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Cuidar las rodillas es clave para evitar lesiones que afecten no solo la práctica deportiva si no
nuestra vida diaria. Te comparto siete consejos para proteger tus rodillas:
2. Controla tu peso. Ten en cuenta que cada kilo de más ejerce aproximadamente
cinco kilos extra de presión sobre la rótula al bajar o subir escaleras.
4. Mantén un buen tono muscular. Es mejor evitar los deportes con carrera y
salto; y en el caso de decantarse por correr, conviene hacerlo por una superficie
lisa y suave como un sendero con césped, en lugar de por cemento.
6. Recurre a las rodilleras. Las rodilleras son una solución terapéutica muy
adecuada para prevenir y tratar las lesiones o dolor en esta articulación. Acude a
la farmacia, donde el profesional te orientará acerca del producto más ajustado a
tu necesidad, dolor o a la actividad física que vayas a realizar o sujeción que
precises. Las terapias de frío/calor también son muy recomendables para aliviar el
dolor y las molestias relacionadas con traumatismos, fracturas, distensiones… que
afectan a la rodilla.
7. Cuídate también en los desplazamientos largos. Entra y sal del coche con
precaución para proteger tus rodillas y, en los viajes largos -también en el bus,
tren, avión-, asegúrate de levantarte cada dos horas para mover y estirar las
piernas. Y si trabajas sentado, haz descansos cada hora o realiza pequeños
movimientos de piernas para prevenir la atrofia muscular.
10. No retomes tus actividades habituales hasta que el médico te lo permita. Por
muchas ganas que tengas de volver a hacer deporte o una vida normal, no
esperar el tiempo suficiente para que una lesión mejore o para que la rodilla se
recupere tras una intervención, aumenta el riesgo de recaída o de futuras lesiones.
En ocasiones, además, puede ser necesaria rehabilitación antes de retomar la
actividad física.
Cómo cuidar las rodillas. El ejercicio moderado más recomendable es nadar, pedalear o
caminar. Pero siempre debes realizar un buen calentamiento antes de comenzar, y ejercicios
de estiramiento y enfriamiento al acabar. Cuando sea necesario, lleva siempre el equipo de
protección adecuado como, por ejemplo, las rodilleras.
Tapones auditivos
Lávelos con agua tibia y jabón suave antes de colocárselos. Las manos deben
estar muy limpias al momento de insertárselos. Cuando no los vaya a utilizar,
guárdelos secos en un estuche. Deben reemplazarse si se quiebran, rajan o se
deforman parcialmente.
Gafas de seguridad
Deben ser limpiadas con un paño húmedo antes de comenzar la jornada. Si
están sucias o rayadas limitan su visión y pueden ocasionarle un accidente.
Casco
Revise periódicamente la suspensión de su casco. Examínelo para verificar si
tiene cintas desgastadas, remaches sueltos, costuras deshechas u otros
defectos. Reemplace su casco después de un impacto severo.
Orejeras
Limpie la parte acolchada con agua tibia y jabón suave. No utilice alcohol o
solventes. Cuando las orejeras presenten rajaduras o no tengan todos los empaques,
solicite cambio ya que en este estado no le dan la protección necesaria.
Botas de seguridad
Si trabaja con químicos y sus botas están agujereadas o rotas, no las repare;
solicite unas nuevas. En estos casos ninguna reparación que usted pueda
realizar le dará una protección adecuada