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UNIVERSIDAD UNIVER MILENIUM

LICENCIATURA EN DERECHO

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Génesis teórica del Estado
El concepto de Estado ha sido una entidad en constante evolución, reflejando las
transformaciones sociales y políticas a lo largo de la historia. Este ensayo rastreará
el origen del término Estado, explorará su evolución y su relación con el derecho en
la Filosofía antigua y medieval, para luego centrarse en la transición hacia la
modernidad con Maquiavelo y los clásicos de la Filosofía política, y examinar la
aparición del concepto de soberanía, especialmente en Bodino y Hobbes, como
características del Estado moderno. La exposición concluirá con la introducción de
la idea de soberanía popular por Locke, que redefine la relación entre el Estado y el
pueblo, estableciendo una soberanía por fideicomiso.

I. Raíces Filosóficas del Estado: Antigüedad y Edad Media

En la Filosofía antigua, el término "Estado" no era de uso común. Aristóteles, en su


obra "Política", empleaba la palabra "polis" para describir la ciudad-estado. La polis
era una comunidad política en la que los ciudadanos participaban activamente en la
toma de decisiones. Sin embargo, Aristóteles no conceptualizó al Estado como una
entidad separada con autoridad propia, sino como una extensión de la comunidad.

Durante la Edad Media, la filosofía política estuvo fuertemente influenciada por la


teología. Santo Tomás de Aquino, fusionando la filosofía aristotélica con la teología
cristiana, situó la autoridad secular como subordinada a la divina. El poder político
derivaba de Dios, y el término "Estado" no era central en la reflexión, ya que la
autoridad estaba vinculada al orden divino.

II. Maquiavelo y la Transición hacia la Modernidad

La transición hacia la modernidad marcó un cambio significativo en la concepción


del Estado. Maquiavelo, en "El Príncipe", desafió las nociones tradicionales al
separar la moralidad política de la moralidad individual. Introdujo la idea de un líder
fuerte y pragmático necesario para mantener la estabilidad política, sentando así las
bases para la conceptualización del Estado como entidad autónoma con sus propios
fines.
III. Clásicos de la Filosofía Política Moderna: Hobbes y Bodino

Los clásicos de la Filosofía política moderna, como Hobbes y Bodino, contribuyeron


significativamente a la formación de las ideas sobre el Estado. Hobbes, en
"Leviatán", propuso un contrato social en el que los individuos cedían sus derechos
al soberano a cambio de orden y seguridad. Este contrato marcó la emergencia del
Estado soberano como un ente con un poder centralizado e indivisible.Jean Bodino,
en "Los Seis Libros de la República", consolidó el concepto de soberanía. Para
Bodino, el soberano detentaba un poder absoluto e indivisible sobre su territorio.
Esta noción de soberanía, en la que el poder político no podía ser compartido, junto
con un aparato legal centralizado, caracterizó al Estado moderno.

IV. Hobbes y la Soberanía Absoluta del Estado Moderno

Thomas Hobbes, por su parte, desarrolló la idea de un Leviatán soberano que


garantiza la paz y la seguridad. Su obra establece las bases para la
conceptualización del Estado moderno, con una autoridad única y un monopolio del
uso legítimo de la fuerza. La soberanía, para Hobbes, era esencialmente un poder
absoluto y sin restricciones.

V. Locke y la Introducción de la Soberanía Popular

Sin embargo, la transición hacia una comprensión más participativa del poder
comenzó con John Locke. En su obra "Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil",
Locke introdujo la idea de que la soberanía emana del pueblo. Propuso un contrato
social en el que los individuos ceden sus derechos al gobierno, pero la autoridad del
Estado deriva del consentimiento de los gobernados. Este cambio conceptual abre
la puerta a la idea de la soberanía popular.

VI. Soberanía por Fideicomiso y la Teoría de la Soberanía Popular

La introducción de la soberanía popular por Locke sugiere que la primera fuente de


autoridad es el pueblo. El gobernante actúa como representante del pueblo, y su
soberanía es por fideicomiso. Esta teoría implica una relación de confianza entre el
pueblo y su líder, transformando la naturaleza del poder político.

Conclusiones: El Trayecto Filosófico del Estado y la Soberanía Popular

A lo largo de este viaje filosófico que rastrea la evolución del concepto de Estado,
desde sus raíces en la Antigüedad hasta la introducción de la soberanía popular por
John Locke, se revela un fascinante desarrollo en la comprensión de la autoridad
política y la relación entre el Estado y el individuo. Este proceso de transformación
no solo es un relato histórico, sino una narrativa que moldea las bases mismas de
nuestras estructuras gubernamentales y filosofías políticas contemporáneas.

I. De la Antigüedad a la Edad Media: Comunidad y Teocracia

En los primeros destellos de la Filosofía antigua, el término "Estado" no estaba en el


centro del discurso. Aristóteles, con su concepto de la polis, destacó la importancia
de la participación ciudadana, pero la idea de una entidad política separada estaba
ausente. Durante la Edad Media, la teología cristiana fusionada con la filosofía
aristotélica situó la autoridad secular como subordinada a la divina, creando un
sistema de gobierno teocrático donde el poder político derivaba directamente de
Dios.

II. Maquiavelo y la Autonomía del Estado

La transición hacia la modernidad se aceleró con Maquiavelo, quien desafió las


concepciones morales tradicionales al separar la moralidad política de la individual.
Maquiavelo abogó por un líder pragmático y fuerte que guiara al Estado hacia sus
propios fines. Este cambio de enfoque sentó las bases para la conceptualización del
Estado como una entidad autónoma con sus propios intereses y objetivos,
liberándolo de las ataduras morales tradicionales.

III. Clásicos de la Filosofía Política Moderna: Contrato Social y Soberanía Absoluta

Con Hobbes y Bodino, la visión del Estado moderno se cristaliza. Hobbes propone
un contrato social donde los individuos ceden sus derechos al soberano a cambio
de orden y seguridad, estableciendo las bases para un Estado soberano con
autoridad centralizada e indivisible. Bodino, por su parte, consolida la noción de
soberanía absoluta, un poder político que no puede ser compartido, junto con un
sistema legal centralizado, definiendo así al Estado moderno.

IV. Locke y la Revolución de la Soberanía Popular

La verdadera revolución en la concepción del Estado llega con John Locke. En su


"Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil", Locke introduce la idea de que la
soberanía emana del pueblo. Este cambio conceptual es radical, desplazando el
origen del poder desde una entidad centralizada hacia los ciudadanos. Locke
propone un contrato social donde la autoridad del Estado deriva del consentimiento
de los gobernados, inaugurando así la era de la soberanía popular.

V. Soberanía por Fideicomiso y la Confianza Ciudadana

La teoría de la soberanía popular por fideicomiso, introducida por Locke, sugiere


que la primera fuente de autoridad es el pueblo. El gobernante, en este contexto, se
convierte en un representante del pueblo, actuando con base en la confianza
depositada en él. Esta relación de fideicomiso transforma la naturaleza del poder
político, estableciendo una conexión más directa y participativa entre el Estado y sus
ciudadanos.

VI. La Complementariedad de la Soberanía Popular y la Soberanía Estatal

Al concluir este análisis, queda claro que la teoría de la soberanía popular no implica
una negación de la soberanía estatal. Ambas son entidades complementarias e
interdependientes. La soberanía popular redefine la relación entre el Estado y el
pueblo, introduciendo la noción de confianza y participación directa. Sin embargo,
esta evolución no desacredita la soberanía estatal; más bien, la reconfigura. Ambas
teorías se entrelazan de manera inseparable, formando la base de los sistemas
democráticos contemporáneos.
VII. El Camino Hacia una Democracia Representativa

Este viaje filosófico, desde las raíces de la Antigüedad hasta la soberanía popular,
traza el camino hacia la consolidación de la democracia representativa. La idea de
que la cabeza del Estado es un representante del pueblo o un mandatario, con una
soberanía por fideicomiso, establece la estructura conceptual que permite la
participación ciudadana en la toma de decisiones políticas.

VIII. Reflexiones Finales: Un Horizonte Democrático

En la convergencia de las corrientes filosóficas, se vislumbra un horizonte


democrático donde la autoridad política emana del pueblo y se ejerce con la
confianza depositada en representantes elegidos. El Estado, antes una entidad
misteriosa e impenetrable, se transforma en una expresión tangible de la voluntad
colectiva. La teoría de la soberanía popular, junto con la soberanía estatal, crea un
sistema de gobierno que refleja la complejidad y la riqueza de las aspiraciones
humanas.

En definitiva, la evolución del concepto de Estado y la introducción de la soberanía


popular no solo es una narrativa histórica, sino un testimonio de la capacidad de la
filosofía para moldear la realidad política. Este viaje no ha concluido; más bien, deja
las puertas abiertas para nuevas reflexiones y adaptaciones a medida que las
sociedades avanzan hacia horizontes democráticos cada vez más participativos y
representativos. La interconexión entre la soberanía popular y estatal, lejos de ser
contradictoria, emerge como la fuerza impulsora detrás de la dinámica evolución de
nuestras estructuras políticas contemporáneas.
Referencias

Martínez Barrera, J. (2008). Génesis teórica del Estado. Tópicos Revista de

Filosofía de Santa Fe, 16, 129–152.

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1666-

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