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RADIOLOGÍA EN ENDODONCIA

La radiología representa un área muy importante dentro del campo médico y


odontológico, siendo básica y esencial para el diagnóstico y, por lo tanto, para la terapéutica.
En endodoncia, la toma de radiografías es imprescindible durante las diferentes etapas del
tratamiento, para poder culminar con éxito la terapia endodóntica, por lo que es fundamental
la obtención de radiografías de alta calidad diagnóstica. En determinadas situaciones, aún
cuando la técnica de toma de la radiografía y su proceso de revelado hayan permitido la
obtención de radiografías con imágenes adecuadas, las mismas no son útiles para el propósito
que se requieren, como puede ser la localización de un objeto extraño, la ubicación de una
estructura anatómica que imposibilita la visión directa a una pieza dentaria o de un conducto
radicular en específico, por lo que el odontólogo debe manejar las diferentes técnicas de
localización radiográfica y su interpretación. En la presente revisión se destaca la importancia
de las técnicas de localización radiográfica, su definición, indicaciones y técnicas de
localización aplicadas al área de endodoncia, los aspectos básicos para su realización y como
se interpretan las imágenes obtenidas.

El éxito del tratamiento endodóntico depende de muchos factores: un buen diagnóstico


de la condición pulpar y periapical, el conocimiento de la anatomía del conducto y de la raíz
dentaria y la determinación de una longitud de trabajo correcta. Todos estos son factores
importantes para poder realizar una buena preparación biomecánica y culminar con una
obturación satisfactoria. En cada una de estas etapas, es imprescindible la toma de
radiografías que provean la información necesaria para realizar el tratamiento y actuar en
beneficio del paciente. Las radiografías resultan muy útiles durante la terapia endodóntica,
pero, en algunas situaciones, esa imagen no muestra lo que se necesita, porque la radiografía
tiene una limitación principal: solo se observan dos dimensiones, alto y ancho, faltando la
tercera dimensión, la profundidad vestíbulo-lingual o palatino. Al ser una representación
bidimensional, existirán ocasiones en las que la imagen obtenida no brindará la información
que se requiere y es en ese momento cuando se recurre a las técnicas de localización
radiográfica.
Para comenzar consideramos importante conocer la nomenclarura dental internacional
Las radiografías requeridas para realizar un tratamiento endodóntico son:
Regla de Clark
Las radiografías periapicales convencionales se consiguen con angulaciones y
procedimientos estándares ya conocidos, tales como la técnica de la bisectriz y la técnica
paralela. Estas técnicas permiten la obtención de radiografías con registros de imágenes que
solo facilitan la evaluación dentaria y de la región periapical en dos dimensiones: alto y ancho.
Cuando se presenta la necesidad de evaluar una patología en la que debemos considerar la
profundidad, es necesario realizar variaciones a las técnicas radiográficas tradicionales
conocidas como técnicas de localización radiográficas. En endodoncia las de mayor utilidad
son la técnica de Clark o regla del objeto bucal.
Está indicada en endodoncia en los siguientes casos:

• Disociación de imágenes superpuestas de raíces y conductos dentarios.

• Disociación de imágenes superpuestas de dientes con raíces y conductos supernumerarios.

• Ubicación de fracturas radiculares.

• Ubicación de resorciones radiculares, tanto externas como internas.

• Localización de instrumentos fracturados, perforaciones, falsas vías y escalones.


• Dirección de curvaturas radiculares.

• Relación de las raíces dentarias con respecto a estructuras anatómicas adyacentes.

Técnica de Clark

Descrita hace 100 años, esta técnica, también conocida como la Regla del Objeto Bucal y
Técnica de las Proyecciones Excéntricas, se fundamenta en el cambio de las posiciones
relativas de las imágenes radiográficas de los objetos cuando el ángulo de proyección del haz
de radiación cambia.

Para esta técnica, se requiere la toma de dos radiografías periapicales de la zona a estudiar:
una radiografía ortorradial, la cual se logra con los valores de angulación horizontal y vertical
correctos; y una radiografía mesiorradial, en la cual se varía la angulación horizontal colocando
la base del cono de rayos X hacia mesial; o una radiografía distorradial, la cual se obtiene
colocando la base del cono hacia distal. Siempre en todos los casos el punto de incidencia
facial del haz de radiación debe permanecer en el mismo sitio.

Esta técnica es útil durante el tratamiento endodóntico para:

• Disociar imágenes de raíces y conductos múltiples.

• Separar estructuras anatómicas y radiotransparencias periapicales.

• Determinar la ubicación de curvaturas apicales que se encuentren hacia vestibular o


palatino.

Descripción de los principios de la técnica: se tienen dos objetos A y B, uno frente al otro
(ver figs. 1 y 2). Si se hace incidir un haz de luz sobre ambos de manera perpendicular, la
imagen resultante será de los objetos superpuestos, sin posibilidad de distinguir cuál se
encuentra más cerca de la fuente de radiación y cual más lejos. Al modificar la forma en que
incide el haz de luz sobre los objetos, es decir, al modificar la angulación con la que incide la
luz, la imagen resultante mostrará los cuerpos disociados. Es aquí donde se utiliza la
premisa de esta técnica: "El objeto más distante del cono se mueve hacia la dirección del
cono y el que se encuentra más cerca se mueve en sentido opuesto".
Figura 1

Figura 2

Este mismo principio se utiliza en las imágenes radiográficas, tomando como


referencia el punto de incidencia del haz de radiación para establecer la dirección en la que
se registró la posición relativa de la imagen resultante. Si se ubica del mismo lado hacia
donde se desplazó la base del cono de Rayos X, entonces el objeto se encontrará más
alejada de la fuente de radiación y, si se registra en el lado contrario hacia donde fue
colocada la base del cono de rayos X, entonces la imagen corresponderá al objeto que se
encuentra más cerca de la fuente de radiación, es decir, hacia vestibular. Utilizando este
principio, se pueden disociar e identificar las imágenes correspondientes de los conductos
radiculares.

En el siguiente caso (ver fig.3) se muestra un primer molar inferior. Recuérdese que la
anatomía normal de este grupo dentario es de dos raíces: una mesial y otra distal. La raíz
mesial presenta dos conductos: mesiovestibular y mesiolingual. La figura 3 corresponde a
una radiografía ortorradial de dicho molar. En esta radiografía se aprecia que en la raíz
mesial se encuentran dos limas endodónticas, pero la imagen resultante en los conductos
muestra una superposición de ambas imágenes, haciendo parecer que se trata de un solo
conducto.
Figura 3

Al tomar una radiografía con variación de la angulación horizontal, como la que se


observa en la figura 4, se nota que la imagen de los conductos de la raíz mesial ya no es una
sola, sino que se aprecian dos líneas radiopacas correspondientes a los conductos
mesiovestibular y mesiolingual. Para identificar cada conducto, se utiliza la regla formulada
por Clark, que fue previamente mencionada. La imagen del objeto que se registra hacia el lado
contrario hacia donde fue desplazada la base del cono de Rayos X corresponde al objeto más
alejado de la fuente de radiación, en este caso el conducto lingual. Por otra parte, la imagen
del objeto que aparece en la radiografía hacia el mismo lado hacia donde se desplazó la base
del cono de Rayos X es la correspondiente al objeto que se encuentra más cerca de la fuente
de radiación. En el caso presentado sería el conducto vestibular.

Figura 4

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