Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRÁCTICAS GUIADAS
(Adaptadas de Germer)
PRÁCTICA DE APERTURA
PRÁCTICA DE LA VERGÜENZA
Y quizá para soltar tensión residual que pueda haber del día de hoy, puedes
percibir y acompañar con tu atención unos cuantos ciclos de respiración tal y
cómo son en este momento (espacio).
Y hazle saber a tu cuerpo inocente, que soporta todo esto, que se puede
ablandar, que puede aflojarse, que puede soltar… dejando que los músculos se
aflojen sin exigir que lo hagan, como si aplicases una almohadilla calentita en esa
parte diciendo: “Ablanda… suavízate… aflójate…” Ayúdale a ablandarse con
quietud y con tranquilidad. Háblale así a tu cuerpo, aflojando, abriendo el cuerpo.
En vez de contraerse más, le pedimos que el nudo se abra, que la tensión vaya
circulando, que encuentre su camino en el cuerpo para salir de forma natural. Y
recuerda que no estás intentando que la sensación se vaya, sino que estás con
ella, dándote cuenta, de una forma amorosa, acompañando a tu cuerpo con
compasión: “Ablanda…afloja…estoy contigo”. Y, de esta manera, facilita a tu
cuerpo que encuentre el camino, para que toda esta experiencia de vergüenza
en el cuerpo vaya transitando.
Y pon ahora muy, muy despacio, pero muy despacio, la mano sobre tu corazón
y siente cómo respira tu cuerpo haciendo, tal vez, tres respiraciones profundas
Y si la mente está luchando contra esto todavía, pídele que permita, que permita
que la vergüenza este ahí y que el malestar este ahí… Tal vez, incluso pudiendo
abandonar el deseo de que la vergüenza desaparezca… Tal vez entonces, dando
espacio y dejando que el malestar vaya y venga como quiera… déjale espacio.
Abre espacio en tu mente, en tu corazón, en tu cuerpo, para que el malestar de
esa vergüenza vaya y venga… como quiera (énfasis), como un invitado en tu
propia casa. Y te puedes repetir: “Permito, permito, permito que estés ahí”
(suspiro, soplo) … dando espacio, respirando hondo, creando espacio en tu mente,
en tu corazón a esta olvidada, a esta parte de Ti olvidada, escondida, largo
tiempo oculta o suprimida, “permito que estés aquí…”. Cada vez más espacio…
todo lo grande que es tu conciencia y tu corazón, todo ese espacio. Permítete ser
como eres, de verdad, permítete ser ahora como eres, tal y como eres, aunque
sólo sea durante este minuto, durante este instante, con todas tus debilidades,
con tus defectos, también con tus virtudes, con toda tu humanidad,
perfectamente imperfecta. Todos juntos aquí, todos con nuestras debilidades,
con nuestros defectos, todos con nuestra vergüenza y con el eterno deseo, el
deseo inocente de ser amados, siempre.
Puedes decirte, para ir cerrando la práctica: “Tal vez soy más grande que
cualquier cosa que perciba que soy… Conciencia amorosa y compasiva y, desde
ahí puedo sostener cualquier experiencia que ocurra en mi vida”. Y siempre que
te sientes a practicar, a partir de ahora, permítete ser simplemente como eres,
simplemente como eres…eso es todo, caminando hacia una verdadera aceptación
de la experiencia de la vergüenza y de su origen inocente.
Puedes soltar ahora todo esfuerzo, todo esfuerzo, dejándote en paz, totalmente
en calma durante unos instantes, disfrutando en silencio de la experiencia, con
las manos en tu corazón.
Y sea lo que sea lo que haya pasado, está bien, está bien. Agradece la
experiencia, agradece la vergüenza, el haber podido trabajar con ella y el hacerte
consciente. Y cuando estés preparado/a, sólo cuando estés preparado/a vas a ir
abriendo tuso ojos despacio, suavemente, estirándote, tomándote un par de
minutos para asentar la experiencia.
EL LADO BUENO
Sentir tu cuerpo en la silla ¿cómo se siente este cuerpo aquí, ahora, sentado?
Desde ahí comenzamos la práctica del lado Bueno.
Y te invito a que en este momento traigas a tu mente esa situación que te he
propuesto para la práctica Esa situación compleja, difícil (o una situación vital de tu
vida, familiar, si no trabajas con pacientes) y te invito a que pienses: cómo fue esa
situación, ¿qué ocurrió? ¿Cómo te sentiste? ¿Cuál fue el desafío?
Incluso puede ser que venga alguna memoria emocional o corporal del dolor o
del sufrimiento que pudiste sentir… o el juicio, o tal vez la autocrítica, o quizá
recibiste la crítica de alguien…
Te invito a que te lleves suavemente una mano a la zona del pecho,
especialmente si estás sintiendo algo de tensión o malestar al traer esta situación
aquí, invitándote a dirigirte y dedicarte algunas palabras amables que validen eso
que soportaste, como p.e. “¡Ah!, esto sí que fue una situación dura para mí” o
“Bueno, simplemente creo que quizá entonces no sabía lo suficiente como para
evitar la situación…”! Confórtate con eso que soportaste en este momento a tu
forma, con algo sencillo, una palabra, con una simple frase de compasión…
compasión Yin.
Y ahora, puedes poner las dos manos sobre tus muslos, erguirte, notar la espalda
fuerte, fuerte tu presencia… sentir como todo eso pasó, pero Tú estás aquí…
Y conectando con la lección que obtuviste de esa situación, ¡qué profunda lección
aprendiste!, y al recordar lo que aprendiste, el lado luminoso de toda esa
experiencia difícil, lo que te ha servido después; siente la fuerza, la fuerza de
haber superado la situación, de haber llegado hasta aquí, la fuerza y la sabiduría
de haber sacado una enseñanza, un aprendizaje, en vez de simplemente
quedarte hundido/a… compasión Yang.
Nota la fuerza de tu aprendizaje, del tesoro que es tener una experiencia cuajada
de momentos en nuestro trabajo, de fracaso, de error, de sentirnos perdidos/as,
de no poder ayudar… y a pesar de todo, estar aquí y haber aprendido de ello,
Y ahora simplemente, poquito a poco, cada uno a su ritmo, tomándote tu tiempo,
podemos ir lentamente abriendo los ojos y escribiendo durante un par de
minutitos: ¿Cuál es la joya?, ¿cuál es la lección que aprendiste de esa situación?
En esta práctica usamos la metáfora de las cartas no leídas para conectar con las
necesidades insatisfechas de nuestro cuerpo físico, del mundo emocional y de
nuestra mente. Podemos usarla como un chequeo con nosotros mismos para ver
que como estamos y que necesitamos. Cuando nos detenemos a preguntarnos
por nuestras necesidades es más probable que podamos satisfacerlas y menos
probable que proyectemos estas necesidades en otros, consciente o
inconscientemente. Recuerda traer una actitud amable, curiosa, en esta práctica.
Comienza por tomar una postura cómoda en la que puedas relajarte y, al mismo
tiempo, permanecer despierta/o, atento.
dormir un poco más, algo que puede resonar con la humanidad compartida entre
nosotros… Simplemente escucha, escucha con cariño, con paciencia, con
atención este cuerpo (espacio).
Quizá surja desde esta escucha, desde esta lectura de cartas pendientes, la
motivación de cuidar un poquito más este cuerpo, este noble hogar que nos
cobija y nos sostiene y que muchas veces no escuchamos, y que muchas veces,
fácilmente, juzgamos. Conecta con esa apreciación de tu cuerpo, esa necesidad
y con la motivación de cuidarlo.
Y ahora podemos llevar la atención hacia el área del pecho, hacia el corazón, a
esta zona que tantas culturas relacionan con nuestra vida emocional. Nota tu
respiración en esta parte del cuerpo, y nota si hay alguna sensación de cierre o
de apertura, de conexión o desconexión… Quizá haya alguna tensión en el
corazón, quizá notes cierta alegría, calma… (espacio)
Cualquiera sea el tono emocional que encuentres en espacio del corazón,
nuevamente llevamos la perspectiva cálida de la conciencia a generar el espacio
donde poder observar sin juzgar; al contrario, conectar con una cierta dosis de
empatía, de calidez, de amabilidad, a la experiencia presente en tu mundo
emocional ahora (espacio).
Y, sobre todo, si hay emociones o trazas de emociones def ensivas como el
enfado, la irritabilidad, la rabia, el miedo o la preocupación procura traer una
dosis extra de calidez para encontrarte con esa emoción. También mira a ver si
hay alguna necesidad insatisfecha en este nivel, ver si hay alguna “cartita” no
leída de tu corazón que está esperando ser abierta, ser reconocida… ve a ver si
hay algún mensaje que necesites escuchar de tu centro emocional (espacio)
Nuevamente, pueda surgir de aquí, quizá, la motivación de cuidar este corazón,
de escuchar más regularmente las necesidades que a menudo se expresan como
emociones. Las emociones son, de alguna manera, nuestra brújula para caminar
en el camino de la vida y el corazón tiene la sabiduría de generar emociones que
nos pueden estar diciendo hacia dónde ir, adónde no ir o como enfrentarse a
estas situaciones desde la sabiduría compasiva te puede ayudar a aliviar y
prevenir el sufrimiento en nosotros mismos y en los demás. Por tanto, puede ser
una buena idea ver, con cierta regularidad, sí hay “cartitas” no leídas que se
vayan acumulando desde el corazón (espacio)
Finamente, llevamos la atención al dominio de la Mente, llamamos a la mente
esta área de la experiencia donde habitan los pensamientos, las imágenes, las
palabras, las ideas, los planes, los recuerdos, las historias que nos contamos… Y
lleva tu atención a este dominio de la experiencia, notando qué hay ahí (espacio).
Nota si hay algún pensamiento recurrente, alguna idea fija, quizá de algo que
quieres conseguir donde has puesto tus esperanzas o algo que temes y que esté
adherido con el “velcro” de esta mente que tiende a fijarse o a obsesionarse con
ciertas esperanzas y con ciertos miedos.
Y nuevamente, sin juzgarte y sin juzgar esta mente, porque esto es lo que hace
y no es tu diseño, tú no la elegiste, simplemente te encontraste con esta mente
humana que funciona así y recordando que eres parte de la humanidad, es decir,
¡Bienvenido al club! de esta mente que genera pensamientos muchas veces
sufrientes, muchas veces obsesivos, muchas veces nostálgicos…
Recuerda que estás en buena compañía, en este dominio también. Por tanto, sin
juzgar este fenómeno natural mira a ver si hay alguna carta no leída desde tu
mente, alguna necesidad insatisfecha que se esté manifestando como un
pensamiento recurrente: quizá alguna tarea pospuesta, quizá alguna
conversación pendiente… y ve, de esta manera, si puedes destilar la sabiduría
del pensamiento que nos pueda ayudar, acompañar u orientar hacia lo que quizá
necesitemos tomar en cuenta en este día o en estos días o en esta semana
(espacio)
Y finalmente, ampliamos el campo de conciencia para abrazar este organismo en
su totalidad: el Cuerpo, el Corazón, la Mente como aspectos integrados de una
totalidad que respira, que está viva y que tiene la motivación natural compartida
de ser feliz y de aliviar su sufrimiento. Y toma algunas respiraciones profundas
más apreciando este mundo, apreciando este organismo, apreciando esta vida
que te ha sido dada… quizás, conectando finalmente con la motivación de cuidar
a este organismo, este cuerpo-mente, este sistema rico y complejo que te
permite experimentar la vida en todos sus matices, en toda su riqueza (espacio)
Y volviendo a sentir el cuerpo, volviendo a sentir poco a poco el contexto donde
te encuentras, toma la disposición a conectar constructivamente contigo y con
los demás en este día (espacio)
Y, estés donde estés, permítete también recibir y absorber la intención cálida que
está puesta en esta práctica. Que tengas un hermoso día si el día comienza para
ti, que tengas una buena noche de descanso si estás cerrando tu jornada