sólo se estudiará la pasiva. La delegación pasiva es
aquella en que el delegante es deudor del delegatario y lo que se delega es la función del deudor, que
recae sobre el delegado. El delegado asume en su propio nombre una determinada obligación frente al
delegatario (Delegatio promittendi) o efectúa de modo directo una prestación a su favor (Delegatio
solvendi). La delegación pasiva o de deuda se encuentra en el Art. 1206 CC. Puede ser:
- Perfecta: si el delegante queda liberado. Se le aplican las reglas de la responsabilidad por
insolvencia del nuevo deudor del 1206 CC y la de la extinción de las garantías contraídas por un
tercero.
- Imperfecta: si delegante y delegado deben cumulativamente.

La causa que en general fundamenta la delegación se halla en la preexistencia de dos relaciones


obligatorias:
1. Entre delegante y delegado, siendo el delegado deudor del delegante.
2. Entre delegante y delegatario, siendo el delegatario el acreedor.

8.5 EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

El Código Civil contiene un repertorio de causas de extinción en el artículo 1156. Esta enumeración se
basa en la consideración de una obligación como el simple vinculo formado por la correlación entre un
derecho de crédito y un deber de prestación. Es preciso distinguir entre la extinción de una obligación
y una extinción de una relación obligatoria que liga a las partes. Aplicando este criterio se puede llegar
a que la relación obligatoria se extingue por siguientes supuestos:
1. Ambas partes celebran un contrato extintivo de la relación: contrato extintivo o disentimiento
mutuo.
2. Cuando se atribuye a una de las partes la facultad de dar por terminada la relación obligatoria.
Esta capacidad puede ser enteramente libre (Denuncia o desistimiento unilateral) o estar en una
justa causa que contempla la ley (Resolución)
3. Cuando se ha logrado la finalidad económica que se pretendía, agotándose los efectos buscados
porque se han satisfecho los intereses de ambas partes.
4. Cuando se produce la circunstancia expresamente prevista como momento final de la relación.

MUTUO DISENSO
Acuerdo de voluntades de las partes realizado para dejar sin efecto la relación obligatoria. Se trata de
una extinción de la relación contractual, y no de una invalidez o ineficacia sobrevenida.

DECISIÓN UNILATERAL O DERECHO DE DESISTIMIENTO


Es una facultad de cualquiera de las partes de poner fin a la relación obligatoria mediante un acto libre
y voluntario que no tiene que fundarse en ninguna causa especial. El Código Civil no lo admite con
carácter general, pero sí que lo contempla en casos concretos, como en el Art. 1594 CC.

La terminación de la relación obligatoria por la sola y libre voluntad de una las partes, tiene su
fundamento en la atribución ex lege de la facultad de extinguir la relación o en la concesión de dicha
facultad por el negocio jurídico que constituye la obligación. También cuando son relaciones

69
obligatoria duraderas que carecen de plazo contractual de duración y que están fundadas en la confianza
que las partes se merecen.

El ejercicio de esta capacidad se realiza mediante declaración de voluntad recepticia, tenido que ser de
buena fe (Art. 7.1 CC), lo que impondrá la existencia de un plazo de preaviso, evitando el desistimiento
por sorpresa, y la necesidad de prolongar la realización por el tiempo necesario para que la otra parte
tome medidas.

Art. 68.1 y 68.2 TRLGDCU: Contenido y régimen del derecho de desistimiento.


1. El derecho de desistimiento de un contrato es la facultad del consumidor y usuario de dejar sin
efecto el contrato celebrado, notificándoselo así a la otra parte contratante en el plazo establecido
para el ejercicio de ese derecho, sin necesidad de justificar su decisión y sin penalización de
ninguna clase.
Serán nulas de pleno de derecho las cláusulas que impongan al consumidor y usuario una
penalización por el ejercicio de su derecho de desistimiento.
2. El consumidor tendrá derecho a desistir del contrato en los supuestos previstos legal o
reglamentariamente y cuando así se le reconozca en la oferta, promoción publicidad o en el propio
contrato.

SOBRE LA CLÁUSULA REBUS SIC STANTIBUS: REQUISITOS Y EFECTOS

STS de 20.02.2001; Fundamento Jurídico 2º párrafo 4º:

Dicha resolución sigue la línea de la doctrina jurisprudencial pacífica y consolidada sobre esta materia,
relativa a que por la aplicación de la cláusula implícita "rebus sic stantibus" cabe la posibilidad de que,
aunque en casos excepcionales y con gran cautela, por la alteración que ello puede suponer del principio
"pacta sunt servanda" y del de seguridad jurídica, pueda el órgano jurisdiccional, atendidas las
circunstancias particulares de cada caso concreto, llevar a efecto una modificación (no la extinción o
resolución) del vínculo obligacional, por defecto o alteración de la base negocial y haber sido roto el
equilibrio de las prestaciones, siempre que concurran los requisitos siguientes: a) alteración
completamente extraordinaria de las circunstancias en el momento de cumplir el contrato en relación
con las concurrentes al tiempo de su celebración; b) una desproporción inusitada o exorbitante entre
las prestaciones de las partes contratantes, que rompan el equilibrio entre dichas prestaciones; y c) que
todo ello acontezca por la sobreviniencia de circunstancias radicalmente imprevisibles.

PARTE II: TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO

TEMA 9: EL CONTRATO I

9.1 EL CONTRATO: CONCEPTO, FUNCIÓN Y TIPOS

CONCEPTO

70
La regulación de los contratos se encuentra en el Título II del Libro IV del Código Civil, pero no se
define lo que es un contrato. Como ya vimos en el Art. 1089 CC se enumeran las fuentes de las
obligaciones.
Art. 1089 CC: Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos, y cuasi contratos, y de los actos y
omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia.

En el artículo 1091 CC se encontraba la regla del pacta sunt servanda (Las reglas del pacto deben ser
conservadas), según el cual las obligaciones tienen fuerza de ley cuando nacen de los contratos.
Art. 1091 CC: Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos.
En el 1254 CC encontramos cuando existe un contrato.
Art. 1254 CC: El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto
de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio.

De estos preceptos se puede dilucidar que el contrato surge por la conjunción de los consentimientos
de dos o más personas con la finalidad de ser fuente de obligación entre ellas. La doctrina más reciente
aplica el concepto de contrato exclusivamente a los negocios jurídicos los cuales inciden sobre
relaciones patrimoniales, por lo desde este punto de vista, el contrato es un negocio jurídico patrimonial
de carácter bilateral cuyo efecto es la constitución, modificación o extinción de una relación jurídica
patrimonial.
Fue KELSEN el que distinguió el contrato como acto y el contrato como norma.
- El contrato como acto es un acto jurídico, es decir, una acción de los interesados a la que el
ordenamiento atribuye unos determinados efectos jurídicos.
- El contrato como norma es un precepto o regla de conducta, es decir, una determinada
ordenación a la cual las personas someten su conducta.
Dentro de la regulación contractual es importante destacar lo que dispone el art. 1255 CC.
Art. 1255 CC: Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por
conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público. Principio y
límites de la autonomía de la voluntad.

TIPOS (CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS)


(1) En función del modo de perfeccionamiento del contrato:
a. Consensuales: son aquellos que se perfeccionan por el mero consentimiento de las partes.
b. Reales: son aquellos contratos que no se perfeccionan por el mero consentimiento sino que
exigen la entrega de la cosa, como por ejemplo el comodato o el depósito, además de la
concurrencia de las partes.
c. Formales: son aquellos contratos que para su perfeccionamiento tienen que plasmarse de una
forma concreta, como por ejemplo a través de escritura pública o documento privado. Se trata
de una excepción al principio de perfección de los contratos por el mero consentimiento.
(2) En función del número de partes:
a. Contratos bilaterales: parte acreedora y parte deudora.
b. Contratos plurilaterales: Por ejemplo, una sociedad civil que tiene personalidad jurídica
distinta de la de sus socios y que se conforma por tres socios (S1, S2, y S3), y cada uno de
ellos tiene que hacer una aportación a la sociedad (deudores). La sociedad es acreedora de la
aportación que S1 ha de hacer (deudor 1), es acreedora de la aportación que ha de hacer S2

71
(deudor 2), y es acreedora de la aportación de S3 (deudor 3). Hay más de dos obligaciones:
plurilateral. Son contratos de colaboración. Artículo 1665 CC:

(3) En función del número de obligaciones:


a. Unilateral: Son aquellos contratos que sólo crean obligaciones a cargo de una de las partes
exclusivamente.
b. Bilateral: Obligaciones recíprocas, es decir, a cargo de ambas partes.

Algún sector de la doctrina considera un género intermedio que son los llamados bilaterales ex
post facto, que son aquellos contratos en los que las obligaciones que de los mismos se derivan
recaen sobre una de las partes, pero en el momento de su liquidación pueden imponer
obligaciones a cargo de la otra. Así es el caso del comodato o el depósito en los que no hay más
obligación que la de restituir a cargo del comodatario o el depositario peor en el momento de la
extinción del contrato pueden surgir obligaciones a cargo del depositante o el comodante. La
opinión general no los sujeta a las mismas normas que los bilaterales.

El contrato, ya sea unilateral o bilateral, es un instrumento de conciliación de intereses


contrapuestos entre las partes y por ello no sirve íntegramente para calificar las situaciones en
que dos o más partes se conciertan para alcanzar fines comunes aportando al efecto los bienes
o trabajos que se necesiten. El beneficio que se obtiene no proviene de un intercambio de
prestaciones sino de una colaboración organizada. Es en este punto donde nacen los contratos
plurilaterales, que poseen un régimen propio distinto al que necesitan los contratos de cambio.

(4) En función del sacrificio de las partes:


a. Contratos onerosos: los sacrificios que realizan las partes están compensados o encuentran
su equivalente en el beneficio que obtienen.
b. Contratos gratuitos o lucrativos: el beneficio de una de las partes no está acompañado de
ningún sacrificio que sea su contrapartida.

La noción de contrato oneroso no es sinónimo de contrato bilateral sinalagmático, aunque si es


cierto que esta figura es el prototipo de negocio oneroso pero también hay contratos unilaterales
onerosos como el mutuo o el préstamo simple.

La relación de equivalencia es subjetiva, y es establecida por las partes. El CC no exige que


haya una equivalencia objetiva con sus consecuencias.

El prototipo de negocio jurídico oneroso es la compraventa, que además es un contrato bilateral


sinalagmático. El prototipo de negocio jurídico lucrativo es la donación pero no es el único, ya
que existen otros que sin tener el esquema de la donación, también son gratuitos como el
comodato, el simple préstamo o el depósito, los cuales se rigen por sus propias normas.

En la enumeración de causas de los contratos que hace el 1274 se encuentra la causa


remuneratoria que consiste en el servicio o beneficio que se remunera. GARCÍA GOYENA no
les daba sustantividad propia porque los consideraba onerosos, mientras que DE CASTRO dice
que en el contrato remuneratorio las partes consienten en que lo dado o prometido lo es en
remuneración de un servicio o beneficio ya prestado.

72
(5) En función de si existe regulación legal o no:
a. Contratos típicos: poseen regulación legal.
b. Contratos atípicos: carecen de regulación legal.

La autonomía de la voluntad (Art. 1255 CC) permite que los contratantes pacten una
reglamentación negocial distinta de la prevista en la ley siempre y cuando su desplazamiento no
suponga el de las norma imperativas que lo rigen. Sin embargo, en algunas ocasiones, las parte
crean una nueva reglamentación dando lugar al contrato innominado o atípico caracterizado
porque carece de regulación legal, siendo éste fenómeno el más acusado cuando el ordenamiento,
antes las nuevas circunstancias del tráfico, no crea los instrumentos necesarios para regularlo.
Como se ve, el contrato atípico presenta el problema de la normativa que le debe ser aplicada y
cuya solución pasa necesariamente por la previa fijación del fin u objeto que las partes han
perseguido con su celebración, rigiendo ante todo las limitaciones de la autonomía de la voluntad
donde se encuentran las leyes imperativas de las que son relevantes las de la causa pues los
contratos atípicos han de poseerla necesariamente, aunque la causa también sea atípica en el
sentido de que no está regulada por el legislador.

El contrato atípico se ha de disciplinar también por el Art. 1258 CC siendo decisivos los pactos
entre las partes, y en lo no previsto por las partes los usos y las leyes (dispositivas), además de la
buena fe. Esta remisión a los usos permite aplicar lo que se ha llamado tipicidad social, es decir,
las normas practicadas en el tráfico con habitualidad en este tipo de contratos.

No obstante, las dudas de aplicación normativa a menudo surgen cuando el contrato atípico
contiene elementos de varios esquemas contractuales, dando lugar a los contratos mixtos o
complejos. Existen varias teorías:

- Teoría de absorción: Busca el elemento preponderante y corresponde con un elemento


preponderante de un contrato típico se aplica su normativa. La dificultad que radica en esta teoría
es la de identificar el elemento preponderante o el verdadero objeto perseguido por los
contratantes. Para los supuestos que no admitan la teoría de la absorción conviene la teoría de la
combinación.
- Teoría de la combinación: construye una normativa propia combinando la correspondiente a
cada uno de los contratos típicos, teniendo presente el fin perseguido por los contratantes.
- Teoría de la aplicación analógica: recomienda la aplicación de la normativa de la figura
tipificada más afín. Es una solución que parece simple pero es dificultosa al estar obstaculizado
por la atipicidad del contrato, es decir, su no encuadre den los tipo legales y lo que se quiere es lo
contrario.

(6) En función de si son conmutativos o aleatorios


Los contratos onerosos de pueden clasificar en:
a. Conmutativos. Son aquellos en los cuales la relación de equivalencia entre las prestaciones a
cargo de ambas partes se encuentra de antemano fijada por las mismas y sin que pueda ser
modificado. Ejemplo de ello es la compraventa.
b. Aleatorios. Se encuentran definidos en el Art. 1790 CC que dispone que: Por el contrato
aleatorio, una de las partes, o ambas recíprocamente, se obligan a dar o hacer alguna cosa

73
en equivalencia de lo que la otra parte ha de dar o hacer para el caso de un acontecimiento
incierto, o que ha de ocurrir en tiempo indeterminado. La aleatoriedad incide en la ejecución
de la prestación o en su cuantía, no teniendo el sentido económico que se da en todo contrato
ya que el comprador no sabe si la cosa que va adquirir valdrá en un futuro más o menos del
precio que ha pagado Se hace imposible fijar a priori la equivalencia entre la prestación de un
sujeto A y un sujeto B.

(7) En función de si son por negociación o por adhesión


a. Contratos por negociación: son aquellos en los que las partes están dispuestos a debatir su
nacimiento y contenido. Este tipo de contrato es el contrato en el que piensa el Código Civil.
b. Contratos por adhesión: son aquellos en los que existe una redacción previa del contrato por
una de las partes, y la otra sólo puede limitarse a aceptarlo o rechazarlo.

REQUISITOS DEL CONTRATO

Art. 1261 CC: No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes:
1. Consentimiento de los contratantes.
2. Objeto cierto que sea materia del contrato.
3. Causa de la obligación que se establezca.

A esta enumeración habría que añadir la forma externa que debe revestir el contrato en el caso de la
ley lo indique como presupuesto para su validez o para la existencia del mismo.

EL OBJETO

El objeto es uno de los requisitos que se exigen para que haya contrato, y se encuentra en el 1261.2
CC.

Teniendo en cuenta que el contrato es la expresión de la autorregulación por las partes de sus propios
intereses, una idea aproximada del objeto es la que lo identifica con los intereses que el negocio está
llamado a reglamentar. Atendiendo a la realidad última que aprecian los contratantes se podría decir
que el objeto es un bien susceptible de valoración económica que corresponde a sus intereses.

Por imperativo legal, el objeto debe reunir una serie de características:

A) LICITUD

Art. 1271 CC: Pueden ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los
hombres, aun las futuras. Licitud para las cosas y futuridad
Sobre la herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos que aquéllos cuyo objeto
sea practicar entre vivos la división de un caudal y otras disposiciones particionales, conforme a lo
dispuesto en el artículo 1056. Excepción futuridad
Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean contrarios a las leyes o a las
buenas costumbres. Licitud para los servicios

Bajo la extracomercialidad (Criterio extra commercium) de las cosas se deben incluir:


1. Los bienes de dominio público.
2. Las cosas que no son susceptibles de apropiación porque se consideran común a todos,
quedando fuera del ámbito del poder del individuo.

74
3. Los bienes sustraídos a la libre disponibilidad de los particulares como el estado civil de las
personas o los bienes de la personalidad.

Un contrato cuyo objeto recayera en una cosa fuera del comercio sería un contrato al que le falta un
presupuesto objetivo, sin perjuicio de la indemnización al contratante que no conociera ni podía
diligentemente conocer ese carácter.

Supuesto distinto, y en el cual no supone que le falte un presupuesto al contrato, es el de cosas cuyo
comercio se encuentra prohibido en determinadas circunstancias, es el caso por ejemplo del tráfico de
estupefacientes que está prohibido salvo para uso medicinal que sí es lícito). Se podrán recibir las
respectivas sanciones administrativas o penales, considerarse como un contrato con causa ilícita o
prohibido, pero no un contrato al que le falte su objeto.

B) POSIBILIDAD Y FUTURIDAD

Art. 1272 CC: No podrán ser objeto de contrato las cosas o servicios imposibles.

Se trata de la imposibilidad originaria, que es aquella que existe al celebrarse el contrato. Generalizando
lo que dispone el Art. 1460 CC para la venta ante una idéntica eventualidad, el contrato es inexistente
o nulo de pleno derecho si se quiere.

Art. 1460 CC: Si al tiempo de celebrarse la venta se hubiese perdido en su totalidad la cosa objeto de
la misma, quedará sin efecto el contrato.
Pero si se hubiese perdido sólo en parte, el comprador podrá optar entre desistir del contrato o
reclamar la parte existente, abonando su precio en proporción al total convenido.

La norma debe completarse poniendo a cargo del deudor, que sabía o debía saber la imposibilidad
parcial, si el acreedor desiste el contrato.

La imposibilidad puede ser relativa también. La cosa o servicio es posible pero el obligado no puede
realizarlo. Es el caso en el cual se obliga a prestar un servicio para el cual se exige una cualificación
que el obligado no tiene.

El régimen a aplicar a estos casos no puede ser el del 1272 CC. El que se obliga debe cerciorarse de
que puede cumplir o no la prestación, pues llegado el momento del cumplimiento no puede alegar que
la prestación era imposible para él desde un principio, ya lo imposible nadie está obligado, porque
equivaldría a invocar su falta de diligencia para excusarse del cumplimiento. El contrato tiene objeto,
y otra cosa son los efectos jurídicos que se desencadenen por la falta de cumplimiento del mismo.

En cuanto a la futuridad, se encuentra en el Art. 1271 CC párrafo primero, in fine. Por cosa futura
se debe entender como todo bien inexistente en el momento de la celebración del contrato, pero que
puede existir según el curso normal de los acontecimientos.

En los casos en los que el objeto sea una cosa futura, debe entenderse que se compromete la actividad
necesaria para que la cosa llegue a existir y por tanto, que se omitan aquellas que pongan en peligro su
existencia.

En el párrafo segundo del 1271 CC, se dispone la excepción de la futuridad en materia de sucesiones,
es decir, se excepciona que las cosas futuras sean objeto de contrato a la herencia futura.

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C) DETERMINACIÓN

Art. 1273 CC: El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie
(Género). La indeterminación en la cantidad no será obstáculo para la existencia del contrato,
siempre que sea posible determinarla sin necesidad de nuevo convenio entre los contratantes.

Por una cosa determinada en cuanto a su especie, la jurisprudencia entiende la determinación de la


cosa se haga de forma que no pueda confundirse con otras distintas. Dicho esto, el objeto puede estar
determinado (Te vendo mi casa) o relativamente indeterminado (Te vendo una casa), señalando en este
último caso el género al que la cosa pertenece. En éste último supuesto, la determinación se efectuará
al concretarse esa obligación que es genérica.

En definitiva, el objeto puede ser determinado o determinable, si en este último caso hay elementos en
el contrato para su determinación.

La determinación del objeto puede quedar al arbitrio de un tercero que puede obrar según la equidad o
sobre su leal saber y entender. La falta de equidad y la decisión contraria a la buena fe son impugnables,
además de si el tercero no se ha sujetado en su cometido a las instrucciones de las partes contratantes.
Si el tercero no puede o no quiere decidir el contrato será nulo de pleno derecho o inexistente, no
produciendo sus efectos y surgirá lo mismo cuando la decisión del tercero la cual queda ineficaz tras
ser impugnada.

LA CAUSA

La causa es otro de los elementos esenciales del contrato cuyo fin es el control judicial. Sobre la causa
cabe destacar el Art. 1275 CC que da dos características relevantes de la causa: la licitud y la
moralidad. El juez no podrá amparar la pretensión de un acreedor que exige el pago de una obligación,
la cual no se fundó en una causa legal y moral.

Art. 1275 CC: Los contratos sin causa, o con causa ilícita, no producen efecto alguno. Es ilícita la
causa cuando se opone a las leyes o a la moral.

Sin embargo, el concepto de causa no ha sido elaborado por el legislador con una precisión exhaustiva,
ni utiliza un terminología unívoca, pues en ocasiones habla de causa de la obligación como en el
1261.3 CC o de causa del contrato como en el 1275, 1276 y 1277 CC.

Art. 1274 CC: En los contratos onerosos se entiende por causa, para cada parte contratante, la
prestación o promesa de una cosa o servicio por la otra parte; en los remuneratorios, el servicio o
beneficio que se remunera, y en los de pura beneficencia, la mera liberalidad del bienhechor.

El Art. 1274 CC no define la causa más que en los contratos gratuitos (o De beneficencia) pues en los
onerosos solo describe la causa de cada una de las obligaciones en las partes, dando por sentado que es
un contrato sinalagmático (Bilateral). Por eso encaja mal la descripción legal de que los contratos reales
se perfeccionan con la entrega de la cosa. En el caso del préstamo el prestatario ha de restituir una suma
pero el prestamista no tiene ninguna obligación frente al prestatario.

Esta descripción servía en el Proyecto de 181 para todos los contratos onerosos pues no había contratos
reales en el sentido indicado anteriormente. GARCÍA GOYENA señalaba que todos los contratos se
perfeccionan por el consentimiento, quedando el prestamista obligado a entregar la cantidad y el
prestatario a devolverla. No obstante, decía que podían llamarse reales en cuanto a que la obligación

76
principal que nace de ellos es la de restituir, suponiendo la entrega de la cosa, y por tanto la que origina
el surgimiento de la obligación, y no la que perfecciona el contrato real.

La referencia a los remuneratorios sigue conservando el mismo misterio que tenía en aquel Proyecto
de 1851, cuyo interprete, GARCÍA GOYENA, decía que esa clase de contratos se reputan onerosos.
Se puede pensar que el Código Civil hace referencia a la donación remuneratoria pero no tiene mucho
sentido que se destaque un tipo de donación cuando la disciplina del Proyecto de 1851 y el propio
Código Civil acaba con las especialidades que tuviera con anterioridad en materia de donación, y
también es lo más lógico en contratos cuya causa es el pago de un servicio ya prestado.

La definición que da éste artículo (Art. 1274 CC) es limitada y además no dice cuál es la causa del
contrato sino la de cada una de las obligaciones de las partes.

Las teorías sobre la causa siempre se han empeñado en distinguirla de los propósitos empíricos de las
partes, pues la voluntad de éstas, se dirige hacia un fin abstracto, típico y constante o hacia un fin social
útil. La/s razón/es que hayan movido a esa voluntad fuera de la consecución de aquel fin son
irrelevantes.
Sin embargo, lo cierto es que esta concepción abstracta y aséptica de la causa es siempre la real. Por
ejemplo, cuando una persona arrienda o toma en préstamo una cantidad, lo hace por algo. Cuando las
partes celebran el negocio afirma la jurisprudencia para alcanzar fines ilícitos o socialmente
reprobables el negocio tiene causa ilícita. Entonces, ¿Por qué no predicar que también los fines lícitos
son causas negociables? ¿Por qué el fin o móvil ilícito tan sólo?

Estando en el terreno de los propósitos empíricos de las partes es posible dar adecuada respuesta al
tema y también comprender por qué hay causas ilícitas que anulan el negocio. Permaneciendo anclados
en los fines abstractos se nos escapa la esencia del problema.

En tal sentido la causa se puede definir como el propósito de alcanzar un determinado resultado
empírico con el negocio. Sin embargo, la dificultad está en destacar cuál de los propósitos que se dan
en el querer interno de las partes poseen esa cualidad.

Para que tenga relevancia, el propósito ha de ser común a las partes del negocio o al menos una de ellas
lo ha tenido, ha sido reconocido y no rechazado por la otra parte. En el caso de que no exista un
propósito específico la causa se encuentra simplemente en el propósito de alcanzar la finalidad genérica
del negocio o la finalidad práctico-social del mismo. Así en la compraventa será el intercambio de cosa
por precio, en la donación el enriquecimiento del donatario, en el arrendamiento el goce de cosa ajena
a cambio de una merced... Esas finalidades han sido reconocidas por el Derecho como merecedoras de
protección al tipificarse y regularse como negocios.

La jurisprudencia del TS ha separado constantemente la causa del contrato de los motivos que impulsan
a las partes a su celebración. Por otra parte, el Art. 1274 CC deduce que la causa es el fin que se
persigue en cada hipótesis contractual y afirma que tiene por ello un significado objetivo, aunque más
bien habría de calificarse de abstracto (se desvincula de los motivos) y típico (Es el mismo fin en todos
los contratos onerosos o gratuitos). Sin embargo, atendiendo a las corrientes modernas que dan
relevancia al propósito empírico o al fin práctico perseguido por las partes como integrado en el
concepto de la causa reconoce la posibilidad de que los motivos particulares pueden tener trascendencia
jurídica cuando se incorporan a la declaración de voluntad, siempre que sean reconocidos por ambos
contratantes y exteriorizados.

77
El TS acoge siempre la concepción de la causa más radicalmente subjetiva, que la equipara a los
motivos de las partes, cuando se persigue con el contrato un fin ilícito o inmoral. También ha ampliado
el Art. 1274 CC al acoger como causa las obligaciones morales o de conciencia considerando válidas
y eficaces las obligaciones civiles que se contraen para cumplir aquéllas.

LA FORMA

La forma debe considerarse como un elemento natural de cualquier negocio jurídico, ya que la
declaración de voluntad necesita exteriorizarse. En este sentido la forma es equivalente al medio de
exteriorización de la voluntad y representa el tránsito del querer interno a la exteriorización objetiva.

En un sentido más técnico, la forma hace referencia a un medio concreto y determinado que el
ordenamiento jurídico o la voluntad de las partes exige para la exteriorización de la voluntad. La
eficacia negocial se hace depender de la observancia de ciertas formas que son las únicas admitidas
como modo de expresión de la voluntad. Aquí la forma es manera de ser del negocio.

Existe una división clásica de formalidades que son:


- Ad substantiam: son aquellas que necesitan una clase de negocios jurídicos para su existencia.
La forma en estos negocios es sustancia, de modo que no existen como tales negocios si no se
celebran bajo esa forma.
- Ad probationem: es requerida como prueba del negocio. No condiciona la eficacia negocial sino
en un sentido muy limitado, pues se establece para que aquél pueda ser probado únicamente a
través de la forma prescrita legalmente. El negocio es existente y válido pese a su inobservancia.

No obstante, la forma puede perseguir también efectos diferentes a los descritos. La Ley impone en
ocasiones una determinada forma para que el negocio produzca sus efectos frente a terceros. Repercute
pues de una manera limitada en la eficacia negocial; Los terceros no tienen que reconocer la instalación
en el mundo jurídico del negocio en cuestión, si no aparee en aquella forma. Otras veces, se exige para
la inscripción de los contratos en Registros Públicos y así conseguir titularidad y eficacia erga omnes
u otorgar preferencias para el cobro frente a otros acreedores.

INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO

INTERPRETACIÓN SUBJETIVA: BÚSQUEDA DE LA VOLUNTAD REAL

Uno de los principios rectores de la interpretación del contrato es el de la búsqueda de la intención de


los contratantes que es la intención común, no la de cada uno de ellos.

La intención común es la zona en que concuerdan el querer de las partes, Para que exista
consentimiento contractual tienen que concurrir el objeto y la causa del contrato, y también su
contenido (Estipulaciones y efectos). En este punto es donde se presenta en la práctica la dificultad de
precisar esa intención.

A) MEDIOS HERMENÉUTICOS

Si la declaración contractual es clara el legislador estima que en ellas se contiene la intención común.
El Art. 1281, p. 1º CC no significa otra cosa: Si los términos de un contrato son claros y no dejan
duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. En definitiva,
basta el texto de la declaración. Los términos son claros cuando no dan lugar a varias interpretaciones
y no se necesitan razonamientos susceptibles de impugnación para su comprensión.

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La eficacia incondicionada de la regla in claris no fit interpretatio está restringida por el Art. 1281, p.
2º CC que dispone: Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes,
prevalecerá ésta sobre aquéllas. Puede haber claridad gramatical pero discordancia con la intención
evidente, pudiendo surgir la evidencia del propio contexto del contrato, de alguna de sus cláusulas o
de los propios actos de los contratantes.
Del Art. 1281 CC deduce que su párrafo primero trata la interpretación gramatical como primer medio
al debe acudir el intérprete y al que habrá de atenerse si no resultan sus deducciones contrarias a la
intención de las partes con evidencia. Esto nos advierte de que hay que hacer uso de los demás medios
interpretativos para hallar la evidencia, pues de otro modo no se podía constatar.

La intención de las partes hay que buscarla en los actos de ellas, coetáneos o posteriores al contrato, a
los que hay que añadir los anteriores según jurisprudencia reiterada. No se descartan otros medios
hermenéuticos, pero subsidiariamente el examen del comportamiento de los contratantes.

Entre estos medios se encuentra el canon hermenéutico de la totalidad, al que se refiere el Art. 1285
CC que establece que: Las cláusulas de los contratos deberán interpretarse las unas por las otras,
atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas. Se trata de un artículo de
interpretación sistemática. Además vale para hallar la voluntad común de las partes y para resolver las
dudas del intérprete.

B) REGLAS COMPLEMENTARIAS

Averiguada la intención de las partes, entran en juego de manera imperativa las siguientes reglas:

1. Art. 1283 CC: Cualquiera que sea la generalidad de los términos de un contrato, no deberán
entenderse comprendidos en él cosas distintas y casos diferentes de aquellos sobre que los
interesados se propusieron contratar. Es un artículo de interpretación objetiva, y como tal, los
términos significan gramaticalmente más que el propósito de las partes y hay que reducirlos para
que respondan exclusivamente al propósito. La regla de forma implícita prohíbe la aplicación
analógica de la reglamentación contractual a supuestos no previstos.
2. Art. 1284 CC: Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos, deberá entenderse
en el más adecuado para que produzca efecto. Es un artículo de interpretación objetiva. Se rechaza
cualquier interpretación que haga baldía o estéril la cláusula (lo mismo que al contrato), y también
impone al interprete la necesidad de que entre varias interpretaciones lógicas escoja aquella que
produzca efectos según la naturaleza y objeto del contrato (Parte sacada de la aplicación analógica
de Art.1286 CC).
3. Art. 1286 CC: Las palabras que puedan tener distintas acepciones serán entendidas en aquella
que sea más conforme a la naturaleza (Remisión al tipo de negocio) y objeto (Remisión al fin
que persiguen los contratantes) del contrato.

RELEVANCIA DE LOS USOS EN LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO

Art. 1287 CC: El uso o la costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar las ambigüedades
de los contratos, supliendo en éstos la omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse.

El uso en función interpretativa opera únicamente cuando hay una ambigüedad en el contrato, es decir,
cuando no se puede deducir la intención común de las partes. El uso integra el contrato en cuanto a las
cláusulas que habitualmente se repiten según su tipo y que no aparecen en el que se interpreta. El uso

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tiene función interpretativa supletoria, estando su sede entre los usos que son fuente reglamentadora
del contrato.
Los usos del Art. 1287 CC, en sus dos hipótesis, son los del país, es decir, prácticas no individuales de
los contratantes, sino generales. La doctrina hace sinónimo país de lugar, pero el Código Civil no dice
nada al respecto sobre si es el lugar de la celebración o ejecución del contrato. Es general la opinión de
que es el de la celebración.

Los usos interpretativos deben ser probados por quien los alega. No tienen la consideración de
costumbre de acuerdo al apartado 3 del Art. 1 del Título Preliminar.

EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE

No hay artículo de los propios de la interpretación de contratos en los que se encuentre un precepto que
atienda a la buena fe en esa tarea. Sin embargo, existe una aplicación muy concreta del principio, y se
encuentra en el Art. 1288 CC que dispone que: La interpretación de las cláusulas oscuras de un
contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad.

Impone, por tanto, una sanción al que ha violado el deber de hablar claro. Esta sanción no es automática
y es preciso tener en cuenta que la necesidad de interpretación se plantea cuando las partes no están de
acuerdo sobre el significado que ha de dársele a una declaración. Merecerá el calificativo de oscura
cuando aquel significado no pueda desentrañarse con los procedimientos examinados.

Si el que invoca la oscuridad ha demostrado con su conducta que entendió la declaración en el sentido
pretendido por su autor, no estará amparado por el Art. 1288 CC, y de igual manera si la oscuridad es
subsanable acudiendo a los usos del tráfico con fundamento en el Art. 1287 CC.

Además de lo dicho anteriormente, la jurisprudencia admite la eficacia del principio de buena fe en


material de interpretación contractual. Dicha eficacia se traduce en:
1. Prevalencia de la voluntad declarada sobre la voluntad real, si ésta discrepa de aquélla y la
discrepancia ha sido producida por malicia o falta de cuidado al expresarla el autor, siempre
que haya buena fe por la otra parte.
2. Si lo realmente querido se ha entender o debía o podía entenderse prevalece con ese significado
incluso si la expresión utilizada quería decir otra cosa.
3. Eficacia de la voluntad declarada, si de acuerdo con los usos y la buena fe el que la recibió
entendió cosa distinta de la voluntad interna del que la emitió.

Cabe decir que una excesiva dimensión del principio de la buena fe arruinaría la interpretación
subjetivista.

REGLAS DEL ARTÍCULO 1289 CC

Art. 1289 CC: Cuando absolutamente fuere imposible resolver las dudas por las reglas establecidas
en los artículos precedentes, si aquéllas recaen sobre circunstancias accidentales del contrato, y éste
fuere gratuito, se resolverán en favor de la menor transmisión de derechos e intereses. Si el contrato
fuere oneroso, la duda se resolverá en favor de la mayor reciprocidad de intereses.
Si las dudas de cuya resolución se trata en este artículo recayesen sobre el objeto principal del
contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento de cuál fue la intención o voluntad de los
contratantes, el contrato será nulo.

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El artículo cierra las normas que establece el Código Civil en materia de interpretación contractual. Se
enfrenta, con un sentido claramente subsidiario, con el problema de las declaraciones ininteligibles
pese a la aplicación de las normas anteriores, y distingue:
(1) El supuesto de dudas irresueltas sobre las circunstancias accidentales del contrato diferenciando
entre:
- Si el contrato es gratuito: ordena que se resuelvan a favor de la menor transmisión de derechos e
intereses.
- Si el contrato es oneroso: que se resuelva a favor de la mayor reciprocidad de intereses.
(2) El supuesto de dudas irresueltas sobre el objeto principal, en otras palabras, sobre la finalidad que
las partes se propusieron alcanzar, siendo el contrato nulo al no poder venirse en conocimiento del
cual fue la intención o voluntad de los contratantes.

EFICACIA RELATIVA DEL CONTRATO

INTEGRACIÓN DEL CONTRATO

Con el contrato se instaura entre las partes un precepto de autonomía privada que puede llamarse lex
privata. Esto es lo que quiere decir el Art.1091 CC cuando dispone que los contratos tienen fuerza de
ley entre las partes. El contenido de la lex privata se encuentra en el Art. 1258 CC: Los contratos se
perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo
expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean
conformes a la buena fe, al uso y a la ley. El precepto posee una función integradora de su contenido,
reglamentadora u ordenadora.

Destaca en primer término el precepto de autonomía creado, que obviamente debe respetar las normas
imperativas establecidas al efecto.

Seguidamente remite a la buena fe, que aquí es fuente de normas obligatorias para las partes y módulo
de ejercicio de los derechos y facultades que nacen del contrato.

Los usos también integran la relación contractual y están aludidos genéricamente. Dicha alusión
comprende los usos de los negocios o usos negociales, las prácticas habituales en la celebración y
desenvolvimiento de determinados contratos pero no los usos interpretativos de cláusulas contractuales
ambiguas que recoge el Art. 1287 CC, inciso primero. Respecto a los usos del mismo artículo en su
inciso segundo, que permiten suplir la omisión de cláusulas frecuentes y habituales, nos remitimos en
cuanto a si son usos interpretativos o integradores como los del 1258 CC. Cabe recordar que el Art. 1.3
del Título Preliminar considera los usos no interpretativos como costumbre.
La última remisión que hace éste artículo es la ley, que aquí es dispositiva, pues la norma imperativa
no integra el contenido del contrato.

La buena fe como principio general del Derecho tiene el mismo carácter de éstos: informador y fuente
supletoria de tercer grado. Esto quiere decir que la reglamentación contractual, ya integrada por la ley
dispositiva o los usos, genera derechos y deberes cuyo ejercicio se debe de realizar conforme a las
exigencias de la buena fe. No obstante, el este principio puede imponer a las partes obligaciones
concretas y específicas en cuyo caso será supletorio de la ley y del uso normativo.

PRINCIPIO DE RELATIVIDAD DEL CONTRATO

El efecto inmediato de la perfección de un contrato que es válido, es instaurar una reglamentación de


conducta de los contratantes. La eficacia del contrato se despliega entre las partes que lo celebran y sus

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herederos. Así lo dispone el Art. 1257 CC, que no dispone, por regla general, nada de eficacia para
terceros ni causahabientes: Los contratos sólo producen efecto entre las partes que los otorgan y sus
herederos; salvo, en cuanto a éstos, el caso en que los derechos y obligaciones que proceden del
contrato no sean transmisibles, o por su naturaleza, o por pacto, o por disposición de la ley.

Precisando un poco más este principio general de eficacia, en referencia con que no tiene eficacia para
tercero, lo que se quiere decir es que la reglamentación que crea el principio, no es aplicable ni en su
provecho ni en su daño.

No obstante, es cosa distinta que el contrato no pueda crear derechos y obligaciones para terceros sin
su consentimiento y otra distinta es que los terceros tengan que contar con él y con sus efectos.
Teniendo en cuenta que los contratos se basan en situaciones jurídicas ya creadas por otros contratos,
IHERING sostenía que todo negocio jurídico produce un efecto reflejo para los terceros, porque los
hechos jurídicos no se pueden aislar en el mundo jurídico, sino que se relacionan con todo el entramado.

La eficacia indirecta se manifiesta en el deber de la situación jurídica que crea, que obliga a los terceros,
si lo conocen, a celebran con alguna de las partes otro contrato que sea incompatible con el anterior.

También TS ha usado la regla nemo iuris ad alium ferre potest ipse habet para justificar que cuando lo
que se transmite es un derecho, el tercero soporta los efectos de los contratos celebrados con
anterioridad por el transmitente, si influye en aquel derecho. Esta regla debe ceder ante otras
consideraciones más atendibles como las limitaciones nacidas de pactos obligaciones estipulados con
anterioridad por el transmitente que no pueden afectar a su adquirente, salvo que a ello se haya obligado
con aquel o que si se tiene acceso al Registro de la Propiedad se hayan sido publicadas por el en
condiciones de oponibilidad erga omnes.

Se entiende que priman la naturaleza d la obligación de donde derivan las obligaciones o la necesaria
protección de la apariencia en el tráfico jurídico.

Debe considerarse como excepción en el Código Civil los casos en que la celebración de un negocio
perjudique la situación jurídica de un tercero ajeno al mismo. Lo normal es que se haga constar en
documento público dicho efecto que perjudica.

EL CONTRATO A FAVOR DE TERCERO

Art. 1257, p. 2º: Si el contrato contuviere alguna estipulación en favor de un tercero, éste podrá exigir
su cumplimiento, siempre que hubiese hecho saber su aceptación al obligado antes de que haya sido
aquélla revocada.

Se trata de una regulación pobre y que el artículo sólo contempla dos aspectos: revocación y
exigibilidad, en contraste con la problemática que surge cuando hay más de dos sujetos implicados en
una relación obligatoria.

El Código Civil hace referencia a que se contenga alguna estipulación, aunque hoy está admitida la
posibilidad de que todo el contrato se haya hecho a favor de un tercero (Beneficiario de un seguro de
vida).

Para que exista un contrato a favor de tercero es necesario atribuirle un derecho, con facultad de exigir
al obligador, no habiendo contrato si se designa a una persona para recibir la prestación pero no puede
exigirla.

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A) SUJETOS Y SU CAPACIDAD. LA DETERMINACIÓN DEL TERCERO

ESTIPULANTE PROMINENTE

TERCERO

El contrato a favor de tercero presupone la presencia de tres partes:

- PROMINENTE (es el sujeto que queda obligado a realizar la prestación a favor del tercero).
- ESTIPULANTE
- BENEFICIARIO O TERCERO

El prominente y el estipulante deben tener capacidad general para contratar y la que imponga en
especial el tipo de contrato que se trate.

El tercero no tiene que poseer capacidad para contratar, sólo la capacidad para adquirir derechos.
Además para emitir la declaración de voluntad de aceptar, precisará la capacidad natural de obrar,
aunque sí la tiene limitada lo podrán hacer sus representantes legales. El tercero puede designarse al
celebrar el contrato o determinarse posteriormente siempre que existan en él los elementos suficientes
para efectuarlo.

B) LA ADQUISICIÓN DEL TERCERO Y SU ACEPTACIÓN

El Código Civil considera la aceptación del tercero como un presupuesto de la exigibilidad de la


estipulación al obligado por ella. Dicha aceptación no es un requisito de la perfección del contrato en
el que consta la estipulación a favor del tercero, siendo el contrato perfecto desde que lo concluyen los
contratantes, y es ahí donde la nace la situación jurídica del tercero. Tampoco es un presupuesto
indeclinable para que nazca el derecho del tercero ya que existe desde que se perfecciona la
estipulación.

La aceptación es un requisito para evitar la revocación del derecho a favor del tercero y envuelve una
voluntad de querer aprovecharse de ellas pues nadie puede enriquecerse sin su consentimiento.
Tampoco puede estimarse el derecho a favor del tercero como propio del estipulante, que se lo cede a
aquél después, o simplemente como una legitimación para su ejercicio por el mismo tercero en lugar
de su titular.

La declaración de aceptación es recepticia y ha de dirigirse al obligado. Puede ser expresa o tácita.

C) REVOCACIÓN DE LA ESTIPULACIÓN

El tercero puede exigir al obligado el cumplimiento de la estipulación siempre que hubiese hecho saber
su aceptación al obligado antes de que haya sido revocada. El titular del poder de revocación es
normalmente el estipulante, aunque nada impide que se pacte la revocación conjunta por el obligado y
el estipulante.

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El poder de revocación se trasmite a los herederos del estipulante. La revocación es una declaración
recepticia que debe dirigirse al tercero, porque disminuye su patrimonio por cuanto el derecho se la ha
atribuido ya con la estipulación, y al prominente para que no cumpla la prestación a favor del tercero.

Sin embargo, el Código Civil deja sin resolver el problema del destino de la prestación que el
prominente debería haber cumplido a favor del tercero si no se hubiera producido la revocación. Parece
favorable la solución de que el destinatario sea el destinatario si se admitiese que el tercero recibe de
este, pero ya se ha visto que la jurisprudencia rechaza que el derecho sea propio del que estipuló a favor
del tercero y posteriormente del tercero al cedérselo. Por otro lado, la solución de liberar al prominente
es injusta (Paco entrega a Juan un dinero para que se obligue a darle a Pedro una renta vitalicia. Paco
revoca, y no hay duda de que Juan se enriquecería injustamente si se libera de la prestación).

Por ello cabe distinguirse varios supuestos:

1. El contrato prominente-estipulante es oneroso, siendo el estipulante el destinatario de la


prestación.
2. El estipulante ha donado algo al prominente con la carga de realizar una prestación a favor de
tercero. La revocación no suprime ese ánimo de liberalidad, por lo que el prominente queda
liberado. No se produce el incumplimiento de la carga por voluntad del donatario.

EL CONTRATO A CARGO DE TERCERO O PROMESA DE HECHO AJENO

Estipulación por la que una parte se obliga frente a la otra a que un tercero se obligara a darle alguna
cosa o prestarse algún servicio o un non facere (No hacer algo).

El prominente queda obligado a la obtención de un resultado, y no se libera probando que ha empleado


toda la diligencia posible para conseguirlo. Asume frente al que recibe su promesa el riesgo de que el
tercero no se obligue, dando lugar a la indemnización por daños y perjuicios que la insatisfacción haya
producido.

El prominente queda liberado cuando el tercero acepte cumplir respecto del promisario y también
cuando el tercero ha muerto o se vuelve incapaz de realizar lo que aquel prometió antes de que haya
aceptado. El prominente salvo pacto en contrario no es fiador del tercero.

EL CONTRATO POR PERSONA A DESIGNAR

Contrato (normalmente de compraventa), opción o promesa bilateral de compra y venta en el que una
de las partes (Estipulante) se reserva la facultad de designar en un momento posterior y dentro del plazo
al efecto prefijado o que es susceptible de prefijar, a una tercera persona, que es desconocida al celebrar
el contrato o que es indeterminada, quedando con ella ligada la otra parte (Prominente). Es un contrato
atípico, salvo en puntuales ocasiones.

Inicialmente el contrato se hace entre el estipulante y el promitente, hasta que se designa al tercero, y
el estipulante sale de la escena de la relación jurídica.

El designado debe tener la capacidad de poder celebrar el tipo de contrato al que accede, no pudiendo
el estipulante designar a una persona incapaz o a una persona que tiene una prohibición de contratar.

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Excepto en los casos en los que el estipulante obre con un poder de representación, en los demás casos
aquellos presupuestos objetivos deben darse en el que el designado accede a la elección. El que los
efectos del contrato para el designado, se produzcan desde el día de la celebración, no significa más
que la naturaleza retroactiva de aquellos efectos de su elección y aceptación. Si la elección no se hace
o se hace en los términos no acordados entre prominente y estipulante, éste es el que quedará obligado
definitivamente.

DESISTIMIENTO

Ir al derecho de desistimiento del Tema 8.

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86
TEMA 10: EL CONTRATO II

FORMACIÓN DEL CONTRATO. FASES DE LA VIDA DEL CONTRATO.


TRATOS PRELIMINARES Y RESPONSABILIDAD PRECONTRACTUAL

Con la expresión formación del contrato se comprenden los actos o series de actos que proceden o
pueden proceder de la formación de un contrato y que se llevan a cabo con esa finalidad.

Es corriente práctica una formación instantánea del contrato. Una parte acepta simplemente la
propuesta que la otra la hace, existiendo ese concurso de la oferta y aceptación exigido por el Art. 1262
CC para la perfección del contrato. No obstante, también es frecuente que en aquellos contratos de
importancia económica o cierta complejidad, los contratantes entren en tratos preliminares cuyo
contenido es diverso antes de que se produzca el concurso de las partes.

En los tratos preliminares las partes no quedan obligadas, y solamente están animadas por una voluntad
de discutir gozando de libertad para exponer sus ideas sobre cómo vincularse, pero no necesariamente
por una voluntad de contratar. Esa libertad también les permite llegar o no a la celebración definitiva
del contrato, pero de lo que no hay duda es de que entre las partes contratantes se ha creado una
situación jurídica precontractual que debe estar presidida por la necesidad de actuar de buena fe.

Si la buena fe preside los tratos precontractuales, es lógico preguntarse si la ruptura de unos tratos
preliminares debe ser fuente de responsabilidad o si debe de ser medida por el criterio de la buena fe y
en caso de no acomodarse a dicho criterio originará una responsabilidad. Con esto se hace referencia
al resarcimiento de daños y perjuicios a la otra parte por la confianza creada en que el contrato se
concluiría, pero debe entenderse por regla general que la ruptura de una negociación no origina ninguna
responsabilidad. No obstante, se piensa que si la ruptura revela que los tratos no se iniciaron de buena
fe o si el estado de las negociaciones era muy avanzando habiendo logrado acuerdos importantes que
hacían confiar lícitamente a la parte perjudicada en la celebración del contrato, debe imponerse
responsabilidad al que lo rompe, salvo causas justificadas de desistimiento. Si no se pudiera justificar
por desistimiento, su autor es responsable de los daños ocasionados a la otra parte, teniendo que
indemnizar en la medida de la disminución patrimonial que sufre el dañado. Además, tiene un derecho
de reembolso en lo referente a los gastos como motivo de aquellos tratos.

La acción para exigir esta responsabilidad es la misma para exigir la responsabilidad extracontractual,
que establece, según el Art. 1968.2º CC, el plazo de un año.

OFERTA Y ACEPTACIÓN

No se regula en el Código Civil, aunque en el Art. 1262 CC sí que se encuentra alguna referencia a
estos conceptos.

Art. 1262 CC: El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación sobre
la cosa y la causa que han de constituir el contrato.
Hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la aceptó, hay consentimiento desde que
el oferente conoce la aceptación o desde que, habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla
sin faltar a la buena fe. El contrato, en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la
oferta.
En los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos hay consentimiento desde que se
manifiesta la aceptación.

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A) OFERTA

Es una declaración de voluntad emitida por una persona y dirigida a otra/as proponiendo la celebración
de un determinado contrato. La jurisprudencia sostiene que para que haya oferta tiene que contener la
declaración todos los elementos necesarios para la existencia del contrato y que esté destinada a
integrarse en el mismo, de forma que si se acepta el oferente no pueda llevar a cabo alguna
manifestación nueva.

Por la aceptación el oferente queda vinculado y de la misma manera el aceptante. El contrato es perfecto
sin necesidad de algún otro acto.

En relación con la oferta es preciso destacar:

A) Caducidad. La oferta cauda cuando transcurre el tiempo establecido por el oferente para la
aceptación y sin que ésta se haya producido. Si no se fijara plazo, se entiende vigente por todo
el tiempo que la buena fe o los usos impongan.
B) Revocación: sus límites. Es un principio general que la oferta pueda revocarse antes de la
perfección del contrato, ya que hasta ese momento el oferente no está vinculado, pues hasta que
no conozca la aceptación no se surge la vinculación. La revocación de la oferta es una
declaración de voluntad recepticia cuyo objetivo es dejarla sin efecto. Es lícito renunciar al
poder de revocación de la oferta, teniendo que ser la renuncia clara y concluyente. Es discutible
si basta señalar un plazo para la aceptación para que se entienda, o si hay un compromiso de
mantenerla durante cierto tiempo.
C) Muerte o incapacidad sobrevenida del oferente. La muerte y la incapacidad sobrevenida del
oferente, posterior a la oferta y antes de su aceptación, son casos en los que la oferta caduca.
Cabe recordar que si el causante no está vinculado, tampoco lo estarán sus herederos, no
obstante, si el oferente es un empresario y la oferta corresponde al círculo de obligaciones de
la empresa, no hay caducidad, por lo que se crea una situación objetiva teniendo la oferta que
subsistir sean cuales sean las vicisitudes personales que atraviese el empresario.
D) Forma. No requiere una forma especial, salvo en aquellos contratos que exijan que sean una
determinada forma ab substantiam o ad solemnitatem o que lo hayan acordado las partes.
E) La oferta al público y la invitación a ofrecer. La oferta puede ser dirigida a la generalidad
del público. Dicha oferta tiene que contener todos los elementos esenciales del contrato a cuya
conclusión se dirige y que se manifieste de modo cierto y seguro como tal.
De la oferta al público se diferencia la simple invitación a ofrecer, la cual surge todas las veces
en las que no hallen contenidos los elementos esenciales del contrato. Le revocación de la oferta
al público sigue el mismo régimen que el de la oferta, pero a dicha revocación hay que darle
una publicidad suficiente para que pueda ser conocida.

B) ACEPTACIÓN

Es la declaración de voluntad que emite el destinatario de una oferta dando su conformidad a ella,
pudiendo ser expresa o tácita. Es discutible si se trata de una aceptación aquélla que pone introduce
variaciones en la oferta o si se trata de una contraoferta.

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En cuanto a la forma, rige la libertad de forma pudiendo consistir en conducta concluyentes. Sólo se
exige una forma para la aceptación cuando lo exija la ley para el contrato, la oferta o las estipulaciones
de las partes.

Al igual que la oferta, la aceptación también es revocable, antes de que llegue al conocimiento del
oferente, que es cuando queda obligado el aceptante. Si muere el aceptante o sobreviene en incapacidad
para contratar antes de la perfección del contrato, que es cuando se vincula él y sus herederos, la
declaración de voluntad queda sin efecto.

MOMENTO Y LUGAR DE LA PERFECCIÓN DEL CONTRATO

En ocasiones el contrato no se forma en presencia de las partes o de sus representantes que intercambian
sus consentimientos en un mismo acto. Puede darse que estén en diferentes lugares, o que las partes
hayan querido voluntariamente no reunirse, y por eso utilizan medios que no son lo de la
representación. El Art. 1262, p. 2º CC dispone que: Hallándose en lugares distintos el que hizo la
oferta y el que la aceptó, hay consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación o desde que,
habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sin faltar a la buena fe. El contrato, en tal
caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la oferta.
El precepto se ocupaba únicamente de la aceptación por carta, rechazando el Código Civil, la teoría de
la emisión por declaración (La perfección del contrato se produce por la emisión del aceptante desde
ese momento) y la cognición (Desde que el oferente conoce la declaración del aceptante).

La ambigua frase desde que llego a su conocimiento, puede interpretarse como una adhesión a la teoría
de la recepción segunal la cual el momento de la perfección del contrato hay que situarlo en el momento
en el que la voluntad del aceptante, llega al ámbito o circulo de intereses del oferente, sin perjuicio de
que llegue a conocerla o no, ya que podría haber actuado diligentemente para conocerla.

Por último, en el Art. 1262, p. 2º CC in fine se dispone que: El contrato, en tal caso, se presume
celebrado en el lugar en que se hizo la oferta. El Código Civil está estableciendo una regla jurídica
dispositiva sobre el lugar de celebración del contrato.

CONDICIONES GENERALES DE LA CONTRATACIÓN

Artículos de la Ley 7/1998 de 13 de abril sobre condiciones generales de la contratación.

Art. 1 LCGC: Ámbito objetivo.

1. Son condiciones generales de la contratación las Cláusulas predispuestas cuya incorporaci6n


al contrato sea impuesta por una de las partes, con independencia de la autoría material de
las mismas, de su apariencia externa, de su extensi6n y de cualesquiera otras circunstancias,
habiendo sido redactadas con la finalidad de ser incorporadas a una pluralidad de contratos.
2. EI hecho de que ciertos elementos de una clausula o que una o varias cláusulas aisladas se
hayan negociado individualmente no excluirá la aplicaci6n de esta Ley al resto del contrato
si la apreciaci6n global lleva a la conclusi6n de que se trata de un contrato de adhesión.

Art. 2 LCGC: Ámbito subjetivo.

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1. La presente Ley será de aplicaci6n a los contratos que contengan condiciones generales
celebrados entre un profesional -predisponente- y cualquier persona física o jurídica -
adherente.
2. A los efectos de esta Ley se entiende por profesional a toda persona física o jurídica que actúe
dentro del marco de su actividad profesional o empresarial, ya sea pública o privada.
3. EI adherente podrá ser también un profesional, sin necesidad de que actúe en el marco de su
actividad.

Art. 5 LCGC: Requisitos de incorporaci6n.

1. Las condiciones generales pasaran a formar parte del contrato cuando se acepte por el
adherente su incorporaci6n al mismo y sea firmado por todos los contratantes. Todo contrato
deberá hacer referencia a las condiciones generales incorporadas. No podrá entenderse que
ha habido aceptaci6n de la incorporaci6n de las condiciones generales al contrato cuando el
predisponente no haya informado expresamente al adherente acerca de su existencia y no le
haya facilitado un ejemplar de las mismas.
3. En los casos de contrataci6n telef6nica 0 electr6nica será necesario que conste en los
términos que reglamentariamente se establezcan la aceptaci6n de todas y cada una de las
cláusulas del contrato, sin necesidad de firma convencional. En este supuesto, se enviará
inmediatamente al consumidor justificaci6n escrita de la contrataci6n efectuada, donde
constaran todos los términos de la misma.
4. La redacción de las clausulas generales deberá ajustarse a los criterios de transparencia,
claridad, concreci6n y sencillez.

Art. 6 LCGC: Reglas de interpretación.

1. Cuando exista contradicci6n entre las condiciones generales y las condiciones particulares
específicamente previstas para ese contrato, prevalecerán estas sobre aquellas, salvo que las
condiciones generales resulten más beneficiosas para el adherente que las condiciones
particulares.
2. Las dudas en la interpretaci6n de las condiciones generales oscuras se resolverán a favor del
adherente. 3. Sin perjuicio de lo establecido en el presente artículo, y en lo no previsto en el
mismo, serán de aplicación las disposiciones del Código Civil sobre la interpretación de los
contratos.

Art. 7 LCGC: No incorporaci6n.

No quedaran incorporadas al contrato las siguientes condiciones generales:

a) Las que el adherente no haya tenido oportunidad real de conocer de manera completa al tiempo
de la celebraci6n del contrato o cuando no hayan sido firmadas, cuando sea necesario, en los
términos resultantes del artículo 5.

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b) Las que sean ilegibles, ambiguas, oscuras e incomprensibles, salvo, en cuanto a estas últimas,
que hubieren si do expresamente aceptadas por escrito por el adherente y se ajusten a la
normativa específica que discipline en su ámbito la necesaria transparencia de las clausulas
contenidas en el contrato.

Art. 8 LCGC: Nulidad.

1. Serán nulas de pleno derecho las condiciones generales que contradigan en perjuicio del
adherente lo dispuesto en esta Ley o en cualquier otra norma imperativa o prohibitiva, salvo
que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de contravención.
2. En particular, serán nulas las condiciones generales que sean abusivas, cuando el contrato se
haya celebrado con un consumidor, entendiendo por tales en todo caso las definidas en el
artıculo 10 bis y disposici6n adicional primera de la Ley 26/1984, de 19 de julio, General para
la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

Art. 9 LCGC: Régimen aplicable.

1. La declaraci6n judicial de no incorporaci6n al contrato 0 de nulidad de las cláusulas de


condiciones generales podrá ser instada por el adherente de acuerdo con las reglas generales
reguladoras de la nulidad contractual.
2. La sentencia estimatoria, obtenida en un proceso incoado mediante el ejercicio de la acci6n
individual de nulidad o de declaraci6n de no incorporación, decretara la nulidad o no
incorporación al contrato de las clausulas generales afectadas y aclarara la eficacia del
contrato de acuerdo con el artıculo 10, o declarara la nulidad del propio contrato cuando la
nulidad de aquellas o su no incorporaci6n afectara a uno de los elementos esenciales del mismo
en los términos del artıculo 1261 del Código Civil.
3. EI Juez competente será el del domicilio del demandante.

Art. 10 LCGC: Efectos.

1. La no incorporación al contrato de las cláusulas de las condiciones generales o la declaración


de nulidad de las mismas no determinará la ineficacia total del contrato, si este puede subsistir
sin tales clausulas, extremo sobre el que deberá pronunciarse la sentencia.
2. La parte del contrato afectada por la no incorporación o por la nulidad se integrará con
arreglo a 10 dispuesto por el artıculo 1258 del Código Civil y disposiciones en materia de
interpretación contenidas en el mismo.

EL PRECONTRATO

La construcción del profesor DE CASTRO evita la distinción entre precontrato y contrato definitivo.
En el precontrato, la relación contractual se abre ya a las partes en el momento mismo de su celebración.
Lo que ocurre es que se reservan, ambas o bien una de ellas, la facultad de exigir en un momento

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posterior su puesta en vigor. Hasta entonces no pesan sobre las partes los deberes ni les son concedidos
los derechos que constituyen el contenido típico del contrato proyectado.

EL CONTRATO DE OPCIÓN

Tipo de contrato por el cual una de las partes atribuye a la otra un derecho que le permite decidir, dentro
de un periodo de tiempo y unilateralmente, la eficacia de un determinado contrato. Por ejemplo: dueño
de una finca concede a una persona una opción de compra durante seis meses.

La concesión de la opción puede ser gratuita u onerosa. Es problema de la interpretación de la voluntad,


si la prima que se ha pagado por la opción se integra dentro de la contraprestación a efectuar por optante
que acepta el contrato, o por el contrario es independiente.

La opción no es más que una modalidad del precontrato, es una promesa unilateral de contrato. El
consentimiento del optante es lo único decisivo para la eficacia del contrato, sin que pueda el
concedente pretender que ha de dar su conformidad a la declaración del optante de adquirir el objeto
de la opción (La finca, por ejemplo).

El promisario o concedente queda obligación a no celebrar contractos con terceros incompatibles con
el derecho del optante. El incumplimiento de esta obligación dará lugar al resarcimiento por daños y
perjuicios corriendo a cargo del concedente y si el tercero conocía su existencia responderá también.

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PARTE III: CONTRATOS EN ESPECIAL
TEMA 11: LA COMPRAVENTA Y LA PERMUTA

11.1 LA COMPRAVENTA
CONCEPTO

Art. 1445 CC: Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a entregar una
cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente.

La compraventa es un contrato de carácter consensual, ya que se perfecciona por el mero


consentimiento, y es productor de obligaciones.

Art. 1450 CC: La venta se perfeccionará entre comprador y vendedor, y será obligatoria para ambos,
si hubieren convenido en la cosa objeto del contrato y en el precio, aunque ni la una ni el otro se hayan
entregado.

Otorga a las partes el derecho de exigirse el cumplimiento de las obligaciones recíprocas. Para que se
produzca la adquisición del dominio por el comprador es necesario que con el contrato concurra la
tradición de la cosa vendida (Art. 609 CC in fine, teoría del título + modo)

El consentimiento no necesita de ninguna forma. Sin embargo, el Art. 1280.1 CC dispone que el
contrato ha de constar en escritura pública, pero según lo que pone en el artículo precedente al 1280
(Art. 1279 CC) se trata de una formalidad a la que pueden compelerse las partes una vez esté
perfeccionado el contrato.

La compraventa es un contrato caracterizado por ser:

- Oneroso: El contrato determina sacrificios o desplazamientos patrimoniales para ambas partes.


- Recíproco: Las obligaciones que nacen del contrato de compraventa vinculan recíprocamente al
comprador y al vendedor.
- Conmutativo: La obligación principal que asume una parte se considera ab initio como el
equivalente de la que la otra parte, a su vez, contrae.

Para la compraventa es esencial que el precio se pague en dinero o signo que lo represente. Aquí es
donde el dinero se luce en toda su integridad como medio de cambio porque se entrega y se recibe al
ser la medida del valor de las cosas.

EL OBJETO

Pueden ser objeto de la compraventa todas las cosas corporales e incorporales. Tienen que reunir las
siguientes características:

1. Existencia actual o futura: De ello se ocupa el Art. 1460 CC que dispone que: Si al tiempo
de celebrarse la venta se hubiese perdido en su totalidad la cosa objeto de la misma, quedará
sin efecto el contrato.
Pero si se hubiese perdido sólo en parte, el comprador podrá optar entre desistir del contrato
o reclamar la parte existente, abonando su precio en proporción al total convenido.

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No obstante, si el vendedor lo conocía y no lo comunicó al comprador, incurre en una deslealtad
en la contratación con daño al comprador, pues éste ha podido realizar gastos o perder otras
oportunidades para satisfacer su interés por confiar en que el contrato era válido y eficaz.
Claramente el vendedor tendrá una responsabilidad in contrahendo.

En ambos casos del Art. 1460 CC no se distingue la causa de la pérdida y se habla de una
pérdida en general, por lo que para su concepto se aplicará el Art. 1182 CC regla 2ª por
analogía.

El objeto de la compraventa también puede ser una cosa futura, ya que con carácter general el
Art. 1271 CC lo declara apto como objeto del contrato, salvo en la herencia futura. Se tiene
que entender por futura como la cosa que se espera según el curso natural de los
acontecimientos y que no existe al celebrarse el contrato.

Si el objeto de la compraventa es una cosa futura, la cual no llega a tener su existencia, el


vendedor cumplirá su obligación de entrega, quedando sin casusa la obligación del comprador
a pagar el precio, por lo que se eximirá de su cumplimiento. Cabe decir que hasta el momento
en el que exista el objeto, ninguno de los derechos y de las obligaciones de la compraventa se
podrán aplicar. No obstante, es preciso destacar que la perfección de la compraventa de una
cosa futura produce unas obligaciones de hacer estrechamente relacionadas con la finalidad que
se persigue: Por una parte, la negativa de no impedir el nacimiento de la cosa y por otra parte,
usualmente a cargo del vendedor, la obligación de desplegar una actividad para que llegue a su
existencia. Su incumplimiento (doloso o culposo) supondrá el consiguiente resarcimiento de
daños y perjuicios al comprador.

La compraventa de cosa futura es un negocio atípico, por lo que habrá que prestar especial
atención a los pactos entre las partes. Otro negocio atípico es la llamada emptio spei, por la cual
el comprador se obliga a pagar el precio, exista o no la cosa (Te doy mil por lo que pesques o
caces mañana). Si no hay pesca o caza se tendrá que pagar igualmente el precio, por lo que
parece ser que la emptio spei se acerca al contrato aleatorio. El pago del precio no es una
obligación que tenga su casusa en la entrega de la cosa, como ocurre en cualquier compraventa.

2. La cosa debe ser determinada. Así lo exige el Art. 1445 CC, aunque esto no significa que no
pueda ser perfecto un contrato de cosa genérica. Lo único preciso es la operación de
concentración de la cosa dentro del género.

3. Debe tratarse de una cosa de lícito comercio por mandato del Art. 1271 CC.

LA VENTA DE COSA AJENA

En este apartado nos preguntamos cual sería la repercusión en el contrato de la compraventa si la cosa
no es propia del vendedor. El silencio del Código Civil es interpretado por la doctrina, la cual niega
que el vendedor tenga en él la obligación de transmitir la propiedad de la cosa al comprador como
favorable a su tesis, y en consecuencia, considera que la venta es válida y eficaz. Sin embargo, si el
comprador perdiese la cosa por la acción reivindicatoria, éste podrá accionar la evicción contra el
vendedor y repararse así los perjuicios sufridos. Si no se ejercitase la acción reivindicatoria por el
verdadero dueño (Verus dominus), el comprador podrá adquirir el dominio por usucapión, salvo que
éste amparado en su adquisición a non domino por los principios protectores de la apariencia.

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Por lo tanto, el comprador carece de acciones contra el vendedor hasta que no se produjesen los hechos
que surgen de la evicción, aunque supiera que la cosa no le pertenecía a éste. Lo más que tendría sería
suspender el pago del precio según el Art. 1502 CC.

No parece que haya una conexión necesaria entre la validez de la cosa ajena y la inexistencia de la
obligación del vendedor de transferir la propiedad. El silencio del Código Civil puede deberse a que el
contrato de compraventa es productor de obligaciones, el vendedor contrae la obligación de entrega de
una cosa que puede ser de su propiedad o puede posteriormente adquirirla para cumplir con la
obligación del contrato.

Partiendo de esto último, si el contrato de compraventa recae sobre una cosa ajena puede ser resuelto
por el comprador antes de que se produzca la evicción, si a su perfección siguió la entrega, al no existir
propio y verdadero cumplimiento del vendedor por carecer de poder de disposición de la cosa. Si no
ha habido entrega o incluso si ha tenido lugar, se ha sostenido que el contrato es anulable por error del
comprador o por dolo del vendedor. La nulidad por error es dudosa, porque no se da el requisito de que
sea determinante. El que el vendedor sea o no verdadero propietario de la cosa, no parece ser en el
tráfico lo que determine al comprador a celebrar el contrato. Es presupuesto implícito de su adquisición,
pero tendrá más bien reflejo en el momento de cumplir la obligación, no en la voluntad de comprar.
Las mismas observaciones se pueden hacer para la nulidad por dolo del vendedor, que consistiría en
provocar el engaño del comprador sobre su verdadera titularidad, pues ha de ser determinante para
celebrar el contrato.

La jurisprudencia ha seguido una línea dubitativa, dado que unas veces acudía a la nulidad por error o
falta de objeto, y otras declaraba la validez en virtud del carácter obligatorio, productor de obligaciones,
de la compraventa y al no haber precepto en el Código Civil que determine que el vendedor ha de
propietario de la cosa en el momento de la venta. Esta línea parece la consolidada, aunque se admiten
las acciones de nulidad por error cuando el comprador y el vendedor desconocen que es una cosa ajena
o por dolo del vendedor cuando éste lo conoce, y el comprador no.

EL PACTO DE RESERVA DE DOMINIO

En las ventas en las que el pago se aplaza y el vendedor cumple su obligación se suele pactar como
garantía a su favor, que el comprador no adquiere el dominio hasta que no pague la totalidad del precio.
Se produce la traditio, pero el comprador no adquiere el dominio.

El pacto de dominio ha sido un tema muy debatido por la doctrina, siendo la opinión dominante que,
en el mismo, existe una condición suspensiva para la adquisición de la propiedad que es que el
comprador pague la totalidad del precio aplazado. Con el último pago, la traditio efectuada adquiere
todo su vigor.

De aquí se deriva que el vendedor no pierde la propiedad y que debe ser considerado como propietario
pudiendo ejercitar las acciones de defensa de su derecho, así como la eficacia del pacto frente a terceros.

No obstante, no se explica la posición jurídica del comprador mientras no pague, ya que es un poseedor
con amplias facultades de uso pero no es propietario, ni que a medida que pague va adquiriendo cuotas
de propiedad. Por lo tanto, si la traditio está condicionada, ésta hará que el comprador tenga una
expectativa de ser propietario la cual debe de estar protegida hasta que la condición se cumpla. En lo

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relacionado con el vendedor, éste tiene un dominio sometido a condición resolutoria. En cuanto a los
acreedores del vendedor, podrán agredir los derechos que tiene y no la plena propiedad de lo que ha
vendido. Los acreedores del comprador podrán contar con que en el patrimonio de éste se encuentra
esa expectativa de ser propietario.

Otro sector de la doctrina considera que el pacto de reserva es una garantía que el vendedor tiene
mientras que el comprador no pague la totalidad, pero éste es el propietario de la cosa. Si el objeto del
contrato es mueble, se habrá constituido una prenda o una hipoteca mobiliaria por el comprador sin
desplazamiento del bien o poder del acreedor.

Esta consideración del pacto de reserva es más satisfactoria y adecuada a la intención de las partes que
lo que pretenden es garantizar al vendedor. No es aplicable a la venta de inmuebles porque en nuestro
ordenamiento jurídico no existen las hipotecas tácitas (Salvo casos concretos) y no es posible constituir
un derecho de prenda sobre un inmueble.

El pacto de reserva de dominio tiene una normativa propia en la legislación de la venta a plazos.

EL PRECIO

El Art. 1445 CC dispone que el precio en el contrato de compraventa debe de ser cierto, en dinero o en
signo que lo represente. No obliga a determinarse cuantitativamente en el momento de la celebración
del contrato siempre que no sea necesario un nuevo acuerdo posterior para fijarlo (No se entiende
entonces que el contrato esté perfeccionado) ni que como dispone el Art. 1449 CC: El señalamiento
del precio no podrá nunca dejarse al arbitrio de uno de los contratantes. No obstante, se autoriza a las
partes a que pacten el procedimiento mediante el cual se determinará posteriormente, sin influencia
exclusiva de sus voluntades. El ejemplo de esto se encuentra en los Art. 1447 CC y en el Art. 1448 CC.

Art. 1447 CC: Para que el precio se tenga por cierto bastará que lo sea con referencia a otra cosa
cierta, o que se deje su señalamiento al arbitrio de persona determinada.
Si ésta no pudiere o no quisiere señalarlo, quedará ineficaz el contrato.

Art. 1448 CC: También se tendrá por cierto el precio en la venta de valores, granos, líquidos y demás
cosas fungibles, cuando se señale el que la cosa vendida tuviera en determinado día, bolsa o mercado,
o se fije un tanto mayor o menor que el precio del día, bolsa o mercado, con tal que sea cierto.

También podría pactarse que el precio sea el que viene practicado normalmente por el vendedor, si se
tratan de cosas que el vendedor vende con habitualidad.

Según el Art. 1447 CC, es lícito remitirse al arbitrio de una persona determinada para la fijación del
precio, cuya decisión es obligatoria para las partes. Además si la persona elegida (Tercero) no puede
fijarlo o no quiere señalarlo, el contrato es ineficaz. Salvo pacto en contrario el tercero debe fijar el
precio en relación con el momento de la perfección del contrato. El tipo de arbitrio al que debe sujetarse
su decisión es la equidad, pudiendo impugnar la decisión cuando se haya faltado a ella, y también se
podrá impugnar si no se ha sujetado a las instrucciones dadas por los contratantes, siendo nula la
cláusula por la cual las partes renuncia a impugnar la decisión del o de los terceros, por violación del
Art. 24.1 CE (Tutela judicial efectiva).

El precio no ha de ser necesariamente el justo. El Código Civil sigue los principios de la economía
liberal por los cuales, las cosas valen lo que se paga por ellas. No obstante, el intervencionismo estatal
constituye a la fijación de los precios de bienes y servicios. Aquí surge la cuestión de si es nula una
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compraventa con precio superior al legal. La nulidad es clara si la propia ley impone esa sanción, otra
cosa es, si procede la sustitución del precio pactado por el legal, operación que si no está en la ley, no
parece acorde con la intención contractual del vendedor ni tampoco sancionarlo con la percepción del
precio pactado por el legal. El vendedor quiso vender pero a otro precio. No obstante, parece obvio que
si la sanción legal del contrato no fuese la nulidad sino las que se determinen en la norma, se aplicarán
estas últimas.

Si no hay disposición que controle el precio (Libre juego del mercado), habrá de estarse a lo prevenido
en la legislación sobre prácticas restrictiva de la competencia si mediante ellas se da lugar a la fijación
del precio.

LAS ARRAS

A la hora de la perfección del contrato, el comprado suele entregar una suma de dinero en concepto de
señal, que en el lenguaje jurídico son las arras. En el Art. 1454 CC se encuentra una finalidad
penitencial para las arras, aneja a la facultad de desvincularse del contrato que tienen las partes.

Art. 1454 CC: Si hubiesen mediado arras o señal en el contrato de compra y venta, podrá rescindirse
el contrato allanándose el comprador a perderlas, o el vendedor a devolverlas duplicadas.

El criterio no es imperativo porque antes de su aplicación debe verse como han querido las arras las
partes, es decir, si son penitenciales, confirmatorias o penales. Si no hay resultados claros, la línea
jurisprudencial dominante sostiene que las arras tienen concepto de anticipo del precio, es decir, son
confirmatorias de la celebración de un contrato.

EFECTOS DE LA COMPRAVENTA

El contrato de compraventa origina el nacimiento de obligaciones sinalagmáticas entre el vendedor y


el comprador, que se pueden resumir en:

A) Entrega de la cosa

El vendedor tiene como obligación principal entregar la cosa del objeto del contrato:

a) Contenido: La cosa ha de ser entregada en el estado en que se encontraba al perfeccionarse la


venta, con sus frutos si los produce, desde ese mismo día. También se entregarán los accesorios
(Objetos auxiliares o complementarios sin los cuales quedaría frustrada la finalidad traslativa
de la cosa) aunque no se haya mencionado, si el objeto es cosa determinada. Es discutible si se
consideran como accesorios los inmuebles por destino o pertenencias que son los muebles
colocados en el inmueble con vocación de permanencia y que cumplen funciones de uso, adorno
o perfección o sirven para su explotación.

La normativa del Código Civil sobre el contenido o extensión de la obligación de entrega es


dispositiva y no imperativa.

b) Forma: Art. 1462, p.1º CC: Se entenderá entregada la cosa vendida cuando se ponga en
poder y posesión del comprador. No obstante, la entrega real no es más que uno de los modos
de cumplir el vendedor con su obligación ya que el Código Civil admite formas espiritualizadas
de entrega, que son:

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- El otorgamiento de escritura pública. Art. 1462, p.2º CC: Cuando se haga la venta
mediante escritura pública, el otorgamiento de ésta equivaldrá a la entrega de la cosa
objeto del contrato, si de la misma escritura no resultare o se dedujere claramente lo
contrario.

Para su eficacia se requiere que el vendedor tenga la posesión en concepto de dueño,


siendo inoperante el hecho de que la cosa esté poseída por un tercer en virtud de una
relación jurídica con el vendedor, ya sea por arrendamiento, comodato...

La norma establece una equivalencia entre la escritura pública y la tradición, que sólo
puede destruirse por quien tenga interés demostrando que de la misma escritura resulta
claramente lo contrario, o se deduce esa consecuencia de ella. El juego de la presunción
no requiere una declaración expresa de las partes d que el otorgamiento de la escritura
equivale a la tradición. Si después de otorgar la escritura pública el vendedor continúa
poseyendo la cosa, lo hará sin ningún título, será un mero precarista.

- Si el objeto es un bien mueble, el Art. 1463 CC dispone: Fuera de los casos que expresa
el artículo precedente, la entrega de los bienes muebles se efectuará: por la entrega de
las llaves del lugar o sitio donde se hallan almacenados o guardados, y por el solo
acuerdo o conformidad de los contratantes, si la cosa vendida no puede trasladarse a
poder del comprador en el instante de la venta, o si éste la tenía ya en su poder por algún
otro motivo. Aunque esta ampliación de las formas se prevé para los muebles no parece
que haya inconveniente para extenderla también a los inmuebles.

- Regla especial del Art. 1464 CC para los bienes corporales que dispone que: Respecto de
los bienes incorporales, regirá lo dispuesto en el párrafo 2. º del artículo 1.462. En
cualquier otro caso en que éste no tenga aplicación se entenderá por entrega el hecho de
poner en poder del comprador los títulos de pertenencia, o el uso que haga de su derecho
el mismo comprador, consintiéndolo el vendedor. La norma es aplicable básicamente a
los derechos (Cesión de créditos contra tercero o constitución de un derecho real de
servidumbre de paso) y no se requiere aquí acuerdo o conformidad alguna para que la
entrega de los títulos de pertenencia o el uso del derecho, valga como traditio.

B) El pago del precio

Art. 1500 CC: El comprador está obligado a pagar el precio de la cosa vendida en el tiempo y lugar
fijado por el contrato.
Si no se hubieren fijado, deberá hacerse el pago en el tiempo y lugar en que se haga la entrega de la
cosa vendida (El cumplimiento debe de ser simultáneo).

El Código Civil parte del principio de que el precio aplazado no devenga intereses. Únicamente pone
a cargo del comprador la obligación de su abono en los siguientes casos:
1. Si se hubiera convenido.
2. Si la cosa vendida y entregada produce fruto o renta, por compensación al derecho de aquél de
hacerlo suyos (Art. 1095 CC).
3. Si se hubiere constituido en mora, con arreglo al Art. 1100 (Art. 1501 CC).

Según el Art. 1502 CC: Si el comprador fuere perturbado en la posesión o dominio de la cosa
adquirida, o tuviere fundado temor de serlo por una acción reivindicatoria o hipotecaria, podrá
suspender el pago del precio hasta que el vendedor haya hecho cesar la perturbación o el peligro, a

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no ser que afiance la devolución del precio en su caso, o se haya estipulado que, no obstante cualquiera
contingencia de aquella clase, el comprador estará obligado a verificar el pago. Saneamiento por
evicción.

Esta facultad de suspender el pago del precio indica que en la compraventa d la que parte el Art. 1502
CC, se ha aplazado total o fraccionariamente, pero el comprador ha recibido la cosa. Además sólo
podrá ejercitarse cuando se haya dirigido contra él acción reivindicatoria o tenga el temor fundado de
ser perturbado en el futuro por su ejercicio. Se exige que las causas de perturbación sean anteriores a
la venta y que la suspensión del pago del precio se comunique al vendedor pues ni puede ser indefinida
ni subsistir cuando ese vendedor afiance la devolución del precio, lo que no podría hacer si no se le
notificase el ejercicio de esta facultad suspensiva.

La suspensión del pago del precio la subordina la jurisprudencia a que la hipoteca o causa por la que
el tercero reivindique no hayan sido declaradas por el vendedor, pues si lo hubiera hecho el vendedor
no tiene que quejarse. Otra cuestión es si están inscritas en el Registro antes de la perfección de la venta
y el vendedor no las declara.

EL SANEAMIENTO

El saneamiento también es obligación del vendedor.

Art. 1461 CC: El vendedor está obligado a la entrega y saneamiento de la cosa objeto de la venta.

En cuanto al saneamiento:

Art. 1474 CC: En virtud del saneamiento a que se refiere el artículo 1.461, el vendedor responderá al
comprador:
1. De la posesión legal y pacífica de la cosa vendida.
2. De los vicios o defectos ocultos que tuviere.

A) La evicción

a) Definición y requisitos:

La obligación de responder por evicción deriva de la de responder de la posesión legal y pacífica de la


cosa entregada.

El concepto de evicción se encuentra en el Art. 1475, p.1º CC que dispone que: Tendrá lugar la
evicción cuando se prive al comprador, por sentencia firme y en virtud de un derecho anterior a la
compra, de todo o parte de la cosa comprada.
La privación ha de ser de todo o parte de la cosa y en virtud de un derecho anterior a la compra y debe
afectar a su derecho de dominio. Se excluye de este ámbito, la pérdida de la posesión por el ejercicio
de acciones posesorias.

El comprador tendrá derecho a exigir del vendedor el cumplimiento de la obligación de garantizarle la


posesión legal de la cosa que le entregó, lo que le obligará a éste a recuperarla del tercero y a indemnizar
daños y perjuicios, pero no podrá pedir la resolución porque no hay obstáculo que de una manera
definitiva impida el cumplimiento frustrando su interés.

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La privación total o parcial de la cosa es otro de los requisitos para la evicción.
En el Art. 1481 CC se dispone que: El vendedor estará obligado al saneamiento que corresponda,
siempre que resulte probado que se le notificó la demanda de evicción a instancia del comprador.
Faltando la notificación, el vendedor no estará obligado al saneamiento. Respecto a esto último, la
sentencia de 10 de mayo de 1966 también condena por evicción al vendedor, aunque no haya habido
notificación de la demanda, si estaba enterado de ella y proporciona al comprador los medios de defensa
o ataque contra el tercero, sin haber intervenido en el pleito.

La notificación de la demanda del vendedor ha de ser pedida por el comprador demandado al órgano
judicial dentro del periodo que señale para contestar a la demanda, con lo que se abre la posibilidad de
que el vendedor participe en el proceso. Si éste, citado de evicción, no comparece en tiempo y forma,
dice el Art. 1482 CC último párrafo: Si los citados de evicción no comparecieren en tiempo y forma,
continuará, respecto del comprador, el término para contestar a la demanda. Si el vendedor
compareciera, la sentencia no puede contener ningún pronunciamiento absolutorio o condenatorio para
él, que no es demandado, aunque quede vinculado por las declaraciones que en ella se hagan en el
posterior proceso que el comprador promoviera por evicción. La única consecuencia que puede tener
el vendedor es ser obligado a sanear a tenor del Art. 1475 CC. El obligador a la evicción es el vendedor
respecto de su comprador, aunque se discute si puede el comprador puede dirigir contra otro
transmitente anterior. La jurisprudencia responde negativamente salvo en los supuestos en que aquel
transmitente se haya obligado frente a su comprador a responder de evicción a los adquirentes
sucesivos, o el vendedor hay cedido expresamente su acción el que a él le transmitió.

b) Pactos sobre la obligación de sanear por evicción:

La obligación de responder de evicción no es esencial a la compraventa sino natural. De ahí que en el


Art. 1475, p. 3º CC: Los contratantes, sin embargo, podrán aumentar, disminuir o suprimir esta
obligación legal del vendedor. El aumento o la disminución puede referirse tanto al contenido de la
obligación como a la extensión de los supuesto en la evicción tendrá lugar. El aumento del contenido
debe verse como una cláusula penal, por ejemplo: se pacta que en lugar del precio actual de la cosa se
debe abonar al comprador el mayor que alcanzó desde la perfección de la compraventa hasta que tuvo
lugar la evicción.

El pacto de supresión de la responsabilidad por evicción, en el Código se denomina renuncia, no evita


que el vendedor responda del precio de la cosa al ocurrir, a no ser que el comprador hubiese hecho la
renuncia con conocimiento de los riesgos de la evicción y sometiéndose a sus consecuencias (Art. 1477
CC). Además la validez del pacto se subordina a que el vendedor sea de buena fe. Por lo tanto, se
distingue entre:
- La venta en la que se renuncia simplemente a la evicción.
- La venta en la que tal renuncia se hace con conocimiento de los riesgos de la evicción y
sometiéndose a sus consecuencias.

c) Contenido de la obligación del vendedor:

El artículo 1478 CC fija las consecuencias legales de la responsabilidad por evicción en el derecho del
comprador a exigir del vendedor los siguientes reembolsos:

Art. 1478 CC: Cuando se haya estipulado el saneamiento o cuando nada se haya pactado sobre este
punto, si la evicción se ha realizado, tendrá el comprador derecho a exigir del vendedor:
1. La restitución del precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la evicción, ya sea mayor o
menor que el de la venta.

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2. Los frutos o rendimientos, si se le hubiere condenado a entregarlos al que le haya vencido en
juicio. El CC se refiere en términos generales a las consecuencias de la liquidación del
estado posesorio entre actor y comprador demandado de evicción.
3. Las costas del pleito que haya motivado la evicción y, en su caso, las del seguido con el
vendedor para el saneamiento. Y ello aunque el vendedor haya comparecido en el primer
pleito para defender al comprador.
4. Los gastos del contrato, si los hubiese pagado el comprador.
5. Los daños e intereses (Indemnización de daños y perjuicios) y los gastos voluntarios o de
puro recreo u ornato, si se vendió de mala fe.

d) Evicción parcial

Si se pierde por la evicción parte de la cosa vendida que es importante en relación al todo, el
comprador podrá exigir la rescisión del contrato devolviendo la cosa sin más gravámenes que los
que tuviese al adquirirla. Se observará igualmente cuando se vendiesen dos o más cosas
conjuntamente por un precio alzado o particular para cada una de ellas si fuera claro que el
comprador no hubiera comprado la una sin la otra. La evicción parcial se encuentra dispuesta en el
Art. 1479 CC.

Art. 1479 CC: Si el comprador perdiere, por efecto de la evicción, una parte de la cosa vendida
de tal importancia con relación al todo que sin dicha parte no la hubiera comprado, podrá exigir
la rescisión del contrato; pero con la obligación de devolver la cosa sin más gravámenes que los
que tuviese al adquirirla.
Esto mismo se observará cuando se vendiesen dos o más cosas conjuntamente por un precio
alzado, o particular para cada una de ellas, si constase claramente que el comprador no habría
comprado la una sin la otra.

Esta normativa es una de las especialidades de evicción que llevará su correspondiente adaptación
de la normativa del Art. 1478 CC. La especialidad se encuentra en la acción concedida por el
Código Civil, que denomina impropiedad rescisoria, siendo así que debe ser anulatoria por error.
No obstante, otras opiniones la caracterizan de resolutoria, teniendo importancia sobre todo en
orden al plazo de ejercicio:
- Si se considera anulatoria → Art. 1301 CC → Plazo de 4 años
- Si se considera resolutoria → Art. 1964 CC → Plazo de 15 años

e) Duración

La acción del comprador contra el vendedor por razón de evicción tiene un plazo de ejercicio de
15 años, por lo que se aplicará el Art. 1964 CC.

f) La evicción en las ventas judiciales

El Código Civil, en el Art. 1489 CC admite expresamente el saneamiento por vicios ocultos, en
cuanto a la procedencia de la evicción guarda silencio. No obstante, la jurisprudencia es favorable
a esa admisibilidad al igual que la doctrina.

g) La evicción por hecho propio y personal del vendedor

No es admisible en nuestro sistema que el propio vendedor pueda perturbar la posesión legal y pacífica
del comprador. Ejemplo de ello es aquél que hubiera enajenad una cosa que no le pertenecía y después

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adquiere su propiedad, no pudiendo reivindicar al comprador. A parte del fundamento positivo del Art.
1475 CC que establece que el derecho tiene que ser anterior a la venta, la regla de la prohibición de ir
en contra de los actos propios (Derecho subjetivo), sancionará tal conducta.

B) Saneamiento por vicios ocultos

Art. 1484 CC, inciso primero: El vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos
que tuviere la cosa vendida, si la hacen impropia para el uso a que se la destina, o si disminuyen de
tal modo este uso que, de haberlos conocido el comprador, no la habría adquirido o habría dado
menos precio por ella;

Se trata de que la cosa sea inútil para el uso que motivo su adquisición, debiéndose entender que fue
comprada para aplicarla al uso más conforme con su naturaleza y con la actividad que realiza el
adquirente.

De la misma manera que el error, para que tenga trascendencia anulatoria, ha de ser excusable,
excluyendo el Art. 1484 la garantía por vicios ocultos:

Art. 1484 CC, inciso segundo: pero no será responsable de los defectos manifiestos o que estuvieren
a la vista, ni tampoco de los que no lo estén, si el comprador es un perito que, por razón de su oficio
o profesión, debía fácilmente conocerlos.

Art. 1485, p. 1º CC: El vendedor responde al comprador del saneamiento por los vicios o defectos
ocultos de la cosa vendida, aunque los ignorase.

a) Pacto sobre la obligación de responder por vicios ocultos.

Siempre que el vendedor los ignorase el Código Civil permite que se estipule lo contrario a la
responsabilidad por vicios ocultos.

Art. 1485, p. 2º CC: Esta disposición no regirá cuando se haya estipulado lo contrario, y el
vendedor ignorara los vicios o defectos ocultos de lo vendido.

La renuncia debe ser expresa.

b) Las acciones redhibitorias y quanti minoris.

Se recurre a lo dispuesto en el Art. 1486 CC.

Art. 1486 CC: En los casos de los dos artículos anteriores, el comprador podrá optar entre
desistir del contrato (Acción redhibitoria), abonándosele los gastos que pagó, o rebajar una
cantidad proporcional del precio, a juicio de peritos. (Acción quanti minoris)
Si el vendedor conocía los vicios o defectos ocultos de la cosa vendida y no los manifestó al
comprador, tendrá éste la misma opción y además se le indemnizará de los daños y perjuicios,
si optare por la rescisión. (Acción de daños y perjuicios)

En el Código Civil no hay ninguna presunción de conocimiento de los vicios de la cosa por
parte del propietario que la vende, sin embargo, debe admitirse que hay responsabilidad cuando
por arte y oficio debía conocerlos.

102
c) Perecimiento de la cosa efectuada de vicios ocultos
Cosa vendida perdida por vicios ocultos:

Art. 1487 CC: Si la cosa vendida se perdiere por efecto de los vicios ocultos, conociéndolos
el vendedor, sufrirá éste la pérdida, y deberá restituir el precio y abonar los gastos del contrato,
con los daños y perjuicios. Si no los conocía, debe sólo restituir el precio y abonar los gastos
del contrato que hubiese pagado el comprador.

Cosa vendida perdida por caso fortuito y no tiene lugar por efecto del vicio oculto:

Art. 1488 CC: Si la cosa vendida tenía algún vicio oculto al tiempo de la venta, y se pierde
después por caso fortuito o por culpa del comprador, podrá éste reclamar del vendedor el
precio que pagó, con la rebaja del valor que la cosa tenía al tiempo de perderse.
Si el vendedor obró de mala fe, deberá abonar al comprador los daños e intereses.

En el Art. 1488 CC se hace referencia a un vendedor de mala fe, mientras que en los artículos
precedentes (Art. 1486 CC y Art. 1487) se hace referencia a un vendedor que conoce los vicios
y no los manifiesta. Todos los artículos se refieren a un vendedor de mala fe.

d) Plazo de ejercicio de las acciones.


Art. 1490 CC: Las acciones que emanan de lo dispuesto en los cinco artículos precedentes se
extinguirán a los seis meses, contados desde la entrega de la cosa vendida.

Es debate en la jurisprudencia sobre si se trata de un plazo de caducidad o de prescripción,


aunque se inclinan por la estimación del plazo como un plazo de caducidad.

La cuestión del debate viene porque la acción redhibitoria es una alteración del orden jurídico,
por lo que encuadra más como un plazo de caducidad. Sin embargo, para las acciones
indemnizatorias de los artículos precedentes al 1490 parece evidente que se estimen como un
plazo de prescripción.

e) Otras acciones protectoras del comprador.


La específica de los vicios ocultos plantea la cuestión se di desplaza a otra normas que pudieran
aplicarse al mismo supuesto de hecho, problema de trascendencia práctica dado los términos
breves en que hay que ejercitar las acciones edilicias. Parece claro que un vicio oculto que tenga
las características del Art. 1484 es un caso de error sustancial, peor cabe pensar también que es
un contrato viciado de dolo, si el vendedor lo conoce o debía conocerlo y no lo manifestó o que
si el comprador compra una cosa viciosa, el vendedor cumple una prestación que no satisface
el interés que llevó al comprador a contratar lo que llevaría a legitimarle para el ejercicio de la
acción de resolución por incumplimiento.

Parece evidente que si la entrega de una cosa ha producido daños y perjuicios, tenga poder de
ejercitar una acción para conseguir su resarcimiento, además de las acciones edilicias.

La jurisprudencia del TS muestra una línea favorable de las acciones que nacen de un mismo
supuesto, aceptando las peticiones de los recurrentes que siempre hayan apoyado su demanda
en preceptos legales relativos al error, al dolo, al incumplimiento de obligaciones o al
resarcimiento de daños y perjuicios, huyendo de la disciplina propia de las acciones edilicias.
En este último punto, la jurisprudencia hace una aplicación generosa de la regla alliud pro alio,
según la cual está en el supuesto de entrega de cosa diversa y no ante un vicio de cosa cuando

103
existe pleno incumplimiento por ser inhábil el objeto, al no ser adecuado para el fin que se
destina.

f) Saneamiento en caso de venta de dos o más cosas conjuntamente y en el de venta judicial.


Art. 1491 CC: Vendiéndose dos o más animales (o cosas según el Art. 1492 CC) juntamente,
sea en un precio alzado, sea señalándolo a cada uno de ellos, el vicio redhibitorio de cada uno
dará solamente lugar a su redhibición, y no a la de los otros, a no ser que aparezca que el
comprador no habría comprado el sano o sanos sin el vicioso.

En las ventas judiciales hay lugar al saneamiento por vicios ocultos, pero nunca indemnización
de daños y perjuicios.
LAS GARANTÍAS DEL VENDEDOR

A) La resolución por pérdida de la cosa y del precio

Según el Art. 1503 CC, si el vendedor ha entregado la cosa y la prestación del comprado se ha
aplazado, aquél podrá promover inmediatamente la resolución del contrato en caso de que tuviere
motivo fundado para temer la pérdida de la cosa y del precio. Se trata de una excepción al Art. 1124
CC, ya que no existe incumplimiento del contrato, y se acciona para resolverlo basándose en un temor
fundado de que el comprador no va a cumplir y que la cosa no se va a restituir.

B) El pacto lex commisoria y la condición resolutoria expresa en la venta de bienes inmuebles

El pacto comisorio en la compraventa o condición resolutoria es una estipulación contractual por la


cual se acuerda que la falta de pago en los términos convenidos o en los plazos señalados, llevará de
pleno derecho la resolución de la venta. El pacto sólo será válido si hay una previsión de la falta de
cumplimiento de la obligación del pago del precio.

El comiso se refiere a la estipulación por que el vendedor se queda además con las cantidades que hasta
entonces haya pagado el comprador. El Art. 1504 CC sanciona la validez de este pacto en la venta de
bienes inmuebles:

Art. 1504 CC: En la venta de bienes inmuebles, aun cuando se hubiera estipulado que por falta de
pago del precio en el tiempo convenido tendrá lugar de pleno derecho la resolución del contrato
(resolución), el comprador podrá pagar, aun después de expirado el término, ínterin no haya sido
requerido judicialmente o por acta notarial. Hecho el requerimiento (De resolución), el Juez no podrá
concederle nuevo término. Es norma imperativa. No plazo de gracia.

El incumplimiento no determina automáticamente la resolución sino que es un presupuesto para que el


vendedor ejercite su derecho potestativo de resolución a través de requerimiento judicial o acta notarial.
Mediante el requerimiento lo que se exige al comprador es que se allane a resolver la obligación y que
no ponga obstáculos al modo de extinguirla. En el requerimiento puede concederse un plazo al
comprador para que pague bajo la condición de que si no lo hace el vínculo quedará resuelto.

Una vez que se haya hecho el requerimiento, el pago es extemporáneo y no evita la resolución. Hasta
entonces e comprador tiene la facultad de pagar. Otro efecto del requerimiento es la privación al juez
de la facultad de dar un nuevo plazo para cumplir (El plazo de gracia del Art. 1124 CC). La excepción
del Art. 1504 CC tiene su campo de aplicación en los supuestos en que el comprador no se allanase a
la pretensión de resolución del vendedor y hay que discutir si está fundamentada o no pues el Art. 1504

104
dispone que la resolución es de pleno derecho, teniendo la autoridad judicial que ver si ha habido
incumplimiento del comprador.

La conexión que hay entre el 1124 CC y el 1504 CC ha hecho que reiterada jurisprudencia requiera
que el vendedor que resuelve haya cumplido por su parte las obligaciones que le incumbían y que el
incumplimiento del comprador se califique como cualquier otro incumplimiento de cualquier otro
contrato de obligaciones recíprocas.

El pacto lex commisoria se inscribe en el Registro de la propiedad si expresamente se da a la falta de


pago del precio aplazado el carácter de condición resolutoria de la adquisición, siendo entonces
oponible en sus efectos a todo adquirente del comprador que ha inscrito su derecho.

Producida la resolución, los efectos sobre la situación jurídica se regulan por la voluntad de las partes,
y en su defecto o por insuficiencia por el Art. 1123 CC. En relación con los pactos de las partes suele
estipularse la pérdida por el comprador de todo lo que hasta entonces hubiese pagado o gran parte de
ello. La jurisprudencia considera que constituye una cláusula penal sujeta a la moderación por la
autoridad judicial en consonancia con el Art. 1504. Además, la resolución no puede perjudicar a
terceros de buena fe.

Por último, la facultad de pagar el comprador incluso fuera del plazo convenido la reconoce el Art.
1504 CC, aunque no haya pacto de resolución automática, sólo se extingue por requerimiento judicial
o notarial.

C) La resolución de la venta de bienes muebles

Art. 1505 CC: Respecto de los bienes muebles, la resolución de la venta tendrá lugar de pleno
derecho, en interés del vendedor, cuando el comprador, antes de vencer el término fijado para la
entrega de la cosa, no se haya presentado a recibirla, o, presentándose, no haya ofrecido al mismo
tiempo el precio, salvo que para el pago de éste se hubiese pactado mayor dilación.
Ejemplo: yo te tengo que entregar un ordenador, me acerco a tu casa y te digo toma el ordenador y tú
no me entregas el ordenador. Tiene que ser simultanea ya que no se ha fijado el término.

Es básico que se haya pactado un término para la entrega. Si el comprador se presenta a retirarla
adquiere en ese momento todo su vigor el principio de la ejecución simultánea.

La resolución opera en interés del vendedor, lo que se interpreta en el sentido de que puede optar por
la resolución o exigir el cumplimiento.

LA VENTA DEL MISMO OBJETO POR SU DUEÑO A DIFERENTES COMPRADORES

El Art. 1473 CC da las reglas para solucionar el conflicto que se presenta cuando la cosa ha sido vendida
a diferentes compradores por el mismo vendedor.

Art. 1473 CC: Si una misma cosa se hubiese vendido a diferentes compradores, la propiedad se
transferirá a la persona que primero haya tomado posesión de ella con buena fe, si fuere mueble.
Si fuere inmueble, la propiedad pertenecerá al adquirente que antes la haya inscrito en el Registro.

105
Cuando no haya inscripción, pertenecerá la propiedad a quien de buena fe sea primero en la posesión;
y, faltando ésta, a quien presente título de fecha más antigua, siempre que haya buena fe.

Sea cual sea el criterio que se elija, aquí lo fundamental es la buena fe significando aquí el
desconocimiento de que la cosa haya sido objeto de venta con anterioridad. No habrá buena fe si el
comprador conocía o tuvo los medios racionales y motivos suficientes para conocer, antes de la
perfección, que la cosa había sido objeto de un anterior contrato de compraventa.

El supuesto de hecho de este artículo es que se ha constituido la celebración dos o más contratos de
compraventa sobre un mismo objeto. La consecuencia jurídica es el establecimiento de unos criterios
para determinar quién es el propietario.

Si fuera un inmueble el propietario será el primero que lo haya inscrito en el Registro de la Propiedad.
El precepto lo único que exige es la inscripción y será el Art. 34 LH el que proteja su adquisición si se
diesen los requisitos señalados, pero todo ello no excluye que el comprador inscriba por primera vez y
sea el que adquiere la propiedad.

Si no hay inscripción el siguiente criterio subsidiario será la posesión y si falta ésta, la antigüedad de
los títulos. Que la antigüedad sea el último criterio se debe a que como advierte ALBADAJEJO no
por el hecho de que el título tenga fecha más antigua se adquiere la propiedad. Para ello, es necesaria
la entrega de la cosa, luego el precepto significa que ese comprador es el que tiene derecho a que se
efectúe a él.

La preferencia por razón de antigüedad en los títulos cabe aplicarla por analogía en las ventas
mobiliarias en defecto de posesión.

El comprador que en virtud de lo dispuesto en el Art. 1473 CC sea preterido podrá resolver el contrato
con fundamento en el Art. 1124 CC, por incumplimiento del vendedor con indemnización de daños y
perjuicios.

PLAZO DE RETRACTO

El pacto debe ser convenido al tiempo de la perfección del contrato de compraventa. El convenio
posterior de retransmisión de lo comprado es constitutivo de promesa de nueva venta con efectos
jurídicos diferentes.

El Art. 1508 trata la duración del pacto dentro del cual el vendedor debe ejercitar su derecho.
Art. 1508 CC: El derecho de que trata el artículo anterior durará, a falta de pacto expreso, cuatro
años contados desde la fecha del contrato.
En caso de estipulación, el plazo no podrá exceder de diez años.
Si se pactara un plazo mayor se debe dar lugar a la reducción de diez años, esto se traduce en que el
cumplimiento de la norma imperativa no requiere la nulidad total de la cláusula, sino su adecuación a
la misma. No hay prohibición de prórroga del lazo pactado que por su naturaleza exige que el plazo
inicial haya expirado, rigiendo también la limitación legal.

Se trata de un plazo de caducidad.

LAS COMPRAVENTAS A PRUEBA Y AD GUSTUM

106
Art. 1453 CC: La venta hecha a calidad de ensayo o prueba de la cosa vendida, y la venta de las
cosas que es costumbre gustar o probar antes de recibirlas, se presumirán hechas siempre bajo
condición suspensiva.

En las ventas de calidad de ensayo o prueba la condición no depende del libre querer del comprador.
Objetivamente, se comprueba su la cosa tiene o no las cualidades que han sido determinantes de la
compra. La condición es futura e incierta. Una vez que sea positiva, el comprador carece de la facultad
de desistir del contrato.

En las ventas ad gustum, la condición depende del libre querer del comprador. Con mejores argumentos
se ha sostenido, de acuerdo con los antecedentes históricos y con nuestro sistema de legislación, ha de
interpretarse de la siguiente manera: Si probada o gustada la cosa resultada ser de la calidad expresa o
tácitamente convenida. Posee un sentido objetivo la prueba o degustación no siendo admisible la
condición si placuerit, que de hecho viene a ser una condición puramente potestativa, prohibida por el
artículo 1115 CC, como señala DE CASTRO.

LA COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS. LA COMPRAVENTA DE


CONSUMO

Real Decreto Legislativo 1/2007: Texto Refundido de la Ley General de Defensa de los Consumidores
y Usuarios (TRLGDCU)

Art. 21 TRLGDCU: Régimen de comprobación y servicios de atención al cliente

La devolución del precio del producto habrá de ser total en el caso de falta de conformidad del
producto con el contrato, en los términos previstos en el título V del libro II.

Art. 59 TRLGDCU: Ámbito de aplicación

1. Son contratos con consumidores y usuarios los realizados entre un consumidor o un usuario y
un empresario.
2. Los contratos con consumidores y usuarios se regirán, en todo lo que no esté expresamente
establecido en esta norma o en leyes especiales, por el derecho común aplicable a los contratos.

Art. 59 bis TRLGDCU: Definiciones

1. A los efectos de este libro se entenderá por:


1. "contrato de venta": todo contrato en virtud del cual el empresario transmita o se comprometa
a transmitir a un consumidor la propiedad de ciertos bienes y el consumidor pague o se
comprometa a pagar su precio, incluido cualquier contrato cuyo objeto esté constituido a la
vez por bienes y servicios.
2. A los efectos de este libro, título I, capítulo I, artículos 66 bis y 66 ter y del título III, se
consideran bienes a las cosas muebles corporales, excepto los vendidos por la autoridad
correspondiente tras un embargo u otra medida similar. El agua, el gas y la electricidad se
considerarán "bienes" cuando estén envasados para su comercialización en un volumen
delimitado o en cantidades determinadas.

107
Art. 66 bis TRLGDCU: Entrega de los bienes comprados mediante un contrato de venta

1. Salvo que las partes acuerden otra cosa, el empresario entregará los bienes mediante la
transmisión de su posesión material o control al consumidor y usuario, sin ninguna demora
indebida y en un plazo máximo de 30 días naturales a partir de la celebración del contrato.

2. Si el empresario no cumple su obligación de entrega, el consumidor y usuario lo emplazará para


que cumpla en un plazo adicional adecuado a las circunstancias. Si el empresario no hace entrega
de los bienes en dicho plazo adicional, el consumidor y usuario tendrá derecho a resolver el
contrato.

Lo dispuesto en este apartado no será aplicable cuando el empresario haya rechazado entregar
los bienes o el plazo de entrega sea esencial a la vista de todas las circunstancias que concurran
en su celebración o cuando el consumidor y usuario informe al empresario, antes de la celebración
del contrato, de que es esencial la entrega antes de una fecha determinada o en una fecha
determinada. En tales casos, si el empresario no cumple su obligación de entrega de los bienes en
el plazo acordado con el consumidor y usuario, o en el plazo fijado en el apartado 1, el consumidor
y usuario tendrá derecho a resolver el contrato de inmediato.

Art. 114 TRLGDCU: Principios generales.

El vendedor está obligado a entregar al consumidor y usuario productos que sean conformes con el
contrato, respondiendo frente a él de cualquier falta de conformidad que exista en el momento de la
entrega del producto.

Art. 116 TRLGDCU: Conformidad de los productos con el contrato. Falta de conformidad.

1. Salvo prueba en contrario, se entenderá que los productos son conformes con el contrato
siempre que cumplan todos los requisitos que se expresan a continuación, salvo que por las
circunstancias del caso alguno de ellos no resulte aplicable:

a) Se ajusten a la descripción realizada por el vendedor y posean las cualidades del producto
que el vendedor haya presentado al consumidor y usuario en forma de muestra o modelo.
b) Sean aptos para los usos a que ordinariamente se destinen los productos del mismo tipo.
c) Sean aptos para cualquier uso especial requerido por el consumidor y usuario cuando lo
haya puesto en conocimiento del vendedor en el momento de celebración del contrato,
siempre que éste haya admitido que el producto es apto para dicho uso. (Quiero un turismo,
pero cargaré ciertas mercancías)
d) Presenten la calidad y prestaciones habituales de un producto del mismo tipo que el
consumidor y usuario pueda fundadamente esperar, habida cuenta de la naturaleza del
producto y, en su caso, de las declaraciones públicas sobre las características concretas
de los productos hechas por el vendedor, el productor o su representante, en particular en
la publicidad o en el etiquetado. Excepciones: 1. El vendedor no quedará obligado por
tales declaraciones públicas si demuestra que desconocía y no cabía razonablemente
esperar que conociera la declaración en cuestión, 2. que dicha declaración había sido

108
corregida en el momento de celebración del contrato o 3. que dicha declaración no pudo
influir en la decisión de comprar el producto.

2. La falta de conformidad que resulte de una incorrecta instalación del producto se equiparará
a la falta de conformidad del producto: 1. cuando la instalación esté incluida en el contrato de
compraventa o suministro regulados en el artículo 115.1 y haya sido realizada por el vendedor
o bajo su responsabilidad, 2. o por el consumidor y usuario cuando la instalación defectuosa
se deba a un error en las instrucciones de instalación.
3. No habrá lugar a responsabilidad por faltas de conformidad que el consumidor y usuario
conociera o no hubiera podido fundadamente ignorar en el momento de la celebración del
contrato o que tengan su origen en materiales suministrados por el consumidor y usuario.

Art. 117 TRLGDCU: Incompatibilidad de acciones

El ejercicio de las acciones que contempla este título será incompatible con el ejercicio de las acciones
derivadas del saneamiento por vicios ocultos de la compraventa.

En todo caso, el consumidor y usuario tendrá derecho, de acuerdo con la legislación civil y mercantil,
a ser indemnizado por los daños y perjuicios derivados de la falta de conformidad.

Art.118 TRLGDCU: Responsabilidad del vendedor y derechos del consumidor y usuario.


Remedios jerarquizados.

El consumidor y usuario tiene derecho a (cumplimiento) la reparación del producto, a su sustitución,


a la rebaja del precio o a la resolución del contrato, de acuerdo con lo previsto en este título.

Art.119 TRLGDCU: Reparación y sustitución del producto

1. Si el producto no fuera conforme con el contrato, el consumidor y usuario podrá optar entre
exigir la reparación o la sustitución del producto, salvo que una de estas dos opciones resulte
objetivamente imposible o desproporcionada.
2. Se considerará desproporcionada la forma de saneamiento (subsanación) que en comparación
con la otra, imponga al vendedor costes que no sean razonables, teniendo en cuenta el valor
que tendría el producto si no hubiera falta de conformidad, la relevancia de la falta de
conformidad y si la forma de saneamiento alternativa se pudiese realizar sin inconvenientes
mayores para el consumidor y usuario.

Para determinar si los costes no son razonables, los gastos correspondientes a una forma de
saneamiento deben ser, además, considerablemente más elevados que los gastos
correspondientes a la otra forma de saneamiento.

Art. 120 TRLGDCU: Régimen jurídico de la reparación o sustitución del producto

La reparación y la sustitución se ajustarán a las siguientes reglas:

109
a) Serán gratuitas para el consumidor y usuario. Dicha gratuidad comprenderá los gastos
necesarios realizados para subsanar la falta de conformidad de los productos con el contrato,
especialmente los gastos de envío, así como los costes relacionados con la mano de obra y los
materiales.
b) Deberán llevarse a cabo en un plazo razonable y sin mayores inconvenientes para el
consumidor y usuario, habida cuenta de la naturaleza de los productos y de la finalidad que
tuvieran para el consumidor y usuario.
d) Si concluida la reparación y entregado el producto, éste sigue siendo no conforme con el
contrato, el consumidor y usuario podrá exigir la sustitución del producto, salvo que esta
opción resulte desproporcionada, la rebaja del precio o la resolución del contrato en los
términos previstos en este capítulo.
f) Si la sustitución no lograra poner el producto en conformidad con el contrato, el consumidor
y usuario podrá exigir la reparación del producto, salvo que esta opción resulte
desproporcionada, la rebaja del precio o la resolución del contrato en los términos previstos
en este capítulo.
g) El consumidor y usuario no podrá exigir la sustitución en el caso de productos no fungibles, ni
tampoco cuando se trate de productos de segunda mano.

Art.121 TRLGDCU: Rebaja del precio y resolución del contrato

La rebaja del precio y la resolución del contrato procederán, a elección del consumidor y usuario,
cuando éste no pudiera exigir la reparación o la sustitución y en los casos en que éstas no se hubieran
llevado a cabo en plazo razonable o sin mayores inconvenientes para el consumidor y usuario. La
resolución no procederá cuando la falta de conformidad sea de escasa importancia.

Art. 122 TRLGDCU: Criterios para la rebaja del precio

La rebaja del precio será proporcional a la diferencia existente entre el valor que el producto hubiera
tenido en el momento de la entrega de haber sido conforme con el contrato y el valor que el producto
efectivamente entregado tenía en el momento de dicha entrega.

Art. 123 TRLGDCU: Plazos

1. El vendedor responde de las faltas de conformidad que se manifiesten en un plazo de dos años
desde la entrega. En los productos de segunda mano, el vendedor y el consumidor y usuario
podrán pactar un plazo menor, que no podrá ser inferior a un año desde la entrega. Plazo de
garantía.

Salvo prueba en contrario, se presumirá que las faltas de conformidad que se manifiesten en
los seis meses posteriores a la entrega del producto, sea éste nuevo o de segunda mano, ya
existían cuando la cosa se entregó, excepto cuando esta presunción sea incompatible con la
naturaleza del producto o la índole de la falta de conformidad.

4. La acción para reclamar el cumplimiento de lo previsto en el capítulo II de este título


prescribirá a los tres años desde la entrega del producto.
5. El consumidor y usuario deberá informar al vendedor de la falta de conformidad en el plazo
de dos meses desde que tuvo conocimiento de ella. El incumplimiento de dicho plazo no

110
supondrá la pérdida del derecho al saneamiento que corresponda, siendo responsable el
consumidor y usuario, no obstante, de los daños o perjuicios efectivamente ocasionados por el
retraso en la comunicación.

Salvo prueba en contrario, se entenderá que la comunicación del consumidor y usuario ha tenido
lugar dentro del plazo establecido.

Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías,
hecha en Viena el 11 de abril de 1980 (CISG)

Art. 35 CISG:
1) El vendedor deberá entregar mercaderías cuya cantidad, calidad y tipo correspondan a los
estipulados en el contrato y que estén envasadas o embaladas en la forma fijada por el contrato.
2) Salvo que las partes hayan pactado otra cosa, las mercaderías no serán conformes al contrato a
menos:
a) que sean aptas para los usos a que ordinariamente se destinen mercaderías del mismo tipo;
b) que sean aptas para cualquier uso especial que expresa o tácitamente se haya hecho saber al
vendedor en el momento de la celebración del contrato, salvo que de las circunstancias
resulte que el comprador no confió, o no era razonable que confiara, en la competencia y el
juicio del vendedor;
c) que posean las cualidades de la muestra o modelo que el vendedor haya presentado al
comprador;
d) que estén envasadas o embaladas en la forma habitual para tales mercaderías o, si no existe
tal forma, de una forma adecuada para conservarlas y protegerlas.
3) El vendedor no será responsable, en virtud de los apartados a) a d) del párrafo precedente, de
ninguna falta de conformidad de las mercaderías que el comprador conociera o no hubiera podido
ignorar en el momento de la celebración del contrato.

COMPRAVENTA CON PACTO DE RETRO. (RETRACTO CONVENCIONAL)

Art. 1507 CC: Tendrá lugar el retracto convencional cuando el vendedor se reserve el derecho de
recuperar la cosa vendida, con obligación de cumplir lo expresado en el artículo 1.518 y lo demás que
se hubiese pactado.

Art. 1508 CC: El derecho de que trata el artículo anterior durará, a falta de pacto expreso, cuatro
años contados desde la fecha del contrato.
En caso de estipulación, el plazo no podrá exceder de diez años. Si el plazo excede los 10 años, será
nulo

Art. 1509 CC: Si el vendedor no cumple lo prescrito en el artículo 1.518, el comprador adquirirá
irrevocablemente el dominio de la cosa vendida.

Art. 1518 CC: El vendedor no podrá hacer uso del derecho de retracto sin reembolsar al comprador
el precio de la venta, y además:
1. Los gastos del contrato y cualquier otro pago legítimo hecho para la venta.
2. Los gastos necesarios y útiles hechos en la cosa vendida.

111
LA VENTA DE BIENES MUEBLES A PLAZOS. EL LEASING.

Ley 28/1998 de 13 de julio sobre la venta a plazos de bienes muebles (LVBM)

Art. 1 LVBM: Ámbito de aplicación


1. La presente Ley tiene por objeto la regulación de los contratos de venta a plazos de bienes muebles
corporales no consumibles e identificables, de los contratos de préstamo destinados a facilitar su
adquisición y de las garantías que se constituyan para asegurar el cumplimiento de las obligaciones
nacidas de los mismos.
2. A los efectos de esta Ley, se considerarán bienes identificables todos aquellos en los que conste la
marca y número de serie o fabricación de forma indeleble o inseparable en una o varias de sus partes
fundamentales, o que tengan alguna característica distintiva que excluya razonablemente su confusión
con otros bienes.

Art. 3, p.1º LVBM: Definición del contrato de venta a plazos.


A los efectos de esta Ley, se entenderá por venta a plazos el contrato mediante el cual una de las partes
entrega a la otra una cosa mueble corporal y ésta se obliga a pagar por ella un precio cierto de forma
total o parcialmente aplazada en tiempo superior a tres meses desde la perfección del mismo.

Art. 7 LVBM: Contenido del contrato.


Los contratos sometidos a la presente Ley, además de los pactos y cláusulas que las partes libremente
estipulen, contendrán con carácter obligatorio las circunstancias siguientes:
10. La cláusula de reserva de dominio, si así se pactara, así como el derecho de cesión de la misma o
cualquier otra garantía de las previstas y reguladas en el ordenamiento jurídico.
11. La prohibición de enajenar o de realizar cualquier otro acto de disposición en tanto no se haya
pagado la totalidad del precio o reembolsado el préstamo, sin la autorización por escrito del vendedor
o, en su caso, del financiador.

Reserva de dominio: no es propietario el comprador hasta que no pague la totalidad del precio de la
cosa por lo que la entrega no le convierte en ello. Es algo pactado.
Art. 11 LVBM: Facultad moderadora de Jueces y Tribunales.
Los Jueces y Tribunales, con carácter excepcional y por justas causas apreciadas discrecionalmente,
tales como desgracias familiares, paro, accidentes de trabajo, larga enfermedad u otros infortunios,
podrán señalar nuevos plazos o alterar los convenidos, determinando, en su caso, el recargo en el
precio por los nuevos aplazamientos de pago.
Igualmente, tendrán facultades moderadoras de las cláusulas penales pactadas para el caso de pago
anticipado o incumplimiento por parte del comprador.

Art. 14 LVBM: Cláusulas ineficaces.


Se tendrán por no puestos los pactos, cláusulas y condiciones de los contratos regulados en la presente
Ley que fuesen contrarios a sus preceptos o se dirijan a eludir su cumplimiento.

11.2 LA PERMUTA

CONCEPTO Y RÉGIMEN JURÍDICO

Art. 1446 CC: Si el precio de la venta consistiera parte en dinero y parte en otra cosa, se calificará
el contrato por la intención manifiesta de los contratantes. No constando ésta, se tendrá por permuta,

112
si el valor de la cosa dada en parte del precio excede al del dinero o su equivalente; y por venta en el
caso contrario.

Art. 1538 CC: La permuta es un contrato por el cual cada uno de los contratantes se obliga a dar una
cosa para recibir otra.

Art. 1538 CC: En todo lo que no se halle especialmente determinado en este título, la permuta se
regirá por las disposiciones concernientes a la venta.

113
114
TEMA 12: LA DONACIÓN
12.1 CONCEPTO

Art. 618 CC: La donación es un acto de liberalidad por el cual una persona dispone gratuitamente
de una cosa en favor de otra, que la acepta.

La donación se tipifica y se sitúa dentro del ordenamiento jurídico como un contrato que presenta las
siguientes notas, que parecen sinónimos pero que plantean problemas de delimitación:
- Es un acto de liberalidad.
- Es un acto gratuito.
- Es un acto dispositivo aceptado por el donatario.

La donación es ante todo un acto gratuito porque quien la realiza no recibe a cambio ninguna
contraprestación. Esta categoría de gratuito no se circunscribe a la donación ya que el contrato de
mandato es normalmente gratuito y el comodato es esencialmente gratuito. Tampoco existe
inconveniente para que sea gratuito el contrato de depósito. Con esto lo que se quiere decir es que hay
que separar el concepto de contrato gratuito del donación.

La donación es un acto por el cual se lleva a cabo una disposición. SAVIGNY vio la esencia de la
donación en un empobrecimiento del patrimonio de donante por la salida del activo de su patrimonio
de un bien o derecho y un correlativo enriquecimiento del patrimonio del donatario.

Por otro lado, la calificación de la donación como una liberalidad suscita dificultades, siendo la
donación un contrato gratuito. La diferencia entre ambas características parece dad por el hecho de que
la gratuidad se mide siempre de forma objetiva, mientras que la liberalidad exige una especial intención
o ánimo, el animus donandi o ánimo liberal. Este factor subjetivo tiene una amplia tradición histórica
y la jurisprudencia lo que recoge, pero DÍEZ- PICAZO Y GULLÓN creen que el animus donandi no
es más que el genérico consentimiento que se exige para todo negocio jurídico, y ello con
independencia de los motivos internos que movieron al agente. La donación puede hacerse por
generosidad, vanidad... pero siempre que exista la intención de determinar con el negocio jurídico un
enriquecimiento en otra persona, hay ánimo de donación. Los impulsos que pueda tener el donante no
tienen relevancia jurídica a no ser que se haya elevado a la categoría de causa. No se puede decir que
la donación exige un ánimo de liberalidad si con ello se quiere indicar generosidad o desinterés. Los
negocios gratuitos son jurídicamente donaciones, siempre que en ellas exista el consentimiento para
realizarlas.

12.2 NATURALEZA JURÍDICA DE LA DONACIÓN

Art. 619 CC: Es también donación la que se hace a una persona por sus méritos o por los servicios
prestados al donante (remuneratoria), siempre que no constituyan deudas exigibles, o aquella en que
se impone al donatario un gravamen inferior al valor de lo donado (onerosa).

La donación es un modo de adquirir el dominio, separado de aquellos supuestos en los que también se
adquiere como consecuencias de algunos contratos a los que les sigue la traditio.

La donación es un negocio de disposición que efectúa directa o indirectamente un desplazamiento


patrimonial si se hace con las formas y las solemnidades legales, y no un negocio del que surgiría para
el donatario el derecho a exigir el cumplimiento de la obligación de entrega al donante.

115
Su perfección hace que el donatario adquiera la propiedad de la cosa donada, y si no se ha entregado,
el donante está obligado a ello en virtud del dominio ya transferido al donatario.

En el Art. 618 CC se demuestra que el legislador contempla la donación en el momento en el que se


efectúa disponiendo el donante de algo propio. Al caracterizarlo como acto, parece acentuar la
separación de la donación de la órbita propia de los contratos como meros títulos hábiles para transferir
el dominio.

Por lo tanto, esta definición corresponde a una donación traditoria o traslativa en cuya virtud el donante
no se obliga a transmitir sino que la transmite la cosa donada de forma efectiva e inmediata.

Por último, no hay abstracto inconveniente en que se dé una donación obligacional, ya que la definición
de contrato del Art. 1254 CC es amplia y posible que surja la obligación para una de las partes y se
funde aquél en una causa de liberalidad, que es de las que el Art. 1274 CC considera hábiles para ello.
El hecho del que el Código Civil regule la donación traslativa no puede interpretarse como que no
admite la donación obligaciones porque en el Art. 1340 CC y en el Art. 1363 CC se dan validez y
eficacia a las promesas de donación.

La donación obligacional originará la obligación de que el donante efectúe la traditio para que adquiera
la propiedad el donatario pero estando sometida a las reglas imperativas de forma.

OBJETO Y LÍMITES DE LA DONACIÓN

Art. 634 CC: La donación podrá comprender todos los bienes presentes del donante, o parte de ellos,
con tal que éste se reserve, en plena propiedad o en usufructo, lo necesario para vivir en un estado
correspondiente a sus circunstancias.

Art. 635 CC: La donación no podrá comprender los bienes futuros.


Por bienes futuros se entienden aquellos de que el donante no puede disponer al tiempo de la donación.

GARCÍA GOYENA circunscribía la prohibición de donar bienes futuros a los que el donante tendrá
en tal época o dejará al morir, es decir, se trataban de bienes inconcretos o indeterminados. Respecto
de los bienes específicos la prohibición es coherente con la regulación legal de la donación, que
transfiere la propiedad de lo donado desde que se dispone y se acepta, no pudiendo ser de bienes
futuros.

Uno de los límites que impone el Código Civil sobre el objeto de la donación se encuentra en el Art.
634 CC que exige una reserva de bienes (alimentar, dar habitación...) por lo que no se cumplirá la
exigencia legal si se donan todos los presentes. La donación en lo que traspase aquel límite será nula.

FORMA DE LA DONACIÓN

La donación es un negocio sujeto a determinadas formalidades que son distintas en el régimen del
Código Civil según se traten de:

Art. 632 CC: Bienes muebles: La donación de cosa mueble podrá hacerse verbalmente o por escrito.
La verbal requiere la entrega simultánea de la cosa donada. Faltando este requisito, no surtirá efecto
si no se hace por escrito y consta en la misma forma la aceptación.

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Art. 633 CC: Bienes inmuebles: Para que sea válida la donación de cosa inmueble, ha de hacerse
en escritura pública, expresándose en ella individualmente los bienes donados y el valor de las cargas
que deba satisfacer el donatario
La aceptación podrá hacerse en la misma escritura de donación o en otra separada; pero no surtirá
efecto si no se hiciese en vida del donante (fecha de caducidad, muerte del donante).
Hecha en escritura separada, deberá notificarse la aceptación en forma auténtica (por conducto
notarial) al donante, y se anotará esta diligencia en ambas escrituras.

…el valor de las cargas que deba satisfacer el donatario: se refiere a la donación modal, te dono este
Castillo con el modo o la carga de que levantes una estatua en mi nombre.
Foman abs absustancia o absolenitatem CONTRATO FORMAL.
Dos escrituras públicas, la aceptación del donante y la aceptación del donatario.
Ha de hacerse en escritura pública para que sea válida, expresándose individualmente lo bienes donados
y el valor de las cargas (Obligaciones que pacten a su cargo) que deba satisfacer el donatario. La
aceptación podrá hacerse en la misma escritura pública o en otra separada. Si se hace separada tendrá
que notificarse la aceptación en forma auténtica al donante y hacerse en vida del mismo.

EFECTOS DE LA DONACIÓN

El efecto típico de la donación reside en el empobrecimiento del donante y en el correlativo


enriquecimiento del donatario que ha de ser aceptado, pues nadie puede enriquecerse sin quererlo. A
parte de este efecto se dan otros:

1. Inexistencia de la obligación de responder por evicción, pero el Art. 638 CC dispone: El


donatario se subroga en todos los derechos y acciones que en caso de evicción corresponderían
al donante (Subrogación ex lege). Éste, en cambio, no queda obligado al saneamiento de las
cosas donadas, salvo si la donación fuere onerosa, en cuyo caso responderá el donante de la
evicción hasta la concurrencia del gravamen.

Yo te dono 100 pero te impongo un modo de 10, ¿te dono 100 o 90? 90. Por ello, en caso de
evicción (llega un tercero y le quita la donación) podrá exigir al donante los 10 del gravamen
de la carga.
El fundamento de esta irresponsabilidad se encuentra en el carácter gratuito de la adquisición
del donatario, por lo que además de la evicción hay que comprender los vicios ocultos. Tanto
en un caso como en otro si se han producido daños al donatario conociendo el donante las
causas de la evicción o los vicios ocultos sin comunicárselos al donatario, deberá repararlos.

2. Inexistencia del derecho de acrecer. El Art. 637, p.1º CC: Cuando la donación hubiere sido
hecha a varias personas conjuntamente, se entenderá por partes iguales; y no se dará entre
ellas el derecho de acrecer, si el donante no hubiese dispuesto otra cosa.
Acrecer: no se le puede dar a la parte que ha aceptado la parte del que ha rechazado.
La regulación del derecho de acrecer en la donación obliga a remitirse a las normas del derecho
sucesorio, en el que posee un campo de aplicación propio. Por los supuestos sucesorios no
aplicables a un negocio jurídico inter vivos, se ha de entender que, en caso de que alguno de los
donatarios no quiera, el acrecimiento a los demás de su parte se excluye en principio. En el Art.
637, p.1º CC se encuentra la excepción al primer párrafo, que establece que: Se exceptúan de
esta disposición las donaciones hechas conjuntamente a ambos cónyuges, entre los cuales
tendrá lugar aquel derecho, si el donante no hubiese dispuesto lo contrario. (Lo mismo con las
parejas de hecho).

117
Si la donación se hubiera hecho a varias personas y el donante ha asignado partes iguales,
también regirá el Art. 637 C, porque da igual que fuese conjunta sin esa asignación. Lo decisivo
aquí es que las partes sean iguales, pues partes siempre hay en el momento en el que concurran
sobre una misma titularidad. El legislador considera que se ha hecho una donación de esas
partes, y que no son partes que salen de la propia concurrencia.

3. Inexistencia de la obligación de pagar las deudas del donante. Para que el donatario se
encuentre obligado debe ser estipulado expresamente. Si se hubiera hecho y no se hubiera
especificado más, sólo se entenderá que queda obligado a pagar las que aparezcan como
contraídas antes de la donación. Se regula en el Art. 642 CC: Si la donación se hubiere hecho
imponiendo al donatario la obligación de pagar las deudas del donante, como la cláusula no
contenga otra declaración, sólo se entenderá aquél obligado a pagar las que apareciesen
contraídas antes.
La donación será una donación con carga, la cual consistirá en la obligación de reembolsar al
donante lo que hubiese satisfecho sin que cambien de titular pasivo. La asunción de deuda
requiere el consentimiento expreso o tácito de los acreedores.

Si no hubiera estipulación al respecto o si se hubiera hecho en fraude de acreedores el Art. 643


CC dispone que: No mediando estipulación respecto al pago de deudas, sólo responderá de
ellas el donatario cuando la donación se haya hecho en fraude de los acreedores.
Se presumirá siempre hecha la donación en fraude de los acreedores cuando al hacerla no se
haya reservado el donante bienes bastantes para pagar las deudas anteriores a ella.

Esta presunción no excluye que existan otros supuestos en los que se oculte un fraude, pero ahí
la diferencia, tendrá que probarlo quien lo alega.
Es discutible lo que significa responsabilidad del donatario. DÍEZ-PICAZO Y GULLÓN creen
que la donación fraudulenta autoriza a los acreedores a solicitar su rescisión con lo que la
garantía del deudor (Que también es donante) se aumenta al reintegrar en su patrimonio los
bienes objeto de la donación. Se encuentran legitimados solamente los acreedores anteriores a
la donación y no los posteriores porque cuando estos últimos contrataron con el donante-deudor,
éste ya tenía disminuido su patrimonio. Esta interpretación es coherente con la normativa de la
rescisión en fraude de acreedores y menos perjudicial para los acreedores que si se estimase el
Art. 643 CC como una excepción dicho régimen, imponiendo al donatario el deber de pagar y
estableciendo en consecuencia una asunción ex lege de las deudas sin consentimiento de los
acreedores, pudiendo concurrir entonces con los propios del donatario con el riesgo de que su
patrimonio sea insuficiente.

4. Deber de gratitud. Art. 648 CC: También podrá ser revocada la donación, a instancia del
donante, por causa de ingratitud en los casos siguientes:
1.º Si el donatario cometiere algún delito contra la persona, el honor o los bienes del donante.
2.º Si el donatario imputare al donante alguno de los delitos que dan lugar a procedimientos
de oficio o acusación pública, aunque lo pruebe; a menos que el delito se hubiese cometido
contra el mismo donatario, su cónyuge o los hijos constituidos bajo su autoridad.
3.º Si le niega indebidamente los alimentos.
El donatario tiene respecto el donante un deber lógico de gratitud, cuyo cumplimiento faculta
en ciertas hipótesis la revocación de la donación.
DONACIÓN REMUNERATORIA

El Art. 622 CC alude a las donaciones remuneratorias pero no da una definición específica de ellas.
No obstante se interpreta que es el Art. 619 CC el que lo hace cuando dice que es también donación

118
la que hace a una persona por sus méritos o por los servicios prestados al donante, siempre que no
constituya deudas exigibles. No obstante, la donación por méritos del donatario no es más que una
donación simple y ordinaria que lleva al donante a tener el animus donandi por los méritos del
donatario. La donación remuneratoria es la que se hace por los servicios prestados del donante.

Estos servicios no han de constituir deudas exigibles porque el donatario renuncia a su pago o porque
no tenía derecho a cobrarlos o porque fueron inestimables.
El motivo de la donación es recompensarlos. Forman parte del animus donandi para formar la causa
de la donación, no quedan fuera como en cualquier otra y se recurre al Art. 1274 CC en el que se
distingue la causa remuneratoria como distinta de la causa de liberalidad y de la onerosa.

La causa remuneratoria es tomada del Proyecto de 1851 y GARCÍA GOYENA afirma que los contratos
remuneratorios se reputan onerosos, seguramente pensando en un convenio por el que lo dado o
prometido se entiende como pago de servicios.

LIBERALIDADES DE USO

Es un hecho que muchas veces el enriquecimiento del donatario y el correlativo empobrecimiento del
donante obedece al cumplimiento de las normas impuestas por los usos sociales. Se da siempre el efecto
propio de la donación y lo que ocurre es que el uso social sería la fuente de regulación de la liberalidad,
ya que el sometimiento rígido a las normas de la donación legales daría lugar a una lucha con la
conciencia social. En su conformidad a los usos está la garantía de que no se concierta en perjuicio de
quien lo cumple o de terceros.

REVOCACIÓN DE LAS DONACIONES

Art. 644 CC: Toda donación entre vivos, hecha por persona que no tenga hijos ni descendientes, será
revocable por el mero hecho de ocurrir cualquiera de los casos siguientes:
1.° Que el donante tenga, después de la donación, hijos, aunque sean póstumos.
2.° Que resulte vivo el hijo del donante que éste reputaba muerto cuando hizo la donación.

Art. 647 CC: La donación será revocada a instancia del donante, cuando el donatario haya dejado
de cumplir alguna de las condiciones (obligaciones) que aquél le impuso.

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TEMA 13: EL ARRENDAMIENTO DE COSAS

13.1 EL RÉGIMEN DEL CÓDIGO CIVIL

CONCEPCIÓN UNITARIA DE LOS ARRENDAMIENTOS Y SU CRÍTICA

El CC en su Título VI del Libro IV regula el contrato de arrendamiento y empieza con una serie de
disposiciones generales, que comienzan con lo que dispone el Art. 1542 CC: El arrendamiento puede
ser de cosas, o de obras o servicios. En los siguientes artículos se limita a definir cada uno de ellos.
Esta forma unitaria de configurar el arrendamiento es puramente formal y falta toda razón de unidad
entre los contratos que hacen referencia a cosas, obras y servicios, pues estas disposiciones son meros
intentos de definición, sin que haya una norma común en ellos. Esto ha llevado a que la doctrina
moderna distinga tres tipos contractuales independientes de arrendamiento y prescinde de la artificial
unificación.

CONCEPTO Y CARACTERES DEL ARRENDAMIENTO DE COSAS

Art. 1543 CC: En el arrendamiento de cosas, una de las partes se obliga a dar a la otra el goce o uso
de una cosa por tiempo determinado y precio cierto. Características esenciales: duración temporal y
precio cierto.

Art. 1546 CC: Se llama arrendador al que se obliga a ceder el uso de la cosa, ejecutar la obra o
prestar el servicio, y arrendatario al que adquiere el uso de la cosa o el derecho a la obra o servicio
que se obliga a pagar.

Es un contrato consensual que se perfecciona por el mero consentimiento, creador de obligaciones


recíprocas o sinalagmáticas y de tracto sucesivo por extenderse su ejecución durante un período de
tiempo.

El Código Civil no regula específicamente el arrendamiento de cosas sino el de fincas rústicas y


urbanas, pues se estimaban como las más importantes. Actualmente, estos arrendamientos están
regulados en leyes especiales, pero no parece haber inconveniente en aplicar la normativa del CC al
resto de arrendamiento de cosas

OBJETO DEL ARRENDAMIENTO

Art. 1545 CC: Los bienes fungibles que se consumen con el uso no pueden ser materia de este
contrato.
A parte de arrendar toda la cosa, en algunos casos se admiten los arrendamientos parciales: te alquilo
media hectárea o 4 habitaciones de mi casa. Además, puedo arrendar el uso o una utilidad, no es que
te arriende la finca, sino que te arriendo la posibilidad de cazar en ella.
Cuando se arrienda un conjunto de cosas se llama una universalidad: te arriendo todas las películas
de un directos, todas en si forman una unidad o una industria en su totalidad, no solo el local.

EL TIEMPO EN EL ARRENDAMIENTO

Lo que el arrendatario paga al arrendador es una renta anual pese que se divida o fraccione en meses.
Esto se debe a que el plazo del arrendamiento es de 1 año cuando no se haya establecido en el contrato.

121
Art. 1581 CC: Vivienda urbana. Si no se hubiese fijado plazo al arrendamiento, se entiende hecho
por años cuando se ha fijado un alquiler anual, por meses cuando es mensual, por días cuando es
diario (o por horas). En todo caso cesa el arrendamiento, sin necesidad de requerimiento especial,
cumplido el término.

Art. 1577 CC: Finca rústica. El arrendamiento de un predio rústico, cuando no se fija su duración,
se entiende hecho por todo el tiempo necesario para la recolección de los frutos que toda la finca
arrendada diere en un año o pueda dar por una vez, aunque pasen dos o más años para obtenerlos.
El de tierras labrantías, divididas en dos o más hojas, se entiende por tantos años cuantas sean éstas.

EL PRECIO DEL ARRENDAMIENTO.

No es necesario que sea dinero. Admitimos que se pague en especie o por prestaciones de servicios.

Art. 1547 CC: Cuando hubiese comenzado la ejecución de un contrato de arrendamiento verbal y
faltare la prueba del precio convenido, el arrendatario devolverá al arrendador la cosa arrendada,
abonándole, por el tiempo que la haya disfrutado, el precio que se regule.

FORMA DEL CONTRATO. SU OPONIBILIDAD A TERCEROS

Por aplicación del último párrafo del Art. 1280 CC debe constar por escrito:

- Los arrendamientos cuya renta sea superior a 1500 pesetas.


- Los arrendamientos de inmuebles por seis o más años, siempre que deban perjudicar a tercero. Ello
sucedía cuando se inscribían en el RP por durar 6 años o más, entonces el adquirente debía
soportarlos. En la actualidad ha desaparecido ese requisito, y sólo subsiste la necesidad de escritura
pública o de la elevación del documento privado en que conste el arrendamiento para practicar la
inscripción registral.

La forma es una formalidad, y no un requisito constitutivo

DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL ARRENDADOR Y DEL ARRENDATARIO.

Art. 1554 CC: El arrendador está obligado:


1º A entregar al arrendatario la cosa objeto del contrato.
2º A hacer en ella durante el arrendamiento todas las reparaciones necesarias a fin de conservarla
en estado de servir para el uso a que ha sido destinada.
3º A mantener al arrendatario en el goce pacífico del arrendamiento por todo el tiempo del contrato.

Art. 1555 CC: El arrendatario está obligado:


1º A pagar el precio del arrendamiento en los términos convenidos.
2º A usar de la cosa arrendada como un diligente padre de familia, destinándola al uso pactado; y,
en defecto de pacto, al que se infiera de la naturaleza de la cosa arrendada según la costumbre de
la tierra.
3º A pagar los gastos que ocasione la escritura del contrato.

Art. 1559 CC: El arrendatario está obligado a poner en conocimiento del propietario, en el más breve
plazo posible, toda usurpación o novedad dañosa que otro haya realizado o abiertamente prepare en
la cosa arrendada.

122
También está obligado a poner en conocimiento del dueño, con la misma urgencia, la necesidad de
todas las reparaciones comprendidas en el número segundo del artículo 1.554.
En ambos casos será responsable el arrendatario de los daños y perjuicios que por su negligencia se
ocasionaren al propietario.

Art. 1558 CC: Si durante el arrendamiento es necesario hacer alguna reparación urgente en la cosa
arrendada que no pueda diferirse hasta la conclusión del arriendo, tiene el arrendatario obligación
de tolerar la obra, aunque le sea muy molesta, y aunque durante ella se vea privado de una parte de
la finca.
Si la reparación dura más de cuarenta días, debe disminuirse el precio del arriendo a proporción del
tiempo y de la parte de la finca de que el arrendatario se vea privado.
Si la obra es de tal naturaleza que hace inhabitable la parte que el arrendatario y su familia necesitan
para su habitación, puede éste rescindir el contrato.

Art. 1462, 1463 y 1464 CC son aplicables al contrato de arrendamiento


La sanción por el incumplimiento de estas obligaciones se establece en el:
Art. 1556 CC: Si el arrendador o el arrendatario no cumplieren las obligaciones expresadas en los
artículos anteriores, podrán pedir la rescisión del contrato y la indemnización de daños y perjuicios,
o sólo esto último, dejando el contrato subsistente.

A) La entrega de la cosa

La entrega debe realizarse en peculiares condiciones. Si en el contrato se ha estipulado el destino de la


cosa, el arrendatario habrá de recibirla en situación de ser gozada con arreglo a tal destino, salvo pacto
en contrario. En el contrato puede expresarse el estado en que la cosa se encontraba al tiempo de
arrendarla. A falta de expresión, la ley presume que se recibió la cosa en buen estado, invirtiéndose de
este modo la carga de la prueba y correspondiendo al arrendatario demostrar lo contrario.

A la obligación de entrega del arrendador se le aplican las disposiciones generales sobre integración
del deber general de entrega, en especial del Art. 1097 CC, según el cual comprende no sólo la entrega
de la cosa en sí misma, sino también la de sus accesorios.

Art. 1561 CC: El arrendatario debe devolver la finca, al concluir el arriendo, tal como la recibió,
salvo lo que hubiese perecido o se hubiera menoscabado por el tiempo o por causa inevitable.

Art. 1562 CC: A falta de expresión del estado de la finca al tiempo de arrendarla, la ley presume que
el arrendatario la recibió en buen estado, salvo prueba en contrario.

B) Reparaciones necesarias

El arrendador está obligado a hacer durante el arrendamiento las reparaciones necesarias a fin de
conservar la cosa para el uso al que se destina. Sin embargo, cabe el pacto que estipule que será el
arrendatario el que se encargue de ellas. Como principio general serán cuenta del arrendador todas las
reparaciones necesarias ya sea por el paso del tiempo, por el uso ordenado del arrendatario o por caso
fortuito o fuerza mayor.

Sobre el arrendatario recae la carga de notificar al arrendador la necesidad de las reparaciones


necesarias en el más breve plazo posible, siendo responsable de los daños y perjuicios que se le causen

123
a este último por su negligencia. Si aun habiéndose notificado al arrendador, éste no las realiza, se
legitima al arrendatario para ordenar su ejecución y reclamarle posteriormente.

Además según lo dispuesto en el Art. 1558 CC: Si durante el arrendamiento es necesario hacer alguna
reparación urgente en la cosa arrendada que no pueda diferirse hasta la conclusión del arriendo, tiene
el arrendatario obligación de tolerar la obra, aunque le sea muy molesta, y aunque durante ella se vea
privado de una parte de la finca.
Si la reparación dura más de cuarenta días, debe disminuirse el precio del arriendo a proporción del
tiempo y de la parte de la finca de que el arrendatario se vea privado.
Si la obra es de tal naturaleza que hace inhabitable la parte que el arrendatario y su familia necesitan
para su habitación, puede éste rescindir el contrato.

La obligación de reparar debe limitarse a la mera corrección de deterioros sin que pueda extenderse a
lo que signifique reconstrucción o reedificación.

C) El goce pacífico de la cosa arrendada

Ya constituido el arrendatario en poseedor, la prestación continuada del arrendador es la del


mantenimiento en el goce y el logro del carácter pacífico en este mismo goce. Bajo éste término hay
una serie de obligaciones que consisten en prevenir y evitar las perturbaciones en el goce, las cuales
pueden provenir ante todo del propio arrendador, que no puede variar la forma de la cosa arrendada
(Art. 1557 CC). Igualmente debe abstenerse de atacar la posesión en la que el arrendatario se
encuentra.

De la misma forma que se ha entendido esto con el arrendador, se tiene que entender con terceras
personas ya que las perturbaciones también pueden proceder de ellas. De ahí que el:
Art. 1560 CC establezca que: El arrendador no está obligado a responder de la perturbación de mero
hecho que un tercero causare en el uso de la finca arrendada; pero el arrendatario tendrá acción
directa contra el perturbador.
No existe perturbación de hecho (Y si de derecho) cuando el tercero, ya sea la Administración, ya un
particular, ha obrado en virtud de un derecho que le corresponde. De tales perturbaciones responde
el arrendador y debe defender de ellas al arrendatario ejercitando las oportunas acciones.

D) Saneamiento de la cosa arrendada

Art. 1553 CC: Son aplicables al contrato de arrendamiento las disposiciones sobre saneamiento
contenidas en el título de la compraventa.
En los casos en que proceda la devolución del precio, se hará la disminución proporcional al tiempo
que el arrendatario haya disfrutado de la cosa.

Si el arrendatario pierde total o parcialmente el goce como efecto de una acción que interpone un
tercero por estimar que el arrendador no era verdadero propietario de la cosa, y no podía arrendarla,
este arrendador incumple la obligación de mantener al arrendatario en el goce pacífico de la cosa.

Del mismo modo, en caso de que existan vicios ocultos, el Art. 1154.2º CC dispone que: El arrendador
está obligado: 2º. A hacer en ella durante el arrendamiento todas las reparaciones necesarias a fin de
conservarla en estado de servir para el uso a que ha sido destinada.

E) Pago del precio en los términos convenidos

124
Si nada se hubiere pactado sobre el lugar y el tiempo del pago, se estará en cuanto al lugar a lo dispuesto
en el Art. 1171 CC, y en cuanto al tiempo al Art. 1574 CC.

F) Uso de la cosa

Aun cuando el CC parece considerar el uso de la cosa arrendada como obligación del arrendatario,
nosotros entendemos que no es obligación sino derecho subjetivo de uso y goce de la cosa ajena. Son
en realidad, límites de aquel derecho, que consisten en un deber de diligencia en el uso, cuya
inobservancia genera la correspondiente responsabilidad y un deber del destino de la cosa, previamente
pactado.

Aun si el uso es un derecho del arrendatario, la injustificada omisión de éste también es una forma de
ejercicio abusivo del derecho. Además del uso, el arrendatario tiene un derecho de disfrute de la cosa,
pudiendo adquirir sus frutos si fuera fructífera.

G) El respecto a la forma de la cosa. Las mejoras

Art. 1557 CC: El arrendador no puede variar la forma de la cosa arrendada. Se trata de una concreta
aplicación de la obligación de no perturbar al arrendatario en el goce pacífico de la cosa. Sobre el
arrendatario guarda silencio, pero tiene la facultad de hacer mejoras útiles y voluntarias, respetando la
forma.

TERMINACIÓN DEL CONTRATO

A) Vencimiento del plazo. Tácita reconducción. Prórroga

Art. 1565 CC: Si el arrendamiento se ha hecho por tiempo determinado, concluye el día prefijado sin
necesidad de requerimiento.

A pesar de esto, en el Art. 1566 CC se regula la tácita reconducción, y dispone que:


Si al terminar el contrato, permanece el arrendatario disfrutando quince días de la cosa arrendada
con aquiescencia del arrendador, se entiende que hay tácita reconducción por el tiempo que establecen
los artículos 1.577 y 1.581, a menos que haya precedido requerimiento.

La jurisprudencia ha sostenido que la tácita reconducción supone un nuevo contrato con idéntico
contenido al anterior, excepto en su duración y en las obligaciones contraídas por un tercero. Se
extinguen a menos que vuelva a prestar nuevamente su consentimiento. Es dudoso si el requerimiento
al arrendatario es necesario para enervar la tácita reconducción, o sin él, puede probarse que el
arrendador no consintió en la permanencia de aquel en el goce de la cosa arrendataria. Es más acertado
considerar la falta de requerimiento como una presunción iuris tantum. La tácita reconducción puede
ser objeto de renuncia por el arrendatario.
El hecho de que se sigan pagando rentas después de vencido el plazo no es tácita reconducción, porque
es una contraprestación indemnizatoria por la persistencia de la ocupación y del disfrute.

Distinto de la tácita reconducción es la prórroga del contrato, porque en ella éste sigue siendo el mismo,
no uno nuevo. No es dudoso que la puedan pactar las partes en uso de la autonomía de la voluntad,
pero sólo antes del vencimiento del contrato, y sujeta a los condicionamientos lícitos que tengan por
conveniente.

B) Resolución del contrato

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El incumplimiento de las obligaciones principales recíprocas que la ley impone al arrendador y
arrendatario, determina la sanción del Art. 1556 CC, pudiendo pedir la rescisión (Propiamente es una
resolución) del contrato y la indemnización de daños y perjuicios, o esto último solamente, sin pedir la
resolución.

Si alguna de las partes falta a lo estipulado se aplicarán los Arts. 1101 y 1124 CC, según el 1568 CC.
Al ser el arrendamiento un contrato de tracto sucesivo, la resolución operará para el futuro, siendo el
arrendatario el acreedor del precio que ha pagado desde la celebración del contrato.

C) Venta de la cosa arrendada

Art. 1571 CC: El comprador de una finca arrendada tiene derecho a que termine el arriendo vigente
al verificarse la venta, salvo pacto en contrario y lo dispuesto en la Ley Hipotecaria.
Si el comprador usare de este derecho, el arrendatario podrá exigir que se le deje recoger los frutos
de la cosecha que corresponda al año agrícola corriente y que el vendedor le indemnice los daños y
perjuicios que se le causen.

Venta quita renta: si a los 3 años en un arrendamiento de 7, yo vendo la propiedad a un tercero, este
puede decidir dar por extinguido el contrato, quiere decir que el arrendamiento no es oponible al
nuevo propietario. No obstante, hay 2 excepciones en los que el nuevo comprador debe respetar el
arrendamiento y no puede desahuciar al arrendatario y su es oponible.
1. Cuando en el contrato de venta hay una cláusula que obliga a respetar el arrendamiento.
2. Cuando el arrendamiento haya inscrito en el registro de la propiedad por el arrendatario
previo a la venta de la cosa arrendada

El Art. 1571 CC otorga al comprador la facultad de dar por terminado el arriendo al verificarse la venta.
Si se hiciera, el arrendatario puede exigir que se le deje recoger los frutos de la cosa y que el vendedor
indemnice los daños y perjuicios que le ocasionen, cuyo fundamento es la extinción anticipada del
contrato implicando un incumplimiento en la obligación de garantizar el goce pacífico.

Este artículo no se aplicará si el arrendamiento estaba inscrito en el RP, y de la misma forma si se ha


pactado en el contrato de la venta.

En el 1572 CC se encuentra el supuesto en el que la finca se enajena pero el comprador lo ha adquirido


con pacto de retro, no pudiendo usar la facultad de desahuciar al arrendatario hasta que haya concluido
el plazo para usar el retracto. Este artículo cede ante el 1520 CC que obliga al retrayente a pasar por
los arriendos que éste (Comprador) haya hecho de buena fe y según la costumbre del lugar en que
radique.

El 1571 no excepciona el supuesto de venta forzosa por un procedimiento judicial.

D) Pérdida de la cosa arrendada

Art. 1568 CC: Si se pierde la cosa arrendada o alguno de los contratantes falta al cumplimiento de
lo estipulado, se observará respectivamente lo dispuesto en los artículos 1.182 y 1.183 (Imposibilidad
sobrevenida) y en los 1.101 y 1.124.

126
La jurisprudencia lo interpreta en el sentido de que se extingue la relación arrendaticia de pleno
derecho. La pérdida o destrucción material se equipar con la imposibilidad del goce de la cosa que
proceda de un obstáculo absoluto y objetivo, y no de una situación circunstancial simplemente.

E) Muerte del arrendador o arrendatario

La muerte de cualquiera de los contratantes extingue el contrato, aunque el Código Civil guarda
silencio. Los precedentes legislativos así lo establecían y ha sido interpretado reiteradamente por la
jurisprudencia.

DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL ARRENDATARIO A LA TERMINACIÓN DEL


ARRIENDO

El arrendatario debe devolver la cosa al concluir el arriendo tal y cómo la recibió. A falta de expresión
de su estado al tiempo de arrendarla, se presume que la recibió en buen estado, siendo una presunción
iuris tantum.

Art. 1563 CC: El arrendatario es responsable del deterioro o pérdida que tuviere la cosa arrendada,
a no ser que pruebe haberse ocasionado sin culpa suya.
En la falta de culpa se incluye también el deterioro por el trascurso del tiempo y por el uso ordenado.

Art. 1564 CC: El arrendatario es responsable del deterioro causado por las personas de su casa.
Familiares, trabajadores o amigos.

Art. 1573 CC: El arrendatario tendrá, respecto de las mejoras útiles y voluntarias, el mismo derecho
que se concede al usufructuario. Está facultado a realizarlas sin alterar la forma o sustancia de la
cosa arrendada, aunque no tenga el consentimiento de arrendador. Sin embargo, carece de derecho
de indemnización, pudiendo retirarlas siempre que fuese posible hacerlo sin detrimento de los bienes.
También se le concede la facultad de compensar las mejoras con los desperfectos a su cargo.

Art. 1570 CC: Fuera de los casos mencionados en el artículo anterior, tendrá el arrendatario derecho
a aprovechar los términos establecidos en los artículos 1.577 y 1.581.

CESIÓN DEL ARRENDAMIENTO

En la figura jurídica de la cesión de arrendamiento hay una sucesión de titularidad del contrato, porque
el arrendatario se desliga de su posición de parte en el mismo asumiéndola el cesionario. La validez de
tal consentimiento depende del arrendador. Sin embargo, si en un arrendamiento no se prohíbe el
subarriendo, no ha de entenderse consentida la cesión. La Ley autoriza al subarriendo pero no permite
la cesión, teniendo ésta que ser objeto de un consentimiento expreso o tácito, no equivaliendo a ello el
silencio en el contrato de arriendo.

13.2 RÉGIMEN ESPECIAL DE LOS ARRENDAMIENTOS URBANOS

ARTÍCULOS DE LA LEY DE ARRENDAMIENTOS URBANOS (LAU)

Art. 1 LAU. Ámbito de aplicación. La presente ley establece el régimen jurídico aplicable a los
arrendamientos de fincas urbanas que se destinen a vivienda o a usos distintos del de vivienda.

127
Art. 2 LAU. Arrendamiento de vivienda.1. Se considera arrendamiento de vivienda aquel
arrendamiento que recae sobre una edificación habitable cuyo destino primordial sea satisfacer la
necesidad permanente de vivienda del arrendatario.
2. Las normas reguladoras del arrendamiento de vivienda se aplicarán también al mobiliario, los
trasteros, las plazas de garaje y cualesquiera otras dependencias, espacios arrendados o servicios
cedidos como accesorios de la finca por el mismo arrendador.

Art. 3 LAU. Arrendamiento para uso distinto del de vivienda.1. Se considera arrendamiento para uso
distinto del de vivienda aquel arrendamiento que, recayendo sobre una edificación, tenga como destino
primordial uno distinto del establecido en el artículo anterior.
2. En especial, tendrán esta consideración los arrendamientos de fincas urbanas celebrados por
temporada, sea ésta de verano o cualquier otra, y los celebrados para ejercerse en la finca una
actividad industrial, comercial, artesanal, profesional, recreativa, asistencial, cultural o docente,
cualquiera que sean las personas que los celebren.

Art. 4 LAU. Régimen aplicable.1. Los arrendamientos regulados en la presente Ley se someterán de
forma imperativa a lo dispuesto en los títulos I y IV de la misma y a lo dispuesto en los apartados
siguientes de este artículo.
2. Respetando lo establecido en el apartado anterior, los arrendamientos de vivienda se regirán por
los pactos, cláusulas y condiciones determinados por la voluntad de las partes, en el marco de lo
establecido en el título II de la presente ley y, supletoriamente, por lo dispuesto en el Código Civil.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1, los arrendamientos para uso distinto del de vivienda
se rigen por la voluntad de las partes, en su defecto, por lo dispuesto en el título III de la presente ley
y, supletoriamente, por lo dispuesto en el Código Civil.
4. La exclusión de la aplicación de los preceptos de esta ley, cuando ello sea posible, deberá hacerse
de forma expresa respecto de cada uno de ellos.

Art. 6 LAU. Naturaleza de las normas. Son nulas, y se tendrán por no puestas, las estipulaciones que
modifiquen en perjuicio del arrendatario o subarrendatario las normas del presente Título, salvo los
casos en que la propia norma expresamente lo autorice.

Art. 7 LAU. Condición y efectos frente a terceros del arrendamiento de viviendas.1. El arrendamiento
de vivienda no perderá esta condición aunque el arrendatario no tenga en la finca arrendada su
vivienda permanente, siempre que en ella habiten su cónyuge no separado legalmente o de hecho, o
sus hijos dependientes.
2. En todo caso, para que los arrendamientos concertados sobre fincas urbanas, surtan efecto frente
a terceros que hayan inscrito su derecho, dichos arrendamientos deberán inscribirse en el Registro de
la Propiedad.

Art. 9 LAU. Plazo mínimo.1. La duración del arrendamiento será libremente pactada por las partes.
Si ésta fuera inferior a tres años, llegado el día del vencimiento del contrato, éste se prorrogará
obligatoriamente por plazos anuales hasta que el arrendamiento alcance una duración mínima de tres
años, salvo que el arrendatario manifieste al arrendador, con treinta días de antelación como mínimo
a la fecha de terminación del contrato o de cualquiera de las prórrogas, su voluntad de no renovarlo.
El plazo comenzará a contarse desde la fecha del contrato o desde la puesta del inmueble a disposición
del arrendatario si ésta fuere posterior. Corresponderá al arrendatario la prueba de la fecha de la
puesta a disposición.

128
2. Se entenderán celebrados por un año los arrendamientos para los que no se haya estipulado plazo
de duración o éste sea indeterminado, sin perjuicio del derecho de prórroga anual para el
arrendatario, en los términos resultantes del apartado anterior.
3. No procederá la prórroga obligatoria del contrato si, una vez transcurrido el primer año de
duración del mismo, el arrendador comunica al arrendatario que tiene necesidad de la vivienda
arrendada para destinarla a vivienda permanente para sí o sus familiares en primer grado de
consanguinidad o por adopción o para su cónyuge en los supuestos de sentencia firme de separación,
divorcio o nulidad matrimonial. La referida comunicación deberá realizarse al arrendatario al menos
con dos meses de antelación a la fecha en la que la vivienda se vaya a necesitar y el arrendatario
estará obligado a entregar la finca arrendada en dicho plazo si las partes no llegan a un acuerdo
distinto.
Si transcurridos tres meses a contar de la extinción del contrato o, en su caso, del efectivo desalojo de
la vivienda, no hubieran procedido el arrendador o sus familiares en primer grado de consanguinidad
o por adopción o su cónyuge en los supuestos de sentencia firme de separación, divorcio o nulidad
matrimonial a ocupar ésta por sí, según los casos, el arrendatario podrá optar, en el plazo de treinta
días, entre ser repuesto en el uso y disfrute de la vivienda arrendada por un nuevo período de hasta
tres años, respetando, en lo demás, las condiciones contractuales existentes al tiempo de la extinción,
con indemnización de los gastos que el desalojo de la vivienda le hubiera supuesto hasta el momento
de la reocupación, o ser indemnizado por una cantidad equivalente a una mensualidad por cada año
que quedara por cumplir hasta completar tres, salvo que la ocupación no hubiera tenido lugar por
causa de fuerza mayor.
Art. 10 LAU. Prórroga del contrato.1. Si llegada la fecha de vencimiento del contrato, o de cualquiera
de sus prórrogas, una vez transcurridos como mínimo tres años de duración de aquel, ninguna de las
partes hubiese notificado a la otra, al menos con treinta días de antelación a aquella fecha, su voluntad
de no renovarlo, el contrato se prorrogará necesariamente durante un año más.
3. Al contrato prorrogado, le seguirá siendo de aplicación el régimen legal y convencional al que
estuviera sometido.
Art.11 LAU. Desistimiento del contrato. El arrendatario podrá desistir del contrato de
arrendamiento, una vez que hayan transcurrido al menos seis meses, siempre que se lo comunique al
arrendador con una antelación mínima de treinta días. Las partes podrán pactar en el contrato que,
para el caso de desistimiento, deba el arrendatario indemnizar al arrendador con una cantidad
equivalente a una mensualidad de la renta en vigor por cada año del contrato que reste por cumplir.
Los períodos de tiempo inferiores al año darán lugar a la parte proporcional de la indemnización.

Art. 14 LAU. Enajenación de la vivienda arrendada.1. El adquirente de una finca inscrita en el


Registro de la Propiedad, arrendada como vivienda en todo o en parte, que reúna los requisitos
exigidos por el artículo 34 de la Ley Hipotecaria, sólo quedará subrogado en los derechos y
obligaciones del arrendador si el arrendamiento se hallase inscrito, conforme a lo dispuesto por los
artículos 7 y 10 de la presente ley, con anterioridad a la transmisión de la finca.
2. Si la finca no se hallase inscrita en el Registro de la Propiedad, se aplicará lo dispuesto en el párrafo
primero del artículo 1571 del Código Civil. Si el adquirente usare del derecho reconocido por el
artículo citado, el arrendatario podrá exigir que se le deje continuar durante tres meses, desde que el
adquirente le notifique fehacientemente su propósito, durante los cuales deberá satisfacer la renta y
demás cantidades que se devenguen al adquirente. Podrá exigir, además, al vendedor, que le
indemnice los daños y perjuicios que se le causen.
Art. 17 LAU. Determinación de la renta.1. La renta será la que libremente estipulen las partes.
2. Salvo pacto en contrario, el pago de la renta será mensual y habrá de efectuarse en los siete
primeros días del mes. En ningún caso podrá el arrendador exigir el pago anticipado de más de una
mensualidad de renta.

129
3. El pago se efectuará en el lugar y por el procedimiento que acuerden las partes o, en su defecto, en
metálico y en la vivienda arrendada.

Art. 21 LAU. Conservación de la vivienda.1. El arrendador está obligado a realizar, sin derecho a
elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las
condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido, salvo cuando el deterioro de cuya
reparación se trate sea imputable al arrendatario a tenor de lo dispuesto en los artículos 1.563 y 1.564
del Código Civil.
La obligación de reparación tiene su límite en la destrucción de la vivienda por causa no imputable al
arrendador. A este efecto, se estará a lo dispuesto en el artículo 28.
2. Cuando la ejecución de una obra de conservación no pueda razonablemente diferirse hasta la
conclusión del arrendamiento, el arrendatario estará obligado a soportarla, aunque le sea muy
molesta o durante ella se vea privado de una parte de la vivienda.
Si la obra durase más de veinte días, habrá de disminuirse la renta en proporción a la parte de la
vivienda de la que el arrendatario se vea privado.
3. El arrendatario deberá poner en conocimiento del arrendador, en el plazo más breve posible, la
necesidad de las reparaciones que contempla el apartado 1 de este artículo, a cuyos solos efectos
deberá facilitar al arrendador la verificación directa, por sí mismo o por los técnicos que designe, del
estado de la vivienda. En todo momento, y previa comunicación al arrendador, podrá realizar las que
sean urgentes para evitar un daño inminente o una incomodidad grave, y exigir de inmediato su
importe al arrendador.
4. Las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán de cargo
del arrendatario.

Art. 23 LAU. Obras del arrendatario.1. El arrendatario no podrá realizar sin el consentimiento del
arrendador, expresado por escrito, obras que modifiquen la configuración de la vivienda o de los
accesorios a que se refiere el apartado 2 del artículo 2. En ningún caso el arrendatario podrá realizar
obras que provoquen una disminución en la estabilidad o seguridad de la vivienda.
2. Sin perjuicio de la facultad de resolver el contrato, el arrendador que no haya autorizado la
realización de las obras podrá exigir, al concluir el contrato, que el arrendatario reponga las cosas
al estado anterior o conservar la modificación efectuada, sin que éste pueda reclamar indemnización
alguna.
Si, a pesar de lo establecido en el apartado 1 del presente artículo, el arrendatario ha realizado unas
obras que han provocado una disminución de la estabilidad de la edificación o de la seguridad de la
vivienda o sus accesorios, el arrendador podrá exigir de inmediato del arrendatario la reposición de
las cosas al estado anterior.
Art. 24 LAU. Arrendatarios con discapacidad.1. El arrendatario, previa notificación escrita al
arrendador, podrá realizar en el interior de la vivienda aquellas obras o actuaciones necesarias para
que pueda ser utilizada de forma adecuada y acorde a la discapacidad o a la edad superior a setenta
años, tanto del propio arrendatario como de su cónyuge, de la persona con quien conviva de forma
permanente en análoga relación de afectividad, con independencia de su orientación sexual, o de sus
familiares que con alguno de ellos convivan de forma permanente, siempre que no afecten a elementos
o servicios comunes del edificio ni provoquen una disminución en su estabilidad o seguridad.
2. El arrendatario estará obligado, al término del contrato, a reponer la vivienda al estado anterior,
si así lo exige el arrendador.
Art. 26 LAU. Habitabilidad de la vivienda. Cuando la ejecución en la vivienda arrendada de obras
de conservación o de obras acordadas por una autoridad competente la hagan inhabitable, tendrá el
arrendatario la opción de suspender el contrato o de desistir del mismo, sin indemnización alguna.
La suspensión del contrato supondrá, hasta la finalización de las obras, la paralización del plazo del
contrato y la suspensión de la obligación de pago de la renta.

130
Art. 30 LAU. Conservación, mejora y obras del arrendatario. Lo dispuesto en los artículos 21, 22, 23
y 26 de esta ley será también aplicable a los arrendamientos que regula el presente Título. También
lo será lo dispuesto en el artículo 19 desde el comienzo del arrendamiento.

Art. 32.1 LAU. Cesión del contrato y subarriendo.1. Cuando en la finca arrendada se ejerza una
actividad empresarial o profesional, el arrendatario podrá subarrendar la finca o ceder el contrato
de arrendamiento sin necesidad de contar con el consentimiento del arrendador.

ARTÍCULOS LEY HIPOTECARIA

Art. 2.5 LH. 5º Los contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, y los subarriendos, cesiones y
subrogaciones de los mismos.

Art. 32LH. Los títulos de dominio o de otros derechos reales sobre bienes inmuebles, que no estén
debidamente inscritos o anotados en el Registro de la Propiedad, no perjudican a tercero.

Art. 34.I LH: El tercero que de buena fe adquiera a título oneroso algún derecho de persona que en
el Registro aparezca con facultades para transmitirlo, será mantenido en su adquisición, una vez que
haya inscrito su derecho, aunque después se anule o resuelva el del otorgante por virtud de causas
que no consten en el mismo Registro.

13.3 RÉGIMEN ESPECIAL DE LOS ARRENDAMIENTOS RÚSTICOS

Art. 1 LAR. Arrendamiento rústico.


1. Se considerarán arrendamientos rústicos aquellos contratos mediante los cuales se ceden
temporalmente una o varias fincas, o parte de ellas, para su aprovechamiento agrícola, ganadero o
forestal a cambio de un precio o renta.
2. Estos contratos se rigen por lo expresamente acordado por las partes, siempre que no se oponga a
esta ley. Supletoriamente, regirá el Código Civil y, en su defecto, los usos y costumbres que sean
aplicables.
Art. 2 LAR. Arrendamiento de explotación
Se entenderá que el arrendamiento es de explotación, ya esté constituida con anterioridad o al
concertar el contrato, cuando sea ella objeto del mismo en el conjunto de sus elementos, considerada
como una unidad orgánica y siempre que lo hagan constar las partes expresamente, acompañando el
correspondiente inventario.
Art. 6.D.3º. Arrendamientos exceptuados de esta ley
Quedan exceptuados de esta ley:
d) Los que tengan como objeto principal:
3.º La caza.
Art. 12 LAR. Tiempo de duración. 1. Los arrendamientos tendrán una duración mínima de cinco
años. Será nula y se tendrá por no puesta toda cláusula del contrato por la que las partes estipulen
una duración menor. (No es nulo todo el contrato sino la cláusula de la duración y deberá de ser de 5
años).

131
TEMA 14: EL CONTRATO DE PRÉSTAMO

14.1 DEFINICIÓN Y CARÁCTERES DEL PRÉSTAMO

132
Art. 1740 CC: Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna cosa no
fungible (No consumible) para que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva, en cuyo caso se
llama comodato, o dinero u otra cosa fungible, con condición de devolver otro tanto de la misma
especie y calidad, en cuyo caso conserva simplemente el nombre de préstamo.

El mecanismo esencial del préstamo parece estar constituido por la entrega y la restitución del objeto
prestado. La entrega se realiza para que el prestatario use la cosa (Comodato) o goce de ella como
sentido más amplio posible (Préstamo). La unificación de las dos figuras (Comodato y Préstamo)
estaría en función de esa idea de entrega y posterior restitución. No obstante, tras esta unificación, el
Código Civil las diversifica en atención al objeto del contrato:

- Cosas no fungibles → Comodato


- Cosas fungibles → Préstamo

Como ya se ha señalado, en el Art. 1740 CC se interpreta la no fungibilidad como no consumible, y no


en el sentido de si es sustituible o no. Se considera que es un contrato real, y además es un contrato al
que NIEVES FENOY denomina contrato neutral, pues puede ser oneroso o gratuito.

14.2 DEFINICIÓN Y CARÁCTERES DEL COMODATO

La definición del comodato se encuentra contenida en el Art. 1740 CC. Es un contrato en virtud del
cual el comodatario recibe una cosa no fungible para usarla durante cierto tiempo, al cabo del cual ha
de restituirla. Se trata de un préstamo de uso, cuyas características son la gratuidad y la duración
temporal.

En el Art. 1740.II CC se dispone que el comodato es esencialmente gratuito. Si hubiera algún


emolumento (Fuera oneroso) el Art. 1741 CC dispone que: si interviene algún emolumento que haya
de pagar el que adquiere el uso, la convención deja de ser comodato.

La cesión del uso tiene una duración temporal. El uso se otorga por el comodante por cierto tiempo.
La duración puede encontrarse expresamente estipulada por los contratantes, y a falta de pacto, la
restitución se realizará cuando se concluya el uso pactado. A falta de ambos (Duración y uso pactado)
habrá que recurrir a la costumbre de la tierra para determinar aquel uso y en defecto de ésta la duración
queda al arbitrio del comodante. En caso de duda, le incumbe la prueba al comodatario.

El objeto del contrato lo constituyen cosas que no se consumen por el uso, de ahí que en el Art. 1740
CC haya que interpretar la no fungibilidad como no consumible. Sin embargo, es unánime la opinión
de que ello no implica que recaiga sobre cosas consumibles, siempre y cuando del uso pactado no se
consuman.

Ante la falta de normas especiales en material de capacidad, rigen las reglas generales de la
contratación. Sin embargo, como el comodatario adquiere un derecho de usar la cosa que se le entrega,
es menester que el comodante tenga, si no es propietario, un derecho que le autorice a ceder la facultad
de uso. De ahí que el titular de un derecho personalísimo o intransmisible no pueda ceder la cosa en el
comodato.

A) Derecho de uso del comodatario. Art. 1741 CC: El comodante conserva la propiedad de la cosa
prestada. El comodatario adquiere el uso de ella, pero no los frutos; si interviene algún
emolumento que haya de pagar el que adquiere el uso, la convención deja de ser comodato.

133
En el Art. 1742 CC se dispone que: Las obligaciones y derechos que nacen del comodato pasan a
los herederos de ambos contrayentes, a no ser que el préstamo se haya hecho en contemplación a
la persona del comodatario, en cuyo caso los herederos de éste no tienen derecho a continuar en
el uso de la cosa prestada. La primera regla se trata de una aplicación peculiar del precepto genérico
del Art. 1257 CC, mientras que la segunda entraña un límite respecto del derecho de usar la cosa
prestada, que es una excepción a la regla general del intuitus personae del contrato.

En el Código no hay ninguna norma que se refiera a las posibles cesiones inter vivos de los derechos
derivados del contrato de comodato, que sólo parecen posibles con el consentimiento del
comodante como cualquier cesión de un contrato.

B) Obligaciones del comodatario. Dado que el comodatario tiene la obligación de restituir, debe
conservar la cosa prestada con la diligencia de un buen padre de familia, salvo que se haya pactado
otra cosa. Además, según lo dispuesto en el Art. 1743 CC: El comodatario está obligado a
satisfacer los gastos ordinarios que sean de necesidad para el uso y conservación de la cosa
prestada. Estas obligaciones tienen un fundamento lógico: para el uso, puesto que él la disfruta y
para la conservación porque ha de devolverla.
Art. 1746 CC: El comodatario no responde de los deterioros que sobrevengan a la cosa prestada
por el solo efecto del uso y sin culpa suya.

C) Obligaciones del comodante. El contrato de comodato sólo engendra obligaciones para el


comodatario, por lo que es un contrato unilateral. Sin embargo, sin que se altere esta naturaleza
puede suceder que durante el desarrollo de la obligación el comodante contraiga obligaciones
respecto al comodatario, que se encuentran previstas en el Art. 1751 y 1752 CC.

Art. 1751 CC: El comodante debe abonar los gastos extraordinarios causados durante el contrato
para la conservación de la cosa prestada, siempre que el comodatario lo ponga en su conocimiento
antes de hacerlos, salvo cuando fueren tan urgentes que no pueda esperarse el resultado del aviso
sin peligro. Si hubiera mediado aviso, el comodante debe dar su conformidad al gasto de
manera expresa o tácita.
Los gastos de extraordinaria conservación no son de cargo del comodatario sino los ordinarios.
Siendo negativa la respuesta a la pregunta de si el comodante debe realizarlos, y esto se debe a la
naturaleza del comodato: préstamo de uso gratuito, al que repugna que el comodante tenga que
realizar gastos para que el comodatario no vea perturbado su derecho de uso.

Art. 1752 CC: El comodante que, conociendo los vicios de la cosa prestada, no los hubiere hecho
saber al comodatario, responderá a éste de los daños que por aquella causa hubiese sufrido.
Tal consecuencia que debe extenderse a la culpa lata (Los pudo conocer si se toma una mínima
molestia), deriva de una falta de buena fe en la perfección del contrato. Aplicando por analogía el
Art. 1484 CC, el comodatario debe ignorar los vicios, es decir, no podrá reclamar nada si eran
manifiestos o pudo conocerlos por razón de su oficio o profesión.

D) Extinción del comodato. El comodato se extingue al finalizar el plazo de duración pactado o


determinado tácitamente por la fijación del uso para que el que se presta la cosa (te dejo el coche
para ir a Salamanca), que lo mismo puede pactarse por las partes, que determinarse por la costumbre
de la tierra. No obstante, si el comodante tiene una urgente necesidad, podrá reclamar la restitución.
Cuando no se pueda fijar el acuerdo con los criterios anteriores, el comodante podrá reclamar la
cosa a su voluntad.

134
Art. 1750 CC: Si no se pactó la duración del comodato ni el uso a que había de destinarse la cosa
prestada, y éste no resulta determinado por la costumbre de la tierra, puede el comodante
reclamarla a su voluntad. En caso de duda, incumbe la prueba al comodatario.
Art. 1749 CC: El comodante no puede reclamar la cosa prestada sino después de concluido el uso
para que la prestó. Sin embargo, si antes de estos plazos tuviere el comodante urgente necesidad
de ella, podrá reclamar la restitución.

14.3 EL SIMPLE PRÉSTAMO O MUTUO

A) Definición y caracteres. El simple préstamo o mutuo es un contrato por el que una de las partes
entrega a la otra: dinero o alguna cosa fungible, con la condición de devolver otro tanto de la misma
especie y calidad. El mutuo recae sobre cosas que se consumen por el uso, por lo que el Art. 1753
CC: El que recibe en préstamo dinero u otra cosa fungible, adquiere su propiedad, y está obligado
a devolver al acreedor otro tanto de la misma especie y calidad.
Puntualiza que el prestatario adquiere la propiedad y está obligado a devolver otro tanto de la misma
especie y calidad. El derecho de propiedad del prestamista se transforma en un derecho de crédito.

Art. 1755 CC: No se deberán intereses sino cuando expresamente se hubiesen pactado.

El mutuo posee dos características: la temporalidad y la normal gratuidad. La restitución del


prestatario ha de hacerse pasado algún tiempo, pues de lo contrario se realizaría un cambio de
prestaciones iguales de manera simultánea, lo que carece de sentido.

C) Obligaciones del prestatario. Su obligación fundamental es la restituir, que como dispone en el


Art. 1754 CC: Si lo prestado es otra cosa fungible, o una cantidad de metal no amonedado, el
deudor (prestatario) debe una cantidad igual a la recibida y de la misma especie y calidad, aunque
sufra alteración en su precio. El problema aquí es el de la alteración del precio, guardando silencio
el precepto cuando hay imposibilidad objetiva de su entrega o alteración exorbitante de aquel
precio. Este silencio contrasta con la regulación que hacía el Proyecto de 1851, y que el Código de
Comercio de 1885 también adopta, donde se obliga a pagar la estimación. La obligación se cumplirá
en el plazo estipulado y a falta de esta se aplicarán los Arts. 1125 y ss.
Para el CC el préstamo es un contrato real, es decir, es esencial la entrega de la cosa
(perfeccionamiento del contrato). No obstante, los civilistas no están de acuerdo con ello.
Art. 1445 CC: Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a entregar una
cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo represente.
(Consensual)
Art. 1740 CC: Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra… (Real)

135
TEMA 15: EL CONTRATO DE SERVICIOS. MANDATO. DEPÓSITO

15.1 EL CONTRATO DE SERVICIOS

CONCEPTO
Art. 1544 CC: En el arrendamiento de obras o servicios, una de las partes se obliga a ejecutar una
obra o a prestar a la otra un servicio por precio cierto.

136
El desarrollo normativo es muy pobre, y sólo se regula el servicio de criados y trabajadores asalariados.
Actualmente la prestación de servicios de los asalariados ha salido del Código Civil creándose una
nueva disciplina jurídica (Derecho del trabajo) así como, reiterada jurisprudencia del Tribunal
Supremo.

De la definición legal resulta que es un contrato consensual, pues se perfecciona por el mero
consentimiento, siendo también bilateral y productor de obligaciones recíprocas. No se rige ninguna
forma determinada, rigiendo en toda su integridad el Art. 1278 CC.

OBJETO

Lo constituye la prestación de un servicio. En la práctica resultará en ocasiones dudoso si un


determinado contrato ha de ser calificado como arrendamiento de obra o servicio. La razón de esto es
que toda prestación tiende a la satisfacción de un interés a un resultado que el acreedor juzga útil.

En el arrendamiento de servicios se trata de desenvolver una actividad, mientras que en el


arrendamiento de obra se persigue el resultado útil de aquella actividad. En los casos dudosos, han de
resolverse con la presunción favorable al contrato de servicios, si el resultado no está en la mano del
que realiza el trabajo.

Los servicios no tienen que ser necesariamente materiales. La antigua doctrina está totalmente superada
en la actualidad, que circunscribía el arrendamiento de servicios excluyendo los de un profesional. En
relación a esto, hay que hacer notar que los servicios de los profesiones liberales no son siempre y en
todo caso objeto de un contrato de arrendamiento de servicios. En otras palabras, en ocasiones
estaremos en presencia de un contrato de obra.

DURACIÓN

Art. 1583 CC: Puede contratarse esta clase de servicios (Criados y trabajadores asalariados) sin
tiempo fijo, por cierto tiempo, o para una obra determinada. El arrendamiento hecho por toda la vida
es nulo.
Esta misma prohibición debe regir para otra clase de servicios y no se vulnera por ser el arrendamiento
por tiempo indefinido.

15.2 MANDATO

CONCEPTO

Art. 1709 CC: Por el contrato de mandato se obliga una persona (Mandatario) a prestar algún
servicio o hacer alguna cosa, por cuenta o encargo de otra (Mandante).
Es un contrato consensual (basado mucho en la confianza) que además puede ser gratuito u oneroso.
Art. 1710 CC: El mandato puede ser expreso o tácito. El expreso puede darse por instrumento público
o privado y aun de palabra. La aceptación puede ser también expresa o tácita, deducida esta última
de los actos del mandatario.

Art. 1711 CC: A falta de pacto en contrario, el mandato se supone gratuito.


Esto no obstante, si el mandatario tiene por ocupación el desempeño de servicios de la especie a que
se refiere el mandato, se presume la obligación de retribuirlo. (iuris tantum)

137
También debe desecharse de la normativa del arrendamiento de servicios. Examinando la normativa
del mandato y de la gestión de los negocios ajenos al mandato, aparece que el legislador lo concibe
como un contrato por el que el mandatario gestiona negocios o asuntos del mandante. Aun así estos
términos siguen siendo imprecisos porque el asunto o negocio debe entenderse también como intereses,
y la cuestión está cuando por ejemplo un abogado se encarga de la dirección de nuestros intereses en
un litigio, ya que según reiterada y conocida jurisprudencia, se trata de un arrendamiento de servicios.

Una concreción importante se puede encontrar en la regulación del mandato, que la cual el legislador
se refiere siempre a actos o negocios jurídicos a realizar por el mandatario, por lo que la prestación
consiste en desarrollar una actividad jurídicamente relevante.

El mandante obra por cuenta o encargo del mandante, por lo que el resultado final de la actividad
desarrollada incidirá en la esfera jurídica de este último.

El mandato es un contrato consensual, productor de obligaciones principales recíprocas o sólo para el


mandatario (Medie o no retribución) y de marcado carácter personal.

MANDATO ONEROSO Y MANDATO GRATUITO

Art. 1711 CC: A falta de pacto en contrario, el mandato se supone gratuito.


Esto no obstante, si el mandatario tiene por ocupación el desempeño de servicios de la especie a que
se refiere el mandato, se presume la obligación de retribuirlo (Mandato oneroso).

El convenio de retribución puede ser implícito o explícito. En todo caso depende de su cualificación
de la voluntad de las partes, a fin de apartarlo de la esencial gratuidad que se le atribuye a las leyes
romanas.

MANDATO Y REPRESENTACIÓN

La doctrina y la jurisprudencia durante mucho tiempo han estado dominadas por una concepción
unitaria de ambas figuras, aunque más bien se trataba de la concepción de la existencia de un mandato
sin poder de representación. En la actualidad, la doctrina dominante separa ambas figuras.

El mandato puede ser la base en la que se sustente el poder dado al mandatario precisamente para la
realización del encargo, aunque en modo alguno se excluye que la fuente de la representación la
constituya otra relación jurídica. El mandato agota su actuación en las relaciones internas entre
mandante y mandatario. La representación por el contrario, atribuye al apoderado el poder de emitir
una declaración de voluntad frente a terceros en nombre del poderdante, pudiendo ser que el apoderado
obre en nombre del poderdante o en su propio nombre. En ambos casos, los efectos de la actuación del
mandatario recaerán sobre nuestra propia esfera jurídica.

A pesar de que el Código Civil no sigue en la definición del mandato a su modelo francés, aquél opera
consciente o inconscientemente con la idea de identificación de los conceptos de mandato y poder.
Ejemplo de ello es el Art. 1717 CC: Cuando el mandatario obra en su propio nombre el mandante no
tiene acción contra las personas con quienes el mandatario ha contratado, ni éstas tampoco contra el
mandante.
En este caso el mandatario es el obligado directamente en favor de la persona con quien ha contratado,
como si el asunto fuera personal suyo. Exceptuase el caso en que se trate de cosas propias del
mandante (Propiedad).
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de las acciones entre mandante y mandatario.

138
La doctrina y la jurisprudencia han constituido un negocio unilateral y recepticio como es el
apoderamiento, y el mandato como una de las relaciones jurídicas subyacentes en las que puede
asentarse el poder.

CONTENIDO DEL CONTRATO DE MANDATO

A) Obligaciones del mandatario

Art. 1718 CC: El mandatario queda obligado por la aceptación a cumplir el mandato, y responde de
los daños y perjuicios que, de no ejecutarlo, se ocasionen al mandante.
Debe también acabar el negocio que ya estuviese comenzado al morir el mandante, si hubiere peligro
en la tardanza.

Se trata de la responsabilidad de todo deudor que incumple del Art. 1101 CC, aunque se tiene que tener
en cuenta aquí, lo que dispone el Art. 1726 CC: El mandatario es responsable, no solamente del dolo,
sino también de la culpa, que deberá estimarse con más o menos rigor por los Tribunales según que
el mandato haya sido o no retribuido. No es lo mismo pedir que un amigo te venda el ordenador de
manera gratuita y lo haga mal a que el mandato sea oneroso ya que al ser profesional se puede pedir
un mayor rigor.

En el Art. 1719 CC se dispone lo que tiene que ejecutar el mandatario en el mandato: En la ejecución
del mandato ha de arreglarse el mandatario a las instrucciones del mandante.
A falta de ellas, hará todo lo que, según la naturaleza del negocio, haría un buen padre de familia. El
mandatario debe actuar bajo el módulo de lo que haría un gestor de ese negocio con arreglo a los usos
del tráfico.

Puede darse el caso de que las circunstancias sobrevenidas hagan perjudicial para el mandante cumplir
las que recibió. Cabría aplicar el 255 CCo, aunque si agravan su situación como mandatario, puede
renunciar también al mandato. El cumplimiento de las instrucciones ha de efectuarse de buena fe y en
interés del mandante.

Art. 1720 CC: Todo mandatario está obligado a dar cuenta de sus operaciones y a abonar al
mandante cuanto haya recibido en virtud del mandato, aun cuando lo recibido no se debiera al
segundo.

La obligación de rendir cuentas no está sujeta a formalidades y debe resultar de su dación no sólo todo
lo que el mandatario haya dado o recibido, sino de todas las operaciones. La jurisprudencia ha admitido
la validez del pacto en contrario a la rendición de cuenta, pero condicionando su validez a que se haga
después de haber realizado el mandatario el mandato y el mandante haya tenido conocimiento de las
gestiones realizadas y actuaciones verificadas.

La otra obligación del mandatario es la de abonar al mandante cuando haya recibido en virtud del
mandato, aun cuando lo recibido no se debiere al mismo.

Art. 1724 CC: El mandatario debe intereses de las cantidades que aplicó a usos propios desde el día
en que lo hizo, y de las que quede debiendo después de fenecido el mandato, desde que se haya
constituido en mora.

Por último, el párrafo segundo del Art. 1278 CC obliga al mandatario a acabar el negocio que ya
estuviese comenzado al morir el mandante: Si el mandatario las hubiera anticipado, debe

139
reembolsarlas el mandante, aunque el negocio no haya salido bien, con tal que esté exento de culpa el
mandatario.
(Causa de extinción del mandato- Art. 1732.3º) solo en el caso de que hubiese peligro en la tardanza.

B) Obligaciones del mandante

Art. 1728 CC: El mandante debe anticipar al mandatario, si éste lo pide, las cantidades necesarias
para la ejecución del mandato.
Si el mandatario las hubiera anticipado, debe reembolsarlas el mandante, aunque el negocio no haya
salido bien, con tal que esté exento de culpa el mandatario.
El reembolso comprenderá los intereses de la cantidad anticipada, a contar desde el día en que se hizo
la anticipación.

Debe entenderse que la culpa del mandatario no libera al mandante de su obligación de reembolso sino
que deber ser objeto de compensación las cantidades debidas por reembolso y por daños si los hubiere
producido el mandatario.

Art. 1729 CC: Debe también el mandante indemnizar al mandatario de todos los daños y perjuicios
que le haya causado el cumplimiento del mandato, sin culpa ni imprudencia del mismo mandatario.
Ha de sufrirlos por la ejecución del mandato, no por su aceptación.

Art. 1727 CC: El mandante debe cumplir todas las obligaciones que el mandatario haya contraído
dentro de los límites del mandato.
En lo que el mandatario se haya excedido, no queda obligado el mandante sino cuando lo ratifica
expresa o tácitamente. Esta disposición aun estando separada de la representación del mandato, se
refiere a ella, aunque facultad al representante para que asuma el representado el efecto de la
representación si ha obrado en su propio nombre (El del representante).

El mandante también está obligado al pago, en su caso, de la retribución al mandatario.

GESTIÓN DE NEGOCIOS AJENOS SIN MANDATO. SUS PRESUPUESTOS.

Art. 1888 CC: El que se encarga voluntariamente de la agencia o administración de los negocios de
otro, sin mandato de éste, está obligado a continuar su gestión hasta el término del asunto y sus
incidencias, o a requerir al interesado para que le sustituya en la gestión, si se hallase en estado de
poder hacerlo por sí.

El artículo no define la gestión de negocios, porque se limita a describir el supuesto. De esta descripción
de la regulación legal de la figura, pueden deducirse los siguientes rasgos que la configuran:

1. Falta de toda obligación, legal o voluntaria, de asumir la gestión. Esto no quiere decir que la
gestión no pueda nacer si el gestor y el dominus están unidos por un vínculo contractual. Puede
originarse desde el momento en que se despliegue una actividad no prevista en el contrato.

2. Gestión de un negocio ajeno. Aunque el gestor crea de buena fe que el asunto es suyo, no hay
gestión de negocios. Nacerán pretensiones de enriquecimiento sin causa a favor del dominus o
del gestor según los casos.

Ha sido requisito tradicional para tipificar la gestión de negocios ajenos al animus aliena negotia
gerendi, que se ha identificado durante largo tiempo con la intención de gestionar altruistamente

140
lo ajeno. La ajenidad del negocio significa también que la gestión se deberá seguir en interés del
dominus, aunque puede concurrir un interés propio del gestor. Ejemplo de ello es el vecino que
para evitar problemas en su casa contrata los servicios para arreglar una avería en el piso superior.
El Código Civil no se opone a ello, pero si a que el gestor posponga el interés del dominus al suyo
propio. No prohíbe la concurrencia de intereses, pero sí que obre en su propio interés a costa del
otro. Si ocurre esto, el Art. 1891 CC impone la responsabilidad por caso fortuito. Si se trata de un
negocio ajeno, y lo gestiona para sacar provecho comete un acto ilícito, haciéndolo responsable
de los daños causados al dominus o según el caso, tendrá que restituir lo obtenido.

3. Absentia domini. El Código Civil no exige para la existencia de la gestión más que la asunción
voluntaria sin mandato del dominus negotii. No obstante, tradicionalmente se ha entendido que el
objeto de la gestión de negocios debe hallarse abandonado, comprendiendo en este supuesto todos
los casos en que el dominus esté imposibilitado, incluso temporalmente, para hacerse cargo de él
y disponer lo pertinente, por sí o por mandatario. Si está en disposición de gestionar nadie debe
inmiscuirse en sus asuntos, y más si existe prohibición sobre ello. Si existiese prohibición del
dominus de que un tercero gestione sus asuntos, no tendría éste acción por el enriquecimiento sin
causa que puede haberle provocado aquél. Cuando el dominus conozca la gestión debe manifestar
su oposición si las circunstancias no se lo impiden. En caso contrario se entiende que ratifica lo
hecho por el gestor.

4. Asunto lícito. La ilicitud del negocio gestionado provocará la falta de acción del dominus contra
el gestor y viceversa.

5. Utilidad de la gestión. La figura que se estudia se estructura en el CC con un evidente carácter


de excepcionalidad, como lo es la intromisión de un tercero en los asuntos ajenos. Por eso requiere
que se trate de evitar un perjuicio inminente y manifiesto, es decir, una situación de urgencia,
aunque de la gestión no resultase provecho alguno. En otro caso, depende de la voluntad del
dominus que quede obligado por lo que haya hecho el gestor.

ARTÍCULOS CÓDIGO CIVIL

Art. 1887CC: Son cuasi contratos los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que resulta
obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre los interesados.

Art. 1888 CC: El que se encarga voluntariamente de la agencia o administración de los negocios de
otro, sin mandato de éste, está obligado a continuar su gestión hasta el término del asunto y sus
incidencias, o a requerir al interesado para que le sustituya en la gestión, si se hallase en estado de
poder hacerlo por sí.

Art. 1889 CC: El gestor oficioso debe desempeñar su encargo con toda la diligencia de un buen padre
de familia, e indemnizar los perjuicios que por su culpa o negligencia se irroguen al dueño de los
bienes o negocios que gestione.
Los Tribunales, sin embargo, podrán moderar la importancia de la indemnización según las
circunstancias del caso.

Art. 1890 CC: Si el gestor delegare en otra persona todos o algunos de los deberes de su cargo,
responderá de los actos del delegado, sin perjuicio de la obligación directa de éste para con el
propietario del negocio.
La responsabilidad de los gestores, cuando fueren dos o más, será solidaria.

141
Art. 1891 CC: El gestor de negocios responderá del caso fortuito cuando acometa operaciones
arriesgadas que el dueño no tuviese costumbre de hacer, o cuando hubiese pospuesto el interés de éste
al suyo propio.

Art. 1892 CC: La ratificación de la gestión por parte del dueño del negocio produce los efectos del
mandato expreso.

Art. 1893 CC: Aunque no hubiese ratificado expresamente la gestión ajena, el dueño de bienes o
negocios que aproveche las ventajas de la misma será responsable de las obligaciones contraídas en
su interés, e indemnizará al gestor los gastos necesarios y útiles que hubiese hecho y los perjuicios
que hubiese sufrido en el desempeño de su cargo.
La misma obligación le incumbirá cuando la gestión hubiera tenido por objeto evitar algún perjuicio
inminente y manifiesto, aunque de ella no resultase provecho alguno.

15.3 DEPÓSITO

CONCEPTO

Art. 1758 CC: Se constituye el depósito desde que uno recibe la cosa ajena con la obligación de
guardarla y de restituirla.
Para la perfección del contrato es necesario la entrega de la cosa (contrato real).

Después de esta caracterización general, el Código distingue entre un depósito extrajudicial, que puede
ser contractual o necesario, y un depósito judicial, al que denomina secuestro. Parece que aunque
sistemáticamente sitúe la figura del depósito dentro del marco de los contratos, coloca dentro de su
regulación toda una serie de supuestos en las que la nota común es la obligación de custodiar, siendo
ésta una forma particular de servicio o facere, que consiste en realizar los actos necesarios para la
guarda y conservación de una cosa con la final restitución de la misma, además de ser la esencia del
depósito.

Art. 1761: Sólo pueden ser objeto del depósito las cosas muebles.

La custodia en el depósito pasa a ser la obligación principal, fundamental o específica: no hay ninguna
otra finalidad en la detentación de la cosa por el depositario.
En el Art. 1758 se exige que el depositario reciba una cosa ajena, por lo que es claro que el Código
Civil rechaza la posibilidad de haya un depósito de cosa propia. No obstante, en ocasiones el legislador
acude al recurso de imponer a un propietario las responsabilidades civiles y criminales del depositario
sobre una cosa respecto de la cual otra persona tiene derechos, con el fin de reforzar la garantía de los
mismos.
Por último, ha de destacarse que la situación jurídica de depósito exige la entrega de la cosa, es decir,
un desplazamiento de su posesión al depositario, que la tendrá, como decía POTHIER, en nombre y
por derecho del deponente.

CLASES DE DEPÓSITOS

Art. 1759 CC: El depósito puede constituirse judicial o extrajudicialmente.

El depósito extrajudicial es al que el Código Civil llama también depósito propiamente dicho y lo
subclasifica en depósito voluntario y necesario.

142
Art. 1763 CC: Depósito voluntario es aquel en que se hace la entrega por la voluntad del depositante.

Art. 1781 CC: Es necesario el depósito:


1º Cuando se hace en cumplimiento de una obligación legal.
2º Cuando tiene lugar con ocasión de alguna calamidad, como incendio, ruina, saqueo, naufragio
u otras semejantes.

El depósito judicial es al que el Código Civil llama secuestro.


Art. 1785 CC: El depósito judicial o secuestro tiene lugar cuando se decreta el embargo o el
aseguramiento de bienes litigiosos.

EL DEPÓSITO VOLUNTARIO: NATURALEZA Y CARACTERES

Art. 1763 CC: Depósito voluntario es aquel en que se hace la entrega por la voluntad del depositante.

Como se ha dicho, en este depósito la entrega se hace por voluntad del depositante. Si se consiente en
recibirla, se perfecciona un contrato que de acuerdo con el Código Civil, pertenece a la categoría de
los contratos reales, por lo que las obligaciones de custodia y restitución del depositario sólo surgen a
partir del momento de la entrega de la cosa.

Además, el depósito es un contrato gratuito salvo pacto en contrario.

Art. 1760 CC: El depósito es un contrato gratuito, salvo pacto en contrario.

Esto implica que es un contrato unilateral, creando obligaciones sólo a cargo del depositario,
transformándose en bilateral solamente cuando a cambio de aquellas obligaciones, el depositante
asume la obligación de pagar una retribución por la actividad realizada por el depositario.

No obstante, el Art. 1760 CC debe interpretarse de forma que se aproxime al


Art. 1711, p.2º CC, de forma que el depositario tiene como ocupación profesional los servicios de
custodia, debe entenderse que el depósito es retribuido.

OBLIGACIONES DEL CONTRATO DE DEPÓSITO

El contrato de depósito es unilateral, genera obligaciones a cargo del depositario y puede generarlas
también a cargo del depositante como consecuencia de su desarrollo, no siendo reciprocas o
correlativas con las de aquél, salvo que se haya pactado una retribución.

A) A cargo del depositario: Tiene como obligación fundamental la custodia de la cosa recibida
(Conservación, Mantenimiento en la misma forma y preservación de posibles daños). El depositario
goza de amplia libertad en el modo de cumplimiento de la obligación de custodia, salvo que se
hayan convenido las partes. La buena fe tolera que ante circunstancias imprevistas pueda el
depositario alterar la convención.

143
Art. 1766 CC: El depositario está obligado a guardar la cosa y restituirla, cuando le sea pedida,
al depositante, o a sus causahabientes, o a la persona que hubiese sido designada en el contrato.
Su responsabilidad, en cuanto a la guarda y la pérdida de la cosa, se regirá por lo dispuesto en el
título I de este libro.

Art. 1767 CC: El depositario no puede servirse de la cosa depositada sin permiso expreso del
depositante.
En caso contrario, responderá de los daños y perjuicios.

Art. 1768 CC: Cuando el depositario tiene permiso para servirse o usar de la cosa depositada, el
contrato pierde el concepto de depósito y se convierte en préstamo o comodato.
El permiso no se presume, debiendo probarse su existencia.
(Si se fuera un depósito en el que el depositante paga al depositario, pasaría a ser arrentamiento)

Art. 1770 CC: La cosa depositada será devuelta con todos sus productos y accesiones.
Además, la responsabilidad del depositario por razón de la custodia se rige por las reglas aplicables
a todo deudor, aunque el Art. 1769 CC contiene una serie de reglas sobre la entrega de la cosa
depositada cerrada y sellada, cuya especialidad recae sobre el valor de lo depositado.

Art. 1769 CC: Cuando la cosa depositada se entrega cerrada y sellada, debe restituirla el
depositario en la misma forma, y responderá de los daños y perjuicios si hubiese sido forzado el
sello o cerradura por su culpa.
Se presume la culpa en el depositario, salvo la prueba en contrario (iuris tantum).
En cuanto al valor de lo depositado, cuando la fuerza sea imputable al depositario, se estará a la
declaración del depositante, a no resultar prueba en contrario.

Los dos primeros párrafos son una especificación de los Arts. 1101 y 1182. Se presume la
responsabilidad del deudor en dichos párrafos como iuris tantum. En el tercer párrafo se trata la
pérdida del objeto del depósito entregado cerrado y sellado que no conoce por tanto su contenido
el depositario y es una presunción iuris tantum para fijar la indemnización que debe.

Art. 1771 CC: El depositario no puede exigir que el depositante pruebe ser propietario de la cosa
depositada.
Sin embargo, si llega a descubrir que la cosa ha sido hurtada y quién es su verdadero dueño, debe
hacer saber a éste el depósito.
Si el dueño, a pesar de esto, no reclama en el término de un mes, quedará libre de toda
responsabilidad el depositario, devolviendo la cosa depositada a aquel de quien la recibió.

Art. 1772 CC: Cuando sean dos o más los depositantes, si no fueren solidarios y la cosa admitiere
división, no podrá pedir cada uno de ellos más que su parte.
Cuando haya solidaridad, o la cosa no admita división, regirá lo dispuesto en los artículos 1.141
y 1.142 de este Código.

Art. 1773 CC: Cuando el depositante pierde, después de hacer el depósito, su capacidad para
contratar, no puede devolverse el depósito sino a los que tengan la administración de sus bienes y
derechos.

144
Art. 1774 CC: Cuando al hacerse el depósito se designó lugar para la devolución, el depositario
debe llevar a él la cosa depositada; pero los gastos que ocasione la traslación serán de cargo del
depositante.
No habiéndose designado lugar para la devolución, deberá ésta hacerse en el que se halle la cosa
depositada, aunque no sea el mismo en que se hizo el depósito, con tal que no haya intervenido
malicia de parte del depositario.

Obligación de restituir:

Art. 1775 CC: El depósito debe ser restituido al depositante cuando lo reclame, aunque en el
contrato se haya fijado un plazo o tiempo determinado para la devolución.
Esta disposición no tendrá lugar: 1. Cuando judicialmente haya sido embargado el depósito en
poder del depositario, o 2. Se haya notificado a éste la oposición de un tercero a la restitución o
traslación de la cosa depositada.

Art. 1776 CC: El depositario que tenga justos motivos para no conservar el depósito podrá, aun
antes del término designado, restituirlo al depositante; y, si éste lo resiste, podrá obtener del Juez
su consignación.

Art. 1777 CC: El depositario que por fuerza mayor hubiese perdido la cosa depositada y recibido
otra en su lugar, estará obligado a entregar ésta al depositante. (Subrogado real) También puede
ser por un tercero o caso fortuito.

Art. 1778 CC: El heredero del depositario que de buena fe haya vendido la cosa que ignoraba ser
depositada, sólo está obligado a: 1. Restituir el precio que hubiese recibido o 2. A ceder sus
acciones contra el comprador en el caso de que el precio no se le haya pagado.

B) A cargo del depositante. Art. 1779 CC: El depositante está obligado a reembolsar al depositario
los gastos que haya hecho para la conservación de la cosa depositada y a indemnizarle de todos
los perjuicios que se le hayan seguido del depósito.

Los gastos han de ser los necesarios de conservación y no los derivados del cumplimiento de la
obligación de custodia. Por otra parte, no dispensa el CC de esta obligación al depositante si el
depósito es retribuido. En este último supuesto también está obligado a pagar al depositario la
retribución convenida. Además al depositario se le concede un derecho de retención de las cosas
depositadas, facultándole a no restituirlas hasta que no le pague prolongando la posesión como
retenedor y no como depositario. Además goza de preferencia sobre otros acreedores para el cobro
de sus créditos por gastos de conservación sobre el precio que obtuviese en la enajenación del
objeto del depósito.
Art. 1780 CC: El depositario puede retener en prenda la cosa depositada hasta el completo pago
de lo que se le deba por razón del depósito.

Art. 1922.1º CC: Con relación a determinados bienes muebles del deudor, gozan de preferencia:
1º Los créditos por construcción, reparación, conservación o precio de venta de bienes muebles
que estén en poder del deudor, hasta donde alcance el valor de los mismos.

EXTINCIÓN DEL DEPÓSITO Y LA OBLIGACIÓN DE RESTITUCIÓN DEL


DEPOSITARIO. LA PLURALIDAD DE DEPOSITARIOS.

145
Si el depósito está sometido a un plazo, concluirá el contrato por su expiración, aun cuando dicho plazo
debe entenderse establecido en beneficio del acreedor, esto es, del depositante quien puede reclamar la
cosa aun antes de vencido el plazo. No obstante, lo dispuesto no tiene lugar en dos casos: cuando
judicialmente haya sido embargado el depósito en poder del depositario y cuando se le haya notificado
a éste la oposición de un tercero a la restitución o traslación de la cosa depositada.

Por su parte, el depositario puede también poner fin al depósito, aun antes del término designado, pero
siempre que tenga justos motivos para no conservarlos. En tal caso, si el depositante no acepta la
restitución, puede el depositario proceder a la consignación judicial (Art. 1776 CC).

Extinguido el depósito, tiene el depositario la obligación de restituir la cosa. Se genera así el deber
devolución que es un puro deber de liquidación de la relación obligatoria extinguida. La estructura de
la obligación resolutoria es la siguiente. Legitimado para exigir la restitución está el depositante, sus
causahabientes y representantes y la persona designada en el contrato. En este último caso, no se
interpretará que esta persona se hace dueña de la cosa, pues el depósito nunca es un título traslativo del
dominio.

La restitución han de hacerla el depositario o sus representantes. Si el depositario fallece, serán sus
herederos los que asuman los derechos y obligaciones nacidos del contrato de depósito. No obstante,
si el heredero de buena fe, vendió la cosa depositada sólo estará obligado a restituir el precio que
hubiese recibido por ella o a ceder sus acciones contra el comprador, en el caso de que no le haya
pagado.

El objeto de la restitución es la misma cosa depositada con sus productos y accesiones sin que ello
signifique que por razón del depósito haya un deber de administrar. Si lo depositado es dinero, el
depositario debe intereses legales de que se constituyera en mora o desde que aplicara a usos propios
alguna cantidad.

Además según lo dispuesto en el Art. 1777 CC: El depositario que por fuerza mayor hubiese perdido
la cosa depositada y recibido otra en su lugar, estará obligado a entregar ésta al depositante. Se trata
de una aplicación del principio de subrogación real.

En cuanto al lugar, el Art. 1774 CC dispone que: Cuando al hacerse el depósito se designó lugar para
la devolución, el depositario debe llevar a él la cosa depositada; pero los gastos que ocasione la
traslación serán de cargo del depositante (Salvo pacto en contrario).
No habiéndose designado lugar para la devolución, deberá ésta hacerse en el que se halle la cosa
depositada, aunque no sea el mismo en que se hizo el depósito, con tal que no haya intervenido malicia
de parte del depositario. Si ha intervenido malicia se entiende que el depositante podrá exigir la
devolución en el lugar en que hizo el depósito, y los gastos de traslado serán cuenta del
depositario.

La restitución del depósito tiene particularidades cuando los depositantes son varios. El Art. 1722 CC
distingue según que aquéllos sean solidarios o no, o que la cosa admita división o no.

Si no fueren solidarios y la cosa es divisible, no podrá pedir cada uno de ellos más que su parte. Si
fueren solidarios o la cosa no es divisible, regirá lo dispuesto en los Arts. 1141 y 1142 CC. Se equipara
así la indivisibilidad de la cosa con el depósito solidario cuando la regla correcta hubiera sido la
actuación conjunta de los depositarios.

146
Junto a estas hipótesis has que tomar en consideración la de que los depositantes sean mancomunados
o conjuntos de modo que hayan convenido que todos han de exigir la restitución. Puede entonces la
cosa ser divisible en sí, pero el pacto prevalece, conjuntamente han de exigir su restitución. Determinar
cuando son solidarios los depositantes obliga a la aplicación de las reglas generales de la solidaridad.

EL DEPÓSITO NECESARIO (ES EXTRAJUDICIAL)

Art. 1781 CC: Es necesario el depósito:


1º Cuando se hace en cumplimiento de una obligación legal.
2º Cuando tiene lugar con ocasión de alguna calamidad, como incendio, ruina, saqueo, naufragio u
otras semejantes.

Art. 1782 CC: El depósito comprendido en el número 1.º del artículo anterior se regirá por las
disposiciones de la ley que lo establezca y, en su defecto, por las del depósito voluntario.
El comprendido en el número 2.º se regirá por las reglas del depósito voluntario.

Atención especial merece al Código Civil, la situación de los objetos introducidos por los viajeros en
los que llama fondas y mesones, calificándolo también como depósito necesario y regulándolo en los
Arts. 1783 y 1784. NO ES UN DEPÓSITO NECESARIO, sino que se le aplica sus normas.

Art. 1783 CC: Se reputa también depósito necesario el de los efectos introducidos por los viajeros en
las fondas y mesones. Los fondistas o mesoneros responden de ellos como tales depositarios, con tal
que se hubiese dado conocimiento a los mismos, o a sus dependientes, de los efectos introducidos en
su casa, y que los viajeros, por su parte, observen las prevenciones que dichos posaderos o sus
sustitutos les hubiesen hecho sobre cuidado y vigilancia de los efectos.

Dentro del sistema de responsabilidad objetiva, se trata de una responsabilidad ex lege no derivada
propiamente de un depósito ni consecuencia de la celebración del contrato de hospedaje. La norma
sólo exige la introducción y no la entrega de los objetos y su aceptación por el hostelero.

Art. 1784 CC: La responsabilidad a que se refiere el artículo anterior comprende los daños hechos
en los efectos de los viajeros, tanto por los criados o dependientes de los fondistas o mesoneros como
por los extraños; pero no los que provengan de robo a mano armada, o sean ocasionados por otro
suceso de fuerza mayor.

Este artículo agrava la responsabilidad del hostelero. Fuera de las causas de exclusión que dispone, la
responsabilidad del hostelero no debe circunscribirse a conductas de sus dependientes o extraños, sino
que debe de responder de los daños a los efectos ocasionados en el interior de su industria, pero no de
los acontecimientos que provengan de fuera.

La responsabilidad del hostelero exige literalmente que se le haya dado conocimiento a él o a sus
dependientes, de los objetos introducidos, pero se admite que esa introducción se haga en forma
normal, a la vista de ellos y por ello usualmente no se hace ninguna declaración ad hoc.

El régimen del 1783 y 1784 puede ser modificado por la convención de las partes. En cuanto a las
normales (y abusivas) advertencias de los hosteleros sobre su irresponsabilidad, habrá que estar a las
normas generales de la responsabilidad en materia de las obligaciones para juzgar sobre su eficiencia.

A parte de lo citado, regirán las normas sobre el depósito voluntario cuando el viajero entrega con el
fin de custodia al hostelero determinados objetos

147
TEMA 16: EL CONTRATO DE OBRA

16.1 CONCEPTO Y RÉGIMEN JURÍDICO

El CONTRATO DE OBRA EN EL CÓDIGO CIVIL

El Código Civil ve en el contrato de obra una modalidad arrendaticia.


Art.1544 CC puede extraerse el concepto legal (Además del concepto de arrendamiento de servicios):
En el arrendamiento de obras o servicios, una de las partes se obliga a ejecutar una obra o a prestar
a la otra un servicio por precio cierto (no tiene por qué ser dinero).

148
El Código Civil lo considera una modalidad de arrendamiento, pero deshecha la terminología de
arrendador y arrendatario para denominar a las partes contratantes. Parece más adecuado denominar a
las partes como comitente, que es aquel que encarga la ejecución de la obra, y contratista que es al que
se obliga a ejecutarla, y por otro lado, al contrato denominarlo de obra.

Es un contrato oneroso, bilateral del que surgen obligaciones sinalagmáticas. Además, es un contrato
conmutativo.

El contrato de obra es un contrato en el que el contratista tiene una obligación de hacer. Las
obligaciones de hacer se clasifican en obligaciones de medios y obligaciones de resultado. El contrato
de obra es un contrato de hacer y de resultado (El contratista promete el resultado de una actividad).

El Código Civil tiene una estrecha visión a la hora de regular el arrendamiento de obra, porque piensa
exclusivamente en la construcción de edificios. Debido a lo anticuadas que se han quedado las normas,
se promulgó la Ley 38/1999 de 5 de noviembre de Ordenación de la Edificación (En adelante, LOE),
que derogó las normas en contradicción con ella.

El contrato de obra es en el Código Civil un contrato consensual, productor de obligaciones recíprocas.


No existe disposición sobre la forma, por lo que habrá que atender a lo establecido con carácter general
por el Art. 1278, en otras palabras, rige la libertad de forma.

Sujetos del contrato de obra: Quien encarga la obra es el comitente y quien la ejecuta el contratista
(constructor).

PROBLEMÁTICA DEL SUMINISTRO DE MATERIALES PARA HACER LA OBRA

Art. 1588 CC: Puede contratarse la ejecución de una obra conviniendo en que el que la ejecute ponga
solamente su trabajo o su industria, o que también suministre el material.

Los materiales pueden ser suministrados por comitente o contratista. Si no se pactara nada, lo
determinarán los usos profesionales que integran el contrato.

Cuando los materiales los suministra el contratista se entra en un debate sobre si estamos en presencia
de un contrato de obra puro y simple, o si se trata de un contrato de compraventa de cosa futura. Se ha
pensado incluso, que se trata de un contrato mixto de obra y compraventa, con la consecuencia de
aplicar armónicamente las normas de ambos en función del fin que persigan las partes.

Ante todo se impone la interpretación de las partes, pero si le han dado especial importancia al proceso
productivo de la cosa, al trabajo a realizar sobre el objeto del contrato, no hay duda de que la
calificación más adecuada será la del contrato de obra. Cuando se busca la habilidad de un artífice sería
absurdo pretender que el comitente se ha dirigido a él con el fin de adquirir unos materiales
simplemente.

La observación de la naturaleza del objeto es importante para detectar aquella intención. Para un
contrato celebrado para la elaboración de una cosa fungible pierde importancia el proceso productivo,
frente a la obligación de entrega. En cambio, si se encarga la elaboración de una cosa no fungible o
específica, la prestación de hacer para conseguir un resultado es más relevante que la de dar. También
será importante que el contratista haga con la materia una nueva cosa y no se limite sólo a realizar
obras accesorias a ella.

149
La problemática del contrato de obra con suministro de materiales surge cuando éstos o la mayor parte,
son los que componen la obra. En cambio, si el comitente los suministra, poniendo otros el contratista
que son accesorios, el contrato es claramente de obra.

OBLIGACIONES DEL CONTRATISTA

La obligación principal del contratista es la realización de la obra de acuerdo a lo convenido en el


contrato. En su cumplimiento, además de cumplir con lo convenido, tiene que cumplir de acuerdo a las
reglas de su profesión y sus usos (Art. 1258 CC) y la entrega de la cosa. En otras palabras, tendrá que
cumplir de manera diligente, siguiendo la ley de arte al caso (Lex artis ad hoc). Es esa diligencia que
exige la naturaleza de la obligación, criterio aludido con carácter preferencial en el Art.1104 CC para
describirla. La ejecución de la obra puede convenirse de dos formas:
- Señalando como objeto la totalidad.9
- Fraccionando la totalidad en ejecuciones parciales, (piezas o medidas)
Art. 1592 CC: El que se obliga a hacer una obra por piezas o por medida, puede exigir del dueño
que la reciba por partes y que la pague en proporción. Se presume aprobada y recibida la parte
satisfecha.

La previa determinación de la obra en un proyecto no es, sin embargo, obstáculo para su variación
ulterior de modo convencional. No es admisible, pues, una variación unilateral del contratista, que de
contar siempre con la aprobación expresa o tácita del comitente. Lo mismo que ha de exigirse a la
variación que el dueño de la obra quiere efectuar.

Es usual el establecimiento de un plazo límite de ejecución de la obra susceptible de alteración


convencional de las partes. No obstante, no toda modificación o ampliación del proyecto inicial
implica, aunque no se disponga expresamente, derogación tácita del término fijado para aquel. Debe
entenderse que este efecto se producirá cuando la modificación o alteración lleve consigo un aumento
de obra.

La segunda obligación del contratista es la de entregar la obra o al menos la puesta a disposición del
comitente. Aplicando el Art. 1094 CC el contratista está obligado a la conservación de la cosa hasta el
momento de la entrega.

OBLIGACIONES DEL COMITENTE

A) Pago del precio

Art. 1544 CC: En el arrendamiento de obras o servicios, una de las partes se obliga a ejecutar una
obra o a prestar a la otra un servicio por precio cierto.

Se atribuye a la obligación de pago el carácter de obligación reciproca respecto de la principal del


contratista de hacer la obra convenida. No obstante, es reiterada jurisprudencia la que piensa que no es
indispensable que el precio se concrete en el momento de celebrar el contrato, por ser suficiente con

150
que su determinación pueda llevarse posteriormente. Para la fijación del precio se suelen usar los
siguientes sistemas:
- Por ajuste o precio alzado. Es la preferentemente tomada en cuenta por el legislador. La
realización de la obra se hace por un precio global.
- Por piezas o medidas. Se alude a este sistema en el Art. 1592 CC y se basa en señalar a cada
unidad de obra un precio.
- Por administración o economía. El contrato de obra se efectúa por administración o economía
cuando el contratista compromete su actividad en orden a la consecución de un resultado. El
comitente es el que suministra los materiales o la mano de obra y el precio a pagar al contratista
por la obra suele fijarse en un porcentaje de su presupuesto total o en una cantidad fija.

¿Cuándo se cumple la obligación de pago?

Art. 1599 CC: Si no hubiere pacto o costumbre en contrario, el precio de la obra deberá pagarse al
hacerse la entrega.

En la práctica las partes suelen estipular pagos parciales, en atención al adelanto de la obra o al tiempo,
que no significan en modo alguno una aceptación tácita de lo hecho hasta aquel momento. Estos pagos
llevan implícita la condición de que el comitente puede negarse a recibir la obra si el contratista no ha
cumplido con arreglo a lo pactado en el contrato.

Respecto el aumento de precio de la obra contratada, hay que recurrir al Art. 1593 CC:
El arquitecto o contratista que se encarga por un ajuste alzado de la construcción de un edificio u otra
obra en vista de un plano convenido con el propietario del suelo, no puede pedir aumento de precio
aunque se haya aumentado el de los jornales o materiales; pero podrá hacerlo cuando se haya hecho
algún cambio en el plano que produzca aumento de obra, siempre que hubiese dado su autorización
el propietario.

El artículo hace referencia a la construcción de edificios, pero es aplicable a cualquier supuesto de


contrato de obra. Cabe destacar, que el pacto entre las partes se impondrá ante todo en esta materia.

Una última observación nos lleva a que es posible la aplicación de la cláusula rebus sic stantibus,
cuando circunstancias extraordinarias no previsibles producen un aumento de precio de jornales y
materiales de tal naturaleza que destruya la natura conmutatividad del contrato. Son un cambio de
circunstancias de manera sobrevenida y que desequilibra gravemente el mercado y que aniquila el
equilibrio del contrato.

Finalmente hay que citar el Art. 1592 CC sobre el contrato por piezas o por medida, que dispone que:
El que se obliga a hacer una obra por piezas o por medida, puede exigir del dueño que la reciba por
partes y que la pague en proporción. Se presume aprobada y recibida la parte satisfecha.

Cuando puedo rehusar yo acreedor el ofrecimiento de pago del deudor, cuando el pago no se ajusta con
lo pactado. Si te pido hacer un ordenador con características A y me lo entregas con características B,
puedo rehusarlo.
Si lo que me entregas no es correcto (vicios) debemos diferenciar. El vicio puede ser aparente (se ve a
simple vista), si compras algo y tiene un vicio así luego no se puede quejar. Por otro lado, puede ser
oculto o no aparente o germen, que a simple vista no puede ser observado.
Si tiene un vicio oculto, un germen.
Debate. El contrato de obra no dice nada. Pero en el contrato de compraventa el vendedor responde
por saneamiento de vicios ocultos. Algunos autores piensan que aquí sucede lo mismo, con 6 de plazo

151
meses desde la entrega. Hay otra propuesta, la correcta, que aplica supletoriamente la teoría general
de aplicación, de manera que el deberá pagar daño y perjuicios.

Obligación de colaborar:
Por ejemplo, un traje de bosa, es un contrato de obra. Pero como es a medida es necesario la
colaboración del acreedor. Depende del tipo de contrato.

B) Recepción de la obra y sus consecuencias jurídicas

Es otra de las obligaciones principales del comitente, que se deduce de los principios generales en
materia de pago: el deudor necesita de la cooperación del acreedor para liberarse de su obligación. El
comitente sólo está obligado a recibirla si es conforme a lo pactado.

En cuanto al tiempo en que el comitente ha de verificar la obra para recibirla no hay ninguna disposición
legal al efecto. Debe estarse a lo convenido, a los usos o a la buena fe, en función de la naturaleza de
la obra y de la mayor o menor complejidad que de ella derive para su examen.

La recepción puede ser:


- Expresa: resultado de una declaración de voluntad del comitente.
- Tácita: deducida de actos que implican necesariamente una aprobación.

Una especialidad que se ha de destacar es la del Art. 1598 CC que dispone que:
Cuando se conviniere que la obra se ha de hacer a satisfacción del propietario, se entiende reservada
la aprobación, a falta de conformidad, al juicio pericial correspondiente.
Si la persona que ha de aprobar la obra es un tercero, se estará a lo que éste decida.

Si no existe tal pacto, el contratista no queda autorizado a construir defectuosamente. Esta regla
significa que la voluntad del comitente no ha de ser impuesta al contratista. El Art. 1598 CC no impide
que el comitente y contratista se remitan directamente para la aprobación de la decisión pericial.

¿Qué consecuencias jurídicas origina la recepción de la obra?

Es en este punto donde aparece el problema de los vicios ocultos, pues por la naturaleza de la
prestación, no surgen pasado un tiempo. En la normativa del contrato de obra, no hay nada al respecto,
y recurrir a la aplicación del Art. 1543 CC es discutible pues se encuentra en la regulación del contrato
de arrendamiento de cosas, y según el Art. 1490 se tendría el inconveniente del reducido plazo de las
acciones de saneamiento por vicios ocultos en la compraventa.

Por ello puede interpretarse que se está ante una ejecución defectuosa de sus prestación por parte del
contratista, a tratar según las reglas generales de las obligaciones y contratos.

Si el vicio oculto procede de la mala calidad de los materiales suministrados por el comitente, el
contratista no se libra de su responsabilidad si por su profesión pudo detectarlos y darle aviso al
comitente.

La recepción libera al contratista por vicios que estaban a la vista o que el comitente podía detectarlos
fácilmente. Si se trata de una edificación ha de estarse a lo dispuesto en la legislación especial.

C) Otras obligaciones

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- El comitente debe poner en situación al contratista de hacer la obra y ello mediante la entrega de
materiales (Si los va a suministrar él).
- Debe obtener las autorizaciones administrativas oportunas.
- Debe mantenerle en la pacifica posesión de los terrenos, indemnizándole de los daños que sufriera
la oposición de terceros.

LOS RIESGOS EN EL CONTRATO DE OBRA

Antes de la entrega de la obra al comitente puede destruirse total o parcialmente como consecuencia
de acontecimientos no imputables al ejecutor de la obra. En tal caso, habrá quien soportará el riesgo en
punto al precio concerniente:
- Si el comitente ha de abonarlo pese aun no haber recibido la obra.
- Si el contratista pierde el derecho a reclamarlo (el precio).

Art. 1590 CC: El que se ha obligado a poner sólo su trabajo o industria (Contratista), no puede
reclamar ningún estipendio si se destruye la obra antes de haber sido entregada, a no ser que haya
habido morosidad para recibirla, o que la destrucción haya provenido de la mala calidad de los
materiales, con tal que haya advertido oportunamente esta circunstancia al dueño. El contratista
pone industria, el comitente pone materiales.

Según este artículo, y en referencia a los materiales, se parte de la base de que es el comitente y no el
contratista quien está obligado a suministrarlos, y responsabiliza al contratista por norma general pues
por su profesión no hay duda de que debe conocer los materiales, salvo que los vicios sean de una
naturaleza que no sean suficientes los conocimientos como contratista para detectarlos. Respecto a la
edificación, la normativa posterior al Código Civil sobre las funciones de los profesionales que
intervienen en ella, invalida aquella responsabilidad.

El Art. 1589 CC preceptúa que: Si el que contrató la obra (contratista) se obligó a poner el material,
debe sufrir la pérdida en el caso de destruirse la obra antes de ser entregada (Por el contratista),
salvo si hubiese habido morosidad en recibirla (El comitente). El contratista pone industria y
materiales.

Conclusión:

Ÿ Si el contratista puso los materiales responde siempre salvo en mora.


Ÿ Si el contratista NO puso los materiales responde siempre salvo:
o Que los materiales fueran de mala calidad y lo avisara.
o En mora.

CAUSAS ESPECÍFICAS DE EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE OBRA

Aparte de las generales de todas las obligaciones, el Código Civil reconoce el desistimiento unilateral
del contratista, su muerte y la imposibilidad de acabar la obra.

- Desistimiento unilateral del contratista. En el Art. 1594 CC: El dueño puede desistir, por su
sola voluntad, de la construcción de la obra aunque se haya empezado, indemnizando al

153
contratista de todos sus gastos, trabajo y utilidad que pudiera obtener de ella. (Excepción al pacta
sunt servanda)

- Muerte del contratista → Rescisión. En el Art. Art. 1595 CC: Cuando se ha encargado cierta
obra a una persona por razón de sus cualidades personales, el contrato se rescinde por la muerte
de esta persona.
En este caso el propietario debe abonar a los herederos del constructor, a proporción del precio
convenido, el valor de la parte de obra ejecutada y de los materiales preparados, siempre que de
estos materiales reporte algún beneficio.

Se entiende que le reportará algún beneficio al comitente cuando sean útiles para la continuación
de la obra o porque los pueda enajenar.

- Imposibilidad de acabar la obra. En el Art. Art. 1595, p.3º CC: Lo mismo se entenderá si el
que contrató la obra no puede acabarla por alguna causa independiente de su voluntad.

Obra en cosa mueble: Art. 1600 CC: El que ha ejecutado una obra en cosa mueble tiene el derecho
de retenerla en prenda hasta que se le pague.

RESPONSABILIDAD DEL CONTRATISTA POR HECHOS AJENOS

Art. 1596 CC: El contratista es responsable del trabajo ejecutado por las personas que ocupare en la
obra.

El precepto comprende a cuantas personas ocupare el contratista en la obra. La jurisprudencia no


excluye a los subcontratistas.

16.2 RESPONSABILIDAD DE LOS AGENTES DE LA EDIFICACIÓN

Los artículos 17 a 20 LOE desarrollan con gran extensión la responsabilidad civil por vicios de la
construcción, materia considerada insuficiente ya que el Art. 1591 CC sólo regula el presupuesto de
ruina de la edificación. La Ley 38/1999 trata de dar respuesta a toda la problemática de los vicios
constructivos.

El Art. 17.1 LOE dispone: Sin perjuicio de sus responsabilidades contractuales, las personas físicas
o jurídicas que intervienen en el proceso de la edificación responderán frente a los propietarios y los
terceros adquirentes de los edificios o parte de los mismos, en el caso de que sean objeto de división,
de los siguientes daños materiales ocasionados en el edificio dentro de los plazos indicados, contados
desde la fecha de recepción de la obra, sin reservas o desde la subsanación de éstas:

La ley aborda la responsabilidad civil frente a propietarios y terceros adquirentes y deja fuera a los que
sufren daños, pues habrán de seguir la vía de la responsabilidad extracontractual. De ahí, que establezca
una responsabilidad independiente de la que corresponda a los agentes de la edificación como
contratantes, y debe interpretarse que los supuestos de aquélla no autorizan también para fundamentar
la contractual, que tiene distinto régimen. Por ejemplo, si el propietario no ha ejercitado la acción el
plazo fijado para la legal, que es más reducido (2 años), que el de la contractual (15 años), no podrá
considerar el vicio constitutivo de incumplimiento contractual.

154
1. Ámbito de la responsabilidad. La responsabilidad abarca únicamente los daños materiales
ocasionados en el edificio, dejando fuera otros tipos de daños (daños corporales, daños en los bienes
muebles que había dentro de la casa, daños morales).

2. Plazos de garantía (Plazo en el que se tiene que manifestar). Los daños materiales deben haberse
producido dentro de los plazos que fija el Art. 17 LOE, contados desde la fecha de recepción de la
obra.

Los plazos pudieran llamarse de garantía se determinan en función de la naturaleza de los defectos:
- Vicios o defectos que afectan a elementos estructurales → 10 años
- Vicios que afectan a elementos constructivos o a instalaciones que ocasionan un incumplimiento
de los requisitos de habitabilidad → 3 años
- Vicios o defectos de ejecución que afectan a elementos de terminación o acabado (No se da en la
Ley) → 1 año

El plazo de ejecución de la acción de responsabilidad es de 2 años a contar desde que se produzcan


los años, sin perjuicios de las acciones que puedan subsistir para exigir responsabilidades por
incumplimiento contractual. El plazo es de prescripción. Se establece el mismo plazo prescriptivo
para la acción de repetición que pudiese corresponder a cualquiera de los agentes que intervienen
en el proceso de edificación contra los demás, siendo el dies a quo el de la firmeza de la resolución
judicial que condene al responsable a indemnizar daños o a partir de la fecha en la que se hubiera
precedido la indemnización de forma extrajudicial.

3. Carácter de la responsabilidad. La responsabilidad que regula el Art. 17 LOE es una


responsabilidad personal individualizada, es decir, recae sobre el causante del daño y sólo se puede
eximir si se prueba que se produjo por caso fortuito, fuerza mayor, por un acto de un tercero o por
el propio perjudicado. Que sea personal e individualizada lleva a que deban ponerse en conexión
las causas de daño con las obligaciones que tiene cada uno de los agentes que han intervenido en
el proceso de edificación.

El Art. 17 LOE hace referencia a que la responsabilidad se exigirá solidariamente, siendo así, en
aquellos casos en los que la causa de los daños materiales no pueda individualizarse o quedarse
debidamente probada la concurrencia de culpas sin que pudiera precisarse el grado de intervención
de cada agente en el daño producido. Seguramente se apunte a una condena solidaria, pues en el
momento de demandar no se conoce ni hay pruebas de aquellas circunstancias. Sólo para el
promotor se declara su responsabilidad solidaria en todo caso con los demás agentes. La Ley no
preceptúa que la responsabilidad de todos los agentes es solidaria, sino que señala cuando podrán
ser condenados solidariamente. Es una solidaridad ex lege.

La Ley sólo lo hace respecto del promotor, que responderá solidariamente con los demás agentes
interviniente. Los proyectistas, cuando el proyecto haya sido contratado con más de uno, y
directores de obra si se contrata de manera conjunta a más de un técnico. Es dudoso si la
responsabilidad que se impone al director de obra y al de ejecución de la misma que suscriban el
certificado final de obra y sea inexacto, es solidaria. La Ley no lo dice y la solidaridad no se
presume.

La Ley determina también que la responsabilidad civil será exigible por actos u omisiones de
personas por las que con arreglo a la misma se debe responder y detalla quienes son esas personas.

Artículos Ley 38/1999 – Ley de Ordenación de la Edificación

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Art. 1.1 LOE: 1. Esta Ley tiene por objeto regular en sus aspectos esenciales el proceso de la
edificación, estableciendo las obligaciones y responsabilidades de los agentes que intervienen en dicho
proceso, así como las garantías necesarias para el adecuado desarrollo del mismo, con el fin de
asegurar la calidad mediante el cumplimiento de los requisitos básicos de los edificios y la adecuada
protección de los intereses de los usuarios.

Art. 2.2 a) LOE: 2. Tendrán la consideración de edificación a los efectos de lo dispuesto en esta Ley,
y requerirán un proyecto según lo establecido en el artículo 4, las siguientes obras:
a) Obras de edificación de nueva construcción, excepto aquellas construcciones de escasa entidad
constructiva y sencillez técnica que no tengan, de forma eventual o permanente, carácter
residencial ni público y se desarrollen en una sola planta.

Art. 2.3 LOE: 3. Se consideran comprendidas en la edificación sus instalaciones fijas y el


equipamiento propio, así como los elementos de urbanización que permanezcan adscritos al edificio.

Art. 3.1.c.4) LOE: 1. Con el fin de garantizar la seguridad de las personas, el bienestar de la sociedad
y la protección del medio ambiente, se establecen los siguientes requisitos básicos de la edificación,
que deberán satisfacerse, de la forma que reglamentariamente se establezca, en el proyecto, la
construcción, el mantenimiento, la conservación y el uso de los edificios y sus instalaciones, así como
en las intervenciones que se realicen en los edificios existentes:
c) Relativos a la habitabilidad:
c.4) Otros aspectos funcionales de los elementos constructivos o de las instalaciones que permitan un
uso satisfactorio del edificio.

Art. 8 LOE: Son agentes de la edificación todas las personas, físicas o jurídicas, que intervienen en
el proceso de la edificación. Sus obligaciones vendrán determinadas por lo dispuesto en esta Ley y
demás disposiciones que sean de aplicación y por el contrato que origina su intervención.

Art. 9.1 LOE: 1. Será considerado promotor cualquier persona, física o jurídica, pública o privada,
que, individual o colectivamente, decide, impulsa, programa y financia, con recursos propios o ajenos,
las obras de edificación para sí o para su posterior enajenación, entrega o cesión a terceros bajo
cualquier título.
Art. 9.2 a) LOE: 2. Son obligaciones del promotor:
a) Ostentar sobre el solar la titularidad de un derecho que le faculte para construir en él.
Art. 11.1 LOE: 1. El constructor es el agente que asume, contractualmente ante el promotor, el
compromiso de ejecutar con medios humanos y materiales, propios o ajenos, las obras o parte de las
mismas con sujeción al proyecto y al contrato.

Art. 17.1 LOE: 1. Sin perjuicio de sus responsabilidades contractuales, las personas físicas o jurídicas
que intervienen en el proceso de la edificación responderán frente a los propietarios y los terceros
adquirentes de los edificios o parte de los mismos, en el caso de que sean objeto de división, de los
siguientes daños materiales ocasionados en el edificio dentro de los plazos indicados, contados desde
la fecha de recepción de la obra, sin reservas o desde la subsanación de éstas:
a) Durante diez años, de los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos que afecten
a la cimentación, los soportes, las vigas, los forjados, los muros de carga u otros elementos
estructurales, y que comprometan directamente la resistencia mecánica y la estabilidad del edificio.
b) Durante tres años, de los daños materiales causados en el edificio por vicios o defectos de los
elementos constructivos o de las instalaciones que ocasionen el incumplimiento de los requisitos de
habitabilidad del apartado 1, letra c), del artículo 3.

156
El constructor también responderá de los daños materiales por vicios o defectos de ejecución que
afecten a elementos de terminación o acabado de las obras dentro del plazo de un año.
Art. 17.2 LOE: 2. La responsabilidad civil será exigible en forma personal e individualizada, tanto
por actos u omisiones propios, como por actos u omisiones de personas por las que, con arreglo a esta
Ley, se deba responder.
Art. 17.3 LOE: 3. No obstante, cuando no pudiera individualizarse la causa de los daños materiales
o quedase debidamente probada la concurrencia de culpas sin que pudiera precisarse el grado de
intervención de cada agente en el daño producido, la responsabilidad se exigirá solidariamente.
En todo caso, el promotor responderá solidariamente con los demás agentes intervinientes ante los
posibles adquirentes de los daños materiales en el edificio ocasionados por vicios o defectos de
construcción.
Art. 17.8 LOE: 8. Las responsabilidades por daños no serán exigibles a los agentes que intervengan
en el proceso de la edificación, si se prueba que aquéllos fueron ocasionados por caso fortuito, fuerza
mayor, acto de tercero o por el propio perjudicado por el daño.
Art. 17.9 LOE: 9. Las responsabilidades a que se refiere este artículo se entienden sin perjuicio de
las que alcanzan al vendedor de los edificios o partes edificadas frente al comprador conforme al
contrato de compraventa suscrito entre ellos, a los artículos 1.484 y siguientes del Código Civil y
demás legislación aplicable a la compraventa.

Art. 18 LOE:1.Las acciones para exigir la responsabilidad prevista en el artículo anterior por daños
materiales dimanantes de los vicios o defectos, prescribirán en el plazo de dos años a contar desde
que se produzcan dichos daños, sin perjuicio de las acciones que puedan subsistir para exigir
responsabilidades por incumplimiento contractual.
2. La acción de repetición que pudiese corresponder a cualquiera de los agentes que intervienen en el
proceso de edificación contra los demás, o a los aseguradores contra ellos, prescribirá en el plazo de
dos años desde la firmeza de la resolución judicial que condene al responsable a indemnizar los daños,
o a partir de la fecha en la que se hubiera procedido a la indemnización de forma extrajudicial.
Una cosa es el daño material en el edificio a casusa de un vicio, pero ese mismo daño puede hacer daño
a otros bienes muebles o daño personal. No viene recogido en esta ley sino que se utiliza los artículos
del CC (1101 y siguientes del CC).
En principio las responsabilidades son individuales (arquitecto, promotor, contructor…) pero es algo
muy difícil de probar. La ley plantea que en todo caso el promotor responde, por lo que si tienen
u problema él tiene la responsabilidad.

157
TEMA 17: EL CONTRATO DE SOCIEDAD CIVIL

Art. 35 CC: Son personas jurídicas:


1º Las corporaciones, asociaciones y fundaciones de interés público reconocidas por la ley.
Su personalidad empieza desde el instante mismo en que, con arreglo a derecho, hubiesen quedado
válidamente constituidas.
2º Las asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o industriales, a las que la ley
conceda personalidad propia, independiente de la de cada uno de los asociados.

Art. 38 CC: Las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todas clases, así como contraer
obligaciones y ejercitar acciones civiles o criminales, conforme a las leyes y reglas de su constitución.
La Iglesia se regirá en este punto por lo concordado entre ambas potestades, y los establecimientos
de instrucción y beneficencia por lo que dispongan las leyes especiales.

Art. 1665 CC: La sociedad es un contrato por el cual dos o más personas se obligan a poner en común
dinero, bienes o industria, con ánimo de partir entre sí las ganancias.

158
Art. 1681 CC: Cada uno es deudor a la sociedad de lo que ha prometido aportar a ella.
Queda también sujeto a la evicción en cuanto a las cosas ciertas y determinadas que haya aportado a
la sociedad, en los mismos casos y de igual modo que lo está el vendedor respecto del comprador.

Art. 1682.I CC: El socio que se ha obligado a aportar una suma en dinero y no la ha aportado, es de
derecho deudor de los intereses desde el día en que debió aportarla, sin perjuicio de indemnizar,
además, los daños que hubiese causado.

Art. 1683 CC: El socio industrial debe a la sociedad las ganancias que durante ella haya obtenido en
el ramo de industria que sirve de objeto a la misma.

Art. 1697 CC: Para que la sociedad quede obligada con un tercero por los actos de uno de los socios,
se requiere:
1º Que el socio haya obrado en su carácter de tal, por cuenta de la sociedad.
2º Que tenga poder para obligar a la sociedad en virtud de un mandato expreso o tácito.
3º Que haya obrado dentro de los límites que le señala su poder o mandato.

Art. 1698.I CC: Los socios no quedan obligados solidariamente respecto de las deudas de la sociedad;
y ninguno puede obligar a los otros por un acto personal, si no le han conferido poder para ello.

159
TEMA 18: LOS CONTRATOS ALEATORIOS

18.1 CONCEPTO

Art. 1790 CC: Por el contrato aleatorio, una de las partes, o ambas recíprocamente, se obligan a dar
o hacer alguna cosa en equivalencia de lo que la otra parte ha de dar o hacer para el caso de un
acontecimiento incierto (quién va a ganar un partido), o que ha de ocurrir en tiempo indeterminado
(la muerte de una persona).

18.2 LA RENTA VITALICIA

Art. 1802 CC: El contrato aleatorio de renta vitalicia obliga al deudor a pagar una pensión o rédito
anual durante la vida de una o más personas determinadas por un capital en bienes muebles o
inmuebles, cuyo dominio se le transfiere desde luego con la carga de la pensión.

La aleatoriedad reside en la incertidumbre sobre la duración de la vida contemplada.

160
En lo referente a la perfección del contrato, la doctrina sostiene que la renta vitalicia pertenece a la
categoría de contratos reales, por lo que hasta la entrega del capital no se perfecciona, naciendo
entonces la obligación de pago de la pensión a cargo del que lo ha recibido (el capital). De ahí que se
estime unilateral, con obligaciones solamente para el deudor de la pensión. En consecuencia un sector
de la doctrina estima que la renta vitalicia es un contrato consensual del que nacen obligaciones
bilaterales: entrega del capital a cambio de la obligación de pago de la renta.

A) Naturaleza del derecho a percibir la renta o pensión

Si el Art. 1802 CC que la transferencia del capital se hace con la carga de la pensión, parece que el
perceptor de la misma tiene un derecho de naturaleza real. La cuestión está resuelta de manera unánime
pero de modo contrario, pues se afirma que el perceptor de la renta es titular de un derecho de crédito
meramente personal.

B) Sujetos

- El deudor de la renta es el que ha recibido el capital en muebles o inmuebles que se le transfiere.


- El acreedor lo mismo puede ser el que la constituyó transfiriendo esos bienes u otra persona
distinta, siendo este último supuesto una aplicación de la figura de contrato a favor de tercero.
El estipulante es el constituyente y el promitente el que recibe los bienes.

Es esencial el señalamiento de una persona cuya vida es contemplada como plazo de duración de la
obligación de pago, que no tiene que ser necesariamente la del acreedor, pues en el Art. 1803 CC se
dispone que: Puede constituirse la renta sobre la vida del que da el capital, sobre la de un tercero o
sobre la de varias personas.
También puede constituirse a favor de aquella o aquellas personas sobre cuya vida se otorga, o a favor
de otra u otras personas distintas.

GARCÍA GOYENA afirmaba que la persona cuya vida se otorga ha de existir al tiempo de la
perfección del contrato. Por otro lado, BELTRÁN DE HEREDIA CASTAÑO, sostenía que deben
excluirse las personas jurídicas, pues conduciría a rentas indefinidas porque tal puede ser la duración
de esas personas, siendo incompatible con lo que quiso plasmar el legislador en el contrato.

Si la renta se constituye sobre la vida de varias personas debe considerarse que no se extingue hasta la
muerte de la última. Si son varios los que tienen derecho a la renta, no se extingue hasta la muerte del
último sobreviviente.

C) Objeto del contrato y de la pensión

Según el Art. 1802 CC, el constituyente de la renta ha de transferir al deudor el dominio de un capital
en bienes muebles o inmuebles, aunque no hay inconveniente que se transfiera o constituya una
titularidad sobre derechos reales o simples créditos. No existe una prohibición legal de transferir bienes
que no sean materiales.

En cuanto al objeto de la pensión, no hay precepto legal alguno que diga que tenga que ser dinero.
Debe ser fija y determinada, pero se admite el juego de las cláusulas de estabilización e incluso su
actualización debida a circunstancias no previsibles si hay desproporción entre el capital recibido y la
renta pactada. La pensión no tiene por qué ser igual o inferior a los frutos que sea susceptible el capital.

D) Forma

161
En el Código Civil no hay particularidades al respecto. Regirán las normas generales de los Arts. 1279
CC y 1280 CC si se constituye a título oneroso.

Art. 1279 CC: Si la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma especial para hacer
efectivas las obligaciones propias de un contrato, los contratantes podrán compelerse recíprocamente
a llenar aquella forma desde que hubiese intervenido el consentimiento y demás requisitos necesarios
para su validez.

Art. 1280 CC: Deberán constar en documento público:


1. Los actos y contratos que tengan por objeto la creación, transmisión, modificación o extinción
de derechos reales sobre bienes inmuebles.
2. Los arrendamientos de estos mismos bienes por seis o más años, siempre que deban perjudicar
a tercero.
3. Las capitulaciones matrimoniales y sus modificaciones.
4. La cesión, repudiación y renuncia de los derechos hereditarios o de los de la sociedad
conyugal.
5. El poder para contraer matrimonio, el general para pleitos y los especiales que deban
presentarse en juicio; el poder para administrar bienes, y de cualquier otro que tenga por
objeto un acto redactado o que deba redactarse en escritura pública, o haya de perjudicar a
tercero.
6. La cesión de acciones o derechos procedentes de un acto consignado en escritura pública.
También deberán hacerse constar por escrito, aunque sea privado, los demás contratos en que
la cuantía de las prestaciones de uno o de los dos contratantes exceda de 1.500 pesetas.

E) Efectos

El constituyente de la renta ha de entregar el capital, estando obligado al saneamiento si la constitución


de aquella se ha hecho a título oneroso.

El deudor de la pensión debe satisfacerla por años o por otros períodos más cortos, según se pacte, ya
que el carácter anual de la pensión al que alude el Art. 1802 CC no es imperativo. El Art. 1808 CC
dispone que: No puede reclamarse la renta sin justificar la existencia de la persona sobre cuya vida
esté constituido. Se trata de una facultad que se otorga al deudor, no una exigencia imperativa.

También cabe destacar lo dispuesto en el Art. 1806 CC.

Art. 1806 CC: La renta correspondiente al año en que muere el que la disfruta se pagará en
proporción a los días que hubiese vivido; si debía satisfacerse por plazos anticipados, se pagará el
importe total del plazo que durante su vida hubiese empezado a correr. Se parte del supuesto de que
la vida contemplada es la del pensionista, pero no hay obstáculo para extender su aplicación a un tercero
extraño al contrato.

F) Aseguramiento

Art. 1805 CC: La falta de pago de las pensiones vencidas no autoriza al perceptor de la renta vitalicia
a exigir el reembolso del capital ni a volver a entrar en la posesión del predio enajenado; sólo tendrá
derecho a reclamar judicialmente el pago de las rentas atrasadas y el aseguramiento de las futuras.

162
El problema de este artículo es si admite pacto en contrario. En otras palabras, si se puede pactar la
resolución del contrato cuando el deudor de la renta o pensión no satisface su obligación. Esta
condición resolutoria la admitido la jurisprudencia e indica que lo dispuesto en el Art. 1805 CC tiene
carácter dispositivo en defecto de pacto. Si se pacta que el perceptor se quedará con las rentas abonadas
con anterioridad, además de entrar en la posesión del capital que entregó, se entenderá como cláusula
penal por incumplimiento, con el consiguiente poder moderador de los Tribunales.

Otra forma de aseguramiento, es la de constituir una hipoteca a favor del pensionista, llamada de rentas
o prestaciones periódicas, cuya especialidad reside en la posibilidad de tantas ejecuciones sobre el bien
gravado como pensiones impagadas y garantizadas se acrediten.

G) Nulidad y extinción del contrato

A parte de las causas de nulidad genéricas para todos los contratos, se contempla en el Art. 1804 CC
una específica: Es nula la renta constituida sobre la vida de una persona muerta a la fecha del
otorgamiento, o que en el mismo tiempo se halle padeciendo una enfermedad que llegue a causar su
muerte dentro de los veinte días siguientes a aquella fecha. La nulidad se debe al defecto de
aleatoriedad. Aquí no hay incertidumbre sobre la duración de la vida contemplada.

H) Renta vitalicia constituida a título gratuito

El Código Civil permite indudablemente la constitución de una renta vitalicia a título gratuito, como
lo demuestra la especialidad que para este caso se recoge en el Art. 1807 CC. En esa constitución no
existe entrega de un capital a cambio de una renta, sino que una persona concede a otra el derecho a
percibirla. Es una donación cuyo efecto fundamental es que el donante se convierte en deudor del
donatario por el importe de la renta. Al perfeccionarse la donación, nace el derecho de crédito a favor
de éste.

El Art. 1807 CC permite al constituyente declarar la inembargabilidad de la renta donada. El Art.


1807 CC dispone que: El que constituye a título gratuito una renta sobre sus bienes, puede disponer,
al tiempo del otorgamiento, que no estará sujeta dicha renta a embargo por obligaciones del
pensionista.

18.3 EL CONTRATO DE ALIMENTOS

A) Concepto

La regulación del contrato de alimentos se encuentra en los Arts. 1791 a 1797 CC. Estos artículos en
su redacción originaria trataban el contrato de seguro, los cuales fueron derogados cuando en 1980 se
promulgó la Ley de contratos de seguro. Fue en el año 2003 (Ley 41/2003) cuando volvieron a tener
contenido, regulándose por primera vez el contrato de alimentos, pues antes era un contrato atípico.

La jurisprudencia del TS ya reconocía con anterioridad a la Ley 41/2003 la existencia jurídica del
llamado vitalicio, que tiene un contenido similar a la definición que el Art. 1791 CC da al contrato de
alimentos: Por el contrato de alimentos una de las partes se obliga a proporcionar vivienda,
manutención y asistencia de todo tipo a una persona durante su vida, a cambio de la transmisión de
un capital en cualquier clase de bienes y derechos.

Es un contrato bilateral al cual se ha de aplicar el Art. 153 CC y en consecuencia ha de tener por


subsidiarias la normativa sobre alimentos.

163
Los sujetos son:
- Alimentista: persona a la que se le dan los alimentos.
- Alimentante: persona que da los alimentos.

B) La prestación alimenticia

Art. 1793 CC: La extensión y calidad de la prestación de alimentos serán las que resulten del contrato
y, a falta de pacto en contrario, no dependerá de las vicisitudes del caudal y necesidades del obligado
ni de las del caudal de quien los recibe.

Art. 1794 CC: La obligación de dar alimentos no cesará por las causas a que se refiere el artículo
152, salvo la prevista en su apartado primero.

En caso de incumplimiento de la prestación pactada:

Art. 1795, p. 1º: El incumplimiento de la obligación de alimentos dará derecho al alimentista sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 1792, para optar entre exigir el cumplimiento, incluyendo el
abono de los devengados con anterioridad a la demanda, o la resolución del contrato, con aplicación,
en ambos casos, de las reglas generales de las obligaciones recíprocas.

Art. 1795, p. 2º: En caso de que el alimentista opte por la resolución, el deudor de los alimentos
deberá restituir inmediatamente los bienes que recibió por el contrato, y, en cambio, el juez podrá, en
atención a las circunstancias, acordar que la restitución que, con respeto de lo que dispone el artículo
siguiente, corresponda al alimentista quede total o parcialmente aplazada, en su beneficio, por el
tiempo y con las garantías que se determinen.

Art. 1796 CC: De las consecuencias de la resolución del contrato, habrá de resultar para el
alimentista, cuando menos, un superávit suficiente para constituir, de nuevo, una pensión análoga por
el tiempo que le quede de vida.

Lo dispuesto en el Art. 1796 CC es de manera imperativa.

C) Modificación del contrato

Art. 1792 CC: De producirse la muerte del obligado a prestar los alimentos o de concurrir cualquier
circunstancia grave que impida la pacífica convivencia de las partes, cualquiera de ellas podrá pedir
que la prestación de alimentos convenida se pague mediante la pensión actualizable a satisfacer por
plazos anticipados que para esos eventos hubiere sido prevista en el contrato o, de no haber sido
prevista, mediante la que se fije judicialmente.

Dentro de este apartado cabría hablar también de que éste contrato puede ser un contrato a favor de
tercero, en el sentido de que las personas que deben dar alimentos a otra, pueden trasmitirle un capital
a una institución privada y ésta se encarga de cuidar a la persona afectada, a la cual habría que dar
alimentos.

164
165
TEMA 19: LA FIANZA

ESTRUCTURAS DEL CONTRATO DE FIANZA (No está en el manual)

19.1 CONCEPTO DEL CONTRATO DE FIANZA

La fianza es un contrato por el cual un sujeto (fiador) se compromete a cumplir la obligación en caso
de que el deudor principal no la cumpla. El contrato de fianza se encuentra regulado en el Código Civil
en los artículos 1822 y siguientes.

El concepto de fianza se encuentra regulado en el Art. 1822 CC que dispone que:


Por la fianza se obliga uno (Fiador) a pagar o cumplir por un tercero (Haciendo referencia al
deudor), en el caso de no hacerlo éste.
Si el fiador se obligare solidariamente con el deudor principal, se observará lo dispuesto en la sección
4ª, capítulo III, título I (Obligaciones solidarias), de este libro. En el segundo párrafo, se regula la
fianza solidaria o cofianza.

La obligación del fiador tiene carácter subsidiario, aunque este carácter no es esencial cuando se trata
de una fianza solidaria. Esta obligación no es condicional, ya que existe desde el momento en el que
se constituye la fianza. Además tiene carácter accesorio, pues la fianza presupone que exista una
obligación principal la cual se garantiza.

La doctrina afirma que el fiador debe y responde. Debe porque se ha constituido en deudor de una
obligación a favor del acreedor, que tiende a satisfacer el mismo interés que le reporta al acreedor la
obligación principal con el deudor.

En ocasiones el acreedor requiere al deudor que señale a una persona para que sea el fiador. Esto se
encuentra regulado en dos artículos:

Art. 1825 CC: Puede también prestarse fianza en garantía de deudas futuras, cuyo importe no sea
aún conocido; pero no se podrá reclamar contra el fiador hasta que la deuda sea líquida.

Art. 1826 CC: El fiador puede obligarse a menos, pero no a más que el deudor principal, tanto en la
cantidad como en lo oneroso de las condiciones.
Si se hubiera obligado a más, se reducirá su obligación a los límites de la del deudor.

Art. 1827 CC: La fianza no se presume: debe ser expresa y no puede extenderse a más de lo contenido
en ella.
Si fuere simple o indefinida, comprenderá no sólo la obligación principal, sino todos sus accesorios
(Intereses, por ejemplo), incluso los gastos del juicio, entendiéndose, respecto de éstos, que no
responderá sino de los que se hayan devengado después que haya sido requerido el fiador para el
pago.

166
Art. 1828 CC: El obligado a dar fiador debe presentar persona que tenga capacidad para obligarse
y bienes suficientes para responder de la obligación que garantiza. El fiador se entenderá sometido a
la jurisdicción del Juez del lugar donde esta obligación debe cumplirse. El fiador debe tener
solvencia y capacidad de obrar.

Art. 1829 CC: Si el fiador viniere al estado de insolvencia, puede el acreedor pedir otro que reúna
las cualidades exigidas en el artículo anterior. Exceptúase el caso de haber exigido y pactado el
acreedor que se le diera por fiador una persona determinada.

Art. 1824 CC: La fianza no puede existir sin una obligación válida.

TIPOS DE CONTRATO DE FIANZA

Art. 1823 CC: La fianza puede ser convencional, legal o judicial, gratuita o a título oneroso.
Puede también constituirse, no sólo a favor del deudor principal, sino al del otro fiador,
consintiéndolo, ignorándolo y aun contradiciéndolo éste. Este artículo regula el subfiador.

RELACIONES ENTRE EL ACREEDOR Y EL FIADOR

El Art. 1830 CC dispone que: El fiador no puede ser compelido a pagar al acreedor sin hacerse antes
excusión de todos los bienes del deudor. Se trata de una norma de carácter dispositivo, pues el
fiador no puede ser obligado a pagar hasta que el deudor incumpla.(1) Beneficio de excusión o
de orden.

Sin embargo, si el acreedor le requiere el pago al fiador, éste tiene la facultad de oponer el beneficio
de excusión, beneficio de orden o derecho de excusión, por el cual obliga al acreedor a perseguir
primero todos los bienes del deudor.

Además, el Art. 1832 CC establece que el fiador le debe señalar al acreedor bienes del deudor que estén
en España con los que satisfacer la obligación y que sean suficientes para cubrir toda la prestación.

Art. 1832 CC: Para que el fiador pueda aprovecharse del beneficio de la excusión, debe oponerlo al
acreedor luego que éste le requiera para el pago (Se remarca su carácter de inmediatez, y hay que
entender requerimiento como cualquier tipo de reclamación), y señalarle (De forma precisa y
concreta) bienes del deudor realizables dentro del territorio español, que sean suficientes para cubrir
el importe de la deuda.

En el siguiente artículo se sanciona la negligencia del acreedor al perseguir los bienes, por cual cesa
la responsabilidad del fiador por el importe que no se haya podido satisfacer de la prestación al ejecutar
los bienes que el fiador señaló.

Art. 1833 CC: Cumplidas por el fiador todas las condiciones del artículo anterior, el acreedor
negligente en la excusión de los bienes señalados es responsable, hasta donde ellos alcancen, de la
insolvencia del deudor que por aquel descuido resulte.
Ejemplo le deben al deudor 300 y el fiador de excusa que tiene una casa de ese valor, y tarda 3 meses
en hacer la demanda y ha vendido la casa. No le podrá exigir al fiador el cumplimiento de la obligación
por negligencia.

167
En el Art. 1834 CC se establece que el fiador puede ser demandado conjuntamente con el deudor: El
acreedor podrá citar (Demandar) al fiador cuando demande al deudor principal, pero quedará
siempre a salvo el beneficio de excusión, aunque se dé sentencia contra los dos.

En el artículo que no se ha citado, en el 1831 CC, se regulan las excepciones en las que no es posible
oponer el beneficio de excusión:

Art. 1831 CC: La excusión no tiene lugar:


1. Cuando el fiador haya renunciado expresamente a ella. No se requiere una fórmula de
renuncia expresa.
2. Cuando se haya obligado solidariamente con el deudor. La fianza solidaria tiene su propio
régimen jurídico.
3. En el caso de quiebra o concurso del deudor. Hay una insolvencia declarada judicialmente.
4. Cuando éste no pueda ser demandado judicialmente dentro del Reino.

Además, si la fianza es judicial, tampoco se podrá oponer el beneficio de excusión.

Art. 1856 CC: El fiador judicial no puede pedir la excusión de bienes del deudor principal.
El subfiador, en el mismo caso, no puede pedir ni la del deudor ni la del fiador.

Es importante saber que salvo en la fianza solidaria, en el resto se requiere el incumplimiento del
deudor debido a su carácter subsidiario.
Además de tener el fiador la capacidad de oponer el beneficio de excusión, éste puede oponer al
acreedor todas las excepciones que competan al deudor principal y sean inherentes a la deuda,
excepcionando las puramente personales (Art. 1853 CC). No se trata de un precepto de carácter
imperativo. Se entienden por puramente personales la incapacidad o la no plena capacidad de obrar
del afianzado, y por inherentes a la deuda las que pueden ser causa de extinción de la obligación como
el dolo, la violencia o la intimidación.

Entre ambas excepciones quedan los supuestos en los que el deudor ha contraído aquella por un vicio
determinante de su voluntad.

19.2 RELACIONES ENTRE EL DEUDOR Y EL FIADOR

DESPUÉS DE EFECTUADO EL PAGO

Si el fiador paga, éste pasa a ser el acreedor del deudor principal, es decir, se produce una subrogación.
En este caso se le concede al fiador una acción de reembolso que se encuentra recogida en el Art. 1838
CC:

Art. 1838 CC: El fiador que paga por el deudor debe ser indemnizado por éste.
La indemnización comprende:
1. La cantidad total de la deuda. (Principal + intereses pagados al acreedor)
2. Los intereses legales de ella desde que se haya hecho saber el pago al deudor, aunque no los
produjese para el acreedor.
3. Los gastos ocasionados al fiador después de poner éste en conocimiento del deudor que ha
sido requerido para el pago.
4. Los daños y perjuicios, cuando procedan.
La disposición de este artículo tiene lugar aunque la fianza se haya dado ignorándolo el deudor.

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Cómo ya se veía al principio de este apartado, el fiador se subrogaba con el acreedor principal, y es lo
que está dispuesto en el Art. 1839 CC:

Art. 1839 CC: El fiador se subroga por el pago en todos los derechos que el acreedor tenía contra el
deudor.
Si ha transigido con el acreedor, no puede pedir al deudor más de lo que realmente haya pagado.

Sobre la subrogación también se encuentran, como ya se trató, el artículo 1210 CC sobre cuando se
presumirá subrogación y hay que añadir el 1212 CC en la que se menciona la figura del fiador:

Art. 1212 CC: La subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos a él anexos, ya
contra el deudor, ya contra los terceros, sean fiadores o poseedores de las hipotecas.

La fianza es susceptible de concertarse entre el fiador y el acreedor, e ignorándolo el deudor o incluso


contra la voluntad de éste. Si lo ignora el deudor, el fiador tiene la acción de reembolso del 1838 último
párrafo, y si es contra la voluntad de éste se regirá por las reglas del 1158 CC.

Ante la reclamación del fiador, el deudor puede oponer algunas excepciones:

Art. 1840 CC: Si el fiador paga sin ponerlo en noticia del deudor, podrá éste hacer valer contra él
todas las excepciones que hubiera podido oponer al acreedor al tiempo de hacerse el pago.

Art. 1841 CC: Si la deuda era a plazo y el fiador la pagó antes de su vencimiento, no podrá exigir
reembolso del deudor hasta que el plazo venza.

Art. 1842 CC: Si el fiador ha pagado sin ponerlo en noticia del deudor, y éste, ignorando el pago, lo
repite por su parte, no queda al primero recurso alguno contra el segundo, pero sí contra el acreedor.

LA COFIANZA Y LA RELACIÓN ENTRE LOS COFIADORES

Art. 1837 CC: Siendo varios los fiadores de un mismo deudor y por una misma deuda, la obligación
a responder de ella se divide entre todos. El acreedor no puede reclamar a cada fiador sino la parte
que le corresponda satisfacer, a menos que se haya estipulado expresamente la solidaridad.
El beneficio de división contra los cofiadores cesa en los mismos casos y por las mismas causas que
el de excusión contra el deudor principal.

El acreedor no puede exigir a cualquiera la totalidad de la deuda. Si así fuera puede el demandado
oponer el beneficio de división que es la facultad del cofiador a pagar sólo su parte. La parte que
tiene cada cofiador a su cargo es la pactada y si no, se divide entre todos (Regla de las obligaciones
parciarias). El cofiador goza del beneficio de excusión, aunque es renunciable, y también se aplicarían
las normas de extinción del Art. 1831 CC.

En cuanto a la relación entre los cofiadores, el art. 1844 CC regula que si un cofiador paga por entero
la deuda debido a que ha sido demandado judicialmente, éste posee una acción de reembolso contra
los demás cofiadores. Si alguno de los otros resulta ser insolvente, su parte se divide entre los demás
en proporción.

Art. 1844 CC: Cuando son dos o más los fiadores de un mismo deudor y por una misma duda el que
de ellos haya pagado podrá reclamar de cada uno de los otros la parte que proporcionalmente le
corresponda satisfacer.

169
Si alguno de ellos resultare insolvente, la parte de éste recaerá sobre todos en la misma proporción.
Para que pueda tener lugar la disposición de este artículo, es preciso que se haya hecho el pago en
virtud de demanda judicial, o hallándose el deudor principal en estado de concurso o quiebra.

Respecto a esto el TS ha extendido la doctrina aunque no se den las circunstancias del precepto, siempre
que el pago no sea imprudente, prematuro o malicioso. Además lo permite cuando el cofiador paga
estando el deudor en situación de insolvente.

En el Art. 1845 CC se encuentra el precepto por el cual los cofiadores demandados pueden oponer
excepciones al demandante.

Art. 1845 CC: En el caso del artículo anterior podrán los cofiadores oponer al que pagó las mismas
excepciones que habrían correspondido al deudor principal contra el acreedor y que no fueren
puramente personales del mismo deudor.

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TEMA 20: TRANSACCIÓN, ARBITRAJE DE DERECHO PRIVADO Y MEDIACIÓN

20.1 TRANSACCIÓN

Art. 1809 CC: La transacción es un contrato por el cual las partes, dando, prometiendo o reteniendo
cada una alguna cosa, evitan la provocación de un pleito o ponen término al que había comenzado.
No está claro si se trata de un contrato consensual, real o formal.
El objetivo de este contrato es evitar un pleito o desligarnos del proceso. Se caracteriza porque debe
haber recíprocas prestaciones. Es un contrato bilateral y oneroso.

Art. 1813 CC: Se puede transigir sobre la acción civil (atropello) proveniente de un delito; pero no
por eso se extinguirá la acción pública para la imposición de la pena legal (no penal).

Art. 1814 CC: No se puede transigir sobre el estado civil de las personas, ni sobre las cuestiones
matrimoniales, ni sobre alimentos futuros.

20.2 ARBITRAJE DE DERECHO PRIVADO

Artículos de la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje.

Art. 1- Ámbito de aplicación.1. Esta ley se aplicará a los arbitrajes cuyo lugar se halle dentro del
territorio español, sean de carácter interno o internacional, sin perjuicio de lo establecido en tratados
de los que España sea parte o en leyes que contengan disposiciones especiales sobre arbitraje.
3. Esta ley será de aplicación supletoria a los arbitrajes previstos en otras leyes.
4. Quedan excluidos del ámbito de aplicación de esta ley los arbitrajes laborales.

Art. 2 - Materias objeto de arbitraje.1. Son susceptibles de arbitraje las controversias sobre
materias de libre disposición conforme a derecho.

Art. 9 - Forma y contenido del convenio arbitral. 1. El convenio arbitral, que podrá adoptar la
forma de cláusula incorporada a un contrato o de acuerdo independiente, deberá expresar la voluntad
de las partes de someter a arbitraje todas o algunas de las controversias que hayan surgido o puedan
surgir respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no contractual.
3. El convenio arbitral deberá constar por escrito, en un documento firmado por las partes o en un
intercambio de cartas, telegramas, télex, fax u otros medios de telecomunicación que dejen constancia
del acuerdo.

Art. 34 - Normas aplicables al fondo de la controversia. 1. Los árbitros sólo decidirán en equidad
si las partes les han autorizado expresamente para ello.
3. En todo caso, los árbitros decidirán con arreglo a las estipulaciones del contrato y tendrán en
cuenta los usos aplicables.

20.3 MEDIACIÓN

Artículos de la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles

Art. 1- Concepto. Se entiende por mediación aquel medio de solución de controversias, cualquiera
que sea su denominación, en que dos o más partes intentan voluntariamente alcanzar por sí mismas
un acuerdo con la intervención de un mediador.

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TEMA 21: LA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL

La responsabilidad es la sujeción de una persona que vulnera un deber de conducta impuesto en interés
de otro sujeto a la obligación de reparar el daño producido. La responsabilidad se clasifica en:
- Contractual: supone la transgresión de un debe de conducta impuesto en un contrato.
- Extracontractual o aquiliana: responde a la idea de la producción de un daño a otra personas
por haber transgredido el genérico deber nemimen laedere, es decir, el de abstenerse de un
comportamiento lesivo para los demás.

El Art. 1089 CC dispone que: Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos, y cuasi contratos, y
de los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia.

Art. 1092 CC: Las obligaciones civiles que nazcan de los delitos o faltas se regirán por las
disposiciones del Código Penal.

Además, haciendo referencia al Art. 1093 CC: Las que se deriven de actos u omisiones en que
intervenga culpa o negligencia no penadas por la ley, lo habrán de ser por sus normas.

La separación ente las obligaciones que nacen de la convención y las que tienen su origen en la culpa
o negligencia civil no es más que de régimen jurídico, porque el fundamento último es el mismo: una
acción y omisión culposa, aunque también dolosa. Incluso el régimen jurídico de las primeras se aplica
con carácter subsidiario en las segundas, según reiterada jurisprudencia.

LOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

Puede tipificarse con a arreglo a diferentes circunstancias:

A) Objetiva o subjetiva:

- Responsabilidad subjetiva: se funda exclusivamente en la culpa.


- Responsabilidad objetiva: se produce con independencia de toda culpa.

B) Directa o indirecta:

- Responsabilidad directa: se impone a la persona causante del daño y es una responsabilidad por
hechos propios.
- Responsabilidad indirecta: se produce si se obliga al resarcimiento a una persona que no es agente
productor del hecho u omisión dañoso y por hechos ajenos.

C) Principal o subsidiaria:

- Responsabilidad principal: Aquella que es exigible en primer término.


- Responsabilidad subsidiaria: aquella en la que el debe impuesto al que es responsable principal
no existe o no se cumple o no se puede cumplir.

174
PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

Para que exista responsabilidad civil será necesario que concurran los requisitos siguientes:

1. Un comportamiento. El Código Civil en el 1902 habla de acción u omisión. Al ser un


comportamiento el punto de origen de todo fenómeno de la responsabilidad civil, será menester ver
en qué medida debe ser considerado como una falta o común acto ilícito.
2. La acción u omisión debe de haber producido un daño.
3. Existencia de un nexo causal entre comportamiento y daño.
4. Existencia de un criterio que permita imputar dicha responsabilidad al demandado. El normal es la
culpabilidad aunque la ley también admite otros criterios.

EL COMPORTAMIENTO Y SU CONSIDERACIÓN COMO ACTO ILÍCITO

El punto de origen de todo fenómeno de la responsabilidad civil es un comportamiento que se pueda


considerar de alguna manera como causa del daño pudiendo consistir en una acción positiva (facere) o
una negativa (non facere). En este punto hay que preguntarse si para considerar la acción u omisión
fuente de responsabilidad tiene que poder ser calificada como ilícita o antijurídica.

En material contractual la cuestión plantea bastante sencillez. Existe previamente una obligación entre
las partes y el comportamiento de un deudor que contraviene su obligación y viola el derecho del
acreedor, pudiendo ser una completa falta de ejecución de lo debido, un cumplimiento defectuoso o
una infracción de especial deber de conducta. En todo caso el hecho generador de la responsabilidad
civil contractual es siempre un acto ilícito, en la medida en que se trata de una contravención del
ordenamiento jurídico al darse la violación del derecho del acreedor que protege y una falta de
cumplimiento de la propia obligación que sanciona.

En materia extracontractual, el Código Civil, no exige este requisito sino que en la acción u omisión
daños intervenga cualquier género de culpa o negligencia. No obstante, la doctrina y la jurisprudencia
destacar el carácter antijurídico que debe tener el acto, aunque en la órbita no penal su concepto es
necesariamente más genérico, menos perfilado y concreto. Así pues, lo antijurídico no penal no consiste
solamente en la violación de normas que impongan una conducta sino también la contravención del
principio alterum non laedere, principio integrado en el ordenamiento que es fuente de una serie de
deberes que nos obligan a comportarnos respecto a terceros con la corrección y prudencia necesarias
para que la convivencia sea posible. Por ello es perfectamente posible que en el ejercicio de nuestro
propio derecho, se cause un daño resarcible si se ha ejercitado de modo anormal o excesivo.
La nota de antijuricidad no añade nada al comportamiento, pues hasta que no se haya producido el
daño no hay que indemnizar ya que nuestro Derecho estructura la responsabilidad civil como
resarcitoria del daño y no como una pena.

EL DAÑO

Otro de los presupuestos necesarios para que surja la obligación de reparar es la de producción de un
daño. El Código Civil no añade ninguna particularidad que deba reunir el daño, pero de la
jurisprudencia puede deducirse que toda agresión a un interés legítimo es susceptible de originarlo y
no sólo el ataque a bienes y derechos subjetivos.

Con carácter general puede afirmarse que han de resarcirse los daños patrimoniales y los morales,
teniendo que ser el daño cierto, excluyéndose los puramente hipotéticos o eventuales. El daño

175
indemnizable o reparable puede no ser sólo actual, sino que también puede ser futuro. Ejemplo de ello
es la lesión corporal que puede causar secuelas en un futuro.

A) Daño patrimonial. La lesión de propiedad o de cualquier otro derecho de naturaleza patrimonial


debe ser reparada. La jurisprudencia del TS ha admitido que los derechos de crédito pueden ser
lesionados por terceros cuando cooperan con el deudor al incumplimiento, a la falta de satisfacción
dl interés del acreedor, siempre u cuando conozcan el derecho de éste, y aun así no lo respeten. El
daño patrimonial se clasifica en daño emergente y lucro cesante.

B) Daño moral. Se comprende el originado por la lesión o violación de bienes y derecho de las
personas, no siendo cualquier clase de sufrimiento psíquico o físico, el quebranto, frustración o
ruptura de sentimientos. Se trata de daños extrapatrimoniales y se indemnizan prescindiendo de
que un ataque a aquellos bienes y derechos tengan también repercusión en el patrimonio.

La jurisprudencia española ha reconocido reiteradamente la obligación de reparar daños morales


en sí mismos considerados, superando una fase en que exigió que tuviera una trascendencia en el
patrimonio de la persona. La jurisprudencia muestra una tendencia sumamente expansiva en la
apreciación de daños inferidos a la persona, pues acoge la necesidad de indemnizar la lesión de los
sentimientos de afecto familiar o de los nacidos de una estrecha relación de amistad en caso de
muere, lo dolores físicos ocasionados por lesiones, la fama, la consideración social...

La estimación del daño moral es discrecional del juzgador. No obstante, la Ley 1/1982 señala una
serie de criterios para los ataques al honor, intimidad e imagen. Tales criterios pueden ser tenidos
en cuenta, en lo posible, en las lesiones a otros bienes y derechos de la persona. Otro camino que
se sigue en la legislación sobre automóvil es la tasación de los daños.

La indemnización del daño moral no es compatible con la de los perjuicios materiales, pues no se
concede por un mismo hecho una doble indemnización, sino una de mayor entidad.

C) Consideración especial del daño por causa de privación de la vida. Cuando la conducta que se
califica de ilícito civil dé como resultado la muerte de una persona, ¿Puede estimarse que es un
daño que se causa a la misma y en consecuencia sus herederos están legitimados para pedir la
reparación? El razonamiento frecuente que se alega p ara negar toda indemnización a la víctima es
que el derecho a la indemnización nace cuando la persona dejó ya de existir y no puede adquirir
nada porque carece de capacidad jurídica. No obstante, la doctrina reconoce que es válida en caso
de muerte instantánea pero no cuando la víctima sobrevive algún tiempo a la herida mortal. Sin
embargo, aquí la muerte, sino el acto lo que origina la responsabilidad del culpable. El hecho
causante se produce viviendo la víctima y la muerte sobrevenida manifiesta su carácter y su alcance.
Además algunos autores, sostienen que hay un intervalo entre el golpe y la muerte que es suficiente
para que antes de la muerte, haya adquirido el patrimonio de la víctima el derecho al resarcimiento.

La jurisprudencia de la Sala 1ª del TS ha mantenido una doctrina contraria, basada en el argumento


de la falta de acción de la víctima. No hay transmisión a los herederos salvo de la acción para
reclamar perjuicios materiales irrogados al patrimonio del fallecido. No obstante, legitima a los
más próximos a la víctima a reclamar iure propio indemnización de los daños morales y materiales
que experimentan por la muerte un ser querido y por la desaparición de los auxilios y alimentos
que él les prestaba o podía prestarles en un futuro.

D) Prueba del daño. Es jurisprudencia constante, que no basta con alegar la realización de un acto u
omisión culpable, sino que exige la prueba cumplida de la realidad del perjuicio, a cargo del

176
perjudicado, así como la extensión y el alcance los daños. En materia de daños causados por muerte,
no se exige prueba.

LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD

De acuerdo con lo que preceptúa el 1902, el daño ha de ser causado por determinados comportamientos
humanos. El problema que se plantea es muy complejo a pesar de tener una formulación simple. Stuart
Mill afirmaba que todo fenómeno que se verifica en un determinado momento, y del cual se busca la
causa, no está precedido de un solo antecedente sino de varios. Por lo tanto, lo que es precios es decidir
cuál de ellos reviste o merece el papel de causa. A grandes rasgos, las múltiples teorías pueden
diferenciarse en dos grupos: El primero que sostiene que no hay diferenciación entre los diversos
antecedentes, por lo que tendrán tango de concausas, siempre que se cumpla que un hecho es causa de
otro cuando si hubiera faltado el antecedente no se hubiera producido el resultado. El otro grupo está
constituido por las teorías que dentro del conjunto, destacan uno o varios antecedentes para
conceptuarlos como causa del resultado. En cuanto a la selección de éstos, unos autores siguen el
criterio de la adecuación, otros siguen la idea de que el hecho más próximo al daño debe ser su causa,
y por último otro sector mantiene que el hecho más eficiente es el decisivo.

Actualmente el TS se inclina por la teoría de la causalidad adecuada, aunque no lo suficientemente


desligada de la teoría de la causa eficiente. El resultado dañoso ha de ser consecuencia natural,
adecuada y suficiente, teniéndose que entender por natural la consecuencia que propicia entre el acto
inicial y el resultado, una relación de necesidad conforme a los conocimientos generalmente aceptados
y teniéndose que valorar al caso concreto, si el antecedente tiene capacidad suficiente para que derivar
el efecto lesivo producido.

LA CULPA COMO FACTOR DECISIVO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN EL


ARTÍCULO 1902 DEL CÓDIGO CIVIL

A) La culpa: El Art. 1902 CC dispone que: El que por acción u omisión causa daño a otro,
interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado. Este artículo erige la
culpa y el dolo como favores decisivos para que surja la obligación de reparar. Se requiere que en
el comportamiento antecedente al daño se pueda encontrar culpa o negligencia. Se trata por tanto,
de un momento ideal, que se denomina imputación subjetiva, y que trata de establecer un nexo que
enlaza el hecho con la conducta del autor.

La jurisprudencia ha declarado que la culpa a la que se refiere este artículo no consiste solamente
en la omisión de normas inexcusables o aconsejadas por la más vulgar experiencia sino también en
no prever lo que pudo y debió ser previsto, siendo el requisito de la previsibilidad esencial
(Excluyéndose los sucesos insólitos y extraordinarios) para generar responsabilidad,
considerándola en la actividad normal del hombre medio con relación a las circunstancias del
momento. En cuanto a la imposibilidad de evitar los sucesos previstos, no excusa de prestar la
diligencia necesaria para vencer las dificultades que se presentan, no exigiéndose la prestación
exorbitante, que es aquella que exigiría vencer las dificultades que pueden ser equiparables a la
imposibilidad, por exigir sacrificios desproporcionados o violación de deberes más altos.

Otras sentencias hacen referencia a la culpa como un comportamiento no conforme a los cánones
o estándares éticos establecidos, que deben contener un elemento de imprevisión de falta de
diligencia o impericia.

177
Sin embargo, la evolución jurisprudencial ha llevado a que el TS no pueda reconocer que nuestro
sistema de responsabilidad se asienta la culpa, pero cuando no se puede aplicar un sistema de
responsabilidad objetiva, se invierte la carga de la prueba, es decir, le corresponde al agente que la
víctima supone que obró con culpa probar que obró con toda la diligencia debida.

B) La culpa del perjudicado. En ocasiones, en la producción de un daño hay intervenido un acción


u omisión culposa de la propia víctima, por lo que si hay exclusivamente culpa del perjudicado, la
responsabilidad del agentes no existe porque concurre un actuar no culposo o diligente suyo con
actuar culposo de la víctima. En cambio, el problema surge cuando ambas conductas son culposas,
llevando ambas al resultado de daños.

La jurisprudencia considera que la obligación de reparar del agente debe verse disminuida en su
intensidad o cuantía al concurrir la culpa del propio perjudicado, con fundamento en el Art. 1103
CC, el cual faculta para moderar la responsabilidad procedente de la culpa. No obstante, cuando la
culpa del perjudicado o del agente es muy intensa, puede absorber a toda otra culpa concurrente.

C) El dolo. Como ya se ha mencionado el Art. 1902 CC también preceptúa el dolo, que consiste en no
evitar el daño que se previó. El agente actúa con dolo si es consciente de que su comportamiento
provoca o puede provocar un daño y no adopta las medidas necesarias para evitarlo. Es doctrina
jurisprudencial que deben entenderse dolosamente queridos los resultados que sin ser
intencionadamente perseguidos aparezcan como consecuencia necesaria de la acción.

SUJETOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

La responsabilidad civil, en cuanto, deber de indemnizar da lugar a una relación obligatoria. Se puede
configurar como que en ella existe un derecho de crédito del que es titular el acreedor o perjudicado, y
un deber de prestación del deudor que es responsable o la persona a cuyo cargo es puesta legalmente
la reparación. En referencia a este último punto caben varias posibilidades:
- Que el responsable sea el mismo autor del daño, caso en el que cabe hablar de una responsabilidad
por hechos propios.
- Que la responsabilidad sea puesta a cargo de una persona distinta del autor del daño, hipótesis en
la cual se habla de una responsabilidad por hechos ajenos.

Art. 38 CC: Las personas jurídicas pueden adquirir y poseer bienes de todas clases, así como contraer
obligaciones y ejercitar acciones civiles o criminales, conforme a las leyes y reglas de su constitución.

LA PLURALIDAD DE AUTORES DEL HECHO DAÑOSO. LA RESPONSABILIDAD DEL


GRUPO

Cuando en la producción del hecho dañoso aparece una confluencia de autores, el derecho penal aplica
el principio directivo de la solidaridad de los responsables civiles de un delito o falta. El problema tiene
un carácter distinto en materia de responsabilidad contractual pues no puede prescindirse de la regla
general de los Arts. 1.137 y 38 CC según la cual la solidaridad no se presume. Sin embargo, en el
campo de la responsabilidad contractual o aquiliana la responsabilidad solidaria no parece impuesta en
el 1902 y ss. No obstante, es doctrina jurisprudencial muy reiterada que en las obligaciones derivadas
del acto ilícito civil rige la solidaridad cuando son varios los autores, como medio de protección al
perjudicado, siempre que no existan elementos que permitan diferencia el grado de participación de
cada uno.

178
Si cabe individualizar los comportamientos, nos encontramos en presencia de una hipótesis de
concurrencia de imputaciones y la responsabilidad debe distribuirse entre cada una de las personas a
quien sean imputables dichas causas. Se fragmentará la obligación. Principio de individualización.

Art. 17.2 y 3 LOE: La responsabilidad civil será exigible en forma personal e individualizada, tanto
por actos u omisiones propios, como por actos u omisiones de personas por las que, con arreglo a esta
Ley, se deba responder.

No obstante, cuando no pudiera individualizarse la causa de los daños materiales o quedase


debidamente probada la concurrencia de culpas sin que pudiera precisarse el grado de intervención
de cada agente en el daño producido, la responsabilidad se exigirá solidariamente. En todo caso, el
promotor responderá solidariamente con los demás agentes intervinientes ante los posibles
adquirentes de los daños materiales en el edificio ocasionados por vicios o defectos de construcción.

Si no se puede individualizar, y el hecho dañoso es una acción conjunta, formada por la cooperación
de varios comportamientos, será ella la causa única del daño producido y existirá solidaridad entre los
actores de tal acción. En este caso el artículo 33.5 de la Ley de 6 de abril de 1970 sobre la legislación
especial de la caza, en su inciso final, se dispone que: En la caza con armas, si no consta el autor del
daño causado a las personas, responderán todos los miembros de la partida de caza.

La jurisprudencia ha declarado la responsabilidad solidaria de los miembros del grupo, fuera del caso
de la caza, consecuencia del matiz objetivista que desecha por inequitativo exonerar de responsabilidad
por esos daños atribuyéndolos a la fuerza mayor.

LA REPARACIÓN DEL DAÑO

Siendo, desde el punto de vista de su estructura, la responsabilidad civil un derecho de crédito a favor
del perjudicado, genera la obligación para el agente o responsable de cumplir una determinada
prestación, que de acuerdo con el Art. 1902 CC, será la de reparar el daño causado.

FORMA DE LA REPARACIÓN

La obligación de reparar puede cumplirse in natura, mediante la reparación o sustitución de la cosa, o


el daño, mediante la entrega de la indemnización correspondiente. Salvo que la opción de reparación
o sustitución sea imposible o muy onerosa, no le corresponde elegir entre ambas al responsable.
Además, el perjudicado goza de la facultad de pedir la eliminación de la causa productora del daño
porque es incongruente que se siga produciendo en el futuro lo que se obliga a reparar. Es necesario
que se tomen las medidas necesarias para que no continúe el daño en el futuro.
Es una deuda pecuniaria de valor cuyo momento se fija en el día del daño.

COMPENSACIÓN DE LUCROS CON EL DAÑO

Compensatio lucri com damno: El importe de la indemnización debe ser rebajado en lo que
constituya una ventaja obtenida por el perjudicado por razón del mismo hecho dañoso, lo cual es
aplicación de la doctrina que prohíbe el enriquecimiento injusto. Ejemplo: Jarrón chino por valor de
12.000 que rompo por cupa pero se descubre que tiene dentro de él una joya por valor de 20.000, en
este caso no se debe indemnizar.

179
FIJACIÓN CONVENCIONAL O JUDICIAL DEL DAÑO

La fijación de la prestación de resarcimiento o de indemnización puede ser hecha por acuerdo de las
propias partes. Es materia sobre la que se puede transigir y que está sometida a las reglas generales de
la autonomía privada, debiendo cumplirse en cada caso los requisitos que exijan el estado civil de las
personas. Si no será el juez quien decida el daño.

PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN. LOS DAÑOS CONTINUADOS

La acción para exigir la responsabilidad extracontractual tiene 1 año de plazo legal de prescripción,
a contar desde que lo supo el agraviado. No es, pues, la producción del daño lo que determina el inicio
del plazo, sino el conocimiento del daño. Debe presumirse iuris tantum un conocimiento instantáneo
por el perjudicado respecto del daño que se le ha ocasionado.

Art. 1968.2º CC: Prescriben por el transcurso de un año:


2º La acción para exigir la responsabilidad civil por injuria o calumnia y por las obligaciones
derivadas de la culpa o negligencia de que se trata en el artículo 1.902 (Y también 1903, 1905,
1906, 1907, 1908, 1909,1910 CC), desde que lo supo el agraviado.

Cuando el daño tiene un carácter continuado la jurisprudencia se inclina a fijar el comienzo de la


prescripción también desde el momento en el que los agraviados tuvieron conocimiento completo de
ellos. Ejemplo del humo en las fábricas de Asturias, no desde el día que empezó a emitir humo sino
desde el momento en el que se tuvo un conocimiento completo del daño.
Cuando se trata de daños por lesiones la computación del daño es desde el momento del alta médica.
En caso de secuelas, desde que sabemos cual es la secuela definitiva.

CONCEPTO, FUNDAMENTO Y NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD POR HECHO


AJENO

Art. 1903.I CC: La obligación que impone el artículo anterior es exigible no sólo por los actos u
omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder.

Se trata de la responsabilidad por hecho de otro, llamada también responsabilidad indirecta, porque es
la que surge cundo la ley obliga a reparar el daño causado por la acción u omisión de una persona a
otra distinta. El fundamento de esta responsabilidad es una falta propia de quien responde. Así en el
Art. 1903 en su párrafo último se dispone que: La responsabilidad de que trata este artículo cesará
cuando las personas en él mencionadas prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre
de familia para prevenir el daño. Se establece un sistema de inversión de la carga de la prueba, por lo
que se trata de una presunción iuris tantum de culpa del que debe responder por otro.

La responsabilidad por hecho ajeno no exige que en el mismo se den las condiciones para imputarlo a
su autor, pues el Art. 1903 dispone sobre qué personas hay que responder, sin otro requisito. De ahí
que la acción de la víctima sea directa a él, pues así es su responsabilidad, y no es subsidiaria de la del
autor del hecho dañoso.

A) La responsabilidad de los padres. Art. 1903.II CC: Los padres son responsables de los daños
causados por los hijos que se encuentren bajo su guarda. El hijo ha de estar bajo la guarda de los
padres, situación en la que el menor está sujeto a la patria potestad. Pero al requerirse solo la guarda,
es posible afirmar la responsabilidad del cónyuge a quien la sentencia de separación, nulidad o

180
divorcio haya puesto a su cuidado algún hijo, aun no privando de la patria potestad al otro. La razón
de esto es clara, el padre que no viva con su hijo no puede guardarlo.

El fundamento de la responsabilidad de los padres se ha buscado tradicionalmente en una culpa de


los mismos (culpa in vigilando o in educando), sin embargo, esta razón está totalmente en crisis
porque los padres no pueden vigilar al menor en todo momento, ni que evitar que obre en contra
de lo que le han enseñado o que éste prohibido. Por ese motivo, en esas circunstancias es acertado
ver la norma desde la perspectiva de la responsabilidad objetiva.

B) Responsabilidad del tutor. Art. 1903.III CC: Los tutores lo son de los perjuicios causados por
los menores o incapacitados que están bajo su autoridad y habitan en su compañía. Cuando hace
referencia a los menores, se refiere a los menores que no están bajo la patria potestad y a los
incapacitados. También conviene recordar que hay determinadas personas sobre las que pesa el
deber legal de solicitar la declaración de incapacidad o la constitución de la tutela, siendo
responsables de los daños y perjuicios si no lo cumplen. El fundamento y la crítica son los mismos
que para la responsabilidad de los padres.

C) La responsabilidad civil de los empresarios. Art. 1903.IV CC: Lo son igualmente los dueños o
directores de un establecimiento o empresa respecto de los perjuicios causados por sus
dependientes en el servicio de los ramos en que los tuvieran empleados, o con ocasión de sus
funciones. La responsabilidad del empresario tiene como presupuesto indispensable una relación
de dependencia entre empresario y empleado, en virtud del cual, éste debe seguir sus instrucciones
en el trabajo. Se trata de una responsabilidad basada en la culpa del empresario que puede ser in
eligendo o in vigilando. Sin embargo, la jurisprudencia objetiviza de hecho esta responsabilidad al
exigir la prueba del agotamiento de todas las medidas posibles para evitar el daño. El daño debe de
haberse producido en el servicio de los ramos en que los tuvieran empleados, o con ocasión de sus
funciones, dando esta frase a entender que abarca todas las actividades que sean concordantes,
accesorias, preliminares o necesarias, pudiendo comprender también los daños producidos en el
servicio encomendado por el empresario, aunque esté dentro de aquello para los que el empleado
fue contratado.

La acción contra el empresario es directa, no necesitando demandar responsabilidad al autor del


daño. Aquel responde por su propia culpa. La jurisprudencia no limitad la operatividad del precepto
a los casos en que haya una relación de carácter laboral, de jerarquía o subordinación, ya que puede
tener lugar en otros en que al que se imputa una culpa in vigilando se reserva la facultad de control,
vigilancia o intervención en la actividad desplegada por otro.

Art. 1904 CC: El que paga el daño causado por sus dependientes puede repetir (reembolsar) de
éstos lo que hubiese satisfecho. Es un precepto que no tiene nada que ver con la responsabilidad
aquiliana, por lo que el plazo de prescripción de la acción será de 15 años (Art. 1964 CC). Es
una regla de repetición que se coordina mal con la responsabilidad culposa sobre la que el Art.
1903 sienta sobre el empresario.
D) Responsabilidad de los educadores. Art. 1905.I CC: Las personas o entidades que sean titulares
de un Centro docente de enseñanza no superior responderán por los daños y perjuicios que causen
sus alumnos menores de edad durante los períodos de tiempo en que los mismos se hallen bajo el
control o vigilancia del profesorado del Centro, desarrollando actividades escolares o
extraescolares y complementarias. El precepto legal ha de interpretarse de acuerdo con la realidad
social de que los padres confían a sus hijos menores al Centro docente a todos los efectos que se
deriven de su estancia en él, por lo que la dirección ha de organizar lo pertinente para que sobre
ellos se ejerza una labor de cuidado y vigilancia.

181
En el Art. 1905.II CC se dispone que: Cuando se trate de Centros docentes de enseñanza no
superior, sus titulares podrás exigir de los profesores las cantidades satisfechas, si hubiesen
incurrido en dolo o culpa grave en el ejercicio de sus funciones que fuesen causa del daño. La
facultad de exigir en este artículo es más estricta que la que se recoge en el Art. 1904 CC.

Del Art. 1903 in fine se puede extraer que el Centro Docente puede eximirse de responsabilidad
cuando pruebe que empleo toda la diligencia de un padre de familia para prevenir el daño. Pero si
satisface las cantidades por razón de su responsabilidad, podrá repetir (Dirigirse) contra los
profesores.

E) ¿Carácter exhaustivo de los supuestos del Art. 1903 CC? Si se analizan los supuestos que se
recogen en el Art. 1903 se observa que en todos existe un relaciones jurídicas determinantes de un
nexo o jerarquía o subordinación que permite dar a otro órdenes e instrucciones, o vigilar la
actuación de una personas. De ahí que para extender el principio de la responsabilidad por hecho
ajeno a otras situaciones distintas de las contempladas específicamente en el precepto ha de darse
necesariamente aquellas características.

LA RESPONSABILIDAD POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR LOS ANIMALES Y COSAS

A) Los daños causados por animales. Art. 1905 CC: Cuando se trate de Centros docentes de
enseñanza no superior, sus titulares podrás exigir de los profesores las cantidades satisfechas, si
hubiesen incurrido en dolo o culpa grave en el ejercicio de sus funciones que fuesen causa del
daño. La jurisprudencia ha consagrado este artículo como de responsabilidad objetiva, que sólo
cesará cuando haya fuerza mayor o culpa de la víctima. Sin embargo, si concurriera ésta en la
producción del daño (No es exclusiva) habrá que moderar la del responsable de acuerdo con los
principios sobre concurrencia de culpas. El Código Civil no hace directamente responsable al
propietario del animal, sino al que es poseedor o al que se sirve de él, y tampoco puntualiza la
naturaleza del animal, extendiéndose, en consecuencia, a todo tipo de ellos con tal de que pueda
ser considerados como objeto de posesión.

B) Los daños causados por la caza. Art. 1906 CC: El propietario de una heredad de caza
responderá del daño causado por ésta en las fincas vecinas, cuando no haya hecho lo necesario
para impedir su multiplicación o cuando haya dificultado la acción de los dueños de dichas fincas
para perseguirla. Se trata de una responsabilidad basada en la culpa del propietario, que no ha
tomado las debidas precauciones para evitar el daño por piezas de caza. Actualmente, la Ley de
Caza de 4 de abril de 1970 y su Reglamento de 25 de marzo de 1971, establece una responsabilidad
objetiva.
C) Responsabilidad por ruina de edificios. La ruina de los edificios como posible causa de daño es
regulada en nuestro Derecho cuando hay amenaza de ruina y cuando la ruina ya se ha producido.

La amenaza de ruina se contempla en el Art. 389 CC que dispone que: Si un edificio, pared,
columna o cualquiera otra construcción amenazase ruina, el propietario estará obligado a su
demolición, o a ejecutar las obras necesarias para evitar su caída.
Si no lo verificare el propietario de la obra ruinosa, la Autoridad podrá hacerla demoler a costa
del mismo.

182
La ruina ya producida la contemplan los Arts. 1907 y 1909 CC que disponen que:

Art. 1907 CC: El propietario de un edificio es responsable de los daños que resulten de la ruina
de todo o parte de él, si ésta sobreviniere por falta de las reparaciones necesarias. Impone una
responsabilidad al propietario sobre la base de una falta suya: el no hacer reparaciones.

Art. 1909 CC: Si el daño de que tratan los dos artículos anteriores resultare por defecto de
construcción, el tercero que lo sufra podrá repetir contra el arquitecto, o, en su caso, contra el
constructor, dentro del tiempo legal. El artículo hay que relacionarlo con el Art. 17 LOE que regula
la responsabilidad u el régimen jurídico de los agentes que intervienen en el proceso de la
edificación, pero por daños en el edificio. Sin embargo, el Art. 1909 se refiere al daño ocasionado
a terceros, frente a los cuales aquellos agentes responderán. El problema reside en interpretar la
expresión plazo legal, ya que se puede tener en cuenta que es un plazo de prescripción de 1 año a
contar desde que el perjudicado tuviera conocimiento del daño, pero esto supondría la perpetuación
de la responsabilidad de los agentes de la edificación. Por eso hay que llegar a la conclusión de que
hay que tener en cuenta los plazos que el Art. 17 LOE señala.

D) La responsabilidad por actividades industriales de carácter peligroso o nocivo. La


responsabilidad atañe según el Código Civil al propietario aunque de acuerdo con el destino y la
naturaleza de las cosas nocivas más parece que se trata de un empresario en el ejercicio de una
empresa. El Art. 1908 CC dispone que: Igualmente responderán los propietarios de los daños
causados:
1º Por la explosión de máquinas que no hubiesen sido cuidadas con la debida diligencia, y la
inflamación de sustancias explosivas que no estuviesen colocadas en lugar seguro y adecuado.
El criterio del Código Civil es un criterio de responsabilidad por culpa, la cual debido al
riesgo creado, se presume. Es un supuesto de responsabilidad subjetiva.
2º Por los humos excesivos, que sean nocivos a las personas o a las propiedades. Es un supuesto
de responsabilidad objetiva. Los propietarios daños tienen acción para exigir no sólo la
reparación de los daños, sino la adopción de medidas de prevención que razonablemente
impidan ulteriores lesiones.
3º Por la caída de árboles colocados en sitios de tránsito, cuando no sea ocasionada por fuerza
mayor. Es un supuesto de responsabilidad objetiva. El propietario queda exonerado por
fuerza mayor.
4º Por las emanaciones de cloacas o depósitos de materias infectantes, construidos sin las
precauciones adecuadas al lugar en que estuviesen. Es un supuesto de responsabilidad
subjetiva.

Por otra parte, el Art. 590 establece una serie de limitaciones al dominio que restringen la libre
construcción o instalación de artefactos de naturaleza peligrosa o nociva. Nace una responsabilidad d
una infracción de reglamentos que a ellas se refieren.

También cabe preguntarse si es posible aplicar el Art. 1908 CC a otros supuestos que no estén
comprendidos en las hipótesis que recoge, o si habría que llevarlas al terreno del Art. 1902. La respuesta
debe salir de la aplicación de los principios rectores del 1908.

Por último, el Art. 1909 se plica por imperativo si el daño que trata el 1908 se ha originado por defecto
de la construcción y de nuevo hay que remitirse a la LOE. El problema centras de la aplicación de las
reglas contenidas en el Art. 1908 es la de si el titulas de la industria puede eximir su responsabilidad

183
probando que ha cumplido cuantas disposiciones administrativas se hayan dictado para evitar esas
situaciones. La jurisprudencia civil ha respondido negativamente.

E) La responsabilidad del cabeza de familia. Art. 1910 CC: El cabeza de familia que habita una
casa o parte de ella, es responsable de los daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeren
de la misma. El sentido del precepto es que al daño causado sea por cosa que se arroje o caiga fuera
de la casa pero no de aquellas que forman parte del mismo edificio. La responsabilidad se pone por
el hecho de habitar y no por el de ser propietario.

La responsabilidad debe considerarse de carácter objetivo, prescindiéndose por tanto, de la culpa


sin perjuicio de la repetición contra el causante directo del daño y abarca tanto a las cosas líquidas
como a las sólidas.

184
TEMA 22: EL ENRIQUECIMIENTO INJUSTIFICADO

22.1 EL ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA EN EL DERECHO ESPAÑOL

La doctrina del enriquecimiento injustificado o sin causa en el derecho español, es una construcción
doctrinal y jurisprudencial que sólo muy modernamente ha tenido algún reflejo en el ordenamiento
legislativo y no está recogido en el código civil. Si no hay causa que justifique el desplazamiento
patrimonial existe el enriquecimiento si causa.

La jurisprudencia posterior ha perfilado la construcción señalando los requisitos que la pretensión de


enriquecimiento debe reunir para ser viable, declarando reiteradamente que son:

a) La adquisición de una ventaja patrimonial por parte del demandado con el correlativo
empobrecimiento del actor.
b) Conexión entre enriquecimiento y empobrecimiento.
c) Falta de causa que justifica el enriquecimiento.

A) Presupuestos del enriquecimiento sin causa.

a) El enriquecimiento: Un sujeto se enriquece y tiene un beneficio patrimonial a costa de otro sujeto


que se empobrece. Se puede producir tanto por un aumento del patrimonio como por una
disminución de este. El aumento del patrimonio puede deberse a un incremento del activo o por
una disminución del pasivo. El enriquecimiento negativo se da cuando es evitada una
disminución del patrimonio (obtenemos un servicio sin tener que pagar nada por él). En este sentido
un no gasto es equivalente a un ingreso. Se comprenden aquí todos los casos en que hay consumo
de cosas que pertenecen a otro o servicios recibidos o expensas hechas por un tercero, si el
enriquecimiento ha evitado un gasto.

b) El empobrecimiento del actor: Es necesario que el enriquecimiento se produzca a costa de otro.


El empobrecimiento es una pérdida pecuniaria apreciable, pudiendo consistir en un valor salido del
patrimonio del reclamante, en una prestación de servicios, en un trabajo efectuado o en la pérdida
de un lucro cierto y positivo.

A pesar de la existencia material del empobrecimiento la acción está excluida en ciertos casos que
es imputable al demandante mismo o proviene de una iniciativa que parece poder concederle justo
título. Ejemplo: Tras un divorcio el padre tiene la custodia y la abuela materna no entrega a los
hijos durante 3 años. Tras demandarle no puede pedir la restitución por enriquecimiento sin causa
ya que ella estaba haciendo algo ilegal.

Enriquecimiento indirecto ejemplo: La venta del solar con pago a plazo y se construye un edificio.
No paga el solar y rescinde el contrato por lo que tiene que restituirlo. Ahí se enriquece el vendedor
de manera indirecta.

c) La relación entre el enriquecimiento y el empobrecimiento: Debe existir un nexo causal entre


el enriquecimiento del demandado y el empobrecimiento del actor, siendo preciso que el
empobrecimiento de uno sea la causa del enriquecimiento del otro ya que a veces el desplazamiento
patrimonial se produce porque ha sido realizado por el demandante al patrimonio de un tercero y
de éste ha pasado al demandado. La causa del enriquecimiento previo del tercero es una relación
jurídica ajena al demandado enriquecido, pero de cuyos efectos se beneficia este último.

185
d) La falta de causa del desplazamiento patrimonial: Es necesario que falta la causa de la
atribución. La aplicación del principio que veda enriquecerse injustificadamente exige que se
demuestre, en cada caso, además del hecho del enriquecimiento, su falta de causa o justificación,
no enriqueciéndose torticeramente el que adquiere una utilidad en virtud de un derecho legítimo
que se ejercita sin abuso en virtud de una sentencia o cuando el beneficio del demandado se halla
fundado en preceptos legales.

La jurisprudencia restringe de este modo la posibilidad de ejercitar la acción de enriquecimiento,


evitando, que se convierta d hecho en una causa de inseguridad jurídica.
Por lo que respecta a los contratos, hay que subrayar que la existencia de un contrato válido excluye
la acción y la nulidad absoluta o relativa del mismo o su resolución posterior se regula por las
propias normas del Código Civil. Sin embargo, a veces se recurre a las reglas de la indemnización
por daños y perjuicios o a las de liquidación del estado posesorio y otras veces a las del
enriquecimiento injusto.

e) No es necesaria la mala de del enriquecido. Aunque en un principio la jurisprudencia exigió para


la viabilidad de la acción que el enriquecimiento fuera torticero, hoy es doctrina que no se exige la
mala fe ni conducta ilícita por pare del enriquecido que puede incluso ignorarlo o ser de buena fe.

B) Contenido de la acción

Si la acción de enriquecimiento tiene por ámbito el efectivamente obtenido por el deudor, sin que pueda
excedérselo, tiene también otro límite infranqueable que es el constituido por el correlativo
empobrecimiento del actor, de que, aun cuando el demandado se haya enriquecido sin causa no podrá
reclamar sino hasta el límite de su propio empobrecimiento.

Debe resaltarse que la acción tiende a la reclamación de aquello con lo que se haya enriquecido el
demandado, no a indemnizar daños y perjuicios sufridos por el actor. La acción de enriquecimiento no
es una acción resarcitoria de daños y perjuicios ni sirve para modificar el contrato.

C) Naturaleza de la prescripción y de la acción de enriquecimiento sin casa. La cuestión de la


subsidiariedad.

La acción de enriquecimiento es personal, no tiene por objeto la restitución o recuperación de las cosas
salidas del patrimonio del demandante, sino que es una acción dirigida a la reintegración del
equivalente. Es una acción de reembolso que busca una condena pecuniaria. Su plazo será de
prescripción y dura 15 años (Art.1964 CC).

La doctrina y la jurisprudencia francesa se inclina por la subsidiariedad de la acción de enriquecimiento


en el sentido de que cuando el empobrecido pudo accionar con una acción nacida de un contrato, cuasi
contrato, responsabilidad civil o de la propia ley, no le cabe recurso a aquella acción. El código civil
italiano también opta por esto, al igual que la jurisprudencia española. En definitiva, la acción de
enriquecimiento sin causa es subsidiaria.

Cabría hacer una excepción referida a la concurrencia en una misma hipótesis de normas sobre una
responsabilidad civil por daño aquiliana y las del enriquecimiento. La acción que al daño corresponde
concurre con la del enriquecimiento injusto pudiendo aquel ejercitar la que estime más adecuada.

En efecto, un mismo hecho puede originar el enriquecimiento de su autor y el empobrecimiento del


demandado sin causar y puede verse también como un daño que sufre por una acción de aquél en su

186
patrimonio. No obstante, todo daño no lleva consigo un aumento patrimonial para el que lo causa, en
cuyo caso no habrá más acción que la responsabilidad civil.

ARTÍCULOS CÓDIGO CIVIL DEL COBRO DE LO INDEBIDO

Art. 1887 CC: Son cuasi contratos los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que resulta
obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre los interesados.

Art. 1895 CC: Cuando se recibe alguna cosa que no había derecho a cobrar, y que por error ha sido
indebidamente entregada, surge la obligación de restituirla.

Art. 1896 CC: El que acepta un pago indebido, si hubiera procedido de mala fe, deberá abonar el
interés legal cuando se trate de capitales, o los frutos percibidos o debidos percibir cuando la cosa
recibida los produjere.
Además responderá de los menoscabos que la cosa haya sufrido por cualquier causa, y de los
perjuicios que se irrogaren al que la entregó, hasta que la recobre. No se prestará el caso fortuito
cuando hubiese podido afectar del mismo modo a las cosas hallándose en poder del que las entregó.

Art. 1897 CC: El que de buena fe hubiera aceptado un pago indebido de cosa cierta y determinada,
sólo responderá de las desmejoras o pérdidas de ésta y de sus accesiones, en cuanto por ellas se
hubiese enriquecido. Si la hubiese enajenado, restituirá el precio o cederá la acción para hacerlo
efectivo.

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TEMA 13: EL ARRENDAMIENTO DE COSAS

I. EL RÉGIMEN DEL ARRENDAMIENTO EN EL CC

1. CONCEPTO Y CARACTERES

• Según el art. 1543 CC, por el arrendamiento de cosas una parte, arrendador, cede el goce o uso de una cosa por
tiempo determinado y precio cierto a la otra parte (arrendatario).
• Ya no tenemos transmisión de propiedad como en compraventa. Es un contrato temporal.
• Características básicas: durante un tiempo y a cambio de un precio.
• La regulación del CC se centra en los arrendamientos de fincas rústicas y urbanas, no tiene una regulación específica
para los arrendamientos de bienes muebles.
• Las normas del CC se aplican a todos los arrendamientos de cosas.

Características:

1. Tiene por objeto transmitir exclusivamente el goce o disfrute temporal de una cosa. No se puede agotar por el uso,
no se puede arrendar un bien que se extingue utilizándolo.
2. Es un contrato consensual. Se perfecciona por el mero consentimiento.
3. Es bilateral oneroso.
4. Es conmutativo.
5. De duración determinada o determinable. Ej: ¿Puedo alquilar mi ordenador por 2€ al día indefinidamente? La
profesora defiende que sí, siempre y cuando permitas a las partes irse del contrato, porque lo que el derecho español
no permite son las vinculaciones de por vida.
6. De ejecución continuada. Se va periódicamente utilizando la cosa.

Naturaleza jurídica:

• La doctrina ha discutido si el poder del arrendatario de disfrutar la cosa es un derecho real (su titular se lo puede
oponer a todo el mundo) o un derecho personal o de crédito (solo son oponibles frente al acreedor, frente a la otra
parte).
- Comparte con los derechos reales que el arrendatario ostenta un poder directo o inmediato con la cosa.
- Comparte con los derechos de crédito que no se puede adquirir por usucapión y se extingue en los plazos del
derecho de crédito.
• La doctrina y la jurisprudencia dominantes consideran que el poder del arrendatario es de naturaleza personal, que
si se inscribe en el registro de la propiedad es oponible a terceros

2. ELEMENTOS DEL CONTRATO

Sujetos. Capacidad de las partes:

• El arrendador ha de ser propietario o tener un derecho que le conceda facultad de uso y disfrute con posibilidad de
cesión a terceros (ej: usufructuario, tenemos un sujeto llamado usufructuario y otro sujeto que tiene la propiedad. Lo
que tenemos que valorar es si el sujeto que va a dar el objeto en uso tiene ese poder de arrendarlo, puede ser
propietario o usufructuario).

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• Como cualquier contrato, en principio, se necesita la capacidad general para contratar.
• La doctrina señala que los arrendamientos de inmuebles superiores a 6 años son más que un acto de administración
y por tanto exigen capacidad de disposición (buscar qué es) (arg. ex. art. 1548).

Objeto del contrato

• El arrendamiento puede ser de bienes o derechos (que no sean personalísimos, que son indisponibles. Ej: yo no puedo
arrendar mi derecho a la imagen).
• No son susceptibles de arrendamiento los bienes fungibles que se consuman por el uso (a no ser que se arrienden con
otra utilidad). Ej: no te puedo arrendar una botella de vino si te la vas a beber porque no me vas a devolver nada, pero
te la puedo arrendar como decoración. Lo que hay que tener en cuenta es el uso que se le va a dar. Si es un uso que
consume el bien no vale, si su uso no consume el bien se puede arrendar. Lo importante no es el tipo de bien sino el
uso que se le da.
• La cesión arrendaticia es siempre temporal, por tanto, es necesario dar a la cosa un destino que permita su devolución.

Renta o precio

• Puede ser determinado o determinable.


• Suele ser dinero pero puede abonarse en especie. Si la cantidad fijada es una parte de los frutos del bien arrendado
pasa a ser un contrato de aparcería. (Podemos estar en un límite en el que lo confundamos con otra figura contractual;
contrato de aparcería: arriendo una finca rústica y quedo en que la renta va a ser un 10% de lo que produzca la finca).
Ej: te voy a pagar con 100kg de patatas de la producción de la finca, ya te has comprometido a eso, es un contrato de
arrendamiento.
• Lo habitual es fijar la renta con referencia a periodos de duración del arrendamiento (días, meses, años), es posible
pactar el pago con una cantidad alzada o global.

El tiempo de duración

• Según el art. 1543 CC, el contrato de arrendamiento debe establecerse por un tiempo determinado o determinable.
• En ausencia de pacto, el art. 1577 CC para inmuebles rústicos y el art. 1581 CC para urbanos establecen plazos
supletorios. Si estamos arrendando bienes muebles tenemos un problema.
• La doctrina se cuestiona la validez del plazo indefinido pactado por las partes. La profesora considera que sí, siempre
y cuando puedan pactar la posibilidad de desistimiento en cualquier momento.

La forma

• Libertad de forma es el principio general.


• El art. 1280 CC exige escritura pública para los arrendamientos de inmuebles superiores a 6 años. ¿Si no se hace el
contrato es nulo? No. Lo que sucede es que cualquiera de las partes puede compeler (exigir) a la otra que el contrato
se eleve a escritura pública.
• Conforme al art. 2.5 LH, son inscribibles los contratos de arrendamiento de inmuebles, subarriendos, cesiones y
subrogaciones en los mismos.

3. OBLIGACIONES DEL ARRENDADOR

Art. 1554 CC:

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a) Entregar la cosa
b) Mantener al arrendatario en el goce pacífico de la cosa
c) Conservar la cosa en estado de servir al uso al que se la destine y hacer en ella todas las reparaciones necesarias
para poder servir a ese uso. Si hay que hacer reparaciones en la cosa para que el arrendatario la pueda seguir
utilizando, está obligado a hacerlo.

A. Obligación de entregar la cosa

• El arrendador está obligado a poner la cosa a disposición del arrendatario en las condiciones necesarias para servir al
uso al que se la va a destinar. Como estaba en el momento de la perfección del contrato.

B. Obligación de mantener al arrendatario en el goce pacífico, durante todo el tiempo del arrendamiento

• El arrendador no puede realizar actos en contra del goce pacífico del arrendatario.
• Perturbaciones de tercero:
- Si son de hecho (no necesitas ser propietario para defenderte) el art. 1560 CC exime de responsabilidad al
arrendador, pues el arrendatario como poseedor puede protegerse. Ej: si tienes un ordenador de la biblioteca y
yo te lo intento quitar, no hace falta que venga la bibliotecaria, tú puedes impedírmelo.
- Si son de derecho, el arrendador es responsable una vez que se le haya notificado la perturbación

C. Obligación de conservar la cosa en estado útil y hacer las reparaciones necesarias para servir al uso
previsto

• El arrendatario tiene que notificar la necesidad de las reparaciones y tiene el deber de tolerar las obras de reparación.
Tiene que mantenerla útil durante todo el tiempo que dure el arrendamiento.
• Si la reparación dura más de 40 días debe disminuirse la renta en proporción al tiempo y parte de la finca de la que el
arrendatario se ve privado. Ej: si has tenido una gotera en el comedor y hay que pintarlo, ese 20% de la vivienda que
no estás disfrutando, tienes derecho a que se te disminuya la renta.
• Si la reparación hace inhabitable la casa, el arrendatario puede “rescindir” (para ella el término correcto sería resolver)
el contrato. Ej: pero qué pasa si se ha estropeado el cuarto de baño, no puedes habitar ahí. Podrías finalizar el contrato.

D. Remisión a las normas del saneamiento en compraventa

A este artículo no hay que hacerle caso.

• El art. 1553 CC se remite a las normas sobre saneamiento en la compraventa. La doctrina se plantea el alcance de la
remisión:
- Evicción: nos hallamos ante el incumplimiento de la obligación de mantener en el goce pacífico.
- En cuanto a los vicios ocultos, el arrendador tiene la obligación de reparar la cosa y adecuarla al uso pactado
durante todo el contrato

4. OBLIGACIONES DEL ARRENDATARIO

1. Pagar la renta en los términos pactados.

192
2. Usar la cosa conforme al uso o destino pactados (tolerando las reparaciones). No le puedes dar el uso que tú quieras
(es causa de resolución del contrato).
3. Poner en conocimiento del arrendador toda usurpación o novedad dañosa y la necesidad de reparaciones.
4. Responder del deterioro o pérdida de la cosa a no ser que pruebe que fue ocasionado sin culpa. (art. 1563 CC
presume la culpa). El arrendatario recibe la cosa para utilizarla, si la cosa sufre algún desperfecto o se pierde nuestro
CC presume que se debe a culpa del arrendatario, si quiere no responder tiene que probar que no tiene culpa.
5. Devolver la cosa al terminar el arriendo tal y como la recibió excepto los menoscabos debidos al paso del tiempo.
- Puede hacer mejoras útiles y de recreo siempre que no altere la sustancia y forma de la cosa ni su destino

5. EXTINCIÓN DEL ARRENDAMIENTO

1. Por cumplimiento del tiempo previsto.


- Tácita reconducción si continua 15 días usando la cosa con consentimiento del arrendador.
2. Por pérdida de la cosa arrendada (según doctrina mayoritaria).
3. Resolución por incumplimiento de una de las partes (art. 1556 CC se remite a 1124 CC).
4. Extinción del derecho del arrendador (art. 1571 CC: venta quita renta).

6. EL DESHAUCIO

• Procedimiento dirigido a proporcionar al arrendador un proceso rápido con el que obtener el desalojo del inmueble
arrendado. Hay procedimientos que pueden pasar 10-15 años, en este caso se considera que es demasiado, por lo
que existe un procedimiento más rápido para la devolución de bienes inmuebles: desahucio.
• El art. 1569 CC dice que es para los casos de expiración del plazo, falta de pago, incumplimiento de otras obligaciones
y mal uso de la cosa arrendada.

7. SUBARRIENDO

• Ej: he celebrado un contrato de arriendo que tiene 3 habitaciones, y me planteo alquilarte 1 de ellas.
• Nuevo contrato de arrendamiento que celebra el arrendatario asumiendo la posición de subarrendador.
• El CC autoriza el subarriendo total o parcial salvo que en el contrato se pacte otra cosa. Si en el momento de redactar
un contrato se quiere impedir un subarriendo hay que redactarlo expresamente.
• El CC prevé una acción directa del arrendador contra el subarrendatario para que use la cosa conforme al destino
pactado entre arrendador y arrendatario y para reclamar lo que le debe el arrendatario (sobre la base de lo que el
subarrendatario debe al subarrendador). Imaginad que su arrendatario no le paga, y este a su vez puede cobrar del
subarrendatario. Se le permite al arrendador directamente dirigirse al subarrendatario para pedirle la renta que este
le debe al arrendatario.

II. EL RÉGIMEN ESPECIAL DE LOS ARRENDAMIENTOS RÚSTICOS

• Regulados por la Ley de Arrendamientos Rústicos de 2003 (reformada en 2005 y 2015).


• Se aplica a los arrendamientos celebrados a partir de su entrada en vigor.

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• Cesión temporal de una o varias fincas, o parte de ellas, para su aprovechamiento agrícola, ganadero o forestal, a
cambio de un precio o renta. También lo son los arrendamientos de explotaciones agrícolas, ganaderas o forestales.
Lo que importa no es que estemos en presencia de un inmueble rústico sino el destino que se le va a dar. Ej: si contrato
una finca para simple recreo no estoy en el ámbito de arrendamientos rústicos.

û Arrendatario: se pide que tenga una determinada cualificación, agricultor profesional, cooperativas agrarias,
cooperativas de explotación comunitaria de las tierras, sociedades agrarias de transformación y comunidades de
bienes. La persona jurídica tiene que tenerlo incluido en su objeto social.
û Duración: La duración mínima del contrato es de 5 años (prórrogas tácitas de 5 años).
û Forma: debe constar por escrito. Las partes pueden compelerse a elevarlo a escritura pública.
û Gastos a cargo del arrendador: todas las obras y reparaciones necesarias para conservar la finca en estado de servir
al uso pactado.
§ Si no efectúa las obras, el arrendatario puede:
- Demandar el cumplimiento, resolver el contrato, la reducción de la renta o realizar él mismo las obras
reintegrándose de los gastos mediante compensación con las rentas pendientes.
û Gastos a cargo del arrendatario:
§ Las reparaciones, mejoras e inversiones propias del empresario agrario en el desempeño de su actividad.
û Derechos de tanteo y adquisición preferente:
§ A favor del arrendatario en caso de transmisión intervivos (incluso en donación, salvo que se haga a favor de
descendientes, ascendientes, cónyuge o parientes de segundo grado del arrendador).
Si durante el arrendamiento quieres vender el bien, te impongo que le permitas al arrendatario comprar el bien.

Terminación del arrendamiento:

1. Pérdida total y expropiación forzosa.


2. Expiración del plazo.
3. Mutuo acuerdo.
4. Desistimiento unilateral del arrendatario notificado con un año de antelación.
5. Muerte del arrendatario (salvo derecho de sucesores legítimos).
6. Extinción de la persona jurídica o comunidad de bienes.
7. Por resolución del contrato: falta de pago; incumplimiento; no explotar la finca; subarriendo inconsentido; causar
graves daños a la finca.

III. EL RÉGIMEN ESPECIAL DE LOS ARRENDAMIENTOS URBANOS

1. ÁMBITO DE LA LEGISLACIÓN SOBRE ARRENDAMIENTOS URBANOS

• Teníamos un CC, y en un determinado momento se vio que no se alquilaba, y el legislador pensó pensador el
arrendamiento protegiendo al arrendatario. Y en el año 64 se creó una legislación protectora de los arrendatarios.
Tanto le protegió que sucedió el efecto contrario, porque arrendabas un bien inmueble y quedabas a merced del
arrendatario. En 1985 se creó un texto que pretendía revitalizar el arrendamiento. Entonces se decidió crear un texto
refundido en 1994.
• En el primer tercio del s.XX la escasez de viviendas obliga a dictar medidas para proteger al arrendatario frente a las
normas del CC basadas en la libertad de pacto de las partes.
• El texto refundido de 1964 permitía arrendamientos de larga duración.
• RD 1985 elimina el carácter imperativo de las prórrogas forzosas.
• Para eliminar la dualidad de regímenes se aprueba la LAU de 1994, menos protectora del arrendatario que las leyes
anteriores. Deroga los textos anteriores aunque todavía se aplican en cierta medida.
• Según el art. 1 LAU 1994: se aplica al arrendamiento de fincas urbanas:

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- Que se destinen a vivienda.
- Que se destinen usos distintos del de vivienda.
• La ley establece un régimen distinto para cada uno de ellos, más tuitivo del arrendatario el primero y con más normas
imperativas.
• Aunque hay normas aplicables a los 2: constitución de fianza y posibilidad de formalizar por escrito.

2. ARRENDAMIENTO DE VIVIENDA HABITUAL

• Recae sobre edificación habitable cuyo destino primordial sea constituir la vivienda permanente del arrendatario y su
familia.
• Se rige por la LAU de 1994 (Tit. II), en su defecto por la voluntad de las partes y supletoriamente por el CC. el CC tiene
carácter supletorio para lo que no esté previsto en la LAU ni pacten las partes.
• Se excluyen las viviendas suntuarias (más de 300 m2 o de renta superior a 5,5 veces el salario mínimo interp.). Se
considera que el arrendatario está en las mismas condiciones que el arrendador.
• Carácter tuitivo (de protección): según el art. 6 son nulos los pactos contrarios al Tit. II de la ley en perjuicio del
arrendatario.

A. Duración

• La que pacten las partes, si bien la ley garantiza al arrendatario un plazo mínimo de 3 años si el quiere continuar (art.
9). Ni siquiera con pacto en contrario se quitaría ese plazo de 3 años (para que no se lo impongan al arrendatario). Ej:
si pactamos un arrendamiento de 2 años es perfectamente válido, pero por la sola voluntad del arrendatario puede
ampliarse a 3.
• Si el arrendamiento se pacta por un tiempo inferior, se prorroga por plazos anuales hasta cumplir los 3 años (prórrogas
automáticas, salvo que el arrendatario se oponga 30 días antes del fin del contrato o de la prórroga).
• Prórrogas obligatorias para arrendador y potestativas para arrendatario.
• A falta de pacto, se presume que el arrendamiento es por un año (ampliable hasta 3).
• El arrendador sólo puede impedir el juego de la prórroga forzosa (3 años) si necesita la vivienda como residencia
habitual suya o de sus familiares. Debe comunicarlo al menos dos meses antes de necesitarla (art. 10). Como
recuperes el bien por decir que lo necesitas y luego sea mentira, tienes una penalización muy grande.
• Transcurrido el plazo del contrato o alguna de sus prórrogas, el contrato se vuelve a prorrogar automáticamente por
periodos de un año.
• Transcurridos los 6 primeros meses de contrato, el arrendatario puede desistir. Si se ha previsto indemnización, debe
un mes por año de contrato que reste (art. 11 LAU). Ej: he contratado por 3 años porque voy a hacer los 3 años de
carrera que me quedan en Madrid y me arrepiento. Antes, el arrendador podía pedirte que le indemnizaras todo lo
que perdía. Ahora, se ha previsto un derecho de desistimiento, puede desistir siempre y cuando hayan transcurrido
los 3 primeros meses. Es gratuito salvo que en el momento de celebrar el contrato hayan pactado que el arrendatario
tenga que indemnizar al arrendador si desiste (también existe un límite). Tendría que pagar dos meses (por los dos
años que quedan de contrato) y medio (por el medio año).
B. Renta

o Determinación: Libertad de las partes. Sólo es imperativa la prohibición de exigir más de una mensualidad por
anticipado.
Normas dispositivas: pago mensual, los 7 primeros días de cada mes, en metálico y en la vivienda.
o Actualización de la renta: art. 18 LAU La actualización de la renta solo es posible cuando las partes lo pacten
expresamente.
Si se pacta la actualización de la renta será anual.
La renta actualizada sólo puede exigirse a partir del mes siguiente a la notificación escrita de la actualización (sin efecto
retroactivo).

C. Fianza

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• La ley ha querido que el arrendatario pague una fianza al arrendador. Esa fianza por ley consiste en una mensualidad
(en caso de local de negocio 2 mensualidades). Además, se tiene que pagar en metálico en el momento de celebrar el
contrato, y esa fianza no se la puede quedar el arrendador, tiene que ingresarla por ley en el IBIMA. El arrendador
está obligado a devolver la fianza en el momento que se ponga fin al arrendamiento.
• Artículo 36 LAU: A la celebración del contrato es obligatoria la fianza en metálico en cantidad equivalente a una
mensualidad de renta en el arrendamiento de viviendas (y de dos en el arrendamiento para uso distinto del de
vivienda).
• El saldo de la fianza en metálico debe ser restituido al arrendatario al final del arriendo.
• Las partes pueden pactar cualquier tipo de garantía adicional a la fianza en metálico.
• Nos confundimos: una fianza más un aval bancario de 6 meses, ¿es ilegal? No. Es obligatorio entregar una fianza que
consiste en 1 mensualidad y que el arrendador no se puede quedar, pero las partes pueden pactar otra cosa. Se puede
negociar siempre y cuando se respete el mínimo de una mensualidad.

D. Pago de otros gastos

Art. 20 LAU:

• Los gastos generales del inmueble no susceptibles de individualización o no individualizados corresponden al


arrendador (cabe pacto en contra. Cuidado: cuando se pacta esto, estas cantidades se asimilan a la renta, por lo que
se puede resolver un contrato si el arrendatario deja de pagar el IBI o el impuesto de residuos).
• Los gastos por servicios que se individualicen mediante aparatos contadores son de cuenta del arrendatario.

E. Uso y conservación de la vivienda

• Es obligación del arrendador entregar la vivienda en condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido. Ej: si
alquilo una vivienda por 3 años y se funde una bombilla eso es un gasto habitual y tengo la obligación de reponer la
bombilla. Si se estropea la caldera de tal forma que hay que cambiarla, eso es un gasto especial que corre a cuenta
del arrendador. En el CC ambos gastos corren a cuenta del arrendador, en la LAU las pequeñas reparaciones corren a
cuenta del arrendatario.
• El arrendatario tiene derecho a usar la vivienda para tal fin correspondiéndole el deber de conservarla y restituirla
como la recibió salvo menoscabos por paso del tiempo.
1. Normas sobre obras de conservación y mejora realizadas por el arrendador.

2. Normas sobre realización de obras por el arrendatario.

1. Obras de conservación y mejora realizadas por el arrendador

Obras de conservación: obligación de realizar todas las obras de reparación necesarias para conservar la vivienda sin
derecho a elevar la renta.

- Incluye menoscabos por paso del tiempo, desgaste natural o caso fortuito.

Límites:

1. Deterioro imputable al arrendatario o personas que convivan con él.


2. Destrucción de la vivienda por causa no imputable al arrendador (según art. 28 se extingue el contrato). Si es imputable
al arrendador debe indemnizar los daños y perjuicios.

Deberes a cargo del arrendatario:

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1. Poner en conocimiento del arrendador la necesidad de las reparaciones (si son urgentes las puede realizar él mismo
y exigir su importe).
2. Soportar las obras:
- Si duran más de 20 días tiene derecho a rebaja de la renta.
- Si hacen a la vivienda inhabitable puede optar entre suspender el contrato o desistir del mismo.

Mejoras (no son reparaciones):

• Se trata de obras no indispensables para la conservación de la vivienda pero que aumentan su utilidad o valor.
• Sólo pueden realizarse sin consentimiento del arrendatario si no pueden diferirse hasta la conclusión del contrato.
• El arrendatario tiene derecho a una reducción de la renta por soportar las obras.

2. Obras realizadas por el arrendatario

• Necesita el consentimiento del arrendador para obras que modifiquen la configuración de la vivienda o disminuyan
su seguridad o estabilidad.
- Si se hace sin consentimiento, son causa de resolución del contrato por incumplimiento.
• Como excepción se admite la realización de obras para adaptar la vivienda a la minusvalía de quien la habite. No se
necesita el consentimiento del arrendador, pero cuando termine el arrendamiento si el arrendador quiere tiene que
reponer las cosas a su estado habitual.

F. Derecho de adquisición preferente

• La LAU mantiene los derechos de tanteo y retracto a favor del arrendatario en caso de enajenación onerosa.
Derecho de tanteo: 30 días desde la notificación fehaciente de la intención de hacer la enajenación. Ej: voy a vender mi
casa por este precio, ¿la quieres comprar?

Derecho de retracto: cuando la venta se realiza sin notificación o esta es incorrecta o la enajenación se hace en
condiciones diferentes. Plazo de 30 días desde que se le notifique la venta. Ej: has vendido la vivienda arrendada por este
importe, yo tengo derecho a ejercitar mi derecho de retracto por el precio de la venta.

Supuestos en los que queda excluido el derecho de adquisición preferente:

1. Cuando se venda de forma conjunta el inmueble del que forma parte la vivienda arrendada.
2. Cuando pretenda ejercitarlo sólo sobre la vivienda y no sobre los accesorios.
3. En caso de que exista otro retracto preferente (retracto convencional).
También se admite la exclusión por pacto de estos derechos.

G. Enajenación de la vivienda arrendada

• Según el art. 14 LAU, el adquirente de la vivienda arrendada que reúna los requisitos del art. 34 LH, solo se subroga
en los derechos y obligaciones del arrendador si el arrendamiento estaba inscrito en el Registro de la Propiedad.

H. Subarriendo y cesión de contrato por arrendatario

• Sólo es posible el subarriendo parcial y previo consentimiento expreso del arrendador.


• La cesión de contrato exige previo consentimiento por escrito del arrendador.
• Tanto el subarriendo como la cesión inconsentidos son causa de resolución. Si se subarrienda sin su consentimiento,
el arrendador puede resolver el contrato.

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I. Subrogación intervivos

• El CC ha querido que el contrato continúe aunque la persona del arrendatario cambie.


• En determinados supuestos, el cónyuge o conviviente de hecho del arrendador puede subrogarse en la posición del
arrendatario (art. 12 LAU).
• También se prevé que en un proceso de nulidad, separación o divorcio se atribuya el uso de la vivienda al cónyuge
no arrendatario, pero la ley no especifica si se trata un caso de subrogación.
- La JTS y doctrina se inclinan por entender que no hay modificación subjetiva sino sustitución temporal del
arrendatario en el uso.
J. Sucesión

• La LAU permite que, a la muerte del arrendatario, determinadas personas ocupen su posición contractual (art. 16
LAU).
• Por orden: el cónyuge o conviviente de hecho, descendiente, ascendiente, hermanos y parientes hasta tercer grado
(estos últimos si tienen una minusvalía superior al 65%).
• Se les exige convivencia con el arrendatario durante al menos 2 años antes de su fallecimiento. Excepto cónyuge o
conviviente de hecho con hijos comunes y los descendientes sometidos a patria potestad.
• En arrendamientos superiores a 3 años, si transcurren, se puede pactar que no haya subrogación.

K. Extinción del contrato

Por pérdida de la cosa arrendada no imputable al arrendador y por declaración de ruina de la finca (art. 28 LAU).

Otras causas:

1. Cumplimiento del plazo previsto.


2. Muerte del arrendatario salvo sucesión mortis causa.
3. Desistimiento unilateral del arrendatario.
4. Extinción del derecho del arrendador si no hay subrogación.
5. Causas de resolución de pleno derecho a favor del arrendador: (1) falta de pago de la fianza, renta u otros gastos;
(2) cesión o subarriendo inconsentidos; (3) incumplimiento de obligaciones relacionadas con la conservación de la
cosa; (4) cuando la vivienda deje de estar destinada al uso previsto.
6. Resolución por incumplimiento del arrendador de la obligación de conservar o de mantener en el goce pacífico.

3. ARRENDAMIENTO PARA USO DISTINTO DE VIVIENDA

• Gran libertad de las partes.


• Regulado en el Tít. III, arts. 29 a 35 LAU.
• Se aplican con carácter dispositivo las normas sobre conservación, mejoras y gastos, las normas sobre elevación de la
renta del tit. II.
• Normas específicas:

A. Enajenación finca arrendada

• Se prevé la subrogación de adquirente en la posición del arrendador salvo que cumpla los requisitos del art. 34 LH
(art. 29 LAU).

B. Cesión de contrato y subarriendo

• Se admite de forma amplia en locales donde se ejercita actividad empresarial sin necesidad de consentimiento del
arrendador aunque tiene la posibilidad de elevar la renta (art. 32 LAU).

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C. Subrogación mortis causa

• Del heredero que continúe con la actividad empresarial (tiene que notificarlo en dos meses). Art. 33 LAU

D. Extinción del contrato e indemnización al arrendatario

• Cuando se extingue el contrato por transcurso del plazo si el local ha sido destinado en los últimos 5 años a venta al
público se prevé una indemnización a favor del arrendatario por pérdida o aprovechamiento de clientela si al menos
4 meses antes de finalización del plazo el arrendatario mostró su voluntad de renovar el contrato (art. 34 LAU).

4. RÉGIMEN TRANSITORIO

• La LAU se aplica a los contratos celebrados tras su entrada en vigor el 1 de enero de 1995.
• Para los contratos anteriores la ley contiene unas disposiciones transitorias complejas según se trate de LAU 1964 o
RD 1985 y viviendas o locales.

TEMAS IMPORTANTES: Incumplimiento, Remedios, Compraventa.

Los detalles de las figuras contractuales menor relevantes no son muy importantes

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