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transcutánea y neuromuscular
Prólogo xiii
Agradecimientos xvii
vii
Introducción 53
Características físicas 55
Metodología de trabajo 55
Sostén-relajación 55
Agonista-antagonista 56
Frecuencia del tratamiento 56
Indicaciones 57
Contraindicaciones 57
Miembro inferior
Bursitis trocantérea 91
Síndrome del músculo piramidal 92
Tendinitis de los músculos aductores 93
Hipertonía del músculo cuádriceps 94
Miositis muscular 95
Distensión de los músculos isquiotibiales 96
Artrosis de rodilla 97
Tendinitis del tendón rotuliano 98
Tendinitis de la «pata de ganso» 99
Distensión del ligamento lateral interno de rodilla 100
Periostitis del músculo tibial anterior 101
Tendinitis del músculo tibial posterior 102
Hipertonía de los músculos gemelos 103
Esguince de tobillo 104
Artrosis de tobillo 105
Fascitis plantar 106
Metatarsalgia 107
5.2. Estimulación eléctrica neuromuscular (NMES):
fortalecimiento muscular
Paravertebrales cervicales 109
Paravertebrales dorsales 110
Paravertebrales lumbares 111
Trapecio superior 112
Deltoides 113
Pectorales 115
Bíceps braquial 116
Tríceps braquial 117
Músculos epicondíleos 118
Músculos epitrocleares 119
Abdominales: músculo recto anterior del abdomen 120
Abdominales: músculos oblicuos 121
Glúteos 122
Cuádriceps: músculos recto anterior y vasto externo 123
Cuádriceps: músculo vasto interno 124
Tensor de la fascia lata 125
Isquiotibiales 126
Tibial anterior 127
Tríceps sural 128
Peroneos 129
Masaje eléctrico 130
Activación de la circulación 131
5.3. Estimulación eléctrica neuromuscular (NMES):
elongación muscular
Trapecio superior 133
Esternocleidomastoideo (ECM) 134
Maseteros 135
Pectorales 136
Bíceps braquial 137
Tríceps braquial 138
Epicondíleos 139
Epitrocleares 140
Fascia palmar 141
Paravertebrales dorsales 142
Redondo menor 143
Paravertebrales lumbares 144
Psoas 145
Abdominales 146
Glúteos 147
Piramidal 148
Aductores 149
Cuádriceps (recto anterior) 150
Isquiotibiales 151
Tibial anterior 152
Peroneos 153
Gemelos 154
Sóleo 155
Tibial posterior 156
Fascia plantar 157
5.4. Estimulación eléctrica en la cicatrización de heridas
Úlceras arteriales, venosas y diabéticas 159
Heridas postoperatorias con riego sanguíneo defectuoso 160
Úlceras de decúbito o de presión 161
Bibliografía 163
Índice alfabético 171
Desde que se empezó a gestar este libro tuvimos la idea clara de que, aparte del
amplio contenido teórico, tuviera una extensa exposición de aplicaciones prác-
ticas. Esta segunda razón nos era demandada por una gran cantidad de alumnos
en los cursos de posgrado y formación continuada.
Siempre hemos comentado en estos cursos que el profesional que domina
las técnicas de la estimulación eléctrica transcutánea de los nervios (TENS) y
de la estimulación eléctrica neuromuscular (NMES) posee un elevado número de
posibilidades terapéuticas, y hemos llegado a la conclusión de que no creemos
que haya otras técnicas ni equipos de electroterapia que, con una inversión eco-
nómica tan mínima, ofrezcan un grado tan elevado de recursos terapéuticos. Con
la presente obra Estimulación eléctrica transcutánea y neuromuscular intenta-
mos proporcionar una visión integrada y actual de las bases teóricas y prácticas
en la aplicación de las corrientes tipo TENS y NMES, con los impulsos eléctri-
cos rectangulares bifásicos asimétricos, simétricos y alternos rectangulares, que
se emplean habitualmente para realizar electroanalgesia, fortalecimiento mus-
cular, elongación muscular y cicatrización de heridas.
La TENS es uno de los cuatro pilares en el tratamiento del dolor. Esquemá-
ticamente podemos afirmar que el estímulo nocivo es la causa de una serie de
procesos químicos y eléctricos conocidos como transducción, transmisión,
modulación y percepción. La fundamentación de la TENS se basa en que el
dolor se percibe como consecuencia de una determinada agresión y que puede
ser atenuado tras aplicar un estímulo eléctrico local no doloroso.
La sensación dolorosa que se ha generado en las terminaciones nerviosas
nociceptivas (receptores) es transmitida por las fibras no mielinizadas de
pequeño calibre (fibras C) hasta el asta posterior de la médula espinal, donde
realizan la sinapsis. Este impulso postsináptico asciende hasta el tálamo y pasa
a la corteza cerebral, donde se hace consciente, aunque existen otras aferencias
sensitivas (fibras mielínicas, más gruesas) que también hacen una «escala» en
la médula espinal antes de ascender hasta la corteza cerebral, pero que modulan
en la sustancia gelatinosa del asta posterior el impulso doloroso transmitido por
las fibras C. En ausencia de este estímulo inhibidor, las fibras amielínicas reali-
zan la sinapsis en el asta posterior con la neurona de proyección o segunda
neurona y el impulso asciende hasta la corteza cerebral.
Las fibras Ab poseen una mayor velocidad de conducción que las fibras C,
de manera que, aplicando un estímulo sobre una zona dolorida, son capaces de
bloquear de forma postsináptica las terminaciones de las fibras C y las neuronas
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