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Ignacio Avila Peralta UNAM Derecho Constitucional

Derecho
Constitucional
ACTIVIDAD 4
LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO SOBERANÍA
LA SEPARACIÓN DE LOS PODERES

IGNACIO AVILA PERALTA


UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MÉXICO | FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Actividad 4

Tomando como referencia, el libro de Porfirio Marquet Guerrero, La Estructura


Constitucional del Estado Mexicano:

 Del texto: “La Soberanía”, describe la evolución del concepto soberanía en el


Derecho Mexicano.
 Del texto: “La Separación de Poderes”, explica lo expuesto en el artículo 49
constitucional y redacta una opinión sobre el punto.

Evolución de la soberanía
El concepto de soberanía ha sido motivo de estudio, Interminable es la lista de los
personajes que han abordado el concepto de soberanía. Por ejemplo: Dicc Mario de la
Cueva, quien mencionaba que “La historia del soberanía es una de las extraordinarias
aventuras de la vida y del pensamiento del hombre y de los pueblos por conquistar su
libertad y hacerse dueños de sus destinos”

Sin duda, el concepto de “soberanía” evoca independencia y libertad, estas muchas veces
ganadas a través de confrontaciones bélicas.

Las culturas de Grecia y Roma lograron cimentar las bases para la civilización occidental
que hoy en día conocemos, es aquí donde comienzan a tener forma los estudios sobre la
sociedad, el Estado y sus derechos. Uno de los más grandes pensadores de la época
Aristóteles, afirmaba que la independencia del Estado era infundada en su misma
naturaleza para poder satisfacer sus necesidades. Se aceptaba entonces que el rey o
monarca era quien ejercía el poder sobre los súbditos o gobernados. Destacar que los
griegos utilizaron la palabra autarquía con referencia a su independencia, aunque a Jorge
Jellinek no parecía convencerlo mucho, sin embargo, la importancia de que no haya
existido como tal el concepto de soberanía en la antigüedad, es notoria, la falta de
identidad y libertad en el ser humano es innata, y se ha logrado forjar a través del tiempo.

Durante la Edad Media, la Iglesia asume un papel de gran importancia, como única y
oficial religión se convierte en el eje de la vida europea. La Iglesia sometía al Estado; los
imperios romanos no cedieron frente a señores y corporaciones que se creían superiores
al mismo Estado, emergiendo de estas luchas la idea de soberanía, tanto interna como
externa. Posteriormente y gracias al fortalecimiento de los países crece el sentimiento de
nacionalidad y la llegada del absolutismo.

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El absolutismo, al poder separarse del poder de la Iglesia, concentraron su poder en una
solas persona y se puede decir que son el origen de la polémica idea de soberanía.

En la época del renacimiento son los grandes pensadores que comienzan a dar forma al
concepto de soberanía.

No se puede afirmar en qué momento nace el concepto de soberanía, pero se puede


apreciar que a lo largo del tiempo el ser humano ha luchado por obtener su libertad, como
ser pensante y racional busca de cualquier forma decidir por sí mismo sobre su existencia
y forma de vida. Posterior a la guerra de Westfalia (1618 – 1648), surgen los acuerdos
basados en la soberanía de la nación – estado, considerando valido el poder de los reyes
o monarcas.

En la época del renacimiento son los grandes pensadores que comienzan a dar forma al
concepto de soberanía. Es relevante mencionar que hubo cambios que generaron los
principios del concepto de soberanía, el pensamiento filosófico al separarse de la teología
divide por consecuencia la soberanía del poder espiritual del poder temporal sobre los
asuntos sociales. Esto como resultado de grandes confrontaciones entre los imperios y la
Iglesia, en el entendido que el poder temporal era totalmente independiente del poder
espiritual.

El concepto de soberanía en el siglo XVI, por ejemplo, seguía manteniéndose dentro del
concepto teológico, se concebía a partir de un poder absoluto, en el que un Dios perfecto
no aceptaba nada superior a él. Sin embargo, hay pensadores de la época como Bodino,
que refieren “justo gobierno de muchas familias y de lo que le es común, con poder
soberano”; “soberanía es el poder absoluto y perpetuo de la república” aunque hace
referencia a un “poder soberano” refiriéndose a Dios, menciona también la palabra
“república”, con lo que se comienza a definir el concepto de soberanía. Nicolás
Maquiavelo, quien representa el inicio de la transformación de ciencia política, dividió con
su estado Maquiavélico a la ciencia política de lo divino, negando la subordinación del
poder a la ley de Dios. Naciendo de esta forma la soberanía de la razón y del hombre.
Tomás Hobbes, en cambio asumió el concepto de soberanía y monarquía absoluta. John
Locke, asumió que la soberanía residía en el parlamento, no en una sola persona, no en
el pueblo. Samuel Pufendorf, filósofo del derecho natural en el siglo XVIII, aceptaba que la
soberanía recaía en el príncipe, que se originaba en principio del pueblo pero delegada en
un monarca o parlamento.

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El resumen anterior nos indica que el pueblo es de quien parte el sentido de soberanía, ya
sea en un estado de democracia, aristocracia o monarquía, como lo consideraban
Aristóteles, Santo Tomás y Maquiavelo, esto hasta que Juan Jacobo Rousseau
transforma con su pensamiento político la idea sobre la soberanía, en el que afirma y
sostiene que el mejor gobierno es aquel en el que la democracia y soberanía son
absolutamente emergidos del pueblo, reconocía la igualdad de los hombres frente al
derecho.

De Rousseau nace la idea de libertad e igualdad y comienza a ser una constante, la


voluntad del pueblo, la soberanía una e indivisible. Estas son las bases fundamentales
para la realización de la sociedad, en un estado de derecho y una organización política.
En el mismo orden de ideas, pero, vistas desde otro punto de vista Hegel argumenta que
la soberanía reside completamente en el Estado, ya que sin este y sin organización, un
pueblo es tan sólo una multitud informe, el hombre se hace libre a través del Estado y se
debe a este. La personalidad del Estado representada por un monarca.

“la soberanía es la capacidad para determinarse de un modo autónomo jurídicamente; el


Estado soberano es al único que puede, dentro de las limitaciones jurídicas que a sí
mismo se impone, ordenar libremente su campo de actividad” Jellinek.

Al inicio del siglo XXI, se consolida el pensamiento de libertad, con la independencia de


las colonias europeas y la revolución industrial que traen consigo grandes cabios
estructurales, geográficos, económicos y sociales, se logran forjar acuerdos y alianzas
internacionales que llevan a un orden y equilibrio político. Sin embargo y con el
surgimiento de nuevos estados surgen también nuevos pensamientos políticos que
evocan un retroceso social como el totalitarismo (Lenin – Unión Soviética, Hitler –
Alemania, Mussolini – Italia), con un nuevo orden jurídico donde el poder reside en una
sola persona con poder total sobre la población, inclusive determinar el exterminio de
individuos. Al término de las grandes guerras mundiales, la palabra soberanía se
consolida después de ser arrollada infinidad de veces durante este último lapso.

Soberanía significa que todo Estado es igual y libre, manifiesta la exclusión de toda
subordinación y dependencia de cualquier otro Estado, es también una autoridad suprema
dentro de su territorio, en ambos sentidos no se reconoce a ningún poder por encima del
Estado. Tal como se ha mencionado el concepto de soberanía continúa evolucionando,

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ahora dentro de un marco global en el que los países y/o Estados piensan y se manejan
de forma muy diferente y lo seguirán haciendo.

La separación de los poderes

La Ciencia política es necesaria para poder resolver problemáticas de Estado, nos brinda
un análisis de los problemas sociales actuales y pasados como referencia para la solución
de situaciones a solucionar.

Desde la antigüedad la separación de poderes ha sido objeto de estudio e incluso llevada


a la práctica en algunas culturas que el día de hoy se conoce como las fundadoras de
este concepto, la antigua roma por ejemplo, con el antecedente de Aristóteles y su obra
política.

Esta separación de poderes tan común entre grandes pensadores, como Alexander
Hamilton, John Locke, Jean Jacques Rousseau y Montesquieu, que aunque con
diferentes tonos la esencia es la misma preservar el derecho a la libertad, integridad y
derechos del hombre.

El Estado era considerado como el protector de las personas, sus funciones claramente
eran el de dar las leyes, ponerlas en práctica para resolver conflictos y dar dinamismo a la
administración del gobierno, que en el antiguo régimen eran monopolizadas por una sola
persona, una entidad monárquica absolutista a la que se le atribuía la práctica del
despotismo.

La obra de Aristóteles, en el siglo IV a . C. con su “Política” expone la necesidad de dividir


funciones entre los órganos deliberativos, administrativos y de justicia - aunque sin hablar
de recíproco control entre ellos, para garantizar la libertad individual, frente al abuso del
poder- .

John Locke, distingue entre el Poder Legislativo (el de mayor poder, con el límite del
respeto a la ley natural) Poder Ejecutivo (que cumple los mandatos del legislativo y aplica
las leyes, incluyendo la función judicial dentro de este poder) y el Poder Federativo
(encargado de las relaciones exteriores y la seguridad).

Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, de John Locke, y Del Espíritu de las Leyes, de
Montesquieu. Nace con el Estado Constitucional.

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Edad Media: poder dividido en múltiples instancias, según la propiedad de la tierra.
Monarquía Absoluta: dispersión de poderes de la sociedad feudal institucionalizando la
coexistencia pacífica de ellos en una unidad estructurada de una manera muy laxa.

Bodino: concepto relativo de soberanía: múltiples poderes políticos, y es soberano el


poder que tiene determinadas facultades que son «señales características de la
soberanía.

Hobbes: concepto absoluto de soberanía: el Estado como único centro de poder.

Jellinek: antes se daba la soberanía en el Estado, ahora la soberanía del Estado.

Max Weber: el Estado tiene el «monopolio de la coacción física legítima».

Disuelve los poderes intermedios: potencia la libertad.

Concentra el poder: mayor riesgo de despotismo.

Los principios ilustrados fueron adoptados por las corrientes del liberalismo político.
Conjuntamente con el respeto a los derechos fundamentales de las personas, la división o
separación de poderes se convierte en elemento fundamental de lo que se dio en llamar
Estado Liberal y que, a la vez, configura el elemento base del Constitucionalismo
Moderno.

Sin embargo, el principio de separación de poderes ha sido plasmado de forma diferente


dentro de los diversos sistemas de Gobierno, este principio doctrinal que de facto
convertía al parlamento en el poder central fue modificado de acuerdo con la doctrina de
la separación entre el poder constituyente y los poderes constituidos de Emmanuel
Joseph Sieyès donde la separación de poderes deja paso a una interrelación (la
separación de poderes no desaparece para evitar el control por un solo grupo u hombre,
pero su interrelacionan de una forma muy intensa), el Estado deja de ser abstencionista y
se hace enorme al intervenir en la sociedad, otorga el sufragio universal ( no solo para la
burguesía) y surgen los partidos políticos de masas, originándose el estado actual, el
Estado Social, donde se rompe con la idea de parlamento igual a nación, ahora la ley es
la expresión de la voluntad de la mayoría, cuando cambia la formación del parlamento,
cambian las leyes, por lo que la ley deja de ser la expresión de la razón, de la soberanía,
para ser la de la mayoría.

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Desaparece la legitimación del sistema jurídico como consecuencia de estos cambios y
por eso se adopta la distinción de Sieyès entre “poder constituyente” y “constituido”, el
constituyente es el pueblo ejerciendo su poder soberano mediante el que aprueba la
constitución y crea los poderes constituidos, el ejecutivo, el legislativo y el judicial; y ahora
el legislativo va a aprobar las leyes, leyes que a partir de ahora van a estar por debajo de
la Constitución la cual expresa los valores compartidos por todos y se crea el Tribunal
Constitucional como garante de estos valores.

El que diseña esta teoría es Montesquieu (escritor francés), quien consideraba que todo
hombre que tiene poder se inclina a abusar de él y va hasta donde encuentra limites.
Creía que para que no se pudiera abusar del poder era preciso que por la disposición de
las cosas el poder frene al poder.

Impulsando cada una de las funciones del poder a un órgano relativamente independiente
de los otros dos.

Implementando un sistema por el cual los tres se controlen recíprocamente (doctrina de


los checks and balances o frenos y contrapesos). Así lo asumió implícitamente la
Constitución de Filadelfia y expresamente la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano de 1789, cuyo artículo 16 la reconoce como conductivo sine qua non para
admitir que un Estado tiene una verdadera constitución.

Bibliografía:

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http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/856/3.pdf

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/856/3.pdf

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