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1. MATRICES DE DIAGNOSTICO
1. Hacer una lista de factores críticos; o que determinan el éxito: estos deben ser
entre 10 y 20 factores tanto los que representan oportunidades como
amenazas del ambiente para la empresa; deben anotarse primero las
favorables u oportunidades y luego las desfavorables, siendo lo más específico
posible, incluso usando porcentajes, razones, y cifras comparativas de ser
posible.
2. Asignar un peso relativo a cada factor: entre 0 (no importante) a 1 (muy
importante); decimales porcentuales, pues el peso indica la importancia
relativa que tiene el factor de éxito. Las oportunidades tienen pesos más altos
que las amenazas, pero estas tienen pesos altos si son muy graves o
amenazadoras; Los pesos adecuados pueden determinarse comparando
competidores; estos deben sumar 1.
3. Asignar una calificación de 1 a 4 cada factor: El objetivo es indicar como la
empresa responde a cada factor; Las calificaciones se basan en la respuesta de
la empresa, mientras los pesos en la importancia del peso en el sector
industrial o de la empresa
La clave de esta matriz consiste en que el valor del resultado final de las
oportunidades es mayor al peso de las amenazas; (1,61 es mayor a 0,91), lo que
beneficia al ambiente externo de la empresa. Es muy importante contar con
información externa e industrial del sector.
1.2. MATRIZ DE EVALUACIÓN DE LOS
FACTORES INTERNOS (MEFI)
Esta matriz parte de la realización de un análisis exhaustivo del interno organizacional,
identificando fortalezas como debilidades de las áreas del negocio, y ayuda a resumir
las principales fortalezas y debilidades para evaluarlas; sus resultados tal como la
anterior contribuye a la elaboración del FODA, complementaria a la CADENA DE VALOR
DE PORTER.
Para realizar este análisis también es importante contar con equipos de trabajo de
manera lo más participativa posible, que recaben toda la información previamente
para tener bases al momento de definir los factores, quienes pueden usar la lluvia de
ideas que permite revisar varios puntos de vista, y con la información variada que sirve
de punto de partida
Se construye de manera similar a la MEFE. De la siguiente manera:
MATRICES DE ESTRATEGIA
A cada factor se adjudicará el peso con el límite de uno siendo 0.0 (la más baja
importancia) y 1 (la importancia más alta); la suma de los pesos al igual que otras
matrices será 1, los resultados definirán cuan bien lo hacen las empresas en cada área,
y definirán un rating. Las calificaciones se clasifican de 1 a 4, donde:
1. DEBILIDAD GRAVE
2. DEBILIDAD MENOR
3. FORTALEZA MENOR
4. FORTALEZA IMPORTANTE
Esta matriz puede ayudar a obtener y mantener ventajas competitivas, que son el
propòsito final. Al ser un proceso que puede manejarselo subjetivo, es recomendable
hacer el proceso en equipo, con discusiones abiertas, y además combinando otras
alternativas.
El resultado total para cada empresa es la suma de todos los resultados individuales,
obtenidos luego de la multiplicación del criterio por la calificación. La empresa que
recibe el resultado total más alto es relativamente más fuerte que sus competidores.
En nuestro segundo ejemplo, la más fuerte en el mercado debería ser la Empresa A
(2.91 puntos).
Se dice de presentar una propuesta desde la percepción del valor del cliente, siendo la
obsesión presente el incremento del valor, lo que significa conocer cuáles son los
aspectos que más valora el mercado, para que sean los cimientos de construcción de
1
Tomado de: https://javiermegias.com/blog/2012/06/herramientas-la-curva-de-valor-de-la-
competencia/
una nueva propuesta, que nos permite diseñar estrategias diferentes en base de ese
valor del consumidor o de aquellos que no consumen por alguna razón.
Esta Técnica clasifica las estrategias para obtener una lista de prioridades y se utiliza
para determinar las acciones viables, y con ello identificar las mejores estrategias
Kaplan y Norton (1992) diseñan el Balanced Scorecard como un instrumento para medir
resultados, partiendo de la base del establecimiento de indicadores financieros y no
financieros derivados de la visión, misión y estrategia de la empresa, por lo que se
convierte en una herramienta para gestionar la estrategia.
El MAPA ESTRATÉGICO
Los objetivos estratégicos de las cuatro perspectivas están relacionados entre sí por las
relaciones causa-efecto, y de acuerdo a Altair (2005), el procedimiento para elaborar el
mapa estratégico es el siguiente:
1. Definir la visión y misión colegiadamente.
2. Definir los resultados financieros partiendo de la premisa de que los clientes están
satisfechos. Lo anterior se define en la perspectiva financiera.
3. Definir la propuesta de valor para el cliente para contribuir a generar ventas y
fidelidad de los clientes. (perspectiva del cliente)
4. Los procesos internos crean y aportan la proposición de valor para el cliente.
(perspectiva interna)
5. Los activos intangibles tales como el capital humano, sistemas y el clima
organizacional, contribuye a los procesos internos que proporcionan los fundamentos de
la estrategia. (perspectiva de aprendizaje y crecimiento) Alinear los objetivos de estas
cuatro perspectivas entre sí y con la misión, es la clave de la creación de valor y, por lo
tanto, de una estrategia centrada e internamente consistente (figura 2). Esta relación de
causa y efecto de las cuatro perspectivas, es la estructura de un mapa estratégico.
Establecer los objetivos estratégicos es la clave para que el BSC sea una herramienta de
gestión enfocada a la implementación de la estrategia. La fijación de objetivos
estratégicos y su conexión mediante relaciones causa-efecto permitirán explicar la
secuencia de la estrategia y él como la organización va a lograr los objetivos
estratégicos financieros y la satisfacción de los clientes a través del buen desempeño de
los procesos internos y de la habilitación del capital humano, organizacional y
tecnológico Santos y Fidalgo (2004).
Los indicadores clave de desempeño no solo representan valores financieros, sino que
son aplicables a todos los ámbitos de la empresa. Por ejemplo, un tablero de mando
empresarial debe recoger aquellos KPI de las distintas secciones de la empresa que
muestren los valores que miden la eficacia de las estrategias que se están llevando a
cabo. Con esta información en tiempo real facilitada por los KPI, los gerentes o
responsables de la empresa pueden tomar decisiones correctoras para reconducir
desviaciones en los objetivos y planificar nuevas estrategias competitivas.
Las métricas y los indicadores de gestión no son lo mismo, aunque en un principio son
similares, debido a que el objetivo de las métricas y de los indicadores de gestión es
medir el comportamiento o rendimiento de determinados asuntos de interés en un
escenario empresarial.
La diferencia aparece, cuando las métricas se utilizan para medir diferentes aspectos de
la actividad empresarial en un momento específico, mientras los indicadores de gestión
incorporan la medición de objetivos estratégicos, definidos en el marco de un plan
estratégico en sesiones de planeación, dentro de las organizaciones. En aras de la
estrategia, nos enfocaremos en los Indicadores de gestión (KPI's).
Cuando queremos que los indicadores aplicados cuenten una historia, lo que
debemos hacer es llevar su registro en el tiempo y manejarlos en comparación
con el anterior por ejemplo: participación en el mercado anual (comparación con
el año anterior en porcentaje).