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RESUMEN: EL CHOQUE DE LA CONQUISTA. GRUZINSKI.

Los mestizajes parecen inseparables de otros dos fenómenos, el choque de la conquista y la occidentalización.
Se inscriben en una fase de expansión europea y en un contexto de colonización que impide pensarlo solo
como fenómeno cultural.

Los invasores desembarcan en abril de 1519 en Veracruz. En 1521, México cae en manos de los
conquistadores españoles y los aliados indígenas. Los mexicas y sus aliados pierden hegemonía pero los
colaboradores indígenas de los españoles toman conciencia de la precariedad de su situación y de la
incertidumbre.

México, es atacado por diez plagas, la viruela, el agua cenosa de la laguna, el hambre, estragos del nuevo
sistema de explotación y sangría de los tributos, descomposición de las jerarquías sociales (invasores que no
eran mas que campesinos en España son señores), la fiebre del oro, reconstrucción de la ciudad, reducción de
hijos a la esclavitud, trabajo forzado en las minas y las rivalidades entre los conquistadores casi guerra civil.

Su retórica de la catástrofe y del castigo se dedica primero a anclar los acontecimientos de la conquista en una
perspectiva metafísica y providencialista. Crónica de Motolonía. Lo que nos interesa es interpretar la situación
imprevisible, las referencias al Apocalipsis y al Antiguo Testamento le proporcionan un modelo de las
catástrofes generadas por la conquista.

La instalación de los recién llegados provoca una precariedad general. La el cronista, la desintegración de
caracteriza por su ritmo de acelerado y sus arrebatos. Vuelve a introducir la responsabilidad de los hombres en
el engranaje de los desastres que provocan, tanto los españoles como los indios. Divididos y dispuestos a
matarse entre sí, los españoles están rodeados de indios que, a su vez, están dispuestos a abalanzarse sobre sus
vencedores.

En 1530, la Ciudad de México era un monstruo urbano, una arquitectura mixta con vestigios derrumbados y
edificios en construcción. Restos abandonados, edificios indios rehabilitados o destruidos y casa fortificadas
dotadas de torres y de murallas almenadas a la castellana. Hispano-india y medieval-renacentista, se desarrolla
en un intervalo indefinible. La composición de la población es igualmente sorprendente, nobles indios,
esclavos y criados indígenas, conquistadores venidos de toda España y negros africanos. Las temporalidades
también son diferentes, aparecen como construcciones propias de cada universo, representaciones del paso del
tiempo expresadas a través de instituciones, ritos y técnicas de medición. La sociedad prehispánica daba la
mayor importancia a la “cuenta de los tiempos”, elaborados calendarios lo medían. La abolición de las grandes
fiestas y del sacrificio humano sumergieron a las masas indígenas en un vacío, no podían medir su tiempo ni
ejercer influencia, además de que se desmoronaba. Se instauró un extraño periodo, trastocado por las
apariciones de los antiguos dioses y pos las del nuevo demonio.

Los dirigentes españoles tuvieron que improvisar una sociedad.

La irrupción de los europeos fue primero sinónimo de desorden y caos. Surgieron “zonas extrañas” en las Islas
de las Antillas, México, Perú y Brasil. Ellas se convierten en el escenario de una fractura de las sociedades
locales y en una metamorfosis acelerada del cuerpo social. La atraviesan todo tipo de fluctuaciones y
perturbaciones. El término sociedad colonial es inadecuado para calificarlas porque ello supone un estado de
acabamiento y una estabilidad relativa.

Según el cronista, los indios habrían podido barrer la presencia española en cualquier momento si Dios no le
hubiese mantenido un estado de ceguera y de milagrosa pasividad. Las epidemias que introdujeron los
europeos segaron generaciones y memorias más eficazmente que las espadas de acero.

Relaciones ente los vencedores, vencidos y colaboradores. El medio de los conquistadores no parece nada un
bloque monolítico. Los invasores se perciben socialmente como un aglomerado de diferentes maneras de
gente. Disparidades por las regiones, castellanos, vascos. También hay diversidad en los indígenas, religiosa,
lingüística, física, social y las tenciones introducen heterogeneidad. Las relaciones entre vencedores y
vencidos también adoptaron la forma de mestizaje. El mestizaje biológico es la mezcla de los cuerpos, es un
nuevo elemento perturbador. Los primeros emigrantes eran varones en una mayoría solteros o separados de
sus mujeres y por ello, mantuvieron con mujeres indígenas relaciones a menudo violentas y efímeras. A
dichos mestizos no se sabía si integrarlos en el universo español o indígena. Así, indios, negros y españoles
tuvieron que inventar formas de coexistir. En este marco se inicia el proceso de occidentalización.

Los poderes locales tradicionales padecen crisis de legitimidad mientras que las nuevas autoridades hispánicas
sufren por definirse e imponerse. El alejamiento del viejo continente hace que México resulte ingobernable.
La corrupción se generaliza, las costumbres se relajan, la inquisición española tiene poca autoridad y los más
fuertes hacen lo que les da la gana.

La pregunta que ronda, ¿Dónde empieza el mundo indígena y donde termina el de los conquistadores? sus
confines se encuentran imbricados, ya son inseparables. Nivel de indeterminación, de precariedad y de
improvisación por eso, no se puede analizar en términos de aculturación y desculturación.

En el Perú el desorden fue más profundo. Dos asesinatos caracterizaron la escena, inestabilidad política e
incertidumbre. Diego de Almagro murió decapitado y luego Pizarro fue asesinado. Una serie de sublevaciones
mantuvieron el clima de guerra civil que fomentó la participación de las facciones incas dividas entre
partidarios y adversarios de los españoles. Estos acontecimientos contribuyeron a retardar la instauración de
un poder colonial fuerte y respetado. Logró estabilizarse a mediados del siglo XVI con la llegada del virrey
Toledo.

En Brasil, la debilidad de la corona portuguesa impuso tiempos más lentos lo que da lugar a los intereses de
los individuos que residen en esas tierras. Una parte de ellos son delincuentes portugueses condenaos al exilio.
Los mestizajes tendrán lugar y esa nueva población será llamada: los mamelucos.

Los indígenas pierden sus referencias y provocan la desorientación y el hundimiento de las poblaciones. Pero
el desarraigo también afecta a los conquistadores. Tanto las estaciones y los alimentos americanos como la
frecuentación cotidiana de los indios y las indias trastornan los hábitos y exigen esfuerzos constantes de
adaptación y de interpretación. La descontextualización afectaba a las prácticas y las creencias locales, la
pérdida de sentido y de legitimidad, las cosas quedaban privadas de su fuerza, la vida y el cosmos se
desvanecía, se pusieron en duda las concepciones y se destruyeron los ídolos. A lo que se añadía la dificultad
de comprender las nuevas realidades sociales como la adopción al cristianismo, la sustitución de los antiguos
códices por la escritura alfabética, la manuscrita y el libro introdujo una nueva relación con la información.
Los indígenas no comprendían bien la imagen de la Virgen y a Dios, imaginaban que era lo mismo.
Inventaron rituales sin sacrificios humanos.

Las epidemias trastocaron las mentes y desarmaron los curanderos mexicas.

La presión colonial se expresó también de manera brutal y generalizada en la integración forzosa de la mano
de obra india en el mercado de la mina o el taller, imponiéndoles ritmos y relaciones de producción y una
concepción de trabajo sin lazo alguno con las tradiciones locales. Maíz, cacao y tabaco que antes tenían
significados sagrados ahora solo se transforman en meras mercancías.

El choque de la conquista no consigue secularizar la manera de ver el mundo. La pérdida de referencias y de


sentido modificaron las condiciones y el contenido de la comunicación entre individuos y grupos súbitamente
enfrentados. Pues no se trata de un encuentro de “culturas” sino de fragmentos de Europa, de América y de
África. La conquista imprimió una tonalidad, una dinámica y obligaciones propias. Es caótica.
Aun multiplicando los errores, incomprensiones y aproximaciones, la situación impuesta por la conquista no
sea enteramente estéril y destructiva, estimula las capacidades de invención y de improvisación que exige la
supervivencia en un contexto extremadamente perturbado. Esta presión forma en los sobrevivientes una
receptividad particular, una flexibilidad en la práctica social, una movilidad de la mirada y de la percepción y
una aptitud para combinar los fragmentos más dispersos. Obligó a los grupos presentes a adaptarse a universos
fragmentados y fracturados, a vivir situaciones precarias, inestables y contentarse con intercambios a menudo
rudimentarios. En este contexto, de desarrolló el mestizaje.

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