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7.1. La Restauración Borbónica (1874-1902): Cánovas del Castillo y el turno de partidos.

La Constitución
de 1876.

INTRODUCCIÓN

En este tema estudiaremos el sistema político surgido tras el sexenio democrático y veremos cómo se forjó
un sistema estable, aunque basado en el fraude electoral

LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA

La inestabilidad del Sexenio había hecho que las clases medias se mostrasen favorables a apoyar un
sistema político en el que primase el orden y la estabilidad. Tras el fracaso de los distintos gobiernos del
Sexenio, la Restauración borbónica parecía el sistema más adecuado para garantizar la estabilidad.

Cánovas del Castillo, el principal artífice de la Restauración, llevaba años tejiendo una red de apoyos
nacionales e internacionales para colocar al príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, como rey constitucional de
España. En el manifiesto de Sandhurst, Alfonso se comprometía a gobernar de forma constitucional,
respetando el catolicismo y el liberalismo. A pesar de que Cánovas no quería que los militares se
involucrasen, el general Martinez Campos, en un pronunciamiento que no encontró apenas resistencia,
proclamó rey a Alfonso XII.

EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

Cánovas, inspirándose en el modelo inglés, la potencia hegemónica en ese momento, quería construir un
sistema político estable, el cual basó en los siguientes fundamentos:
- Una soberanía compartida entre el rey y las cortes.
- El rey como cabeza del ejército, con lo que Cánovas pretendía impedir los pronunciamientos y
reducir la importancia de los militares en la vida política.
- Un sistema bipartidista en que los 2 grandes partidos se alternasen pacíficamente en el ejercicio del
poder.
- Una constitución moderada, que pudiera satisfacer a estos partidos.

LOS PARTIDOS POLÍTICOS DEL TURNO

Como ya hemos visto antes, el sistema político de la Restauración se basa en la existencia de 2 grandes
partidos políticos que se turnarían pacíficamente en el poder. El Partido Conservador, dirigido por el propio
Cánovas, fue el sucesor del antiguo Partido Moderado isabelino. Este partido representaba los intereses
de la oligarquía social y económica del país. El otro gran partido del régimen, el Partido Liberal, estaría
dirigido por Mateo Sagasta. Era un partido mucho más heterogéneo, integrando a los antiguos miembros
del Partido Progresista, a parte de los demócratas y a los republicanos más moderados, los llamados
posibilistas. Este partido defendía los ideales de las clases medias. Ninguno de los 2 partidos eran partidos
de masas, siendo ambas agrupaciones de notables.

Fuera del juego político de la Restauración, siendo muchas veces prohibidos tanto sus partidos políticos
como sus asociaciones, quedaron los republicanos, los socialistas y los incipientes nacionalismos
periféricos.

LA CONSTITUCIÓN DE 1876

La Constitución de 1876 fue aprobada por sufragio universal, aunque en dichas elecciones no participaron
ni carlistas ni republicanos. Era una constitución de carácter moderado, heredera en muchos aspectos de
la constitución de 1845. Sin embargo, también contenía derechos presentes en la de 1869. Su seña
definitoria era la plasticidad, ya que su articulado poco preciso permitía a gobiernos de muy distinto signo
gobernar con ella, sin necesidad de cambiar la constitución. Sus características eran las siguientes:
- Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Aumentaba los poderes del monarca, que tenía un gran peso tanto en el poder ejecutivo, pudiendo
nombrar y destituir al jefe del gobierno y a los ministros, como en el poder legislativo, ya que podía
convocar y disolver las Cortes.
- Las Cortes eran bicamerales. El Congreso se elegía por sufragio directo. Sin embargo, la
Constitución no establecía el tipo de sufragio que se debía utilizar, dejándolo en manos de una ley electoral
que podía ser cambiada por cada gobierno. Por ejemplo, el primer gobierno conservador de Cánovas
estableció el sufragio censitario. El Senado estaba compuesto tanto por senadores vitalicios, como por
aquellos designados por el rey y aquellos elegidos mediante un sufragio censitario muy restrictivo.
- El catolicismo era la religión oficial del reino y se prohibía el culto público de cualquier otra. No
obstante, sí que se reconocía la libertad individual de culto.
- Tenía una amplia carta de derechos civiles y políticos, sin embargo, como no los regulaba, los
gobiernos, especialmente los conservadores, podían restringirlos a voluntad mediante el uso de leyes
ordinarias.
Esta constitución, debido a su plasticidad, ha sido la más longeva de la historia constitucional española,
estando vigente 47 años.

EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA

Los dos partidos principales del sistema acordaron alternarse en el poder de forma pacífica. Acordaron,
además, no eliminar los cambios más notables que hubiera introducido el otro partido. Cuando un partido
consideraba que había llegado el momento de gobernar, el rey convocaba a su líder y le encargaba formar
gobierno. Después, se convocaban unas elecciones fraudulentas, que darían la mayoría en las Cortes al
partido en el gobierno. Este tipo de turnismo fraudulento no era exclusivo de España, sino que también se
daba en otras democracias de los países meridionales de Europa, como Portugal o Italia

Los resultados electorales se garantizaban mediante la adulteración de los resultados. El partido de


gobierno indicaba a los gobernadores civiles de cada provincia qué resultado se debía obtener. Los
gobernadores elaboraban la lista de los candidatos que debían ser elegidos en cada localidad (el
“encasillado”) y la facilitaban a las oligarquías locales. Los oligarcas locales, o caciques, presionaban a los
votantes de múltiples formas (concesión-revocación de licencias, puestos de trabajo, recomendaciones…)
o incluso llegaban a la adulteración directa de los resultados (el llamado pucherazo).

El sistema de presión caciquil era mucho más efectivo cuando el cuerpo electoral era reducido (por eso su
aplicación no fue tan fiable a partir de la aprobación del sufragio universal en 1891). También la presión
caciquil era más eficiente en el ámbito rural que en el urbano, lo cual se compensaba al ser las
circunscripciones rurales proporcionalmente más valiosas que las urbanas.

Este sistema fraudulento hizo posible una alternancia pacífica de los partidos conservador y liberal. Incluso
la muerte prematura de Alfonso XII no trastocó el sistema ya que ambos partidos, con el Pacto del Pardo,
se comprometieron a respetarlo. El sistema no mostraría grandes signos de desgaste hasta la crisis de
1898

CONCLUSIÓN

Hemos visto como la Restauración, la Constitución de 1876 y el “turnismo” supusieron la creación de un


sistema político estable. Si bien, el hecho de que este sistema estuviera basado en la corrupción, hizo que
tras el Desastre del 98 entrase en un lento pero irreparable declive.

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