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Bases del conocimiento científico

A través de las corrientes de pensamiento que podemos conocer cómo se ha dado esa
evolución de conocimiento con sus aciertos y errores, para llegar a lo que hoy
conocemos como método científico de investigación.

Humanismo

El humanismo es una corriente filosófica y cultural que integra las virtudes humanas,
promueve el conocimiento, defiende la igualdad y se preocupa por la relación que
existe entre el ser humano y el mundo. Surgió en el siglo XV, en Italia, y luego se
extendió por Europa.

Se caracteriza por valorar las capacidades intelectuales del ser humano, tomar una
postura antropocéntrica, buscar la verdad de las cosas y, propiciar el interés por
estudiar los clásicos griegos y latinos.

El humanismo propició el pensamiento moderno, y con ello, una reforma cultural y el


desarrollo de las sociedades. Se pueden distinguir diferentes tipos de humanismo como
el humanismo renacentista o el humanismo secular.

El humanismo, en general, tiene por finalidad alejar a las personas de la ignorancia y


motivar el desarrollo de sus capacidades.

En el siglo XIX el pensador alemán Friedrich Immanuel Niethammer empleó por primera
vez el término humanismus para referirse a los estudios clásicos realizados durante el
Renacimiento.

Estos estudios fueron desarrollados a finales del siglo XV, por maestros llamados
umanisti. Esta palabra a su vez deriva de studia humanitatis, nombre de un plan de
estudio y de literatura que buscaba rescatar los conocimientos filosóficos clásicos
griegos y latinos.

Características del humanismo

Las principales características del humanismo son:

 Tiene una visión antropocéntrica: es decir, el ser humano es la medida de


todas las cosas, en lugar de Dios, como ocurría en la Edad Media.
 Defiende la búsqueda del saber: considera que las capacidades intelectuales
del ser humano son ilimitadas y se deben emplear para generar y difundir el
conocimiento en cualquier lenguaje.
 Antepone el pensamiento crítico: la razón y el pensamiento crítico se
anteponen al pensamiento dogmático, aquel cuyas creencias están relacionadas
a las creencias religiosas.
 Busca la verdad: favorece la razón y la experiencia por sobre las explicaciones
sobrenaturales o de origen divino.
 Destaca la idea de libertad individual: las personas son responsables de sus
actos y pueden elegir libremente.
 Promueve el dominio de diferentes disciplinas del conocimiento: motivó la
educación en las personas, el pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad de
las cosas. Esto permitió el desarrollo de nuevos conocimientos científicos y
técnicas de estudio en áreas como matemática, medicina, etc.
 Retoma el pensamiento filosófico clásico: retoma las obras y el pensamientos
de los filosóficos clásicos griegos y latinos, destacando el valor del ser humano.
Muchas obras fueron estudiadas en su lengua original.

Tipos de humanismo

Desde la aparición del humanismo, se pueden identificar diferentes tipos de humanismo


que, en esencia, mantienen la misma finalidad, exaltar las cualidades humanas.

Humanismo renacentista

El humanismo renacentista fue un movimiento cultural y filosófico que surgió en Italia en


el siglo XV, a inicios de la Edad Moderna, durante el movimiento cultural del
Renacimiento.

Se caracterizó por tener una postura antropocéntrica, resaltar las cualidades humanas y
contrarrestar el teocentrismo, muy practicado en la Edad Media.

El poeta italiano Francesco Petrarca fue uno de los primeros humanistas en proponer
el estudio de las obras clásicas de filósofos griegos y latinos, para desarrollar nuevos
conocimientos y potenciar las capacidades intelectuales y analíticas del ser humano.

En este periodo los pensadores modernos comenzaron a utilizar la palabra umanità


(humanidad), para denominarse como humanistas.

El humanismo renacentista consistió en retomar, profundizar y desarrollar nuevos


conocimientos de la retórica, la gramática, la moral, la política, las artes (anatomía
humana) y las ciencias (matemática, física, medicina).

El humanismo renacentista buscaba que las personas pudieran generar un nuevo orden
social alejado de la ignorancia. Para ello, debían ampliar sus conocimientos, reconocer
su cultura, generar pensamientos críticos, plantearse hipótesis, entre otros .

Entre los humanistas renacentistas destacan Giovanni Boccaccio, Leonardo Bruni,


Poggio Bracciolini, León Battista Alberti, Pico della Mirandola, Erasmo de Róterdam,
Michel de Montaigne, entre otros.

Humanismo secular

El humanismo secular, también llamado humanismo laico o humanismo ateo, es una


postura crítica e incrédula ante cualquier tipo de dogma o creencia religiosa, política o
social.
Antepone las interpretaciones racionales, las experiencias personales y los
conocimientos de la ciencia a las explicaciones de carácter sobrenatural sobre la vida, la
moral y la ética.

Humanismo religioso

El humanismo religioso es una corriente religiosa que integra la filosofía ética, los
conocimientos científicos y las creencias religiosas que se preocupan por la ética, las
necesidades y las capacidades humanas. Sus organizaciones guardan similitud con las
organizaciones de tipo religioso.

Se originó en el año 1933 con la publicación del Manifiesto Humanista, donde se


fundamenta su interés por alcanzar una sociedad más igualitaria.

El humanismo religioso defiende la posibilidad de formar organizaciones religiosas con


bases científicas y éticas como, la Asociación Unitaria Universalista, en Estados Unidos.

Humanismo universal

El humanismo universal es una corriente de pensamiento que se fundamenta en la


necesidad de alcanzar una idea más global, integradora y respetuosa sobre el ser
humano, las sociedades, las culturas y las ciencias. Presta especial atención a los
principios de dignidad y libertad del ser humano.

La obra Teoría del humanismo de Pedro Aullón de Haro, recopila contenidos sobre cómo
se integra la tradición humanista con los estudios y el pensamiento científico,
destacando el rasgo universal del humanismo.

Humanismo cristiano

El humanismo cristiano es una corriente de pensamiento que integra los principios del
humanismo y de las enseñanzas cristianas. Este humanismo tiene entre sus principios
defender la dignidad y la libertad de los seres humanos. No se debe confundir con el
humanismo religioso.

El humanismo cristiano se relaciona con las virtudes teologales, aquellas que como la
fe, la esperanza y la caridad acercan al hombre con Dios, y con las virtudes cardinales,
aquellas relacionadas con el orden social y las relaciones humanas. Su principal
representante fue el filósofo Jacques Maritain.

Idealismo

El idealismo es un conjunto de teorías filosóficas que sostiene la primacía


ontológica y gnoseológica de las ideas. Esto significa que las ideas tienen existencia
autónoma, mayor grado de realidad que las cosas materiales y, además, son una forma
más perfecta de acceder al conocimiento.

De la contraposición entre idealismo y mundo sensible se desprende la creencia general


de que el idealismo se opone al materialismo. Si bien es cierto que para el materialismo
solo existe el mundo material y tangible, no es correcto decir que el idealismo niega
al mundo material. De hecho, algunas formas de idealismo, como el kantiano, suponen
la existencia del mundo material, ya que apuntan a la forma en que conocemos al
mundo y no a su existencia.

El idealismo es una escuela filosófica de larga trayectoria que abarca, en sus


respectivas formas, los estudios de filósofos tan distantes en el tiempo como Platón,
Berkeley, Descartes, Leibniz e Immanuel Kant.

Sin embargo, y más allá de sus diferencias, todas las formas de idealismo coinciden en
que para poder alcanzar la verdad de las cosas (y conocerlas con propiedad), debemos
prestar atención a las ideas y no solo a los objetos materiales-sensibles.

Etimología e historia del idealismo

La palabra “idealismo” viene del latín idea, que a su vez viene del griego idein (ἰδεῖν),
que significa “ver”. El primer filósofo en usar el término idealismo para referirse a una
postura metafísica fue Christian Wolff (1679-1754), pensador alemán que escribió y
trabajó durante los siglos XVII y XVIII. Wolff utilizó el término para referirse a la creencia
de que la realidad está hecha de ideas.

En términos filosóficos, se llama idealista a toda doctrina ontológica (que hable del ser
en general) que sostenga que la realidad verdadera es intangible o inexperimentable.
Según esta definición, la doctrina platónica de los dos mundos puede entenderse
como un antecedente del idealismo tal como se lo conoce a partir de la modernidad.
Según Platón, la realidad física o material no es más que una copia degradada e
imperfecta del mundo de las ideas, que no cambia, es eterno y perfecto.

Al idealismo platónico siguió el neoplatonismo, que fue una escuela filosófica que se
desarrolló entre los siglos I y V. Tanto el platonismo como el neoplatonismo son
formas de un idealismo trascendental, ya que sostienen que la realidad verdadera está
más allá del alcance del mundo físico, en un plano de existencia al que solo se accede
de manera parcial y a través del intelecto o “nôus” (como se lo llama en griego antiguo).
Algunos académicos, sin embargo, sugieren que el idealismo platónico original puede
ser entendido como un dualismo metafísico por su teoría de las dos realidades o, en
todo caso, una cierta forma de idealismo objetivo.

El cristianismo, como sistema de pensamiento, también es una forma de idealismo. Esto


se debe a la influencia neoplatónica de algunos pensadores como Plotino (205-270) y
Porfirio (232-304), que fueron recibidos en la obra de Agustín de Hipona (354-430).
Algunos siglos más tarde, el pensador aleman Hermann Lotze (1817-1881) escribió
tratados teológicos basándose en las mismas ideas que San Agustín.

La Edad Moderna dio paso a distintas formas de idealismo cuya teoría y doctrina fue
desarrollada principalmente por pensadores alemanes. Ejemplo de ello son las ideas de
Leibniz, Kant, Hegel, Bolzano, Fichte, Mach, Cassirer y Schelling. Otros pensadores
modernos que presentaron formas de idealismo fueron George Berkeley y Descartes,
cada uno con sus características propias y distintivas.

Características del idealismo

En términos generales, el idealismo se caracteriza por considerar que las ideas


constituyen la realidad única o más perfecta, dependiendo del tipo de idealismo al
que se adhiera. Al mismo tiempo, solo la mente (y en algunos casos el espíritu) tiene
acceso a esta realidad única y verdadera

Desde un punto de vista epistemológico, se concede la idea de que pueda existir un


mundo independiente al ideal o puesto por la mente. La diferencia está en que solo
podemos conocerlo por medio de la intervención del intelecto. Esta es la razón por la
cual un pensador como Berkeley sostuvo que solo existe lo que es percibido por el
sujeto y, al mismo tiempo, la misma razón por la que Kant abandonó toda pretensión de
conocer lo que las cosas son en sí mismas.

Otro rasgo común a todas las formas de idealismo es considerar que las ideas, la
conciencia, el intelecto o el espíritu están siempre en una graduación mayor de
perfección que el mundo material. Este es considerado, de manera general, como una
copia o degradación del mundo ideal. En algunos casos, incluso, es apenas una
proyección o invención de la mente.

Tipos de idealismo y sus representantes

Idealismo platónico

Llamado también “realismo platónico”, el idealismo platónico proviene de los escritos del
filósofo griego de la antigüedad Platón (427 a.C.-347 a.C.), discípulo de Sócrates y
maestro de Aristóteles, quien en su República y en otros diálogos platónicos plantea la
existencia de universales: objetos que existen en un sentido más perfecto y
abstracto que los objetos físicos. La naturaleza de estos objetos es metafísica y eterna,
habitan otro plano de realidad distinta al mundo material, que es accesible solo por
medio de la intelección filosófica.

El ser humano no tiene acceso a estos universales a través de ninguno de sus sentidos,
pero puede concebirlos, puede inteligirlos. En eso se diferencian de los particulares,
perfectamente tangibles, que son los objetos a nuestro alrededor y constituyen una
copia de la forma original universal, es decir, una copia de las ideas.

Idealismo objetivo

El idealismo objetivo es una variante del idealismo, muy posterior a Platón, y plantea
que las ideas existen por sí mismas y que solo podemos tener acceso a ellas
mediante la experiencia.

Su nombre proviene de su cercanía con la lógica científica, que inicialmente se basó


en esa misma concepción de lo real como algo que puede ser descubierto mediante la
experimentación.

Idealismo subjetivo

El idealismo subjetivo sostiene que las ideas existen dentro de la mente del sujeto,
por lo que no existe un mundo autónomo por fuera de ella. Esta escuela se divide a su
vez en dos variantes:

 Idealismo subjetivo radical. Quienes sostienen esta postura aseguran que la


subjetividad es la que construye el mundo, por lo que no existe una naturaleza
independiente de quienes la percibimos, sino que existe “para nosotros”.
 Idealismo subjetivo moderado. Quienes defienden esta postura sostienen que
la percepción de lo real varía según el contenido de la mente, por lo que su
existencia varía según el sujeto, a pesar de tener cierta existencia propia.

Idealismo alemán

El idealismo alemán surge como la escuela filosófica idealista objetiva alemana de


los siglos XVIII y XIX. Su principal exponente fue el pensador prusiano Immanuel Kant,
aunque es posible rastrear algunas influencias del Romanticismo, la Ilustración y el
contexto histórico de la Europa posterior a las Guerras Napoleónicas.

Según Kant, el mundo exterior existe, pero no es cognoscible para el hombre en su


totalidad, por lo que a menudo se dice que Kant era a la vez materialista e idealista. Esto
es así porque para Kant no tenemos acceso a lo que las cosas son en sí (a lo que llama
“noúmeno”). En cambio, los objetos de la experiencia, que toman su origen hipotético del
noúmeno, se llaman “fenómenos” y son resultado de un proceso de unificación
intelectual que se aplica a la multiplicidad sensible percibida por los sentidos.

Otros pensadores alemanes representantes del idealismo fueron Fichte (1762-1814),


Schelling (1775-1854) y Hegel (1770-1831), quienes trabajaron a partir de la
revolucionaria obra de Kant.

Idealismo trascendental

El idealismo trascendental, también llamado “subjetivismo trascendental”, es el nombre


que Immanuel Kant dio a su doctrina específica de pensamiento. En su obra magna,
Crítica de la razón pura, Kant resumió la base de su filosofía al decir que “Pensamientos
sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas”, es decir, que
ambos conceptos son interdependientes para el conocimiento de cualquier cosa.

Así, los objetos son el resultado del trabajo conjunto de la sensibilidad (que aporta
“lo dado” a ella por el noúmeno) y la razón (que aplica distintas categorías “puestas” por
el sujeto para unificar la multiplicidad sensible percibida).
Materialismo

El materialismo es la doctrina filosófica que postula que la materia es lo primario y que


la conciencia existe como consecuencia de un estado altamente organizado de esta, lo
que produce un cambio cualitativo.

En cuanto a la relación del pensamiento humano y el mundo que nos rodea y la


cognosciblidad de ese mundo, el materialismo afirma que el mundo es material y que
existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Según esta concepción, la
conciencia y el pensamiento se desarrollan a partir de un nivel superior de organización
de la materia, en un proceso de reflejo de la realidad objetiva.

El materialismo también sostiene que la materia no ha sido creada de la nada, sino que
existe en la eternidad y que el mundo y sus regularidades son cognoscibles por el
humano, ya que es posible demostrar la exactitud de ese modo de concebir un proceso
natural, reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo como resultado de sus mismas
condiciones y además poniéndolo al servicio de nuestros propios fines, dando al traste
con la “cosa en sí, inasequible”.

Las afirmaciones del materialismo entran en oposición con las del idealismo. Al afirmar
que solo hay una "clase de sustancia" (la materia) el materialismo es un tipo de monismo
ontológico.1

La oposición entre el enfoque materialista y el enfoque idealista es una de las polémicas


filosóficas más antiguas y persistentes. En el siglo XVII el término «materialismo» se
solía usar principalmente para evitar el sentido de representaciones físicas acerca de la
materia. En ese sentido las ciencias naturales modernas tienen un enfoque
completamente materialista.

Desde comienzos del siglo XIX, por influencia del materialismo histórico, el término pasa
a usarse también en contexto de las ciencias sociales. En ese sentido el materialismo se
refiere a varios marcos teóricos que buscan las causas de los procesos históricos y el
cambio cultural en causas materiales. Para este materialismo de tipo histórico las causas
últimas de los fenómenos sociales están determinadas por factores materiales y rechaza
explícitamente las explicaciones en las que intervienen factores sobrenaturales, tomando
como un hecho la irrelevancia científica de Dios, de espíritus y de una supuesta
inteligencia del mundo en el devenir histórico. De acuerdo con el materialismo, las
causas últimas deben buscarse en factores medibles o aprehendibles empíricamente. 2

Aunque históricamente el materialismo histórico se popularizó en el seno del marxismo,


donde sigue siendo un tema principal, se encuentran antecedentes anteriores a Marx.
Actualmente está presente en antropología, teoría de la historia o sociología, haciendo
que el materialismo histórico englobe a toda una serie de elaboraciones teóricas no
necesariamente marxistas. Fuera del campo del marxismo, el materialismo de tipo
histórico es la hipótesis de que los rasgos definitorios de las sociedades humanas y la
evolución histórica de las mismas ha estado determinada por factores materiales
(tecnología disponible, sistema de producción, características geográficas y climáticas).
Debido al intento de establecer las ideas del materialismo histórico de modo
independiente a la versión marxista del mismo, se han acuñado términos nuevos como:
materialismo cultural, funcionalismo ecológico, determinismo geográfico, determinismo
económico, y otros, que pueden ser considerados como concepciones materiales de la
Historia. Diversos autores académicos como Jared Diamond o Marvin Harris han tratado
en detalle la evolución histórica de extensas áreas geográficas, y tratando de explicar
rasgos definitorios de la sociedad a partir de factores materiales, señalando que este tipo
de factores son los preponderantes cuando se trata de entender la evolución de las
sociedades y las civilizaciones.

Doctrinas materialistas del Antiguo Oriente

Los primeros vestigios que se tienen de la doctrina materialista se remontan a fines del
tercer y principios del segundo milenio a. de n. e. en las culturas egipcia y babilónica,
donde se formaron las primeras concepciones materialistas espontáneas. También y un
poco más tarde pero con mayor integridad se la encuentra en la filosofía de la India y
China Antigua.

En monumentos de la cultura egipcia antigua se menciona por ejemplo «el agua fría
creadora de todos los seres y de la que proceden todas las cosas, así como el aire que
llena el espacio y se halla en todas partes», lo cual muestra que ya en ese entonces se
planteaba en forma embrionaria la cuestión del origen material de los fenómenos
naturales. O puede que hayan interpretado estos elementos desde un punto de vista
netamente simbólico.

En la cultura babilónica, por ejemplo, nos encontramos con el astrónomo Seleuco (siglo
II a. de n. e.) quien ya en ese entonces formuló conjeturas acerca de la estructura
heliocéntrica del mundo.

En la India Antigua aparece a mediados del I milenio a. C. en la doctrina Lokaiata (o


escuela de los chārvākas) que sostenían que el mundo era material, compuesto de
cuatro elementos primigenios: la tierra, el agua, el fuego y el aire. De estos elementos se
formaban también los seres vivos, incluido el ser humano, los cuales luego de morir se
descomponían nuevamente en estos elementos. Los chārvākas además, sometieron a
crítica las doctrinas religiosas imperantes en esa época sobre la existencia de Dios, el
alma y el mundo del más allá, demostrando que al morir el cuerpo, desaparecía la
conciencia, por lo que consideraban absurda la doctrina de la transmigración de las
almas.

El materialismo de los chárvakas se hallaba íntimamente relacionado con su ateísmo.


Posteriormente en la corriente Sāṃkhya (cerca del año 600 a. C.) se sostenía que el
carácter material del mundo se desarrollaba a partir de una substancia primigenia
(prakriti); pero el logro más importante de esta corriente fue el postulado de que el
movimiento, el espacio y el tiempo son propiedades inseparables de la materia.

A medida que se desarrollaba la filosofía hindú antigua, la concepción de la materia


compuesta por los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra) fue sustituida por
representaciones más desarrolladas basadas en la estructura atomista del mundo. En
las escuelas filosóficas Nyāya y Vaiśeṣika surgen las ideas de que el mundo se
compone de pequeñas partículas de diversa cualidad que se hallan en el éter, en el
espacio y en el tiempo. Estas partículas serían eternas, increables e indestructibles, al
tiempo que los objetos compuestos de ellas serían mutables, inestables y transitorios.
Estas ideas materialistas ejercieron un fuerte influjo sobre escuelas y doctrinas religiosas
de la época, como por ejemplo en la escuela religiosa Mīmāṃsā, la cual reconocía la
realidad del mundo, cuyo ser no depende de ningún creador, existe eternamente y se
compone de partículas regidas por la ley autónoma del karma.

En la China Antigua encontramos la doctrina materialista en la teoría del conocimiento


de Mozi (479-381 a. C.) en oposición a Confucio. Aportes importantes también las dio el
Taoísmo, cuyo creador Lao-Tse (siglos VI a. C. a IV a. C.) sostenía que el mundo, que
es eterno, se halla en movimiento y mutación continuos. El movimiento, según los
taoístas, es regido por el Tao (ley natural), que si bien es un concepto abstracto y
metafísico, es al mismo tiempo anti-espiritista ya que al Tao se lo considera inmaterial
pero natural, y no de origen divino o sobrenatural, por lo que la cosmovisión taoísta
resulta en una dialéctica materialista-metafísica, dualmente naturalista y no espiritista.

Las ideas materialistas ingenuas cobraron sucesivo desarrollo en la doctrina de Xun Zi


(313-238 a. C.) una de las relevantes figuras del confucionismo, quien a diferencia de
otros confucianos consideraba que el cielo no posee conciencia y es parte de la
naturaleza, en la que incluía asimismo el Sol, la Luna, los astros, las estaciones del año,
la luz y las tinieblas, el viento y la lluvia, y que la sucesión de fenómenos celestes
discurre según determinadas leyes naturales, de modo que el destino de las personas
no puede ser regido por una inexistente «voluntad del cielo».

Xun Zi afirmaba que el ser humano, contrariamente a los animales, sabe mancomunar
sus esfuerzos y organizar su vida pública, que puede conocer el mundo circundante y
aprovechar los conocimientos adquiridos en su bien; además de que el conocimiento
empieza por la percepción, pero es gobernado por el pensamiento que cumple leyes
naturales.

Por último ya en las inmediaciones de nuestra era la encontramos en Wang Chung (27-
97 a. C.) quien sostenía que el mundo se compone de la substancia qì, la cual se mueve
en la eternidad, mientras que el tao es la ley de la propia realidad. Por la acción
recíproca de dos qi —los enrarecidos que se hallan en el espacio celeste y los
condensados que se hallan en la tierra constituyendo los diversos cuerpos— son
engendradas todas las cosas. Sostenía que el hombre es un ser natural compuesto de
substancia material en el que se ha instalado una energía vital, un principio espiritual
elaborado por la circulación de la sangre, la cual desaparece al morir el hombre. Este
materialismo era ingenuo y metafísico.

Materialismo de la Grecia Antigua

Desde el siglo VI a. C. la filosofía se desarrolla con mayor ímpetu en la Grecia Antigua y
post moderna. Allí la corriente materialista surge en controversia con la religión
principalmente en los filósofos representantes de la llamada escuela de Mileto; Tales de
Mileto (ca. 624-547 a. C.), Anaximandro (ca. 610-546 a. C.) y Anaxímenes (ca. 585-
525 a. C.).

Según la doctrina de Tales, el agua es el principio de todas las cosas; todo procede del
agua y todo se convierte en agua.
Anaximandro tomó como sustancia primaria de todo lo existente el apeiron, principio
indeterminado que engendra las cosas y los fenómenos mediante el movimiento y la
segregación de contrarios tales como «lo húmedo y lo seco», «lo frío y lo cálido» «lo
dulce y lo salado». Según esta doctrina todo se encuentra en constante rotación, una
cosa surge del apeiron y otra desaparece y se decompone transformándose en apeiron,
lo cual siguiendo un curso materialista hace uno de los primeros intentos de representar
el mundo dialécticamente, en movimiento.

Anaxímenes tomó como sustancia primordial el aire, cuyo movimiento condiciona el


surgimiento y la desaparición de las cosas.

Otro filósofo griego que hizo grandes aportes a la doctrina materialista fue Heráclito de
Éfeso (ca. 530-470 a. C.) el cual tomó como sustancia primaria el fuego. Sostenía la
existencia en la eternidad del mundo, independientemente de cualesquiera de las
fuerzas sobrenaturales, como un fuego eternamente vivo, que con orden regular se
enciende y con orden regular se apaga. Subrayaba la idea del movimiento y cambio
constante del mundo, de la contradicción como fuente de movimiento, de la posibilidad
de transformación recíproca de los contrapuestos. Expresó ideas sobre los principios
dialécticos, que reflejan de una u otra manera el estado verdadero de las cosas, aunque
no sostenidas por conocimientos científicos.

El desarrollo más profundo de la corriente materialista en la Grecia Antigua se ve en la


doctrina de Demócrito de Abdera (460-370 a. C.), que promovió la teoría atomista de la
estructura de la materia. Según esta teoría, el principio cardinal del mundo es la
existencia del vacío y los átomos que se mueven en el vacío, encontrándose y formando
diferentes cuerpos e incluso el alma del hombre, la cual muere al perecer el organismo.

Aristóteles (384-322 a. C.) el cual sostenía que todas las cosas tenían en su base una
materia prima, que se caracterizaba por la falta de determinación, de forma, es decir, no
eran sino una posibilidad de existencia. Esta posibilidad se convierte en cosa verdadera
sensible solo cuando la materia se une con una u otra forma que le da su determinación.
Esta concepción, si bien es materialista en su esencia, tiene graves insuficiencias
porque separa la materia primaria del movimiento, que es introducido por la forma desde
fuera, además de que su transición de un estado indeterminado a determinado toma su
origen a fin de cuentas de los dioses y otras divinidades, que vienen a ser el primer
propulsor.

Finalmente dentro de la corriente materialista aunque un tanto más inconsecuente


encontramos al filósofo griego Epicuro (342-270 a. C.). Influenciado por el atomismo de
Demócrito, sostiene que toda la realidad está formada por dos elementos
fundamentales. Por un lado los átomos, que tienen forma, extensión y peso, y de otro el
vacío, que no es sino el espacio en el cual se mueven esos átomos. Estos átomos
pueden desviarse de su trayectoria permitiendo una cierta libertad causal. El poema
latino De Rerum Natura de Lucrecio (99 - 55 a. C.) refleja la filosofía mecanicista de
Demócrito y Epicuro.

Esta concepción, a la par con los elementos de la dialéctica y las tendencias


materialistas, contiene también rasgos metafísicos y tendencias idealistas.
Después de Aristóteles se observa una decadencia condicionada por la crisis general
que vive el Estado Griego, perfilándose una transición del materialismo al idealismo y al
misticismo.

Materialismo en la Edad Media

En la Edad Media domina la religión en todas las esferas de la vida espiritual de la


sociedad. La filosofía se convierte en ese periodo en sirvienta de la teología, justificando
y argumentando los dogmas religiosos y demostrando su veracidad e inmutabilidad. En
dicho periodo se presta especial atención al problema de la correlación de las ideas
generales y de las cosas del mundo sensible y la pugna entre el materialismo y el
idealismo se centra en resolver la cuestión de la correlación de lo singular y lo general,
de las ideas generales y las cosas particulares.

En ese sentido, los materialistas afirman que lo universal no puede existir en la realidad
y tanto menos antes de lo singular. En la realidad existen solo las cosas singulares y lo
general es solo denominación que no refleja nada y por eso no existe en la realidad. A
esta corriente materialista se le denominó nominalismo.

Al mismo tiempo en los siglos III y IV en China perdió rápidamente el papel la ideología
confuciana, propagándose el misticismo religioso de la secta taoísta y penetró cada vez
más el budismo en la India.

Los pensadores materialistas de aquella época intervinieron contra ese misticismo e


idealismo.

Fan Zhen (siglo V a VI) propagaba la idea de que no existe el mundo del más allá y que
el alma del hombre es una forma de existencia del cuerpo y desaparece al morir el
hombre.

Los confucianos de los siglos VII a IX adelantaron algunas proposiciones materialistas


pero más tarde renunciar, culminando con una doctrina idealista neoconfucionista.

El principal defensor de la orientación materialista dentro del neoconfucianismo fue


Zhang Zai (1020-1077) que refutó las representaciones idealistas del que el cielo y la
tierra son un conjunto de aprehensiones subjetivas; promovió la idea de que el mundo
de las cosas, que existe realmente, descansa en la substancia materia, que adopta
diversas formas. La primigenia de ellas es el espacio infinito lleno de partículas invisibles
diseminadas que cuando se condensan forman una masa nebulosa llamada "magna
armonía", compuesta por partículas pasivas y activas, de las que surgen todas las
cosas. Zhang Zai también hace referencia a los cambios y al desarrollo de las cosas
entregando importantes vislumbres dialécticos, pero de los cuales elaboraba
conclusiones metafísicas. Señalaba que todas las cosas se hallan condicionadas
recíprocamente y en interconexión; el proceso de desarrollo de los fenómenos toma dos
formas -graduales y repentinas-; que todo proceso acontece en la contienda de fuerzas
contrapuestas: el principio activo y el principio pasivo; pero concluía que el resultado
final de la lucha entre esas fuerzas opuestas es su conciliación.

Hacia los siglos XVII y XVIII los postulados materialistas cobran mayor desarrollo y
fundamentación más profunda en filósofos como Wang Chuanghan (1619-1692) y Dai
Zhen (1723-1777) que fundamentan y desarrollan las ideas materialistas acerca de la
naturaleza y las leyes del desarrollo pero que en cuestiones sociales no avanzan más
allá que sus precursores.

En la India por su parte en dicho periodo adquieren la mayor influencia los sistemas
ortodoxos nyaya, vaisesika, sankhya, yoga, mimansa y vedanta y los heterodoxos
charvaca-lokayatamanta, jainismo y budismo, integrado este por cuatro escuelas:
vaibhasika, sautrantika, madhyamika y yogacara. De ellos solo mantuvieron una
tendencia materialista coherente los charvakas, en los demás coexistían elementos
materialistas e idealistas o eran idealista consecuentes.

En ese periodo y partiendo de la filosofía griega antigua y del pensamiento filosófico en


oriente, surge y alcanza un alto nivel la filosofía arabográfica.

De los siglos X a XIII estuvo representada por las corrientes: peripatetismo


(aristotelismo) oriental, la doctrina de los Hermanos de la Pureza, el sufismo y la filosofía
musulmana ortodoxa.3

Materialismo de la época del Renacimiento

Italia fue el primer país en el que comenzaron a desarrollarse las relaciones capitalistas.
Desde el punto de vista económico, la región más desarrollada era el norte, con sus
repúblicas marítimas comerciales de Venecia y Génova, y la industrial de Florencia. En
el centro de la atención de los pensadores avanzados de la época quedó la persona
humana. Los ideólogos de la burguesía ascensional que necesitaba la libertad de
desplazamiento, la libre empresa y la libertad de comercio, soñaban con liberar al
hombre del despotismo feudal.

Esta nueva dirección de la cultura fue denominada «humanismo» (del latín humanus,
‘humano’). La vieja sentencia de «soy hombre y nada humano me es ajeno» se convirtió
en la divisa de los humanistas. La particularidad del pensamiento filosófico del
Renacimiento es su carácter antiescolástico. Debe tenerse en cuenta que la escolástica,
tanto por el lado de la Iglesia como del Estado, fue durante toda la Edad Media la
filosofía oficial y se impartió en la mayoría de las universidades. A diferencia de la
escolástica, la filosofía de los humanistas dejó de ser sirvienta de la teología. En
oposición a la escolástica y a la teología de la Edad Media comenzó a desarrollarse en
Italia la filosofía materialista.

Dos filósofos italianos

Bernardino Telesio (1509-1588) dio un importante paso en el desarrollo de la filosofía de


Italia. Fundó una academia filosófica en la que por oposición al aristotelismo medieval se
propagaba el estudio empírico de la naturaleza. Su principal obra se titula De la
naturaleza de las cosas conforme a sus propios principios. En lo fundamental era
materialista y sostenía que existe objetivamente la materia eterna e inmutable,
homogénea, increada e indestructible. Pero, al mismo tiempo, se inclinaba hacia la idea
de que todas las fuerzas de la naturaleza están animadas. Como fuente del movimiento
de la materia, Telesio señalaba la oposición del calor y del frío.
El gran pensador italiano Giordano Bruno (1548-1600) sacó conclusiones
profundamente materialistas y ateas de la teoría heliocéntrica de Copérnico. Nació en
Nola (cerca de Nápoles). A los quince años entró en la orden de los dominicos. Gracias
a su esfuerzo tenaz e independiente se convirtió en uno de los hombres más cultos de
su tiempo.

Por sus ideas avanzadas fue acusado de herejía y excomulgado. Viose obligado a huir
de Italia y, durante largos años, tuvo que vagar por Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania,
difundiendo en todas partes su concepción materialista del universo.

En 1592 regresó a Italia, donde fue capturado por la Inquisición y arrojado a la cárcel.
Pese a las torturas que sufrió, no se retractó de sus convicciones, siendo condenado a
muerte. «Tenéis más miedo al pronunciar mi sentencia que yo al escucharla», dijo Bruno
dirigiéndose a sus verdugos. Finalmente, el 17 de febrero de 1600 fue quemado vivo en
la Plaza de las Flores (en Roma).

Sus obras principales son: La cena de las cenizas (1584), De la causa, principio y uno
(1584), Del infinito, del universo y los mundos (1584), Del triple mínimo y de la medida
(1591), De lo inmenso y de los innumerables (1591), De la mónada, del número y de la
figura (1591). En su libro titulado La expulsión de la bestia triunfante (1584)
desenmascara al papado y a la religión católica. Su obra El misterio de Pegaso, con el
anexo del asno de Killen (1586), constituye una brillante y cáustica sátira contra los
escolásticos y teólogos medievales.

Según el pensamiento de Giordano Bruno:

 La naturaleza es infinita;
 El Sol no es el centro del universo sino tan solo el centro de nuestro sistema
planetario;
 No solo el Sol tiene planetas sino también las otras estrellas;
 Todo el universo es homogéneo; es decir, tiene las mismas sustancias de la
Tierra;
 Todos los otros planetas también están poblados;
 La materia es madre y alumbradora de todas las cosas y capaz de producir
infinitamente nuevas y nuevas formas;
 El hombre es parte inseparable de la naturaleza, es el microcosmos que refleja el
macrocosmos;
 Admite los grados del conocimiento que había establecido Nicolás de Cusa: los
sentidos, el entendimiento y la razón. Aunque le otorga la prioridad a la razón;
 El entender el universo como infinitud conduce al filósofo italiano a la «dialéctica
de la coincidencia de los opuestos», tanto en lo infinitamente grande como en lo
infinitamente pequeño.

Materialismo metafísico (mecanicista). ss. XVII y XVIII

(Galileo Galilei, Francis Bacon, Thomas Hobbes, Pierre Gassendi, John Locke, Baruch
Spinoza).

Con el surgimiento de las relaciones capitalistas de producción, se fomenta la


producción, se despliega la industria y el comercio, lo cual requiere el conocimiento
concreto de las leyes del mundo circundante y aparece la necesidad de estudiar e
indagar la naturaleza. Esto le da un impulso a la filosofía la cual se proclama como
ciencia llamada a averiguar las verdades que ayudan en la vida práctica y orientan la
creación de valores materiales, se declaran falsos los postulados de la filosofía medieval
y a su método por la inducción a errores y se ofrecen nuevos medios de investigación y
métodos para conocer la verdad.

Uno de los principales filósofos de esta corriente fue Francis Bacon (1561-1626), quien
criticó duramente la filosofía idealista, empezando por la Antigüedad y llegando hasta el
Medioevo, por haberse convertido en sirviente de la teología y haber llegado a
fundamentar sus tesis con dogmas religiosos, por su carácter especulativo, la vacuidad y
la inconsistencia de sus postulados. Bacon consideraba la experiencia como fundamento
del proceso de conocimiento si se libraba al hombre y a su conciencia de todo tipo de
prejuicios. Defendía el mundo material infinito y eterno siendo una de sus propiedades
fundamentales el movimiento, que Bacon reducía a unas cuantas formas.

Al método de Bacon le son inherentes asimismo la metafísica y el mecanicismo, pues


entendía que los objetos eran una combinación mecánica de ciertas cualidades
permanentes y que podían ser entendidos mediante la unificación mecánica de los datos
sobre sus diversos aspectos. Pese a sus insuficiencias, la doctrina de Bacon fue un
considerable paso adelante en el desarrollo del pensamiento filosófico y marcó la
aparición de una nueva forma de materialismo filosófico, el materialismo metafísico.

La doctrina materialista continuó desarrollándose por filósofos como Thomas Hobbes


(1588-1679), quien entendía que la naturaleza representa una totalidad de cuerpos que
poseen dos propiedades principales: extensión y figura, y reducía la variedad de
movimiento al movimiento mecánico, entendiendo como movimiento la traslación de los
cuerpos en el espacio. Estableció como único método científico del saber el matemático,
sostenido en las operaciones de sumar y restar.

Muchos años más tarde, tenemos a Pierre Gassendi, representante de la tradición


materialista, quien se oponía a los intentos de René Descartes para basar las ciencias
naturales en fundaciones dualistas.

Materialismo francés del siglo XVIII


Artículo principal: Materialismo francés

El clérigo francés Pierre Gassendi (1592-1665) representó la tradición materialista en


oposición a los intentos de René Descartes (1596-1650) de proporcionar a las ciencias
naturales con cimientos dualistas. También siguieron el sacerdote materialista y ateo
Jean Meslier (1664-1729), Julien Offray de La Mettrie, el franco-alemán barón d'Holbach
(1723-1789), el enciclopedista Denis Diderot (1713-1784), así como otros pensadores
franceses de la Ilustración; también en Inglaterra John Stewart (1747-1822), cuya
insistencia en ver a la materia como dotada de una dimensión moral tuvo un impacto
importante en la poesía filosófica de William Wordsworth (1770-1850). Henri de Saint-
Simon (1760-1825) llegó a plantear que «el pensamiento es una acción material: es un
resultado del movimiento del fluido nervioso». 4
Arthur Schopenhauer (1788-1860) escribió que "... el materialismo es la filosofía del
sujeto que olvida tenerse en cuenta a sí mismo".5 Afirmó que un observador solo puede
conocer objetos materiales a través del cerebro y su particular organización.

El antropólogo materialista y ateo Ludwig Feuerbach (siglo XIX) señalaría un nuevo


cambio en el materialismo en su libro The Essence of Christianity (La esencia del
Cristianismo, 1841), que proporcionó una visión humanista de la religión como la
proyección externa de la naturaleza interior del ser humano. El materialismo de
Feuerbach influiría posteriormente de forma notable en Karl Marx.

Más recientemente, pensadores como Gilles Deleuze han intentado repensar y fortalecer
las ideas clásicas del materialismo.6 Teóricos contemporáneos como Manuel de Landa,
trabajando en el marco de este revitalizado materialismo han venido a ser clasificados
como 'nuevos materialistas'.7

Materialismo dialéctico
Artículo principal: Materialismo dialéctico

Creado a mediados del siglo XIX por Karl Marx y Friederich Engels y desarrollado
posteriormente por Vladímir Ilich "Lenin" en la nueva situación histórica. Marx y Engels,
volteando la dialéctica idealista de Georg Hegel "de arriba hacia abajo", proveyeron al
materialismo con un proceso de cambio cuantitativo y cualitativo llamado materialismo
dialéctico, y con una visión materialista de la historia, conocida como materialismo
histórico. Otros filósofos rusos siguieron esta línea de pensamiento como Visarión
Belinski, Aleksandr Herzen, Nikolái Chernyshevski, Nikolái Dobroliúbov.

Materialismo en la actualidad

El materialismo es una corriente de la filosofía que surge estricta y exclusivamente como


contrapartida de otra, denominada idealismo, para responder a aquella cuestión
fundamental de la filosofía sobre qué es primero: el pensamiento o lo material. Entonces
y como se desprende ya desde el nombre que se le atribuyó, el materialismo le da
absoluta preeminencia al mundo material, siendo que siempre lo material precederá al
pensamiento.

El concepto no afecta solo a la visión filosófica del mundo sino también a la ciencia.
Aunque en las ciencias naturales los enfoques no-materialistas quedaron descartados
hace mucho tiempo, en ciencias sociales ha existido en los últimos siglos una polémica
en torno al materialismo como enfoque de investigación. Más recientemente Marvin
Harris propuso un enfoque de investigación materialista de las culturas y las sociedades
llamado materialismo cultural; incluso Paul y Patricia Churchland han promovido un
nuevo enfoque no reduccionista de materialismo, conocido como materialismo
eliminativo que sostiene que algunos fenómenos mentales en realidad no existen y que
hablar de estos conceptos, como se hace en psicología popular es algo así como dar
crédito a las enfermedades causadas por el diablo. En España, un representante actual
del materialismo con una línea de pensamiento similar es por ejemplo Martín López
Corredoira, 8 9 10 11 al abogar por una visión del mundo en la que todo lo existente es
materia-energía física siguiendo sus correspondientes leyes naturales y excluyendo la
posibilidad de cualquier otro ente no-material (mente, libre albedrío, persona en tanto
que ser con identidad propia, sentimientos,...), o relegándolo a mera representación
mental de algo inexistente en sí.

El materialismo ha sido entendido frecuentemente como una forma enteramente


científica y racionalista de ver el mundo, particularmente por pensadores religiosos que
se le oponen y por marxistas. El materialismo como principio filosófico o científico
típicamente contrasta con el dualismo, la fenomenología, el idealismo y el vitalismo.

La definición de «materia» en el materialismo filosófico moderno comprende a todos los


entes científicamente observables, los estromas12, como la energía, fuerzas y la
curvatura del espacio. Muchos autores del siglo XX, particularmente epistemólogos y
filósofos de la ciencia, prefieren la denominación de fisicalismo porque carece tanto de
las connotaciones emocionales de la palabra «materialismo» como de las restricciones
históricas asociadas a este. Enfatiza lo físico, sea materia o energía. El materialismo
floreció durante la segunda mitad del siglo XX en varias universidades en Australia
tomando un enfoque escéptico a los objetos abstractos, a lo que se le conoce como
materialismo o realismo australiano.

La profundización de la idea del mundo percibido con base en la definición de estroma


ha derivado en dos corrientes, la estratología 13 de Urbina y la filosofía estromática14 de A.
Muñoz

Materialismo eliminativo
Esta sección es un extracto de Materialismo eliminativo.[editar]
En la filosofía de la mente el materialismo eliminativo o eliminativismo, es una forma
radical de materialismo (fisicalismo).
Exactificación del materialismo

Mario Bunge sostiene que el materialismo moderno debe ser "lógico y científico"
considerando como inadecuadas las definiciones más difundidas del concepto de
materia ofrecidas en el pasado. La "nueva ontología" se caracterizaría por
simultáneamente ser exacta, sistemática, científica, materialista, dinamista, emergentista
y evolucionista cuya denominación más adecuada sería la de materialismo científico.1

Uso coloquial como sinónimo de consumismo

En el lenguaje común es usado como una etiqueta peyorativa para un estilo de vida que
busca riqueza, dinero y comodidades en lugar del desarrollo espiritual o mental. Este
término no tiene que ver con la posición de filósofos o científicos materialistas, sino que
se identifica con el término consumismo.

Positivismo

El positivismo o filosofía positiva es una teoría filosófica que sostiene que todo
conocimiento genuino se limite a la interpretación de los hallazgos «positivos», es decir,
reales, perceptibles sensorialmente y verificables. Según esta postura, todo
conocimiento genuino es o bien positivo —a posteriori y derivado exclusivamente de la
experiencia de los fenómenos naturales y de sus propiedades y relaciones— o bien
verdadero por definición, es decir, analítico y tautológico. Así, la información derivada de
la experiencia sensorial, interpretada a través de la razón y la lógica, constituye la fuente
exclusiva de todo conocimiento cierto. 1 Los datos verificados (hechos positivos) recibidos
de los sentidos son conocidos como evidencia empírica; así pues, el positivismo se basa
en el empirismo.1

Esta línea de pensamiento se encuentra ya en la antigüedad griega. Como un nuevo


desarrollo del siglo XIX, se contrapuso a las visiones escolásticas tradicionalmente
imperantes de una filosofía trascendental. Estas últimas perspectivas afirmaban, en
cambio, que el conocimiento se genera por propiedades eternamente válidas —y, en
últimas, creadas por Dios— de la mente o la razón. Esto podría demostrarse sobre la
base de resultados positivos.

En el contexto de los inventos, descubrimientos y la expansión del conocimiento


científico durante el Renacimiento, estos intentos tradicionales de explicación filosófico-
religiosa se habían vuelto cuestionables desde hacía ya un buen tiempo. Esto
probablemente condujo a la exigencia del positivismo respecto a que los hallazgos
positivos fueran interpretados sin apelar a explicaciones teológicas o metafísicas, en
contraste con la práctica habitual hasta entonces.

Posteriormente surgieron diferentes aproximaciones positivistas, asociadas, entre otros,


a los siguientes filósofos: Auguste Comte (1798-1857), Hippolyte Taine (1828-1893),
Jean-Marie Guyau (1854-1888), James Mill (1773-1836), Jeremy Bentham (1748-1832),
John Stuart Mill (1806-1873), Charles Darwin (1809-1882), Herbert Spencer (1820-
1903), Roberto Ardigò (1828-1920), Ludwig Feuerbach (1804-1872), Eugen Dühring
(1833-1921), Friedrich Nietzsche (1844-1900), Ernst Mach (1838-1916), Ernst Laas
(1837-1885), Richard Avenarius (1843-1896), Hans Vaihinger (1852-1933), Friedrich
Jodl (1849-1914), o Theodor Ziehen (1862-1950).

El término positivismo se remonta a Auguste Comte (1798-1857). Él y sus sucesores


elaboraron su planteamiento hasta convertirlo en un enfoque social-científico-humanista.
El positivismo sociológico sostiene que la sociedad, al igual que el mundo físico, opera
de acuerdo con leyes generales. Se rechaza el conocimiento introspectivo e intuitivo, así
como la metafísica y la teología, en tanto las afirmaciones metafísicas y teológicas no
pueden ser verificadas por la experiencia de los sentidos.

Aunque el enfoque positivista ha sido un tema recurrente en la historia del pensamiento


occidental,2 el enfoque moderno fue formulado por el filósofo Auguste Comte a
comienzos del siglo XIX.3 Comte sostenía que, al igual que el mundo físico funciona
según la gravedad y otras leyes absolutas, lo mismo ocurre con la sociedad.

Comte y las tres etapas

Auguste Comte describió por primera vez la perspectiva epistemológica del positivismo
en Curso de filosofía positiva, una serie de textos publicados entre 1830 y 1842. Estos
textos fueron seguidos por el trabajo de 1844, Una visión general del positivismo. Los
primeros tres volúmenes del Curso trataban principalmente de las ciencias físicas ya
existentes (matemáticas, astronomía, física, química, biología), mientras que los dos
últimos enfatizaban el inevitable advenimiento de las ciencias sociales. Para Comte, las
ciencias físicas necesariamente tenían que llegar primero, antes de que la humanidad
pudiera canalizar adecuadamente sus esfuerzos hacia la "ciencia reina" más desafiante
y compleja de la propia sociedad humana. Su Visión del positivismo, por lo tanto, se
propuso definir los objetivos empíricos del método sociológico.

Comte ofreció una explicación de la evolución social, proponiendo que la sociedad pasa
por tres fases en su búsqueda de la verdad de acuerdo con una "ley de los tres estados"
general. La idea tiene cierta similitud con la creencia de Karl Marx de que la sociedad
humana progresaría hacia el comunismo (ver materialismo dialéctico), aunque Marx fue
un crítico del positivismo.5 Esta similitud es debida a que ambos estuvieron influidos por
el socialista Henri de Saint-Simon.

Para Comte, las tres etapas eran:6

 Estado teológico: el hombre apela a deidades personificadas. En esta etapa, el


ser humano piensa que los desastres naturales son actos de una divinidad
sobrenatural. Comte dividió esta etapa en 3 subetapas:
o Fetichismo: las personas primitivas creen que los objetos inanimados
tienen un espíritu vivo en ellos (ver animismo).7
o Politeísmo: el fetichismo generó dudas en las personas, lo que provocó
que las personas fueran a posiciones politeístas donde la explicación de
las cosas son referidas a múltiples dioses que controlan las diversas
manifestaciones naturales.8
o Monoteísmo: es la última subetapa. En esta subetapa, las personas creen
que una sola entidad teísta es responsable de la existencia del universo. 8
 Estado metafísico: es una extensión de la etapa teológica. En esta etapa, las
personas caracterizan a Dios como un ser abstracto descartando a un Dios
concreto.8 Las explicaciones de las cosas es dada por conceptos abstractos
impersonales.
 Estado científico o positivo: se dan explicaciones a través del método científico.
Para Comte, esta es la etapa más elevada y evolucionada de la sociedad. 8 En
esta etapa la humanidad se gobierna a sí misma, no existe un poder superior que
gobierne las masas.9

Según Comte, estas tres reglas rigen el desarrollo de la sociedad. Cada etapa es
alcanzada una vez finalizada la etapa anterior, siendo completadas en escala de
progreso.10

Expansión del positivismo

La expansión de las ideas de Comte fue gracias a la acción del filósofo Émile Littré,
quien fundó la The Positivist Review en 1867. La lectura de las obras de Comte fueron
para Littré "el punto cardinal de su vida". Los escritos de Comte pronto empezaron a ser
traducidos a otros idiomas. Al idioma inglés fueron sus obras traducidos por la escritora
británica whig Harriet Martineau.11 El chileno Jorge Lagarrigue traduciría los Principios
de filosofía positiva al español y publicaría en la Revista Chilena una defensa del
positivismo.

Positivismo y cientificismo
Según ciertas acepciones, el positivismo ha sido interpretado como una corriente
filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico y
que tal conocimiento solo puede surgir del método científico, siendo el ejemplo ideal las
ciencias físicas que triunfan claramente en el dominio de la naturaleza y en las
aplicaciones técnicas que de ella se derivan. Esta postura es conocida como
cientificismo.

Como consecuencia de esta postura, los positivistas critican la metafísica y teología


como pseudociencia por buscar lo que está más allá de la ciencia. Una línea de crítica
fue a partir de lo que se llamó las «trampas del lenguaje», lo que supuso un interés en el
estudio del lenguaje tanto en su dimensión formal, empirismo lógico, como en cuanto
lenguaje natural, estudiando los «juegos del lenguaje», y dio lugar a la filosofía analítica.

El positivismo deriva del empirismo y de la epistemología que surge a inicios del


siglo XIX de la mano de los pensadores franceses Henri de Saint-Simon y Auguste
Comte, y del británico John Stuart Mill. Se extiende y desarrolla por el resto de Europa
en la segunda mitad del siglo. Desde un positivismo extremo 12 hasta un positivismo casi
idealista, el siglo XIX y comienzos del XX ofrecen un riquísimo panorama de autores y
escuelas todas bajo denominación positivista. El rasgo común que caracteriza a todos
ellos es la aceptación del conocimiento científico como única forma de conocimiento
legítimo y el rechazo a la metafísica y la teología como pseudociencia.

El positivismo surgió como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad
de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón
que fue la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al
individuo como objetos.

La aplicación de la filosofía positiva a las diferentes ciencias y objetos de investigación,


así como la rigidez en que se consideren los principios empiristas, dieron lugar a muy
diversos tipos de empirismos y positivismos.1314

Características

Estas corrientes tienen como características diferenciadoras la defensa de un monismo


metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas las ciencias).
La explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si se aspira a
ser ciencia, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su
vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los
fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la
razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer
es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de principios que no han sido
percibidos objetivamente. En metodología histórica, el positivismo prima
fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las interpretaciones
generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen tener excesiva acumulación
documental y escasa síntesis interpretativa.

Auguste Comte formuló a mediados del siglo XIX la idea de la creación de la sociología


como ciencia que tiene a la sociedad como su objeto de estudio. La sociología sería un
conocimiento libre de todas las relaciones con la filosofía y basada en datos empíricos
en igual medida que las ciencias naturales.

Una de sus propuestas más destacadas es la de la investigación empírica para la


comprensión de los fenómenos sociales, de la estructura y el cambio social (razón por la
que se le considera padre de la sociología como disciplina científica). Comte presenta a
la historia humana en tres fases:

1. Fase teológica o mágica: esto corresponde a la infancia de la humanidad; en esta


época las personas dan explicaciones mágicas de los fenómenos naturales.
También creen que ciertos fenómenos son causados por seres sobrenaturales o
dioses.
2. Fase metafísica o filosófica: en este estadio el hombre deja de creer en seres
sobrenaturales y ahora comienza a creer en ideas. Por lo que las explicaciones
son racionales, se busca el porqué de las cosas, y se sustituye a los dioses por
entidades abstractas y términos metafísicos.
3. Fase científica o positiva: es la definitiva. En esta etapa, según Comte la mente
humana renuncia a la búsqueda de ideas absolutas y en vez de esto, ahora se
dedica a estudiar las leyes de los fenómenos. El conocimiento se basa en la
observación y la experimentación, y se expresa con el recurso de la matemática.
Se busca el conocimiento de las Leyes de la Naturaleza para su dominio técnico.

Además afirma que no es posible alcanzar un conocimiento de realidades que estén


más allá de lo dado, de lo positivo, y niega que la filosofía pueda dar información acerca
del mundo: esta tarea corresponde exclusivamente a las ciencias.

Dentro de esta, desde la perspectiva de Leopold Von Ranke, se dice que el historiador
es imparcial, ya que es capaz de superar fobias, predilecciones o emociones.

De acuerdo al positivismo clásico: basta con reunir cierta cantidad de hechos


documentados para que surja la ciencia de la historia.

El positivismo asume la cuantificación para que los historiadores puedan estar seguros
de sus afirmaciones mediante la medición de los historiadores, aunque cuando ésta se
convierte en la única solución aparece el problema de negar la veracidad a todo lo que
no esté cuantificado o probado.

Reacción

El antipositivismo (también conocido como no positivismo, negativismo, sociología


interpretativa, interpretativismo o interpretivismo) es el punto de vista en las ciencias
sociales según el cual los académicos deben necesariamente rechazar el empirismo y el
método científico en el desarrollo de teorías sociales e investigación.

El antipositivismo es una reacción al positivismo. Se critica la incapacidad que posee el


método de las ciencias físico-naturales para conocer los objetos de estudio de las
ciencias sociales (la sociedad, el hombre, la cultura) ya que poseen propiedades como la
intencionalidad, la autorreflexividad y la creación de significado, que son dejados de lado
por la epistemología positivista. También se critica la búsqueda de leyes generales y
universales, pues deja de lado los elementos que no pueden ser generalizados; defiende
el conocimiento de conocimientos más precisos, pero menos generalizables; y plantea la
necesidad de conocer las causas internas de los fenómenos, en vez de la explicación
externa de estos, en busca de la comprensión en lugar de explicación.

El antipositivismo se relaciona con diversos debates históricos en la filosofía y la


sociología de la ciencia. En la práctica moderna, sin embargo, el antipositivismo se
podría equiparar con métodos de investigación cualitativos, mientras que la investigación
positivista es más cuantitativa. Los positivistas suelen utilizar experimentos y encuestas
estadísticas como métodos de investigación, mientras que antipositivistas utilizan
métodos de investigación que se basan más en las entrevistas no estructuradas o la
observación participante. En la actualidad, se combinan a menudo métodos positivistas y
no positivistas.1516

Durante el siglo XIX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el filósofo


Ludwig Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus, que sirve de
inspiración para el surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales que tuvo
como objetivo el alejar definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo
de la lógica de Russell. Esta propuesta plantea un método basado en la
experimentación, observación y recolección objetiva de datos a fin de buscar
explicaciones a las causas que originan los fenómenos.

Corrientes positivistas

Entre las corrientes positivistas se puede mentar el positivismo ideológico,


empiriocriticismo, positivismo metodológico o conceptual, positivismo analítico,
positivismo sociológico, positivismo realista, iuspositivismo y neopositivismo (empirismo
lógico o positivismo lógico). Los enfoques sociológicos en filosofía de la ciencia y
epistemología han sido tradicionalmente los principales críticos del positivismo, aunque
ambas posturas no son necesariamente contradictorias.

En el campo del derecho, el denominado positivismo jurídico o iuspositivismo no guarda


relación en su origen con el positivismo filosófico, sino con el concepto de derecho
positivo (la consideración del derecho como creación del ser humano).

Actualmente, en la psicología conviven múltiples escuelas, muchas de las cuales se


basan en el positivismo para el estudio del ser humano. Entre dichas escuelas o
enfoques destaca el cognitivo-conductual. Cabe mencionar el avance de la neurociencia,
que aborda temáticas mentales que antes parecían inescrutables desde un punto de
vista naturalista.

Funcionalismo

El funcionalismo es caracterizado por el utilitarismo otorgado a las acciones que deben


sostener el orden establecido en las sociedades. Es una corriente teórica surgida en
Inglaterra en el año 1930 en las ciencias sociales, especialmente en sociología y
antropología social. La teoría está asociada a Émile Durkheim y, más recientemente, a
Talcott Parsons, además de muchos otros autores como Herbert Spencer, Bronislaw
Malinowski y Robert Merton. El funcionalismo se caracteriza por un enfoque empirista
que preconiza las ventajas del trabajo de campo. En este sentido, los teóricos
funcionalistas identifican en sus textos comunicación con comunicación de masas,
porque esa es la realidad de la sociedad moderna. Hasta el siglo XIX, la mayoría de las
labores se realizaban en un gabinete, mediante relatos sesgados de viajeros. El
funcionalismo abrió el camino de la antropología científica, desarrollándose luego con
gran éxito en Estados Unidos. La corriente funcionalista es la escuela más extendida; se
ha llegado a naturalizar y estudiar el paradigma de las ciencias de la comunicación. Esta
circunstancia se ha entendido como lógica porque es la perspectiva que mejor se
identifica con la dinámica y los intereses del sistema audiovisual.

La escuela propone una serie de teorías concretas con continuidad basadas en distintas
disciplinas: la teoría hipodérmica, la teoría de los efectos limitados, la teoría matemática
de la comunicación y otros enfoques más particulares. Son esquemas de acción cuyo
objetivo es construir un proyecto integrador que aporte conocimientos sobre cómo debe
funcionar la comunicación social. Bajo esta mirada, las instituciones sociales serían
medios colectivamente desarrollados para la satisfacción de las necesidades biológicas
y culturales; los define, por lo tanto, por el cumplimiento de una función social, y no —
como se hacía generalmente— por las circunstancias históricas de su desarrollo.
Enfatiza, por lo tanto, las medidas que las instituciones toman para alcanzar los fines
socialmente valorados. En la escuela funcionalista americana, basada sobre todo en la
obra de Talcott Parsons, se pone un énfasis particular en el mantenimiento de la
estabilidad social. En el contexto estadounidense ayuda pensar que EE.UU. es una
nación que todavía está construyéndose a partir de inmigrantes de distintas
procedencias y que, por tanto, era necesario la integración política.

El nombre de esta escuela deriva del hecho de que para el etnógrafo polaco
Bronislaw Malinowski, seguidor de las teorías sociológicas del francés Émile
Durkheim, las culturas se presentan como todos "integrados, funcionales y
coherentes". Por lo tanto, cada elemento aislado de la misma sólo puede
analizarse considerando los demás. Este autor estudia entonces la cultura y
demás hechos sociales, como por ejemplo las instituciones en que éstos están
"concentrados", en función de cómo se organizan para satisfacer las necesidades
de un grupo humano, es decir, todas aquellas tareas u objetivos que tienden a
mantener y conservar los organismos de la sociedad y a esta como tal, incluyendo
sus modelos culturales.

La teoría funcionalista propone que las sociedades disponen de mecanismos propios


capaces de regular los conflictos y las irregularidades, así como las normas que
determinan el código de conducta de los individuos, los cuales variarán en función de los
medios existentes y esto es lo que rige el equilibrio social. Por lo que pasamos a
entender a la sociedad como un “organismo”, un sistema articulado e interrelacionado. A
su vez, cada una de estas partes tiene una función de integración y mantenimiento del
propio sistema.

Según Parsons, la teoría de sistemas se basa en la teoría funcionalista, y establece que


la sociedad se organiza como un sistema social que debe resolver cuatro imperativos
fundamentales para subsistir:
 Adaptación al ambiente.
 Conservación del modelo y control de tensiones.
 Persecución de la finalidad.
 Integración mediante las diferentes clases sociales.

De acuerdo al rol que asuman los subsistemas para resolver estos problemas
fundamentales, actuarán como funcionales o disfuncionales. Los funcionalistas tienen
una visión biologicista de la sociedad, es decir, entienden a la sociedad como una
entidad orgánica cuya normalidad viene postulada por fenómenos que se repiten regular
y sistemáticamente.

El pionero iniciador de la tendencia funcionalista en Latinoamérica fue Gustavo


Mendoza, quien adquirió sus conocimientos en el instituto humano-tecnológico
Humboldt.1

Postulados funcionalistas

 Toda cultura tiende a formar una totalidad equilibrada frente a su tendencia hacia
el equilibrio y el cambio.
 La estructura social funciona por una orientación de necesidades básicas, como
en la estructura orgánica.
 Cada parte en el sistema social está unido a los demás.
 El funcionalismo introduce una división en el trabajo antropológico; distingue entre
Etnografía y Etnología. El primero describe aspectos particulares de una cultura,
se introduce en el trabajo de campo, por medio de la observación participante y
crea una síntesis explicativa de los datos etnográficos. La etnología es el análisis
transcultural de los datos etnográficos, con el fin de comparar y establecer
regularidades sustentables empíricamente.
 No se construyen teorías etnológicas con facilidad, se pretende hacer
descripciones sugerentes que llevan a futuras teorías sobre el hombre.

Historia

El funcionalismo es una corriente que surge de numerosos estudios en Inglaterra (a


mitad la década de 1930) en las ciencias sociales, especialmente en sociología y
antropología social.2 Su principal influencia es el sociólogo francés Émile Durkheim, que
piensa que los hechos sociales determinan los hechos culturales. Otros autores de
influencia son Talcott Parsons, Herbert Spencer y Robert Merton. Se caracteriza por el
utilitarismo otorgado a las acciones que deben sostener el orden establecido en las
sociedades, y por un enfoque empirista que preconiza las ventajas del trabajo de campo.
El funcionalismo estudia la sociedad sin tener en cuenta su historia, sino tal y como se la
encuentra; intentando comprender, como cada elemento de la sociedad se articula con
los demás formando un todo, y ejerciendo una función dentro de esa sociedad. 3 La
corriente funcionalista es la escuela más extendida, se ha llegado a naturalizar y se
estudia como paradigma de las ciencias de la comunicación. La escuela propone una
serie de teorías concretas con continuidad basadas en distintas disciplinas: la teoría
hipodérmica, la teoría de los efectos limitados, la teoría matemática de la comunicación y
otros enfoques más particulares.4

Contexto histórico
Contexto socio-político

 1929 Crisis económica mundial.


 En los años 1930, el creciente descontento de los alemanes hizo que Adolf Hitler
tomara el control del país en 1933 con un apoyo de la población sin precedentes.
Alemania dejó de lado la República de Weimar y se convirtió en un Estado
totalitario al igual que la Italia de Benito Mussolini.
 Alemania se desarrolla nuevamente; la economía se relanza con el impulso que le
da la industria y la inversión del Estado en infraestructuras.
 El Imperio Japonés se consolidaba en Asia, afectando los intereses de Europa y
EE. UU., especialmente en el Pacífico. Japón crea un «Imperio títere» en China
bajo el nombre de Manchukuo.
 Gran Bretaña mantuvo su sistema político prácticamente inalterable, al contrario
que Francia, que no logró consolidar una organización político-social fuerte.
 Rusia, que entre tanto se había transformado en la URSS, fue escenario de
hambrunas endémicas, represión política y la Gran Purga.
 El colapso de la República y el estallido de la Guerra Civil Española en 1936
desangró a España, la convirtió en un Estado totalitario y sirvió de preámbulo a la
gran guerra que estaba por venir en el continente.
 La situación en el resto del mundo no sufrió alteraciones considerables.
 En EE. UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt lideró la recuperación
económica del país tras la crisis provocada por la gran depresión de 1929.
 En 1932 En Alemania, el Partido Nacional Socialista consigue la victoria en las
elecciones generales.
 En 1933 se deroga de la Ley Seca en los Estados Unidos.
 1933 Inicio en Alemania de la persecución contra los judíos.
 1934 Asesinato del canciller de Austria, E. Dollfuss, perpetrado por los nazis.
 Formación del Eje Roma-Berlín-Tokio..

Científico

 El descubrimiento del planeta enano Plutón (en ese entonces considerado


planeta) por el estadounidense C. W. Tombaugh.
 El estadounidense R. J. Trumpler identifica y mide la absorción de la luz de las
estrellas por la materia interestelar.
 Invención del acelerador electrostático de partículas por el estadounidense R. J.
Van de Graaff.
 En 1937 Karl Landsteiner y Alexander Wiener: descubrimiento del factor Rh.
 Descubrimiento del nylon por el estadounidense W. H. Carothers.

Deportivo

 Primera Copa Mundial de Fútbol (1930) celebrada en Uruguay (y ganada


precisamente por ese país).
 Juegos Olímpicos Berlín 1936, desarrollados durante el nazismo.

Escuelas funcionalistas

El funcionalismo nace como reacción al evolucionismo y al particularismo histórico. Parte


del hecho de que la cultura es una totalidad orgánica en las que sus diversos elementos
son inseparables (holísticos) y que se hallan interconectados, teniendo cada uno de ellos
una función específica en el conjunto. La religión, la economía, la producción, los
rituales, etc. forman un todo interconectado.

Sus pioneros fueron Bronislaw Malinowski y Alfred Reginald Radcliffe-Brown. El nombre


de la escuela proviene del hecho que para el etnógrafo Bronislaw Malinowski (seguidor
de las teorías sociológicas del francés Emilie Durkheim), las culturas se presentan como
un todo “integrados, funcionales y coherentes”, por lo tanto cada elemento aislado de la
misma sólo puede analizarse considerando a los demás. Estudia, por ende, la cultura y
demás hechos sociales, en función de cómo se organizan para satisfacer las
necesidades de un grupo humano.

Bases de la teoría funcionalista

Empirismo

El empirismo es una de las bases de la teoría funcionalista. Es una corriente filosófica


del siglo XVIII que busca conocer la realidad a través de la observación de los
fenómenos observables. La explicación de los acontecimientos se obtiene para los
empiristas mediante la construcción de leyes generales y las relaciones causales entre
fenómenos observables.

Positivismo

Otra doctrina filosófica que influyó en la construcción del pensamiento funcionalista es el


positivismo. Una escuela sobre teoría de la ciencia. que comprende una reforma en la
sociedad y una religión. Constituyendo una teoría del saber que no admite otra realidad
que no sean los hechos, ni a investigar otra cosa que no sean las relaciones entre los
hechos.

Teoría liberal

Aquella teoría normativa daba amplia libertad para poner en los medios lo que quisieran
sus productores, incluyendo la violencia. Esta teoría se había originado como reacción
contra la tradición aristocrática (del enfoque anterior alfabetizado), donde la institución
pública aristocrática pretendía tener el monopolio sobre la verdad. Se puede decir que
de un extremo se pasó al otro. La teoría de liberación de los medios de control
productivos aparece en el s. XVII en los escritos Areopagitica (1644) del puritano rebelde
John Milton. Pronto se desarrolló, primero durante el período colonial de EE.UU. y sobre
todo después de su independencia. También se apoya en On Liberty de John Stuart Mill
(1859), quien defiende el derecho a no ser imparcial en un juicio y el derecho a
equivocarse. Otros pensadores liberales son Thomas Paine, Alexis de Tocqueville y
John Merrill (1974). Milton y Mill proclaman que el último criterio para la verdad y los
valores es la conciencia individual. Cada uno contribuye a una 'verdad pública cultural',
construida socialmente por todos, y que por lo tanto puede mejorar. Ninguna institución
tiene 'la' verdad. Cada uno debe buscarla, y cada uno la puede presentar al público
como en un foro. La sociedad es la suma de individuos que buscan sus propias metas
particulares. El progreso de la sociedad dependerá de elegir las soluciones ‘buenas’ y no
las ‘malas’. Por lo tanto se trata de una libertad para elegir el bien.
Eligen la prensa libre como estandarte y ejemplo de la libertad. Proclaman que ella debe
ser el mercado libre de las ideas. Se pueden publicar aún las declaraciones 'falsas', pues
ellas ayudan a aclarar más las verdaderas. Así pues, en la sociedad cada uno tiene
derecho a equivocarse, el error tiene que tener cabida. Hay que aceptar esta posibilidad,
pues el individuo siempre puede perfeccionarse a través de la educación y el acceso a la
información. Cuanta mayor información haya, mayor será la mejora económica, social y
política de la sociedad (Rowland, 1983. 45). Esto no es peligroso, pues en un auténtico
foro, público y libre, lo falso quedaría rechazado (Principio de autocorrección). La ley del
mercado hará que eventualmente lo bueno prevalezca (pues todos lo querrán) y lo malo
desaparezca por sí solo. (McQuail, 1994: 128s). El que haya ‘prensa libre’ tiene la
ventaja de que la ‘sociedad’ puede conocer así lo que sus individuos piensan y quieren.
Para el s. XIX ‘libertad de prensa’ significaba que ni el Estado ni cualquier otra institución
podía censurar o atacar a los dueños de los medios. No hay un estándar objetivo de
verdad (interpretada por alguna institución) o un estándar moral objetivo para cada uno.
No se puede legislar la misma moralidad para cada individuo. La única solución aquí es
educar la conciencia, especialmente la subjetiva moral. Si aparecen cosas
inconvenientes, caveat emptor (¡que el comprador esté alerta!, ¡que el usuario de los
medios esté alerta y no se deje engañar!).

Estructuralismo

El estructuralismo es una forma de sistematizar la ciencia y un método de análisis


cultural que propone la idea de estructura como parte de un todo. También supone que
los distintos elementos que hacen a la cultura se pueden entender como estructuras o
partes de un sistema general. En este sistema, los elementos que lo componen se
relacionan entre sí mediante la producción de distintos significados.

Como método y forma de aproximarse a una teoría, el estructuralismo no es una


corriente en sí misma, sino una forma compartida de hacer ciencia. Se lo utiliza en
filosofía, lingüística, antropología, economía y psicología, entre otras disciplinas. El
análisis estructuralista asume que los diversos objetos de investigación pueden contener
estructuras ocultas o subyacentes que se interrelacionan y que tienen significación por
formar parte de un mismo sistema.

Historia del estructuralismo

Saussure y los orígenes del estructuralismo

El estructuralismo surgió con el trabajo del lingüista suizo Ferdinand de Saussure,


Curso de lingüística general. Esta obra se publicó en 1916 por los alumnos de
Saussure a modo de recopilación de los aportes del lingüista durante sus años de
profesor.

La lingüística considera al lenguaje como un sistema de signos y significado que se


relaciona de manera arbitraria y no natural. Sin embargo, este sistema puede ser
comprendido por un grupo de personas que compartan determinadas convenciones o
normas.

Para Saussure, los elementos del lenguaje son comprensibles solo entre sí y dentro
del sistema que los contiene. De esta manera el lenguaje va más allá de la
comunicación ya que influye en el individuo y en su rol en la sociedad.

Como sistema filosófico, la lingüística de Saussure busca analizar las relaciones


sistemáticas y constantes que existen en el comportamiento humano. Estas relaciones
dan origen a las estructuras de un sistema de significación.

Apogeo y desarrollo del estructuralismo

El estructuralismo adquirió importancia tras los aportes de múltiples disciplinas y


pensadores. La antropología de Claude Lévi-Strauss, el psicoanálisis de Jacques
Lacan, la semiótica de Roland Barthes, la epistemología de Michel Foucault y la filosofía
marxista de Louis Althusser son solo algunos ejemplos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el pensamiento filosófico occidental tenía como


voz cantante al existencialismo. Filósofos como Jean-Paul Sartre habían adquirido
visibilidad y reconocimiento tanto en la filosofía como fuera de ella. Sin embargo,
gracias al trabajo del lingüista Roman Jakobson, el estructuralismo avanzó hacia otros
campos del pensamiento.

La influencia de Jakobson en el trabajo de Lévi-Strauss fue decisiva para dar carácter


propio al movimiento estructuralista francés. Filósofos como Roland Barthes y Jacques
Derrida (aun cuando Derrida no se reconociera como estructuralista) llevaron el método
estructuralista a la literatura y el análisis literario.

Es necesario aclarar que no todos los pensadores denominados estructuralistas se


reconocen como tales. Además de Derrida, Althusser y Foucault también rechazan la
clasificación de su pensamiento como estructuralista. Al día de hoy se supone que
el único que hizo una reflexión total enmarcada dentro del estructuralismo es el
antropólogo Lévi-Strauss.

Características del estructuralismo

El movimiento estructuralista se caracteriza por:

 Existe una estructura más allá del individuo.


 Esta estructura condiciona y forma al individuo.
 Debe haber un reconocimiento de la propia estructura.
 Una vez reconocida, la estructura obedece a normas y leyes propias.

Ejemplos de estructuralismo

Algunos ejemplos de análisis estructuralistas son:

 El lenguaje. Analizado por Ferdinand de Saussure desde la lingüística.


 La sociedad. Analizada por Claude Lévi-Strauss desde la antropología.
 La economía. Analizada por Louis Althusser desde la filosofía marxista.
 El conocimiento. Analizado por Michel Foucault desde la epistemología y su
relación con el poder.
 El inconsciente. Analizado por Jacques Lacan desde el psicoanálisis.

Las bases del estructuralismo

El estructuralismo resultó una especie de conciencia despierta que permitió


comprender y analizar los conocimientos adoptados de manera inconsciente, bajo
las costumbres y códigos que tienen lugar en una cultura determinada y en la que
intervienen múltiples disciplinas de estudio.

La corriente estructuralista se puede analizar desde tres bases principales:

 Estructuralismo lingüístico. Está basado en las teorías de Saussure,


considerado el fundador de la lingüística. La lingüística es la disciplina cuyo objeto
de estudio es la lengua, un sistema de signos que se encuentra en la mente de
varios individuos y, por eso, se la considera social y homogénea. En cambio, el
habla es una acción individual y heterogénea que interactúa con la lengua.
Saussure sostenía que las palabras son símbolos que daban significado en
referencia a otras palabras, pero no a la naturaleza de la realidad. La fonética de
una palabra o su imagen acústica, lo que denominó significante, se relaciona de
manera arbitraria al concepto que representaba, lo que denominó significado. Las
personas logran entenderse al hablar porque la relación entre significante y
significado se basa en convenciones sociales o estructuras, es decir, porque
comparten los mismos códigos.
 Estructuralismo antropológico. Está basado en las teorías de Lévi-Strauss,
quien fue pionero en considerar a la antropología desde el estructuralismo para
analizar al ser humano y su vida en sociedad. Es decir, logró distanciar a la
antropología del concepto de historia para lograr un análisis más complejo.
El estructuralismo aplicado a la antropología permitía detectar la estructura
subyacente, o que permanecía oculta, y las diversas relaciones entre los
elementos subyacentes de esa estructura, como los sistemas de ideas, de
parentesco o los mitos, a los que los individuos terminaban subordinados.
 Estructuralismo marxista. Está basado en las teorías de Louis Althusser, Nicos
Poulantzas y Maurice Godelier, los principales contribuyentes del marxismo
estructural, quienes intentaron establecer que no había sido Saussure el fundador
del estructuralismo, sino Karl Marx.
Marx determinó que la estructura no debía ser confundida con las relaciones
visibles. Su explicación de la lógica oculta estableció las bases del
estructuralismo. Ese resultó un punto en común entre los diferentes pensadores
del estructuralismo, sean lingüistas, antropólogos o marxistas: todos
consideraban la existencia de una estructura oculta o subyacente en el objeto de
estudio de cada disciplina.

Representantes del estructuralismo

Saussure
Ferdinand de Saussure (1857-1913) es considerado el padre del estructuralismo. Sus
trabajos en lingüística y semiótica tuvieron impacto no solo en sus áreas de interés sino
también en otras disciplinas. Su obra Curso de lingüística general dio inicio al
movimiento estructuralista cuando fue retomada por distintos pensadores franceses y
alemanes de mitad de siglo XX.

Lévi-Strauss

Claude Lévi-Strauss (1908-2009) es una de las grandes figuras de la antropología del


siglo XX. Fue el fundador de la antropología estructural, que basó su método en la
lingüística saussuriana. Su obra Antropología estructural, de 1958, expone su teoría.

Lacan

Jacques Marie Émile Lacan (1901-1981) es una de las figuras más importantes del
psicoanálisis. Su vuelta a las obras de Freud revitalizó y resignificó todo el trabajo hecho
y la manera contemporánea de hacer psicoanálisis. A pesar de ser considerado
posestructuralista, gran parte de su obra puede ubicarse dentro del estructuralismo, en
especial sus primeros trabajos.

Athusser

Louis Alttuser (1918-1990) es frecuentemente asociado al marxismo filosófico y la teoría


social. Sin embargo, su trabajo incorporó muchas de las máximas del estructuralismo:
Alttuser hizo una revisión de este movimiento e incorporó el estructuralismo al análisis
marxista de manera crítica y revisionista.

Posestructuralismo

El posestructuralismo surgió a partir de la década de 1960 como una crítica al


pensamiento estructuralista. Los temas comunes entre los distintos autores
posestructuralistas son el rechazo de la autosuficiencia del estructuralismo y el
cuestionamiento de las oposiciones binarias que constituyen las estructuras.

Se tomó como punto de partida el discurso de 1966 que dio el filósofo francés Jacques
Derrida en la Universidad Johns Hopkins. Derrida cuestionó los esquemas
epistemológicos que se basaban en dualismos como hombre/mujer o espíritu/materia, lo
que limitaba la aprehensión de otros puntos de vista o que solo consideraban un
concepto central y otro periférico.

También puso en duda la estabilidad y la existencia de las estructuras de


pensamiento, con el propósito de alcanzar nuevos enfoques antes marginados por la
propia metodología.

El posestructuralismo rompió con el concepto dualista del estructuralismo que


consideraba, por ejemplo, a la naturaleza y a la sociedad como términos opuestos o
binarios. El principal logro del posestructuralismo fue haber redescubierto y ampliado las
posibilidades analíticas y radicales, propias de la teoría del lenguaje de Saussure
(tomado como fenómeno significativo más representativo).
Los principales autores a los que se consideran posestructuralistas son Jacques Derrida,
Roland Barthes, Michel Foucault, Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Julia Kristeva y Judith
Butler, entre otros.

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