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Lactobacilos y cannabis
Microorganismos probióticos
JOSÉ T. GÁLLEGO
La publicidad de yogures ha hecho universalmente conocidos a los lactobacilos, una
familia de bacterias muy útil para el ser humano que también puede resultar beneficiosa
para el cannabis. Al igual que Trichoderma o las especies que forman micorrizas, los
lactobacilos forman parte del ecosistema de cualquier suelo sano y tienen un importante
papel en el proceso de descomposición de la materia orgánica.
Los lactobacilos son bacterias muy comunes que forman parte del ejército de
microorganismos presentes en la naturaleza que se ocupan de descomponer la
materia orgánica. Están presentes en los suelos pero también forman parte de
nuestra flora intestinal, y se usan en la elaboración de diferentes alimentos:
yogures, quesos, panes con masa madre, encurtidos, algunas cervezas... Hay
cerca de doscientas especies de lactobacilos: Lactobacillus acidophilus, L.
bulgaricus o L. casei son algunas de las más conocidas.
Los lactobacilos son especies muy comunes que están en todos sitios, en el
suelo y en el aire, por lo que resulta muy sencillo recogerlos y reproducirlos. El
sistema de captura de lactobacilos silvestres tiene la ventaja de atrapar
especies locales que están mejor adaptadas a la climatología local que las
especies que podemos encontrar en los productos lácteos industriales, que han
sido seleccionadas por su adaptación a los procesos industriales.
El sistema es muy simple, basta con poner arroz en agua durante un rato para
que parte del almidón se disuelva, luego hay que filtrar el arroz y dejar el agua
en un recipiente al aire libre y a la sombra, cubierto con una malla fina para que
no vayan los insectos. Los lactobacilos y otros microorganismos que el aire
arrastra caerán en el agua y empezarán a reproducirse, mientras se alimentan
del almidón. La temperatura del agua conviene mantenerla entre 20 y 25 ºC
para que los lactobacilos se reproduzcan con rapidez. Una semana después el
inóculo está listo para el siguiente paso. Si se ha formado una película de olor
agrio en la superficie del líquido se puede retirar filtrándolo. A continuación, se
mezcla el inóculo con diez partes de leche, fresca y entera si es posible, por
cada una de inóculo. El objetivo de este paso es ofrecer a los lactobacilos
presentes un alimento idóneo para ellos que estimule su desarrollo para que
eliminen al resto de microorganismos presentes. En una semana a temperatura
templada las bacterias habrán coagulado la leche en una masa blanca
semisólida que flotará en un líquido amarillento. Este líquido es el suero, y está
a rebosar de lactobacilos.
La labor de síntesis que realizan algunas bacterias aeróbicas como las del
género Rhizobium consiste en captar el nitrógeno del aire y fijarlo al suelo por
medio de unos nódulos que crean en las raíces de las plantas que las
hospedan. Las especies de microalgas y cianobacterias captan dióxido de
carbono del aire y lo fijan a sus tejidos por medio de la fotosíntesis.