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En general los niños con AIJ deben seguir una dieta sana, completa, variada,
normal para su edad y equilibrada, en hidratos de carbono y proteínas,
proporcionando el aporte calórico necesario para el desarrollo de los músculos
Los niños que reciban esteroides deben evitar comer en exceso, así como los
alimentos con alto contenido en sal y muy calóricos. Es importante que
mantenga una buena nutrición. Frutas y verduras en cantidad, lácteos y quesos
para un buen aporte de calcio, y poca comida rápida son la clave para una
alimentación saludable. No hay que excluir ningún alimento de la dieta.
Ejercicio
La natación suele ser algo seguro para la mayoría de niños con artritis, pero es
importante que la temperatura sea cálida para que no cojan frío.
Estimular los juegos en las etapas de la vida en la cual estos ocupan un rol
preponderante, como sucede en los niños pequeños (Juego con pelotas
livianas). Estimular algunos deportes que puedan favorecerlo, como la
natación. La natación es uno de los mejores ejercicios. Relaja los músculos,
las articulaciones se mueven más fácilmente sin soportar peso sobre ellas y
además es un buen deporte.
Si el niño es muy pequeño, hay que introducir juegos para que muestre interés
y no se aburra. Modelar con plastilina o dibujar fortalece los dedos. Los juegos
con paleta y pelota, como el ping pong, mejoran la movilidad de los brazos y de
las manos. Cuando se afectan las caderas y las rodillas y el niño no quiere
andar, el triciclo y la bicicleta son muy útiles para mantener la movilidad
articular sin forzar las articulaciones inflamadas.
Los deportes como el baloncesto, saltar a la cuerda, patinar, esquiar o montar a
caballo, están contraindicados porque producen ‘choques’ en las articulaciones.
Cómo practicar los ejercicios
No hace falta demasiado: hay que colocar un colchón en el piso y seguir el
esquema que indicó el terapista. Lo mejor es que los niños se ejerciten sin
ayuda, pero con la compañía y la supervisión de un adulto, ¡y con muchas
ganas! Una recomendación: acompañar la ejercitación con música suele ser
muy estimulante.
Hay varias clases de ejercicios: los activos, que son los ejercicios físicos que
realiza el propio niño; los pasivos, que otra persona ayuda a realizarlos y los
isométricos que consisten en contraer un determinado músculo durante unos
segundos, sin mover la articulación inflamada.
Cuando el niño está en la fase aguda de la enfermedad y permanece en la
cama, debe realizar tres veces al día un programa de ejercicios pasivos,
ayudado por sus padres.
Los ejercicios deben hacerse suavemente, sin forzar las articulaciones
inflamadas, buscando la máxima amplitud de movimiento y la posición
adecuada.
Cuando el niño supera esta fase, el programa de ejercicios será más activo,
con isométricos para fortalecer los músculos por encima y por debajo de las
articulaciones afectadas, así como para desarrollar la musculatura general.
Algunos ejercicios:
Sentado contra la pared:
Con una botella de 1,5 litros llena de agua bajo los muslos, levantar el pie con
la punta dirigida hacia el torso, sin mover el muslo.
Contar hasta cinco y bajar.
Con un palo liviano entre las manos, tratar de cerrar bien los puños. Levantar
los brazos y mantenerlos estirados lo más posible.
Bajar lentamente hasta apoyar el palo sobre las piernas.
Acostado boca abajo sobre un colchón, con un almohadón debajo de la
panza y otro más pequeño debajo de los tobillos:
Juntar las manos sobre la cola y elevar el torso y las manos (seguramente haya
que sostener los pies para que no se levanten).
Llevar el talón hacia la cola todo lo que se pueda, y bajar lentamente.
Descanso
En general estos niños van a necesitar periodos de reposo más largos, y a
intervalos más frecuentes que sus compañeros, pero está demostrado que un
reposo prolongado en cama es perjudicial para esta enfermedad. Tienen que
descansar diez horas seguidas por la noche y una o dos horas durante el día.
Cuando el niño esté muy decaído por la actividad de la enfermedad o por la
anemia, podrá descansar más, pero el quedarse todo el día en la cama sólo
está indicado en los periodos en los que el niño está muy enfermo.
En todo momento hay que vigilar las posturas, para evitar que las
articulaciones inflamadas se queden rígidas en una mala posición para su
función. Hay que dormir con los brazos y las piernas estirados, para que las
articulaciones mantengan su postura correcta. Si las caderas o las rodillas
están afectadas, es conveniente descansar boca abajo durante media o una
hora al acostarse para que estas articulaciones se pongan derechas con su
propio peso.
La cama debe tener un colchón duro y una almohada baja para que la espalda
adquiera su postura normal y el cuello no se quede doblado hacia delante. Las
mantas no deben pesar, para evitar la presión sobre las articulaciones y así el
niño podrá moverse fácilmente. Nunca hay que poner almohadas debajo de las
rodillas, aunque el niño se queje de dolor, porque se pueden quedar
flexionadas.
Medicación
A veces será necesario probar con distintos tratamientos hasta encontrar el que
mejor responde cada persona.
Cuanto más sepan los padres, más fácilmente podrán hablar con su hijo sobre
la enfermedad.
Anotar con él, en un cuaderno, todas las dudas que vayan surgiendo fuera de
la consulta con el médico, así se aprovecha más la siguiente visita.
Cuidado visual
Clima
Terapia Ocupacional
Se debe hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que el niño siga en su
medio en la forma más normal posible.
Colegio/Seguir en la escuela
A veces los papás piensan que, como su hijo tiene muchas inasistencias al
colegio o le cuesta moverse por la mañana, lo mejor es que estudie en casa
con una maestra particular. Sin embargo, es fundamental que siga
concurriendo a la escuela: allí aprende, pero también interactúa con sus
compañeros, juega en los recreos y, fundamentalmente, pasa tiempo fuera de
casa.
Es fundamental que los niños vayan al colegio a diario. Hay una serie de
factores que pueden dificultar su asistencia a clase, como son la dificultad para
caminar, el cansarse fácilmente, o la presencia de dolor o rigidez articular.
Mantiene una comunicación fluida con los papás y habla con el médico o
terapista físico para conocer las características de la enfermedad y despejar
dudas.
Está al tanto del tratamiento, y sabe que el chico probablemente falte a clase
por distintas razones, como visitar al médico, hacerse análisis o recibir la
medicación en el hospital. También es probable que deba tomar
antiinflamatorios durante el horario de clase.
Hace lo posible por incorporarlo a todas las actividades, dentro y fuera del aula.
Debido a la enfermedad, el comportamiento del niño puede tornarse retraído o
distante y por eso es bueno alentarlo a que se integre al grupo, juegue con el
resto y no permanezca aislado, también en los recreos.
Demuestra una actitud positiva frente a la enfermedad. Si el niño y sus papás
están de acuerdo, podría ser una buena idea proponer una charla con el resto
de los alumnos sobre la artritis. ¿El objetivo? Plantear la situación en lugar de
ocultarla como si fuera algo vergonzoso, derribar mitos y temores infundados y
fortalecer la integración con los compañeros, que también se sentirán
gratificados de colaborar con el bienestar del paciente.
Algunos consejos para ayudarlo a que se sienta mejor:
Adecuar algunos horarios a las posibilidades del niño. Si el docente va a
tomar un dictado, es mejor que lo haga cerca del mediodía en vez de a primera
hora de la mañana.
Impulsarlo a que no esté mucho tiempo sentado, ya que esto le causará
rigidez. Se le pueden asignar algunas tareas especiales que lo mantengan en
movimiento, como por ejemplo, repartir hojas entre sus compañeros o buscar
los elementos que se necesitan para dictar la clase.
Integrarlo a las actividades grupales. Si la clase lo permite, el docente puede
armar grupos para resolver las actividades, alentando a la integración del niño
con AIJ, para evitar su retraimiento.
Dentro del aula, considerar la altura de los muebles para que las articulaciones
estén en posiciones las más adecuadas posibles, teniendo en cuenta que el
niño no debe permanecer en posiciones _jas por periodos prolongados; en los
niños con compromiso de columna cervical evitar la _exión forzada obligada
que debe mantener cuando escribe o durante la lectura. La utilización de un
atril para esta actividad, favorecerá la posición adecuada de la columna (Fig.
10). Los niños con compromiso de articulaciones de las manos y carpos
(“muñecas”), deben ser ayudados por los profesores, permitiéndoles fotocopiar
o grabar las clases.
Mientras que algunos chicos se enojan por los cambios y las obligaciones que
les impone la enfermedad, otros se sienten tristes, angustiados o con miedo.
Por ello, tal vez sea necesaria la intervención de un profesional que ayude al
niño a aceptar la situación y a encarar el tratamiento con energía y buen ánimo.
Lo principal es brindarle el apoyo y la compañía de toda la familia. Así, podrá
cumplir con los distintos pasos del tratamiento y reunir la fortaleza necesaria
para salir adelante.
Muchos de los fármacos que usamos, especialmente los más comunes como el
metotrexato, son o pueden ser teratogénicos (es decir, causar malformaciones
fetales) en el caso de un embarazo. En la consulta, el reumatólogo pediatra
debe tratar estos temas con sus pacientes adolescentes, con las niñas sobre
todo, pero también con los chicos. En general, ellos entienden que no están
aún preparados, por su edad y por su enfermedad, para afrontar una situación
fisiológicamente pensada para una edad más tardía.
Los padres, por su parte, no deben descargar esta responsabilidad
enteramente en el médico que trata a sus hijos: la educación sexual les
compete primero a ellos, requiere tiempo y conocimiento de los hábitos y
amistades de los chicos. El médico, en muchos casos, carece de la información
suficiente para plantear estos temas en toda su profundidad, aunque su misión
de informar sí deba estar siempre presente.
Función manual
Proteccion articular
Férulas de reposo
Férulas de función
Se indican para carpos (tipo cock up) o para articulaciones interfalángicas
proximales (PIF) cuando la articulación es inestable por falta de fuerza
muscular especialmente extensora o por debilidad de las partes blandas, sobre
todo cuando el niño debe realizar una tarea prolongada como escribir en la
escuela.
Las férulas mencionadas son confeccionadas y controladas por el Terapista
Ocupacional.
Collar cervical
Bastones o muletas
Plantillas y calzado
Las plantillas se indicarán con criterio ortopédico, en un pie flexible que tiene
apoyo inadecuado y siempre en plastazote.
El calzado más adecuado para los niños con AIJ es la zapatilla deportiva,
porque es liviana, la suela es levemente más alta en el retropié y tiene el
contrafuerte rígido, las tres características que facilitan la marcha.
Hay evidencia sobre que el uso de calzado deportivo más plantillas en AIJ
mejoran la marcha, la capacidad funcional y disminuyen el dolor de pies en la
última semana. (15) Nivel de evidencia 2
Recomendaciones generales:
Respetar el dolor. Parar cuando sea necesario y descansar.
Evitar permanecer en una misma posición durante un periodo de tiempo
prolongado.
La posición debe ser estable y con una buena postura. Evitar siempre
posiciones que puedan producir deformidad. Las articulaciones se suelen
deformar cuando están en flexión, por ello es mejor mantener las articulaciones
extendidas. Puede resultar molesto estar sentada en el suelo con las piernas
cruzadas.
Mantener alineados los segmentos corporales. Evitar asientos bajos. El
respaldo y los asientos tienen que ser firmes. Cuando se esté sentado los pies
deben estar siempre apoyados en el suelo o sobre un banquillo.
Evitar coger objetos que requieran un fuerte agarre.
Hay que tener en cuenta que a veces estar en un entorno con mucho frío o
calor puede resultar incómodo y doloroso.
La actitud de los padres ayuda a los hijos/as
• Racionalizar los miedos y desahogarse
• No abandonar la vida social o familiar
• Cuidar a los otros hermanos
• Intentar que toda la familia comparta horarios y comidas
• Buscar apoyos familiares y profesionales
• No hacer caso de “lo que dice la gente”. Preguntar a tus
profesionales sanitarios
• Favorecer que el niño/a exprese sus sentimientos y miedos
• Normalizar la situación , seguir con la vida lo más normal posible
• Dedicarle tiempo
• Atención a nuestro lenguaje no verbal
• No mentir, no contarlo todo ni de golpe
• Ser positivos
• Evitar palabras trágicas
• Hablar poco, escuchar mucho
• Poner ejemplos
• Pocas instrucciones, ordenadas
En la comunicación con nuestros hijos NO FUNCIONA
• Un lugar o un momento inadecuado
• Exigir
• Amenazar
• La ironía
• “Lo que tienes que hacer es…”
• “Porque si, porque lo digo yo”
• Siempre, nunca
• Etiquetar
• Los sermones
• “Sacar los trapos sucios”
• No destacar las cosas que hace bien
• No reconocer su parte de razón
"¿Me voy a curar?"
• ¿Qué puedo decir?
• Es muy importante no engañar al niño.
• Tampoco hay que dar excesivas explicaciones.
• Valorar qué puede haber detrás de esa pregunta.
• Hacer mucho énfasis en que, a pesar de la diabetes, podrá hacer
prácticamente todo cuanto quiera.
• ¿Qué no puedo decir?
• Decirle que sí, que se va a curar. Mentirle para animarle
temporalmente.
• No prestarle atención ante este tipo de preguntas y “cortarle”
cambiando de tema o diciéndole: “eso ya te lo he explicado otras
veces”.
• Enfadarnos con él porque parece que “no entiende nada”.
"¿Qué es la diabetes?"
• ¿Qué puedo decir/hacer?
• Te puedes ayudar de libros especiales para niños donde se explica
qué es la diabetes.
• Leerlo juntos, asegurándote de que lo entiende.
• Responde serenamente a todas las dudas y preocupaciones que le
puedan surgir (aunque te pregunte repetidamente lo mismo).
• ¿Qué no puedo decir/hacer?
• Hablarle técnicamente sobre la diabetes.
• Dejar que ese tipo de preguntas recaigan únicamente sobre
personal sanitario o decirle: “eso es mejor que se lo preguntes a tu
madre/padre”.
• Mostrarnos angustiados y tristes ante este tipo de preguntas (se lo
transmitiremos al hijo).
"¿Por qué a mí?"
• ¿Qué puedo decir?
• En realidad ni siquiera los adultos sabemos dar una respuesta ante
este tipo de situaciones.
• Valorar que hay detrás de la pregunta, probablemente sea el
cansancio de la propia situación (controles, insulina, dieta).
• Poner ejemplos de niños cercanos que tengan algún otro problema
y sin que eso repercuta especialmente en su vida. Deportistas o
artistas con diabetes
• Resaltar todas sus cualidades y competencias.
• Hacer énfasis en que si se cuida, tener diabetes no será una
limitación en su vida.
• ¿Qué no puedo decir?
• Decirle que hay casos más graves, contarle situaciones dramáticas
que viven otros niños (“hay niños que se mueren de hambre”, “es
peor tener cancer”).
• Infravalorar sus emociones, sentimientos diciéndole frases del tipo:
“no puedes estar triste”, “no llores”.
Problemas de conducta, ¿qué hacer?