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Ignacio Vallarta decía que el amparo era: un proceso legal intentado para recuperar
sumariamente cualquiera de los derechos del hombre consignados en la Constitución y
atacados por una autoridad de cualquiera categoría que sea, o para eximirse de la
obediencia de una ley o mandato de una autoridad que ha invadido la esfera federal o
local respectivamente.
También se intento desarrollar a partir de sus funciones análogas con las del juicio
constitucional norteamericano.
Abitia Arzapalo destaca que no se debe considerar al amparo como un recurso, ya que
el amparo es una instancia de naturaleza constitucional; en el recurso la autoridad
superior resuelve el caso en ulterior grado y las autoridades que conocen del amparo, no
son el superior que conoce del mismo caso en la instancia o grado siguiente, en el
amparo la declaratoria se ocupa de la constitucionalidad del acto reclamado; en el
recurso las partes del proceso en la instancia inferior, son las mismas que en la superior,
y nunca es parte en el grado subsiguiente la autoridad que pronunció la sentencia
recurrida, en cambio, en el amparo, las partes no son las mismas que en el juicio ordinario
puesto que en él no se dirimen los conflictos que entre los particulares, sino entre
particulares y autoridades.
La función del amparo como mecanismo para la tutela del régimen constitucional se
extiende, además, a los ordenamientos legales secundarios, por ello, a través de este
instrumento se hace un control de constitucionalidad y legalidad.
El amparo puede ser realizado en vía de acción, es decir, plantear en una vía autónoma
posibles violaciones para en la misma exista el pronunciamiento consecuente, o bien en
vía de excepción.
Burgoa señala que el amparo equivale a cualquier medio jurídico para imponer en su
favor el orden constitucional.
El amparo directo.
La procedencia del juicio de amparo en vía directa se determina por el acto reclamado
y la autoridad que lo emite. En primer lugar, a pesar de que se pueden reclamar en
esta vía violaciones de carácter procesal, lo que determina que puedan hacerse valer
es que se realicen en tanto se impugnen sentencias o resoluciones (caducidad de la
instancia, sobreseimiento, etc.) que pongan fin al juicio.
En relación con la autoridad debe tratarse de un tribunal judicial, esto es, que
corresponda a un órgano adscrito al Poder Judicial, de las entidades federativas o de
la federación, o bien que se trate de tribunales administrativos o del trabajo
configurados con autonomía e independencia. Las resoluciones emitidas por los
tribunales no adscritos al Poder Judicial, ni provenientes de los tribunales
administrativos y del trabajo con dichas características, no son impugnables en vía
de amparo directo.
El amparo indirecto.
Las autoridades responables deben rendir su informe con justificación dentro del
término de cinco días, pero el órgano podrá ampliarlo hasta por otros cinco si estmara
que la importancia del caso lo amerita. En todo caso, las autoridades responsables
rendirán su informe con justificación con la anticipación que permita su conocimiento
por el quejoso, al menos ocho días antes de la fecha para la celebración de la
audiencia constitucional.
Las sentencias de amparo sólo deben ocuparse de los individuos en lo particular, sin
hacer una declaración general respecto de la norma o acto que la motivare. Aunque
con la implementación de la reforma del 2011, existe la posibilidad de que a través
del amparo indirecto se realice la declaratoria general de inconstitucionalidad de la
norma impugnada en atención a lo dispuesto por la fracción II del artículo 107
constitucional.