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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ESCUELA

PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Título de la Monografía:

“La violencia infantil y sus consecuencias en el desarrollo biopsicosocial


del niño/a”

AUTOR:

Alburqueque Rubio Jennifer Yamilet (0000-0003-2473-0975)

Alvarez Bardales Clara (0000-0002-2048-5063)

Bueno Guevara Daniel Snaider (0000-0002-4830-3997)

Neyra Saucedo Dayanna (0000-0001-6306-9302)

ASESOR:

Mg. Estrada Puicon Erick Gustavo (0000-0002-3316-0217)

LINEA DE INVESTIGACION:

Violencia

Chiclayo – Perú 2023


Índice

I. Introducción…………………………………………………………………

II. Desarrollo……………………………………………………………………

2.1. Definición de violencia infantil…………………………………………

2.2. Tipos de violencia


infantil………………………………………………

2.2.1. Violencia física………………………………………………………

2.2.2. Violencia verbal……………………………………………………...

2.2.3. Violencia sexual………………………………………………..

2.4. Factores de riesgo


2.5. Consecuencias de la violencia infantil

III. Conclusiones……………………………………………………………….12

Referencias…………………………………………………………………………13

ii
I. Introducción

Es evidente lo multifacéticas que pueden ser las expresiones de violencia en la


sociedad. La violencia, se manifiesta de diversas formas y en distintos escenarios,
llegando a existir violencia tanto física, psicológica y sexual. Si se mantienen por
largo periodos, estos actos producen importantes consecuencias negativas en la
vida de las personas, afectando su salud mental, física y también su capacidad para
relacionarse con los demás. Frente a este tipo de situaciones, la población más
vulnerable serían los niños, ya que, en estas edades, entre 0 a 12 años, están en la
meca de su desarrollo físico, cognitivo, emocional, moral, y psicológico. El niño que
es expuesto a cualquier forma de violencia, experimentará un déficit en el desarrollo
de cada una de estas áreas, lo cual puede llegar a afectar su vida futura. Por lo
tanto, es fundamental abordar este tema y generar conciencia sobre los efectos que
tiene la violencia infantil en la vida de los niños y en la sociedad en general.

En esta oportunidad se abordará lo concerniente a la violencia infantil, en su


manifestación física, verbal, sexual y psicológica, y su relación con el pleno
desarrollo biológico, psicológico y social del infante.

Arista y Boza (2022), citando a Nares (2019) definen muy claro los ángulos de la
violencia infantil. Dice Nares, que la violencia infantil, sería cada una de las acciones
que provoquen daños físicos o emocionales, o ambos a la vez, en menores de 18
años. Este tipo de violencia, puede ser física, emocional o sexual y se caracteriza
por provocar una repercusión negativa en los menores.

Con respecto a los victimarios de este tipo de violencia, citando a Torres (2019)
Arista y Boza los definen así. Son por lo general gente de edad mayor, jóvenes,
adultos, o ancianos, pertenecientes al núcleo familiar o externos a este, pero que
gozan de mayor poder e influencia. Torres, dice además que el hecho de que la
violencia infantil, siga creciendo a niveles tan altos, se debe al desencadenamiento
de importantes factores de riesgo.

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Se considera como un antecedente internacional en el análisis de la violencia
infantil, el artículo sobre maltrato físico, sexual y psicológico publicado por la ONU,
en el año 2020. En este la Organización, señala que son alrededor de 300 millones
de niños, los que han sufrido de parte de sus padres o cuidadores, algún tipo de
castigo ya sea físico o psicológico. Sobre las cifras de muerte infantil, informan que
un aproximado de 40.150 niños y niñas mueren víctimas de homicidio cada año. La
violencia infantil, también puede ser de naturaleza sexual, la ONU señala que más
de 120 millones de niñas menores de 20 años han confesado haber tenido algún
tipo de encuentro sexual sin previa afirmación de su voluntad. Genera una real
alarma, el número gigantesco de niños y niñas que son víctimas de violencia, por
quienes directamente deberían representar sus bases de seguridad y crecimiento.
Es aún más preocupante que a consecuencia de esta violencia, miles de ellos entre
hombres y mujeres, mueran año tras año. Sin dejar de ser serio y profundo el
problema de la violencia infantil, en su dimensión sexual. Por lo tanto, se hace
evidente que es importante tomar medidas para prevenir la violencia infantil,
proteger a los niños y niñas y garantizar que los perpetradores sean
responsabilizados por sus acciones.

¿Cómo se encuentra la situación a nivel nacional? Cómo segundo antecedente, se


exponen las cifras recopiladas por la Defensoría del Pueblo (2019). Según la
institución, solamente de enero a septiembre del 2019, fueron denunciados ante los
Centros de emergencia a la mujer, un aproximado de 42.204 casos de violencia en
contra de niños(as) y adolescentes. De ese gran número, 8.608 son casos de
violencia sexual, y un total de 3.370, agresiones sexuales hacia niñas y
adolescentes mujeres. Es verdaderamente preocupante que en tan solo 9 meses,
se registren tan altas cifras de violencia física y sexual en contra de menores. Y
claro, es importante saber que estos, son solo los casos denunciados, no es difícil
suponer y dimensionar los muchos otros casos que no fueron dados a conocer, pero
que existieron y siguen existiendo. Por lo tanto, resulta preocupante, la calidad de
los sistemas de denuncia y respuesta en nuestro país, así como la continua
aplicación efectiva de las leyes y medidas punitivas contra los autores de la
violencia infantil.

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En relación con los factores de riesgo de la violencia infantil, se presenta como
tercer antecedente el estudio realizado por UNICEF en 2021. La organización,
expone como un buen porcentaje de los maltratos domésticos hacia los niños,
vienen directamente de sus madres. Específicamente, un 63% de ellas lo han hecho
en alguna ocasión, y un 24% está en total acuerdo con aplicar alguna vez en sus
hijos, castigos que incluyan la violencia física. Existen otros factores de riesgo
implicados en el origen y mantenimiento de la violencia infantil, pero es muy propicio
lo expuesto por la organización UNICEF, porque permite entender la normalización
del maltrato físico o psicológico hacia los niños en sus casas. La desorientación de
los padres, ha permitido instaurar un sistema de castigo, violento por excelencia, y
la costumbre lo ha perpetuado presentándose como natural y positivo.

Partiendo de una base teórica y un análisis empírico de los datos, este trabajo tiene
como objetivo general: comunicar y buscar la sensibilización de la población frente a
la problemática del maltrato infantil. Los objetivos específicos de esta monografía
son: definir claramente lo que es la violencia infantil, describir las diferentes formas
de violencia infantil y sus factores de riesgo, y finalmente abordar la relación de la
violencia infantil con las muchas consecuencias que los niños y niñas sufren, entre
estas consecuencias, el impacto de la violencia en el desarrollo de su personalidad.

Se espera que este trabajo sea de interés y utilidad para aquellos interesados en
comprender la problemática del maltrato infantil y sus efectos en el desarrollo de los
niños/as y contribuya a concientizar sobre la importancia de proteger los derechos y
el bienestar de los niños y niñas.

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II. Desarrollo

2.1 Definición de violencia infantil

Según Bonilla & Rivas (2020), La violencia infantil, es un grave problema, presente
en todo lugar del mundo, indistintamente de cual sea su nivel de desarrollo. Se
presenta en distintas formas e intensidades, con mayor frecuencia en el ámbito
familiar, y consiste en la práctica de conductas negativas en contra de menores de
edad. Estas conductas pueden llegar a ser corporales, psicológicas, sexuales y de
negligencia.

Genera sorpresa que incluso en países desarrollados, con niveles altos de


economía, infraestructura o servicios básicos, como lo pueden ser Estados Unidos,
o los países de Europa, no se haya encontrado aún la solución para el problema del
maltrato infantil. Saber esto, refuerza la necesidad de abordar este tema y generar
conciencia sobre la implementación de nuevos enfoques en su intento de mitigarlo.

2.2 Tipos de violencia infantil

2.2.1 Violencia física

De acuerdo con Baile et al. (2011), el maltrato físico infantil, se refiere a lesiones
deliberadas, infligidas por un padre o tutor, utilizando medios no accidentales, como
golpes con objetos o con la mano, que pueden provocar magulladuras, fracturas,
quemaduras y otros daños corporales graves que ponen en peligro la vida del niño.
Como resultado del abuso, estas lesiones son evidentes y demostrables.

Esta cita de Baile et al., define claramente lo que es el maltrato físico infantil, resalta
características como la intencionalidad y el empleo de medios no accidentales para
infligir las lesiones. Con ello, refuerza la idea de que el maltrato físico tiene
consecuencias visibles y comprobables, lo que hace hincapié en la importancia de
abordar viablemente este tipo de violencia y proteger a los niños de daños
corporales significativos.

2.2.2 Violencia verbal

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Según Matángolo (2019), el maltrato verbal, es parte integral del maltrato emocional
o psicológico. El maltrato verbal se caracteriza por el uso repetido de agresiones
verbales hacia un niño, lo cual puede incluir críticas, mofas, insultos, desprecio,
exclusión, denigración, amenazas de violencia física, y amenazas de abandono.
De acuerdo con Matángolo, el maltrato verbal, es una subclasificación del maltrato
psicológico. Más adelante, en el cuadro 1, podrán observarse las demás categorías
del maltrato psicológico. El maltrato verbal, afecta la dimensión emocional,
psicológica y de la personalidad de los niños/as, pero en comparación con las otras
manifestaciones del maltrato psicológico, el maltrato verbal se expresa solamente
mediante agresiones verbales recurrentes, que incluyen críticas, insultos y
amenazas

2.2.3 Violencia psicológica/emocional


Según Millán (2006), el niño que sufre de maltrato emocional, puede ser víctima de
un patrón reiterado de hostilidad verbal. Esta hostilidad se puede presentar a modo
de insultos, mofas, mensajes o hechos de desprecio, y amenazas de abandono.
Además, el maltrato emocional involucra acciones como las de encerrar o confinar
al niño a su estancia en casa, bajo el cuidado tutelar o el de cualquier miembro
adulto de la familia, obstruyendo de este modo las iniciativas de interacción del niño.

La Asociación Profesional Americana sobre el Maltrato Infantil reconoce seis


categorías o formas de maltrato psicológico, estas categorías son resumidas por
Martinez (2015) en el siguiente cuadro.
Cuadro 1. Tipos de violencia psicológica

Tipos Características

Rechazo/ humillación hostil Incluye actos verbales y no verbales del adulto que
rechazan y degradan al niño/a.

Intimidación/ amenazas Los niños son amenazados con sufrir abuso físico, con
morir, o ser abandonados/as, y/o son expuestos a muchas
situaciones de peligro.

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Aislamiento Se refiere a la negación repetida y constante de
oportunidades para que el niño pueda interactuar y
comunicarse con otros niños y adultos, tanto dentro como
fuera de su entorno familiar

Explotación/degradación Mediante el ejemplo o los malos tratos, se promueve y


fomenta en el niño, a que adopte conductas inapropiadas y
perjudiciales para su desarrollo y bienestar, estas pueden
ser autodestructivas, antisociales, delictivas o desviadas.

Ignorar Ausencia de respuesta emocional y falta de atención a las


necesidades del niño, de interactuar con los adultos que lo
rodean. Los cuidadores, no expresan afecto, protección o
amor hacia el niño y no muestran emoción alguna en las
interacciones que tienen con él.

Negligencia, Se refiere a la falta de atención injustificada hacia los


mental/médica/educativa problemas y necesidades de los niños/as, en consecuencia
se ignora, no se permite, o se fracasa en proporcionarles el
tratamiento necesario para su bienestar.

2.2.4 Violencia sexual

De la Rosa et al (2020) definen el abuso sexual en los siguientes términos. El abuso


sexual infantil, ocurre cuando un niño/a, es involucrado/a en una actividad sexual
que no entiende completamente, no puede consentir, para la cual no está
preparado/a, debido a su edad o desarrollo, o la cual viola las leyes o normas
sociales. Esto puede suceder entre un niño/a y un adulto o entre un niño/a y otro
niño/a o adolescente, con el que compartan, una relación de poder, confianza o
responsabilidad.
Lo expuesto por de la Rosa et al. subraya la importancia de reforzar, las medidas ya
existentes, e implementar, otras de mayor eficacia, para de algún modo, prevenir,
detectar y responder adecuadamente a los altos índices de esta forma de violencia.
La descripción expuesta, acerca del abuso sexual, resalta la vulnerabilidad que

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sufren los niños y niñas, y sugiere la necesidad de protegerlos de situaciones en las
que se vean expuestos a relaciones de poder desequilibradas.

2.2.5 Violencia por Negligencia


Según de la Rosa et al. (2020) ocurre maltrato por negligencia, cuando,
indistintamente de los recursos disponibles por la familia, los niños/ as, no reciben lo
necesario para su desarrollo, físico, emocional, espiritual, moral o social.
Martínez (2015) citando la investigación de Mennen, Kim, Sang y Trickett (2010),
presenta la siguiente clasificación de maltrato por negligencia:
● Negligencia en el cuidado: se produce cuando los padres, no cumplen en los
términos adecuados, con las necesidades esenciales del niño, las cuales
incluyen: alimentación, higiene y vestimenta.
● Negligencia ambiental: se refiere a la presencia de un ambiente inadecuado
para el niño, donde hay peligros para su salud y seguridad, o donde la
vivienda no cumple con ciertos estándares de tamaño o limpieza.
● Negligencia educativa: sucede cuando los padres, no permiten que un niño
reciba la educación que necesita o no lo envían a la escuela de manera
regular.
● Negligencia médica: ocurre cuando un niño, no recibe la atención médica
necesaria para tratar una lesión, enfermedad o discapacidad, o no se le
realiza una evaluación médica cuando es necesaria.
La clasificación presentada, subraya la relevancia, de satisfacer adecuadamente las
necesidad básicas de los niños, como las de cuidado, alimentación, atención,
recreación o educación, así como la importancia de proporcionarles un entorno
seguro y condicionado para su correcto desarrollo. La negligencia en cualquiera de
estas áreas puede tener consecuencias perjudiciales para su salud física, emocional
y cognitiva.

2. 4 Factores de riesgo
De acuerdo con Millán (2006), reconocidos investigadores en el ámbito de estudio
del maltrato infantil, como J. Belsky (1980) y Trigo (1990), han reconocido que el
fenómeno del maltrato infantil depende de una multiplicidad de factores, agrupados
en cuatro niveles. Un primer nivel, relacionado con el desarrollo personal y
psicológico del niño/a, durante su etapa de crecimiento y maduración. Un segundo

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nivel, relacionado con las familias, vistas como los sistemas más cercanos al niño, y
donde más comúnmente ocurren los actos de maltrato. Un tercer nivel, que incluye
todos aquellos microsistemas que rodean al sistema familiar, pudiendo ser los
microsistemas del ámbito laboral, las interacciones sociales y las personas del
entorno. Y finalmente un cuarto nivel, que engloba los valores y creencias culturales,
sobre lo que significa ser padre, los derechos parentales, entre otros aspectos,
relacionados con la cultura.
De modo similar, para Matángolo (2019), ubicar las causas del maltrato infantil, es
una tarea compleja y extensa, debido a que este fenómeno, responde a la influencia
de múltiples factores. Señala que, algunos factores socioeconómicos, asociados con
altos índices de maltrato infantil son, la precariedad económica de la familia, o los
problemas de seguridad en los barrios. Citando a Moreno (2014), Matángolo señala
que, otro factor importante, en la aparición y perpetuación del maltrato infantil, es la
dificultad que tienen los padres para controlar el comportamiento de sus hijos/as. De
acuerdo con Rodriguez (2016) citado también por Matángolo, otro factor a tener en
cuenta, es la adopción, por parte de los padres, de ciertas medidas disciplinarias,
específicamente las de carácter violento. De cierto modo, se ha normalizado el
administrar disciplina mediante el uso de castigos corporales, y por lo tanto también
se ha aceptado y practicado comúnmente en la sociedad.
Según de la Rosa et al.(2020), existen varios factores de riesgo para la aparición del
maltrato infantil. Uno de ellos, es el historial de violencia en la infancia de uno o
ambos padres del niño/a, así como el abuso de sustancias como el alcohol o las
drogas, y la presencia de violencia de pareja. Además, se considera un factor de
riesgo que la familia resida en una comunidad con bajas tasas de empleo o con
altos niveles de tolerancia hacia la violencia. También se señala que las sociedades
con legislación deficiente contra el maltrato, valores culturales que alientan o exaltan
la violencia, y políticas sociales, económicas y sanitarias que contribuyen a la
precariedad de las condiciones de vida y a las desigualdades socioeconómicas,
representan factores de riesgo adicionales.
Se destaca de las afirmaciones presentadas, la complejidad que supone analizar la
etiología del maltrato infantil, el fenómeno, se configura por la agrupación de
factores individuales, familiares, ambientales y sociales, llegando incluso a
normalizarse su existencia, por el hecho de transmitirse en los contenidos de la
cultura, de generación en generación.

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2.5 Consecuencias de la violencia infantil.
Para (Machado y Sepúlveda, 2016) citados por Culquicondor & Lara (2021), los
niños/as y adolescentes, víctimas de maltrato infantil, pueden padecer de trastorno
de estrés traumático, limitada capacidad para manejar sus impulsos, e incapacidad
para identificar y comprender sus emociones. Como resultado de estas secuelas,
cuando los niños crezcan, es común que recurran al consumo de alcohol u otras
sustancias psicoactivas, e incluso desarrollen trastornos de personalidad.
De acuerdo con Culquicondor & Lara (2021); las consecuencias del abuso sexual en
niños/as, incluyen la ideación suicida, y los intentos de suicidio. Este riesgo de
muerte prematura, está vinculado al evento traumático que el niño/a sufrió en su
infancia, y puede ir acompañado de otros factores importantes, como el abuso de
sustancia o la depresión.
De acuerdo con Alarcón (2010) Las repercusiones psicológicas del maltrato infantil
abarcan desde bajos niveles de autoestima, hasta problemas graves de cognición,
como dificultades de atención y aprendizaje. Además, es común observar
comportamientos agresivos y dificultades en las relaciones interpersonales. Por lo
cual, no es incorrecto afirmar que las consecuencias del maltrato infantil, no solo
afectan la vida adulta de la víctima, sino también tienen un impacto en la sociedad
que la rodea.
Para Alarcon (2010) las consecuencias de la violencia infantil pueden agruparse en
las siguientes clasificaciones:
Consecuencias sociales y conductuales:
- Problemas de conducta en diferentes contextos, entre ellos, el colegio, la
casa, o su comunidad.
- Problemas de rendimiento escolar.
- Comportamiento agresivo y criminal.
- Poca autoestima.
- Déficit de habilidades matemáticas y de lenguaje.
- Problemas para entablar y mantener relaciones interpersonales.
Consecuencias patológicas del sistema nervioso central:
- Altos niveles de ansiedad. pueden provocar, mayor sensibilidad del sistema
noradrenérgico. Lo cual se verá reflejado en niños con dificultades de
atención, memoria, aprendizaje, hiperactividad, y desarrollo de síntomas
psicóticos.

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- La atípica regulación del sistema dopaminérgico mesolímbico, se relaciona
con la presencia de distimia y conductas adictivas.
- Los intentos de suicidio, se relacionan con cambios estructurales en la región
fronto-temporal del éncefalo, específicamente en el hemisferio izquierdo.
Consecuencias psiquiátricas:
- Agresividad, y conductas antisociales.
- Trastorno de estrés postraumático.
- Trastorno de depresión.
- Consumo excesivo de sustancias, como el alcohol o las drogas.
- Trastornos alimenticios.
- Trastornos del sueño.

Conclusiones

La violencia infantil, al igual que muchas otras formas violencia, sigue siendo a día
de hoy, un problema sin solución. Afecta a niños y niñas de todas las clases
sociales y traspasa fronteras, no solo existe violencia en el Perú, sino en todo el
mundo. Se ha clasificado en diferentes tipos de maltrato, como violencia física,
verbal, psicológica, sexual y por negligencia. La violencia física, se manifiesta a
través de golpes, sacudidas, quemaduras y otras lesiones infligidas
intencionalmente a los niños/as. La violencia física produce consecuencias que son
altamente visibles, como moretones, magulladuras, o fracturas, estos signos de
maltrato, son identificados en las escuelas de los menores, pero muchas veces no
representan la alarma que deberían, y terminan por ser ignorados. La violencia
verbal, es parte de la violencia psicológica e implica agresiones verbales
recurrentes, críticas, insultos, humillaciones y amenazas. Es este tipo de violencia,
perpetuada mediante maltrato verbal, el que más consecuencias psicológicas causa
en los niños, el que más repercute en el correcto desarrollo de su personalidad. La
violencia verbal puede provocar que los niños y niñas crezcan sintiéndose
inseguros, desvalorizados y con baja autoestima, condiciones que propician un
detrimento en el desarrollo de habilidades importantes como su autoconfianza, lo
cual derivara en que tengan problemas para relacionarse con normalidad en la
sociedad y enfrentar los desafíos del futuro. El abuso sexual, ocurre cuando un
niño/a, generalmente niña, es involucrada en actividades sexuales en contra de su

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voluntad, e inapropiadas para su edad y desarrollo. La violencia sexual, también
provoca traumas psicológicos, como depresión, o trastornos de ansiedad, sin
embargo, conlleva una consecuencia aún más perjudicial. Muchas niñas violentadas
sexualmente, quedan embarazados a temprana edad producto de estas violaciones.
Estos embarazos representan un grave peligro hacia su salud, y hacia su realización
personal, debido a que como consecuencia de sus embarazos, muchas son
presionadas a dejar los estudios, o son víctima de exclusión, estigmatización y
discriminación multisectorial. Finalmente, la violencia por negligencia se produce
cuando se descuida el cuidado y las necesidades básicas de los niños y niñas, no
se les brinda lo justo y necesario para su correcto desarrollo físico, intelectual o
emocional, no se le atiende, no se le expresa cariño, no se le alimenta, no se le viste
no se le cuida, sencillamente se le abandona.
Explicar el origen y la perpetuación de la violencia infantil, es una tarea compleja
debido a la presencia de diversos factores. Entre los más importantes se destacan,
la historia de violencia en la infancia de los padres, el abuso de sustancias, la
violencia de pareja, las condiciones socioeconómicas precarias, los valores
culturales que promueven la violencia y las políticas sociales deficientes. El ciclo se
repite, si los padres que sufrieron de violencia, practican las mismas conductas con
sus hijos, quienes en un futuro, luego de convertirse en padres, pueden hacer lo
mismo. Cuando la sociedad normaliza las conductas disciplinarias violentas, o no
desarrolla políticas para aplacar las desigualdades existentes, esto agrava aún más
el problema.

Las consecuencias de la violencia infantil, son extensas y abarcan aspectos físicos,


emocionales y cognitivos. Los niños víctimas de maltrato pueden experimentar
trastorno de estrés traumático, problemas de autoestima, dificultades de atención y
aprendizaje, comportamientos agresivos y dificultades en las relaciones
interpersonales. La violencia infantil, provoca mucho sufrimiento, por esta razón
algunos niños/as, pueden tomar la decisión de ponerle fin a su vida o involucrarse
en el abuso de sustancias psicoactivas. Por lo tanto, es evidente que las
consecuencias de la violencia infantil, se extienden hacia muchos sectores, no
afecta individualmente al agredido/a, sino por el contrario a todo su entorno, la
violencia infantil alimenta la perpetuación de otros tipos de violencia, como la

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familiar y social, niños/ as violentados pueden terminar ingresando al mundo
criminal, o convirtiéndose en padres o madres agresores.
Por lo tanto, es fundamental abordar el problema de la violencia infantil y generar
conciencia en la sociedad sobre la importancia de prevenir y responder
adecuadamente a esta problemática. Se requiere la implementación de nuevos
enfoques multidisciplinarios, que involucren a diferentes agentes, como familias,
comunidades, profesionales de la salud y educadores, para proteger a los niños y
promover entornos seguros y saludables para su desarrollo. Es necesario enfatizar
el papel de la cultura, como agente operante en la transmisión y promoción de
prácticas violentas. Por lo tanto, es fundamental reforzar la promoción de una
cultura basada en el respeto, la justicia, los buenos valores, y el amor. Esto implica
fomentar en la sociedad, el desarrollo de políticas públicas que apoyen y fortalezcan
la prevención de la violencia infantil, así como la implementación de programas
educativos para padres, que promuevan la empatía, la resolución pacífica de
conflictos y la crianza positiva. Se cree que solo mediante un esfuerzo conjunto de
las instituciones gubernamentales, las ONG y los individuos comprometidos con el
bienestar de los niños, es decir, solo con un esfuerzo conjunto de toda la sociedad,
será posible construir un futuro en el que la violencia infantil sea erradicada y los
niños puedan crecer en un entorno seguro y amoroso.

Referencias bibliográficas

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