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Resumen para final de Historia Americana S.

XIX

Clase n° 1: Conquista de América. Rebeliones andinas

Objetivo/propósito: interpretación de la diversidad de los procesos americanos como resultado del desarrollo de la
trama multicultural.

Reconocimiento de la participación de los diversos actores sociales y de la acción colectiva en el análisis de las
sociedades analizadas.

Incorporar como estrategia de enseñanza diversidad de textos históricos en un grado creciente de complejidad que sean
representativos de las distintas corrientes historiográficas.

Retomar el concepto de Conquista, específicamente de la conquista de América. La historiografía oficial, con mirada
eurocentrista, simplificó el relato de la Conquista, siendo que se trata de un proceso complejo en el que se conjugaron
múltiples factores a lo largo del tiempo.

En estos relatos, los pueblos originarios, como sujetos sociales en el proceso de la conquista, fueron invisibilizados.

Dichas interpretaciones abarcan desde la denominada “Leyenda negra” hasta la “Leyenda rosa”, con diferentes matices.

Todorov en “La conquista de América: el problema del otro” aporta elementos teóricos que permiten una mejor
interpretación de los sujetos sociales participes del proceso de la conquista:

-descubrimiento que hace el yo del otro;

-radicalmente extraña a todo lo que no es un mismo: yo es otro. Pero los otros también son yos: sujetos como yo.
Podemos concebir a esos otros como una abstracción, como el Otro, el otro y otro en relación con el Yo; o bien como un
grupo social concreto al que no pertenecemos. Este grupo puede estar también al interior de la sociedad: mujeres para
los hombres, ricos para los pobres, locos para los “normales”. O puede ser exterior a ella, es decir, otra sociedad, que
será, según los casos, cercana o lejanas: seres extranjeros cuya lengua y costumbre no entiendo.

-los indios físicamente desnudos también, son para Colón, seres despojados de toda propiedad cultural. Caracterizados
en cierta forma por ausencia de costumbres, ritos, religiones; lo que tiene cierta lógica para Colón, puesto que para este
los seres humanos se visten desde de su expulsión del paraíso, que a su vez es el origen de su identidad cultural.

-la desnudez lo lleva a Colon a la imagen de desnudez espiritual.

- los considera gente pobre de todo, gente mansa y muy temerosa, desnuda, sin armas y sin ley, y sin lengua y sin
religión.

Si no hablan nuestra lengua es porque no hablan ninguna, no saben hablar. Por lo que son llamados bárbaros, salvajes.

Leer “Trincheras en la historia” (Azcuy Ameghino”, donde se señala la complejidad que conlleva el análisis de esa
realidad social, para evitar un análisis de la historia a partir de la dicotomía “indio y español”; “civilización y barbarie”.
Por eso, el autor en el capítulo “El descubrimiento de la Conquista” se refiere a Dos Españas y Dos Américas.

… en el continente americano hace unos 8 mil años atrás, en algunas áreas culminaba el periodo de recolección de
alimentos y que antes de 6 mil, habían comenzado con la domesticación de animales y el cultivo de plantas que se
sumaba a la pesca y a la captura de mariscos, con un despliegue firme al establecimiento de núcleos de población
permanente.

Hace 4 mil existía en Perú la agricultura del maíz, inicio de obras de irrigación, cultivo de algodón y se difundía hacia el
resto del continente la artesanía de la cerámica. Surgiendo en esta época el avance de la agricultura, la forma andina
del clan: el ayllu (comunidad asentada por lazos de parentesco), donde se participaba colectivamente en la
producción dentro de un ámbito conocido como marka (aldea), formado como propiedad comunitaria de sus
integrantes.

Hacia el 1500 a.C el desarrollo de las fuerzas productivas permitieron la existencia del excedente alimenticio,
contribuyendo a un proceso de diferenciación social en el interior de la aldea. Este inicio es una verdadera revolución
social en los Andes, dando origen a las clases sociales (o estamentos) y el Estado: “Civilización Chavín, 3500 a.C.
nacimiento del Estado indígena); con grandes centros ceremoniales, estilo artístico de esta cultura, desarrollo del
aparato religioso. Se deja ver un evidente aparato de dominio sobre las fuerzas naturales, mediante la astrología, la
hidráulica o la magia. Podría entenderse como punto de partida de una superestructura política mayor: el Estado.

La metalurgia se conformó como factor de poder, elevando el arte de la guerra y con ella, el de la conquista. Imperios
como el de Wari en Perú (S.VI al XI d.C) se expandieron sometiendo pueblos y culturas, que, sin embargo, conservaron la
impronta de sus rasgos distintivos (acá existe una dicotomía entre Indias, pero que si bien sometieron no borraron sus
rasgos culturales).

México: antes de la conquista, existían una pluralidad de grupos indígenas: zapoteca, totonacas, huastecas, toltecas,
etc., que habían alcanzado el estadio de civilizaciones superiores, con una base sólida de existencia: el maíz, metalurgia
del oro, de la plata y el cobre. Habían desarrollado oficios diferenciados como alfarería, peletería, arte de las plumas y
piedras preciosas, hilado, fabricación de útiles en piedra, arquitectura.

Cuando en 1492, los españoles invadieron América, altas culturas como la Azteca y la Inca habían desplegado su
dominación sobre vastos espacios geográficos, habitados por pueblos de los más diversos grados de desarrollo social
(civilización y barbarie dentro de comunidades indígenas).

Se platea que el triunfo de los conquistadores no fue sólo por un elevado nivel de las fuerzas productivas de sus
sociedades, sino también, y fundamentalmente por las divisiones, discordias dinásticas y antagonismos regionales que
caracterizaron a la coyuntura americana de fines del S. XV. (ayuda de grupos tlatoltecas (sin autoconciencia étnica) a
Cortés, dada las guerras floridas que estos sufrían por parte de los Aztecas).

El pensamiento europeo-centrista, con sus dificultades para comprender a pueblos y culturas que por diferentes serán
siempre consideradas como atrasadas, elaboraría temprano una visión de la historia donde la dicotomía civilización y
barbarie, da por resultado privilegiar el papel de Occidente a la historia del mundo y reducir cuantitativamente y
cualitativamente el lugar de los pueblos no europeos en la evolución universal. Por esta razón forma parte del aparato
intelectual del imperialismo.

En este contexto la idealización del conquistador es un arma eficaz para justificar viejas y nuevas invasiones.

En oposición a estas conclusiones, sería muy difícil de entender la conquista del Perú (178 españoles sobre 10.000
americanos), sin tener en cuenta que el imperio incaico al extenderse por todos los Andes coloco bajo su dominio a gran
cantidad de pueblos que inclusive habían constituido importantes señoríos o reinos y que estaban solamente esperando
el momento de oponerse a la hegemonía del Cuzco para recobrar sus antiguos privilegios.

Estos pueblos oprimidos estuvieron inmediatamente de lado de los españoles que se apresuraron a aplicar el viejo
principio de divide et impera, de modo que ya no se trata de 178 españoles, sino de diez mil más 178 (dicotomía entre
dos américas).

Resulta incomprensible la llegada de los primeros hombres blancos sin entender que los acompañan miles de indígenas
como cargueros, interpretes, mensajeros, espías, soldados, sirvientes. Muchos de los cuales conocían el camino. Este
enfoque es totalmente distinto y no figura en los libros de historia. No era un terreno desconocido, sino un territorio
con caminos reales que conocían cada uno de los lugares donde iban a pernoctar. (ayudados por los indígenas).

La vigencia de los imperios prehispánicos y su dominio sobre diversos pueblos sirve entonces para evitar un
embellecimiento de las élites dirigentes indigentes, y limita las idealizaciones de “comunismos primitivos” que, al menos
en las zonas azteca, maya e incaica, habían cedido su predominio a sociedades de clase, con estados fuertemente
centralizados, siglos antes de la llegada de los europeos. (Pueblos originarios con división de clases).

Dos Américas, en suma, ventilaban sus conflictos, cuando irrumpió el europeo, que los instrumentaría en su beneficio
al igual que luego adaptaría para la explotación colonial instituciones prexistentes como el yanaconazgo y la mita.

Así como hubo malinchismo y curacas traidores a la causa de la independencia y libertad de los indios, hubo también
en la metrópoli inmensa mayoría de españoles que ni participaron, ni se beneficiaron con la conquista de América.

Dos Españas. La medieval y la oscurantista, que organizó cruzadas y despreció la ciencia, la de la cruz y la espada, la de
la hidalguía señorial y limpieza de sangre, es decir, la expresión de clases dominantes feudales que puede afirmarse que
ningún otro de los grandes estados absolutistas de Europa occidental habría de tener un carácter tan nobiliario o tan
enemigo del desarrollo burgués.

Y la España plebeya y popular, de los comuneros, de los moros y los judíos expulsados, la de los campesinos y artesanos
oprimidos, en un contexto donde los terratenientes dominaban buena parte de una agricultura estancada, en la que la
mayoría de los productores directos permanecían en condiciones de subordinación y dependencia personal de sus
señores. (similitudes en opresión en América y España)

La prevalencia de este modo de producción feudal constituye un factor, que además de determinar la naturaleza de la
dos Españas, resulta de importancia al evaluar las modalidades de la conquista y colonización de América central y
del sur.

Formar parte de los dominados unos y de los dominadores los otros (en España y en América), antes y ahora, lo que une
y determina las solidaridades necesarias, como aquellos lazos profundos que vincularon a los movimientos
revolucionarios campesinos, burgueses y de las nacionalidades en la península, con la resistencia anticolonialista en
América. Como los que más tarde llevaron a muchos americanos a apoyar activamente a la república española durante
la guerra civil y a cobijar a los perseguidos del franquismo. Al igual que las sangrientas dictaduras instauradas en
Latinoamérica, pueden testimoniarlo mucho argentino que vivieron esta experiencia entre 1976 y 1938. En este sentido,
el monumento que se está levantando en Cádiz en homenaje a las víctimas de la conquista, en oposición a los festejos
oficiales, ratifica la pertinencia de distinguir entre las dos Españas.

PROGRESO Y GENOCIDIO

¿DESDE QUE PUNTO DE VISTA?

El recibimiento de los indígenas ofreció a los invasores se caracterizó por sentimientos de sorpresa, curiosidad, amistad
y temor. Pero pronto se darían cuenta que los invasores vinieron a dañarlos. Este fue el encuentro.

SOCIEDAD COLONIAL Y RESISTENCIA INDÍGENA

La diferenciación de clases en la América precolombina facilitó la invasión europea, con ayuda de los indígenas que
deseando hallar en los recién llegados aliados para sus ansias de libertad, sofocadas por los imperios como el azteca y el
Inca. (alianza con españoles en contra de indios que los oprimían).

Partiendo de que, con la conquista, la agricultura prehispánica sufrió un duro golpe (en el sistema incaico toda la
producción prehispánica sufrió un duro (en el sistema incaico la agricultura giraba alrededor de la tierra que permitía
recoger excedentes que satisfacían la alimentación y vestimenta de la población, y sostener a la clase dominante,
funcionarios del despotismo incaico, casta sacerdotal y nobleza local. Se obligaba a entregar parte de su cosecha o
servicios personales para obras públicas, servicio militar). La tributación a favor del Inca era variada pero no agotadora.
El estado incaico no lo hacía por humanidad sino porque su régimen económico tenía en cuenta que cada productor
viviente era una fuente de ingresos; y esto radicaba en el poder de un sistema y de su futuro.

El encomendero (español) modificó el sistema de percepción de la renta, porque el indio no era su vasallo ni tampoco
su esclavo; era su encomendado y debía ser tratado como siervo, tributario para sus granjerías o minas, con el
gravante de que no se preocupaba por si lo esquilmaba; tampoco se preocupaba por su alimentación y vestimenta.
Fue considerado como bestia de carga y en esta labor se lo agotaba hasta exterminarlo, sin cuidar de su
sostenimiento.

Esta ajustada explicación de algunos rasgos claves de uno y otros dominios, ayuda a ponderar la diferencia cualitativa
que los extranjeros introducen en las formas de explotación y los intolerables costos sociales que ellas aparejaron; por
lo cual se mermó la principal fuerza productiva de la sociedad; además de otras formas de retroceso económico como la
parcial destrucción de nichos productivos indígenas desarrollados en el marco de los archipiélagos verticales andinos.

Luego del “descubrimiento de América, y en base al derecho de conquista- avalado por la bula papal del papa Alejandro
VI_ se estableció que todas las tierras, minas, tesoros descubiertos o por descubrir, el oro, perlas, salinas y otros bienes
de las Indias Occidentales. Serían considerados jurídicamente como regalo de la corona castellana, así, los títulos que
primero hizo valer ésta sobre el Nuevo Mundo fueron el descubrimiento y ocupación de tierras ignotas, desconocidas
por el mundo civilizado, habitadas además por infieles y salvajes, y por tanto, susceptibles de apropiación.
Luego de muchos debates, quedó establecido que los americanos serían considerados vasallos de la corona, en calidad
de menores que necesitaban tutela y cuidado, quedaba atrás los 45 años que la Iglesia demoró en declarar que los
indios poseían almas.

En este sentido, las mercedes o gracias reales fueron el título original por el cual las tierras pasaron a dominio particular,
del mismo modo que la encomienda constituyó la institución fundamental a través de la cual la monarquía subrogó
sus derechos sobre las personas, sin perder la relación directa de vasallaje, limitando la duración a la vida del
encomendero, a veces de su hijo, y muy raramente por una “tercera vida”. Luego se restituían al patrimonio real (a
diferencia de los primeros encomenderos que la habían tomado en perpetuidad).

en virtud de este derecho feudal, recortada la influencia de los “señores” indianos a quienes se impidió convertirse en
una nobleza militar, la conquista dio a la nueva aristocracia (hidalgos españoles) el acceso inmediato, mediante la
encomienda, tanto a los suministros de víveres como a una gran fuerza de trabajo organizada para efectuar trabajos
especializados a sus nuevos gobernantes: tributos en productos o artesanías locales y trabajo en obras públicas.

Muchos antes de los grandes descubrimientos mineros de mediados del S. XVI, los principales empresarios de la
conquista exigían restitución por su desembolso personal, de equipo y por los riesgos que corrían, en forma de tributo o
trabajo indígena y concesiones reales de tierras.

Así, los españoles establecieron en América “un sistema colonial basado en la apropiación de tierras y de minas, y en la
explotación de estas a través de un trabajo coactivo y compulsivo” de las poblaciones aborígenes y de esclavos de
África.

La organización de la producción americana por parte del español iría adoptando formas institucionales que articulaban
la feudalidad metropolitana con los antiguos modos de trabajo prehispánico. Durante siglos la renta colonial se nutriría
del trabajo forzado, compulsivo de indios y mestizos, estableciéndose relaciones de producción feudal., que resultaron
mucho más gravosas para los productores directos que la propia España y otros sitios de Europa; ya que el señor feudal
además era el conquistador.

A este tipo dominante de relaciones sociales se sumaron las propias de la esclavitud del negro, cuando la ciada
demográfica de los pueblos originarios requirió aportes suplementarios de mano de obra (mano de obra negra para
suplantar pérdida de población indígena).

La encomienda, la mita minera y agraria, el yanaconazgo, el peonaje obligatorio, el pongaje, los arrendatarios
forzados, los tributos, etc., constituyen algunas de las principales formas de extracción del plustrabajo en la economía
colonial.

En ciertas regiones tuvieron gran importancia las reducciones de indios, definidas como “trampas diabólicas de
explotación”, que constituyeron verdaderas reservas de mano de obra para minas, haciendas y ciudades; que formaban
parte de todo tipo de exacciones por parte de los corregidores, como los repartos de mercaderías, muchas veces
innecesarias a precios elevadísimos.

Se trata de un conjunto de instituciones basadas en que la transferencia del excedente que no surge como necesidad
puramente económica de los productores directos, es impuesta mediante un variado repertorio de compulsiones
extraeconómicas. Dicha coacción se hallaba fundada en distintas y heterogéneas manifestaciones de la fuerza militar,
ideológica, cultural, jurídica, religiosa, basada en la costumbre o la protección de los propietarios de las condiciones de
producción, entre los que no debe dejar de incluirse a la Iglesia y en espacial a la propia corona, que “disponía de las
Indias como un feudo., donde recaba para sí un señorío soberano en el usufructo de los derechos dominical (propietario
universal), domestico (patronato Real, protectorado supremo en favor de señores e indios) y jurisdiccional 8autoridades
político-administrativas representantes de la Real Corona, máximo juez y legislador, fiscalidad real). Valiéndose en
muchos casos con la nobleza indígena, que le permitió combatir el proyecto señorial de los encomenderos.

En la segunda mitad del S.XVI, abandonaría también esta actitud recortando en parte las prerrogativas que había
favorecido en beneficio del señorío indígena. La metrópoli asentaba firmemente su dominio colonial, principal clase
domínate en América sería sin duda la dominante en España, expresada políticamente en la corona.

El instrumento privilegiado de esta operación sería el estado colonia, (que tuvo gestiones como las del Virrey Toledo), a
través de sus virreyes, gobernadores, audiencias, jefes militares; mientras que otros sectores como los terratenientes,
propietarios de minas y obrajes, encomenderos y mercaderes, subordinados al poder metropolitano también se
beneficiaban con porciones del plustrabajo de los productores directos locales. Ocupando posiciones secundarias pero
efectivas dentro del mismo aparato de dominio, tal como es el caso de los cabildos, corregimientos, alcaldías de
hermandad, consulados, etc.

En este contexto precapitalista de la expansión colonialista española, la presencia de características capitalistas no es


tal, aquella expansión, lejos de debilitar la estructura feudal de la sociedad la fortaleció.

Esto ocurrió así porque en Castilla las clases dirigentes han realizado la conquista del Nuevo Mundo como hicieron la
reconquista hispana: a la manera feudal: y no solo eso, sino que paradójicamente, y al precio de la ruina de España, los
conquistadores prepararon también la superveniencia del feudalismo en su país.

Por estas razones, el tesoro americano, que coadyuvó al proceso de acumulación originaria del capitalismo, debía
recorrer todavía un camino desde la metrópoli española a Inglaterra, Holanda y Francia, para transformarse recién
entonces en capital, dado que el moderno régimen de producción, en su primer período, el de la manufactura, solo se
desarrolló allí donde habían gestad ya las condiciones dentro de la edad media.

La vigencia del feudalismo colonial resulta contradictoria con las tendencias actuales en virtud de las cuales la historia se
ha transformado en una recta de ajuste ascendente que nos lleva a ese estado sublime en que estamos hoy del
desarrollo del capitalismo.

En esta dirección van resultando eliminados o secundarizados los saltos cualitativos, las rupturas violentas, los períodos
de dislocación y transformación de los sistemas sociales, es decir, el concepto mismo de revolución.

El análisis que postula o presupone a la historia como mera historia del capitalismo, resulta en relación al tema
considerado, modernizante y encubridor de la verdadera historia de la conquista, el genocidio y la explotación feudal,
toda que ves que ve el progreso donde hay sólo atraso colonial, progresismo asociado a terratenientes
precapitalistas, y capitalismo donde se desarrolla parcialmente la producción mercantil.

El verdadero problema está en saber de qué manera este capital mercantil puede crear una economía capitalista, en
esencia las relaciones de producción en el mundo americano de la conquista, la cual se prolonga hasta la actualidad, son
de tipo feudal. Y no se hará desaparecer este sistema.

Morin ha explicado que lejos de resultar incompatible con la mercantilización de una parte significativa de la
producción, el feudalismo en la américa española, como en el este de Europa, deriva de una ampliación del intercambio.

La marcha paralela del latifundio y de la servidumbre sentó los pilares fundamentales de la reproducción y lógica del
feudalismo agrario en el virreinato del Perú.

Se ha identificado a la renta mitaya como la relación de producción dominante en la minería potosina.

El sistema feudal se halla tan bien formado a comienzo del S XVII, que es capaz de asimilar en su interior los potenciales
elementos disolventes, ahogando las posibles fuerzas antagónicas.

En suma, la conquista española en u sentido colaboró al desarrollo del elemento revolucionario de la sociedad feudal
en descomposición en algunos países de Europa occidental, no haría lo mismo con España, donde reforzó el poder de
la clase dominante feudal expresada en la monarquía. Y mucho menos con sus colonias americanas donde junto a la
esclavitud del negro y de los indígenas esclavizados (indios bravos o caribes o araucanos) instauró un régimen
aristocrático y señorial de castas, cuya esencia coactiva perdurará durante el periodo independiente, deformando el
desarrollo del capitalismo, en condiciones que las clases herederas de aquel sistema se transformaron en socios
menores del capital extranjero a fines del S.XIX.

Todo este largo proceso de opresión generó una prolongada como memorable historia de resistencia indígena,
iniciada en 1492 con las primeras respuestas combativas de los pueblos caribeños. Esta sucesión de luchas forma parte
de la mejor tradición de las clases y grupos sociales progresistas que todavía hoy, continúan enfrentando las nuevas y
viejas formas de explotación por la división del planeta en países imperialistas y dependientes.

Así como se procura ocultar la esencia de saqueo y genocidio que caracterizó a la conquista, minimizando la
verdadera gesta, es necesario rescatar que la noche triste de los españoles en Tenochtitlan, los 150 años de rebeldía
maya, la insurrección del Inca Manco en 1536, la resistencia por más de 40 años del estado neoinca, el Taqui Oncoy
andino en la década de 1560, y miles de batallas, revueltas, escaramuzas y resistencias, acompañaron como una
sobra la agresión de los invasores de la tierra. (saqueo y genocidio= conquista-resistencia indígena).

Resistencias indígenas que dieron paso a la Independencia Hispanoamericana

Desarrollo de la clase por la profe:

La complejidad social queda de manifiesto en las insurrecciones andinas del S. XVIII. Las poblaciones andinas del Perú y
del Alto Perú estaban integradas por blancos, indios, criollos pobres, mestizos, cholos y demás castas que se levantaron
contra los corregidores y contra la institución de la mita. En 1730, en Cochabamba y en Oruro durante 1738 y 1739, se
produjeron levantamientos contra las autoridades coloniales.

A fines del S.XVII estalló un movimiento social liderado por José Gabriel Condorcanqui –Túpac Amaru II- quien
cuestionó el orden colonial, expresando la resistencia de grandes masas de indios y mestizos oprimidos por la
encomienda, los tributos coloniales. Procuró incorporar a criollos pobres, condición que revestían varios de los curas
que lo acompañaron en distintos momentos de la lucha, y a los esclavos. Este programa incluía la reivindicación
antiesclavista. Esta insurrección es de gran relevancia, no sólo porque conmovió el orden colonial sino porque fue la
última rebelión de indios y mestizos dirigida por ellos mismos contra las autoridades coloniales.

En adelante, las poblaciones originarias se sumarán a las tropas libertadoras dirigidas por las élites criollas.

Recapitulación de la clase:

Complejidad del concepto de la Conquista de América, enriquecida a partir de las miradas de Todorov y de Azcuy
Ameghino, diferentes miradas que nos interpelan.

Las insurrecciones andinas ante el orden colonial que permiten entender la complejidad social y económica en un área
de América.

Texto Atlas histórico de América y el Caribe (pág 197-201)

Las insurrecciones en los Andes Centrales

Las poblaciones andinas del Perú y el Alto Perú se levantaron contra las autoridades coloniales, quienes tuvieron que
enfrentar levantamientos diferentes a los reprimidos con anterioridad, encontrándose con un escenario cercano a una
guerra civil que desafiaba la estructura del gobierno y los privilegios coloniales. En 1730, en Cochabamba y en Oruro
(1738-1739) se produjeron levantamientos contra los corregidores y contra la institución de la mita.

En 1742, estalló en la selva central del Perú una rebelión encabezada por Juan Santos Atahualpa descendiente del Inca
Atahualpa (educado por los jesuitas), quien proponía la reinstauración del incario. Estos conflictos se extendieron a
regiones donde se encontraban los obrajes (fabricación de textiles con mano de obra indígena).

A pesar de existir leyes que protegían a los pueblos originarios, se les retenía a los trabajadores a través del
endeudamiento y el pago en especies, por lo que las deudas aumentaban constantemente y obligaban a los indígenas a
permanecer forzosamente en los obrajes. En esta sublevación no sólo participaron población loca sino también gente de
las sierras, que habían llegado por medio de misioneros y terratenientes como sirvientes o trabajadores.

El carácter mesiánico de este movimiento ejerció una poderosa atracción a distintas regiones, donde se produjeron
violentos levantamientos, como en Tarma que se levantaron contra el corregidor cuando les quiso cobrar deudas del
reparto de mercancías en las fiestas de Semana Santa.

El gobierno colonial tomó diferentes medidas para restaurar la paz social: dictó la excepción de la mita para las minas de
Huancavelica, reemplazó al corregidor y militarizó la zona. Logrando controlar la extensión de la insurrección hacia la
sierra desde la selva (estaba incontrolable).

Santos Atahualpa intentó quebrar el control colonial en la sierra e invadió Jauja, tomando Andamarca en 1752, sin éxito.

La extensión de la insurrección hacia la sierra central fracasó por distintos motivos: dificultades impuestas por una
efectiva red de clientelaje colonial (permitía descubrir a las autoridades las conspiraciones, contaban con apoyo de
curacas con rivalidades étnicas). E formó en Jauja una alianza entre autoridades coloniales e indígenas, formando un
aparato represivo, que fue decisivo en levantamientos posteriores.

Segunda mitad del S. XVIII se produjo un levantamiento social que cuestionó los cimientos del orden colonial. En el sur
del Perú se desató la Gran Rebelión, dirigida por Túpac Amaru II, quien dirigió el movimiento insurreccional más
vigoroso de América española antes de la independencia, con epicentro en Cuzco. Contó con apoyo de españoles-
americanos, curacas indígenas (comerciantes), mestizos, indígenas de la mita y esclavos. Reclamando ante el aumento
de los impuestos internos, la libertad de los esclavos, la oposición a la mita, entre otras cosas.

Sus reclamos no fueron atendidos y motivaron una reacción violenta. El 4 de noviembre de 1780, en Tinta donde ejercía
su curacazgo juzgó y ejecutó al corregidor Arriaga. Los corregidores concentraban en su figura gran parte del odio de los
pueblos indígenas por los abusos a los que eran sometidos.

Túpac Amaru II formó un gran ejército, precariamente armado para resistir las tropas enviadas. Este ejército
reprodujo en sus jerarquías –las que ya existían en la sociedad. Así los cargos más altos fueron ocupados por los criollos
y los curacas, mientras que los indígenas quedaron relegados a la tropa. Esta composición se reflejó en los reclamos, ya
que el principal de ellos consistía en la eliminación de aduanas interiores y las alcabalas. También exigió la abolición de
la mita minera y del reparto, perjudicial para los indígenas y para los curacas, criollos y mestizos dedicados al comercio.

(formación de un ejército con orden de jerarquía, pedía eliminación de aduanas, baja tributaria, abolición de la mita
minera. Este ejército fue acompañado también por el bajo clero).

El bajo clero se unió al movimiento de revuelta, pero el obispo de Cuzco, Manuel Moscoso y Peralta, excomulgó a Túpac
Amaru II. los rebeldes lograron derrotar a las fuerzas realistas en Sangarará (18/11/1780) y se dirigieron hacia Cuzco.

Finalmente, el gobierno central de Lima envió un ejército que logró derrotarlos en abril de 1781. Luego de la rebelión
en el Alto Perú pasó a estar dirigido por españoles y quedó restringido el fuero militar. Túpac Amaru II fue ejecutado
junto a sus familiares.

La rebelión continuó dirigida por jefes aymaras (Julián Apaza- Túpac Katari). Ya sin participación blanca la insurrección se
radicalizó, llegando en algunas regiones a ejecutar sacerdotes considerados parte del sistema opresor. El movimiento
logró controlar la ciudad de La Paz, en marzo de 1781, resistió el sitio establecido por los realistas, quienes ingresaron y
doblegaron a los rebeldes con ayuda de tropas llegadas desde Lima y Buenos Aires.

Muchos indígenas se acogieron al perdón ofrecido por los vencedores, pero Apaza fue ejecutado y descuartizado . La
represión ejercida no sólo se limitó a ejecuciones sino también al terreno cultural e identitario, ya que se prohibió la
vestimenta tradicional.

La insurrección de Túpac Katari fue antecedida por otras insurrecciones, donde se había reclamado por años en las
Audiencias de Lima y Buenos Aires por el reconocimiento del título de Curaca de Macha (de Tomás Katari), arrebatado
por un español y contra los abusos del corregidor. El virrey Vértiz falló a favor, pero la audiencia local terminó
apresándolo. Fue liberado por un levantamiento indígena, terminaron expulsando al corregidor y los levantamientos
contra los blancos, mestizos y autoridades eclesiásticas se multiplicaron. Tomás Katari se convirtió en autoridad
principal de las comunidades indígenas del sur y en el mediador más importante en las relaciones con las autoridades
virreinales. Pero fue capturado y asesinado por el corregidor Acuña y Villarroel, comandante de milicia (1779).

A partir de allí, se produjo el sitio de Chuquisaca, conducido por Dámaso y Nicolás Katari, hermanos de Tomás, con la
intención de aniquilar a la población blanca, pero las milicias de la ciudad rompieron el cerco y comenzó el fin para el
movimiento indígena.

Las noticias acerca de una rebelión en Oruro, resultaron un incentivo para la propagación a otras provincias del sur y
una radicalización de la insurgencia que implicó el ataque a los símbolos del poder colonial y a los blancos . La
insurrección produjo el fortalecimiento de las fuerzas realistas en Chuquisaca, y las ofertas de perdón a quienes juraran
lealtad a la corona, terminaron por minar el movimiento. En 1781 Dámaso fue ejecutado en Chuquisaca, mientras su
hermano Nicolás fue ejecutado en Cuzco en mayo de ese mismo año.

El alcance territorial del movimiento tupamaro fue el más grande hasta entonces de la América colonial, dada su rápida
extensión causada por la adhesión de las poblaciones locales que se rebelaban contra las autoridades coloniales,
esperando el regreso del Inca.
Insurrecciones en el Virreinato de Nueva España y en la Capitanía de Chile

Los pueblos originarios del actual México fueron protagonistas de levantamientos sociales durante la segunda mitad del
S. XVIII. se realizaron en el marco de las transformaciones producidas por las reformas que coincidieron con una época
de hambrunas. Hubo más de 100 levantamientos de 1750 en adelante, por lucha por la tierra y contra la explotación
minera.

La expulsión de la Compañía de Jesús, fue motivo de insurrecciones de los pueblos indígenas en San Luis de Potosí, pero
duramente reprimidas. Hubo levantamientos contra españoles e la península de Yucatán, siendo la más importante la
de Jacinto Canek (1761), que animado por una ideología milenarista proclamaba la creación de un reino maya y la
eliminación del poder español. En Cuernavaca, en el mismo año, Antonio Pérez encabezó un movimiento milenarista
que anunciaba el fin del poderío de los blancos y un nuevo reparto de las riquezas en manos de los indios.

Las profecías auguraban mejorías y reparaciones ante las injusticias permanentes, anunciando el retorno a la tenencia
de la tierra, en esta región, este carácter indígena y campesino explica el temor de los españoles americanos y su apoyo
a la represión colonial.

En la capitanía general de Chile, los que se levantaron fueron los españoles americanos . En 1776, se produjo un
levantamiento de criollos contra el aumento de los controles fiscales y la alcabala, el estallido fue el resultado de un
conflicto anterior suscitado por el establecimiento del estanco (prohibición de libre venta y circulación) del tabaco que
sólo finalizó con la renuncia del contador González Blanco, el encargado de llevar a cabo las reformas. (levantamientos
de españoles americanos)

Clase n°2 Crisis del orden colonial

“He aquí un caso extraño en la historia moderna: ¡una economía colonial dependiente de una metrópoli
subdesarrollada!

¿Por qué podemos encontrar en esta frase una de las causas de la crisis del orden colonial? (leer texto de Bethel de la
pág: 1 a 5. Atlas de historia de América y el Caribe 8Pág: 192 a 194)

Las revoluciones atlánticas: Revolución Inglesa-1688- constitución de una monarquía parlamentaria. Independencia de
EE. UU -1776- Nuevo modelo político: presidencialismo. Revolución Francesa-1789- nueva estructura social y política-
República parlamentaria, final de Absolutismo

Con este nombre se conoce a las tres primeras revoluciones políticas que se desarrollaron en occidente entre mediados
del S. XVII y fines del S. XVIII.

Revolución inglesa- 1688: puso fin a los intentos de preservar la monarquía absoluta, sentó las bases del sistema
parlamentario moderno, estableció una monarquía parlamentaria.

Independencia de los EE. UU- 1776: triunfo de un nuevo modelo político: el presidencialismo y la construcción de una
nueva estructura económica y social.

Revolución Francesa- 1789: transformación política, establecimiento de una república parlamentaria y un modelo para
la emancipación social.

Para Godechot: ¿es posible pensar que estas revoluciones en cadena fueron manifestaciones de una sola y única
revolución, cuyas causas profundas y generales fueron las mismas en todos los países, y variaron sólo en función de las
condiciones particulares encontradas en uno u otro lugar?

Texto de Bethel: Los orígenes de la Independencia Hispanoamericana

A fines del S.XVII, después de tres siglos de dominio imperial, Hispanoamérica aún se encontraba reflejada en su
metrópoli. Ya que, si las colonias exportaban materias primas, lo mismo hacía España. Si dependían de una marina
mercante, lo mismo pasaba con España. Ambas eran dominadas por una elite señorial, sin tendencia al ahorro y a la
inversión. Pero estas diferían económicamente en una actividad: las colonias producían metales preciosos y la metrópoli
productos agrícolas.

Esta circunstancia no beneficiaba directamente a España.


Segunda mitad del S. XVIII, la España borbónica buscó reformas y modernizar su economía, sociedad e instituciones,
dada la disminución de la productividad. Buscaron la solución en los fisiócratas, estableciendo la supremacía en la
agricultura y el papel del estado: con el mercantilismo, para justificar una explotación más eficaz de los recursos de las
colonias. También buscó en el liberalismo económico, la erradicación de las restricciones comerciales e industriales.
Tuvo influencia de la Ilustración, en la preferencia de la razón y la experimentación, entendidas como opuestas a la
autoridad y la tradición. Esto es lo que ayuda a entender las inconsistencias políticas que se dieron en esta época. Donde
la modernidad luchará contra la tradición.

Se deseaba reformar las estructuras existentes, en vez de establecer nuevas, y el principal objetivo económico residía en
mejorar la agricultura en vez de promover la industria. El crecimiento demográfico del S.XVIII presionó sobre la tierra y
la creciente demanda agrícola (en España como el mercado internacional, hizo subir los precios y las ganancias a los
propietarios). Se produjo gran demanda de tierras y esto hizo subir las rentas en mayor grado que los precios. Por lo
que, resultaba vital mejorar las técnicas, comercializar la producción y abatir los obstáculos que impedían el
crecimiento. Ley de granos de 1765: abolió la tasa sobre estos, permitiendo el libre comercio de cereales en España y su
exportación, menos en tiempos de escasez.

En 1788: propietarios, derecho a cercar sus tierras y arar tierras de pasto. Hubo distribución de limitadas de tierras de
patrimonio real, municipales y eclesiásticas.

Las restricciones del comercio libre, desde 1765, hicieron desaparecer las peores restricciones que pesaban sobre el
comercio con la América española. Pero las mejoras económicas no conllevaron a un gran cambio social; apenas se
dejaba entrever una incipiente clase media. Los comerciantes eran activos en el comercio de ultramar, mientras que en
algunas provincias de la península surgían nuevos fabricantes (Cataluña: moderna industria algodonera y lanera que
exportaba a América vía Cádiz, que buscaban nuevos puertos de salida más directos).

Los comerciantes y manufactureros querían liberalizar aún más el comercio y esperaban encontrar en América los
mercados no encontrados en España. Anticipándose al libre comercio y aprovechándose de este.

Así, España perdió la oportunidad de efectuar un cambio fundamental en el S. XVIII y abandonó el camino de la
modernización. Prefirió la adquisición de más tierras e importar productos suntuarios. La reforma agraria se vio
frustrada por la apatía del gobierno y la oposición de poderosos intereses; los ingresos agrícolas permanecieron bajos, y
así, obstaculizaron el desarrollo de un mercado nacional necesario para la industria. Tenía un sistema de transporte
deficitario, que no cubría la demanda existente de una población en crecimiento; convirtiéndose en un gran obstáculo
que impidió el desarrollo económico de Castilla y la privó del desarrollo industrial o de convertirse en un mercado para
la industria de otras regiones.

Las regiones marítimas encontraban mercados y fuentes de materias primas, de manera más fácil que aquellas ciudades
que dependían de los caminos terrestres. Por lo que, en general en España el desarrollo mercantil era débil. La
infraestructura comercial estaba atrasada, aunque España producía suficiente grano, las regiones costeras a menudo
tenían que importarlo y también se perdían las ocasiones de exportarlo.

Durante la segunda mitad del S. XVIII existió una cierta recuperación económica en la que la industria catalana y el
comercio colonial tuvieron su propio peso, pero España continuó con una economía esencialmente agraria y el comercio
exterior fue considerado como salida de productos agrícolas.

Las medidas modernizadoras del reinado de Carlos III (1759-1788) fueron concebidas para revitalizar el sector
tradicional de la economía. Poniendo en evidencia que el mundo hispánico, no estaba construido sobre la división del
trabajo entre la metrópoli y las colonias, sino sobre similitudes.

Las viejas estructuras sobrevivieron y el movimiento reformista colapsó en medio del pánico producido por la
Revolución francesa.

Bajo Carlos IV, la monarquía perdió toda credibilidad como gestora de la reforma. Los hombres de gobierno dieron
paso a los cortesanos y se volvió a antiguas prácticas. El primer secretario del monarca, Godoy trató a América como
si fuera una fuente proveedora de metales preciosos y a sus gentes como simples contribuyentes.

Pero si Hispanoamérica no podía tener en España un abastecedor industrial y a un socio comercial, debía buscarlo en
otro lado. Durante el S. XVII la economía británica estaba efectuando un cambio revolucionario y con la Revolución
Industrial experimentó un crecimiento comercial sin precedentes, basado en la producción fabril de tejidos, además
del crecimiento en la industria del hierro y el acero-. Francia continuaba rezagada en cuanto a la productividad y la
distancia se acrecentó aún más, a partir de 1789, durante la guerra y el bloqueo.

De este modo, Gran Bretaña no tenía rival, exportaba una porción sustancial de su producción industrial.

A lo largo del S. XVIII el comercio británico había ido contando de forma creciente con el mercado colonial, incluidas
las colonias americanas de España. El único impedimento con que se encontraron era la limitación del poder
adquisitivo de sus clientes, que dependía de lo que podían ganar con sus exportaciones a Gran Bretaña.

La América española sólo generaba una limitada gama de productos exportables a Inglaterra, ya que disponía de la
plata como medio vital de intercambio. Gran Bretaña apreciaba el comercio con la América española y buscó
expandirlo, por medio del comercio de reexportación desde España, por medio del contrabando existente en las
iNdas Occidentales y el Atlántico sur. Pero no buscaba una política imperialista en Hispanoamérica, ni expulsar a
España de ella. El gobierno británico no tenía un proyecto de conquista ni de liberación manteniéndose al margen.

Su intervención en Hispanoamérica no era justificable para la lucha de por abrir nuevos mercados; hasta la crisis de
1806/1807, cuando parecía que Europa quedaría cerrado a las exportaciones británicas, las salidas existentes se
consideraban adecuadas.

El mercado hispanoamericano, aunque era valioso e importante como para que se incrementara hasta donde fuera
posible, nuca fue vital la exigencia de incorporación al imperio británico.

Durante los años de guerra con España, cuando la flota británica bloqueó Cádiz, las exportaciones británicas
cubrieron la escasez en las colonias españolas. El contraste entre Gran Bretaña y España, entre crecimiento y
estancamiento, entre potencia y debilidad, ejerció otro componente psicológico: si una potencia mundial como Gran
Bretaña podía perder la mayor parte de su imperio americano. ¿Con qué derecho perduraba España?

El imperio español en américa descansaba en el equilibrio de poder entre varios grupos: Iglesia y elite local. La
administración ostentaba el poder político, pro con un poder militar escaso y asentaba su autoridad en la soberanía d
ela corona y en sus funciones burocráticas. La soberanía secular, reforzada por la Iglesia, tenía la misión religiosa
apoyada en el poder jurisdiccional y económico. Pero el mayor poder económico estaba en manos de las elites,
propietarios rurales y urbanos, (minoría de peninsulares y mayor número de criollos.

EN EL S.XVIII, LAS OLIGARQUÍAS LOCALES, CON INTERESES TERRITORIALES, MINEROS Y MERCANTILES, CON FUERTE
SENTIDO DE IDENTIDAD REGIONAL, ESTABAN BIEN ESTABLECIDAS A LO LARGO DE TODA AMÉRICA. LA DEBILIDAD DEL
GOBIERNO REAL Y SU NECESIDAD DE RECURSOS PERMITIERON A ESTOS GRUPOS DESRROLLAR EFECTIVAS FORMAS DE
RESISTENCIA FRENTE AL DISTANTE GOBIERNO IMPERIAL.

(España. Librecomercio para comercializar manufacturera de España con América) (S.XVII: España abandona el camino
a la modernización. Seguía con la adquisición de tierras y de acumulación de productos suntuarios) (sistema de
transporte era ineficaz, no permitía el desarrollo mercantil)

Texto: Atlas Histórico de América Latina y el Caribe

Hacia la crisis del orden colonial

Las reformas borbónicas fueron el intento de la nueva dinastía gobernante de España de transformar la monarquía con
un poder centralizado, con administración moderna y profesional, que diera por finalizada las prerrogativas corporativas
en la península como en el mundo colonial.

Su aplicación como resultados fueron desparejos, en algunos lugares consiguieron el apoyo de la elite colonial.

En México, por ejemplo, los españoles americanos fueron desplazados del gobierno, generando violentas reacciones
como consecuencia de la expulsión de los jesuitas, por la demora de la aplicación del reglamento del librecomercio.

En Perú, se desarrollaron numerosos focos de resistencia (sobre todo en Lima); donde las élites criollas lograron influir
directa o indirectamente en las intendencias y en las subdelegaciones y continuaron manejando el reparto de
mercancías.

En Chile, los grupos locales neutralizaron rápidamente al nuevo funcionario, al igual que en BS AS, donde las reformas
tuvieron cierto éxito, causando incluso que la clase dominante recepcionara y cooptara a los recién llegados.
Se intentó en América la creación de un aparato estatal centralizado y poderoso, manejado por burócratas peninsulares
para alejar a los grupos locales y combatir la corrupción. Donde el control del Estado había estado en manos de
funcionarios locales. No en todos los casos esta política fue aplicada de manera exitosa.

Frente a salarios inadecuados o inexistentes y la presión constante de las elites desplazadas, los nuevos funcionarios se
fueron incorporando a los grupos locales por medio del matrimonio o por lazos comerciales.

El programa de reformas modeló un mapa político transformado, que ante la crisis metropolitana de legitimidad real
debido a la invasión napoleónica en 1808 y en un marco más amplio de revoluciones europeas y en Norteamerica, la
emergencia de amplios sectores de la población, generaron reclamos de la reversión de la soberanía hacia el pueblo y
poco después el fin del vínculo comercial

Los levantamientos sociales del S. XVIII

Reformas borbónicas, configuraron una situación compleja: ruptura del anterior orden colonial y transformaciones en el
ámbito económico que pusieron en jaque el poder de las elites locales, la expulsión de los jesuitas (mayoría de
americanos) y el aumento de la presión fiscal sobre poblaciones originarias; que produjeron levantamientos sin
precedentes, poniendo en jaque al poder colonial español.

El aumento de los ingresos provenientes de América, determinó mayor control económico y obligó a las colonias a
enviar el excedente de producción e ingresos que usualmente retenían, hacia España.

Desde la conquista y la colonización, Hispanoamérica mundialmente era consumidora de manufacturas europeas, y


exportadora de materias primas para la metrópoli, como minerales, productos tropicales.

Este sistema tenía un problema estructural, porque España no estaba capacitada para sostener la producción para el
abastecimiento ultramarino, por falta de una industria propia. Así se beneficiaron los comerciantes metropolitanos que
revendían productos provenientes de otros países europeos. Este esquema se vio perjudicado por el desarrollo de una
incipiente producción manufacturera americana, lo que llevó a la corona a prohibir la producción colonial debido al
exceso del establecimiento de fábricas y artefactos contrarios a los que prosperan en España y tienen por principal
objeto el surtido de nuestras Américas.

La presión fiscal y tributaria impulsó alianzas de distintos grupos sociales con el objetivo de resistir a la nueva
administración, creando el clima propicio para que los sectores sociales más vulnerables se sublevarán. Por lo que los
sectores blancos, ante el peligro de una revolución social, se unieron a las fuerzas reales para reprimir los
levantamientos que cuestionaban el orden colonial (levantamientos de pueblos originarios como el Túpac Amaru).

Clase n° 3: El dilema de la Independencia

Concepto de revolución como proceso histórico.

Introducción a los movimientos revolucionarios en Hispanoamérica, inicio S.XIX.

Luchas por la independencia en América Latina fueron producidas en el contexto de las revoluciones europeas (Rev.
Francesa, que propició la primera gesta independentista exitosa en América Latina, en Haití. Esclavos afroamericanos
entendieron que se debía aplicar los derechos establecidos en Francia. 1804, proclamación de la primera república
negra, siendo el primer Estad independiente.

El modelo de revolución francesa no encontró muchos seguidores entre la elite criolla (¿por qué no tuvo lugar acá?

Sergio Vilaboy: “El dilema de la independencia Latinoamérica, sostiene que el proceso revolucionario se presentó como
un dilema para la elite criolla. Algunos sectores de esta elite criolla sostenían la necesidad de una revolución limitada a
la esfera política. Otros luchaban por transformaciones económicas y sociales. Guerra Vilaboy toma de José Martí: “el
problema de la separación de las metrópolis europeas no era el cambio de formas sino el cambio de espíritu”

¿A qué se refiere Martí con esta frase? ¿Por qué la utiliza Guerra Vilaboy?

Guerra toma como ejemplos revolucionarios: independencia de EE. UU y la revolución haitiana (dicotomía de
revolución).
Estados Unidos, primeras colonias que se constituyeron en la primera nación independiente de América (1776),
producto de la independencia de las trece colonias de Inglaterra; fundando una ordenada y conservadora república
diferente a la francesa.

La idea de que los hombres nacen libres e iguales, dejaba afuera la población negra de origen africana y mantuvo la
esclavitud. Fue el modelo de revolución elegido por la mayor parte de las elites criollas que llevaron adelante el proceso
revolucionario en América Latina.

En palabras de Adams, ¿hubo una revolución americana?

Guerra Vilaboy: la elite criolla concebía la independencia en dos direcciones: hacia arriba para despojarse de la presión
de la metrópoli y hacia abajo para impedir que los sectores populares intentaran cambiar la estructura económica y
social. Posición reflejada en Francisco Miranda, precursor de la emancipación latinoamericana. Para quien era mejor
tomar el modelo de “revolución” de los Estados Unidos.

Texto: Revolución y fundación del estado Nacional 1763-1815

De la revolución y de la guerra por la independencia americana, resultaron reformas y diversos cambios sociales,
económicos y políticos; entre los que implicaron todo un movimiento revolucionario.

¿Hubo una revolución americana?

Fue junto a la Rev. Francesa, la fundación del Estado nacional americano el acontecimiento más trascendental en la
historia política de la región europeo-americana del S. XVIII.

La independencia estatal de los americanos se basó en el desarrollo económico, social y político de Europa. La sociedad
blanca de Norteamérica fue fundamentalmente un fragmento de Europa. Las inversiones europeas en el nuevo
continente y el éxito de la autoafirmación de los colonos.

Las inversiones europeas en el nuevo continente

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