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I. LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA: NATURALEZA, EXTENSIÓN Y LÍMITES.

Dice el artículo 103.1 CE que la Administración sirve con objetividad los intereses generales, y
actúa con sometimiento pleno a la ley y al derecho, es decir, debe actuar conforme a la
legalidad. Pero ¿qué ocurre cuando no actúa con sometimiento a la legalidad? Para devolver
su actuación al cauce legal el ordenamiento ha previsto dos tipos de mecanismos: 1. Judicial, y
2. Propiamente administrativo. En este tema vamos a centrarnos en el control judicial de la
actividad de la administración, más concretamente en el orden contencioso administrativo,
que es el encargado del control de la legalidad de la actividad administrativa y del uso de la
potestad reglamentaria, sin perjuicio de las actuaciones que puedan ejercer el resto de
órdenes y órganos distintos al contencioso administrativo por razones determinadas (Tribunal
de Justicia de la UE, TC, TCu, órganos judiciales del orden penal… etc)

1. Naturaleza.

Las notas que caracterizan la jurisdicción contenciosa administrativa son las siguientes:

- Es una auténtica Jurisdicción, ordinaria, a través de un auténtico proceso ante órganos


judiciales especializados por su competencia y personal, como en el resto de órdenes.

- Es una jurisdicción esencialmente revisora de la actuación administrativa (actos


administrativos, disposiciones de carácter general, actuaciones que constituyan vía de
hecho y en los supuestos de inactividad).

- Las sentencias tienen carácter declarativo no ejecutivo y deben ser ejecutadas por la
Administración, si bien el Juez o Tribunal tiene competencia para decidir si está o no
correctamente ejecutada y, en este caso, ordenar como debe ejecutarse, lo que le
lleva a decir al legislador en el artículo 103.1 de la LJ, en línea con el art. 117.3 de la
C.E. y conforme con la doctrina del T.C. que “la potestad de hacer ejecutar las
sentencias y demás resoluciones judiciales corresponde exclusivamente a los Juzgados
y Tribunales de este orden jurisdiccional”, lo que supone que la Administración actúa
como mandataria del Juez o Tribunal.

- Rige el principio dispositivo. Ello significa que los órganos de la jurisdicción contencioso
administrativa están obligados, por lo tanto, a juzgar dentro del límite de las
pretensiones formuladas por las partes y de las alegaciones deducidas para
fundamentar el recurso y la oposición.

- Es una jurisdicción improrrogable. Así lo dice el art. 7.2 de la LJ (En consonancia con el
5.2) según el cual “la competencia de los Juzgados y Salas de lo Contencioso-
administrativo no será prorrogable y deberá ser apreciada por los mismos, incluso de
oficio, previa audiencia de las partes y del Ministerio Fiscal por plazo común de diez
días”, con carácter previo a las cuestiones de fondo que ante las mismas se plantean.

- La jurisdicción se configura como un presupuesto procesal de ineludible cumplimiento,


ya que antes de entrar a conocer del fondo del asunto, el órgano jurisdiccional debe
asegurarse que la cuestión a resolver se encuentra dentro de su jurisdicción. De este
modo, la jurisdicción se convierte en el primero de los requisitos procesales que deben
examinarse, antes incluso que el de la competencia.
2. Extensión. Arts 1, 2 y 4 LJCA.

Artículo 1.

1. Los Juzgados y Tribunales del orden contencioso-administrativo conocerán de las


pretensiones que se deduzcan en relación con la actuación de las Administraciones públicas
sujeta al Derecho Administrativo, con las disposiciones generales de rango inferior a la Ley y
con los Decretos legislativos cuando excedan los límites de la delegación.

2. Se entenderá a estos efectos por Administraciones públicas:

a) La Administración General del Estado.

b) Las Administraciones de las Comunidades Autónomas.

c) Las Entidades que integran la Administración local.

d) Las Entidades de Derecho público que sean dependientes o estén vinculadas al Estado, las
Comunidades Autónomas o las Entidades locales.

3. Conocerán también de las pretensiones que se deduzcan en relación con:

a) Los actos y disposiciones en materia de personal, administración y gestión patrimonial


sujetos al derecho público adoptados por los órganos competentes del Congreso de los
Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Defensor del
Pueblo, así como de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas y de las
instituciones autonómicas análogas al Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo.

b) Los actos y disposiciones del Consejo General del Poder Judicial y la actividad administrativa
de los órganos de gobierno de los Juzgados y Tribunales, en los términos de la Ley Orgánica del
Poder Judicial.

c) La actuación de la Administración electoral, en los términos previstos en la Ley Orgánica del


Régimen Electoral General.

Artículo 2.

El orden jurisdiccional contencioso-administrativo conocerá de las cuestiones que se susciten


en relación con:

a) La protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, los elementos reglados y la


determinación de las indemnizaciones que fueran procedentes, todo ello en relación con los
actos del Gobierno o de los Consejos de Gobierno de las Comunidades Autónomas, cualquiera
que fuese la naturaleza de dichos actos.

b) Los contratos administrativos y los actos de preparación y adjudicación de los demás


contratos sujetos a la legislación de contratación de las Administraciones públicas.

c) Los actos y disposiciones de las Corporaciones de Derecho público, adoptados en el ejercicio


de funciones públicas.

d) Los actos administrativos de control o fiscalización dictados por la Administración


concedente, respecto de los dictados por los concesionarios de los servicios públicos que
impliquen el ejercicio de potestades administrativas conferidas a los mismos, así como los
actos de los propios concesionarios cuando puedan ser recurridos directamente ante este
orden jurisdiccional de conformidad con la legislación sectorial correspondiente.

e) La responsabilidad patrimonial de las Administraciones públicas, cualquiera que sea la


naturaleza de la actividad o el tipo de relación de que derive, no pudiendo ser demandadas
aquellas por este motivo ante los órdenes jurisdiccionales civil o social, aun cuando en la
producción del daño concurran con particulares o cuenten con un seguro de responsabilidad.

f) Las restantes materias que le atribuya expresamente una Ley.

Artículo 4.

1. La competencia del orden jurisdiccional contencioso-administrativo se extiende al


conocimiento y decisión de las cuestiones prejudiciales e incidentales no pertenecientes al
orden administrativo, directamente relacionadas con un recurso contencioso-administrativo,
salvo las de carácter constitucional y penal y lo dispuesto en los Tratados internacionales.

2. La decisión que se pronuncie no producirá efectos fuera del proceso en que se dicte y no
vinculará al orden jurisdiccional correspondiente.

3. Límites. Art 3 LJCA.

Artículo 3.

No corresponden al orden jurisdiccional contencioso-administrativo:

a) Las cuestiones expresamente atribuidas a los órdenes jurisdiccionales civil, penal y social,
aunque estén relacionadas con la actividad de la Administración pública.

b) El recurso contencioso-disciplinario militar.

c) Los conflictos de jurisdicción entre los Juzgados y Tribunales y la Administración pública y los
conflictos de atribuciones entre órganos de una misma Administración.

d) Los recursos directos o indirectos que se interpongan contra las Normas Forales fiscales de
las Juntas Generales de los Territorios Históricos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, que
corresponderán, en exclusiva, al Tribunal Constitucional en los términos establecidos por la
disposición adicional quinta de su Ley Orgánica.

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