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Terapia de pareja y toma de decisiones

INDICE
1. Introducción
2. Tipos de personalidades: los maximizadores y los satisfactores
3. Pautas para ser más felices a través de nuestras decisiones
4. La toma de decisiones por instinto
5. Los bloqueos ante la toma de decisiones
6. Pasos para ser más feliz a través de la toma de decisiones
7. El estado de ánimo ante la toma de decisiones.

Referencias bibliográficas
1. Introducción

Son muchas las ocasiones en las que una persona o una pareja acuden a un asesoramiento profesional
para conseguir ayuda para poner solución a una determinada situación relacionada con su vida
sentimental.
En nuestra amplia experiencia en consulta hemos visto, entre otros, los siguientes casos:
- Personas que no sabían si continuar con su pareja o dejarla para empezar a vivir sin compañía,
o solo en compañía de los hijos de la pareja.
- Personas que, tenían una aventura bastante duradera y estable, y no sabían si transformar esa
aventura en su pareja o cónyuge.
- Personas que vivían en pareja desde hacía años, y tenían amante, y no sabían si quedarse con
su pareja o quedarse con su amante.
- Personas que no sabían si realmente querían a su pareja.
- Personas que tenían dudas con respecto a su propia sexualidad y no sabían si experimentar
con alguna persona del mismo sexo.
- Personas que tenían varias aventuras diferentes y valoraban la posibilidad de dejar ese estilo
de vida y centrarse en buscar una única relación estable.

En todos estos procesos relacionados con el ámbito de la pareja es necesario tener unas pautas que
encaucen el tratamiento, y así saber ayudar a las personas que se encuentren en estas situaciones.

Uno de los elementos que más influye tanto en los niveles de ansiedad de una persona, como también
en su estado de ánimo, es la sensación de estar dirigiéndose a unos objetivos a nivel de pareja. Así la
ansiedad aumenta cuando una persona tiene la sensación de estar inmóvil, estancada. El
estado de ánimo disminuye. La dificultad para tomar decisiones es uno de los factores que más genera
esta parálisis de la que hablamos. Por ello, este apartado está dedicado al proceso de toma de
decisiones ya su estrecha relación con el nivel ansiedad y el estado de ánimo de las personas.
Para ello, comenzaremos hablándote de los estudios de Barry Schwartz sobre los tipos de
personalidades. Te gustará identificar a las personas que conoces en alguno de estos tipos de
personalidad. Incluso puede que también tú te identifiques más con uno que con otro.
De ahí pasaremos a ver pautas para reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo a través de la
toma de decisiones vinculadas con las relaciones afectivas.
La dificultad para tomar decisiones viene determinada habitualmente por los bloqueos que sufre la
persona que tiene que tomar esa decisión. Aquí te mostraremos las principales fuentes de bloqueos.
Una parte importante del capítulo es la que se refiere a los pasos para tomar decisiones. Es algo con
lo que se trabaja habitualmente en las consultas de psicología, y que aquí te mostramos de manera
concreta.
El capítulo finalizará hablando del estado de ánimo en la toma de decisiones, con algunas ideas
fundamentales para reforzar tu estado de ánimo, lo que conduce a que seas mejor tomando decisiones.

2. Tipos de personalidades: los maximizadores y los satisfactores


Uno de los autores más destacados en las investigaciones que relacionan la felicidad con la toma de
decisiones es Barry Schwartz. Este autor es un psicólogo americano que trabaja como profesor en
Swarhmore College, una universidad próxima a Pensilvania. En su libro “The paradox of Choice: Why
More is Less” (Traducido al español como "¿Por qué más es menos? en Taurus Ediciones, 2005), se
posiciona en contra de la afirmación comúnmente aceptada de que cuantas más opciones tengamos,
mejor. En cambio, señala: “tener muchas opciones puede ser una maldición para nuestro propio
bienestar”.
En su libro explica los tipos de personalidades vinculados con el proceso de toma de decisiones, y
cómo un tipo actuación conduce más directamente a la infelicidad que el otro.

Barry Schwartz en la charla TED que ofreció en julio de 2005

Así, Para Schwartz existen dos categorías de personas:


- Los maximizadores, buscan obtener lo máximo posible al elegir o al tomar una decisión.
- Los satisfactores, tienden a quedarse con la primera opción que puede cubrir la necesidad
que tienen.

Cuando Schwartz habla de la felicidad a través de la toma de decisiones comenta:


1. Las personas maximizadoras: Son personas a las que les cuesta mucho tomar una
decisión porque tratan de conseguir la mejor opción posible. Así, el proceso de toma de
decisiones puede resultar para ellas puro sufrimiento. Al tomar una decisión tienden a dudar
mucho sobre si habrán tomado la decisión correcta. Se sienten inseguras. Reflexionan con
frecuencia sobre las otras opciones que había, y si quizá alguna de las otras hubiese supuesto
un mayor beneficio. Reflexionan también sobre las otras opciones que quizá no hayan
considerado o no hayan visto por si éstas cumpliesen mejor sus expectativas. Por todo ello,
tienden a generar una mayor carga de ansiedad durante el proceso, y de frustración o incluso
irritación una vez la decisión está ya tomada. La sensación de infelicidad es mayor y más
constante en estas personas.

Caso real:
Chema y Blanca son pareja. En las pasadas vacaciones decidieron ir a
Galicia a visitar Santiago de Compostela. La primera mañana pasearon
por el casco histórico, visitando la Catedral, la Prada do Obradoiro y
Praza das Praterías. Hacia las 2 del mediodía se pusieron a buscar un
lugar para comer, entre el entramado de calles estrechas, empedradas y
zigzagueantes de la zona antigua de la ciudad. El primer restaurante que
encontraron tenía el menú en la puerta. Parecía delicioso, pero no
tenían terraza. Chema prefería comer en una terraza dado que hacía
muy buen día. Siguieron paseando y al cabo de un rato encontraron
uno con terraza, pero el menú les pareció demasiado caro. Continuaron
y vieron uno con terraza y precios económicos, pero servían solo pizza
y platos combinados. Chema comentó que dado que estaban en
Santiago lo mejor sería comer algo típico de allí. Así que siguieron
buscando. Pasaron junto a una terraza, con menú típico gallego,
económico, pero en la que ya había sentados dos familias. Unos padres
con dos niños pequeños cada pareja. Chema pensó que los niños les
iban a molestar durante la comida, así que continuaron. El nivel de
hambre y ansiedad de Chema y Blanca se iba incrementando. Blanca
insistía en quedarse en cualquier sitio, pero Chema persistía en
encontrar algo mejor. Eran las tres y media y todavía no habían
encontrado ningún sitio. El siguiente fue descartado porque la terraza
tenía cerca unos contenedores de basura. El siguiente también porque
las mesas eran demasiado pequeñas y las sillas eran bajas tipo taburete.
Hacia las cuatro de la tarde, con un nivel de ansiedad muy alto, Chema
y Blanca, cansados ya de caminar, y con un nivel alto de ansiedad,
encontraron un lugar aceptable en el que comer.

2. Las personas satisfactoras: Son aquellas personas que eligen buscando una adecuación
de las opciones a sus necesidad. No buscan encontrar lo máximo, sino encontrar aquello que
cubre sus necesidades sea o no lo máximo a lo que pueden optar. A diferencia de las
maximizadoras, las personas satisfactoras tienden a disfrutar más del proceso de toma de
decisiones. No acostumbran a generar una carga de estrés elevada durante el proceso. Es
cierto que pueden arrepentirse de una decisión tomada dado que no son conformistas.
Simplemente, no tratan de encontrar la perfección en su decisión.

Para que estas dos categorías se anclen en tu recuerdo, te aconsejamos que dediques ahora un
momento para recordar una situación en tu vida en la que te identifiques con las maximizadoras, o
bien con las satisfactoras. Una vez la tengas en mente, trata de analizar si ese estilo tiene alguna
relación con el nivel de ansiedad que sentías. ¿Y con tu estado de ánimo? Ahora, detente un
momento más y reflexiona: ¿Cómo se relaciona lo anteriormente indicado con las relaciones entre
las personas, y la vida en pareja?

Barry Schwartz señala que la abundancia de opciones nos va a dificultar tomar decisiones. El autor
dice que si tenemos que tomar una decisión y tenemos muchas opciones disponibles:
- Tendemos a considerar que la decisión tomada quizás no fue la mejor de las opciones. Había
muchas alternativas. Es más fácil que alguna de las otras opciones fuese realmente la mejor
opción.
- La persona tiende a pensar más en aquellas ventajas que las opciones no tomadas podrían
tener, que no tiene la opción escogida. A más alternativas, más fácil es que haya opciones
que tienen ventajas que no tiene la propia elección.
- La persona que tiene muchas opciones ha generado una expectativa más robusta de que la
elección tomada tiene que ser excelente. Por lo tanto, es más difícil que el resultado satisfaga
totalmente las expectativas que se han generado sobre el mismo.
- El sentimiento de culpa aparece con más frecuencia dado que, como quizá otra alternativa
fuese más adecuada, la variedad hace que generemos con más facilidad un arrepentimiento.
En uno de los múltiples experimentos que llevó a cabo Barry Schwartz montó un expositor dentro
de un supermercado. En él ofrecía la degustación de diferentes mermeladas. Se realizaron análisis y
mediciones sobre diferentes situaciones. En la primera de ellas, se ofrecían muchas alternativas de
mermeladas con muchas opciones de diferentes sabores. En la segunda, eran pocas mermeladas con
pocas opciones de diferentes sabores. En las dos situaciones se registró cuántas personas tomaban
la decisión de comprar una de las mermeladas. La diferencia resultó significativamente a favor de la
opción en la que no había muchas alternativas de comparación. El autor afirmó que cuando había
tantas opciones entre las que escoger los clientes tenían más dificultades para pensar en cuál llevarse
y para decidirse por una. La conclusión que tomó fue que menos alternativas de elección facilitaba
las ventas.

Para el autor, para ser más felices deberíamos tender a no buscar la alternativa que sea perfecta, sino
más bien aquella que responda a nuestras necesidades, y a la vez reducir las expectativas que uno se
genera. Tener unas expectativas modestas nos garantiza, según el autor, disfrutar más de las
decisiones que hemos tomado.

3. Pautas para ser más felices a través de nuestras decisiones

Siguiendo al mismo autor, podríamos señalar las siguientes pautas de comportamiento para mejorar
el estado de ánimo y reducir la ansiedad vinculada a la toma de decisiones:
1. Reducir el tiempo que uno dedica a tomar decisiones. Lógicamente, las decisiones que
implican grandes cambios requieren más tiempo, y las decisiones de temas triviales han de resolverse
enseguida. Aun así, la persona ha de hacer un esfuerzo por dedicar menos tiempo a considerar todas
ellas.
En este sentido es interesante recordar el comentario de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook,
cuando le preguntaron por qué usaba con tanta frecuencia sencillas camisetas grises, a lo que él
respondió que cada día tenía que tomar un sinnúmero de decisiones muy importantes y no quería
malgastar su tiempo con decisiones de temas menores como qué camiseta ponerse. Por eso tenía un
conjunto de camisetas iguales y tendía a ponerse habitualmente su camiseta gris.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, con su famosa camiseta gris

2. El segundo consejo de Barry es pasar a ser personas satisfactoras. Debemos identificar lo que
es para nosotros “suficientemente bueno” y rebajar las expectativas para quedarnos rápido con
aquello que cubra las necesidades, aceptando que es mejor quedarse antes con algo aceptable que
gastar mucho tiempo para encontrar lo perfecto.

3. No usar tiempo en re-evaluar la decisión, una vez está tomada. Un problema habitual es que
después de tomar una decisión volvemos a cuestionarnos si ha sido la mejor elección. El psicólogo
nos invita a evitar dedicar tiempo una vez más a darle vueltas a esta decisión ya tomada. Dice: “Usa
tu tiempo para otra cosa más productiva”.

4. Muy relacionado con lo anterior está el punto cuarto: “Arrepentirte menos”. Para ello, es buena
estrategia reducir las opciones o alternativas a la hora de buscar decisiones.

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Antes de seguir avanzando, dedica ahora un momento a ver este vídeo recomendado:
Redes - Porque más es menos
http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-porque-mas-menos/667972/
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4. La toma de decisiones por instinto

Uno de los exponentes mundiales de más renombre cuando hablamos del proceso de toma de
decisiones es Gerd Gigerenzer. Gerd es psicólogo y neurocientífico alemán director del Instituto
Max Planck de Desarrollo Humano, en Berlín. Es un gran experto en el estudio del riesgo y la toma
de decisiones. Entre sus publicaciones destaca el libro Gut Feelings, del 2007, traducido al español
con el título Decisiones Instintivas. Las investigaciones de Gigerenzer concluyen que suelen ser más
apropiadas y acertadas las decisiones que tomamos por intuición que aquellas que tomamos después
de un proceso de razonamiento complejo y meditado en el que hemos sopesado los pros y los
contras con esmero.
En la misma línea, El profesor Marius Usher de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad
Tel Aviv señaló que según sus investigaciones cuando los sujetos experimentales tomaban una
decisión guiados únicamente por su intuición acertaban en un 90% de las veces. Usher comprobó
cómo una respuesta rápida e intuitiva podía llegar a ser una herramienta extremadanamente útil y
acertada.

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Continúa ahora viendo este vídeo:
How do smart people make smart decisions? | Gerd Gigerenzer
https://www.youtube.com/watch?v=-Lg7G8TMe_A
* Está en inglés, y tienes la opción de poner subtítulos automáticos en español
5. Los bloqueos ante la toma de decisiones

La tendencia natural de las personas es incrementar su ansiedad y bloquearse ante problemas


complejos de resolver. Generalmente la ansiedad y el bloqueo es tanto mayor cuantos más cambios
implica en la vida de la persona que tiene que tomar la decisión. Por ejemplo, si tienes que decidir ir
al trabajo en tu coche, o bien en transporte público, el número de cambios que esa decisión va a
generar en tu vida son mínimos. Sin embargo, si estás pensando en divorciarte, o en dejar tu trabajo,
el número de cambios es mayúsculo, por lo que la sensación de bloqueo es fácil que aparezca, y
demores la toma de decisiones por el consumo de energía mental que eso te supone.

El doctor Jeffrey Z. Rubin, profesor de Psicología en Tufts University (Massachusetts, EEUU),


identificó los principales bloqueos u obstáculos para la toma de decisiones. Todos ellos con una gran
vinculación con el nivel de ansiedad que sienten muchas personas. De ellos, los más relevantes son:
1. La falta de atención hacia las emociones y sentimientos. Este punto se refiere a la falta de habilidad
para identificar y reconocer en nosotros mismos nuestras emociones y sentimientos vinculados con
un aspecto en concreto sobre el que tenemos que tomar una decisión. Suele relacionarse con un estilo
de personalidad que se ha forjado en ambientes tendentes a negar o bloquear las emociones. Por
ejemplo, en niños a los que les han insistido en la idea de “los hombres no lloran”, o “no te rías tan
fuerte”, “no tienes por qué sentirte mal porque tu amigo se marche a otra ciudad”.
Las emociones cumplen una función adaptativa. Nos ayudan a salir de una situación que nos puede
causar daño, y a buscar situaciones que generan bienestar. En la medida en la que no atendemos a las
emociones, dificultamos el proceso de toma de decisiones. Las emociones, en ocasiones, sirven de
impulso para salir del estado de bloqueo en la toma de decisiones.

2. Evitar enfrentarse a situaciones problemáticas para no experimentar cierto sufrimiento en el camino


hacia la solución. Tomar decisiones implica en muchas ocasiones aceptar pasar por un sufrimiento a
corto plazo que nos llevará a una mayor felicidad a medio y largo plazo. Es lo que sucede, por ejemplo,
cuando una persona está realmente mal en un puesto de trabajo en el que tiene un contrato indefinido
y no lo abandona por no pasar por la incertidumbre que genera el desempleo. Otro ejemplo lo forman
las personas que tienen una relación de pareja tóxica, que no abandonan por no tener que pasar por el
proceso que supondría volver a buscar una nueva pareja. La repercusión en su estado de ánimo es
habitualmente muy elevada.
Evitación de situaciones problemáticas

3. No atender a una escala personal de valores. Puede que sea debido a que uno no ha reflexionado
nunca lo suficiente en cuáles son sus valores, para ordenar a partir de ahí sus comportamientos de
acuerdo a su escala de valores. Conocer bien cuáles son los propios valores facilita mucho la toma de
decisiones y evita los bloqueos.

4. Baja autoestima. La falta de confianza en uno mismo es uno de los principales obstáculos para tomar
decisiones vinculadas con las relaciones interpersnales. Muchísimas veces, la baja autoestima se
relaciona con una situación de dependencia emocional de la otra persona. La baja autoestima suele
venir asociada también a pensamientos del tipo: “No seré capaz de conseguir a otra persona que me
quiera”, “no lo conseguiré”, o “no me lo merezco”. Todos ellos son pensamientos inmovilizadores
que bloquean la toma de decisiones y auto-obligan a una persona a resignarse a mantener una relación
que no aprecia.
La baja autoestima también te lleva a valorar más la opinión de otras personas frente a la propia
opinión. Aquí el problema surge cuando la opinión de diferentes personas es diferente entre sí, con lo
cual saber qué tienes que hacer es más complejo. O cuando la opinión de los demás es contraria a la
decisión que a uno más le apetecería tomar. En todas estas ocasiones se producen bloqueos a la hora
de tomar decisiones.
Una buena autoestima genera confianza en las propias opiniones, establece una prioridad que enfatiza
más el propio punto de vista, y quita valora a la presión social frente a decisiones diferentes a la
personal. Las personas que mejoran su autoestima, por ejemplo acudiendo a un psicólogo, suelen tener
como beneficio asociado la mejora en el estado de ánimo y la reducción de sus niveles de ansiedad.

5. Sentimientos de desesperanza. Rubin la relaciona con la depresión y con ansiedad. Afirma que
generalmente van juntas. La desesperanza implica tener la sensación de que uno, haga lo que haga, no
va a conseguir cambiar nada. Todo permanecerá igual. Por lo tanto uno no se considera agente activo
de su futuro. Achaca a la situación, al entorno, a las circunstancias, al pasado, o a otras personas, la
imposibilidad de hacer algo que cambie el propio destino.

6. Temor al autodesprecio por equivocarse. Hay personas que se tienden a llevar a lo personal el que
una solución tomada no haya dado unos resultados óptimos. Se autodesprecian por no haber sabido
elegir mejor. Eso les lleva a temer equivocarse de nuevo por no sufrir ese autocastigo.

7. Ceguera ante las opciones. Cuando una persona pasa por situaciones de fuerte estrés, o es altamente
presionada o manipulada por otra persona, puede no ser consciente de las alternativas de elección que
tiene ante una situación. Se bloquea. En este sentido podemos citar los experimentos de obediencia a
la autoridad que llevó a cabo Stanley Milgram. El experimentador hacía que sus sujetos experimentales
infringiesen un daño mortal a otras personas, simplemente haciéndoles creer que no tenían otra
elección (aunque realmente el daño mortal era simulado).

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Aprende más sobre este punto viendo ahora el vídeo:


Asesinato. Formas de provocarlo mediante la obediencia
https://www.youtube.com/watch?v=jmSOtF-Htqs&t=868s

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El paso más importante para resolver un problema vinculado con las relaciones de pareja es vencer
esa inmovilidad mental. Para conseguirlo debes de tratar de desgranar los pasos a seguir del modo
que te vamos a mostrar en el siguiente punto. Elabora cada paso con calma, reflexionando durante
un tiempo para tener la seguridad de que estás escogiendo el camino que realmente quieres escoger.
Este proceso te puede ayudar también para asesorar a otras personas sobre qué decisiones deben
tomar, guiándolos a través de estos pasos que se enuncian a continuación.
6. Pasos para disminuir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo a través de la toma de
decisiones
Este proceso que vas a ver ahora se utiliza ampliamente en las consultas de psicología, y es un
procedimiento del que puedes extraer buenos resultados si lo sigues de forma firme hasta el final.
Es importante establecer un compromiso de avanzar a lo largo de los puntos sin aceptar un
estancamiento en ninguno de ellos. Veámoslos.

Paso 1. Define el problema

Es un paso sencillo. Comienza por coger un bolígrafo y un papel y tómate unos minutos para
definir el problema que quieres resolver, tratando de enumerar todas las características del mismo.
Es necesario dilucidar cuáles son los procesos y los aspectos relevantes que influyen en el
problema. Trata de recoger en tu escrito cuál es la causa del problema. Escribe también cuál es
la razón por la que se mantiene en el tiempo. Añade la postura que has tomado tú en el
problema, así como la forma en la que lo tratas y cómo te afecta. Por último, describe cuál sería
la posible evolución del mismo, si nadie actúa de ningún modo hacia el problema.

Paso 2. Genera todas las posibles soluciones

En esta fase tendrás que escribir todas las alternativas que se te ocurra que pueden poner fin al
problema. Cuando decimos “todas” nos referimos a “todas”. Es decir: no hagas crítica, no
razones, no reflexiones. Simplemente coge un papel y, una tras otra, coloca todas las
opciones que supondrían una ruptura de la inmovilidad de la situación que tienes ahora. La crítica
y autocrítica no deben aparecer aquí. Es preciso suprimir ambas para poder considerar
todas las posibles opciones sin censura. Cualquier propuesta es aprovechada, contemplada,
anotada.
Muchas personas se sorprendieron a sí misma con el sólo hecho de redactar por escrito esta lista
porque entendieron que un gesto tan sencillo es mucho más de lo que habían hecho durante años
de inmovilidad para resolver su problema.

Esa lista inicial debería contemplar como mínimo dos opciones. En el caso que estamos
tratando, relacionadas con el mundo de las pareja o las relaciones. Cuando acabes tu lista,
tómate unos minutos para ver si quizá hay algún elemento nuevo que no se te ha ocurrido pero
que también puede entrar en la gama de opciones que romperían la inmovilidad. Sigue evitando
toda crítica. Lo que se te ocurra como opción escríbelo.

Equipo generando soluciones a un problema empresarial


Paso 3. Valora cada opción

Estás ya en el paso tres. En este paso has de valorar por separado cada una de las
opciones de la lista que has creado. Para eso coge varios folios y sitúalos en posición
horizontal frente a ti. En la parte superior central de cada folio pon uno de los elementos que has
escrito en tu lista. Justo debajo de él, dibuja una línea recta que divida el folio por la mitad. Con
esto has hecho dos columnas en cada folio. Ahora coloca un signo menos sobre la columna de
la izquierda y un signo más sobre la columna de la derecha del modo que te mostramos en la
figura 1.

El siguiente paso consiste en pensar uno por uno todos los elementos negativos y todos los
elementos positivos que traería consigo esa opción. Analízala con calma y piensa cada una de las
consecuencias que traería elegir la opción que has colocado en la parte de arriba del folio. Se trata
de escribir los cambios que se producirían si tomases esa opción. Elabora una lista lo más extensa
que se te ocurra, tanto para los resultados negativos, que colocarás en la parte izquierda del folio,
como los resultados positivos, que colocarás en la parte derecha. Hazlo ahora con la primera de
las opciones de la lista.

3.1. Puntuar cada opción


Una vez hayas escrito todos los aspectos positivos y negativos que traería consigo elegir la primera
de las opciones de tu lista, haz una valoración numérica de cada una de las consecuencias
que has escrito en cada columna, valorando entre 1 (poco) y 10 (mucho) la importancia que tiene
para ti cada consecuencia. A veces es bueno hacer esta valoración de forma automática, sin un
pensamiento consciente que analice minuciosamente la consecuencia. Sería algo así como pensar
de forma rápida con la impresión que te produce cada consecuencia: “Esto me
agradaría/desagradaría muchísimo, le pongo un 10”, o bien: “Esto no me importaría
demasiado, le pongo un 3”. (Ver figura 2)

A continuación suma las puntuaciones que ha obtenido la columna de los aspectos


negativos, y la columna de los aspectos positivos

Fátima quería dejar de vivir con su pareja porque estaba continuamente discutiendo con ella. Las
opciones que generó para resolver su problema fueron: Alquilarse un piso ella sola, compartir
piso con unas amigas, vivir con sus abuelos, vivir en la calle. Ante la primera de las opciones,
realizó la siguiente valoración:

Debes realizar este proceso con cada una de las opciones que has escrito en la parte superior de
cada folio. Tómate tu tiempo en sacar todas las consecuencias negativas y positivas de cada opción.

Paso 4. Descarta opciones nulas


Reparte sobre una mesa todas las valoraciones que has llevado a cabo, con sus puntuaciones y los
sumatorios que has realizado en el apartado anterior. Ahora se trata de que decidas si puedes
eliminar alguna opción porque tiene unas puntuaciones positivas demasiado bajas. Es posible
que alguna de las opciones que has valorado puntúen muy poco en cuanto a las consecuencias
positivas que traería realizar dicha opción. En tal caso elimina esa hoja.

Este punto será un indicativo más de que estás rompiendo la inmovilidad, porque al menos ya te
proporcionará una señal de en qué opciones no debes tener más en cuenta porque carecen de
sentido, con lo cual pensar más en ellas es gastar el tiempo para nada.

Gustavo eligió inicialmente como opción: “suicidarme” para resolver un problema grave de
infidelidad de su pareja que le había inmovilizado durante 7 años. Cada 3 o 4 meses pensaba
que esta opción era l a correcta, e incluso llegó a intentar quitarse la vida en una ocasión.
Después de este análisis vio que la suma de aspectos positivos de esta opción era muy baja, con lo
que decidió descartar definitivamente esta opción y permitirse dedicar sus esfuerzos en analizar las
otras que escribió.

Romper el papel con la/s opción/es nula/s es un símbolo que le ayuda a tu mente a entender
que esta opción ya no existe.

Paso 5. Compara las opciones válidas

En estos momentos deberías tener sobre la mesa las opciones que pueden ser válidas. Ahora es el
momento de comparar unas con otras, en función de las impresiones que te causó cada
consecuencia, y de los sumatorios de cada columna. Compara las sumas de las columnas dentro de
un mismo folio, y compara también las columnas positivas y negativas de todos los folios entre sí.
En esta comparación averigua cuál de las opciones es mejor y cuál es peor.

Hay veces en las que la opción se ve muy clara. Otras veces es necesario pasarse varios minutos
frente a esas hojas, analizando cada opción y cada puntuación para decidir cuál es la más lógica.
Tómate tu tiempo.

Paso 6. Elige una opción.


De entre todas las opciones, hay una que es la más sensata. En este punto debes de haber llegado
a ella. Puede que no sea la opción grata y que tenga sus dificultades. Eso ocurre siempre. Para
realizar esta elección básate en la comparación de opciones posibles que has hecho. De momento
no consideres en la reacción que tendrá la gente de tu alrededor cuando pongas en marcha esta
opción.

Lo que es verdaderamente importante en este punto es que seas capaz de elegir una opción. Ten
la mente fría para señalar una de ellas como la mejor. No decimos que sea una opción excelente,
ni siquiera que sea fácil llevarla a cabo. Decimos y afirmamos rotundamente que Esa es la mejor
de las opciones que tienes.

Si has llegado aquí, ya es un avance claro con respecto a la inmovilidad. En este punto ya sabes
que tu problema de toma de decisiones tiene una única solución y sabes cuál es. Todavía no
sabes cómo llevarla a cabo, pero al menos ya sabes cuál es.

Te aconsejamos que rompas todas las otras hojas, como diciéndole a tu mente que ya has
reflexionado suficiente, y que no quieres que te atormente con nuevas dudas sobre opciones menos
buenas que la que has elegido

Paso 7. Realiza un listado de comportamientos tendentes a la meta escogida.

Sea cual sea tu decisión, va a implicar necesariamente que lleves a cabo una serie de
comportamientos hacia tu entorno: Hacia tu pareja, o hacia otras personas. Recuerda la frase que
dice “si no haces nada, nada cambia”. Ahora ya sabes que tienes que hacer algo, y también has
llegado a una conclusión acerca de lo que tienes que hacer.

Lo más importante ahora es que no te dejes llevar por la ansiedad que te pueda producir pensar
en esa decisión como un todo. Antes de eso, trata de desgranar la decisión en comportamientos
más sencillos. Trata de escribir cada uno de los pasos que tendrás que dar para conseguir la meta
final. Las acciones que anotes han de estar expresadas de forma simple (ver figura 3)

Según el proceso de toma de decisiones, has de poner cada una de las acciones en una columna y
a continuación coloca a la fecha concreta en la que las llevarás a cabo. Trata de ordenar las acciones
de forma cronológica, colocando primero las primeras que tendrás que llevar a cabo y después las
demás. Exígete el cumplimiento de esta fecha para cada una de las acciones. A continuación, en
una nueva columna, es necesario que escribas la forma en
la que llevarás a cabo esta acción. Una nueva columna contendrá la reacción que prevés que tendrá
el entorno. La última columna será para colocar la forma en la que te enfrentarás a
esta reacción del entorno.

En tu sucesión de acciones que te llevan hasta la meta es posible que te encuentres con una serie
de situaciones inciertas o imprevisibles. Trata de adelantarte a todas las situaciones que puedan ir
surgiendo dejando el menor margen a la improvisación o a la “suerte”. Piensa que la improvisación
será algo que te hará flaquear y que puede destruir todo el proceso de toma de decisiones y
devolverte a la inmovilidad, con lo cual cuanto más planees cada paso más seguridad tendrás en que
vas a conseguir llevar a buen puerto tu decisión.

Es posible también que encuentres que unas acciones necesitan de otras para llevarse a cabo, es
decir, que están interconectadas y son interdependientes. Puedes representar esto en tu tabla
poniendo flechas entre las acciones que dependan del cumplimiento de una acción anterior.

Adapta también las fechas al cumplimiento de acciones anteriores. Si la fecha no depende de ti


márcate al menos una fecha aproximada para conseguirlo, o ponlo en relación con las acciones
anteriores (por ejemplo: “como máximo el 2 de junio”, “dos días después de cumplida la anterior
acción”
Mi meta final: Irme a vivir al piso de amigas (Ana)
Acción Fecha La forma en la que la La reacción en La forma en
llevaré a cabo la el entorno (con la que me
acción personas, enfrentaré a
situación, etc.) la reacción
del entorno
Pedirle a Ana Llamar a Ana Se alegrará No tengo por
si qué
me puedo ir enfrentarme.
con ella (ya 18-12-17
me lo
ha
ofrecido
otras
veces)
Ponerme a Me apuntaré en la Sin reacción Sin
buscar trabajo oficina enfrentamiento
a media del paro, en páginas
jornada 18-12-17 web para búsqueda de
empleo y enviaré mi
CV.
Decirle a mis 30 días después Cuando estemos Se enojarán y me Les haré ver que
padres y de comiendo dirán que se soy mayor de
abuelos que empezar a apagaré la tele y les oponen edad y les
me voy al trabajar diré que quiero hablar daré mis
piso de Ana con ellos razones sin
enfadarme ni
chillar
Recoger mis El mismo día de Después de hablar con Puede que no me Insistiré sin
cosas de casa la mi pareja me iré a mi deje hacer la enfadarme y no
diferenciándo acción anterior habitación a hacer la maleta. me dejaré
las de las de maleta presionar por
mi pareja sus amenazas
Trasladar mis El mismo día que Pediré a Jose y a Laura Jose y Laura se No tengo que
cosas la acción anterior que me ayuden. prestarán enfrenarme
pesadas al
nuevo piso

Los ejemplos de esta tabla están resumidos. Tú deberás extenderte todo lo necesario en tus
explicaciones y previsiones.

Paso 8. Refuerza tu posición.

Has de tratar de que el mismo problema no te envuelva de nuevo. Para eso es preciso marcar
distancia entre el problema y tú, y asegurarte de que cada decisión que tomas no te está
aproximando una vez más al problema. Durante varios meses después de tomar la decisión
y llevarla a cabo tendrás que tener esa cuestión muy presente en la cabeza.

Define el problema

Genera todas las posibles soluciones

Valora cada opción

Descarta opciones nulas

Compara las opciones válidas

Elige una opción

Realiza un listado de comportamientos

Refuerza tu posición
7. El estado de ánimo ante la toma de decisiones.

Cuando una persona tiene que tomar una decisión difícil, y llega el momento en el que la
toma y comienza a dar los primeros pasos, suele experimentar una sensación de alivio,
motivación y felicidad.
Sin embargo, también es cierto que mucha gente cae en una espiral en la que entra y sale
del problema repetidas veces. Encuentra la mejor opción, la toma, y al cabo de un tiempo
vuelve a caer en el problema. Con mucho esfuerzo sale de él, y al cabo de un tiempo se
vuelve a meter. Son personas con momentos muy cortos de felicidad en su vida porque
siempre tienen esa tendencia a cometer errores.
Para asegurarte de que no vas a caer en esa tendencia, es necesario reforzar tu posición día
a día.
La toma de decisiones provoca en ocasiones un cambio muy importante en la vida de las
personas. Este cambio va sucedido de una pérdida de algunos amigos, pérdida del lugar de
residencia, pérdida de pertenencias, … Psicológicamente toda pérdida puede ir
acompañada por un período de desmotivación o bajón emocional (¿Tal vez sea esto lo
que mete de nuevo a la persona en la espiral de su problema?) Para asegurarte de que tu
estado de ánimo se va a ver lo menos influido posible, toma estos puntos en consideración:
1. Rodéate de amigos/as y trata de hacer actividades posibles con ellos/as.
2. Apúntate a alguna actividad que te ayude a crecer y desarrollarte como persona:
algún curso, alguna asociación, ONG, …
3. Haz periódicamente actividades de ocio y tiempo libre
4. Haz algo de ejercicio, aunque sea suave, al menos una vez a la semana.
5. Permítete pequeños lujos y prémiate cuando un esfuerzo tuyo haya dado frutos.
6. Desarrolla un pensamiento positivo nombrando varias veces al día las cosas que
te rodean que son agradables para ti. (“hoy hace un buen día”, “que bueno es
esto”…)
Referencias bibliográficas

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Organization, One Decision at a Time. Edita Pear Press
• GOLDSMITH, D. (2014) Problem Solved!: The Secrets of Decision Making and
Problem Solving. Editorial Create Space.
• JAIN, P. Y SHARMA, P. ( 2011) Behind Every Good Decision: How Anyone Can
Use Business Analytics to Turn Data into Profitable Insig. Edita Lakshmi Jayaraman
• MAUBOUSSIN, M. (2012) The Success Equation: Untangling Skill and Luck in
Business, Sports, and Investing. Edita: Harvard Business School Press
• PENA, F. (2015) Cómo seducir a tu cliente. Editorial Círculo Rojo.
• SASHIRA, S. (2011 ) The optimization Edge. The Optimization Edge: Reinventing
Decision Making to Maximize All Your Company's Assets. Edita Princenton
Consultants
• SCHWARTZ, B. (2004 ) The paradox of Choice: Why More is Less. Editorial Harper
Perennial

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