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ANÁLISIS:

a. DETERMINACIÓN DEL TEMA:

a. 1 TEMA PRINCIPAL. Es la fuerza con que se cultivan las costumbres en el Pueblo de Puquio en las
festividades patrias en la primera mitad del siglo XX. Representa el sufrimiento de los habitantes
autóctonos que sobrevivieron a la invasión española y la opresión de los favorecidos económica y
socialmente, provenientes de la Costa. Es la Corrida de Toros al estilo del pueblo de Puquio.

a.2. TEMAS SECUNDARIOS - El intento de imponer nuevas costumbres a los pueblos de Puquio por
parte de las autoridades gubernamentales. - Injusticia y abuso cometido por las autoridades y personas
provenientes de la costa contra los indios de Puquio. - La leyenda del origen del Misitu y la forma cómo
lograron atraparlo. - Las pugna de los habitantes de esos pueblos por demostrar la superioridad de valor.

1. FUNCIONAMIENTO DE LA OBRA:

INTRODUCCIÓN. La obra inicia describiendo el panorama de las condiciones geográficas de los poblados
de K’ayau, Pichk’achuri y Chaupi (Puquio) y los rasgos que caracteriza a los habitantes de esa zona.

NUDO. La historia de los despojados indios por parte de los hacendados provenientes de la Costa. Los
preparativos y obstáculos para la celebración de las fiestas patrias al estilo puquiano.

DESENLACE. El acontecimiento de la corrida, el fracaso de la intervención del torero contratado de Lima y


el término de la fiesta con la muerte del toro Misitu, la herida mortal del torero indio Wallpa y la aceptación
forzada del Subprefecto acerca de las costumbres de la Realidad Puquiana.

VALOR ECONÓMICO. “Yawar Fiesta” nos revela la incursión de los hacendados que amparados por la
ley gubernamental despojaron a los indios de sus pertenencias, cambiando de esa manera la situación
económica y otros aspectos relacionados.

VALOR CULTURAL. “Yawar Fiesta” es una obra que da a conocer a sus lectores acerca de la vida de los
pueblos apartados de nuestro país, a través de esta obra podemos conocer los aspectos culturales como
costumbres, creencias, hábitos de vida, su actividad diaria, etc., que en aquella época cultivaron los
puquianos, del mismo modo nos sirve para evaluar el cambio cultural que ha sufrido hasta la actualidad
esa parte de nuestro departamento y por ende de nuestra región y nuestro país.

VALOR SOCIAL POLÍTICO. “Yawar Fiesta” nos da a conocer la situación social de los pueblos aislados,
donde se nota la evolución histórica y social de la colectividad, sumida primero en su aislamiento, su
menosprecio, su opresión y la represión. La presencia de autoridades políticas que sólo buscan hacer del
indio un esclavo, un servidumbre, propiciando la explotación del hombre por el hombre.
ARGUMENTO DE LA OBRA.
Yawar Fiesta es una obra que trata de la descripción adecuada de los pueblos de la Sierra Sur,
particularmente de la Provincia de Puquio, del Departamento de Ayacucho. Detalla con gran un
lenguaje sencillo y propio los paisajes de los pueblos indios de Pichk’achuri, K’ayau y Chaupi,
lugares cercanos de la Capital de Provincia Lucanas; caracteriza con precisión a los habitantes de
esos lugares, por ejemplo su vestimenta, su lenguaje, sus hábitos, sus alimentos, sus creencias,
sus tradiciones, etc. En el Primer Capítulo, “Pueblo Indio”, describe los singulares paisajes de los
pueblos Pichk’achuri, K’ayau y Chaupi, y pueblos que rodean a la Capital Lucanas el clima, su
geografía sus accesos y la impresión que causan a los visitantes. Relata también el orgullo de sus
habitantes de vivir y/o pertenecer a cada uno de esos pueblos, así mismo relata las llegadas de
los mistis de la Costa hacia estas tierras con fines de establecer autoridad principalmente. En el
Segundo Capítulo, “El Despojo”, describe acerca de la injusticia, abuso y robo que ocasionaban
los principales (gente de ciudad) y llegados de la costa a los indios de las zonas de producción
agrícola y ganadera de Puquio. Despojaban a los indios de sus terrenos, de sus sembríos, de sus
ganados y luego proveían de alimento a la costa, especialmente a Lima. De manera que, a través
de gestiones con las corruptas autoridades (subprefecto, juez, teniente gobernador, el cura, los
militares, etc.), los principales lograron legalizar su posición sobre las pertenencias de los indios.
Los indios ante la impotencia de defenderse masticaban su amargura en las cárceles y
lamentaban su desgracia. En el Tercer Capítulo, “Wakawak’ras, trompetas de la tierra” refiere los
alborotos y preparativos que inician los indios para las fiestas patrias como venían haciéndolo
cada año, pero con la diferencia que este año, los indios han sido despojados de sus
pertenencias. Sin embargo, la costumbre no ha sido erradicada. En el Cuarto Capítulo, “K’ayau”,
describe los preparativos de los indios de esa localidad para las fiestas Patrias del 28 de julio, se
comenta en todos los alrededores acerca de la competencia entre los toreros indios de K’ayau y
Pichk’achuri, ya que cada año ganaba los indios de Chaupi. Se comenta también acerca de la
exposición del Misitu, un toro muy feroz. Ante la expectativa, el Alcalde promete mucha diversión
al subprefecto, pero que éste ante los relatos de la costumbre de los años anteriores, se siente
intranquilo. En el Quinto Capítulo, “El Circular”, se habla de la llegada de un circular, que era un
oficio advirtiendo sobre la prohibición de corridas de todo de la manera tradicional de Puquio, a fin
de evitar hechos de muerte y heridos. El Subprefecto, reúne a las autoridades y da a conocer
sobre la prohibición y como alternativa aducía la contratación de torero profesional de la ciudad
de Lima. Ante la noticia los indios se consternaron y vieron frustrados sus expectativas para el
festejo de las Fiestas Patrias de aquel entonces. Las autoridades netos de la localidad que ya
vivieron las tradicionales costumbres, también se sintieron inconformes por el mandato. En fin las
autoridades sólo pudieron apaciguar a los indios, que tanto sintieron la humillación. El Capítulo VI,
“La Autoridad”, describe la actitud déspota y tirana del Subprefecto, quien al ver que de todas
formas, la gente creaba expectativa por los festejos de las Fiestas Patrias, tenía en mente incluso
en hacer desaparecer al pueblo, trataba a la gente como a salvajes y no humanos. Conversaba
con don Pancho, a quien le manifestaba todo su rechazo y odio. En el Capítulo VII, denominado
“Los Serranos”, describe acerca de los habitantes de Lucanas, y en general de la Provincia de
Puquio, describe la migración de muchos lucaninos hacia la capital y el regreso de los mismo por
Fiestas Patrias, en las calles de aquella localidad, los comuneros daban vivas de su pueblo, de
las fiestas, de sus costumbres, etc. El obispo celebraba las ceremonias en quechua. En el
Capítulo VIII, El Misitu, relata acerca de Misitu que en aquel entonces se había convertido en una
leyenda viviente, porque decían que ese toro no tenía padre ni madre sino que había surgido de
un remolino de las aguas de Torkok’ocha, el cual era difundido a nivel de esa región (Puquio,
Coracora, Querobamba, Pampa Cangallo, Andahuaylas hasta Chalhuanca). Después de varios
intentos y decisiones, uno de los Mayordomos, don Julían hizo el pago al Auki (Espíritu de los
cerros, semidios), persiguió al toro, sin poder lograrlo en el primer intento. Don Julián terminó por
regalarles el Misitu a los K’ayau y K’oñañi. En el IX Capítulo, “La Víspera” describe la acción del
Subprefecto junto con sus allegados, algunas autoridades de la localidad para hacer cumplir el
circular. Pero don Julián desafió la decisión del Subprefecto, de modo que los preparativos para la
corrida continuaron. Ya los habitantes de K’ayau y Pichk’achuri alistaban las últimas cosas e
incrementaban su rivalidad para el día de la corrida. Los muros se hicieron solo bajo a fin de que
todos tengan la oportunidad de observar. En el X Capítulo, “Auki”, relata acerca de la relación y la
veneración que tienen los hombres de la localidad de Puquio hacia los espíritus de los cerros, en
este caso habla de Auki K’arhuarasu. Las ofrendas que realizan los K’ayau por medio del brujo
del pueblo. Después de varios procesos y por mandato del brujo, a quien dice que el Auki, le
había dicho en el corazón que llevaran al Misitu a la Plaza de la Corrida para la fiesta, lograron
agarrar al Misitu y llevaron hacia el lugar de la fiesta en Puquio. En el Capítulo XI, “Yawar Fiesta”,
el autor relata acerca del evento que se lleva a cabo en la Plaza K’ayau, donde las autoridades
trataron de cambiar la tradición, contratando a un torero de Lima para la fiesta. El día de la
corrida, aparecieron una multitud inmensa, de todos los alrededores del Capital de la Provincia de
Puquio, para ver el nuevo auque rechazado evento organizado por los principales y el
Subprefecto con rasgos de toreo costeño. Al ingresar el Misitu en la Plaza, ingresó el torero
Ibarito, quien ante la música de los indios con el Wakawak’ra y la canción de las mujeres, sintió
inseguridad. Los primeros momentos, capeó bien, luego el toro buscó el cuerpo del torero y trató
de arrollarlo, pero pudo escapar y esconderse en los escondederos. En vista que el torero no se
atrevía retornar a la Plaza, ingresaron los toreros indios, emborrachados Wallpa, Tobías, “Honrao”
y K’encho y capearon una y otra vez. El torero principal fue Wallpa, quien luego de una y otra
capeada, es arrollado por el toro, que incrustó uno de sus cuerno en el ingle de Wallpa. El
Varayo’k, Alcalde de K’ayau, alcanza un cartucho de dinamitas al Raura. Al final el toro fue
mortalmente herido por la dinamita y Wallpa sangraba en borbotones por la pierna que se veía
regado por todo el suelo. El alcalde dijo al Subprefecto: Esta es nuestra fiesta y así es.

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