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VOCABULARIO FILOSÓFICO

TEMA 3
1. ALMA (gr. psyché = mente, pensamiento). Entidad inmaterial que, en unión con el cuerpo, forma un
determinado tipo de ser. En general significa el principio del pensamiento, de la vida o animosidad en los
seres, así como aquello que hace posible sus funciones específicas. El alma es un principio vital, aquello que
anima a un cuerpo dándole vida biológica, ya sea vegetal, animal o humana. Platón sostuvo su inmaterialidad
y afinidad con las ideas espirituales, su inmortalidad y reencarnación, estando unida accidentalmente con el
cuerpo (dualismo), y dividida en tres tipos: razón, ánimo y apetito. Para Aristóteles el alma es el principio de
la vida, es corruptible, mortal y está unida sustancialmente al cuerpo (monismo), "aquello por lo que vivimos,
sentimos y razonamos", existiendo de tres modos distintos: como alma vegetativa, sensitiva y racional.

2. CUERPO (gr. soma = cuerpo, materia). En relación con la filosofía se entiende por cuerpo la entidad visible y
material que poseen los seres humanos y que constituye su realidad inmediata cuando la percibimos o
conocemos exteriormente. Algunos autores postulan que el cuerpo, como entidad física, no es suficiente
para explicar al ser humano en toda su complejidad y que fenómenos como la consciencia o el pensamiento
necesitan un principio distinto, como el alma, para dar razón de ellos. Sin embargo, otros autores sostienen
que el ser humano sólo es un ser material, como los demás seres, un organismo vivo complejo y que todas
sus funciones, incluida la consciencia, pueden ser explicadas a partir únivamente de principios materiales.

3. ANTROPOCENTRISMO. Doctrina que se caracteriza por colocar al ser humano en el centro de la reflexión
filosófica, de modo que cualquier asunto, tema o problema que se estudie se aborda desde la perspectiva de
su influencia en el ser humano. Para algunos filósofos este enfoque significa que el hombre es el centro de la
creación divina y que, por tanto, debe ocupar un lugar primordial en el centro del universo y considerarse el
ser más importante entre los seres creados. La corriente antropocéntrica basa su objeto de estudio en el
hombre, en su dimensión esencial (su SER, lo que es) y en su dimensión práxica (su ACTUAR, lo que hace),
abarcando todos los aspectos que lo caracterizan: libertad, racionalidad, sociabilidad, identidad personal,
simbología, finitud vital y consciencia de la muerte como horizonte final de la existencia.

4. CULTURA (lat. cultura = cultivo, elaboración). Se denomina cultura al conjunto de valores, creencias, ideas y
normas que orientan, reglamentan o expresan simbólicamente la vida de un determinado individuo o
grupo social. Cada cultura tiene sus símbolos y características identitarias, dándose la circunstancia que
cada cultura debe ser respetada y tolerada en igualdad de condiciones, sin que se pueda decir que hayan
culturas superiores o inferiores a otras. Actualmente vivimos procesos de multiculturalismo (coexistencia
de varias culturas en un mismo espacio geográfico), interculturalismo (proceso de transferencia de
elementos o valores de unas culturas frente a otras) o a culturalismo (proceso de integración en otra
cultura o asimilación de elementos de culturas distintas a la nuestra).

5. HUMANISMO (lat. humanus = humano). Conjunto de Ideas que expresan respeto hacia la dignidad
humana, preocupación por el bien del hombre, por su desarrollo multilateral, por crear condiciones de vida
favorables. También designa el movimiento ideológico, intelectual y artístico europeo, propio del
Renacimiento, que se caracteriza por el antropocentrismo, el cientifismo, el retorno a las humanidades
grecorromanas, la libertad de espíritu y de pensamiento, las capacidades naturales del hombre y la
confianza ilimitada del poder de la razón en el terreno de la filosofía, la ciencia y el arte. Esta corriente
filosófica renacentista buscaba extraer de los autores griegos y latinos una imagen del hombre, docta al
mismo tiempo que moral, capaz de regenerar una civilización, de purificarla de su 'barbarie' y las doctrinas
que ponen el acento en la dignidad y libertad de la persona humana.
6. LIBRE ALBEDRÍO. Capacidad de la voluntad para elegir entre distintas opciones a la hora de actuar, sin verse
naturalmente determinada a escoger una opción en detrimento de las demás y ordenar la conducta en
función de la opción elegida. Es la capacidad del individuo que le permite la elección o la
autodeterminación en lo que respecta a sus ideas, acciones o decisiones. El libre albedrio es una categoría
filosófica que expresa la relación entre la libertad del hombre y las leyes de la naturaleza, de la sociedad o
de Dios. En el ámbito teológico o religioso, el libre albedrio es la corriente de pensamiento que afirma que
el hombre no está sometido al fatalismo del destino, al determinismo del a existencia y tampoco a una
supuesta predestinación de la vida, ya que en caso de ser creatura de Dios puede obedecer o desobedecer
su plan su mandato u oponerse a la divina providencia.

7. NIHILISMO (lat. nihil = nada): postura filosófica que defiende el irracionalismo, el desmoranamiento o
derrocamiento de todos los valores e ideas tradicionales (ciencia, filosofía, religión y moral), propiciando la
supresión de los valores supremos de una cultura o que estos pierdan su pretendido valor. Para filósofos
como Nietzsche lo que se había puesto como ser verdadero se convierte en nada. En este sentido, el
nihilismo es "la lógica de Occidente", esto es, el desenlace y ocaso de toda la cultura occidental: lo que se
ha valorado como ser, como verdad, como bien, se muestra como "nada", como falso y erróneo. Desde
esta perspectiva, el nihilismo es la consecuenciade una voluntad negativa y de una voluntad de la negación
absoluta de todo, esto es, de creer en nada.

8. PERSONA (lat. prosopon = máscara). Es un término latino cuyo significado etimológico se hace derivar del
término griego prósopon (máscara) con que los actores del teatro, especialmente de la tragedia, cubrían su
rostro para representarlos diversos personajes. El término 'persona' con el significado de máscara fue
introducido en el lenguaje filosófico por el estoicismo latino para designar los papeles, roles y tareas con los
que se encuentra el hombre en la vida. Realmente, persona es el ser humano, en cuanto realidad libre,
trascendente en sus actos, sujeto merecedor de respeto, con conciencia responsable de sus actos y
comunicable esencialmente con los demás. El ser humano se define como persona como un individuo
singular caracterizado por poseer facultades (intelectuales, emocionales y volitivas) y tener las siguientes
cualidades identitarias (corporalidad, racionalidad, dignidad, libertad, temporalidad, etc.). Boecio, filósofo
del s. VI, precisó la definición más universal de persona de este modo: “sustancia individual de naturaleza
racional”.

9. VOLUNTAD. Facultad de decidir y ordenar nuestra conducta. La voluntad o actividad volitiva es, junto con la
inteligencia, la otra gran facultad que compone el alma, según la filosofía agustiniana y tomista. La voluntad
está en la base de nuestra libertad, de nuestra capacidad para optar por una opción, comprometernos y
responsabilizarnos de lo decidido. Combinada con la inteligencia constituye la base de la libertad y de la
responsabilidad humanas: los actos involuntarios no son libres y, por tanto, tampoco entrañan
responsabilidad. El voluntarismo se define como una corriente idealista en filosofía y psicología que defiende
que la voluntad constituye el fundamento primario del mundo, frente a las leyes objetivas de la naturaleza y
de la sociedad, al tiempo que niega que Ia voluntad humana esté condicionada por el medio circundante.

10. EXISTENCIA AUTÉNTICA. Término derivado de la filosofía fenomenológica de corte existencialista de


Martin Heidegger. Para este filósofo, la “existencia auténtica” es aquella que, habiendo asumido su
inevitable conexión con la temporalidad y la finitud (su «ser-para-la-muerte»), toma las riendas de sí
misma y elige los senderos por los que transitar. Se distingue de la denominada “existencia inauténtica”
en tanto que esta no ha conseguido interiorizar ni asimilar su relación con la muerte, viéndose en
consecuencia precipitada al abismo de la angustia y a la necesidad constante de refugio en las
circunstancias y recursos materiales que el mundo le proporciona. Ejemplos de empleo del término:
«Muchas personas se afanan en buscar distracciones con el único objetivo de olvidar su propia finitud y
viven, por ello, una existencia inauténtica».

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