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HISTORIA DE ESPAÑA .

2º BACHILLERATO

CURSO 23-24
OPCIÓN A

BLOQUE 3. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA: IMPLANTACIÓN Y AFIANZAMIENTO DE UN NUE-


VO SISTEMA POLÍTICO (1874-1902).
7. EXPLICA LOS PRINCIPALES ELEMENTOS DEL SISTEMA POLÍTICO QUE DIERON ESTABILIDAD A
LA RESTAURACIÓN. ¿PUEDE CONSIDERARSE UN SISTEMA DEMOCRÁTICO? RAZONA TU RES-
PUESTA.
A finales de 1874, un nuevo pronunciamiento puso fin a la Primera República española, restaurando la
Monarquía en la persona de Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II. Se abría, de este modo, un período

histórico conocido como la Restauración, que fue la etapa política más estable del libera-

lismo español del siglo XIX, y cuyo artífice fue el conservador Cánovas del Castillo.

El objetivo de Cánovas fue construir un sistema político estable y sólido, que permitiera

superar los problemas de la monarquía de Isabel II : el carácter excluyente de los partidos


cuando alcanzaban el poder, el intervencionismo de los militares en la vida política y la proliferación de
enfrentamientos civiles.
El proyecto de Cánovas tenía tres vértices: el Rey y las Cortes, como instituciones fundamentales,

el bipartidismo, como sistema idóneo de alternancia en el poder y una Constitución modera-

da, como marco jurídico.

La Constitución de 1876 fijó las bases del nuevo régimen. Fue una constitución de gran elasti-

cidad, con un articulado poco preciso, para que fuera compatible con gobiernos de diferente
signo político. De este modo se podrían cambiar las leyes ordinarias sin tener que cambiar la Constitu -

ción, lo que dotaba de estabilidad al sistema político.

La Constitución establecía la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, institución

que estaba al margen de cualquier decisión política. El Rey tenía amplias competencias, se le
otorgaba el derecho de veto, la potestad legislativa compartida con las Cortes y el nombramiento de
ministros. Las Cortes se organizaron en dos cámaras: el Congreso y el Senado. Se proclamó la confe-

sionalidad católica del Estado. El tipo de sufragio quedaba a decisión del Gobierno. Asimis-

mo, contaba con una importante declaración de derechos, pero se limitaba a reconocerlos

con carácter general. Esto permitía al gobernante de turno limitar o anular cualquier derecho con
una nueva ley. “ Nadie podrá entrar en el domicilio de un español, sin su consentimiento, excepto en los casos y la forma expresa -
mente prevista en las leyes”.

Cánovas , se inspiró en el modelo bipartidista inglés, basado en la alternancia en el

gobierno de los dos grandes partidos dinásticos, el Conservador y el Liberal, que se


turnarían pacíficamente en el poder. Renunciando así, a los pronunciamientos como mecanis-
mo para acceder al poder.
-El Partido Conservador, liderado por Cánovas y apoyado por la aristocracia y la alta burguesía,

era partidario de libertades restringidas, sufragio censitario y confesionalidad católica del Esta-
do. Era apoyado por los grupos conservadores: la aristocracia y alta burguesía.
-El Partido Liberal, liderado por Sagasta, era más progresista y laico. Defendía el sufragio uni-

versal y un conjunto de libertades más amplios. Aglutinó a la burguesía moderada.


En la práctica, la actuación de ambos partidos en el poder no difería mucho, eran la cara y cruz de una

misma moneda, solo representaban los intereses de la burguesía y las élites sociales.

Los cambios de Gobierno eran pactados de antemano y las elecciones se amaña-

ban. El papel del rey era ejercer como árbitro en la vida política y garantizar la alternancia en el poder
de los partidos políticos. Desde Madrid se transmitían instrucciones a los gobernadores civiles de cada

provincia, y se les proporcionaba la lista de los candidatos que debían salir elegidos en cada

localidad y se lo comunicaban a los caciques (poderes locales) que se encargaban de la mani-

pulación de los resultados electorales mediante diversos procedimientos que iban desde las ame-

nazas, a la falsificación del censo o el “pucherazo” (cambio de urnas, añadido de votos fal-

sos, etc).
La capacidad de manipulación era mucho menor en las ciudades que en el medio rural, donde los caci-
ques controlaban a los campesinos.
La alta burguesía y la aristocracia monopolizaban los cargos políticos y controlaban todos

los resortes del poder para ejercerlo en beneficio propio. La mayoría de la población no se sin-

tió representada por el sistema, de modo que se distanciaron de los asuntos políticos con una

abstención generalizada en los procesos electorales.

El régimen parlamentario liberal de la Restauración no era un sistema democrático,

ya que se apoyaba en un proceso electoral, caracterizado por el caciquismo, la corrupción

electoral y la abstención generalizada, que facilitaba la manipulación de las elecciones, para


falsear la voluntad popular, en beneficio de los partidos de turno.
En un sistema democrático, todo el procedimiento es distinto: No hay pactos entre partidos para relevarse en el gobierno antes de cele -
brar elecciones; las elecciones se realizan bajo un estricto control y los representantes de los partidos vigilan todo el proceso para que

no se cometan irregularidades; son los resultados electorales los que determinan qué partido debe gobernar (y no al revés) . Ade-

más, la Constitución establecía la soberanía compartida, no fijaba el tipo de sufragio y marginaba siem-
pre a las mujeres. En realidad, era una fachada para ocultar el verdadero control del poder por parte de

una reducida oligarquía.


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