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ABRAHA HUACHACA OCHOA

CARLOS ROQUE
IE FUERABAMBA
YAWAR FIESTA
Yawar Fiesta es una obra que trata de la descripción
adecuada de los pueblos de la Sierra Sur, particularmente de
la Provincia de Puquio, del Departamento de Ayacucho.
Detalla con gran un lenguaje sencillo y propio los paisajes de
los pueblos indios de Pichk’achuri, K’ayau y Chaupi, lugares
cercanos de la Capital de Provincia Lucanas; caracteriza con
precisión a los habitantes de esos lugares, por ejemplo, su
vestimenta, su lenguaje, sus hábitos, sus alimentos, sus
creencias, sus tradiciones, etc. “Pueblo Indio”, describe los
singulares paisajes de los pueblos Pichk’achuri, K’ayau y
Chaupi, y pueblos que rodean a la Capital Lucanas el clima,
su geografía sus accesos y la impresión que causan a los
visitantes. Relata también el orgullo de sus habitantes de
vivir y/o pertenecer a cada uno de esos pueblos, así mismo
relátalas llegadas de los mistis de la Costa hacia estas tierras
con fines de establecer autoridad principalmente. “El
Despojo”, describe acerca de la injusticia, abuso y robo que
ocasionaban los principales (gente de ciudad) y llegados de
la costa a los indios de las zonas de producción agrícola y
ganadera de Puquio. Despojaban a los indios de sus
terrenos, de sus sembríos, de sus ganados y luego proveían
de alimento a la costa, especialmente a Lima. De manera
que, a través de gestiones con las corruptas autoridades
(subprefecto, juez, teniente gobernador, el cura, los
militares, etc.), los principales lograron legalizar su posición
sobre las pertenencias de los indios. Los indios ante la
impotencia de defenderse masticaban su amargura en las
cárceles y lamentaban su desgracia. “Wakawak’ras,
trompetas de la tierra” refiere los alborotos y preparativos
que inician los indios para las fiestas patrias como venían
haciéndolo cada año, pero con la diferencia que este año,
los indios hansido despojados de sus pertenencias. Sin
embargo, la costumbre no ha sido erradicada. “K’ayau”,
describe los preparativos de los indios de esa localidad para
las fiestas Patrias del 28 de julio, se comenta en todos los
alrededores acerca de la competencia entre los toreros
indios de K’ayau y Pichk’achuri, ya que cada año ganaba los
indios de Chaupi. Se comenta imer intento. Don Julián
terminó por regalarles el Misitu a los K’ayau y K’oñañi. “La
Víspera” describe la acción del Subprefecto junto con sus
allegados, algunas autoridades de la localidad para hacer
cumplir el circular. Pero don Julián desafió la decisión del
Subprefecto, de modo que los preparativos para la corrida
continuaron. Ya los habitantes de K’ayau y Pichk’achuri
alistaban las últimas cosas e incrementaban su rivalidad
para el día de la corrida. Los muros se hicieron solo bajo a
fin de que todos tengan la oportunidad de observar.
“Auki”, relata acerca de la relación y la veneración que
tienen los hombres de la localidad de Puquio hacia los
espíritus de los cerros, en este caso habla de Auki
K’arhuarasu. Las ofrendas que realizan los K’ayau por medio
del brujo del pueblo. Después de varios procesos y por
mandato del brujo, a quien dice que el Auki, le había dicho
en el corazón que llevaran al Misitu a la Plaza de la Corrida
para la fiesta, lograron agarrar al Misitu y llevaron hacia el
lugar de la fiesta en Puquio, “Yawar Fiesta”, el autor relata
acerca del evento que se lleva a cabo en la Plaza K’ayau,
donde las autoridades trataron de cambiar la tradición,
contratando a un torero de Lima para la fiesta. El día de la
corrida, parecieron una multitud inmensa, de todos los
alrededores del Capital de la Provincia de Puquio, para ver el
nuevo, aunque rechazado evento organizado por los
principales y el Subprefecto con rasgos de toreo costeño. Al
ingresar el Misitu en la Plaza, ingresó el torero Ibarito,
quien, ante la música de los indios con el Wakawak’ra y la
canción de las mujeres, sintió inseguridad. Los primeros
momentos, capeó bien, luego el toro buscó el cuerpo del
torero y trató de arrollarlo, pero pudo escapar y esconderse
en los escondederos. En vista que el torero no se atrevía
retornar a la Plaza, ingresaron los toreros indios,
emborrachados Wallpa, Tobías, “Honrao” y K’encho y
capearon una y otra vez. El torero principal fue Wallpa,
quien luego de una y otra capeada, es arrollado por el toro,
que incrustó uno de sus cuernos en la ingle de Wallpa. El
Varayo’k, alcalde de K’ayau, alcanza un cartucho de
dinamitas al Raura. Al finalel toro fue mortalmente herido
por la dinamita y Wallpa sangraba en borbotones por la
pierna que se veía regado por todo el suelo. El alcalde dijo al
Subprefecto: Esta es nuestra fiesta y así es

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