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Cateterismo cardíaco:

En el cateterismo cardíaco se inserta un catéter radiopaco en una vena periférica (p.


ej., la vena femoral) y se lleva, con control fluoroscópico (Radiografía en tiempo real), a
través del atrio derecho, el ventrículo derecho, el tronco y las arterias pulmonares.
Mediante esta técnica pueden registrarse las presiones intracardiacas y obtenerse
muestras de sangre. Si se inyecta un medio de contraste radiopaco, puede seguirse su
recorrido por el corazón y los grandes vasos mediante radiografías seriadas.
Alternativamente, puede utilizarse la cinerradiografía o ecografía cardíaca para
observar el flujo de colorante en tiempo real. Las dos técnicas permiten estudiar la
circulación por un corazón en funcionamiento y son útiles para estudiar defectos
cardíacos congénitos.
Valvulopatías
La valvulopatía produce estenosis (estrechamiento) o insuficiencia. La estenosis es la
incapacidad de una válvula para abrirse completamente, con lo que disminuye el flujo
sanguíneo desde una cavidad. A su vez, la insuficiencia o regurgitación valvular es la
incapacidad de la válvula para cerrarse por completo, normalmente debido a la
formación de nódulos (o cicatrices que las contraen) en las cúspides o valvas, con lo
que sus extremos no se juntan o alinean. Esto permite que una cantidad de sangre
variable (en función de la gravedad) retorne a la cavidad de la cual había sido expelida.
Tanto la estenosis como la insuficiencia producen una sobrecarga del corazón. La
estenosis valvular casi siempre se debe a anomalías de la válvula, y prácticamente
siempre se trata de un proceso crónico.
Debido a que las valvulopatías son problemas mecánicos, las válvulas cardíacas
dañadas o defectuosas suelen ser reemplazadas quirúrgicamente mediante una
técnica denominada valvuloplastia. A menudo, en estas técnicas de implantación de
una prótesis valvular se utilizan válvulas protésicas artificialesfabricadas con materiales
sintéticos, aunque también se utilizan válvulas xenotrasplantadas (válvulas
trasplantadas de otras especies, como el cerdo).
ESTENOSIS DE LA VALVA AÓRTICA
La estenosis de la valva aórtica es la anomalía valvular más frecuente. En las personas
nacidas a principios y mediados del siglo xx, la fiebre reumática era una causa
frecuente, pero en la actualidad representa menos del 10 % de los casos de estenosis
aórtica. La mayoría de las estenosis aórticas son el resultado de una calcificación
degenerativa y se manifiestan clínicamente en la 6.ª década de la vida o más tarde. La
estenosis aórtica supone un trabajo extra para el corazón y da lugar a una hipertrofia
ventricular izquierda.
Las valvulopatías dan lugar al desarrollo de soplos, que son los sonidos producidos por
el flujo anómalo de la sangre a través de las válvulas cardíacas.
Infarto agudo al miocardio.
Cuando se produce una oclusión repentina de una arteria principal por un émbolo, la
región del miocardio irrigada por el vaso ocluido se infarta (se queda casi sin sangre) y
sufre necrosis (muerte patológica del tejido). Los tres puntos donde se produce con
más frecuencia la obstrucción de una arteria coronaria y el porcentaje de oclusiones
que afecta a cada arteria son:
1. La rama IV anterior (DAI) de la ACI (40-50 %).
2. La ACD (30-40 %).
3. La rama circunfleja de la ACI (15-20 %).
Clásicamente se han diferenciado tres fases después de la oclusión de una arteria
coronaria:
- Isquemia: reducción del aporte de oxígeno al miocardio menor de 20 minutos.
El daño es reversible. En el electrocardiograma se muestra principalmente
como alteraciones de la onda T.
- Lesión: persistencia en el tiempo del déficit de oxígeno (mayor de 20 min). El
daño es aún reversible en gran parte. La principal alteración en el
electrocardiograma son los cambios del segmento ST.
- Necrosis: persistencia durante más de 2 horas del déficit de oxígeno. Es
irreversible. Se caracteriza en el EKG por la aparición de ondas Q patológicas.
Un área de miocardio que ha sufrido una necrosis constituye un infarto de miocardio.
La causa más frecuente de cardiopatía isquémica es la insuficiencia coronaria, que
resulta de la ateroesclerosis de las arterias coronarias.
ATEROESCLEROSIS CORONARIA
El proceso ateroesclerótico, caracterizado por el depósito de lípidos en la íntima (la
capa de revestimiento) de las arterias coronarias, empieza al principio de la edad
adulta y lentamente provoca la estenosis de la luz de las arterias.
Marcapasos cardíaco artificial
A algunas personas que sufren un bloqueo cardíaco se les implanta subcutáneamente
un marcapasos cardíaco artificial (con el tamaño aproximado de un reloj de bolsillo). El
marcapasos consta de un generador de impulsos o batería, un cable (derivación) y un
electrodo. Los marcapasos producen impulsos eléctricos que inician las contracciones
ventriculares con una frecuencia determinada. Se inserta un electrodo conectado a un
catéter en una vena, y su progresión por el sistema venoso se controla con un
fluoroscopio, un instrumento para examinar estructuras profundas en tiempo real
(cuando se produce el movimiento) mediante radiografías.
El terminal del electrodo se hace pasar por la VCS hasta el atrio derecho y a través de
la valva atrio-ventricular derecha hasta el ventrículo derecho. Allí el electrodo se fija
sólidamente en las trabéculas carnosas de la pared ventricular, colocándolo en
contacto con el endocardio.
Dolor cardíaco referido
El corazón es insensible al tacto, a los cortes, al frío y al calor; no obstante, la isquemia
y la acumulación de productos metabólicos estimulan terminaciones dolorosas en el
miocardio. Las fibras aferentes del dolor discurren centralmente por los nervios
cardíacos cervicales medio e inferior, y en especial por los ramos cardíacos torácicos
del tronco simpático. Los axones de estas neuronas sensitivas primarias entran en los
segmentos T1-T4 o T5 de la médula espinal, sobre todo en el lado izquierdo.
Esta parte del miembro está inervada por el nervio cutáneo medial del brazo. A
menudo, los ramos cutáneos laterales de los nervios intercostales 2.º y 3.º (los
nervios intercostobraquiales) se unen o solapan en su distribución con el nervio
cutáneo medial del brazo.
Pericarditis, roce pericárdico, derrame pericárdico.
El pericardio puede verse afectado por diversos procesos patológicos. La inflamación
del pericardio (pericarditis) suele provocar dolor torácico.
También puede hacer que el pericardio seroso sea rugoso. Normalmente, las lisas
láminas del pericardio seroso no producen un ruido detectable a la auscultación. Sin
embargo, la pericarditis vuelve rugosas sus superficies y la fricción resultante (roce
pericárdico) emite un ruido parecido a la fricción de la seda, que puede oírse con un
fonendoscopio en el borde izquierdo del esternón y las costillas superiores. Un
pericardio con inflamación crónica y engrosado puede calcificarse, interfiriendo
gravemente con el funcionamiento del corazón. Algunas enfermedades inflamatorias
pueden producir también derrame pericárdico (paso de líquido de los capilares
pericárdicos hacia la cavidad pericárdica, o una acumulación de pus). Como resultado,
el corazón se ve comprimido (incapaz de expandirse y rellenarse por completo) y es
ineficaz. Los derrames pericárdicos no inflamatorios suelen asociarse a insuficiencia
cardíaca congestiva, en la cual la sangre venosa vuelve al corazón a un ritmo más
rápido del que se expulsa, produciendo hipertensión cardíaca derecha (aumento de
presión en el lado derecho del corazón).
Taponamiento cardíaco
El pericardio fibroso es un saco cerrado, duro e inelástico, que contiene el corazón,
normalmente su único ocupante aparte de una fina película lubricante de líquido
pericárdico. Cuando se produce un gran derrame pericárdico, la disminución de
volumen del saco pericárdico limita la cantidad de sangre que puede recibir el corazón,
lo que a su vez disminuye el gasto cardíaco.
El taponamiento cardíaco (compresión del corazón) es una situación potencialmente
letal, ya que el volumen cardíaco se ve comprometido de forma progresiva por el
líquido acumulado fuera del corazón, pero dentro de la cavidad pericárdica.
De forma parecida, la acumulación de sangre en la cavidad pericárdica,
hemopericardio, también produce taponamiento cardíaco. El hemopericardio puede
deberse a la perforación de un área debilitada del músculo cardíaco después de un
infarto de miocardio o ataque al corazón, al sangrado dentro de la cavidad pericárdica
en intervenciones de corazón, o a heridas de arma blanca.
Esta situación es especialmente mortal debido a la elevada presión que implica y a la
rapidez con que se acumula el líquido. El corazón se comprime y falla la circulación. Las
venas de la cara y el cuello se ingurgitan debido al reflujo de sangre, que empieza
donde la VCS entra en el pericardio.
En los pacientes con neumotórax —aire o gas en la cavidad pleural— el aire puede
difundir por los planos de tejido conectivo y entrar en el saco pericárdico, produciendo
un neumopericardio.
Pericardiocentesis
Para evitar el taponamiento cardíaco, normalmente es necesaria una
pericardiocentesis, el drenaje de líquido de la cavidad pericárdica. Para extraer el
exceso de líquido, puede insertarse una aguja de gran calibre a través del 5.º o 6.º
espacio intercostal izquierdo cerca del esternón. Este abordaje del saco pericárdico es
posible debido a que la incisura cardíaca del pulmón izquierdo y la incisura menos
profunda del saco pleural izquierdo exponen parte del saco pericárdico, el área
desnuda del pericardio. El saco pericárdico también puede alcanzarse a través del
ángulo infraesternal, pasando la aguja superoposteriormente. En este lugar, la aguja
evita el pulmón y la pleura, y entra en la cavidad pericárdica; sin embargo, hay que ir
con cuidado para no puncionar la arteria torácica interna o sus ramas terminales.
En el taponamiento cardíaco agudo por hemopericardio, hay que realizar una
toracotomía de urgencia (se abre rápidamente el tórax) para seccionar el saco
pericárdico y aliviar de inmediato el taponamiento, y lograr la estasis de la hemorragia
(detener el escape de sangre) del corazón.
Aneurisma de la aorta ascendente.
Las personas que sufren un aneurisma suelen presentar dolor torácico que irradia al
dorso. El aneurisma puede comprimir la tráquea, el esófago y el nervio laríngeo
recurrente, provocando dificultades para respirar y tragar.
Lesión de los nervios laríngeos recurrentes.
Debido a que el nervio laríngeo recurrente izquierdo forma un asa alrededor del arco
de la aorta y asciende entre la tráquea y el esófago, puede verse afectado por un
carcinoma esofágico o bronquial, un aumento de tamaño de los nódulos linfáticos
mediastínicos o un aneurisma del arco de la aorta.
Aspiración de cuerpos extraños
Debido a que el bronquio principal derecho es más ancho, más corto y discurre más
verticalmente que el bronquio principal izquierdo, también es más fácil que entren
cuerpos extraños aspirados o alimentos y se alojen en él o en una de sus ramas

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