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FINAL DERECHO CONSTITUCIONAL COLOMBIANO

María Paulina Castañeda Mesa


Mariana Galeano Marin
Alejandro Zuluaga Orrego
José Manuel estrada arango
Daniel Alejandro López Usuga
Valentina Restrepo cano

SEMESTRE III
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA LATINOAMERICANA
1. Artículo 376. Mediante ley aprobada por mayoría de los miembros de una y otra
Cámara, el Congreso podrá disponer que el pueblo en votación popular decida si
convoca una Asamblea Constituyente con la competencia, el período y la composición
que la misma ley determine. Se entenderá que el pueblo convoca la Asamblea, si así lo
aprueba, cuando menos, una tercera parte de los integrantes del censo electoral. La
Asamblea deberá ser elegida por el voto directo de los ciudadanos, en acto electoral
que no podrá coincidir con otro. A partir de la elección quedará en suspenso la
facultad ordinaria del Congreso para reformar la Constitución durante el término
señalado para que la Asamblea cumpla sus funciones. La Asamblea adoptará su propio
reglamento.

2. El Estado debe garantizar el pleno ejercicio y goce de los derechos fundamentales,


pero a la vez, esa garantía es relativa cuando el mismo Estado limita los derechos
fundamentales conforme la constitución política y la ley. Cuando el Estado vulnera los
derechos fundamentales no está garantizando ni limitando su ejercicio, sino que se
extralimita en las reglas para garantizar o limitar los derechos.
Violación al principio de seguridad jurídica: La Corte Constitucional ha señalado acerca
de la seguridad jurídica, que este es un principio central en los ordenamientos jurídicos
occidentales, el cual ostenta rango constitucional, derivándolo del preámbulo de la
Constitución y de los artículos 1, 2, 4,5 y 6 de la Carta Nacional. En relación con el tema
de la vulneración de la seguridad jurídica frente a la procedencia de la acción de tutela
contra providencias judiciales, la Corte Suprema de Justicia ha insistido en que es el
órgano límite dentro de su respectiva jurisdicción, que sus fallos son intangibles e
inmodificables, que sus decisiones hacen tránsito a cosa juzgada material y que se
debe garantizar por tanto la seguridad jurídica (Unimedios. Universidad Nacional de
Colombia). Sin embargo, los que se encuentran a favor de la procedencia de la acción
de tutela contra providencias judiciales afirman que los principios de seguridad jurídica
y cosa juzgada no son absolutos y por ello se hace necesario en caso de conflicto
ponderarlo con derechos fundamentales.
Violación al principio de non bis in idea: Los que se encuentran en contra de la tutela
contra providencias judiciales afirman que ésta vulnera el principio del non bis ídem,
por cuanto implicaría la reapertura de un proceso ya finalizado, por lo tanto, no es
procedente una nueva decisión sobre un asunto que ha sido resuelto. Sin embargo, los
que se encuentran a favor de la tutela contra providencias judiciales establecen que
ésta no vulnera el principio del non bis ídem puesto, que no se trata de enjuiciar a una
persona, sino a una providencia proferida por un juez de la república que viola
derechos fundamentales contemplados en la Constitución Política.
Vulneración al principio de Celeridad: Los que se encuentran en contra de la acción de
tutela contra providencias judiciales, manifiestan lo siguiente: …La aceptación de la
tutela contra sentencias conlleva a la afectación de los principios rectores de la
administración de justicia, tal como la celeridad, “por cuanto este tipo de demandas
incrementan el trabajo de los despachos judiciales, y, por tanto, conducen a demoras
en la resolución de los casos” (Herrera, p. 29). Sin embargo, los que se encuentran a
favor de la acción de tutela contra providencias judiciales expresan que ésta no vulnera
el principio de celeridad de la administración de justicia, puesto que no se tiene
evidencia de que sea esta acción la que esté ocasionando la congestión de los
despachos judiciales.
Vulneración al principio de autonomía e independencia judicial: La Corte Suprema de
Justicia ha manifestado en diversas ocasiones, que es el órgano límite de su
jurisdicción, por lo que los jueces de tutela no pueden entrar a transformar la jerarquía
establecida por la Carta Nacional del 91. Indicando además que la autonomía de los
jueces no puede verse perturbada, ni aun pretextando la facultad de controlar la
constitucionalidad de sus actos. Los que se encuentran a favor de la acción de tutela
contra providencias judiciales señalan que ésta no vulnera el principio de autonomía e
independencia judicial puesto que estos principios deben entenderse en el contexto de
la supremacía constitucional.

3. Diferencias entre la acción popular y la acción de grupo

Si bien tanto la acción popular como la acción de grupo se encuentran reguladas por la
ley 472 de 1998, estas acciones revisten muchas diferencias, donde la principal es la
finalidad que cada una persigue.

Acción popular y de grupo.


La acción de grupo es eminentemente indemnizatoria pues con ella lo que se busca es
que se repare un daño causado a un conjunto de personas, mientras que la acción
popular es preventiva su finalidad es evitar que se cause un daño cuando se está
vulnerando o violando derechos o intereses colectivos.
Pese a que la acción popular, cuando no se pueda efectuar el restablecimiento de las
cosas a su estado anterior, en caso de haberse causado un daño, puede tornarse
indemnizatoria.
La indemnización que puede darse en la acción popular se hace al colectivo, mas no
hay indemnización individual como si la hay en la acción de grupo.
También puede diferenciarse estas dos acciones por lo siguiente:
Caducidad: la acción popular no tiene caducidad alguna y solo es necesario para su
procedencia que exista amenaza o peligro de vulneración o violación del derecho o
derechos e intereses colectivos, mientras que la acción de grupo tiene una caducidad
de dos años siguientes a la acusación del daño.
Para ejercer una acción de grupo se requiere un conjunto de 20 personas que se les
haya causado el daño por las mismas causas o circunstancias, y en cuanto de la acción
popular se trata, una sola persona puede interponerla sin necesidad que se tenga que
identificar un grupo de personas.
Las acciones de grupo deben ser presentadas por intermedio de abogado, mientras
que las acciones populares pueden presentarla el mismo actor popular o por
intermedio de abogado a elección del actor.
Legitimación: la acción de grupo podrá ser interpuesta por las personas afectadas o
por el defensor del pueblo, los personeros municipales o distritales en nombre del
afectado que se lo solicite o cuando este se encuentre en estado de indefensión; la
acciones de populares además de las personas mencionadas, por los alcaldes,
servidores públicos, procurador general de la nación, organizaciones populares no
gubernamentales o cívicas, y por entidades públicas que cumplan funciones de control
o vigilancia.

Como se puede observar, cada acción tiene un propósito según la situación a que se ha
expuesto a un grupo o colectivo de personas.
Tanto la acción de grupo como la acción popular se interponen ante la justicia
administrativa si los responsables son entidades estatales o particulares que
desempeñen funciones administrativas, y si se dirige contra particulares se deben
interponer ante la jurisdicción civil.

4. Cada una de las ramas (ejecutiva, legislativa y judicial) cuenta con funciones específicas
y autónomas. Sin embargo, éstos deben trabajar de manera armónica y coordinada
para garantizar el buen funcionamiento del Estado y la preservación del equilibrio de
fuerzas. Esto en cuanto no es deseable que las ramas del poder público se
extralimiten, se subordinen o generen vínculos de dependencia entre sí.

 La conducción del país en general


 Al encargarse de distintas funciones, las ramas distribuyen ese poder para que ninguna
se convierta en “supremo” y mejor cooperen entre ellas.
 La Rama Judicial juzga a funcionarios, pero la Legislativa hace la reglas y la Ejecutiva las
administra

Este es el funcionamiento de la democracia en Colombia.

5. El Decreto es un acto administrativo promulgado por el poder ejecutivo con contenido


normativo reglamentario sin necesidad de ser sometida al órgano legislativo. Cuando
se habla de un decreto ley se trata de un acto que ofrece la posibilidad de tener
aplicación con fuerza de ley sin que necesite la intervención del congreso,
generalmente se da cuando existen necesidades que deben ser ejecutadas con
urgencia y algunas otras específicamente tasadas.
También existe Decreto Legislativo, el cual puede emplear el Gobierno para dictar
normas en materia delegada por las Cortes, sobre materias que no necesitan ser
reguladas por la ley orgánica.
Por último, está el Decreto de Ley, el cual es una delegación expresa y especial del
Poder Legislativo, ante circunstancias excepcionales, a favor del Poder Ejecutivo.
Mientras tanto, la Ley es una regla o norma elaborada y aprobada por el poder
legislativo. Su incumplimiento conlleva a una sanción. El congreso de la República de
Colombia es el máximo órgano legislativo de la nación.
Una de las diferencias más importantes, es el hecho de que, generalmente, posee un
contenido normativo reglamentario, por lo que su rango es jerárquicamente inferior a
las leyes.
Otra es el ámbito al que se dirige, pues el decreto es usado mas en regulaciones del
poder ejecutivo.

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