Está en la página 1de 5

3.2.1.

UNIDAD DIDÁCTICA

Contexto
Así como la infancia es el periodo clave de la formación de la personalidad, la adolescencia es
fundamental para su consolidación.

A partir de esta etapa, la personalidad del/la preadolescente se ve marcada por la calidad


de las relaciones que tiene con sus iguales. Si las relaciones son respetuosas, al adquirir
mayor seguridad la personalidad se fortalecerá; mientras que, si las relaciones con sus
compañeros/as son irrespetuosas y dañinas, la personalidad del preadolescente se verá
mermada y condicionada por la inseguridad que le provocan estas relaciones (burlas,
comentarios despectivos, etc.)

En este sentido, es importante fomentar la interdependencia positiva: la valoración de


las capacidades de cada uno/a y lo que aporta al grupo. Cuanto más se necesiten, más
cooperativa será la situación. Esta interdependencia se basa en tres pilares: la empatía, el
asertividad y la tolerancia.

La comunicación asertiva y la empatía se basan en el respeto mutuo, por muy diferentes


que sean físicamente, en sus gustos o en sus ideas, su manera de ser y pensar, etc.
Porque queremos que el alumnado se quede con un mensaje clave para prevenir el acoso
escolar:

TODOS/AS SOMOS DIFERENTES y eso no es nada malo. Todo lo contrario, ¡es fantástico!

Nos complementamos llegando más lejos de lo que llegaríamos nosotros solos/as o si todos/
as fuésemos iguales (con las mismas limitaciones, las mismas habilidades…).

Una persona tolerante es aquella que respeta las ideas y opiniones de los/as demás, aunque
no las comparta. Debemos mostrar siempre respeto y tolerancia hacia los/as demás, por muy
diferentes que seamos en gustos o formas de ser.

El respeto y la tolerancia, bases para la convivencia


La convivencia se da cuando varias personas comparten un espacio físico y conviven
durante un tiempo prolongado; esta misma definición podría ser válida para definir el
espacio del aula, el patio de recreo o del propio colegio.
3.2.1. UNIDAD DIDÁCTICA

Y, como tal, el grupo-aula es quien define esta convivencia: si no hay respeto entre los
integrantes del grupo, hay enfrentamientos y situaciones violentas, mientras que, si la
convivencia se basa en el respeto y la tolerancia, los integrantes del grupo conviven de forma
placentera y positiva.

De hecho, una buena convivencia del grupo es factor fundamental para que haya una buena
salud emocional entre sus integrantes.

Hay una estrecha relación entre respeto y tolerancia y asertividad y empatía:

• El respeto es el reconocimiento del valor y derechos propios y de los demás, del mismo
modo en que la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de los demás.

• La tolerancia es la capacidad de respetar y valorar, aunque no se compartan, las posturas,


ideas y motivos de los demás, de la misma manera en que la asertividad es la capacidad
de relacionarse y hablar con los demás de un modo firme y educado, sin ser agresivo ni
pasivo.

Comunicación asertiva
La asertividad es una habilidad social imprescindible, que se define como la actitud de
autoafirmación y defensa de los derechos personales respetando al mismo tiempo los de los/
as demás, siendo tolerantes y evitando malos entendidos.

Para poder explicar este concepto al alumnado, podríamos decir que ser asertivo/a es cuando:

• Una persona expresa sus ideas, gustos y opiniones de forma respetuosa, clara y sincera,
y siempre sin molestar a nadie.

Aplicando la asertividad en el aula, facilitamos en el alumnado:

• Expresar sus ideas, opiniones y emociones sin herir o molestar a los/as compañeros/as del
aula.

• Defender sus derechos respetando los de los demás.

• Ser capaces de decir “no” y no dejarse influenciar por las opiniones de los/as demás
compañeros/as.
3.2.1. UNIDAD DIDÁCTICA

• Aceptar las opiniones de los demás, respetándolas aunque no las compartan.

• Tener un buen ambiente de comunicación en el aula.

• Ser más respetuosos/as y tolerantes con sus compañeros/as de clase.

• Potenciar su conciencia emocional y la autorregulación de sus emociones.

Trabajando la asertividad en el aula, se proporcionan herramientas a los niños y niñas para


enfrentar y solucionar problemas de su vida cotidiana.

Aprenden a expresar su opinión y a respetar la de los demás, siendo empáticos/as y


tolerantes, como elementos claves para frenar situaciones de abuso.

Comunicación empática
La empatía se define como la capacidad de entender los motivos o emociones de la otra
persona, aunque no se compartan.

Para poder explicar este concepto al alumnado, podríamos decir que tener empatía es
cuando:

• Una persona tiene la habilidad de ponerse en el lugar del otro y comprender cómo se
siente en una determinada situación.

Aplicando la empatía en el aula, facilitamos en el alumnado:

• Comprender que las palabras pueden herir a otras personas, así como algunos
comportamientos.

• La importancia de ser respetuosos/as con los/as compañeros/as de clase.

• Reducir malentendidos entre escolares que resultan de no haber expresado bien las
necesidades y las emociones de uno/a mismo/a.

• Fortalecer la relación social que hay en el aula, mejorando el clima.

• Potenciar su conciencia emocional y la autorregulación de sus emociones.


3.2.1. UNIDAD DIDÁCTICA

Trabajando la empatía en el aula se evitan conflictos, ya que los alumnos y alumnas


aprenden a entender a los demás con mayor facilidad y precisión, fomentando el respeto y
la tolerancia y así evitando situaciones de acoso.

Pautas para consolidar la interdependencia positiva en el alumnado


PRACTICANDO EN EL AULA

Agrupa al alumnado por equipos de trabajo y explícales que solo alcanzarán el logro de la
actividad si lo tienen también sus compañeros/as de equipo.
Para ello es indispensable que, como grupo, sepan escucharse unos/as a otros/as y valorar las
opiniones y ritmos de cada compañero/a, siendo, ante todo, respetuosos/as y tolerantes con
las ideas de los/as demás.

• INTERDEPENDENCIA POSITIVA DE METAS: establece un objetivo o un criterio de éxito


grupal que requiera del trabajo y la implicación de todos los miembros del grupo.

• Pide que establezcan un listado de objetivos concretos, describiendo lo que cada


componente del grupo tendrá que conseguir, siempre con la ayuda del resto.

• INTERDEPENDENCIA POSITIVA DE TAREAS: el trabajo final se consigue cuando el


trabajo que realiza cada uno/a de los/as miembros del grupo es imprescindible para
alcanzar la meta.

• Divide las tareas en subactividades complementarias, de tal manera que el resultado


final necesite de la implicación activa de todos/as los/as miembros del grupo.

• Realiza actividades faseadas o tareas encadenadas donde cada miembro del grupo
deba completar una parte que resulte imprescindible para el paso a la siguiente fase
de la actividad.

• INTERDEPENDENCIA POSITIVA DE FUNCIONES: asigna roles cooperativos dentro del


grupo, de manera que cada uno/a se encargue de una parte.

• Organiza el grupo con roles complementarios e interconectados. Sobre ellos/as se


sostendrá la dinámica del grupo. Si uno/a no cumple su función, todo el trabajo de
grupo se verá condicionado.
3.2.1. UNIDAD DIDÁCTICA

• INTERDEPENDENCIA POSITIVA CON RESPECTO A LA IDENTIDAD: anima al grupo a


crear su propia imagen corporativa, a partir de sus gustos e intereses. Desarrolla en los
alumnos y alumnas un sentido de grupo y fuertes lazos de pertenencia.

• Anima al grupo a que se defina con respecto al resto: nombre del grupo, escudo, lema,
carnet, gorras, banderines…

También podría gustarte