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La nación

imaginada
en las fábulas
políticas de
Mariano
Melgar

Guillermo Gutiérrez

L
a vida de Mariano Para determinar la serie de factores Si la Ilustración había sido
Melgar (1790-1815) que influyen en su formación ideoló- un eficaz instrumento a favor
transcurre dentro de gica y literaria durante este período, del reformismo borbónico, el
los límites del período es necesario tomar en cuenta algu- clima ideológico alterado por la
emancipador (1780- nos hechos como las reformas bor- Revolución Francesa (1789) pro-
1824), también denominado perío- bónicas, la Ilustración y su impacto duce una radicalización de signo
do de crisis del régimen colonial.1 en los territorios coloniales hispanos. opuesto que genera la aparición

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del movimiento liberal en Espa- liberal y nacionalista, a térmi- las publicaciones periódicas de
ña y del movimiento indepen- nos estéticos y determina que, el diversos países. Empero, dicha
dentista en la América española. medio de expresión denominado forma literaria ha sido poco es-
El desarrollo de esta ideología literatura, se articule con el con- tudiada durante los siglos XIX y
tiene la característica de zona texto sociocultural. 3 XX, entre otros motivos, por el
de influencia periférica, con las El principal sustrato ideo- difícil acceso a la investigación
ventajas que conlleva tal situa- lógico del romanticismo fue la en el caso de la prensa de dicho
ción entre la clase letrada (crio- Ilustración que, a su vez, es la período, conformada por hojas
llos y mestizos), donde las nove- ideología identificada con el volanderas, manuscritos, pas-
dades ideológicas se propagaron neoclasicismo hispánico del que quines, panfletos, que fueron di-
y asimilaron de modo original, el Perú colonial es partícipe. Si- fundidas bajo amenaza de repre-
principalmente en los centros de guiendo esta idea, no es extraño sión. Incluso, hubo casos en los
estudio superior como el Con- que durante el período emanci- que se publicaron solo después
victorio de San Carlos en Lima pador apareciera una literatura de la muerte del autor o cuando
y, de modo más sutil, en los se- de forma neoclásica, pero que la causa patriota ya había triun-
minarios como el de San Jeróni- tuviera una aproximación hacia fado y las aguas políticas estaban
mo de Arequipa donde se formó el romanticismo. Este preroman- calmas. Esto es lo que ocurrió
Mariano Melgar. ticismo ha sido observado por con las fábulas políticas de Ma-
Estas reflexiones, que ha- varios críticos, quienes «han que- riano Melgar. Esta situación se
bían empezado a forjarse en el rido ver elementos prerománti- dio tanto en la fábula española
siglo XVII, alcanzaron una re- cos en poetas que publicaron a como en la hispanoamericana.
novada autonomía bajo el acer- partir de 1806 […] [incluyendo Desde las fábulas de Esopo
vo ideológico recogido por el a] Mariano Melgar, en una se- —por ejemplo «Las ranas piden
público lector del pensamiento cuencia que parecería asegurar un rey»—, la fábula siempre tu-
ilustrado, asociándose en los es- una relación más bien de conti- vo la intención de moralizar,
pañoles americanos y mestizos nuidad que de ruptura entre el pero sin dejar de lado la crítica
letrados a la toma de conciencia neoclasicismo y el romanticis- político social. Con Jean de La
de su identidad, lo que permitió mo» (Roggiano 2008: 278). Las Fontaine se continúa en ese es-
el fermento de los ideales inde- formas literarias predominantes tilo. En España, empero, los fa-
pendentistas e insurrecciones a inicios del siglo XIX son la bulistas José Samaniego y Tomás
armadas y movimientos sedi- oda, el himno heroico, la elegía, de Iriarte se decantan, respecti-
ciosos durante la parte final del los madrigales, los epigramas y vamente, por el rubro moraliza-
siglo XVIII e inicios del siglo las fábulas. En este entramado dor y de la crítica artística. Sin
XIX. 2 es innegable la trascendencia de embargo, en las últimas décadas
La configuración de las la clase criolla a la que Mariano del siglo XVIII y las primeras del
identidades nacionales hispa- Melgar perteneció, como catali- XIX, tanto la fábula neoclásica
noamericanas se afianza desde zadora de la ideología ilustrada española como la hispanoameri-
los albores del proceso emanci- hacia una identidad nacional cana se tiñen de crítica política,
pador y enmarca al movimiento que permitió la conclusión del a partir del estilo satírico y bajo
neoclásico. En los albores de la proceso emancipador. los cánones de composición del
emancipación se evolucionará neoclasicismo.
hacia la formación de la con- 1. F ábulas políticas La fábula de los siglos XVIII
ciencia criolla, base de las iden- de M elgar : y XIX es neoclásica en la tradi-
tidades protonacionales (Vitulli ción en que se funda y toma sus
y Solodkow 2009: 42-53), por lo La fábula neoclásica de ín- modelos, pero es política por la
que se transita de la serie agen- dole política floreció a finales crítica que reviste durante el pe-
cia-conciencia a la serie concien- del siglo XVIII y se mantuvo ríodo emancipador y la corres-
cia-nacional. Por ello, dentro hasta las primeras décadas del pondiente época en la historia
de la cultura criolla de elite, el siglo XIX, en el ámbito penin- de España. En el siglo XIX se
movimiento neoclásico juega un sular (García: 1983) e hispa- desarrolló una rica tradición de
rol muy importante al adaptar la noamericano (Lorente: 2011). esta fábula con una predomi-
nueva actitud criolla ilustrada, Este apogeo se vio reflejado en nante intención satírica. Así, su

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brevedad, su carácter alecciona- en 1831, «Las aves domésticas» arte mayor y el heptasílabo en el
dor y uso del nivel connotativo (6 de agosto). Algunas décadas menor. En el aspecto temático,
de lenguaje, la convirtieron en el después, en 1891 se publicó en Jorge Cornejo Polar ha propues-
instrumento idóneo de crítica. La Bolsa de Arequipa «El sol» (7 to una clasificación cuyo criterio
En el mismo período de Mel- de noviembre). Durante el siglo es la realidad aludida (la criti-
gar otros fabulistas fueron Gar- XX, se hace público el hallazgo cada) en cada caso. A continua-
cía Goyena (Ecuador), Simón de un manuscrito de Melgar en ción presentamos la clasifica-
Bergaño y Villegas, Antonio José la Universidad de Indiana, Esta- ción propuesta por el estudioso
Irisarri (Guatema- arequipeño:
la), Francisco Acu-
ña de Figueroa A) El grupo más nu-
(Uruguay), José meroso de fábulas (6)
Fernández de Li- exhibe un claro con-
zardi, José Agustín tenido político en el
de Castro, Fran- contexto de la época
cisco Pimentel y inmediatamente an-
José Ignacio Ba- terior a la declaración
surto (México). de independencia de
Con excepción de 1821. Son ellas: «Los
«El ruiseñor y el gatos», «El murcié-
calesero”, publi- lago», «Las abejas»,
cada en 1813, de «El asno cornudo»,
manera anónima «Las aves domésti-
en el número 32 cas» y «Las cotorras
de El Investigador y el zorro». B) Otro
(Lima), todas las grupo compuesto so-
fábulas de Maria- lamente de dos fábulas
no Melgar fueron muestra un mensaje
publicadas póstu- que pudiera calificar-
mamente. Esto se se de crítica social.
debe a varios mo- Son «El ruiseñor y
tivos, entre ellos el el calesero» y «El
carácter de crítica cantero y el asno. (13)
política y social
que tuvieron algu- La fábula «La
nas, incluso, con- ballena y el lobo»
trarias al régimen parece estar dirigi-
colonial; también da a criticar a una
por la temprana persona que no se
muerte de Melgar, Mariano Melgar. Dibujo de Evaristo San Cristóval. ha podido identi-
fusilado por el ejér- ficar. Mientras que
cito realista a los veinticuatro dos Unidos, que contiene obras «El sol» es una fábula de temáti-
años en Umachiri, Arequipa. conocidas y otras inéditas. Entre ca personal. Estas dos últimas no
En 1827 se publicaron cua- estas se encuentra la fábula «La entran en ninguna de las clasifi-
tro fábulas en El Republicano, de ballena y el lobo», publicada caciones propuestas.
Arequipa. Estas fueron: «Los por primera vez en la edición de En general, estamos de
gatos» y «El murciélago» (16 1971 de Obras completas de Ma- acuerdo con Cornejo Polar. Em-
de junio), «El cantero y el as- riano Melgar editada por la Aca- pero, debemos señalar que «El
no» (23 de junio) y «Las abejas» demia Peruana de la Lengua. ruiseñor y el calesero» ha sido
(30 de junio). En 1830, en el Las fábulas están compues- clasificada como «aforismo li-
mismo periódico «Las cotorras tas por versos de diferente tipo: terario» por Francisco Mostajo
y el zorro» (27 de noviembre); predomina el endecasílabo en el (1951), quien señala la impronta

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en esta de las Fábulas literarias de y la pugna por el liderazgo no «El murciélago» es una fá-
Tomás de Iriarte. Por otro lado, permiten que la unidad triun- bula que critica a los irresolutos
«El cantero y el asno», clasifica- fe, entonces los hijos terminan que dudan de dar su apoyo a la
da como fábula de crítica social, devorados (derrotados) por el causa patriota o a quienes tra-
también podría entrar en el ru- perro. La moraleja, un tanto tan de acomodar sus intereses
bro de fábula política. Si asumi- explícita en opinión de Cornejo posicionándose de acuerdo a la
mos la definición más aceptada Polar, es reveladora de la ideo- coyuntura con el bando victorio-
de política que alude al manejo logía del autor. «Si a los gatos al so. La fábula, escrita en cuarte-
del poder en una sociedad deter- fin nos parecemos, / paisanos, tos heptasílabos, es una llamada
minada, nos damos cuenta que, esperamos otra cosa? / Tendre- de atención desde la perspecti-
al hacerse una crítica al sistema mos libertad? Ya lo veremos…» va moral para el hombre falto
social imperante, también se cri- (Melgar 1971: 414). Con el tér- de convicciones que solo busca
tica a la sociedad, producto del mino «paisanos» se termina de su provecho personal. Melgar,
ordenamiento de las estructuras fusionar a todas las razas y cla- a través de su fusilamiento, de-
de poder. Además, en el contexto ses sociales que conformaban muestra que es consecuente con
en el que vivió Melgar, las ideas a los patriotas de ese tiempo. sus ideas y acciones.
de igualdad y fraternidad están Melgar aparece como un au- «Las cotorras y el zorro» es
asociadas al orden social políti- tor comprometido con la causa una fábula con una intención
co. También en «Los gatos» se patriota, pero en la fábula hay política soterrada. Cornejo Polar
trata el tema de la fraternidad e un vacío en la conformación de afirma que la historia va dirigida
igualdad. una identidad patriótica unívo- a los patriotas, a quien se reco-
A partir de la clasificación ca: los intereses personales o de mienda discreción en sus proyec-
propuesta por Cornejo Polar di- clase se superponen al fin últi- tos. «La interpretación política
vidiré en dos grupos las fábulas mo: la libertad. La creación de nos parece la única aceptable,
políticas: el primero conforma- facciones da cabida a los parti- porque de otro modo habría que
do por «Los gatos», «El mur- dos, de manera que la política reconocer que Melgar recomen-
ciélago», «Las aves domésticas» partidaria es vista como nociva daba como norma general el di-
y «Las cotorras y el zorro» que, en el contexto emancipador en simulo, el ademán taimado y so-
en común, refieren los avatares tanto genera división. lapado» (1998: 15).
de la lucha independentista. El En «Las aves domésticas» Para el caso de las fábulas
segundo grupo conformado por podemos apreciar una sutil pe- del segundo grupo que propo-
«Las abejas», «El asno cornudo» ro más radical propuesta, ex- nemos, el gobierno que Melgar
y «El cantero y el asno», en tanto tremadamente subversiva para se proyecta es el democrático.
exponen la preocupación por el el statu quo colonial: sustenta el Miro Quesada (1998) y Cornejo
sistema de gobierno y la injusti- derecho a la rebelión. En esta Polar (1998) nos recuerdan que
cia social. fábula compuesta por cuarte- el contexto de escritura de «El
«Los gatos» es una de las fá- tos endecasílabos, los patriotas asno cornudo» y de «Las abejas»
bulas más representativas de la están representados por los ga- fueron las elecciones de regidores
obra de Melgar. La gata es una llos, quienes luchan con quie- del Ayuntamiento Constitucional
alegoría de la patria (madre) y nes menosprecian a todos: los de Arequipa en 1812. La prime-
los gatitos son los patriotas (hi- pavos, que son los peninsulares ra manifiesta la preocupación de
jos). El gato blanco representa que vejan a los nativos (criollos, la clase intelectual porque haya
a la clase criolla; el gato man- mestizos e indígenas). Bernard un correcto proceso electoral.
chado a los mestizos y el negro Lavallé (1993) y Carlos García- Melgar preconiza que el pueblo
a los indígenas. Ante la muerte Bedoya (2000) han tratado sobre requiere instrucción para sufra-
de la madre (fracaso reiterado este sistemático menosprecio y gar: «Ya que el Cielo ha dado al
de los intentos de liberación la creación de un discurso rei- Pueblo / Fuerzas y votos, precisa
del yugo colonial), la propuesta vindicador y apologético por / Que le den los literatos / Unas
más sensata para enfrentar al parte de los criollos y mestizos cuatro leccioncitas» (Melgar
enemigo común, el perro (rea- acriollados. Para el tiempo de 1971: 427). Lo interesante de esto
lista), es la unión de los hijos. Melgar, este discurso estaba ya es que el escritor aparece como el
Empero, las luchas intestinas bastante difundido. responsable de orientar al pueblo.

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En el caso de «Las abejas», prescindir de este texto melga- mismo acontecimiento, la oda
de mayor extensión y mejor ela- riano» (1998: 15). El indio como civil «A la Libertad», y pueden
borada en cuanto a la rima y la personaje literario que encarna ser agregadas a las pruebas de
versificación a diferencia de las la injusticia social del sistema que Melgar fué [sic] «patriota»
otras, parece que se intenta re- colonial es un elemento impor- desde mucho antes de lo que
presentar las consecuencias de tante para conocer el proyecto [sic] Silvia le acibarara los días
unas elecciones mal llevadas y independentista que sostiene el con su veleidad. (1951)
la disconformidad del pueblo autor de los yaravíes.
con los resultados. La reflexión Para finalizar este aparta- 2. N ación imaginada :
sobre la tolerancia hacia los de- do, el trasfondo ideológico de
fectos del incipiente Los anteceden-
sistema democrático tes estructurales del
expone la preocupa- surgimiento del Es-
ción cívica de Mel- tado nación han si-
gar y, a diferencia del do denominados por
“El asno cornudo”, Etienne Balibar co-
propone en la prác- mo «la prehistoria
tica la participación de la forma nación»
activa del intelectual (1988: 138). Estos
en la instrucción del corresponden a pro-
pueblo, en este caso, cesos evolutivos en
mediante una fábula las estructuras polí-
cívica política 4. ticas y las relaciones
Respecto a «El de poder, cambios
cantero y el asno», en los sistemas eco-
Mostajo resalta su nómicos, relaciones
condición de «fábula entre subjetividades
peruanista» al referir nuevas y tradiciona-
una escena típica de les y, la aparición de
la Ciudad Blanca: el nuevas identidades
cantero acarreando interactuantes entre
en acémilas piezas de los diferentes estra-
sillar. En este mismo tos sociales. Balibar
camino, Miro Que- explica que en el sur-
sada (1998), Cornejo gimiento de un esta-
Polar (1998) y el pro- do nacional se puede
pio Mostajo (1951) hallar estas «estruc-
coinciden en señalar turas prenacionales»
el carácter indigenis- Portada de Poesías completas de Mariano Melgar. Edición de la (1988: 137) como
ta de esta fábula que Academia Peruana de la Lengua. Lima, 1971. una manera de expli-
expone el anhelo de la car los rasgos del Esta-
situación social igualitaria, que las moralejas de estas fábulas, do nación contemporáneo. Son
solo se podrá lograr mediante pueden resumirse en una cita de una «multiplicidad de aconteci-
el triunfo de la causa patriota. Mostajo: mientos cualitativamente dife-
Cornejo Polar afirma que «[…] rentes, desfasados en el tiempo,
luego del Inca Garcilaso y tras […] son máximas sacadas [y] ninguno de los cuales implica
un (obstinado) silencio de siglos de la corta experiencia de la los siguientes» (ibíd.). Esto nos
ésta es una de las primeras apa- instalación del Ayuntamien- lleva a la idea de la configura-
riciones del indio en la literatura to arequipeño y de su fugaz ción de la nación a partir de la
nacional. De aquí que cualquier actuación. Encuadran, pues, narración de la misma, no con
investigación sobre los antece- perfectamente dentro del es- hechos históricos consecuen-
dentes del indigenismo no podrá píritu que le inspiró por el tes uno del otro sino, más bien,

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como la construcción discursiva, la fábula que se conjuga como sociedad («El asno cornudo»); la
a partir de hechos de una reali- elemento en común entre el neo- apatía y la conveniencia políti-
dad imaginaria que se proyecta clasicismo ilustrado de la litera- ca («El murciélago»); el derecho
a través de un discurso que le tura y el patriotismo nacionalista a la insurrección armada («Las
brinda consistencia ideológica y del fin del horizonte ideológico aves domésticas»); la igualdad y
que se sustenta, a su vez, en un de la época. la situación injusta del indio («El
sistema político económico. Las fábulas de Mariano Mel- cantero y el asno»); la toleran-
Este discurso creador de la gar presentan la construcción de cia con los defectos del gobier-
nación puede ser descrito a través un discurso independentista que no justo («Las abejas») mediante
de la perspectiva de un autor por abarca las nociones: patria, pa- las cuales proyecta su ideología
medio de una propuesta creati- triota, indio, paisano, partido, emancipatoria al describir los
va que obedece a sus influencias libertad, pueblo, literatos, con problemas de la gesta, las expec-
literarias como ideológicas. En las que se establece un imagina- tativas de la nación en ciernes y
nuestro caso, el autor es Ma- rio para la construcción de un los deseos de un futuro mejor.
riano Melgar, quien demuestra discurso prenacional, así como De esta manera, las fábulas
una conciencia activa respecto a la referencia alegórica de temas políticas de Mariano Melgar se
su rol como intelectual. La idea como la falta de unidad de las erigen como una muestra de la
del intelectual —como literato u clases sociales patriotas en la lu- temprana proyección de una
hombre de letras—, como orien- cha independentista (véase «Los identidad nacional, influencia-
tador de la sociedad es una no- gatos»); la necesidad de cautela da por los ideales políticos de la
ción típica de la Ilustración. y discreción en las conspiracio- Ilustración que se sostiene me-
Hay que matizar esta afir- nes proindependentistas («Las diante las formas literarias neo-
mación con la intención didácti- cotorras y el zorro»); la instau- clásicas en el período emancipa-
ca moralizadora típica del neo- ración de la democracia y el rol dor de Perú.
clasicismo y rasgo sine qua non de de los intelectuales en la nueva

Mariano Melgar en sellos postales. Perú.

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Notas
1. Si tomamos en cuenta la periodifi- Carter, Marcel Velázquez, han resalta- como paradigma del costumbrismo,
cación propuesta por Carlos García- do la importancia de las publicaciones de actitud didáctico moralizadora y
Bedoya, el período de estabilización periódicas en el lapso que estudiamos. respetuoso de las reglas clásicas, espe-
colonial va de 1580 a 1780; el período cialmente en el teatro).
de la crisis del régimen colonial, desde 3. El neoclasicismo es un movimiento
1780 hasta 1825; y el período de la Re- clave en la configuración de la litera- 4. Francisco Mostajo indica que Mariano
pública oligárquica desde 1825 hasta tura peruana. Su desarrollo abarca Melgar inició una tradición de fabulistas
1920 (2000: 26-27). el período de estabilización colonial en el sur del Perú durante el siglo XIX
(en su última etapa), el período de la y la primera parte del siglo XX, entre
2. La prensa asume un rol protagónico crisis del régimen colonial (con la pro- ellos: José María Sánchez Barra, Mateo
y se convierte en centro de difusión ducción literaria de varios autores y la Paz Soldán, Eliodoro F. del Prado, José
y reflexión sobre este pensamiento. actitud humanista ilustrada del Mercu- Ignacio Gamio, Luis M. Delgado, Percy
Diversos autores como Bernardo Su- rio Peruano) y la primera etapa de la Re- Gibson, Francisco Struque, Abraham
bercaseaux, Antonio Lorente, Boyd pública (se entiende al neoclasicismo Chirinos y Francisco Mostajo.

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