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Algunas notas en torno a la función y objetivos del juicio de amparo.

Ignacio Vallarta decía que el amparo era: un proceso legal intentado para recuperar
sumariamente cualquiera de los derechos del hombre consignados en la Constitución y
atacados por una autoridad de cualquiera categoría que sea, o para eximirse de la
obediencia de una ley o mandato de una autoridad que ha invadido la esfera federal o
local respectivamente.

También se intento desarrollar a partir de sus funciones análogas con las del juicio
constitucional norteamericano.

Abitia Arzapalo destaca que no se debe considerar al amparo como un recurso, ya que
el amparo es una instancia de naturaleza constitucional; en el recurso la autoridad
superior resuelve el caso en ulterior grado y las autoridades que conocen del amparo, no
son el superior que conoce del mismo caso en la instancia o grado siguiente, en el
amparo la declaratoria se ocupa de la constitucionalidad del acto reclamado; en el
recurso las partes del proceso en la instancia inferior, son las mismas que en la superior,
y nunca es parte en el grado subsiguiente la autoridad que pronunció la sentencia
recurrida, en cambio, en el amparo, las partes no son las mismas que en el juicio ordinario
puesto que en él no se dirimen los conflictos que entre los particulares, sino entre
particulares y autoridades.

El amparo como mecanismo de control de constitucionalidad, legalidad y


convencionalidad en México.

La función del amparo como mecanismo para la tutela del régimen constitucional se
extiende, además, a los ordenamientos legales secundarios, por ello, a través de este
instrumento se hace un control de constitucionalidad y legalidad.

El amparo puede ser realizado en vía de acción, es decir, plantear en una vía autónoma
posibles violaciones para en la misma exista el pronunciamiento consecuente, o bien en
vía de excepción.

El control de legalidad corresponde a los Tribunales Colegiados de Circuito y a los


Juzgados de Distrito, hasta el grado de erigirse en revisores de los actos de todas las
autoridades judiciales que se hayan ajustado a las leyes aplicadas; excepcionalmente lo
realiza la SCJN a través de la facultad de atracción o de la resolución de contradicción
de tesis.

El control de legalidad se vincula a las violaciones indirectas a la Constitución, es decir


un ordenamiento distinto a ella, y de rango inferior.

El control de convencionalidad implica, en el caso del amparo, que los tribunales


federales, deban atender a lo establecido en los tratados internacionales.

Burgoa señala que el amparo equivale a cualquier medio jurídico para imponer en su
favor el orden constitucional.

Con independencia de su consagración parlamentaria, el control de legalidad es una


necesidad para la unificación de la jurisprudencia en que descansa la estabilidad del
régimen jurídico de nuestro país y el aseguramiento de la impartición de justicia.

Los procesos que integran el amparo.

La doctrina se refiere a por lo menos seis procesos integrantes del amparo:

a) El amparo como garantía de los derechos de libertad. No solo comprende la


libertad física, protegida tradicionalmente por el habeas corpus, sino toda la gama
de derechos subjetivos públicos establecidos por la Constitución en beneficio de
los habitantes del país.
b) El amparo para combatir las normas generales. Este proceso tiene por objeto
sujetar las disposiciones materialmente legislativas a la norma constitucional,
destaca en éste la pureza del control constitucional llevado a cabo por los órganos
en esta materia. En la actualidad el amparo contra normas generales es posible
plantearlo a partir de la entrada en vigor de la norma (norma autoaplicativa) o a
partir del primer acto de aplicación (norma hetero aplicativa).
c) El amparo como medio de impugnación de sentencias judiciales. La casación se
ha explicado a partir de la función de los jueces que, como órganos encargados
de aplicar la ley, pueden hacerlo por diversa forma de interpretación de la misma,
de modo que es necesario controlar su actividad, por lo que se dice que sirve para
controlar a los controladores. A la fecha, las violaciones que son materia de la litis
en el amparo casación derivan del artículo 14 constitucional y de las hipótesis
contenidas en los artículos 172 y 173 de la Ley de Amparo que contempla los
supuestos en que se violan las leyes del procedimiento, que afectan las defensas
del quejoso.
d) El amparo para reclamar actos y resoluciones de la administración activa.
Actualmente, el amparo administrativo se distingue por su trámite ante jueces de
distrito o de tribunales unitarios de circuito contra diversas disposiciones
administrativas, mientras que el amparo contra resoluciones del Tribunal Federal
de Justicia Fiscal y Administrativa y de los Tribunales de lo Contencioso
Administrativo de las entidades federativas es de carácter judicial, esto es, sujeto
a las reglas del amparo como casación. El amparo en materia administrativa se
caracteriza porque procede, sin que sea necesario agotar los recursos ordinarios
tratándose de actos que carezcan de motivación y fundamentación, así como de
aquellos respecto de los cuales las leyes ordinarias requieran mayores exigencias
para conceder la suspensión del acto reclamado.
e) El amparo para proteger los derechos sociales de los campesinos sometidos al
régimen de reforma agraria. El cual ampara aquellos casos en que se reclamen
actos que tengan o puedan tener como consecuencia privar de la propiedad o de
la posesión y disfrute de sus tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos, o a los
núcleos de población que de hecho y por derecho guarden el estado comunal, o
a los ejidatarios o comuneros, lo mismo si las entidades o individuos mencionados
figuran como quejosos que como terceros interesados.
f) Amparo por invasión de esferas entre autoridades locales y federales. Tiene su
fundamento en las fracciones II y III del artículo 103 constitucional que atribuye a
los Tribunales de la Federación para resolver toda controversia que se suscite por
invasión de esferas entre autoridades locales y federales.

Los procedimientos en que se desenvuelven los procesos que integran el


amparo.
Actualmente existen dos procedimientos o vías por las cuales se puede tramitar un
amparo, el primero es el amparo directo, el cual Burgoa señala que es uni instancial
y se tramita ante los Tribunales Colegiados de Circuito, y el indirecto, del cual
comenta Burgoa que es bi instancial o de doble instancia y se tramita ante los
Juzgados de Distrito.

El amparo directo.

Conforme a la Ley de la materia, el amparo directo es competencia de los Tribunales


Colegiados de Circuito y es procedente, en términos del artículo 170, contra de
sentencias definitivas, laudos o resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por
tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, que afecten la defensa
del quejoso.

La procedencia del juicio de amparo en vía directa se determina por el acto reclamado
y la autoridad que lo emite. En primer lugar, a pesar de que se pueden reclamar en
esta vía violaciones de carácter procesal, lo que determina que puedan hacerse valer
es que se realicen en tanto se impugnen sentencias o resoluciones (caducidad de la
instancia, sobreseimiento, etc.) que pongan fin al juicio.

En relación con la autoridad debe tratarse de un tribunal judicial, esto es, que
corresponda a un órgano adscrito al Poder Judicial, de las entidades federativas o de
la federación, o bien que se trate de tribunales administrativos o del trabajo
configurados con autonomía e independencia. Las resoluciones emitidas por los
tribunales no adscritos al Poder Judicial, ni provenientes de los tribunales
administrativos y del trabajo con dichas características, no son impugnables en vía
de amparo directo.

La demanda de amparo requiere de la identificación de los sujetos de la acción


(quejoso, tercero interesado y autoridades responsables), de su objeto (la sentencia
o resolución reclamada) y causas (los preceptos violados, la ley aplicada
inexactamente o que se dejo de aplicar y los conceptos de violación que resultan de
la resolución). La demanda se presenta ante la autoridad emisora del acto reclamado
y ésta la remitirá, junto con su informe con justificación, constancias de
emplazamiento al tercero interesado y los autos originales del expediente que derivan
del acto reclamado al Tribunal Colegiado de Circuito

El Tribunal Colegiado de Circuito, previa vista al MP de la federación y a la conclusión


del periodo de alegatos, resolverá lo procedente. Las resoluciones dictadas en los
amparos directos son terminales, pero pueden ser revisables de manera excepcional
por la SCJN, cuando resuelvan la constitucionalidad de normas generales,
establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución u omitan
decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un
criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la SCJN.

El amparo indirecto.

El amparo indirecto es competencia ordinaria de los Juzgados de Distrito.


Excepcionalmente son competentes los Tribunales Unitarios de Circuito y los órganos
del fuero común. El artículo 107 de la Ley de Amparo precisa los supuestos de
procedencia del amparo en vía indirecta.

Respecto de las reglas de procedencia del juicio, es importante tener en cuenta


cuándo un acto puede tener la naturaleza de imposible reparación, o bien cuándo se
trata de actos posteriores a juicio. La Ley de Amparo establece las causas de
improcedencia, válidas para ambas vías de amparo.

En el amparo indirecto, el órgano debe examinar el escrito de demanda y si


encontrara motivo manifiesto e indudable de procedencia, la desechará de plano. Si
no encontrara motivos de improcedencia, o se hubiesen llenado los requisitos
omitidos admitirá la demanda y, en el mismo auto, pedirá informe con justificación a
las autoridades responsables y hará saber dicha demanda al tercero interesado, si lo
hubiere; señalará día y hora para la celebración de la audiencia, a más tardar dentro
del término de treinta días.

Las autoridades responables deben rendir su informe con justificación dentro del
término de cinco días, pero el órgano podrá ampliarlo hasta por otros cinco si estmara
que la importancia del caso lo amerita. En todo caso, las autoridades responsables
rendirán su informe con justificación con la anticipación que permita su conocimiento
por el quejoso, al menos ocho días antes de la fecha para la celebración de la
audiencia constitucional.

En contra de las sentencias dictadas en materia de amparo indirecto, procede el


recurso de revisión, del cual son competentes los Tribunales Colegiados de Circuito
o la SCJN. La Corte solo conocerá de aquellas sentencias en que se hubiere
impugnado la inconstitucionalidad de normas generales.

Las sentencias de amparo sólo deben ocuparse de los individuos en lo particular, sin
hacer una declaración general respecto de la norma o acto que la motivare. Aunque
con la implementación de la reforma del 2011, existe la posibilidad de que a través
del amparo indirecto se realice la declaratoria general de inconstitucionalidad de la
norma impugnada en atención a lo dispuesto por la fracción II del artículo 107
constitucional.

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