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Gobierno de Jacobo Árbenz

Poder judicial

El gobierno de Arévalo intentó cambiar las estructuras


judiciales arcaicas, consolidadas por el mantenimiento de las
viejas prácticas de manipulación, sumisión y formalismo. La
rápida incorporación de nuevos derechos, la aparición de un
Parlamento legítimo y la dinámica revolucionaria generaron
tensión en un sistema judicial, quizás dispuesto a acompañar el
proceso, pero que se encontraba atrapado en los vicios de su
estructura colonial. La creación del Código de Trabajo fue un
logro evidente, pero también mostró que el sistema judicial tenía
problemas para ajustarse a la rapidez del cambio.

Ejército

Entre las reformas que se pusieron en marcha tras la caída del gobierno de Ponce
Vaides y que se trataron de consolidar con la Constitución de 1945, la reestructuración del
ejército tuvo gran trascendencia: la suspensión del generalato, decretada desde los primeros
momentos del triunfo del movimiento revolucionario, simbolizó esta transformación, que se
completó con una inquietud por modernizar, profesionalizar e institucionalizar el Ejército.
Por primera vez en la historia del país una Constitución concedía todo un capítulo y trece
artículos al tema del ejército, asentando un modelo que sería retomado en las constituciones
posteriores. La norma constitucional estableció una reorganización del ejército que resultó
compleja y no siempre operativa: buscaba confirmar la autonomía funcional que por
primera vez se le confería. Creó el Consejo Superior de la Defensa Nacional, órgano de
consulta y colegiado, constituido por 15 miembros, algunos por elección y dentro de los
cuales no se incluía al presidente de la República, a pesar de considerársele comandante en
jefe del Ejército.

Los cargos superiores y operativos del ejército eran:

 Jefe del Estado Mayor del Ejército: designado por el Congreso de la República a
propuesta del Consejo Superior de la Defensa Nacional.
 Ministro de la Defensa Nacional: Árbenz fungió como ministro de la Defensa
durante el gobierno de Arévalo. Fue el primer ministro de esta cartera, pues la
misma anteriormente se llamaba «Ministerio de la Guerra».

Entre ambos líderes se generaron no pocas rivalidades durante los diez años de vigencia
de la Constitución de 1945, como las que opusieron al mayor Francisco Javier Arana, jefe
del ejército y líder de la derecha hasta su asesinato en 1949, y al coronel Jacobo Árbenz
Guzmán, ministro de la Defensa en ese tiempo, y líder de la izquierda. Por otra parte, según
algunas interpretaciones, el estatus jurídico y la estructura organizativa que la Constitución
de 1945 reconoció al ejército fueron precisamente los factores que determinaron que la
oficialidad entrara de lleno en el juego político. En este sentido, las votaciones para integrar
el Consejo Superior de la Defensa Nacional y el propio carácter de este órgano, impulsaban
la discusión para la toma de decisiones sobre la política militar que debía adoptar el
Ejército de Guatemala y lo convertían en un estamento deliberativo. En todo caso, de
acuerdo con la Comisión para el Esclarecimiento Histórico que evaluó la situación de
Guatemala a finales de la década de 1990, «aun cuando la nueva regulación pudo haber
contribuido al incremento del peso político del ejército en el país, los cambios que se
produjeron en la sociedad guatemalteca y en el contexto internacional durante aquellos años
generaron entre muchos oficiales la sensación de su peso político frente a la debilidad del
Estado y del resto de organizaciones partidistas y sociales».

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