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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


VICERRECTORADO ACADÉMICO Y ADMINISTRATIVO
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO

DERECHO PROCESAL
CIVIL I
LAS PARTES EN EL PROCESO.

ANTONIO JOSE REY MONTOYA


12.151.514

FEBRERO 2022
INTRODUCCIÓN

Se conoce como Derecho Procesal Civil al conjunto de normas,


técnicas y doctrinas encargadas de la presentación, desarrollo y solución de
las reclamaciones planteadas ante los tribunales fundados en la aplicación
de normas de Derecho privado. Para ello, cada etapa tiene una serie de
procedimiento a las que hay que ajustarse para que el proceso sea válido,
esto es, legal y jurídicamente válido con fuerza de ley.

El Derecho Procesal Civil abarca las actividades inherentes a los


tribunales, siendo estos organismos representantes del poder Judicial del
Estado, forma parte del Derecho público. Las normas procesales civiles
hacen referencia a los procedimientos, dirigidos al llamado derecho orgánico
o derecho judicial, que trata específicamente de la organización de los
tribunales, como ya fue mencionado. Dentro de los procedimientos conocidos
tenemos el proceso de ejecución de sentencia es el procedimiento dirigido a
asegurar la eficacia real y práctica de las sentencias de condena.

A lo largo del presente trabajo, se presentará parte de los


conocimientos adquiridos por el investigador sobre el estudio de las partes
en el proceso. .
LOS ACTOS PROCESALES

FUNCIÓN JURISDICCIONAL

El Derecho Procesal Civil, es la rama del derecho encarga de regular


el proceso, a través del cual los “sujetos de derecho” recurren al órgano
jurisdiccional para hacer valer sus propios derechos y resolver
incertidumbres jurídicas. Este además estudia el conjunto de normas y
principios que regulan la función jurisdiccional del estado y que fijan el
procedimiento que se ha de seguir para obtener la actuación del derecho
positivo y los funcionarios encargados de ejercerla a cargo del gabinete
político, por el cual quedan exceptuados todos y cada uno de los encargados
de dichas responsabilidades.

En ocasiones; suele ocurrir que se presenten impropiedades jurídicas


al sustentar que las controversias de competencia de la jurisdicción civil se
adscriben exclusivamente a las suscitadas entre particulares. Por el contrario
una entidad de derecho público puede intervenir en un proceso como parte
actora o demandada en un litigio promovido por o contra un particular según
la naturaleza privada civil (no administrativa) del derecho elevado ante los
juzgados y tribunales de justicia en las instancias

Para ello; es necesario reconocer a que hace referencia la función


jurisdiccional que tienen los jueces para resolver los conflictos que llegan a
juicio dentro de sus competencias. Un ejemplo de esto es la capacidad que
tienen estos de poder juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, se verá limitado por
las leyes de competencia funcional y territorial. La ley marcará que juez tiene
potestad jurisdiccional. Esto es, quién puede juzgar un pleito dependiendo
del territorio (ciudad, provincia, etc) donde se haya cometido el delito o viva
el demandado, por ejemplo. También dependerá de que clase de acción se
ejecute por parte del demandante, civil, penal, laboral, etc.

Tomando en consideración qué clase de juicio se vaya a desarrollar y


el territorio, para establecer las competencias funcionales y territoriales. Una
vez limitada estas competencias, los jueces tienen que hacer cumplir con su
función jurisdiccional, es decir, con resolver el conflicto.

La correcta aplicación del poder judicial que encarnan los jueces y


tribunales, depende de la adecuada división de poderes, con el que se debe
contar, aunado del respeto que se le debe tener al pueblo que es quien al
final otorga este poder y quién se somete a la resolución de los conflictos que
decidan los jueces de acuerdo a la ley vigente.

LA ACCIÓN

La acción es el poder jurídico que tiene todo sujeto capaz, de acudir a


los órganos jurisdiccionales para reclamar la satisfacción de una pretensión.
Esta palabra se utiliza con varios significados en el campo de las
instituciones procesales y varía tanto en el espacio, como en el tiempo.
Proviene del latín "actio" que significa ejercer, realizar el efecto de hacer,
posibilidad de ejecutar alguna cosa. Según Eduardo Couture, existen tres
acepciones distintas:

 La acción como sinónimo de derecho.


 La acción como sinónimo de pretensión.
 La acción como sinónimo de facultad de provocar la actividad de la
jurisdicción.
Las principales características que definen a las acciones procesales son

 Su función es el impulso procesal. Es decir, inicia el procedimiento


judicial.
 Para que se pueda iniciar una acción debe haber un derecho subjetivo
que proteger.
 Todas las acciones que inician el proceso judicial son procesales.
 Las acciones que no inician la actividad judicial son las acciones
extrajudiciales.
 La acción fija el objeto del juicio sin que pueda debatirse de otra cosa
distinta.
 A la acción iniciada por la parte demandante, podrá el demandado
interponer excepciones u oponerse a la misma.
 Excepto en las acciones penales, quién ostente la acción procesal
debe ser la persona física o jurídica que ha visto lesionado su derecho
subjetivo.
 No es necesario que solo se interponga una acción, se pueden
acumular las pretensiones cumpliendo ciertos requisitos.
 Pueden ser titulares de la acción tanto personas jurídicas como
físicas.
 Cuando se inicia el proceso judicial y se interpone esta acción, se
pueden prever acciones subsidiarias de la principal para aquellos
casos en los que los jueces no estimen la acción principal.

Tipos de acciones procesales

A continuación, los principales tipos de acciones procesales:


 Acción civil: Dentro de estos tipos de pretensión judicial se encuentran
aquellas que protegen los derechos recogidos en los códigos civiles,
como la reclamación de cantidad o un divorcio, por ejemplo. Dentro de
estas acciones, existen acciones de condena, declarativas, etc.
 Acción penal: En este caso, el inicio del procedimiento no tiene porque
ser por parte de quién ha sufrido la lesión en su derecho, sino que se
iniciará por los agentes judiciales. Basado en los derechos recogidos
en los códigos penales.
 Acciones contencioso-administrativo: Esta pretensión fundará la lesión
de un derecho en relación con las administraciones públicas.
 Acción laboral: Tendrá cabida en el marco del derecho de los
trabajadores. Por ejemplo, una acción de despido improcedente.
 Acción mercantil: Estas serán destinadas a los conflictos surgidos en
el tráfico empresarial. Por ejemplo, una acción de iniciación de
concurso de acreedores.

Más allá de la diferencia existente entre las acciones por jurisdicción


hay que diferenciar entre las acciones personales y reales:

 Acción personal: Esta pretensión se inicia por una persona


determinada contra otra persona determinada. El ejemplo de más
arriba es perfecto para entender esta acción. Nace esta acción por la
obligación que existe entre las dos personas.
 Acción real: En este caso la pretensión se inicia por una persona
determinada pero no contra otra, sino que tiene sentido en la relación
de esta persona con un objeto. Nace esta acción por la obligación que
existe entre la persona y la cosa. Por ejemplo, la acción posesoria.
LA PRETENSIÓN

La pretensión es otra de las figuras de gran relevancia dentro del


estudio del derecho procesal, aunque no tan compleja como la teoría de la
acción; sin embargo; es oportuno conceptualizarla y diferenciarla de la
acción, y de la demanda como acto procesal.

La pretensión es la afirmación de un sujeto de derecho de merecer la


tutela jurídica y de la aspiración de que se haga efectiva.

El jurista Eduardo Couture sostiene que la pretensión no es la acción,


y considera que: “la acción es el poder jurídico de hacer valer la pretensión”.
Por tanto, podemos decir que la pretensión es una manifestación de
voluntad, subjetiva e individualizada que se hace valer con la acción, pues
por sí sola no puede manifestarse y ningún juez u órgano atribuido de
jurisdicción puede satisfacer una pretensión que no ha sido manifestada a
través de la acción. La pretensión necesita de la acción para hacerse valer y
a su vez toda acción lleva inmanente una pretensión de obtener favorable
dictamen; son figuras jurídicas emparejadas.

En este mismo orden lógico de ideas Carnelutti la define como “La


exigencia de la subordinación de un interés de otro a un interés propio”. Este
interés propio se muestra o se revela a si mismo alegando la supuesta
existencia de un derecho subjetivo material propio, porque se considera que
ha sido enervado. Ahora bien, la existencia o no de ese derecho subjetivo
material la determinara el juez en la sentencia.
De allí que la pretensión puede ser planteada por quien tenga derecho
o por quien no lo tenga, en el primer caso será fundada y en el segundo
caso, será una pretensión infundada.

En el derecho procesal y en los códigos podremos encontrar siempre


la acumulación de pretensiones que no se excluyan entre sí, pero nunca la
acumulación de acciones, pues la acción es una sola y una vez hecha la
petición al juez correspondiente ha sido puesta en ejercicio y emitida la
sentencia favorable o desfavorable ha quedado agotada, en cambio la
pretensión queda satisfecha con la obtención de una decisión favorable para
el accionante, pues esta es subjetiva, forma parte del interés propio del
accionante, un interés que va más allá de obtener respuesta del órgano
jurisdiccional, se extiende hasta la obtención de sus deseos, de la voluntad
que dio inicio a proponer la acción en primer lugar.

Aun puede encontrarse en la doctrina la utilización del término acción


y pretensión indistintamente, al igual que acción y demanda, siendo como
hemos visto que cada termino alude a una figura legal distinta, y es deber de
los profesionales del derecho insistir en el correcto uso de las acepciones y
la terminología legal correspondiente.

EL PROCESO

El término “proceso” implicaría una serie de actos o fenómenos que se


suceden en el tiempo, este se reserva para el ejercicio del poder
jurisdiccional, pero no para otras instituciones jurídicas que presentan una
cierta similitud. Por ejemplo, una multa de tráfico se tramita por medio de un
procedimiento administrativo en el que se suceden una serie de actos en el
tiempo, se aportan pruebas si es necesario, se hacen alegaciones, etc., pero
no puede hablarse de proceso administrativo, salvo que el sujeto sancionado
decida impugnar la resolución ante el orden contencioso-administrativo, una
vez haya agotado la vía administrativa.

Entonces la palabra “proceso” viene hacer lo mismo que el litigio o el


pleito, esto es, un determinado conflicto o controversia entre dos o más
sujetos (las partes) que, una vez ejercitada la acción, resuelto por el poder
judicial aplicando el Derecho. Por tanto; puede decirse que el proceso no es
otra cosa que el ejercicio y contenido de la actividad jurisdiccional en un
supuesto concreto.

Tipos de proceso

 Proceso declarativo y proceso Los procesos declarativos o procesos


de cognición (“cognición” significa “conocimiento”) son aquellos en los
que el órgano judicial conoce, es decir, juzga, un conflicto concreto,
dictando una resolución que responde a las pretensiones planteadas
mediante la aplicación del Derecho. Una vez que el órgano judicial se
ha pronunciado formalmente, se espera que los destinatarios de la
resolución la cumplan voluntariamente, pero ello no siempre sucede
así (por ejemplo, puede suceder que el empresario se niegue a
readmitir a un trabajador o que la empresa demandada desaparezca
del mercado). En estos casos, la parte afectada por el incumplimiento
puede emprender un proceso ejecutivo (o de ejecución). Nos
ocuparemos del proceso ejecutivo más adelante de manera que en
este tema nos referiremos exclusivamente al proceso declarativo,
salvo que se indique otra cosa. Algunos procesalistas mencionan un
tercer tipo de proceso llamado proceso cautelar; consiste en una serie
de medidas vinculadas a un proceso principal y destinadas a asegurar
la eficacia de éste (por ejemplo, una prisión provisional en el orden
penal o un embargo preventivo).
 Las modalidades procesales Como sucede en otros órdenes
jurisdiccionales, en el orden social existe una gran diversidad de
pretensiones posibles (por ejemplo, no es lo mismo impugnar un
convenio colectivo que reclamar unos salarios dejados de percibir);
ello puede implicar que las reglas de procedimiento sean istintas, para
adaptarse a diversas situaciones. En nuestro ordenamiento procesal
laboral existe una “modalidad de procedimiento” de carácter general,
que se llama “proceso ordinario”, así como una serie de modalidades
especiales que se adaptan a la especificidad de algunas materias, y
se denominan “procesos especiales” (se utiliza aquí la palabra
“proceso” de manera relativamente impropia como sinónimo de
“modalidad procesal”). El proceso ordinario regula el núcleo básico de
las reglas de procedimiento en el orden social y opera siempre en
ausencia de regulación específica. Así pues, de un lado, se tramitará
por el proceso ordinario cualquier materia que no esté referida en la
regulación de los procesos especiales (por ejemplo, una reclamación
de cantidad, o una extinción indemnizada del contrato de trabajo a
iniciativa del trabajador fundada en un incumplimiento del empresario);
de otro lado, los procesos especiales se limitan a establecer algunas
especialidades, de manera que supletoriamente rigen las reglas del
proceso ordinario; por esta razón, podría argumentarse que no
constituyen modalidades procesales en el sentido más estricto del
término, sino que más bien se establecen algunas peculiaridades en
función del objeto del proceso.
EL PROCESO COMO SITUACIÓN JURÍDICA

La teoría anterior de la relación jurídica es criticada por el Profesar


Goldschmidt al negar el carácter de verdaderos derechos y deberes jurídicos
a los distintos vínculos que median entre los sujetos procesales. El Juez,
según el mencionado tratadista, tiene obligación de conocer y decidir sobre
la demanda, pero esta obligación es de carácter público, no estrictamente
procesal. El demandado no tiene obligación procesal alguna sino cargas; su
incomparecencia no lleva consigo sanción alguna sino el perjuicio que
supone su declaración en rebeldía.

Al considerar inaceptable la tesis de la relación jurídica procesal,


considera el proceso como una situación jurídica, que deviene en un
complejo de expectativas, cargas y posibilidades de obrar, no deberes y
derechos en que el proceso se resuelve, lo que no es otra cosa sino
consecuencia de la concepción dinámica del derecho.

EL PROCESO COMO INSTITUCIÓN JURÍDICA

La concepción del proceso como una institución jurídica, parte del


error de negar la existencia de verdaderos derechos y deberes procesales,
ya que las cargas y atribuciones de las partes, más que figuras autónomas
son aspectos especiales de las dos figuras fundamentales: el derecho y la
obligación.

Pero aun reconociendo en el proceso la existencia de verdaderos


derechos y obligaciones, el proceso no sólo es una relación jurídica, sino
múltiples relaciones jurídicas, mejor dicho, se compone de ellas.
Para el procesalista Jaime Guasp en el proceso existen verdaderas
derechos y deberes jurídicos, y por lo tanto hay un complejo de actividades
relacionadas entre si por el vinculo de una idea objetiva, a la que figuran
adheridas las diversas voluntades particulares de los sujetos de quienes
proviene la dicha actividad.

La Institución se compone de dos elementos: el objetivo que está


situado por encima de esas voluntades y el conjunto de las dichas
voluntades que se adhieren a la idea para lograr su realización.

RELACIÓN JURÍDICA PROCESAL.

Es aquella relación jurídica sustantiva, pero con intervención del


Órgano Jurisdiccional. Es una relación triangular entre el juez y las partes,
los cuales realizan actos dentro del proceso conforme las reglas establecidas
en las normas procesales.

Se denomina relaciones jurídicas al vínculo legal entre dos o más


sujetos jurídicos, según el cual es posible que alguno exija al otro el
cumplimiento de determinados términos acordados o prestablecidos en la
Ley.

El principal rasgo de las relaciones jurídicas es que tienen lugar entre


sujetos, nunca entre sujetos y objetos (como sí ocurre con las relaciones de
hecho).

Incluso hay quien las considera un nombre más para el propio


supuesto normativo del derecho, o sea, para la ley misma, que obliga a los
sujetos legales a cumplir con sus deberes al tiempo que protege sus
derechos. Desde el punto de vista del titular o sujeto, las relaciones jurídicas
pasan a llamarse derechos subjetivos, y pueden ser por lo tanto de dos tipos:
políticos y civiles.

Por otro lado, las relaciones jurídicas pueden ser de dos tipos:
públicas o privadas, dependiendo de su fin, del mismo modo en que pueden
distinguirse comúnmente el derecho privado del derecho público.

Elementos de las relaciones jurídicas

Las relaciones jurídicas operan en base a cuatro elementos básicos o


fundamentales, que son:

 El acreedor o sujeto activo. Quien tiene el derecho de exigir el


cumplimiento de una obligación, ya sea de pago o de otra naturaleza.
 El deudor o sujeto pasivo. Quien es la persona obligada por ley a
cumplir un acuerdo previo o a actuar de una manera determinada.
 El objeto prestacional. Que es una acción regulada jurídicamente,
como es dar algo en tenencia, dar algo en propiedad, hacer o no
hacer, etc.
 El vínculo jurídico o vínculo de atribución. El mismo consagrado en la
Ley y que le permite al acreedor demandar del deudor el cumplimiento
de una acción determinada.

Tipos de relaciones jurídicas

De acuerdo su contenido, generalmente se distingue entre cuatro tipos


de relaciones jurídicas:
 Relaciones obligatorias. Aquellas en las que priva el deber de cumplir
con los derechos de otro(s) sujeto(s), como la devolución de un
préstamo al banco.
 Relaciones jurídico-reales. Aquellas que señalan el derecho del
propietario de disponer de su propiedad del modo en que mejor le
pareciera, como el derecho a la venta o al arriendo.
 Relaciones familiares. Aquellas que buscan garantizar los derechos
propios de la institución familiar, como el derecho a la alimentación.
 Relaciones hereditarias o sucesorias. Aquellas que atañen a los
sucesores de una persona fallecida, como el cumplimiento de los
testamentos.

Relación jurídica y vínculo jurídico

La diferencia fundamental entre una relación jurídica y un vínculo


jurídico en muchos casos radica en la tradición de interpretación jurídica que
se prefiera. En algunos casos, se establece la relación jurídica como lo que
ata a acreedor y deudor, lo cual proviene del derecho romano tal y como
Justiniano o consideraba:

“Obligatio est iuris vinculum, quo necesitate adstringimur alicuius


solvendae rei secundum nostrae civilitatis iura” (“Obligación es un vínculo el
derecho, por el cual somos constreñidos con la necesidad de pagar alguna
cosa según las leyes de nuestra ciudad”).

En cambio, otros autores prefieren pensar el vínculo jurídico como un


elemento independiente de los sujetos, colocado a su mismo nivel. Como se
verá, es una distinción más bien de tipo semántica.
Relación jurídica tributaria

Se entiende este tipo de relación jurídica como la que existe entre el


fisco, actuando como un sujeto activo, y aquellos sujetos pasivos de la
sociedad que, por ley, estén designados como contribuyentes, y que le
permite al primero demandar tributo de ellos, o sea, el pago de los impuestos
correspondientes.

En ese sentido, es una relación jurídica surgida entre el Estado y los


contribuyentes, a partir de las normas que regulan la participación fiscal de
los ciudadanos, imponiendo obligaciones positivas y negativas, así como
derechos.

PRESUPUESTOS PROCESALES

Se denominan presupuestos procesales a cada uno de los requisitos


que deben acreditar los sujetos para actuar en el proceso (legitimación
procesal), y a los que necesitan encontrarse en el objeto y en la causa de
pedir (pretensión) para constituir un proceso válido, y fallarlo con igual
regularidad.

Los presupuestos representan el conjunto de requisitos necesarios


para que la relación procesal tenga validez.

Los presupuestos son antecedentes necesarios para construir la


relación jurídica procesal y para que se dicte una sentencia. Si estos
supuestos no ocurren, resulta por demás dificultoso llegar a la instancia
resolutiva, porque el proceso estaría viciado (nulo o anulable) y regresaría al
punto de su enquistamiento.

En síntesis, los presupuestos procesales ocupan, esencialmente, la


descripción de las exigencias insoslayables que dan regularidad al proceso y
al procedimiento que informan, permitiendo con la normalidad secuencial
llegar al dictado de una sentencia útil.

Presupuestos Para El Ejercicio De La Acción

Hay dos requisitos imprescindibles para que la acción pueda ser


considerada:

 El que pide, debe acreditar la personalidad que tiene (legitimación ad


processum) y el interés que reclama (legitimación ad causam);
 Competencia e idoneidad del tribunal ante quien se formula la
demanda.

En consecuencia, la regularidad para ejercer el derecho de acción


concita los siguientes presupuestos necesarios para dar validez a los actos
que se continúan a partir del mismo:

 Capacidad; El Código Civil entiende capaces, a las personas físicas


que tienen aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones; en
cambio, para el derecho procesal, la capacidad se tiene como una
cualidad necesaria para el ejercicio de la acción, o para ser sujeto
obligado con la pretensión cuya satisfacción se pretende. El ejercicio
del derecho debe ser realizado por quien fuere su titular y tuviera la
posibilidad jurídica de reclamarlo. La capacidad civil difiere de la
capacidad procesal. Mientras la primera consiste en resolver la
personalidad jurídica, la segunda introduce un elemento nuevo que se
denomina legitimación procesal. La legitimación ad causam, implica,
además de la asignación propia del derecho subjetivo, la naturaleza
efectiva de reclamarlo por sí y para sí. Esta capacidad procesal sería,
de alguna manera, un paralelo de la capacidad de derecho. La
legitimación ad processum, se relaciona con la posibilidad de obrar,
enraizado en simetría con la capacidad de ejercicio.
 Representación en juicio; La representación de un derecho que no
resulta propio se debe acreditar por quien lo afirma como una forma
de justificar la personería que alega. En el caso de los menores de 18
años de edad para estar en juicio necesitan la representación de sus
padres, o de quienes la ejerzan legalmente. Sin embargo, con el
Código Civil y Comercial actual hay numerosas excepciones de
acuerdo con la edad o la condición que tenga el interesado. La
habilitación paterna o judicial es diferente de la asistencia jurídica y de
la misma representación, pues se trata de cubrir una ausencia de
capacidad que impide obrar por sí en un asunto de interés particular.
Esta habilitación para el proceso no supone que el menor actúe solo
sino a través de un tutor especial que al efecto se designa.
 Competencia del órgano judicial. El órgano judicial que recibe la
demanda debe tener jurisdicción, esto es, que quien vaya a
representar el poder-deber de juzgar cuente con los atributos
exclusivos y excluyentes que acreditan la función. Objetivamente, la
competencia adscribe al conjunto de causas o asuntos en los que el
juez interviene en razón de una disposición legal que lo autoriza; en
tanto que subjetivamente, el mismo juez limita su actuación a las
materias y territorios asignados.
CLASES DE EXCEPCIONES O DEFENSAS CONTEMPLADA EN EL
NUEVO C.PV, VENEZOLANO.

La excepción procesal es una herramienta jurídica a disposición de la


persona demandada para resistirse a la acción que ha interpuesto el
demandante. El objetivo de la excepción procesal es impedir que el
procedimiento siga su curso normal y que el juez entre a valorar el fondo del
asunto por el que se demanda a una persona. Al presentar alguna de las
excepciones procesales, el demandado logra detener el curso normal del
procedimiento judicial solicitando al juez que evalúe y resuelva antes esa
petición que plantea.

El demandado puede alegar como excepción que no se han cumplido


los presupuestos procesales que, en un procedimiento judicial, garantizan
sus derechos fundamentales. Es decir, en la demanda existen defectos,
subsanables o insubsanables, por los que el juez debe plantearse la
desestimación y evitar pronunciar una resolución con efectos de cosa
juzgada.

Como explica la Ley de Enjuiciamiento Civil, el demandado utilizará la


contestación a la demanda para exponer los fundamentos con los que se
opone a las pretensiones de la persona que le demanda y alegará las
excepciones procesales que considere pertinentes que pongan de relieve
“cuando obste a la válida prosecución y término del proceso mediante
sentencia sobre el fondo”.
Por tanto, en el escrito de contestación a la demanda, además de
alegar los motivos por los que el demandado se opone al fondo del asunto,
planteará las excepciones que considera que existen para evitar que el juez
valore el fondo y dicte sentencia sobre ello. También podría ser que fuera el
juez quien presentase de oficio las excepciones.

En ambos casos, al inicio de la vista, el juez expondrá las excepciones


planteadas por el demandado y pedirá al demandante que realice las
alegaciones oportunas y permitirá al demandado responder a ellas.
Escuchadas las partes, el juez tomará la decisión pertinente:

 Desestimando la excepción. Salvo recurso, si el juez desestima la


excepción que bloqueaba el proceso, este seguirá su curso ordinario.
 Estimando la excepción. Este caso puede dar lugar a dos supuestos:
que la decisión del juez ponga fin al proceso o que, no poniendo fin al
proceso, implique su nulidad por requerir modificaciones en el
planteamiento de la demanda.

Tipos de excepciones procesales

Las excepciones pueden ser subsanables o insubsanables, es decir,


cabe o no que la parte pueda realizar alguna acción que remedie el error y
continuar con el proceso de forma normal.

Entre las insubsanables se pueden incluir la falta de jurisdicción o de


competencia del juzgado ante el que se ha planteado la demanda (debe
plantearse antes de presentar la contestación), o algunos defectos de
presentación de la demanda, como que la parte que la interpone carezca de
capacidad para demandar. En estos casos, el juzgado podrá dictar el archivo
de la actuación.

Entre las excepciones subsanables se pueden incluir la falta de debida


litispendencia o no presentar el poder procesal que capacita a una persona
para interponer una demanda en nombre de otra. La subsanación otorga un
plazo a la parte actora para enmendar estos errores, pero si no los cumple se
archivarán las actuaciones. Si esto ocurre, el actor podrá volver a interponer
demanda e iniciar un nuevo procedimiento cuando haya arreglado el defecto
procesal que acabó con el anterior proceso.

De acuerdo con la Ley de Enjuiciamiento Civil, las excepciones


procesales plantean:

 La falta de capacidad de los litigantes o de representación en sus


diversas clases.
 Que se trata de una demanda que versa sobre cosa juzgada—y, por
tanto, no se puede volver a juzgar o que pende de litispendencia—es
decir, que hay otra causa abierta que afecta a la misma cuestión y
partes y todavía no hay resolución.
 Falta del debido litisconsorcio—es necesario que concurran más
personas, como demandante o demandado, en el proceso.
 La inadecuación del procedimiento—cuando por materia o cuantía se
inicia un proceso que debería haber seguido otro cauce.
 Defectos legales en el modo de proponer demanda o, en su caso, la
reconvención, por falta de claridad o precisión en la determinación de
las partes.
En el caso de que concurran varias de estas excepciones, la Ley de
Enjuiciamiento Civil establece el orden en el que el juez las examinará y
resolverá:

 Falta de capacidad o representación


 Falta de litisconsorcio
 Cosa juzgada o litispendencia
 Inadecuación de procedimiento por cuantía
 Inadecuación del procedimiento por materia
 Defecto legal en la demanda

EXCEPCIONES DILATORIAS

Son las alegaciones que el demandado formula oponiéndose


procesalmente a la demanda y utilizando hechos que constituyen obstáculos
temporales para que prospere la acción. Se trata de alegaciones que deben
encuadrarse en alguno de los supuestos taxativamente previstos en la ley
procesal. En general, se trata de falta de algún requisito procedimental. Así,
la falta de personalidad en el Procurador del actor por insuficiencia o
ilegalidad del poder; defecto legal en el modo de proponer la demanda; falta
de reclamación previa en la vía gubernativa, cuando así lo exijan las leyes.
Admitida la excepción dilatoria, el demandado no estará obligado a contestar
a la demanda hasta que, terminado el procedimiento incidental por el que se
tramitan las excepciones, quede ejecutoriado mediante la correspondiente
resolución judicial. Ley de Enjuiciamiento civil, artículos 532 a 539.
ANÁLISIS REFLEXIVO O APORTES.

Siendo el Derecho Procesal Civil, una rama del derecho que se


encarga de regular el proceso, a través del cual los “sujetos de derecho”
recurren al órgano jurisdiccional para hacer valer sus propios derechos y
resolver incertidumbres jurídicas. Es importante conocer y analizar los
diversos elementos que se han constituido afín de regular la función
jurisdiccional del estado, fijando los procedimientos a seguir para obtener la
actuación del derecho positivo y los funcionarios encargados de ejercerla.

Una de las definiciones que se pueden mencionar es la Acción misma


que permite impulsar e iniciar el procedimiento judicial, iniciándose las
actividades inherentes a los procedimientos necesarios para la resolución de
un conflicto judicial.

Durante el desarrollo de cualquier proceso juridicial, es importante


considerar la pretensión, que no es otra cosa; sino considera Es la
“declaración de voluntad mediante la cual se solicita del órgano jurisdiccional,
frente al demandado, una actuación de fondo que declare, constituya o
imponga una situación jurídica y obligue a observar determinada conducta
jurídica”.

La pretensión procesal se hace valer mediante el escrito de demanda


el cual y de conformidad con el ordenamiento jurídico debe contener la o las
pretensiones.

El conocer todas los elementos involucrados, logra que se reconozca


las relaciones jurídicas al vínculo legal entre dos o más sujetos jurídicos,
según el cual es posible que alguno exija al otro el cumplimiento de
determinados términos acordados o prestablecidos en la Ley.

El principal rasgo de las relaciones jurídicas es que tienen lugar entre


sujetos, nunca entre sujetos y objetos (como sí ocurre con las relaciones de
hecho).

Incluso hay quien las considera un nombre más para el propio


supuesto normativo del derecho, o sea, para la ley misma, que obliga a los
sujetos legales a cumplir con sus deberes al tiempo que protege sus
derechos. Desde el punto de vista del titular o sujeto, las relaciones jurídicas
pasan a llamarse derechos subjetivos, y pueden ser por lo tanto de dos tipos:
políticos y civiles.

Dando una visión clara que como funcionan el proceso, que viene a
ser un conjunto de formas procesales requeridas con la finalidad que se
desarrolle la función “jurisdiccional”; mientras que los procedimiento son
aquellos actos que son cumplidos por las partes, terceros, juez respetando
las bases legales existentes como el tiempo y lugar.
CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIÓN.

A lo largo del presente trabajo, se presentaron diversos elementos


vinculados con parte de los conocimientos adquiridos por el investigador
sobre el estudio de las partes en el proceso judicial, que inicia con la
presentación de la demanda, regulando las relaciones entre los ciudadanos y
el Estado:

Pudiendo mencionar que existe una Jurisdicción, que se encarga de


regular la relación no en un plano de igualdad, sino de supra ordenación y
subordinación, en la cual el órgano del Estado aparece en un plazo superior
al de los demás sujetos del proceso y les impone su decisión.

Recordando que el derecho procesal es el único derecho coactivo, ya


que no se satisface con la simple declaración del derecho y norma aplicable,
sino que lleva los efectos de las sentencias hasta su efectiva realización
(ejecución).

El proceso entonces; es un medio o instrumento para lograr la


realización del derecho sustancial y, en consecuencia, las normas que lo
regulan tienen importancia como normas que integran el derecho sustancial
que consagran derechos en abstracto, mientras que las de derecho procesal
contiene normas que estructuran y regulan la actividad jurisdiccional cuya
finalidad es la realización de los derechos sustanciales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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