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Wachtel- Los indios y la conquista española

Hasta finales del siglo XV América era un mundo completamente autocontenido, el


cual de repente experimentó un golpe brutal y sin precedentes: la invasión de hombres
blancos de Europa. La llegada de estos seres desconocidos causó un gran asombro por
todas partes, los conquistadores también lo experimentaron, ambas partes estaban
descubriendo una nueva raza de hombres de existencia insospechada.

Tanto en México como en Perú los documentos indígenas revelan un ambiente de


terror religioso ante la llegada de los españoles. Las descripciones expresan el trauma
experimentado por los nativos americanos: profecías y presagios predecían el fin de los
tiempos; luego, de repente, aparecieron unos monstruos de cuatro patas montados por
criaturas blancas de aspecto humano. En toda América estaba esparcido el mito del dios
civilizador que, después de su reinado benevolente, desaparece misteriosamente,
prometiendo a los hombres que un día volvería. Los indios percibieron los acontecimientos
a través de la estructura del mito y, al menos en ciertas ocasiones, concibieron la llegada de
los españoles como el retorno de los dioses.

Las descripciones de los nativos recogen características que demuestran la


extrañeza y el poder de los invasores: sus pieles blancas, sus barbas, sus caballos, su
escritura y sus armas de fuego. Sin embargo, la creencia en la divinidad de los españoles
fue pronto destruida debido a su extraña conducta, su delirio ante la visión del oro y su
brutalidad. Y, en principio, no todos los americanos tenían tales fantasías.

Como caen los imperios (azteca e inca)

● Superioridad técnica: Espadas de acero contra lanzas, armas de fuego contra arcos
y flechas, sin embargo, este factor es de importancia relativa ya que los españoles
poseían pocas armas de fuego en el momento de la conquista, y eran de disparo
lento. Su impacto desde el inicio fue principalmente psicológico.
● victoria española favorecida por las divisiones políticas y étnicas del mundo
indígena: los imperios azteca e inca habían sido construidos a través de las
conquistas, por lo que algunos grupos veían en la llegada de los invasores una
oportunidad para librarse de la dominación opresiva, fueron los indios quienes
proporcionaron el grueso de sus ejércitos conquistadores a Cortés y Pizarro,
Ejemplo: en México, los totonacas se rebelaron contra Moctezuma y se aliaron con
los españoles, quienes inmediatamente recibieron una ayuda decisiva de los
tlaxcaltecas. En Perú, la facción de Huáscar se unió a Pizarro, quien también
consiguió la ayuda de grupos tales como los cañaris y los huancas.
● dimensión religiosa y cósmica: con los robos, masacres, incendios, los indios vivían
verdaderamente el final del mundo; la derrota significaba que los dioses tradicionales
habían perdido su poder sobrenatural. Por ejemplo, para los aztecas la caída de la
ciudad significó más que una derrota militar ya que terminó el reinado del dios Sol, la
vida terrena perdió todo su sentido, y desde que los dioses murieron sólo les
quedaba a los indios el morirse.

Desestructuración

Wachtel denomina al proceso como Desestructuración, para referir a este


rompimiento de todas las estructuras que edificaban el mundo indígena, no sólo desde los
social, político, cultural sino también en el marco de las cosmovisión. Espacio en donde la
evangelización tomará un lugar destacado.
El dominio español se sirvió de las instituciones nativas al mismo tiempo que llevó a
cabo su desintegración, dejando sólo estructuras parciales que sobrevivieron fuera del
contexto relativamente coherente que les había dado sentido. Las consecuencias
destructoras de la conquista afectaron a las sociedades nativas a nivel demográfico,
económico, social e ideológico.

Demografía

Antes de la llegada de los españoles, en la meseta central mexicana se había


estimado la cifra (excesiva) de 25 millones de habitantes, en los Andes se estimó un
población de alrededor de 10 millones para todo el imperio inca. En los 30 años posteriores
a la invasión, la población descendió a gran velocidad. Por ejemplo en la meseta mexicana
la población se redujo en más de un 90 por ciento (1519- 25 millones / 1580- 1,9 millones).
En la población en el norte de los Andes, en la costa o en los valles calientes, el descenso
fue muy exagerado hasta 1560, y después se volvió más gradual (1530: 10,0 millones/
1590: 1,5 millones).

La causa principal de la caída demográfica fueron, en principio, las nuevas


enfermedades o epidemias (viruela, sarampión, gripe, plagas) traídas por los europeos,
contra las que los indios americanos no tenían defensas, por estar aislados por miles de
años. Ejemplo: en 1519, la resistencia azteca se quebrantó por la epidemia de viruela, que
brotó durante el sitio de Tenochtitlan. La epidemia se extendió por toda la América Central,
y tal vez tan lejos como hasta los Andes.
Otra razón son las consecuencias de la dura opresión española, como la alta tasa de
mortalidad masculina, que ocurrió debido a la guerra y a las exacciones de impuestos,
también por suicidios individuales o colectivos y las prácticas de abortos, que demuestran
un gran desespero y se utilizaban como forma de protesta. En la segunda mitad del siglo
XVI se denota una caída en la tasa natalidad.
Los indios sentían que vivían menos y cada vez tenían peor salud, las causas del
declive se clasificaron por orden de importancia a las guerras, las epidemias, las
migraciones de los pueblos y los trabajos excesivos. En algunos casos, los indios
atribuyeron la caída de su población o su más corta vida, al hecho de que tenían menos
trabajo y a que eran más libres y se alimentaban mejor. El sentimiento de excesiva libertad
se correspondía con el vacío tras la desaparición de las anteriores estructuras del estado y
al abandono de las normas tradicionales de conducta. Los cambios demográficos reflejaban
la desintegración del mundo nativo, como los sistemas económico, social y religioso que
daban un sentido a las labores de la vida diaria.

Para comprender los procesos de desestructuración es necesario primero subrayar


los diferentes rasgos de las civilizaciones precolombinas. La unidad básica de los diferentes
grupos étnicos eran los ayllu (calpulli en méxico) que formaban un núcleo endogámico,
reuniendo un determinado número de parentescos que poseían colectivamente un territorio
concreto. Las unidades básicas se formaban por mitades, y después formaban unidades
aún más amplias, hasta que abarcaban todo el grupo étnico. El término ayllu puede
aplicarse a los diferentes niveles superpuestos de esta manera unos sobre otros, en el que
cada uno incluía al anterior. El estado inca era la cima de esta estructura inmensa de
unidades interconectadas. La ayuda mutua era la base ideológica y material de todas las
relaciones sociales y regía el proceso de producción.

El modo de producción del imperio inca se basaba en el antiguo modo de producción


comunal que permanecía vigente, mientras que se explotaba el principio de reciprocidad
(jerárquica y desigual) para legitimar su gobierno, por ejemplo, los servicios de los súbditos
del Tahuantinsuyu trabajaban colectivamente las tierras del Inca y del Sol, con un espíritu
de rito religioso, y a cambio recibían alimentos, chicha y coca o realizaban periódicamente
el servicio de la mita, trabajos públicos o servicios para la guerra..

En el imperio inca se utilizó el sistema mitmaq: los asentamientos nucleares de las


tierras altas (dedicados a la cría de ganado y producción de tubérculos) enviaban colonos
(mitmaq) a los asentamientos de altitudes más bajas, para tener acceso a la producción de
los valles cálidos (maíz, algodón, coca, etc.), así la población aparecía entremezclada. Se
formaban «archipiélagos verticales» de distinto tamaño. El estado inca realizó este método
para ordenar las amplias áreas de cultivo, ya fuera de coca (el valle del Songo) o de maíz
(valles de Abancay, Yucay o Cochabamba).

Tras la captura y muerte de Atahualpa, las estructuras del estado inca colapsaron;
las instituciones regionales y locales sobrevivieron pero separadas del sistema global que
les había dado sentido. Numerosos mitmaq volvieron a sus lugares de origen, y los
«archipiélagos» que el inca había organizado desaparecieron. La sociedad de los Andes se
precipitó en un largo proceso de fragmentación. Esta dispersión de la actividad económica y
social se aceleró con los españoles, cuando dividieron en parcelas las encomiendas:
dominios que hasta ese momento formaban unidades políticas, sociales y económicas
coherentes, fueron repartidos entre diferentes beneficiarios.

La incorporación de diversos fenómenos transformaron el mundo precolombino: los


elementos más importantes observados del proceso de desestructuración han sido las
nuevas formas de tributos, la introducción de la moneda y la economía de mercado.

Los trastornos fueron más profundos en Perú que en México, donde los subditos del
Inca sólo estaban obligados con el estado por servicios en trabajos y no pagaban en
especias. Hasta mediados del siglo xvi en México y Perú el nivel de los tributos otorgados
por los encomenderos no estaba regulado por ninguna norma oficial. La primera disposición
de tasas fue redactada en la década de 1550; además incluía servicios de trabajos (la mita)
basados en numerosos y dispares pagos: maíz, trigo, patatas, ovejas, aves y diversos
artículos manufacturados. Cuando no tenían algunos de estos productos, los indios los
obtenían por el intercambio. También proceden de esta época los tributos en plata,
convirtiéndose en la forma dominante de tributo en la década de 1570. Las obligaciones
fueron tasadas según el número de tributarios, y los indios eran responsables
colectivamente del pago.

Frente a las fuertes disminuciones demográficas. se seguían cobrando la misma


cantidad, por lo que no siempre podrían cubrir lo que se les pedía. Ayudados por el
descenso de la población, los españoles usurparon algunas de las tierras que hasta el
momento eran trabajadas por los indios. En todo el Perú, las tierras del inca, del sol y de los
huacas fueron consideradas propiedad de la corona, cuyos súbditos se beneficiaron de ellas
en forma de «mercedes». Así, la carga de los impuestos se desvió sobre las tierras
comunales de los indios.
El sistema español hizo uso de los fragmentos del sistema antiguo, la reciprocidad
continuó formando parte de las relaciones entre los ayllu y los curacas, y estos aún
proporcionaban un vínculo entre los indios y los nuevos gobernantes; pero en el
Tahuantinsuyu la reciprocidad dio origen a una rotación de la riqueza entre los ayllu, los
curacas y el Inca; en cambio, el dominio español, que heredó el papel centralizador del Inca,
condujo a una transferencia en una única dirección, sin reciprocidad. El sistema de pagos
funcionó en el imperio inca dentro de una estructura equilibrada y circular, el tributo español
era desequilibrado y unilateral.

El desarrollo del tributo en plata desde 1550 obligó a los indios a desarrollar nuevas
actividades con el fin de obtener el necesario metal precioso. Las minas de México
(Zacatecas) sufrieron una invasión de trabajadores libres (naboríos). Desde 1553 los indios
de la provincia de Chucuito (antiguo reino lupaca) enviaron mitayos a las minas, permitiendo
a sus señores reunir los 2.000 pesos necesarios para el tributo. Otros indios se contrataron
con los comerciantes españoles para transportar mercancías (en las caravanas de llamas) o
iban a las ciudades para trabajar en la construcción de edificios. De esta forma se desarrolló
en algunos sectores una economía de mercado en detrimento de la economía tradicional

Los cambios en el sistema económico estuvieron acompañados, tanto en Perú como en


México, por el desmantelamiento de la estructura social, pero el proceso adquirió formas
diferentes según las áreas. Los ayllu y los calpulli, a pesar de estar afectados por la invasión
europea, continuaron funcionando como células básicas de la sociedad india.Los indios que
conformaba la mayor parte de la población, no era la mayor parte del sector comunal de la
economía y Los señores, perdieron muchos de sus poderes.

En ambos virreinatos se desarrolló un modelo de migración, que los recaudadores de


tributos pronto comenzaron a lamentar. En Perú las guerras civiles entre los partidarios de
Almagro y Pizarro, ayudaron a desarraigar la población. Muchos indios, reclutados por los
ejércitos enfrentados, terminaron engrosando las masas de vagabundos o permanecieron
como yanaconas al servicio de los españoles. Antes de la llegada de los españoles eran
una pequeña proporción de la población, ahora su número comenzó a multiplicarse.

La población se dividió en 2 categorías: Hatunrunas (indios sujetos al tributo y a la mita) y


Yanaconas (estatus social más bajo, pero en realidad libre de las obligaciones debidas por
los otros indio). Luego se creó una diferencia en el virreinato de Nueva España y Perú: en
Perú, el crecimiento del número de yanaconas (y forasteros) creó un problema que contenía
el embrión de la lucha entre, los hacendados, los mineros y la corona: el problema de
someter a los yanaconas y forasteros a las obligaciones que se imponían al resto de los
indios fue el dominante en la historia futura de los Andes.
La clase de los mayeques precolombinos (mexico) comparables a los yanaconas de
los Andes, sufrieron un destino completamente diferente. Antes de la llegada de los
españoles, los mayeques debían pagar los impuestos a los señores locales nativos. Como
los impuestos españoles estaban trazados según el sistema azteca, esos indios, como los
yanaconas de los Andes, al principio se libraron del pago que los macehualtin de las
comunidades debían pagar a sus encomenderos. Pero después de 1560 los mayeques
fueron registrados a su vez como tributarios, borrando las distinciones con el mundo
precolombino.

En el otro extremo de la escala social, los miembros de la nobleza nativa fueron


obligados en el futuro a actuar como intermediarios entre los españoles y los indios que
debían tributos. Los descendientes de las viejas castas gobernantes perdieron la esencia de
su poder, aunque continuaron desempeñando un papel importante, mantuvieron su posición
privilegiada sólo porque aceptaron colaborar con los españoles.

En el nivel intermedio de los señores de las mitades los vínculos de reciprocidad


sobrevivieron intactos al proceso de desestructuración. Por otra parte, en el nivel más bajo,
el de los señores del ayllu, hubo un colapso total. El antiguo reino lupaca se componía de
unos ciento cincuenta ayllu, la mayoría de los señores del ayllu perdieron sus privilegios y
estaban sujetos a las mismas obligaciones que los otros indios. Ocurre una fragmentación y
una concentración de poder: la fragmentación fue un resultado de la pérdida de status de
los antiguos curacas, y la concentración benefició el nivel intermedio de los curacas de las
mitades, a costa de los señores del ayllu.

México y Perú aún se diferenciaban en algo, en el caso del Perú gozaron de cierto elemento
de continuidad en su sistema, sin embargo, para México, la hispanización afectó
radicalmente sus estructuras políticas y administrativa,
Mediados del siglo XVI:
• En México se implementó la figura del cabildo: formado por gobernadores, alcaldes y
regidores elegidos por uno o varios años. Su función era el control de la recaudación de
tributos, administración de la economía de la comunidad y algunos casos de justicia.
• En Perú, se seguía empleando al curaca, sin embargo, este también era gobernador, por
ello la renovación de las clases no fue significante

Religión
La religión constituyó otros de los temas que trajo la conquista y el cual transformó
rápidamente su vida, Las nuevas formas de tributo en trabajo introdujeron ideas extrañas en
las normas tradicionales nativas.
Los españoles justificaron su hegemonía en el hecho de que habían traído la
verdadera fe a los indios: a los ojos de los misioneros, las prácticas y creencias de los
nativos eran la obra del diablo, y la «conquista espiritual» requería que éste fuera
espantado. La religión oficial, ligada a la estructura del estado, desapareció rápidamente
tanto en México como en Perú. El culto local continuó más o menos ilícitamente, pero los
indios tuvieron que dejar sus fiestas más importantes y las prácticas que les parecían más
horribles a los españoles, sobre todo los sacrificios humanos.
Se destruyeron sistemáticamente los templos, se quemaron códices y khipus, los
sacerdotes nativos fueron perseguidos. Uno de los síntomas más dramáticos de la ruptura
de la cultura nativa fue el alcoholismo: antes de la conquista normas estrictas regulaban el
uso del pulque (México) y la chicha (Andes), sólo podían ser consumidos colectivamente
durante las ceremonias religiosas en honor de los dioses, fuera de esto estaba prohibido.
Después de la conquista el alcoholismo afectó a hombres y mujeres en todos los niveles de
la sociedad. Los españoles condenaron esto por razones morales (castigos como la
flagelación); a su vez que lo fomentaban por razones económicas: vendían vino a los
indios.
Algo parecido ocurrió con el uso de la hoja de coca. La hoja de coca era una planta
que se había utilizado en las ceremonias religiosas Después de la conquista la producción
de coca se incrementó considerablemente. Los españoles extendieron la superficie de las
plantaciones de coca y esta era necesaria para el trabajo de los indios en las minas ya que
podían casi sin comer.

Aculturación
las tradiciones nativas se enfrentaron a nuevas prácticas que introdujeron los
europeos.
● Aculturación económica: Diversos productos se fueron incorporando, como algunos
productos vegetales (naranjas, manzanas, higos, etc.) que se desarrollaron allí
donde las condiciones climatológicas eran favorables. El ganado europeo se
adaptó más fácilmente en México o en el norte de los Andes que en los Andes
centrales y meridionales, donde predomina la cría de llamas. Así, cuando el
consumo de carne se generalizó en el Ecuador a finales del siglo xvii, significó una
evolución importante en la dieta habitual. El cultivo de trigo se introdujo a instancia
de los españoles para el pago de tributos exclusivamente, y no para el consumo de
los indios
● Aculturación global: a través de la selección de artículos importados por los
españoles que sencillamente estaban yuxtapuestos a los que se usaban.
● Aculturación social: Se produjo un contraste entre la rápida aculturación social de
numerosos señores y el mantenimiento de la tradición por los plebeyos.
Los señores pronto aprendieron a hablar y escribir español, mientras continuaron
utilizando las lenguas nativas. El objetivo era hispanizar un grupo escondido para
formar una clase dirigente que obedeciera a los españoles. Los miembros de la
nobleza nativa adoptaron la vestimenta europea y algunos símbolos de prestigio de
la cultura dominante. En cambio los indios de las comunidades mostraron fidelidad
con las antiguas costumbres. Continuaron hablando las lenguas nativas y
normalmente vestían ropa tradicional.
● Aculturación religiosa: las fidelidades de los indios a sus tradiciones manifestaban su
rechazo a la dominación colonial, En México durante la primera década de la época
colonial (hasta 1570), los indios parecían mostrar un verdadero entusiasmo por el
cristianismo, este no fue el caso de Perú. Pero en ambos casos, los indios se
aferraban tenazmente a sus propias creencias y ritos, a pesar de la destrucción de
los templos del Sol y del Inca, ellos siguieron adorando a sus huacas (dioses
locales). Los españoles consideraban a los dioses locales como manifestaciones del
diablo.
Mientras que parecían someterse a los signos externos del culto cristiano, ocultaban
sus ritos tradicionales. Los españoles fomentaron esta ambigüedad erigiendo cruces
e iglesias en los antiguos lugares sagrados, en tanto que, a la inversa, los indios
disimulaban sus ídolos y ritos con velo cristiano.

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