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A través de las corrientes de pensamiento que podemos conocer cómo se ha dado esa
evolución de conocimiento con sus aciertos y errores, para llegar a lo que hoy
conocemos como método científico de investigación.
Humanismo
El humanismo es una corriente filosófica y cultural que integra las virtudes humanas,
promueve el conocimiento, defiende la igualdad y se preocupa por la relación que
existe entre el ser humano y el mundo. Surgió en el siglo XV, en Italia, y luego se
extendió por Europa.
Se caracteriza por valorar las capacidades intelectuales del ser humano, tomar una
postura antropocéntrica, buscar la verdad de las cosas y, propiciar el interés por
estudiar los clásicos griegos y latinos.
En el siglo XIX el pensador alemán Friedrich Immanuel Niethammer empleó por primera
vez el término humanismus para referirse a los estudios clásicos realizados durante el
Renacimiento.
Estos estudios fueron desarrollados a finales del siglo XV, por maestros llamados
umanisti. Esta palabra a su vez deriva de studia humanitatis, nombre de un plan de
estudio y de literatura que buscaba rescatar los conocimientos filosóficos clásicos
griegos y latinos.
Tipos de humanismo
Humanismo renacentista
Se caracterizó por tener una postura antropocéntrica, resaltar las cualidades humanas y
contrarrestar el teocentrismo, muy practicado en la Edad Media.
El poeta italiano Francesco Petrarca fue uno de los primeros humanistas en proponer
el estudio de las obras clásicas de filósofos griegos y latinos, para desarrollar nuevos
conocimientos y potenciar las capacidades intelectuales y analíticas del ser humano.
El humanismo renacentista buscaba que las personas pudieran generar un nuevo orden
social alejado de la ignorancia. Para ello, debían ampliar sus conocimientos, reconocer
su cultura, generar pensamientos críticos, plantearse hipótesis, entre otros .
Humanismo secular
Humanismo religioso
El humanismo religioso es una corriente religiosa que integra la filosofía ética, los
conocimientos científicos y las creencias religiosas que se preocupan por la ética, las
necesidades y las capacidades humanas. Sus organizaciones guardan similitud con las
organizaciones de tipo religioso.
Humanismo universal
La obra Teoría del humanismo de Pedro Aullón de Haro, recopila contenidos sobre cómo
se integra la tradición humanista con los estudios y el pensamiento científico,
destacando el rasgo universal del humanismo.
Humanismo cristiano
El humanismo cristiano es una corriente de pensamiento que integra los principios del
humanismo y de las enseñanzas cristianas. Este humanismo tiene entre sus principios
defender la dignidad y la libertad de los seres humanos. No se debe confundir con el
humanismo religioso.
El humanismo cristiano se relaciona con las virtudes teologales, aquellas que como la
fe, la esperanza y la caridad acercan al hombre con Dios, y con las virtudes cardinales,
aquellas relacionadas con el orden social y las relaciones humanas. Su principal
representante fue el filósofo Jacques Maritain.
Idealismo
Sin embargo, y más allá de sus diferencias, todas las formas de idealismo coinciden en
que para poder alcanzar la verdad de las cosas (y conocerlas con propiedad), debemos
prestar atención a las ideas y no solo a los objetos materiales-sensibles.
La palabra “idealismo” viene del latín idea, que a su vez viene del griego idein (ἰδεῖν),
que significa “ver”. El primer filósofo en usar el término idealismo para referirse a una
postura metafísica fue Christian Wolff (1679-1754), pensador alemán que escribió y
trabajó durante los siglos XVII y XVIII. Wolff utilizó el término para referirse a la creencia
de que la realidad está hecha de ideas.
En términos filosóficos, se llama idealista a toda doctrina ontológica (que hable del ser
en general) que sostenga que la realidad verdadera es intangible o inexperimentable.
Según esta definición, la doctrina platónica de los dos mundos puede entenderse
como un antecedente del idealismo tal como se lo conoce a partir de la modernidad.
Según Platón, la realidad física o material no es más que una copia degradada e
imperfecta del mundo de las ideas, que no cambia, es eterno y perfecto.
Al idealismo platónico siguió el neoplatonismo, que fue una escuela filosófica que se
desarrolló entre los siglos I y V. Tanto el platonismo como el neoplatonismo son
formas de un idealismo trascendental, ya que sostienen que la realidad verdadera está
más allá del alcance del mundo físico, en un plano de existencia al que solo se accede
de manera parcial y a través del intelecto o “nôus” (como se lo llama en griego antiguo).
Algunos académicos, sin embargo, sugieren que el idealismo platónico original puede
ser entendido como un dualismo metafísico por su teoría de las dos realidades o, en
todo caso, una cierta forma de idealismo objetivo.
La Edad Moderna dio paso a distintas formas de idealismo cuya teoría y doctrina fue
desarrollada principalmente por pensadores alemanes. Ejemplo de ello son las ideas de
Leibniz, Kant, Hegel, Bolzano, Fichte, Mach, Cassirer y Schelling. Otros pensadores
modernos que presentaron formas de idealismo fueron George Berkeley y Descartes,
cada uno con sus características propias y distintivas.
Otro rasgo común a todas las formas de idealismo es considerar que las ideas, la
conciencia, el intelecto o el espíritu están siempre en una graduación mayor de
perfección que el mundo material. Este es considerado, de manera general, como una
copia o degradación del mundo ideal. En algunos casos, incluso, es apenas una
proyección o invención de la mente.
Idealismo platónico
Llamado también “realismo platónico”, el idealismo platónico proviene de los escritos del
filósofo griego de la antigüedad Platón (427 a.C.-347 a.C.), discípulo de Sócrates y
maestro de Aristóteles, quien en su República y en otros diálogos platónicos plantea la
existencia de universales: objetos que existen en un sentido más perfecto y
abstracto que los objetos físicos. La naturaleza de estos objetos es metafísica y eterna,
habitan otro plano de realidad distinta al mundo material, que es accesible solo por
medio de la intelección filosófica.
El ser humano no tiene acceso a estos universales a través de ninguno de sus sentidos,
pero puede concebirlos, puede inteligirlos. En eso se diferencian de los particulares,
perfectamente tangibles, que son los objetos a nuestro alrededor y constituyen una
copia de la forma original universal, es decir, una copia de las ideas.
Idealismo objetivo
El idealismo objetivo es una variante del idealismo, muy posterior a Platón, y plantea
que las ideas existen por sí mismas y que solo podemos tener acceso a ellas
mediante la experiencia.
Idealismo subjetivo
El idealismo subjetivo sostiene que las ideas existen dentro de la mente del sujeto,
por lo que no existe un mundo autónomo por fuera de ella. Esta escuela se divide a su
vez en dos variantes:
Idealismo alemán
Idealismo trascendental
Así, los objetos son el resultado del trabajo conjunto de la sensibilidad (que aporta
“lo dado” a ella por el noúmeno) y la razón (que aplica distintas categorías “puestas” por
el sujeto para unificar la multiplicidad sensible percibida).
Materialismo
El materialismo también sostiene que la materia no ha sido creada de la nada, sino que
existe en la eternidad y que el mundo y sus regularidades son cognoscibles por el
humano, ya que es posible demostrar la exactitud de ese modo de concebir un proceso
natural, reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo como resultado de sus mismas
condiciones y además poniéndolo al servicio de nuestros propios fines, dando al traste
con la “cosa en sí, inasequible”.
Las afirmaciones del materialismo entran en oposición con las del idealismo. Al afirmar
que solo hay una "clase de sustancia" (la materia) el materialismo es un tipo de monismo
ontológico.1
Desde comienzos del siglo XIX, por influencia del materialismo histórico, el término pasa
a usarse también en contexto de las ciencias sociales. En ese sentido el materialismo se
refiere a varios marcos teóricos que buscan las causas de los procesos históricos y el
cambio cultural en causas materiales. Para este materialismo de tipo histórico las causas
últimas de los fenómenos sociales están determinadas por factores materiales y rechaza
explícitamente las explicaciones en las que intervienen factores sobrenaturales, tomando
como un hecho la irrelevancia científica de Dios, de espíritus y de una supuesta
inteligencia del mundo en el devenir histórico. De acuerdo con el materialismo, las
causas últimas deben buscarse en factores medibles o aprehendibles empíricamente. 2
Los primeros vestigios que se tienen de la doctrina materialista se remontan a fines del
tercer y principios del segundo milenio a. de n. e. en las culturas egipcia y babilónica,
donde se formaron las primeras concepciones materialistas espontáneas. También y un
poco más tarde pero con mayor integridad se la encuentra en la filosofía de la India y
China Antigua.
En monumentos de la cultura egipcia antigua se menciona por ejemplo «el agua fría
creadora de todos los seres y de la que proceden todas las cosas, así como el aire que
llena el espacio y se halla en todas partes», lo cual muestra que ya en ese entonces se
planteaba en forma embrionaria la cuestión del origen material de los fenómenos
naturales. O puede que hayan interpretado estos elementos desde un punto de vista
netamente simbólico.
En la cultura babilónica, por ejemplo, nos encontramos con el astrónomo Seleuco (siglo
II a. de n. e.) quien ya en ese entonces formuló conjeturas acerca de la estructura
heliocéntrica del mundo.
Xun Zi afirmaba que el ser humano, contrariamente a los animales, sabe mancomunar
sus esfuerzos y organizar su vida pública, que puede conocer el mundo circundante y
aprovechar los conocimientos adquiridos en su bien; además de que el conocimiento
empieza por la percepción, pero es gobernado por el pensamiento que cumple leyes
naturales.
Por último ya en las inmediaciones de nuestra era la encontramos en Wang Chung (27-
97 a. C.) quien sostenía que el mundo se compone de la substancia qì, la cual se mueve
en la eternidad, mientras que el tao es la ley de la propia realidad. Por la acción
recíproca de dos qi —los enrarecidos que se hallan en el espacio celeste y los
condensados que se hallan en la tierra constituyendo los diversos cuerpos— son
engendradas todas las cosas. Sostenía que el hombre es un ser natural compuesto de
substancia material en el que se ha instalado una energía vital, un principio espiritual
elaborado por la circulación de la sangre, la cual desaparece al morir el hombre. Este
materialismo era ingenuo y metafísico.
Desde el siglo VI a. C. la filosofía se desarrolla con mayor ímpetu en la Grecia Antigua y
post moderna. Allí la corriente materialista surge en controversia con la religión
principalmente en los filósofos representantes de la llamada escuela de Mileto; Tales de
Mileto (ca. 624-547 a. C.), Anaximandro (ca. 610-546 a. C.) y Anaxímenes (ca. 585-
525 a. C.).
Según la doctrina de Tales, el agua es el principio de todas las cosas; todo procede del
agua y todo se convierte en agua.
Anaximandro tomó como sustancia primaria de todo lo existente el apeiron, principio
indeterminado que engendra las cosas y los fenómenos mediante el movimiento y la
segregación de contrarios tales como «lo húmedo y lo seco», «lo frío y lo cálido» «lo
dulce y lo salado». Según esta doctrina todo se encuentra en constante rotación, una
cosa surge del apeiron y otra desaparece y se decompone transformándose en apeiron,
lo cual siguiendo un curso materialista hace uno de los primeros intentos de representar
el mundo dialécticamente, en movimiento.
Otro filósofo griego que hizo grandes aportes a la doctrina materialista fue Heráclito de
Éfeso (ca. 530-470 a. C.) el cual tomó como sustancia primaria el fuego. Sostenía la
existencia en la eternidad del mundo, independientemente de cualesquiera de las
fuerzas sobrenaturales, como un fuego eternamente vivo, que con orden regular se
enciende y con orden regular se apaga. Subrayaba la idea del movimiento y cambio
constante del mundo, de la contradicción como fuente de movimiento, de la posibilidad
de transformación recíproca de los contrapuestos. Expresó ideas sobre los principios
dialécticos, que reflejan de una u otra manera el estado verdadero de las cosas, aunque
no sostenidas por conocimientos científicos.
Aristóteles (384-322 a. C.) el cual sostenía que todas las cosas tenían en su base una
materia prima, que se caracterizaba por la falta de determinación, de forma, es decir, no
eran sino una posibilidad de existencia. Esta posibilidad se convierte en cosa verdadera
sensible solo cuando la materia se une con una u otra forma que le da su determinación.
Esta concepción, si bien es materialista en su esencia, tiene graves insuficiencias
porque separa la materia primaria del movimiento, que es introducido por la forma desde
fuera, además de que su transición de un estado indeterminado a determinado toma su
origen a fin de cuentas de los dioses y otras divinidades, que vienen a ser el primer
propulsor.
En ese sentido, los materialistas afirman que lo universal no puede existir en la realidad
y tanto menos antes de lo singular. En la realidad existen solo las cosas singulares y lo
general es solo denominación que no refleja nada y por eso no existe en la realidad. A
esta corriente materialista se le denominó nominalismo.
Al mismo tiempo en los siglos III y IV en China perdió rápidamente el papel la ideología
confuciana, propagándose el misticismo religioso de la secta taoísta y penetró cada vez
más el budismo en la India.
Fan Zhen (siglo V a VI) propagaba la idea de que no existe el mundo del más allá y que
el alma del hombre es una forma de existencia del cuerpo y desaparece al morir el
hombre.
Hacia los siglos XVII y XVIII los postulados materialistas cobran mayor desarrollo y
fundamentación más profunda en filósofos como Wang Chuanghan (1619-1692) y Dai
Zhen (1723-1777) que fundamentan y desarrollan las ideas materialistas acerca de la
naturaleza y las leyes del desarrollo pero que en cuestiones sociales no avanzan más
allá que sus precursores.
En la India por su parte en dicho periodo adquieren la mayor influencia los sistemas
ortodoxos nyaya, vaisesika, sankhya, yoga, mimansa y vedanta y los heterodoxos
charvaca-lokayatamanta, jainismo y budismo, integrado este por cuatro escuelas:
vaibhasika, sautrantika, madhyamika y yogacara. De ellos solo mantuvieron una
tendencia materialista coherente los charvakas, en los demás coexistían elementos
materialistas e idealistas o eran idealista consecuentes.
Italia fue el primer país en el que comenzaron a desarrollarse las relaciones capitalistas.
Desde el punto de vista económico, la región más desarrollada era el norte, con sus
repúblicas marítimas comerciales de Venecia y Génova, y la industrial de Florencia. En
el centro de la atención de los pensadores avanzados de la época quedó la persona
humana. Los ideólogos de la burguesía ascensional que necesitaba la libertad de
desplazamiento, la libre empresa y la libertad de comercio, soñaban con liberar al
hombre del despotismo feudal.
Esta nueva dirección de la cultura fue denominada «humanismo» (del latín humanus,
‘humano’). La vieja sentencia de «soy hombre y nada humano me es ajeno» se convirtió
en la divisa de los humanistas. La particularidad del pensamiento filosófico del
Renacimiento es su carácter antiescolástico. Debe tenerse en cuenta que la escolástica,
tanto por el lado de la Iglesia como del Estado, fue durante toda la Edad Media la
filosofía oficial y se impartió en la mayoría de las universidades. A diferencia de la
escolástica, la filosofía de los humanistas dejó de ser sirvienta de la teología. En
oposición a la escolástica y a la teología de la Edad Media comenzó a desarrollarse en
Italia la filosofía materialista.
Por sus ideas avanzadas fue acusado de herejía y excomulgado. Viose obligado a huir
de Italia y, durante largos años, tuvo que vagar por Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania,
difundiendo en todas partes su concepción materialista del universo.
En 1592 regresó a Italia, donde fue capturado por la Inquisición y arrojado a la cárcel.
Pese a las torturas que sufrió, no se retractó de sus convicciones, siendo condenado a
muerte. «Tenéis más miedo al pronunciar mi sentencia que yo al escucharla», dijo Bruno
dirigiéndose a sus verdugos. Finalmente, el 17 de febrero de 1600 fue quemado vivo en
la Plaza de las Flores (en Roma).
Sus obras principales son: La cena de las cenizas (1584), De la causa, principio y uno
(1584), Del infinito, del universo y los mundos (1584), Del triple mínimo y de la medida
(1591), De lo inmenso y de los innumerables (1591), De la mónada, del número y de la
figura (1591). En su libro titulado La expulsión de la bestia triunfante (1584)
desenmascara al papado y a la religión católica. Su obra El misterio de Pegaso, con el
anexo del asno de Killen (1586), constituye una brillante y cáustica sátira contra los
escolásticos y teólogos medievales.
La naturaleza es infinita;
El Sol no es el centro del universo sino tan solo el centro de nuestro sistema
planetario;
No solo el Sol tiene planetas sino también las otras estrellas;
Todo el universo es homogéneo; es decir, tiene las mismas sustancias de la
Tierra;
Todos los otros planetas también están poblados;
La materia es madre y alumbradora de todas las cosas y capaz de producir
infinitamente nuevas y nuevas formas;
El hombre es parte inseparable de la naturaleza, es el microcosmos que refleja el
macrocosmos;
Admite los grados del conocimiento que había establecido Nicolás de Cusa: los
sentidos, el entendimiento y la razón. Aunque le otorga la prioridad a la razón;
El entender el universo como infinitud conduce al filósofo italiano a la «dialéctica
de la coincidencia de los opuestos», tanto en lo infinitamente grande como en lo
infinitamente pequeño.
(Galileo Galilei, Francis Bacon, Thomas Hobbes, Pierre Gassendi, John Locke, Baruch
Spinoza).
Uno de los principales filósofos de esta corriente fue Francis Bacon (1561-1626), quien
criticó duramente la filosofía idealista, empezando por la Antigüedad y llegando hasta el
Medioevo, por haberse convertido en sirviente de la teología y haber llegado a
fundamentar sus tesis con dogmas religiosos, por su carácter especulativo, la vacuidad y
la inconsistencia de sus postulados. Bacon consideraba la experiencia como fundamento
del proceso de conocimiento si se libraba al hombre y a su conciencia de todo tipo de
prejuicios. Defendía el mundo material infinito y eterno siendo una de sus propiedades
fundamentales el movimiento, que Bacon reducía a unas cuantas formas.
Más recientemente, pensadores como Gilles Deleuze han intentado repensar y fortalecer
las ideas clásicas del materialismo.6 Teóricos contemporáneos como Manuel de Landa,
trabajando en el marco de este revitalizado materialismo han venido a ser clasificados
como 'nuevos materialistas'.7
Materialismo dialéctico
Artículo principal: Materialismo dialéctico
Creado a mediados del siglo XIX por Karl Marx y Friederich Engels y desarrollado
posteriormente por Vladímir Ilich "Lenin" en la nueva situación histórica. Marx y Engels,
volteando la dialéctica idealista de Georg Hegel "de arriba hacia abajo", proveyeron al
materialismo con un proceso de cambio cuantitativo y cualitativo llamado materialismo
dialéctico, y con una visión materialista de la historia, conocida como materialismo
histórico. Otros filósofos rusos siguieron esta línea de pensamiento como Visarión
Belinski, Aleksandr Herzen, Nikolái Chernyshevski, Nikolái Dobroliúbov.
Materialismo en la actualidad
El concepto no afecta solo a la visión filosófica del mundo sino también a la ciencia.
Aunque en las ciencias naturales los enfoques no-materialistas quedaron descartados
hace mucho tiempo, en ciencias sociales ha existido en los últimos siglos una polémica
en torno al materialismo como enfoque de investigación. Más recientemente Marvin
Harris propuso un enfoque de investigación materialista de las culturas y las sociedades
llamado materialismo cultural; incluso Paul y Patricia Churchland han promovido un
nuevo enfoque no reduccionista de materialismo, conocido como materialismo
eliminativo que sostiene que algunos fenómenos mentales en realidad no existen y que
hablar de estos conceptos, como se hace en psicología popular es algo así como dar
crédito a las enfermedades causadas por el diablo. En España, un representante actual
del materialismo con una línea de pensamiento similar es por ejemplo Martín López
Corredoira, 8 9 10 11 al abogar por una visión del mundo en la que todo lo existente es
materia-energía física siguiendo sus correspondientes leyes naturales y excluyendo la
posibilidad de cualquier otro ente no-material (mente, libre albedrío, persona en tanto
que ser con identidad propia, sentimientos,...), o relegándolo a mera representación
mental de algo inexistente en sí.
Materialismo eliminativo
Esta sección es un extracto de Materialismo eliminativo.[editar]
En la filosofía de la mente el materialismo eliminativo o eliminativismo, es una forma
radical de materialismo (fisicalismo).
Exactificación del materialismo
Mario Bunge sostiene que el materialismo moderno debe ser "lógico y científico"
considerando como inadecuadas las definiciones más difundidas del concepto de
materia ofrecidas en el pasado. La "nueva ontología" se caracterizaría por
simultáneamente ser exacta, sistemática, científica, materialista, dinamista, emergentista
y evolucionista cuya denominación más adecuada sería la de materialismo científico.1
En el lenguaje común es usado como una etiqueta peyorativa para un estilo de vida que
busca riqueza, dinero y comodidades en lugar del desarrollo espiritual o mental. Este
término no tiene que ver con la posición de filósofos o científicos materialistas, sino que
se identifica con el término consumismo.
Positivismo
El positivismo o filosofía positiva es una teoría filosófica que sostiene que todo
conocimiento genuino se limite a la interpretación de los hallazgos «positivos», es decir,
reales, perceptibles sensorialmente y verificables. Según esta postura, todo
conocimiento genuino es o bien positivo —a posteriori y derivado exclusivamente de la
experiencia de los fenómenos naturales y de sus propiedades y relaciones— o bien
verdadero por definición, es decir, analítico y tautológico. Así, la información derivada de
la experiencia sensorial, interpretada a través de la razón y la lógica, constituye la fuente
exclusiva de todo conocimiento cierto. 1 Los datos verificados (hechos positivos) recibidos
de los sentidos son conocidos como evidencia empírica; así pues, el positivismo se basa
en el empirismo.1
Auguste Comte describió por primera vez la perspectiva epistemológica del positivismo
en Curso de filosofía positiva, una serie de textos publicados entre 1830 y 1842. Estos
textos fueron seguidos por el trabajo de 1844, Una visión general del positivismo. Los
primeros tres volúmenes del Curso trataban principalmente de las ciencias físicas ya
existentes (matemáticas, astronomía, física, química, biología), mientras que los dos
últimos enfatizaban el inevitable advenimiento de las ciencias sociales. Para Comte, las
ciencias físicas necesariamente tenían que llegar primero, antes de que la humanidad
pudiera canalizar adecuadamente sus esfuerzos hacia la "ciencia reina" más desafiante
y compleja de la propia sociedad humana. Su Visión del positivismo, por lo tanto, se
propuso definir los objetivos empíricos del método sociológico.
Comte ofreció una explicación de la evolución social, proponiendo que la sociedad pasa
por tres fases en su búsqueda de la verdad de acuerdo con una "ley de los tres estados"
general. La idea tiene cierta similitud con la creencia de Karl Marx de que la sociedad
humana progresaría hacia el comunismo (ver materialismo dialéctico), aunque Marx fue
un crítico del positivismo.5 Esta similitud es debida a que ambos estuvieron influidos por
el socialista Henri de Saint-Simon.
Según Comte, estas tres reglas rigen el desarrollo de la sociedad. Cada etapa es
alcanzada una vez finalizada la etapa anterior, siendo completadas en escala de
progreso.10
La expansión de las ideas de Comte fue gracias a la acción del filósofo Émile Littré,
quien fundó la The Positivist Review en 1867. La lectura de las obras de Comte fueron
para Littré "el punto cardinal de su vida". Los escritos de Comte pronto empezaron a ser
traducidos a otros idiomas. Al idioma inglés fueron sus obras traducidos por la escritora
británica whig Harriet Martineau.11 El chileno Jorge Lagarrigue traduciría los Principios
de filosofía positiva al español y publicaría en la Revista Chilena una defensa del
positivismo.
Positivismo y cientificismo
Según ciertas acepciones, el positivismo ha sido interpretado como una corriente
filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico y
que tal conocimiento solo puede surgir del método científico, siendo el ejemplo ideal las
ciencias físicas que triunfan claramente en el dominio de la naturaleza y en las
aplicaciones técnicas que de ella se derivan. Esta postura es conocida como
cientificismo.
El positivismo surgió como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad
de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón
que fue la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al
individuo como objetos.
Características
Dentro de esta, desde la perspectiva de Leopold Von Ranke, se dice que el historiador
es imparcial, ya que es capaz de superar fobias, predilecciones o emociones.
El positivismo asume la cuantificación para que los historiadores puedan estar seguros
de sus afirmaciones mediante la medición de los historiadores, aunque cuando ésta se
convierte en la única solución aparece el problema de negar la veracidad a todo lo que
no esté cuantificado o probado.
Reacción
Corrientes positivistas
Funcionalismo
La escuela propone una serie de teorías concretas con continuidad basadas en distintas
disciplinas: la teoría hipodérmica, la teoría de los efectos limitados, la teoría matemática
de la comunicación y otros enfoques más particulares. Son esquemas de acción cuyo
objetivo es construir un proyecto integrador que aporte conocimientos sobre cómo debe
funcionar la comunicación social. Bajo esta mirada, las instituciones sociales serían
medios colectivamente desarrollados para la satisfacción de las necesidades biológicas
y culturales; los define, por lo tanto, por el cumplimiento de una función social, y no —
como se hacía generalmente— por las circunstancias históricas de su desarrollo.
Enfatiza, por lo tanto, las medidas que las instituciones toman para alcanzar los fines
socialmente valorados. En la escuela funcionalista americana, basada sobre todo en la
obra de Talcott Parsons, se pone un énfasis particular en el mantenimiento de la
estabilidad social. En el contexto estadounidense ayuda pensar que EE.UU. es una
nación que todavía está construyéndose a partir de inmigrantes de distintas
procedencias y que, por tanto, era necesario la integración política.
El nombre de esta escuela deriva del hecho de que para el etnógrafo polaco
Bronislaw Malinowski, seguidor de las teorías sociológicas del francés Émile
Durkheim, las culturas se presentan como todos "integrados, funcionales y
coherentes". Por lo tanto, cada elemento aislado de la misma sólo puede
analizarse considerando los demás. Este autor estudia entonces la cultura y
demás hechos sociales, como por ejemplo las instituciones en que éstos están
"concentrados", en función de cómo se organizan para satisfacer las necesidades
de un grupo humano, es decir, todas aquellas tareas u objetivos que tienden a
mantener y conservar los organismos de la sociedad y a esta como tal, incluyendo
sus modelos culturales.
De acuerdo al rol que asuman los subsistemas para resolver estos problemas
fundamentales, actuarán como funcionales o disfuncionales. Los funcionalistas tienen
una visión biologicista de la sociedad, es decir, entienden a la sociedad como una
entidad orgánica cuya normalidad viene postulada por fenómenos que se repiten regular
y sistemáticamente.
Postulados funcionalistas
Toda cultura tiende a formar una totalidad equilibrada frente a su tendencia hacia
el equilibrio y el cambio.
La estructura social funciona por una orientación de necesidades básicas, como
en la estructura orgánica.
Cada parte en el sistema social está unido a los demás.
El funcionalismo introduce una división en el trabajo antropológico; distingue entre
Etnografía y Etnología. El primero describe aspectos particulares de una cultura,
se introduce en el trabajo de campo, por medio de la observación participante y
crea una síntesis explicativa de los datos etnográficos. La etnología es el análisis
transcultural de los datos etnográficos, con el fin de comparar y establecer
regularidades sustentables empíricamente.
No se construyen teorías etnológicas con facilidad, se pretende hacer
descripciones sugerentes que llevan a futuras teorías sobre el hombre.
Historia
Contexto histórico
Contexto socio-político
Científico
Deportivo
Escuelas funcionalistas
Empirismo
Positivismo
Teoría liberal
Aquella teoría normativa daba amplia libertad para poner en los medios lo que quisieran
sus productores, incluyendo la violencia. Esta teoría se había originado como reacción
contra la tradición aristocrática (del enfoque anterior alfabetizado), donde la institución
pública aristocrática pretendía tener el monopolio sobre la verdad. Se puede decir que
de un extremo se pasó al otro. La teoría de liberación de los medios de control
productivos aparece en el s. XVII en los escritos Areopagitica (1644) del puritano rebelde
John Milton. Pronto se desarrolló, primero durante el período colonial de EE.UU. y sobre
todo después de su independencia. También se apoya en On Liberty de John Stuart Mill
(1859), quien defiende el derecho a no ser imparcial en un juicio y el derecho a
equivocarse. Otros pensadores liberales son Thomas Paine, Alexis de Tocqueville y
John Merrill (1974). Milton y Mill proclaman que el último criterio para la verdad y los
valores es la conciencia individual. Cada uno contribuye a una 'verdad pública cultural',
construida socialmente por todos, y que por lo tanto puede mejorar. Ninguna institución
tiene 'la' verdad. Cada uno debe buscarla, y cada uno la puede presentar al público
como en un foro. La sociedad es la suma de individuos que buscan sus propias metas
particulares. El progreso de la sociedad dependerá de elegir las soluciones ‘buenas’ y no
las ‘malas’. Por lo tanto se trata de una libertad para elegir el bien.
Eligen la prensa libre como estandarte y ejemplo de la libertad. Proclaman que ella debe
ser el mercado libre de las ideas. Se pueden publicar aún las declaraciones 'falsas', pues
ellas ayudan a aclarar más las verdaderas. Así pues, en la sociedad cada uno tiene
derecho a equivocarse, el error tiene que tener cabida. Hay que aceptar esta posibilidad,
pues el individuo siempre puede perfeccionarse a través de la educación y el acceso a la
información. Cuanta mayor información haya, mayor será la mejora económica, social y
política de la sociedad (Rowland, 1983. 45). Esto no es peligroso, pues en un auténtico
foro, público y libre, lo falso quedaría rechazado (Principio de autocorrección). La ley del
mercado hará que eventualmente lo bueno prevalezca (pues todos lo querrán) y lo malo
desaparezca por sí solo. (McQuail, 1994: 128s). El que haya ‘prensa libre’ tiene la
ventaja de que la ‘sociedad’ puede conocer así lo que sus individuos piensan y quieren.
Para el s. XIX ‘libertad de prensa’ significaba que ni el Estado ni cualquier otra institución
podía censurar o atacar a los dueños de los medios. No hay un estándar objetivo de
verdad (interpretada por alguna institución) o un estándar moral objetivo para cada uno.
No se puede legislar la misma moralidad para cada individuo. La única solución aquí es
educar la conciencia, especialmente la subjetiva moral. Si aparecen cosas
inconvenientes, caveat emptor (¡que el comprador esté alerta!, ¡que el usuario de los
medios esté alerta y no se deje engañar!).
Estructuralismo
Para Saussure, los elementos del lenguaje son comprensibles solo entre sí y dentro
del sistema que los contiene. De esta manera el lenguaje va más allá de la
comunicación ya que influye en el individuo y en su rol en la sociedad.
Ejemplos de estructuralismo
Saussure
Ferdinand de Saussure (1857-1913) es considerado el padre del estructuralismo. Sus
trabajos en lingüística y semiótica tuvieron impacto no solo en sus áreas de interés sino
también en otras disciplinas. Su obra Curso de lingüística general dio inicio al
movimiento estructuralista cuando fue retomada por distintos pensadores franceses y
alemanes de mitad de siglo XX.
Lévi-Strauss
Lacan
Jacques Marie Émile Lacan (1901-1981) es una de las figuras más importantes del
psicoanálisis. Su vuelta a las obras de Freud revitalizó y resignificó todo el trabajo hecho
y la manera contemporánea de hacer psicoanálisis. A pesar de ser considerado
posestructuralista, gran parte de su obra puede ubicarse dentro del estructuralismo, en
especial sus primeros trabajos.
Athusser
Posestructuralismo
Se tomó como punto de partida el discurso de 1966 que dio el filósofo francés Jacques
Derrida en la Universidad Johns Hopkins. Derrida cuestionó los esquemas
epistemológicos que se basaban en dualismos como hombre/mujer o espíritu/materia, lo
que limitaba la aprehensión de otros puntos de vista o que solo consideraban un
concepto central y otro periférico.