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 Constitución de la República de Guatemala de 1945

La Constitución guatemalteca de 1945, influenciada por los líderes militares de la


revolución de octubre de 1944, dedicó un capítulo específico al ejército. Esta fue la
primera constitución que dedicó un capítulo específico al ejército, convirtiéndola en la
más extensa de la historia de Guatemala. La Constitución de 1945 otorga al ejército
numerosas funciones, algunas de las cuales contradicen su naturaleza y
características.
El artículo 149 asigna al ejército la responsabilidad de mantener la Constitución y el
principio de alternabilidad en la presidencia, así como garantizar el orden y la seguridad
tanto en el interior como en el exterior. El Presidente también puede solicitar al ejército
que colabore en proyectos de comunicación, reforestación y producción agrícola.
La Constitución otorga al Congreso poder sobre las fuerzas armadas, incluido el poder
de designar al jefe de estas fuerzas con base en una terna del Consejo de Defensa
Nacional, conferir grados de rango y destituir al jefe de estas fuerzas siempre que haya
una causa justa para hacerlo.
El Artículo 156 vemos su organización estructural dentro de la Constitución de 1945
donde se da a conocer el Consejo Superior de la Defensa Nacional como el órgano de
consulta encargado de resolver cuestiones relacionadas con el funcionamiento del
ejército. Donde actúa como Tribunal Superior de las Fuerzas Armadas para juzgar y
conocer de asuntos para los cuales sea convocado por el presidente de la República, el
ministro de la Defensa Nacional o el jefe de las Fuerzas Armadas. Donde
encontrábamos que el consejo no podría tener menos de quince miembros todos
electos entre el mismo cuerpo militar perteneciente y debían tomar decisiones de
acuerdo con lo establecido en la Ley Constitutiva del Ejército, la cual nació en el
movimiento revolucionario de esa época. Donde el tribunal , los miembros de este,
debían ser votados por los jefes y oficiales altos de las fuerzas .
Un artículo de interés era el de la justicia militar el cual era el 164 de la Constitución,
donde se crean los Tribunales Militares para juzgar delitos y faltas cometidos por el
ejército. Sin embargo, el fuero militar se limita a la personal en activo y exclusivamente
a asuntos relacionados con la actividad militar.
La regulación constitucional militar establecida en 1945 es importante en la historia
constitucional de Guatemala, ya que nunca antes se le había otorgado un gran poder al
ejército y al jefe de las fuerzas armadas.
La Constitución de 1945 estableció una nueva posición militar con sólo unos pocos
miles de soldados, con Arana como líder de las Fuerzas Armadas de ese entonces. En
el futuro, el líder de las Fuerzas Armadas sería más poderoso que el Ministro de
Defensa y estaría libre del control civil. El ejército era la institución con más poder en
Guatemala. La creación de esta institución militar probablemente se debió a la
necesidad política de obtener el apoyo del ex alcalde Francisco Javier Arana para la
campaña electoral del Dr. Juan José Arévalo Bermejo.
El líder de las fuerzas armadas juega un papel importante en el modelo constitucional
del ejército de 1945 referente al hecho anteriormente mencionado , ya que, según el
Artículo 155, junto con el ministro de la defensa, es responsable de la organización,
dirección técnica, administración y aprovisionamiento del ejército.
El líder de las fuerzas armadas debe juramentar el respeto a ciertas pautas, como se
menciona en el Artículo 154. Este artículo establece que, al asumir el cargo y cada año,
el líder debe jurar ante el Congreso que las fuerzas armadas no usarán la arbitrariedad
ni la opresión y que ninguno de sus miembros obedecerá órdenes ilegales. Además, se
declara la defensa de la integridad territorial, la Constitución y los derechos y libertades
del pueblo. El pasaje más relevante indica que también se defenderán los principios de
sufragio libre y no reelección, así como las leyes e instituciones del país. El ejército se
establece como una institución profesional, digna y apolítica, con el objetivo de proteger
la integridad territorial y las garantías constitucionales del pueblo de manera
transparente y sin influencias políticas.

La inclusión de doce extensos artículos sobre el ejército reflejó la rivalidad entre los
líderes civiles y militares...En el texto se describió cómo se llevó a cabo una transacción
utilizando un sofisticado mecanismo de competencias.

El juramento definía y delimitaba el poder del ejército, con el Presidente como


comandante en jefe pero recibiendo órdenes del Ministro de Defensa y del Jefe de las
Fuerzas Armadas, nombrados por el Congreso. Se oponían a una declaración que
describía al ejército como "apolítico, profesional, obediente y no deliberante", ya que
tenían responsabilidades políticas profundas: proteger la integridad territorial, garantizar
el cumplimiento de la Constitución y promover la alternabilidad en la presidencia. La
unificación del Consejo Superior provocó la politización en las fuerzas armadas y la
rivalidad entre los líderes militares, debido a la sucesión presidencial. Esto creó una
"organización política del ejército" que participaba legalmente en el gobierno.

La Constitución de 1945 otorgó al ejército un poder sin precedentes en Guatemala,


convirtiéndolo en una organización política esencial y clave en las decisiones políticas
del país. Sin embargo, esto violaba la legislación de la época, ya que originalmente el
ejército fue creado como un órgano auxiliar del Estado destinado a la defensa y
protección. Esta transformación desequilibró su organización, otorgando un gran poder
a unos pocos, especialmente a una sola persona.

Además, la creación del puesto de jefe de las fuerzas armadas dio un poder excesivo a
esta persona, incluso rivalizando en ocasiones con el presidente como comandante
general del ejército. Aunque la regulación constitucional podría haber acelerado el fin
de la revolución, fue necesaria la negociación con Arana para establecer los artículos
constitucionales. En 1985, se repitió una situación similar durante las negociaciones
entre el alto mando militar y la Asamblea Nacional Constituyente.
La Constitución del 1945 permitió que el ejército de Guatemala tuviera un papel político
importante, algo que el ejército no estaría dispuesto a ceder y que mantuvo durante
más de 50 años.

 La Constitución de 1956
La Constitución de 1956 disminuye significativamente la autonomía y funciones que el
ejército tenía en la Constitución de 1945. Sin embargo, la Constitución de 1956 otorga
al ejército un capítulo integral y elimina la figura del jefe de las fuerzas armadas y del
Consejo Superior de las Fuerzas Armadas. Por lo tanto, para evidenciar tales
afirmaciones, se resaltan los siguientes artículos:
El Artículo 180 donde limita la función del ejército a proteger el territorio, la soberanía e
independencia del país y la seguridad interior y exterior del orden público. Sin embargo,
las funciones de cooperación son más específicas, ya que el ejército puede prestar su
asistencia en situaciones de emergencia o calamidad pública, o en obra o actividades
de utilidad nacional.
En cuanto a los asensos en posición en su organización, sigue la fórmula liberal según
la cual el Congreso de la República concede el título de general, requiriendo 20 años
de servicio para ascender a general de brigada y 25 para ascender a general de
división. Además, el presidente tiene la autoridad para nombrar hasta coroneles.
Donde en el Artículo 185 se establece el honor militar, la lealtad y la superación
profesional son consagrados a nivel constitucional y en el artículo 148, que establece la
obediencia y el rechazo por la combatividad del ejército y su esencia apolítica. Estos
artículos estipulan varios principios que en la constitución de 1945 se debieron de
cumplir cuando se fundó el ejército como un órgano para el velar el orden público y no
una organización política.
En cuanto al fuero militar, se ha producido un retroceso significativo, ya que el artículo
196 establece un fuero exclusivamente personal. Además, se elimina la prohibición de
que los civiles sean juzgados por militares, ya que se permite que los líderes de
movimientos armados que se alcen contra el Estado sean juzgados por tribunales
militares. Por último, la Constitución del 1956 es más conservadora que su predecesora
en cuanto al papel del ejército, excepto en lo que respecta a la justicia militar. Sin
embargo, esta limitación legal al poder del ejército no era positiva, ya que el golpe de
Estado militar en 1960 demostró que las fuerzas armadas todavía tenían un papel
político importante.

 La Constitución de 1965
La Constitución de 1965 es diferente a su predecesora en cuanto a la función de las
fuerzas armadas. El Capítulo V del texto constitucional regula el tema de las fuerzas
armadas, y el Artículo 215 establece que el ejército es la institución destinada a
mantener la independencia, la soberanía y el honor de la Nación, la integridad de su
territorio y la paz en la República; nótese que esta es la primera vez que la Constitución
de 1965 regula el tema de las fuerzas.
En general, la redacción es muy similar a la actual. Se establece que el ejército es
único e indivisible, esencialmente apolítico y no deliberante; está compuesto por
fuerzas de tierra, aire y mar; se organiza jerárquicamente y se basa en los principios de
disciplina y obediencia. La creación o operación de milicias que no pertenecen al
Ejército de Guatemala puede ser castigada.
La mayoría de los artículos se escribieron de manera similar a la del 1985, por lo que el
Artículo 216 establece que el Presidente de la República es el Comandante General del
Ejército e impartirá sus órdenes a través del ministro de la Defensa Nacional. Como tal,
tiene las atribuciones que señala la ley, y en especial las siguientes:
1. Emitir una orden de movilización y desmovilización.
2. Realizar ascensos desde subteniente hasta coronel, así como los equivalentes
en la Marina de Guerra; otorgar condecoraciones y honores militares y otorgar
pensiones especiales.
Una diferencia con la Constitución de 1985 es que el Congreso aún tiene la
autoridad para otorgar ascensos a generales, pero solo en tiempos de paz,
mientras que en tiempos de guerra, el presidente puede otorgarlos.
Los líderes de grupos revolucionarios y militares en retiro están incluidos en el fuero
militar, según el artículo 259 de la Constitución del 56. El sector militar estaba de
acuerdo con los contenidos de la Constitución, y en septiembre de 1965, se estableció
que los principales logros de la Constitución eran reafirmar que el Ejército de
Guatemala es una institución para proteger la independencia, soberanía y honor de la
Nación, la integridad de su territorio y la paz de la República.
En esencia, esta Constitución refleja ya el enorme poder político del ejército al
momento de su promulgación, reflejado en una asamblea en la que el gobierno militar
se reservó el número de representantes necesarios para manejar los contenidos
constitucionales a su conveniencia. La regulación del ejército está influenciada por la
Guerra Fría y el anticomunismo del régimen, lo que explica por qué la Constitución de
1985 es la heredera directa de esa concepción.

 Constitución de 1985
La Constitución de 1965, donde el poder político del ejército desde 1945, los golpes de
Estado militares de 1960 y 1983 y la influencia de la institución armada en las
asambleas constituyentes de 1965 y 1985 afectan la regulación actual de las funciones
del ejército en la Constitución de 1985 de Guatemala. La Constitución de 1985 refleja
las doctrinas y tendencias de la Guerra Fría porque el ejército fue el árbitro de las
disputas políticas y los enfrentamientos armados internos durante este período de 20
años.
La Constitución de Guatemala, al igual que la mayoría de las constituciones
latinoamericanas, otorga un capítulo integral al ejército. Esta constitución establece la
misión de la fuerza militar, que normalmente es proteger el país y el orden
constitucional. El apartado actual se enfoca en examinar minuciosamente los artículos
de la Constitución Política de la República de Guatemala que tratan sobre el ejército.
Artículo 219. Tribunales militares
El tema militar en la Constitución aborda el alcance del fuero militar y la existencia de la
justicia militar en un Estado que busca la igualdad de sus ciudadanos. Esta prerrogativa
ayuda a establecer una distinción entre el sector militar y el resto de la sociedad. El
fuero militar existe debido al carácter cerrado de las corporaciones militares. Los
tribunales militares son considerados instituciones militares típicas y están incluidos en
el Capítulo IV, Título IV del texto constitucional que se refiere al Poder Judicial. Esta
inclusión garantiza la coherencia en el sistema judicial de Guatemala. Aunque la justicia
militar es especializada y los tribunales militares tienen jurisdicción exclusiva, sus
límites deben interpretarse en línea con otras disposiciones que regulan la
administración de justicia.

Cabe mencionar entonces el Artículo 203 de la Constitución establece principios de


independencia e imparcialidad judicial, garantizando que los tribunales y jueces sean
independientes de cualquier otra autoridad y tomen decisiones de acuerdo a la ley,
incluso en los tribunales militares.
Los tribunales militares de primera instancia tienen contradicciones porque están
compuestos por personal militar. La disciplina, la jerarquía, la línea de mando, la
obediencia y la no beligerancia son los principios que rigen la institución militar. Esto
significa que un juez militar estará sujeto a esta disciplina en todo momento. Por lo
tanto, un tribunal militar no puede cumplir con el mandato del Artículo 203
constitucional de independencia e imparcialidad. En relación con el alcance material de
los tribunales se mantiene, de igual forma que en Constituciones anteriores.
La definición de tribunales militares abarca delitos y faltas cometidos por miembros del
ejército, tanto relacionados con la actividad militar como otros delitos en general.
Algunos autores sostienen que los delitos militares se derivan de las funciones del
ejército, mientras que otros los dividen en dos categorías: aquellos que afectan la
seguridad del Estado y aquellos que afectan a la institución militar. Ejemplos del primer
tipo son la traición, el espionaje y la revelación de secretos. El segundo tipo incluye
delitos como rebelión, sedición y motín. También hay delitos que atentan contra la
institución militar, como ultrajes a símbolos o ataques a autoridades. Estos delitos
buscan mantener la disciplina institucional. Aunque estas conductas pueden ser
cometidas por civiles, algunos argumentan que los militares deben ser juzgados en
tribunales militares debido a su condición. Sin embargo, otros argumentan que los
jueces ordinarios son competentes para juzgar estos delitos cuando son cometidos por
civiles. Justificar la existencia de tribunales militares basándose en la necesidad de una
rama específica de justicia para ciertas profesiones podría llevar a establecer tribunales
para otros sectores, como jueces, médicos o diputados.

En resumen, los delitos militares no tienen una base jurídica significativa en la justicia
constitucional ni en la justicia penal, y más bien son criterios de justificación de la
separación de la justicia militar de la justicia ordinaria.
El Artículo 219 de la Constitución no requiere que los tribunales militares tengan
conocimiento de los delitos cometidos por los miembros del ejército, lo que plantea una
competencia más personal que material. Se argumentan justificaciones para mantener
el fuero personal, como la protección de la institución, la disciplina militar y la
naturaleza de la función militar durante tiempos de guerra. A pesar de ello, los
privilegios personales contradicen el principio de igualdad establecido en el Artículo 4
Constitucional, ya que todos los individuos, sin importar su condición social, profesión o
estatus, deben ser sometidos a los mismos principios, procedimientos y órganos
judiciales basados en el principio de igualdad. Según el Artículo 12 Constitucional, la
creación de tribunales especiales está prohibida debido a que violan dicho principio de
igualdad al establecer castas o clases de personas, ya sea en su beneficio o perjuicio.

La doctrina y la jurisprudencia constitucional contemporánea debaten sobre la creación


de fueros especiales, como en Argentina, donde se han criticado los límites de la
justicia militar y casi se han abolido los tribunales militares. Los tribunales militares
actuales contravienen los principios del debido proceso del Artículo 12 Constitucional,
ya que el Código Militar actual, el Decreto 214 de 1878, contiene disposiciones que van
en contra de esos principios. Estos tribunales, considerados violatorios de los derechos
humanos, también contradicen varios artículos constitucionales.

La razón de la existencia de la jurisdicción penal militar establecida en el artículo 219


de la Constitución es evitar que los jueces ordinarios sean responsables de juzgar
delitos militares. Esto busca garantizar el acceso a la justicia y un debido proceso para
los miembros de la fuerza armada, respetando los principios de independencia e
imparcialidad. La Corte de Constitucionalidad reconoce que los tribunales militares
tienen la autoridad para juzgar delitos relacionados con el servicio militar, pero niega
que los militares tengan inmunidad personal simplemente por ser militares. Sin
embargo, la Corte limitó el alcance de esa inmunidad personal.

Un avance en relación con las Constituciones de 1956 y 1965, lo constituye el hecho de


que se prohíba tajantemente que los civiles fueran juzgados por tribunales militares. En
conclusión, los Artículos 4, 12 y 203 de la Constitución, que contienen el principio de
igualdad, la prohibición de tribunales especiales y la garantía de independencia judicial,
se contradicen con el Artículo 219 de la Constitución, que regula los tribunales
militares. Además, el actual Código Militar viola los Artículos 12, 17, 18 y 219 de la
Constitución, que contienen los principios de juicio previo y derecho de defensa,
estricta legalidad penal, principios que controlan la ejecución de la pena de muerte y la
prohibición de juzgar a civiles en tribunales militares.

 Artículo 244. Integración, organización y fines del Ejército


Es posible que el artículo 244 de la Constitución sea el más significativo en cuanto al
ejército, ya que contiene los elementos fundamentales que definen la naturaleza de la
fuerza militar en el Estado.

Funciones asignadas al ejército de Guatemala


Es preferible que las instituciones de seguridad, especialmente el ejército, tengan
funciones bien acotadas y delimitadas hacia sus objetivos esenciales, ya que si las
fuerzas armadas tienen funciones demasiado amplias o indeterminadas, se corre el
riesgo de militarizar el Estado. La Constitución de 1985 otorga al ejército seis funciones
básicas. Donde se interpretar que el constituyente establece como función del ejército
mantener: a. La independencia b. La soberanía c. El honor de Guatemala d. La
integridad del territorio e. La paz f. La seguridad interior y exterior.
Con base en el análisis histórico presentado anteriormente , es evidente que la
Constitución actual mantiene en su mayoría las funciones asignadas al ejército por la
Constitución de 1965, agregando únicamente la cuestión de seguridad nacional e
internacional.
Al analizar las funciones asignadas al ejército de Guatemala por la Constitución, se
observa que algunas son adecuadas para su naturaleza y capacidades, como la
protección del territorio y la seguridad externa. Sin embargo, otras, como el honor
nacional, son subjetivas y difíciles de medir, y no parecen ser exclusivas del ejército.
Además de estas responsabilidades, se le confieren tareas que involucran a otros
objetivos del Estado, como la preservación de la independencia y la paz. Sin embargo,
la seguridad interna debería ser responsabilidad exclusiva de las fuerzas de seguridad
civil. El hecho de que el ejército tenga la responsabilidad de mantener la soberanía va
en contra de lo establecido en el Artículo 140 de la Constitución, que declara que la
soberanía reside en el pueblo y es delegada en los poderes del Estado.

Estas responsabilidades asignadas al ejército han llevado en ocasiones a


interpretaciones por parte de los líderes militares de que sus funciones van más allá de
lo especificado en la Constitución, como el mantenimiento de la estabilidad nacional y
la protección de la institucionalidad y el sistema democrático, tareas que no deben
corresponder a ningún ejército. Mientras las funciones asignadas al ejército no se
reduzcan a las propias de una fuerza militar en una sociedad democrática, persistirá el
riesgo de que asuma funciones políticas o de otras instituciones del Estado. Por lo
tanto, es esencial limitar las funciones del ejército a las militares y fortalecer el papel de
otras instituciones que garanticen la seguridad nacional, la paz, la estabilidad, la
independencia y el orden democrático y constitucional.

Características principales del ejército


El Artículo 244 establece además las características principales de la institución
armada de la siguiente forma:
1. Es único e indivisible, 2. Esencialmente profesional, 3. Apolítico, 4. Obediente y
no deliberante.
El artículo sostiene que mantener la tendencia constitucional y las características
fundamentales de las fuerzas armadas a nivel internacional, como la unidad y la
profesionalidad, es crucial para prevenir conflictos internos. Además, enfatiza la
característica de apoliticidad, que significa que el ejército no puede mostrar preferencia
por ningún bando o tendencia política porque esto implicaría un favoritismo. En la
Asamblea Nacional Constituyente, esta característica fue crucial para establecer la
prohibición de voto para los miembros de las fuerzas armadas.

Integración y organización
En los debates de la Asamblea Nacional Constituyente, los legisladores consultaron
directamente al ejército para crear la estructura de las fuerzas de tierra, aire y mar y
establecer su orden de citación. Los principios de jerarquía, disciplina y obediencia son
comunes en todos los ejércitos. Sin embargo, el establecimiento de tribunales militares
va en contra del principio constitucional de independencia e imparcialidad judicial, ya
que están integrados por personal militar y se rigen por principios militares en lugar de
judiciales.

 Artículo 245.- Prohibición de grupos armados ilegales


El poder del Estado se basa en el monopolio de la fuerza, lo que significa que solo el
Estado puede usar la coerción contra las personas. Dado que la soberanía estatal se
cuestiona, si varios grupos dentro del mismo Estado tienen la autoridad para utilizar la
fuerza, se considera un Estado fallido. Para establecer el control institucional y
garantizar su dominación política, el Estado tiene la supremacía. De acuerdo con la
Constitución y el presente artículo, es ilegal formar grupos armados ilegales que no
estén bajo la supervisión de las leyes y reglamentos del país. A pesar de que se
estableció originalmente para combatir a las fuerzas insurgentes durante el conflicto
armado interno, esta prohibición también respeta el principio de soberanía art 140
CPRG y permite la existencia de grupos armados regulados como los servicios de
seguridad privada.
 Artículo 246. Cargos y atribuciones del presidente en el ejército
El Artículo 246 de la Constitución es uno de los artículos más importantes para
determinar la autonomía que las fuerzas armadas adquirieron a partir de 1985.
El Artículo 246 era crucial para el alto mando militar, ya que incluía la autorización del
presidente para conceder ascensos a la oficialidad, función que desde la Constitución
de 1879 estaba en manos del Congreso de la República. El objetivo principal de esta
disposición fue suprimir el control del Congreso de la República sobre el ejército y, en
segundo lugar, suprimir los requisitos constitucionales para optar al grado de general,
que se establecían en las constituciones anteriores. Como resultado, el ejército tuvo
plena autonomía sobre el sector político.
Guatemala, mediante la regulación constitucional de 1985, el ejército no solamente
mantuvo sus privilegios, sino además se amplió la autonomía en relación con el poder
político.
La sección más significativa del Artículo 246 se refiere a los requisitos para ser ministro
de la defensa, junto con una prohibición de que un civil pueda serlo. El legislador indica
que solo un general o coronel en servicio activo puede ser el ministro de la defensa
nacional y que el presidente emitirá órdenes a través del oficial general o coronel o su
equivalente en la Marina de Guerra.
La capacidad de las autoridades civiles para dirigir las fuerzas armadas es un indicador
clave de la democratización y desmilitarización de un Estado. Por esta razón, en los
procesos de transición es crucial que los civiles ocupen el cargo de ministro de la
defensa, lo que permitirá al sector político ejercer un control sobre el sector militar.
Según un análisis de América Latina, se puede observar que Guatemala es el único
país en la región que requiere que los militares sean ministros de la defensa debido a
esta disposición constitucional. Además, en la mayoría de países latinoamericanos, los
militares solo pueden ser ministros de la defensa si han sido retirados. Por lo tanto, se
puede afirmar que en cuanto a la reconversión militar, Guatemala es el país más
atrasado de América Latina.

 Artículo 247.- Requisitos para ser oficial del ejército


El Artículo 247 de la Constitución establece la prohibición para que los extranjeros sean
nombrados oficiales del ejército de Guatemala
En Guatemala, la constitución ha establecido que solo los ciudadanos guatemaltecos
pueden unirse al ejército, lo que va en contra de la práctica en algunos de los ejércitos
más poderosos del mundo, como el de los Estados Unidos, que permite la nacionalidad
a los reclutas extranjeros. Desde la Primera Guerra Mundial, en Europa se ha
practicado la prohibición de que los extranjeros formen parte de las fuerzas armadas
por temor a la traición. En los instrumentos internacionales de derechos humanos, se
reconoce que los Estados tienen la facultad de restringir a los extranjeros en ciertas
profesiones específicas, como las fuerzas armadas, cuando se necesitan habilidades
especializadas.

 Artículo 248.- Prohibiciones


De la misma manera que el artículo anterior, el Artículo 248 contiene una prohibición
que en muchos Estados contemporáneos se ha vuelto obsoleta, como la prohibición del
derecho al voto de los soldados.
Referente a este artículo los legisladores constituyentes confunden el concepto de
apolítico, que es una característica de las fuerzas armadas como institución y que se
refiere a que no deben involucrarse en conflictos políticos armándose a favor de un
bando en particular, con el derecho de los militares como ciudadanos al voto. La
prohibición de voto para los militares socava el sistema democrático establecido en la
Constitución Política, ya que el voto universal sin distinción es el principal pilar de la
democracia.
Aparte de violar los derechos políticos de numerosas personas, la restricción del
derecho al voto tiene un impacto negativo en los militares, ya que los convierte en una
categoría distinta de individuos, menos comprometidos con los valores democráticos ya
que no los practican y no se identifican con el pueblo en general. En general, esta
disposición está fuertemente relacionada con la postura ideológica que se establece en
textos constitucionales o legales que consideran a las fuerzas militares como
"guardianes" o "tutores" del estado. En este caso, los miembros de la agrupación no
eran considerados como ciudadanos, sino como cuidadores de los ciudadanos, lo que
significa que están por encima de ellos lo que significa que estas disposiciones
promueven la autonomía de las fuerzas armadas en lugar de su control por parte de la
autoridad civil.
El Artículo 4 de la Constitución, que establece la igualdad de derechos de todos los
ciudadanos, incluidos los derechos políticos, y el Artículo 136 de la Constitución, que
establece el derecho de todos los ciudadanos al derecho al voto, son contradictorios.
En resumen, no hay razones significativas para prohibir el derecho al voto a los
miembros del ejército, hay pocos riesgos de manipulación del voto y es más importante
garantizar el derecho al voto para un gran número de ciudadanos y, en particular,
incorporar a los miembros del ejército al sistema democrático.

 Artículo 249.- Cooperación del ejército


Artículo 249.- Cooperación del Ejército. El Ejército prestará su cooperación en
situaciones de emergencia o calamidad pública.
Como se mencionó anteriormente, además de las funciones militares, las
constituciones permitían al ejército colaborar con otras instituciones del Estado en
diversas tareas, algunas de las cuales eran relacionadas con el desarrollo agrícola y
otras totalmente alejadas de la naturaleza de la institución. En este sentido, la
Constitución de 1985 acota más las funciones de colaboración que puede realizar el
ejército al establecer que esta única función es la de defender y proteger en situaciones
de emergencia o de calamidad pública.

 Artículo 250.- Régimen legal del ejército


Es importante destacar que algunos expertos en derecho y legisladores técnicos
sostienen que habría sido más apropiado crear leyes y reglamentos en lugar de
reservarlos exclusivamente para el ámbito militar, ya que existen otras leyes que
regulan ciertos aspectos relacionados con el ejército que no son exclusivas del campo
militar.
El sector militar es extremadamente resistente a perder las cuotas de poder que habían
obtenido durante las dictaduras, lo que podría explicar por qué, aunque ceden el poder
político en 1985, no pierden los privilegios contenidos en la Constitución. Los
regímenes militares se reservaban el papel de árbitros al asegurarse poder político y
una amnistía.

Regulación legal del ejército de Guatemala y régimen democrático


Después de examinar todos los artículos de la Constitución Política de la República de
Guatemala que establecen las funciones del ejército, es necesario evaluar si estos
artículos cumplen con la aspiración de un Estado democrático de derecho que se
enuncia en la Constitución Política de la República de Guatemala.
Es importante recordar que las fuerzas armadas son el poder del Estado más violento y
susceptible de causar daño, por lo que en un Estado democrático de derecho, el poder
militar debe estar sometido a estrictas regulaciones de control por parte del poder civil.
El control político del poder civil sobre el poder militar y las restricciones a la jurisdicción
militar no están bien regulados en la Constitución de Guatemala, ya que el ejército tiene
mucha autonomía política y la jurisdicción militar se establece como un fuero personal
en lugar de material. Por lo tanto, la regulación del ejército en Guatemala es
inadecuada. Es por ello que algunos autores aseguran que la democracia en
Guatemala no puede considerarse plenamente consolidada, mientras la regulación del
ejército no sea modificada. Debido al hecho de que fueron aprobadas sin la
participación de algunos de los principales actores del conflictivo escenario de los años
ochenta, contienen una serie de disposiciones que aún reflejan el pasado autoritario y
que necesitan ser revisadas. En Guatemala, a pesar de la llegada de la democracia en
1985 y la firma de la paz en 1996, se mantiene una regulación constitucional del
ejército acorde a una situación de conflicto, en lugar de un régimen democrático donde
el poder militar está bajo el control civil.
Donde la actual regulación constitucional referente al ejército de Guatemala contenida
en los Artículos 219, 244, 246 y 248 de la Constitución Política de la República no es
adecuada para el contexto histórico-político actual, por lo que debe ser modificado para
adecuarse a las funciones del ejército en una sociedad democrática

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