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ANÁLISIS DEL TERCER PLENO CASATORIO

CASACIÓN N°4664-2010-PUNO

La controversia que motivo el Tercer Pleno Casatorio de historia de

la Corte Suprema, fue la demanda una demanda por separación de

hecho planteada por Rene Huaquipaco Hanco, solicitando

accesoriamente que se le otorgue un régimen de visitas para sus

hijos, en contra de Catalina Ortiz Velazco, quien además de contestar

la demanda alegando que, convivio con él desde los 19 años de

edad, costeando los estudios del demandante, asimismo señalo que

la abandonó dejándola en estado de necesidad con sus hijos, por lo

que en la Reconvención interpuso que el demandante le indemnice

por el daño moral y personal ascendente a la suma de S/.250,000.00

soles, por daños y perjuicios, refiriendo que los bienes gananciales

adquiridos durante el matrimonio ascendente a US$.6,000.00, fue

vendido por el demandante.

Es por ello que, en primera instancia, se declaró fundada la demanda

de divorcio por la causal de separación de hecho, fundada en parte

la reconvención por daño moral a favor de la demandada por la suma

S/.10,000.00 soles.

Entonces, con respecto a la reconvención por daños y perjuicios en

la sentencia de primera instancia solo prospero en parte, es decir por


el daño moral debido a que la demandada como mencionamos antes

fue la más afectada en sus sentimientos y vínculo matrimonial.

En la sentencia de segunda instancia, el demandante interpone

recurso de apelación por la reconvención sobre la indemnización por

daño moral, por otro parte, la demandada interpuso recurso de

apelación alegando que la Sala Superior debió amparar su

pretensión, por lo que la Sala Superior confirmo la sentencia apelada

por la separación de hecho y la indemnización por daño moral, sin

embargo se precisó que la indemnización es otorgada porque se

evidencia que Catalina Ortiz es la cónyuge inocente y perjudicada

debido a la aflicción de los sentimientos y frustración del proyecto de

vida matrimonial, tratándose de un supuesto de responsabilidad civil

familiar de tipo contractual.

Es por ello que, Rene Huaquipaco Hanco interpuso recurso de

casación contra la sentencia de segunda instancia que ordeno la

indemnización a favor de la demandada, alegando la aplicación

indebida del articulo 345-A.

“El juez velara por la estabilidad económica del cónyuge

que resulte perjudicado por la separación de hecho, así

como sus hijos. Deberá señalar una indemnización por

daños, incluyendo el daño personal u ordenar la


adjudicación preferente de bienes de la sociedad

conyugal, independientemente de la pensión de

alimentos que le pudiera corresponder”.

Debido a que la Sala Superior no se habría probado las causales

determinantes de los daños y perjuicios del daño moral, puesto que

resulta particularmente interesante que la corte suprema haya

invocado el articulo 392-A del código procesal civil para declarar la

procedencia del recurso de casación pues, según se desprende de

los hechos expuestos hubo deficiencias en el planteamiento del

recurso, dicho esto la Sala Civil Permanente a sesión del Pleno

Casatorio para llevar a cabo la vista de la causa, realizada el 15 de

diciembre de 2010.

La corte suprema empieza sus consideraciones afirmando que

nuestra constitución habla de un estado democrático y social, donde

una de sus notas características es la promoción y protección de los

sectores sociales menos favorecidos o más débiles, otorgando una

especial protección a la familia.

Es así que el juez, en su rol de director del proceso, cuenta con una

serie de herramientas a fin de emitir una decisión objetiva y

materialmente justa conforme con la constitución y las leyes, y para


ello sirve el principio de socialización sobre todo en los procesos de

familia, donde muchas veces una parte es notoriamente débil en este

caso es la demandada Catalina Ortiz Velazco, ello sumado a la

influencia del derecho material en la configuración del proceso hace

que el juez tenga un rol tuitivo en los procesos de familia, en donde

el principio dispositivo disminuye considerablemente.

Después se pasa a tocar el tema de la flexibilización de los principios

de congruencia, preclusión y eventualidad en los procesos de familia,

estos principios mencionados según la Corte Suprema, obliga al juez

a pronunciarse solamente sobre los hechos y petitorio formulados por

las partes en sus actos postulatorios y únicamente sobre sus

pretensiones y medios de defensa que convengan a sus intereses.

Sin embargo, en los procesos de familia y especialmente en este

caso de divorcio por separación de hecho, los principios

mencionados deben aplicarse en forma flexible.

En ese sentido, la Corte Suprema también menciona que la

flexibilización de los principios de congruencia, preclusión y

eventualidad se justifica en aras de la efectivización de los derechos

materiales.
Por otro lado, el pleno casatorio justifica la flexibilización de la regla

de la acumulación de pretensiones, en donde el juez debe integrar el

petitorio con pretensiones sobre las cuales es necesario emitir un

pronunciamiento porque afectan a los hijos o al régimen patrimonial

que se pretende disolver. Asimismo, la acumulación puede darse aun

cuando no se formulen pretensiones accesorias, a fojas 24 se

menciona lo siguiente:

“siempre y cuando estas se encuentren expresamente previstas por

la ley, en cuyo caso se consideran tácitamente integradas a la

demanda”.

Es así en el caso del divorcio por causal de separación de cuerpos.

Antes de hablar sobre la obligación legal, primero quiero enfatizar en

lo que se basa el Divorcio Sanción, se considera solo a unos de los

cónyuges o ambos responsables de la disolución del vinculo

matrimonial debido al incumplimiento de los deberes matrimoniales

que impone la ley o según lo que establezca el juez grave por

moralmente negativa y que trae como consecuencia la sanción

culpable que se proyecta en diversos aspectos, tales como la perdida

de derechos hereditarios, alimentarios, de la patria potestad, etc.

A fojas 25, “En el llamado divorcio – sanción se buscan aquellos

hechos que entrañan incumplimientos graves de los deberes


dimanantes de la relación conyugal, que son especialmente el

abandono, el adulterio y otras situaciones similares.”

Entonces se puede decir que en el divorcio es un debate de la

culpabilidad o inocencia buscando la verdad en la vida de los

cónyuges.

En cuanto al Divorcio Remedio, se encarga de verificar la separación

de los cónyuges sin necesidad de que sean tipificadas conductas

culpables, puesto que el divorcio no trae una sanción a las partes,

por el contrario, busca una solución en la relación conyugal y que no

cumple con los fines del matrimonio.

En ese sentido la diferencia del Divorcio Sanción o Remedio, puede

darse por pedido de uno de los cónyuges o ambos por mutuo

consentimiento, sin causal inculpatoria, producto del incumplimiento

de los deberes conyugales y fines propios del matrimonio, dado a un

conflicto que nace y acrecienta en la medida que los esposos, con

los hijos no quieren asumir el proyecto que propone la unión, es por

ello que invocan al artículo 333 del Código Civil que menciona lo

siguiente:
Casuales de Divorcio

1. El adulterio

2. La violencia física o psicológica, que el juez apreciará según

las circunstancias.

3. El atentado contra la vida del cónyuge.

4. La injuria grave, que haga insoportable la vida en común.

5. El abandono injustificado de la casa conyugal por más de

dos años continuos o

6. cuando la duración sumada de los períodos de abandono

exceda a este plazo.

7. La conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en

común.

Según la Corte Suprema, nuestro sistema jurídico ha establecido dos

tipos de indemnización en los casos de divorcio (y separación de

cuerpos). Para el caso del divorcio la sanción indemnizatoria se

sustenta en la culpa del cónyuge que motiva la causal en que se

funda el divorcio, en tanto que para los casos del divorcio de remedio

no hay culpa de por medio (divorcio por causa no inculpatoria).

Pues, aquí es donde se ubica la indemnización o, en su caso, la

adjudicación de bienes de la sociedad conyugal (consecuencias


previstas por el artículo 345-A del Código Civil), que menciona lo

siguiente

“se debe establecer a favor del cónyuge que resulte más perjudicado

con la separación de hecho, y esta indemnización debe comprender

tanto el menoscabo patrimonial como el daño a la persona, en el que

se comprende el daño moral.”

Dado que el divorcio por la causal de separación de hecho se

sustenta en causal no inculpatoria, de manera que se podría decir

que la corte suprema ha establecido con claridad la indemnización al

perjudicado (cónyuge Catalina Ortiz Velazco), pero al mismo tiempo

ha dejado en total indefenso a los hijos ya que al divorciarse los

padres también se han visto afectado emocionalmente por lo que

también debería haber sido indemnizado a favor de los hijos, por ello

creo que el tercer pleno casatorio no ha unificado los derechos

fundamentales con referencia al niño, razón por las que se ha

obviado el interés superior del niño, siendo esto que se ha vulnerado

el derecho procesal.

Es así que para establecer indemnización no se requiere la

concurrencia de todos los presupuestos de la responsabilidad civil

común, sino tan solo la relación de causalidad entre el menoscabo


económico (y el daño personal) con la separación de hecho y el

divorcio, es decir, el daño que sea consecuencia directa que estos

hechos.

La Corte Suprema analizó la compleja figura del daño y las categorías

que se han construido en torno a ese concepto. Afirmó que el daño

moral está contenido dentro del daño a la persona, en cuanto lesión

a un derecho, bien o interés de la persona en cuanto tal, por lo que

no tiene contenido patrimonial directo, aunque muchas veces tenga

que cuantificarse económicamente.

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