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Sanabria, Amancay - TxS

BAJTIN
1. El enunciado. Para Bajtín, la unidad de comunicación verbal era el enunciado. El enunciado es más
que la palabra; es la palabra contextualizada. Con esta idea, da un giro a la semiótica hasta entonces
presente y propone una nueva forma de análisis: la translingüística; truncando así la lingüística
tradicional.
a. La voz. El enunciado siempre se expresa desde un determinado punto de vista. A esta perspectiva
particular se le llamará voz. Además, las voces están ligadas a un ambiente social determinado. El
enunciado es una actividad que establece diferencias en los valores. Este valor determinado, vendrá
dado, generalmente, por la entonación de dicho enunciado. Y es que, las mismas palabras pueden
significar cosas diferentes según la entonación particular con que se emiten en un contexto específico.
b. La significación. La significación puede llegar a existir sólo cuando dos o más voces se ponen en
contacto: la voz de un oyente, responde ala voz de un hablante.
c. La comprensión De la manera en que se da la significación, la comprensión de un enunciado implica
un proceso en el que otros enunciados entran en contacto y lo confrontan. Así, la comprensión
consistirá en vincular la palabra del hablante a una contrapalabra (palabra alternativa del repertorio del
oyente). Comprender el enunciado de otra persona significa orientarse con respecto a él, encontrar el
lugar correcto para él, en el contexto correspondiente. Por lo tanto, la compresión es para el
enunciado, lo que una línea de diálogo para la siguiente.
2. La translingüística. Bajtín critica la lingüística tradicional por su análisis, abstraído de todo significado,
de la palabra y la oración. Pero el reivindica la inexorable unión de palabra e intencionalidad, por eso, él
se niega al estudio de unidades inexplicables y se centra en el análisis del enunciado (término que
engloba palabra y significado). La unidad de análisis de la lingüística no se dirige a nadie ni es emitida
por nadie, sería un estudio endotextual y monológico del texto, difícilmente comprensible hoy en día
cuando, gracias a las aportaciones de grandes autores (Bajtín, entre ellos), nos es casi imposible
entender un texto sin intención o direccionalidad.
3. Polifonía del discurso dialógico Bajtin rechaza la concepción de un "yo" individualista y privado; el
"yo" es esencialmente social. Cada individuo se constituye como un colectivo de numerosos "yo" que
ha asimilado a lo largo de su vida, en contacto con las distintas “voces” escuchadas que de alguna
manera van conformando nuestra ideología. Nunca estaremos por fuera de la ideología porque
"hablamos con nuestra ideología (nuestra colección de lenguajes, de palabras cargadas con valores)."
(Booth, 257) Por lo tanto, es el sujeto social quien produce un texto que es, justamente, el espacio de
cruce entre los sistemas ideológicos y el sistema lingüístico. Es por este motivo que el análisis de la
lengua en su totalidad concreta y viviente conduce al análisis translingüístico, en otras palabras, a la
polifonía, al conjunto de las "voces"; no al simplemente lingüístico que ofrece una perspectiva
monológica y abstracta. Aparecen de esta manera las relaciones lógicas que son necesarias para las
relaciones dialógicas, que es el discurso de dos voces, así como las relaciones de significación objetiva
como los enunciados y las posiciones de los diferentes sujetos. A partir de esta estética de la polifonía el
texto se caracteriza esencialmente por: • la heteroglosia: la naturaleza ambigua de la palabra y la
versatilidad significativa del lenguaje en su proyección histórica y • el dialogismo: inscripción del
discurso en una pragmática comunicativa. Esto se traduce en una modificación del estatuto del
discurso, del texto, del autor y del lector que se va a reflejar en toda la línea crítica, aquí podemos
mencionar a Barthes y a Eco, divergente del formalismo. • arquitectónica cronoglósica:Como forma de
relevamiento de las voces sociales, Bajtín elabora el concepto de arquitectónica o arquitectura de la
novela, para estudiar así cronotopos heteroglósicos.
4. Lenguaje social. Para Bajtín un lenguaje social es un discurso propio de un estrato específico de la
sociedad (según la profesión, la economía, etc.), en un sistema social dado y en un momento
determinado. Así este teórico logró encontrar patrones de organización para concebir voces y
enunciados de manera no tan caótica, a lo que estábamos acostumbrados.
a. Ventrilocución (“el habla oculta de otro”). Clase especial de dialogicidad en la que una voz habla a
través de otra voz o tipo de voz en un lenguaje social. “la palabra en el lenguaje es en parte del otro. Se
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convierte en “propiedad de uno” sólo cuando el hablante la puebla con su propia intención, su propio
acento, adaptándola a su propia semántica. Antes de este momento de apropiación, la palabra no
existe en un lenguaje neutral, sino en la boca de otras personas y en sus contextos propios, sirviendo a
sus intenciones.”
b. Construcción híbrida. Bajtín aparejó las nociones de voz, dialogicidad (incluyendo la ventrilocución) y
lenguaje social en el concepto de “construcción híbrida”. Una construcción híbrida “es un enunciado
que pertenece, por sus marcadores gramaticales y compositivos, a un hablante individual, pero que en
realidad contiene mezclados en él a dos enunciados, dos formas verbales, dos estilos, dos “lenguajes”,
dos sistemas semánticos y axiológicos de creencias” (Bajtín)
c. Signo. También el signo será ideológico, es decir, que no es inocente pues no es un reflejo mecánico
de la realidad. El signo es un fenómeno complejo que "refleja y refracta" la urdimbre social. Depende
del contexto para significar una o muchas cosas; es escurridizo y poco confiable, es semánticamente
móvil, inacabado, abierto, dinámico, capaz de generar nuevas informaciones a diferentes receptores. La
literatura por ello, no refleja la realidad sino que se alimenta de diferentes conceptos -económicos,
filosóficos y sociales- que afectan la realidad, y así elabora e interpreta esa realidad, interpretación que
es una evaluación de esa misma realidad. El discurso crea así el objeto-discurso en el que el escritor
(que también es un "yo" social) aparece como mediador y en el que el lector puede ser autor en la
medida en que todos somos autores cuando hablamos, escuchamos, leemos o escribimos. Así Bajtín
defiende que la producción de un enunciado implica necesariamente la invocación de un género
discursivo. Es más, este autor apunta que hablamos en diversos géneros sin tan siquiera sospechar de
su existencia. Por lo tanto, tales géneros existen sólo en la práctica y deber ser explicados a través de
ésta, mediante el análisis translingüístico. “cuando oímos el discurso de otros, adivinamos su género
desde las primeras palabras; predecimos una determinada extensión (la extensión aproximada de la
totalidad del discurso) y una determinada estructura compositiva; prevemos el final” (Bajtín, 1986)
5. Género discursivo o lenguaje genérico. A diferencia del lenguaje social que hace referencia a un
determinado estrato de la sociedad, el género discursivo se centra más en prácticas sociales
determinadas, “situaciones típicas de comunicación verbal”, donde se da la existencia de claros
marcadores superficiales. Por ejemplo, nos estaríamos refiriendo a géneros cotidianos de saludo,
despedida y felicitación; o conversaciones de salón sobre temas cotidianos, sociales; o géneros de
conversación en la mesa; o conversaciones íntimas entre amigos. “un género discursivo no es una
forma de lenguaje, sino una forma típico (un tipo) de enunciado; como tal, el género también incluye
una determinada clase típica de expresión que le es inherente. En el género la palabra adquiere una
expresión particular típica. Los géneros corresponden a situaciones típicas de comunicación verbal, a
temas típicos, y, consecuentemente, también a contactos particulares entre el significado de las
palabras y la realidad concreta real bajo determinadas circunstancias típicas” (Bajtín, 1986) Pero el
lenguaje social y el genérico se hallan entretejidos con frecuencia, ya que los hablantes de determinado
estatus apelan también a determinados géneros discursivos más propios de su estrato social (relación
término habitus de Bourdieu y vida precaria en Butler)

Obras, conceptos, teorías


En 1936 había publicado una de sus obras más importantes, Problemas de la poética de Dostoievski,
donde describe el aspecto polifónico y dialógico de las novelas de este autor, es decir, su facultad de
exponer y contrastar distintas cosmovisiones de la realidad representadas por medio de cada
personaje. Pero su obra más influyente fue La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el
contexto de François Rabelais (1941), donde introducía su idea de la novela como expresión de la
cultura popular carnavalesca y bufa, como rechazo de la norma unívoca y de la rigidez de los patrones y
estilos literarios, como celebración de la ambivalencia. El discurso carnavalesco, amplio y polifónico, se
enfrenta, a su manera de ver, a una visión rígida y estática, de naturaleza aristocrática, de la realidad.
Aunque sus obras tuvieron gran prestigio en la Rusia de los años 1960, su pensamiento sólo se conoció
en Occidente tras su muerte en 1975. Hizo contribuciones originales a la nueva lingüística, la
sociolingüística, la narratología, la antropología literaria e, incluso, a los estudios culturales y las
construcciones hipertextuales. No obstante, su importancia deberá ser matizada, tras haberse
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descubierto -a partir del examen directo de sus notas- que sigue, y muy directamente, a filósofos y
sociólogos germanos, singularmente a Ernst Cassirer. Frecuentemente, se circunscribe el aporte de
Bajtín al campo literario, pero su legado es en el campo de la semiótica, desde donde podemos abordar
la problemática del texto y del discurso; así los estudios del ruso no son privativos de la lingüística o de
la literatura, pues en su paradigma dialógico se entienden ambos como prácticas sociales. Así, uno de
sus principales aportes es el del concepto de "género discursivo", grandes formas relativamente
estables, de carácter cultural, que adoptan los textos para circular en la sociedad. Los géneros
discursivos se erigen dialógicamente, es decir, se construyen en la práctica cotidiana de quienes utilizan
la lengua. La concepción bajtiniana de los procesos que se dan en la literatura es dialógica, se funda en
el diálogo y en la forma en la que el proceso de comunicación (que nunca es unívoco y monológico) se
desarrolla. Más allá de una teoría unificada de la literatura, el pensamiento de Bajtín constituye una
reflexión siempre cambiante y evolutiva sobre esta, ya que consideraba que la idea de «sistema» o
«teoría» es en sí misma contraproducente, pues limita un fenómeno dialógico y dinámico a marcos, y
se profundiza solamente en el nivel formal de la obra, más no se presta atención al nivel estético y ético
del que habla (la arquitectónica que menciona en sus escritos tempranos). Su pensamiento supone una
innovación respecto al carácter discursivo unidireccional, impositivo y dominador de la retórica clásica y
alumbra una construcción participativa, integradora, social, en la que cabe la diversidad, la multiplicidad
de voces, el escenario ‘polifónico’, en la que muchos autores ven rasgos que anticipan las futuras
derivas de los estudios culturales. También lo es frente a las teorías contemporáneas, en particular la
teoría lingüística saussuriana que da demasiada importancia al rol de la lengua, que considera el habla
en acto que debe ser analizada mientras se produce y no en un sistema que disecciona fenómenos que
no se caracterizan por ser universales sino específicos. Otras teorías que ataca son el formalismo ruso
que también da importancia excesiva al resultado formal de la creación literaria en oposición a la
creación, que él considera se constituye en una arquitectónica (término que crea para evitar los límites
que impone la teoría). Los formalistas daban importancia a lo formal (el nivel estético de su
arquitectónica) pero dejan de lado el plano ético de la creación, en el cual se desenvuelve el creador y
que está entretejido con el estético, ya que el dialogismo es un fenómeno que considera a ambos.
Establece una similitud entre el acto, o hecho concreto de comunicación, y la palabra. Frente a la
lingüística tradicional, propone estudiar la lengua como fenómeno de comunicación relacionado con un
contexto y unos valores de interlocución definidos por los protagonistas del diálogo. Distingue el
alcance de la comunicación según los mencionados ‘géneros’ expresivos, el «volumen» semántico, la
naturaleza dialogante de sus actores, la situación en la que se produce y sus alcances extralingüísticos y
metalingüísticos. La interpretación de los textos clásicos no se puede, pues, hacer desde la abstracción
temporal, social y cultural del momento en el que el autor empleó los recursos del diálogo con sus
lectores, esto es, precisa conocer lo que describe como su cronotopo, una doble vertiente espacio-
temporal. De esta forma, su visión sobre la "naturaleza" del lenguaje con contraria a la planteada desde
Saussure por la escuela estructural, ya que para éstos el discurso -enunciado- pertenecía al habla, no a
lo verdaderamente estudiable que es el sistema. Saussure creó un sistema científico que aísla la
realización del sistema que lo sustenta, mientras que Bajtín creía firmemente que se podía clasificar y
analizar el discurso por medio de su separación en dos grupos por estructura, la preparación del acto y
su estilo. Un desarrollo ulterior de la crítica al paradigma Saussuriano (llamado por él "objetivismo
abstracto"), y su modelo de análisis dialógico, puede encontrarse en la obra El marxismo y la filosofía
del lenguaje, de Valentin Voloshinov (se recomienda traducción de Bubvnova). Voloshinov, se cree, es
un heterónimo (otro nombre, una suerte de pseudónimo) de Bajtín, o bien, un miembro que escribe
una obra parácticamente "dictada" por el maestro para burlar la persecución política estalinsta. Si se
toma la clasificación antes desarrollada, se pueden ver dos grandes grupos que, según Bajtín, son
«infinitos» y se crean cada vez que una persona dice o escribe algo. Estos grupos son los «géneros
primarios» y los «géneros secundarios». Los primarios son los menos elaborados, los más informales,
sin una preparación previa, por ejemplo un diálogo casero entre un padre y un hijo o entre amigos. Los
secundarios, por el contrario, son los textos literarios, los que requieren una elaboración previa y
poseen una estructura determinada, por ejemplo las novelas, las obras de teatro o los poemas. Bajtín
habla también de la «hibridación» dialógica como instrumento de permeabilidad y libertad de los
idiomas para favorecer la pragmática comunicativa entre expresiones de tiempos distintos o valores
culturales coetáneos diferenciados por matices contextuales heterogéneos o distintas matrices
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idiomáticas, por su heteroglosia.


"Más allá de vygotski: la contribución de Bajtín"
Bajtín centró sus esfuerzos analíticos en el enunciado la verdadera unidad de la comunicación verbal, se
ocupa de la acción en contexto de la acción situada más que de objetos que puedan derivarse de
abstracciones analíticas. El habla puede existir realmente sólo en la forma de enunciados concretos de
hablantes individuales, sujetos del habla. El habla está siempre moldeada en la forma de un enunciado
que pertenece a un determinado sujeto hablante, y fuera de esta forma no puede existir.
Según la explicación de Bajtín, la noción de enunciado está inherentemente vinculada con la voz o la
personalidad hablante. Un enunciado sólo puede existir si es producido por una voz.
Bajtín acentuó la idea de que las voces existen siempre en un ambiente social; no existe una voz en
total aislamiento de otras voces. Su insistencia en tomar en cuenta ambas voces refleja su interés por la
direccionalidad, cualidad de dirigirse hacia otro. En ausencia de direccionalidad, el enunciado no existe
ni puede existir. Todo enunciado es un eslabón en la cadena de la comunicación verbal.
Según Bajtín, la comprensión de un enunciado implica un proceso en el que otros enunciados entran en
contacto y lo confrontan.
La comprensión consiste en vincular la palabra del hablante a una contrapalabra (entendiéndose como
contrapalabra a una palabra alternativa del repertorio del oyente).
Para Bajtín, un lenguaje social es "un discurso propio de un estrato específico de la sociedad, en un
sistema social dado y en un momento dado".
Según Bajtín, "un género discursivo no es una forma de lenguaje, sino una forma típica de enunciado;
como tal, el género también incluye una determinada clase típica de expresión que le es inherente. En
el género la palabra adquiere una expresión particular típica
"La pluralidad de voces del significado"
Las ideas de Bajtín tienen importantes implicaciones para una aproximación vygotskiana a la acción
mediada. Desde una perspectiva batjiniana, la esquematización del modelo de transmisión es
problemática, sobre todo por los supuestos inherentemente monológicos en los que se basa
En un análisis, señaló la metáfora del conducto, que consiste en los siguientes puntos:
● Las funciones del lenguaje son como un conducto que transfiere corpóreamente pensamientos de
una persona a otra.
● Al escribir y hablar, la gente inserta sus pensamientos o sentimientos en las palabras
● Las palabras realizan la transferencia conteniendo a los pensamientos o sentimientos y
conduciéndolos hacia otros
● Al escuchar o leer, la gente extrae una vez más de las palabras los pensamientos y sentimientos.
Las ideas de Lotman sobre las dos funciones del texto están fuertemente ligadas a la distinción de Bajtín
entre discurso "autoritario" y discurso "internamente persuasivo".
Como ejemplos de textos autoritarios, Bajtín citó textos religiosos, políticos y morales, así como
también "la palabra de un padre, o de adultos, maestros, etc.".
Como señaló Bajtín, el discurso autoritario no puede ser representado - sólo es transmitido -.
La palabra internamente persuasiva es en parte nuestra y en parte de otro, y permite la interanimación
dialógica. Su creatividad y productividad consisten precisamente en que tal palabra despierta palabras
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nuevas e independientes, organiza un conjunto de nuestras palabras interiores, y no permanece en


condición estática y aislada.
La heterogeneidad de voces
El autor retoma la analogía que hizo Vygotski entre herramientas y mediación semiótica y sugiere
concebir a los instrumentos mediadores en función de los diversos ítems que forman un juego de
herramientas .
La noción de heterogeneidad desarrollada o redesarrollada, por Peter Tulviste (1978,1986,1987, 1988),
contribuye a establecer un marco general para comprender la naturaleza de un juego de herramientas.
Tulviste se ocupó de lo que se denomina aquí aproximación de juego de herramientas bajo el nombre
de heterogeneidad: El fenómeno de heterogeneidad del pensamiento verbal consiste en que, en toda
cultura y en todo individuo, no existe sólo una forma homogénea de pensamiento, sino diferentes tipos
de pensamiento verbal.
El comentario de Wittgenstein acerca de que: "lo que nos confunde es la apariencia uniforme de la
palabras" tiene gran importancia. Esta idea es frecuentemente pasada por alto cuando usamos el
término "lenguaje" como si se refiriera a una esencia homogénea y cuando hablamos de "desarrollo del
lenguaje", como si existiera un proceso único y unificado.
Según Bajtín, el enunciado, al que denominó la unidad realde la comunicación, tiene tres propiedades
fundamentales: límites, finalización y forma genérica:
"...a pesar de la variedad que pueden presentar los enunciados en función de su longitud, su contenido y
su estructura compositiva como unidades de la comunicación verbal tienen en común rasgos
estructurales, sobre todo, límites muy claramente marcados... Los límites de cada enunciado concreto
como unidad de la comunicación verbal están determinados por un cambio de los sujetos hablantes, es
decir, un cambio de emisor. Todo enunciado -desde una corta réplica (de una sola palabra) en un
diálogo cotidiano, hasta una extensa novela o tratado científico - tiene, por así decirlo, un comienzo
absoluto y un fin absoluto: su comienzo está precedido por los enunciados de los otros, y su fin está
seguido por los enunciados de respuesta de los otros (o, incluso sí ésta es silenciosa, la respuesta puede
ser la comprensión activa del otro, o, finalmente, una acción basada en esa comprensión). El hablante
finaliza su enunciado para dejarle el terreno al otro, o para hacer lugar a la respuesta de la comprensión
activa del otro. El enunciado no es una unidad convencional, sino una unidad real, claramente
delimitada por el cambio del sujeto hablante, quien concluye al dejarle el terreno al otro, como si
terminara con un silencioso dixi, percibido por los oyentes (como un signo) de que el hablante ha
terminado "
Como advirtió Bajtín, la forma particular que adopta este rasgo estructural varía con los diferentes tipos
de discurso: "Este cambio de sujetos hablantes, que crea los límites bien marcados del enunciado, varia
en su naturaleza, y adquiere diferentes formas en las heterogéneas esferas de la vida y de la actividad
humana, dependiendo de las funciones del lenguaje y de las condiciones y situaciones de la
comunicación". Entre la lista de tipos de pares de enunciado - réplica que elaboró, se incluyen
"pregunta y respuesta, afirmación y objeción, afirmación y asentimiento, sugerencia y aceptación,
orden y ejecución".
La segunda característica de un enunciado como unidad de la comunicación verbal es su "fínalización".
Esta característica, que está "inseparablemente ligada a la primera", puede considerarse "el lado
interior del cambio de sujetos hablantes": "Este cambio (de sujetos hablantes o voces) puede ocurrir
sólo porque el hablante ha dicho (o escrito) todo lo que deseadecir en un momento determinado o bajo
determinadas circunstancias. Cuando escuchamos o leemos, sentimos claramente el final del
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enunciado, como si oyéramos al hablante concluyendo dixi. Esta finalización es específica y se


encuentra determinada por criterios especiales". La especificidad de la finalización en la última oración
significa que diferentes formas de finalización caracterizarán a los diferentes lenguajes sociales y
géneros dIscursivos o esferas de la actividad humana. En algunos casos (tales como preguntas puras
referidas a hechos concretos, peticiones u ordenes), hay poco lugar para la variación y la creatividad de
la finalización del enunciado; en otros casos, la amplitud es mucho mayor.
La tercera y "más importante" característica del enunciado es su forma genérica. Según Bajtín la
elección de un género discursivo "está determinada por la naturaleza especifica de una esfera dada de
la comunicación verbal, por consideraciones semánticas (temáticas), por la situación concreta de
comunicación verbal, por la composición personal de los participantes y demás". Sin embargo, como
siempre, Bajtín enfatizó que hay límites estrictos en el grado de individualización que puede presentar
un enunciado: "Cuando el plan discursivo del hablante, con toda su individualidad y su subjetividad, se
aplica y se adapta a un género elegido, adopta su forma y se desarrolla dentro de una determinada
forma genérica".
En su discusión sobre el papel de los géneros discursivos en la conformación de los enunciados, Bajtín
afirmó que un rasgo importante del enunciado es su relación "con el hablante mismo (el autor del
enunciado) y con los otros participantes en la comunicación verbal". Con respecto a lo primero, él
identificó dos cuestiones subsidiarias: 1) el hecho de que "cada enunciado se caracteriza principalmente
por un determinado contenido semántico referencial", y 2) el hecho de que "el aspecto expresivo" o "la
evaluación emocional del hablante al contenido semántico referencial" deben tenerse también en
cuenta
El "contenido semántico referencial" tiene que ver con el tema de un enunciado, y en él se centra la
mayoría de las explicaciones del habla. El contenido semántico referencial de un enunciado puede así
fluctuar desde las relaciones comerciales de los Estados Unidos a la Teoría de la Relatividad o a una
pieza del rompecabezas de un niño. Las técnicas semánticas tradicionales en lingüística se interesan por
estos aspectos, pero el foco de Bajtín en los enunciados, y no en las oraciones u otros signos clase,
significa que las dos clases de enfoques se superponen sólo en forma limitada. Así, debido a que para
Bajtín un enunciado es un eslabón en la cadena de la comunicación verbal, el contenido semántico
referencial (tema) dependerá de su lugar en relación con otros enunciados, mientras el contenido
semántico referencial (tema) de una oración es independiente de tales factores contextuales
"Escenario sociocultural, lenguajes sociales y acción mediada"
WERTSCH afirma que el objetivo de un enfoque sociocultural de la mente, es explicar cómo se ubica la
acción humana en ámbitos culturales, históricos e institucionales. La clave para esta explicación es el
uso de la noción de acción mediada como unidad de análisis y de la persona que actúa con
instrumentos mediadores como descripción adecuada del agente de esta acción.
Los instrumentos mediadores están inherentemente relacionados con la acción.
Vygotski, Bajtín y muchos de sus colegas hicieron una contribución importante al estudio de la mente:
la acción mediada es una unidad de análisis irreductible y la/s persona/s que actúa/n con instrumentos
mediadores son los agentes irreductibles.
La privilegiación se refiere al hecho de que un instrumento mediador, se concibe como más apropiado o
eficaz que otros en un determinado escenario sociocultural. Está relacionada con el hecho de que los
usuarios suponen que determinados instrumentos mediadores son apropiados e incluso la única
alternativa posible, aunque en principio existan otras posibilidades.
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