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• CAPITULO I: CAUSA.
DERECHO ROMANO.
B) DOMAT.
LA NOCIÓN DE CAUSA.
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La causa es un elemento de las obligaciones de fuente contractual; y
más: Domat construye el concepto de causa partiendo de la clasificación de los
contratos.
Cuando el contrato es bilateral “la obligación de uno es el fundamento
de la obligación del otro”.
En el fondo la noción de interdependencia subyace en esta definición.
En los contratos gratuitos la obligación tiene por fundamento algún
motivo razonable y justo, como un servicio recibido, o algún otro mérito del
donatario, o el solo placer de hacer el bien.
Para Domat la causa es, pues, un requisito de validez de la obligación.
C) POTHIER.
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Las definiciones de Pothier no innovan respecto de Domat. El punto de
partida es el mismo: define la causa distinguiendo entre contratos interesados y
de beneficencia.
En los contratos interesados la causa del compromiso que contrae una
de las partes, está en lo que la otra dé, o se comporta a darle, o en el riesgo
de que se encargue. En los contratos de beneficencia la liberalidad que una de
las partes quiere ejercer para con la otra es una causa suficiente del
compromiso.
Si puede hablarse de “causa del contrato” en Pothier en con ese
sentido de traslación que consagra el Art. 1282 para hablar del objeto del
contrato. Así la causa del contrato es ilícita cuando es ilícita la causa de la
obligación.
DEFINICIÓN.
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Para Capitant la causa no radica en que el otro sujeto haya asumido
una obligación, sino en la ejecución o cumplimiento de ésta. Define la causa
como la voluntad de obtener la ejecución de la prestación que se le ha
prometido.
CAUSA Y MOTIVO.
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La causa falsa o ilícita produce la nulidad del contrato (Art. 1288).
Dentro del derecho positivo uruguayo una donación contraria a la
moral y a las buenas costumbres aparece, en principio, como una inatacable en
el plano causal.
Capitant critica la posición de algunos exegetas que distinguen causa y
motivo en razón de su proximidad o alejamiento respecto de la decisión final, y
emplean por ello las expresiones de causa próxima y causa remota (motivo).
Capitant sostiene que, de esta manera, se desconoce “la diferencia de
naturaleza” que existe entre causa y motivo, ya que la primera es el fin que
tiene en cuenta el obligado, en tanto que el motivo es el móvil sicológico que lo
decide a realizar el contrato.
Mercadé, Demolombe y Bufnoir, precisan este límite con la
clasificación de inmediata o directa, aplicada a la causa para distinguirla de los
motivos.
La causa propiamente dicha está bien calificada, además, como causa
inmediata o directa, en cuanto significa un escalón más, un paso adelante que
da el sujeto que experimenta una necesidad (motivo) para lograr su
satisfacción. El medio o instrumento adecuado para satisfacer tal necesidad es
la estipulación de un contrato.
Lo que se llama causa en la doctrina clásico es el fin tipificado, en un
esquema abstracto del contrato; es el fin incorporado a un tipo contractual
determinado.
La doctrina tradicional corta con todo el proceso anterior a este
momento final, prescinde por completo de la primera etapa, que corresponde a
los motivos. Toma en cuenta únicamente el momento final, donde el sujeto se
decide a contratar (consentimiento) para obtener (fin) una contraprestación
(causa).
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En los contratos bilaterales la causa de la obligación de una de las
partes se encuentra en la obligación de la otra, las obligaciones se sirven
recíprocamente de causa.
En los contratos reales la doctrina clásica seguía las ideas
predominantes de la época, o sea, la doctrina tradicional del contrato real, que
impostaba esta categoría contractual desde el ángulo de la obligación a
restituir.
El deudor se obliga a restituir porque había recibido previamente.
Para los contratos gratuitos la causa radica en la intención de hacer
una liberalidad.
Para el contrato oneroso, Mercadé, afirma que la causa en el contrato
oneroso es la ventaja o provecho que me procura la otra parte, y el Código
uruguayo lo establece en el Art. 1287 inc. 1º.
La definición de causa gratuita como “mera liberalidad del bienhechor”,
si bien corresponde también a la orientación de la doctrina clásica.
CAUSA DE LA OBLIGACIÓN.
LA CAUSA DE LA OBLIGACIÓN.
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consideración de la obligación que asume la contraparte. Esta noción coincide
puntualmente con el pensamiento de los exegetas cuando señalan que, en los
contratos bilaterales, las obligaciones se sirven recíprocamente de causa.
AMBITO DE LA CAUSA.
A) LOS ANTICAUSALISTAS.
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el contrato real no se perfecciona; cuando falta la entrega no hay ausencia de
causa, sino ausencia del propio contrato. Y finalmente, en las donaciones la
voluntad de donar, considerada en manera abstracta (esto es, separada de los
motivos), resulta una noción vacía de sentido.
Además, la noción de causa era inútil, porque en los contratos
bilaterales basta el objeto para explicar la nulidad, sin que sea necesario
recurrir a la falta de causa o a la cusa ilícita. Puesto que la causa ilícita
presuponen necesariamente la falta de objeto o el objeto ilícito.
La causa se confundiría con el objeto (en los contratos bilaterales), con
la causa eficiente (en los contratos reales) y con el consentimiento (en las
liberalidades).
CRÍTICA: Lejos de ser inútil, la noción de causa explica el fenómeno
de la interdependencia de las obligaciones (sinalagma genético) y la intención
liberal permite distinguir el título oneroso del gratuito. La causa es también un
elemento necesario en cuanto explica porque razón un sujeto se obliga, hecho
que es ajeno al consentimiento.
B) LA TEORÍA EXTENSIVA.
CARACTERÍSTICAS GENERALES.
APECTO CRÍTICO.
ASPECTO CONSTRUCTIVO.
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extensiva amplía el concepto de causa incluyendo los motivos; de esta manera
el concepto se “vivifica” y se vuelve un instrumento apto para “moralizar” el
contrato.
C) LA DOCTRINA OBJETIVA.
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jurídico. En lugar de referir la causa a la voluntad, como lo hace la doctrina
subjetiva, la causa se vincula a la norma.
CONCEPTO DE CAUSA.
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Causa eficiente:
a) la causa eficiente del contrato es la voluntad (de realizar el
contrato);
b) la causa eficiente de la obligación es el contrato (Art. 1246).
CAUSA DE LA ATRIBUCIÓN.
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Con la doctrina objetiva la causa va referida a la función que
objetivamente tiene el negocio, reconocida y sancionada por el derecho. En
esta orientación se parte del contrato como un todo, del contrato como
fenómeno unitario, y por tanto, la causa se vincula al negocio considerado en sí
mismo como un organismo.
Causa del contrato y causa de la obligación:
a) La noción de causa de la obligación corresponde al punto de vista
subjetivo. Se trata de la causa de la manifestación de voluntad de obligarse, la
razón que explica o justifica porque un contratante consiente en contraer una
obligación. En este sentido la causa corresponde al ámbito intelectual; es un
factor cronológicamente anterior al consentimiento, que lo determina. De
acuerdo con el procedimiento adoptado por la doctrina clásica, la causa
excluye a los motivos propiamente dichos; es la causa inmediata (motivo
último o motivo típico).
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La causa referida a la obligación, esto es, como razón que explica
porque se contrae la obligación, no puede ser elemento constitutivo del
contrato, por que la obligación es efecto del contrato.
La voluntad humana no produce el efecto jurídico; es un simple hecho
que debe ponerse en relación con una norma jurídica para que el efecto se
produzca.
La causa del contrato desde el punto de vista objetivo, por esta vía
desembocamos en la función misma del contrato, que es el elemento que el
derecho examina y valora. Cuando esta función es de utilidad social y
económica, el derecho la justifica; esto es, la justifica la aptitud para producir un
intercambio de valores, que es el resultado final al que se llega como natural
consecuencia (efecto) del momento inicial de la asunción del vínculo
obligacional.
CAUSA Y OBJETO.
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objeto; lo que era causa para una de las partes (en un contrato bilateral) era
objeto para la otra. Los casos de causa ilícita – agregaban – son todos casos
de objeto ilícito.
El objeto se refiere a las prestaciones aisladas y “objetivamente”
consideradas; el objeto atañe a los términos de una determinada relación
considerados en sí mismos (estáticamente), mientras que la causa atiende a la
idea de la relación misma (funcional - final) que corre entre estos términos.
CAUSA Y CONSENTIMIENTO.
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IRRELEVANCIA DEL MOTIVO.
VICIOS DE LA CAUSA.
A) CAUSA ILÍCITA.
CAUSA Y OBJETO.
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Con la fórmula “mera liberalidad del bienhechor” la ley deja en la
trastienda toda la gama de los motivos que pueden haber determinado la
liberalidad. La causa asume un carácter abstracto, constante, que difiere
netamente del motivo (concreto, variable). Al definir la causa como “mera”
liberalidad se toma en cuenta la intención liberal por sí sola, sin mezcla de
otra cosa.
Por consiguiente, el contrato resulta válido aunque el motivo sea
inmoral, incluso cuando es conocido por la otra parte. Así, dice Coviello, no es
nulo el contrato de venta o arrendamiento de una cosa que se sabe deberá
destinarse por el comprador o por el arrendatario a un lupanar.
B) CAUSA FALSA.
CAUSA ERRÓNEA.
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consentimiento) que tradicionalmente se refería a otro de los elementos
esenciales del contrato (el consentimiento).
Dado que la causa se entendía en sentido subjetivo, como formando
parte de la voluntad, no era extraño que un vicio de la voluntad (el error)
pudiera explicar la causa falsa, que también era un caso de error de la
voluntad.
Señala Trabucchi, los casos de error – vicio del consentimiento son
casos de error en el motivo determinante, pero no de error sobre la causa.
CAUSA SIMULADA.
C) AUSENCIA DE CAUSA.
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como sucede en el juicio ejecutivo, cuando se ejecutan documentos que hacen
mención de la causa.
PRUEBA DE LA CAUSA.
PRESUNCIÓN DE CAUSA.
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LA ABSTRACCIÓN PROCESAL.
FLEXIBILIDAD.
JUSTIFICACIÓN.
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LOS CONTRATOS TÍPICOS (NOMINADOS) Y ATÍPICOS (INNOMINADOS).
EN EL PLANO CAUSAL.
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